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SUELO
• CONCEPTOS DE SUELO
suelo
• CONTAMINACIÓN DE LOS SUELOS Y SEDIMENTOS
• OPCIONES DE SOLUCIÓN
CONCEPTOS DE SUELO1
En general, el suelo se refiere a la
“Pese a sus pretensiones artísticas, su
superficie suelta de tierra que se dis-
sofisticación y sus logros, el ser humano
tingue de la roca sólida. Mucha gente,
debe su existencia a una capa de 15 cm de
cuando piensa en la palabra suelo, tie- tierra y al hecho de que llueve”.
ne en mente aquel material que ali-
menta y sostiene el crecimiento de las Anónimo.
plantas. Este significado es aún más
general, ya que incluye no únicamente
el suelo en el sentido común, sino también rocas, agua, nieve y aún aire, todos los
suelo
cuales son capaces de sustentar la vida vegetal. El agricultor, por supuesto, tiene
del suelo un concepto más práctico; para él es el medio en el cual crecen los cul-
tivos. El ingeniero civil, por otro lado, ve al suelo como un material que soporta
las cimentaciones, carreteras o pistas de los aeropuertos. Dicho brevemente, la
palabra suelo tiene muchos significados y nosotros debemos entender que la pa-
labra puede ser y será usada en varias formas en esta obra.
1. MILLAR, C.E. et al. 1980. Fundamentos de la ciencia del suelo. CECSA, México, p. 13-17. Párrafos seleccionados.
2. CHAVERRI P., A. 1988. “El papel de la ecología forestal en el manejo de los bosques tropicales”. Biocenosis 3(3-4): 17-25.
Párrafos seleccionados.
suelo
cialmente si el sitio se encuentra en una pendiente. En estos casos de fuerte pen-
diente, puede protegerse adecuadamente un suelo superficial por medio del esta-
blecimiento de vegetación herbácea o arbustiva en el lugar.
La profundidad real de un suelo puede ser diferente de su profundidad efec-
tiva. La presencia de un nivel freático o de una capa impermeable o duripán en
un suelo aparentemente profundo, puede limitar el desarrollo de las raíces de los
árboles y presentar dificultades en el establecimiento de la vegetación arbórea allí.
En la planificación del establecimiento de una plantación, es necesario cono-
cer acerca de la profundidad y el drenaje del suelo, ya que este es un indicador de
su aireación. Algunas especies forestales son afectadas adversamente si los suelos
permanecen inundados, aún por períodos cortos de tiempo (v.gr. teca), mientras
que otras especies están adaptadas a estas condiciones pantanosas (v.gr. fruta do-
rada y cedro macho).
La temperatura del suelo también puede ser un factor determinante. En con-
diciones de vivero, una temperatura muy alta puede dañar el cuello de la raíz de
las plántulas y ocasionarles una disminución en su tasa de crecimiento o incluso
la muerte. La temperatura regula la velocidad de los procesos químicos del sue-
lo. Particularmente tiene importancia en la tasa de entrada de agua a la planta y
en la absorción de los nutrimentos por las plantas, ya que la temperatura influye
sobre la viscosidad y la tensión superficial del agua y sobre la solubilidad de los
nutrimentos. A mayores temperaturas, menor viscosidad y menor tensión super-
ficial del agua, pero mayor solubilidad de los nutrimentos. La temperatura del
suelo influye también sobre la tasa de crecimiento y desarrollo de las raíces.
suelo
hongos abundan bajo condiciones diferentes a las que favorecen el desarro-
llo de las bacterias: suelos ácidos, muy húmedos y temperaturas frías.
Las micorrizas son hongos indispensables en el desarrollo de las plantas fo-
restales. La palabra “micorriza” se refiere a la asociación mutualista entre
una especie de hongo y las raíces de una especie de planta vascular. En esta
asociación, el hongo obtiene de parte de la planta almidones y azúcares para
su supervivencia. Por otra parte, la planta obtiene una serie de beneficios en
su asociación con el hongo, a saber: un incremento en el área de absorción de
las raíces y por ende de nutrimentos (especialmente de fósforo), protección
para la planta contra agentes patógenos de la raíz, al igual que un aumento
en la capacidad de soportar condiciones extremas de calor y escasez de agua.
Los briófitos y líquenes son a menudo los primeros colonizadores de las ro-
cas y, por ende, los que dan el primer paso en la formación de los suelos. Las
lombrices juegan un papel importante en el cultivo de la tierra. Su actividad
ocasiona túneles, que mejoran la estructura y la aireación del suelo. Ciertos
insectos y mamíferos también juegan un papel importante en la descomposi-
ción de la materia orgánica y en la eliminación de los suelos compactos.
• Materia orgánica muerta: está compuesta por residuos orgánicos en estado
parcial de descomposición, que en condiciones favorables de humedad y ai-
reación y en presencia de la microbiota, se mineralizan y transforman en hu-
mus.
El humus es un compuesto de polímeros estables, constituido principalmen-
te por ligninas y proteínas. Es de color oscuro, y no debe confundirse con la
LA DETERMINACIÓN DEL
USO ACTUAL
Y POTENCIAL DE LA
TIERRA3
En la actualidad existen técnicas
que permiten determinar con bastante
precisión el uso potencial, o sea la má-
xima productividad que se puede ob-
tener en un sitio, sin que su ambiente
sufra deterioro. Para hacer esta deter-
minación, se toma en cuenta factores FOTO 5.3. Ciertas áreas son aptas para el cultivo
como los: siempre y cuando se apliquen métodos
adecuados de manejo y conservación
de suelos. Ladera cultivada con café y
jaúl sembrada en curvas de nivel (J.
García).
3. D’ALTON, C.; GUIER, E.; MAGALLÓN, F. 1986. Educación ambiental: Guía didáctica para el libro “El desafío ecológico” de
Ezequiel Ander-Egg. EUNED: San José, p. 121-132. Párrafos seleccionados.
suelo
Humedales y pantanos 106 058,30 2,07
Pastos con agricultura 101 459,90 1,98
Mangles 49 374,51 0,96
Suelos descubiertos 26 469,23 0,51
Uso urbano 22 599,17 0,402
Páramos 13 495,47 0,26
Áreas quemadas 10 063,96 0,19
Lagunas y embalses 9 796,05 0,19
Terrenos rocosos 8 567,08 0,16
TOTAL 5 110 000,00 100,00
4. ANDER-EGG, E. 1985. El desafío ecológico. EUNED: San José, Costa Rica, p. 33-38.
suelo
sufrido este modo de desertización; en el primero de ellos se dañaron 22% de to-
das las tierras regadas y en el segundo 15% se deterioraron a causa del anega-
miento, entre 200 000 y 300 000 ha irrigadas.
Hay otra forma de deterioro de los suelos: es la producida por la compacta-
ción de estos. Es lo ocurrido en el Reino Unido a causa del uso excesivo de la ma-
quinaria pesada para las tareas agrícolas.
Algunas regiones tropicales y subtropicales constituidas por selvas, luego de
la tala de bosques, se han transformado en tierras de rápida degradación. Brasil
es un ejemplo de ello: en menos de una década algunas tierras se volvieron esté-
riles. Situaciones similares ocurren en África, cuando del bosque se pasa a la agri-
cultura.
También el uso excesivo o indebido de plaguicidas y fertilizantes sintéticos em-
pobrece biológicamente los suelos. Estos productos químicos afectan la microflora
y microfauna naturales, destruyendo insectos y bacterias beneficiosas para la agri-
cultura, cuya carencia o falta disminuye la fertilidad de los suelos. Por otra parte, co-
mo los abonos sintéticos solo atienden a un aspecto de la fertilidad (el contenido mi-
neral del suelo), pueden provocar graves trastornos en la estructura de estos.
Por último hemos de señalar que la continua urbanización, la construc-
ción de carreteras, autopistas, aeropuertos, etc., constituyen un factor no tan-
to de degradación, como de eliminación de suelos: cada año el asfalto y el
hormigón cubren en nuestro planeta una superficie equivalente a la de Lu-
xemburgo (2586 km2). Como consecuencia de ello la superficie de suelos
aprovechables disminuye notablemente de año en año. Para ejemplificarlo
1975
0,31 hectáreas de tierra
cultivada per cápita
FIGURA 5.1. Aumentan las zonas desérticas de la Tierra. En el año 2000 habrá disminuido a la mitad la cifra
de tierra de cultivo por habitante.
Un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), comprobó que la amenaza de desertización se cierne sobre vastas regiones en el
mundo. La investigación comprobó que aproximadamente unos 3000 millones de hectá-
reas de los 3500 millones de la tierra laborable irrigada o con régimen de lluvias apropia-
das, están siendo afectadas por la desertización. Observe que la primera cantidad es equi-
valente casi a todo el continente americano. Cada año, 21 millones de hectáreas en el mun-
do, o sea cuatro veces la superficie total de Costa Rica, se reducen a un estado de inutili-
dad total o casi total.
Tanto Australia como África se encuentran en una etapa crítica. El suroeste de Asia, el oes-
te de América del Norte y el oeste de América del Sur también presentan graves problemas.
A esto debemos sumar que la mayoría de las regiones antes mencionadas se encuentran
en zonas esteparias o semidesérticas donde la recuperación de estas tierras es muy difícil
o solo se podría conseguir a muy largo plazo, debido a la fragilidad del equilibrio ecológico.
suelo
cola y que tienen características climáticas propias del trópico como lo es el alto
potencial erosivo de las lluvias (altas intensidades y cantidades). Al mismo tiem-
po, la erosión también es un problema social, porque después del desarrollo de las
zonas aptas para la agricultura, especialmente de las llanuras, quedan solo zonas
marginadas con pendientes fuertes que son cultivadas, en su mayor parte, por
campesinos sin capital suficiente para la implantación de obras de conservación.
RÉGIMEN DE LLUVIAS
Las lluvias en Costa Rica tienen dos regímenes principales, divididos por las
cordilleras que, con una dirección noroeste-sureste, llegan a altitudes de
3800 msnm.
La vertiente Pacífica posee una época seca (diciembre-abril) y una época llu-
viosa (mayo-noviembre), con una reducción bien definida de la precipitación en
julio y agosto. Las lluvias aquí caen principalmente en la tarde y por la noche.
En Costa Rica la precipitación anual posee un ámbito bastante amplio que va
desde los 1400 mm (algunas zonas de Guanacaste y Cartago) hasta los 7700 mm
(25 km al noreste de Cartago).
Esta combinación: alto potencial erosivo de las lluvias + agricultura y gana-
dería en pendientes fuertes + falta de capital para la conservación de suelos, pro-
5. VAHRSON, W.-G. 1992. “Problemas de la erosión hídrica en Costa Rica”. Biocenosis 8(1-2): 41-51. Párrafos selecciona-
dos.
• Erosión geológica
Como erosión natural o erosión geológica se entiende la erosión en zonas
donde no interviene la actividad humana. Sus tasas son normalmente muy
bajas, sin embargo, cuando ocurren eventos extremos de lluvias o los provo-
cados por sismos y terremotos, estos valores pueden aumentar de manera
dramática. Un ejemplo de esta erosión natural, ahora muy severa, puede ob-
servarse en la zona afectada por el terremoto del 22 de abril de 1991 en Li-
món. Allí se presentaron en laderas, tasas de erosión muy altas. Algo pareci-
do puede observarse cuando se presentan casos extremos de lluvias intensas.
• Impactos ecológicos:
Eventos naturales extraordinarios, como por ejemplo el terremoto menciona-
do en la zona de Limón, traen como consecuencia un aumento drástico de los
materiales en suspensión en los ríos, así como la destrucción rápida del eco-
sistema fluvial.
suelo
sara daños aún mayores.
• Daños infraestructurales:
Aquí deben mencionarse primero
FOTO 5.8. Desembocadura del río La Estrella en
los daños por sedimentación en agosto de 1991. Nótese la gran cantidad
los embalses hidroeléctricos: la re- de materiales en suspensión (G. Vahrson).
presa del Arenal posee un embalse
grande muerto, y el embalse útil no está muy afectado por problemas de se-
dimentación. En el caso de la represa de Cachí la tasa de disminución anual
del volumen útil está entre 0,34% y 0,55%. Esta disminución se debe no solo
a una erosión acelerada causada por el ser humano, sino también a la erosión
geológica.
Otro problema provocado por la erosión de los suelos en zonas altas es la se-
dimentación de estos materiales en las llanuras. Como consecuencia de ello
los sistemas de drenaje y los lechos de los ríos en las zonas bananeras pier-
den paulatinamente su capacidad, lo cual hace necesario el que se tengan que
hacer dragados (limpiezas) más frecuentes.
6. COSTA RICA 1991. Informe Nacional de Costa Rica. Conferencia de las Naciones Unidas para el Ambiente y el Desarro-
llo. Preparado por el Centro de Estudios Ambientales y Políticos (CEAP) de la Fundación Neotrópica. San José, Costa
Rica. Párrafos seleccionados, s.p.
suelo
el cultivo del café.
Productos como el paraquat pueden permanecer también durante mucho
tiempo en los suelos sin sufrir modificaciones mayores, en virtud de su capacidad
de adsorción a las partículas de suelo y, en especial, a la materia orgánica presen-
te en este. En Costa Rica se demostró la presencia de paraquat en suelos cafeta-
leros inclusive donde hacía tres años no se aplicaba este producto. Dependiendo
de la materia a que esté adsorbido el paraquat, las condiciones ambientales pre-
valentes y al tipo de tratamiento que los suelos reciban, este compuesto puede o
no ser accesible a plantas y microorganismos.
La presencia de residuos de plaguicidas en el suelo puede afectar al ser hu-
mano y a las comunidades naturales en general, ya sea por ser tóxicos para orga-
nismos expuestos directamente a estos productos, por ejemplo la fauna y la mi-
croflora del suelo, o fitotóxicos para cultivos sembrados en esos suelos. También
podrían acumularse en los tejidos de la fauna y la flora del suelo y luego en otros
organismos que se alimentan de los anteriores, iniciando el proceso de biomagni-
ficación. Podrían también provocar efectos de tipo subletal en organismos ex-
puestos a los suelos contaminados. Además, debe tomarse en cuenta que, por
erosión y escorrentía, el agua con partículas sólidas en suspensión va a contami-
nar ríos, lagos y aguas costeras, así como los sedimentos con los cuales entran en
contacto algunos organismos que se encuentran en estos lugares.
7. HILJE Q., L. et al. 1987. El uso de los plaguicidas en Costa Rica. EUNED-Heliconia: San José, p. 69-71. Párrafos seleccio-
nados.
8. VAHRSON, W.-G. 1992. “Problemas de la erosión hídrica en Costa Rica”. Biocenosis 8(1-2): 41-51. Párrafos selecciona-
dos.
9. D’ALTON, C.; GUIER, E.; MAGALLÓN, F. 1986. Guía didáctica para el libro “El desafío ecológico” de Ezequiel Ander-Egg.
EUNED: San José. Costa Rica, p. 128-129.
suelo
1:200 000.
• Comprobar distintos métodos de manejo y conservación de suelos. Además,
ha realizado trabajos de manejo y conservación en 1050 ha, trabajando con
275 agricultores en siete de las ocho regiones del MAG; y ha hecho estudios de
suelos, drenaje y planificación conservacionista en 14 250 ha.
• Elaborar una metodología de clasificación de la capacidad de uso, de plani-
ficación y de manejo de las tierras que ha servido de base en el trabajo de
asistencia técnica para el diagnóstico de situaciones específicas y recomendar
prácticas de manejo aplicables a los agricultores.
• Elaborar una metodología para el diseño de obras de evacuación o almace-
namiento de agua de escorrentía superficial, ya que estas (agronómicas o no)
son necesarias para controlar la erosión aún en los terrenos casi planos, por-
que el volumen e intensidad de la lluvia normalmente excede la capacidad
de retención e infiltración de los suelos.
• Elaborar un catálogo de prácticas de conservación de suelos y aguas que reu-
ne, define y codifica 53 distintas prácticas de manejo y conservación compro-
badas por el proyecto.
10. COSTA RICA. 1991. Informe Nacional de Costa Rica. Conferencia de las Naciones Unidas para el Ambiente y el Desarro-
llo. Preparado por el Centro de Estudios Ambientales y Políticas (CEAP) de la Fundación Neotrópica. San José, Costa
Rica. Párrafos seleccionados.
suelo
la Alimentación) 1982. Carta mundial de los suelos. FAO: Roma,
Italia. M/P8700/S/10.82/1/3000. 8 p.
GARCÍA, J.E. 1997. Introducción a los plaguicidas. EUNED: San
José, Costa Rica. 476 p.
GUTIÉRREZ R., M.E.; SOMMER, I.; CRAM, S. 1997. La contami-
nación de los suelos tropicales. Desarrollo y Cooperación (Ale-
mania) 2/1997: 15-18.
HARTSHORN, G. et al. 1982. Costa Rica: perfil ambiental. Centro
Científico Tropical-USAID. Trejos Hnos.: San José, Costa Rica. 151 p.
IMN(MINAE)-PNUMA-MAG-IGN-DGF (Instituto Meteorológi-
co Nacional del Ministerio del Ambiente y Energía - Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente - Ministerio de
Agricultura y Ganadería - Instituto Geográfico Nacional - Direc-
ción General Forestal) 1993. Atlas del cambio de cobertura de la
tierra en Costa Rica, 1979-1992. San José, Costa Rica.
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