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El medio marino está compuesto por una inmensa cantidad de organismos y de ambientes que le

aportan una enorme riqueza biológica y ecológica. Algunas actitudes irresponsables por parte del
ser humano ponen en peligro la supervivencia de esta biodiversidad.

El clip se centra en la importancia de concienciar al ser humano sobre la importancia de la


conservación del medio marino. Para ello, no solo son las empresas, gobiernos, etc. quienes tienen
que tomar medidas para proteger y conservar el ecosistema marino, sino que se deben adoptar
estas actitudes a nivel individual. Al evitar algunos procesos destructivos, se puede mejorar la
salud del ecosistema marino y el futuro de sus especies.

El fondo marino, los cimientos del océano

© OCEANA / Juan Carlos Calvín

El fondo marino es el sustento de la vida marina. Hasta no hace mucho, muchos científicos
pensaban que el fondo marino era una llanura inmensa, sin vida y sin corrientes. En la década de
los 60, los primeros sumergibles utilizados por los científicos permitieron descubrir que el lecho
marino contiene peculiaridades como grandes llanuras, profundos cañones, cadenas montañosas y
grandes colinas conocidas como montañas submarinas.

Al igual que en tierra firme, la vida en los distintos ecosistemas oceánicos está interrelacionada.
Lamentablemente los científicos comprenden cómo funcionan estas relaciones cuando una
especie marina se agota o desaparece por completo. Sin embargo, sí que sabemos que
mientras que muchos peces y mamíferos marinos viajan miles de kilómetros, otros se
localizan en zonas muy limitadas y no pueden sobrevivir si su hábitat especial desaparece.
La increíble biodiversidad de los océanos se concentra especialmente alrededor de
hábitats complejos de estructuras geológicas (p.ej. grava, peñascos, grietas rocosas,
cumbres rocosas, salientes) y estructuras biogénicas, creadas por animales como las
anémonas de mar, las esponjas y los corales de aguas frías. La cadena trófica marina
y los ecosistemas marinos saludables dependen de unos complejos hábitats del
fondo marino.

Estudios científicos recientes nos han mostrado que, a menudo, las montañas
submarinas son en realidad montículos resultantes de miles de años de crecimiento
de los corales. Cuando se dañan o matan a estos animales de lento crecimiento, es
fácil que especies del fondo llano que prefieren hábitats estructurados remplacen a
estos animales que necesitan años, décadas o incluso siglos para recuperarse.

Numerosos estudios han descubierto que las zonas que han sido sometidas a una
pesca de arrastre de fondo intensa sufren colapsos de su biodiversidad,
especialmente en el caso de hábitats complejos. Los científicos aún no comprenden
totalmente cómo afectaran a otras especies los impactos sufridos por una especie a
causa de la pesca de arrastre. Cuanto más permitamos el uso de artes de pesca
destructivos como el arrastre de fondo, más probabilidades tendremos de perder
especies vitales para la vida en los océanos.

la importancia de los ecosistemas costeros y marinos como almacenes de dióxido de carbono


(CO2), e instó a su conservación y estudio como herramientas naturales contra el cambio climático.

El director ejecutivo del UNEP, Achim Steiner, llamó la atención sobre este asunto en el Foro
Ministerial Global sobre Medio Ambiente que se celebra en la isla indonesia de Bali.

"Estamos empezando a descubrir que los ecosistemas costeros y marinos como los manglares, los
pastos marinos y las salinas, entre otros, almacenan más de la mitad del total de carbono que
captura la naturaleza", afirmó Steiner, basándose en un estudio de varias agencias de las Naciones
Unidas.

La investigación concluye que una reducción de las emisiones por deforestación junto a la
recuperación de ecosistemas marinos y costeros podría reducir las emisiones globales de CO2
hasta en un 25 por ciento.

Esta reducción evitaría las consecuencias más graves derivadas del cambio climático, según los
expertos, al impedir que la temperatura media del planeta subiera más de dos grados centígrados,
nivel considerado peligroso por los expertos.

Steiner aseguró que hay cada vez más evidencias de que otros tipos de ecosistemas podrían
también desempeñar un importante papel en este sentido.
Por eso, el director ejecutivo del UNEP instó a "estudiar con urgencia" el papel de los océanos y sus
ecosistemas en lo relativo al cambio climático y subrayó que su "potencial" ha sido en gran medida
"subestimado" en las investigaciones ligadas al aumento de las emisiones humanas de CO2.

Steiner señaló que las negociaciones internacionales sobre calentamiento global deben incluir a los
océanos, tal y como se ha hecho en los últimos años con los bosques, por su potencial para
capturar carbono.

En este sentido, no descartó el desarrollo de iniciativas para preservar los mares similares a los
programas REDD, que con fondos de países industrializados financian la conservación de áreas
forestales en naciones en desarrollo.

UNEP anunció el lanzamiento de un programa conjunto con Indonesia, el país con mayor
biodiversidad marina del mundo, por el que se estudiarán las posibilidades de sus zonas costeras y
marítimas como sumideros de CO2.

El Foro Ministerial Global ha congregado en Bali esta semana a ministros y delegados de más de
130 países en el primer encuentro internacional sobre Medio Ambiente que se celebra tras la
Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático de diciembre pasado en Copenhague.

Los fondos marinos suponen un tesoro de recursos minerales y energéticos relevantes económicamente,
ya que cada vez es más caro y difícil explotar en tierra firme yacimientos de sustancias minerales, a la
par que una fuente muy interesante de información para la investigación científica sobre el origen de la
vida en la Tierra y en la exploración de otros planetas como Marte. Los investigadores del Instituto
Geológico y Minero de España (IGME), conscientes de la importancia de estos tesoros marinos están
involucrados en varios proyectos nacionales e internacionales de estudio de los márgenes continentales y
profundos de la península ibérica y los mares de Scotia y Weddell e isla Decepción (Antártida). Además
coordinan los trabajos científico-técnicos para la ampliación de la Plataforma Continental Española más
allá de las 200 millas marinas en Galicia, Golfo de Vizcaya y Canarias, de conformidad con el artículo
76 de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

En la primera de las líneas descritas se ubica la tesis doctoral desarrollada por el geólogo segoviano
especialista en recursos minerales marinos Francisco Javier González Sanz, dirigida por los doctores
Rosario Lunar, Jesús Martínez-Frías y Luis Somoza, sobre los nódulos de hierro- manganeso
descubiertos por un equipo liderado por el IGME en el Golfo de Cádiz en el año 2001 dentro del
proyecto TASYO. El equipo que trabajó en Cádiz descubrió grandes campos de chimeneas de carbonatos
derivados de metano y nódulos de hierro-manganeso (Fe-Mn). En este sentido, González destaca que
estos últimos tienen una particularidad “muy interesante” y es que “se localizan en estructuras
relacionadas con el escape de hidrocarburos” (volcanes de fango).

Interés científico

Este hecho, explica, supone que “han actuado como trampas para los hidrocarburos que salían por esos
volcanes durante su formación, y constituyen una herramienta útil para la exploración de hidrocarburos
por las compañías petrolíferas y de gas”. En este sentido reseña que empresas como Repsol han
mostrado su “curiosidad” en esta línea de investigación, ya que “sirve de guía para saber qué tienen
debajo del fondo marino” para posibles explotaciones.

El estudio de la génesis y geoquímica de estos materiales, eje de la tesis doctoral de Francisco Javier
(Nódulos y costras de Fe-Mn en el golfo de Cádiz y la antártida: Génesis e implicaciones
paleoceanográficas), ayuda a conocer no sólo los detalles de los materiales que están hasta a varios
kilómetros de profundidad debajo de ellos, sino que “puede ayudar a resolver ciertos aspectos poco
claros sobre la génesis de nódulos en otras áreas oceánicas y otros que a veces se observan en el registro
lito-estratigráfico en tierra firme”, lo que explica su gran interés científico.

Dentro de estos nódulos “se encuentran huellas de la actividad de microorganismos, que deben haber
contribuido a su génesis. Estos microorganismos que viven en condiciones extremas (falta de luz,
presencia de metano, ausencia de oxígeno) forman biominerales como la pirita framboidal o la
dolomita”. Su estudio puede ayudar a comprender como surgió la vida en la Tierra y en la exploración de
otros ambientes planetarios. Estos ecosistemas, ricos en microorganismos, son un laboratorio natural
donde la industria farmacéutica puede hallar fármacos de interés.

Además, las características de adsorción para otros elementos químicos (titanio, tierras raras…) de los
óxidos de Fe y Mn pueden desatar el interés de otras industrias como la metalúrgica y la química, así
como “muy útiles para los desarrollos de nanotecnología y nuevos materiales”. Los nódulos y costras de
Fe-Mn, pueden servir además para reconstruir la paleoceanografía de las regiones oceánicas donde
aparecen, aportando registros climáticos, de la hidroquímica marina o el régimen de corrientes, por
ejemplo.

Conocimiento ligado a la conservación

Los depósitos minerales marinos “suelen tener ligados ecosistemas complejos que es necesario
conocer y proteger”. González reseña la importancia de la explotación racional de estos recursos, que
vendrá de “un buen conocimiento de dichos depósitos y las interacciones de los mismos con el medio
físico y biótico”. Actualmente, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas
en inglés) es el organismo que se encarga de regular las actividades de exploración y explotación de
los recursos minerales en los fondos marinos Patrimonio de la Humanidad, es decir, aquellos que se
escapan a las jurisdicciones nacionales. En el ámbito económico, la Unión Europea, a través de su VII
Programa Marco de Investigación contempla la importancia de la explotación de los recursos de los
fondos marinos para la provisión futura de sustancias minerales a sus economías. en este sentido
considera relevante para los próximos años la firma de acuerdos internacionales de los países europeos
en el marco de la ISA con terceros países de Asia, África o Latinoamérica, así como el desarrollo de la
investigación científica y tecnológica para la explotación de los recursos minerales submarinos.

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