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El Problema de Confiabilidad Relacionado con los Datos Direccionales del Survey

Por Félix Roberto Alcudia Narváez, Lidia Ivón Palma Ventura, Roger Pérez de los Santos,
Ivanna Pérez Gambiracio, Edwar Fernando Piñón de la Cruz y Jorge Alberto Ramos López.

Así como todas las mediciones, los surveys direccionales están sujetos a errores e
incertidumbres lo cual significa que la información brindada por estos no es 100 % exacta1.
Para medir los datos de un survey se utilizan distintas herramientas que cuantifican variables
físicas como la gravedad, el magnetismo o la velocidad angular. Estas variables físicas son
convertidas a información entendible. Y con esto nos referimos a datos que puedan ser
interpretados por el perforador, personal direccional o de diseño, técnicos, etc. Y la forma en
que esta información es entendible es cuando se da como: ángulos de inclinación, azimuts o
rumbos, profundidades y coordenadas.
La perforación direccional (PD) ya lleva un tiempo ejecutándose y esto le ha dado
experiencia a los ingenieros para mejorar y optimizar el proceso. La medición es un elemento
inherente a esta actividad. No se puede controlar lo que no se conoce, y la única manera de
conocer es midiendo. El éxito de la PD se basa principalmente en seguir el plan direccional,
pero hacer esto implica medir la posición del pozo, lo que está sujeto a errores debido a que
todas las mediciones se realizan de manera remota y por lo tanto se tiene poco o nada de
control sobre las variables que pudieran afectarla 2. Consecuentemente, quienes planifican y
ejecutan la PD tienen que estimar las incertidumbres asociadas a la posición real de pozo con
respecto al programa direccional.
Para poder estimar la incertidumbre es necesario utilizar un conjunto matemático para
evaluar el grado de desconfianza alrededor de un survey en particular, a estos conjuntos
matemáticos se les llaman modelos de error. Las estimaciones realizadas con un modelo de
error son empleadas para determinar si existe una probabilidad adecuada de que se esté
siguiendo el plan direccional. Y con esto se puede validar los datos de un survey, no obstante,
por más avanzado que sea el modelo de error, este no podrá validar los datos si no viene
acompañado de un control de calidad (CC).
A pesar de que existen varios modelos de error que se basan en distintos principios y toman
en cuenta muchas fuentes de error ninguno de los modelos mencionados en el artículo daría
una certeza absoluta de que el plan direccional se está siguiendo. Desde nuestro punto de
vista la complejidad que implica la PD es tal que los modelos de error no logran ajustarse a
los requerimientos que exigen algunas de las trayectorias e incluso sería necesario aplicar
más de un modelo a un mismo pozo. Además, para que algunos modelos logren un ajuste
tolerable es necesario que la herramienta se encuentre bajo ciertas condiciones de operación
que algunos casos se verían limitadas por las condiciones técnicas en el pozo.
A continuación, expondremos de manera resumida las principales características y
limitaciones de los distintos modelos de error, con esto demostraremos el porqué de los
argumentos.
Para las pruebas de acelerómetros se utilizan herramientas sensibles al cambio del campo
gravitacional de la Tierra en los ejes XYZ. Este tipo de herramientas son las más modernas
en la PD. El CC que se realiza en este caso se llama prueba de error de gravedad y compara
la gravedad medida por la herramienta con la gravedad teórica conocida en el punto de
interés. La desventaja de este CC radica en que son más bien mediciones puntuales y es
necesario orientar la herramienta 45°, 135°, 225° o 315° mientras se tiene un ángulo de
inclinación de 45°. Esto quiere decir que la medida bajo esas condiciones puede resultar bien
evaluada, pero si la herramienta se aleja del ángulo de inclinación de 45° aproximándose a la
vertical u horizontal la prueba ya no es confiable ya que se daría una evaluación errónea de
la medición.
Otro modelo de error es la prueba del acelerómetro en múltiples estaciones. Este método
requiere de por lo menos 10 mediciones a lo largo de la trayectoria, esto quiere decir que si
perforamos un pozo con una tasa de incremento de 1°/100ft no podremos estimar el error con
este hasta después de haber perforado 1000 ft, lo que es suficiente para colisionar con otro
pozo o generar complicaciones para alcanzar el objetivo. En adición, el método utiliza un
error agrupado en el eje Z, esto quiere decir que no se puede discretizar entre el tipo de error
que influye en el eje, en consecuencia, el modelo tiene más probabilidades de generar
conclusiones incorrectas. Por otro lado, la prueba del acelerómetro en múltiples estaciones
tiene ciertas ventajas, una de ellas es que funciona adecuadamente en cualquier orientación
de la herramienta y de inclinación, también resulta muy versátil a poderse ajustar a secciones
del pozo donde hay menor variación como en secciones tangenciales o surveys con una
orientación de la herramienta constante, para lograr esto solo hay que utilizar el método con
menos parámetros de error.
Con relación a las herramientas giroscópicas tenemos dos modelos de error más. Las
herramientas de este tipo emplean tanto sensores giroscópicos como acelerómetros, esto
quiere decir que mide tanto la gravedad como la velocidad angular.
El primer modelo se basa en probar el error de la velocidad horizontal de la Tierra. De manera
similar que en la prueba de error de gravedad, la herramienta utilizada para realizar la
medición debe estar orientada a 45°, 135°, 225°, o 315° con una inclinación de 45°, esto con
el fin de obtener un modelado del error óptimo. El procedimiento para estimar si el error está
dentro de la tolerancia es similar a la manera que se calcula este mismo parámetro en el
método mencionado anteriormente, la diferencia es que en lugar de obtener un diferencial de
la gravedad medida en cada eje con respecto a la gravedad teórica en un punto dado, en este
caso se busca el diferencial resultante de la medición de la velocidad horizontal de la Tierra
en los ejes XY menos la velocidad horizontal de la Tierra en un punto dado multiplicada por
la latitud.
El segundo modelo es una versión extendida del primero. La prueba del giroscopio multi
estación extendida es aplicable cuando se tiene la medición de más de 10 estaciones. Otra
característica de este modelo es que utiliza errores agrupados, y además tiene ciertas
limitaciones si la orientación de la herramienta es tal que más del 50% de las estaciones se
encuentran en un sector de ±30° respecto al eje este-oeste o si la máxima diferencia de
inclinación es menor de 30°.
Con respecto a las pruebas con magnetómetros existe una cuestión que causa mucha
incertidumbre ya que el uso de mediciones del campo magnético de la Tierra como un CC
no resulta ser tan confiable como utilizar mediciones de la gravedad o la velocidad angular.
Lo anterior se debe a que el campo magnético terrestre es más inestable y por lo tanto menos
predecible 3, lo que implica falta de certeza sobre su magnitud en un punto de interés.
La prueba de campo magnético total y buzamiento es un CC que parte de una herramienta
que utiliza sensores magnéticos para realizar las mediciones. Dentro de las limitaciones de
esta prueba encontramos que es muy sensible a la magnetización de la sarta de perforación y
a que causa el campo magnético de la Tierra pueden ser muy grandes, también los errores
moderados o pequeños pueden pasar desapercibidos debido a que se le atribuyen más
entradas de error al campo magnético de la Tierra. Este modelo permite que las medidas
totales del campo y el buzamiento no sean afectadas por un error en la declinación magnética,
el cual tiene mayor impacto en el cálculo del azimut. Por lo tanto, algunas estaciones pueden
ser clasificadas como buenas cuando en realidad son malas, incluso si la disminución del
error es grande. Y para finalizar con esta prueba, tenemos que el modelo no identifica errores
cuando el eje del sensor se alinea con la dirección horizontal este-oeste.
Así como el modelo simple de gravedad puede ser extendido a un modelo más complejo, el
modelo anterior puede ser mejorado a una prueba de magnetómetro de múltiples estaciones.
Las dos principales áreas de aplicación para este modelo extendido son para mejorar la
calidad general del azimut por medio de la corrección de los errores sistemáticos, y para
realizar CC en los sensores direccionales en contra de errores grandes y sistemáticos. Como
desventaja principal del modelo nos encontramos con que la geometría y el ruido en la
medición puede producir estimaciones de parámetros muy correlacionadas e inciertas, y esto
puede causar problemas para distinguir errores específicos de forma individual.
La prueba de desalineación con rotación es un procedimiento que consiste en correr una
herramienta dentro de la tubería de perforación con el fin de medir el ángulo de inclinación
en distintas orientaciones. Sin embargo, para MWD y giroscopios, la prueba es ejecutada en
una orientación fija. Las condiciones para que esta prueba sea aceptable son las siguientes:
no se debe usar si la inclinación es menor a 5°, no es recomendable si solo se puede orientar
la herramienta en uno o dos cuadrantes y tampoco se debe emplear con menos de 5
rotaciones.
La prueba de diferencia de profundidad doble se considera el método más complicado para
realizar un CC en contra de grandes errores. No existe ninguna medición de referencia en
este caso y la única medición viene de fuentes independientes, esto se refiere a que se requiere
de más de una herramienta para realizar la medición salvo en el caso de los giroscopios
corridos con línea electromecánica ya que estos contienen un CCL el cual proporciona una
medida de profundidad por cada conexión de la tubería. Los errores físicos de profundidad
pueden ser agrupados en tres errores aparentes, lo cuales son: error de profundidad de
referencia, error de escala de profundidad y error por estiramiento.
Las distintas pruebas y modelos correspondientes que hemos tratado conforman un conjunto
de CC, chequeos internos y pruebas que nos ayudan a incrementar el grado de certidumbre
sobre las mediciones realizadas en un survey. Cuando tratamos con los modelos basados en
la medición de la gravedad nos dimos cuenta de que las principales limitaciones venían
regidas por el posicionamiento de la herramienta, también vimos como este problema se
minimizaba al aplicar una modificación extendida del modelo simple, sin embargo, este traía
consigo otra problemática, la cual consistía en el número de estaciones necesarias. Con
respecto a las mediciones realizadas con giroscopios nos percatamos que el procedimiento
para las estimaciones era muy similar a la anterior cambiando solamente el parámetro de
medición, añadiéndose en ese caso la velocidad angular. En lo que corresponde a los
magnetómetros observamos que la inestabilidad del campo magnético de la Tierra es una
fuente considerable de error. El siguiente modelo que estudiamos se enfocaba en la medición
de la inclinación, en este caso las limitaciones estaban dadas por el tipo de herramienta y el
ángulo de inclinación. Y, por último, pero no menos importante nos dimos cuenta de que una
medición aparentemente simple como lo es la profundidad resulta tener la mayor
incertidumbre 4. El hecho de que no podamos ajustar un modelo en particular a una geometría
de pozo específica nos indica que en trayectorias complejas la estimación del error puede
convertirse en una labor complicada por la necesidad de aplicar varios modelos. Podemos
explicar esto con un ejemplo, supongamos que nos encontramos perforando un pozo
direccional, durante todo el proceso de construcción del agujero vamos a notar que la
geometría sigue una tendencia regular dependiendo de la sección que se esté trabajando. En
el caso de la sección cercana a la vertical podemos modelar el error aplicando un modelo
básico como el de prueba de error de gravedad ya que debido a la simplicidad de la trayectoria
el modelo proporciona una estimación aceptable. Si seguimos perforando y aplicamos el
mismo modelo encontraremos que el modelo empieza a fallar. Una vez que construimos
ángulo es crucial utilizar un modelo que pueda manejar esa condición, en esta ocasión
podríamos aplicar la prueba del acelerómetro de múltiple estación, ya que se ajusta mejor a
un amplio rango de ángulos. Y ya por último al llegar a una sección tangencial se puede
estimar el error utilizando la versión simplificada del método que acabamos de mencionar.
Lo más importante en estos casos es la selección del modelo adecuado para poder evaluar de
manera correcta las mediciones y así reducir el riesgo.
La validez de las predicciones de un modelo de error para estimar la posición del pozo es
altamente dependiente de la aplicación de controles de calidad a la información suministrada
por el survey 3. Los datos direccionales de un survey que no coincide con su modelo de
errores representan un riesgo en términos de pérdida de producción, daño a la infraestructura
y pérdida de vidas humanas 3. La incertidumbre es algo común en la perforación direccional
y lo único que se puede hacer es reducirla para actuar con mayor seguridad, a pesar de que
existen métodos muy completos que nos permiten modelar el error tenemos que ser
conscientes de que siempre existirá un pequeño margen donde las cosas pueden salir mal.
Referencias.
1. Jamieson, A. (2012). Introduction to Wellbore Positioning. Inverness, Escocia, Reino Unido:
University of the Highlands & Islands.

2. Roger Ekseth, Kazimir Kovalenko, and J.L. Weston, Torgeir Torkildsen, Erik Nyrnes,
Andrew Brooks & Harry Wilson (2006) “The Reliability Problem Related to Directional
Survey Data”. Paper IADC/SPE 103734, IADC/SPE Asia Pacific Drilling Technology
Conference and Exhibition, Bangkok, Thailand, 13-15 November.

3. Williamson H. S. (2000) “Accuracy Prediction for Directional Measurement While Drilling”.


Paper SPE 67616, SPE Drilling and Completion 15 (4), December 2000.

4. Ekseth R. (1998) “Uncertainties in connection with the determination of wellbore positions”.


ISBN 82-471-0218-8, doctoral thesis 1998, Norwegian University of Science and
Technology, 1998:24 IPT-rapport.

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