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CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL

DESARROLLO ENTRE LOS 0 Y 3 AÑOS


Lic. Graciela Agüed – Lic. Nora Bezzone –
gracielaagued@gmail.com –nbezzone@yahoo.com.ar

PRIMERA PARTE

El primer año de vida

El desarrollo del niño de 0 a 4 meses

La conducta del lactante de este período está regida por los reflejos
arcaicos, es una de sus características fundamentales que, si bien vale para
todos los campos de la actividad, se hace muy evidente en sus actitudes
posturales. Tienden a favorecer la adecuación del individuo al ambiente.
Están íntimamente relacionados. “Sus respuestas dependen de las
necesidades fisiológicas, del estado emocional del niño y por cierto
también, de las características del contexto ambiental.”1
El niño al nacer dispone de una cantidad de sistemas sensoriomotrices
capaces de recibir sensaciones procedentes del interior de su cuerpo y del
ambiente próximo inmediato, a las cuales pueden ofrecer ciertas respuestas
limitadas: succiona cualquier objeto que entra en contacto con sus labios,
presiona un objeto situado de frente a su mano...Durante estos momentos,
el trabajo de Estimular el Desarrollo consistirá en poner al niño en contacto
con distintos estímulos. De esta forma irá notando diferentes sensaciones
asociadas a la succión de un pezón, de un patito de goma (mordillo), de un
pulgar o de la punta de su almohada, modificándose su tendencia general a
la succión de acuerdo con el tipo de objetos de que dispone. Es
fundamental durante estos meses ir despertando su interés por el medio en
general, personas y cosas, ya que de esta manera gradualmente irá
coordinando la vista, la prensión y la succión para resolver problemas más
elaborados. Por ejemplo, tras descubrir que el patito se puede succionar,
adquirirá la habilidad necesaria para tomarlo y luego llevárselo a la boca.
Myrtha Chockler plantea que el niño desde su nacimiento genera
diversos comportamientos que influyen en otros sujetos con el fin de lograr
la satisfacción de sus necesidades.
Estos comportamientos objetivos -expresa- …van a poder concretarse en la
medida en que encuentre otros sujetos en el mundo externo que generen

1
CORIAT, Lydia. Maduración psicomotriz en el primer año de vida. Buenos Aires. Ed. Emisur.
1974. Cap. I.
también ciertas conductas complementarias… construyendo entre el niño y
el adulto sistemas que operan recíprocamente…2

A estos sistemas de relación, Myrtha Chockler los denomina


organizadores, siendo el Apego el primer organizador en instaurarse en la
vida del niño, entendiéndose como “el lazo afectivo que una persona forma
entre ella y una figura específica, …que tiende a mantenerlos juntos en el
espacio y perdura en el tiempo.”3

El desarrollo del niño de 4 a 8 meses

El niño de este período suele mostrarse un poco mas sereno y apacible


sobre todo al comienzo del período. Tanto miembros superiores como
inferiores están en la línea media, puesto que el reflejo tónico cervical
asimétrico ha desaparecido y con ello aparece la posibilidad de contactar
mano con mano y pie con pie. El reflejo de prensión palmar ha dado paso a
la prensión voluntaria. Respecto de las posturas predomina la posición en
Decúbito Ventral, puesto que vemos en este momento como evoluciona
desde el balconeo inferior, alrededor de los 4 meses, al balconeo superior
alrededor de los seis. Por el creciente interés por el medio que lo rodea
comienza a intentar sentarse, lográndolo a fines de este período pero sin el
predominio de todas las reacciones equilibratorias.
La actividad motriz que ha ido realizando con los objetos hará posible
que cuando volvamos a presentarle uno, lo reconozca e intente realizar con
él una serie de acciones. El niño ahora comienza a ser mas activo. La
respuesta del niño ante un objeto que sigue un desplazamiento y que
desaparece en un punto determinado, varía significativamente. Ya no
perderá interés por ese objeto, sino que mantendrá la mirada en el punto en
el que lo vio desaparecer.
Expresa M. Chockler que cuando el niño explora se vincula con el
mundo exterior a través de procesos perceptivos-motores que aumentan la
atención, el alerta, la excitación, el tono, las emociones y el movimiento.
Define a la exploración como el segundo organizador del desarrollo y
determina la influencia de las conductas de apego como favorecedoras de
las experiencias, ya que el adulto es el primer objeto de exploración del
niño. Sin embargo, manifiesta que es necesario que estos organizadores se
unan y excluyan para lograr la adaptación del niño al medio.

2
CHOCKLER, Mirtha. Los organizadores del Desarrollo Psicomotor: del mecanismo a la
psicomotricidad operativa. Buenos Aires. Ed. Cinco. 1988. Pág. 79.
3
Ibíd.
El desarrollo del niño de 8 a 12 meses

En este período las reacciones equilibratorias han llegado a ser


eficientes y dispone de firmeza en los cuatro miembros, las posiciones
sedente y de gateo ya están adquiridas y generalmente afianzadas, por lo
cual el bebé se lanza a la búsqueda de la posición bípeda y a la marcha.
Antes de los 9 meses, el niño no sostiene el peso de su cuerpo. Es recién a
esta edad cuando comienza a tener la idea de utilizar sus pies para avanzar,
situando uno delante del otro, pudiendo dar algunos pasos vacilantes si es
sostenido con seguridad. Algunos niños, antes de comenzar la marcha
bípeda, ejercitan el gateo que, como pauta de conducta motriz, es garantía
de normalidad de la sinergia neuromuscular.
Dice M. Chokler que “La comunicación con los demás se inicia con
4
el contacto y la conexión que promueven un “diálogo tónico” corporal de
miradas, gestos, mímica, voces, movimientos, distancias, con las figuras
primordiales, vivenciados con placer o displacer. Las percepciones
integradas son inmediatamente significadas, semiotizadas: se convierten en
señales y signos de bienestar o de malestar por las impresiones tónico-
emocionales que producen. Al mismo tiempo los actos y reacciones
tónico- emocionales, al ser captadas por el entorno atento, se transforman
en expresiones emocionales. Dan así origen a un intercambio de señales
que va construyendo un primer sistema de señales y de signos -códigos
afectivizados- no verbales, dicurso pleno del sentido que otorga la
secuencia, el ritmo, el tiempo, la maleabilidad recíproca, mientras instala
la narratividad, la historicidad implícita en la subjetividad. Ésta
“narratividad” producto de la “función semiótica” constituye las raíz
indispensable, de la semantización y del pensamiento simbólico, y es
condición del propio desarrollo de éste, al tiempo por lo tanto, que del
lenguaje verbal.”5 Y es así como se configura el tercer organizador del
desarrollo Psicomotor.
En términos aproximados, ahora el niño puede darse cuenta de ciertos
acontecimientos: por ejemplo, si la puerta se abre, próximo al horario en
que habitualmente llega la mamá por ejemplo, es señal de que alguien va a
aparecer.
Si jugamos ahora a esconderle un objeto debajo de un trapo, será
capaz de levantarlo y recuperar el juguete que escondimos. Esto nos

4
Concepto propuesto por Henri Wallon y retomado por Julián de Ajuriaguerra
5
CHOKLER MYRTHA, artículo inédito
sugiere que esta empezando a disociar los objetos de las acciones llevadas a
cabo con ellos, y que el mundo que le rodea ha comenzado a adquirir cierta
permanencia, cierta estabilidad. Realizar juegos de este tipo con el niño es
fundamental.
Es el momento también de hacer más hincapié en la conducta
imitativa. Que imite gestos que ya domina (fruncir los labios, sacar o meter
la lengua,...) con partes de su cuerpo invisibles para él; que imite
movimientos más complejos con las manos (dar palmas, tocarse la cabeza,
hacer ojitos...). Todos estos ejercicios imitativos, no son sólo importantes
para el desarrollo del pensamiento, sino que son fundamentales para la
preparación de la palabra, el entrenamiento de su atención, el
entrenamiento de las praxis (acciones) bucales...,etc.
A punto de cumplir un año, observamos que sus acciones se han
convertido en claramente intencionales y experimentales; aplica cuantos
procedimientos conoce para lograr lo que desea. Por ejemplo, es capaz de
tirar de un pañuelo para conseguir el sonajero que tiene encima. Estas
conductas intencionales tienen estrecha relación con el comienzo del
lenguaje. Muñecos de arrastre, palos para conseguir algo que está alejado,
pañuelos, almohadones, etc., todos estos objetos nos pueden servir para
presentar al niño situaciones en las que tiene que poner en funcionamiento
su inteligencia para lograr el éxito y conseguir el patito que tiene atado al
cuello una cuerda, el sonajero que está encima de un mantel... Así, poco a
poco, el niño irá descubriendo los medios de resolver mentalmente el
problema que le planteamos.
En estos momentos el niño también ha descubierto que el hecho de
que algunas cosas se muevan no depende de él, de sus movimientos, de sus
gritos.

Primer Semestre del Segundo año de vida:

El desarrollo del niño de 12 a 18 meses

El niño de este período comienza a ensayar su vida de deambulador,


las reacciones equilibratorias se encuentran presentes evidenciándose en el
dominio de los cambios posturales que permiten, desde la posición bípeda,
adoptar la posición de cuclillas y volver a levantarse con apoyo en algún
objeto o de la mano del adulto. La marcha va evolucionando desde la
marcha lateral a la marcha independiente, el equilibrio va aumentando
aunque continúa siendo inestable, es por ello que los desplazamientos se
hacen a merced de la ampliación de la base de sustentación, es decir
camina como un pato, con piernas abiertas y brazos extendidos,
transcurriendo este semestre se va disminuyendo la base y normalizando el
desplazamiento. Finalizando el período se inicia la marcha hacia atrás y
hacia los costados y la acción de sostener juguetes al caminar.
Hacia los dieciocho meses, hay mayor direccionalidad en el caminar,
iniciándose la marcha aligerada con dificultad en la inhibición de la
velocidad.
Los progresos que ha realizado el niño durante esta época son
enormes. Los objetos prácticamente son permanentes (recordados en su
memoria). Muchas son las posibilidades de irle mostrando experiencias.
Podemos jugar a esconder objetos debajo de vasos, pañuelos, cajas...Estos
ejercicios además, centran su atención y van creando en el niño el hábito de
esperar a que se produzca toda la secuencia de esconder, antes de poder
levantar los objetos que esconden lo que busca.
También podemos jugar a esconder nuestras manos detrás de la
espalda, debajo de la manta, jugar a escondernos la cara. Estos juegos
cumplen una doble finalidad: la adquisición de la permanencia de las cosas
y la adquisición del esquema corporal (conocimiento de las partes del
cuerpo)
La estimulación de la conducta imitativa ante un modelo es algo que
en los Centros se puede usar en forma permanente. La imitación es
conveniente introducirla dentro de objetivos mas generales, dentro de
situaciones amplias de juego, ya que en sí misma a veces no motiva al niño.

A esta edad podemos ampliar y complejizar los esquemas de de sacar


y meter cosas de distintos recipientes. Posiblemente puedan volcar la taza
para sacar los objetos que hay dentro, meter botones en una alcancía, abrir
y cerrar recipientes. Todas estas destrezas motoras serán la base de
posteriores adquisiciones, y además le van haciendo comprender las
relaciones de los objetos con el espacio.
El despliegue sensoriomotor de este período dan cuenta del
establecimiento del cuarto organizador del desarrollo descrito por M.
Chockler6, el equilibrio tónico-postural, el cual viene desarrollándose
desde el nacimiento y tiene estrecha relación con la vivencia personal de
cada niño y con los aprendizajes que el entorno le brinda.
Las situaciones de equilibrio-desequilibrio con las que se enfrenta el
niño llevan al conocimiento, organización y dominio del propio cuerpo.
Se va perfilando el quinto organizador que tiene que ver con las
diferentes opiniones, supersticiones, mitos conocimientos y valores en
relación a creencias y saberes de las formas concretas de crianza y la
educación infantil, que están representadas en los diferentes grupos y
clases sociales conformando una cultura particular. De esta manera nos lo

6
CHOCKLER, op. cit.
plantea su autora, Myrtha Chokler: “El conjunto de valores, creencias,
saberes sociales y culturales del entorno, se expresan y operan desde
representaciones mentales de un orden simbólico que incluye a cada sujeto
en la familia y en la cultura. Las estructuras de filiación, de pertenencia, de
raigambre o el desarraigo, los mitos, las leyendas, los relatos que hacen a la
historia familiar y comunitaria, la ley, la norma, el lugar, el
posicionamiento como objeto o como sujeto, los mandatos explícitos e
implícitos, forman parte de esas representaciones sociales que se
interiorizan desde el inicio con una fuerte carga afectiva y simbólica en la
subjetividad.”7

7
CHOKLER Myrtha: artículo inédito

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