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Una defensa del aborto: Judith Jarvis Thomson

La oposición al aborto descansa sobre la premisa de que el feto es un ser


humano, una persona, desde el momento de la concepción en base a este
pensamiento tendríamos que considerar que el desarrollo del ser humano
comienza en la concepción, esto nos llevaría a trazar una línea imaginaria y decir
“hasta esta línea” el feto no es persona “detrás de esta línea lo es” llegando a una
conclusión de que el feto es persona a partir de la concepción pero esta
conclusión carece totalmente de lógica sin embargo quienes se oponen al aborto
se apoyan en este razonamiento carente de sentido crítico. Es posible no estar de
acuerdo con la idea de la existencia de una “línea imaginaria” pero si hay algo que
debemos reconocer y es que el feto se ha convertido en un ser humano bastante
antes del nacimiento.

¿De qué modo preciso llegaríamos a la idea de que el aborto es no permisible?

Es el momento en donde las ideas comienzan a diferenciarse entre quienes


consideran al aborto como algo no permisible quienes tienen como idea central
que el feto es una persona contraria a la idea de los defensores del aborto para
quienes solo se trata de un tejido que con el nacimiento se convierte en persona.

Si consideramos como válida la idea de que el feto es persona desde el momento


de la concepción el razonamiento se centra en la idea de que toda persona tiene
derecho a la vida de modo que el feto tiene derecho a la vida y si situamos en una
balanza imaginaria de derechos y valores este último tendría mayor peso que el
derecho de la madre de disponer de su propio cuerpo este razonamiento en
principio parece dar respuesta a este gran problema pero que pasa en aquellos
casos en donde la madre no brindo su propio voluntad para que se produzca ekl
embarazo ¿ cómo pueden, los ideólogos de este pensamiento, exceptuar el
embarazo debido a una violación? La primera respuesta versaría en que las
personas solo tienen derecho a vivir si no fueron concebidas durante una violación
lo cual sería una contradicción ya que se tiene derecho a la vida o no, no se trata
de cuanto derecho a la vida se tiene; en base a este razonamiento quienes se
oponen al aborto no hacen una excepción en el caso de violación.

ABORTO: Razones para seguir viviendo

Pero en el supuesto caso que la vida de la madre corriese peligro ¿podríamos


hablar de una razón justa para interrumpir el embarazo? Quienes adoptan una
postura extrema consideran que el aborto no es permisible ni siquiera ante estas
situaciones sin embargo considerando el ejemplo de que una madre se ha
quedado embarazada y se entera que el estado de su corazón es tal que si llevase
el embarazo a término morirá; tenemos en la balanza imaginaria ambos derechos
y valores a la vida ¿cómo se llega a la conclusión de que no puede llevarse a cabo
un aborto?

El razonamiento más claro nos dice que la realización del aborto supondría una
privación directa de la vida del niño, un inocente, mientras que el no hacer nada no
supondría matar a la madre, sino solo dejarla morir esto nos lleva a pensar
múltiples conclusiones:

a) La privación de la vida de una persona no es permisible por lo tanto bajo


ningún termino puede llevarse a cabo un aborto.
b) Privación directa de la vida de un inocente es un asesinato y el asesinato
bajo ninguna pena es permisible.
c) El deber de evitar que un inocente pierda directamente la vida es más
riguroso que evitar que una persona muera.
d) Si solo se puede elegir entre la privación directa de la vida de una persona
inocente o dejar que una persona muera, debe preferirse esto último.

Si realizamos un análisis exhaustivo de cada una de estas conclusiones veremos


que todas ellas pueden ser refutadas, si tan solo por un momento pensamos en
que la acción de la madre de privarle la vida a un inocente que se encuentra
dentro de ella, la misma sería catalogada como un asesinato pero el sentido de
esta acción criminal pierde valor cuando la misma es en razón de salvar su propia
vida.

Sin embargo hoy en día no hay manera que una mujer pueda practicarse a sí
misma un aborto de manera segura lo que sitúa el principal foco de atención sobre
lo que un tercero puede o no puede hacer ante la petición de una mujer de que se
le practique un aborto, una primer respuesta nos llevaría a pensar que en esta
situación existen dos personas inocentes la que está amenazada y la que
amenaza ambas exentas de culpa por esta razón, terceros, no pueden intervenir
tan solo puede hacerlo la persona amenazada pero esto no es verdad ya que la
madre es “dueña” de su propio cuerpo y debemos centrar nuestra idea de que si
un ser humano tiene derecho a reclamar algo, principalmente tiene derecho a
reclamar su propio cuerpo.

Cuando la vida de la madre no está en peligro

Si nuestro punto de partida es la idea de “toda persona tiene derecho a la vida, así
que la persona no nacida tiene derecho a la vida” entonces deberíamos
preguntarnos ¿qué es tener derecho a la vida? Para algunos tener derecho a la
vida supone tener derecho a recibir lo mínimo que se necesita para una vida
continua pero supongamos que ese mínimo del que hablamos es algo que no
tenemos derecho a recibir y nadie podría, ni siquiera nosotros mismos, exigir que
alguien hiciera esto por nosotros; sin embargo no todos interpretan el derecho a la
vida de esta manera existen quienes reducen su pensamiento a la idea de que el
derecho a la vida se trata de no verse privado de la vida por nadie significando una
gran abstención por parte de todos y no solo de quien goza de este derecho.

Esto nos demuestra que el derecho a la vida no es algo tan claro y preciso como
creen quienes se oponen al aborto y demuestra la dificultad de quienes defienden
esta postura para dar cuenta de la idea de no permisibilidad del aborto.

Hay otra manera de destacar la dificultad para dar cuenta de la idea de no


permisibilidad del aborto y es considerar que privar a alguien de aquello que tiene
derecho es tratarle injustamente; el derecho a la vida supone, no el derecho a no
ser privado de la vida, sino el derecho a no ser privado de la vida injustamente en
base a este razonamiento es necesario demostrar que el aborto es una privación
injusta de la vida.

¿En qué casos la madre ha concedido a la persona no nacida el derecho de usar


su cuerpo?

Es evidente que en el caso de la violación no ha existido dicha permisión pero


supongamos aquella situación en donde una mujer consiente de realizar el coito y
sabiendo las posibilidades que derive en el embarazo y de hecho así es en efecto
podemos decir que desde luego ella no lo invito pero si es responsable parcial de
que el feto este dentro de su vientre por lo tanto el no nacido tiene derecho a
utilizar su cuerpo y privarlo de su vida si implicaría una injustica; sin embargo
supongamos que la mujer previendo esta situación recurrió a la utilización de
múltiples métodos anticonceptivos a los fine de evitar el embarazo y aun así este
ocurrió ¿ el no nacido tiene derecho de igual manera a utilizar su cuerpo? Pues
claro que no porque aun cuando alguien intente justificar este derecho imponiendo
la responsabilidad de ese arraigo mediante la utilización de métodos
anticonceptivos más efectivos esto no sería convincente porque del mismo modo
puede evitarse un embarazo por violación evitando salir de casa.

Dicho razonamiento nos lleva afirmar que en algunos casos en los que la persona
no nacida tiene derecho a usar el cuerpo de su madre y algunos casos en los que
el aborto supone una privación injusta de la vida.

Aborto y moralidad

Puede haber casos que sería moralmente despreciable separar al cuerpo de la


madre a costa de su vida tomemos como ejemplo que el embarazo tan solo
durase una hora y no constituye amenaza alguna para la vida de la madre
“moralmente” deberíamos decir que debe permitir que el niño permaneciera ahí
durante esa hora ya que sería despreciable negarse. Si realizamos este planteo
lógicamente podemos decir que:

Hecho de que A debe hacer algo por B se desprende que B tiene derecho a exigir
de A que lo haga.

Esto resulta moralmente inaceptable ya que aun existiendo y considerando el


embarazo tan solo en una hora negarse resultaría totalmente egocéntrico,
despreciable y cruel pero no injusto ya que a nadie se le puede requerir que
sacrifique su salud y durante nueve meses o incluso una hora para mantener viva
a otra persona.

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