Desmotivación, insatisfacción y abandono de proyectos en los
jóvenes. Una estrategia preventiva
Guillermo Volkind a modo de introducción va a afirma que: un joven en
determinadas etapas de su vida, pensar un proyecto, tener un proyecto, conforman un gran nivel de complejidad que no pueden realizar, y que muchas veces se escapa de las miradas de los adultos. Pero puede también ocurrir, que lo jóvenes si tengan un proyecto en mente, pero sucede luego la problemática de no saber como encararlo o en su defecto mantenerlo, viéndose así como un proyecto a corto plazo, o en un periodo breve. Volkind va a decir que nuestras respuestas deben apuntar más que a la orientación, a sostenerlo en la búsqueda, porque la complejidad que tiene la orientación muchas veces supera las posibilidades que tenemos. La licenciada Claudia Messing por su parte dirá, que la desmotivación, la insatisfacción y el abandono de proyectos en los jóvenes son verdaderos emergentes de las profundas transformaciones y contradicciones que atraviesan las sociedades contemporáneas. Messing a lo largo de su trabajo como orientadora, fue encontrando que había una cantidad de situaciones de los jóvenes que no estaban incluidas en la orientación vocacional, que no respondían a los parámetros acostumbrados, por más técnicas activas, lúdicas y psicodramaticas que se aplicaran, los jóvenes no podían organizarlas internamente, no podían definir un campo propio de intereses, ya que no tenían la motivación necesaria para poder concluir con un determinado proyecto. Los jóvenes se mostraban así, como apáticos, desconectados, cambiantes. Se pueden definir entonces varios grupos de problemáticas en los jóvenes: Un primer grupo estaba compuesto por jóvenes que quieren estudiar pero nada les parece suficientemente importante. La falta de convicción, de insatisfacción con las elecciones que van realizando. Existen también los que proyectan sobre la carrera una situación de asfixia, una situación verdaderamente claustrofóbica, es la situación de estudio la que les despierta conducta fóbicas y evitativas. Otro grupo de jóvenes vive a lo largo de sus estudios, una situación de hiperexigencia, sienten que su carrera, es la elección trascendental de su vida, la carrera les tiene que garantizar que van a ser exitosos plenamente. Dentro de la orientación vocacional es que se deben abordar y prevenir estas sintomatologías vocacionales, el orientador debe poder detectar cuando están presentes o se pueden desarrollar realizando una tarea preventiva para que el joven no se frustre masivamente. Cuando se puede acceder al trabajo con los padres (vincular-familiar) desde el mismo proceso, es maravillosa la posibilidad de prevención que se produce, ya que al estar informados están más dispuestos a colaborar, y a revisar aquello que sea necesario para poder prevenir futuros fracasos y abandonos. Ahora bien el proceso de globalización, el desarrollo masivo de las nuevas tecnología, y el consumo masivo de las mismas, introduce múltiples transformaciones en las sociedades contemporáneas, y genera muchas veces de forma negativa en los jóvenes un bombardeo de estímulos que los desconcentran de sus proyectos, provocando un debilitamiento de las instituciones educativas y en la familia, los medios de comunicación así crecen en su poder de influir sobre la cabeza de los jóvenes. El mercado de consumo crea en el joven la cultura de la inmediatez, la cultura de la imagen perfecta, la necesidad de éxito, una cultura de narcisismo, individualismo, hedonismo, que realmente impregna profundamente los proyectos de los jóvenes. Entonces en muchos casos los jóvenes en su plan de buscar la inmediatez tratan de insertarse directamente en el campo laboral, algunos logran realizarlo de buena manera, pero otros no obstante, no pueden cumplir sus objetivos, ya que les hace falta, tenacidad, persistencia, capacidad de tolerancia a los obstáculos, capacidad de tolerancia hacia la frustración. En estos casos también se debe hacer un acompañamiento para que el joven pueda encontrar un camino adecuado para seguir. Pero este acompañamiento suele verse dificultado, ya que el joven no puede seguir a los modelos de autoridad, lo que dificulta la tarea cotidiana tanto para los padres en sus casas, como para los educadores en la escuela. Esto se debe a que los padres de las nuevas sociedades han perdido su rol, y tratan de igualarse con sus hijos para así según ellos acceder a un mejor vínculo con sus hijos, provocando la falta de autoridad y límites. Los vínculos pueden ser muchísimos mas cercanos y afectuosos, pero muchísimo mas simétricos e indiferenciados. Por eso los jóvenes no aceptan ni consejos, correcciones, ya que sienten que al estar de igual a igual con un adulto, ya tiene la capacidad de autoabastecerse en todo, la corrección es vivida así como un fracaso. La posición de simetría crea un malentendido en la comunicación entre padres e hijo y entre padres y educadores. Y para llegar a resolver estas problemáticas, lo primero que hay que hacer es empezar a reconocer la simetría como un problema, como mirada del mundo que dificulta terriblemente la actitud, posición y posibilidades de aprendizaje de los jóvenes. No solamente el aprendizaje sistemático sino el aprendizaje de la vida cotidiana. Lo segundo es trabajar con los padres y con los hijos para salir de la posición simétrica, darles recursos para salir de ese lugar, enseñándoles a recuperar el lugar de padre y el lugar de hijo, cuando el hijo logra reconectarse emocionalmente con los padres, se reconecta emocionalmente consigo mismo como para poder percibir y recibir sus propios intereses vocacionales. La gran herramienta para trabajar esta temática es el aprendizaje de la comunicación