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108 | Capitulo Segundo LA TRSIS, QUE SE REMONTA ARISTOTELES, DE LA ONTOLOGIA MEDIEVAL, | SEGUN LA CUAL A LA CONSTITUCION DEL SER DE UN ENTE LE PERTENECEN LA QUIDIDAD (ESSSENTIA) Y LA SUBSISTENCIA (EXISTENTIA) § 10, El contenido de la tesis y su discusién tradicional 44) Esbozo del contexto tradicional del problema de la distincién entre essentia y existentia La exposicién de la primera tesis, el ser no es un predicado real, tuvo como finalidad explicar el sentido del ser, de la existencia, ¥ mas radical en relacién con su tarea, Ia j6n de Kant al respecto. Se subray6 que la existencia se distingue de la realidad. Pero no se convircié en problema la reali dad misma, ni tampoco su posible relacion con la exisrencia, ni siquiera la distincién de las dos. Puesto que la realidad, en sentido kantiano, no significa sino essentia, la exposicién de la segunda tesis, respecto de la essentia y la existentia, incluye todas las cues tiones que, sobre la relacidn entre ambas, se plantearon en la filo- sofia anterior y que ya no fueron consideradas por Kant, pero que subyacen en su pensamiento como opiniones tradicionales que se dan por supuestas. Durante el transcurso de la discusién de la se- gunda tesis, se hard més claro aun cuin firmemente el problema kantiano entronca en la tradicién antigua y medieval. A pesar de que la segunda tesis se relaciona muy estrechamente con la kantia- 1, su exposici6n no es, sin embargo, una repeticidn del problema i kantiano, puesto que ahora, bajo la ribrica de essentia, Ia propia realidad se convierte en un problema ontoldgico. Por consiguiente, el problema se agudiza: Cémo pertenecen la realidad y la existen- 109 cia a un ente? primera vez la filosotfa medieval, sobre todo la ontologia.\Antes de 4), la Edad Media, incluido Tomas y Duns Escoto, trataron el pensa~ miento antiguo slo en comentarios que consideraban los textos uuno tras otro. El libro fundamental de la antigiiedad, la Metafisica de Aristoteles no es una obra coherence, carece de estructura siste~ matica Suirez lo vio y traté de suplir esta carencia, pues asi la considers, disponiendo, por vez primera, los problemas ontolé cos en una forma sistematica Que determiné una divisién.de_la iretafsien que peNturs durante los sislos siguientes hasta Hegel < De acuerdo con ella, se distingue entre una metaphysica generalis, luna ontologia general, y una metaphysica specialis, cosmologia raz- lis, ontologia de la naturaleza, psychologia rationalisontolo- del espiritu, y una theologia rationalis, ontologia de Dios, Esta Flsgosicion de lav dsciplins Filo ntrales reaparece en la Critica dela razin pura de Kant. La « sndental- correc ponde, en su fundamento, a la ontologia general. Lo que Kant traté ‘en Ia sdialéctica transcendental» los problemas de la psicologia, cosmologia y teologia racionales corresponden a lo que la filoso- fia moderna puso en cuestidn. Suarez, que presenté su filosotia en . las Disputationes Metaphysicae (1597), no sdlo ejercié' gran in- fluencia en el desarrollo posterior de la teologia dentro del cato: licismo, sino que, con su compatiero de orden Fonseca, influyd poderosamente en la escolistica protestante de los siglos xvt y xvi. Su profundidad y nivel filos6ficos son superiores con mucho a Jos que alcanz6, por ejemplo, Melanchthon en sus comentarios de Arist6reles. 113 | El problema de la relacién de la essentia y la existentia tiene, ante todo, tna importancia teoldgica que, en su sentido estricto, no nos interesa. Concierne a los problemas de la cristologia y, por ello, se discute todavia hoy en las escuelas teoldgicas, ante todo en 112 $10, & CONTENIDO OF LA TESIE ¥ SU DISCUSION TAARDICIONAL las concepciones filoséficas de cada orden. ‘Todavia hoy no se ha zanjado la controversia, Pero dado que Tomas es considerado, por encima de cualquier otro, como el escolistico mis autorizado y st le ha dado preferencia también eclesiésticamente, los jesuitas, que se han atenido en sus doctrinas a Suarez, quien sin diida fue quien vio el problema de modo mas agudo y correcto, han tenido interés a la ¥ez en asociar su posicién con la de Tomés, Aun en 1914 solicitaron ‘del Papa una decisién sobre si, en esta cuestion, era necesario ajus- tarse en todos los respectos a Tomas. Esta pregunta fue decidida negativamente en una decisién que, aunque no fue ex cathedra, debia proporcionar una orientacién en el area del conocimiento teol6gico y filosético. Esta cuestiOn no nos inceresa aqui direetamen- te, sino s6lo retrospectivamente para comprendcr la filosoffa anti xu y prospectivamente para entender los problemas planteados por Kant en la Critica de ta razén pura y por Hegel en la Légica. La historia del problema es muy enrevesada y todavia hoy no esta acla- radi 3 Para empezar el problema se remonta a la filosofia irabe, ante todo a Avicena y su comentario de Aristoteles.\Pero el aristotelismo frabe esté influido esencialmente por el neoplatonismo y por un ‘escrito que desempefié un gran papel durante la Edad Media, cl Liber de causis, el libro de las causas. Se ereyd durante mucho tiempo que este escrito era aristotélico, pero no lo es. La distincién se encuentra también en Plotino, Proclo, Jimblico y de ellos pasé a Pseudodionisio Areopagita. Todos ellos fueron de especial impor- tancia para la filosofia medieval FI problema debe entenderse en el sontexto filosstica. de la 5, distincién entre el concepto de ente infiniss>y ente,finito, (Est distincién | se encuentra en Suarez demrode un contexte todavia mis amplio. La primera parte de las Disputationes Metaphysicae, que comprende cincuenta y cuatro disputaciones, abarca de Ia disputatio | a la XXVIL y trata del communis conceptus etis decir, wonewes, en un ente efectiva, la comporicién, compositio, de dos realidades, la essentia y la existentia. Por ello, la distincidn entre la esencia y la existencia es una distinctio reali Cum omne quod est practer essentiam rei, dicatur accidens: esse quod pertinet ad quaestionem an est, est accidenst; puesto que todo To que no es un predicado real (en sentido kantiano) en un ente, €s tenido como algo que adviene, que se afiade, al qué, la efectividad ay o la existencia, | que se refiere a la pregunta de si una res con la totalidad de sus realidades existe, es un accidens. La efectividad es 6. Mast Eckhart, Predgtn, Tratiate e. de F. Pier, Lens, 1857, 9. 653, igeas 17-18. [Deutsche Stk des Virzlten Jabrbunders 2, de. Pier, Meier Ecthert, G.}. Gone, Lepti 1857), El pasje ctado dice en la edicén de Pfr ‘Spuéche man: er it, dna wEte 240 gel, sLiberpostoname,§ 106, (N. de 7.) 7 Ibid $06 lincas 30-31, [En I edison de Pei, lee: $0 st go ime slo sin nie und x mbt Jeme begritle aller etatbrene. Tratado 1, Gothete, 2. (N. del 3] ‘Toms de Aquine, Quaest. Quai 1, 9.2, 2.3: 124 $10. €L CONTENID OE LA TESIS ¥ SU DISCUSION TAADICIONAL algo que se aftade al qué de un ente. Accidens dicitur large omne quod non est pars essentiaes et sic est esse (es decir, existere) in rebus creatis’. La existencia no es una parte de la realidad, sino aiiadida. Quidguid est in aliquo, quod est praeter essentiam ejus, ‘oportet esse causatum, todo lo que esta fuera del contenido quidi- tativo [Sachgehaltes} de una cosa, todo lo que no es un predicado real de una res, debe ser causado y, naturalmente: vel a principiis essentiae... vel ab aliquo exterior, 0 por los principios de la esen- cia misma o por algo diferente. Por razones esenciales, la existencia pertenece a la res en Dios. Su esencia es su existencia. Pero, en cambio, en la criatura, la causacién de su efectividad no se encuen- tra en ella misma, Si igitur ipsum esse (existere) rei sit aliud ab ejus essentia, necesse est quod esse illus rei vel sit causatum ab aliquo exteriori, vel a principiis essentialibus ejusdem rei, si, por tanto, el cente, el existente, es algo distinto de la quididad, debe ser causado necesariamente. Impossible est autem, quod esse sit causatum tan- tum ex principiis essentialibus rei; quia mulla res sufficit, quod sit sibi causa essendi, si habeat esse causatum. Oportet ergo quod illud casjus esse est aliud ab essentia sua habeat esse causatum ab alio", pero es imposible, que el existir fuese causado sélo a partir de los Principios esenciales de una cosa (Tomés habla aqui s6lo de las esencias creadas), pues ninguna cosa llega a ser, por su esencia, causa de su propia existencia. Encontramos aqui una reminiscencia, de un principio (Prinzip] que Leibniz formulé como el principio [Sate] de razén suficiente, causa sufficiens entis, un principio que, ‘en su fundamentacién tradicional, se retrotrae a la relacién entre la essentia y la existentia. | El exictore ee diferente de la ecencia, tiene au sor gracias a sor causado por otro. Onine quod est directe in praedicamento subs- tantiae, compositum est saltem ex esse et quod est", todo ens es, por consiguiente, en tanto que ens creatuns, un conipositum ex esse et quod est, del existir y de la quididad. Este compositum es una compositio realis; 0, por consiguiente, lo que es lo mismo: la dis- tinctio entre la essentia y la existentia es una distinctio realis. El esse 0 el existere se comprende también, a diferencia del quod est 0 esse quod, como esse quo ens quo. La efectividad de algo efectivo ¢s algo distinto de tal suerte que ella misma constituye una autén- tica res. 9. Ibid XM, q, 3,25. 10, ‘Tomds de Aquino, Sum. Theol bg: 3.2.4. 11, Bak 12, Tomds de Aquino, De Vertate,@. 27,1 125 8 ‘Comparada con la kantiana, la tesis tomista dice, claramente en consonancia con ella, que la existencia, la efectividad, no ¢s un predicado real, no pertenece a la res le una cosa, es, mas bien, una res que se afade a la essentia, mientras que Kant, en cambio, me- diante su interpretacién, quiere evitar que se comprenda Ia efectivi- dad, la existencia misma como una res; por ello la interpreta como la relacién con la facultad cognoscitiva, y, por consiguiente, consi- dera la percepcién como posicién. Los principales discipulos de Toms, que ensciaron la distin- cin care la essentia y la existentia como una distinctio realis en la ipoca de la escolistica tardia son, primero, Gil de Roma (nmucrto en 1316). Es conocido y estimado por su comentario a las Sentten- cias de Pedro Lombardo. Pertenece a la orden de los agustinos de los que fue miembro posteriormente Lutero. Después Juan Ca- preolo (muerto en 1444). Se le llama el princeps thomistarum, el principe de los tomistas. En Gil de Roma aparece ya claramente ‘expresado el motivo por el cual los tomistas defienden tan rotun- damente la distincién real entre la esencia y Ia existencia. No es otro més que la conviccién de que, si no se mantuviese que la diferencia es real, seria imposible | hablar del ser creado de las co sas, Esta distincién es la condicién de la posibilidad para que algo pueda ser creado, es decir, para que algo en tanto que posible sea trasladado a la efectividad o, ala inversa, que algo finito pueda tam- bign dejar de ser. Los defensores comistas de esta doctrina creen ver, cen Ja concepcién opuesta, una tesis que, dado que niega que la dife- rencia sea real, debe negar asimismo la posibilidad de la creacién y, de esta forma, el principio fundamental de toda esta metafisica. B) La doctrina escorista de la distinctio modalis (formalis) entre la essentia y la existentia in ente creato La segunda doctrina, la de Duns Escoto, tiene como contenido una distinctio modalis 0 formalis. Esse creatum distinguitur ex natura rei ab essentia cujus est esse, la efectividad de algo creado se distin- gue ex natura re, por la indole Wesen} de la cosa misma, o sea, en tanto que algo creado, de su esencia [Wesenheit], Non est autem propria entitas, pero la existencia asi distinguida no es un ente auténtico, omnino realiter distincta ab entitate essentiae, no un auténtico ente que se distinguiese de modo totalmente real de la cesencia. El esse creatum, el existere, es mis bien, modus eis, su modo. Esta distinctio formalis escotista es realmente sutil. Duns Escoto la caracteriza de varias formas. Dico autemt aliquid esse in alio ex natura rei, quod non est in eo per actum intellectus perc: 126 ua $10, &L CONTENIOO DE LA TESIS ¥ SU DISCUSION TAADICIONAL ientis, nec per actum voluntatis comparantis, et universaliter, quod est in alio non per actum alicujus potentiae comparantis", digo que algo esté en otro ex natura rei, por 1a naturaleza de la cosa, quod non est in eo, cuando no esta en él en raz6n de un actus intellectus percipientis, de una actividad aprehensiva del entendi- ‘miento, tampoco en razén de un comportamiento de comparar. | Algo esté en otro ex natura rei cuando no procede de un comportamiento de aprehender, de determinar o de comparar, sino que se encuentra en la cosa misma. Dico esse formaliter in aliquo, in quo manet secundum suam rationent formalem, et quidditati- vam, Digo que es en otro formaliter, segin su forma cuando per- manece en él en virtud de su quididad™. Con referencia a nuestro ejemplo, esto quiere decir: la existencia, la efectividad, pertenece efectivamente a lo efectivo creado, por eso hablando kantiznamen- te, la existencia no es algo en virtud de una relacién de la cosa con el concepto, con el entendimiento aprehensivo, sino que, segin Escoto, la existencia pertenece efectivamente a lo efectivo, aunque no €s ninguna res. Donde hay algo subsistente, all est a subsisten- cia; ésta se encuentra en lo subsistente mismo y puede distinguirse de él como algo perteneciente a él, pero de tal modo que esta diferencia y este distinguirse no logea separar algo asi como un contenido quiditativo (Sachgehalt} existente por si, una auténtica ves con su propia realidad. ¥) La doctrina de Suétez de la distinctio sola rationis entre la essentia y la existentia in ente creato La tercera concepcién, la de Suirez, ¢s la distinctio rationis, La distincién entre la esencia y la existencia en el ente creado es sola- mente conceptual. La exposiciOn de Suitez se dirige primero a ‘mostrar que su propia concepcién coincide, en su contenido, con la de Escoto, con mas exactinud, que no es niecesario introducir esta distincién como una distinci6n modal, como hizo Escoto, sino que no ¢s otra cosa que lo que él llama distinctio rationis. Sustez dice: Tertia opinio affirmat essentiam et existentiam creaturae... non distingui realiter, aut ex natura rei tanquam duo extrema realia, sed distingui tantum ratione'*. Con esto separa 13, Duns Scotus, Repotate Parvemi I, ds. XLV, Il, 4.1 [En Inga de oprc- iene elvexto dela Gesemtauigshe dice egcint, Pero cl propio Heiderge, al posi texto latino ctado, die acts inelecus peripents.L. Wdding edit las obras com: pletas de Duns Escotoy las publi en Lyon en 1639. Ilay varias reimpesiones madernas (Vives, Pais, 1891-1895; G. Ol, Hildsheim, 14 Wid 1S. F.Soseer, Disputtione metaphysica, dsp, XXXI, sc 12 127 tas | su concepcién de las dos doctrinas mencionadas. Su concepcién fija claramente los puntos de comparacién de la distincién en ‘cuesti6n: comparatio fiat inter actualem existentiam, quam vacant esse in dctu exercito, et actualem essentiam existentem'. Subraya que el problema respecto de {a distincién entre la esencia y la existencia se encuentra en la cuestién de si el qué efectuado o actualizado, es decir, el qué de algo efectivo, se distingue de su efectividad, y cémo’se distingue. No se trata del problema de cémo la pura posibilidad, la essentia de un puro posible, y efce- tuado o actualizado posteriormente, se distingue de la cfectividad. La cuestién es mas bien: @Puede distinguirse realmente, en lo efec~ tivo mismo, la efectividad y el contenido quiditativo de lo efect vo? Sudrex dice: essentia et existentia non distinguuntur in re ipsa, licet essentia, abstracte et praecise concepta, ut est in potentia (possibile) distinguatur ab existentia actuali, tanquam non ens ab ente"”. En lo efectivo mismo no puedo distinguir realiter la esencia y la efectividad, aunque piense de un modo abstracto la esencia como pura posibilidad y pueda fijar luego la distincidn entre un algo que no es, un no existente, y un existente. Dice a continua- ‘én: Et hane sententiam sic explicatam existimo esse omnino veram', soy de la opinién de que esta concepcién es totalmente verdadera. Bjusque fundamentum breviter est, quia non potest res aliqua intrinsece ac formaliter constitui in ratione entis realis et actualis, per aliud distinctum ab ipsa, quia, hoc ipso quod distin- Suitur unum ab alio, tanquam ens ab ente, utrumque habet quod sit ens, ut condistinctum ab alio, et consequenter non per illud formaliter et intrinsece™. El fundamento de esta tercera concep- id ac solamente este: No puede dietinguires, como un auténsico ente, la existencia, la efectividad, que constituye, intrinsece et 14 formaliter, | del modo mas intimo y de acuerdo con la esencia, algo como Io efectivo, de lo asi constituido. Pues, entonces, | existencia, la efectividad, seria ella misma una res, hablando kantianamente un predicado real, y tendrfan, en ese caso, ambas res, las dos cosas, la esencia y Ia existencia, un ser. Surgitia la cuestién de c6mo podrfan vincularse ambas en una unidad existen- te. Es imposible considerar la existencia como algo existente. Para hacer accesible el problema, que se discute en las tres doctti- ‘nas segiin diferentes direcciones, recordemos brevemente la concep 16. bid is XXX, se. 13 17, id. 18, id 18. Bi 128 bs § 10. 64 CONTEMIDO OF LA TEsIS ¥ SU OISCUSION TRADICIONAL ci6n escoldstica de la distinctio en general. Si pasamos por alto la opinion escotista, la escolistica distingue entre unadistinctio reals y tuna distinctio rationis. Distinctio realis habetur inter partes alicujus actu (indivisi) entis quarum entitas in se seu independenter a mentis abstractione, una non est altera, una distinciGn real se presenta cuan- do lo que se distingue no es lo mismo, de acuerdo con su contenido Quiditativo, y esto, claro esti, en sf mismo, independientemente de cualquier concepcién mediante el pensamiento. La distinctio rationis es la distincién qua mens unam earrdem- ‘que entitatem diversis conceptibus repraesentat, por la cual el en tendimiento se representa a si mismo no dos res diferentes, sino una y la misma cosa mediante diferentes conceptos. La escolistica divide a su ver la distinctio rationis en: a) distinctio rationis pura 0 también ratiocinantis y b) distinctio rationis ratiocinata. La prim ra es aquella distincién que puede cjemplificarse en la diferencia entre homo y animal rationale, hombre y ser viviente racional. ertamente aqui distingo algo, pero lo que distingo es una y la misma res. Sélo existe una diferencia en el modo de captarlo; en uuna ocasién, lo que es mentado, homo, es pensado de forma no expresa, implicite, en el otro caso, se extracn, explicite, los mo- mentos de Ia esencia. En los dos casos de esta distinctio rationis pura, la res es | realiter una y la misma. Esta distinctio tiene su origen y su motivo sélo en el ratiocinari mismo, es decir, en el distinguir conceptual. Es una distincién que se leva a cabo s6lo gracias a mf. Hay que distinguic entre esta distinctio rationis y la distinctio rationis ratiocinata 0 también distinctio rationis cum fundamento in re. Esta iltima es la expresién corriente. No se trata ablo del modo de aprehender y del grado de eu claridad, cino que se presenta quandocumque et quocumque modo ratio diversae considerationis ad rem relatam oritur, cuando la distincién surge ‘no como algo motivado de algin modo por el comprender que se lleva a cabo activamente, sino ratiocinata por aquello que en cl ratiocinari mismo objicitur, se le contrapone, por consiguiente, ratiocinata. Lo esencial es que, en la segunda distinctio rationis se encuentra un motivo objetivo (sachhaltiges] en las mismas cosas distinguidas. Por esto, la segunda distinctio rationis, que es moti- vada no sélo por el intelecto que aprehende, sino por la cosa comprendida misma, ocupa una posicién intermedia entre Ia dis- tinctio puramente I6gica, que también se llama distinctio pura y la distinetio realis. Por esta razén coincide con la distinctio modalis © formalis de Duns Escoto y, por ello, puede Sudrez decir con razén, que coincide en lo esencial con Escoto, slo que considera superfluo introducir esta nueva distincin. Es por una raz6n teo- 129 6 légica por lo que los escotistas han defendido tan tenazmente su distinctio modalis. ‘El problema de la distincién entre la essentia y la existentia que nos ocupé primero en el marco de la concepcién escoléstica, debe aclararse de acuerdo con su contenido objetivo y en relacién con su entroncamiento en Ia filosofia antigua. Pero, para ello, tenemos todavia que profundizar algo mas en la doctrina de Suarez a fin de fencontrar el auténtico punto en discusién. Pues su concepcién y su interpretacion de sus predecesores es lo mis apropiado para reali- zar la exposicién fenomenol6gica del problema. Sudrez fundamen- ta 3u tesis no s6lo en el modo mencionado, diciendo que es impo- sible comprender la existencia como algo existente, | porque enton- ces surgiria de nuevo la cuestién de cémo estos dos entes mismos han de constitu, a su vez, una unidad existente, sino también me~ diante una referencia a Arist6teles. Para justificar esta referencia debe ampliar la concepcidn aristotélica. Dice Suarez: Probari igitur potest conclusio sic exposita ex Avistotele, qui ubique ait: ens ad- junctum rebus nihil eis addere; nam idem est ens homo, quod homo; ‘hoc autem, cum eadem proportione, verum est de re in potentia et i ‘actus ens ergo actu, quod est proprie ens, idemque quod existens, ‘bil addit rei seu essentiae actuali...®. Atist6tcles dice que la expre~ si6n «ser, cuando se adscribe a una cosa, no le afiade nada sino que ¢s lo mismo si digo hombre, homo, o ens homo, hombre que existe. El texto de Aristoteles dice: eaizb vip cig dvtpaanos na Gv vOpeonog cai avPpuatot, al oir, Zxepév 1 Snot". O sea, que es lo mismo decir tin hombre © hombre existente. Con esto Aristételes sélo quiere decir: Incluso cuando pienso una cosa, un mero qué, debo pensarlo fn algan setnidu como sicndos pues también Ta pasibilidad es ser posible [Méglichsein] y la pensabilidad, ser pensado (Gedachtsein} Cuando digo hombre, con ese ente, es también pensado a la ver de algin modo el ser, en tanto que ente que es pensado. Suarez traslada fla existencia la sugerencia aristotélica de que, en todo lo pensado, ya se lo considere como efectivo o como posible, puede pensarse a Ta ver el ser. Dice: Lo mismo (esto es, que el ser no aiade nada a la cosa) vale también justamente para el proprie ens, para cl propio ser, ces decir, para el existir. La existencia no aiiade nada. Esta es precisa- mente la tesis kantiana, Existentia nibil addit rei seu essentiae actua- j. La existencia nada afade al qué efectivo. Para poner esto en claro, Suarez debe adentrarse en el modo de ser de lo posible en general, esto es, en el modo de ser de Ia quidi- 20, Ih, dsp. XXXI, sect Vs 21, Arsteles, Metafiia 2, 1008 626 ». 130 5-10, 6 CONTEMIDO OF LA TESS ¥ Su ISCUSION TRADICIONAL 137 dad (Sache}, de la essentia priusquam a deo producatur®, | antes de ‘que el propio Dios la cree. Dice Suarez: las esencias o las posibilida- des de las cosas antes de su actualizacién no tienen propiamente ser. No son realidades, sed omnino nibil®, sino, mas bien, nada absolutamente. Aquello que, en este sentido, es nada, como las puras posibilidades respecto de su ser, a eso tampoco nada puede afiadirsele en la actualizacién. Al contrario, la esencia de la actuali- zacidn consiste precisamente en que la essentia, recibe por vez pri- mera el ser, o para hablar con mayor precisidn, llega al ser, de tal manera que, posteriormente, por asi decir, a partic de la cosa actua- lizada, su posibilidad puede también ser captada en un cierto senti- do como siendo. Suarez llama a esta pura posibilidad Ia potentia objectiva y permite que esta posibilidad sea s6lo en ordine ad alte- rius potentiane, en relacién con otro ente que tiene la posibilidad de pensar tales cosas. Pero algo posible, digamos tal como Dios lo piensa, non dicere statu aut modum positivum entis, no significa tun modo de ser del ente propiamente positivo, sino que, por el contrario, eso posible debe ser aprehendido negativamente como algo que nondum actu prodierit, que todavia no existe propiamen- te, Cuando con la creacién, este posible sea trasladado a la efecti- vidad, este paso no habra de comprendersc en el sentido de que lo posible abandona un modo de ser, sino que recibe por primera vez el ser. La essentia esta ahora non tantumt in illa, no s6lo en aquella potencia, a saber, de ser pensada por Dios, sino que solo ahora es auténticamente efectiva, ab illa, et in seipsa, el ente es ahora crea do por Dios y, en tanto que creado, es a la vez es en si mismo independiente". La dificultad del problema de hacer comprensible la dietincin tus depende de cémo se piense la actualizacién | en tanto que paso de un posible a su efectividad. Captado de forma més precisa, el pro- blema de la distincién de la essentia y la existentia in ente creato depende de si la interpretacién del ser en el sentido de la existencia se orienta en general respecto hacia la actualizaci6n, la creacién y la produccién. Si la cuestién de la existencia y la cuestién de la esencia se orientan hacia la actualizacin en el sentido de creacién y de produccién, entonces quiz este entramado de cuestiones, tal ‘como se abrié paso en las tres doctrinas, no sera pasado por alto. La cuestién fundamental es si el problema de la efectividad y de la 22. Sutren, Disputasiones metaphisica, dip. XXX, see 23. hid, dip. XXXT se. Uy 24. bids disp. XXXL, 8 id id 131 existencia debe orientarse como Io hicieron la escolistica y la anti- siiedad. "Antes de responder a esta cuesti6n, debemos poner en claro ‘que la cuestiOn acerca del sentido de la existencia y la efectividad Gn la filosoffa prekantiana se orienta al fenémeno de la actualiz tién, de la produccién y por qué es asi, Concluyamos contrapo~ niendo una vez mis la tercera y la primera de las doctrinas. La ddistinctio rationis de Suércz quiere decir que la efectividad no per- tenece a la realitas, a la constitucién quiditativa de lo creado, en tanto que esta constitucién quiditativa es pensada por si misma, pero que, por otro lado, lo efectivo no puede ser pensado sin efec- tividad, sin que se diga, con ello, que la efectividad es, en si misma, algo efectivo. Suérez considera estas dos tesis como innegables: por tun lado, Ia efectividad no pertenece realiter a lo posible, a la essen- tia, y, por otro lado, la efectividad, empero, se haya recluida en lo cefectivo y no ¢s s6lo una relaci6n de lo efectivo con un sujeto, La primera doctrina, por el contrario, mantiene que es imposible com- paginar estas dos tesis. Solo si la existencia no pertenece a la essen fia, es entonces posible una creacién. Pues en ésta la existencia es afiadida a lo efectivo y puede en cualquier momento serle retirada. En una consideracién més derallada fécilmente se ve que, en esta ty controversia, el verdadero punto en cuestién varia, | en tanto que tunas veces Ia essentia cs entendida como la posibilidad pura, la fesencia puramente pensada, en otras, lo es como la esencia actuali- zada en la efectividad misma, La primera y la tercera doctrina se distinguen también en su punto de partida metédico. La primera procede de un modo puramente deductive. Trata de demostear su Qesis a patti de la idea de lo creado. Si un ente creadn ha de ser posible en tanto que creado, debe afadirscle a la posibilidad 1a efectividad, es decir, las dos deben diferirrealiter. Se infiere a par- tir del principio «la creacién del mundo debe ser posible», la nece~ sidad de la distincién real entre essentia y existentia. La tercera doctrina no parte de la necesidad de una creacidn posible, sino que incenta resolver el problema de la relacién entre el qué y el modo de ser en el ente actualmente dado. Lleva a cabo este intento, pero fnunea alcanza clatidad al respecto. Se toma al ente actualmente como la primera instancia. A la vista de esto, Ia efectividad no puede de ninguna manera mostrarse como algo efectivo y unido realmente a una essentia, como un ens. En lo efectivo, la efectividad no puede set tomada como una auténtica res separable, sino que puede sélo ser pensada. Debe ser pensada como algo que pertencce al ente efectivo en conformidad on la esencia efectiva del ente, a la esencia actualizada, pero no a 132 $11. cLaRinicActON NOMENOLOGICA OF PROBLEMA la esencia pensada como tal. No obstante, el resultado es este. Suarez esta de acuerdo, en cierto modo, con Kant cuando dice que la existencia, la efectividad no es un predicado real. Pero difiere de Kant en la interpretacién positiva, en tanto que concibe la efectivi- dad como algo que, aunque no real, pertenece, sin embargo, al ente efectivo mismo, mientras que Kant interpreta la efectividad como tuna relacién de la cosa con la facultad cognoscitiva. Mo 1 $11. Clarifcacién fenomenolégica del problema que subyace a la segunda tesis La exposicin de la discusi6n de la distinci6n entre la esencia y la existencia ha puesto en claro que en ella se discutfa una distincién sin que los términos que habia que distinguir hubiesen sido sufi- cientemente explicados —incluso sin que se hubiese efecruado el intento de dar de antemano una explicacién adecuada de lo que haba que distinguir, ni siquiera de Hegar a una comprensién del camino y de los requerimientos necesarios para tal explicacién—. Sin duda alguna, no deberia pensarse ingenuamente que la omisién de una interpretacin originaria de la esencia y la existencia fue por lun mero error o por pereza. En realidad, se consideraba que estos conceptos eran sin més evidentes de suyo. Que el ente debia ser entendido como creado por Dios era una conviccién inquebranta- ble. Por culpa de esta explicacién éntica, desde el comienzo queda- ba condenado como imposible todo planteamiento de la cuestién contol6gica. Pero, por encima de todo, no se disponta de un modo dde interpretar estos concoptos. So carecia del horizonte para plan- tear la cuesti6n, se carecia, para decirlo en el lenguaje kantiano, de la posibilidad de ofrecer Ia partida de nacimiento de dichos con- ceptos y de demostrar que eran genuinos. Los conceptos emplea- dos en la discusién tradicional surgen de una interpretaci6n vulgar que se ofrece para este fin desde el inicio y de manera constante. Preguntamos ahora, desde una orientaci6n historicamente objetiva, ade d6nde surgen los conceptos de existencia y de quididad? Es decir, éen dénde obtienen los conceptos el significado que poseen ‘cuando se los usa en la discusi6n mencionada de la segunda tesis? Debemos tratar de obtener una clave del origen de los conceptos de essentia y de existentia, Preguntamos cuil es su certificado de naci- miento y sies genuino 0 si, por el contrario, la genealogia de estos conceptos ontolégicos fundamentales discurre por lugares distin- tos, de tal manera que en lo fundamental su distincién y su compo- 141 sici6n tienen una base diferente. | Si se logra descubrir la genealo- 133 LA TESIS OE LA ONTOLOGIA MEDIEVAL ‘fa de estos conceptos fundamentales 0, antes de nada, encontrar el camino en el cual podemos avanzat, o mejor retroceder, a su fuen~ te, entonces la tesis de que a todo ente le pertenece un qué y un modo posible del ser, podra obtener también una claridad mayor y tun fundamento suficiente. a) La cuesti6n del origen de la esencia y la existencia Olvidemos, por un momento, las controversias sobre la esencia y la ‘existencia y su distinctio. Intentemos tetroceder hasta el origen de fos conceptos de essentia y de existentia, esto es, delimitar ¥ com- prender la tarea de semejante interpretacion_a pattir del origen. No Gebemos olvidar que tampoco hoy la interpretacién de estos con ceptos 0 de los fenémenos que estin en su base, ha avanzado mis Alls de lo que lo hizo en la Edad Media y en la Antigiedad, a pesar ‘del impulso dado por Kant, Este impulso ha sido acogido hasta hoy s6lo negativamente. Ciertamente hubo y hay desde hace medio si- glo un neokantismo que, en lo que concierne especialmente al tra- bajo de la escuela de Marburgo, tiene un mérico especial. Se intenta ahora sustituic la renovacién Kantiana, que ha empezado a estar pasada de moda, por una renovaci6n de Hegel. Incluso estas reno- Vaciones se vanaglorian con frecuencia de que cuidan y velan por el respeto y la admiracién por el pasado. Pero, en lo fundamental, ‘estas renovaciones son la mayor falta de respeto que puede sufrir el pasado puesto que se lo degrada a ser utensilio y siervo de una moda. El presupuesto fundamental para tomar en serio el pasado se encuentra en la voluntad de no hacer el trabajo mas facil de lo que fo hicieron los que Ina de aur cenovados. Eero quiere drvir ante todo que debemos penetrar en el contenido quidirativo de los pro- blemas que ellos pensaron, no para permanecer quietos ahi ador- nandolos con vestimentas modernas, sino, para hacer progre~ 14a sar | los problemas asi comprendidos. No queremos renovar ni a “Aristérles, ni a ontologia de la Edad Media, ni a Kant ni a Hegel, fino s6lo a nosotros mismos, es decir, liberarnos de la frascologia y de las comodidades del presente que vertiginosamente susticuye tuna moda por otra. Pero olvidemos también la solucién kantiana del problema y preguntemos ahora: @Por qué se entiende la existencia como efec~ fuarse y efectividad? Por qué se retrotrae la interpretacin de la texistencia al agere, al agens, a la ivepyeiv, al épyatcodae? Aparente- mente volvemos al contenido del problema de la primera tesis. Pero sélo aparentemente, pues ahora el problema abarca también la cuestién acerca del origen de la realidad, dicho de otro modo, la 134

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