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Presencia de microplásticos en aguas superficiales desde efluentes de plantas de tratamiento de aguas

servidas

En solo unas pocas décadas desde que comenzó la producción masiva de productos de plástico en la
década de 1950, la basura plástica se ha acumulado en entornos terrestres, en el océano abierto, en las
costas de incluso las islas más remotas y en las profundidades del mar. La mayoría de los desechos
plásticos, como los envases, se eliminan en los vertederos. Sin embargo, el plástico persiste en los
vertederos y si no se lo entierra adecuadamente, puede emerger posteriormente para convertirse en
"detritus". Aunque la acumulación de plásticos en la tierra es importante, hay poca información disponible
sobre las cantidades, las tasas, el destino o los impactos, mientras que ha habido un gran esfuerzo para
cuantificar los impactos en las costas y en el mar (Barnes et. al 2009).

La producción mundial anual de plásticos ha alcanzando aproximadamente 299 millones de toneladas


en el 2013. La demanda mundial de plástico está dominada por tipos termoplásticos de polipropileno
(PP) (21%), polietileno de baja densidad (LDPE) (18%), cloruro de polivinilo (PVC) (17%) y polietileno
de alta densidad, (HDPE) (15%). Otros tipos de plástico con alta demanda son poliestireno (PS) y PS
expandible (8%), tereftalato de polietileno (PET) (7%) y el poliuretano (Hahladakis et. al 2018).

En los materiales plásticos utilizados en la mayoría de los productos, al polímero básico se le incorpora
diferentes aditivos, que son compuestos químicos añadidos para mejorar el rendimiento, funcionalidad
y propiedades de envejecimiento del polímero. Los aditivos más comúnmente utilizados en los diferentes
tipos de materiales poliméricos son: plastificantes, retardantes de llama, antioxidantes, captadores de
ácidos, estabilizadores de luz y calor, lubricantes, pigmentos, agentes antiestáticos, compuestos de
deslizamiento y estabilizadores térmicos. Cada uno de ellos juega un papel distinto en la entrega y
mejora de las propiedades funcionales de un producto de plástico, sin embargo, estas sustancias pueden
ser liberadas en el medio circundante por distintos factores, lo que genera emisiones de sustancias
potencialmente toxicas (Hahladakis et. al 2018).

Por desgracia, una fracción no despreciable de desechos plásticos termina como basura en el medio
ambiente y el ecosistema marino y terrestre, creando diversos impactos ambientales, económicos y
sociales. El medio acuático y sus organismos vivos están particularmente expuestos a la contaminación
por residuos plásticos, cantidades grandes y en constante aumento de productos plásticos y desechos
se encuentran en el océano abierto, ya sea en la superficie o en el bentos de los mares profundos, así
como en las costas y los organismos vivos (Hahladakis et. al 2018).

Los plásticos se pueden dividir principalmente en tres grupos, de acuerdo con su tamaño de partícula,
los materiales plásticos > 5 mm se consideran macroplásticos. Al ingresar al medio ambiente, los
productos plásticos y los desechos pueden fragmentarse en trozos más pequeños, < 5 mm, llamados
microplásticos. La contaminación causada por este grupo de plásticos se considera más persistente
debido a sus mayores cantidades y pequeños tamaños de partículas. Finalmente, varias implicaciones
de las partículas de plástico de tamaño nanométrico (conocidas principalmente como nanoplastos) y
definidas en < 100 nm de tamaño, constituyen un área muy reciente de la ciencia ambiental,
probablemente la zona menos conocida de la basura plástica pero potencialmente igual de peligrosa
(Hahladakis et. al 2018).

Varias consecuencias de la ingestión de macro, micro y nano-plásticos o el enredo de macroplásticos


también han sido reportados y bien documentados para varias especies, es decir, aves, tortugas, larvas
de peces y mamíferos marinos. Los resultados de esta ingestión incluyen sofocación o bloqueo del tracto
digestivo que causa la muerte. Varios estudios realizados en anfípodos, lombrices, pepinos de mar y
mejillones que han estado expuestos a microplásticos, han demostrado que estos organismos tienden
a ingerir los microplásticos. Otros estudios sobre los mejillones demostraron que los microplásticos se
translocaban desde el intestino al sistema circulatorio y se encontraban en los hemocitos (Hahladakis
et. al 2018).

También se sabe que la propensión o capacidad de los plásticos a sorber contaminantes orgánicos
persistentes (COP) puede causar problemas adicionales. Hay varios artículos en la literatura que han
intentado investigar esta tendencia, ya sea examinando las diferentes condiciones de los microplásticos
presentes en los sistemas marinos y estuarinos (por ejemplo, salinidad) o determinando el efecto de las
diferentes características de los polímeros que los constituye. Sin embargo, aún no está claro en qué
medida puede tener lugar esta interacción bidireccional (sorción y liberación de COPs en plásticos). Se
encontró que las piezas de PP marinas tienen concentraciones de PCBs (bifenilos policlorados) y DDE
(dicloro-difenil-dicloro-etileno) 100,000-1 millones de veces más altas que en los alrededores de agua
de mar. Hasta qué punto estos contaminantes se liberan cuando son ingeridos por un organismo, es un
tema que aún debe ser investigado y aclarado. En análisis de modelos recientes, se informó que los
efectos de los desechos plásticos en la bioacumulación de COPs pueden ser más bien pequeños
(Hahladakis et. al 2018).
Los diversos aditivos presentes en casi todos los materiales derivados del plástico también pueden
contribuir a la contaminación marina. Algunos plásticos contienen COPs como aditivos (por ejemplo,
hexabromociclododecano (HBCDD o HBCD) o difenil-éter-polibromado (PBDE) a una concentración de
0,7-25% en peso. Por lo tanto, para los aditivos, la ingestión de plástico por organismos acuáticos puede
ser más relevante que los COPs acumulados de difusión difusa, ya que los niveles son de 7 a 10 órdenes
de magnitud más altos. Incluso si no se ingieren los aditivos que contienen polímeros, todavía
constituyen fuentes de exposición, por ejemplo, se ha encontrado un mayor contenido de HBCDD en
ostras en una granja en donde se usaron boyas de PS que contenían HBCDD (Hahladakis et. al 2018).

El estado en el que un material plástico permanece durante un tiempo podría estar afectando la forma
en que interactúa con su entorno y, por lo tanto, afecta la posible liberación de sustancias (aditivos)
contenidas en él. Los plásticos se consideran contaminantes persistentes, la mayoría de los tipos de
polímeros plásticos no son biodegradables. En un polímero de PET, solo un mero 0,1% del carbono se
transformará en CO2, por año, a través de la biodegradación y eso solo ocurrirá en condiciones ideales
de laboratorio. Los plásticos biodegradables tienen hoy una participación menor en el mercado de los
plásticos, sin embargo, no todos son completamente biodegradables en el entorno natural, tipos
específicos como bolsas de plástico biodegradables pueden alterar la geoquímica de los sedimentos
marinos e influir en la coexistencia de especies. Los polímeros no biodegradables pueden degradarse o
fragmentarse por diversos mecanismos: físicos, como el calor y la luz, y químicos, como la oxidación, la
radiación iónica y la hidrólisis. Ciertos contaminantes atmosféricos como el CO, el dióxido de azufre
(SO2), el óxido nitroso (NO) y el ozono (O3) también pueden desempeñar un papel importante en la
degradación de los polímeros. El efecto de los mecanismos de degradación antes mencionados en el
polímero es fragilizarlo y fragmentarlo en pedazos más pequeños (Hahladakis et. Al 2018).

Un creciente campo de investigación se centra en la abundancia, las fuentes, el movimiento y las


interacciones biológicas de microplásticos en el medio ambiente. Los microplásticos incluye una
diversidad de tipos de polímeros y formas, por ejemplo, fragmentos, gránulos y fibras, que pueden
originarse de diferentes fuentes. Los fragmentos de microplástico como ya se mencionó, se forman a
través de la descomposición del plástico particulado más grande por fotólisis, termo-oxidación, termo-
degradación, y posiblemente a través de la biodegradación (McCormick et. al 2016). Sin embargo, los
microplásticos pueden aparecer en el medio ambiente como microplásticos primarios o secundarios. Los
microplásticos primarios son aquellos fabricados para una serie de propósitos específicos, como los
utilizados en productos cosméticos. Los microplásticos secundarios son los producidos a través de la
degradación ambiental de productos de mayor tamaño (Rocha-Santos y Duarte, 2014)

Hasta ahora, los esfuerzos científicos se centran en microplásticos en aguas marinas, y los estudios
sobre su abundancia y efectos se vuelven cada vez más disponibles. Debido a su alta movilidad, los
desechos plásticos prácticamente han penetrado en el medio marino mundial, incluidas las regiones
polares, las islas del océano medio y las profundidades del mar. A pesar de la gran cantidad de datos
sobre microplástico en ambiente marino, hasta la fecha, solo un puñado de estudios investiga los
microplásticos en un contexto de agua dulce (Wagner et. al 2014).

Una estimación aproximada predice que del 70% al 80% de los desechos marinos, la mayoría de ellos
plásticos, provienen de fuentes continentales y son emitidos por los ríos hacia los océanos (Wagner et.
al 2014). Los plásticos ingresarán en ambientes de agua dulce de diversas fuentes a través de varias
rutas. En tierra, tirar basura es un tema ambiental y público importante y es una cuestión de creciente
preocupación en áreas protegidas donde los volúmenes están influenciados por la densidad de
visitantes. Además, las prácticas de gestión de residuos en diferentes regiones del mundo también
varían, y esta puede ser una fuente más importante en una región geográfica en comparación con otra.
(Lambert y Wagner, 2017). En analogía a los sistemas marinos, los principales contribuyentes
probablemente incluyan plantas de tratamiento de aguas servidas (PTAR) y escorrentías de áreas
urbanas, agrícolas, turísticas e industriales. Lavar la ropa y los productos de cuidado personal son
fuentes de microplástico en las PTAR. Dado que la capacidad de retención de los procesos
convencionales de tratamiento de aguas residuales parece ser limitada, se necesita con urgencia una
caracterización de la emisión de microplásticos por las PTAR y otras fuentes para comprender de dónde
proviene el microplástico de agua dulce.

Hipótesis: Los efluentes de las plantas de tratamiento de aguas residuales sin fuentes de microplástico
al medio ambiente

Objetivo: Determinar la presencia de microplástico en los efluentes de planta de tratamiento

Objetvo específico: -Determinar los niveles de microplástico en los efluentes.


-Establecer el mejor tratamiento para capturar los microplástico en el sistema de
tratamiento

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