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Introducción

Los roles familiares en la familia tradicional son asignados de alguna forma, pero
también son asumidos en el contexto de lo que podría denominarse la escena
familiar.
Estos roles pueden ser más o menos rígidos o pueden variar; justamente se puede
decir que cuanto mayor rigidez en estos roles, pues peor pronóstico va a tener una
familia, en relación a la salud de sus miembros o al equilibrio que puede haber en
la misma

Los principales roles son:


Padre: tiene el principal rol de la familia, ya que sus funciones si bien son
importantes como las de la madre, requieren mayor responsabilidad, especialmente
en la familia tradicional, ya que es quien le brinda protección, seguridad,
alimentación, un lugar donde vivir, etc.

Madre: al comprender cuáles son las funciones de la familia, descubrirás que el rol
de la madre en la familia es tan importante como el del padre. La principal diferencia
estriba en que la mujer generalmente es más comprensiva y amorosa que el
hombre, razón por la cual la madre es la encargada
de crear un espacio especial para poder manejar las emociones ante cualquier
situación.
En la actualidad, rol de la mujer en la familia se ha ampliado, ya que también
colabora activamente en la económica para el hogar.

Hijos: dentro de los integrantes de la familia también se encuentran los hijos, cuya
principal función es aprender, crecer, formarse, respetar y evolucionar como
personas, pero siempre colaborando con sus padres en las tareas del hogar.

Claro está que en la familia disfuncional esto ha cambiado un poco y hoy en día se
pueden apreciar en las familias muchos cambios de roles parentales.
Roles del hombre

El rol del hombre en la sociedad y en la familia ha ido evolucionando a lo largo de


los años. Lo que se espera de un varón hoy es distinto a lo que se esperaba en los
años treinta, que, a su vez, era distinto a lo esperado a inicio del siglo XX.

Los roles de género van cambiando con el tiempo, al igual que el contexto en el que
están inmersos. Pasaremos a analizar el papel que desempeña actualmente el
varón dentro del hogar en dos de sus facetas: esposo y padre.

El rol de esposo
Antiguamente el hombre tenía el control del hogar, tomaba las decisiones, laboraba,
llevaba el dinero a casa, y se encargaba de las actividades que requerían fuerza y
potencia física. Era visto como el protector de la familia y debía ser atendido con
mucha dedicación apenas llegaba a casa.

¿Alguna vez has escuchado el término “cabeza de familia”? Pues bien, es el que se
utilizaba para describir al hombre dentro del hogar. Es por tal motivo que,
antiguamente, eran los que podían estudiar y laborar en el campo de su preferencia,
votar, tener cargos públicos, etc.

La mujer era relegada a ser simplemente una “ama de casa”. Le correspondía


atender a su marido y encargarse de la crianza de los hijos. Los hombres se
encontraban en una posición “privilegiada”, pero de mucha responsabilidad.
Asimismo, podía ser un poco limitada en el sentido de que su pareja podría haber
aportado mucho en las decisiones, pero rara vez se tomaba en cuenta su opinión.

En la actualidad el panorama es bastante distinto. Las mujeres se han empoderado,


han demostrado toda su capacidad y su rol dentro de la sociedad contemporánea
se ha vuelto más protagónico.
Esta situación tiene una repercusión directa en el seno del hogar, pues las mujeres
participan en las decisiones y aportan en el presupuesto familiar. En general, han
asumido un papel más activo, dejando en el pasado las connotaciones del término
“cabeza de familia”.

¿Cómo ha asumido el hombre estos cambios? Básicamente le ha correspondido


aprender a valorar la opinión de su pareja, ya que es un importante complemento
que puede aportar una visión distinta a la suya. Asimismo, se ha involucrado más
en las labores de la casa. Ahora podemos ver esposos cocinando, lavando y
planchando: a inicios de siglo esto hubiera sido inconcebible.

El hecho de que el hombre actual se encuentre más involucrado en las labores del
hogar no significa que haya dejado de ser el protector de su esposa y su familia. Se
espera que siga brindando seguridad y protección a su pareja. Esto sin dejar de lado
todo el apoyo que brinda en los otros asuntos domésticos

Se puede observar claramente como el rol de esposo ha cambiado con el paso del
tiempo. Ha asumido una actuación de diferente protagonismo, que en la actualidad
es mucho más completa y compleja, y que se ha flexibilizado, permitiéndole tener
una experiencia más amplia y diversa en este campo.

El rol de padre
Al igual que el rol anterior, el papel del hombre en la crianza de los hijos ha ido
cambiando con el tiempo. Antiguamente se consideraba al padre solo como un
proveedor y se veía a la mujer como la encargada de la crianza de los pequeños.

Es importante mencionar que antiguamente existía una serie de prejuicios y


estereotipos que motivaban a que los hombres se alejaran y rechazarán todo
aquello que podría considerarse femenino. Esto reforzaba la actitud de separarse
del tema de la crianza. Solía percibirse a los padres como distantes y no muy
preocupados por este tema, y si había algún tipo de acercamiento, este solía darse,
casi exclusivamente, con los hijos varones.

Ahora se puede observar a los padres mucho más involucrados. Comparten las
labores de la crianza, desde cambiar un pañal hasta quedarse en la casa cuidando
a los hijos.

La explicación a esta situación puede darse por el nuevo despertar del género
femenino, el cual genera que las mujeres ya no tengan el mismo tiempo que antes
para emplearlo de lleno en el cuidado de los hijos. Ahora se debe compartir esta
tarea, ya que habrá momentos en que, por compromisos o actividades laborales,
alguno de los dos miembros de la pareja no pueda estar en casa.

El hecho de que la psicología ha ido describiendo la importancia de la presencia del


padre para los hijos, parece haber sido fuertemente asimilado por la sociedad, la
cual presta, ahora, mucha más atención a lo cerca o lejos que se encuentra el padre
de sus descendientes.

Roles de la mujer
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras,
buenas amas de casa, buenas amantes, pero también y, por encima de todas
mujeres que soñamos con un mundo donde se reconozcan nuestros derechos y
donde reine la igualdad de género, donde hombres y mujeres cobren lo mismo y
donde no se discrimine al sexo femenino por cosas tan del día a día como quedarse
embarazada.

Profesional trabajadora

Hablamos de la mujer que realiza un trabajo, bien sea por cuenta propia o ajena,
sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo
completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual. Pero también a aquellas
mujeres que la sociedad tiene escondidas: aquellas que se hacen cargo de las
tareas de la casa sin recibir una compensación económica a cambio.

Cónyuge

En el matrimonio o la vida en pareja tienes una "única obligación": ser feliz al lado
de la persona que has elegido. Para ello apoyarás a tu pareja, como él lo hará
contigo, en su día a día a través de la escucha de sus problemas o inquietudes o
con pequeños gestos de amor que mantenga viva vuestra relación. Lo que nunca
harás será olvidarte de ti misma, someterte a sus deseos y tolerar actitudes
machistas. Si llega ese momento, lo mejor es cortar con la relación.

Madre

Cuando la mujer también es madre, ella es la responsable (pero no la única) de la


estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos,
transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos
completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños:
frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en
las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines
que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín
de detalles que surgen en el día a día de una familia.
La mujer es la que pide su baja de maternidad e, incluso, la excedencia para atender
al cuidado de los niños, juzgándola y criticándola por ello. Cada vez más, los
hombres están solicitando la baja de paternidad y comparten el cuidado de los hijos
y las labores del hogar. Trabajemos para que esta sea la tendencia y eliminemos
de una vez por todas actitudes machistas que solo impiden el crecimiento personal
y profesional de la mujer.

Administradora del hogar

Uno de los roles más tradicionales de la mujer ha sido el de ocuparse personalmente


de las tareas domésticas y convertirse así en la responsable final del hogar. ¿Qué
papel juega el hombre en todo esto? Nos queremos ser súper mujeres, solo
queremos conciliar vida laboral y personal, y eso solo lo podemos conseguir si el
hombre se implica en la casa.

Mujer por encima de todo

La sociedad en la que vivimos "exige" que la mujer tenga que estar arreglada, que
luzca bonita, que cuide su físico, su peinado, que se vea bien. Pero, ¿qué dice de
sentirse bien consigo misma, de tener confianza en una, de mejorar su autoestima?
Si no nos cuidamos por dentro, va a ser imposible que lo hagamos por fuera.

Roles de los hijos

La buena educación de los hijos es fundamental para su desarrollo y adaptación en


la vida adulta, y ésta inicia en el hogar. Sobre los padres recae la responsabilidad
de guiarlos por el buen camino.

La doctora Marien Federo, psicóloga clínica y terapeuta familiar del Hospital


Materno Dr.Reynaldo Almánzar, resalta que desde temprana edad los niños deben
ser instruidos por las figuras de autoridad (padres o tutores), a realizar tareas
específicas que vayan de acuerdo a su edad en el momento en que el niño o la niña
tenga capacidad de entender y acatar órdenes.

Roles que se le pueden asignar a los hijos según sus edades


A medida que los infantes crecen y aprenden de su entorno, crean ciertas
habilidades motoras y mentales que deben ser estimuladas.

La doctora menciona algunas funciones que te pueden servir de patrones:

– Un niño o niña que esté iniciando a hablar se le puede solicitar que le pase una
pelota a su padre.

– De dos a tres años: puedes pedirle que te ayude recoger objetos, como sus
juguetes.

– De cuatro a cinco: regar las plantas, ayudar a guardar su ropa en las gavetas.

– De seis a siete: pasar a la cocina, aprender, hacer cosas sencillas como un


sándwich, peinarse, bañarse solo, preparar la ropa y la mochila del colegio

– De ocho a nueve: hacer la cama, doblar su ropa, barrer, limpiar los cristales.

– A partir de los 10 se le puede asignar el arreglo de áreas de su habitación entre


otros roles, y así sucesivamente.

¿Cómo lograr que cumplan sus roles?

A veces resulta difícil lograr que se cumplan las órdenes, sobre todo cuando se trata
de adolescentes, por eso la importancia de iniciar dándoles responsabilidad desde
pequeños. Si un niño nunca ha tenido que colaborar en casa, no se puede pretender
que con 13 años empiece a hacerlo de forma espontánea. La colaboración y el
sentido de la obligación es algo que hay que fomentar desde la niñez, afirma la
pedagoga Esther García Schmah, autora del libro “Nuestro hijo es hiperactivo”.
La pedagoga recomienda usar estrategias como: razonar, negociar y motivar para
conseguir que tu hijo colabore en las obligaciones domésticas. “Explícale por qué
debe ayudar, hazle ver las ventajas de que participe en los trabajos de casa”,
destaca.

Todo depende como manejes la comunicación en tu hogar. La doctora Federo


explica que, en primer lugar, debes decir claramente lo que quieres. Toma en cuenta
el tono de voz y asegúrate de que tu receptor entienda el mensaje transmitido.
Supervisa que las tareas o roles se hagan de acuerdo a lo pautado y reconoce de
manera positiva el logro del mismo.
Prevención de la violencia

La violencia es un tema que lastima a todas las sociedades, no discrimina y


lamentablemente en todos los estratos sociales su presencia fragmenta lazos
culturales y familiares.

Es necesario que se hable del tema, porque muchas veces sin darnos cuenta se
afecta la integridad y el respeto que merecen otras personas.

Casi siempre es ejercida por las personas que tienen el poder en una relación, como
el padre y/o la madre sobre los y las hijas, los y las jefas sobre los y las empleadas,
los hombres sobre las mujeres, los hombres sobre otros hombres y las mujeres
sobre otras mujeres, pero también se puede ejercer sobre objetos, animales o
contra uno mismo.

Organismos internacionales han encendido las alarmas debido al incremento de


este fenómeno. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada
año más de 1.4 millones de personas pierden la vida debido a la violencia.
Actualmente en todo el mundo se han implementado campañas para evitar la
violencia hacia las mujeres. Las agresiones hacia el género femenino no sólo se
traducen en violencia física, también la psicológica, patrimonial, económica y sexual,
son modalidades que pocas veces se abordan.

Uno de los grandes fantasmas al momento de luchar contra la violencia, es el apego


afectivo. Este hace que muchas veces se justifiquen comportamientos agresivos, o
simplemente que se genere una dependencia “afectiva” en la que se normaliza
cierto grado de violencia física o psicológica.

Algunos aspectos a tener en cuenta para generar una conciencia sobre la


prevención son:

 Informarse del tema: nunca hay que dar por sentado que conocemos sobre
un tema. La mayoría de las personas desconocemos los aspectos cruciales
sobre la violencia. Al estudiar y conocer los aspectos que generan violencia,
podemos identificar patrones para prevenir situaciones de riesgo.

 Genera y fomenta un ámbito de respeto: tratemos a los demás como nos


gustaría que nos traten. Aprendamos que mediante un diálogo respetuoso y
tolerancia podemos encontrar puntos de acuerdo para solucionar problemas.

 La violencia no se debe aceptar bajo ninguna circunstancia: los pellizcos, los


jalones del brazo o el golpecito, son acciones que deben evitarse siempre.
Está comprobado que una vez aceptas esta situación, comienza un proceso
de “normalización de la situación”. Es decir, piensas que no fue tan malo y te
acostumbras a las agresiones.

 Siempre expresa tu postura: la violencia psicológica puede estar camuflada


bajo distintas formas y es más frecuente de lo que se cree. Muchas veces
pensamos “no quiero generar problemas” o bien, temes que tu pareja se aleje
y se opta por la sumisión. Si pensamos diferente, es importante expresarse
con firmeza, respeto y claridad.
Comunicación

La comunicación es una forma de interacción en la cual las personas intercambian


información con otras personas, siempre y cuando haya entre ellas un conjunto de
precondiciones, conocimientos y reglas que hacen posible la comunicación.

Una característica importante de la comunicación, es que en ella existe un matiz


afectivo, lo cual en determinadas situaciones complica los procesos de
comunicación.

La comunicación como proceso interactivo que es, alcanza niveles elevados de


complejidad, tanto como es capaz de hacerlo la naturaleza humana; no basta con
decir “te toca esta tarea” y se responda “está bien” o “entendí”, pues tras las palabras
se esconden sentidos e intenciones cuantiosas. Tampoco se trata de cubrirla de un
velo misterioso, imposible descubrir, pues si se tienen en cuenta algunos aspectos,
se convierte en favorecedora del crecimiento personal y familiar.

A través de la comunicación ocurre la socialización y por ende la educación. Si se


sitúa a la familia en el lugar que le corresponde por ser el primer y principal agente
socializador (principal por incluir al sujeto toda su vida), se reconocerá la
responsabilidad que representa para ella la formación de la personalidad y por ende
lo definitorio o al menos muy influyente de los procesos comunicativos familiares. A
través de ellos no sólo llegan los mensajes educativos, sino que se toman los
modelos de comunicación y se desarrollan habilidades comunicativas, de las que
depende la solución de muchos de los conflictos familiares y las pautas que se
establecen en la relación afectiva.

Comunicación familiar

La comunicación familiar tiene una estructura compleja en donde figuran en todo


momento no sólo mensajes interpersonales directos, sino un sistema de señales
muy valiosas para que la persona que recibe el mensaje se percate de la categoría
correcta a la que debe encuadrarse la secuencia de los mensajes transmitidos. Este
sistema de señales constituye algo serio en forma literal o de metáforas. Tal serie
de señales suele ser extraverbal y se modula mediante el tono de voz, la mímica y
los gestos.
Conclusiones

 Proporcionar de información a la familia es una necesidad social en la


actualidad.

 Los modelos de crianzas de hoy, no pueden ser los mismos que los utilizados
por los padres de épocas anteriores; por cuanto la tecnología y medios de
comunicación adsorben a niños y jóvenes. Y de allí la importancia de educar
en valores.

 Una familia será operativa a la medida que exista equilibrio entre el binomio
autoridad afecto y esté basada en bases doctrinarias sólidas que sean
cumplidas por todos sus miembros. Los roles de cada uno en el contexto
familiar deben estar ajustados a dicha doctrina; es decir cumplirse a
cabalidad el orden jerárquico de la misma.

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