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1. ¿Qué son los jabones?

Cuales:
Un jabón es el compuesto químico que se obtiene cuando se hace
reaccionar un ácido graso con un álcali (como el hidróxido de sodio,
NaOH).

Así, cuando durante la refinación de un aceite se neutraliza para quitarle


acidez, lo que se pretende es formar los jabones correspondientes.
Ahora bien, en presencia de agua y con exceso de álcali los glicéridos
de la grasa pueden hidrolizarse, es decir, sufrir la rotura del enlace con
la glicerina adicionando agua, de manera que se obtendría por un lado
glicerol y, por otro, los jabones de los ácidos que estaban unidos a éste.
Esta es la razón de que al refinar un aceite, para evitar pérdidas, no se
neutralice completamente la grasa y que siempre quede un pequeño
grado de acidez.

Los jabones sódicos y potásicos son solubles en agua, pero los de


calcio, magnesio o hierro, no. Por eso son ineficaces en las aguas
‘duras’ y tampoco sirven en aguas salobres. Plinio el Viejo en el siglo I
describió la fabricación del jabón a partir de cenizas, pues en aquella
época no se disponía de sosa cáustica (NaOH). Una vez formado el
jabón se separa del resto de productos y, en caliente, se le añaden el
resto de ingredientes, como perfumes o colorantes. Antes de enfriarse
completamente se moldea y corta en porciones.

Jabón de Marsella: Fabricado en Francia, en la zona de Marsella, este jabón


está elaborado a base de aceites vegetales, en su mayoría de aceite de oliva. Su
comercialización tuvo inicio a partir de 1370.
Jabón azul y blanco portugués: Éste es utilizado como jabón de tocador, para
lavar la ropa y la casa. Se le atribuyen propiedades contra la caída del
cabello por la fama del buen cabello portugués. Hoy en día su consumo ha
disminuido notablemente.
Jabón de afeitar: Antiguamente se utilizaba a modo de espuma o geles de
afeitar. Este tipo de jabón produce una espuma densa y cremosa, con la ayuda
de una brocha, ayudando al deslizamiento de la navaja o máquina de afeitar lo
que permite proteger la piel de cortes e irritación. Hay dos clases: suaves, son
más baratos y duran menos tiempo ya que producen mucha cantidad de
espuma; y duros, son más caros y de mayor calidad.
Jabón de coche: Se lo denomina de esta manera en Guatemala y una parte de
Centro América. Está fabricado a base de grasa de cerdo y cenizas. Tiene
características similares al jabón azul y blanco portugués, controlando la caída
del cabello. También sirve para picaduras y hongos en los pies.
Jabón de brea: Como su nombre lo indica, este jabón contiene la brea de hulla
natural, aceite de oliva y otros componentes emolientes y curativos como la
caléndula, la jojoba, el ricino y la zanahoria. También puede tener elementos
desinfectantes como el aceite de árbol de té, citronella, eucalipto, clavo de
olor, limón, etc. Sirve principalmente para tratar problemas de caspa,
dermatitis seborreica, eccemas y otros tipos de problemas de la piel.
Jabón común: son sólidos y producen una gran cantidad de espuma. Pueden
emplearse para la limpieza del cabello y la dermis. Su composición es a base de
sebo graso y, por lo general, de potasio o sodio.
Jabón humectante: Sus ingredientes son a bases de diferentes oleos y aceites
vegetales. Están recomendados para personas con piel reseca, ya que permite
una humectación y reparación de la misma.
Jabón suave: Su composición a base de aguas termales y otros componentes
blandos, están principalmente indicados a personas con piel extremadamente
sensible.
2. Explique el mecanismo del poder limpiador :

Hay sustancias que se disuelven en agua, como por ejemplo la sal, y otras que
no lo hacen, como por ejemplo el aceite. El agua y el aceite no se mezclan, de
modo que si tratamos de limpiar una mancha grasienta en la ropa o en la piel,
el agua no es suficiente. Necesitamos jabón.

El jabón está formado por moléculas con una cabeza afín al agua (hidrofílica) y
una larga cadena que huye del agua (hidrofóbica).

Cuando se añade jabón al agua, sus largas cadenas hidrofóbicas se unen a las
partículas de grasa, mientras que las cabezas hidrofílicas se proyectan hacia el
agua. Se origina entonces una emulsión de aceite en agua, lo cual significa que
las partículas de aceite quedan suspendidas en el agua y son liberadas de la
ropa. Con el aclarado, la emulsión es eliminada.
En resumen, el jabón limpia actuando como emulsificante, permitiendo que el
aceite y el agua se mezclen.
3. ¿Qué son los detergentes? Clases
Es de uso habitual al igual que los jabones, son elementos limpiadores y
quitan el dolor de cabeza a muchas personas al momento de lavar
diariamente la ropa o vestimenta.

En la actualidad existe en el mercado una gran variedad de productos y


marcas de detergentes; en bolsitas y bolsones de todos los colores los
hay con aromas, sin aroma, con anillos y cristales de poder y sobre todo
con aroma a limón, a bebé y a flores.

El detergente, es un producto que contiene sustancias químicas muy


potentes como: ácidos, alca lisis o fosfatos fuertes, que, tienen la
propiedad de disolver la suciedad y las impurezas de un material sin
corroerlo, ya que en casa lavamos ropa del bebé hasta del adulto que
trabaja con productos que se impregnan bastante en la ropa.

De acuerdo a su fórmula los detergentes contienen, compuestos ácidos


base (que le otorgan el pH, formándolos en ácidos, neutros o alcalinos)
enzimas, estabilizantes, quelantes, blanqueadores, colorantes,
solventes, desinfectantes.

Tipos de detergentes:
El detergente también tiene tipología y dentro de esta tenemos:

Detergentes ácidos.- Son aconsejables para limpiar superficies de


mayólicas, cemento o materiales pétreos, ya que devuelven la
apariencia a las fachadas y muros reduciendo el tiempo del trabajo.

La propiedad de los detergentes ácidos se nota en que limpian con


rapidez, dejan el área o superficie como si fuera nueva sin rastro ni
mancha. La forma de utilizar este tipo de detergente es muy específica y
especial.

1ro.- Impregna con agua la superficie que se vas a limpiar.


2do.- Empléalo con brocha o cepillo, sin diluirlo o diluirlo casi como una
masa, con muy poca agua y espera unos minutos para que se impregne.
3ro.- Cepilla el área con un cepillo de cerdas plásticas o metálicas, hasta
eliminar la suciedad por completo.

Finalmente cuando los residuos, se eliminen, enjuaga la superficie con


abundante agua para neutralizar la superficie. Como toda sustancia no
se debe exceder la dosificación recomendada y sobre todo si es
detergente acido neutralízalo sino la superficie se deteriora.

4. Reacción de saponificación escribir la reacción que se da en el


preparado :
Se entiende por saponificación la reacción que produce la formación
de jabones. La principal causa es la disociación de las grasas en un
medio alcalino, separándose glicerina y ácidos grasos. Estos últimos
se asocian inmediatamente con los álcalis constituyendo las sales
sódicas de los ácidos grasos: el jabón. Esta reacción se denomina
también desdoblamiento hidrolítico y es una reacción exotérmica.

La reacción típica es:


ÁCIDOS GRASOS + SOLUCIÓN ALCALINA = JABÓN + GLICERINA

Así es como al mezclar los ácidos


grasos (principales componentes de las grasas animales y de los
aceites vegetales) con una solución alcalina (hecha a partir de una
mezcla de agua y un álcali, como por ejemplo la sosa), se obtiene el
jabón (que será realmente suave, porque además el otro subproducto
que se obtiene de esta reacción es la glicerina).

El álcali es imprescindible para que se produzca esa reacción, pero hay


que tener en cuenta que por sí solo es un elemento cáustico muy
peligroso, cuyo manejo implica tomar una serie de precauciones muy
importantes para manipularlo con seguridad. Los álcalis más utilizados
en la fabricación del jabón son la sosa (hidróxido sódico, NaOH) y la
potasa (hidróxido potásico, KOH). Por eso, es necesario tener mucha
experiencia y unos conocimientos muy amplios sobre los álcalis y sus
reacciones químicas, para proceder a realizar una saponificación que
ofrezca totales garantías de que el producto final obtenido no entrañe
riesgo alguno para la piel.

Esto no significa que la saponificación sea un proceso terriblemente


peligroso, sino más bien muy delicado de realizar: Así, por ejemplo, si
en la reacción anterior hay un exceso de sosa, el producto resultante
será una masa cáustica inservible; mientras que si por el contrario, la
cantidad de sosa es insuficiente, el producto resultante será una mezcla
grumosa de aceites, que en nada se parecerá tampoco al jabón. Es por
eso que para realizar un buen jabón, perfectamente saponificado, y con
unas excelentes cualidades limpiadoras y emolientes, aparte de una
gran experiencia y conocimientos de la saponificación, se necesita
conocer también una serie de tablas con parámetros y proporciones
muy concretas de cada uno de los elementos que constituyen la
reacción, así como su correcta formulación.
El conjunto de dichas tablas imprescindibles para la elaborar cualquier
tipo de jabón, es lo que se conoce como tablas de saponificación:
0,134g Aceite de oliva 0,190g Aceite de coco
0,141g Aceite de palma 0,134g Aceite de girasol
0,128g Aceite de ricino 0,136g Aceite de almendras
0,133g Aceite de aguacate 0,135g Aceite de soja
0,136g Aceite de maíz 0,133g Aceite de sésamo
0,069g Aceite de joroba 0,156g Aceite de palmiste
0,132g Aceite de germen de trigo 0,069g Cera de abeja
0,137g Manteca de cacao 0,128g Manteca de karité

Forma de Uso:
Para saber cuánta sosa se necesita para saponificar una cantidad
de una grasa concreta, sólo hay que multiplicar dicha cantidad por el
valor correspondiente que aparece en la tabla. Por ejemplo, para
saponificar totalmente 100g de aceite de oliva (en la tabla su parámetro
es de 0,134) basta multiplicar 100 x 0,134 = 13,4g de sosa
necesitaremos.
En el caso de que vayamos a hacer un jabón con diferentes aceites,
habría que buscar la cantidad necesaria de sosa para cada tipo de
aceite concreto, y luego sumarlas todas. También por eso, en las
recetas de jabón, si queremos sustituir un aceite por otro, también habrá
que ajustar la cantidad de sosa necesaria.

5. Que riesgos químicos se presentan en la fabricación del jabón :


Aunque los productos basados en el jabón son altamente satisfactorios
en muchos aspectos, presentan un conjunto de desventajas, de las
cuales la más familiar es el cortado indeseable que se produce cuando
se utilizan con aguas duras.
La disponibilidad y, en consecuencia, el precio de los aceites y grasas
naturales varía de forma no previsible, en muchos casos los suministros
no pueden aumentarse con facilidad.
La distribución de longitudes de cadena de los ácidos grasos naturales
disponibles al formulador de productos detergentes es bastante limitada.
La mayoría de los aceites y grasas tienen distribuciones de longitud de
cadena con un máximo de a C12 o C16/18 y si una operación particular
de detergencia requiere, por ejemplo, una distribución C14-16, tal jabón
sencillamente no podría producirse económicamente a partir de materias
primas naturales.
Las reservas de grasas y aceites en Estados Unidos son inadecuadas
para proporcionar las materias primas de las cantidades de jabón que
serían precisas. Si el jabón se empleara para sustituir la producción
anual de 2.6 billones de kilogramos de detergente, haría falta alrededor
de 1 billón de toneladas de sebo. El uso de cantidades tan elevadas de
sebo haría entrar en competencia a los fabricantes de jabón por esta
sustancia, que ahora se dirige hacia las reservas alimenticias mundiales.
Las prestaciones de jabón en los millones de máquinas lavadoras
diseñadas en Estados Unidos son marcadamente inferiores que las de
los detergentes. Dichas máquinas fueron específicamente ideadas para
utilizar detergentes. El jabón es totalmente inadecuado para los
lavavajillas automáticos.
Todas estas y otras razones han contribuido a que declinen los
productos del jabón. El empleo de surf activos sintéticos basados en
materias primas petroquímicas económicas y fácilmente disponibles, y
más efectivos que los jabones en muchas aplicaciones, ha crecido a un
ritmo considerable desde la II Guerra Mundial.
6. Se podría afirmar que un subproducto en la fabricación del jabón es la
glicerina .Explique las reacciones químicas
La saponificación es un proceso químico por el cual un cuerpo graso,
unido a un álcali y agua, da como resultado jabón y glicerina. Se llama
jabones a las sales sódicas y potásicas derivadas de los ácidos grasos.
Son susceptibles de saponificación todas aquellas sustancias que en su
estructura molecular contienen restos de ácidos grasos, y son
sustancias naturales a las que llamamos lípidos saponificables. Los
lípidos saponificables más abundantes en la naturaleza son las grasas
neutras o glicéridos. La saponificación de un triglicérido se resume así:
Grasa + sosa cáustica → jabón + glicerina
Este proceso químico igualmente es utilizado como un parámetro de
medición de la composición y calidad de los ácidos grasos presentes en
los aceites y grasas de origen animal o vegetal, denominándose este
análisis como Índice de saponificación; el cual es un método de medida
para calcular el peso molecular promedio de todos los ácidos grasos
presentes. Igualmente este parámetro es utilizado para determinar el
porcentaje en los cuerpos grasos de materias saponificables, es decir,
sustancias que no contienen ácidos grasos.
Un método de saponificación común en el aspecto industrial consiste en
hervir la grasa en grandes calderas, añadir lentamente (NaOH) y
agitarlo continuamente hasta que la mezcla comienza a ponerse
pastosa.

7. En un proceso de lavado de cuero con jabón ¿Qué tipo de agua es más


recomendable usar?

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