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DELITO

sociedad
momm~imgminiammmoim•m
Revia de Ciencias Sociales

¿Qué es el
Control Social?*

Thamar Pitch El debate contemporáneo, predomi-


Universidad dei Camerino, Italia. nantemente anglosajón, sobre la definición
de social control (para una aproximación,
ver Cohen-Scull, 1983, Introducción;
Marx, 1985; Hess, 1983), denuncia una
incerteza de fondo sobre la individualiza-
ción del campo de procesos así designa-
dos. Incerteza resuelta, más explícitamen-
te todavía que en otros casos, con decisio-
nes que no pretenden fundarse sobre otra
cosa que no sean opciones teóricas.
En otros lugares, la cuestión parece,
prácticamente, no haber sido planteada.
El control social no ha sido tematizado
como tal; se tratará entonces de ver, al
mismo tiempo, como aquello que se re
fiere al mismo en una tradición, es des-
compuesto y reconstruido de otras ma-
neras en tradiciones diversas, y por qué.
Por ejemplo, también en Italia sucede que
control social aparece -ciertamente-, pero
Traducido por Máximo Sozzo. como categoría cuya definición es dada
* Publicado en italiano en AAVV: "Curare e por descontada, con escasa sensibilidad
Punire. Problemi e innovazioni nei rapporti tra respecto a los debates de los cuales ha sido
psichiatria e giustizia penale", Edizioni y es objeto: noción que es empleada en el
Unicopoli, Milano, 1988, pp. 21-44. sentido común, no sólo sociológico, an-
52 llamar Pitch

tes todavía de ser reflexionada. Aparece cesos psicosociales de inducción a la


así con significados diversos en contex- conformidad. Pero Janowitz no explo-
tos distintos, confiada a un conocimien- ra los recorridos de esta transformación,
to compartido que, en su conjunto, no la reciprocidad entre cambio de inte-
conviene desafiar. Su utilidad, se podría rrogantes y claves de lectura y modifi-
argumentar por otro lado, se ha hecho caciones en los objetos de observa-
patente sólo en tiempos relativamente re- ción. Se le escapan así, los aspectos
cientes. Hace no mucho tiempo, gran heurísticarnente más ricos de la trans-
parte de las cuestiones a que alude con- formación misma.
trol social eran leídas a través de otras ca- El sugestivo análisis de Melossi (1983)
tegorías: poder, dominio, hegemonía... sitúa el surgimiento de la temática del
¿Control social es entonces, simplemen- "control social" en una doble y
te, una noción aproximativa, defectuosa- correlacionada transición: del Estado ab-
mente sintética y ambiguamente "cientí- soluto y del Estado liberal clásico a la de-
fico-neutral"? O bien, ¿su introducción mocracia compleja, de las ciencias de la
en nuestro léxico, sociológico y común, política y el derecho a las ciencias socia-
no responde a la necesidad de nuevas in- les. Cuando el orden social es contem-
vestigaciones? Y si es así, ¿cómo conside- plado como el natural resultado del libre
rar estas necesidades? Podrían, de hecho, desplegarse de mecanismos económicos
deberse tanto a un cambio en el punto de que el Estado tiene el único deber de ga-
vista del observador como a una trans- rantizar -modelo, señala Melossi, norma-
formación del campo de observación tivo al implicar una ideología (el laissez
(Pitch, 1982). 0 -más probablemente- a Aire) e intervencionista al delegar en la or-
ambos conjuntamente. ganización política el deber de liberar el
Estimo que analizar, aunque sea bre- desarrollo capitalista de cualquier resis-
vemente y a través de hipótesis, estos te-- tencia- el Estado mismo es percibido
mas, es una vía necesaria y útil para afron- como derecho, esto es, como la instancia
tar los problemas que, por decirlo así, lo que garantiza jurídicamente los "derechos
meritan. Esto es, aquellos que se manifies- naturales" del ciudadano/burgués. Cuan-
tan ya como "problemas de control social". do se plantea el problema de un derecho
que no sólo refleje, sino que también in-
tervenga en el funcionamiento del mer-
Regulación, conformidad, consenso, cado, éste no puede ser visto únicamente
coerción... como expresión de la sociedad civil, sino
en cambio, de aquella entidad éticamente
En un famoso artículo de 1975, superior concebida como el "Estado". El
Morris janowitz, asume la defensa de la desplegarse de la democracia, a través de
connotación "alta" que social control, en la ampliación de la ciudadanía política y
su opinión, tenía en la tradición socio- el reconocimiento e institucionalización
lógica clásica. Tema en su origen de la conflictualidad social, disuelven la
"macrosociológico", sostiene Janowitz, unidad del Estado ético, y reproponen la
sucesivamente banalizado para indivi- cuestión del orden, sobre otros planos y
dualizar procesos "micro", o bien, pro- a otros saberes, conjuntamente.
¿Qué es el control social? 53

La naciente sociología europea se dicho, le ibles) res ecto a una fi • dad


construye en torno a tal cuestión; pero y/o un valor. ,"Despolitizada", por ue es--
son las ciencias sociales norteamericanas tas aintervenciones son univers es y di-

-
las que la afrontan desde el punto de vis- n e a a regunta
Tusas y su análisis respa___L
ta del "control social". Esto se debe, se- cómo funcionan' más ue a‘lqu_aa acer..7-
gún Melossi, a la tradición antiestatalista cjeque arden producen".
de la teoría política estadounidense y a, De esta manera, pasando de Europa a
un ambiente cultural signado por el prag- los Estados Unidos, el problema del or-
matismo y por su atención a los aspectos den se clarifica aún más como problema
activos y procesuales de la experiencia de regulación no conflictual: lo que inte-
humana. El Eblema del ord hiw)„ resa, se decía tanto en Europa como en
como se obtienen esaontáneameate (esto Estados Unidos, son las modalidades no
es, en modo no coercitivo) (rvcohesión éti-_ coercitivas d g,_,pr...oduZWyiJéTIiae--ir
ca y organización ne el pro- cial. Sin embargo, siempre que se reten-
reri-Va-TeraWrifrors-6C1Z-. De esta trans- ga como central la noción de Estado, ta-
«f5a—a-c7617MTliTajsáspectos. Uno les modalidades no pueden sino ser re-
-aquel subrayado por Melossi es la subs-
- mitidas a un fundamento en términos de
titución en la tradición sociológica nor-
teamericana de "Estado" por control so-
cial; mientras, en cambio, el primer con- 1. En la tradición iluminista explorada por el
cepto mantiene toda su importancia. Una trabajo de Melossi, "control social" es una categoría
de las consecuencias más interesantes, me crítica de las formas de dominación impuestas por
parece, es el efecto de descentralización: una autoridad cuya legitimación no emana de la
"sociedad" misma. La connotación de socia/tiene,
los lugares de producción del orden se entonces, dos implicaciones: se refiere a formas de
riiliiplT?an Te difun-tény-Séaisponen regulación que tienen valor y validez para la
mas aJlflIe Críaiq- uierjerarquía. colectividad entera y sitúa el origen y la legitimidad
tea un proffa fundamental: cómo ex- de estas mismas formas en la sociedad en su
pvii-c7rTa7ségli-Fári--éro-Fiájjaslher-en-c-ia en- conjunto: "El control socia/deriva de una autoridad
"pr¿ductos", si ellos no pública, representa el interés universal de todos, se
basa sobre el consenso general"(Fine, 1987; p.
soctral erarqsi- 322).(Sobre la cuestión de la relación entre
carnente superior. desorden y control, véase también Marconi, 1979).
'TEsegundo;ispecto concierne a la se- Las dificultades ínsitas en los conceptos de "interés
mántica de orden y control. Considerar universal" y "consenso general" han contribuido
el problema del orden como problema de en la tradición norteamericana a privar ala categoría
de control social de su connotación crítica y
control implica desplazar el acento de los conferirle exclusivamente capacidad descriptiva de
mecanismos de regulación de hacia los procesos conjuntamente productivos y
procesos de intervención sobre. He aquí, reproductivos de consenso. Pero la declinación en
al mismo tiempo, una subjetivación y una términos microsociológicos (los procesos de
despolitización: una:1121315..tly15j21.11 "inducción a la conformidad") tiene que ver, más
bien, con la dificultad de individualización unívoca
despolitizada". de la "autoridad pública" sumada a la dificultad
wación" or ue control se re- conexa de establecer jerarquías entre agencias
fiere a intervenciones de algo o alg_tlien situadas en forma diversa en los subsistemas de la
sób- ré -argJo alguien, orntadÇjr sociedad en general.
54 Thamar Pitch

dominio (del que extraen implícitamente LO ¿Está justificada la polémica de


su legitimidad y al que, al mismo tiem- Janowitz contra la "degradación" de la
po, amenazan imponer violentamente). temática del social control del problema
En cambio, cuando control ,, social susti- "macro" del orden a aquel "micro" de los
Zát tuye completamente a Estado", la coer- procesos de "inducción a la conformi-
tsulAd clon no a ue e ser sino aque o que es re dad"? A mi parecer, no. Esta transición
ettypok si sypp„sly i os mecanismos se encuentra implícita en el desplaza-
, (además de sus objetivos), por otro ladp, miento del orden como cuestión central
U.,Vá se-ais-Therién continuidad con a ue s al orden como presupuesto y resultado
e as mod ades "normales" u obede- del "control social". El orden se transfor-
-
N (Ah cZnia, i
iiTgriTá Tógica en, acen- ma así en consenso y denota todos los pro,
t gunos aspectos sus caracte- cesos que contribuyen a producir cansen
tiS risticas e on o. •e aquí se des rende so. EnrejidadIo& procesos "macro" no
que el "consenso" es iliTi táneamente pueden sino remitir a los asi denomina-
que se partq_nague1Fo-que Ut
_Lsensido común o bien,
-
se o tiene, aque o que es resup tiesto y i'
comparti
elo y orientado en la misma di-
-- -
acRello a que se tiende, aquello e ue debe rección: existeun-d- lo de
- - - - ---
expica. o y aque lo que"elp rica7. cón7a75 Taicen tuación de una faceta o
.
on un e_eqts1.2dolleLloilsenso_"
a e a otra es, más bien, lo que frágil e
es siempre el problema central (cómo se inapPoPiada-mente distingue el análisis
- - -
esta iece e orden, cómo es asegurada la r'iác7
._ -óaérrnicro. Colocar él acento en la
— -
¿on - Torrn 1 a coi to a tal or .), comunidad de sentido conduce a la ex-
eFdTs-e-n-sZW:j37oducción de desorden, ploración de las dinámicas de interacción
-
.la esviac -
ion es una categjq.i
-- ,
or till y, en primer lugar, del lenguaje, media-
(como si los r?.r7.7n7Fros connotados por dor y productor de comunicación.
-estasTár ~iesen 4ufi use da A partir de G. H. Mead (1966), lleva
p.-o-rd-eiZziritaTo7aquello que no debe ex- a identificar el--7177orsc
c( -
Zal en tanto
1511-c-aT r,-Tiim-p- re y aririismo tiempo, auto-control, o bi como producto de
¿onsenso coruióWEráréá-aE-ro- normal, de ra-atit7r7Mexión sobre los efectos de la
lo ffiróT51
, 52—
2r_s
-
E.sy__ _ -3U."r6-M.15t-
iso, aaueltá interacción. Conduce, por otra parte, a
m7,_delwt.21óico. Control social es dos consecuencias, sólo aparentemente
aquello que produce consenso antes aún contrapuestas y en realidad complemen-
bien.,17n- tarias: la consideración del courslsocial
terviene a ara modificar el disenso. como a roductor y reproductor de senti-
No seguiré todas as posibles vías de 4o y la búsque. a e senti io autentico",
un análisis del "control social" a partir de del sentido "oculto", esto es, aquel que el
estas consideraciones. Me limitaré breve- control habría distorsionado, silenciado
mente a comentar:)1a cuestión del con- o falseado.
trol social como productor de consenso, Colocar el acento sobre el sentido
(5 la cuestión de la relación entre con- orientado, sobre la dirección, puede, en
senso y coerción la cuestión del obje- cambio (no necesariamente), conducir a
to del control. la exploración de los fines y valores so-
ciales o comunitarios. Puede llevar al a_ná-
¿Qué es el control social? 55

lisis de las normas explícitas y de los pro- dades más amplias. Pero a ambas lecturas
cesos a través de las cuales ellas son estable- les es inherente la cuestión, decíamos, de
cidas, legitimadas, reproducidas y defendi- un control social creador, _productor,
das; a la indagación sobre las modalidades plasmador: de sentido, de nuevo sentido,
de organización e institucionalización; en de sentido ficticio o distorsianado. Esto,
suma, a las funciones orientativas de siste- por otro lado -y luego retornaré sobre
mas y subsistemas. ello-, es un elemento útil para el análisis
de cómo la categoría de control social se
b) ¿Qué relaciones existen entre pro- juega en el conflicto y cómo ella es cru-
ducción o- ,-Coercion con- cial para entender cómo es jugada en el
-
sensory TéFésiór i Esenso? S yis- mismo, otra categoría, la de identidad.
Consenso -coerción, así como los he ape-
___
duccion se co nse a nas descri to, ueden ser utilizados_para.
como coerción al consenso. Las dos lectu- iniviu r ç sos sustancialmente
ras tienen en común que imputan a con- análogos pero diversamente ubicados
t7(5T-'s( We- Tti-.Fició-n —
cie-a-t.iv-a r; ror -r7óreje--410 la contraposi-
(Con ria
- — --
psTásTii Ze5W. La primera tiende a excluir ción mundo de la vida-sistema; ver Ardigb
una resistencia originaria -ya sea que ésta 1983; Habermas, 1979) °procesos
,, diver-
se sitúe en las profundidades instintuales sos p5ltlatr2LH iellyEL5111:12clqtmro sin
de los individuos o en zonas de lo social discontinuidades perceptibles; o aun,
ubicadas más allá de un supuesto centro comode- cíamo7,TóMismosTrocesos vis-
de erogación de control- y conduce, más tó-S urórdiférenteS.' El irn-Wers'
bien, a buscar el cambio dentro del mis- al que se hace reIrenTra— es, en todos los
mo flujo de comunicación recíproca a casos, aquel del Estado de Bienestar, el
través del cual se da el auto-control y el universo de la tutela de la vida cotidiana. 2
control del otro. La segunda asume, en Control social corno rep 9_, en
cambio, una resistencia originaria, cuya cambio, eslinatesIliillue acentúa la he-
fuente puede bien ser interna al indivi- terogeneidad, la excentricidad y el. anta-
duo, resistencia que produce una dialéc- gonism6WWiiTeZiógica3 objetivos del
tica continua (ya sea, ella misma, interna EcTiiWol-~5-arc"ss---áZt-cifés
o externa) con procesos de control a los Pos. e su rayan as valencias destructi-
que no se puede más que imputar una vas, más que aquellas creativas. La repre-
lógica y unos objetivos, al menos en par- sión debe ejercitarse sobre algo que a ella
te, antagónicos a aquellos que se deben preexiste y es portadora de un sentido
considerar "auténticos". Esto implica, por
otro lado, la dislocación de la erogación
de control en una posición excéntrica 2. El concepto de disciplina introducido por
superior respecto del actor singular o de- Foucault(i 976) subraya también la productividad
notar con esta categoría sólo aquellos pro- del "poder". Los discursos y las prácticas
disciplinarias no se agotan en el Estado y en sus
cesos que intervienen para modificar, aparatos, sino que operan sobre todos los planos
desde el exterior, modalidades de regula- de lo social, construyéndolo simultáneamente
ción (y por lo tanto, procesos de control) como objeto de conocimiento y como destinatario
de grupos sociales insertados en comuni- de prácticas institucionales específicas.
56 Thamar Pitch

percibido como antagónico, amenazador, lbo sobre lo cual el control se ejercita tam-
etc. -y no puede sino proponerse el obje- bién en la comunicación "normal". En_
tivo de reducirlo al silencio, hacerlo vano. consecuencia, se puede suponer que "ori-
Declinar control social exclusivamente en gen" y "objeto" coinciden. La utilidad de
retener también aquí, una noción de con-
---
c.7
t. 6--
ite 1os procesos que seIP
_ ro- trol social está en la posibilidad, verifica-
ponen el objetivo, o tienen cornoiresul da continuamente, de que lo "obvio" en
amiento del otro, al me- un cierto momento pase a ser considera-
nos en lo que se re iere a su identidad y al do "extraño", "aquello que es normal"
sentido—d-ér quees porta4 ç yeçto "pueda sorprender" y la regla pase a ser
cié--r-iaco,á- JIUJ
- .-
mente, e im sortancia señalada como "abuso", y "excepción"...
limita a, menos en as sociedade Existen ejemplos recientes y macroscópicos
las que vivimos. en los cuales ha sucedido esto. La adop-
ción de "control social" por parte de los
c) De una manera u otra, todo aquello movimientos feministas para poner en
que se ha dicho hasta aquí plantea la cues- cuestión todas las modalidades a través
tión del objeto del control, o bien, de nue, de las cuales se denuncia que se impone
lb so&re lo que el control se ejercita. A su una "identidad" que se contesta (donde
turno, t. cuestión suscita otras: los suje- "identidad" significa tanto, aquello sobre
tos del control, los espacios del control -y lo que el control social se ejercita -la iden-
en definitiva, el poder (los poderes). tidad auténtica, originaria, fundante-
En lap_rimera acepción en la que he_ como aquello que interactuando
declinado pr-o-d-uccI61- de consenso7, conflictualmente con el "control social"
iOclainieracción tiene inherentemente se pretende construir: identidad como
]". --r-Ji7o-Jes de contToTi¿War,---
yaque se basa fundamento y como proyecto) es una
en y tien e a refiaar y reproducir aque- maniobra en el conflicto _que
lb quaela -fritera-c.- J6n -
problematiza y lee en términos de "opre-
ma: el universo de significados compar- sión" un área de relaciones y de procesos
tido y dado - por desá-ntado stieconsti tendencialrnente considerada "neutra" o
nosotros_percibimos.y "natural".
Prima facie, Todo esto indica la necesidad de,pos,
acer intervenir aqui a noción de con- miar un otro- usarAelcontrol lgo"
trol social parece una operación super- sóbilélo ue ercontrol. intervien n
flua y tautológica. El orden s_e_sla_pgrqlie o que interactúa; pero, p31451.6jicatnen,-
está supuesto y confirmado en la comul te, no dice nada sobre el mismo, salvo el
nicación mtersu jetiva. ero, es justamen- Ife-cE-o—de ue serán consideradas como
te cuan ación se interrum- poco út~ellas ne..s_teóricas
pe, es perturbada o de cualquier manera que relegan en lo irracional -1) son incom-
cuestionada que, las funciones de control patibles con- toda_li tesis de disturbio
social que le son inherentes aparecen en en la ¿ornunicación. Se encuentran entre
primer plano. Esto plantea, conjunta- éstas, desde mi punto de vista, el sistema
mente, la cuestión del origen de la per- teórico de Parsons (i 965); pero también,
turbación o de la contestación y de aque- mucha de la producciói teórica de los
¿Qué es el control social? 57

etnometodólogos y fenomenólogos (para tado como "patología" (Parsons, 1966,


una bibliografía, ver Giglioli-Dal Lago, "Rep-r-e-s-16n";-én cambio, es una
1983 y Pitch, 1977). Aquello que me pa.- categoría incompatible con estos presu-
rece que estos diferentes enfoques com- puestos teóricos, ya que ella implica la
parten es una teoría de la interacción existencia de un otro-lugar productor de
como comunicación intersubjetiva com- sentido que no es posible reconocer. Pero
pletamente "racional", de una índole tal, también "coerción", si es terapia, podría
que no produce "residuos". En Pons ser leída como coerción sólo por quién es
e?:22212 de la identidad entre fines "coercionado": el suyo es, todavía, un dis-
sistémicos y fines individuales, en una curso irracional. Por lo tanto, el sentido
circularidiaCTue
,_ gtro-lu- producido por la terapia es el único posi-
ga7. "qontrol social" describ - ble, el único auténtico, el único racional.
S-6sje
-
inducción a la conformidad como Para que también descifrar la
mecanismos de autorregulación terap erción_o,ell general, se
ca; o rri- o:LITnT,Tó-s- s~presupo- puedan imputar
i puta jprocesos de con-
nen los primeros viceversa. 1a conno- dis
íidón creativa que siempre es inherente do, es necesario no sólo postular una plu-
áT57o-ciórii-- n-usm- a de "control" perma- -
r2TEnérientes pr-o- ductivas de se-n—ti--.
ne~inacTiVáTdádó—u-e el -Control mgién disponer de un modelo
no---trerieiiiia-ja sobre e cu ejercitar-.
se. En los etnometodólogos, la construc- tancia, se deben hacer cuentas con una
clon del orden se desplaza del compartir teoría del poder; necesidad a la cual no se
las normas sistémicas al compartir las re- sustrae la escena etnometodológica.
glas interpretativas que hacen la comuni-
cación posible, en tanto sensata. Orden y
posibilidad de comunicación coinciden: Control Social y Desviación
en la situación particular la interacción
reproduce el orden en la medida en que Diversos problemas son inherentes a
es hecha posible por el mismo. Permane- la individualización del objeto del con-
ce verdaderamente poco clara la matriz trol social, estando en el centro del análi-
de divergencias interpretativas, errores, sis que se desarrolla en la interminable
transformaciones. tni.a acionesr, producción de estudios anglosajones so-
la prevalencia de uhainteteretaciónj los bre la denominada "desviación". Esque-
efectos
_ de producción de realidad son. re- máticamsne Lse puede decir que con des-
levados, pero permanecen fuera de la in- , •'
o • - a .
ap-ción Ta-fi l-51-"W'dlgenes e—l'a ctiy-er-- capado a 1912125 atiolasucial
- -—
encia comaoselementos que hacen que primario como as uello a ue el control
,
una cierta mterpretacton sea más "fuer- socia secundario" e*
teque otra. orientar o reprimir.
_ Es a buena parte de
En términos parsonianos, entonces, esta producción que se refiere la polémi-
coercion no ser sino, completa- ca de Janowitz, la que por otra parte -si
mente, "terapia"; o bien, gestión y cura éste es su blanco-, no hace más que reto-
1E o irraciona , que a_...s sAsn- mar el ensayo acusatorio de Wright Milis
58 Thamar Pitch

con respecto a los "patólogos sociales" procesos que tenían el objetivo explícito
( Wright Milis, 1943). de gestionar, curar, reprimir la desviación
Por un lado, quien habla de desviación misma. Aquí "control" asumía el signifi-
no puede sino cado de reacción social e institucional a algo
oTtr~Lcontrol. Y,22Lella, la ma- preexistente -cuyo ser, a su vez, sin embar-
yor parte de esta literatura gira en torno al go, no podía sino ser reenviado a un "fra-
ada
«p--r-ZFérn-i-jé las (.7Wde la desvi caso' del control (primario) mismo... Si
- en cambio, indicamos con "desviación"
Neseo qUÍtO O el debate so-
bre la cuestión. Relevo solamente que, aquello que los procesos de control social
también el mismo tiene una dinámica cir- individualizan como tal, no sólo perma-
cular, sobretodo cuando no se trata de ana- nece irresuelto el problema de aquello so-
lizar un "problema" particular, sino que se bre lo que el control se ejercita y con lo
busca fundar una teoría de la "desviación" que interactúa; permanece abierta también
dentro de modelos que asumen orden y la cuestión de la cual he partido, acerca de
3
equilibrio como principios constitutivos qué cosa constituye control socia1.
del sistema. Por otro lado, el término mis- Si, como retendía Janowitz, volvié-
mo "desviación" traduce una concepción ramos a desi nar con este termino los
en la cual el otro-lugar del control, más "mecanismos regu a ores e la organiza-
allá de que se le encuentre una ubicación,
no se plantea como fuente autónoma de la—diriEjad de distin uir procesos de
procesos, discursos y lógicas: la búsqueda soci ización e inculturalización de pro-
de "causas" externas a los procesos mis-- ceso7Cr--c-6-éYCTó-ñirlpresión, p¿ro nos
mos de control social es vana, en la medi- pyaaoalmismo_tiempo de la rique-
da en la cual "desviación" no puede sino za constituida por esta dificultad. Esta ri-
designar, justamente, aquello que escapa sliezaradica en indicar ue se trata de
a o aquello sobre lo que, estos procesos rocesos creativos y com le OS, en mu-
intervienen. Ella no puede ser leída sino chas aspectos simultáneos, ce
-
como campoEilEiliTeTZEJPol,i;or él referencia á fa intersección_y yuxtaposi-
_ di-
ción de diversos ámbitos de vida y_ de
radi ma" asociad a las investigacianes_de_ versas competencias institucionales. Por
los teóricos del labelliy . los 1-- 7Z7Mcaref¿rencia a un cierto or-
o tan
riós-5-50' Baratta, 1982)cpq_elcqp den social y a la experiencia e interpreta-
se indica la revuelta producida en estos es- ción de este orden. El desplegarse del Es-
tudios con el salto es e una concepcion tado Social constituye el terreno de for-
onto ogica" de a esviacion a una con - mación y aplicación de esta concepción
ce clon en términos de construccion so- del control. Esto último, en dos sentidos
cial", su raya just - -e correlativos: por un lado, dado que ella
-— - sirve para individualizar procesos que son
transform ación ifólián si~tir a los
problemas irresueltos inherentes a la indi-
vidualización del control, de sus sujetos y 3. Los problemas teóricos inherentes a la relación
de sus objetos. desviación-control social han sido, en Italia,
Partir de la "desviación" tenía la venta- afrontados entre otros por Torneo (1979 y 1981),
ja ilusoria de designar como "control" los Giasanti (1984 y 1986) y Mosconi (1985).
¿Qué es el control social? 91

productores de consenso y de coerción mo, móvil- no simplemente resistencia


conjuntamente o que son lo uno o lo otro a la imposición, sino construcción en el
según el punto de vista desde el cual sean conflicto, en la interacción con proce-
analizados; y, por el otro, dado que ella dimientos determinados de normaliza-
es útil para individualizar como ción, considerados como constricción:
inextricablemente conexos procesos que a su turno, productor de normas, de
tienen diversos espacios de emergencia y nuevos límites, de definiciones diversas
se proponen o'Jjetivos explícitos distin- de normalidad... El análisis de las polí-
tos: intervenciones sobre el malestar so- ticas como el análisis de la práxis opera-
cial y la pobreza, políticas sanitarias y psi- tiva de instituciones y agenáas deberá
quiátricas, políticas criminales y de or- así dar cuenta de la multiplicidad y he-
den público... terogeneidad de los actores involucrados,
Definir estos procesos como_procesos de sus proyectos, de sus definiciones de
de control social es, evidentemente, la situación, de las negociaciones a tra-
elé-cción:Ero— s tam--Frisña
ier - -
Wiibles de vés de las cuales estas definiciones cam-
otra márra_biarabgyro_i_gclIlkera seña- bian. Esto implica también, atender a
'lar que control social no designa tanto las formas de organización de estos mis-

---
rocWs'ajetiv ito m una mos actores (ver, por ejemplo, toda la
pártIcIV-cWédélatur.a.,,de_ (casi).-eu-al denominada cuestión de lo privado-social,
quier proceso. La cuestión de cuáles pro- Donzelot, 1984) y a la transformación de
cesos son en cada ocasión leídos a través estas últimas en relación a las respuestas
de esta clave es, por otra parte, ilustrativa institucionales.
para entender las transformaciones y Finalmente, realizo una propuesta de
dislocaciones de los conflictos (Pítela, definición. La cat5:toría de control so-
1985). Qué cosa sea señalada como "con- cial no indi p_roccsos pYrtiruia
trol" (o efecto del control) depende, en res, no recorta un áreaeespecífica
aérSIT jetos sociales, sino 11.15 en cambio, es el
en cono ue í dTiiii punto de vista que tieneruerucuenta
etivi da socia -PórirtictiT y al -potencialmente de cada proceso, de cada
jugar a como ni amento y o como pro- cíbrin o --"To---C""tos
-----—
que contri buyen a
-.-
yecto, enuncian como procesos de con- la producción de lo bueno y .6 malo, Je
"fF61-soE12-75-Cómo procesos orientados a Id normal y lo patoi¿gico uéprsicesos
o_c_u_La ppIr a o tencion de ta y qué o ISTeo- s deb— - —---
en en msodo
sbjetividad, ámbitos hasta entonces vi- idlYáto
ar -
s secrún esta-~de
- --
vidos y experimentados como neutios. El Vciii;. dependerá de la interacción en-
_
hecho --d-eq'ue esto ocurra actualmente Tr-elo-s co s del
frente a prácticas y políticas que atravie
san la vida cotidiana es un efecto parado- tos y eriiri o-d-e Tmevosaáores
jarcie aquella presunta naturalización de
-- -
los "problemas sociales" que se le imputa PieñZo que, actualmente, quien esté
al Estado de Bienestar. interesado en recoger la dimensión social
El otro -lugar del control, su objeto, de la producción de control (según la
no puede entonces sino ser, en sí mis- definición que aquí he propuesto) debe
60 Thamar Pitch

leer en esta clave, al menos, tres áreas dirección posee la cuestión criminal y a su
de procesos, la primera de las cuales, se problematización como cuestión institucio-
puede decir que es "tradicional": 1) el nal (para un análisis crítico, ver Pitch, 1986).
funcionamiento de las instituciones que La interacción con otras áreas de produc-
tienen el mandato de definir y gestionar ción de control y los posibles conflictos con
de distintas maneras lo que no está bien ellas, permanecen así al margen de la inda-
y lo que no es normal: el derecho, el sis- gación. El. ri912....qs la producción de lectu-
tema de justicia penal y las agencias vin- ras e ue im suten a las fuentes a__touroce- _
culadas al mismo, la psiquiatría, las ins- ación de control una- coherencia
titucignes psiquiátricas y las agencias y una u_nidireccionalidad probablemente ex-
---—
vinculadas a las mismas; 2) el funciona- cesivas7su encanto y su utilidad sin
miento de las agencias involucradas en go, radican precisamente, en su intentó por
la distribución de servicios y recursos recoger un senti e9gener e •racTtqls-y
(económicos, psicológicos, sanitarios) en polTi-ijs—arversas. Por ende, a ellas convie-
la medida en que tal funcionamiento se ifé-Fe ra situar nuestras hipótesis de
basa sobre y contribuye a la producción investigación y proceder a su verificación.
de nociones de lo "bueno" y lo "normal" Las lecturas prevalentes se enfrentan
(y viceversa); 3) las actividades de gru- con los cambios producidos en los años
pos sociales y de movimientos colecti- '60 y '70. La naturaleza de estos cambios
vos como productores de nociones de es objeto de debate. ¿En qué relación está,
lo que está bien y lo que es normal (y se pregunta oportunamente Stan Cohen
viceversa), especialmente cuando ellos (1983), el social control taik5 con las polí-
enfrentan tales cuestiones en relación al ticas y las prácticas efectivas? Los años '60
modo en que son afrontadas por alguna en USA y en Gran Bretaña, los primeros
institución. Las interacciones entre es-
tas áreas de procesos y, en el interior de
cada una de ellas, entre las diversas ins- 4. ra rti/J22.itjlizado
_cji la categoría de
control social para--denominar 'a-CíliérF57 sOs
tituciones y los diversos actores involu- de. contról dirigi'aos a mar-iWner--
y rTrodu:cirlás
crados, producen aquello que es defini- 6-rid. • - J!1 tay: e
do como control social. po er existentes; también a ui, •or le tanto,
-
E6rWores-óci2 pier e su originaria connotación
diTi No ya control de la sociedad sobre sí misma,
sino control de algunos grupos o intereses sobre
Lecturas Criticas de los Procesos de todos los otros. Desde este punto de vista la cuestión
Control Social Actuales de la "desviación" resulta central. La producción de
desviación mediante el establecimiento de normas
Entre los sociólogos y los criminólogos y a través de procesos complejos de definición,
denojiI/Ts-"Er f estigmatización y castigo de la misma desviación
— se transforma en el núcleo, en esta sociología, de
trol social tiende, con alguna oscilación, a
- la categoría de control social. Para una historia
hacer referencia—p—réaóninintemen tea los del surgimiento de la criminología crítica en Italia,
-
rriecanis os, Tás instituciones ros e roce ver Faccioli, 1984.
so de çió pxenci'ay gestión de 5. N. del T: En inglés y en cursiva en el original,
4
la respuesta a la desviación" ( Cohen, 1915). reproduciendo la expresión de S. Cohen. En
- castellano el texto citado ha sido publicado como
EsT6 Wé a la centralidad que en esta
¿Qué es el control social? 61

años '70 en Europa continental, Italia in- intervencionista, paternalista y "terapéu-


cluida -aunque con significativas peculia- tico"- con la idea de la necesidad de una
ridades- han visto imponerse un "discurso reestructuración de las políticas de
del -y sobre el- control" aparentemente welfare, de manera tal de involucrar a los
unitario al invocar la descriminalización, usuarios en su gestión: descentralización
la desinstitucionalización, la descentrali- y territorialización (community control,6
zación, la territorialización, pero en el que, verNelken, 1985; Scull, 1982), por ende,
en realidad, convergen instancias e intere- como terrenos para una "resocialización" no
ses diversos y contradictorios, los cuales, terapéutica, aresponsabilizante", privada de
en situaciones nacionales diversas, pro- connotaciones disciplinarias (la fuente teó-
ducen resultados cuya interpretación es rica de esta impostación se encuentra en las
también objeto de polémica. En Estados reflexiones de los labelling theorists).7 En el
Unidos y Gran Bretaña el "nuevo discur- campo de la justicia penal, se habla de
so" surge en un contexto de welfare con- despenalización y descarcelación (Sculb
solidado. Critico de los efectos disci- 1977), se ponen en práctica, sobre todo
plinarios y colonizadores del welfare, se en lo que respecta a la denominada de-
mueve todavía en sus inicios, en un hori- lincuencia juvenil, complejos esquemas
zonte que prevé, llegado el caso, incre- de diversión, se hace un amplio uso de la
mentos del gasto público. El ambiente po- probation."
lítico y cultural es aquel (en USA) de la En este discurso, no obstante, conver-
"guerra a la pobreza" de Kennedy y gen las instancias libertarias, con aque-
Johnson. Es un discurso, entonces, que llas francamente liberales (en términos
conjuga "tolerancia" y "permisivismo" económicos). En los últimos años de la
(para Gran Bretaña ver NDC, 1980)
(descriminalización de los delitos sin víc-
ti ma, aperturas a la "diversidad", exalta- 6. N. del T: En cursiva y en inglés en el original.
ción de estilos de vida no conformistas, Traducción literal: "control comunitario".
desinstitucionalización psiquiátrica, etc.) 7. N. del T.: En cursiva y en inglés en el original. Se
-y por lo tanto, la defensa de los derechos hace referencia con esta expresión, en forma sintética,
a los teóricos del Labelling Approach (Enfoque del
individuales amenazados por el Estado Etiquetamiento) (H. S. Becker, E. Lemmert, E.
Schur, T. S. Scheff).
8. N. de T.: Las dos expresiones en cursiva y en
capítulo 4 de "Visiones del Control Social. Delitos, inglés en el original. Con el término diversion se
Castigos y Clasificaciones", PPU, 1988. La hace
' alusión a todas las estrategias que diversifican
traductora de dicho texto, Elena Larrauri, ha usado
la respuesta social frente a la delincuencia,
allí la expresión "lenguaje del control social" (p. institucionalizada a través del sistema de justicia
175), que creemos sólo tiene un valor aproximativo penal, aprovechando así, de alguna manera su
con respecto al sentido de la expresión inglesa. He significado literal: "acción de cambiar algo de lugar
aquí, pues, otra razón que refuerza la pertinencia o modificar su dirección"(Oxford Advanced
de conservar la expresión en inglés respetando al Dictionary). Con el término probation se hace
mismo tiempo la decisión de la autora y la precisión referencia al sistema por el cual se establece un
del sentido propuesto. Esta será nuestra actitud control oficial sobre los comportamientos de las
genérica ante el texto, sin perjuicio de dejar personas encontradas culpables de un crimen
asentado el sentido literal de las expresiones o (especialmente, menores), como una alternativa a
términos para guiar al lector. su reclusión en una prisión (Oxford Advanced
62 Thamar Pitch

opulenta década del '60, la crisis fiscal y la custodia; se habrían, en cambio, suma-
la involución política constituyeron el do a estas últimas, con un efecto de ulte-
terreno para que estas últimas tradujeran rior despolitización y patologización de
la crítica de los aspectos disciplinantes del los conflictos, de ulterior erosión de los
welfare en una denuncia del welfare en espacios privados e individuales y de una
cuanto tal, encontrándose de esta mane- compleja multiplicación de las interven-
ra con los restos de batallas precedentes. ciones autoritarias e institucionales.
Una de las lecturas de los cambios produ- Si éstas son algunas de las desesperanzadas
cidos en los años '60, denuncia los efectos reflexiones de la "izquierda, la derecha de los
de difusión del control y la disciplina ha- años '80 se hace promotora de campañas de
cia áreas, campos y poblaciones que antes ley y orden motivadas de distinta forma en
les eran extraños.'° La territorialización, la los diversos paises. En Italia, como se sabe,
extensión de medidas sofillno habrían sus- los temas principales han sido el terroris-
tituido la centralización, la segregación y mo, la toxicodependencia y ahora la gran

de tratamiento orientado a intervenir sobre el


Dictionary). De acuerdo al lenguaje empleado en individuo singular y "resocialización" que debería,
los textos legales argentinos -Codigo Penal, Art. en cambio, significar, intervención sobre las
276 / Reforma 1995- se equipara su sentido a la circunstancias, las situaciones sociales y ambientales
expresión "suspensión del juicio a prueba". Junto para facilitar, cuando sea necesario, la reinserción
con taparo/e, constituirían las estrategias esenciales del interno en la "comunidad" (el doble significado
de diversión en el ámbito de los sistemas de justicia permanece en la llamada Reforma Gozzini 1986),
penal anglosajones. donde se reconfirma no un proyecto de
9. En Italia, los discursos y proyectos de descarcelación-desinstitucionalización, sino un
desinstitucionalización y territorialización de proyecto disciplinar de flexibilidad de la pena (ver
control coinciden, como es sabido -siendo, al entre otros, Mosconi, 1986); la ley de reforma
mismo tiempo, motor y efecto- con la onda de psiquiátrica de 1978(ver Mauri, 1983) cuya
cultura "antiautoritaria" simbolizada por el 1968 i mplementación ha recibido resistencias ya
( Pitch, 1982, Introducción). Estos asumen, en demasiado conocidas; la tímida y ambigua
aquel clima, una connotación muy radical: pero despenalización del uso personal de sustancias
que tiene que ver con una situación "retrasada" estupefacientes y psicotrópicas; la transferencia a
respecto a aquella de los países anglosajones: es los entes locales de las competencias administrativas
decir, caracterizada por la presencia casi unívoca delTribunal para menores. Las casi contemporáneas
del modelo custodial tradicional y de la ausencia campañas de ley y orden y la promulgación de la
de agencias de welfare. Los saberes involucrados legislación de emergencia dan lugar a un debate
en el debate son el derecho y la psiquiatría y dado en el cual posiciones neogarantistas se enfrentan
que -y pour cause- no existía prácticamente un con fuertes tendencias "sustancialistas" que se
vocabulario sociológico autóctono del cual extraer legitiman, ya sea con la referencia al tema de la
categorías y análisis, la literatura anglosajona fue "seguridad" y de la defensa social, ya sea con el
empleada para dar sentido a proyectos políticos que recurso a la ideología de la "rehabilitación"
oscilaban desde el maximalismo "revolucionario" a declinada, como decíamos, en tanto flexibilidad
las reformas "modernizadoras". Los frutos de este de la pena en respuesta a las "necesidades" del
período son: la reforma penitenciaria de 1975 individuo. (La literatura sobre las políticas de
(jamás implementada verdaderamente), centrada emergencia es muy vasta. Me remito aquí
sobre un concepto de "rehabilitación" cuyo solamente a algunos títulos: AAVV, 1977; AAVV,
significado oscila entre "reeducación", en el sentido 1979; T'erra" di, 1984; Rodotá, 1979).
¿Qué es el control social? 63

criminalidad organizada. En Gran Bre- lincuentes, etc., no nacen , según estas con-
taña la criminalidad de la calle ( Hall et cepciones, por causas "sociales", por pro-
Al., 1978) y luego los riots' 2 de los ghettos blemas ambientales, culturales o familia-
negros (Lea y Young, 1984). En USA la res. A decir verdad, por qué nacen deja de
cultura neo-liberal propone un ser materia de interés. Aquello que importa
retribucionismo completamente articula- es la disuasión y la defensa social.
do en clave de defensa social: la hipótesis
(
Para interpretar el complejo cuadro
(rehabilitadora, típica de la cultura del definido, antes que por la políticas efec-
welfare, es develada como irrealizable y tivas, por los discursos dominantes sobre
costosa. Se abre camino así, a través de las "estrategias de control social", algu-
un retribucionisrno "de derecha", el mo- nos criminólogos han utilizado la metá-
delo de la incapacitation' 3 ( Hirsch, 1976; fora de la bifurcación. Los sistemas de
Haag, 1975; Wilson, 1975 y 1980; y para control social, leídos a partir del sistema
una discusión de estas posiciones, ver de justicia penal, al que en estos análisis
Greenberg y Humphries, 1981; Platt y se le confiere una centralidad absoluta,
Takagi, 1987; Pavarini, 1985): los "cri- estarían abriéndose en dos direcciones.
minales" no deben ser recuperados, sino Por un lado, el control segregativo,
si mplemente puestos en condición de no custodial, explícitamente represivo, sim-
causar daños. Por otra parte, esto es cohe- bolizado por un universo carcelario pri-
rente con la hipótesis que contempla el vado de cualquier ilusión reeducativa y
desmantelamiento y la fuerte reducción del dirigido a la incapacitation de un reduci-
welfare. Enfermos, incapaces, pobres, de- do "núcleo duro" que es construido como
"irreductible" a procesos de reintegración
10. En este sentido, el texto más citado continúa
social -la diferenciación como modelo
siendo Cohen (1979). A efectos análogos parecen "nuevo" de gestión de las cárceles se in-
no escapar los esquemas y proyectos de sertaría en esta lógica. Por el otro, la di-
deslegalización, o bien, la institucionalización de fusión de un control suave, terapéutico,
modalidades extrajurídicas de resolución de las descentralizado en el territorio, dirigido
controversias, para incrementar la participación a "todos los otros", construidos como el
directa de los ciudadanos e impulsar la
simplificación de procedimientos extensos, área de la posibilidad de recuperación, de
formales y suspuestamente alienantes respecto a la la tutela rehabilitante y resocializante.
percepción de -y a la responsabilización con
respecto a- los propios derechos, sobretodo en
cuanto a los grupos y clases cultural y socialmente La cuestión de la peligrosidad social
desfavorecidos (Abeb 1979, 1982). Para una crítica
de la tésis de la extensión del control disciplinario,
ver Bottoms (1983). Ya en estas lecturas, cuyo punto de
11. N. de T.: en inglés y en cursiva en el original. partida son la cuestiones criminales y el,
Traducción literal: "blando". sistema de justicia penal, es posible des-
12. N. de T.: en inglés y en cursiva en el original. cubrir la crucial importancia actual de la
Traducción literal: "disturbio violento o salvaje "peligrosidad social".
realizado por una multitud de personas". Esta categoría reaparece, de hecho,
13. N. de T.: en inglés y en cursiva en el original. como legitimación de la incapacitation,
Traducción literal; "Incapacitación". corno criterio de diferenciación tanto den-
64 Thamar Pitch

tro del universo de la segregación, como típicas del welfare, conservan todavía al-
entre éste y las políticas de control social guna plausibilidad.
suave. La peligrosidad social se reformu- Pero esta lectura no recoge la interde-
la como el revés de la rehabilitación, ne- pendencia entre "rehabilitación" y "peli-
gando sus presupuestos. Criatura ilegíti- grosidad social". Conservar para lo penal
ma de la crisis de la cultura del welfare, una colocación teórica central implica el
esta peligrosidad social ha perdido sus ori- riesgo de asumir su autolegitimación como
ginarias connotaciones biológico-positi- descripción de los procesos efectivos. La
vistas y ha adquirido connotaciones que metáfora de la bifurcación imputa a lo
facilitan su extensión y uso indiscrimi- penal la producción de procesos que, en
nado. Se presenta como categoría resi- realidad, tienen su matriz en otro lado.
dual: todo aquello que no es rehabilitable, Acentuando la separación entre sistema
es por ello mismo peligroso. La metáfora penal y otros sistemas productores de con-
de la bifurcación, precisamente porque trol, esta metáfora no recoge el carácter
parte del sistema penal, toma de la peli- residual de la categoría de peligrosidad so-
grosidad social actual solamente los aspec- cial, asignándole un lugar de origen den-
tos que la legitiman inmediatamente y, por tro del mismo sistema penal. Ahora bien,
ende, su empleo para describir y gestionar si es de la crisis del welfare de la que esta
la subjetividad irreductiblemente antago- categoría es testimonio, es entonces den-
nista: el terrorista, el mafioso, o bien, las tro del circuito de las agencias de welfare
figuras sociales por definición "no que se dibuja su matriz. El desplazamien-
rehabilitables", en cuanto consciente y vo- to del punto de vista, implica la adopción
luntariamente en conflicto con las reglas de un modelo de lectura distinto: visto
del "pacto social". De aquí, esta lectura desde las agencias de welfare (es decir, del
procede a la interpretación de la exten- lado del sistema socio-psico-asistencial) el
sión de la categoría de peligrosidad social universo de las instituciones productoras de
a los "violentos" y a los ofensores "verda- control parece corresponder, más bien, a la
deramente serios" (Bottorns, 1977) como metáfora del circuito (transinstitutionalism)i 5
modalidad para reducir los costos -eco- que a aquella de la bifurcación. La metáfo-
nómicos y simbólicos- del modelo ra del circuito subraya no sólo la interde-
custodial. Este último, por lo tanto, se pendencia, sino también, el continuo in-
relegitimaría como last resorte frente a un tercambio entre el sistema penal y el siste-
área de conflictos reducida, representada ma socio-psico-asistencial, cuyas formas de
por "grupos de locos y malvados" disponerse hacen que, también lo penal,
(Bottoms, 1977, p. 87), al mismo tiempo no resulte sino un plano del funcionamien-
que se daría espacio a medidas de to complejo de las agencias de control. Se
descarcelación, despenalización y control presume aquí que lo penal funciona como
en libertad, pasa todos aquellos con res- punto de llegada y clasificación, como sos-
pecto a los cuales las teorías situacionales, tén indispensable del circuito completo y,

14. N. de T.: en inglés yen cursiva en el original. 15. N. de T.: en inglés yen cursiva en el original.
Traducción literal: "último recurso ". Traducción literal: “transinstitucionalismo
,:Qué es el control social? 65

Nisida, Reformatorio Judicial. Período fascista.

en última instancia, como productor de disciplinarios y normativos que conjunta-


modelos de control (custodiales, mente regulan la distribución y son refor-
segregativos). Se trata, ciertamente, de un zados por ella. También, en lo que respec-
circuito nada pacífico. De la metáfora de ta más específicamente, a los servicios so-
la bifurcación convendrá retomar la alu- cio-psico-asistenciales es necesario tener
sión implícita a las tensiones existentes en- presente cómo su función de pacificación
tre diversos modelos e instancias de con- y normalización de los conflictos, de ges-
trol. Es a partir de estas tensiones, antes tión y traducción del malestar y distur-
que de aquellas internas al sistema socio- bio sociales en problemas de patología in-
psico-asistencial, que se produce la "peli- dividual, está inextricablemente conecta-
grosidad social". Es preciso, en tanto, re- da a la función de producción y difusión
cordar que a las agencias de welfare -en de los derechos sociales. Esta función pasa
general- le es confiada, en primer lugar, a ser considerada primaria, a legitimar la
una función de redistribución de recur- operatividad de los servicios: ella se ex-
sos. La producción de control es inciden- presa bajo la forma de respuesta a necesi-
tal y, por lo tanto, se refiere a los aspectos dades que las respuestas mismas han
66 Thamar Pitch

preconstituido pero con las cuales deben lo de la tutela, "peligrosidad social" reen-
luego interactuar. Cuanto más rígida sea vía al sistema penal y evoca el modelo de
la preconstitución de la necesidad, tanto la custodia. Cuando el acento se coloca
más problemática y contradictoria será la sobre el abandono, la peligrosidad social
efectiva interacción con ella. es reelaborada en términos terapéuticos
Por ende, son muchos los elementos y conduce a reclamos y a experimentos
que intervienen para definir, en la prácti- de control social reforzado, de tipo
ca, la función normalizadora del sistema. custodial, sobre el territorio -donde éstos
psiquiátrico-asistencial. A partir de la pro- se legitiman apelando al derecho de ser
yección, formación e implementación de "tutelado" y al deber del Estado de "tute-
políticas que le conciernen y de la inte- lar" (un ejemplo son las comunidades te-
racción entre los servicios que lo compo- rapéuticas para toxicodependientes).
nen ( Micheli, 1986), entre el sistema mis- Cuando el acento se coloca sobre la peli-
mo y el sistema penal, entre los servicios grosidad social, el abandono adquiere la
y los usuarios, tal práctica es el resultad() calidad de característica indisolublemente
de conflictos, negociaciones y contrata- asociada a ambientes, estilos de vida, acti-
ciones. La "peligrosidad social" es uno de tudes, (sub) culturas (Pizzorno, 1986): y
sus posibles productos. Por otro lado y conduce a reclamos y respuestas en tér-
recíprocamente, su otra faceta es un nue- minos de "seguridad", de las cuales es
vo tipo de "subjetividad". Se configura actor el sistema penal. Las diversas mo-
como "peligroso", de hecho, aquello que dalidades de respuesta no individualizan
la red de servicios expulsa o aquello que poblaciones diversas: lo que en un cier-
a ella escapa y resiste. En suma, todo lo to momento y en un cierto punto del
que no es gobernable con -no se puede circuito, emerge como "abandono" ten-
reducir a- las reglas operativas de las agen- derá a reaparecer en otro momento y en
cias. Mucho de todo esto aparece como otro punto como "peligro" e
"abandono". Pero la categoría de "aban- Leonardi s, 1988).
dono" tiene, en realidad, dos caras: por Pero existe otra forma de mirar la dia-
un lado, indica el fracaso del sistema -y léctica abandono-peligro: estos dos tér-
se presta, por lo tanto, a ser utilizada en minos se pueden leer como maniobras en
sentido crítico con respecto al mismo- el conflicto o en los conflictos que opo-
pero, por el otro, indica una zona de re- nen los servicios al sistema penal y el cir-
sistencia -y resistencia informe- a la in- cuito completo a los usuarios. En el pri-
tervención institucional. En cuanto el mer caso, la ausencia de soluciones
abandono es no sólo resultado de la "in- custodiales propias puede ser utilizada por
capacidad" del sistema, sino también, los servicios como justificación del aban-
efecto de la no-gobernabilidad de los pro- dono de lo que por ellos es definido como
blemas, tiende a representarse bajo la for- "disturbio social" y, por ende, implícita-
ma del "disturbio social". De esta mane- mente (o explícitamente) reenviado a lo
ra, el abandono es conceptualizado como penal. En el segundo caso, el juego es más
"peligrosidad social". Si "abandono" re- complejo. El límite entre abandono y pe-
envía a las responsabilidades del sistema ligrosidad social es sutil y, al mismo tiem-
psiquiátrico-asistencial y evoca el mode- po, móvil: las estrategias de los usuarios
¿Qué es el control social? 67

utilizan, ya sea el uno o el otro, en los desconflictualización. Lo penal, en estas


conflictos con los servicios, y frecuente- interpretaciones, es visto como el princi-
mente, los dos conjuntamente, cuando pal espacio simbólico en el que los con-
se denuncia el abandono como matriz del flictos tienen la posibilidad de ser reco-
peligro o se reclama la tutela por razones nocidos como tales, al menos, siempre
de defensa social (ver al respecto las lu- que se reconozca a los sujetos implicados
chas en materia de tóxicodependencia y el estatuto de actores, cuyas motivacio-
enfermedad mental). Falta un análisis nes a la acción deben ser tomadas en con-
atento de los factores que llevan a la acen- sideración. Pero es precisamente sobre la
tuación de uno u otro aspecto. De todas crisis de este último aspecto que, según
maneras, ellos deberán buscarse dentro un sugestivo análisis reciente de Cohen
del campo definido por la interacción (1983), se consuma, también en el plano
entre ciudadanos e instituciones. de lo penal, la declinación de modalida-
Por lo tanto, "peligrosidad social" es des de gestión de los conflictos en las cua-
una categoría de lectura de nuevos mo- les estos últimos son todavía, de cualquier
delos de control, justamente, porque es manera, reconocidos como actuados por
producida por ellos y utilizada como sujetos conscientes. Según Cohen, el
autolegitimación. Sin embargo, ella im- revival de las ideas de defensa social y pe-
plica tener en cuenta la dimensión ligrosidad señala un retorno al conduc-
interactiva y conflictual, ya sea en lo que tismo, un desplazamiento de la
respecta a su utilización o a su produc- centralidad de la mente a la centralidad
ción -dos aspectos, por otra parte, sólo del cuerpo. Una inversión, por lo tanto,
diferenciables conceptualmente. de la transformación descripta por
Esta interpretación de la peligrosidad Foucault (1976). La declinación de la
social permite una lectura de los proce- ideología rehabilitativa habría provoca-
sos de control capaz de recoger el cambio y do dos consecuencias: el desinterés por
la dislocación de los conflictos. La centrali- las "causas" de la criminalidad y del ma-
dad de la cuestión criminal en buena parte lestar social y por la focalización sobre la
de la criminología crítica anglosajona, y la prevención especial, concretizada en el "tipo
consiguiente atención predominante hacia de autor". Según Cohen, paradojalmente,
las transformaciones discursivas e insti el actual debate sobre la imputabilidad,
tucionales que a ella conciernen, a mi pa- la culpabilidad y la responsabilidad pe
recer, ha llevado a la descripción de esce- nal, es signo de una difundida insensibi-
narios de alguna manera reflejo de aque- lidad frente a cuestiones relativas a los
llos dibujados por la sociología de los años "estados mentales", a las motivaciones, y
'60. La tendencia de muchos "problemas por ende, a la subjetividad en relación a.
sociales" a salir del sistema penal (algunos la elección criminal. Causas sociales y mo-
"delitos sin víctima", la tóxicodependencia, tivaciones individuales son conjuntamen-
una parte de aquello que es definido como te rechazados más allá de los márgenes de
"delincuencia juvenil"), invocada en los la investigación y de los proyectos de polí-
años '60 en nombre de la "libertad para tica criminal. Lo que aparece en primer
la diversidad", es leída actualmente como plano es el "resultado". En cambio, la
tendencia a la patologización y a la "mente" permanecería como central fuera
68 Tharnar Pitch

del sistema penal y para poblaciones Conclusiones


sociológicamente distintas. Las clases me-
dias, según Cohen -que retorna la distin- Para concluir, desearía retomar la cues-
ción de Orwell entre control del pensa- tión de la relación entre "subjetivación" y
miento por la élite y punición y segrega- "peligrosidad social". Esta me parece
ción por los proles - estarían todavía suje- paradigmática respecto a los contradic-
tas a un monitoreo que prevé la interven- torios procesos de imputación de respon-
ción sobre las motivaciones, la modifica- sabilidad generados por el Estado del
ción de la psique. Cohen, por lo tanto, ve welfare e indicativa respecto a problemas
una bifurcación entre modelos distintos aparentemente más específicos, como el
de control en tanto están dirigidos a po- que en este volumen intentamos abordar:
blaciones sociológicamente diversas. En la cuestión de la imputabilidad.
este caso, la línea de separación no pasa- Aquello que es construido corno peli-
ría más entre sistema penal y sistema psi- gro es precisamente, lo que se presenta
quiátrico-asistencial sino entre el circui- como ingobernable, intratable. La
to completo y aquello que queda fuera intratabilidad, decíamos, puede ser con-
del mismo: el mercado privado de la psi- cebida como carencia de las institucio-
coterapia, por ejemplo. En realidad, el nes o bien como característica intrínseca
cuadro aparece más complejo si introdu- del fenómeno. En ambos casos está en
cimos la dimensión interactiva. En tanto, juego una imputación de responsabilidad.
lo psiquiátrico-asistencial es un área com- En el primer caso, la ideología del welfare
puesta, en la que coexisten (e interactúan) es llevada a consecuencias extremas y se
servicios públicos y semi-públicos (es de- transforma en arma de guerra contra las
cir, financiados por el estado o por los agencias mismas del welfare: si en princi-
entes locales), cuyos usuarios potenciales
no son tan fácilmente diferenciables en
base a características sociológicas y que, 16. Este tipo de lectura se presta a muchas otras
en efecto, circulan desde unos hacia otros observaciones críticas. Aunque ella desee permanecer
en el plano de la interpretación de las tendencias
(es presumible, ciertamente, que lo ha-
discursivas, del social control talk -y en este piano
gan con estrategias distintas en relación realiza, en efecto, contribuciones importantes-
a los recursos personales diversos). Por alcanza también el plano de las prácticas y de las
otra parte, si concebimos la peligrosidad políticas. Pero entonces, aquí no se toma en cuenta
social (y la defensa social) conjuntamen- cómo el paso de temas desde lo penal a lo terapéutico
y lo asistencial ha implicado, no tanto una
te como producto residual del circuito y
desconflictualización cuanto una forma diversa de
como maniobra en el conflicto, los dos desarrollo de los conflictos ni tampoco se recoge la
modelos de control ("cuerpo" y "mente", presencia de un consistente proceso inverso, o bien,
atención al resultado y búsqueda de mo- de lo que Pavarini llama un proceso de
tivaciones sociales e individuales) se pre- hiperpenalización (1986). El punto central me
sentan como inextricablemente conexos, parece que se encuentra en una lectura "de izquierda"
del welfare que permanece, in totum, inalterada
el uno como interfase del otro -o tal vez, desde los años sesenta, aunque hoy día sea utilizada
mejor aún, el uno como continuo revés en ciertos casos en forma inversa. El welfare como
(pero también desafio) del otro.16 modelo de terapeutización, patologización y
despolitización de los conflictos, una lectura que ve
¿Qué es el control social? / 69

pio, todo es tratable, de hecho, aquello finido así. Por otra parte, el presupuesto
que es expulsado no puede más ser com- de la ingobernabilidad es, precisamente,
prendido como "naturalmente" refracta- la imprevisibilidad: pero es imprevisible,
rio al tratamiento, sino como resultado justamente, aquello que no está determi-
de ineficiencias, incumplimientos, per- nado, aquello que conserva márgenes de
versidades, mala voluntad de las institu- autonomía y de elección. Las figuras del
ciones responsables. En el segundo caso, peligro, entonces, no son más aquellas
la intratabilidad es construida como re- clásicas del positivismo, reunidas por la
sistencia, de alguna manera "voluntaria': característica de estar determinadas: el
es el arma a través de la cual las agencias loco, el criminal por tendencia, el crimi-
de welfare se defienden y legitiman los nal "habitual, etc. Son, en cambio, para
confines de sus propias competencias. Se el sistema penal: el terrorista, el mafioso,
configura, por lo tanto, como el criminal "violento". Con estas figuras
indisponibilidad al tratamiento. Esta es la se legitiman la ideología de la seguridad
característica que connota actualmente la y de la incapacitation. Pero éstas tienen
peligrosidad. Por ello, el conflicto entre su correlato en figuras explícitamente
las agencias y entre éstas y los usuarios se menos amenazadoras, menos consciente-
juega siempre dentro de la cultura del mente "enemigas", en el plano del welfare,
welfare: las agencias no pueden, conjun- en toda aquella área definida, por un lado,
ta y unánimemente, declarar una condi- por el fracaso de las agencias y por el otro,
ción como "naturalmente" intratable. por las demandas insatisfechas y por las
Otras agencias y/o los usuarios definirán nuevas pretensiones de los usuarios. El
la intratabilidad de esta misma condición contexto del conflicto define en cada caso
como fracaso de la agencia que la ha de- el área de la peligrosidad, la que no está
tanto asociada a una condición cuanto a
las cambiantes vicisitudes del conflicto
la dimensión conflictual presente hasta el momento mismo. Pero, en este sentido, al área de
de la promulgación de políticas sociales, pero la peligrosidad se le atribuye precisamen-
interpreta los efectos de estas últimas como exito
sustancial del "poder". Un aspecto descuidado por
te aquel grado de subjetividad autónoma
estos análisis -que operan con modelos de conflicto que la hace imprevisible, ingobernable, y
"clásicos"- es la transformación inducida por la por lo tanto, en cierto modo, "antago-
difusión de una cultura del welfare: en particular, nista".
una difundida desnaturalización de lo social (este Sobre la cuestión, más específica, de
fenómeno es recogido adecuadamente por los la imputabilidad -que en este texto es
estudios sobre la crisis de la democracia
representativa como efecto del exceso de demandas). afrontada a propósito del problema de la
(En otro plano, ver también Douglas-Wildavski, capacidad de comprender y querer del
1983). Signo de esta desnaturalización es, entre otras enfermo mental imputado de haber co-
cosas, el fuerte incremento del uso simbólico del metido un delito- el tema de la relación
sistema penal en detrimento de áreas como la entre reconocimiento-construcción de la
administrativa o la económica, en función de la
legitimación de áreas nuevas de intereses. Siempre subjetividad entendida como autocontrol,
a propósito del uso simbólico de lo penal, esta vez, "responsabilización" y peligrosidad en su
en función de la legitimación de una identidad efecto de criminalización, una vez más se
política, ver Pitch, i983). declina en un escenario policonflictual.
70 Thamar Pitch

Desde el punto de vista del debate teóri-


co, el reconocimiento de imputabilidad Bibliografia
es invocado en nombre de una función
retributiva de la justicia penal a la que se AA.VV.: "Ordine e democrazia nella crisi. Un
atribuye (contradictoriamente) ya sea un, dibattito interno allá sinistra", Numero
speciale della Questione Criminale, III,
valor "pedagógico" ( De Leo, 1985) y "te- 1977, 2.
rapéutico", ya sea una connotación AA..VV.: "Terrorismo e stato della crisi", Nu-
garantista". No entro en el mérito de este mero speciale della Questione Criminale,
debate en cuyo centro está la cuestión de V, 1979, 1.
la "responsabilización" (ver, en cambio De Abel, R.: "Delegalization: a critical review of
Leo, 1985; De Giorgi, 1984). Querría its ideology and social concequences", en
concluir, en cambio, indicando los ries- E. Blankenburg et Al. (ed.): Alternative
rechtsformen und alternative zum reche,
gos de una problematización de esta rela- Jahbuch fur Recht- Sociologie, Opladen,
ción solamente desde el punto de vista Bund G, 1979.
de la justicia penal. Me parece entonces, Abel, R.: (Ed.), The politics of informal justice,
que si esto no se confronta con el funcio- New york Aca.demic Press, 1982.
namiento concreto de las agencias pro- Ardigo, A.: Crisi di governavilitá e mondi vitali,
ductoras de control social, se tenderá a Bologna, Cappelli, 1983.
continuar la misma autolegitimación de Baratta, A.: Criminología critica e critica del
diría° penale, Bologna, 11 Mulino, 1982.
éstas, dado que "justifican" su fracaso
Bottoms, A.: "Reflexions on the renassaince
delegándose recíprocamente la responsa- of dangerousness", Howard Journal of
bilidad de lo que expulsan. La construc- Penology and Crime Prevention, Vol. XVI,
ción-imputación de subjetividad no de- 2, 1977, pp. 70-96.
viene entonces, sino en la elegante cober- Bottoms, A.: "Neglected features of
tura -de "izquierda"- de modalidades de contemporary penal system", pp. 167-
gestión de la "peligrosidad" en las que la 202, en D. Garland -P. Young (Eds.): The
Power to Punish, London, Heinemann,
seguridad, sea dentro del sistema penal o 1983.
fuera del mismo, se declina a través de Cohen, S.: "The punitive city. Notes on the
un recurso a la "diferenciación" y a la "fle- dispersa' of social control", Contemporaiy
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