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IMAGEN,

JUVENTUD Y
HOMOGENEIDAD
Eugenio Echeverría

Antes que nada agradecer a la Dra. Teresa Marquez y a la Universidad


Iberoamericana por la invitación al Foro Vizio que como ustedes saben, en esta
primera edición, se centra en la idea de diversidad. Así mismo felicitar a los 13
participantes al Foro Vizio gracias a los cuales tenemos contenido para iniciar
un debate en torno a la imagen, la juventud y en este caso, la diversidad y que
contribuyen con sus diferentes proyectos a esta recién creada plataforma de
discusión que es necesaria y constructiva.

He sido invitado a hablar de la relación entre la imagen y la juventud e


inevitablemente me veo obligado a vincular dicha relación con el tema de la
diversidad ya que la falta de ésta es uno de los aspectos inherentes a la relación
que la juventud, y en general la sociedad, mantenemos con respecto a la
imagen. Podemos afirmar que dicha relación se ha ido estandarizando a partir
de los medios de comunicación y en torno a un pensamiento homogéneo.
Durante esta plática revisaremos esta idea y este tipo de relación basada en la
uniformidad y la falta de diversidad, aspecto característico asimismo, de la
sociedad actual.
Empecemos pues observando la catalogación de la imagen que Pepe Baeza
presenta en su libro “Por una función crítica de la fotografía de prensa”. El autor
encuentra y distribuye las imágenes contemporáneas en tres categorías
comunicativas distintas. Éstas son:

• Periodismo
• Publicidad
• Arte

Cada una de estas categorías, a su vez subcatalogables, ha ido evolucionado


estética y técnicamente. De este modo, la fotografía periodística, misma que
permitía y permite la estética del error, de lo no cuidado, de lo no premeditado,
le ha prestado a la imagen publicitaria la autoridad derivada de la estética de lo
“real”. Y viceversa, la imagen destinada a la publicidad, reconocible desde el
hiperesteticismo, desde el alarde estético y técnico, ha influido en una imagen
periodística cada vez más cuidada y estudiada. En la misma línea, la estética
del arte ha servido como generador de nuevas propuestas visuales para la
publicidad en busca de la tan ansiada idea de vanguardia. Como tal, los
factores estéticos y técnicos se han ido cruzando de una categoría a otra
diluyendo los límites formales y ofreciendo gran libertad de planteamientos
estéticos para unos y otros comunicadores. Sin embargo y como veremos más
adelante, esta libertad técnica y estética contrasta con un único discurso
camuflado justamente bajo la idea de diversidad formal. En palabras de Pepe
Baeza, “el fenómeno global que constituye el desdibujamiento paulatino de las
barreras que mantenían los géneros y los procedimientos expresivos ha
generado una normativización comunicativa fácilmente reconocible”
Me interesaba presentar brevemente esta catalogación para poder resaltar que
todos los proyectos presentados al Foro Vizio se han desarrollado desde una
estética directamente relacionada con el periodismo clásico ya sea desde el
fotoperiodismo o desde el documentalismo descartando el acercamiento al
tema desde una postura estético discursiva relacionada con lo artístico o con lo
publicitario. El porqué de esta cuestión responde a la tendencia global a partir
de la cual construimos desde el estereotipo. Esta misma idea hace que el tema
de la diversidad haya sido abordado por los participantes al Foro Vizio desde
una estética y un género determinados, y que los 13 proyectos presentados se
hayan conformado a partir de ciertos parámetros discursivos comunes que más
adelante revisaremos.

A simple vista y como consecuencia podríamos decir que el estereotipo lo


invade todo, desde nuestros referentes visuales e iconográficos y nuestras
propuestas, hasta los rasgos identitarios actuados por los asistentes a la
marcha gay ó aquellos interpretados por los punks o las diferentes tribus
urbanas. Podríamos decir que la realidad se escribe a partir de la imagen y que
el hombre actual se encargaría de aprenderla para luego actuarla en función de
su propia identidad. Es importante recordar que ambos movimientos, el gay y el
punk, en su origen contraculturales, alzaron su voz en la década de los 60´s y
70´s. Desde entonces la sociedad, a través de los medios de comunicación
articulados a partir de grandes grupos surgidos de la concentración de medios,
y de una política social occidental consecuente y generalmente especulativa, se
ha encargado de otorgarles un lugar determinado dentro de la cultura oficial.
Este lugar simbólico y físico es un lugar permitido e integrado que pone en
entredicho la misma idea de diversidad. Los movimientos contraculturales del
siglo pasado han sido absorbidos por la cultura hegemónica misma que se ha
encargado de asimilar la disidencia disfrazándola de alternativa. Esto ha
generado que cuando hablamos de alternativa en la cultura contemporánea,
nos refiramos a uno de los segmentos del mainstream caracterizados por ser
una alternativa más de forma que de fondo y constituidos por grupos sociales
más o menos acomodados en los patrones de comportamiento aceptados y
permitidos. Vuelvo a insistir en que dichas realidades se instalan en el
inconsciente colectivo a partir de la imagen ya sea estática o en movimiento. La
imagen es pues la herramienta que permite la homogeneización ideológica, de
patrones, hábitos, rituales y demás aspectos inherentes a nuestro
comportamiento. La imagen contemporánea da forma al estereotipo mismo que
aprenderemos y actuaremos con mayor o menor acierto.

Teniendo en cuenta lo anterior me pregunto si debemos deshacernos de


aquello que entendemos como diversidad definido según la RAE como
variedad, desemejanza, diferencia. Existe entre la juventud actual una variedad,
desemejanza y diferencia de opiniones, de rituales, de ideologías? No estaría
esta supuesta variedad restringida a un número concreto de posturas en las que
todos encajamos de manera más o menos cómoda según nuestro perfil
socioeconómico, educación, preferencias sexuales, etcétera? No respondemos
todos nosotros a uno u otro estereotipo social? Ha caído el mismo término
“diversidad” en cierta retórica? Si bien no conviene desposeer al término
“diversidad” de su propio significado, sí entender que esta diversidad de la que
hablamos esta organizada, clasificada, estereotipada, asimilada y neutralizada.
En términos generales podemos entender que el mundo tiende hacia una sola
diversidad, aquella contenida en una cultura uniforme que tiende a lo global.
Por lo mismo y teniendo en cuenta los flujos de poder que conforman el mundo
contemporáneo, es la visión occidental desde la cual se uniformiza y neutraliza
dicha diversidad a través de la imagen. La producción de patrones de imagen
homogeneizadores tiene un doble propósito, por un lado generar un único
código semántico de lo visual, es decir, permitir una lectura rápida y única de la
imagen y su trasfondo, y por el otro y de manera inevitable, normativizar la
ciudadanía anulando la disidencia. Incluso no deja de resultar paradójico y algo
cínico observar que cuando hablamos de diversidad, tengamos todos tan claro
su supuesto y único significado. Tan es así que la respuesta a una convocatoria
sobre la diversidad recoge única y exclusivamente proyectos relacionados con
minorías marginadas por dicha cultura hegemónica descartando los grupos
acomodados o de poder. Pareciera, de esta manera, que la diversidad es, por
definición, marginal y desfavorecida. Del mismo modo podemos observar que
de los 13 proyectos presentados todos han entendido de antemano que la
única manera de enfrentar dicha temática era desde la estética característica
del periodismo clásico excluyendo la posibilidad que ofrece la imagen del
periodismo de corte vanguardista, la imagen publicitaria o aquella derivada de
los planteamientos artísticos. Asimismo, de los 13 proyectos presentados 5 son
sobre comunidades indígenas, 3 sobre grupos sociales minoritarios (gays,
punks y otakus), 3 son sobre niños en situación marginal y 1 sobre inmigración
ilegal. En la misma línea uniforme, todos los proyectos tienen un mismo
acercamiento discursivo a los diferentes grupos sociales que se caracteriza por
la solidaridad y el respeto hacia el grupo retratado excluyendo la posible crítica
o el reflejo de las contradicciones y los conflictos internos de dichas minorías.
De esta manera tenemos una interesante definición contemporánea, incluso
generacional, del término diversidad. En este caso la definición se ha construido
a partir de la imagen asociada a un discurso en consonancia y políticamente
correcto. Esta definición explicita que nuestro entendimiento de la diversidad es
todo menos diverso. Así nos lo han enseñado. Como nos han enseñado a
decodificar, interpretar y reaccionar de manera determinada ante las diferentes
imágenes que conforman nuestro imaginario colectivo.

Observando la imagen nos vienen a la mente diferentes ideas:


• Desigualdad e injusticia social
• Tercer Mundo
• Inocencia interrumpida

Y como consecuencia dichas ideas se supone que deberían despertar ciertos


sentimientos determinados en la mayoría de espectadores:
• Compasión
• Culpabilidad
• Impotencia
• Desesperanza
Es interesante observar que como espectadores, automáticamente
enmarcamos dicha imagen en un contexto político, económico y social
determinado. A priori, el estereotipo nos impediría encontrar significados
alternos. Citando a Susan Sontag en su libro “Sobre la fotografía” y acerca de
la cámara comenta: “Objeto antes admirado por su capacidad para verter
fielmente la realidad, y también despreciado por su grosera exactitud, la cámara
ha terminado por promover enérgicamente el valor de las apariencias. Las
apariencias tal como las registra la cámara.” Y sigue: “En vez de limitarse a
registrar la realidad, las fotografías se han vuelto norma de la apariencia que las
cosas nos presentan, alterando por lo tanto nuestra misma idea de realidad y de
realismo”

Cuando la relación imagen-discurso esta digerida a semejantes niveles, los


propósitos de las diferentes imágenes son más cercanos a la manipulación que
a la comunicación de ideas originales y alternativas. El espectador actual
automáticamente recurrirá a las ideas que por defecto deben aparecer en
nuestras mentes y en nuestras consciencias.

Ante semejante panorama del cual todos somos partícipes, el creador de


imágenes debe ser consciente de cuales son los mecanismos de lectura
instalados en el inconsciente colectivo y como romper con dichos canales
uniformados de asociación entre imagen-discurso. Como ejemplo me gustaría
presentar dos imágenes, una de ellas foto periodística y otra documental. No es
lo mismo hablar de inmigración desde esta primera imagen,
que desde esta segunda imagen de Javier Bauluz.
La diferencia entre una y otra es la profundidad, los matices y la lectura que de
ellas hacemos.

Nosotros, jóvenes y no jóvenes, tenemos la obligación de generar nuevos


referentes, de romper con los estereotipos asimilados y aprender a observar la
realidad desde un punto de vista genuino, personal y valiente. Me parece
interesante que se generen plataformas como el Foro Vizio que inviten a
estudiantes, comunicadores y público en general a expresar sus inquietudes y
sus puntos de vista sobre diferentes temáticas. En su primera edición de este
foto experimental, se han presentado una serie de proyectos fotográficos que
como punto de partida abren las puertas para seguir evolucionando y creciendo
en el debate propuesto. El potencial de la plataforma es interesante por lo que
es imprescindible que se haga uso de este nuevo foro desde el compromiso
con nosotros y con aquello que estamos analizando lo cual requiere un proceso
de investigación y reflexión a largo plazo. Si el proceso creativo y de producción
es complejo, profundo y honesto es muy probable que nuestra aportación
también lo sea. Lo retratable no debe ser nunca de lectura simple. Todo
fenómeno social, emocional, político, económico, todo fenómenos en sí, al igual
que el ser humano, es contradictorio. Retratar la dualidad, la complejidad y los
matices relativos a aquello que consideramos “real” es la consecuencia de
abordar un proyecto desde la profundidad.
Para cerrar esta plática me gustaría citar de nuevo a Pepe Baeza que escribe:

“¿A quien sirven las imágenes que vemos? Esa es la única pregunta que
necesita siempre una respuesta. La sociedad necesita imágenes que informen,
analicen y transformen. Las necesita mucho”.

Gracias.

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