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TRADUCCION

DE FLORENTINO M. TORNER
NICHOLAS S. TIMAS HE FF

LA T E O R I A
SOCIOLOGICA
Su naturaleza y desarrollo '

FONDO DK CULTURA ECONOMICA


MEXICO-SUEÑOS AIRES
I' .em inglês 1955 edición,
P RIM E IRA E DIC IO N

segunda en ingl lês , 1957


primeira edición em espanhol, junio de 1961

La edición migiiul de C5la obra fue rcgisliada pnr R i: i!


■. . Huiisc, de Nueva York, can el título,
Sacio/ogicai Thetny. / ■ Nalure ■>■ i>J Grtwlh.

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de Culluia Económica. Av. de h IIn¡venidjd. 975 ■


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>fcileo
A

TAÑIA
PREFACIO

El decenio 1930-1940 y el comienzo del siguiente fueron para el pensamiento


teórico en sociología tiempo de decadencia. La mayor parre de los sociólogos
pedían hechos y más hechos, por lo menos en Jos Estados Unidos; y en
Europa se trabajó poco en esta disciplina.
Recientemente sobrevino un cambio importante. No se han detenido I EL
recolección de hechos y su tratamiento estadístico; pero ha venido a
caracterizar a la sociología el creciente reconocimiento de que, sin una teoría
que dirija su interpretación y ordenación, los hechos casi carecen de sentido.
Así, los últimos años han visto el resurgimiento del trabajo teórico y un
importante aumento del interés por las Eeorias del pasado.
Si el trabajo teórico ha de perdurar y desarrollarse, es necesario, para su
posterior avance, un inventario de los resultados conseguidos hasta ahora. El
presente volumen está dedicado ai examen de esos resultados desde un
punto de vista genético, aunque también pueden servir adecuadamente a
este fin otros puntos de vista, por ejemplo el analítico.
Por lo tanto, el presente volumen es un estudio de la historia de las ideas.
La historia de las ideas es materia cuyo adecuado tratamiento ofrece grandes
dificultades, ya que el desarrollo de las ideas es impulsado por fuerzas de
dos clases.
En primer lugar, el desarrollo teórico so distingue por la causación
inmanente, o por la aparición más o menos lógica de sistemas de ideas
relativos a cuestiones específicas. Las ideas nuevas desarrollan o afinan las
antiguas: Tas antiguas y las nuevas entran en "duelos lógicos", para usar la
exptesión de Gabriel Tarde, y las nuevas demuestran la falsedad de Jas
antiguas, o bien sucumben ante su resistencia, o se amalgaman con ellas en
síntesis de un nivel superior.
Pero, en segundo lugar, las ideas son concebidas y objetivadas por
hombres. La formulación de una idea nueva es una especie de "invención
ideológica" que el autor ofrece a sus compañeros los pensadores de la misma
disciplina. Lo más común es que un erudito capaz de crear invenciones
ideológicas sea capaz de lograr más de una, así como de aplicarlas a
situaciones concretas.
Una historia de ideas tiene que preocuparse de dos encadenamientos
causales: el lógico y el individual. En la mayor parte de las exposiciones
domina el segundo, y en este caso la historia se convierte en una serie de
biografías científicas y de estudios de las aportaciones
9
1O PREFACIO

de cada autor individualmente. La lectura sucesiva de esas series puede dejar


al lector una impresión confusa, porque el enfoque de la atención cambia
cada vez que la exposición pasa de un autor a otro. Por otra parte, si se
acentúa el punto de vista lógico, las ideas individuales quedan separadas de
su contexto y pierden una parte esencial de su significado y atractivo.
En el presente volumen se ha intentado hallar el camino medio. Después
de un cuidadoso estudio de la masa de ideas pertenecientes a la teoría
sociológica, se han seleccionado algunos temas que han preocupado más o
menos constantemente a los cultivadores de esta disciplina. Las aportaciones
de los pensadores individuales han sido resumidas principalmente en la
medida en que han tratado esos temas seleccionados, pero, no obstante, se
presentan como aportaciones de personalidades particulares. Además se han
esbozado brevemente sus biografías profesionales. Mediante la conservación
de este elemento personal, las aportaciones individuales no han sido
despojadas de sus peculiaridades ni segregadas del fondo sociocukural en
que nacieron. Si la sociología del conocimiento fuera una disciplina ya des-
arrollada, esta fase ¿e la historia de las teorías sociológicas podría haber sido
expresada en sus teoremas; pero, en realidad, esto sólo rara vez puede
hacerse.
Por otra parte, en la presentación de las opiniones de ios autores
individuales ha sido rigurosamente limitada la parte periférica de sus
sistemas de ideas, organizados en torno del núcleo central de la teoría
sociológica. Por consiguiente, a través de la historia de las teorías socio-
lógicas, se ha hecho ver cómo los mismos problemas han reaparecido en
forma y combinaciones nuevas. De esta suerte se ha conservado la unidad de
perspectiva, condición esencial para Ja inteligibilidad.
Un libro escrito según esos lincamientos contiene conocimientos que
deben ser asimilados por estudiantes de sociología que hacen sus estudios en
una época en que ha revivido la comprensión del valor de la teoría. La
adquisición de dichos conocimientos exige un esfuerzo mental considerable.
El presente volumen se dirige a los estudiantes que desean hacer ese esfuerzo
y a los instructores que advierten la necesidad de provocarlo.
La redacción de este volumen ha requerido muchos años, durante los
cuales el autor ha explicado ininterrumpidamente un curso sobre teorías
sociológicas. Sólo gradualmente, y a base de su experiencia docente, ha
llegado a las conclusiones expuestas. La expresión de su gratitud se dirige
ante todo a la Universidad de Fordltam, cuya admi-
PREFACIO 11

nistracíón, profesorado y estudiantes lian estimulado su esfuerzo y le lian


ayudado por todos los medios a su alcance. Lo más alentador ha sido el hecho de
que estudiantes de diversos departamentos se hayan inscrito en el curso sobre
teorías sociológicas, de suerte que en las discusiones con ellos y con la lectura de
sus trabajos pudo probarse y finalmente mejorarse la inteligibilidad de la
exposición.
Además de la gratitud expresada a una institución, el autor desea manifestar la
que debe a algunas personas cuya ayuda ha sido de fundamental importancia, en
primet lugar al profesor Charles H. Pago, del Smith Coüege, que ha dado al texto
su forma definitiva, revelando su magistral dominio de la lengua inglesa, y que ha
hecho también muchas indicaciones valiosas en cuanto ai tratamiento de los
autores individuales; al profesor Paul W. Facey, del College of the Holy Cross, que
ha ayudado al autor a dar forma a las primeras redacciones de la obra; al Dr,
Leopold Rosenmayer, de Vierta, y al Dr. Víctor Wílly, de Zürich, que señalaron a
su atención varias publicaciones europeas. recientes; y finalmente, aunque no sea
la última por su importancia, a su hija Tañía, que no sólo ha escrito a máquina
muchas partes del manuscrito, algunas de ellas muchas veces, sino que fue su
única discípula a quien explicó la primera versión del curso sobre historia del
pensamiento sociológico, que necesitaba para sus exámenes del bachillerato
francés.
La teoría sociológica es materia de estudio difícil. Pata tener buen éxito, los
estudiantes, además de escuchar las lecciones y de leer un libro de texto, deben
familiarizarse directamente con algunas obras fundamentales sobre la materia, y
en relación con ellas, con algunas fuentes secundarias. Así, pues, en el Apéndice
del libro se incluyen indicaciones para lecturas ulteriores a fin de facilitar al
instructor la tarea de recomendar lecturas complementarias. El número de tales
recomendaciones no puede ser grande y debe variar de acuerdo con el nivel de
instrucción y el número de horas dedicadas al curso.
Además, es esencial la recapitulación. Es aconsejable disponer la
recapitulación en un orden distinto del del curso. Esta reordenacíón puede
ser cronológica, geográfica o sistemática. A fin de facilitar dicha
recapitulación, se presentan en el Apéndice dos sinopsis, una cronológica y
otra geográfica.

N. S. TlMASHEFF
C APÍTULO I

EL ESTUDIO DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

La. actividad sociológica en los Estados Unidos desde la Primera Guerra


Mundial aproximadamente hasta tiempos muy recientes restó importancia a la
teoría. Al instructor y al maestro, lo mismo que al investigador, les interesaba
sobre todo enseñar, leer o descubrir información de hechos relativos a tal o
cual aspecto de Ja sociedad, en especial de la sociedad norteamericana, y con
frecuencia propendían a identificar la "teoría" con la filosofía y hasta con ia
especulación ociosa. Los hechos empíricamente comprobados, parecían decir
algunas veces, ha' blan por sí solos y —sí recogemos bastantes— sus voces
constituirán una ciencia sociológica.
Pero la ciencia pide algo más que hechos, más que descripciones
minuciosas. Asi, al madurar la sociología, esa primera orientación está siendo
reemplazada rápidamente por el general reconocimiento de la
indispensabilidad de la teoría. Como veremos, las consideraciones teóricas y
las concepciones teóricas tienen, implícita o explícitamente, un papel esencial
en lo que respecta a determinar la dirección de la investigación, a orientar la
observación, a guiar la descripción misma. En la actualidad casi todos los
sociólogos están de acuerdo en que esas funciones de la teoría deben ser
explícitas.
No obstante, si la teoría ha de usarse prudentemente y con conocimiento
suficiente, juzgamos necesario conocer su naturaleza y variedades.
Necesitamos conocer sus concepciones y las diversas formas terminológicas
que toman, y, a Ta inversa, las diferentes concepciones que frecuentemente se
expresan con los mismos términos. Además, debemos familiarizarnos con la
historia de la actividad teórica sociológica, con sus cambiantes puntos de vista,
con sus triunfos y sus fracasos, con sus promesas para lo futuro. Estas
cuestiones constituyen el tema de este volumen.
Comenzamos con una definición de la sociología para diferenciarla de las
disciplinas emparentadas con ella, y con una explicación del significado de la
teoría dentro del trabajo científico.

¿Qué es la sociología?

Fue Auguste Comte quien en 1839 inventó la palabra sociología. Había


intentado llamar física social a la nueva ciencia; pero rechazó
■ 15
16 INTRODUCCIÓN

esta expresión porque un sabio belga, Adolphe Quételet, empezó a hacer


estudios sociales estadísticos y a Elamar física social a su campo de rrahajo.
Aunque la palabra sociología es una combinación bárbara iie latín y de
griego, sus dos componentes expresan bien el objetivo de la nueva ciencia.
Logia, significa estudio en un nivel elevado (por ejemplo, biología y psicología:
estudio en un nivel elevado de la vida y de la mente), socio hace referencia a
sociedad. Así, etimológicamente, sociología significa estudio de la sociedad
en un nivel muy alto de generalización o abstracción. I
Esta definición presupone que ya se sabe lo que es la sociedad. En
realidad, las diferentes teorías sociológicas presentan explicaciones un tanto
contradictorias de la naturaleza de la sociedad; muchas de ellas las
encontraremos y estudiaremos en el transcurso de nuestro trabajo. Así,
parece formarse una especie de círculo vicioso: se define la sociología como
la ciencia de la sociedad, y la sociedad debe ser definida por la sociología.
Situaciones así se presentan con frecuencia en ios pasos iniciales de la
investigación científica. Puede resolverse el problema dando de] objeto de
estudio una definición práctica o de trabajo, una aproximación suficiente
para los fines presentes. De este modo, y de una manera preliminar, puede
definirse la sociedad como un conjunto de hombres (seres humanos) en
interdependencia. Por lo tanto, los hombres en interdependencia pueden
tomarse como la materia de la sociología.
Sentado este punto de partida, puede señalarse un límite entre la
sociología y las demás ciencias que estudian a los hombres como individuos
o como agregados de individuos sin tener en cuenta su interdependencia. La
anatomía y la fisiología humanas estudian la estructura y funcionamiento de
los seres humanos, que se repiten en todos los hombres. La antropología
física estudia la variabilidad de la estructura corporal de esos seres y los
clasifica en variedades, formando grupos nominales o estadísticos de
individuos que presentan rasgos distintivos hereditarios y externos
similares. La psicología (excepto una cama híbrida llamada psicología social)
estudia los procesos mentales que tienen lugar en las mentes individuales y
nos dice cómo ve, oye, siente, reacciona a los estímulos, etc., un ser humano.
La sociología no se interesa por la estructura corporal del hombre, ni por
el funcionamiento de sus órganos, ni por sus procesos mentales en sí mismos.
Se interesa por lo que ocurre cuando los hombres se reúnen, cuando los
seres humanos forman masas O grupos, cuando cooperan, luchan, se
dominan unos a otros, se persuaden o se
ESTUDIO DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS 17

¡miran, desarrollan o destruyen la cultura. La unidad del estudio sociológico


no es nunca un individuo, sino siempre dos individuos por lo menos que se
relacionan entre sí de alguna manera.
Pero aunque k materia del estudio sociológico son [os hombres en
interdependencia, la provincia de la sociología no abarca todos los tipos de
estudios de hombres en interdependencia. La misma materia la estudian
también otras disciplinas, tales como la filosofía social, fa historia y las
ciencias sociales concretas. ¿Qué diferencia hay entre esas disciplinas y la
sociología?
La filosofía social es disciplina mucho más antigua que k sociología. Muy
desarrollada ya en la antigua Grecia y cultivada en la Edad Media, la filosofía
social floreció en el siglo xvni, en la época de la Ilustración que precedió
inmediatamente al nacimiento de la sociología. En las obras de los antiguos
filósofos sociales se encuendan muchas proposiciones que fácilmente
podrían ser formuladas en los términos de la sociología contemporánea. No
obstante, la filosofía social y la sociología son dos actividades diferentes de la
mente inquisitiva del hombre. La diferencia que hay entre ellas es análoga a
la que separa, en general, a la filosofía y a la ciencia empírica: una diferencia
en el nivel de la abstracción y en los procedimientos. Las dos son intentos de
describir y explicar la realidad. Las dos se basan en la observación de hechos
y en las generalizaciones derivadas de esa observación. Pero ahí terminan las
analogías entre k ciencia empírica (incluida la sociología) y la filosofía
(incluida k filosofía social).
En la ciencia empírica, las generalizaciones concernientes a un campo
específico de investigación son derivadas de hechos observados en ese
campo o en campos estrechamente relacionados con él. Esas generalizaciones
se hacen sin suponer (ni afirmativa ni negativamente) ningún conocimiento
en una esfera de elevada abstracción concerniente al conjunto de la realidad.
Todas las proposiciones que constituyen una ciencia empírica forman un
sistema que se basta a sí mismo. En ese sistema no se le permite representar
ningún papel a una proposición si contiene conocimiento que no sea
empírico, en otras palabras, que no sea formulado con las limitaciones que
acabamos de expresar.
Por el contrario, la filosofía es primordial mente un intento de
comprender k realidad en su conjunto. Partiendo de una multitud de hechos
observadas, el filósofo pasa a ciertos principios definitivos que, tomados en
conjunto, intentan explicar la realidad como un todo:
18 INTRODUCCIÓN

Cómo se derivan Jas proposiciones acerca de la realidad total no es asunto


de ene libro. En esc respecto, las diversas escuelas filosóficas difieren entre sí
de modo muy significativo. De los principios fundamentales de la realidad
total establecidos de ese modo, el filósofo deduce ciertos postulados y
axiomas que usa después para remterpretar Jas clases particulares de objetos
que ha distinguido en los hachos observados. Así, mientras el sociólogo
explica la sociedad de acuerdo con los hechos observados en la sociedad y,
finalmente, en otros campos de conocimiento empírico relacionados con el
suyo, el filósofo social explica la sociedad de acuerdo con la explicación que
éí da de la realidad total. Puede hablar de causas primeras, de valores su-
premos, de fines últimos. El sociólogo no tiene derecho a hacerlo.
En principio, la diferencia entre la filosofía social y la sociología es clara.
En la práctica, la línea de demarcación es borrosa, especialmente en la esfera
de fas teorías, que constituyen el asunto de este libro. En el
desenvolvimiento de la sociología han sido frecuentes las confusiones entre
sociología y filosofía social. Muchos sociólogos han traspasado el limite
entre los dos dominios y han introducido en su campo conceptos
pertenecientes a la filosofía social, muchas veces de calidad discutible. De
esta situación trataremos repetidamente en este libro.
La historia es otra ciencia que traca de comprender a los hombres en
interdependencia, más exactamente en configuraciones pasadas de esa
interdependencia. Aun una obra histórica de tipo biográfico no puede dejar
de tratar las relaciones entre su héroe y otros hombres. ¿Cuál es, pues, la
diferencia entre la historia y Ja sociología, ya que esta última se interesa no
sólo por el día presente, sino también por [as configuraciones pasadas de Ta
interdependencia de los hombres?
En principio, no es difícil determinar la diferencia. La historia estadía el
pasado humano como una sucesión de acontecimientos concretos y únicos,
de situaciones, de procesos. El historiador "trata de reconstruir el pasado con
muchos detalles empíricos, exactamente como sucedieron. Tómese la Guerra
de la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución francesa, la
Revolución comunista rusa, el Nuevo Trato norteamericano. ¿Cómo
ocurrieron esos acontecimientos y cuáles fueron los procesos individuales de
que se compusieron? ¿Por qué ocurrieron? Estas y otras cuestiones análogas
no dejarán nunca de interesar a la humanidad.
Pero la menre humana no se detiene en la reconstrucción de acon-
tecimientos únicos y que no se repiten. Detrás de ellos, en su marco
ESTUDIO DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS 19

espurio-temporal singular, histórico, la menee humana trata de descubrir


tipos de recurrencia o repetición. Ha habido muchas guerras. ¿Hay o no hay
un tipo recurrente de orígenes de las mismas, de sus efectos sobre las
sociedades afectadas y de sus desenlaces? Son constantes las fluctuaciones de
los precios de mercado. ¿Hay o no hay un tipo común a rodas ellas? Se
cometen innumerables delitos. ¿No pueden descubrirse tipos más o menos
constantes de delincuencia, a pesar de la concreta variabilidad del delito? Los
tipos recutrentes observables en la interdependencia humana son el asunto
de las ciencias sociales del tipo a que pertenece la sociología. Estas ciencias se
basan en el postulado del orden, en k premisa lógica de que todo estudio
debe elevarse por encima de la mera descripción.
Las sucesiones concretas estudiadas por los historiadores son únicas y no
pueden repetirse. No volverá a haber otra guerra de 1812 ni otra victoria de
octubre de los comunistas rusos. Pero esas sucesiones de hechos concretos
pueden descomponerse en sus elementos, y entre, esos elementos pueden
establecerse relaciones invariables y necesarias, según su naturaleza.
Puede resultarnos útil aquí la comparación con k investigación química.
La química, conoce noventa y seis elementos que con sus combinaciones
forman millones de compuestos. Los químicos explican la materia
descomponiendo los compuestos en sus elementos y prediciendo la mayor
parte de las propiedades de los compuestos a base del conocimiento de las
propiedades invariables de los elementos. En la vida real se sucede una
innumerable diversidad de cosas. Por debajo de esos^ucesos se repiten
ciertos elementos que, una vez percibidos. Ies dan unidad y sentido. El
historiador muestra lo variable; el sociólogo señala lo constante y recurrente.
La historia describe la multitud de las combinaciones concretas en que se
han encontrado los hombres interdependientes; la sociología descompone
las diferentes combinaciones en sus relativamente pocos elementos básicos y
formula las leyes que las gobiernan. El descubrimiento de esas leyes, o el
enunciado de las relaciones necesarias e invariables entre un limitado
número de elementos en que puede descomponerse la realidad social, es el
verdadero objetivo de la. sociología, equivalente a los objetivos de la. física,
la química, la biología y la psicología en sus campos respectivos.
En la práctica, también aquí es borrosa la línea de demarcación. Los
historiadores contribuyen con frecuencia al descubrimiento de tipos
recurrentes en la realidad social. Ocurre así cuando su estudio
20 INTRODUCCIÓN

de procesos concretos les lleva a tratar de comprenderlos causalmente. Obras


históricas como Estudio de la Historia (1934 y después), de Arnold Toynbcc,
invaden manifiestamente el campo de la sociología; mientras que estudios
como The Protestant Ethic and thé Spkit of CapMtsm (La ética protestante y el
espíritu del capitalismo 190(5), de Max Webcr, y Social and Cultural Dynamics
(Dinámica social y cultural 1937-41), de Pitirim Sorotin, contribuyen mucho a i
a comprensión histórica de las configuraciones pasadas de la inter-
dependencia humana. Estas obras presentan claramente la combinación de
singularidad y variabilidad en los fenómenos sociales. Hay aquí cierto
traslapamiento, pero ventajoso para el historiador y para el sociólogo.
Finalmente, hay que diferenciar la sociología de las ciencias sociales
concretas, tales como la economía, la política y la etnología. Todas ellas, lo
mismo que la sociología, estudian a los hombres en interdependencia, y no
en un plano filosófico, sino en eí plano o nivel empírico. No sólo estudian
fenómenos concretos y únicos, como la Constitución de los Estados Unidas o
la organización del comercio exterior de este país en la actualidad, sino que
tratan también de descubrir leyes, es decir, las relaciones necesarias e
invariables entre los fenómenos de acuerdo con su naturaleza. ¿Qué
diferencia hay entre esas ciencias concretas y Ja sociología? Más
específicamente, ¿cuál es ía tarea propia de la sociología respecto de las otras
ciencias sociales? A esta pregunta le han dado Jos sociólogos cuatro
resptiestas diferentes en diferentes momentos de la historia de esta
disciplina:
Comte creía que la sociología debía apoderarse de todos los daros
estudiados por esas ciencias concretas y unificarlos, privándolas así de su
razón de ser.
Herbert Spencer pensaba que la sociología era una supeteiencía, que no
observaba por si misma los fenómenos sociales, sino que unificaba las
observaciones y generalizaciones hechas por las otras ciencias sociales.
Geürg Simmef, sociólogo alemán que trabajó a fines del siglo XIX, insistió
en que el estudio del contenido de las acciones humanas definido por sus
fines constituía la materia de las ciencias sociales concretas. Así, pues, la
economía, por ejemplo, estudia las acciones tendientes a la solución de
problemas materiales, o sea, la producción, la distribución, el cambio y el
consumo; la ciencia política estudia las acciones tendientes a la adquisición y
ejercicio del poder político. Pero ninguna de esas ciencias, pensaba Simmcl,
investiga la forma
ESTUDIO DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS 21

de Jas acciones humanas en Ta sociedad, k forma común a todos los tipos de


actividad, tales como k formación o k disolución de grupos humanos, la
rivalidad, la lucha. Simmel reclamaba este campo, el de la sociología formal,
no ocupado aún por ninguna ciencia social concreta, paca k sociología, k
nueva disciplina.
Pitjrim Sorokin, sociólogo contemporáneo, ha presentado una línea de
demarcación que en general consideran correcta hasta los sociólogos que por
lo común se oponen a él en cuanto al contenido de sus opiniones sociológicas.
Scrokín deriva su definición de la sociología de una fórmula sustentada por
Leo Fetrazhitsky, sabio ruso-polaco, según k cual, si en una clase de
fenómenos hay n subclases, debe haber n -f- 1 disciplinas para estudiarlos: n
para estudiar cada una de las subclases, y una más para estudiar lo que es
común a todas ellas y 3a correlación entre las subclases. 1 Desarrollando esta
idea, dice Sorokin que para cada una de las numerosas clases de fenómenos
sociales -—económicos, políticos, religiosos y muchos otros— debe
corresponder una ciencia social particular. Pero, además de esas ciencias, es
necesaria otra ciencia (la sociología) para estudiar las características comunes
a rodas las clases de fenómenos sociales y las relaciones entre esas clases,
porque esas dos tarcas no pueden ser realizadas satisfactoriamente por las
ciencias sociales particulares. Se ha díscu-* tído, por ejemplo, si el aspecto
económico de k coexistencia humana determina las ideas morales y religiosas
(como dijo Karl Marx), o si ks ideas morales de origen religioso dan un
impulso especial al desarrollo económico (como afirma Max Weber), o si la
relación es más compleja de lo que suponen ambas teorías. Ni el economista
ni el estudioso de las ideas morales y religiosas son competentes para resolver
el problema científico, porque lo ven por un solo lado, y por lo tanto,
corresponde al campo de una ciencia que este por encima de k división en
clases de los fenómenos sociales. Esa ciencia es la sociología.
En principio, la opinión de Sorokin ofrece la mejor respuesta posible a
esta pregunta: ¿Qué es la sociología? Pero en la práctica, k sociología ha
desarrollado la tendencia a anexionarse los campos de estudio social que no
han sido ocupados por las antiguas ciencias sociales, por ejemplo el estudio
de la familia, y a aplicar sus generalizaciones a los campos de estudio social
en que las ciencias sociales

' laiiodiícrjon ¡o ibe Siudy t>¡ Lew and Moráis (¡ntrodnsción ai estudio dd derecho y I* moral, en ru»,
1907}. pp, 80-81
22 INTRODUCCIÓN

particulares se han limitado a describir, clasificar y comparar. De ahí han


nacido rumas de la sociología rales como la sociología política, la sociología
del derecho, Ja sociología de la religión, la sociología del arte, y así
sucesivamente. La sociología, pues, consta de un núcleo .Min.il ik-
fflnftrtrnfenri-n, aproximadamente cprrejqjqñdfcflte á Ifl cid i nición dada
por Sorokin, y de una periferia consistente encestadlos diversificados de
diferentes campos sociales que nO se ha^aStopiadq las ciencias concretas
.consagradas^
""Esta situación les resulta enojosa a quienes les gusta la armonía completa
en el majestuoso edificio de la ciencia. Afortunadamente para este volumen,
el problema no constituye ninguna gran dificultad, ya que la teoría se
interesa primordial mente por el núcleo central de la sociología.
Hay sólo un vecino científico con el que la sociología no tiene una
frontera precisa: la etnología. Hasta muy recientemente, la etnología se
limitaba al estudio, descriptivo en gran parte, de las sociedades sin escritura.
En la actualidad, la antropología cultural, para usar la designación popular
corriente, se inclina a tomar el papel de la ciencia generalizadora de los
hombres en interdependencia, dejando a la sociología el estudio de los
hombres que viven en sociedades modernas complicadas. Como no hay
autoridad que resuelva el conflicto resultante de las pretensiones
incompatibles de la sociología y de la antropología cultural, esre libro
estudiará las aportaciones de antropólogos y etnólogos importantes a la
teoría sociológica, asi como las de los sociólogos profesión a íes.

¿Qué es la teoría sociológica?

El estudio que precede indica indirectamente qué es la teoría sociológica.


Para examinar la cuestión directamente, podemos empezar por considerar
brevemente la estructura de toda ciencia empírica, independientemente de
su materia.
La base de toda ciencia empírica es la observación. El resultado de una
observación individual se expresa en una proposición singular que dice que,
en un momento y un lugar dados, ha tenido efecto este fenómeno particular.
La adquisición de proposiciones de ese tipo es requisito indispensable para
coda ciencia, pero minea es suficiente. Las observaciones individuales deben
ser ordenadas, y las maneras de hacerlo son muchas. Las observaciones
individuales deben ser comparadas; esto equivale a determinar analogías y
diferencias. Tienen que
ESTUDIO DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS 23

ser clasificadas; esto significa que se forman tipos de ciases, cada uno de los
cuales unifica muchas observaciones análogas. Una buena clasificación
permite que se sitúen en ella los fenómenos observados no sólo antes de
formularla, sino también después. Las observaciones individuales pueden
ser contadas y sometidas a tratamiento estadístico que dé por resultado
distribuciones de frecuencia, series de tiempo, coeficientes de correlación y
otras expresiones estadísticas. Las observaciones individuales pueden ser
ordenadas en series genéticas que muestren el desarrollo gradual de ciertos
procesos, y las series genéticas pueden compararse entre sf y descubrirse
analogías entre ellas.
Las generalizaciones hechas sobre las maneras de ordenación pueden
expresarse como leyes naturales (en ef campo de los estudios sociales, leyes
sociales) según las cuales siempre que se presenten determinadas
condiciones, tendrán lugar determinados efectos. Con ciertas precauciones,
las generalizaciones de tipo estadístico (distribuciones de frecuencia, series
de tiempo) también pueden convertirse en leyes sociales. Y todavía hay otros
procedimientos conducentes a la formulación de tales leyes.
Los hallazgos concernientes a clases de fenómenos son generalizaciones.
Una generalización no se refiere ya a un hecho en sí mismo; se basa sobre
muchos hechos y finalmente puede ser usada para predecir hechos que
probablemente se comprobarán en observaciones posteriores. El
conocimiento expresado en Jas generalizaciones es de un nivel superior al
expresado en las proposiciones singulares. Pero ese conocimiento no es
todavía el nivel más alto posible en la ciencia empírica. El nivel más alto es el
de la teoría. Por los esfuerzos acumulados de hombres de ciencia
especializados en una disciplina particular, se formula gran número de
generalizaciones de tipos diversos. Después los científicos sienten la
necesidad de unificar los resultados esporádicos que han alcanzado hasta
entonces. La unificación se hace hipotéticamente formulando una teoría.
Una teoría es una serie de proposiciones que llenan, idealmente, las
siguientes condiciones: primera, las proposiciones deben hacerse de acuerdo
con conceptos exactamente definidos; segunda, deben ser congruentes entre
si; tercera, deben poderse derivar de ellas las generalizaciones ya existentes;
cuarta, deben ser fecundas, es decir, abrir el camino para nuevas
observaciones y generalizaciones que amplíen el campo de conocimientos.
La teoría no puede derivarse de observaciones y generalizaciones
simplemente por medio de la inducción rigurosa. La formulación de
24 INTRODUCCIÓN

una. teoría es obra creadora, y por lo tanto, no es sorprendente que sean


capaces de ella muy pocos entre los que trabajan en el campo de una ciencia.
Hay siempre un salto más allá de la prueba, una corazonada,
correspondiente al esfuerzo creador. Pero toda teoría así formulada debe
someterse después a verificación. Se considera verificada, de un modo
preliminar, si no la contradicen¡ngún hecho o generalización conocidos. Si
hay contradicción, la teoría hipotética debe ser rechazada o por lo menos
modificada.
Pero esa prueba no es más que una verificación preliminar. Porque a
veces dos o más teorías parecen explicaciones plausibles de los hechos y las
generalizaciones conocidos. Cuando eso ocurre, se emplea el procedimiento
llamado experimento crucial (u observación crucial). El procedimiento
implica la concepción razonada de una situación en relación con la cual
darían predicciones contradictorias las teorías rivales. Esa situación debe ser
creada artificialmente (expe-rímenralmcnte) o buscada en. la realidad. La
observación decidirá entonces cuál de las teorías es compatible, SÍ lo es
alguna, con la experiencia de prueba. Pero esta verificación aún no es
definitiva, porque pueden descubrirse después hechos, o sacarse
generalizaciones, que invaliden la victoriosa teoría de hoy. En la ciencia
empírica la teoría nunca es definitiva.
En una ciencia madura, como la física o la química, por lo común sólo una
teoría muy abstracta, o una serie de teorías interrelacionadas y mutuamente
complementarias, es sustentada por las personas que trabajan en su campo.
Pero ese estado de madurez únicamente se alcanza después de un periodo
de largos y tenaces esfuerzos caracterizado por la existencia de dos o más
teorías antagónicas, situación que es todavía Ja de la sociología. No existe un
conjunco de proposiciones que sustenten todos los sociólogos, expresadas en
términos idénticos o fácilmente convertibles unos en otros, y que les
permitan presentar Jos licthos y las generalizaciones conocidos como deriva-
ciones lógicas de unos pocos principios. Por el contrario, el desarrollo de la
sociología se ha caracterizado por la aparición de un número
desacostumbradamente grande de teorías antagónicas. Aunque roda-vía no
se ha superado este estado de cosas, la lucha ya no es tan aguda como lo fue
a fines del siglo xix. Actualmente, la mayoría de ios sociólogos están de
acuerdo sobre muchas proposiciones incluidas en una amplia teoría
sociológica, si bien en ocasiones formulan dichas proposiciones con
terminologías divergentes. (El lector conocerá el hecho de que )iay palabras
diferentes para expresar los mismos
ESTUDIO DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS 25

conceptos, las mismas ideas, y que, viceversa, algunas veces se expresan, con
las mismas palabras conceptos y hasta teorías diferentes.) Ha disminuido el
margen de desacuerdo teórico y ha aumentado el margen de acuerdo, como
tratará de demostrar este libro.
El examen de las teorías sociológicas del pasado y del presente revela que
giran alrededor de unos pocos problemas, los más importantes de Eos cuales
están contenidos en las siguientes preguntas:
¿Qué son la sociedad y la cultura?
¿Cuáles son las unidades básicas en que se descomponen la sociedad y la
cultura?
¿Que relación hay entre sociedad, cultura y personalidad?
¿Qué factores determinan el estado de una sociedad y de una cultura, o el
cambio de una sociedad o una cultura?
¿Qué es la sociología y cuáles son sus métodos apropiados?
EJ estudio del desarrollo de la teoría sociológica debe enfocarse sobre las
diversas respuestas que se han dado a esas preguntas. Al presentar las
teorías individuales hay que ir más allá de esas preguntas, porque mudias
teorías suponen problemas que aquéllas no contienen, o están formulados de
tal manera que se hace necesario tocar otros problemas científicos más o
menos conectados con los señalados arriba.

Cómo estudiar teorías sociológicas

Este volumen no se propone ser una exposición sistemática de los resultados


del estudio científico de la sociedad; antes bien, quiere ser un desarrollo
histórico del sistema de ideas que es la sociología teórica. No intenta el autor
formular e imponer una teoría particular, sino que se propone presentar el
proceso del desarrollo de la teoría sociológica manifestado en la aparición,
lucha y desaparición o pervi-vencía de diversas teorías. Este libro trata
principalmente de la historia de Ja penetración gradual de los sociólogos en
la realidad de la sociedad. Su propósito es establecer la filiación y la
oposición de las ideas, para señalar casos de invención paralela, para hallar
en las teorías más antiguas gérmenes o anticipaciones de las posteriores, y
para descubrir e] avance de la verdad a través del choque de las opiniones.
El estudio de estas materias ayudará a comprender las razones que explican
las ideas elegidas por los participantes en el progreso científico, servirá de
advertencia contra los errores cometidos en el pasado y puede mostrar
caminos prometedores para nuevos avances.
26 INTRODUCCIÓN

Se dispone de mucho material para este estudio. Pero éste se complica por
el hecho de que las teorías sociológicas se han desarrollado de acuerdo con
un patrón que se parece algo al del desarrollo de una planta; algunas ramas
han crecido vigorosamente y han echado muchas ramas secundarias,
mientras que otras, mas tarde o más temprano, se lian marchitado. La
situación se complica más aún por el hecho de que, además del patrón o
modelo de la ramificación, se observa también el de la convergencia y ía
fusión. Mientras que, por la. ramificación, una teoría da origen a dos o más,
por la ¿onvergencia y la fusión, teorías que empezaron siendo explicaciones
independientes y supuestamente incompatibles de Ja realidad social se van
acercando la una a la otra y a veces se juntan en una. Por consiguiente, el
intento de trazar una genealogía esquemática de las teorías sociológicas sería
exccpcionalmente dificultoso y obscurecería, más bien que aclararlas, las
aportaciones y tendencias principales.
Esta complejidad del asunto que estudiamos requiere selección y
ordenación cuidadosa de los materiales. La selección es siempre algo
arbitrario, y puesto que este libro no pretende ser una enciclopedia
sociológica, quedarán fuera de su ámbito muchas obras valiosas. Por lo
menos son posibles tres tipos fundamentales de ordenación. En primer
lugar, fas teorías pueden clasificarse en unas pocas escuelas basadas en los
tipos de solución teórica de los problemas básicos. Éste es el procedimiento
que empleó SoroUn en su bien conocida obra Conté mpotary Soriological
Theories (Teorías sociológicas contemporáneas, 1928). En segundo lugar, las
teorías pueden ser presentadas en la sucesión histórica de su aparición; éste
es aproximadamente eí método seguido por J. L Lfchtenberger en The
Development of Social Theory (Desarrollo de la teoría social, 1923) y por F. N.
House en The Development of Sochtogy (Desarrollo de la sociología, 1936). En
tercer lugar, las teorías pueden ser presentadas según las zonas geográficas
en que viven sus autores; este plan ha sido usado por G. Gurvitch y Wilbert
Moore (editores) en Tseentieth Century So-riology (Sociología del siglo XX,
1945) y por Harry Elmer Barnes (editor) en An Introduction to the Htstory of
Sociology (Introducción a la historia de la sociología, 1948). En el presente libro el
autor se propone emplear una combinación de los procedimientos primero y
segundo.
El examen del desarrollo de Ja teoría sociológica se dividirá en cuatro
períodos. El primer periodo, que se extiende desde el nacimiento de la
sociología hasta 1S75 aproximadamente, es el de los
ESTUDIO DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS 27

iniciadores y de los esfuerzos inconexos. El segundo, que corresponde


aproximadamente al último cuarto del siglo XIX, es el periodo de la lucha de
las escuelas y simultáneamente del predominio del evolucionismo, lucha
relacionada en gran parte con la cuestión de cuál factor (económico,
geográfico, racial o algún otro) determina la evolución social. El tercer
periodo, que comprende el primer cuarto del siglo xx, es una época de
indecisión consecutiva a la demolición de la teoría evolucionista y a la
conciencia creciente de la necesidad de concentrarse en estudios empíricos.
El período cuarto y actual es el de k lucha entre estructuras de referencia o
de convergencia, y se caracteriza por el creciente conocimiento de la
existencia de un gran cuerpo de proposiciones empíricamente formuladas
(por lo tanto, periodo de convergencia) y por la rivalidad de puntos de vista
considerados corno más adecuados para explicar k realidad social en su
totalidad.
En cada uno de esos cuatro periodos se presentarán las escuelas más
representativas y ks teorías que mayor influencia han tenido, señalando sus
interrelaciones. Y para toda k sucesión del desarrollo, se subrayarán las
persistencias y las acumulaciones, así como las resurrecciones teóricas,
algunas veces operadas en formas nuevas.
I.
SEGUNDA PARTE LOS

INICIADORES
C APÍTULO 2

AUGUSTE COMTE

Ya que este volumen está dedicado ai estudio de las teorías sociológicas y no


a la historia del pensamiento social en general, comer zara con Auguste
Comte, que fue la primera figura importante que sostuvo, y que después
demostró con hechos, que era posible y deseable una ciencia de la sociedad,
tanto empírica como teórica. Mas pau hacer comprensible a Comte, es
preciso presentar el clima intelectui. de Francia a principios del siglo xix,

Francia a principios del siglo xix

El clima intelectual de una sociedad lo forman las ideas que dai por sentadas
y sabidas los intelectuales contemporáneos, los pee blemas comúnmente
discutidos por ellos y los métodos de discusión Ese clima puede estar más o
menos unificado; en otras palabras los intelectuales pueden dividirse o no en
facciones, cada una de la: cuales posee un cuerpo de ideas preferidas, un
conjunto partícula-de problemas y un método peculiar de discusión.
A principios del siglo xix el clima intelectual de Francia estab : bien
unificado. Se sentía orgullo por los progresos de las materna ticas y de las
ciencias naturales, y confianza en la omnipotencia de los métodos. En
relación con los asuntos humanos, el clima incluía la creencia en la existencia
de leyes sociales análogas a las establecidas en las ciencias naturales. Entre
esas leyes se daba lugar prominente a la ley del progreso o del inevitable
desarrollo de las sociedades humanas hacia etapas más elevadas y mejores.
Ese cuerpo de ideas se remonta a Biaise Pascal (1623-62), quien decía que
la continuidad de las generaciones humanas semejaba un individuo que
viviese eternamente y que acumulase conocimient-sin cesar. Charles
Montesquieu (1689-1755) presentó en la primera frase de su famoso Espíritu
de las leyes una definición de ley natural que tuvo general aceptación. Las
leyes, en el sentido más amplio de la palabra —decía—son relaciones
necesarias derivadas de Ja naturaleza de las cosas.
Jacques Turgot (1727-81) desarrolló la idea de progreso. En un discurso
pronunciado en 1750 y en su breve Discurso sobre la historia universal, trató de
demostrar que el adelanto del hombre en el conoci-
31
32 LOS INICIADORES

miento de la naturaleza iba acompañado de una emancipación gradual de su


menee respecto de los conceptos antropomórficos. En su opinión, ese
proceso pasaba por tres etapas. Primero, el hombre suponía que los
fenómenos naturales eran producidos por seres inteligentes, invisibles pero
parecidos entre sí. Después, los hombres empezaron a explicar esos
fenómenos con expresiones abstractas, tales como esencia y facultad. Por
último, observando la acción recíproca mecánica de los cuerpos, formularon
hipótesis que podían desarrollarse matemáticamente y ser comprobadas por
la experiencia, i
Otro protagonista de la idea de progreso, el marqués de Condorcet
(1743-94), expuso sus opiniones en una obra titulada Ensayo histórico sobre los
progresos de la razón humana, escrita en la cárcel poco antes de ser ejecutado,
cosa que sabía que era inevitable. Condorcet esbozó el progreso humano a
través de las edades y concibió la posibilidad de una ciencia que pudiera
prever los progresos futuros de la humanidad y por lo tanto acelerarlos y
dirigirlos. Para formular leyes que permitan a los hombres prever lo futuro,
Ja historia debe dejar de ser historia de individuos y convertirse en historia
de las masas humanas. Cuando se haya realizado ese cambio, será posible la
predicción de lo futuro, a base del conocimiento de leyes necesarias e
invariables. No hay razones para creer que no haya leyes que rigen los
asuntos humanos. La mayor parte de esas leyes son aún desconocidas, pero
sobre la base de la observación histórica puede afirmarse que el progreso es
inevitable e ininterrumpido, y que depende de la sucesión de las
explicaciones antropométricas, metafísicas y científicas de los fenómenos
naturales.

Vida de Comte

Comte (1798-1857) nació en Montpellier, Francia. A la edad de dieciséis años


el que iba a ser padre fundador de la sociología ingresó en la Escuela
Politécnica, el centro más distinguido de Francia en aquel tiempo. Sus
profesores, en su mayor parte sabios matemáticos y físicos, se interesaban
poco por el estudio de los asuntos humanos y de la sociedad. Peto el joven
Comte se interesaba mucho en él. Como gran parte de los filósofos de su
tiempo, en especial Jos filósofos sociales L, G. Bonald y Joseph de Maistre, se
asustó ante los efectos destructores de la Revolución francesa, ante el desor-
den creado por la destrucción violenta de grupos sociales intermedios entre
la familia y el Estado. En consecuencia, el mejoramiento de la
AUGUSTE CQMTT 33

sociedad se convirtió pronto en k principal preocupación de Comte, en la


verdadera finalidad de su vida. Pero creía que para mejorar a la sociedad es
necesaria una ciencia teórica de k sociedad. Como esta ciencia no existía, se
dispuso a crearla. En su opinión, esta ciencia nueva depende de orras
ciencias, y en consecuencia decidió estudiar toda la serie de ciencias teóricas
que él identificó con k filosofía positiva. A base de los resultados de esos
estudios procuró formular un sistema de leyes que gobiernan la sociedad, a
fin de poder, a base de ellas, postular un tratamiento curativo para aquélla.
Las proezas intelectuales de Comte, y aun k formulación de su gigantesca
empresa, fueron grandemente estimuladas por el hecho de haberlo nombrado
secretario suyo, a la edad de diecinueve años y siendo aún estudiante de k
Escuela Politécnica, el conde Henri de Saint'Simon (17Ó0-1825). Aunque
perteneciente a k aristocracia francesa, Saint-Símon llegó a ser uno de los
primeros y más prominentes socialistas utópicos, uno de los pensadores
sociales, quizás .uno de los soñadores sociales, que creían que Tos problemas
de k sociedad de su tiempo podían ser resueltos reorganizando k producción
económica, despojando a k clase propietaria de los medios de producción, de
libertad económica, que era el valor más estimado en aquel tiempo. En un
folleto publicado en 1813, Sainr-Simon expuso estas ideas:
La moral y la política se convertirán en ciencias "positivas".L . Se consumará la
tendencia de muchas leyes particulares a ciencias individuales hacia una sok
ley que Jo abarcará todo. La ciencia será el nuevo poder espiritual.
Por lo tanto, k ciencia debe ser reorganizada, y de esc modo k humanidad
entrará en el tercer gran período de su historia, habiendo terminado el
primero, o preliminar, con Sócrates, y llegando el segundo, o conjetural, hasta
el tiempo mismo de los escritos de Saint-Simon.
De 1817 a 1823 Comte y Saint- Simón colaboraron tan estrechamente, que
es imposible distinguir lo que se debe a cada uno de ellos. Esa colaboración es
especialmente señalada en k obra titulada Plan de las operaciones científicas
necesarias para la reorganización de la sociedad. Años más tarde Comte llamó a
esa obra "el gran descubrimiento del año 1822". En esa publicación sostenían
los autores que k política debe convertirse en física social, rama de k fisiolo-
gía; que cada rama de conocimientos pasará por tres etapas, k teológica, k
metafísica y la positiva; y que k finalidad de k física social
34 LOS INICIADORES

era descubrir las leyes naturales e inmutables del progreso, que son tan
inevitables como la ley de la gravedad. Así, el programa de una ciencia
nueva (que más carde se llamaría sociología) quedaba claramente trazado y
formulada la principal proposición de la teoría sociológica de Comte: la ley
de Jas tres etapas.
Poco después de haber publicado esa obra, Comte y Saint-Simón
disolvieron su sociedad y empezaron a atacarse acremente el uno al otro.
Comte no volvió a encontrar nunca una situación estable y re-muneradora, y
vivió de la enseñanza y el examen de matemáticas y de otros expedientes
análogos. Menudearon los desengaños personales y los altercados con otros,
y su aislamiento social aumentaba incesantemente. No obstante, para
ayudarlo, un pequeño grupo de admiradores lo invitó a dar una serie de
conferencias privadas sobre filosofía positiva. Accedió Comte, y las notas de
las conferencias fueron publicadas gradualmente entre 1830 y 1842,
constituyendo su voluminosa obra maestra: el Curso de filosofía positiva.
Mientras trabajaba en ella, Comte descubrió el principio de la higiene
cerebral. Este descubrimiento, aplicado a su propia vida, significa que dejó
de leer a fin de que su mente no se contaminara de las ideas de otros. En sus
años postreros, entre 1851 y 1854, escribió un tratado ritujado Sistema de po-
lítica positiva, en cuatro volúmenes, en el que aplica sus hallazgos en
sociología teórica a la solución de los problemas sociales de su tiempo. De
esre modo realizaba su finalidad inicial, el mejoramiento de la sociedad;
pero al hacerlo se desvió en parte del positivismo e intentó formular una
religión de la humanidad. Sin embargo, se encuentran en la obra numerosas
adiciones interesantes e importantes a la anterior filosofía positiva del autor.

Premisas fundamentales

La teoría sociológica de Comte forma un sistema en el centro del cual se


encuentran dos proposiciones relacionadas: la ley de las tres etapas y el
teorema de que las ciencias teóricas forman una jerarquía en la que la
sociología ocupa la cima.
Las ciencias, dice Comte en la segunda de esas proposiciones, son teóricas
o prácticas (aplicadas). Las teóricas pueden dividirse en descriptivas
(concretas) y abstractas. Las primeras tratan de los fenómenos concretos, y
las segundas se esfuerzan en descubrir las leyes de Ja naturaleza que
gobiernan esos fenómenos, determinando su coexistencia y sucesión. Las
ciencias teóricas abstractas forman una serie
AUGUSTE COMTE 35

o jerarquía en k que cada eslabón superior depende del anterior, ¡jorque trata
de fenómenos más concretos y complejos. La base de la jerarquía la ocupan
las matemáticas, que tratan de aspeaos abstractos de todos los fenómenos.
Sigue después Ja mecánica, que Comte casi identifica con la astronomía,
ciencia que en su tiempo hacía progresos sorprendentes. A k mecánica
siguen la física, k química y la biología. Y encima de todas se eregiría la
nueva ciencia de la física social o sociología.
La ley de las tres etapas significa, anre todo, que cada campo de
conocimiento pasa por tres periodos de desarrollo: teológico, meta-físico y
positivo. Pero las ciencias individuales no avanzan paralelamente; cuanto
más alta está una ciencia en la jerarquía, más tarde pasa de una etapa a otra.
No podría scc de otro modo, porque las ciencias más sencillas tienen que
desarrollarse primero, y las más complicadas después. Comte creía que todos
los campos de conocimiento, salvo uno, habían llegado a la etapa positiva.
Con la aparición de k sociología la serie quedaría completa*-
Pero en el sistema de Comte la ley de las tres etapas es mucho más que un
principio que rige el progreso del conocimiento. El desarrollo y la educación
del individuo deben pasar también por ks tres etapas, lo mismo que el
desarrollo de la sociedad humana. El des-rrallo y la organización social
positivos dependen del conocimiento científico, es decir, sociológico, de los
fenómenos sociales. En otras palabras, según Comte, "el gran descubrimiento
del año 1822" iba a convertirse CA k idea directora de k reorganización de la
sociedad, sacudida por la Revolución francesa.
Comte estaba tan firmemente convencido de la certeza de sus opiniones,
que envió un ejemplar de su Filosofía positiva al emperador Nicolás I de
Rusia, con una carta en la que daba por descontado que el gobernante
autócrata (que, cosa interesante, tenía una buena preparación matemática)
iniciaría reformas que elevarían a Rusia a la categoría de sociedad positiva.
Las pretcnsiones de Comte, como las de muchos innovadores, y tal como lo
hace ver este incidente, eran a veces ridiculas.
Pero ks premisas fundamentales de su teoría sociológica merecen
respetuosa consideración. La lista de ciencias abstractas hecha por Comte es
incompleta. Omitió la psicología, que consideraba una rama de la fisiología,
y las relaciones entre las ciencias individuales son más complicadas de lo
que él creía. Pero, en general, su división de las ciencias resultó ser bastante
sólida. La ley de ks tres etapas es maní
36 LOS INICIADORES

fiesramcntc inválida en el sentido que Te daba su inventor, Pero Jas primeras


explicaciones de la naturaleza y de los hombres fueron casi siempre religiosas,
y las han seguido explicaciones filosóficas y, más tarde, La ciencia empírica.
Pero ninguna de las actitudes posteriores invalidó por completo Ta acritud
religiosa; más bien ha habido acumulación y con frecuencia mezcla de ks tres.
Aun con esta corrección, k ley de las tres etapas de Comre no puede,
naturalmente, tomarse como prueba de los hechos hoy conocidos. No obstante,
en una forma muy modificada puede ser percibida en una de las teorías más
ambiciosas de los días presentes, k de Sorokin (véase capítulo 20),

La ciencia de ¡a sociología

Lo que para Comte significaba la sociología lo índica su misma localización en


el sistema de las ciencias: la sociología es la ciencia teórica abstracta de los
fenómenos soc iales. En 1822, cuando él y Saínr-Simon concibieron la necesidad
de esta nueva ciencia, escribió: "Poseemos ahora una física celeste, una física
terrestre, ya mecánica o química, una física vegetal y una física animal; todavía
necesitamos una más y k última, la física social, para completar el sistema de
nuestro conocimiento de la naturaleza. Entiendo por física social la ciencia que
tiene por objeto el estudio de los fenómenos sociales considerados con ti mismo
espíritu que los astronómicos, los físicos, los químicos o los fisiológicos, es
decir, sujetos ^eyeajiaturaies invariables; cuyo descubrimiento es el objeto
especial de investigación" Más precisamente, el objeto era "descubrir a través
de qué series fijas de transformaciones sucesivas ha llegado gradualmente k
especie humana, partiendo de un estado no superior al de ks sociedades de los
grandes monos, ai punto en que se encuentra hoy k Europa crvilizada". 1 Comte
cambió de muy mala gana el nombre de física social de k nueva cien-cía por el
de sociología. En k última parte de su Filosofía positiva dice que había inventado
un nombre nuevo porque el viejo lo había usurpado un científico belga que lo
tomó para título de una obra dedicada a materia tan baja como la simple
estadística. La obra a ., que se refiere es el Sobre el hombre y el desarrollo de las
facultades humanas: Ensayo sobre física social de Quételet (véase capítulo 4), una
de ks aportaciones a ks ciencias sociales que mayor influencia ejercieron en el
siglo XIX.
En Política positiva se propuso Comte dar más carne y más sangre a k
definición formal de sociología implícita en Filosofía positiva.
i Tomado ¿e La edición en inglés de Pasitiv* Poli/üi, • ■ I IV, apéndice, pp. 1 4 9 -50.
AUGUSTJS CVMTTU 37

En un lugar pareció identificar la sociología con el estudio de la tota-Jidad de


los fenómenos del entendimiento humano y las acciones de ellos resultantes.
En -otras partes limitó esa opinión diciendo que la sociología no es el estudio
del entendimiento como tal, sino el de los resultados cumulativos del
ejercicio del entendimiento. Como está fuera de toda duda que no abandonó
su concepción de la sociología como ciencia teórica de Jos Fenómenos
sociales, la suma total de estos últimos Ja identificaba el ahora con los
resultados cumulativos del ejercicio del entendimiento. Esta concepción de
los fenómenos sociales es análoga al concepto de cultura frecuentemente
empleado por los sociólogos contemporáneos, que lo han tomado de la
antropología cultural. En germen, ese concepto de la cultura estaba ya
presente en la obta de Comte mucho antes de que le concedieran estratégica
importancia los antropólogos y los sociólogos modernos.

Metodología

Comte pensaba que el estudio de los métodos no podía separarse del estudio
de los fenómenos investigados con ellos. Por consiguiente, sus opiniones
metodológicas sólo pueden reconstruirse reuniendo palabras dispersas en
sus tratados.
Desde luego, la sociología debe emplear el método positivo: esto iba
implícito en el programa mismo de la nueva ciencia y se derivaba de las
premisas fundamentales de Comte. Pero, ¿qué es el método positivo? En
respuesta, Comte apenas dijo más que dicho método exigía la subordinación
de los conceptos a los hechos y admitir la idea de que ios fenómenos sociales
están sujetos a leyes generales; de otro modo, ao podría construirse ninguna
ciencia teórica abstracta concerniente a esos fenómenos. De acuerdo con su
concepto de la jerarquía de ías ciencias, Comte reconocía que el sistema que
formaban las leyes sociales era menos rígido que el sistema de las leyes bioló-
gicas, el cual, a su vez, era menos rígido que el de las leyes físicas.
No obstante su buena preparación en matemáticas, negaba Comte que el
método positivo se identificara con el empleo de las matemáticas y de ia
estadística. "La idea de tratar la ciencia social como una aplicación de las
matemáticas, para hacerla positiva, tiene su origen en el prejuicio de los
físicos según el cual no hay certeza fuera de las matemáticas. Este prejuicio
fue natural en un tiempo en que todo lo que era positivo pertenecía al
dominio de las matemáticas aplicadas y en que, por consecuencia, todo lo
que éstas no abrazasen era
38 LOS INICIADORES

vago y conjetural. Pero desde la formación de las dos grandes ciencias


positivas que son la química y la fisiología, en las que no representa ningún
papel eí análisis matemático y sin embargo se las considera no menos ciertas
que las otras, cal prejuicio sería absolutamente inadmisible." 2 En una ocasión
señala Comte los "vanos intentos de varios geómetras para realizar un
estudio positivo de la sociedad aplicando Ja engañosa teoría de las
probabilidades". También aquí tenía presente la obra de Quételet. Merece
advertirse que en la actualidad existe una escuela ncopositiva (véase capítulo
15 ) que ve en Ja cuan-tificación el ideal de coda ciencia, incluida la
sociología. En este respecto, difícilmente puede compaginarse el
neoposftivismo con las ideas del fundador del positivismo. 3
¿Cómo, pues, puede conquistarse el conocimiento positivo, según Comte?
Menciona cuatro procedimientos: observación, experimentación,
comparación y método histórico.
La observación, o sea el empleo de los sentidos físicos, sólo puede
realizarse fructíferamente, como acertadamente señalaba Conste, cuando la
orienta Ja teoría. De ios varias modos de observación, Comte estimaba poto
la introspección, es decir, la observación de los fenómenos que se producen
en la mente del observador, Algunas de sus afirmaciones en este respecto se
anticipan a las de los behavioriscas o conductistas contemporáneos. Él
miraba en otra dirección, y creía que la frenología 4 podía explicar mejor las
variaciones de la conducta humana, Comte sabía que la verdadera
experimentación es casi imposible en el estudio de la sociedad. Pero en la
lengua francesa experiment significa muchas veces observación dirigida.
Sostenía que podían hacerse comparaciones fructíferas entre las sociedades
humanas y las animales, entre sociedades coexistentes y entre las clases
sociales de una misma sociedad.
Por método histórico entendía Comte la búsqueda de leyes generales de la
constante variación de las opiniones humanas, punto de vista que refleja el
predominante papel de las ideas manifiesto en la ley de las tres etapas. El
método histórico de Comte tiene poco en común con los métodos usados por
los historiadores que dan especial importancia a las relaciones causales entre
hechos concretos y sólo

I Tomado de la en íagléi di :' i:u« PaUiia, val. TV, apéndice, pp. 123-24
A Vé»!-, OD obsiance, el punió de viiu conmrk> en I r of Smioíogy,
de i i f ; t . L LÜ '■ ; ; ■ Vll-VlU.
4 L» frenología a unj reoiía irudocicmífic» ( . . ■ ■ ■ ■ ■ . < por V. H- G»IL : 1758-1828)
según la cual las facultades me ota les del humbre están estrechamente relacionada»
con ha peculiaridades del cráneo.
A V G USTE COMTE 39

intídentalmente formulan leyes generales. Pero Comte sólo decía lo que debe
hacerse y no cómo debe hacerse. En sus tratados presenta muchas inferencias
de hechos históricos; pero esas inferencias rara vez son convincentes y parece
haber llegado a ellas por deducción basada en la ley de las tres etapas más
bien que por verdadera inferencia.
Hay que mencionar otros dos puntos de importancia metodológica. El
primero es que, en opinión de Comte, la sociedad es en cierto modo ,.como un
organismo en el que se conoce-el conjunto mejor que las partes.5 De esta
proposición sacaba é l k conclusión un tanto inconsecuente de que los estudios
especializados, tales como los económicos, son engañosos, porque nunca debe
introducirse en la ciencia un hecho social tomado como fenómeno aislado.
Además, censuraba a los economistas de su tiempo por su resistencia a
admitir k posibilidad de todo orden en la. sociedad excepto el que por sí
mismo se establece automáticamente. Comte creía que, además de ese orden
espontáneo, podía establecerse otro planeado a base del conocimiento de
leyes sociales y su racional aplicación a problemas y situaciones concretos.
El segundo es que en la obra de Comte hay una sugerencia que se adelanta
en más de cincuenta años a una notable aportación de Max Wcber (véase
capítulo 14). Comte consideraba los tipos sociales como "límites a los cuales se
acerca cada vez más la realidad social sin poder alcanzarlos nunca". Se percibe
en esta afirmación la influencia de la preparación matemática de Comte, pero
cambien, en forma rudimentaria, el tipo ideal de Max Weber, excelente
instrumento lógico para el análisis sociológico. Corrobora esta afinidad una
afirmación de Comte que indica cómo usar esos tipos al estudiar fenómenos
sociales. Los casos intermedios, es decir, los OSOS no coincidenres con ningún
tipo ideal, deben estudiarse —decía— bajo la influencia de un análisis exacto
de Jos dos casos o tipos extremos. Esto quiere decir que un caso intermedio
puede ser entendido mejor determinando cuánto de uno y de otro de los tipos
extremos opuesros está incorporado en él.

Sociología estática y dinámica

La sociología de Comte se divide en dos grandes partes, estárica y dinámica.


Es ésta una división tomada de la biología (que en los días
i Referida a un orgaiiiimn, la observat¡ón a correen: aun sin preparación especial puede
fumpfefidersc l a conducta de un humbre. un perro o un gtio. mientra* que el conucimienro dej
r'-.j ■.. ..■■u.n;.'.' de lo* parecí, u órgano*, mije cierro «nidio. Pero, referida fl la loeiedad, la
proporción difícilmente puede sostenerse.
40 LOS INICIADORES

de Comte se llamaba fisiología), y por lo tanto estaba de acuerdo con su idea


de Ja jerarquía de las ciencias y la posesión por éstas de rasgos comunes.
La estática comprende el estudio de las condiciones de la existencia de L:
sociedad, mientras que la dinámica requiete el estudio de su continuo
movimiento, o de las leyes de la sucesión de las etapas individuales. El
hecho principal de la estática es el orden; el hecho principal de la dinámica
es el progreso. Dicho más explícitamente, la estática es una teoría del orden,
que equivale a la armonía entre las condiciones de la existencia en sociedad
del hombre, mientras que la dinámica es una teoría del progreso social, que
equivale al desarrollo fundamental, o evolución, de la sociedad. Pero orden
y progreso se relacionan entre sí estrechamente. Ningún orden social real
puede establecerse si es incompatible con el progreso., y no es posible un
progreso duradero si no se consolida mediante el orden. El estudio de
ambos aspectos sólo con fines analíticos puede separarse. Las leyes estáticos
y dinámicas deben mantenerse unidas a través del sistema. En la actualidad,
esta optimista identificación de la estática con el orden y de la dinámica con
el progreso ya no es aceptada. Pero la división fundamental de la sociología
hecha por Comte aún sigue en uso, si bien expresada en términos diferentes,
tales como estructura social y cambio social, categorías familiares a Jos
estudiantes todavía tro graduados.

Estática: consenso

En .opinión de Comte, el orden social total se establece de acuerdo con las


leyes de la naturaleza. Todo orden particular puede contener muchas, y a
veces graves, deficiencias, pero esa situación puede ser rectificada por la
intervención racional de seres humanos. Esta concepción está de perfecto
acuerdo con las ideas de Comte acerca de la relativa flexibilidad de las leyes
sociales. Pero el orden sólo es posible sobre la base de cierta comunidad de
las ¡deas sustentadas por quienes forman una sociedad; por lo tanto, no
puede concederse la absoluta libertad de opinión.
El hecho fundamental del orden social es el consensos universalis, la
necesaria correlación entre los elementos de la sociedad. Ese consenso existe
en todos Jos dominios de la vida, pero alcanza su apogeo en la sociedad
humana. Hay consenso entre las ciencias, entre las ciencias y las artes, en ks
instituciones políticas, entre la sociedad civil
AUGUSTE COMTE 41

y la política, entre las costumbres y las ideas. Se pretende en ocasiones que


Comte no pudo identificar las compatibilidades y las interconexiones
institucionales necesarias o requeridas. Pero eso es erróneo en parte, porque,
al exponer los detalles de su ley de las tres etapas, Comte toca muchos
puntos concernientes a esas correlaciones.
El consensué universalis es para Comte la base misma de la solidaridad, así
como la base de la división del trabajo social. Esta última revela una vez más
que la sociedad es análoga a un organismo. En éste y en aquélla desempeñan
funciones específicas órganos específicos, pero siempre solidarios. Aquí,
como en otras partes, utiliza Comte la analogía orgánica, aunque no
identifica nunca la sociedad con un organismo biológico. Hay una gran
diferencia entre ambas cosas, insistía. Los organismos son esencialmente
inmutables, mientras que la sociedad es capaz de inmensos mejoramientos ú
se la guía de acuerdo con principios científicos. Esta afirmación refleja la fe
de Comte en el progreso y su convicción de que la sociedad humana sólo
puede ser mejorada sobre la base de la ciencia social positiva.
La división del trabajo social —prosigue Comte— es la causa
fundamental de la creciente complejidad de la sociedad; por lo tanto, hay
que estudiar cuidadosamente la solidaridad y la cooperación. De aquí la
importancia que concede al altruismo, otra palabra acuñada por él. El
consejo del padre de la sociología relativo al estudio de la solidaridad social
no fue escuchado hasta muy avanzado el siglo xix, cuando orto gran
sociólogo, Émüe Durkheim, analizó esc fenómeno en una serie de
importantes obras (véase capítulo 9)*

Estática: estructura social

Comte distinguía tres planos en la sociedad: el individuo, la familia y las


combinaciones sociales, la más alta de las cuales es la humanidad misma.
Sin embargo, eliminaba al individuo del estudio sociológico porque un
sistema debe estar constituido sólo por fenómenos homogéneos. Por
consiguiente, la unidad social básica no es el individuo, sino la familia.
No obstante, tuvo ea cuenta el persistente problema sociológico de las
relaciones entre la sociedad y el individuo. En la sociedad —decía— se
observa la constante y regular convergencia de Jas actividades de
innumerables individuos. Cada individuo vive su propia vida,
indudablemente; pero tiene también una disposición espontánea a participar
en el desarrollo común a todos, sin consultar a los demás
42 LOS INICIADORES

y creyendo que no hace orra cosa que obedecer a sus propios impulsos.
Fundamentalmente, pues, el individuo y la sociedad son inseparables, y
únicamente se les separa para fines de análisis abstracto.
Comte dijo muchas cosas interesantes acerca de la familia, unidad social
básica. Por ejemplo, afirmó que ia familia posee un grado particular de
unidad, uu carácter moral que la diferencia de las demás unidades sociales.
En la vida de familia —observa— no predomina la reflexión; las necesidades
son prontamente satisfechas a base de simpatía. Las familias pueden existir
en estado de aislamiento, pero comúnmente no lo hacen. Mediante su
coordinación nacen combba-dones sociales, tales como las clases sociales y
las ciudades, basadas en la cooperación deliberada. De Jas numerosas
combinaciones sociales Comfe estudió cuidadosamente sólo las de tipo
político o Estados. Lamentaba que la Revolución francesa hubiera destruido
grupos intermedios entre la familia y el Estado y esperaba su restauración.
En relación con el Estado, Comte no anadió mucho a las-conclusiones ya
formuladas por los filósofos políticos. El orden político —decía—■ es algo
artificial; pero, por otra parte, es una variedad del orden natural hacia el cual
tienden todas las sociedades humanas. El orden político es natural porque
no puede existir ninguna sociedad sin gobierno, y el gobierno es posible por
el generalizado deseo de mandar y también porque muchas personas desean
ser libradas de la carga de tomar por sí mismas las decisiones necesarias.

Dinámica: evolución y progreso

Comte presenta la dinámica social como historia sia nombres de individuos


ni de pueblos. La tarea consiste aquí en el descubrimiento de un orden
abstracto en que se han seguido uno a otros los grandes cambios de la
civilización humana. A través del movimiento debe conservarse la
solidaridad, pues de otro modo el movimiento tendría por consecuencia la
completa descomposición del sistema social. Por lo tanto, no pueden tener
lugar desarrollos aislados de aspectos individuales de ia vida social, ni ser
estudiados como tales. Esta concepción se basa en las opiniones
metodológicas generales de Comte y en sus ideas sobre el consensus
umversalis.
La dinámica social debe empezar con el estudio del desarrollo como ral.
Pero después hay que resolver si desarrollo es equivalente de progreso. El
aumento de la población y el desenvolvimiento de las capacidades mentales
parecen demostrar que ése es el caso. Comte
AUGUSTE COTvfTE 43

compartía la opinión predominante de que los niños salvajes no podían


desarrollarse tanto como los niños nacidos en sociedades adelantadas. Su
concepto optimista del progreso se reforzó al aceptar la teoría de que los
rasgos adquiridos por un individuo durante su vida podían ser transmitidos
biológicamente a los descendientes, opinión sustentada por el fisiólogo
Lamarck (1744-1829). La biología contemporánea, salvo en una curiosa
versión de la Rusia soviética, niega esa posibilidad.
Según Comte, el desarrollo progresivo no sigue una línea recta. No sólo
tienen lugar oscilaciones, sino que la velocidad del progreso puede ser
modificada por la intervención humana.
Pata él, la evolución social es una continuación de la progresión general
que empieza en el reino vegetal. Las grandes seríes sociales corresponden a
las grandes series orgánicas, no a la sucesión de las edades de un solo
organismo. Esta idea es un elemento esencial en un sistema de pensamiento
que destaca el progreso continuo, ya que la curva correspondiente a las
edades de un organismo muestra descensos y ascensos.
La naturaleza humana se ha desarrollado en el curso de Ja evolución
social, pero no se han añadido nuevas facultades a las originarias. Como
corolario, el estudio de la evolución debiera empezar con las nociones
formuladas en fisiología relativas a los hombres primitivos, aunque Comte
hizo muy poco uso efectivo de ese material.
En el curso de la evolución social —dice Comte, repitiendo una de las
ideas favoritas de Saint-Siman—- es manifiesto un antagonismo básico entre
los instintos de innovación y de conservación. Esta concepción se anticipa a
¡a doctrina de Vilfredo Pareto sobre la circulación de las minorías o élites
(véase capitulo 13).
Finalmente, Comte formuló una opinión que sirve de base a gran parte
del trabajo de los evolucionistas posteriores. Según él, el estudio del
progreso era notablemente facilitado por el hecho de que ei desarrollo de
todas las sociedades está gobernado por las mismas leyes, de suerte que la
formulación de principios generales pueden empezar con el estudio de los
progresos hechos por la vanguardia de la humanidad. Para Comte esa
vanguardia era Francia, evidentemente.

Dinámica: los factores del progreso

La teoría sociológica de Comte relativa a los factores de progreso empieza


con la afirmación de que el progreso es observable en todos
44 LOS INICIADORA

los aspeaos de h sociedad. El progreso es físico, moral (hacia sentimientos más


generosos y nobles), intelectual, político. Pero el aspecto intelectual es
fundamental y muy visible —-la historia esta dominada por el
desenvolvimiento de las ideas— y, en consecuencia. Ja historia de la filosofía
es de capital importancia. Con frecuencia
Tparecen los hombres priiuordíalmente preocupados con la satisfacción de
necesidades materiales y, en realidad, es indudable que el progreso se
manifiesta en el dominio de las fuerzas de la naturaleza. Pero Comee
sostenía que el desarrollo intelectual producía y estimulaba el desarrollo
material.
El análisis que Comte hace de los factores de progreso lo lleva a estudiar
aquellos de que depende el desarrollo intelectual. Pero esta cuestión queda en
gran parte sin resolver. Se supone que los principales factores de progreso
intelectual son el tedio (que produce un impulso hacia la innovación) y el
miedo a la muerte. Pero alando estudió los factores de progreso en general (no
sólo los del progreso
" intelectual), Comte destacó el aumento de la densidad de la población, que
produce una mayor especialización en la división del trabajo social En
consecuencia. Jos individuos se ven obligados a hacer esfuerzos mayores
para asegurarse la subsistencia, y la sociedad se ve obligada a regular con
mayor energía las situaciones dimanadas de las diferencias cada vez
mayores entre los individuos.
Finalmente, Comte estudió el problema de la diferencia de velocidad del
progreso. En esto se daba cuenta de la insuficiencia de sus pruebas y del
carácter conjetural de sus conclusiones: las diferentes aptitudes de las razas y,
probablemente, la superioridad de la blanca; el papel de las diferencias
climáticas, siendo las más favorables para el progreso las condiciones de la
cuenca del Mediterráneo; y la opinión de que la acción política puede acelerar
o retrasar el progreso. No negó el papel de los genios en el desenvolvimiento
histórico, pero los creía agentes de movimientos predeterminados. ■
Dinámica: las etapas del progreso

Las etapas fundamentales del progreso fueron descritas en las proposiciones


que Comte llamó "el gran descubrimiento del año 1822". Comte creía, no
obstante, que era necesaria una exposición filosófica de la ley de las ttes
etapas, exposición que sometiese la ley FS la naturaleza humana. Esto podía
hacerse fácilmente, creía él, ya que el desarrollo individual pasa a través de las
eres mismas etapas que el desarrollo social.
AUGUSTE COMTE 45

En el curso del extenso estudio del desarrollo de las sociedades más


adelantadas, que son Ja vanguardia de Ja humanidad, Comte estableció
correlaciones entre las etapas intelectuales básicas y las etapas del
desenvolvimiento de la vida material del hombre, los tipos de unidades
sociales, los tipos de orden social y los sentimientos predominantes en cada
etapa y grupo. Esas correlaciones son las siguientes:

Aspecto Rtmi I ía Ttpo de m&- m.. , , Sentimiento í j


. , Tipo de orden _ , dad social *
intelectual Doméstic predommanU
o Estado
Teológica Cariño
Colectivo
Metafísica Veneración
Especie
Positiva Benevolencia
Universal
Aspecto
(humanid
material ad)
Militar
Legalista
Industrial

Comte sometió h primera etapa, la teológica, a un estudio más detallado


que las otras dos, probablemente porque la etapa positiva acababa de
empezar y la metafísica había durado mucho menos tiempo que ia primera.
Subdividíó la etapa teológica en cinco subetapas, a cada una de las cuales
atribuía determinadas aportaciones al progreso. Tales subetapas y sus
aportaciones eran las siguientes:

Fetichismo Familia
Politeísmo (imperios orientales) Estado, propiedad territorial
Politeísmo intelectual (Grecia) Aportaciones intelectuales
Monoteísmo social (Roma) Patria
Monoteísmo defensivo (mundo Emancipación de la mujer y de los
católico) trabajadores

Juicio retrospectivo de Comte

Está de moda en la actualidad restar importancia al papel de Comte en el


desarrollo de la teoría sociológica. De una parte, suele decirse que Comte
hizo muy pocas aportaciones originales: la mayor parte de sus ideas se
encuentran en numerosos predecesores. De otra parte, se dice con frecuencia
que Comte no hizo más que elaborar un programa de sociología y no
formuló una teoría sociológica. Esta afirmación es algo injusta con Comte. Es
cierto que gran parte de sus aseveraciones reproducen, en forma modificada,
AUGUSTE COMTE 46

ídeas dispersas a través de la milenaria historia de la filosofía social; pero las


combinó de
47 LOS INICIADORES

tal manera que dio la señal para un desarrollo rápido y más fructífero del
conocimiento relativo a las relaciones interpersonales, a los grupos sociales,
a la cultura y a la estructura y [os cambios sociales. Por otra parte, todo
sociólogo sabe que todas Jas invenciones —y la creación de una ciencia
nueva llamada sociología fue una invención cultural— son primordial mente
una recombínación de elementos ya preexistentes en la cultura.
En la obra de Comte encuentra el lector atento una enorme riqueza de
ideas que se anticipan, a la mayoría de las tendencias observables en la
historia de la sociología hasta ej momento presente, así como gran número
de proposiciones concernientes al ámbito y método de la sociología. Muchas
veces esas proposiciones han sido redescubíertas por sociólogos posteriores,
en ocasiones haciendo referencia ai padre fundador de su ciencia, y más
frecuentemente sin ninguna referencia a él. Además, Comte ha señalado el
camino hacia la definición moderna de la sociología y sus divisiones
fundamentales. Es cierto que, bajo la influencia de Spencer, la sociología se
desvió de la concepción formulada por Comte y se convirtió en una ciencia
concreta (genética) que describe un proceso único, el de la evolución de la
sociedad humana; pero al decaer el evolucionismo, la sociología (por lo
menos su núcleo central) volvió, aunque con modificaciones, a la concepción
comtlana.
Es verdad que la sociología contemporánea no se limita a repetir la
definición de Comte, que resulta demasiado amplia, pues incluye las ¡jarres
rcóricas de ciencias sociales especiales (economía, ciencia política,
jurisprudencia, etc.). Por otra parte, la sociología no se ha limitado a
formular proposiciones teóricas, se ha dilatado por el campo de la actividad
práctica y se ha convertido en consejera de hombres de buena voluntad que
desean mejorar la sociedad humana. (Comte inventó su ciencia nueva como
instrumento necesario para la reforma social.) Finalmente, la sociología ha
realizado una respetable cantidad de trabajo descriptivo, siempre que no
hacía acto de presencia otra ciencia para realizar k tarea de describir
fenómenos sociales específicos. Pero esos diversos desarrollos se unifican,
muy significativamente, sóio en relación con k sociología teórica, y este tipo
de sociología se va convirtiendo gradualmente en lo que Comte quería que
fuese.
Más específicamente, Comte sugirió soluciones para los problemas
fundamentales de la investigación sociológica. Nunca definió la sociedad,
pero fácilmente se advierte que para él la sociedad estaba for-
48 LOS INICIADORAS

AUGLTSTE COMTE 47

mnda por las familias y por combinaciones sociales que culminan en las naciones
y en la humanidad. Llegó a acercarse mucho a la formulación de la idea
contemporánea de la cultura como suma total de las realizaciones de las mentes
humanas en acción recíproca unas sobre otras. No eligió ninguna unidad social
determinada para analizarla, pues creía que, en relación con la sociedad, el rodo
era mejor conocido que Jas partes. Entendió correctamente la influencia recíproca
siempre presente entre el individuo y la sociedad Creyó en la existencia de un
factor prepotente de cambio social: el desarrollo de ¡as ideas, y pudo, en
consecuencia, ser considerado como uno de los deterministas ideológicos. Pero
comprendió también el efecto del crecimiento de la población y de su densidad.
Definió la sociología al simarla en su jerarquía de las ciencias teóricas abstractas:
la sociología es la ciencia teórica abstracta de la sociedad. Empleó pre-
dominantemente el que él llamó método histórico, que en realidad era
principalmente una ordenación de hechos históricos seleccionados a la luz de su
concepto de Ta evolución social. Durante mucho tiempo fue ese el método de la
sociología. Era, desde luego, un método defectuoso. También lo era la premisa
fundamental de su teoría, la fe en la evolución hacia el progreso.
Pero ei evolucionismo de Comte no era del tipo determinista formulado
algunos años después por Spencer y lógicamente conducente a la adhesión
estricta al principio del lainez faire. Por el contrario, creía que el progreso podía ser
acelerado y facilitado por la acción política basada en el conocimiento positivo. En
este respecto, preparó el camino a la idea de la tehsis social expuesta
posteriormente por Lester Ward, quien reconoció plenamente su deuda con
Comte.
Muchas de las afirmaciones y conjeturas de Comte han resultado
erróneas. Fue un mal metafisico precisamente porque creía que había
acabado con la posibilidad misma de ia metafísica; fue un mediocre
pensador religioso, aunque creía firmemente que la religión era uno de los
pilares de la sociedad. En cuanto a su teoría sociológica, se la puede
considerar como un salto prematuro desde el plano de la observación y de
las inferencias directamente basadas en ella al plano de la "teoría".
Mientras Comte vivió, su obra pasó inadvertida en Francia. Los
estudiosos ingleses, en particular John Stuart Mili (1806-73) fueron los
primeros en interesarse en las opiniones y la persona de Comte; pero
Spencer lo rechazó desdeñosamente. A través de autores ingleses, las ideas
de Comte penetraron en Alemania y de Alemania volvieron
a Francia, donde el más grande de los sociólogos de fines del siglo XJX,
Durkheini, dio a la sociología un nuevo impulso en el que se advierten
muchas ideas comtianas. La obra de Comte ha ejercido también gran
influencia sobre la sociología rusa (Kovaievsky, Socolan) y sobre la
sociología norteamericana (especialmente en Ward).
Merece señalarse que un libro publicado en los Estados Unidos en 1953,
The Ñutiere and Elemenís oj Sociology, por MacQuilkin DeGrange, intenta
revivir la sociología de Comee. Las ideas de Comte sobre la sociedad
expuestas en Política positiva se combinan con adquisiciones relativamente
recientes de teoría sociológica, en particular con la comprensión del papel de
la cultura (acumulaciones colectivas) y con la transición de la analogía
orgánica a un punto de vista sistemático.
50 LOS INICIADORAS

C APÍTULO 3

HERBERT SPENCER

He rbcrt Spencer (1S2Ü-19Q3), el segundo padre fundador de la sociología,


pertenecía a una familia de la dase media. No asistió nunca a una escuela
ordinaria, recibió enseñanza en el hogar y por breves períodos en pequeñas
escuelas particulares. Su preparación, como él mismo lo reconoce en su
autobiografía, sólo en matemáticas fue buena. No esmdió sistemáticamente
materias tales como la historia natural, la literatura o la historia, cosa
sorprendente si se tiene en cuenca que escribió tratados notables de biología
y de psicología.
Siendo aún muy joven entró en ios negocios, en el campo de la ingeniería
ferroviaria. Después pasó al periodismo y llegó a ser director de The
Economist¡ una de las publicaciones inglesas más importantes. Al cabo de
algunos años dimitió ese cargo y decidió ganarse la vida como escritor
independiente. Nunca sufrió pobreza, pero sus obras no lo enriquecieron. Sus
principales tratados fueron publicados a plazos cuya regularidad, por lo
menos al principio, fue siempre precaria, ya que los ingresos dependían de
un número suficiente de subscriptores, la. mayor parte de los cuales eran
norteamericanos.

Obras de Spencer

La carrera literaria de Spencer comenzó con una serte de artículos publicados


el año 1842 en The Nonconformist. el primero de los cuales se tituló "The
Proper Sphere of Government" (La esfera propia del gobierno), en el que
exponía la opinión de que la adaptación, del hombre a sus funciones sociales
se produce mejor cuando sus relaciones con la sociedad no son
artificialmente intervenidas. Esta teoría de laissez faire siguió siendo uno de
los motivos constantes de sos escritos sociológicos y políticos. En 1S50
apareció Social Statics (Estética social), su primer libro, en el que ofrece un
anticipo de su teoría sociológica: tanto en los organismos como en la
sociedad, el progreso es el paso de una situación en que partes iguales
desempeñan funciones iguales a otra situación en que partes diferentes
desempeñan funciones diferentes, o sea, el paso de lo uniforme a lo
multiforme. Algunos críticos manifestaron la opinión de que el título del
libro había sido tomado de Comte. Spencer replicó enojado que en el tiempo
en que lo había escrito Comte no era para él más que un nombre y que el
primer título de la obra había sido Demostática.
49
HFRBERT SPENCER 51

En los años que siguieron a la publicación de Estática social, Spencer hizo


algunas de las aportaciones más notables a la teoría biológica de su tiempo,
destacando el hecho de que el desarrollo de un organismo se caracteriza por
el paso de la homogeneidad o uniformidad de estructura a la
heterogeneidad o muid form ¡dad. Como él dice en su autobiografía, a
mediados de 1850 tuvo una inspiración: súbitamente se dio cuenta de que el
paso de la homogeneidad a la heterogeneidad era la ley universal del
progreso, tanto en el orden inorgánico como en el orgánico o e)
superorgánico (social).
Unos años más tarde una nueva inspiración le permitió penetrar en el
fondo causal de esa tendencia: ia inestabilidad de lo homogéneo. Esta ¡dea le
permitió dar un paso decisivo hacia la que él llamó etapa totalmente
deductiva de su investigación, en otras palabras, hacia ía formulación de una
teoría. Esta teoría se fundó desde el principio sobre la ciencia física.
En 1859 publicó Charles Darwin su Origen de las especies, spencer se
asimiló rápidamente los nuevos conceptos darwinianos. Tenían algún
parentesco con sus propias ideas y observó, muy característicamente, que
había sido el primero en descubrirlos, refiriéndose a dos de sus artículos
publicados el año 1852 en h Westminster Revieiv, En uno de ellos había diciio:
"Cierra parte de la especie se hará ligeramente más heterogénea. En ausencia
de cambios sucesivos en las circunstancias, la selección natural actuará
relativamente poco". Éstas son, desde luego, anticipaciones de las ideas de
Darwin. En obras posteriores de Spencer se encuentran expresiones como
"supervivencia, de los más aptos", y afirmaciones como la de que la
conquista de un pueblo por otro ha sido en lo esencial la victoria de lo social
sobre lo antisocial, o del mejor adaptado sobre el peor adaptado.
Hacia L8Ó0 emprendió Spencer una empresa casi sobrehumana: U
redacción de un sistema de filosofía sintética, en el que unificaría todos las
ciencias teóricas de su tiempo. EL primer volumen, titulado Los primeros
principios, apareció en 1862. La parte siguiente, sobre la evolución inorgánica,
fue omitida, ramo relata en su autobiografía, por miedo a no disponer de
tiempo bastante pata acabar las parres restantes y de mayor importancia de
su empresa. Esas partes fueron: Principios de biología (18Ó4-Ó7), Principios de
psicología ( 1870-72),1 Principios de sociología (1876-96), y Principios de ética
(187993)- La publicación de los Principios de sociología /ue precedida de

t E XILIO » originalmente u: 1 S 5 0 j nnini, j tensado* complrumeme par* que


(o:¿D¿5ra pane de la Synthctic PhtioíOpby (Filosofía sintética).
52 LOS INICIADORES

un libro independien ce titulado El estudio de la sociología (1873), el más


legible de los tratados sociológicos de Spencer.
En Los primeros principios Spencer descartó la teología como cien-da de Jo
definitivamente incognoscible, (Esta frase, dicho sea de ¡jasada, satisface
raneo a los hombres religiosos como a los ateos.) El libro erara
primordialmente de fenómenos físicos. No obstante, en esta obra cí sistema
sociológico de Spencer está casi completo, y los Principios de sociología
posteriores son esencialmente la elaboración de ideas publicadas en 1862. Por
esto hay que tratar a Spencer como uno de los primeros sociólogos.
Después de publicados Los primeros principios, brotaron en la menee de
Spencer nuevas ideas relativas a ia conexión entre Ja creciente integración de
ía materia y la disipación concomitante del movimiento, En 18Ó7 estaba
completo su sistema de ideas, que no sufrió después ningún cambio. Sus
nuevas ideas fueron incorporadas a ediciones revisadas de Los primeros
principios y de Estática social.

La teoría evolucionista

La verdadera base del spencerismo es la teoría de la evolución. En Los


primeros principios se formulan tres leyes fundamentales: primera, la ley de ia
persistencia de la fuerza. Jo que significa la existencia y la persistencia de
una causa última que trasciende al conocimiento humano; segunda, la ley de
la indestructibilidad de la materia (éste era uno de los descubrimientos
físicos recienres en aquel tiempo, invalidado en la actualidad); y tercera, la
ley de la continuidad del movimiento, lo que significa que la energía pasa de
una forma a orra, pero perdura siempre. A ellas se añaden cuatro
proposiciones secundarias: la persistencia de la relación entre las fuerzas, o
la uniformidad de la ley; ía Transformación y equivalencia de las fuerzas; la
tendencia de todas las cosas a moverse siguiendo ia linea de menor
resistencia y de mayor atracción; y por último, el principio de la alternación
o ritmo del movimiento. Algunas de estas proposiciones las tomó Spencer de
la física de su tiempo.
Spencer había formulado siete leyes y advirtió que podía expresar
unitariamente su resultado. La tendencia de [a época se dirigía a reducir la
multitud de leyes diferentes a algunas formas generales. Spencer pensó que
el resultado unitario de aquellas siete leyes podia formularse como la ley de
la evolución, que en su opinión era ia ley suprema de todo devenir. La forma
que Spencer dio a esta ley es una definición

V
\
HFRBERT SPENCER 53

muy engorrosa. "La evolución —dice— es una integración de la materia y


una disipación concomitante de movimiento, durante las cuales la materia
pasa de una homogeneidad indefinida e incoherente a una heterogeneidad
definida y coherente, y ei movimiento que subsiste sufre una transformación
paralela."8
La pane importante de esta concepción es la que ya había sido expuesta
en Estática social, a saber. Ja tendencia de lo homogéneo o uniforme a hacerse
heterogéneo o multiforme. ¿Constituía esa tendencia una necesidad? Spencer
creía que sí. Sostenía que lo homogéneo es inestable por sí mismo, y que no
puede permanecer en ese estado a causa de que los efectos diferentes de
fuerzas persistentes sobre partes diversas de lo homogéneo tienen que
producir diferencias que se manifestarán en el desarrollo futuro.
Spencer intentó demostrar su fórmula evolucionista en el orden sintético,
sintético en el sentido de unificar rodas las ciencias. Procuró demostrar que
hay redistribución de materia y de movimiento, la cual produce el paso de lo
uniforme a lo multiforme en todos los mundos del ser, en los cuerpos
celestes, en los organismos y en las sociedades, aunque reconocía que este
proceso se realizaba de modos diferentes. Spencer reforzaba su
argumentación con ejemplos. Las sociedades -—decía— constantemente
ajustan su población a los medios de subsistencia; había leído a Malthus y le
había impresionado mucho su Ensayo sobre la población ( 1798). En general Ta
oferta y la demanda se ajustan la una a la otra. Las instituciones políticas
están en armonía con los deseos del pueblo. Una sociedad de negocios es, en
la práctica, una unión en que la autoridad de uno de los socios es reconocida
tácitamente como superior a la de los demás.
El estudio de los escritos de Spencer suscita inevitablemente ia cuestión de
si creía que la evolución, que es la ley del devenir, se dirigía en verdad hacia
el progreso, de sí la evolución es en realidad la ley de todo devenir. Spencer
negó algunas veces esta interpretación. En la cuarta edición de Los primeros
principios, publicada en 1880, dice: "Se supone erróneamente que la teoría de
la evolución implica una proclividad intrínseca en cada especie hacia una
forma superior. Análogamente, suponen muchos que la transformación que
constituye la evolución implica una tendencia intrínseca a experimentar los
cambios que expresa Ta fórmula de la evolución"Pero —dice— el avance de
la evolución no es fatal, depende de ciertas condiciones. La frc-

t Tomado de la edición n inglés de Loi primera principia, p. 407. t P . 4 G L.


54 LOS INICIADORES

cuente presencia del proceso de disolución, opuesto a la evolución, el ,


movimiento de lo multiforme hacía lo uniforme, revelan que, cuando no se
dan fas condiciones esenciales, tiene lugar con igual facilidad d proceso
contrario. El progreso de un organismo social hacía estructuras mas
heterogéneas y más definidas se prosigue sólo mientras siguen operando ks
acciones que producen esos efectos. A base de estas afirmaciones, podría estar
justificado concluir que a Spencer no se le puede culpar de sostener la
presencia incesante de la evolución ni de que ésta lleve siempre al progreso.
Pero veamos algunas otras de sus afirmaciones.
En El estudio de la sociología dice Spencer: "La evolución no modificará su
dirección general más en esta que en otras cosas; seguirá los mismos
lincamientos que hasta ahora".1 En otro lugar dice: "Las semillas de la
civilización existentes en el hombre originario y distribuidas sobre k tierra era
seguro que encontrarían en el transcurso de tiempo acá y allá circunstancias
favorables a su desarrollo".* En otras palabras, creía entonces que el hombre
estaba por su naturaleza predestinado al progreso.
Estas contradicciones (que revela claramente la comparación de las ideas de
Los primeros principios en sus últimas ediciones con las de / * estadio de la
sociología y de la Estática social) quizás puedan concillarse. En principio, pueden
darse condiciones que dirijan el proceso del cambio hacia la disolución,
opuesta a la evolución (de lo multiforme a lo uniforme), mas de hecho han
prevalecido condiciones que han dirigido el proceso hacia el progreso. Pero la
obra sociológica de Spencer está dominada por Ja idea de que a través de rodos
los tiempos ha habido realmente evolución social, y que esta evolución se ha
movido ineesan temen te de lo uniforme a lo multiforme, es decir, hacia formas
cada vez más progresivas. Parece indudable que Spencer fue un apóstol de ¡a
evolución unilíneal hacia el progreso,

LJ ciencia de la sociología

Como Comte, cuyas obras leyó en sus últimos años y criticó severamente,
Spencer admitía La posibilidad de una ciencia de La sociología, palabra ésta
que reconocía de mala gana haber tomado del maestro francés. ¿Por qué es
posible una ciencia de la sociedad? En la sociedad

t Tomillo de Ii edición ta ingi» d e Eifásitú social, ediciáa revínd*, p. 233.


HERBERT SPENCER 55

-—dice Spencer— hay orden de coexistencia y de progreso. Si hay orden, los


fenómenos correspondientes pueden constituir el asunto de una ciencia que,
como él dice, puede ajustarse a la forma deductiva, en otras palabras, puede
ser una ciencia teórica. Pero —añadía— la materia de la sociología es muy
peculiar. Siendo úníco el proceso social, la sociología es una ciencia que debe
explicar el estado presente de la humanidad atendiendo a las fases iniciales
de la evolución y aplicándoles las leyes de la evolución,,Esperaba explicar el
presente conocido por medio del pasado desconocido y conjetural. Esta
actitud procedía de la opinión general de Spencer según la cual la evolución
era la ley suprema de todo devenir.
Es interesante que, aunque Spencer escribió varios tratados de sociología
-—Estática social, El estudio de la sociología y Principios de sociología— y que
gran parte de IJJS primero* principios es una introducción a la sociología,
nunca hizo una definición formal de esa disciplina. Para él, Ja sociología era
la ciencia de los fenómenos super-orgánicos, o más exactamente, de la
evolución superorgánica.
El concepto que Spencer tenia de lo superorgánico (palabra que todavía
emplean algunos escritores) es que ha habido continuidad en la evolución:
primero, evolución en el mundo inorgánico de la materia sin vida, después
evolución en el mundo orgánico o viviente, y por último evolución en las
combinaciones de organismos vivientes en sociedades. Evolución
superorgánica es una expresión hermosa, pero sólo tiene sentido si denota
una clara concepción de la naturaleza de la sociedad, cuestión que,
infortunadamente, nunca aclaró Spencer.
Tampoco definió Spencer exactamente las relaciones entre la sociología y
las demás ciencias. Creía que la sociología haría uso de las generalizaciones
de Jas ciencias particulares, como la economía, la ciencia política y la
etnología. Sostuvo también que la sociología difiere de la historia. La.
historia es el relato de acontecimientos sobrevenidos en las vidas de las
sociedades; la sociología estudia ía evolución de éstas. En alguna ocasión
observó Spencer que la sociología, tal como ordinariamente se la concibe,
trata exclusivamente de los fenómenos resultantes de las cooperaciones de
los ciudadanos. No pretendía él que estas observaciones fuesen una
definición formal de la sociología, ni se aplican a las voluminosas obras
sociológicas del mismo Spencer.
¿Qué método deben emplear los sociólogos? A esta pregunta respondía
Spencer: "Debemos aprender, por inspección, las relaciones de coexistencia
y sucesión en que los fenómenos sociales están unos con
56 LOS INICIADORES

otros. Comparando sociedades de diferentes tipos y sociedades en diferentes


fases, debemos averiguar qué rasgos de tamaño, estructura, funciones,
aparecen asociados entre sí".6 Pero este principio no guió sus propios
procedimientos. Como material usó principalmente ejemplos tomados de la
etnología, basándose en ia hipótesis de que el hombre primitivo muestra
etapas atrasadas de evolución. Con la observación de los contemporáneos
atrasados suponía que podía reconstruirse ía serie de transformaciones que
habían producido la sociedad avanzada de hoy. La. importancia que Spencer
concedía a la etnología se maní-fiesta en el hecho de que la primera mitad
del primer volumen de los Principios de sociología se titula "Datos de
etnología", y está casi íntegramente consagrada a una reconstrucción
conjetural de Ja vida física, afectiva, intelectual y, especialmente, religiosa del
hombre primitivo.
De hecho, Spencer seleccionó materiales de las culturas más diversas,
ampliamente separadas entre sí en el tiempo y en el espacio. Tomó datos de
acá y de allá y Tos unió de suerte que sirvieran de apoyo a su hipótesis
evolucionista; los materiales combinados de modo tan arbitrario los usó para
confirmar su hipótesis. Tal procedimiento, naturalmente, no guarda la
menor armonía con las reglas de la lógica y los principios del método
científico.

La analogía orgánica

La base de la teoría sociológica de Spencer es la teoría de k evolución. Sin


embargo, formuló una teoría secundaría que representó también un papel
importante en su sistema de ideas: k analogía orgánica, es decir, k
identificación, para cierros fines, de la sociedad con un organismo biológico.
Spencer sosruvo explícitamente en k edición revisada de Estática social que el
reconocimiento del paralelismo entre las generalizaciones relativas a los
organismos y Jas relativas a las sociedades era el primer paso hacia k teoría
general de la evolución.
Spencer formuló la analogía orgánica en los siguientes términos: 'Tan por
completo está la sociedad organizada según el mismo sistema de un ser
individual, que podemos percibir algo más que analogías entre ellos; k
misma definición de k vida es aplicable a ambos. Unicamente cuando se
advierte que las transformaciones experimentadas durante el crecimiento, k
madurez y k decadencia de una sociedad se conforman a los mismos
principios que ks transformaciones
E Tomada de la 3a edición ra inglés de Principioi dt sociologié, voL 1, p. 442.
HERBERT SPENCER 57

experimentadas por agregados de rodos los órdenes, inorgánicos y


orgánicos, se ha Llegado al concepto de ia sociología como ciencia". Más
específicamente, observó diversas analogías entre los organismos biológicos
y sociales:
Primero: tanto la sociedad como los organismos se diferencian de la
materia inorgánica por un crecimiento visible durante la mayor parre de su
existencia. Un niño crece hasta llegar a ser hombre, una pequeña comunidad
se convierte en una gran ciudad, un pequeño Estado se convierte en un
imperio.
Segundo: así como las sociedades y los organismos crecen de tamaño, asi
también aumentan en complejidad y estructura. Aquí tenía presente Spencer
no tanto la comparación del desarrollo de una sociedad con el crecimiento de
un organismo individual como la afinidad del desarrollo social con la
supuesta sucesión evolutiva de la vida-orgánica. Los organismos primitivos
soji simples, mientras que ios organismos superiores son muy
complejos-Tercero: en las sociedades y en los organismos la diferenciación
progresiva de estructura va acompañada de una diferenciación progresiva
de funciones- Esto es poco más que una tautología: si hay un organismo con
órganos complejos, cada órgano desempeña una función específica; si hay
una sociedad gubdividida en muchas organizaciones diferentes, éstas tienen
funciones diferentes.
Cuarto: la evolución crea para Jas sociedades y para los organismos
diferencias de estructura y de función que se hacen posibles unas a otras.
Quinto: así como un organismo vivo puede ser considerado como una
nación de unidades que viven individualmente, así una nación de seres
humanos puede ser considerada como un organismo, Spencer siguió esta
linea peculiar de razonamiento hasta llegar a una nueva analogía: En los
organismos y en la sociedad puede ser destruida la vida del agregado o
conjunto, pero las unidades seguirán viviendo durante algún tiempo por lo
menos.
Spencer era un individualista, rasgo difícil de conciliar con el
orga-nicismo, y admitía diferencias importantes entre las sociedades y los
organismos. La primera de ellas es que en un organismo las partes forman
un todo concreto, y en una sociedad las partes son libres y están más o
menos dispersas. La segunda es que en un organismo la conciencia se
concentra en una pequeña parte del agregado, y en una sociedad está
difundida por todos ios miembros individuales. Y la tercera es que en un
organismo las partes existen para beneficio del
HERRERT SPENCER 58

rodo, y en una sociedad el codo existe meramente para beneficio del


individuo. (He ahí un ejemplo importante del individualismo de Spencer.)
A pesar de este complicado esfuerzo para establecer las analogías y las
diferencias entre la vida orgánica y la social, y no obstante el empleo de ]a
analogía orgánica como tema central de la segunda parte de sus Principios de
sociología, Spencer negaba que sustentara esm teoría. Contestando a los
críticos, hacía afirmaciones como la siguiente: "He usado Jas analogías, pero
sólo como un andamio que me ayudara a construir un cuerpo coherente de
inducción '.¡alógica. Quitemos el andamiaje: las inducciones se sostendrán
por sí misi mas".7 Pero, desgraciadamente, usó de manera consecuente y
notoria la terminología del organicismo. Por lo demás, un capitulo de los
Principios de sociología se titula "La sociedad es un organismo".
Desde luego que no fue Spencer el creador de la analogía orgánica. La
emplearon algunos filósofos antiguos, y con frecuencia estuvo también
representada en Ja filosofía y en la ciencia política alemanas, especialmente
durante ia primera mitad del siglo xix. Pero Spencer fue el primero en dar a
esa analogía ti valor de una teoría científica, y en definitiva fue prisionero
del mismo fantasma a quien había invocado. Comprendía que realmente La
sociedad no es un organismo, puesto que había diferencias esenciales entre
ambas cosas, y sin embargo persistió en la tesis analógica. Decía que la
analogía era un mero andamiaje, pero al construir su teoría procedió como si
el andamiaje fuera la verdadera construcción.
Hoy se ha aclarado lu fuente de donde dimanaron las dificultades de
Spencer, y la sociología se ha abierto camino lejos de las falacias que acosan
a la mente humana en el uso de la analogía orgánica. La sociología aecual
sostiene que Ja sociedad es un sistema, y enriende que un organismo también
es un sistema. Este concepto de sistema es uno de los conceptos claves
usados en Ja ciencia. Se habla de sistema en relación con muchas y muy
diferentes cosas: el sistema este» lar, del cual forma parte d Sol, el sistema
solar, del que forman parte la madre Tierra y los demás planetas. El átomo
es un sistema formado por el núcleo y los electrones. Y hay sistemas de
ideas: el sistema filosófico de Platón, el sistema jurídico romano, el sistema
de la física newtoniana. La palabra sistema designa todo lo que puede
concebirse como un todo, formado por partes ínterdependientes y
semi-autónomas. Esto es exacto de La sociedad y del organismo en cuanto
T tbid,, *oL. \. i. 592-93- */
HERBERT SPENCER 59

una y otro son todos, formados por partes interdependientes, cada tina de las
cuales es semi-autónoma, que poseen determinado ser y evolucionan por sí
mismas, y en este aspecto la analogía es válida. Pero es impropio transferir,
sin pruebas empíricas, una proposición biológica a la sociología porque el
organismo y la sociedad sean sistemas, como tampoco puede ía sociología
tomar una proposición de la física subatómica a base de esa analogía
sistemática. La cuestión del sistema social ba sido planteada en sociología del
modo más sugestivo por el sociólogo italiano Parero, cuyas opiniones se
estudian en el capitulo 13. IM \ / W
La sociedad y Us ¡ases de la evolución

La preocupación de Spencer con la teoría evolucionista y la analogía


orgánica representó un papel importante al impedirle responder sa-
tisfactoriamente a la pregunta fund amen ral: ¿Qué es ia sociedad? Quizás
hubo un motivo más para este olvido dd problema relativo a la naturaleza de
ía sociedad. Spencer era un individualista extremado. De acuerdo con esa
actitud, postulaba que las características de las partes componentes, los
individuos, determinaban por completo ks características del rodo, opinión
que desarrolló explícitamente en Estática social y en El estadio de la sociología.
Pero también aquí se desvió de esa actitud y apareció k inconsecuencia una
vez más. En el primer volumen de los Principios de sociología, por ejemplo, ad-
vierte Spencer de un modo totalmente incidental que en el organismo social
aparece una vida del rodo completamente distinta de las vidas ¿G ks
unidades, aunque es una vida producida por éstas.
Si no tuvo nada definido que decir acerca de k naturaleza de k sociedad.
Spencer expresó, no obstante, opiniones muy definidas acerca del avance de
la evolución social. Sobre esta materia la obra de Spencer contiene dos líneas
de razonamiento, una de los cuales se relaciona lógicamente con su concepto
fundamental de k evolución de un modo más efectivo que el otro. La
primera línea de razonamiento desarrolla k tesis de que el hecho principal
de la evolución es el paso desde las sociedades simples hasta los diversos
niveles de las sociedades compuestas. Las sociedades compuestas nacen por
k agregación de algunas sociedades simples; mediante nuevas agregaciones
de sociedades compuestas, nacen sociedades doblemente compuestas; por la
agregación de sociedades doblemente compuestas nacen, sociedades
triplemente compuestas, i Una sociedad simple está formada por familias, y
una sociedad compuesta lo está por familias unidas en
60 LOS INICIADORES

danés, una sociedad doblemente compuesta por clanes unidos en tribus, y ks


sociedades triplemente compuestas, como la nuestra, son aquellas en que las
tribus se han unido para formar naciones o Esta-dos.|AJ aumentar el
tamaño, aumenta k estrucrura, así como ks diferencias de poder y de
ocupación de los individuos. Simultáneamente, se diferencian ks funciones.
Éstos son los principales lincamientos del sistema evolucionista de Spencer,
cal como lo presentó en Los primeros principios y después en los Principios de
sociología.
La segunda línea de razonamiento desarrolla la tesis de que también ha
tenido lugar un tipo de evolución un tanto diferente, a saber, de la sociedad
militar a la sociedad industrial (Comte habia presentado con anterioridad
una tesis análoga). Estos dos tipos se distinguen sobre k base del predominio
de k cooperación obligatoria en la sociedad militar y de la cooperación
voluntaria en el tipo industrial.
Merece señalarse en esre respecto que Frankfin H. Giddings, sociólogo
norteamericano de fines del siglo X J X y comienzos del X X (véanse capítulos
6 y 1 1) que fue en gran medida discípulo de Spencer, aunque pertenecía a
otra secta det culto evolucionista, debe ser señalado como responsable de la
general incomprensión del evolucionismo spenceriano. En una exposición de
las ideas de Spencer, Giddings olvidó k línea principal del pensamiento del
maestra y se dedicó exclusivamente a k transición de k sociedad militar a k
sociedad industrial. Presentó el escrito a Spencer, que tenía entonces 80 años
de edad, y habiendo recibido k aprobación de éste, Giddings lo publicó en
una de sus obras haciendo referencia a k carta de Spencer. En consecuencia,
Ja exposición de Giddings se aceptó como oficial en muchas exposiciones de
la teoría evolucionista de Spencer.
De vez en cuando dijo Spencer que ks sociedades no necesitaban pasar
inevitablemente por etapas idénticas de evolución ni hacerse exactamente
iguales unas a otras, como creían los vulgarizadores de sus ideas. Sostenía él
que había diferencias entre las sociedades individuales debidas a
perturbaciones que alteraran la línea recta de k evolución. Los Principios de
sociología citan cinco perturbaciones posibles: primera, una diferencia
originaría de aptitudes entre las razas; segunda, el efecto debido al influjo de
la etapa inmediatamente anterior de la evolución; tercera, peculiaridades de
costumbres; cuarta, la situación de una sociedad dada en el marco de una
comunidad más amplia de sociedades (por ejemplo, el que una sociedad esté
rodeada de naciones amigas o enemigas); y quinta, k influencia de k mezck
de razas. En relación con este último punto, debe adver
HERBERT SPENCER 61

tírse que la antropología que pudo conocer Spencer todavía no había


señalado la relativa importancia de la mezcla de razas y la importancia
fundamenta! de los contactos culturales en la teoría de loa cambios sociales-
Hecha esta corrección necesaria, es exacta la idea de Spencer acerca de la
mezcla de razas.

El principio de no intervención

Aunque el tratamiento que Spencer dio a la sociología fue primordial-mente


teórico, la disciplina en que él pensaba debía servir también para suministrar
principios de política social. Se recordará que Cornte destinaba la sociología
a servir de guia a los hombres para organizar una sociedad mejor: Spencer,
por el contrarío, quería que la sociología demostrase que los hombres no
deben intervenir en el proceso natural que se opera en una sociedad- Creía
en la existencia de un instinto innato de libertad y que toda interferencia en
ese instinto producía reacciones perjudiciales. Cteía, también, que la
naturaleza estaba dotada de una tendencia providencial a librarse de los
ineptos y acoger a los mejores- ¿Quiénes son Jos mejores? Spencer dice que
no son los superiores moralmente, sino primordial mente los más sanos y
más inteligentes. El que malgasta la vida por estupidez, vicio u holganza, es
de la misma clase que las víctimas de enfermedades o de deformidades de
los miembros. En realidad, los enfermos y los lisiados no debieran ser
protegidos.
La teoría del progreso revelada por el estudio de la sociología —añade
Spencer— modera mucho las esperanzas y los remores de los partidos
extremistas. En la medida en que una doctrina puede influir en k conducta
general, k doctrina de k evolución está calculada para producir un efecto
calmante sobre el pensamiento y sobre k acción. Los hombres del tipo
superior pueden ver lo poco que puedo hacerse y, sin embargo, creerlo
digno de ser hecho. Insistía en que uno debe combinar k energía filantrópica
con k calma filosófica.
Para Spencer, k sociedad era una compañía por acciones para k mutua
protección de los individuos. Especificaba ks actividades que debían
prohibírsele al Estado, enere ellas la educación, Jas medidas sanitarias, k
reglamentación y acuñación de moneda, el servicio de correos, k
construcción de faros, k mejora de Jos puerros. Cuando el gobierno
intervenía en uno de esos campos, escribía al director de un periódico (sus
carras se publicaban a causa de su fama) denun
HEPRERT SPENCER 62

ciando ía estupidez de un gobierno que interfería en la evolución natural.


Creía que la naturaleza es más inteligente que el hombre: la naturaleza sabe
adónde va y prepara un futuro mejor para la humanidad.
En opinión de Spencer aún no había llegado la etapa final de la evolución,
aunque en gran parte su teoría era una especie de csca-tología victoriana que
consideraba que c\ summum era el tipo Victoriano de la sociedad del
/ . . ■ ■ ■ - ¡aire. Pensaba, sin embargo, que habría todavía más progreso, y
que con el desaparecería el pequeño residuo de coacción que aún existía.
Parecía creer que la etapa final de (a evolución sería una especie de
anarquismo. Pero, en 1 S8d publicó un artículo en el que admiría que,
aunque esta concepción se adelantaba mucho a su tiempo, quizá la utilizaran
los futuros sociólogos.

Jaicio retrospectivo de Spencer

¿Cuáles eran las soluciones que Spencer daba a los problemas funda-
mentales de la teoría sociológica que formulamos en el primer capítulo?
Para Spencer, la sociedad es un superorganísmo nacido de la combinación
de organismos individuales. Como podía esj>erarse, está ausente de sus
escritos la moderna concepción de la cultura como sistema de modos de
pensar y de obrar relacionados entre sí. Pero este concepto actual de la
cultura le hubiera llevado a ver las insuficiencias de su método. Uno de los
corolarios más importantes de ese concepto es que cada sector cultural debe
ser considerado en su contexto, que no puede ser entendido aisladamente.
En contraste con este principio, Spencer aislaba persistentemente los sectores
culturales de sus contextos y los encajaba en sus parrones preconcebidos.
El problema de la relación entre el hombre y la sociedad lo resolvió
Spencer de acuerdo con un individualismo extremado: el individuo es )o
fundamental, la sociedad no debe incerferirse en la vida de los hombres, el
individuo tiene que actuar y, al actuar, hará lo mejor para él y para la
sociedad.
Spencer no fue un sociólogo monista. No aisla uno solo de los factores
que impulsan a la sociedad hacia adelante a través de las diferentes etapas
de su evolución. El proceso evolutivo toral era para Spencer la fuerza
primera, el motivo impulsor que lo explica todo, fuerza incognoscible e
impersonal, que determina todo el devenir en todas las esferas del ser. Pero
sus ideas relativas a las perturbaciones de la evolución, ideas que no
desarrolló extensamente, muestran que
63 LOS INICIADORES

se indinaba a creer que no había un solo factor determinante de los cambios


sociales.
£1 método de investigar la sociedad y sus cambios que Spencer decía
emplear era en parte comparativo, en. parce funcional. El investigador que
lo usa primero compara las sociedades; después se explican, en relación con
su significado para el conjunto de la evolución, los aspectos individuales
sacados a luz por el estudio comparativo. Pero, en realidad, Spencer
procedía por deducción. Empezaba con un esquema evolutivo ai cual había
llegado deductivamente; de ese esquema derivaba la necesidad de ciertas
fases, y después prestaba carne y sangre a esas fases abstractas por el
método del ejemplo, tomando de acá y de allá los que parecían ajustarse a su
sistema.
Spencer presenta sus tipos principales de sociedad —simple, compuesta,
doblemente compuesta y triplemente compuesta— con subdivisiones
relativas a las formas de jefatura, por una parte, y relativas a los tipos de
vida nómada, sem i-sede otaria y sedentaria, por la otra. Después de haber
localizado diversas sociedades de que tuvo conocimiento mediante lecturas,
probablemente averiguaría sí las sociedades doblemente compuestas,
pongamos por caso, presentaban analogías en política, religión, derecho,
artes, y así sucesivamente. Pero es segura que no habría tenido resultados
positivos porque, como se ve en su clasificación, el mismo tipo de sociedad,
el tipo doblemente compuesto, por ejemplo, puede carecer de jefatura, tener
una jefatura inestable, o tener la jefatura más estable, lo que significa las
mayores diferencias posibles en su política. Los pueblos pueden ser
nómadas, sera ¡-sedentarios o sedentarios, lo que significa también una gran
diversidad de organizaciones económicas.
Spencer habría comprobado que sociedades que están en la misma etapa
de evolución no poseen necesariamente, de acuerdo con el principio de la
diferenciación de la estructura social, analogías en política, religión, moral,
arte, y otras manifestaciones culturales, y que, poc el contrario, se
encuentran tipos análogos de gobierno y de religión en tipos de sociedad
estructuraImente rdifcrente& Pero Spencer no consideró esencial la prueba
empírica para el procedimiento científico.
La teoría de Spencer, al contrario de la de Comte, no es teoría sociológica
tal como hoy se entiende ésta. Comte había formulado una teoría
fundamental que explicaba el segmento social de La realidad, y procuraba
describir y explicar los hechos sociales de acuerdo con aquella teoría
limitada. Pero Spencer tuvo mayores ambiciones. Formuló una teoría
integral de toda la realidad. Su ley de la evolu
BERBERI SPENCER 64

cíón es una ley cósmica. Su teoría, en consecuencia, es esencialmente


filosófica, no sociológica, y, estrictamente hablando, son los filósofos quienes
deben decidir acerca de su validez. Debe advertirse, sin embargo, que la
filosofía de Spencer era fundamentalmente una sublimación de la física de su
tiempo, la cual se hallaba en una fase de transición. Los físicos actuales han
rechazado muchas de las opiniones del siglo X J X . Como la teoría de Spencer
se basaba en esas opiniones, es comprensible que gran parte de su sistema
tenga que ser dejado Q un lado. Éste es siempre el peligro, cuando se formula
un sistema de ciencia empírica sobre la base de una teoría filosófica, y ía
teoría filosófica misma hunde sus raíces en conclusiones empíricas provi-
sionales a que llegaron ios hombres en determinada época.
No obstante, a diferencia de las de Comte, las opiniones de Spencer
tuvieron enorme aceptación en su tiempo. Dominaron las inteligencias de
muchos profesores y de otra gente de 1865 a 1895. Durante tres décadas fue
casi imposible que un intelectual declarara no haber leído a Spencer. Tuvo
adversarios, sin duda; peto todo el mundo lo tenía en cuenta. Así ocurrió
especialmente en Inglaterra, en los Estados Unidos y, de un modo peculiar,
en Rusia. Su influencia se hizo sentir menos en Francia y Alemania.
La atracción de Spencer fue poderosa, porque sus teorías respondían a dos
necesidades de la época; una, el deseo de unificar los conocimientos (esto lo
reconoció el mismo Spencer en su autobiografía); otra, la necesidad de
justificar científicamente el principio del laissez faite, nota dominante en el
clima ideológico de aquel tiempo en Inglaterra y en los Estados Unidos. En
Rusia atraía la teoría porque concedía importancia a la libertad, y en aquellos
días Rusia luchaba por conquistarla.
Spencer alcanzó la cima de su popularidad en 1882, cuando visitó los
Estados Unidos. Se le recibió con gran entusiasmo y muchas veces los
grandes capitanes de la industria lo proclamaron el hombre más gtande de
la época porque justificaba sus actividades. Después de aquel viaje triunfal,
su popularidad declinó constantemente. Nuevas ideas aparecieron en el
horizonte. Se empezaba a pensar que la sociedad debía ejercer algún control
racional y político. Además, la filosofía pragmática iba ganando ascendiente
y no tardó en reemplazar a la un tamo Ingenua filosofía naturalista de
Spencer. En su ancianidad Spencer se dio cuenta de que las corrientes de los
tiempos ibaa contra sus enseñanzas. Murió triste, según se dijo, a! advertir
que la obra de su vida no había alcanzado la meta que se había propuesto.
CAPÍTULO 4

OTROS INICIADORES

En la misma época en que los padres fundadores de 3a sociología esponjan


sus opiniones, muchos sabios y filósofos de la sociedad formulaban teorías
de las cuales se reconoce hoy que contribuyeron también a impulsar hacia
adelante ia investigación sociológica en diferentes direcciones. Los autores
no se llamaban a sí mismos sociólogos, pero sin conocer sus aportaciones
sería imposible un conocimiento adecuado del desarrollo de Ta teoría
sociológica.
Aunque las aportaciones de los autores que presentamos en este capiculo
casi no tienen relaciones enere sí, sus teorías pueden clasificarse en tres
grupos: las de Quételet y Le Play aportaron progresos importantes en los
métodos de investigación; las de Marx, Morgan, Gobineau y Buckle son
ejemplos notables de teorías monísticas, esto es, de teorías que explican el
devenir social por el desenvolvimiento de UJI factor particular; la teoría de
Danilevsky puede interpretarse como una primera alternativa del
evolucionismo.

Quételet: El enfoque estadístico

Adolphe Quételet (179Ó-I874), estadístico belga, fue un joven muy precoz. A


los diecisiete años enseñaba matemáticas en una escuela particular; a Jos
diecinueve fue profesor de la misma disciplina en la Universidad de Gante;
a los veintiuno fue nombrado profesor del Ateneo de Bruselas. Su primer
interés por la literatura y la poesía pasó gradualmente de Jas matemáticas y
sus aplicaciones a los fenómenos sociales, bajo la influencia del famoso
astrónomo Laplace, que inició a Quételet en la teoría entonces nueva de las
probabilidades. En un ensayo publicado en 1S29 y después en su obra
principal, titulada Sobre el hombre y el desarrollo de las facultades humanas:
Ensayo sobre física social (1835 ), Quételet subrayó la regularidad en el campo
de los acontecimientos sociales, especialmente en fenómenos en que se creía
por lo tomón que se reflejaba el libre albedrío.
Sobre la base de numerosos cálculos hechos por él mismo y por otros,
tales como ía medida de la estatura de los soldados de un regimiento,
Quételet llegó a la conclusión de que, en los fenómenos sociales, por lo
general prevalece una curva de distribución. En otras palabras, son mucho
más frecuentes los casos que se acercan al término
S4 - i'M
66 LOS INICIADORES

medio que ios casos que se apartan de ti considerablemente. De aquí el


concepto del hombre medio, que ocupa un lugar central en su teoría. Pero
Quételet confundió erróneamente el promedio con lo deseable. No rtivo en
cuenta el hecho de que promedios iguales pueden derivarse de dos o más
situaciones totalmente diferentes, lo cual depende de diferencias en la
distribución. Así, por ejemplo, dos sociedades pueden tener el mismo
ingreso medio per capita, pero en una situación la mayor parte de la gente
puede tener ingresos próximos al promedio, mientras que en la otra un gran
número de individuos con ingresos bajos sería contrapesado por una
minoría con ingresos muy altos.
A pesar de estos defectos, la aportación de Quételet a las ciencias sociales,
incluida la sociología, fue de gran importancia. Él fue el primero en revelar
la posibilidad de usar 3a estadística como instrumento para conocer los
fenómenos sociales. En una de sus obras expuso la opinión de que podemos
juzgar de la perfección de una ciencia por la facilidad con que se Te puede
aplicar el cálculo, afirmación que se ha convertido en leitmotiv del
neopositivismo actual (véase capitulo 15).
Quételet, a diferencia de ciertos sabios de su tiempo, fue persona de
considerable prestigio. Era miembro honorario de muchas academias
científicas y la familia real lo nombeó preceptor de los principes. Pera
durante mucho tiempo los sociólogos ignoraron o despreciaron sus
opiniones, como si abrigasen la indignación que los esfuerzos de Quételet
habían provocado en Comte (véase capítulo 2). Hasta fines del siglo XIX no
empezó la sociología a emplear el mérodo estadístico, y hasta el siglo xx no
apareció el neopositivísmo orientado cuantitativamente.

Le Play: Primeros estudios de casos particulares

Como Comte, Frédéric Le Play (1S06-S2) fue impresionado por la


desorganización social de su tiempo, consecuencia, según creían, de la
Revolución francesa. Los dos sabios se plantearon el problema de cómo
unificar o cómo restablecer el orden social. Y los dos buscaron soluciones
basadas en el conocimiento empírico.
1/s Play nació en Honfleur, pequeña aldea marítima francesa. Su padre
murió cuando él tenía cinco años, y su madre, mujer de carácter fuerte y de
profundas convicciones religiosas, se hizo cargo de la familia. El joven Le
Play estudió en el Colegio del Havre; en 1825 ingresó en la Escuda
Politécnica y en 1827 en la Escuela de Minas.
OTROS INICIADORES 67

Allí se encontró con profesores que despreciaban Tas costumbres nacionales


y creían que el desarrollo intelectual era el fin supremo de la civilización.
Estas ¡deas repugnaron a Le Play y sirvieron, según parece, para fortalecer
su interés por las costumbres y los valores tradicionales. Mientras se reponía
de una grave lesión sufrida en 1830, sobrevino en Francia otra revolución. Le
Play se prometió consagrar el resto de su vida a restablecer la paz social en
su patria.
En 1833, a petición del gobierno español, Le Play hizo una exploración
geológica de una provincia de España. La publicación de sus observaciones
le dieron oportunidad de hacer expediciones similares a Alemania, donde ya
había estado en años anteriores, Bélgica, Inglaterra y Rusia. En 1S40 fue
nombrado profesor de la Escuela de Minas. En 1855 ya había terminado y
publicado su magna obra en seis volúmenes titulada Los trabajadores europeos,
obra que no sólo le granjeó fama inmediata, sino que le permitió también
dedicar el resto de su vida al estudio de la sociedad. A instancias del
emperador Napoleón III escribió los tres tomos de La reforma social en Francia
(1864), y después terminó la Organización de la familia ( 3S7I) y la Organización
del trabajo (1872). Poco antes de morir preparó un volumen titulado
Constitución esencial de la humanidad (1881),
Aunque la primera preparación de Le Play fue primordial mente en
matemáticas e ingeniería, estudió diligentemente las obras de Rousseau y de
Comte, ya cosa aun más importante, fue un agudo observador del pueblo y
de sus ideas. En sus escritos insistió especialmente en las clases trabajadoras
(denominación que él inventó) y sobre las autoridades sociales (los jefes
locales, pero también los de carácter religioso y político). Tendía a una sólida
reconstrucción de las ideas en general y a la conservación de las costumbres.
El principal método de estudio de Le Play era la observación minuciosa
de los fenómenos sociales según un esquema unitario. Este esquema quedó
terminado, en lo esencial, en 1333- El método comprendía lo que se llama
hoy método de estudio de casos particulares, y ésta es una de las principales
aportaciones de Le Play a la ciencia social. Coincidiendo con Comte en que la
familia es la unidad social básica, utilizó el presupuesto familiar como
expresión cuantitativa de Ja vida de familia y como base para el análisis
cuantitativo de los hechos sociales. Una de las funciones primordiales de la
familia es ia de conseguir medios de subsistencia para sus individuos
mediante el trabajo, y sostenía que el modo de conseguirlos dependía del
lugar, es decir, de las condiciones geográficas. De ahí la fundamental irnpor
68 LOS INICIADORES

tunda que Le Play concedía a la tríada lugar-traba jo-familia como muro del
estudio sociológico.
Cuando se proponía estudiar una familia. Le Play, con ayuda de [as
autoridades sociales, buscaba una cuyo habitat y situación la acercasen a la
familia media de ia localidad; a veces no conocía el lenguaje local; pero,
viviendo con ía familia, conseguía un conocimiento fundamental de su modo
de vivir. De esta suerte inauguró Le Play una técnica de investigación social
llamada hoy observación de participante. Le Play sabía muy bien que la
observación sistemática no es más que el primer paso de la investigación
científica. Comprendía que ¡as verdaderas ciencias sociales deben usar no
sólo un método, sino también la inteligencia.
A base de sus numerosas y minuciosas observaciones, Le Piay formuló
una concepción de la prosperidad y del sufrimiento que contiene los
comienzos por lo menos de una teoría general de la estructura BOCÍa]. "En
todas partes —dice— la felicidad consiste en la satisfacción de las dos
necesidades principales que impone la naturaleza humana: el alimento
diario (cosas materiales) y las costumbres esenciales (cosas inmateriales)."
Cuando la estructura social existente satisface esas dos necesidades, la
especie (empicaba esta palabra para decir sociedad, o quizás grupo étnico)
prospera; cuando no lo hace, sufre. Las estructuras sociales que producen la
prosperidad y evitan el sufrimiento se componían, según él, de siete
elementos agrupados en tres clases: primera, ios dos fundamentales de la ley
moral universal y de la autoridad de los padres; segunda, los dos
aglutinantes de la religión y el gobierno; y tercera, los tres elementos
materiales de la propiedad comunal, de la propiedad individual y del
patronazgo. De las dos primeras clases procederían las costumbres
esenciales; de la tercera, el alimento diario del individuo.
Le Play no creía en la evolución, y menos aun en el progreso. Tenía de Jos
cambios sociales una opinión esencialmente cíclica: sencillez, complicación,
corrupción, y finalmente reforma o ruina: esto constituye el círculo vicioso
del cual no han podido salir hasta hoy los pueblos no civilizados. Le
interesaba de maneta especial la fase de declinación de los cambios, de la
prosperidad al sufrimiento. Otaba varias razones para la decadencia de la
sociedad de su tiempo: el espíritu revolucionario y su desprecio por las
costumbres nacionales; el crecimiento incesante de la burocracia; la
influencia anormal de los literati; Ja corrupción del lenguaje, y en especial de
palabras como libertad, igualdad, democracia; la creencia de que la
prosperidad de
OI'ROS INICIADORES 69

pende de una forma particular de gobierno. Como aportaciones al desarrollo


de la sociología; Jas conclusiones de Le Play relativas a esas materias, aunque
con frecuencia penetrantes y sugestivas, no pueden compararse con sus útiles
métodos de investigación.

Marx: Detcrminismo económico

Karl Marx (1818-83) es famoso, sobre todo, desde luego, como primer jefe del
movimiento obrero revolucionario que ahora está dividido en las dos ramas
de socialismo y comunismo. Aunque gran parte de los escritos de Marx están
dedicados a la propaganda de dicho movimiento, algunas de sus doctrinas
fueron sociológicas, en el sentido moderno de la palabra.
La filosofía de Marx era materialista, y el materialismo forma la base de su
sociología. Según Marx, no hay más que materia, y la conciencia es un
epifenómeno, una manifestación del movimiento de las células cerebrales.
Esta opinión refleja la influencia que ejerció Lud-wig Feucrbach (1804-72),
filósofo del ala izquierda hegeliana, sobre Marx. Como teoría sociológica, el
marxismo puede reducirse a dos postulados fundamentales y algunos
corolarios, f El primer postulado es el del determmismo económico, es decir,
la opinión de que el factor económico es el determinante fundamental de k
estructura y el desarrollo de la sociedad. Este factor, constituido
esencialmente por los medios tecnológicos de producción, determina la
organización social de la producción, es decir, las relaciones en que entran los
individuos para producir bienes con más eficacia de lo que pueden hacerlo si
trabajan separadamente. Esas relaciones, según Marx, se producen
independien remen te de la voluntad humana. Además, la organización de La
producción (llamada por Marx "sub-estrucrura económica de la sociedad") no
sólo limita, sino también, en último análisis, moldea toda la superestructura:
organización política, derecho, religión, filosofía, arte, literatura, ciencia y la
moral misma.
El segundo postulado de la sociología marxísta se refiere al mecanismo del
cambio. Según esta teoría, hay que interpretar el cambio social en relación con
sus tres fases, siempre presentes. Éste es el esquema dialéctico tomado por
Marx de Georg "Wilhelm Friedrích Hegel (1770-1831), filósofo idealista
alemán a quien se enorgullecía de haber vuelto del revés (aplicando el
esquema no al espíritu fundamental, como Hegel, sino a la materia). Todas
las cosas del mundo,
70 LOS INICIADORES

incluida la sociedad misma, por una especie de fatalidad dialéctica, pasan por
las tres etapas de la afirmación o tesis, la negación o antítesis, y la conciliación
de los opuestos o síntesis. En este nuevo plano de la. síntesis el proceso
dialéctico continúa con nuevas negaciones y nuevas conciliaciones que sin
cesar determinan el proceso histórico.
La combinación de las dos proposiciones fundamentales marxistas da
lugar a ciertos corolarios. Todo sistema de producción económica empieza
por ser una afirmación, el mejor o mas adecuado de los órdenes posibles en
aquel momento. Pero todo sistema, una vez que se ha atrincherado
socialmcnre, se convierte en un obstáculo para la aplicación de nuevas
invenciones tecnológicas y para el uso de mercados y fuentes de materias
primas recién descubiertos. El desarrollo histórico no puede detenerse en esa
etapa; por consiguiente el sistema sixialmentc atrincherado tiene que ser
destruido por una revolución social que crea un nuevo orden de producción,
una síntesis del antiguo y del nuevo.
En toda sociedad hay dos clases fundamentales, una que representa el
sistema de producción anticuado, y otra que representa el orden naciente. La
sociedad pasa de una etapa a otta por medio de la lucha entre esas clases. La
clase naciente triunfa definitivamente en esa lucha y establece un nuevo
orden de producción; y a su vez, dentro de ese orden están contenidas Jas
semillas de su propia destrucción, prosiguiendo ti proceso dialéctico.
Marx y sus discípulos emplearon este esquema dialéctico en sus análisis de
ia sociedad occidental contémporánea, que llamaron capitalista. En esa
sociedad, decían, la organización social de ja producción que nació con la
revolución industrial se expresa en la existencia de dos clases; Ja burguesa,
formada por los propietarios de los medios de producción, y la proletaria o
de los trabajadores. La lucha entre ambas clases es inevitable y, al
desarrollarse la conciencia de clase y la acción de clase militante, acabará con
la destrucción del sistema existente. El heredero del capitalismo será el orden
socialista, que se caracteriza por la propiedad colectiva de los medios de
producción y, finalmente, por una sociedad sin clases y en realidad sin
Estado, meta utópica durante mucho tiempo de Jos socialistas pre-marxistas
y, según el mismo Marx, no científicos.
La teoría sociológica de Marx, presentada aquí en esbozo brevísimo, debe
ser criticada desde varios puntos de vista. En primer lugar, las correlaciones
estrictas enere la base económica de la sociedad y Ja sujjcrcstructura no
fueron demostradas por Marx, ni pueden serlo.
OI'ROS INICIADORES 71

Por el contrario, se ha señalado insistentemente que el mismo sistema


económico capitalista ha coexistido con instituciones políticas diferentes,
incluidas la monarquía absoluta y la democracia. De manera análoga, a lo
largo de la era de predominio del orden capitalista, se han diversificado
extraordinariamente la filosofía, las artes y otros fenómenos culturales. En
segundo lugar, considerado históricamente, el paso de un tipo de
organización social a otro no es inevitablemente consecuencia de la victoria
de la clase explotada. En la historia de Europa, por ejemplo, la destrucción
del feudalismo fue obra mucho más de la burguesía, relativamente pequeña
y poderosa, que de Jos siervos. En tercer lugar, las predicciones de Marx,
como las relativas a ía decadencia de la clase media y al triunfo inicial del
socialismo en las naciones más desarrolladas industria [mente (y que en
consecuencia tienen el proletariado más adelantado), se oponen a los
acontecimientos históricos actuales.
Pero la teoría marxista tiene importancia sociológica. Como las de Comte
y de Spencer, es una teoría evolucionista, formulada veinticinco años
después del "descubrimiento del año 1822" de Comte, pero casi quince años
antes de la publicación de Los primeros principios de Spencer, Merece
señalarse que, aunque la teoría sociológica de Marx pudo haber sido
formulada, independientemente de sus premisas filosóficas, a base de un
estudio empírico, no fue ésa su génesis. Si bien Marx empleó muchos años
en documentar su teoría con ejemplos históricos, su concepción de la
estructura social y del cambio social era en esencia una premisa lógicamente
necesaria para demostrar la proposición de que el socialismo debe triunfar
inevitablemente en el mundo moderno.
El pensamiento marxista es importante en el desarrollo de la sociología
como intento para formular una teoría sistemática de la estructura y del
cambio sociales. Además, es la primera y quizás la más consistente teoría
que destaca un solo factor determinante del cambio social. Después
aparecieron otras muchas teorías del mismo tipo monista que difieren del
marxismo en que eligen otro factor básico determinante, desde luego, peto
que tienen de común con él la acritud monista- Aquí sólo advertiremos que
esas teorías, aunque con frecuencia desempeñan la función, positiva de
llamar la atención hacia hechos sociales hasta entonces descuidados —y esto
es cierto del marxismo—simplifican excesivamente y a veces falsean el com-
plicado proceso del cambio social y la complicada naturaleza de la
estructura social y de los tipos de cultura.
OTROS INICIA DORES 72

Tylor y Morgan: Monismo tecnológico

íídward B. Tylor (1832-1917), antropólogo inglés, creía en la existencia de


diferentes etapas en el desarrollo de la cultura humana, pero, sin embargo,
no empleó la palabra evolución. Según él, ia experiencia lleva al estudioso de
la etnología a esperar y a encontrar los mismos fenómenos culturales como
consecuencias de causas análogas, en cualquier momento y lugar que éstas
se presenten. Tyior buscó un medio para medir ese desarrollo. Los
principales criterios para estimar el desarrollo cultural eran, según le
parecía, el adelanto de las artes Industriales, la extensión del conocimiento
científico, el carácter de la religión y el grado de organización social y
política. A lo largo de su obra investigó el progreso humano siguiendo esos
lincamientos. Pero no creía que el progreso fuese fatal en el
desenvolvimiento cultural; por el contrario, citaba, aprobándolas, frases de
de Maístre, filósofo pesimista francés, sobre ese rema.
La aportación más duradera do Tylor a la teoría sociológica fue la
definición de la cultura que aparece en la primera página de su obra más
importante, Primitwe Culture (Cultura primitiva, 1871): "Cultura o civilización.
. . es aquel todo complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, moral,
derecho, costumbres y todas las demás capacidades y hábitos adquiridos
por el hombre como miembro de la sociedad". Pero hasta unos cincuenta
años más tarde no empezaron los sociólogos a hacer uso corriente de este
concepto de la cultura. En los últimos decenios, el concepto de cultura de
Tylor se ha convertido no sólo en un instrumento conceptual casi
estandarizado, sino también en un recurso importante para describir
sistemáticamente las complicaciones, las interconexiones funcionales y los
cambios que tienen lugar en el mundo social y cultural del hombre.
Lewis Henry Morgan (1818-81), uno de los primeros antropólogos
norteamericanos, formuló una teoría de la evolución social que durante
algunos años ejerció cierta influencia en los medios sociológicos. Su teoría
subrayaba Ja importancia de los factores tecnológicos en la sociedad y en sus
cambios. Desarrolló esta idea en una serie de estudios especíales publicados
entre ISóO y 1870, reunidos más tarde en un volumen titulado Ancient
Society (La sociedad antigua, 1877). Morgan creía en la existencia de etapas
evolutivas definidas por las que han de pasar los hombres en todas partes.
La experiencia de la humanidad —decía— ha corrido por canales casi
uniformes; las necesidades humanas en circunstancias análogas han sido
esencial
OTROS INICIADORES 73

mente las mismas; y el funcionamiento de la mente humana es uniforme a


travos de las diferentes sociedades humanas.
Morgan distinguía tres etapas principales en el avance cultural:
salvajismo, barbarie y civilización, y dividía cada una de los dos primeras en
tres subetapas. Cada erapa y subetapa se había iniciado por algún invento
tecnológico importante. Así, la segunda etapa del salvajismo debió su
existencia a Las artes de hacer fuego artificial y de la pesca, y la tercera al
arco y la flecha. La barbarie comenzó con la invención de la alfarería; Ja
segunda etapa se caracterizó por la domesticación de anímales y la tercera
por la fundición del hierro. La civilización fue anunciada por la invención
del alfabeto fonético. Según Morgan, cada una de estas etapas de evolución
tecnológica tenía su correspondencia en progresos característicos en religión,
en organización de la familia y del sistema político, asi como en el régimen
de propiedad.
La sociedad antigua de Morgan causó fuerte impresión a Marx y a su
colaborador Friedrich Engels (IS2Ü-95). Este último, siguiendo el consejo de
Marx, publicó en 1884 El origen de ia familia, de la propiedad privada y de!
Estado, libro en el que hizo uso muy extenso de las teorías de Morgan y de
sus ejemplos, procedentes en gran parte de observaciones sobre las
sociedades indígenas americanas. De esta suerte, la obra de Morgan se
convirtió en una parte de la sociología marxista y, en cierta medida, sigue
desempeñando un papel en la Rusia comunista.

Gobincau: Deterninismo racial

Comrc, Marx y Spencer fueron exponences de la teoría del progreso. Arthur


de Gobíneau (1816-82), por el contrario, deploraba el que le parecía marcado
retroceso de la Francia de su tiempo y procuró descubrir su causa. Ofreció el
resultado de sus meditaciones en los cuatro volúmenes del Ensayo sobre la
desigualdad de las rozas humanas (1853-55), que puede considerarse como la
manifestación más importante de la teoría racial en sociología. Como
representante de la aristocracia francesa, el autor se sentía orgulloso de ser
descendiente de los conquistadores teutónicos de las Galias. Consideraba a
los alemanes racialmente inferiores a los franceses por la gran mezcla bio-
lógica de aquellos, proposición ésta sumamente discutible. La verdadera
raza superior —decía—' se había conservado en Inglaterra. Las opiniones de
Gobíneau sufrieron en cierta medida h influencia
74 LOS INICIADORES

del famoso historiador Augustin Thierry (1795-1856),1 quien a su vez debía a


Comte algunas de sus ideas.
La importancia del factor racial en el desenvolvimiento social fue
sustentada por Gobíneau medíante la arbitraria eliminación de otras
liipótesis. Contestando a la pregunta de por qué decaen las naciones,
Gobíneau afirma que ni el fanatismo religioso, ni la decadencia religiosa, ni
el lujo, ni el libertinaje, la corrupción o la crueldad explican dicha
decadencia, porque muclus naciones siguen floreciendo no obstante la
presencia de una o más de esas condiciones. La variable causal esencial es,
según él, la composición racial. De acuerdo con su argumentación, las
circunstancias raciales dominan rodos los problemas importantes de la
historia.
Basca, pues, k desigualdad de las razas para explicar el destino de los
pueblos: las razas superiores son capaces de progresos fundamentales,
mientras que otras, como los indios americanos, están social y culturalmenrc
limitadas por su herencia racial Asi, todas las civilizaciones importantes han
sido obra de los arios (que en realidad no son una rama racial), quienes
forman el sector más elevado de la raza blanca.
Nunca dijo explícitamente Gobíneau qué es lo que constituye una raza, y
confundía lamentablemente la raza como sector biológico de la humanidad
con un grupo étnico constituido por individuos unidos por la común
aceptación de una cultura específica. Hablando desde el punto de vista de
las razas, decía que la conquista de un pueblo por otro de raza superior va
seguida de mejoras proporcionadas a la cualidad hereditaria de los
conquistadores, siempre que se conserve la pureza racial Pero generalmente
los conquistadores se mezclan con los conquistados, y de ahí se sigue k
decadencia racial y cultural. Por consiguiente, la historia humana puede ser
resumida como una sucesión de edades de los dioses, de los héroes, y de
confusión y mediocridad durante la cual las sociedades humanas degeneran
en meros rebaños. Tal fue Ja teoría de la retrogresión, opuesta a Ja del
progreso.
La teoría de Gobíneau es, antropológicamente, un error: no hay razas
superiores e inferiores. En otras palabras, las capacidades innatas del
hombre no están determinadas por k raza. Y k teoría es también un error
desde el punto de vista sociológico: Ja mezcla racial, lo mismo que la
interpenetración de las culturas, muchas veces produce el florecimiento de
la cultura. En el riempo en que Gobíneau publicó
1 Autor de CoBiider¿£ÍQ*ti sobra U historia A* Francia, 1840.
OTROS INICIADORES 75

su obra, la antropología y la sociología aán rio conocían estos hechos, de


suerte que no pudo demostrarse de un modo convincente su debilidad
científica; por eJ contrario, ía teoría pudo fascinar la imaginación de mucha
gente. No obstante, k teoría racial de Gobíneau pasó inadvertida durante su
vida, especialmente en Francia. Se debió esto a que contradecía
categóricamente la que entonces estaba generalizada, o sea la teoría del
progreso ilimitado, sustentada por Turgot, Condorcet y Comte.
A fines del siglo xix la teoría de Gobineau fue introducida en Alemania
debido en gran parte a la obra de Houston Stuart Cham-berlain (1855-1927).
Chamberlain publicó en alemán Los fundamentos del siglo xsx (1899), obra que
influyó profundamente en el emperador Guillermo II y en muchos de Tos
hombres que lo rodeaban. Aunque seguía los principales lincamientos de la
teoría de Gobineau, Chamberlain admitía que la mezcla racial no siempre es
dañina culmralmente; puede haber mezclas favorables que, en realidad,
debieran conservarse. Estas doctrinas racistas fueron adoptadas después por
el nacionalsocialismo, o sea el nazismo hitleriano. También contribuyeron a.
originar el anglo-sajonismo, punto de vista bastante generalizado en Jos
Estados Unidos a fines del siglo xix y principios del XX y que tuvo su papel
en la formulación de la ley restrictiva de la inmigración de 1924 (cuyas
disposiciones fundamentales pasaron a la ley de 1952).

Buckle: Monismo geográfico

Hcnry T. Buckle ( 1821-Ó2 ), hijo de un rico comerciante londinense, viajó


mucho y dedicó su vida a actividades literarias y científicas. En este último
campo representó un papel al aportar una especie de determinismo
geográfico al pensamiento sociológico del siglo XIX, La History of Civilization
in England {Historia de la civilización en Inglaterra, 1857-01), obra principal de
Buckle, quedó incompleta por muerte prematura del autor.
La idea fundamental de Buckle era que los procesos social e histórico son
consecuencia de la acción de fenómenos externos sobre la mente humana y
de la acción de la mente sobre aquellos mismos fenómenos. Sólo la primera
parre de esta teoría fue desarrollada por Buckle en la parce publicada de sus
escritos. El progreso cultural -—decía— depende de la formación de una
clase ociosa, cosa que sólo es posible cuando la producción supera al
consumo. Ese excedente es
76 LOS INICIADORES

ca esencia resultado de una combinación favorable de condiciones de clima,


suelo y alimentos disponibles. En la historia primitiva, k creación de un
excedente de alimentos depende de la energía y regularidad del trabajo
humano, de una parte, y del carácter ¡le la naturaleza, o sea del medio
natural, de la otra. La cualidad del trabajo está determinada por el clima; el
clima templado vigoriza, el clíma cálido debilita; en las regiones frías nacen
costumbres variables e inconexas, mientras que la productividad del trabajo
humano depende de la fertilidad del suelo. Buckle "probaba'1 estas hipótesis
con sus observaciones generales de las características geográficas y sociales
de Irlanda, ia India, Egipto, América Central y el Perú, y llegaba a la
conclusión de que sus observaciones venían en apoyo de su teoría.
Buckle concedió también cierta importancia sociológica al aspecto visual
de la naturaleza; si el medio natural es sublime o aterrador, desarrolla la
imaginación; si es menos impresionante, prevalece la inteligencia. Intentó
demostrar este teorema contraponiendo las civilizaciones de la India y de
Grecia.
Creía Buckle que la influencia del medio geográfico era más directa, y por
lo tanto mas fuerte, sobre los pueblos primitivos, y que se debilitaba con el
progreso cultural. Si hubiera terminado su obta, probablemente hubiera
intentado mostrar cómo se realizó, en los últimos períodos históricos, el
creciente dominio humano sobre los fenómenos naturales exteriores.
El estudio de la influencia de las condiciones geográficas fue emprendido
muchas veces por escritores que saquearon a Buckle. Entre sus predecesores
se cuentan Aristóteles, Montesquieu y varios geógrafos alemanes; durante
algunos decenios fue muy leída su Historia de la civilización en Inglaterra, e
influyó en los medios intelectuales. Y con frecuencia ks opiniones de Buckle
han sido re formuladas en forma de un determinismo geográfico unilateral.
Esta teoría ya no es aceptable, pues boy se sabe que la geografía limita, más
bien que determina, el desenvolvimiento social y cultural. La existencia de
recursos naturales, por ejemplo, no garantiza que serán explotados por el
hombre, pero su falta impedirá numerosos progresos. Desgraciadamente,
esta bien fundada opinión es contradicha todavía hoy por un determinísmo
geográfico ocasional.

Dattilevsky: lina primera alternativa respecto del evolucionismo


Nícholas Danilevsky (1822-85) fue un naturalista ruso profundamente
interesado en los asuntos políticos. En 1809 publicó, en entre
OTROS INICIADORES 77

gas que iban apareciendo en una revista mensual rusa, una obra titulada
Rusia y Europa, en la que se propuso contestar a esta pregunta: ¿Por qué
Europa odia a Rusia? En el cutso de su estudio sobre el tema, formuló una
teoría del desarrollo de las sociedades humanas que discrepaba de la teoría
evolucionista. En realidad, la teoría del desarrollo de las sociedades
sustentada por Danílevsky suministró una especie de modelo que en años
subsiguientes se convirtió en un sustituto del evolucionismo.
Danílevsky partió de Ja observación de que es anticientífico considerar la
historia como un desarrollo incesante de Ja experiencia europea, ignorando,
o tratando como cosas al margen, los progresos realizados en otras partes
del mundo. Los ciclos históricos más bien debieran estudiarse dentro del
marco de tipos históricos culturales o civilizaciones. Sostenía que a base de
los conocimientos disponibles podían enumerarse trece civilizaciones mas o
menos completas e independientes o sem i-independien tes: la egipcia, la
china, la semítica antigua, la india, la irania, la persa, la hebrea, la griega, la
romana. Ja árabe, la germano-romana, la eslava, la mexicana y la peruana.
Cada una de esas civilizaciones pasó por ciclos análogos a los del
crecimiento orgánico: infancia, juventud, madurez, decadencia- Algunas
civilizaciones, por ejemplo la mexicana y la peruana, fueron detenidas en
fases tempranas, mientras que la eslava en su época alcanzaba la madurez y
la germano-romana ya estaba en el proceso de decadencia.
En opinión de Danílevsky, no todas las tribus o pueblos ascienden hacia
la civilización, sino sólo Jos que son mental y cspiritualmente capaces de
hacerlo. Además, el desarrollo de la civilización no se limita a una sola tribu
o puebla, sino que se realiza en un grupo de tribus o pueblos
lingüísticamente emparentados. La condición indispensable para el
desarrolla es la independencia política de uno por lo menos de esos pueblos,
que permita la formación de un tipo histórico cultural. Asimismo, hay
grupos cuyas actividades impiden la formación de una civilización, como los
hunos, los tártaros y los turcos; mientras que el resto de los pueblos forma
una especie de residuo que Danílevsky llamaba material etnográfico.
Según Danílevsky, toda civilización produce su estilo particular, que se
manifiesta, del modo más claro en la edad de la madurez. Dicho con más
precisión, cada civilización sobresale en uno de los campos de la actividad
humana. Asi, los griegos acentuaron la belleza; los romanos se
especializaron en el derecho y en la organización po
78 LOS INICIADORES

lítíca; la civilización semítica destacó la religión. En tiempos más recientes,


las sociedades germano-romanas sobresalieron en los campos político,
tecnológico y estético, mientras que la civilización eslava promete grandes
cosas en todos los campos.
Como conjuntos, las civilizaciones son impenetrables e intransmisibles;
pero sus rasgos individuales pueden ser imitados o seguidos, en particular
las realizaciones científicas y tecnológicas. Además, las civilizaciones pueden
difundirse por ia colonización y, con menos eficacia, por "injerto". Ejemplos
de este último procedimiento son el florecimiento de la civilización helénica
sobre el tronco egipcio y el desarrollo de la cultura romana sobre el árbol
céltico. Por lo general, las civilizaciones que reciben el injerto mueren en ese
proceso. Pero todas las civilizaciones tienen una vida limitada, aunque Daní-
levsky no pretendió conocer el tiempo límite del ciclo de crecimiento y
decadencia; pero suponía que, más tarde o más temprano, las civilizaciones
mueren por una especie de fatalidad interna. En esa fase, los pueblos
retornan aí estado de material etnográfico, si bien en un tiempo futuro
pueden convertirse en portadores de nuevas civilizaciones.
Cuando apareció, la obra de Danílevsky pasó casi del todo inadvertida;
pero a fines del decenio de los 1880 súbitamente atrajo la atención en Rusia,
de suerte que aparecieron dos nuevas ediciones de Rusia y Europa, seguidas
en 1890 de una traducción francesa abreviada. Probablemente ese libro fue
importante fuente de inspiración para La decadencia de Occidente de Oswaid
Spenglcr (véase capítulo 20), obra que durante algunos años ejerció gran
influencia, medio siglo después de la aparición de su oscuro predecesor. La
teoría de Danilevsky sobre el desarrollo y decadencia de las civilizaciones
era intemporal, oponiéndose, como se oponía, a la teoría popular de la
evolución unilincal hacia el progreso. Y, naturalmente, el hecho de que la
obra estuviera escrita en tuso y no Fuera traducida hasta 1890 fue también
un obstáculo pata que se la conociese. Pero Danílevsky contribuyó al
desarrollo cumulativo de Ja teoría sociológica, en especial al estudio de los
cambios sociales y culturales. Volverán a encontrarse algunas de sus ideas
en las obras de Toynbee y de Sorokin, cuyas teorías estudiaremos en el
capítulo 20.
79 LOS INICIADORES i

CONCLUSIÓN DE LA SEGUNDA PARTE

En el transcurso de medio siglo tuvieron lugar numerosos comienzos en el


campo de las ciencias sociales; al cabo de algún tiempo convergieron,
contribuyendo así a enriquecer la teoría sociológica. Pero en ese primer
período, dichos comienzos tuvieron muy pocas relaciones entre sí. Spencer
por ejemplo, conoció la obra de Comte y tomó de ella la palabra sociología;
pero, por lo demás, no fue influido por las aportaciones del maestro francés.
Le Play estaba familiarizado con la obra de Comte, y Gobíneau sufrió la
influencia del historiador Thierry, que a su vez había sido impresionado por
las observaciones de Comte sobre la importancia de Ja raza. Quételet se
formó en el mismo clima intelectual que Comte. Tylor reconocía que ningún
autor había influido en él más que Quételet, aunque también citaba a Comte.
Morgan estaba familiarizado con los escritos de Spencer, pero el empleo que
hizo de la palabra evolución fue sólo incidental en su argumentación. La
versión originaria del marxismo es cosa aparte de cualquiera otra
exploración sociológica inicial (aunque tiene conexiones con las dispares
corrientes intelectuales de la filosofía hegeiiana, con el socialismo utópico y,
finalmente, con la economía política inglesa); peto, en una obra posterior,
Engels utilizó muchas ideas de Morgan. Los escritos de Buckle y de
Danilevsky parecen no haber tenido relación alguna con los de [os sociólogos
contemporáneos suyos.
La mayor parte de las aportaciones hasta ahora examinadas fueron
escritas en la firme creencia de que la evolución era la ley suprema del
devenir. El evolucionismo de Spencer era cósmico; el de Comte era
pluralista, pero subrayaba los factores ideológicos y demográficos; el
evolucionismo de Marx era económico, y el de Morgan tecnológico. En
oposición con las ideas de ^esos autores, Danilevsky formuló una teoría
cíclica del cambio social, abandonando el dogma de la evolución unilateral
hacia el progreso. Tylor, Gobíneau y Le Play rechazaron también el supuesto
del desarrollo progresivo de la sociedad humana.
Una de las mayores preocupaciones de los primeros evolucionistas fue el
descubrir los factores del progreso, o, traducido al lenguaje contemporáneo,
los determinantes del cambio social. Predominaba la tendencia al monismo,
es decir, a considerar un solo factor como fundamental o por lo menos como
predominante. Además de los factores ideológico, demográfico, económico y
tecnológico, señalados por los
OTROS INICIADORES 80

evolucionistas, Gobíneau y Buckle subrayaron los factores raciales y


geográficos.
Dos de los comienzos reseñados fueron importantes desde el punto de
vista de la metodología. Quételet reveló cómo aplicar los métodos
estadísticos al estudio de los fenómenos sociales, y Le Play realizó excelenre
trabajo con un método que después se llamó estudio de casos particulares. Es
digno de notarse que, con relación a ambos métodos, tuvo lugar el fenómeno
de la acción retardada. Hasta fines del siglo Xix no se aplicó el método
estadístico en estudios sociales especializados, por primera vez en el campo
de la criminología. Y hasta después de 1920 no adquirió fuerza perceptible la
idea de hacer de La sociología una ciencia cuantitativa. Del orro lado, el
método de te Play fue usado desde el principio por sus discípulos en el
limitado campo de los estudios sobre familias; pero hasra la segunda década
del siglo xx, e independientemente de toda influencia de Le Play, no
descubrieron los sociólogos norteamericanos el método del estudio de casos
particulares y lo convirtieron en rival de la investigación estad ísrica.
La mayoría de las obras hasta ahora estudiadas no fueron consideradas
por sus autores obras de sociología. Únicamente Comte y Spencer, y en
menor grado Le Play, se dieron cuenta de que estaban construyendo una
ciencia nueva. Quételer estaba preocupado con la estadística; Marx,
Gobineau, Buckle y Danilevsky hubieran clasificado sus obras como filosofía
de la historia; Tylor y Morgan hacían aportaciones a la etnología. Por
consiguiente, es muy comprensible que durante la época de los iniciadores la
sociología misma fuese un concepto vago. Los problemas científicos que
constituyen el núcleo central de la teoría sociológica fueron más veces
planteados que resueltos. La metodología, excepto en las obras de Quételet y
de Le Play, era torpe y rudimentaria. Pero en esos primeros años hubo
muchos atisbos que suscitaron ideas y dieron frutos científicos en el trans-
curso de los decenios subsiguientes.
CAPÍTULO 5

DARWINISMO SOCIAL

El último cuarto del siglo xix delimita aproximadamente el segundo


periodo de la historia de la sociología. Por una parte, se Je puede considerar
como la época de la lucha de Las escuelas. En contraste con la situación que
conquistaron durante el primer período, los estudiosos en el campo de la
sociología se familiarizaron con las diferentes teorías y acentuaron, muchas
veces sobrcaccntuaion, las diferencias existentes entre ellas. En consecuencia,
gran parte de su actividad consistió en esfuerzos para demoler las teorías
rivales. Por otra parte, en la medida en que fue dominado por la teoría
evolucionista, el periodo tuvo cierta unidad. Lo que sobre todo discutían los
sociólogos era cuál podía considerarse como la interpretación más adecuada
de la evolución, y el debate solía centrarse sobre la identificación del factor
predominante responsable de la evolución de la sociedad.
Pero debe advertirse que el predominio del evolucionismo era absoluto.
En una época en que el evolucionismo tendía, por su misma naturaleza, a
reducir la sociología al estudio de Ta dinámica social y a explicar la
estructura y las funciones de toda sociedad únicamente en relación con la
fase evolutiva en que se encontraba, algunos sociólogos se propusieron
seguir la línea iniciada por Comte con sus ideas sobre estática social. Con su
actividad crearon un nuevo enfoque de la sociología que podría llamarse
analítico o sistemático, subrayando el estudio de la estructura y
funcionamiento de la sociedad y dedicando relativamente poco estudio a las
etapas por las que la sociedad ha pasado. Algunos de los iniciadores de la
sociología analítica creían en la evolución, pero la evolución no representaba
sino un papel insignificante en sus teorías.
Entre las muchas escuelas en que se dividió la predominante teoría
evolucionista se destaca el darwinismo social. Merece notarse que Charles
Darwin, autor de El origen de las especies (1859) y de La selección respecto al
sexo (1871), y creador de la teoría moderna de Ja evolución biológica, no era
un darwínista social. No estudió problemas de filosofía social y se inclinaba
a acentuar el contraste entre los procesos de la evolución biológica y de ia
evolución social.
83
DARWINISMO .SOCIAL 84

Bagehot

El primer autor que intentó formular una teoría sociológica aplicando los
principios de la selección natural y de la variabilidad a la sociedad política,
fue Walter Bagehot (1826-77). Pertenecía a una familia inglesa de la clase
media, estudió en Oxford y después se dedicó a negocios bancaríos. Desde
1860 fue director de The Econo-mist. Publicó sus opiniones por primera vez en
una serie de artículos que salieron en The Fortnightly Revieiv (1867), y más
tarde esos artículos aparecieron en forma de libro con el título de Phyücs and
Poli/ks (Física y política, 1872).
En esa obra procuró Bagehot formular el carácter esencial de la lucha de
grupos. El rasgo principal —dice— es que esa lucha la dirigen grupos de
hombres en cooperación, no individuos. Es manifiesta la superioridad de los
grupos compactos sobre Jos débilmente unidos. La diferencia entre el
hombre no civilizado y el civilizado es igual a la que existe entre los anímales
silvestres y los domésticos, y aseguraba que el proceso de domesticación es el
mismo para los hombres y para los animales, afirmación curiosa teniendo en
cuenta las manifiestas desemejanzas de ambos procesos. Lis tribus más dó-
ciles sobreviven; en consecuencia, han llegado a ser dueñas de la tierra Jas
naciones que tienen Jos sistemas de organización familiar más compactos.
Esra teoría es una sublimación en el plano sociológico de k supervivencia de
los más aptos.
Puesto que la cohesión del grupo es tan importante en el proceso
evolutivo, es preciso determinar cuál es el factor que fragua el grupo. Para
Bagehot ese factor es "e! aglutinante de la costumbre", o sea la tendencia de
los descendientes a parecerse a sus progenitores no sólo biológicamente,
sino también mentalmente. Aquí surge la siguiente pregunta: ¿Cuáles son
las fuerzas que conservan las costumbres? Bagehot señala tres fuerzas. En
primer lugar está la religión del miedo, con sanciones terribles para los
violadores. En segundo lugar, está la tendencia persecutoria, o sea la
propensión a castigar las desviaciones del orden establecido, el cual sirve de
apoyo a ks costumbres. Según Bagehot, ningún bárbaro tolera ver a un
individuo de su nación apartarse de los viejos usos y costumbres de la rribu.
En tercer lugar, está l, i tendencia del hombre a imitar lo que tiene delante.
La imitación no es consciente, es contagiosa y particularmente fuerte entre
los niños y los salvajes, y ella explica la sorprendente uniformidad de la
sociedad salvaje y el que los salvajes sean los más rápidos y fieles
85 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

¡miradores. (La ciencia social moderna sabe, naturalmente, que esos rasgos
no distinguen necesariamente a la sociedad "salvaje".) En la iiiqtsrtancia que
concedía a la imitación se anticipó Bagehot a Gabriel Tarde, uno de los
creadores de Ja sociología analítica que contribuyó de manera importante a la
decadencia del evolucionismo en sociología (véase capítulo 8).
El estudio de la costumbre hecho por Bagehot y que acabamos de esbozar,
tuvo por objeto aclarar La afirmación de que la cohesión del grupo es el
requisito necesario para la victoria en la lucha de grupos. Como segundo
factor que hace posible la supervivencia de los mas aptos, Bagehot tomó de
Darwín la ídea de la variabilidad. Sin variabilidad, la lucha por la existencia
no tendría sentido, pues no produciría ningún mejoramiento de la
organización biológica o social. Al igual que Spencer, Bagehot creía en el
progreso, y explicaba su posibilidad mediante la tendencia de los
descendientes, opuesta a la de la imitación, a diferir de sus progenitores.
Según él, el progreso sólo es posible si la fuerza de la legalidad basada en la
imitación es bastante poderosa para mantener unida la nación, pero no tanto
que mate toda variación y reprima la perpetua tendencia de la naturaleza al
cambio. Sobreviven los grupos en que el equilibrio de esas fuerzas garantiza
la mayor eficacia del grupo. Ese equilibrio, en opinión de Bagehot, es
característico de las sociedades dirigidas por un gobierno fruto de la
discusión: en tales sociedades est¿ abierta la puerta a las innovaciones y al
progreso.

Gnmplowkz

Las ideas de Bagehot no tuvieron nunca aceptación muy general; en


realidad, su obra fue ignorada durante mucho tiempo. No puede decirse lo
mismo de otro representante del darwinismo social, Ludwig Gumplowicz
(1838-1909), judío polaco, Gumplowicz inició su carrera académica en la
monarquía austro-húngara, donde el antisemitismo era fuerte y los conflictos
étnicos dominaban el escenario político. Durante toda su vida sufrió un
complejo de inferioridad, y la tragedia señaló sus últimos años. En 1894 se
suicidó su hijo, y en 1909 se suicidó él después de haber dado muerte a su
mujer. Las sombras que envolvían su vida fueron iluminadas, pero no
disipadas, por una visita que en 1903 le hizo el sociólogo norteamericano
Ward (véase capítulo 6), que era hombre muy optimista. A consecuencia de
dicha visita, tuvo Gumplowicz la oportunidad de publicar en The
DARWINISMO .SOCIAL 86

American Journal of Sochlogy (volumen 9) un artículo en el que, en oposición


con sus anteriores ideas, admitía que las leyes de bronce de los procesos
naturales podían, ser modificadas por el intelecto humano, que es también
una fuerza natural.
La actividad académica de Gumplowicz se limitó a la universidad
provinciana de Graz, donde fue primero conferenciante y después, a partir
de 1882, profesor. Su primer contacto con el campo de la sociología tuvo
lugar a través de Jos cscriros de Comte y de Spencer. Sus obras más
importantes son Raza y Estado (1875), Lucha de razas (1883) y en especial
Eshozo de sociología {1885). Escribió otras muchas obras que añadieron pocas
cosas importantes al Eshozo de sociología.
En todos esos escritos, aunque insiste en la necesidad de relacionar la
sociología con el campo general de la ciencia, sustenta Gumplowicz la idea
de que los fenómenos sociales constituyen una categoría única distinca de
todos los demás fenómenos por varios rasgos fundamentales. En su opinión
la sociología es la ciencia de la sociedad humana y de las leyes sociales. Por
lo tanto, es la base de todas las otras ciencias sociales, que se dedican a
manifestaciones particulares de Ja vida social
Eü opinión de Gumplowicz, la evolución social y cultural es totalmente
producto de ¡a Jucha entre grupos sociales. Esa lucha, análoga a la lucha por
la existencia y a la supervivencia de los más aptos éntrelos individuos,
reemplazaba a la lucha individual en su teoría de la evolución. Sólo el grupo
es importante, porque el individuo es un producto del grupo. Sólo una
insignificante minoría de individuos prosigue su educación recibiendo
impresiones originadas fuera de su propio grupo social. Es la comunidad la
que piensa, porque no pasa de ser una ilusión la idea de que el hombre
piensa como individuo.
Pero, ¿porqué deben luchar los grupos? Gumplowicz presenta dos
hipótesis fundamentales: una, la hipótesis poligenética, afirma que la especie
hombre se derivó de diversos tipos antiguos en muchos momentos
diferentes y en muchos lugares distintos, de suerte que no hay vínculo
sanguíneo entre las razas; y otra, la hipótesis de que existe entre Jos
diferentes grupos y tazas un odio insuperable. Llegó a ambos supuestos
deductivamente y los confirmó con buenas autoridades. Cuanto más hacia
atrás vamos, dice Gumplowicz, mayor es el número de pequeños grupos
sociales que encontramos, constituidos por hordas que se caracterizan por la
promiscuidad sexual y la igualdad de posición social El conflicto (la guerra)
entre ellos tenía por
DARWINISMO SOCIAL 87

causa directa el deseo de mejorar Jas condiciones económicas. (En esto, como
en otras muchas cosas, las ideas de Gumplowicz muestran mateado sabor
marxista,) En los tiempos primitivos, la guerra tenía por consecuencia el
exterminio del grupo vencido. Después los hombres encontraron más
ventajoso reducir a la esclavitud a los vencidos y explorarlos
económicamente. En este proceso de sobre imposición de un grupo a otro
veía Cumpíowicz el origen del Estado. Aunque no de buen grado, esta teoría
fue aceptada por muchos sociólogos, y hasta por los de los Estados Unidos, a
falta, en aquel tiempo, de otras hipótesis plausibles.
Después de formado el Estado, la lucha de los grupos se bifurca:
continúan las guerras entre Estados impulsados por un implacable afán de
conquista, pero además dentro de cada Estado nace la lucha de clases.
Aunque las chscs combatientes y sus metas cambian a través de la historia, la
clase que está en el poder siempre se da cuenta de que puede mantener y
extender más fácilmente su dominio creando instituciones legales y políticas.
Todas estas ¡deas relativas al Estado tienen afinidad con el marxismo.
Como muchos pensadores alemanes de aquel tiempo, Gumplowicz
propendía a contraponer Estado y sociedad. Para él la sociedad era la suma
total de los grupos antagónicos, y cada grupo se concentraba alrededor de
uno o más intereses comunes. Dondequiera que los hombres se sienten
estrechamente unidos por intereses comunes, se esfuerzan por actuar juntos
como unidades en la lucha por el predominio. Así se forman los grupos y
resulta incesante ln lucha entre dios.
Al contrario que otros evolucionistas, Gumplowicz era pesimista en lo
que respecta al progreso. No podía aceptar la ¡dea de la evolución de la
humanidad como un todo, porque para el no existía esa cosa única llamada
humanidad. Su hipótesis poligéníca impedía la posibilidad de una evolución
unitaria- Creía él que la evolución de cada grupo había sído esporádica e
interrumpida por retrocesos. En todo Estado han tenido lugar una evolución
y un progreso parciales; pero siempre ha habido bárbaros que esperan la
señal de empezar la obra de destrucción. Aunque es seguro que
Gumplowicz no tornó nada de Danilevsky, hay aquí algún paralelismo con
la opinión de éste último (véase capitulo 4) sobre el nacimiento de las
culturas particulares (no de ía cultura humana en general) y sobre la
existencia de fuerzas negativas y destructoras. La caída de muchos Estados
poderosos ante el asalto de hordas bárbaras más bien pequeñas —añade
Gumplowicz en una interesante anticipación a las ideas de Toynbee—,
83 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

no puede comprenderse a menos que se admira la existencia de enemigos


sociales interiores.
En resumen, no hay progreso ni retrogresión en el curso de la historia en
su conjunto; sólo puede advertirse progreso en determinados períodos y
determinados países. Las opiniones de Gumplowicz sobre este tema están
mucho más cerca de la opinión común en la actualidad que las de sus
optimistas contemporáneos.

Ratzenhofer
El darvinismo social aparece en forma mucho más mitigada en la obra del
sociólogo austríaco Gustav Ratzenhofer (IS42-J904). De humilde origen, este
hombre, que era cadete a la edad de dieciséis años, tuvo numerosos duelos e
hizo distinguidos servicios de guerra; en 1S7S fue nombrado archivista del
ejército, posición que le dio amplia oportunidad para leer y estimuló el deseo
de escribir. En 1898 fue ascendido a mariscal de campo y nombrado
presidente del tribunal supremo militar de Austria. Se retiró del ejército en
1903. Inte-lectualmente, fue un autodidacto influido por la lectura de Comte,
Spencer, John Sajare Mili y Gumplowicz, Sus obras principales son
Naturaleza y fin de la política ( 1893), Estudios sociológicos ( 1898 ) y Sociología
(1908, postuma). Murió a bordo del barco en que regresaba de un viaje a los
Estados Unidos, donde había dado conferencias con gran éxito.
En opinión de Ratzenhofer, la sociología es la ciencia de las relaciones
mutuas entre seres humanos. Su misión es descubrir las tendencias
fundamentales de la evolución social y las condiciones del bienestar general
de los seres humanos. El problema fundamental de Ja sociología es
determinar el carácter único de la regularidad social y distinguirla de la
regularidad del mundo de los fenómenos en general La sociología debe
descubrir el principio básico que gobierna todos los asuntos sociales y
contribuir, con esa guía, a resolver todos los problemas sociales.
Esc principio director, la fuerza motriz, la Urkraft, es el interés. El interés es
la llave que abre la puerta del tesoro de la sociología. La vida social, según
Ratzenhofer, es un haz de intereses enraizados en la naturaleza misma de los
hombres. El interés es la expresión de una necesidad a través de la
percepción de su ¡nevirabilidad. Las necesidades son, en cuanto tales, innatas
o instintivas, mas para que se conviertan, en intereses tienen que set
percibidas y entendidas por las mentes humanas como inevitables.
DARWINISMO SOCIAL 89

Ratzenhofer clasificaba los intereses del modo siguiente: procrea-cívos,


fisiológicos (nutrición), individuales (autoafirmación), sociales (basados en
la consanguinidad, dirigidos al bienestar del grupo), y trascendentales
(religión). Estos cinco tipos de intereses son las verdaderas fuerzas que están
detrás de ía acción del individuo y del grupo. La sociedad existe sólo en el
proceso social, que es la suma toral de las relaciones sociales existentes entre
los hombres; pero esas relaciones, a su vez, se basan en la conducta
interesada o egoísta que motiva toda acción social.
Como quizás es natural en un militar de la vieja escuela, creía Rat-
zenhofer que en la acción de los grupos predomina el antagonismo. El orden
social es la organización de la lucha por la existencia. Predomina el
antagonismo a causa de la disposición innata en el hombre de obedecer a
sus impulsos primarios y de odiar a sus prójimos. El aumento de la
población pone un límite a esa disposición. Después, como se hace
inevitable el sojuzgamiento del grupo por gobernantes, aparecen los
comienzos de articulación social y del Estado. Expansiones ulteriores
conducen a la conquista de unos Estados por otros, proceso que es causa de
una complejidad y diferenciación crecientes. La lucha y la guerra por lo
general consolidan las estructuras sociales, mientras que la cultura y el
comercio debilitan el vínculo social.

Small
-

Albion W. Small (1354-1926), sin haber sido un pensador particularmente


origina!, contribuyó quizás más que otro cualquiera al progreso académico
de !a sociología norteamericana.
Small nació en Maine, estudió en el Colby College y en el Newton
ThcologicaJ Semínary, y después pasó dos años en las universidades de
Berlín y de Leipzig, donde adquirió un conocimiento completo de la ciencia
social alemana. Durante diez años fue profesor de historia y de economía en
el Colby College, y durante tres años fue su rector. En 1892 fue nombrado
jefe del recién creado departamento de sociología de la Universidad de
Chicago, el primero que existió de esa especialidad. Desempeñó el cargo
hasta su muerte, y representó papeí muy importante en la preparación de
toda una generación de sociólogos. En 1894 publicó, en colaboración con
George E, Vincent, el primer libro de texto de sociología. Al año siguiente
fundó The American Journal of Sociology, que dirigió hasta su muerte. En 1905
90 APARICIÓN Di: ESCULLAS KJVALES

apareció General Sociology (Sociología general), su obra maestra. A través de ta


cátedra y el libro familiarizó a sus compatriotas con el pensamiento europeo
y promovió el conocimiento en Europa de la sociología norteamericana, lo
que por sí mismo justifica plenamente el que en 1913 se le nombrara
presídeme del Instituto Internacional de Sociología.
Aunque influido por Ratzenhofer, Small mitigó el ya mitigado
darvinismo social de aquél, reduciéndolo a una teoría de los intereses y de
sus conflictos. Esta teoría Iba bien con su concepto anterior de los deseos
como principales resortes de la acción humana en sociedad, idea que
probablemente tomó de Ward. En la Sociología general Small define el interés
como "una aptitud no satisfecha correspondiente a una situación no
realizada". Esta fórmula —dijo— era un intento para expresar algo que está
detrás de la conciencia. Infortunadamente, Ja vaguedad de la expresión es
plenamente característica de las obras de Small cu general.
El interés es el eje de la teoría sociológica de Small. Los intereses son los
móviles más simples que pueden descubrirse en U conducta de seres
humanos; Ja vida misma es el proceso de desarrollar, adaptar y satisfacer
intereses. Éstos son de seis clases: salud, riqueza, sociabilidad, conocimiento,
belleza, rectitud. Subjetivamente considerados, los intereses son deseos;
objetivamente, son necesidades.
Los intereses dominan canto la vida individual como la social. El
individuo es en todo momento el producto de la lucha persistente entre sus
intereses; y análogamente. Ja sociedad es la consecuencia de las miríadas de
esfuerzos de los individuos para satisfacer sus intereses. Small subraya la
relación de interdependencia de los aspectos individuales y sociales de la
lucha de intereses, y dice: "Individuo y sociedad no son medios el uno para
el orro, sino aspectos de ambos. Una sociedad es una combinación de las
actividades de hs personas. Una persona es un centro de impulsos
conscientes que sólo en sociedad so realizan plenamente."
Small emplea ahí la palabra sociedad, aunque antes la había repudiado en
su obra a favot de la palabra asociación, insistiendo en que el cambio no era
simplemente de palabras. La palabra sociedad sugiere una visión más bien
estática de los hechos sociales, mientras que asociación —decía— expresa
una visión dinámica. Small quería estudiar el proceso de la asociación
humana, y en ese procoso descubría el antagonismo como cosa primordial, e
implícita en él la colisión de intereses. Pero, cediendo a sus propias
preferencias éticas, He
DARWINI5MO SOCIAL 91

gaba a afirmar que el antagonismo se resuelve en cooperación a través de la


socialización.
No obstante la influencia personal de Small, sus opiniones no perduraron
ni influyeron en gran medida sobre la sociología norteamericana. Es
manifiesta una causa: formuladas ¡d comenzar el siglo XX, las opiniones de
Small pertenecían a una clase de sociología que en aquel tiempo ya estaba en
decadencia. Aunque, en oposición con la mayor parte de sus
contemporáneos, Small no agrupó sus ideas en torno del concepto de
evolución; sin embargo, suponía que la teoría evolucionista era válida en
general. Pensaba que la evolución hacia el progreso se expresaba en el paso
del antagonismo inicial a la pacificación mediante Ja socialización, y creía que
el proceso social, por necesidad interna, producía cada vez más hombres
disimiles, opinión que sigue la línea de la fórmula evolutiva de Spencer.
Pero la explicación que dio Small de las relaciones entre la sociología, ks
otras ciencias sociales y Ja psicología, está de acuerdo con gran parte del
pensamiento actual Small insistió en la unidad de las ciencias sociales,
particularmente en The Meaning of the Social Sciences (El significado de las
ciencias sociales, 1910), y observó que cada una de esas ciencias prestaba
atención primordial mente a ciertos fragmentos o aspectos de la misma cosa.
Acerca de la sociología y k psicología dijo: "El psicólogo toma la asociación
como el hecho conocido y fljo, para proseguir Ta investigación de Jos
mecanismos de los actores individuales. El sociólogo, por el contrario, toma
por cosa sabida al individuo y emprende k investigación de la asociación". Es
lamentable, pensamos nosotros, que los sociólogos posteriores no hayan
seguido con más frecuencia ese excelente consejo.

Sumner
Una variedad especial de darwínismo social se ofrece en la obra de William
Grahum Sumner (1340-1910), uno de los más Importantes sociólogos
norteamericanos. Nacido en Patccrson, Nueva Jersey, era hijo de un
inmigrante inglés que había abandonado su patria porque su negocio había
sido llevado a la roína con el avance de k revolución industrial A pesar de
ese antecedente, el hijo llegó a ser uno de Jos campeones más vigorosos del
principio del lahsez ¡aire, que era en parte un reflejo de la revolución
industrial en el mundo de ks ideas.
Cumplidos los veinte años, Sumner pasó varios en Oxford. Noticias que
se han conservado relativas a conversaciones que entonces tuvo
DARVINISMO SOCIAL 92

allí, muestran que el principal problema a discusión era la posibilidad de una


ciencia de la sociedad, dónde debía empezar esa ciencia y cómo debía
estructurarse. Se pensaba con frecuencia que el pumo de partida era la
filosofía de la historia al estilo de Buckle; pero la ciencia social tiene que ser
una ciencia inductiva, y nadie veía cómo podría recogerse la cantidad
necesaria de material y darle tal disposición, que efectivamente pudiera
realizarse la inducción.
En 1S68, después de haber regresado de Inglaterra a los Estados Unidos,
Sumner fue nombrado tutor en la Universidad de Yale. Mientras
desempeñaba ese cargo leyó Los primeros principios y la Estática social, de
Spencer, pero esas obras no le produjeron gran impresión. En 1869 fue
ordenado de ministro episcopal. Cuando empezó a escribir sermones,
advirtió que lo que más le interesaba eran los temas relacionados con la
ciencia social y con la economía política. Por ese tiempo leyó El estudio de la
sociología, de Spencer, y encontró la guia que necesitaba. En Yale fue
ascendido a profesor al mismo tiempo que se convertía al evolucionismo. Por
haber recomendado a sus alumnos que leyeran a Spencer, esiuvo a punto de
ser expulsado de la Universidad por sospechoso de ateísmo. No obstante,
conservó la cátedra, que desempeñó hasta su muerte. Durante los dos
últimos años de su vida fue presidente de la American Soriologícal Society,
cargo en eí que sucedió a Ward, que había sido su primer presidente.
Sumner es autor de una sola obra importante, Eolkways (1906). A pesar
de la fecha de publicación, las opiniones de Sumner pertenecen a la
sociología del siglo xix, porque el libro se basaba en conferencias
pronunciadas en el transcurso de muchos años. Eolkways fue concebido como
anticipo de una obra monumental, The Science of Society (Z-/ ciencia de la
sociedad), que Sumner había empezado en J872, pero que no terminó. Albert
G. KelJer, fiel discípulo de Sumner, la terminó y publicó en 1927 con los
nombres de los dos. Muchas de las ideas contenidas en Costumbres (Eolkways)
ya las había expuesto Sumner en numerosos ensayos publicados entre 1880 y
1900. Una colección pósmma de Ensayos atestigua la persistencia del interés
por la obra de Sumner muchos años después de su muene.
Sumner consideraba la sociedad como un sistema de fuerzas sometidas a
leyes que la ciencia tenía por misión investigar. Los hombres deben
obedecer a leyes sociales lo mismo que obedecen a leyes físicas: hay que
conocer y respetar esas leyes. De ahí la admisión incondicional de la
doctrina liberal expresada en el título mismo de uno de sus ensayos: The
Absurd Ejfort to Make the World Over (El absurdo
93 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

esfuerzo p/rra rehacer el mundo, 1894). Para Sumner, la ley fundamental es Ta


de la evolución, proceso espontáneo, unilineal e irreversible que no puede
ser modificado por el esfuerzo social. La evolución es impulsada hada
adelante por la lucha por la existencia, combate que enfrenta al hombre con
la naturaleza y con los demás hombres, sin que nadie pueda ser culpado por
fas penalidades que unos individuos imponen a otros. La supervivencia de
los industriosos y los frugales es la supervivencia de los más aptos. Tal es la
ley de la civilización. No existe ninguna otra posibilidad. Es igualmente
ínv-posible encadenar las fuerzas sociales que producen los monopolios, las
guerras y ks clases sociales y sus ludias. Esas fuerzas son ante todo la presión
que ejercen la población y ks condiciones económicas; el papel de las fuerzas
morales es secundario. La lucha de clases ha señalado todo el
desenvolvimiento histórico; el principal objetivo de esa lucha es la
dominación del Estado.
Las opiniones de Sumner combinaban buena cantidad de determi-nismo
económico con el empleo de conceptos biológicos; y él estaba firmemente
convencido del preeminente valor de los datos etnológicos. Fue muy poco
influido, o quizás ni Ja conoció, por la teoría no evolucionista, de la
sociología norteamericana y europea. Según Keller, sucesor de Sumner en
Yale, el principal método de éste consistía en reunir una gran masa de
hechos comprobados y dejarlos hablar por sí mismos, mediante la aplicación
del sentido común preparado y organizado. Éste es el juicio de mi
admirador. Más exactamente, Sumner empleaba una cantidad enorme de
material, pero Ja organización que le daba era más bien débil.
Costumbres es un intento al estilo del darwinísmo social pata explicar el
origen evolutivo, el carácter, la función y la persistencia de los hábitos de
grupo (costumbres). Puesto que la primera misión de la vida es vivir, los
hombres empiezan con actos, no con ¡deas. Por pruebas y tanteos se
seleccionan los mejores y más adecuados modos de obrar enrre Tos varios
posibles y de acuerdo con las circunstancias que prevalecen. Esos métodos se
repiten, y su repetición produce habito en el individuo y costumbre en el
grupo. Así las costumbres, es decir, las maneras de hacer las cosas
comúnmente aceptadas en una sociedad, se producen inconscientemente.
Nadie sabe cómo ni cuándo nacen, y crecen como por el juego de una
energía vital interna.
Nunca fue Sumner suficientemente claro acerca de la fuerza que produce
las costumbres. Intentó tres explicaciones diferentes: el interés (bajo la
influencia de Small); el dolor y el pkcer (los polos
DARVINISMO SOCIAL 94

del hedonismo); y los cuatro móviles del hambre, el sexo, la vanidad y el


miedo (anticipación Je los cuatro deseos de W. I. Thomas). Las costumbres
pueden ser modificadas, pero en medida limitada, por el esfuerzo deliberado
del hombre. Con el tiempo, pueden perder su fuerza, decaer y morir o
transformarse, Sumner no investigó nunca las circunstancias en que las
costumbres se transforman o pierden su imperio sobre Tos hombres, y por lo
tanto no formuló nunca nada que se acercase a leyes sociales.
Cuando son vigorosas, las costumbres dirigen en gran parte la conducta
individual y social y producen y alimentan ideas de filosofía del mundo y de
política vital. Cuando las opiniones elementales sobre lo verdadero y lo recto
se convierten en teorías de bienestar, las costumbres implícitas en ellas se
convierten en normas morales. La terminología de Sumner es un tanto
inconsecuente. Unas veces opone las normas morales* a las costumbres, pero
otras emplea la palabra cosuimbres para designar todos los modos de obrar
comúnmente aceptados, incluidas las normas morales. Concedía importancia
suprema a unas y otras. Las costumbres dominan la vida social; la vida de
sociedad consiste en formar costumbres y aplicarlas. Las leyes reflejan las
normas morales, y para que tengan fuerza deben ser siempre consecuentes
con éstas. Sin embargo, cuando las costumbres y las normas morales se
convierten en leyes o instituciones, cambian de carácter.
El estudio que Sumner hace de las instituciones se anticipó a las
enseñanzas de la escuela institucional (véase capítulo 19), enfoque de la
materia basado en una filosofía totalmente diferente de la tendencia
darvinista de Sumner. ,hUna institución consta de un concepto (idea, noción,
teoría, interés) y de una estructura. La estructura es un armazón, un aparato,
o quizás sólo cierto número de funcionarios puestos a colaborar de maneras
prescritas y en determinada coyuntura. La estructura sustenta el concepto y
proporciona instrumentos para traerlo al mundo de los hechos y de la acción
en forma tal, que sirva a los intereses de los hombres." 1 Puesto que las leyes
y las instituciones aparecen sólo en un alto nivel de desarrollo, después de
haberse convertido las meras costumbres en norma* morales, Sumner parece
haber creído que la manera irracional de producirse las costumbres es
gradualmente reemplazada por un mecanismo altamente

' Con I» íi t ís "norruM ÍHO»JH" induciinoi U pfllihra inulra» mores, que pJf«* designar la*
normal morales no doctrínale*, lino coruLicriuliniriu. [T-J 1 ■ ■."J. rj.Ji J . p. 54.
DARVINISMO SOCIAL 95

racional que crea estructuras u organizaciones con el objeta de encarnar ideas


específicas; pero no exploró nunca esta línea de investigación.
La teoría de Sumner es evolucionista; pero su estudio de las cos-nimbrts y
de las normas morales (palabras de uso común entre los S<R iólogos
contemporáneos) puede considerarse como una aportación ¡t la sociología
analítica, al conocimiento de la estructura y modo de funcionar de los grupos
sociales. Sumner aportó también a la sociología analítica la distinción entre
grupos-nosotros y grupos-ellos, y subrayó la oposición entre nosotros, el
grupo-nosotros o intca-grupo, y todos los demás, los grupos-ellos o
extra-grupas. Cada grupo alimenta su orgullo y vanidad, se jacta de su
propia superioridad, exalta sus divinidades y mira con desprecio a los
extraños. Cada grupo cree que sus costumbres son ks únicas correctas, de
suerte que las costumbres ile otros grupos provocan fa desaprobación y
suscitan epítetos de desprecio y abominación. Mientras que los individuos de
un intra-grupo están unidos por relaciones de paz, orden y derecho, sus
relaciones con todos Jos extraños son de hostilidad. A las actirudes de
superioridad relativas a ks costumbres del intra-grupo a que uno pertenece, y
de comparación difamatoria con Jas de los extra-grupos, les dio Sumner el
nombre de esnocentmmo, palabra hoy de uso común.
También afirmaba Sumner que existe una correlación entre el
etno-centrísmo y el desarrollo de k solidaridad de grupo. "Las exigencias de
la guerra con extraños son ks que hacen la paz interior. .. La lealtad al grupo,
el sacrificio por él, el odio y desprecio hacia los extraños, fraternidad dentro,
guerra afuera: todas estas cosas crecen juntas, como productos comunes de la
misma situación." 2 Bagehot y otros habían hecho observaciones análogas
muchos años antes, pero sólo después de la obra de Sumner tuvieron amplia
aceptación estas opiniones.
Aspecto igualmente importante de la obra de Sumner es que originó el
enfoque o punto de vista normativo (o institucional, en la terminología de
Parsons; véase capítulo IS) para el estudio de los fenómenos sociales. En
otras palabras, inició el estudio del origen y ks funciones de las normas
sociales. Es cierto que Spencer y los primeros etnólogos habían estudiado
Las costumbres y [os usos de diversas sociedades; pero se habían limitado a
describirlas, sin analizar sus funciones en la sociedad. Pero Sumner no se
deruvo en ese punto. En Ja introducción a Folfavays dice que había querido
escribir un libro sobre sociología, pero que al hacerlo se había desviado por
una nece-
s Itñd., p. 1 2 .
96 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

sidad interna a estudiar la importancia sociológica de los usos, modos,


normas morales y principios crieos. Y advierte que la palabra otología sería
nombre muy adecuado para aquel estudio. Esta palabra se deriva del
vocablo griego ethos, que los griegos aplicaban a los usos, ideas, normas y
códigos por los que un grupo se diferenciaba de los otras y tenía un carácrcr
individualizado. Ética, lo perteneciente o relativo al ethos, son las normas de
lo justo o recto. En opinión de Sumner, era cosa extraña que las naciones
modernas hubietan perdido estas palabras y desdeñado las importantes
sugerencias que les son inherentes. Su obra, pues, iba a ser un intento, sólo
en parte logrado, de enriquecer el estudio de la vida social enfocándolo
sobre las normas de lo justo comúnmente aceptadas.
Las aportaciones de Sumner a la sociología analítica son más importantes
que su idea del origen y persistencia de las costumbres. Su teoría de la
supervivencia de las costumbres más idóneas o adecuadas es refutada por la
existencia de costumbres dañinas que con frecuencia conducen a la
decadencia o quizás, a la desttucción de los grupos que las practican. 3
Tampoco es admisible su opinión de que las costumbres sen fuerzas
independientes de los hombres; ahora se sabe que los fenómenos del
nacimiento, persistencia, modificación y decadencia de las costumbres son
redutíbles a sistemas complejos de acción c interacción humanas. Y es sabido
que, en determinadas circunstancias, Jas leyes pueden modificar
grandemente las normas morales mismas.

Juicio retrospectivo del darvinismo social

Spencer vio en ta evolución una ley universal del devenir, y derivaba de una
ley cósmica la evolución orgánica (biológica) y la evolución superorgánica
(social). Los darwinístas sociales razonaron de otra manera. Estaban
familiarizados con la teoría darwiníana de la evolución biológica y creían
que esa teoría podía aplicarse a la sociología sustituyendo los organismos
con Jos grupos sociales, y a base de esra creencia formularon su propia
sociología. Para ellos la sociedad era Un universo un tanto vago de grupos
sociales antagónicos. Bagehor, el primero de Jos darvinistas sociales, no
especificó que dase de grupos eran ésos. Gumplowicz y Ratzenhofer los
identificaron con los

3 E> wwprendenre tuviera naiuil ¿t I» cxiittncin ¿c taje* cmtumbra ? que, f i n embargií,


. -. tu tai» ¿c la lupemvtacii de I*» costumbre* mil
M, :. . :.. ■ : >■ H -. , N

ronvjiuniteí.
DARVINISMO SOCIAL 97

grupos raciales; y Sumner, realizando un progreso importante, con los


grupos étnicos o culturales. Gumplowicz, fuertemente influido por el
marxismo, incluyó también las clases sociales entre los grupos antagónicos
fundamentales, y en esre respecto lo siguió Sumner. Ninguno de estos
autores determinó el carácter de la cultura, aunque Bagehot y Sumner, al
destacar la importancia de las costumbres, anduvieron cerca de hacerlo. En
Jas obras de Bagehot y Gumplowicz no puede señalarse ninguna unidad
básica para el análisis; esa unidad fue el interés para Ratzenhofer, y la
costumbre para Sumner.
Los darvinistas sociales sustentaron opiniones diferentes sobre las
relaciones entre la sociedad y el individua Bagehot y Gumplowicz
consideraban a! individuo completamente sumergido en la sociedad.
Ratzenhofer, por el contrario, consideraba a la sociedad como una meta red
de relaciones inrerpersonales, opinión no muy lejana del individualismo
spenceríano. La actitud de Sumner fue un tanto ambigua. Podría pensarse
que, de acuerdo con su teoría, la sociedad dominaría por completo la vida
humana mediante las costumbres y las normas morales, y sin embargo el fue
siempre un vigoroso defensor del individualismo extremado.
Pata todos estos autores, el determinante básico del cambio social, e
implícitamente de las condiciones sociales en general, era biológico. Bagehot.
Gumplowicz y Ratzenhofer dieron la mayor importancia a la selección y a la
supervivencia del grupo más apto, mientras que para Sumner eran las
costumbres más convenientes las que determinan el estado de una sociedad.
La necesidad de hacer científica la sociología fue subrayada por
Gumplowicz y Ratzenhofer. Esto significa que los modelos método-lógicos
que hay que aplicar en sociología deben ser ios que prevalecen en las ciencias
naturales. Pero como esos modelos también fueron identificados con el
esquema evolucionista, se malogró este intento de hacer sociología
verdaderamente científica. La metodología de Jos dorwínistas sociales no
difería mucho de h de Spencer; se emplearon esencialmente datos históricos
y etnológicos para ilustrar proposiciones derivadas de su teoría de la
evolución, y sobre esa base se consideraban demostradas dichas
proposiciones.
En la historia de la teoría sociológica, el darwinismo social debe ser
considerado como la exploración de una posibilidad. Hoy se sabe que esa
exploración condujo a un callejón sin salida; pero a fines del siglo xix el
camino parecía prometedor.
Debe reconocerse, sin embargo, que no todas las enseñanzas do los
98 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

darwinistas sociales se perdieron. Ellos iniciaron la formulación de una


teoría de los antagonismos sociales, identificaron algunos de los grupos
entre los que es más probable la oposición recíproca, y señalaron la
correlación existente entre el antagonismo de los grupos y la solidaridad
intragrupal. Bagehot vislumbró la importancia sociológica de la imitación.
Gumplowicz vio claramente la vulnerabilidad de la teoría del progreso e,
independientemente de Danilevsky, consideró el progreso limitado a
sectores de la humanidad, y no en todos los cambios humanos en general.
Sumner mostró una nueva perspectiva a los estudios sociológicos al destacar
el aspecto normativo de la vida social. Aunque los principales aspectos del
darwínismo social, lo mismo que los del evolucionismo en general,
resultaron infructuosos, algunos de sus productos secundarios fueron
legítimas aportaciones a la teoría sociológica.
CAPÍTULO 6

EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO

El evolucionismo de Spencer era cósmico. La evolución, ley suprema de todo


devenir, incluía el devenir de la sociedad humana. La mente humana, con su
capacidad para deliberar y para elegir, no era, pues, un factor de la
evolución; en realidad, su interferencia con la evolución más bien era dañina.
Al mediar el decenio de los 1830 surgió una nueva rama del evolucionismo
que, contrariamente a la teoría de Spencer, atribuyó a la mentalidad humana
un papel importante en Ja evolución. El fundador del evolucionismo
psicológico fue el sociólogo ñor reame rica no Lester E Ward. Su teoría fue
desarrollada después por Franklin H. Giddings. En este capítulo
presentaremos Jas opiniones y las obras de ambos autores.

Vida y obras de Ward

Lester F. Ward (1841-1913) nació en Illinois de gente de humilde posición.


Aunque su instrucción primaria fue escasa, su deseo personal de adquirir
conocimientos lo impulsó a estudiar biología e idiomas extranjeros durante
la noche, después de un agotador y tedioso trabajo durante el día. Ingresó en
una escuela preparatoria, pero interrumpió sus estudios el estallido de Ía
Guerra de Secesión. Se incorporó al Ejército de ]a Unión en 1863 y fue
gravemente herido. Después de la guerra, fue escribiente en el departamento
de Hacienda de los Estados Unidos y combinó su trabajo con el estudio en la
Co-Jumbian University (hoy George Washington University). Se especializó
en botánica y derecho y recibió el grado de Maestro en Artes el año 1872. En
1881 fue nombrado ayudante, y en 1883, paleontólogo jefe del Servido
Geológico de los Estados Unidos, donde hizo investigaciones geológicas y
paleontológicas originales.
La lectura de Comte y Spencer despertó el interés de Ward por la
sociología. Experimentó el hechizo de los majestuosos sistemas de los dos
padres fundadores de la nueva ciencia, y se sintió de acuerdo en muchas
cosas con el evolucionismo cósmico de Spencer; pero no podía admitir las
conclusiones que el maestro inglés sacaba del postulado de una evolución
impersonal y que se producía por sí sola. La humildad de su propio origen y
los sufrimientos que había observado en torno suyo movieron a Watd a
introducir en el esquema
99
EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO 10 L

spenceriano un principio que hiciera deseable y al mismo tiempo cien-


tíficamente justificable la intervención de la conciencia humana en la
evolución. Encontró el germen de ese principio en la obra de Comee. ¿No se
orientaba el sistema de Comte hacia la reforma social sobre la base de leyes
sociales que había de descubrir la nueva ciencia? Ward decidió que en la
sociedad humana había, además de evolución impersonal, acción deliberada,
producro también ella del proceso evolutivo.
Esta idea de finalidad en los asuntos humanos fue el resorte impulsor que
actuó durante doce años de trabajo sobre los dos volúmenes de la obra
maestra de Ward titulada Dyrtamic Sociology (Sociología dinámica, 1883).
Durante algún tiempo la obra pasó casi inadvertida. Los Estados Unidos
atravesaban un período de rápido adelanto bajo la bandera del principio de
no intervención, y en aquellos momentos, una obra que atacaba el principio
fundamental del progreso visible pareció atrasada y hasta perjudicial, Pero
en 1890 Albion Small, entonces presidente del Colby College, reconoció los
grandes méritos de Sociología dinámica. El interés de Small, y poco después el
de otros profesores, animó a Ward a escribir más libros: Psychk Factors of
Civilization (Factores psíquicos de la civilización, ÍS93), Outlinc of Sociology
(Esbozo de sociología, 1898), Puré Sociology (Sociología para, 1903) y Applied
Sociology (Sociología aplicada, 1906). En su mayor porte, estos libros amplían,
reiteran y modifican en aspectos secundarios la magna obra anterior. Pero en
Sociología pura hay una parre que refleja el efecto del contacto de Ward con
los dos darwínisras sociales austríacos: Gumplowicz y Ratzenhofer. (Como
se advirtió en el capítulo anterior, Ward, a su vez, produjo ciertos cambios en
las opiniones de Gumplowicz.) Otras influencias nuevas se echan de ver en
Sociología pura, especialmente la de Tarde, sociólogo francés que,
independientemente de Ward, subrayó la importancia del factor psíquico en
la realidad social y, por consiguiente, se libró casi por completo del
evolucionismo (véase capítulo 8). En. general, durante los veinte años
transcurridos entre ía publicación de Sociología dintimica y la de Sociología
para, la sociología había tenido un rápido desarrollo. Valiéndose de su
conocimiento del francés, Ward leyó ávidamente las obras más importantes
en este campo. En 1902 enumeró !os principales sistemas de sociología y
escribió un ensayo crítico sobre ellos.1
Por el tiempo en que publicó sus últimos obras, gozaba Ward de
1 Publicado CQ Tho American Jiarnai o f Sociolosy. Vúl. 7.
101 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

gran fama no sólo en ios Estados Unidos, sino en todo el mundo científico.
En 1903 fue elegido presidente del Instituto Internacional de Sociología, y en
1906 fue el primer presidente de la Sociedad Sociológica, Norteamericana. En
este mismo año dimitió su cargo oficial y empezó a enseñar sociología en la
Erown Univcrsity, Anres de esa fecha, no había explicado más que algunos
cursos de verano, principalmente en la Universidad de Chicago. Hasta su
muerte conservó ía cátedra de Brown,

Postulados fundamentales

La teoría sociológica de Lestcr Ward puede ordenarse en torno de cuatro


postulados. El primero es la ley de la evolución, que tiene aproximadamente
el mismo sentido que en la obra de Spencer. En Sociología dinámica Ward
prefirió hablar de la ley de la agregación de Ja materia, pero en sus obtas
posteriores no conservó esra innovación verbal. Una opinión amplia sobre la
evolución sólo se encuentra en Sociología dinámica, donde el proceso total de
la evolución aparece dividido en las etapas de cosmogenia, biogenia,
antropogenia y sociogenia. Estas palabras ilustran la predilección de Ward
por los neologismos basados en las lenguas clásicas.
El segundo postulado de ia teoría de Ward es la bifurcación de la
evolución después de la etapa de la antropogenia. Acompañando a la
evolución espontánea, producida por fuerzas ciegas que Ward llama génesis,
aparece la telesis o acción finalista del hombre, basada en el conocimiento y
previsión de los consecuencias de sus actos.
En tercer lugar, postulaba Ward que toda ciencia es el estudio sistemático
de un grupo particular de fuerzas. Para Ward las fuerzas sociales eran
evidentemente fuerzas psíquicas, pero se limitaban al sentimiento en cuanto
móviles motores que actúan detrás de los fenómenos sociales, mientras que
,Hla facultad de pensar no es una fuerza". Su clasificación definitiva apareció

en Sociología pura, donde divide las fuerzas en ontogénicas, una positiva, que
busca el placer, y otra negativa, que evita el dolor; en filogénicas, una
directa, sexual, y otra indirecta, el efecto basado en 3a consanguinidad, y en
sociogénicas, tríada de la fuerza moral (que busca lo bueno y lo digno de
confianza), la fuerza estética (que busca lo bello) y la fuerza intelectual (que
busca lo verdadero y lo útil). Si alguien se extraña de que Ward incluyera la
fuerza intelectual entre las fuerzas sociales y al mismo tiempo sostuviera
que las ideas no son fuerzas, la
EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO 10 L

aparente paradoja podría resolverse diciendo que la fuerza intelectual no es


la verdad en sí misma, sino el amor a la verdad, que es un sentimiento.
En cuarto lugar postulaba Ward el principio de la síntesis creadora o
sinergia. Este principio, que no está explícito en Sociología dinámica, es la
espina dorsal misma de Sociología pura. Es un principio universal que opera
en todos los departamentos de la naturaleza, y en cada etapa de la evolución
la transición a la siguiente se hace medíante la sinergia. La energía social,
dice Ward en Sociología pura, donde parece lamentar haber usado
anteriormente la palabra, fuerza en vez de energía, surge a través de la
sociedad en todas direcciones, y, como una tempestad o una inundación, es
despiadada. Los intereses innatos de los hombres operan con finalidades que
se entrecruzan, y a veces sin finalidad alguna. Esta situación impera en la
naturaleza. Muchas fuerzas se contraponen y chocan, pero como no puede
perderse nada de movimiento, se llega a un equilibrio parcial que crea
estructuras más o menos estables. Esas estructuras vuelven a chocar entre sí,
y se repite el proceso, creándose estructuras cada vez más elevadas en. rodas
las esferas del ser. En rodas partes, las estructuras creadas de ese modo por
la sinergia contienen más que la suma de los factores tomados
independientemente. AI formular el principio de la sinergia, Ward se
reconoció deudor en parte de Wílhelm Wundc (1832-1920), famoso psicólogo
alemán de aquel tiempo2 En alguna ocasión dijo Ward que la síntesis
creadora es "la expresión cosmológica de la trilogía hegelíana"."

Sociología: Sa división y método

Ward no juzgó nunca necesario dar una definición formal de la sociología.


En Sociología pura escribió que Ja sociología es la ciencia de las realizaciones
humanas. Además, dice Ward, la sociología es una verdadera ciencia, puesto
que cubre un campo definido de fenómenos que se producen en un orden
regular, como efectos de causas o fuerzas naturales. Distinguía la sociología
de la. antropología, sosteniendo que la sociología es una ciencia que trata
principalmente de las razas históricas que han creado una civilización. La
relación entre la sociología y las ciencias sociales especiales la explica el
mediante el principio

■ Wwidi: Lotik (1S95Í, «I. II, pp. 267-81.


t en ingléi de SocwtotU puta, p. 175. LJ.» CÍEJI aignienrn loa tuibién
de «e libro.
103 APARICION DE ESCUELAS RIVALES

de k sinergia. La sociología es un compuesto producido por k síntesis


creadora, de ks ciencias sociales especíales.
También le interesó a Ward el problema de las divisiones internas de k
sociología. Distinguía en primer lugar la sociología pura y la aplicada. La
sociología pura es el estudio de los fenómenos y las lej-es de la sociedad tal
como existe. Así se liega a un diagnóstico etioJógico, con exclusión de todas
las cuestiones de tratamienro terapéutico y de codas las consideraciones
éticas. Esto quiere decir que ks preguntas que formula Ja sociología pura son
las siguientes: ¿Qué, por qué, cómo? Del otro lado, la sociología aplicada
debe contestar a k pregunta: ¿Para qué? Se interesa por ios ideales sociales y
por las consideraciones éticas, y su objeto es proponer mejoras de las
condiciones sociales que puedan realizar los hombres. No obstante, la
sociología aplicada es una ciencia y no un arte, porque ofrece como guías
ciertos principios generales comprobados.
Aunque distinguía cuidadosamente entre sociología pura y sociología
aplicada, Ward insistía en que el conocimiento de las leyes sociales obtenido
por la sociología pura podía y debía usarse para mejorar la sociedad
humana. En defensa de esta opinión tuvo que luchar con k mayor parte de
sus contemporáneos, en particular contra Spencer y Sumner, que no creían
en k acción social planeada. Ward estaba de acuerdo en que, ciertamente, las
leyes sociales son inalterables, pero los hombres pueden utilizarlas para
alcanzar sus fines, lo mismo que utilizan ías leyes físicas.* ¿Cómo pueden
hacerlo? Encontramos su respuesta en el desarrollo de k teoría de la telesis.
Ward dividía la sociología pura en dos partes, genética y télica, de
acuerdo con su segundo postulado. Esta clasificación resultó científicamente
inadecuada, porque Ward nunca pudo distinguir claramente entre
fenómenos genéricos y fenómenos célicos o de finalidad, y con frecuencia se
vio obligado a considerar los mismos fenómenos ya en la sección genética,
ya en la sección télica de su sistema, en ocasiones hasta contradiciéndose.
La parte de k sociología dedicada a k genética la divide Ward en estática
y dinámica, palabras que habían hecho familiares las obras de Comte y de
Spencer. Pero Ward dio a osa distinción una precisión de que carecía en ks
obras de sus predecesores. Polemizó con quienes sostenían que k estática
debía limitarse al estudio de ks estructuras sociales, en tanto que la dinámica
estudiaría su funcio-

* Quedó de manifiesto ua actitud tu auiocitma tiabijüJ, n-cflgíJm en >eu volúmenes con el


título ds G¡i"ip¡ec of ¡be Coimus {Raflajos del Cuimos, L 9 I 2 - L S ) .
EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO 104

namiento. La función —decía Ward— es lo que hacen las estructuras. La


estática cubre los campos de la estructura y de la función; la dinámica es el
estudio de los cambios de estructura.
Ward no se preocupó por el método de Ja sociología, materia favorita de
muchos de sus contemporáneos. Creía que el método principal era la
generalización, es decir, la agrupación de fenómenos y el tratamiento de los
grupos como unidades. Este procedimiento es muy vago, ciertamente. En
realidad Ward presentó la mayor parte de sus conceptos y teoremas
sociológicos con formulaciones evolucionistas relativas a los campos de la
astronomía, la física, la química, la biología y la antropología. Mediante el
esfuerzo creador de Ward,, esos mareriaies se convirtieron después en
argumentos en favor de ciertas proposiciones relativas a fenómenos sociales
que se supone forman parte de la misma evolución cósmica. Generalmente,
Ward llegaba a sus concepciones sociológicas por intuición, y a veces por la
aguda observación de los acontecimientos y situaciones de su tiempo. Para
eso, no puede formularse una metodología articulada, y ésta fue quizás la
razón de que Ward tuviera tan poco que decir sobre la materia.
Pero Ward fue muy firme y explícito acerca del método en un. respecto:
rechazó la idea, que enronces iba ganando fuerza, de que la sociología debía
descansar sobre las matemáticas. "No siempre se sigue —escribió en
Sociología pura—- que porque los fenómenos que abarca una ciencia estén
sometidos a leyes uniformes puedan ser reducidos a fórmulas matemáticas.
Las leyes o procesos uniformes son las cosas esenciales de una ciencia. Su
expresión matemática no es esencial."

Génesis y íelesis

Ward, cuyo principal interés en el campo de h sociología puta se enfocaba


sobre la dinámica, describió la estática como una espede de instantánea de k
actividad continua que constituye el funcionamiento de IH estructuras
sociales. Puesto que las fuerzas sociales son de naturaleza psíquica, la ley
fundamental de la estática social debe tener esc mismo carácter. Por lo tanto,
k regla fundamental de k estática social es k ley de k parsimonia, la ley del
mínimo esfuerzo. "En esta ley -—escribe Ward— vemos realizado el grado
máximo de generalización." Pero no aclara por completo el significado de
esa ley. Es lo más probable que se refiera al funcionamiento de las es
105 APARICION DE ESCUELAS RIVALES

ctucturas sociales que se manifiesta en una suma algebraica de placeres y


dolores; en otras palabras, el funcionamiento tiene por resultado un exceso
del placer sobre el dolor.
Ward distingue las leyes, que son enunciados de secuencias uniformes, de
los principios, que explican su modo de operar. Sólo cica un principio de
estática social: la sinergia, medíante la cual las fuerzas sociales contrapuestas
son refrenadas, equilibradas y moldeadas en estructuras que, una vez
formadas, persisten y sirven como dínamos de energía social.
El principal interés de Ward, la dinámica social, se centra sobre los
cambios de estructura social. Mientras que los fenómenos estáticos son
controlados por un solo principio, hay tres principios dinámicos: primero, la
diferencia de potencial social, que se manifiesta principalmente en el cruce
de culturas; segundo, la innovación basada en la invención; y tercero, la
conación, o sea el esfuerzo mediante el cual la energía social se aplica a cosas
materiales, dando por resultado realizaciones humanas. Le deja perplejo a
uno leer que esos tres principios son fuerzas inconscientes que trabajan a
favor de] progreso social.
Que el progreso se va realizando es para Ward cosa evidente por sí
misma. No podía comprender cómo alguien puede leer historia sin percibir
el progreso. En su opinión, es superfluo enumerar ejemplos de la
superioridad de Tas civilizaciones modernas respecto de las antiguas. La
Sociología pura trata el progreso por referencia a ía sinergia. Ward dice que el
progreso es resultado de la fusión de ele* mentos disímiles, fusión que es
creadora porque de ella nace una tercera cosa nueva y superior a las
anteriores. En Sociología dinámica, escrita antes de haber formulado el
principio de la sinergia, la necesidad interna de] progreso está demostrada
de una manera peculiar, casi geométrica. Ward presenta seis definiciones y
cinco teoremas, todos relacionados entre sí y comprensivos de una de sus
ideas favoritas: Ja salvación por la educación. Las definiciones de Ward por
Jo menos son congruentes con sus proposiciones fundamentales: la felicidad
es el exceso del placer sobre el dolor; el progreso es el triunfo en el empeño
de armonizar los fenómenos naturales con las conveniencias humanas; Ja
acción dinámica es el empleo del método indirecto de conación; la opinión
dinámica es un concepto correcto de las relaciones del hombre con el
universo; el conocimiento es familiaridad con el medio; la educación es la
distribución universal del conocimiento existente. Los teoremas dicen que
cada renglón subsiguiente de la lista es un medio directo para el que le
precede inmediatamente
EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO 106

y un medio indirecto para los demás renglones. De acuerdo con esto, el


progreso es el medio directo para la felicidad, mientras que el conocimiento y
la educación son medios indirectos para el progreso y la felicidad. Estos
teoremas no están demostrados, ni pueden ser demostrados. En lugar de
demostraciones, Ward ofrece alegatos muy elocuentes dirigidos a los
sentimientos de los lectores. No obstante, en Sociología dinámica el
evolucionismo psicológico de Ward, que subraya la importancia del
conocimiento y de Ja previsión, se muestra en forma más prístina que en
Sociología para, donde estudia el progreso dentro del campo de la genética, no
de la télica.
En su estudio de ¡a dinámica emplea Ward el concepto de telesis, segundo
agente de los cambios sociales. Expone las diferencias y las relaciones entre
génesis y telesis: los grandes agentes de la sociedad son el dinámico y el
directivo. Las fuerzas sociales (agente dinámico) son fuerzas naturales y
obedecen a leyes mecánicas. Son impulsos ciegos. Esto es cierro aun respecto
de las fuerzas espirituales. El agente directivo (que aparece en la telesis) es
sensación o ¡dea indiferente. No es una fuerza, y sin embargo, su influencia
es inmensa. La mente puede concebir ideales de perfección. Ésa es la
imaginación creadora. La mente no puede hacer algo de nada. Pero con esos
materiales no sólo puede reconstruir, sino también construir. 6
También destaca Ja facultad racional del hombre: "El agente directivo es
una causa final... Una causa final está siempre más o menos lejana del fin...
El fin es visto [conocido] por la mente. Se sabe también que existe alguna
propiedad o fuerza natural y se percibe su acción sobre las cosas materiales, .
. [El cuerpo se adapta} a dejarse mover de tal manera, que la fuerza natural
conocida lo impulsará hacia d fin percibido." 8 A pesar del mal uso que en el
se hace de terminología filosófica, ese enunciado es una formulación
razonable, de sentido común, del modo como las ideas (el conocimiento)
influyen sobre la actividad humana en la sociedad. No obstante, resulta
difícil comprender cómo podía Ward considerar genéticos y no télicos
principios como el de la innovación basada en la invención, y el de la
conación o esfuerzo social. Tal conclusión se debe probablemente a la
defectuosa psicología de fines del siglo xix, que tendía a dividir la mente en
compartimientos. En consecuencia, las ideas, entre ellas los ideales de
perfección, tan importantes en la telesis, no podían ser llamadas a trabajar
dentro de un mismo sistema

t P. 82. 6
P. 467.
107 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

con los sentimientos y las conacíones. Esta concepción complica y aun


debilita innecesariamente el sistema de Watt!.
Quizás fue más afortunada la capacidad expresiva y clasificadora de
Ward cuando, en Sociología dinámica, distingue enere conación directa e
indirecta. La conación directa se refiere al uso de la fuerza muscular del
organismo; sus leyes son las mismas del movimiento. Cuando la conación es
indirecta, [os obstáculos que se interponen son evitados mediante rodeos (a
base de conocimiento). La conación directa es estéril, no da resultados; ía
conación indirecta es mucho más eficaz. Ward creía que había un señalado
avance en la esfera del gobierno de los métodos de la conación directa hacia
los de la conación indirecta. La legislación impuesta por coacción, expresión
de la fuerza bruta del gobierno, tiende a dejar lugar a la legislación arrayente
que ofrece recompensas a la ejecución de actos que el Estado reputa
beneficiosos. Como ía conación indirecta se basa en el conocimiento, la
educación la hará más fácil y más frecuente. Por lo tanto —insiste Ward— la
educación debe ser obligatoria y universal.
En su análisis de la telesis, Ward anda muy cerca de considerar a la
cultura como materia importante del estudio sociológico. Para él Ja
sociología es el estudio de las realizaciones sociales. Llamaba civilización a la
suma total de las realizaciones humanas a Ta luz cumu-Jativa de[
conocimiento, y rechazaba la palabra cultura, que le parecía referirse a las
humanidades. Para él, la realización humana implicaba continuidad, de
suerte que podía hablar de productos de dicha realización, entre Tos cuales
mencionaba los bienes materiales, los sistemas militares, los sistemas
políticos, los sistemas jurídicos, los sistemas industriales y las instituciones.
Ahí, aunque en forma rudimentaria, están algunos de Jos rasgos
fundamentales que hoy reciben el nombre de cultura. En esa forma se
anticipó Ward a uno de los aspectos sobresalientes de la sociología del siglo
xx, a saber, la importancia concedida a la cultura.

Juicio retrospectivo de Ward

Las respuestas que dio Ward a Jas cuestiones fundamentales de la teoría


sociológica pueden resumirse brevemente en los siguientes términos :
Primero, no formuló nunca una definición de la sociedad, dando por
supuesto que es cosa en la que todo el mundo está de acuerdo. Hizo muchas
observaciones interesantes relativas a la cultura, em
EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO 108

picando la palabra civilización, que para él era la realización cumu-lativa y


duradera de Ja mente humana.
Segundo, lo que tomó como unidad para el análisis sociológico fue la
fuerza social, que identificaba con el sentimiento como productora de
energía impulsora. Destacó también otra unidad: el acto individual de
imaginación creadora. Las estructuras sociales nacen y cam* bian medíante
una combinación de acción dinámica, basada en. el sentimiento, y de
imaginación creadora.
Tercero, para Ward, como para otros evolucionistas consecuentes, ei
estado de la sociedad en un momento dado y ía dirección del cambio social
están determinados por la etapa evolutiva en que se encuentra. Pero esta
proposición no está tan sólidamente concebida en los escritos de Ward como
en otros sistemas sociológicos de tipo evolucionista, a causa de la
importancia que concede a Ja síntesis creadora, poder primordial de la
evolución, y de la existencia de factores psíquicos de civilización que
caracterizan las etapas finales de la evolución cósmica.
Cuarto, Ward no se planteó nunca explícitamente el problema de las
relaciones de ía personalidad con la sociedad y con la cultura, £1 hombre
está sumergido en el proceso genético, pero al mismo tiempo influye en ese
proceso por la telesis. "El medio transforma al animal, mientras que el
hombre transforma el medio".7
Quinto, para Ward la sociología es la ciencia de las ciencias, una síntesis
creadora de todas las ciencias. El difuso contenido de sus tratados
sociológicos está en conformidad con esa opinión.
¿Qué importancia tiene la sociología de Ward en la perspectiva histórica?
Ward mismo consideraba las innovaciones siguientes como sus aportaciones
más valiosas: la ley de la agregación, distinta de Ta evolución; la teoría de las
fuerzas sociales; el contraste entre las fuerzas sociales y la influencia del
medio; la superioridad del proceso télico sobre e[ genético; la demostración
de ¡a necesidad de la igualdad ante la educación. Aún pueden enumerarse
más aspectos valiosos de la obra de Ward a la luz de los progresos ulteriores:
la importan-cía que concede al elemento psíquico en ks relaciones
interhumanas, en especial la acción télica; el señalar las realizaciones
humanas como la materia adecuada de la sociología; k afirmación de k
posibilidad del progreso racional humano mediante k pkneación social y k
educación; muchas formulaciones sugestivas concernientes a sociología pura
y aplicada, sobre las relaciones entre la estática y k dinámica
1 P. 16.
109 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

(en especial las relaciones de estructura y de función); y el negar que ¡a


cuantificación sea un requisito de Ja ciencia.
La teoría sociológica de Ward es más fBottffifit que empírica, por cuanto
compañía la creencia popular de su tiempo en la evolución cósmica como
ley suprema del devenir social y explicaba los fenómenos sociales a base de
una teoría sobre la realidad total. Pero esa acritud estaba mitigada por la
importancia que concedía a la característica única, de la evolución social
enraizada en la facultad racional del hombre. Su teoría de las fuerzas
sociales encarnaba la opinión de que la sociología puede desenvolverse
tomando por base la concepción de una acción mecánica entre las acciones
humanas promovidas por el sentimiento, posición hoy inaceptable. Sus
esclarecedoras opiniones acerca de la telcsís fueron un tanto confusas a
causa de la defectuosa psicología de su tiempo. Con frecuencia es
inconsecuente y sus Libros están mal organizados. No obstante, por la
penetración, la frecuente brillantez y k gran erudición de su autor, ks obras
de Ward. siguen siendo más legibles que la mayor parte de los trabajos
sociológicos escritos en k misma época.

Conceptos fundamentales de Giddings

Franklin H. Giddings (1855-1931) nació en Shcrman, Connecticut. Aunque


estudió ingeniería en el Union College, empezó a ganarse la vida como
periodista, trabajo que le permitió penetrar en muchas situaciones sociales
diferentes. En 1888 fue nombrado conferenciante (y después profesor) de
política en Bryn Mawr College, cargo que abandonó seis años más tarde
para ser profesor de sociología en. k Columbio. Univcrsity.
Las aportaciones sociológicas de Giddings son dobles. En sus primeras
obras fue esencialmente un evolucionista psicológico. En sus escritos
posteriores acentuó, sin abandonar el evolucionismo, el cuan-titatívismo y el
conducrismo. De esa manera Giddings fue uno de los padres fundadores de
Ja tendencia neo-pos¿i¿vista en sociología que floreció en el segundo cuarto
del siglo xx. Aquí sólo nos compete examinar su primera teoría,
especialmente mi como está expuesta en los Principies of Sociology (Principios
de sociología, 1896), su obra maestra, y hábilmente abreviada y un tanto
modificada en los Ele-tnents of Sociology (Elementos de sociología, 1898),
Como tantos otros investigadores sociales de su tiempo, Giddings aceptó
k teoría evolucionista como una verdad evidente por sí misma.
EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO 110

Para él, lo mismo que para Spencer y Ward, la evolución era la ley suprema
del devenir en todas las esferas de la realidad. Afirmó explícitamente, con
referencia a Los primeros principios de Spencer, que la evolución social es un
aspecto de la evolución cósmica. En consecuencia, Giddings creía
innecesario buscar un principio nuevo de interpretación objetiva; bastaba la
evolución a través del equilibrio de la energía- El influjo de esta opinión
sobre la obra de Giddings es muy fuerte. Igual que Spencer, enfoca los
problemas de la evolución social desde los campos de la biología y la
etnología y busca en ellos pruebas convincentes de los hechos sociales.
Peto, a diferencia de Spencer y de acuerdo con Ward, Giddings creía que
la sociedad es en esencia un fenómeno psíquico, aunque el proceso psíquico
a su vez esté condicionado y limitado por un proceso físico. Así, las leyes
sociales son en primer lugar las leyes de un proceso psíquico, pero cu
segundo lugar son las leyes de la limitación social por un proceso físico. Esta
posición complica la sociología de Giddings, pues se ve constantemente
obligado a alternar entre leyes psíquicas y leyes físicas y a explicar sus
mutuas interacciones. Giddings daba por sabido que existen leyes sociales y
que pueden ser formuladas con la misma precisión que las leyes de los
fenómenos naturales.
No obstante, concedía especial importancia a las leyes del proceso
psíquico básico. Siguiendo la dirección de Ward, creía que la clave para
explicar los fenómenos sociales es la volición. Buscó, además, un móvil o
principio único que caracterice al individuo consciente tomo ser social y que
determine las relaciones sociales en cuanto volitivas. Aún no se ha
descubierto —decía— ese principio. Tras un breve examen de las
aportaciones de sus grandes contemporáneos: Novicow, De Greef, Tarde y
Durkheim, sostuvo que sus explicaciones de la sociedad pecaban o de
demasiado angostas o de demasiado amplías. Puesto que el contrato
(señalado por De Greef)* y la alianza (señalada por Novicow) son
características especiales de la sociedad, y la imitación (ley fundamental de
Tarde) y la impresión (subrayada por Durkheim)9 son fenómenos más
generales que la sociedad, es necesario hallar un principio intermedio entre
ésos. Este principio es la conciencia de índole, frase acuñada por Giddings,
aunque reconocía expresamente su deuda con Adarn Smith, quien, en su
Teoría

I Guillmume de Grwf, mciólngo belga (1342-L974), autor de una Introducción d la


rociolt/^ía (18S6).
V V«abac capítuL* 7 r H y 9.
EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO III

de los sentimientos morales (1759) había señalado la importancia de la simpatía


reflexiva en la vida social.
La conciencia de índole, según Giddings, es un estado de conciencia en el
que todo ser reconoce a otro ser consciente como de su misma índole. La
conciencia de índole puede ser consecuencia de la imitación o de la
imposición (coacción). Pero no es una mera consecuencia, pues también
puede iniciar contratos y alianzas y otros fenómenos sociales. Por lo tanto, la
conciencia de índole satisface los requisitos del concepto intermedio que
Giddings buscaba. Además, realiza la función de delinear la conducta social
derivada de tipos similares de conducta, a saber, económica, política o
religiosa.
La conciencia de Indole es un estado mental agradable que comprende la
simpatía orgánica (subconscienre), la percepción de las semejanzas, la
simpatía reflexiva, el cariño, y el deseo de reconocimiento. Unidas mediante
la conciencia de índole —dice Giddings—, las mentes individuales actúan las
unas sobre las otras de tal manera que sienten simultáneamente las mismas
emociones, llegan a los mismos juicios y a veces obran de concierto.
Mediante esa interacción nace la mente social.
La mente social no es para Giddings una mera abstracción o ficción, sino
algo concreto, aunque exista sólo en. las mentes individuales. La mente
social —advierte en una ocasión— es la actividad mental simultánea de dos
o más Individuos en comunicación los unos con los otros, el acuerdo de las
emociones, ¡os pensamientos y las voliciones de dos o más individuos en
comunicación.
Aunque Giddings parece haber experimentado el influjo de Durk-heim
(véase el capítulo 9), £io dio a la mente soda! el lugar predominante que
Durkheim asignó a la mente colectiva. Los hechos sociales registrados por
Giddings bajo ese encabezamiento hoy suelen explicarse por referencia a la
cultura como un sistema fijo de modos estandarizados de pensar y de actuar,
sin recurrir al engañoso concepto de la mente social. También ha sido
abandonada la noción de la conciencia de índole, que gozó de mucha boga
durante varios años. Pero en la obra teórica de Giddings la conciencia de
índole fue el concepto central en torno del que había de constituirse el
sistema de la sociología, dando por supuesto el postulado fundamental de la
evolución.

Sociología: Su naturaleza y métodos


La sociología no es para Giddings una ciencia abstracta. Puesto que los
primeros principios de la evolución son concretos, la ciencia que los
EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO U3

formula debe ser concreta. La sociología es una presentarión descriptiva,


histórica y explicativa de la sociedad considerada como una realidad
concreta. En la base de esas proposiciones se encuentra una vez más la
creencia de los evolucionistas en que la evolución es una para toda la
humanidad. La sociología es, por lo tanto, la exposición de un proceso único
y que no se repite, aunque sus elementos pueden ser recurrentes.
Al definir la sociología como una ciencia concreta, Giddings seguía a
Spencer; pero difiere de éste al determinar la clase de relaciones que existen
entre la sociología y Jas otras ciencias sociales. Para Giddings la sociología es
una ciencia general de todas las clases de fenómenos sociales y estudia los
atributos que son comunes a todas las subclases, (Esto es una anticipación
notable, aunque incompleta, de la definición de Sorokin citada al principio
de este libro.) Como ciencia general, la sociología es ciencia de elementos y
de primeros principios. Esta concepción, como el lector recordará, es casi
idéntica a nuestra primera formulación de la teoría sociológica misma*
La definición formal de Giddings no permite penetrar mucho en lo que
realmente hace La ciencia. Esa definición formal se completa con otra; Ja
sociología es la interpretación de los fenómenos sociales en relación con la
acción psíquica, la adaptación orgánica, la selección natural y la
conservación de ía energía. De los cuatro elementos aquí mencionados, sólo
el primero se relaciona con el proceso psíquico qne, según Giddings, es
básico en la vida social. Los otros tres se relacionan con el proceso físico
limitador; dos (el segundo y el tercero) están expresados de acuerdo con el
darvinismo social, mientras que el último recuerda las opiniones de Spencer
expuestas en Los frt meros principios.
Puesto que La sociología es primordial mente el estudio de la evolución
de la humanidad desde sus orígenes hasta su presente estado de
civilización, el principal método suyo es histórico o retrospectivo. Un serio
problema metodológico lo constituye la manera de determinar
aproximadamente las características de los hombres primitivos. Esto puede
hacerse primordial mente suponiendo un paralelismo entre los hombres
primitivos y los salvajes actuales. Pero, a diferencia de muchos
evolucionistas, entendía Giddings que el problema no era nada sencillo, ya
que reconocía diferencias esenciales en la situación de unos y otros y admitía
la posibilidad de que muchas sociedades primitivas contemporáneas estén
en proceso de decadencia. En consecuencia, la retrospección histórica debe
complementarse con la de
113 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

flucción, con el detenido estudio de las posibilidades psíquicas y de la


síntesis psicológica. Giddings rechaza expresamente la analogía orgánica,
que es uno de los métodos empleados por Spencer.
Giddings se interesó de un modo característico por la división interna de
la sociología. Se une a Ward cuando rechaza la identificación de la estática
social con la estructura y de la dinámica social con el funcionamiento de los
grupos humanos. Este funcionamiento —dice Giddings—, es una parre más
de la estática y puede llamarse científica. La dinámica sólo aparece cuando se
modifica la función o se transforma la estructura. Podrían dirigirse estas
interesantes observaciones a muchos sociólogos contemporáneos que
emplean la frase "análisis estructural-funcional" y se inclinan a identificar el
funcionamiento con la dinámica.

Estática y cinética

Como la mayoría de los sociólogos evolucionistas, no llegó Giddings a


elaborar una teoría detallada de la estática. No obstante, distinguía la
composición social de k constitución social, algo a la manera del
Gemcinschaft md Gesdlschaft de Eerdinand Toennies (véase capítulo 8). La
composición social es el producto natural de las actividades fisiológicas y
psicológicas de los individuos, supfcmentadas por ía selección natural. Los
grupos se forman inconscientemente, y sus formas quedan establecidas
antes de que la mente social empiece a reflexionar sobre ellas. Del otro lado,
la constitución social es la organización de los miembros individuales de la
sociedad en asociaciones especializadas para el logro de diferentes fines
sociales. Giddings no elaboró claramente esta dicotomía. La agrupación más
sencilla incluida en el concepto de composición social es la familia. De la
agrupación de familias nacen dos tipos más amplios de agrupaciones: uno
étnico (basado en parentesco real o supuesto), tales como la horda, la tribu,
el pueblo; otro demótico, que se mantiene unido por las relaciones
habituales, ios intereses mutuos y la cooperación, más que por el parentesco.
Entre las agrupaciones demóticas se cuentan los vecindarios) Jas divisiones
locales como los distritos, las ciudades y los Estados. Pero Giddings también
trata al Estado como una de las manifestaciones más importantes de ía
constitución social.
La teoría de Giddings sobre la estática comprende también las divisiones
de clase dentro de la sociedad. Contrariamente a la opinión que prevalecía
en su tiempo, creía que las clases económicas son di
EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO U3

visiones .secundarias de la sociedad, mientras que las clases (en el sentido de


categorías más bien que de grupos sociales) basadas en las diferencias físicas,
mentales y morales de los individuos, son de primordial importancia. En su
opinión hay cuatro verdaderas clases societarias: la social (correspondiente a
la élite o minoría), U asocial (las masas), la seudosocial (formada por los que
dependen de la ayuda de otros) y la antisocial (los delincuentes).
Las opiniones de Giddings sobre la tradición completan su teoría de Ja
estática. Identifica la tradición con la memoria social o las ideas heredadas, y
explica este fenómeno como la ocupación simultánea de las mentes de
muchos individuos en ciertas creencias, preceptos, máximas y hechos de
conocimiento transmitidos por las generaciones anteriores. Como Ward,
Giddings se acercaba en esto al concepto actual de ía cultura, sin usar la
palabra misma ni reconocer claramente las propiedades de la cultura. En el
cuerpo total de la tradición distingue tres grandes órdenes: el económico,
basado en el aprovechamiento; el jurídico, que descansa sobre Ja tolerancia; y
el político, con sus raíces en la alianza y la obediencia. Hay también órdenes
secundarios: el personal (las creencias sobre el cuerpo y el alma), el estético y
el religioso; y órdenes terciarios: el teológico, el metaffsíco y el rienrífico, que
aparecieron después que los dos primeros.
Giddings intentó, no con mucho éxito, sistematizar los conocimientos
sobre lo que llamaba cinética social. Como era natural en un hombre que
vivía en el clima intelectual del darwimsmo social, creía que el antagonismo
era el modo universal de acción. Pero el antagonismo es auto-limitador: la
mayoría de los individuos son demasiado iguales en fuerza para que uno
espere vencer al otro. El equilibrio de fuerzas se somete, no obstante, a
prueba de tiempo en tiempo. Pero la prueba termina inevitablemente en un
equilibrio basado en la tolerancia, y así la tolerancia y la justicia se originan
en la fuerza.

Dinámica

Giddings desarrolló de manera más completa el aspecto dinámico de su


sociología: el estudio de la genética social. Este estudio requiere la
elaboración de generalizaciones relativas a los modos y mecanismos de la
evolución, y la descripción de los procesos concretos de ia evolución
humana.
Las condiciones de la vida exterior -—dice—, tienen por consecuencia la
formación de agregados sociales. Dentro del agregado apa
EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO 115

rece la conciencia de índole entre los individuos parecidos y se convierte en


asociación, que reacciona favorablemente sobre los placeres y las
posibilidades de vida de ¡os individuos. Cuando los individuos se dan cuenta
de esa reacción favorable, empieza el proceso volitivo. Adquieren
importancia las preferencias individuales y sociales. De la diversidad de
relaciones y actividades que se intentan, algunas resultan atractivas y son
preferidas. Pero aquí reaparece el proceso físico. Puesto que las preferencias
pueden ser insensatas y dañinas o discretas y beneficiosas, muchas de ellas
no sobreviven en Ja lucha por la existencia. La naturaleza rechaza Tas
preferencias dañinas, algunas veces con la extinción de toda una sociedad.
Estas opiniones, que reflejan una vez más el darwinismo social, son muy
análogas a Jas de Sumner, salvo que Giddings insiste en el carácter consciente
y volitivo de las preferencias.
Como las preferencias dañinas son rechazadas por la selección natural, la
teoría del cambio social puede concentrarse en las preferencias inteligentes.
Aquí encontramos la ley de Giddings: Una comunidad tiende a perfeccionar
su tipo sometiéndose al concepto predominante de un bien ideal. (En el
lenguaje sociológico moderno esto quiere decir que todo grupo grande recibe
la influencia del ideal social que acepta.) Al desarrollar esta ley, Giddings
subraya que las bases de las preferencias sociales racionales son los valores
sociales, que él define como valuaciones sociales de cierras satisfacciones,
relaciones, modos de actividad y formas de organización social. El objeto
supremo de los valores sociales es bueno C Q sí mismo. Es notable el empleo
que hace Giddings de la frase "valor social". Hasta hoy no ha tenido genera!
aceptación.
Como ya se ha señalado, Jas leyes de la preferencia social que pertenecen
al aspecto psíquico o volitivo de la sociedad, están limitadas por las leyes
físicas de la selección natural y de la supervivencia. La ley de la selección
natural se formula en relación con la supervivencia de Jos más aptos; la
aptitud social se identifica con la posesión de cualidades intelectuales y
morales, entre ellas la simpatía y el afecto. La ley de la supervivencia toma la
siguiente forma: sobrevivirán los valores que se adapten a un conjunto de
valores que es cada vez más compleja y armonioso. Este enunciado es una
nueva formulación del concepto spenceriano de la evolución, con la
consideración debida al proceso evolutivo, tan importante en la teoría de
Giddings.
Los escritos de Giddings sobre el proceso concreto de k evolución están
redactados en términos que recuerdan los neologismos de Ward.
11 6 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

La sociedad, prehumana y humana —dice Giddings—, ha pasado por las


cuatro etapas fundamentales de ¡a zoogenía, la antropogenia, la etnogenia y
la demogenia. La asociación zoogcnica es una relación social primitiva que
desarrolla las formas de la vida animal; la asociación antropogéníca es una
relación más variada que creó la mente humana. Las relaciones organizadas
que crearon un pueblo se llaman asociación etnogénica, en tanto que la
asociación demogénica se refiere a las relaciones, a la vez diversas y
organizadas, que tienen por consecuencia los grandes pueblos civilizados.
La civilización, pues, corresponde a la etapa demogénica de )a evolución
humana. A base de preferencias diversas, en el experimento histórico
aparecen tres tipos de civilización: el militar-religioso, el liberal-jurídico y el
económico-ético. La civilización económico-ética ofrece dos variedades: la
persecución infatigable de fines materiales (camino peligroso), o el
predominio social de metas morales e intelectuales, como en la democracia
del antiguo Estados Unidos.
En opinión de Giddings, el progreso es un hecho indiscutible. Ob-
jetivamente, el progreso se manifiesta en la multiplicación de relaciones, en
d aumento de bienestar material, en el crecimiento de la población, en la
evolución de la conducta racional. Subjetivamente, se Je advierte en la
expansión de la vida moral e intelectual. Estas opiniones convengan muy
bien con el clima intelectual de fines del siglo xix, cuando la creencia
optimista en el progreso era un dogina rara vez discutido.
Hemos condensado la sociología genética de Giddings en unas pocas
proposiciones, Él mismo, intentando una reconstrucción detallada del
pasado sociat del hombre, amontonó conjetura sobre conjetura, todas
plausibles pero ninguna demostrable ni refutable. Contesta a la pregunta:
¿Cómo pudo haber ocurrido?, y no a esta otra: ¿Qué sabemos acerca de lo
que ocurrió? Sin embargo, debe reconocerse que esta desviación del canon
de La ciencia aun no ha desaparecido del todo en la actualidad.

Juicio retrospectivo de Giddings

En relación con Jos problemas fundamentales esbozados en el capítulo


primero, la sociología de Giddings en su primera fase (hasta comienzos de
siglo aproximadamente) puede formularse como sigue: Primero: La
sociedad es un grupo de hombres unidos por la conciencia de índole. Las
mutuas relaciones entre las mentes así unidas
EVOLUCIONISMO PSICOLOGICO 117

produce la mente social, expresión que significa cultura, sobre poco más o
menos. Pero este concepto sólo incidenta luiente es estudiado con el nombre
de tradición.
Segundo: En la sociología de Giddings la unidad de investigación CB el
sorius, o el hombre relacionado con otro hombre mediante la conciencia de
índole.
Tercero: El principal factor determinante del estado de una sociedad y de
Los cambios sociales es psíquico; pero su acción está limitada por las
condiciones físicas de la existencia humana, especialmente por los procesos
de selección y superv i vencía.
Cuarto: El problema de las relaciones entre el individuo y la sociedad no
está claramcnre planteado. La importancia concedida al factor psíquico
parece reservarle al hombre el papel de crear y moldeat ia sociedad, aunque
dicho papel está limitado por los procesos biológicos que acaban de
mencionarse.
Quinto: Se define la sociología como la más general de las ciencias
sociales; no obstante, es una ciencia concreta, no una ciencia abstracta. El
método principal es la reconstrucción histórica, el cual, en manos de
Giddings, es en gran parte un procedimiento ilimitadamente conjetural, que
se basa de un lado en unos pocos conocimientos comprobados y del otro en
una psicología de sentido común.
En el desenvolvimiento general de la teoría sociológica, Giddings debe ser
considerado como uno de los evolucionistas más talentosos y brillantes.
Como su teoría está tan profundamente impregnada del postulado de la
evolución, queda muy poco de ella si se rechaza ese postulado, y ése es el
caso, según la mayor parte de los especialistas.
Sin embargo, perduran algunas aportaciones de Giddings. Hay que citar,
en primer lugar, la importancia que concedió al componente psíquico de la
sociedad y de la cultura, y su demostración de la imposibilidad de llegar a
comprender la sociedad humana y sus realizaciones por analogía con
sistemas mecánicos o biológicos. En este respecto, Giddings prolongó una
línea de ideas que inició Ward y que Tarde desarrolló independientemente.
Así, Ja orientación que culmina en ios escritos de Charles H. Cooley, W. I.
Thomas y Talcotr Par-sons, entre otros, se remonta, en parte a] menos, a
Giddings. En segundo lugar, formuló una definición de la sociología
sugestiva, y para muchos aceptable, y expuso valiosas opiniones sobre la
división de esa ciencia en estática y dinámica. En tercer lugar, Giddings fue
uno de los primeros sociólogos que señalaron la importancia de ios valores
en k vida social del hombre. i
CAPÍTULO 7

OTROS EVOLUCIONISMOS Y EL ORGAN1CISMO

El darwinismo social y el evolucionismo psicológico fueron tendencias de


inspiración marcadamente spencemna, no obstante Jas numerosas
diferencias que hay entre esas dos escuelas y la teoría de Spencer. Pero el
evolucionismo no brotó sólo de la mente de Spencer, Comte y Marx fueron
evolucionistas a su manera, como lo fueron, en cierta medida, otros muchos
que hicieron aportaciones a Ja primitiva sociología. No es sorprendente que,
con rodas esas influencias, hayan surgido en el segundo período del
desenvolvimiento de la teoría sociológica nuevas variedades de
evolucionismo.

Loria: Evolucionismo económico

El evolucionismo económico está representado en numerosas obras, la más


importante de las cuales es El origen de la familia, de la propiedad privada y del
Estado (véase pág. 72), de Engels, y por numerosos patrocinadores, el más
representativo de los cuales es el economista italiano Achille Loria
(1857-1943). En sus Bases económicas de la sociedad (1886) intenta Loria
demostrar la tesis de que la disminución gradual do tierra libre (tierra que
aún no se ha apropiado nadie) es el factor básico del desarrollo evolutivo
social. Con este argumento esperaba Loria reemplazar con un factor tangible
y comprensible la fuerza misteriosa e inmanente que, en las obras de los
marxistas, se supone que impulsa a la sociedad hacía adelante.
La tesis de Loria tiene sus raíces en el supuesto de que la historia antigua
y medieval se repetía en la historia de las colonias de América. En ambos
casos, mientras la tierra fue libre no hubo división de la sociedad en clases ni
actuaron fuerzas restrictivas tales como la moral, Ja ley o la religión. Al
empezar los particulares a apropiarse la tierra, la esclavitud se convirtió en k
institución predominante. La fase siguiente, determinada por el avance del
mismo proceso de apropiación, se caracterizó por la organización obligatoria
de ios trabajadores: k servidumbre en las zonas rurales, y las guüdas y los
gremios en las ciudades. Cuando toda o k mayor parte de la tierra pasó a ser
propiedad particular, surgió el capitalismo, caracterizado por Ja institución,
de la mano de obra libre. Loria reconoce las numerosas diferencias que
existen entre ks mentalidades de los mundos antiguo
118
OTROS EVOLUCIONISMOS Y EL GRGANICISMO H9

y medieval de un lado y el colonial de otro. Pero sostiene que esas


diferencias, al no haber afectado al desenvolvimiento social, revelan que la
influencia de los factores psicológicos es superficial.
El libro de Loria contiene otras muchas cosas discutibles. En su opinión, ia
obra del Dante refleja Ja posición social y económica de las "viejas familias"
de la burguesía florentina; la de Petrarca, la de las "familias nuevas"; y U de
Boccaccio la de la plebe. Las diferentes fases del desarrollo de la religión, de
la moral, del derecho y del Estado no hacen sino reflejar las diferentes fases
de ía apropiación de Ja tierra. La religión y la moral actuaban para mantener
sometidos a los esclavos, y las complementaba un terrorismo desorganizado.
La supresión de ios siervos y de los artesanos exigió un sistema moral dual:
una moral para las clases oprimidas, a quienes se exhortaba a despreciar la
pobreza y demás males de su existencia terrenal; otra moral para las clases
superiores, a quienes solamente se enseñaba a no ir demasiado Jejos, por
miedo a una rebelión en masa de la plebe. La fase del capitalismo se
caracteriza por un desenvolvimiento más pleno del derecho y del Estado, y
por el nacimiento de una nueva fuerza restrictiva: la opinión pública.
La definición que Loria da de la sociología está estrechamente relacionada
con esas opiniones. La sociología es una ciencia intermedia entre la economía
y las ciencias del derecho, de la moral y de la política. Su misión principal
consiste en establecer correlaciones entre los cambios que tienen lugar en Jas
condiciones económicas básicas y h& modificaciones de la moral, el derecho y
la política. Aunque este concepto de la sociología contribuye a poner de
manifiesto las interconexiones muchas veces olvidadas u oscuras que existan
entre los diferentes aspeaos de la sociedad —lo cual es siempre una tarea im-
portante de la sociología—, incurre, no obstante, en el error de identificar los
fenómenos económicos con las relaciones sociales mismas. Esta infortunada
identificación se encuentra repetidamente en los escritos de los evolucionistas
económicos.

Veblen: Evolucionismo tecnológico

El evolucionismo tecnológico es una modificación del evolucionismo


económico y está muy bien representado en la obra de Thorstein Vcblen
(1857-1929). Veblen nació en Wisconsin, estudió en las universidades de
Johns Hopkins, Yale y Cornell, a partir de 1892 desempeñó varios cargos
docentes y en 1899 publicó La teoría de la clase
OTROS EVOLUCIONISMOS Y EL ORGANICISMO 120

ociosa, ía más famosa de las obras que publicó. Las opiniones teóricas
fundamentales do Veblen pueden resumirse con brevedad.
Los grandes medios de habituación y de disciplina mental en la vida
humana son las diversas clases de trabajo de que viven los hombres y fas
técnicas asociadas con ellas. Veblen intentó demostrar que las relaciones
sociales y la cultura humanas son moldeadas por la tecnología. El hombre
tiene ciertos instintos constantes, pero las costumbres a que dan nacimiento
esos instintos varían de acuerdo con las cambiantes posibilidades de
expresión que proporciona el medio material, En una palabra, el hombre es
lo que hace.
La evolución de la sociedad es, pues, esencialmente un proceso de
adaptación mental de los individuos bajo la presión de circunstancias que ya
no toleran ios hábitos formados anteriormente. La readaptación se hace
lentamente y de mala gana bajo la coacción de las situaciones nuevas. La
facilidad de adaptación depende del grado en que los individuos están
expuestos a las fuerzas coercitivas del medio. Toda dase social protegida
contra la acción ¿el medio adaptara más tardíamente sus opiniones a las
situaciones cambiantes y tenderá así a retardar la transformación rota! de la
sociedad. La clase ociosa es precisamente ese sector retardataria del orden
social.
Puede considerarse roda sociedad como un mecanismo industrial, cuyos
elementos estructurales son sus instituciones económicas. Hay una estrecha
correspondencia enere la cultura y la tecnología que constituye su base. El
régimen feudal fue un sistema de fuerza humana adiestrada y organizada
según un plan de subordinación de unos hombres a otros hombres. En el
nuevo régimen de la sociedad industrial, ¡as fuerzas mecánicas toman el
lugar de la fuerza humana. La nueva tecnología destruye la antigua
organización de la sociedad.
La marcada influencia de Veblen sobre otros escritores —especialmente
sobre los sociólogos. Jos historiadores y los economistas— ha persistido y
continúa en la actualidad. Pero su evolucionismo tecnológica ha ejercido
mucha menos influencia que su incisiva e irónica pintura de la conducta de
la clase ociosa y de la competencia por emular a dicha clase que se desarrolla
entre casi todos los demás sectores de la sociedad. Numerosos escritores han
encontrado orientaciones muy sugestivas en ios estudios sistemáticos que
hace Veblen de instituciones económicas del capitalismo tales como el
absentismo, y en su insistencia sobre el contraste y el antagonismo
fundamentales entre k clase predatoria (negocios, intereses creados, sectores
protegidos) y la ciase industriosa (el hombre común, las clases trabaja
121 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

doras) de la sociedad- Según Veblen, esas divisiones tienen sus raíces en Jas
condiciones tecnológicas. Su concepto de la tecnología como vanguardia y
guia del proceso evolutivo encontró nueva expresión en el concepto del
retardo de la cultura desarrollado por William R Ogbum (véase capítulo
1 5 ) y popularizado por escritores como Harry Elmer Barnes.

Coste: Evolsmonismo demográfico

El evolucionismo demográfico de Adolphe Coste ( 1842-1901) no es de


inspiración marxista, sino comriana- En sus primeros años, Coste formó
parte de un pequeño grupo de positivistas discípulos de Comte; después
influyeron en él Loria y Durkheim. Sus obras más importantes son Principios
de sociología objetiva (1899) y La experiencia de los pueblos (19ÜÜ). 1
La idea principal de Coste es que un solo factor determina la evolución de
la sociedad: la creciente densidad de la población reflejada en los tipos de
aglomeraciones humanas. Describe cinco etapas evolutivas consecutivas: la
aldea, la ciudad, la metrópoli, la Ciudad capital y la capital de una
federación. A cada una de esas etapas de la evolución demográfica de Ja
humanidad corresponden etapas definidas en el desarrollo del gobierno, de
la producción económica, do la propiedad y de diversos tipos de
asociaciones humanas.
Pero Coste comprendía que su teoría no lo explicaba todo, y así tomó la
osada decisión científica de separar del total de los fenómenos sociales los
tipos que no pueden explicarse genéticamente, a saber, la religión, fa
filosofía, la literatura y las artes. Esas esferas, no susceptibles de análisis
sociológico, las estudiaría una ciencia aún no constituida a la que llamaba
ideología. La sociología y la ideología —decía Coste— investigan dos clases
distintas de fenómenos. Por una parte, los descubrimientos en el campo del
pensamiento abstracto y los actos creadores en las arres ocurren casi al azar;
por otra parte, la organización social se desenvuelve independientemente de
esos descubrimientos y actos creadores.
Los críticos de Coste han insistido con frecuencia en que la inde-
pendencia de los dos campos es sólo telativa, no absoluta. No obstante,
Coste aportó a la sociología una idea que después fue explorada por AJfred
Weber y Robcrt M. Maclver entre otros, quienes diferen-

1 El rfruJo frunce* complrm dice L'Expérjeilr dei pcvpUs al hi fr i i "■■< qn' é¡te eiilorise
OTROS EVOLUCIONISMOS Y EL ORGANICISMO 122

cían los dos campos de la civilización y de la cultura y postulan principios


diferentes para explicar su desarrollo (véanse capítulos 20 y 21).

KM: Evolucionismo religioso

Mientras Coste consideraba la religión y, en general, todas las actividades


intelectuales y estéticas de la humanidad, independientes del proceso
evolutivo, Benjamín Kidd ( 185S-191Ó), filósofo social inglés, sostenía que la
religión es el motor de la evolución. No fue Kidd, desde luego, el primero en
sustentar 3a tesis de que la religión es el factor fundamental de la historia. £1
gran historiador francés Fustel de Couknges (1830-89), autor de la obra
clásica titulada La ciudad antigua (1864), afirmaba que las ideas, y sobre todo
las ¡deas religiosas, son el motor de los cambios sociales. Pero Kidd
combinaba la importancia del factor religioso con la teoría evolucionista. En
evidente oposición a Comte, Kidd declara en su Social Evohiüon {Evolución
social, 1894) que Ja razón no puede ser la causa fundamental del progreso, ya
que la razón hace al hombre individualista y antisocial, mientras que ia
evolución ha sido primordialmente social y ha aumentado la cohesión de la
sociedad. La única fuerza que puede explicar el progreso es la religión,
provista de sanciones sobrenaturales y capaz de alimentar una moral
altruista. Es la religión la que unifica las generaciones, mantiene unidas las
sociedades y salva a las civilizaciones amenazadas de graves peligros- Fue la
religión la que evitó la desintegración social completa en los primeros siglos
del cristianismo; fue una base religiosa la que sustentó toda la grandeza de
los últimos tiempos de la Edad Media; fue asimismo ía religión, en k forma
del protestantismo, la que trajo la libertad política y económica. Sólo la
religión hará posibles ulteriores progresos sociales. La importancia de Ja
religión como base del progreso es el tema de algunos autores de todas las
épocas, de lo cual pueden servir hoy de ejemplo las obras de Toynbce (véase
capírulo 20).

Novicotv

Esta rápida revista del evolucionismo de fines del siglo xix termina con k
exposición de las opiniones de Jacques Novícow (1849-1912),2

2 Hasra cieno pumo puede considerarse í Novicow como penenecienre también a Lt


escuela orgauirísra, peto su» aportaciones a dk son de cScsta importancia.
123 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

quien era de origen ruso, pero pasó la mayor parte de su vida en Francia y
escribió principalmente en francés. Su teoría está formulada ron gran
precisión en Las luchas entre sociedades humanas y sus fases necesarias (1893),
obra señaladamente evolucionista. Novkow coincidía con los darvinistas
sociales en que la lucha por la existencia es el mecanismo central de la
evolución; peco, contrariamente a las opiniones de aquéllos, creía que el
mecanismo mismo está sujeto a cambios, y en estos cambios distinguía cuatro
etapas necesarias (necesidad destacada en el título de su obra principal). En
Ja primera, la lucha humana fue principalmente fisiológica y tuvo por
consecuencia el exterminio del enemigo. En la segunda, la lucha se hizo
primordkl-mente económica, aunque se combinó con muchos aspectos de la
coacción física. En Ja tercera, el antagonismo tomó uu carácter predo-
minantemente político: la lucha por el predominio político dentro de los
Estados y entre los Estados. La etapa final se caracteriza por el antagonismo
de carácter intelectual; toma a veces la forma de guerras religiosas o de
actividad revolucionaria, pero es siempre en esencia la lucha por el
predominio de unas ideas. Novkow estaba firmemente convencido de que
las formas más rudas de la lucha social van desapareciendo gradualmente y
de que, finalmente, la lucha se reducirá a la competencia intelectual. Esto
—decía— tendrá por efecto el aumento de la justicia y de la simpatía y la
disminución del odio. Todo esto constituye, manifiestamente, una teoría más
basada en la evolución unilineal hacía el progreso. Novkow expresó la idea
un tanto spenceriana de que las cuatro fases de la evolución social no hacían
más que prolongar la línea de los conflictos químicos, astronómicos y
biológicos.
A diferencia de la mayor parte de Jos autores estudiados en este capítulo,
Novícow definió Ja sociedad y la sociología. Concebía la sociedad como un
grupo de individuos entre los cuales se han establecido relaciones vítales y
que tienen conciencia de su recíproca solidaridad En los días en que expuso
esta opinión, era muy raro que se diera importancia a la solidaridad social.
Las formulaciones de Comte estaban casi olvidadas, y La división del trabajo
en la sociedad, de Durkheim, apareció simultáneamente con la obra de
Novícow, quien definió la sociología como la ciencia general de la sociedad,
de la cual son panes o capítulos ks ciencias sociales concretas. Esto es, con
ligeras modificaciones, una nueva expresión de la ¡dea de Comte según la
cual la sociología absorbería a ks ciencias sorkles concretas.
OTROS EVOLUCIONISMOS Y EL ORGANICISMO 124

Versiones del organicismo

Mientras que las teorías evolucionistas arriba examinadas son principalmente


no spencerianas, un grupo de teorías organicisras son spencerianas, pero no
evolucionistas. Los autores de esta escuela orgameista se inspiraron en la
analogía entre la sociedad y un organismo, que es el segundo postulado del
sistema de Spencer.
Paul Lilienfeld (1829-1903) fue ciudadano ruso de origen alemán. Durante
diecisiete años fue gobernador de la provincia de Curlandia (ahora parte de
Letonia o Latvia) y en ios últimos de su vida fue miembro del Senado ruso,
alta corporación judicial y administrativa. En 1897 fue presidente del
Instituto Internacional de Sociología. Es autor de la obra en cinco tomos
titulada Ideas acerca de las ciencias sociales del ¡aturo (1873-81).
Sostiene Lilienfeld que la sociedad humana, como un organismo natural,
es un ser real. La sociedad no es sino una continuación de la naturaleza, una
continuación más alta de las mismas fuerzas que están en Ja base de todos los
fenómenos naturales, el más elevado y más desarrollado de todos los
organismos. Aunque reconocía que también hay diferencias importantes
entre los organismos y las sociedades, Lilienfeld señala muchas analogías de
detalle. Las células del organismo corresponden a los individuos de la
sociedad, los tejidos a los grupos voluntarios más sencillos, los órganos a las
organizaciones más complejas, la substancia inrercelular al medio físico, ¡que
incluye hasta los alambres del telégrafo! Las actividades económicas,
jurídicas y políticas son paralelas a los aspectos fisiológicos, morfológicos y
unitarios de un organismo. La mercancía en circulación equivale al alimento
no asimilado. Las razas conquistadoras son masculinas, las conquistadas son
femeninas; su lucha equivale a la lucha de los espermatozoos en torno del
huevo. Las personas que pasan de una sociedad a otra son análogas a los
leucocitos.
Esas analogías se convierten en identidades en la teoría de Lilienfeld. En la
sociedad —-dice—- encuentra uno exactamente Jas mismas estructuras,
órganos y funciones que en los demás organismos. Así se llega, pues, a la
conclusión de que la sociología no puede constituirse sí no es sobre la base de
la biología.
Una teoría orgánica mucho más moderada la expuso Albert G. Schaffle (
1831-1903). Nacido en Núrtingcn, en la Alemania sudoccidental, estudió
teología en la universidad de Tubbga, en la cual fue desde ISóO profesor de
economía, y en 18Ó8 pasó a Viena, donde
OTROS EVOLUCIONISMOS Y EL ORGANJCISMO 125

permaneció tres años. Tras una breve excursión por la política austríaca, se
estableció en Stuttgart, donde dedicó el resto de su vida a estudiar y escribir.
Sus principales obras en el campo de la sociología son Estructura y vida del
cuerpo social (1875-78), en cuatro volúmenes, y Bosquejo de sociología (póstuma,
1906),
Schaffle reconocía que sus opiniones habían sido influidas de manera
importante por Comte, Spencer y Lilienfeld. Aunque coincidía con Spencer
en que la sociedad no es en realidad un organismo, con frecuencia, lo mismo
que Spencer, pasaba de la analogía a la identificación. Sostenía que ia
estructura, la vida y la organización de los cuerpos sociales (una de sus
expresiones favoritas) se parecen estrechamente a las de los cuerpos
orgánicos. Aunque atribuía a la analogía orgánica gran valor heurístico,
reconocía que los cuerpos orgánicos y los sociales no son idénticos. Para él, él
cuerpo social es una individualidad viviente de naturaleza superior, el
último y más complejo equilibrio de fuerzas de nuestro planeta.
La obra de Schaffle, en particular la primera edición de Estructura y vida
del cuerpo social, no obstante sus maderadas pretensiones, contiene muchas
analogías discutibles: los edificios y las carreteras son el esqueleto del cuerpo
social; las mercancías acumuladas son la substancia intercelular; la economía
es la nutrición; el cambio de mercancías y de personas es la locomoción; el
equipo técnico es el sistema muscular; ios símbolos y las comunicaciones son
el funcionamiento del sistema nervioso; la minería, k colonización y la
propaganda corresponden a la autoafirmación y el crecimiento del
organismo.
Si Schaffie no hubiera hecho otra cosa que exponer esas analogías, su obra
no merecería ser tenida en cuenta. Pero tenía muchas más cosas que decir.
Bajo la apariencia engañosa del organkismo, contribuyó a iniciar el análisis
de la sociedad de acuerdo con un sistema. La sociología —dice— sólo puede
producir resultados valiosos si concibe k totalidad de los fenómenos sociales
como un todo orgánico. Sustituyase "todo orgánico" por "sistema" y el
resultado es una importante y comúnmente aceptada proposición de la
sociología actual.
De conformidad con esa idea básica, Schaffle enfocó su estudio sobre los
conjuntos sociales más desarrollados, los pueblos (o grupos étnicos, en k
terminología moderna) y sus comunidades. Para él, un pueblo es un grupo
duradero de personas, mentalmente vinculadas unas a otras, adscritas a un
territorio definido y capaces de desarrollar una cultura. En este concepto de
la sociedad incluía las posesiones materiales de un pueblo, opinión que
probablemente refleja su preocupa
126 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

ción por la ciencia de la economía. La suma rota! de los pueblos relacionados


por la comunicación y el contacto, aunque individualmente reflejen niveles
diferentes de evolución y desarrollo y posean peculiaridades geográficas y
etnográficas, es, para Schaffle, la sociedad.
Schaffle se interesó profundamente por el problema del método de
investigación sociológico más apropiado. Este método debe basarse tanto en
la experiencia externa como en la interna o introspección. La misión de la
sociología es formular empíricamente las relaciones causales cognoscibles en
la vida social. La principal dificultad para realizar esa misión es la
interferencia de actos arbitrarios de los individuos; pero coda acción
deliberada —dice— está causalmente determinada, y los móviles
individuales desempeñan la función, de causa. No puede concebirse la
libertad como una conducta fortuita, sino más bien como libertad de
autoexpresión. Ésta es la manera como los historiadores explican los
problemas que estudian, y los casos históricos deben formar el punto de
partida para las inducciones sociológicas, A base de un número suficiente de
inducciones, se hace posible ía deducción. De esta suerte, puede encontrarse
una ley genética unitaria que explique el nacimiento de Jas civilizaciones más
altas. Schaffle no formuló nunca por sí mismo esa ley, pero aceptó implí-
citamente una versión modificada del evolucionismo, dando especial
importancia a ia selección natural a la manera spenceriana.
Otro miembro de la escuela organicísra, Alfred Füuülée (18383912), un
francés autodidacto que no asistió nunca a una universidad, fue durante
muchos años profesor en escuelas superiores de provincias y durante tres
enseñó en la Escuela Normal Superior, de París. Debe BU fama a una serie de
libros en que expone la idea de que la sociedad es un organismo, aunque de
tipo peculiar, puesto que es contractual. Sus obras más importantes son La
ciencia social contemporánea (1880), Evolución de las ideas-fuerzas (1890) y
Psicología de las id cas-fuerzas (1893).
La teoría de Fouillée es definidamente organícista. Encuentra entre las
sociedades y los organismos analogías que se parecen mucho a las señaladas
por Spencer, pero subraya una diferencia básica: ia unidad de una sociedad
depende primordialmenre de la buena voluntad de los individuos que la
componen para compartir las necesidades colectivas. No puede haber
sociedad sin un acuerdo interno entre los individuos, sin la representación
del todo a que los individuos pertenecen. Entre los miembros de una
sociedad existe un contrato implícito, y este contrato se manifiesta en la
conducta humana.
OTROS EVOLUCIONISMOS Y EL ORGANIC1SMO 127

La representación del todo es una idea-fuerza fundamental. Las


ideas-fuerzas son engendradas por ia sociedad, sin duda alguna, peto
residen en los individuos. Esas ideas-fuerzas tienen su propia herencia
intelectual; en otras palabras, se desarrollan de acuerdo con leyes
inmanentes. Pero en cambio influyen en la sociedad en que son engendradas,
proceso que se hace especialmente manifiesto en. Ta educación.
El organicismo aparece en la obra de Fomllée en forma mitigada. Su forma
más extrema la representan los escritos teóricos de su compatriota René
Worms (1H69-192Ü). En su Organismo y sociedad (1896), Worms concibe ia
sociedad como una agregación duradera de seres vivos que ejercitan en
común rodas sus actividades. Enumera cuatro analogías entre las sociedades
y los organismos: las estructuras externas varían con el tiempo y presentan
formas irregulares; las estructuras internas experimentan un cambio
constante medíante el proteso de as imiT ación-des integración; existe una
diferenciación coordinada entre las panes; tanto los organismos como las
sociedades se reproducen a sí mismos. Puesto que la analogía orgánica es
profunda y estrecha, las concepciones sociológicas deben desenvolverse bajo
los mismos encabezamientos que ks biológicas. Hay que reconocer, no
obstante, que la sociedad no sólo es más plástica, más apta para reemplazar
las pérdidas de miembros, que ei organismo, sino también más compleja. En
realidad, es un superorganismo. Pero estas diferencias no son
suficientemente importantes para que obliguen a abandonar el análisis social
desde un punto de vista organicista.
Worms modificó sus opiniones en la séptima edición (1920) de su obra:
H'EI estudio, k experiencia y la reflexión nos han enseñado a limitar k

aprobación que al principio dimos a k analogía organicista/' Las sociedades


entran en ía existencia en el mismo nivel que los organismos y al principio
funcionan según ks mismas leyes; pero después avanzan de un modo
peculíamiente humano hacia un ideal concebido por la mente (justicia,
libertad, ilustración). En ese proceso aparecen la igualdad y la solidaridad
contractual.

Resumen

Las teorías examinadas en este capítulo no son teorías sociológicas


completas. Las del primer grupo, que representan tendencias diversas del
evolucionismo, son primordialmente intentos de hallar respuesta a esta
pregunta: ¿Qué es lo que determina el cambio social? Las respuestas son
notoriamente incongruentes entre si, pero todos los escri-
12S APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

tores de este grupo coinciden en que hay una causa fundamental de


desarrollo evolutivo a la cual pueden reducirse fácilmente rodos los demás
supuestos factores determinan tes. La teoría de Novicow es algo menos
monista que las de los otros escritores.
El segundo grupo de teorías, versiones diversas del organicismo, son
principalmente intentos para dar respuesta a otra pregunta: ¿Qué es la
sociedad? La respuesta según la cual la sociedad es un organismo confunde
manifiestamente la analogía con Ja identidad. Las opiniones de Lilienfeld y
de Worms representan Tas actitudes más radicales, en canto que las de
Schaffle y Fouíllée reveían la percepción de graves dificultades en lo que
respecta a la analogía, y de diferencias importantes entre la vida social y la
orgánica, que tratan de explicar. Las ideas de Fouillée eran más originales
que las de Schaffle, pero éste se acercó más a una teoría sistemática de la
sociedad del tipo ahora corriente.
Actualmente, salvo su versión económica, el evolucionismo en su forma
decimonónica está muerto, Pero como su muerte sobrevino en el período
siguiente del desarrollo de la teoría sociológica, pospondremos para la
cuarta parte de este libro el estudio de las causas y circunstancias de esc
fallecimiento.
El orgameismo crudo declinó antes que el evolucionismo. Schaffle y
Worms limitaron ellos mismos esencialmente sus puntos de vista
organicistas en los últimos años de sus vidas. La muerte de esos puntos de
vista también ha sido completa en casi todos los medios sociológicos, aunque
se advierte su persistencia en algunas obras del siglo XX, como las de
Oswaíd Spcngler y algunas otras. De un modo totalmente nuevo y de
acuerdo con los cánones de la ciencia empírica, la reoría funcional
contemporánea (véase capítulo 1 7 ) , uriliza la analogía orgánica, pero no se
basa en ella.
Así, pues, este capítulo ha explorado dos callejones sin salida. En la
historia de ks ideas ha habido muchos finales muertos de ese tipo, y es
preciso conocer los más importantes para evitar errores ya corregidos.
C APÍTULO 8

COMIENZOS DE LA SOCIOLOGÍA ANALÍTICA

AI mismo tiempo que florecía el evolucionismo, apareció un nuevo enfoque


analítico de ía sociología. En el último cuarto del siglo XIX cuatro hombres
hicieron aportaciones notables a esta tendencia. Uno de ellos, Durkhcim, fue
también un franco evolucionista, y en consecuencia sus opiniones deben
estudiarse separadamente (véase capítulo 9) - Los orros tres iniciadores de la
sociología analítica fueron Ferdinand Tocnnics, Georg Simmel y Gabriel
Tarde.

Toenníes
m
Ferdinand Toenníes (1855-1936) nació en Schleswig, la provincia más
septentrional de Alemania, y pasó toda su vida académica en la universidad
de Kiel, de aquella provincia. Además de notables aportaciones a la teoría
sociológica, realizó muchos trabajos prácticos excelentes y escribió informes
brillantes acerca de ellos. (En este respecto, sugirió que la sociología
descriptiva se llamara sociografia; aunque esta palabra no tuvo aceptación
general, se usa ahora bascante para denominar un tipo especial de estudio
práctico cuantitativo.)
Su obra primera y más importante fue Gemeinschaft und Gesell-schaft
(Comunidad y sociedad), publicada por primera vez en 1887 y posteriormente
en otras seis ediciones, suerte rara para un estudio de teoría sociológica. En
ella se encuentra la principal aportación del autor a dicha teoría. Sus demás
libros (el último, Introducción a la sociología, apareció el mismo año de su
muerte) contienen muchas ideas excelentes, pero ninguno de ellos ha
ejercido la influencia que Gemcinschaft und Geselhchaft. (Una traducción
inglesa de este libro apareció en 1940 con el título de Fundamental Concepts of
Sociology; a dicha traducción acompañan algunos ensayos procedentes de
otros libros de Toenníes,) Como muchos tratados Teóricos de autores
alema-ees, Gemehuchaft und Geselhchaft parece innecesariamente complicado;
pero sus ideas fundamentales pueden resumirse fácilmente.
Todas las relaciones sociales son creaciones de la voluntad humana, de Ta
cual hay dos tipos. El primero es la voluntad esencial: la tendencia básica,
instintiva, orgánica, que impulsa la actividad humana como desde atrás. El
segundo es la voluntad arbitraria: la forma de volición deliberada y finalista,
que determina la actividad humana con
129
COMIENZOS DE LA SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 130

relación al futuro. La voluntad esencial, dice Toenníes, domina la vida de las


campesinos, de los artesanos, de la gente común, mientras que la voluntad
arbitraria caracteriza las actividades de los hombres de negocios, de ios
científicos, de las personas investidas de autoridad y de los individuos de las
clases superiores. Las mujeres y los jóvenes tienden a ejercitar la voluntad
esencial, los hombres y los ancianos ia voluntad arbitraria.
Esos dos tipos de voluntad explican la existencia de dos tipos fun-
damentales de tipos sociales. Un grupo social puede mantenerse en
existencia porque la simpatía entre sus individuos íes hace sentir que esa
relación es un bien en sí misma. Por otra parte, un grupo social puede nacer
como instrumento pata conseguir un fin determinado. Al primer cipo de
grupo, expresión de la voluntad esencial, lo llama Toenníes Gemeinschají
(comunidad), y al que procede de la voluntad arbitraria Geselhchaft
(sociedad). En esta distinción puede verse un desarrollo del contraste
señalado por Comte entre unión social y combinación social. En su obra
fundamental esrudió Toenníes Jos siguientes ejemplos de Gemeinschaft: la
familia, el vecindario (en la aldea o en la ciudad) y el grupo de amigos; los
dos grandes ripos de Geselhchaft que estudió son la ciudad y el Estado.
Para Toenníes los conceptos de Gemeinschaft y Geselhchaft se refieren no
sólo a tipos de agrupación humana, sino también a fases genéricas de
desarrollo. La Geselhchaft surge, mediante la especialí-zación de las personas
y de los servicios, de la estructura de la Gemeinschaft, en especial cuando las
mercancías y los servicios se venden y compran en el mercado libre. Como
Toennics manifestó claramente su preferencia por los valores asociados con
la Gemeinschaft, algunos aurores1 han interpretado sus ideas sobre el
desenvolvimiento histórico como una teoría de la retrogresión. Toennies
negó que fuera ésa su posición. La gente —decía— muere de vejez, pero
ningún módico condenará la vejez. En sus obras posteriores reconoció la
posibilidad de invertir esa tendencia (intentado en cierto modo por d
nacionalsocialismo de Hítler), pero no por los métodos superficiales de la
oratoria y ía roma orificación del pasado.
Como la Gemeinschaft y la Geselhchaft corresponden a tipos de voluntad,
Toennies trata las relaciones sociales como manifestaciones de ellos. Las
voluntades humanas pueden entrar en relaciones múltiples, que pueden
proponerse Ta conservación del orden social o su destrucción; pero sólo las
primeras, las relaciones de afirmación re-
1 En «pedal Huraló Hofíding. filósofo danés, y vun Wiese (véase capítulo 2 1 ).
131 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

riproca, deben ser estudiadas por los sociólogos. La afirmación recíproca


misma varia de intensidad. Así, existe un estado social cuando dos personas
quieren estar en determinada relación; esa relación es generalmente
reconocida también por los demás. Cuando un estado social prevalece entre
más de dos personas, aparece el círculo. Pero sí se cree que los individuos
forman una unidad a causa de la comunidad de características naturales o
psíquicas, forman un colectivo. Finalmente, si hay organización, asignando
funciones especificas a personas determinadas, el cuerpo social se convierte
en una corporación. Según Toennies, todas estas formaciones sociales pueden
basarse ya sobre la voluntad esencial, ya sobre la voluntad arbitraria. Sin
embargo, se concibe difícilmente cómo un colectivo puede ser una Geselhchaft
o una corporación una Gemeinschaft.
Toennies expuso también una clasificación original de las normas sociales
que, aunque superada hoy, contiene muchas ideas interesantes. El derecho
—dice— consiste en las normas sociales que, de acuerdo con su sentido,
pueden aplicar ios tribunales. Las reglas morales son aquellas que, de
acuerdo con su sentido, aplica un juez ideal, ya sea personal, divino o
abstracto. La concordia consiste en las reglas que se basan en las relaciones de
la Gemeinschaft y se consideran naturales y necesarias. Las costumbres son
reglas que tienen sus raíces en prácticas tradicionales, mientras que las
convenciones se basan en acuerdos expresos o tácitos que, a su vez, se fundan
sobre metas comunes para cuya consecución se consideran medios
apropiados Tas reglas o preceptos. Resulta bastante claro que esta
clasificación de las normas sociales se relaciona estrechamente con la
distinción fundamental de Toenníes entre Jos tipos de grupos sociales. Ei
derecho y la convención son característicos de las asociaciones, las reglas
morales y la concordia, de las comunidades, mientras que las costumbres
probablemente informan ambos tipos.
La principal aportación de Toennies a la sociología fue la formulación de
una sugestiva tipología de los grupos sociales y aun de tipos de sociedad.
Con algunas modificaciones, la distinción entre Gemeinschaft y Geselhchaft es
análoga en ciertos respectos a las dicotomías que posteriormente expusieron
otros autores, por ejemplo la posición y el contrato de Henry Maine, y la
solidaridad social mecánica y orgánica de Durkheím (véase capítulo 9 ) -
Aunque k dicotomía es quizás una simplificación excesiva de las grandes
variaciones que caracterizan ía vida de los grupos humanos, la formulación
de Toennies aún se usa en el análisis sociológico.
COMIENZOS DE LA SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 132

Simmel

Georg Símmel (1858-1918) fue un alemán de raza judía. Estudió filosofía en


la universidad de Berlín, durante muchos años fue pri-vatdozent en aquella
universidad y terminó su carrera académica como profesor en la
universidad de Estrasburgo. Conquistó fama entre los sociólogos por una
serie de brillantes artículos publicados en 1890 y tantos, aunque su Sociología,
una colección de los aludidos artículos, no apareció hasta 1908.
¿Qué es la sociedad? La respuesta de Simmel a esta pregunta fun-
damental revela su papel como innovador de ideas y de orientaciones
teóricas. La sociedad —dice— no puede ser entendida como una entidad
psíquica independiente de las mentes individuales; esta idea es una especie
de misticismo o de conceptualismo que atribuye realidad a meros conceptos.
Pero es igualmente incorrecto creer que sólo los individuos existen
realmente; los individuos en cuanto tales no son átomos sociales, es decir, la
materia de que está formada la sociedad. Ni es verdad que la realidad pueda
identificarse sólo con las unidades más pequeñas de que se componen los
todos o conjuntos. Se encuentra realidad no sólo en la materia, sino también
en lo que da su forma a la materia. La sociedad, por lo tanto, es mucho más
que los individuos que la componen; de hecho, la verdadera significación de
la sociedad se revela en su contraste con la suma de individuos. La sociedad
(o grupo, porque Simmel no distingue claramente entre los dos conceptos)
es una unidad objetiva que se expresa en las relaciones reciprocas entre sus
elementos humanos.
La reciprocidad enrre los hombres nace de impulsos específicos, que
pueden ser, por ejemplo, eróticos, religiosos o asociativos, o de fines
humanos especiales, tales como la defensa o el juego. Hasta ahora Lis
ciencias sociales —decía Simmel— han estudiado sólo unos pocos cipos de
relaciones recíprocas, principal mente económicas y políticas; pero en
realidad existen innumerables variedades de relaciones interactivas, entre
las que se cuentan fenómenos tan habituales como el mirarse el uno al otro,
el comer juncos, el escribirse cartas, el ayudar a otros y recibir expresiones de
agradecimiento por ello. La sociedad, pues, se refiere a los individuos en sus
múltiples relaciones recíprocas, y el comprenderla exige el análisis de la
interacción psíquica.
Muchas relaciones recíprocas pueden no persistir a través del tiempo,
mientras que otras cristalizan en situaciones definibles y consisten
133 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

tes, tales como el Estado, la Iglesia, o hasta una banda de conspiradores, una
escuela, tina asociación económica. De vez en cuando desplegó Simmel un
don especial para relacionar cosas aparentemente tan disímiles, que sólo
muy pocas mentalidades habrían percibido los rasgos comunes que le
servían de base para ia abstracción teórica.
Simmel se preocupó mucho por el concepto mismo de sociología. No
escribió nunca un tratado sistemático sobre la materia, en ia creencia de que
el esfuerzo sería prematuro. Sostenía que la nueva disciplina estaba en Ja
infortunada situación de fundar con hechos su derecho a la existencia. Pero
—añadía— 1a mente humana riende a crear superestructuras mientras los
cimientos aún son inseguros. Con esta excusa, rehuyó la tarea de definir la
nueva ciencia.
Creía Simmel que los primeros intentos pata crear una sociología
independiente habían fracasado porque sus autores no se adjudicaron una
materia no tratada ya por las ciencias sociales existentes. Esto es erróneo,
porque como él mismo había dicho, hay innumerables tipos de relaciones
sociales no estudiados por las disciplinas sociales concretas. Pero esta
inconsecuencia tuvo resultados fructuosos: estimuló a Simmel a formular
una opinión nueva sobre Ja materia propia del análisis sociológico.
Para ser una ciencia —decía—, la sociología debe tener un contenido bien
definido que pueda estudiarse por métodos científicos. Cada ciencia se
define por un concepto abstracto parcial; 3a diversidad de esos conceptos
permite la diferenciación de las ciencias y la división del trabajo entre ellas.
Sobre rales bases conceptuales se levanta la ciencia política, k economía y las
ciencias de los diversos aspectos de la cultura. No hay, según él, una sola
ciencia social con varias subdivisiones, sino una serie de ciencias diferentes.
De acuerdo con esto, Simmel rechazaba k pretensión de muchos de sus
contemporáneos de que la sociología era una especie de superciencia.
El concepto definidor central de la sociología es la forma de la sociedad.
Entendía por forma el elemento de la vida social que es relativamente
estable, que está tipificado, a diferencia del contenido, que es marcadamente
variable. El análisis abstracto de ks formas sociales es una tatea legitima
porque requiere el estudio de la estructura real de k sociedad. Existen formas
análogas de organización con contenidos totídmente diferentes orientados
hacia intereses distintos, mientras que en formas disimiles de organización
social se encuentran intereses (contenidos) sociales análogos. Eormas tales
como ks relaciones de superioridad-inferioridad, de competencia, de divi-
:34 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

- sión del trabajo, y la formación de partidos, son análogas en todas partes, a


pesar de las infinitas variaciones de contenido. Así, pues, en relación con
cualquiera de esas formas sociales pueden formularse las siguientes
preguntas: ¿Qué significa en su estado más puro? ¿En qué circunstancias
aparece? ¿Cómo se desarrolla? ¿Qué acelera o retarda su funcionamiento? Si
la sociología se estructura según estos lincamientos, suministrará un nuevo
enfoque de hechos muy conocidos. El estudio de los hechos sociales
realizado por la sociología desempeñará una función análoga al análisis que
la geometría hace de los hechos de fas ciencias naturales, porque las formas
geométricas, como las sociales, pueden estar incorporadas en las
configuraciones más diversas de contenido.
Anhelaba Simmel trazar limites precisos no sólo entre la sociología y las
ciencias sociales concretas, sino también entre la sociología, de un lado, y la
psicología, la filosofía social y la historia, del otro. Las situaciones sociales
estudiadas por la sociología son —decía— consecuencia de contenidos
psicológicos específicos en los individuos comprendidos en situaciones
sociales. La psicología analiza esos contenidos, pero no va más allá de las
existencias individuales. Aunque estas últimas son los soportes de la
sociedad, los móviles individuales en sí mismos no son realmente sociales, y
su estudio no corresponde a la sociología. La filosofía social difiere de la
sociología en que incluye valores y metas que no son accesibles a la sociología
como ciencia empírica.
Por otra parte, Ja historia se acerca a un punto de vista sociológico cuando
busca leyes históricas. La teoría de Comre cae dentro de esta categoría y tiene
tanto de histórica como de sociológica; lo mismo puede decirse de Jas
investigaciones que se proponen demostrar que hay una tendencia natural en
el poder político a pasar de un individuo a varios y después a muchos, o de
los intentos para formular etapas inevitables de desenvolvimiento económico.
Según Simmel, esos esfuerzos están condenados al fracaso. Porque no puede
comprobarse ía existencia de leyes históricas; esas leyes son sólo precursoras
del conocimiento científico. Pero la sociología debe descubrir leyes jo-Cíales,
esto es, regularidades, concernientes a Jas formas de organización social.
Puede realizar su tarea por Ja comparación de situaciones análogas,
independien remenee del tiempo y del espacio.
Simmel se daba cuenta del carácter altamente abstracto de sus opiniones
teóricas, y en consecuencia las ilustraba frecuentemente con ejemplos muy
esclarecedores. Por ejemplo, para mostrar claramente
COMIENZOS DE LA SOCIOLOGÍA ANALÍTICA , * 135

las diferencias existentes entre los puntos de vista, psicológico, sociológico y


económico (este último representativo de las ciencias sociales concretas),
utilizaba la situación en que un número considerable de trabajadores hasta
entonces puntuales deja de acudir al taller. Según Simmel, el psicólogo
investiga los motivos y las emociones que están detrás de las decisiones de
los trabajadores individuales para no asistir al trabajo. El sociólogo analiza la
situación como un caso en que dos (o más) formas de asociación entran en
conflicto. El economista ve el episodio como un sindicato en huelga. Por
concretos que sean estos ejemplos, Simmel se interesaba primordialmenre
por determinar Las tareas propias de la sociología como investigación de
formas puras de asociación, con abstracción de sus contenidos materiales,
pata describir los diferentes tipos de formas sociales y formular las leyes
según las cuales los individuos de los grupos actúan enrre sí.
Simmel entendía que ia sociología debía someterse a métodos científicos.
El método principal, tal como él lo veía, debía ser el comparativo, aunque en
un sentido completamente distinto del que daban a csra palabra los
evolucionistas del tipo de Spencer. El sociólogo no se interesa directamente
en las circunstancias concretas de los casos que estudia, sino que procura
seleccionar para su estudio casos en que difieren los contenió s o intereses,
mientras son las mismas las formas de interacción. Simmel no ofreció una
fórmula sencilla para el procedimiento comparativo, y sabía también que
algunas veces este método conduce a sesgos o prejuicios subjetivos e
intuitivos,
Simmel fue él mismo un agudo observador, cosa que se advierte
claramente en sus gráficos y perspicaces ensayos sobre el antagonismo, la
superordenacíón y Ja subordinación, el papel del extraño, la ciudad
moderna, y aun sobre remas rales como el paso de dos a tres del número de
individuos del grupo. En contra de sus admoniciones, él mismo incurría
frecuentemente en sus escritos en el estudio de contenidos, y tie contenidos
muy concretos.
La influencia de Simmel sobre la sociología ha sido considerable, y en
cierto modo sigue actuando en la actualidad. Al principio del siglo XX sus
opiniones, en especial las relativas al antagonismo y a la estratificación
social, se reflejaron en los escritos de los sociólogos norteamericanos E. A.
Ross y Albion W. Small, y un poco más tarde en los de los distinguidos
sociólogos contemporáneos Eloiían Zna-niecki (véase capítulo Ib) y Hotvard
Becker. Becker ha representado un papel importante ai exponer algunas de
las concepciones de Simmel a Ja consideración de ios estudiantes
norteamericanos en años
APARICION DE ESCUELAS RIVALES

recientes a través de su adaptación de la obra de Leopold von Wiese, quien


en Alemania sucedió a Simmel como el exponente más descacado de la
sociología formalista (véase capítulo 21). Pocos estarán hoy de acuerdo con cj
propósito de Simmel de confinar la sociología al esrudio de las formas
sociales, y el mismo Simmel fue un conspicuo transgresor de ese principio.
No obstante, el estudio sistemático de Jas formas sociales como tales
contribuyó de modo importante al desarrollo de la teoría sociológica
abstracta.

Tarde

Gabriel Tarde (1843-1904) nació en Sarlar, en el sur de Francia. Fue alumno


de los jesuítas y estudió derecho en Toulouse y en París. Durante veinticinco
años fue juez de instrucción2 Este cargo le ofreció muchos casos que investigar
y le dejó tiempo bastante para meditar y escribir. En el decenio de los 1880
comenzó una serie de artículos muy interesantes. En 1894 fue trasladado a
París y en 1900 fue nombrado profesor de filosofía moral en 3a Sorbona.
Entre sus obras sociológicas más importantes se cuentan Las leyes de la
imitación (1890), Lógica social (1894), La oposición universal (1897) y Las leyes
sociales (1898), breve resumen de los tres libros anteriores.
La teoría sociológica de Tarde gira en torno del proceso de la imitación. La.
importancia de la imitación en la vida social había sido señalada por Bagehot
muchos años antes que Tarde; mas parece que Tarde no conocía al autor
inglés, pero reconocía su deuda con el gran matemático francés A. Cournot
{1801-77), de quien aprendió la significación de la recurrencía de los
fenómenos y la importancia que tiene el medirlos y contarlos. En una de sus
obras había afirmado Cournot que en rodos los fenómenos de la vida hay
una tendencia manifiesta a la imitación, a la repetición de actos análogos,
(Tarde no mencionó un tratado que apareció tres años antes que sus Leyes de
la imitación, titulado La vida de las sociedades, de Bourdier, donde aparece esta
frase; "Como la difusión en una mezcla gaseosa tiende a equilibrar el
volumen de los gases, así la Imitación tiende a equilibrar el ambiente social",)
En todo el dominio de la investigación científica —decía Tarde—
persisten tres grandes procesos: repetición, oposición, adaptación. To-

2 El de ■ ■ ' - i que dirigr 1» ínirmmón de loa mmarioi. tu murria


rrimiAil. licnt aproximiJimcme lu múmu funciono que el gnu jurada de acuiíciáo en los ESTAJOS
Unido*.
137 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

das Jas semejanzas se deben a Ja repetición, que para Tarde es una ley
cósmica casi en el mismo sentido en que la evolución lo era para Spencer. La
repetición aparece en varias formas. En el mundo físico es ondulación; en el
mundo biológico es herencia; y en la esfera psíquica y social la forma de la
repetición es la imitación. Todos Jos fenómenos sociales, pueden reducirse
en definitiva a h relación enere dos personas, una de las cuales ejerce
influencia mental sobre la otra. La sociedad misma empezó cuando el
hombre ajustó por primera vez su conducta a la de otro,
Pero, ¿por qué un hombre es modelo de otro? Tarde contestó citando el
estímalo de variación, consecuencia de la iniciativa o invención individual-
Invención-imitación es el esquema básico del proceso social. La invención
supone siempre algún elemento de variación o cambio, habitualmente es
una asociación creadora de elementos ya existentes o una fructuosa
combinación de repeticiones (o de imitaciones de invenciones anteriores);
pero este último caso puede reducirse al primero. El lempo de las invenciones
efectuadas en una sociedad es afectado por la dificultad relativa de combinar
ideas, por el nivel de la habilidad mental innata de sus individuos y por las
condiciones sociales que pueden ser favorables o desfavorables a las in-
venciones. Laimjtacióp, pues, es un proceso mediante el cual es socialmeate
adoptada una invención. Y la sociedades un grupo Ae hombres capaces de
imitarse unos a otros, o que por lo menos están en posesión de rasgos
comunes que vienen a ser copias del mismo modelo.
Tarde se esforzó en destacar la importancia de k imitación definiendo su
carácter en cuatro esferas: filosóficamente, la imitación es un caso del tipo
universal de repetición; neurológicamente, k imitación es una función de la
memoria; psicológicamente, k imitación se reduce a sugestión (en una
ocasión dice Tarde que k imitación es una especie de sonambulismo);
sociológicamente, ks kyes de la imitación resuelven el problema de por qué,
por ejemplo, de cien invenciones son adoptadas diez y rechazadas las otras.
Entre las leyes lógicas de k imitación figuran las proposiciones según ks
cuales los individuos imitan un determinado modelo porque piensan que es
más útil o que está más de acuerdo con otros previamente establecidos, y k
imitación de los modelos se propaga del centro a la periferia de una
sociedad; pero en ese proceso los modelos son modificados por la refracción
de los medios, exactamente como los rayos de luz que pasan del aire al agua.
Las leyes ¡lógicas comprenden ks síguien
COMIENZOS DE LA SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 138

tes generalizaciones; los modelos subjetivos (ideas) son imitados antes que
los objetivos; Jos ejemplos dados por personas o grupos superiores
prevalecen sobre los dados por personas o grupos inferiores; unas veces
prevalece como modelo el pasado y otras veces el presente, lo cual, en la
terminología de hoy, equivale a decir que unas veces prevalece la costumbre
(imitación del pasado) y otras la moda (imitación de modelos nuevos). La
teoría de la imitación de Tarde, como lo indican estos ejemplos, contiene
elementos que han entrado a formar parte de la teoría sociológica
contemporánea; pero algunas de sus opiniones son inaceptables hoy, en
especial la primera de sus leyes ilógicas; y a otras hay que ponerles algunas
limitaciones, como su pretcnsión de que los modelos superiores son
necesariamente más influyentes que los inferiores.
Menos sugestivo es el estudio que Tarde hace de la oposición, y la
adaptación. La oposición aparece aquí una vez más como una especie de ley
cósmica, supuestamente discerniblc en matemáticas, física, biología,
psicología y sociología. La oposición se manifiesta en dos formas. La
oposicjóO-dc ctmflkto es el encuentro de dos ondas antitéticas de imitación,
discernióle en la guerra, en la competencia y en la polémica. La guerra, a la
cual se recurre cuando la oposición es toral, tiende a desaparecer, opinión
optimista común en los tiempos de Tarde. La competencia caracteriza a la
actividad económica, mientras que la oposición verbal de la polémica
prevalece en la religión, en la jurisprudencia y en la ciencia. La oposición
deritmo, segunda forma de Tarde, es la tendencia de fos fenómenos sociales a
fluctuar periódicamente. Ejemplos de esto son las ondas de inmigración y de
delincuencia, la alternativa de prosperidad y depresión, la aparición y la
caída de los imperios y de las civilizaciones. El concepto que sustenta Tarde
del conflicto y del ritmo como mecas formas diferentes del mismo proceso de
oposición es sumamente discutible, ú pensarnos en que esos dos aspectos de
la vida social parecen tener muy poco en común.
La adaptación se manifiesta en la ley de la agregación, end_des:
cubrimiento de un nuevo equilibrio después do la oposición. La
adap-taHoiT~ér^rííí^dída^or uñ estado de cosas prelógico y después por
otro lógico; durante el primero, las invenciones no tienen relación entre sí y
la situación es caótica; durante el segundo, las invenciones se contradicen
entre sí y ya se riñen duelos lógicos o ya se opera Ja unión de las invenciones
antagónicas. En todo caso, se suprime la discordancia y se constituye un
nuevo sistema. Cada nueva adaptación
139 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

es una invención, de suerte que el proceso se repite indefinidamente. En esto


se manifiesta inequívocamente la influencia de HegeL La adaptación es un
movimiento que selecciona un pequeño número de realizaciones de entre un
gran grupo de posibilidades. Es un movimiento que, en general, no es
reversible, pero no tiene una meta visible. No obstante, es manifiesta una
tendencia. La evolución de los hechos sociales —aquí Tarde se sometía al
evolucionismo de su tiempo-consiste en su paso gradual de un número muy
grande de fenómenos muy pequeños a un número menor de grandes
fenómenos. Como culminación de este proceso puede preverse el nacimiento
de una civilización única y universal.
Tarde no llegó a darse cuenta de lo que implicaba esta teoría de la
imitación. En efecto, él construyó una herramienta para demoler el
evolucionismo. Porque los evolucionistas, como se recordará, consideraban
las analogías entre sociedades diferentes como un argumento decisivo a favor
de su teoría. Esas analogías podían explicarse ahora por la imitación; y los
principios de la imitación podían ser la base para la aparición de una teoría
general de h difusión de la cultura (véase capiculo 18).
Tarde influyó en la sociología de varias maneras. La sociología
norteamericana, experimentó su influjo a través de los escritos de Ross y
otros. Sus ideas se incorporaron a la etnología moderna, y de ésta pasaron a
Ja sociología actual. La importancia que concedía a la imitación como proceso
individual, lo puso en frente de Durkheím, quien enseñaba que la coacción
social es el aspecto básico de la realidad social.

Jarcio retrospectivo de las primeras teorías analíticas

El examen de las teorías de los tres iniciadores de la sociología analítica


revela que cada uno de ellos ha contribuido de manera importante a la
teoría sociológica moderna. Toennies inauguró el estudio de tipos
fundamentales de grupos sociales y sugirió un sistema para clasificarlos.
Simmel inició el estudio de tipos "de procesos sociales ral como se revelan en
la acción recíproca entre los individuos, y muchos de sus enunciados aún no
han sido superados. Tarde fue el primero en proporcionar, según muchos
pensadores, una sólida base para una teoría de los cambios sociales y
culturales.
Pero en aquellos días apenas se advirtió la importancia de esos esfuerzos
como preparación del camino para una teoría sociológica
COMIENZOS DE LA SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 140

sistemática, basada en la investigación empírica. En realidad, los iniciadores


de la sociología analítica discrepaban entre sí, como habían discrepado los
representantes de las diversas tendencias del evolucionismo. Aún no
estaban maduros los tiempos para 3a obra de estructurar una teoría geueral
de la sociedad y de los cambios sociales.
C APÍTULO 9

ÉMILE DURKHEIM

Émile Durkheim (1853-1917) nadó en Épínal, Lorena, en la frontera nordeste


de Francia, de padres judíos. Es probable que el haber nacido en ía parte más
nacionalista de Francia, su temprano contacto con los desastres de la guerra
franco-prusiana, y su identificación con la minoría judía, tan fuertemente
coherente, hayan contribuido a interesarlo en el estudio de la solidaridad de
grupo.
Después de haberse graduado en la Escuela Normal Superior, de París,
Durkheim viajó por Alemania estudiando economía, folklore y antropología
cultural. Fue nombrado profesor de la universidad de Burdeos en 18S7, y en
1902 pasó a la de París. En 1896 fundó el Année sociologique, que durante
muchos años fue la principal revista sociológica de Francia.
Durkheim reconocía a Comte como su maestro. De él tomó Durkheim el
interés positivista por el empirismo y la importancia del grupo en la
determinación de la conducta humana.

Estudio de los hechos sociales

El núcleo del punto de vista de Durkheim se califica a veces de realismo


social, en el sentido de que atribuía realidad social definitiva al grupo y no al
individuo. En este respecto, las opiniones de Durkheim eran análogas a las
de Gumplowicz (aunque probablemente no estaba familiarizado con las
obras de éste). Su teoría era diametral-mente opuesta al individualismo y el
nominalismo de Spencer, pues Durkheim sostenía que los hechos sociales no
pueden reducirse a hechos jndiyiduales.
¿Qué es, pues, nn hecho social? Llamar así a todo acontecimiento
relacionado con la sociedad o que renga importancia social es emplear esa
expresión sin claridad ni provecho. Piensa Durkheim que en la vida social
hay algunos hechos inexplicables por el análisis físico o psicológico; hay
mgn£ras-de_acmar, de pensar y de sentir que son externas al individuo y
que ^poseen el poder de ejercer coacción sobre él. Entre los ejemplos figuran
las máximas de moral pública, las observancias familiares y religiosas, las
reglas de la conducta profesional. Esas realidades son. los hechos sociales de
Durkheim que constituyen ei dominio propio del estudio sociológico. Los
hechos
141
EMILE DURKHEIM 142

sociales existen como corrientes sociales aun en ausencia de toda


organización social claramente definida, como ocurre con las oleadas de
entusiasmo o de indignación que se apoderan de los individuos de una
muchedumbre. Esas corrientes son verdaderamente sociales, porque tienen
realidad objetiva y una acción coercitiva sobre el individuo.
Los fenómenos sociales hunden sus raíces en los aspectos colectivos de Jas
creencias y Jas prácticas de un grupo. La universalidad no es el rasgo
distintivo de los hechos sociales; una idea que está en todas las conciencias
individuales no'por eso es social. Porque existe una diferencia importante
entre esos dos órdenes de hechos, individuales y sociales: cierros modos de
obrar y de pensar, ejecutados repetidamente, se cristalizan como patrones,
diferencia bles de ios sucesos particulares que los reflejan. Durkheim
advierte que esos patrones (hechos sociales) adquieren así un cuerpo, una
forma tangible, y constituyen una realidad por derecho propio, aparte de sus
manifestaciones particulares en los individuos. Estas últimas representan fe-
nómenos sociales sólo en un sentido muy restringido de la palabra social.
Peto como las manifestaciones individuales pertenecen a ambos órdenes de
hechos, puede llamárseles propiamente socio-psicológicos. Los sucesos
individuales, tales como un caso particular de suicidio, en contraste con el
promedio de suicidios en un grupo, interesan al sociólogo sólo
indirectamente.
Así, pues, para Durkheim la sociología es e] estudio de los hechos
sociales. Además, es un estudio cuya naturaleza está determinada en parte
por su misma materia. Porque los hechos jocjales pueden descubrirse de dos
maneras: primero, por su poder de coacción sobre los individuos,
evidenciado con frecuencia en las sanciones aplicadas a diversos tipos de
conducta; y segundo, por sn_ difusión general dentro del grupo. Durkheim
advierte que Ja imitación no es en realidad un hecho social, como pretendía
Tarde, pues es un proceso individual que, aunque tiene consecuencias
sociales, no obstante está localizado en el individuo como tal. La imitación
posee generalidad, indudablemente; pero no es obligatoria y, por lo tanto,
no es social. Por otra parte, las instituciones, cuando se las considera como
creencias y modos de conducta establecidos por la vida colectiva del grupo,
son verdaderos hechos sociales, puesto que tienen una existencia externa
independiente del individuo y lo coaccionan- Por lo canto, la sociología
—dice Durkheim— puede ser definida como la ciencia de las instituciones,
de su génesis y funcionamiento.
Según Durkheim, los hechos sociales deben ser tratados como co
143 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

sas. Observa que anteriormente la sociología había tratado más o menos


exclusivamente con. conceptos, no con tosas.jComte y Spencer, por ejemplo,
dedicaron grandes paites de sus escritos a estudiar el curso del progreso
humano; pero el progreso es una concepción mental y no un hecho que pueda
ser comprobado por la investigación empírica. Para Durkheim una cosa
difiere de una ¡dea conceptual del mismo modo que lo que conocemos desde
fuera difiere de lo que conocemos desde dentro. Según Durkheim, "las cosas
incluyen todosi los objetos de conocimiento que no pueden ser concebidos
por pura] actividad mental, los que exigen para su concepción datos
exteriores* a la mente, procedentes de observaciones y experimentos, los que
sel) forman desde los rasgos más externos e inmediatamente accesibles has-f'
ta lo menos visible y más profundo".1
Durkheim insiste en que el estudio de los hechos sociales no puede
confiarse al discutible método de la introspección. Nadie puede estar seguro
de que las ideas de las cosas corresponden a las cosas mismas. El sociólogo
debe buscar la objetividad: cuando estudia ía sociedad debe suponer, como el
naturalista, que quizás esta entrando en el reino de lo desconocido y lo
inexplorado. Al principio de su investigación, debe acercarse a los hechos
observando los fenómenos suficientemente externos para ser inmediatamente
visibles, tales como la afiliación religiosa, la situación marital, el índice de
suicidios, la ocupación económica, y así sucesivamente. Pero esos fenómenos
fácilmente dis-cemibles, dice Durkheim (y trató de demostrarlo en estudios
acerca del suicidio y de la religión, como se dirá más abajo), un análisis más
penetrante muestra que son reflejos de circunstancias sociales más
fundamentales. Así, por ejemplo, los índices del suicidio pueden reflejar el
grado de solidaridad social en diferentes tipos de grupos.
Los hechos sociales no son producto de voluntades humanas individuales
y por lo tanto no pueden ser descubiertos por Ja investigación psicológica.
Los hechos sociales son exteriores al individuo y, al mismo tiempo, moldean
las acciones humanas de un modo inevitable y significativo*,En consecuencia,
los hechos de la vida individual y de la vida colectiva se relacionan entre sí,
pero no son coincídentes, Durk- -heim acude a una situación paralela: una
célula viva está formada por elementos químicos, pero 3a vida característica
de la célula es distinta de esos elementos y exterior a ellos. Así también en
toda sociedad humana: cada una se distingue por hechos sociales diferentes
de sus miembros individuales y externos a ellos. Los hechos sociales,
1 Tomado de ia 2* td. en inglés de Lar regLu del método sociológico, p. XIV.
EMILE DURKHEIM 144

por lo tanto, difieren cual ¡cativamente de los hechos psicológicos y su


estudio representa un nivel distinto de análisis, punto éste que des-
arrollaremos más abajo, al estudiar la metodología de Durkheim.

Fuerzas colectivas en la vida social

El modo como Durkheim trata los hechos sociales esrá estrechamente


relacionado con sus varios estudios sobre la conciencia colectiva. Algunos
elementos de ambos sentidos, el mental y el moral, están manifiestos en sus
dilatados esfuerzos para aclarar las funciones de las fuerzas colectivas en la
vida social. Algunos intérpretes de Durkheim le han atribuido la concepción
de una mente colectiva como realidad objetiva —posición insostenible desde
el punto de vista de la ciencia social moderna—, y la terminología de
Durkheim y muchas de sus afirmaciones justifican esta interpretación. Pero
otros pretenden que esta forma extrema de realismo social no entraba en la
intención de Durkheim y que su análisis de los fenómenos colectivos
mentales y morales se acerca en muchos respectos al concepto moderno del
papel de ia cultura en la vida social. Desarrolló ese análisis (asi como otros
problemas) en todas sus obras más importantes.
La división del trabajo en la sociedad (1893), primera obra de Durkheim sobre
sociología, es un estudio clásico sobre la solidaridad social. En la primera
parte de esta obra los fenómenos sociales en general son tratados como
consecuencias de la división del trabajo en sociedad, que es considerada
como una variable independiente. El estudio hace uso muy extenso de
material tomado del derecho, aspecto de la vida social que Durkheim
consideraba no sólo fácilmente observable, sino también la forma más
organizada de coacción social.
Comparando las sociedades arcaicas y las adelantadas, encuentra
Durkheim que las primeras se caracterizan por la solidaridad mecánica y las
segundas por ia solidaridad orgánica. La solidaridad mecánica tiene sus
raíces en la similarfdad de los miembros individuales de una sociedad, y la
solidaridad orgánica en su disímüaridad. Esta distinción es análoga al
concepto que Spencer tenía de la evolución como paso de ia homogeneidad
a la heterogeneidad. Pero la evolución no es el punto central del libro de
Durkheim. El contraste entre los dos tipos de sociedad, mecánico y orgánico,
sirve como de fondo para el estudio de Tos fenómenos colectivos.
En las sociedades donde la solidaridad es mecánica, hay fuertes estados
de conciencia colectiva, la cual es definida, en este primer libro,
ÉMILE DURKHEIM 145

como la suma total de creencias y sentimientos comunes al término medio de


los individuos de ia sociedad y que por sí mismos forman un sisrema. La
conciencia común posee una realidad distinta, porque persiste en el tiempo y
sirve para unir las generaciones. La conciencia colectiva vive, ciertamente, en
los individuos y medíante ellos, pero como es producto de similitudes
humanas, su fuerza e independencia son mayores cuanto más pronunciadas
son las analogías entre los individuos de la sociedad. Esta situación prevalece
en la sociedad arcaica, que se distingue por la solidaridad mecánica; la
conciencia común casi cubre por completo la mentalidad y la moral
individuales. Pero en cada individuo hay dos conciencias: una compartida con
el grupo (es decir, "la sociedad viviendo en nosotros", concepción muy
parecida a La actual de la ínternalización de la cultura); otra, peculiar al
individuo. Pero en condiciones en que prevalece la solidaridad mecánica, la
superior potencia de las fuerzas colectivas es indicada, por las reacciones
drásticas contra las violaciones de las instituciones del grupo. Aquí la
coacción social se expresa del modo más decisivo en hs leyes represivas,
severas, penales, que sirven para conservar la solidaridad mecánica.
La solidaridad orgánica aparece cuando se desarrolla la división del
trabajo social. La división del trabajo y las consiguientes disimilitudes entre
los hombres producen una interdependencia creciente en la sociedad, y la
interdependencia se refleja en la mentalidad y en la moral humanas, y en el
hecho de la solidaridad orgánica misma. Al aumentar ésta última, disminuye
la importancia de la conciencia colectiva. Así, el derecho penal sostenido por
sanciones represivas tiende a ser reemplazado por el derecho civil y
administrativo, que exige ia restitución de la justicia más bien que castigo.
(Sobre la base de las pruebas, esta idea de Durkheim, que sigue el estilo
evolucionista, es muy discutible.) Las sociedades avanzadas, que se
distinguen cada vez más por la solidaridad orgánica, representan, según se
sigue de lo anterior, el progreso moral que destaca los valores superiores de
la igualdad, la libertad, la fraternidad y la justicia. Los contratos, por
ejemplo, adquieren primordial importancia. Pero los contratos —dice
Durkheim— no significan eliminación de la coacción, porque contienen
elementos predeterminados que no son negociados por las partes y que
existen con anterioridad a los acuerdos contractuales mismos e
independientemente de ellos. (Los actuales contratos de trabajo son un buen
ejemplo de lo que dice Durkheim: en gran medida, es Ja ley, y no las pntes
contratantes, la que decide lo relativo a jornada
146 APARICIÓN DB ESCUELAS RIVALES

de trabajo, salarios y condiciones materiales del trabajo.) Así, pues, aun en IJS
sociedades basadas en la solidaridad orgánica, la coacción social sigue
desempeñando un papel importante. Debe recordarse, en este respecto, que
cuando fue escrita La división del trabajo en la sociedad estaba relativamente
poco desabollado el análisis de las limitaciones sociales a la libertad
individual. Esta ha sido una de las mayores aportaciones de Durkheim.
La segunda parte del libro de Durkheim trata de las causas de la creciente
división del trabajo, y subraya el papel clave, ral como él lo veía, de la
densidad creciente de la población. Este estudio, ahora anticuado en gran
paité, apotra poco a la teoría sociológica.
Las reglas del método sociológico (1895), segunda de las obras principales de
Durkheim, presenta un nuevo concepto de la conciencia colectiva. Aquí
sostiene Durkheim que la agregación, la interpenetración y la fusión de las
mentalidades individuales engendra una especie de unidad psíquica
perfectamente distinguible de los individuos. Este producto colectivo no debe
identificarse con la suma de sus parres: el grupo piensa, siente y obra de un
modo totalmente dife-- rente que los individuos que lo componen. Por
consiguiente, el análisis de la conducta del grupo debe empezar con el estudio
de los fenómenos colectivos, no de los individuales. De ahí se sigue que no
hay más continuidad entre la psicología y la sociología que entre la biología y
la psicología. La sociología tiene su propia y exclusiva materia: el grupo, una
realidad sui generis, y por lo tanto sus propios métodos.
Los hechos sociales no pueden explicarse a base de procesos psíquicos
individuales, porque estos últimos no producen por si mismos
representaciones, emociones ni otras tendencias colectivas del grupo. Esos
fenómenos colectivos, por el contrario, ejercen fuerte presión sobre los
individuos; consecuencias de esa presión, que pueden no percibir los
individuos, son los atributos comunes a los miembros individuales del grupo.
Este colindado aparece en Las reglas del método sociológico, en uno de sus
aspectos, como una inversión de la actitud asumida por Durkheim en La
división del trabajo en la sociedad. Aquí se dice que la conciencia colectiva está
compuesta de las r^r-^tf^r.,^ y <¡fn\ppme del hombre medio que forma la ma-
yoría de un grupo. En £*f reglas del método sociológico, las analogías mentales y
emocionales de la mayoría nacen de la presión que ejerce sobre cada uno de
ellos ¿1 conciencia colee tí va-.
La extensa monografía de Durkheim sobre El suicidio (1.897) con
ÉM1LK DURKHEIM 147

tiene, a veces en la forma más aguda posible, la teoría de la coacción social, que
está estrechamente relacionada con sus opiniones sobre Ja conciencia colectiva.
Aceptando Ja idea de Quételet según la cual Jas técnicas cuantitativas son
útiles, si no esenciales, en la ciencia social, Durkheim investigó
cuidadosamente (y con notable ingenio estadístico para aquel tiempo) los
índices del suicidio en diferentes segmentos de la población europea. Emplea
su extenso análisis estadístico para dos fines: primero, para refutar las teorías
que pretenden explicar las variaciones de grupo en el número de suicidios a
base de factores psicológicos, biológicos ("raciales"), genéricos, climáticos o
geográficos, en lo que tuvo éxito notable; y segundo, para apoyar con pruebas
empíricas su propia explicación teórica sociológica.
En este segundo aspecto, Durkheim llegó a la conclusión de que los
diferentes índices de suicidios (en cuanto distintos de los casos individuales,
problema para la psicología) son consecuencia de diferencias en la estructura
social, especialmente de diferencias en el grado y tipo de solidaridad social.
Así, el suicidio egoísta, producto de una integración de grupo relativamente
débil, prevalece en aquellos grupos en que es manifiesta ía falta de cohesión
social, por ejemplo, entre los célibes y los protestantes; y el suicidio anómico,
inducido por el trastorno de las normas sociales, es estimulado por los
cambios súbitos característicos de Jos tiempos modernos. Dtirkheím también
mostró claramente que la solidaridad social puede inducir aí suicidíc, como lo
revela su tercer tipo, el suicidio altruista, que se manifiesta, por ejemplo, en
índices elevados en ciertas sociedades primitivas y en algunos ejércitos
modernos. Este breve esbozo de algunos de sus hallazgos hace poca justicia a
El suicidio, citado con frecuencia como un hito fundamental en el estudio de la
sociedad y en el que la teoría conceptual y la investigación empírica se unen
de un modo imponente.
Pero infortunadamente, en esa misma obra despliega Durkheim una forma
extrema de realismo sociológico. Habla de corrientes suicidas como
tendencias colectivas que dominan a los individuos y, por así decirlo, los
arrastran (o más bien a algunos de ellos, a los más susceptibles) en su oleada.
Así, el aero del suicidio es interpretado a veces como un producto de esas
corrientes. Hay que recordar que la mayor importancia de El suicidio está en
que demostró la función de la teoría sociológica en la ciencia empírica.
Representaciones colectivas e individuales (1899), en que la conciencia común
es considerada como un producto esencialmente socio-psicológico de la
interacción humana, añade poco a los estudios ante
ÚMSLV. T > URKHFJM 148

riores de Durkheim. Sin embargo, esta obra indica una tendencia bilateral
del pensamiento de Durkheim que persistió en todo el resto de su carrera:
de una parte, un concepto cada vez mis idealista del grupo social; de la otra,
la especulación sobre el origen social o de grupo Je la moral, de los valores,
de la religión y de la ciencia.
Ambas tendencias son evidentes en Juicios de realidad y juicios de valor <
191 1 ) - En esta obra relaciona Durkheim h conciencia colectiva con los
ideales sociales, y sostiene que los conecta un proceso recíproco: las ideas
sociales dan nacimiento a la conciencia colectiva, y ésta, a su vez, genera
ideales sociales. Los ideales nacen de la realidad, ciertamente, pero van
mucho más allá de ella; la concepción que se forja el hombre de tina sociedad
ideal, forma parte de una realidad social y por lo tanto requiere estudio
sociológico. La religión, el derecho, la moral y la economía —considerados
por Durkheim como los sistemas sociales mis importantes—- son al mismo
tiempo sistemas de valores y de ideales. Los ideales sociales constituyen la
conciencia colectiva tal como existe, independientemente de las concepciones
individuales, mientras que los valores son. manifestaciones de la conciencia
común en [os individuos mismos. Esras opiniones ilustran la nueva fase del
pensamiento de Durkheim. La conciencia colectiva parece ser trasladada del
nivel de la psicología del grupo al mundo de fas ¡deas, y proporciona el
contenido mismo de las ideas de los individuos. En esta obra se percibe
claramente el tono, si no 3a intención, de ia filosofía idealista, especialmente
hegefiana, que había impresionado a Durkheim en su juventud.

Interpretación social de la religión

En Las formas elementales de la vida religiosa (1912), última de sus obras


principales, Durkheim lleva su análisis de las fuerzas colectivas o de grupo al
esrudio de la religión en sus manifestaciones más elementales. AI principio
de la obra dice: "En este libro nos proponemos estudiar la religión más
primitiva y simple actualmenre conocida. . . encontrada en una sociedad
cuya organización no es superada en sencillez por ninguna orra". Escogió,
para estudiarlos intensamente, aunque de segunda mano, a los arunta, una
tribu australiana. La elección se basó en parte en la suposición de que los
arunta representan una fase remota del desarrollo evolutivo; pero Durkheim
quería también estudiar un caso en el que pudiera captarse la sociedad en
conjunto y en el que ios rasgos internos y las interconexiones institucionales
fuesen experimentalmente observables.
149 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

Orros investigadores habían buscado la forma más elemental de religión.


Spencer y Tylor, por ejemplo, la habían hallado en el animismo o culto de los
espíritus en hs sociedades primitivas; Max Müller (1823-1900) la identificó
con el naturismo o culto de las fuerzas de la naturaleza. Pero Durkheim
rechazó esas teorías porque desconocen La diferencia clave y universal entre
lo sagrado y lo profano (distinción que estudiaremos más abajo) y porque
explican la religión interpretándola como una ilusión sin fundamento en el
mundo de la realidad, Durkheim, por d contrarío, tomó el totemismo
imperante entre los arunra como la forma más simple de religión. El
totemismo se refiere a la creencia implícita en una fuerza o principio
misterioso (o sagrado), que impone sanciones por las violaciones de los
tabús, que inculca obligaciones morales en el grupo y que anima al tótem
mismo. Este último, en forma de un animal, una planta o un objeto natural,
es un. símbolo a la vez del principio totémico sagrado y dd grupo (clan). Ia
vida de ios arunta estaba claramente dividida en las actividades seculares de
pequeños grupos diseminados (uniformes, languideccntcs, insulsas) y las
reuniones colectivas, periódicas y sagradas, del clan, señaladas por la
exaltación, la euforia del grupo y hasta por la infracción de los tabús.
Durkheim considera estas actividades colectivas como ia cuna de los
sentimientos y las ideas religiosas.
Dd estudio de este caso elemental desarrolla Durkheim sus tesis
fundamentales: que la vida del grupo es la fuente generadora o causa
eficiente de la religión; que las ideas y las prácticas religiosas se refieren al
grupo social o lo simbolizan; que la distinción eotre sagrado y profano es
universal y tiene consecuencias importantes para la vida social en su
conjunto.
Lo sagrado, para Durkheim, se refiere a cosas puestas a un lado por ci
hombre, entre ellas las creencias religiosas, los ritos, ¡as deidades, t> todo lo
socialmentc definido como cosa que requiere un tratamiento religioso. Dice
Durkheim: "El circulo de los objetos sagrados no puede, pues, ser
determinado de una vez para siempre. Su extensión varía infinitamente,
según las diferentes religiones". La significación de lo sagrado reside en el
hecho de su distinción de lo profano: "La cosa sagrada es por excelencia
aquella que el profano no debe tocar ni puede tocar impunemente". El
hombre hace siempre esta distinción, por diferentes que sean sus
designaciones de los dos órdenes en diferentes tiempos y lugares. La
participación en el orden sagrado, por ejemplo en ritos y ceremonias, da un
prestigio social especial, con lo
ÚMSLV. T > URKHFJM 150

que muestra una de ias funciones sociales de la religión. La religión en sí


misma puede definirse como un sistema unificado de creencias y de prácticas
relativas a las cosas sagradas. Las creencias y las prácticas sagradas unifican
al pueblo en una comunidad mora! (una iglesia en el sentido más general),
participación colectiva en unas creencias que a su vez es esencial para el
desarrollo de la religión.
"¿A qué se refieren los símbolos sagrados de las creencias y las prácticas
religiosas?", pregunta Durkheim. Advirtiendo que deforman la realidad
empírica, dice que no pueden referirse al medio exterior nt a la naturaleza
humana individual, sino sólo a la realidad moral de la sociedad. La fuente y
el objeto de la religión es la vida colectiva; lo sagrado es, en el fondo, ia
sociedad personificada. Esta explicación sociológica secular de la religión (en
la que Durkheim ignora crasamente la naturaleza no empírica de la religión)
se apoya en estudios sobre la analogía de las actitudes humanas hacia Dios y
hacia Ja sociedad: ambas cosas inspiran la sensación de divinidad; ambas
poseen autoridad moral y estimulan la devoción, el auto-sacrificio y ]a
conducta individual excepcional. El individuo que se siente dependiente de
un poder moral externo no es, por lo tanto, víctima de una alucinación, sino
miembro de una sociedad a ia cual responde. Durkheim concluye que Ta
función esencial de la religión es la creación, el refuerzo y ía conservación de
la solidaridad social. Mientras haya sociedad habrá religión.
Las formas deméntales de la vida religiosa comprende, además del análisis de
la religión, los comienzos de una explicación análoga de las formas básicas
de clasificación y de las categorías fundamentales del pensamiento mismo,
en que Durkheim halla esas represen-raciones colectivas enraizadas cambien
en la vida del grupo. No podemos seguir a Durkheim en la aventura de la
determinación social de ia clasificación y de las categorías, pero debe
advertirse que esta exploración especulativa llevó francamente a Durkheim
al campo de la sociología del conocimiento, en la actualidad importante
seórión del estudio sociológico.

Aportaciones a la metodología

Durkheim se dio muy agudamente cuenta de que Ja mayor parre de los


anteriores teóricos de la sociedad habían descuidado mucho el problema del
método apropiado para analizar los fenómenos sociales. Es cierto que Comte
había tratado del método, pero en términos
ÉM1LE DURKHEIM 151

generales y para subrayar ia necesidad de un enfoque positivista. Y El estudio


de la sociología, de Spencer, al exponer las posibilidades y las dificultades de la
sociología científica, sólo vagamente trata de los métodos que debieran usarse
en la nueva disciplina.
Al hablar de las fuerzas colectivas en la vi^a social (véase p. 146) nos
referimos a Las reglas del método sociológico. Aunque este libro está dedicado
especialmente a problemas metodológicos, hay aportaciones valiosas de
Durkheim sobre este asunto dispersas a través de todas sus obras principales.
En gran parte, la metodología de Durkheíni consiste en la formulación de
reglas para escoger hechos sociales como materia de estudio. Ante todo, para
observar hechos sociales hay que eliminar radical-Jüente los prejuicios. El
sociólogo tiene que emanciparse de las ideas fabos que dominan el
pensamiento del profano. Como dice Durkheim, "debe arrojar, de una vez y
para siempre, el yugo de esas categorías empíricas que, por una larga
costumbre, se han hecho tiránicas". En segundo lugar, la materia de toda
investigación sociológica debe comprender un grupo de fenómenos definidos
de antemano pot ciertas características externas comunes. Es decir, el
investigador debe ocuparse en hechos socíalrs cuya existencia puede inferir
de sus aspectos exteriores. En tercer lugar, el investigador debe considerar los
hechos sociales como independientes de sus manifestaciones individuales.
Debe ir más allá de los hechos individuales y buscar la base permanente de
las costumbres colectivas; debe estudiar las normas como tales —por ejemplo,
los preceptos legales, las reglas morales y las convenciones sociales— en su
propia y permanente existencia.
\zs principal regla de Durkheim se deriva de esra independencia de Jos
hechos sociales. Puesto que todas las explicaciones de los hechos sociales
desde un punto de vista psicológico no explican el efecto coercitivo
fundamental que los fenómenos sociales reates ejercen sobre la vida humana,
la explicación de la vida social hay que buscarla en la sociedad misma. La
sociedad no es una mera suma de individuos, sinoj un sistema formado por Ja
asociación de individuos, una realidad es- ■ pecífica (y emergente) que tiene
sus propias características. Por consiguiente —concluye Durkheim—-,
siempre que un fenómeno SO- " cía! es explicado como producto directo de un
proceso psicológico. Ja explicación es falsa. La fuente de toda obligación está
fuera dei Individuo; piedad filial, amor, devoción religiosa, lealtad marital.
Éstos y otros sentimientos que nacen de la vida social son considerados
frecuentemente como causas de hechos sociales, siendo así que en
ÉMILE DURKHEIM 152

realidad son resultado de las presiones de los hechos sociales sobre las
conciencias individuales. Puesto que la vida colectiva no se deriva de la vida
individual, Durkheim cree que 'Ta causa determinante de un hecho social
debe buscarse entre Jos hechos sociales que le han precedido y no en los
estados de conciencia del individuo".
AI estudiar las reglas para establecer pruebas sociológicas, Durkheim dice
que el experimento indirecto (o método comparativo) es el único método
adecuado para la sociología. No sirve de nada el concepto del método
histórico sustentado por Comte, ya que la mera secuencia del progreso en
desarrollo no es prueba de causalidad. La causación es una relación
necesaria entre un estado anterior y otro posterior de los fenómenos y sólo
puede determinarse por comparación entre los dos estados. Para Durkheim
un efecto dado tiene siempre una sola cansa correspondiente. Si, por
ejemplo, se encuentra que el suicidio tiene más de una causa, ese hecho
señala la existencia de más de un tipo de suicidio. Para explicar un hecho
más complejo, tal como la existencia de una institución, en toda especie
social dada, el investigador debe comparar sus diferentes formas no sólo
entre grupos de aquella especie, sino también en especies precedentes.
Para Duridicim la sociología comparativa no es una rama de la disciplina;
en cuanto deja de ser meramente descriptiva y trata de explicar los
fenómenos sociales, es sociología. Mas para que el procedimiento sea válido,
requiere que las sociedades se comparen en el mismo periodo de su
desarrollo evolutivo, (En esto Durkheim prueba en parte su propio
procedimiento sobre el supuesto de la evolución progresiva de Comte y
Spencer, no obstante su opinión relativa a la insuficiencia de la metodología
de estos autores,) Pero Durkheim se interesó más aún en señalar los méritos
de lo que Mili llamó variaciones concomitantes, método según el cual si a un
cambio en una variable (por ejemplo en el promedio de suicidios) lo
acompaña otro cambio comparable en otra variable (por ejemplo, la afiliación
religiosa), Jos dos cambios pueden ser causalmente relacionados de un retido
directo o ligados medíante algún hecho social básico (por ejem-ploh el grado
de solidaridad social dd grupo). Gran parte del trabajo empírico del propio
Durkheim trata de demostrar relaciones causales con este método
comparativo refinado,
Pero k relación causal entre hechos sociales no es sino una clase de
pesquisa sociológica importante, como lo comprobó Durkheim. Así, formuló
un punco de vista funcional para el estudio de los fenómenos sociales, punto
de vista de considerable interés para los so
153 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

cíólogos actuales (véanse capítulos 17 y 18). El funcionalismo de Durkheim


se opone al método tcleológico, tal como aparece en los escritos de Comee y
Spencer, el cual suponía que los hechos sociales están suficientemente
explicados cuando se señala Su Utilidad para satisfacer deseos humanos.
Pero los deseos mismos cambian, hecho que requiere una explicación
sociológica. Y los hechos sociales persisten frecuentemente después de haber
perdido su utilidad originaría. Por lo tanto, sostiene Durkheim que, además
de investigar la causa eficiente que da lugar a un hecho social, la sociología
debe buscar la función social que desempeña. En este punto Durkheim ¿mita
a la biología al asignar a la función el significado de una relación de
correspondencia entre el hecho estudiado y las necesidades del organismo.
En términos sociales, la función de un fenómeno social es la correspondencia
entre él y una necesidad general de la sociedad. Por ejemplo, la división del
trabajo funciona pata integrar la sociedad moderna, aunque evidentemente
no adquirió existencia para desempeñar ese papel ni la función integradora
de la división del trabajo beneficia necesariamente al individuo. La tarea del
análisis funcional, pues, consiste en hacer ver con claridad cómo las
instituciones .yJos demás fenómenos sociales contribuyen a mantener el todo
social. La ejecuciórT de esta~ tarea nÍeto3olÓgíca7~segijn Dufkheim, y
también según muchos funcionalístas contemporáneos, es esencial para com-
prender las persistencias y las alteraciones del orden soriai.

Tipología social

Menos éxito tuvo Durkheim en sus intentos para formular una tipología de
Jas sociedades humanas. Sus categorías no difieren mucho de las de Spencer.
Entre ia miríada de tipos de sociedades humanas y el concepto de
humanidad está el concepto intermedio de la especie social. Durkheim
sostiene que esas especies o tipos de sociedades se forman de un modo muy
parecido a las especies biológicas, como consecuencias de diversas
combinaciones de unidades análogas. Pero advierte dos diferencias
importantes entre las especies sociales y las biológicas. Primera, no hay en las
especies sociales nada equivalente a la reproducción en la vida animal. Las
especies sociales no tienen la fuerza ¡nrerior de la herencia, que conserve su
forma en frente de ía presión de los estímulos exteriores. Segunda, las
especies sociales son difíciles de descubrir; el intento de descubrir tipos
sociales eliminando todas las variantes con frecuencia tiene por resultado
una multiplicidad de formas indeterminadas.
ÉMILE DURKHEIM 154

La clasificación que Durkheim hace de las especies sociales descansa sobre


el postulado de que las sociedades están compuestas de partes que a su vez
son sociedades más sencillas. Este postulado es congruente con las opiniones
de Comte y de Spencer, Las sociedades deben clasificarse según su grado de
organización. En la base está la sociedad perfectamente simple, especie en la
que los individuos están en yuxtaposición atómica. Una vez formulado este
concepto de la horda o sociedad uni-segmencaria, puede establecerse toda
una serie completa de tipos sociales. Un paso más allá del tipo básico están
las sociedades polj-segmeotarias simples, uniones de hordas o clanes, como
ciertas tribus íroquesas. Después, en orden de complejidad, vienen las
sociedades pol i-segmentarias simplemente compuestas, agregados tales
como la confederación hoquesa. Siguen después las sociedades
polí-segmcnrales doblemente compuestas, por ejemplo las ciudades-estados.
Este ¿mentó de clasificación de tipos de sociedades, aunque representa
una tarea que aún acometen los sociólogos, ha tenido poca influencia sobre
los investigadores contemporáneos, cosa que no puede decirse de otras
aportaciones de Durkheim.

Juicio retrospectivo de Durkheim


Aunque Durkheim no escribió nunca un tratado de sociología, su teoría es
bastante sistemática y ha sido muy sugestiva para sus continuadores en
Francia y en otros países, incluidas ciertas figuras contemporáneas
importantes de los Estados Unidos. Durkheim dio respuestas claras a los
principales problemas de la teoría sociológica.
Definió la .sociología como la ciencia de los hechos y de las instituciones
sociales. Los hechos sociales, a su vez, fueron estudiados desde d punto de
visca de su capacidad como fuerzas coercitivas en la determinación de la
conducta humana, o, en términos más modernos, como parte del aparato de
control social En este punto, sus estudios sobre la conciencia colectiva, a pesar
de sus variaciones, llaman la atención hacia los modos como la interacción y
las relaciones sociales influyen significativamente en las actitudes, ideas y
sentimientos del individuo. Para Durkheim la realidad de la sociedad
precede a la vida individual.
Considerada desde Ja superioridad de nuestra posición actual, la obra de
Durkheim fue viciada por haber aceptado ciertas teorías evolucionistas. El
evolucionismo aparece, por ejemplo, en su teoría del desarrollo desde la
solidaridad mecánica hasta la solidaridad orgá
155 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

nica; en suponer fases necesarias en Ta organización social; en la opinión de


que las sociedades primitivas con rompo raneas representan etapas
primitivas del desarrollo evolutivo. Debe advertirse, sin embargo, que el
evolucionismo no dominó ni oscureció el pensamiento de Durkheim. Si
hubiera evitado el andamiaje evolucionista, la estructura de su teoría habría
perdurado.
El modo como Durkheim traca los hechos sociales y la conciencia colectiva
combinan verdades sociológicas importantes y opiniones erróneas, si no
falaces. Es cierto, desde luego, que los intentos de explicar los fenómenos
sociales exclusivamente a base de acciones y motivaciones individuales,
tienen que fracasar. Para convertirse en hechos sociales, Jas acciones
individuales están sujetas a un proceso análogo al de la composición de
fuerzas, en el cual están implícitos principios irreductibles a los principios de
la psicología individua]. Por ejemplo, nadie quiere ni planea una depresión
económica en gran escala, pero una vez y otras se han producido
depresiones por la combinación de numerosas acciones individuales para las
que hay miríadas de motivaciones. Muchos fenómenos inesperados y no
deseados —crisis económicas, guerras, apatía política, quizás hasta el
aumento de los índices de ansiedad neurótica— requieren una interpretación
social, no psicológica. Durkheim enseñó bien esta importante lección. Al
mismo tiempo, muchas veces, especialmente en los estudios sobre la con-
ciencia colectiva, alcanzó un grado de realismo sociológico que parecía negar
por completo la importancia social de Ja volición o de la decisión
individuales. La sociedad es real, seguramente; pero también lo es el
individuo, y debe recordarse que una y otro están en interacción constante. A
la larga, resulra erróneo dar la prioridad a la una o al otro.
Pero es indudable que las exageraciones de Dtirkheim representaron un
papel positivo en sus aportaciones más importantes a la teoría y el método
sociológicos. Demostró convincentemente que Jos hechos sociales son
hechos sui generis; destacó vividamente la importancia social y cultural de la
división del trabajo; estudió el carácter de muchas de las consecuencias de ía
solidaridad social; señaló el papel de la coacción social en esferas de la
actividad humana en que no se había descubierto antes. Con Max Weber
(véase capítulo 14), atrajo Ja atención de los sociólogos hacia la importancia
de los valores y los ideales en la vida social. Se enfrentó con problemas
metodológicos complejos y demostró con hechos k necesidad de la
investigación empírica para una ciencia de la sociedad.
C APÍTULO 10 EL SUBJETIVISMO RUSO

El desarrollo de la sociología rusa es ejemplo de un teorema de k sociología


contemporánea: que las opiniones científicas reflejan en gran medida ks
circunstancias sociales y culturales. Durante la segunda mitad del siglo xix,
las clases superiores de la sociedad rusa se dividían en dos sectores: ía
burocracia gobernante, sostenida por la mayoría de ia aristocracia
terrateniente; y la intelíigentsia, constituida principalmente por universitarios
y profesionales, pero que incluía también minorías importantes de
burócratas liberales y de trabajadores sociales pertenecientes a la aristocracia
campesina. Ia burocracia gobernante sustentaba una ideología conservadora
de la que pueden considerarse muestra fiel las opiniones de Danilevsky
(véase capitulo 4), mientras que la intelligentsis se adhería a las ideologías
occidentales del liberalismo o del socialismo. AI mismo tiempo, actuaba una
presión considerable sobre cada uno de esos grupos para justificar su
posición intelectual en un plano teórico. Una respuesta a esa presión tomó la
forma de numerosas teorías sociológicas, la mayor parte de las cuales
sirvieron para apoyar puntos de vista políticos. Aún merece nuesrra atención
un tipo de teoría sociológica: la escuela subjetiva, ía más popular durante
muchos años entre la inielligent-sia rosa.

Lavrop-Miriot'

La escuela subjetiva fue fundada por Piotr L. Lavrov-Mirtov (18231900),


noble, oficial de artillería y profesor de matemáticas, que en 18ÓS fue
encarcelado por propagar ideas subversivas, desterrado a una provincia
remota y finalmente huido a París. La preparación de Lavrov-Mircov en
filosofía hegeliana se refleja en su idea de una tríada dialéctica:
solidaridad-individuaíidad-progreso. Sostuvo que los individuos de
mentalidad critica son los agentes del progreso. Entre sus obras principales
figuran Esbozos de filosofía critica (18Ó0), Cartas históricas (1870), Ensayos sobre
la historia del pensamiento (1876) y Los problemas de la comprensión de la historia
(1898).
El principal descubrimiento de Lavrov-Mirtov fue el método subjetivo.
Según él, en la sociología y en la historia hay algunas verdades tan
inalterables y absolutas como las verdades de las otras ciencias.
156
APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

Pero en la sociología y en la historia hay otras verdades que no pueden ser


descubiertas antes de que lleguen ciertas épocas, porque sólo en cierras
épocas están subjetivamente preparados los individuos de una sociedad para
comprender cuestiones fundamentales y formular soluciones adecuadas. La
historia no se repite; el proceso de la evolución histórica es progresivo, peto
sólo subjetivamente puede ser percibido. El subjetivismo científico, pues, es
una tendencia selectiva de la historia que debe ponerse en relación con Ta
ética y los ideales. Aunque la sociología misma debe ser ideológica, sus metas
no pueden postularse a przori, sino que deben derivarse de un estudio
Inductivo de la sociedad. Mientras que la historia trata de comprender el pro-
greso en el proceso de la evolución, la sociología es el estudio de la
solidaridad de individuos conscientes. El desarrollo de la solidaridad y el
desarrollo de la individualidad son procesos paralelos. La solidaridad nace
en la sociedad animal. Se manifiesta en las relaciones entre madre e hijos. La
solidaridad se perpetúa por la imitación y da nacimiento a [a costumbre, que
es uno de sus apoyos más importantes. La individualidad, antítesis de Ja
solidaridad, está, no obstante, estrechamente vinculada con ella, de suerte
que estos dos elementos sólo pueden separarse por el análisis. Los individuos
conscientes son productos del proceso social, y los individuos reciben sus
motivaciones, conocimientos y costumbres de la sociedad. Pero como en el
funcionamiento del agregado social sólo los individuos desean, deliberan y
obran, no es posible ningún desarrollo sin el pensamiento crítico de ios
individuos. Pero los individuos con mentalidad crítica son siempre una
minoría en comparación con Jas masas. No obstante, la fuerza del
pensamiento y la energía de la volición son agentes de determinación
histórica. La historia, pues, es en esencia una generalización de biografías
individuales. Es preciso reconocer el papel decisivo de la personalidad que el
destino ha colocado en el centro de cada época, ya sea un monarca, un
demagogo o un profeta.
El progreso no es necesariamente un movimiento continuo, pero la
participación en él es una obligación moral impuesta al individuo que ha
captado su sentido. Es necesaria una teoría del progreso para elaborar un
programa de acción. Puesto que el desarrollo de la individualidad y el
desarrollo de la solidaridad son ambos esenciales para el progreso, la mejor
sociedad sera aquella en que todos [os individuos tengan intereses y
convicciones iguales, vivan en las mismas condiciones de cultura y excluyan
la lucha por ía existencia. El progreso sólo es posible cuando los individuos
que forman la minoría avan
EL SUBJETIVISMO RUSO 158

y.uli saben que sus intereses son idénticos a los intereses de la mayoría. En el
curso de la historia rara vez se han movido en esa dirección hx minorías;
pero cada generación es responsable de lo que debió de liacer y no hizo.

Mikhailovsky

El exponente más destacado de fa escuela fue Nikoiai M. Mikhailovsky


(1842-1904). Mikhailovsky se graduó en una escuela de minería, y empezó su
carrera literaria a los dieciocho años, llegando después a dirigir una de Jas
revistas mensuales más importantes de Rusia. Fue un positivista radical,
influido por Comte y Mili. Para él, como para otros, el problema básico de la
época era la reconciliación de la verdad y Ja justicia. Creía él que la solución
de ese problema exigía que la sociología fuera ideológica y que se siguiera el
método subjetivo propuesto por Lavrov-Mírtov. Para Mikhailovsky la
sociología es Ja ciencia de las relaciones interpersonalei e_ infer-grupalesyüe
iasTeTát Iones entre el grupo y el individuo. Aunque re-conocíiTquelos
fenómenos sociales"forman uñaclase independiente de acontecimientos,
sostenía que la sociología, que estudia esos fenómenos, está estrechamente
relacionada con ¡as otras ciencias.
La meta principal de la actividad social -—decía Mikhailovsky— es la
lucha por la individualidad. En oposición deliberada con Spencer, creía que
el progreso consiste en la aproximación gradual al desarrollo integral de
cada individuo y se manifiesta en el decrecimiento de la división del trabajo
social. Todo lo que retarda el movimiento liacia la integración personal es
inmoral e injusto. La lucha por la individualidad es inherente a la situación
misma que la naturaleza ha asignado a los seres humanos; entre el individuo
y la sociedad hay una lucha incesante. Mirando a su propio tiempo, Mikhai-
lovsky escribió que el trabajador occidental ya no es un individuo
independiente, porque lia sido degradado por ía división burguesa del
trabajo. El pueblo ruso puede evitar esa degradación conservando las
comunidades agrarias.
En El héroe y la multitud (1882), obra principal de Mikhailovsky, no se
considera al héroe necesariamente como un gran hombre, sino como un
hombre cuyo ejemplo mueve a las masas hacia el bien o hacia el mal. Los
grandes hombres son ptoductos del mismo ambiente que moldea a la
muchedumbre. Los hombres anhelan ideales y siguen fácilmente a quienes,
ofreciéndoles ideales, representan el heroísmo.
APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

Finalmente, el héroe es el hombre que da el primer paso que se esperaba y


que será imitado por la multitud. La imitación, ley general de la conducta
humana, suele ser inconsciente. Como la conciencia y la voluntad por lo
general son débiles, suele predominar la tendencia a la imitación.
Lavrov-Mirtov y Mikhailovsky emplearon el concepto de la posibilidad
objetiva. En la vída social la persona individual se halla siempre delante de
muchas posibilidades objetivas con diferentes probabilidades de realización.
Cuál de las posibilidades comprendidas en una situación concreta llegue a
realizarse, es cosa determinada por una combinación compleja de
circunstancias que sólo rara vez pueden ser plenamente conocidas. En
muchas ocasiones Ja insensata confianza en la propicia llegada de la
posibilidad deseada induce a los hombres a permanecer inactivos y a confiar
en el desarrollo natural de los acontecimientos. Naturalmente, ni los
individuos de mentalidad crítica, de que habla Lavrov-Mirtov, ni los héroes
de Mikhailovsky cometen ese error.

Ynzhakov y Kareyev

Las ideas de aquellos dos autores fueron criticadas y modificadas por otros
dos miembros de la escuela subjetiva, SergeíN. Yuzhakov ( 18491910) y
Níkolai L Kareyev (1851-1930). En sus Estudios sociológicos (1891) declara
Yuzhakov que el método subjetivo era inadecuado para la sociología. Sin
embargo, sostenía la necesidad de evaluar los desenvolvimientos y procesos
sociales sobre la base de un ideal social (que él identificaba con La filosofía
moral); sobre esa base, podría construirse una teoría científica de la sociedad.
Según él, la escuela rusa, más que sentar Ja necesidad de un método
particular, había demostrado un teorema importante: que el
desenvolvimiento social es impulsado por personalidades. Es un grave error
de la sociología desconocer este teorema. Pero como es una proposición
esencial, y no cosa de procedimiento lógico, no constituye una base adecuada
para formular un método particular.
Kareyev fue el único universitario de la escuela subjetiva, habiendo
enseñado en ks universidades de Varsovia y de San Petersburgo. Sos-tenia,
como Yuzhakov, que sus predecesores se habían equivocado en una
proposición importante: en vez de exponer el método subjetivo debieron
estudiar el factor subjetivo de la sociedad. Análogamente, subrayó El papel
del individ&Q en la historia (1890), título de una
EL SUBJETIVISMO RUSO

de sus obras más importantes. En 1897 publicó Kareyev una valiosa


Introducción a la sociología en la que ofrece una revisión sistemática y
extraordinariamente inteligente de las teorías sociológicas de su tiempo.
Para él Ja sociología era una ciencia nomotetíca que investigaba las leyes
generales de la vida social, en contraste con la historia, que, estando limitada
a fenómenos concretos, es ideográfica. Kareyev insistió también en que el
individuo no es un instrumento pasivo de la historia. Los grandes hombres
son los que poseen el talento de planear actividades complejas e inducir a
otros a ejecutar esos planes. Definía el progreso como la evolución hacia el
ideal social; y definía el ideal social como la elevación gradual de Jas normas
de la vida humana y la justa repartición del trabajo entre los hombres.

Juicio retrospectivo del subjetivismo

Los individuos de la escuela subjetiva rusa concentraron su atención sobre


uno de ios problemas básicos de la teoría sociológica: las relaciones entre el
individuo y la sociedad. En oposición explícita a Marx y a Spencer, esos
sociólogos subrayaron las funciones importantes del individuo en el proceso
social. Atribuyeron a los individuos, especialmente a los de tipo más elevado,
un papel activo que se identificó con la obligación de contribuir al progreso.
Para ellos el progreso era cosa muy diferente de lo que parecía ser para sus
colegas los sociólogos de Occidente. El progreso material y la diferenciación
social tenían poco interés para ellos. Su ideal común era una sociedad de
iguales que permitiera auto-expresarse a cada uno de sus individuos.
En ciertos aspectos estos sociólogos anticiparon o desarrollaron ¿deas que
llegaron a identificarse con los descubrimientos de otros autores. Así,
Lavrov-Mirtov y Mikhailovsky subrayaron el papel del individuo en la vida
social y en los cambios sociales quizás antes de que Ward tratase de esa
materia. Los dos tusos señalaron la importancia de la imitación muchos años
antes que Tarde y trataron de las relaciones entre la ¡miración y la costumbre
hacia el mismo tiempo que Bagehot. El principal obstáculo para ser
internacionalmcntc conocidos es que escribían en ruso, de suerte que sus
relaciones con los sociólogos no rusos era unilateral. Aunque los profesores
rusos leían con avidez las obras de sus colegas extranjeros, fuera de Rusia
eran muy pocos los sociólogos que podían conocer las manifestaciones rusas
de esta disciplina.
APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES
161

16
1

Esta escuela fue perjudicada también por las confusiones relativas al


llamado método subjetivo. Mucho tiempo y mucha energía se gastaron en
una controversia esencialmente terminológica antes de que el método fuese
adarado y corregido por los individuos más jóvenes de la escuela, en especial
por Kareyev. Quizás la razón principal del colapso de la escuela fue que hizo
a la sociología depender de un ideal social y que exageró la importancia de
los juicios de valor como parte intrínseca de la sociología. El subjetivismo no
pudo prevalecer contra ks vigorosas demostraciones de Durkheim (véase
capítulo 9 ) y de Max Weber (véase capítulo 14) de que los juicios de valor
no deben inmiscuirse en el desarrollo de la sociología teórica.
Pero otro rasgo de la escuela pudo haber impresionado favorablemente a
Jos sociólogos occidentales, a saber, la teoría de las posibilidades objetivas.
En la forma más complicada de probabilidad, este concepto reaparece en las
enseñanzas de Weber y de otros.
La escuela subjetiva rusa no influyó mucho, pues, en el desarrollo de ia
sociología; pero mucho de lo que sus miembros dijeron acerca del papel del
individuo en la historia o en el proceso social tuvo importancia, y valor para
la estructuración de la teoría sociológica.

CONCLUSIÓN DE LA TERCERA PARTE

Durante el último cuarto del siglo Xix la sociología estuvo desdichadamente


dividida en muchas escuelas grandes y pequeñas. Las diferentes sociologías
parecían tener poro de común entre sí, o quizás nada. Por ejemplo, ¿qué
opiniones compartieron Loria (para quien la sociología es la ciencia de las
relaciones entre la subestructura económica de la sociedad y las
manifestaciones jurídicas, morales y políticas de su superestructura) y
Simmel (para quien la sociología es la ciencia de las formas de interacción
humana) ? En opinión de Simmel la obra de Loria caía fuera del campo de la
sociología. Pero en la actualidad esos dos cipos de interés y muchos otros se
consideran aspectos legítimos de la teoría sociológica.
Había, sin embargo, una teoría, o hasta un dogma, en que comulgaban la
mayor parce de Jos que contribuyeron al desarrollo de ia sociología a fines
del sigJo XIX; la ¡dea de la evolución. En la mayor parte de las teorías que
hemos examinado, la evolución era el concepto clave. Aun los autores que
no eran primordialmente evolucionistas en general no rechazaron esa teoría.
Los organicistas Schaffle y Worms la mantuvieron expresamente. De ios
sociólogos analíticos,
EL SUBJETIVISMO RUSO

Toennies subrayó la evolución de la Gemeinschaft a la Geselhchaft; Tarde, una


evolución encaminada a la unificación de k humanidad medíante la
imitación; y Durkheim, una evolución de k solidaridad mecánica a la
solidaridad orgánica con todas sus consecuencias. Sólo Simmel permaneció
fuera de k tendencia predominante; pudo ser indiferente aj evolucionismo
porque concentró su atención sobre formas invariables de interacción social.
Aunque Ja doctrina evolucionista fue un elemento común a la inmensa
mayoría de ks teorías de la época, no sirvió para producir una verdadera
unidad, porque cada escuela o tendencia particular definía la evolución de
un modo completamente diferente. Spencer vivía y trabajaba en ese tiempo,
y también estaba viva y activa su concepción cósmica de la evolución. Teoría
rival de ésta fue la de los darvinistas sociales, que abandonaron el proceso de
diferenciación (fundamental en el pensamiento de Spencer) para destacar los
mecanismos de la selección natural y de la supervivencia de los más aptos,
ya sean individuos, grupos o normas sociales. Desviación de mayor alcance
aun fue el evolucionismo psicológico, representado por la telesis de Ward y
la conciencia de calidad de Giddings. Emergía vigorosamente el
determinismo económico; el evolucionismo tecnológico, iniciado por los
primeros antropólogos, fue estrictamente desarrollado por Veblen;
observaciones más o menos accidentales de Comte y de Durkheim fueron
convertidas por Coste en un sistema de evolucionismo demográfico; y
Novícow realizó el iour-de-force de descubrir una tendencia evolucionista en
el mecanismo de k evolución misma. Otros tipos aun de evolucionismo se
estructuraron sobre el racismo de Gobineau y el monismo geográfico de
Buckle.
En contraste con los primeros años de los iniciadores, en que simplemente
coexistieron opiniones divergentes, durante este segundo periodo de
desarrollo sociológico los diferentes puntos de vista actuaron unos sobre
otros. Desgraciadamente, esta acción recíproca entre las diferentes opiniones
consistió en su mayor parte en una crítica destructora. Gran parte del
esfuerzo de los sociólogos de aquel tiempo fue consagrado al intento de
demoler las ideas de los competidores. Los darwínistas sociales pudieron
alegrarse de ver su creencia en la importancia fundamental de k lucha por la
existencia tan vivamente manifestada en Ja sociología misma. Este bronco
antagonismo fue en parre consecuencia de la naturaleza misma de las teorías
evolucionistas. Puesto que las teorías eran predominantemente monistas, y
afirmaban el papel supremo de un solo factor en k evolución, cada
163 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

autor que deseaba vindicar el factor fundamental elegido por el se esforzaba


por demostrar lo absurdo de las explicaciones evolucionistas presentadas por
sus rivales. Hoy están olvidadas casi todas esas querellas, absorbidas en la
decadencia del evolucionismo en general.
La sociología, de fines del siglo xix no se interesó exclusivamente en
vindicar el dogma evolucionista. Hubo otras tendencias. Dos escuelas, la
organicista y la subjetiva rusa, pasaron de un modo tan completo como el
evolucionismo; pero la primera sociología analítica resultó viable y fructífera.
La sociología contemporánea no seria lo que es sin las importantes
aportaciones de Toennies, Simmel, Tarde y Durkheim. Además, hasta la obra
de las escuelas muertas no fue totalmente perdida: se obtuvieron valiosos
conocimientos sobre materiales de importancia sociológica como
subproductos de una investigación mal orientada.
De los opiniones acerca de la naturaleza de Ja sociedad, ha prevalecido la
identificación señalada por Simmel de la sociedad con un grupo de hombres
que actúan entre sí recíprocamente. También ha prevalecido el teorema de
Durkheim según el cual los hechos sociales son hechos sai generis irreductibles
a proporciones biológicas o psicológicas (aunque en la actualidad este punto
de vista no sea del todo incontrovertible). JLa dicotomía que hace Toennies de
los grupos sociales contribuyó a hacer posibles su clasificación científica y la
identificación de rasgos comunes a todos los tipos de sociedades. Como
contribución al conocimiento del papel de las fuerzas sociales y culturales en
la conducta humana, la persistente investigación de Durkheim sobre las
funciones de Ja conciencia colectiva fue, en realidad, importante labor de zapa
de un iniciador de la sociología actual.
Además, ha persistido la importancia concedida por Simmel a la
interacción humana como unidad básica para la investigación sociológica.
Toennies y Durkheim contribuyeron de manera importante al conocimiento
de ía interacción cooperativa. Los darwinistas sociales, aunque exageraron el
papel de la lucha, pusieron los cimientos para una reoría científica de la
interacción antagonista. Los escritos de Novicow fueron muy útiles para la
formulación de una teoría de la lucha; y Sumner llamó la atención hacía la
correlación entre la solidaridad dentro de un grupo particular y el
antagonismo hacia los otros grupos.
A Tarde le corresponde el honor de haber comprendido la gran
importancia de la imitación en la vida social. Sin embargo, en los días en que
escribía, no se comprendió plenamente la importancia
EL SUBJETIVISMO RUSO 164

de esm idea, en parte a causa de la oposición expresa de Giddings y


Durkheim. Se recordará también que alguna parre de las opiniones de Tarde
sobre la imitación había sido anticipada por Bagehot y por Jos subjetivistas
rusos.
Partiendo de premisas diferentes, Sumner, Toennies y Durkheim dieron
los primeros pasos de grao alcance en el estudio sociológico del aspecto
normativo de la interacción humana. Sumner presentó una explicación dd
aspecto transpersonal de las normas sociales; Toennies esbozó un método
para clasificar las normas desde un punto de vista sociológico; y Durkheim,
empleando el engañoso lenguaje del realismo social, se esforzó en demostrar
el papel fundamental de las normas del grupo en la vida social.
El segundo periodo de Ja historia de ía teoría sociológica fue altamente
productivo en teorías acerca de las relaciones entre la sociedad y el
individuo. Ward, Giddings, Tarde y ios subjetívistas rusos se rebelaron en
sus escritos contra el dogma de las fuerzas sociales impersonales que se
imponen a los individuos y que obligan a los hombres a ser espectadores y
no actores en Ta escena social. No obstante, el elemento válido contenido en
el realismo sociológico (la atribución a la sociedad de una realidad
independiente) fue hábilmente presentado por Gumplowicz, Sumner,
particularmente por Durkheim, y de un modo señalado por los organicisras
(cuya aportación más importante fue la de Schaffle).
En esc período se formularon pocas definiciones formales de la sociología.
La que dio Simmel de la nueva ciencia fue un avance manifiesto respecto de
las anteriores. Pero el problema de la definición apenas si existió para los
evolucionistas. Para ellos, la sociología era la ciencia de Ta evolución social
tal como la habían visto Comte y Spencer.
Se debatieron acaloradamente cuestiones de método, pero muchas veces
de manera infructuosa: el método más probablemente recomendado sería un
mero corolario del teorema fundamental del sociólogo sobre el factor
determinante básico de los cambios sociales. Simmel, uno de los sociólogos
más meditativos de aquel tiempo, confesó que no tenía ningún método
definido que ofrecer. Los rusos creyeron que habían inventado un método
nuevo, pero, en definitiva, todo lo que hicieron fue subrayar el papel de ía
personalidad en el proceso social. Los métodos cuantitativo y de casos
particulares, propuestos por Quételet y Le Play en el primer período, apenas
si fueron aplicados en la corriente principal de la teoría sociológica hasta
tiempos
165 APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

bastante recientes. Sólo Durkheim offerió una metodología bien des-


arrollada, poniendo de relieve los requisitos de tina ciencia empírica; pero
sus importantes aportaciones fueron en parte viciadas por su adhesión al
lenguaje, y en ocasiones a la esencia, del realismo social.
Puede decirse, en conclusión, que la mayoría de las teorías examinadas en
esta parte fueron unilaterales o que respondieron sólo a algunas de las
interrogaciones básicas de la teoría sociológica. Los organicistas y Simmel se
interesaron primordíalmente por la naturaleza de la sociedad; los diversos
tipos de evolucionistas se interesaron sobre todo por el factor prepotente de
los cambios sociales; los subjetivistas rusos se consagraron a las relaciones
entre la sociedad y el individuo. De los sociólogos de aquel tiempo,
Durkheim fue el que más cerca anduvo de desarrollar una teoría sociológica
sistemática, que aún sigue siendo útil hoy.
'l'

I
t
C APÍTULO 1 1

DECADENCIA DEL EVOLUCIONISMO Y APARICION DEL


NEOPOSITJVISMO

En las vísperas del siglo XX la evolución era un dogma comúnmente


admitido. Su predominio trascendía del campo de la sociología. Bajo la
influencia de Spencer y sus discípulos, muchos científicos trataron de
descubrir las etapas necesarias o pre-es ta Mecidas del desarrollo de aspectos
particulares de la vida social y cultural. Afirmaban, por ejemplo, que la
evolución de la familia empezó con la promiscuidad sexual, pasó por las
fases de la familia matriarcal (clan) y de la familia patriarcal (gens), llegando
finalmente a ía pequeña familia conyugal de nuestros días. Los economistas
sostuvieron más de una vez que la humanidad había evolucionado a través
de las etapas sucesivas de la recolección de alimentos, la caza, la cría de
ganado, la agricultura y la industria. Se decía que la tecnología había pasado
por las tres o cuatro "edades" de la madera, de la piedra, del bronce y del
hierro. En e] aspecto jurídico se describía la evolución como el paso de la
propiedad en común a la propiedad individual. Secuencias tales como
magia-animismo-totetísmo-deidades personales se enunciaban como etapas
distinguibles en el desarrollo de k religión. En el campo de la política, se
consideraba la democracia como la cima de una línea de desarrollo
manifiestamente ascendente. Había dudas, naturalmente, en cuanto a las
fases exactas y su sucesión; peto los evolucionistas creían que se resolverían
mediante el estudio ulterior. Algunos sociólogos y Otros investigadores
sociales preferían bases diferentes para construir sobre ellas sus sistemas
teóricos, mas por lo general hasta esos escritores servían de labios afuera al
dogma que parecía coronar el edificio de las ciencias biológicas y sociales.

Üliimas manifestaciones del pensamiento evolucionista

Gradualmente se fueron acumulando las dificultades. Se descubrían hechos


que no encajaban en el esquema, evolucionista o que estimulaban a los
investigadores sociales a intentar nuevos puntos de vista. Pero algunos
investigadores, creyendo que el evolucionismo era invencible, intentaron
corregir la doctrina y darle formas que la hicieron compatible con el avance
de los conocimientos. Son pertinentes a nuestro estudio las enseñanzas de
tres de ellos.
169
169 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

Maxim M. Kovakvsky (1S51-191Ó), aunque ruso, pasó los años más


productivos de su vida en la Europa occidental y se interesó profundamente
en su historia jurídica y económica. Como sociólogo, se mantuvo aparte de la
escuela subjetiva rusa (algunos de cuyos afiliados se quejaban amargamente
de que desconociera sus opiniones). Por consiguiente, Kovalcvsky,
presidente del Instituto Internacional de Sociología en 1907, puede ser
considerado propiamente como un representante eminente de las últimas
ideas evolucionistas de la Europa occidental.
Kovalcvsky era un evolucionista decidido, pero más en el sentido de
Comte que en el de Spencer. Intentó fijar las fases por fas que tienen que
pasar las sociedades a causa de una necesidad interna, pero no se inclinó al
concepto cósmico de la evolución sustentada por Spencer ni a la
identificación de la evolución social y ia evolución biológica. Su obra
representa aquel tipo de síntesis creadora de las ciencias sociales concretas
que Ward proponía como tarea central de la sociología. Dedicó varios
volúmenes, publicados en ruso, alemán y francés, al desarrollo económico de
la Europa occidental, a los orígenes de la democracia moderna y al paso de la
democracia inmediata o directa a la democracia representativa.1 Sobre la
base de esos estudios y de otros materiales originales y ajenos publicó en
1910 en lengua rusa una Sociología en dos volúmenes.
Ese libro está dedicado en gran parte al problema de descubrir las fases
esenciales de la evolución social Más específicamente, Kova-levsky se
propuso identificar y relacionar las fases de diferentes esferas de la vida
socio-cultural. Evitó concluir que las analogías entre dos o más
desenvolvimientos concretos establecen una relación de necesidad evolutiva
entre ellos, reconociendo la posibilidad de la imitación y de la difusión
cultural. Se negó enfáticamente a atribuir prioridad o supremacía a ningún
factor particular del desenvolvimiento evolutivo, aunque creía que en las
primeras fases de la evolución los cambios de densidad de la población
fueron de fundamental importancia para estimular cambios posteriores.
Reconocía la existencia de variantes o desviaciones de las líneas rectas de la
evolución, pero creia que debía posponerse su estudio hasta que los
sociólogos hubieran logrado establecer analogías sociales y culturales y redu-
cirlas a leyes generales. Finalmente, Kovalevsky señaló que las socie-
I Las obw$ más impotumrts de Kovalevsky sobre fias materias son El desartoih económico de
H»rop* basta ti ÍJÍÍAÍM/Ú ¿ti capitalismo (1898-1905). Originas de la democracia moderna (1891-97),
y De la democracia directa a ¡j democracia repte-tentativa (1906).
i

170 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

dades primitivas contemporáneas son contemporáneas y que por lo tanto no


representan necesariamente etapas antiguas del proceso evolutivo, hecho que
todavía hoy es ignorado algunas veces.
Los escritos de Kovalevsky están en aguda oposición con los de Albcrr G.
Keller (1874-1956), notable representante norteamericano del evolucionismo
reciente. Keller fue estudiante, colega y discípulo de Sumner (véase capítulo 5),
a quien sucedió, a su muerte, en La cátedra de la universidad de Yale. Sumner
no había trabajado sobre las relaciones entre h evolución de las costumbres y la
evolución orgánica, problema que Keller se planteó en Evolución social ( 1935), su
obra más importante.
Esta obra es un intento para hacer pasar el evolucionismo desde la variedad
spenceriana, considerada por Keller más filosófica que científica, a una base
darwíníana, tarea que en su opinión habían realizado mal los darwinistas
sociales. Así, a la fórmula spenceriana deí paso de la homogeneidad incoherente
a la heterogeneidad coherente la sustituyen "la variación, la selección, la
transmisión y la adaptación", principios que hay que aplicar al proceso
primordial mente mental de la evolución societaria y a la materia prima
societaria de las costumbres. La variación es la fuerza que pone en movimiento la
evolución, aunque no se ve claro por qué y cómo ocurre eso. Pero el hecho de
que las costumbres no son iguales en ninguna parte indica la ubicuidad de las
variaciones de las normas, variaciones que reflejan diferencias de grupo en la
reacción mental al ambiente. Esas reacciones son selectivas, siguiendo las
direcciones más agradables a los hombres. Keller encuentra tres tipos de
selección societaria: la automática, que no supone la adaptación deliberada de
medios a finalidades conscientes, y que se manifiesta en la guerra, en ia lucha de
clases y en la competencia; la racional, análoga a ia técnica del criador de
animales, con lo que deja algún margen a la capacidad del hombre para
determinar la dirección del cambio (aunque en opinión de Keller ese margen es
muy limitado); y la contraseíeccion, ¿~ que medíante prácticas como la guerra,
la baja fertilidad de ías clases superiores, ei matrimonio tardío, el celibato y la
industria moderna, permite la supervivencia de los menos aptos
biológicamente. La trans* misión societaria, tercer principio de Keller, teniendo
en cuenta el hecho de que las costumbres no son biológicamente hereditarias, se
refiere al papel de la imitación automática y de la educación artificial en la
conservación de las tradiciones de la sociedad. Los procesos de ia variación, la
selección y la transmisión hacen posible, final
DECADENCIA DEL EVOLUCIONISMO 171

mente, k adaptación a las costumbres. Cada costumbre o institución, aunque


esté anticuada o sea incongruente con otras (y es justo señalar que Keller fue
uno de los primeros en llamar k atención sobre los desajustes producidos por
los índices desiguales de cambios de las costumbres) es resultado de la
adaptación del hombre a las condiciones ambientales.
Este breve esbozo de la aplicación que hizo Keller de ideas dar-winíanas a
la evolución social hace poca justicia a la habilidad con que ejecutó su tarea.
Fue el suyo el último esfuerzo importante de este tipo. Los conocimientos
sociológicos han progresado de manera impresionante desde que se publicó
el libro de Keller, pero pocos de esos progresos, sí es que alguno, se han hecho
siguiendo los lincamientos de Evolución social, lo cual indica por lo menos que
el progreso científico consiste en otra cosa.
El tercer autor que tendremos en cuenta es Leonard T. Hobhouse, filósofo
social y antropólogo inglés. Hobhouse (1864-1929) reconoció plenamente el
fracaso del evolucionismo extremo, especialmente de la variedad darwiniana,
pero esperaba salvar algo que pudiera usarse eficazmente en la sociología
moderna.
Desde el punto de vista de la sociología empírica, la más importante de
sus obras es Social Development {Desenvolvimiento social, 1924). En este libro
intenta Hobhouse formular criterios objetivos del avance evolutivo de las
sociedades humanas. Entre esos criterios figuran el Tamaño; la eficacia, es
decir, la coordinación adecuada de ks funciones al servicio de fines
específicos; la libertad, que es considerada como el margen permisible de
independencia de ideas, de carácter y de imitación; y ia mutualidad de
servicios, o Ja organización de las relaciones sociales de tal suerte que cada
uno de los que sirven fines comunes partícipe también en su consecución.
Como filósofo social Hobhouse no sólo rechazaba el concepto agresivo del
desenvolvimiento evolutivo y la teoría radical del laissez-fake, sino que defen-
día un colectivismo moderado; creía que la evolución social misma descansa
cada vez más sobre un control consciente. Es indudable que estas opiniones
influyeron en su selección de los criterios de progreso evolutivo. Pero k
aplicación de esas normas a materiales etnográficos comparativos representa
un gran esfuerzo para probar las hipótesis objetivamente (cualidad
manifiesta también en un libro suyo muy anterior, Moráis and Evolution,
Moral y evolución, publicado en 190ó). Aunque las ideas de Desenvolvimiento
social son poco convincentes, indican, como lo hizo ver claramente Hobhouse,
que las so
i

172 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

ciedades pueden retroceder lo mismo que avanzar a lo largo de una o varías


de las cuatro líneas señaladas por los criterios de ía evolución humana.
Esra conclusión es congruente con la prueba aducida en The Material
Culture and Social Insütutions of the Simpler Peoples {La cultura material y las
instituciones sociales de los pueblos más sencillos, 1915), obra en la que
colaboraron Hobhouse, Morris Ginsberg y Gerald T. Wheeler. En ella
examinan los autores el supuesto evolucionista de que el desarrollo de las
instituciones sociales es correlativo de los cambios que experimentan las
condiciones económicas. Estudiaron más de cuatrocientas sociedades y
emplearon técnicas estadísticas pobres pata clasificar las fases de adelanto y
las instituciones políticas, familiares y militares, entre otras. Aunque ciertas
correlaciones son evidentes en las numerosas tablas del volumen (por ejem-
plo, entre la fase de "cazadores primitivos" y las instituciones políticas
nacientes) r los autores no afirman —ni pretenden— la prioridad de las
condiciones económicas ni k regularidad del progreso evolutivo.

El reto empírico ai evolucionismo

Los últimos evolucionistas estaban riñendo una batalla perdida en sus


intentos para remendar el evolucionismo. En el siglo xix ya habían surgido
dudas en cuanro a la doctrina, y muchas de esas dudas nacieron de estudios
más o menos empíricos de hipótesis evolutivas específicas.
Por ejemplo, uno de los colegas de Hobhouse, el profesor sueco-finés
Edward A. Westermarck (18Ó2-1939) empleó muchos años en examinar
materiales etnográficos con la intención de refutar el postulado de Ja
promiscuidad sexual como primera fase de la evolución de k familia
humana. (Esa opinión había sido sustentada por muchos evolucionistas,
entre ellos Morgan, aunque algunos de los primeros antropólogos, por
ejemplo Tylor, no la aceptaron.) Los resultados del trabajo de Westermarck
fueron publicados en Historia del matrimonio humano (1891), donde el autor
demolió ía hipótesis de la promiscuidad originaría y sostuvo, a base de Jas
pruebas proporcionadas por la vida de los antropoidea y por sociedades
humanas, que el hombre fue originariamente monógamo y que el sencillo
tipo de familia paternalista es el más antiguo y más universal. Aunque los
antropólogos contemporáneos han abandonado las investigaciones relativas
a los orígenes de las instituciones y presentado numerosas pruebas de que es
normal, culturalmente, una gran diversidad de sistemas familiares,
173 MOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

por lo general coinciden en que el comunismo sexual no distingue ninguna


trapa ni tipo de sociedad humana y que todos Jos sistemas familiares, por
muy amplios que sean, implican combinaciones de la familia nuclear o
conyugal formada por padres e hijos.
La refutación que Wtstermarck hizo de ¡a promiscuidad primitiva fue
paralela a las investigaciones de la doctrina económica evolucionista acerca
de un comunismo primitivo (tal como lo admitió Engels, por ejemplo).
Haciendo de nuevo uso de estudios etnográficos, se demostró que, aunque la
propiedad común de la cierra es frecuenre entre los pueblas primitivos,
también el derecho de propiedad privado. —en lo relativo a herramientas,
armas, ropas y otras cosas análogas— forma también parte de sus
instituciones. La idea evolucionista de una sucesión de fases de crecimiento
económico, desde la caza hasta la cría de ganado y Ta agricultura, resultó
incompatible con los hechos conocidos, y, por ejemplo, un investigador
(Hahn) 1 aduce que el ejercicio masculino de ia caza coexistió con la actividad
femenina de recoger los productos silvestres de La tierra. Se descubrieron
casos en que se había desarrollado la agricultura con ausencia de la supuesta
fase intermedia de la cría de animales, como ocurrió entre muchas sociedades
indias de América.
Las ideas evolucionistas concernientes a] desarrollo de los instituciones
políticas fueron más duraderas que esas teorías económicas. Pero debe
advertirse que los acontecimientos de los últimos decenios han infligido un
golpe mortal al aspecto político del evolucionismo.
También han surgido dudas en cuanto a la solidez de los métodos
empleados por los evolucionistas. Suponían éstos, por lo general, que
empleaban el método comparativo, aunque en realidad solían seguir el
procedimiento de los ejemplos. Daros recogidos de diferentes culturas eran
agrupados con frecuencia para atestiguar etapas evolutivas; los fenómenos
que se ajustaban al esquema evolutivo eran declarados supervivencias de
edades más antiguas, y se consideraban hechos individuales los que no
venían en apoyo de ral o cual teoría evolucionista. En consecuencia, el modo
de razonar de los evolucionistas era circular, con gran frecuencia. Por otra
parte, muchos de sus datos no merecían confianza, porque se basaban en
informes de viajeros y misioneros y no de hombres de ciencia. Se suponía
además que la cultura primitiva contemporánea representa fases primitivas
de desarrollo evolutivo.
Aun reconociendo esos errores, los evolucionistas pudieron haber

£ E. Haha: Die Hjniihiert uid ihrs Bcxicbitn&m zttr Witticb*¡t d»i Mtnícb*»
174 BOCA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

mantenido una versión moderada de su doctrina, confiando en su habilidad


para explicar analogías sorprendentes de utensilios materiales y de
instituciones sociales entre pueblos separados por enormes distancias. Pero
explicaron esas analogías diciendo que representan etapas evolutivas por las
cuales tienen que pasar todas las sociedades humanas. Este modo de razonar
fue recusado por el conocimiento de h difusión de la cultura basada en la
imitación.
El distinguido geógrafo alemán Friedrich Rarad (1844-1904) ya había
señalado en su Anthropogeographie (Antropogeografia, 1892) analogías
culturales en sociedades marcadamente disimiles en cuanto a medio
ambiente, analogías que, en consecuencia, reñían que explicarse como
consecuencias de contactos entre las culruras. Esta opinión convenia con Las
leyes de la imitación (1890) de Tarde, en que el autor intentaba demostrar que
el proceso ¿c la imitación es el resorte fundamental del devenir social. Esta
reoría era una exageración, pero sirvió para destacar el importante papel de
la imitación en las relaciones humanas. A comienzos del siglo xx el etnólogo
alemán Fritz Graebner publicó una serie de estudios que culminaron en
Métodos de etnología ( 1 9 1 1 ) en los que negaba que hubiera habido muchos
inventos independientes y sostenía que la difusión de los inventos es un
fenómeno muy general Sus obras, como las de muchos de sus discípulos,
seguramente contienen exageraciones y conjeturas no justificadas; pero la
hipótesis de la difusión recibió considerable apoyo de muchos
descubrimientos arqueológicos que indicaban que ciertos hechos de cultura
material por lo menos habían viajado desde su lugar de origen a punios
sorprendenrcmente lejanos en épocas primitivas de la historia humana. Por
ejemplo, se encontraron conchas marinas y huesos de peces, restos de la
Edad de la Piedra Antigua (Paleolítica), lejos de las costas, indicio de que
existió algún comercio entre tribus cazadoras de renos y rribus costeñas.
Objetos de pedernal producidos en Francia en la Edad de la Piedra Nueva
(Neolítica) se encontraron en Bélgica, y conchas de ia misma edad viajaron
hasta Alemania y Checoslovaquia. El trigo cultivado en Dinamarca y los
animales criados allí en épocas remoras fueron llevados de otras partes, pues
no son descendientes de especies silvestres del Noroeste de Europa. La
obsidiana empleada en Egipto y Mesopotamia procedía de Armenia y de
Milo; el lapislázuli encontrado en Irán había sido usado mucho antes en
Egipto y Sumeria.1

1 EÍWS ejemplo» proceden de "A Prehkrnrian'i lorerpreearion of Djffusion", por V.


Gordcm Childs, en Manará Tertenttntrj PuMicaliom. vol. 1|[ (1937).
DECADENCIA DEL EVOLUCIONISMO 175

Los evolucionistas clásicos no pudieron sospechar hechos como estos, y su


descubrimiento privó a la escuela de una de sus últimas líneas de defensa.
No quiere decir esto que no haya sobrevivido algo a la ruina del
evolucionismo. Algunas de sus aportaciones siguen siendo útiles en la
estructura de la sociología contemporánea. Las investigaciones de los
evolucionistas señalaron paralelismos parciales en costumbres, creencias y
objeros materiales particulares. Aunque no demostraron h existencia de
etapas preestablecidas de progreso, a pesar de sus monumentales esfuerzos,
sus estudios corroboraron la idea de puro sentido común de que unas cosas
vienen primero y otras después. Las sociedades sin organización política
diferenciada, por ejemplo, dieron nacimiento a caudillos cuya posición se
basó primero en cualidades personales, pero que después tendió a hacerse
hereditaria. Los utensilios son sencillos ai principio y gradualmente se hacen
más complicados. El transporte se hace primero a píe; después se idearon
técnicas cada vez más complejas. Puede decirse, en suma, que los estudios de
los evoluciónisras han confirmado la convicción de que hay un orden en los
cambios sociales y culturales y han indicado que a la concepción de las
causas que operan en el proceso histórico puede incorporarse una teoría
sistemática del cambio.4
La validez de esas aportaciones explica en gran parte la persistencia de
algunas supervivencias del evolucionismo hasta la actualidad. Exa-
minaremos dichas supervivencias al estudiar el cuarto período del
desarrollo de la teoría sociológica (véase capitulo 21),

Las raíces del neo-positivismo

La decadencia del evolucionismo fue acompañada por el nacimiento de una


nueva tendencia a La cual se le dio en definitiva el nombre de
neo-positivismo. Durante el periodo que estudiamos aparecieron sobre el
horizonte tres elementos de este nuevo desarrollo, y se combinaron ron las
supervivencias del evolucionismo en los últimos escritos de Giddings. Esos
tres elementos fueron el cuantitativismo, el behavíorismo o cünductismo, y
la epistemología positivista.
El ctiantitativtsmo destaca la enumeración y Ja medición como método de
estudio esencial en la investigación científica en todos los

4 Fíip «umaiía repiuduiic abreviadaoientu el que presenta A. Goldenweiscr en


"Conrubuciofu oí Acrhropoltjgy", en Coniemporary Social Tbaoty d e H- Er Bpog j H. Beckej1
(edirores) (Nueva York, Appleron*Ccíitury, 19^0).
176 BOCA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

campos, incluido el de la sociología. Se recordará que fue Quételet (véase


capítulo 4) quien lo señaló en la primera mitad del siglo xix, y que su influjo
llegó a la sociología a través de la biología. El cuantitativismo recibió nuevo y
más fuerte apoyo de Francia Galton (18221 9 1 1 ) - Hereditary Gentes (El genio
hereditario, 1869) y English Men o f Science (Hombres de ciencia ingleses, 1874),
de Galton, son estudios impresionantes, de carácter ampliamente estadístico,
sobre U transmisión de los rasgos de familia, los cuales, decía, eran
primor-díalmenre materia de herencia biológica, aunque sus datos apoyan
igualmente la opinión contraria de que 1a transmisión de cualidades como la
inventiva y la eminencia en campos diversos es en esencia de naturaleza
social. Karl Pearson ( 1857-1936), discípulo de Galton, publicó una obra
titulada The Grammar o f Science (Gramática de la ciencia, 1892), que se
convirtió en el evangelio del neo-positivismo y dio fuerce apoyo al
cuantitativismo y a otros elementos de este punto de vista.
La obra de Pearson contiene ya el behaviorismo en germen. Pero el
behaviorismo hizo progresos especialmente después que un psicólogo
norteamericano, John B. Watson (1878- ) 1c dio una forma precisa y radical
en una serie de publicaciones.5 Desarrollando y exagerando las ideas dd
famoso fisiólogo tuso Ivan Pavlov ( 1849-1936), descubridor de los reflejos
condicionados, Watson sostuvo que la "conciencia" era objetivamente
incognoscible, que la introspección no podía ser fuente de conocimientos
científicos, y que en consecuencia la psicología, y por implicación Ja
sociología, debían estudiar sólo la conducta observable. Toda la conducta
humana —decía Watson— puede reducirse a series de reflejos
condicionados. En éstos pueden distinguirse situaciones estimulo
(condiciones específicas en que tiene lugar Ja conducta) y reacciones o
respuestas (contenidos de [a conducta así estimulada). Desde este punto de
vista, un análisis suficientemente refinado de las siruaciones estímulo y de
Jas respuestas explicaría todos los aspectos y formas de la conducta humana.
En este sentido, la conducta verbal puede considerarse a la vez como
estímulo (de la acción de otro) y como respuesta. Pero en su esrudío de la
conducta verbal un behavíorista consecuente no puede tomar en cuenta el
sentido de las palabras, porque "sentido" implica observación introspectiva.
La epistemología positivista tiene sus raíces en la filosofía pragmá-

& Su libra Ptychoiogy from tbi Sundpiint of d Bebapioriit (La f- . dssdt


vi panto de vista de un behavioriHa) apareció ca 1919
17S WXiA m LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

tica de WilJium James (1342-1910) y John Dewey (1859-1952), y


posteriormente do Bertrand Russeil (1872- ). Pero también aquí fue la de
Pearson la influencia personal más fuerte que experimentó la sociología,
Pearson reducía estrictamente lo cognoscible a JJ is impresiones de Tos
sentidos y sus secuencias. Según él, la realidad de una cosa depende de la
posibilidad de que ocurra en codo o en parte como un grupo ¡le impresiones
sensoriales. Que ocurra determinada secuencia de impresiones sensoriales es
cuestión de experiencia, a la que damos expresión en el concepto de
causación. Cuando podemos establecer regularidades de impresiones
sensoriales, hablamos de leyes, que son meros enunciados de regularidades o
recurrencias. Por consiguiente, la ley no aporta necesidad a esas secuencias;
en realidad, la necesidad es una concepción humana y sólo ilógicamente pue-
de transferirse al mundo de las percepciones.

Evoluttonismo y neo-positivismo combinados: Últimas ideas de Giddings

Los tres elementos del neo-positivismo, en especial el cuantitativismo y, en


cierros respectos, el behaviorismo, se mezclaron en los últimos escritos de
Giddings. (Véase capítulo ó para sus opiniones anteriores.) Ya en Sociología
inductiva (1901) estudió Giddings el método estadístico, que él creía ser un
modo cuantitativo del método comparativo e histórico. En esa obra
propugna el análisis tabular, que le parecía una estadística inexacta, y acá y
allá se encuentran fórmulas matemáticas y gráficas estadísticas. También
aquí aparece la conciencia de índole de Giddings en un estudio general de
las respuestas de la materia nerviosa a los estímulos exteriores.
En el prefacio de sus Estudios sobre la teoría de la sociedad humana (1922)
reconoce Giddings la necesidad de revisar sus opiniones anteriores. "La
lógica ha abandonado . . . las clasificaciones a favor de las distribuciones de
frecuencia" —tendencia cuantitativa—. "La psicología se ha hecho
experimental y objetiva. Ha distinguido entre reflejo y condicionamiento" 6
—punto de vista behaviorista—. La antropología ha descubierto más
variantes de la sociedad primitiva de las que podían suponer los primeros
antropólogos —-reconocimiento de la quiebra de las secuencias lineales, en
las cuales habían creído los evolucionistas (incluso el mismo Giddings)—.
Pero no descartó por completo el evolucionismo ni abandonó el estudio de la
"conciencia
■ R vi.
DECADENCIA DEL EVOLUCIONISMO 178

de índole", aunque era difícil conciliar esas dos careas con el behavio-rismo.
Un intento de conciliación aparece en The Scientific Study o f Human Society
(El estudio científico de la sociedad humana, 1924), última obra importante que
publicó: "Conciencia.. .es un nombre de un fenómeno fisiológico y no de un
misterio ontológico.. .es vigilia y atención altamente unificadas de un
organismo",7 No es seguro de ningún modo que los behavioristas estrictos
crean que esta defínicióo se ajuste a su canon.
El cuantitativismo impresionó mucho a Giddings en sus últimos anos.
Volviendo a ¡deas y procedimientos que había aprendido de Mayo-Smith8 y
refiriéndose a la obra de Quételet, de Galton y de Pearson, declara Giddings:
"La sociología es una ciencia de método estadístico", y sostiene que "una
descripción verdadera y completa de algo tiene que incluir su medición" *
Esperaba que la estadística se aplicaría al estudio de la evolución social, en
especial a la determinación de los tipos sociales y a ks desviaciones de ellos.
Parte de El estudio científico esboza ciertas técnicas estadísticas, entre ellas el
cálculo del coeficiente de correlación, e indica su aplicación a datos sociales.
Presenta resúmenes de los resultados de algunos de sus propios
experimentos de contar y medir fenómenos sociales (que, desde el punto de
vista de la estadística contemporánea, son totalmente insuficientes), y hace
indicaciones para estudios ulteriores siguiendo lincamientos análogos, por
ejemplo, la medida de valores sociales examinando los sacrificios que se les
hacen y el cálculo de las presiones sociales analizando el contenido de las
leyes.
El behaviorismo sustituyó en gran parte a la psicología voTun-tarista de
las obras anteriores de Giddings. Definió la sociología como la psicología de
la sociedad y afirmó que su materia es la conducta pluralista, expresión que
él acuñó al mismo tiempo que la palabra pinrel. El pinrel es el equivalente
behaviorista del grupo, y la conducta pluralista es la respuesta de un pinrel a
una situación estímulo. Las respuestas de los individuos que forman un
pinrel puede ser análoga
0 diferente, pero la conducta pluralista tiene sus propias condiciones y
formas, distintas de las de Ja conducta individual. La sociología tiene dos
tarcas que realizar: primera, descomponer las situaciones estimulo

7 p. 14. nota.
a De 1SSÜ a 1899 el profesor RicWuid Mayo-Smith ( 1 8 3 4 - 1 9 0 1 ) emeñó en la
t , | ■ ,-. .ji¡ry. Se le comideia a vece* como el primer hombre que enseñó en
lo* Erados Unidos eiradlttki en un plano íieorífku. Su abra Staliiiici and Socialau
1 i J y ¡ottofap*) apareció en 1893-

B Ediciones en inglés de Estudios, p. 2 3 2 ; Teoría, p. 189.


179 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

m factores que provocan una conducta pluralista; segunda, explicar la p / j T


integración, diferenciación y funcionamiento de la conducta pluralista.
Giddings formuló ese programa para la sociología; piro no lo cumplió.
Mas c| programa mismo fue el testamento de un profesor anciano a la
generación venidera de sociólogos, entre los cuales figuraron muchos de
sus discípulos de la Columbia Univcrsity.
Sólo accidentalmente se permitió Giddings hacer vastas genera-
lizaciones anticipando los resultados de la obra formidable que había que
realizar. Pero declaró que el estudio de los fenómenos sociales por el
método estadístico ya había demostrado que el proceso social era tilico, asi
como evolucionista desde el punto de vista físico. Y afirmó que ía
evolución conducta al progreso manifestado en el aumento de libertad,
poder y felicidad de Los individuos.
El evolucionismo, como hemos visto, se fue convirtiendo rápidamente
en una doctrina casi muerta. Pero el neo-positivismo estaba llamado a
granjearse la adhesión de muchos sociólogos, algunas de cuyos opiniones
examinaremos en el capítulo 1 5 .
C APÍTULO 12

CHARLES H. COOLEY Y W. I THOMAS

A principios del siglo xx, mientras el evolucionismo reñía su batalla perdida


y apenas si habia aparecido el neo-positivismo, recibió el nombre de
sociología psicológica una tendencia sociológica impórtame. Representaron
esta tendencia los profesores más destacados y quizás los logros más
duraderos de aquel tiempo. En los Estados Unidos fnerón Charles H. Cooley
y William L Thomas los exponemos más distinguidos de ia psicología
sociológica y quienes lucieron las aportaciones más considerables.

Charles H. Cooley

Cooley (1864-1929) nació en Ann Arbor, Michigan. Salvo cortos intervalos,


pasó toda su vida en Ann Arbor, estudiando en la Universidad de Michigan
y enseñando en su alma mater. Como maestro y autor, dejó su huella en la
ciencia social norteamericana: sobre la sociología, sobre la psicología social y
sobre la economía institucional. Pero rehusó apartarse de su vida de serena
contemplación, negándose, por ejemplo, a desempeñar una cátedra en la
Golumbia University, en la agitada "megalópolis" de Nueva York, aunque
fue, de mala gana, presidente de la American Sociológica! Society en 1918.
Su vida relativamente monótona en una mediana ciudad del Medio Oeste
se refleja bien en el estilo de sus escritos, que se caracterizan por la serenidad
y por la adhesión manifiesta al sistema de valores de la sociedad agraria
norteamericana, relativamente estable, que él conoció antes de Los
turbulentos años de la industrialización.
Las obras más importantes de Cooley son Human Natitre and the Social
Qrder (La naturaleza humana y el orden social, 1902), Social Organizaron
(Organización social, 1909) y Social Frocess (El proceso social, J 9 1 S ) . Esta
última es en gran parte repetición de las dos anteriores. Después de su
fallecimiento se publicó una colección de trabajos suyos con el título de
Sociologkal Theory and Social Research (Teoría sociológica e investigación social,
1930). A pesar del tirulo, sólo un trabajo de importancia para la teoría
sociológica, "The Roots of Social Knowledge" ("Las raíces del conocimiento
social"), se encuentra en el libro.
El pensamiento de Cooley representa la fusión de varias tendencias.
Fuertemente influido por figuras literarias como Emerson, Tho-
181
181 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

reau y Goethe (Cooley habla de k sociología como de una ciencia "artística"),


quizás el sociólogo que mas le impresionó inícialmente fue Schaffle, maestro
de la escuela organicista (véase capítulo 7 ) . Corno quiera que sea, Cooley
llamaba orgánicas a sus ideas, aunque su organirismo, como se verá más
abajo, no es el de Schaffle ni el de ningún otro representante de esa escuela.
En segundo Jugar, como era natural en una persona cuyas opiniones se
formaron en el último cuarto del siglo xix, Cooley era un evolucionista de
cierto tipo, ta primera de sus obras importantes empieza con esta frase: "SÍ
aceptamos el punto de vista evolucionista..Y veinte años más tarde empezó
un articulo sobre la herencia y el medio 1 diciendo: "Hemos llegado en los
últimos años a considerar rodas las cuestiones desde el punto de vista
evolucionista". No obstante estas afirmaciones, apenas si se encuentra en ks
obras de Cooley evolucionismo en el sentido estricto de k palabra. Le
interesaba más la evolución del ser social individual, del yo social, que el
desarrollo del proceso histórico total. Cuando trata de historia, lo hace
atendiendo a sus relaciones con el desarrollo del yo social, sin ninguna
intención de identificar etapas en la evolución social. En el articulo arriba
citado expone sus opiniones sobre la historia de esta manera pintoresca; "La
historia parece correr por dos canales diferentes. Quizás hay una corriente y
un camino que corre a lo largo de la orilla, dos líneas de transmisión. La
corriente es herencia o transmisión animal; el camino es comunicación o
transmisión social. La una fluye a través del pksma germinal; el otro viene a
manera de lenguaje, intercambio y educación. El camino es más reciente que
Ja corriente". Este artículo fue escrito a mediados del decenio de los 1920, y
la actitud de su autor era consecuente con el punto de vista cultural que
entonces iba adquiriendo importancia en la sociología norteamericana.
Aunque no le interesaba el estudio de la gran corriente evolutiva de la
historia, Cooiey compartía k fe de su tiempo en los benéficos resultados del
proceso en marcha. Su creencia en el progreso está implícita en todos sus
escritos y frecuentemente tiene expresiones explícitas, como en el siguiente
pasaje: "El punto de vista evolucionista nos estimula a creer que la vida es un
proceso creador, que en realidad estamos haciendo algo nuevo..y que la
voluntad humana forma parte de la energía creadora que lo haceh'.a
1 "Heredily uid £nvirónmenc", ("Hcrcacii y medio"') « Joantai of Apptied So-thtety, X , nuca.
4 < Mario-»bril, 1926), pp. 303-07.
a Edición m ingle*, rtviiuk. 1921, de La naiuraltza humana, p. 30.
CHARLHS H. COOTJiY Y W . I. THOMAS 182

En tercer lugar, Cooley fue influido por los sociólogos de tendencia


psicológica de su tiempo. Aunque en sus escritos no cita con mucha
frecuencia a Ward, las dos líneas de transmisión de Cooley —la genética y la
cultural— pudieron haber nacido de los conceptos de génesis y telesis de
Ward. Por otra parte, Cooley cita a Tarde en varias ocasiones, y algunas de
las opiniones de éste fueron cuidadosamente incorporadas a Organización
social, aunque Cooley censuraba la importancia unilateral que Tarde concede
a la imitación. Además, Cooley siguió de cerca las nuevas orientaciones de la
psicología, como lo indican las frecuentes referencias a las obras de William
James, James M. Baldwin y J. Stanley Hall. Cooley rechazó expresamente el
instrntivismo de William MacDougalI y prestó poca atención ai
behaviorismo de Watson.
En cuarto lugar, en agudo contraste con los cánones del naciente
neo-positivismo, Cooley pensaba y escribía como idealista. Concebía !a
realidad social formada por las ideas que los hombres tienen unos de otros y
creía que la tarea sociológica fundamental era el estudio de las relaciones
sociales como reflejos de ideas, actitudes y sentimientos. Se advierte este
punto de vista en su orientación orgánica.

Teoría orgánica de Cooley

El punto focal de la sociología de Cooley es su teoría orgánica. En El proceso


social sostiene sin limitaciones que la sociedad es un Organismo. Pero su
organicísmo no era spenceriano, ni buscó, como Schaffle y otros, analogías
orgánicas infinitamente detalladas. La sociedad es para Cooley un conjunto
viviente formado de segmentos diferenciados, cada uno de Jos cuales tiene
una función especial. También se la puede considerar como un complejo de
formas o procesos cada uno de los cuales vive y se desarrolla por interacción
con Jos otros, escando tan unificado el todo, que lo que ocurre en una de sus
partes afecta a todo el resto.
La opinión orgánica de Cooley acentúa la unidad del todo y el valor
peculiar del individuo, explicando lo uno por lo otro, "Un individuo aislado
es una abstracción desconocida para la experiencia, y lo es también la
sociedad considerada como algo aparte de los individuos. ,. La sociedad y
los individuos no denotan fenómenos separables, sino simplemente los
aspectos colectivo y distributivo de la misma cosa" (La naturaleza humana, pp.
36-37).
Una de las mayores preocupaciones de Cooley fue la solución de
f ' l BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

los que ti consideraba seudo-problemas, a base de su teoría orgánica. BÓ su


riempp se debatía acaloradamente la cuestión de la prioridad de ía herencia o
del medio en la determinación de la conducta humana. Cooley resolvió:
"Cuando empieza nuestra vida individual, los dos elementos de la historia, el
hereditario y el social, se funden en el nuevo todo y dejan de existir como
fuerzas separables... Herencia y medio. . . son, en realidad, abstracciones; la
cosa real es un proceso orgánico total" (Ed. en inglés de La naturaleza humana,
p. 15). Consideraba la discusión *obre la importancia definitiva o relativa de
la herencia o del medio tan inútil como el debate relativo al dominio de la
mente sobre la materia o viceversa. (Se refería a la mente social o pública y
parecía creer que es un todo orgánico formado de individuos cooperadores.
Esta opinión es, desde Juego, una peligrosa aproximación a la teoría
organicista.)
Una teoría orgánica de la sociedad, en el sentido que le daba Cooley,
mostraría con la mayor claridad posible las relaciones entre el individuo y la
sociedad. Sus escritos referentes a esas relaciones, problema sociológico
fundamental, son algo decepcionantes (salvo en lo que afecta al estudio de
los grupos primarios, como veremos más abajo). La sociedad —dice— es
más que la suma total de los individuos. La unidad de la sociedad coincide
con la unidad de la mente social; esta última está constituida no por acuerdos
entre los individuos, sino por organización. Pero en su intento de explicar la
naturaleza de la organización, Cooley apenas si tuvo otra cosa que decir sino
que consiste en "la unidad diferenciada de la vida mental y axial". Creía
carente de valor el intento de formular una definición más complicada: "No
tenemos más que abrir los ojos para ver la organización" (Organización social,
pp. 4-5),
Cooley volvió a La cuestión de la organización al estudiar las
instituciones. Aquí también su modo de tratarla es más bien vago. "Una
institución es simplemente una fase definida y fija de la mente pública. Las
diferentes instituciones no son entidades separables, sino actitudes
organizadas de la mente pública, y sólo por abstracción podemos
considerarlas como cosas por sí mismas". En este punto revela Cooley que su
concepto de la sociedad es no sólo orgánico, sino también psicológico: "Es en
los hombres y no en otra parte donde se encuentra la institución"
(Organización social, pp. 3 1 3 -14).
La teoría orgánica de Cooley es, naturalmente, incompatible con el
monismo sociológico, que implica la selección de un factor particular, social
o no social, como determinante básico del estado o del
CHARLES H. COOLEY Y W, I. THOMAS 184

desarrollo de la sociedad. Sus opiniones sobre este asunto están claramente


expresadas en un trabajo leído en 19Ü3: S "El concepto orgánico de la
historia niega que uno o varios factores sean más definitivos que otros. En
realidad, niega que la mente, las diferentes instituciones, el medio psíquico
tengan existencia real aparte de una vida total en que tiído participa del
mismo modo que los miembros de un cuerpo participan de la vida de un
organismo animal ".

El yo, el grupo primario, la clase y k casta

La teoría orgánica de Cooley y su orientación psicológica se reflejan


claramente en k manera de rratar el desarrollo de la personalidad humana.
Señaló el papel de los grupos primarios (estudiados más abajo) y de k
interacción social, especialmente de la comunicación, en la génesis y
desarrollo de la personalidad. Así, el "yo" se desarrolla dentro de un contexto
de relaciones sociales: "El yo y el otro no existen como hechos que se
excluyan mutuamente..." El yo es social, dice Cooley en todas sus obras más
importantes. En La naturaleza humana y el orden social presenta el importante
concepto del yo reflejado o "de espejo", que se distingue por tres elementos
principales: el modo de imaginarnos nuestra apariencia para las demás
personas; el modo de imaginarnos su juicio relativo a aquella apariencia; y
una especie de sentimiento de nosotros mismos, tal como orgullo o
humillación.
listas enunciados y el estudio mis por extenso de la naturaleza social del
yo indican una vez más el idealismo filosófico de Cooley —las
"imaginaciones" que nos formamos unos de otros "son los hechos sólidos de
k sociedad"— y son ejemplos de su extremado subjetivismo. Al mismo
tiempo, su exploración del yo social y su dependencia de la interacción
social representa una anticipación importante del punto de vista cultural con
que hoy se enfoca el estudio de k personalidad.
De manera análoga, el análisis que Cooley hace del grupo primario es un
hito importante en el desarrollo de la ciencia social. Los grupos primarios se
caracterizan por una asociación íntima y cara a cara, por k cooperación y el
antagonismo directos, y por el juego relativamente libre de k personalidad y
del sentimiento. La familia,

3 Replica a un Hatajo de Giddiaju ([rulado "A Theoty of Social Cautiúcm". ("Teoíii de b


eauiaciún icxiil") ta P»4W«üirj o f ibc American Etonomit Atio-ciaiiuv. Tercera Serie, V, oúm. 2
(Mavo de 1 9 0 4 ) , pp. 182-87.
185 IKXiA DE XA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

el grupo dcjXKtívo y la vecindad íntima interesaron extraordínaria-menre .1


Cooley, pero reconocía la ubicuidad de los grupos primarios (o informales,
como suele decirse hoy) en todas las organizaciones sociales. Estas
colectividades íntimas son primarias —decía—- porque son la nursery o
escuela de párvulos de la naturaleza humana que proporciona a los
individuos su primera y más compleca experiencia de la unidad social, y
porque esa experiencia de grupo da nacimiento a ideales sociales universales,
pues se encuentran en todas partes, tales como la fe, el espíritu de servicio, la
bondad, la obediencia a las normas sociales, y también el ideal de la libertad.
Sólo en los grupos primarios pueden desenvolverse esos ideales, y al propa-
garse por la sociedad más amplia se convierten en señales de progreso y
democracia.
Estas últimas opiniones ilustran la intromisión de las convicciones
personales de Cooley en su análisis social, característica que se manifiesta en
ia mayor parte de su obra. Sin embargo, su descripción de la naturaleza y
funciones de los grupos primarios no sólo abrió nn nuevo e importante
campo a k investigación, sino que representa una aportación esencial a la
tipología de los grupos sociales, campo que por primera vez investigó
Toennies. Pero la distinción que Cooley hace entre grupos primarios y
secundarios es una innovación original.
Para Cooley las clases sociales y las castas son los más importantes de los
grupos sociales más extensos. Reconocía la universalidad de la estratificación
social y lo que funcional mente implica para k sociedad, señalando que la
herencia y k competencia explican, respectivamente, la presencia de algunos
elementos de la casta y de la clase abierta en todas las sociedades. En este
respecto, se anticipó a la obra de Robert E. Park y de sus actuales sucesores,
en particular de W. L Warner, al señalar los aspectos de "casta" que presenta
la estructura de los grupos étnicos en los Estados Unidos. Su estudio de k
estratificación se combina también con sus valores personales; fuerte simparía
por ks clases humildes y fe en el creciente desarrollo de una sociedad de
clases abiertas.

Resumen y perspectiva
y
Las aportaciones de Cooley a k teoría sociológica y su lugar en la historia de
esta disciplina pueden resumirse del modo siguiente:
Primero: Cooley no ofreció nunca una definición formal de la sociedad,
pero insistió en que k sociedad es a la vez un todo orgá
CHARLES H . COOLEY Y W. L THOMAS 186

nico y una entidad psíquica. Llamó orgánica a su teoría, pero hoy su teorema
básico es una de ¡as premisas principales de los exponen-tes más destacados
de la teoría funcional.
Segundo: Negó enfáticamenre la existencia de un solo determinante del
estado y del desarrollo de la sociedad. No seleccionó nunca una unidad
social específica, excepto el grupo primario, para el análisis sociológico. Éste
es quizás uno de los mayores inconvenientes de sus escritos, que son
atractivos pero vagos.
Tercero: Su manera de tratar el grupo primario sigue siendo una
aportación notable a la sociología y a la psicología social. El grupo primario
es hoy por lo general una categoría importante en las clasificaciones de los
ripos de grupos sociales.
Cuarto; Aunque enunció sus proposiciones en términos de una
epistemología idealista que bordeaba el solipsismo, la posición de Cooley
acerca del problema de las relaciones entre el grupo y ej individuo anticipó
la opinión comúnmente aceptada en la actualidad. Al contrario de Spencer,
quien sostuvo que el individuo es fundamental y el grupo k suma total de
sus miembros, y al contrario de Gumplowicz y de Durkheim, que daban al
grupo k primacía sobre los individuos, sostuvo Cooley que ni el individuo ni
el grupo tienen k primacía en el análisis social, y que hay un proceso inter-
activo de influencia mutua entre el grupo y el individuo.
Estrechamente relacionadas con esta posición, las penetrantes ideas de
Cooley sobre la naturaleza del yo social, unidas a las concepciones similares
de sus contemporáneos James, Baldwin y G. H. Mead, representan un
importante desarrollo de la ciencia social, pues son casi afines con las teorías
posteriores de Dewey, Thomas (véase más abajo), Maclver, WUIard, Walier
y otros. Además, la importancia concedida por Cooley al papel de k
interacción social en la formación de ia personalidad anuncia opiniones hoy
tan corrientes como k posición psicodinámica en psicología y el enfoque
culcura-petso-nalidad en antropología.
Quinto: Como hemos visto, el modo en que trata Cooley k dase y k casta
se anticipó también a importantes avances de la sociología. Aunque no can
precisa, su teoría de las instituciones como resultado de ks necesidades
permanentes de ia naturaleza humana es muy análoga a las ideas
funcionales posteriores. En el caso de ks instituciones económicas, el estudio
que hizo Cooley de sus ramificaciones sociales y culturales dio vigor al
desarrollo de la economía institucional de Veblen y otros.
187 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

Sexto y ¿Jtimo: Como metodólogo, Cooley propugnó y practicó la


comprensión simpática, y sostuvo que la empatia es esencial en toda
investigación sociológica, opinión que recuerda algo el verstehen
(comprensión) de Max Weber (véase capitulo 14). Aunque fue un perspicaz
observador de la vida de grupo que se desarrollaba en torno suyo, en
especial de los grupos de ¡uego infantiles, se inclinaba a confiar en "no más
que ver las cosas", captándolas por intuición. Esta práctica, como veremos,
coloca a Cooley, metodológicamente, cerca de la escuela fenomenológica de
La sociología contemporánea (véase capítulo 19)- Aunque no sea válido
desde el punto de vista de las exigencias de la ciencia empírica, lo que
Cooley "vio" supo comunicado a los demás, en ocasiones con gran habilidad.
1

William I. Thomas

Thomas (1863-1947), el otro gran exponente de la sociología psicológica,


trabajó independientemente de Cooley. Parece indudable que, de los dos, fue
Thomas quien causó mayor impresión en el pensamiento de los arquitectos
contemporáneos de la teoría sociológica.
Nacido en Virginia, Thomas estudió en la Universidad de Tennes-see y en
las alemanas de Berlín y Gotinga. Durante esos primeros años de estudiante
no se interesó por las ciencias sociales; pero en 1893 se graduó en sociología
en el deparlamento de esa disciplina recién creado en la Universidad de
Chicago. AI año siguiente empezó a enseñar en Chicago, donde continuó
hasta 1918, fecha en que renunció por razones personales. De 1923 a 1928
enseñó en La Escuela Nueva de Investigaciones Sociales, de Nueva York, y
después, durante un año (1936-37) aceptó el puesto de profesor visitante en
la Universidad de Harvard. Los años intermedios y los últimos de su vida
los empleó en investigaciones independientes y en escribir.
Las principales obras de Thomas son Source Book o f Social Orighis (Libro
fuente de hs orígenes sociales, 1909), que, considerablemente modificado,
apareció de nuevo en 1937 con el tirulo de Primitire Behavhr; the Polish
Peasant in Europa and America (Conducta primitiva: El campesino polaco en
Europa y en América), escrito en colaboración con Znanieckí (cinco
volúmenes, 1918-21); The Unad-justed Giri (La muchacha inadaptada. 1923); y
The Child in America (El niño en los Estados Unidos, 1928), en colaboración con
su esposa, Dorothy Swaine Thomas. Después de su muerte, el Social Science
Research CouncEI creó una comisión para que recogiese otras apor-
CHARLES H, C0OL1ÍY Y I, THOMAS 189

raciones de Tilomas a la teoría y la investigación sociales. El resultado fue la


publicación de Social Behavior and Personality (Conducta social y personalidad,
1951), editado por Edmtind H. Volitan.

Método logia

"Thomas no escribió una síntesis final que presentara sus ideas de una
manera sistemática." * No obstante, su sistema teórico puede reconstruirse
mediante su obra de madurez. No es tarea fácil, ya que muchas de sus
opiniones cambiaron durante los largos años de su vida activa. Era sensible a
las ideas nuevas cuando aparecían en el horizonte científico, aunque no se
rindió nunca ante ninguna de ellas. Durante algún tiempo se sintió atraído
por el psicoanálisis, pero después rechazó las ideas freudianas por
considerarlas tan engañosas como la reoria de la superioridad nórdica.
A pesar de los cambios de sus puncos de vista, liornas no dudó nunca que
la reoria social, expresión con la que designaba tanto la sociología corao la
psicología social, tenía que ser científica. Urgía, según él, desarrollar un
estudio más sistemático y exacto de la conducta humana en una escala y con
un método comparables a los de las ciencias físicas y biológicas. Esto no es lo
mismo, desde luego, que defender la adopción por la teoría social de
generalizaciones o leyes establecidas por las ciencias naturales, actitud que
Thomas rechazaba. Pero —decía—- si la sociología ha de ser una ciencia,
debe aplicar a la realidad social el tipo de razonamiento empleado en las
ciencias naturales.
Como 1a investigación de relaciones causales entre los fenómenos es
fundamental en roda ciencia, la teoría social válida debe consistir en leyes
que demuestren relaciones necesarias entre las unidades de la realidad
social. Esa teoría es esencial para el análisis social. Éste es el tema central del
famoso estudio El campesino polaco, en el que Thomas sostiene que las
unidades fundamentales de la realidad social son actitudes y valores (más
abajo veremos su naturaleza y relaciones mutuas).
Con el transcurso de los años, Thomas confió cada vez menos en la
posibilidad de descnbrir leyes sociales de esa clase. En sus últimas obras adoptó
la opinión de que el sociólogo debiera contentarse con
* £. H. Volitan: introducción ■ la edicin- en ingle» de Conducta social y personalidad (Nuera York.
SouuL Science ReíearcL Gúuaül, 1951}. p. L Mintru aa K advierte oir« co». ta reíeiencta » piginai de
lu» «e[Ew« ¿e Thomu remiten ■ citu reproducida» cu esie volumeo
189 IWGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

inferencias de menor certeza que ías leyes. Cada vez más influido por h
estadística contemporánea ( y probablemente por su esposa, que era una
estadística eminente), sustituyó las leyes por probabilidades, al observar que
cuando la situación total es complicada, las interrela-ciones son numerosas y
la medición es necesaria.
En uno de sus trabajos Thomas adopta una actitud que rechaza por
completo el punto de vista causal para estudiar fenómenos sociales. Es
esencial —-dice— abandonar la idea de "causación" en favor de un punto de
vista que busca consecuencias especificas de antecedentes específicos. Así,
formuló en los siguientes términos la cuestión principal en el campo de la
personalidad y la cultura: "¿Individuos diferenciados de qué maneras y
colocados en qué situaciones con qué tipos de conducta reaccionan, y qué
cambios de conducta siguen a cuáles cambios en las situaciones?'1 (p. 296).
Pero detrás de este enunciado parece haber una confusión que se ha repetido
en la historia de la ciencia empírica, incluida la sociología. Esa confusión
supone la identificación del punto de vista causal con la búsqueda de "Ta
causa" de un fenómeno dado. Como dijo Thomas, es imposible encontrar Ja
causa. Pero si el sociólogo puede formular un sistema de proposiciones que
responden a las preguntas hechas por Thomas, esas proposiciones
ciertamente tendrán importancia causal.
En sus últimos años Thomas estudió varias técnicas que ayudarían al
sociólogo a acercarse a metas científicas. Entre los diversos procedimientos
de investigación, insistió en la necesidad de usar grupos de control en el
estudio de la frecuencia estadística de las fenómenos sociales, por ejemplo,
factores específicos en los tipos de conducta delincuente. Hoy es un
procedimiento común el uso de grupos de control, pero no lo era en los días
en que Thomas propuso la adopción de este método en investigaciones
sociales.

El enfoque situarional y el estudio de la acción

Las dudas de Thomas acerca de k aplicabilidad dd tipo causal de


razonamiento nacieron, por lo menos en parte, de que en la construcción de
su propia teoría social eligió uno de los enfoques más difíciles: el enfoque
que centrado sobre la acción del individuo en una situación social. "El
estudio de la situación —escribió en 1931—, la conducta en k situación, los
cambios efectuados en la situación, y los cambios consiguientes en k
conducta, representan la mayor aproximación posible que el científico de la
sociedad puede conseguir al
CHARLES H. COOT.EY Y W, \. THOMAS 190

uso del experimento en la investigación social..." (p. 88). Thomas eligió el


enfoque situarional sólo después de haber examinado otras posibilidades.
Por una parte, le impresionó el hecho de que el experimento es el principal
instrumento de progreso en las ciencias naturales, y esperando progresos
similares en la ciencia social buscó el mejor sustituto posible del experimenta
Por otra parte, rechazó muchos puntos de vista usados por los sociólogos de
su tiempo. En sus años de formación había admitido, como hicieron tantos de
sus contemporáneos, la fórmula evolucionista, pero la abandonó pronto. No
tenía buena opinión de la teoría racial ni de ninguna teoría que implicara una
explicación biológica de los hechos sociales (aunque con frecuencia se
refiriera al fondo biológico de 3a acción humana). Rechazó asimismo
diversos puntos de vista particularistas, entre ellos la ¿miración de Tarde, la
coacción social de Durkheim y la conciencia de índole de Giddings; pero le
produjo fuerte impresión el behavio-rismo. Cita a Watson con frecuencia y
usó casi como equivalentes las expresiones "enfoque situacional11 y "enfoque
behaviorista'1. Sin embargo, no aceptó nunca el principio fundamental del
behaviorismo, a saber, que la acción humana es cienriticamente explicable sin
referencia a Tas mentes de los actores de la escena social.
No obstanre, eligió la conducta, y después, de una manera especial la
conducta de adaptación, como punto central de su teoría sociológica. Según
él, la acción en una situación social es el hecho social que hay que explicar. La
situación social (a la cual llama con frecuencia situación toral) consta de tres
elementos relacionados entre sí: circunstancias objetivas, que incluyen reglas
de conducta social* mente impuestas; actitudes preexistentes dd individuo y
del grupo; ia definición de la situación por el actor mismo, influido, sin em-
bargo, por el grupo.
En El campesino polaco se acentúa el segundo de esos elementos, ya que
Thomas y su colaborador Znaniecki creían, en los días en que escribían el
libro, que pueden establecerse relaciones causales entre Jas actitudes y los
valores. De estos dos conceptos, el de valor ya había sido desarrollado,
aunque en sentido un tanto diferente, por Durkheim y Max Weber (véase
capítulo 14). Pero Thomas y Zna-niecki intentaron retinar el concepto de
valor para que fuera más útil en teoría social, e introdujeron en la suya el
concepto de actitud. En la Nora Metodológica de El campesino polaco, tantas
veces citada, ambos conceptos son definidos de un modo más bien confuso:
"Por
191 ÜÜGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLOGICA

valor social entendemos todo dato que tenga un contenido empírico accesible
a Jos individuos de algún grupo social y un sentido con referencia al cual
hay o puede haber un objeto de actividad... Por actitud entendemos un
proceso de conciencia individual que determina Ja actividad real o posible
del individuo en el mundo social... La actitud, pues, es el equivalente
individual del valor social; la actividad, en cualquiera de sus formas, es el
vínculo entre ambas cosas" (pp. 49-50). En las obras posteriores Tilomas
definió la actitud y el valor de un modo más sencillo: la actitud es la
tendencia a obrar, y representa un impulso o un deseo; el valor representa Ta
finalidad o meca dd actor. Y aun más tarde combinó los dos conceptos en la
frase "actitud hacia el valor".
La sustitución de Jas primeras definiciones por las últimas revela
claramente las opiniones de los autores de El campesino polaco acerca de las
relaciones causales entre acticudes y valores. Su principal teorema es que la
causa de una actitud o de un valor no es nunca una actitud o un valor solos,
sino siempre una combinación de actitudes y valores. Por esto los hombres
no reaccionan del mismo modo a las mismas influencias. Los autores ilustran
este teorema (de una manera quizás inadecuada) citando el caso de dos hijos
que viven sometidos al mismo gobierno tiránico del padre pero que
reaccionan ante él de un modo distinto. Si para un hijo es poderoso el valor
solidaridad, puede resultar de ello una actitud de sumisión; si el otro hijo
ama los valores individualistas, puede resultar una actitud de rebeldía.
Thomas no descartó nunca por completo Jos conceptos de actitud y de
valor, pero en sus últimas obras no tienen lugar tan prominente como en El
campesino polaco. Mas aun allí no estudió actitudes y valores aisladamente del
contexto de la situación total. La situación total, como ya hemos advertido,
incluye elementos objetivos, de los cuales son parte esencial los valores
mismos. Entre éstos se cuentan Jas reglas de conducta, es decir, las normas
sociales por Jas cuales el grupo mantiene, regula y hace más generales y
frecuentes tipos de acción definidos como deseables. Los sistemas
estabilizados de tales reglas forman las instituciones sociales, y estas últimas
a su vez forman la organización social. La organización social, que es un
sistema normativo, es ¡a materia propia de la sociología. De esta suerte se
diferencia la sociología, que enfoca los valores, de la psicología social, que es
la ciencia general de las actitudes (o del lado subjetivo de la cultura). Las dos
disciplinas juntas forman la "teoría social".
Las circunstancias objetivas, primero de los tres elementos de la
CHARLES H. COOLEY Y W, L THOMAS 192

situación total, en opinión de Thomas, son prácticamente idénticas a las


reglas e instituciones que moldean las actitudes de una persona y, por lo
tanto, sus conceptos de las situaciones. ,HLa definición de las situaciones
—señala Thomas en un estudio— es iniciada por los padres,... es continuada
por la comunidad.. . y está formalmente representada por Ja escuela, el
derecho, la Iglesia" (p. 8). Pero, al mismo tiempo, ia definición de la
situación, como punto de vista del actor cuando llega a la decisión de actuar,
se describe también como el tercer elemento de la situación total. Esta última
siempre contiene factores subjetivos (actitudes). Sólo puede entenderse la
conducta cuando es estudiada dentro de su contexto completo: la situación
no sólo como existe en forma verificable, objetiva, sino también como parece
existir para la persona misma. Este último factor subjetivo no debe ser nunca
desestimado en análisis social, ya que, para citar el conocido teorema de
Thomas, "si los hombres definen las situaciones como reales, son reales en
sus consecuencias" (p. 81).

Desorganización individual y social

El análisis de k conducta humana se complica por el hecho de que, en k


teoría de Thomas, además de la definición personal de k situación, existe,
como hemos visto, una situación cultural o socíalmente definida, y ks dos
definiciones están en acción recíproca compleja. En una sociedad
estabilizada, las dos son muy congruentes y la acción puede predecirse
fácilmente. Pero en casos de crisis, que puede ser social o absolutamente
personal (basada en nuevas relaciones o conocimientos, en cambios del
medio o en otras perturbaciones), se debilita la fuerza de ks definiciones
sociales.
En el caso de la. conducta individual, pueden observarse dos fases en este
proceso: vaguedad e indecisión, seguidas de "cristalización" cuando el
individuo empieza a dominar su nueva experiencia. Cuando se debilita k
influencia de las reglas sociales sobre Jos individuos, tiene lugar la
desorganización social.
La desorganización no es de ningún modo un fenómeno excepcional; está
presente en cierto grado en todas las sociedades en todos los tiempos. Pero
durante los períodos de estabilidad social k desorganización incipiente es
neutralizada en gran parte por actividades del grupo que refuerzan el poder
de ks regias vigentes. La estabilización de las instituciones del grupo es,
pues, un equilibro cambiante o diná
193 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

mico de ios procesos de desorganización y reorganización. Pero ese


equilibrio puede ser perturbado de una manera tan fuerte, que los intentos
para reforzar las reglas vigentes no puedan ya tener buen éxito. En este caso
deben crearse nuevas normas de conducta y nuevas instituciones mejor
adaptadas a las nuevas exigencias; éste es el proceso de reconstrucción
social. Si ha de realizarse Ía reconstrucción, es esencial que algunos de ios
individuos dej grupo no lleguen a desorganizarse individualmente durante
el período de desorganización social.
Este concepto de la desorganización y del grupo como equilibrio
dinámico, expuesto en El campesino polaco, es completamente análogo a
algunos de los teoremas fundamentales del Tratado general de sociología de
Pareto. (véase capiculo 13), que había aparecido pocos años antes. No hay,
sin embargo, razón para creer que Thomas y Zna-níecki recibieron ia
influencia del sociólogo italiano, pues las opiniones arriba esbozadas fueron
expuestas en embrión por Thomas ya en 1906.

Los cuatro deseos, tipos de personalidad, documentos personales

La preocupación de Thomas por el aspecto subjetivo de fa acción en una


situación social io llevó a introducir dos seríes adicionales de conceptos y a
sugerir y ensayar una nueva técnica para recoger hechos sociológicamente
importantes.
La primera de esas series de conceptos comprende cuatro deseos que, sin
una razón válida, son considerados a veces como parte importante o hasta
esencial de la teoría sociológica de Thomas, Sostenía éste que "tudo
individuo tiene una gran variedad de deseos que sólo pueden satisfacerse
mediante su incorporación a la sociedad". Postulaba como los cuatro deseos
fundamentales, que representan tipos generales observables, los deseos de
experiencia nueva, de seguridad, de consideración social y de superioridad.
Esta lista aparece en El campesino polaco; pero en La muchacha inadaptada el
deseo de superioridad es reemplazado, sin ninguna explicación, por el deseo
de ser correspondida.
Nunca logró Thomas formular claramente las relaciones de los cuatro
deseos con Jas actitudes, ni incorporó los deseos a su sistema conceptual
general. Describe los deseos como el elemento motor, el punto de partida de
la actividad humana en sociedad, pero ésrj parece ser también una función
de las actitudes. Thomas sostiene en una
CHARLES H. COOLEY Y W. L THOMAS 194

ocasión que los deseos no son ni exhaustivos ni biológicamente instintivos,


peto da por entendido que los deseos corresponden en general al mecanismo
nervioso. En todo taso, el que un deseo u otro tienda a dominar la conducta
de esta o aquella persona se explica a base del temperamento, el cual a su vez
parece ser una cuestión química que depende de las secreciones del sistema
glandular. Esta manera de razonar, análoga en ciertos respectos a la teoría de
los sentimientos y los residuos de Pareto (véase capítulo 13), es, por Jo
menos, incongruente con. la firme actitud de rechazo adoptada |ior Thomas
ante las explicaciones biológicas de la personalidad y de los fenómenos
sociales y se opone a la decisiva influencia sobre la conducta que atribuye a ia
cultura y a la experiencia personal.
La segunda serie de conceptos adicionales se refiere a tres tipos de
personalidad, a las cuales llama fíiistea, bohemia y creadora. Las actitudes del
filisteo están tan estabilizadas, que es casi imposible la formación de actitudes
nuevas; es el conformista. La personalidad del bohemio se caracteriza por las
actitudes inestables e independientes que haeen al individuo susceptible a
gran diversidad de influencias; los bohemios muestran un alto grado de
adaptabilidad, pero esta adaptación es siempre provisional. La personalidad
del individuo creador está fijada y organizada, pero implica la posibilidad y
aun la necesidad de desarrollo, porque sus actitudes incluyen la tendencia a
cambiar implícita en la actividad planeadora y productiva. Decía Thomas que
esos tres tipos no agotan las variedades de Ja personalidad humana; son tipos
ideales (expresión probablemente tomada de Max Weber) y, en la realidad
concreta, todos los individuos, aunque en diferentes proporciones, presentan
rasgos de cada uno de los tres.
Aunque, tn general, la personalidad es moldeada por La experiencia de la
vida dentro del marco de Ja definición social de la situación (cultura), el
individuo creador puede influir en ia cultura por medio de la invención.
Pero Thomas no aceptaba ía teoría de la invención del grande hombre. Su
opinión sobre la materia está representada por unas palabras de uno de sus
primeros escritos: "La mente individual no puede subir muy por encima del
nivel de la mente del grupo [expresión por la cual en aquel tiempo Thomas
entendía aproximadamente cultura}, y la mente del grupo será simple si las
circunstancias del medio exterior y las experiencias raciales5 anteriores son
sencillas. En este aspecto es justo atribuir movimientos e invenciones

5 EÜ sus últimas abras Thuims DD habría usado la palabra "racial" en ate Oto.; tcxro.
probalilemente hubiera dicha "de grupa",
195 IlíXIA m LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

importantes a los individuos sólo en un sentido limitado" (p. 221). Esta


posición es generalmente aceptada hoy por Jos teóricos del cambio Axial,
Los tres tipos de personalidad y los cuatro deseos fueron desarrollados
ton alguna extensión en El campesino polaco, pero en años posteriores futran
descartados por el mismo Thomas de manera más o menos completa,
aunque siguieron siendo utilizados por otros muchos autores no obstante
haberlos abandonado su creador. La presentación que Thomas realizó de
una nueva técnica de investigación inició, por otra parte, una tendencia
importante en la investigación de la ciencia social.
La nueva técnica implicaba el uso de documentos personales, tales como
cartas, diarios y en especial historias de las vidas o autobiografías escritas a
petición de un investigador. (Recientemente los documentos de este ripo han
recibido el adecuado nombre de "biogramas".)* Una soia historia de una vida
constituye gran parte de un volumen de El campesino polaco, y en la misma
obra se empicaron extensamente otros documentos personales. Thomas y
Znaniecki opinaban que esos documentos permiten penetrar de un modo
inestimable en el juego recíproco entre actitudes, valores y circunstancias
objetivas en una situación social.
La importancia de El campesino polaco no se limita a los conceptos,
teoremas y sugestiones de procedimientos que hemos señalado. Igualmente
importante es el hecho de que esa investigación representa e] primer intento
en gran escala de aplicar conceptos generales de la antropología moderna al
estudio de !a cultura y de la organización rápidamente cambiantes de las
sociedades avanzados. Numerosas obras que adoptaran un punto de vista
análogo han enriquecido la sociología contemporánea, por ejemplo los
famosos volúmenes de Middlctown (1929, 1937), por R. L y R M, Lynd, y la
serie de Yankee City de W. L_ Warner y sus colaboradores (véase capítulo
17).
Pero a Thomas le interesaba algo más importante que mostrar cómo
puede la sociología utilizar el punto de vista comúnmente empleado en
etnología: el estudio de las culturas totales. El Libro fuente de los orígenes
sociales (1909) subraya el principio de que, en los estudios analíticos, ningún
fenómeno puede ser plenamente comprendido si se le separa del conjunto
de la estructura de que forma parte, y no puede comprenderse ninguna
cultura cuando se examinan aisla-

fl VéaM 'The N , and Use o* Biograms", ("Nirunleu y uso de los biogia-mu"), por T. Abtl,
en Amerkzn Jouraat of Sociolosy, vol, 53 ( 1 9 4 3 ).
CHARLES U, COOll-Y Y L THOMAS 197

damentc sus elementos. En El campesino polaco señaló la necesidad de tomar en


cuenta el conjunto de la vida de una sociedad en codos los análisis sociales. Esta
actitud es hoy, naturalmente, la que suelen asumir la antropología cultural y
también la sociología.

Resumen y crítica

El sistema conceptual y la teoría metodológica de Tilomas atrajeron de tal


manera durante muchos años Ja atención de Los sociólogos
norteamericanos, que en 1937 y 1938 tuvo lugar un acontecimiento
desacostumbrado. El Social Scíc-nce Research Council organizó una
discusión de mesa redonda sobre El campesino polaco y Jos resultados fueron
publicados como volumen inicial1 de una serie de estudios sobre problemas
metodológicos editados por el Consejo.
El principal crítico, Herbcrt Blumer, advirtió que, aunque Thomas y
Znaniccki se habían propuesto formular leyes, realmente habían propuesto
muy pocas; que ios conceptos de actitud y de valor eran vagos; que los dos
conceptos se traslapan o recubren en la medida misma en que tienen
sentido, y que por Jo tanto no puede establecerse entre ellos una relación
causal; que los autores en realidad no habían usado la metodología que se
habían propuesto; y que su interpretación de los documentos personales
empleados en el estudio es subjetiva, no verdaderamente científica.
Thomas admitió que el materia! concreto no había sido puesto su-
ficientemente en relación con el esquema metodológico, y que no se habían
formulado leyes sociales, sino sólo proposiciones de un airo grado de
probabilidad. Thomas reconocía eso de acuerdo con las opiniones que había
elaborado durante los veinte años transcurridos desde ia publicación de El
campesino polaca. Ademas, Znaniecki reconoció que los autores habían tratado las
acritudes y los valores como elementos constantes (cosa discutible) y que habían
pasado muchos años antes de que él se dieta cuenta de este error metodológico.
El resumen de la discusión de mesa redonda hecho por Read Bain
proporciona otras valoraciones de Ja obra. Por ejemplo, el sistema conceptual
constituido por ia actitud, el valor, los deseos, los tipos personales y Ja
definición de la situación, no puede, según algunos, producir leyes del cambio
social. Las interpretaciones teóricas de los autores no habían sido derivadas,
según se hizo observar, de los do-

7 H. Blumet: Critique of Reiettrch ia rbt Social Scitttctl: {Critica ¿e U ¡nvoiltpé-dútt tn lai ciemcüu
meiaid} 1 (Nueva York, Social Science Rocirdi Council, 1939)
197 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

turnemos personales ni reñían ningún otro apoyo empírico. Pero se «conoció


que algunas teorías subsidiarias, por ejemplo la relativa a la desorganización
social, han resultado útiles en investigaciones ulteriores.
Esas críticas a El campesino polaco son justificadas. Pero no ofrecen, desde
luego, una explicación satisfactoria del lugar de los escritos de Thomas en el
desarrollo de la teoría sociológica. ¿Cuáles fueron las soluciones de Thomas a
los problemas fundamentales de la teoría sociológica planteados en el
capítulo I? Pueden resumirse del modo siguiente:
Primero: Thomas nunca definió expresamente la naturaleza de [a
sociedad. En vez de hacerlo, sostuvo que Ta organización social está
compuesta de instituciones, las cuales, en su conjunto, constituyen un
sistema de reglas impuestas por los grupos sociales a sus individuos. Empleó
la palabra cultura para designar los valores materiales y so-cíales de todo
grupo o pueblo.
Segundo: la sociedad y la cultura deben ser analizadas en relación con su
unidad fundamental, que para Thomas es la acción social Esta última
consiste en la acción de un individuo en una situación social determinada
por fas circunstancias objetivas, las actitudes y los valores del actor
adquiridos durante su experiencia de la vida, y su definición de la situación.
Tercero: Las relaciones entre ia sociedad y la cultura y Ja personalidad son
de influencia recíproca: ia personalidad recibe de la cultura la mayor [Jarte
de sus actitudes y valores dentro de la estructura de la organización social,
pero a su vez influye en la cultura y Ja organización social. En este aspecto,
las personalidades creadoras desempeñan un papel prominente; no obstante,
su influencia está limitada por Jas circunstancias culturales que afrontan.
Cuarto: No hay un determinante único del estado de la sociedad y de la
cultura ni de sus cambios. Las diferencias en la conducta y en la cultura son
consecuencias de diferencias en la experiencia de la vida de los diversos
grupos, así como de diferencias en ía interpretación psicológica de dichas
diferencias (las consecuencias de las definiciones humanas son reales c
importantes).
Quinto: Se define la sociología como Tu ciencia de las instituciones. Pero
la sociología debe ser suplemeotada por la psicología social, ciencia de las
actitudes o aspecto subjetivo de la cultura. Los métodos de la sociología y de
la psicología social deben ser científicos, basados en la misma lógica que los
de las ciencias naturales. Pero la
CHARLES H, COOLEY Y W. I. THOMAS 198

materia de la sociología es única, como ocurre con la de toda ciencia, y en


consecuencia hay que emplear procedimientos particulares. El procedimiento
más adecuado se manifiesta en el enfoque situacional; análisis de las
circunstancias que determinan las acciones de los individuos en situaciones
totales. Más particularmente, hay que establecer los efectos combinados de la
diferenciación de individuos y de situaciones, incluidos los cambios que
experimentan; siempre que sea posible, este método debe comprender la
medición del efecto de las variaciones de los factores y el uso de grupos de
control. Para comprender la integración de factores diferentes en la vida del
individuo, son de inestimable valor los documentos personales.
Tales son los principales elementos de los escritos teóricos de Thomas. En
la perspectiva histórica, ¿cuáles de ellos han contribuido más al desarrollo de
la teoría sociológica? Quizás sea demasiado pronto pata hacer ese balance,
pero parecen claros los siguientes puntos:
Primero: Thomas fue uno de los primeros sociólogos que rechazaron la
teoría evolucionista y, con Cooley, uno de los opositores más convencidos y
más convincentes a las teorías monistas que interpretan k sociedad, la cultura
y sus cambios a base de un solo carácter.
Segundo: Concurrentemente con Pareto, pero con independencia, de él, y
con los neo-positivistas, Tilomas subrayó la necesidad de usar
procedimientos científicos en sociología. Su propia obra ilustra al mismo
tiempo las posibilidades y las dificultades de ía investigación social empírica.
Tercero: Thomas fue uno de los primeros promotores de una tendencia
persistente de la sociología contemporánea que puede llamarse
normativísmo. Esta tendencia señala la importancia central de las normas o
reglas de conducta en k sociedad, normas que ejercen "presión moral'' sobre
el actor. Sin embargo, la obra de Sumner (véase capítulo 5), que señala ese
mismo hecho, ya podia servir como fuente de inspiración antes de que
aparecieran los escritos más importantes de Thomas.
Cuarto: Tilomas enriqueció el tesoro teórico de k sociología con varios
conceptos importantes, entre los cuales la situación social. Ja definición de k
situación y la desorganización social han resultado adquisiciones duraderas.
La distinción entre actitud y valor, a pesar de su falta de precisión, ilustró el
problema básico de tratar los elementos subjetivos y objetivos en el análisis
de la acción, problema reflejado, por ejemplo, en los más recientes estudios
de MacJver sobre
199 HOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

h\ actitud y el interés (véase capítulo 18). Este último concepto se parece


mucho al "valor" de Thomas, el cual, a su vez, tiene cierras afinidades ron el
valor tal como lo habían tratado anteriormente Durkheim y Max Weber.
Quinto: Thomas fue uno de los primeros promotores del que puede
llamarse principio de integración, según el cual los fenómenos sociales deben
ser estudiados en el contexto total de las culturas. El campesino polaco ha
mostrado el camino a muchos estudios de ese tipo sobre sociedades
modernas. En k actualidad ese principio es una parte central del punto de
vista funcional en sociología y en antropología cultural.
Sexto y último: Thomas llamó Ja atención sobre la fundamental
importancia del estudio de las relaciones entre la personalidad y la cultura.
Insistió en que el principal problema que hay que resolver en teoría social se
centra en torno de la interdependencia del individuo y de la organización
soeía! y la cultura. Este problema sigue siendo una de las principales
incumbencias de la sociología, de la psicología social y de la antropología.
No obstante estas importantes aportaciones, las opiniones de Thomas
contienen algunos elementos peligrosos por su potencialidad para llevar a Ta
sociología a un callejón sin salida. En la formulación de Thomas, la unidad
básica del estudio sociológico no es la interacción, sino la acción del
individuo en una situación social. Thomas insistió con persistencia en que la
situación social es en parte de naturaleza objetiva. Pero Ja importancia que
concedió a los factores subjetivos (juntamente con una tendencia originada
por Max Weber, como veremos en e] capítulo 14) ha estimulado a algunos
sociólogos norteamericanos de hoy a traspasar ampliamente la demarcación
convencional entre sociología y psicología, y han identificado la teoría social
con Ja teoría de la acción (o con parte de esta teoría), mientras que hasta
ahora Ja acción había sido uno de ios temas centrales de la psicología. Así,
para muchos sociólogos su disciplina ha venido a interesarse primordial
mente por la motivación de la conducta humana. Este interés hace borroso y
confuso el objetivo de la sociología, ya que no parece haber ninguna
tendencia a abandonar los perdurables problemas del campo perteneciente a
la estructura y los cambios sorio-cul mraics.
Como hemos visto anteriormente, varias de las formulaciones de Thomas
están sujetas a críticas. Los cuatro deseos, por ejemplo, aunque el mismo
Thomas abandonó esta concepción, se convirtieron durante
CHARLES H. CCX>LEY Y W. L THOMAS 20!

algún tiempo en manos de algunos autores en una especie de cliché para


explicar la conducta; pero ni Tilomas ni sus discípulos pudieron determinar
las funciones específicas de los diferentes deseos en condiciones especificas.
Los tres tipos de personalidad de Thomas, que también han sido
excesivamente empleados por algunos escritores, eran en esencia conceptos
más literarios que científicos. La diferencia entre actitud y valor no está
claramente definida en e! tratamiento que íes da Thomas: ambas cosas
parecen ser personales y sociales, subjetivas y objetivas, lo cual impide el
establecimiento de relaciones causales entre ellas.
Pero estos punros débiles de Ta teoría de Thomas han sido expuestos en
gran parce sobre ia base de progresos de la ciencia social realizados años
después de haber sido publicado lo fundamental de su propia obra,
especialmente El campesino polaco. En realidad, el mismo Thomas formuló
algunas de esas críticas en sus últimos años, y no pueden usarse como varas
para medir el valor de sus realizaciones. Porque Thomas fue un audaz
explorador científico, y tiene pocos ¡guales en la sociología norteamericana. Por
mucho tiempo estarán en deuda con él la teoría y Ja investigación sociológicas.
CAPÍTULO 1 3

VILFREDO PARETO

La sociología psicológica puede ser tan diversa como la psicología misma.


Queda demostrada la verdad de esta proposición cuando se compara la
teoría de Thomas con la de Vilfredo Parero.

Pareta y sus escritos

El distinguido sociólogo italiano Vilfredo Pareto (1S48-1923) nació en París;


su padre era italiano y su madre francesa, lo cual explica su bilingüismo. Se
fue a Italia a la edad de once años, y después de los estudios clásicos, se
graduó en el Instituto Politécnico de Turín. Durante algunos años estuvo
empleado como ingeniero consultor de una compañía ferroviaria y después
fue superintendente de unas minas de hierro. En el curso de esas
ocupaciones se interesó por los problemas económicos. En 1882 recibió una
herencia que le permitió dedicar el resto de su vida al estudio y la
investigación.
Pareto publicó algunos excelentes trabajos sobre economía, a ios cuales
debió su nombramiento de profesor de esa materia en la Universidad de
Lausanne en 1892. En los años siguientes hizo aportaciones notables a la
economía matemática. Poco después del cambio de siglo publicó Los sistemas
socialistas, en aquel tiempo quizás el estudio más detallado y profundo sobre
la materia. Al ¡JOCO tiempo comenzó su obra más importante, el Tratado general
de sociología, publicado en 1915 simultáneamente en italiano y en francés.
Pero la primera Guerra Mundial no era tiempo propicio para lanzar un
tratado sobre problemas teóricos, y el estudio de Pareto pasó inadvertido
hasta algunos años más tarde.
El Tratado contenia algunas expresiones cáusticas contra la democracia
(que Pareto conocía principalmente en sus formas francesa e italiana, un
tanto falseadas). Esas partes de su obra atrajeron la benévola atención de
Benito Mussohni, quien, una vez en el poder, ofreció a Pareto un asiento en
e! Senado italiano. Hay que decir, para su prestigio, que Pareto declinó el
ofrecimiento.
En 193Ó apareció una traducción inglesa del Tratado con el título de Mittd
und Sockty. La traducción era, en muchos aspectos, superior al original: todas
las citas fueron referidas a sus fuentes (cosa que Pareto había descuidado) y
se le puso un excelente índice suma-
202
VILFREDO PARETO ; 202

meóte útil a causa dd difuso y asistemático carácter del Tratado. Esta


traducción acentuó la corriente de interés por Pareto que había comenzado
en los Estados Unidos a fines del decenio de los 1920. La boga fue
especialmente fuerte entre cierros científicos de preparación no sociológica,
como el ¡irofesor L, J. Hendcrson, de la Universidad de Harvard, fisiólogo
que estimuló el interés de los sociólogos jóvenes por la teoría de Pareto, entre
dios Parsons y Gcorge Homaus (véase capítulo 18).

LA sociología y sus métodos


w
El punto de vista de Pareto sobre la sociología se caracteriza ante todo por su
insistencia sobre el carácter científico (empírico) de esta disciplina. El Tratado
contiene numerosas observaciones mordaces sobre el seudocienticificismo
de Comte y Spencer y punzantes referencias a las "religiones" seculares del
progteso, Ja humanidad y la democracia. Si ha de evitar esas añagazas
anticientíficas, dice Pareto que la sociología debe emplear un método '
lógico-experimental" 1 basado totalmente en la observación y la inferencia
lógica, probablemente de acuerdo con el canon estricto de la inducción tal
como lo formuló ]. 5. Mili. En opinión de Pareto, e] mundo experimental
(observable) consiste en cosas y relaciones que pueden ser percibidas por los
órganos de los sentidos y que por lo general pueden medirse.
Pero en el Tratado habla Pareto extensamente de problemas que no
pertenecen a ese "mundo experimental" y que, sin embargo, juegan un gran
papel en la vida social, tales como las ideas, las abstracciones, Zas opiniones,
Jas creencias y los sentimientos. Consideraba como su tarea principal la
reducción de esos fenómenos a hechos observables pertenecientes al mundo
de la realidad tal como él lo definía. En consecuencia, pone en guardia
contra ios procedimientos meramente verbales: "Las ciencias naturales no
fueron nunca estructuradas sobre el estudio y ía clasificación de los vocablos
del lenguaje ordinario, sino estudiando y clasificando hechos. Hagamos lo
mismo con k sociología" (núm. 39ó).2
Pareto insiste también en que el procedimiento científico debe explicar lo
desconocido por lo conocido. Por lo tanto, se explica
1 En fruté* e italiano I» palabra "tuperimenw" irgniliea también observación controlada.
- De acuerdo con el deseo de Paittn, ¡al ciru de su Tratada *e hacen con ttnch a luí pimío*
numerado» del ra orco
203 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

mejor lo pasado por lo presente que lo presente por lo pasado, principio


muchas veces violado en las monografías y libros de texto sociológicos.
Finalmente, advierte que los conceptos fundamentales de una ciencia deben
ser definidos con precisión y sus teorías formuladas en términos precisos. Es
dudoso, no obstante, que el propio Tratado de Pareto cumpla esos requisitos
metodológicos.

El sistema social: Su estructura y dinámica

La aportación más importante de Pareto a la teoría sociológica es su concepto


de la sociedad como un sistema en equilibrio. Esta formulación permite a ía
sociología abandonar el organicísmo crudo sin abandonar ciertas
proposiciones orgumcjstas sólidamente fundadas.
Si la sociedad es un sistema, es un todo formado por partes
ínter-dependientes; el cambio de una parte afecta a las otras partes y ai todo.
Los "puntos materiales o moléculas" del sistema, según Pareto, son los
individuos, que son afectados por fuerzas sociales que se distinguen por
propiedades constantes o comunes. El estado de un sistema social en un
momento dado está determinado por las siguientes circunstancias: primero,
el medio extrahumano; segundo, otros elementos exteriores a la sociedad en
aquel momento, incluidas otras sociedades y los estados previos de Ja
sociedad dada; y tercero, elementos internos del sistema, a saber, intereses,
conocimientos, "residuos" y "derivaciones" que son manifestaciones de
"sentimientos". De estas circunstancias determinantes sólo los residuos y las
derivaciones son sometidos por Pareto a un estudio detallado.
En esa fórmula general de equilibrio no parece haber lugar para
fenómenos culturales como el derecho, la política, la religión o el arte. Pero la
falta de tratamiento explícito no significa que Pareto dejara de reconocer su
importancia. Torios ellos tienen su parte en el mantenimiento de los sistemas
sociales, pero, en su opinión, únicamente en la medida en que manifiestan
sentimientos fundamentales. El papel de los sentimientos es, pues, esencial en
la conservación del equilibrio social.
Para Pareto la sociedad es un sistema en equilibrio. Esto significa que
existen, dentro de cada sociedad, fuerzas que conservan la forma (o
configuración) que la sociedad ha alcanzado o que garantiza el cambio igual
e ininterrumpido; en este último caso, el equilibrio es dinámico. De esto se-
sigue un importante corolario: si el sistema social está sometido a la presión
de fuerzas exteriores de intensidad mode*
VILFREDO PARETO 204

rada, las fuerzas internas actuarán para restablecer el equilibrio, volviendo


Ta sociedad a su estado de tranquilidad,3 Estas fuerzas internas consisten
principalmente en el sentimiento de revulsión contra todo lo que perturba el
equilibrio interior. Sin ese sentimiento, toda alteración incipiente del sistema
no encontraría sino muy poca o ninguna resistencia y se produciría con
impunidad. Esta situación puede presentarse de hecho, pero sus
probabilidades son reducidas al mínimo por el sentimiento de resistencia
independientemente del número de individuos directamente afectados
positiva o negativamente por los cambios propuestos.
Este teorema del restablecimiento del equilibrio de los sistemas sociales
ha sido confirmado hasta cierto punro por el estudio de la reacción social
contra el delito, de los resultados de las revoluciones y del efecto de la guerra
sobre las sociedades. En esos casos, lo mismo que en otros, una gran
cantidad de pruebas indican el carácter frecuentemente provisional de los
trastornos sociales y el carácter persistente de las ordenaciones sociales
fundamentales.
El análisis de las fuerzas internas se basa en la distinción entre acción
lógica y acción alógica. Según Pareto, una acción es lógica sí su finalidad es
objetivamente alcanzable y si los medios empleados son objetivamente
congruentes con la finalidad dentro del marco del mejor conocimiento
disponible; todas las demás acciones son alógicas (Jo cual no quiere decir
que sean ilógicas o contrarias a la lógica). Es probable que Jas acciones
lógicas sean raras. En el tratado de Pareto sólo aparecen unos pocos
ejemplos, entre los que figuran la formulación de teorías científicas, la acción
económica (que en realidad de ningún modo es siempre lógica) y la
conducta de los abogados en un pleito. Pero aun la actividad judicial es
alógica a causa de que el papel de juez implica más cosas que la mera
aplicación lógica de reglas legales abstractas a casos concretos. Pareto
sostiene que las sentencias judiciales manifiestan en gran medida los senti-
mientos de los jueces (sentimientos que comparten con otros individuos del
grupo), y que la referencia a la ley escrita es una explb cación ex post jacto
de una decisión a que se ha llegado por otros caminos. 'Xas sentencias de los
tribunales —escribe— dependen en gran parte de los intereses y los
sentimientos operantes en una sociedad en un momento dado, y también de
caprichos individuales y de hechos fortuitos, y sólo ligeramente, y en
ocasiones nada, de los

3 Mii «neamente, en la reorla de Fimo el equilibrio K define por la presencia de fuerza» que
acaban por restablecerlo.
206 ItfJGA DE LA SOCIOLOGIA FSiCOLÓGlCA

códigos o leyes escritas" (núm. 466). Este ejemplo es uno de los muchos que
usa Pareto para demostrar su teorema fundamental: el predominio de la
acción alógica en la vida social.
La acción alógica se relaciona con los residuos y las derivaciones. Esras
dos últimas cosas son manifestaciones de sentimientos que a su xvi son
estados biopsiquicos indefinidos, pero probablemenrc básicos. Aunque
Pareto admite que esos estados no son directamente cognoscibles, señala el
carácter probablemente específico de su expresión en residuos, derivaciones
y conducta humana. Pareto parece creer que los sentimientos son instintos o
tendencias humanas innatas; por ejemplo, a uno de los sentimientos más
importantes lo llama "el instinto de combinación". Por otra parte, admire que
los residuos son correlativos con las circunstancias cambiantes en que viven
los seres humanos, que las acciones en que se expresan los sentimientos
refuerzan a éstos y hasta pueden suscitarlos en individuos que carecen de
ellos, que ios sentimientos son engendrados o acentuados por la persistencia
de los grupos y, a su vez, puede ayudar a sobrevivir a. esos grupos. Estas
cualidades no son propiedades de instintos innatos e inmutables, sino
características de la conducta aprendida. Precisamente en los días de Pareto
empezaba a desarrollarse en psicología ÍA teoría de la conducta aprendida,
hecho que indudablemente explica en parte Ja ambigüedad de su
terminología.
Según Pareto, algunos sentimientos impulsan a los hombres a justificar
sus acciones formulando teorías alógicas que sus defensores consideran
altamente lógicas. El examen de esas "teorías" revela la diferencia entre los
residuos, elementos profundos, constantes y en consecuencia importantes, y
las derivaciones, elementos superficiales, variables y en consecuencia menos
importantes. Los residuos pueden descubrirse estudiando diferentes
enunciados relativos a un mismo asunto y abstrayendo de ellos los
elementos constantes. El conocimiento de los residuos, que están más cerca
de los sentimientos que las derivaciones, permite penetrar más en la
causación de Jas acciones humanas. Pero los residuos también son
manifestaciones, y en definitiva Ja causación debe buscarse en lo más
profundo de Tos sentí' micntos. Aunque esta, formulación particular sea
conjetural o discutible, debemos estar de acuerdo con Pareto en que explicar
las acciones aceptando al pie de la letra lo que los individuos dicen acerca de
su conducta es, desde Juego, un procedimiento vacío de validez científica,
principio reconocido desde hace mucho tiempo por los estudiosos de Ja vida
humana.
VILFREDO I'AHITO 206

Pateco subrayó la diferencia entre su opinión acerca de las acciones


humanas y la explicación racionalista de las mismas. Esta última supone que
los hombres primero piensan, primero formulan ideas y teorías y después
obran de acuerdo con ellas. En opinión de Pareto, la conducta sigue el
proceso inverso: Ja comisión precede a la racionalización. Por ejemplo,
termina el estudio de las teorías populares sobre el nacimiento de ía
propiedad privada declarando: "Una familia, o un grupo étnico, ocupa un
trozo de tierra.. . El hecho de la perpetuidad de Ja ocupación, de la posesión,
es con toda probabilidad anterior,.. a todo concepto de derecho de herencia1'
(número 256). Para Purera no hay relación causal directa entre la teoría y Ja
acción. Ambas son causadas por sentimientos básicos que se revelan en la
acción de una manera constante, pero en la teoría o justificación los
sentimientos se manifiestan casi al azar. Todo modo de conducta es
justificado por alguna teoría, con toda seguridad; pero en cada caso concreto
la justificación teórica está determinada por el accidente de la invención, y
por lo tanto no es de gran importancia en el análisis de la conducta. Esta
conclusión es otro teorema importante de la sociología de Pareto.
Según este autor, hay seis clases de residuos (y varias subclases en cada
una de ellas): primero, el instinto de combinación, la facultad de asociar
cosas; segundo, el residuo de la persistencia de los agregados. Ja tendencia
conservadora; terceto, el residuo de la manifestación de sentimientos
medíame actos exteriores (entre ellos la formulación de justificaciones; en
términos sencillos, la a uto-expresión); cuarto, el residuo de sociabilidad, o
tendencia a formar sociedades y a imponer una conducta uniforme; quinto,
el residuo de integridad personal, que impulsa a acciones que restablezcan la
integridad perdida, tales como las que forman la fuente del derecho penal;
sexto, el residuo sexual. En la vida social estos residuos pueden combinarse
de diferentes maneras. Por ejemplo, mediante una combinación de los
residuos de equilibrio y de persistencia del grupo se forman fuerzas
compuestas de gran importancia social, corresjiond ¡entes a Jos fuertes y
poderosos sentimientos del tipo vagamente designado con ía frase "ideal de
justicia".
La clasificación de los residuos hecha por Pareto no está explicada ni
justificada en ninguna parte. La sexta clase, el residuo sexual, es
heterogéneo, y lógicamente parecería requerir un complemento, como el
hambre. Las clases tres a cinco se relacionan con la tendencia, de los
sistemas sociales a permanecer en estado de equilibrio o a restaLle
cerlo. Las clases una y dos se muestran en su distribución entre las gentes,
como se indica más abajo. Un gran admirador de Pareto concede que esta
clasificación fue "el trabajo de pala de un iniciador".* Aunque se han
sugerido adiciones y mejoras a esc trabajo de pala, parece improbable que
ios investigadores intenten desarrollar este asj>ecto de la obra de Pareto a
causa de sus manifiestos defectos.
La clasificación que hace Pareto de los residuos, se basa en parte en su
estudio de material tomado predominantemente de autores clásicos.
Sostiene que una gran literatura refleja aproximadamente la vida real, que el
estudio de ia literatura clásica destruye prejuicios y que, puesto que los
residuos son constantes, del análisis cuidadoso de la literatura clásica
pueden derivarse proposiciones universales. (A pesar de esto, con trozos de
los clásicos se mezclaron recortes de prensa). Cada texto seleccionado de
esas fuentes fue interpretado primero como manifestación de un sentimiento
particular; después se compararon ios textos individuales, que fueron
clasificados en clases y subclases. Este procedimiento (que difícilmente
puede considerarse precursor del actual análisis de contenidos usado en el
estudio empírico de comunicaciones, aunque análogo en sus propósitos) es
la mayor aproximación al método inductivo que puede encontrarse en la
obra de Pareto.
Su análisis de las derivaciones es menos detallado que el estudio de los
residuos. Las derivaciones, como dijimos más arriba, se consideran como
manifestaciones superficiales —como explicaciones— de las fuerzas
subyacentes en la vida social. Pareto examina primero las derivaciones desde
el punto de vista del carácter subjetivo de esas explicaciones, y después
esboza cuatro clases principales de derivaciones: primero, las derivaciones
de afirmación, incluidas las afirmaciones de hecho y de sentimiento;
segundo, las derivaciones de autoridad, ya sea de individuos, grupos,
costumbres o deidades; tercero; las derivaciones que están de acuerdo con
sentimientos y principios comunes (y en consecuencia sirven para
conservarlos); cuarto, derivaciones de prueba verbal, por ejemplo, metáforas
y analogías diversas. Los numerosos ejemplos que da Pareto de estas
diferentes clases de explicaciones verbales de la conducta revelan que las
categorías se recubren y confunden. Sin embargo, no hay ninguna conexión
estrecha entre las clases de residuos (arriba esbozadas) y de derivaciones;
unas corran a orras.

1 L ]. Hen decios: Pareto'i Sociology: A Pí/ytiohglit't Ititerptotation (La lociología tU Párelo,-


Interpretativa da un fisiólogo), 1935, p. 58.

r
BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLOGICA
208
VILFHEDO PARFTO 209

La circulación de minorías o "élites"

En opinión de Pareto, aunque los residuos son comunes a codas las


sociedades y tiempos, están desigualmente distribuidos entre los individuos,
y su frecuencia relativa en sociedades y épocas diferentes está sujeta a
cambios. Pareto estudia extensamente el cambio social, en cuanto se
relaciona con las dos primeras clases de residuos (el instinto de combinación
y la persistencia de los agregados). Ese estudio tiene por consecuencia la
formulación de la teoría de Ja circulación de las élites, que constituye un
teorema fundamental más de la sociología de Pareto. Las élites están
formadas ¡xir individuos de aira capacidad en sos respectivos campos. Hay
dos clases principales de élites: una élite gobernante, que comprende a los
individuos que directa O indirectamente representan un papel importante en
la manipulación del poder político; y una ¿lite no gobernante, formada por
hombres competentes que no ejercen poder político. La distribución diferen-
cial de residuos entre los miembros de élites es mucho más importante para
los asuntos sociales que su distribución en las masas.6 Dependientes del
predominio de residuos de la clase uno y de la clase dos respectivamente,
describe Pareto dos tipos de hombres, a los que designa con las palabras
especulador y rentista? Cuando la élite gobernante está dominada por
especuladores, la sociedad está sometida a cambios relativamente rápidos;
cuando predominan los rentistas, los cambios se producen lentamente.
Pareto sostiene que existe una tendencia natural en las ¿lites de los dos tipos
a alternarse en puestos de poder político. Cuando una élite de un tipo ha
gobernado durante algún tiempo, en la clase gobernada se acumulan
elementos superiores e, inversamente, en las clases gobernantes se
desarrollan elementos inferiores. En consecuencia, una élite formada de
especuladores, pongamos por caso, comeré errores que abren el camino ai
ascenso de los rentistas; pero después de haberse consolidado éstos en sus
puestos, también cometen errores y abren la puerta a los especuladores.
Así se presenta una teoría cíclica de los cambios sociales, caracterizándose las
dos fases del ciclo por el predominio de las actitudes conservadoras o de Tas
actitudes progresistas respectivamente. La historia, pues, dice Pareto, "es un
cementerio de aristocracias" (número 2053). Esta, teoría, que se parece mucho a
la de Saint-Simon sobre

* Ei «te un pumo de vim que unjo de un modo «pecíil ■ i cu futiim. 1 K. ■ deiigni « francés a
La pcnoni que buK* icguridod y que por lo nato invierte luí ahorra ta boira (en Francia, ■ <'<§).
la necesaria alternación de periodos orgánicos y críticos, halla muchos
ejemplos en la historia antigua y en la literatura clásica. Pero los ejemplos
(como se ha observado al exponer la teoría de Spencer) no son una
demostración sistemática. En ausencia de esta última, parece que no hay
razón bastante para atribuir validez universal a esta teoría a base de la obra
misma de Pareto.

Resumen y crítica

¿Cuáles fueron, en suma, las soluciones de Pareto a los problemas


fundamentales de la teoría sociológica? Concibe la sociedad como un sistema
en equilibrio, cuyos puntos materiales de referencia son los individuos que
están expuestos a mi número limitado de las llamadas fuerzas, Esas fuerzas,
sentimientos y residuos ante todo, determinan el estado del sistema social.
En esta concepción parece haber poco lugar para la cultura.
La unidad básica para el análisis sociológico es, en ei sistema de Pareto,
una simple manifestación de esas fuerzas persistentes que actúan en la base.
El análisis debe interesarse ante todo por los residuos, que son
manifesraciones de fenómenos bíofisicos incognoscibles.
Para Pareto, el problema de ks relaciones entre el individuo y k sociedad
es un aspecto del problema general de las relaciones entre la parte y el todo
en cualquier sistema. Su punto de vista en esta cuestión es esencialmente
funcional; todos los cambios en las partes do un sistema afectan al todo, y
viceversa.
Esta última opinión guarda consecuencia con la actitud de rechazo que
adopta Pareto ante toda versión de monismo sociológico que reduciría Tas
explicaciones de k vida social a factores o causas únicos. Sin embargo, esboza
un número limitado de factores que él cree que determinan el estado de la
sociedad y los cambios sociales. En ei caso de dichos cambios, subraya la
naturaleza y distribución de residuos específicos, o tendencias a obrar de
cierta manera, en la élite gobernante. Los cambios en las ¿lites parecen ocurrir
por una necesidad inmanente.
Pareto no define ks relaciones de k sociología y ks demás ciencias sociales;
pero insiste en que la sociología debe basarse en el método
lógico-experimental, método que requiere observación disciplinada e
inferencias lógicas de las observaciones. Sus fuertes admoniciones a este
respecto las debilita su propk inclinación a sustituir
VILFREDO PARETO 2U

con afirmaciones de otros los hechos recogidos por observación y a


abandonar ei procedimiento inductivo por sistemas de clasificación
manifiestamente intuitivos.
Estas características contribuyen a hacer excepcionalmente difíciles el
estudio e interpretación de los escritos teóricos de Pareto. Su Tro-iodo
contiene, ciertamente, gran número de proposiciones plausibles sobre
diversos aspectos de la realidad social y cultural, que represen-can una
fuente de sugerencias e hipótesis en el estudio actual de La estructura y Tos
cambios sociales. Pero se ha hecho relativamente poco uso de la obra de
Pareto en este respecto, siendo una excepción notable Management and the W
orker (La administración y el obrero). notable investigación sobre sociología
industrial de R J, Roethlisber-ger y W. J. Dickson7
Las principales aportaciones de Pareto son la insistencia (aunque no la
práctica, como hemos visto) en que la sociología se gobierne por cánones
estrictamente científicos, y k concepción de k sociedad como un sistema en
equilibrio perfecto. Respecto de esta última concepción, las proposiciones de
Pareto concernientes a k tendencia de los sistemas sociales a restablecer el
equilibrio perturbado, los diferentes factores que contribuyen al estado de
los sistemas sociales, ia importancia de k acción alógica en k vida social y el
carácter intermitente de los cambios sociales, señalados por períodos
sucesivos de alteraciones lentas y rápidas, son formulaciones sugestivas que
se aproximan a las circunstancias observables.
Mucho menos útil es el análisis que hace Pareto de las fuerzas internas
operantes en la vida social, especialmente la reducción de esas fuerzas a
residuos, A fin de cuentas, la explicación (¿también elk una derivación?) que
da Parero de los hechos sociales descansa en una teoría biopsíquica acerca de
algo muy parecido a los instintos. Hoy sabemos que esa explicación de k
conducta individual o social es engañosa a causa del papel ubkuo de los
factores culturales e institucionales en la conducta humana.
Pero aun cuando identifiquemos los sentimientos y los residuos de Pareto
con la conducta aprendida más bien que con los instintos, su procedimiento
para fundamentar esas fuerzas es altamente discutible. En primer lugar
—para citar al filósofo R S. C Northrop—, "en vez de ser dados
inmediatamente los estados psíquicos de pri-

7 £Slt estudio de DOS fábrica de la Western HIecTrie Compaoy ai Hawihofnc, Hit-nois, hace
Uio especialmente de la teoría de Parero sobre el equilibrio! véanse parrictíiaf' raence pp. 272
(noia), 557-68.
mera mano al psicólogo introspectivo bien preparado", los rasgos psíquicos
de Pareto son "características de segunda o tercera mano asignadas a
personas. . . que, en el momento en que Pareto hace sus 'observaciones',
existen sólo en su imaginación. . . Ni una sola vez mientras acopiaba sus
'hechos' abandonó Pareto el sillón de su gabinete".8
En segundo lugar, Pareto se impuso a sí mismo ia difícil tarea de
entresacar residuos probablemente fundamentales de derivaciones in-
numerables y reconocidamente engañosas. La realización de esa tarea
requiere la. identificación de derivaciones asociadas con "el mismo asunto";
pero no están claros los criterios para diferenciar los asuntos. Ni lo están los
procedimientos empicados para determinar los residuos particulares
manifiestos en las derivaciones especificadas. Evidentemente, la obra de
Pareto está muy lejos de satisfacer las exigencias científicas que él mismo
proclamó con tanta fuerza y claridad.
El tratamiento de los residuos y las derivaciones, que ocupa gran parte de
su Tratado, es, pues, el aspecto más débil de su obra. Mas L hay, esparcidas por
esta pane de la obra, muchos atisbos penetrantes y muchas orientaciones
sugestivas pata investigaciones ulteriores. Y, según hemos visto, el resto de la
formulación teórica de Pareto, en particular su concepto del sistema social
como un equilibrio dinámico, sigue siendo una aportación importante al
desarrollo de la teoría sociológica.

B The Logk of ¡he Sciences and ¡he Humánate! (Logice de fas ciencias y de ios humanidades), pui
F. S. C Northrop, 1947, p. 270. Véase iodo el capitulo 15 ds «le volumen pata Ja valoración de
la obra de Parem.
212 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

CAPÍTULO 14

MAX WEBER

El acontecimiento más notable en el desarrollo de la teoría sociológica


durante el primer cuarto dd siglo XX fue d florecimiento de la sociología
psicológicamente orientada. Esta tendencia se desarrolló
independientemente en varios países y, en su nivel teórico más airo, está
representada por tres investigadores. Ya hemos estudiado las aportaciones
de dos de ellos: el behaviorismo moderado de Thomas unido al "punto de
vista cultural"; y la obra de Pareto, incluida su psicología, que se asemeja a la
tendencia ínstin ti vista. Debemos estudiar ahora ai último, pero no el menos
considerable, de los tres: el investigador alemán Max Weber, cuya sociología
es también sub-jetivista, aunque subraya los elementos racionales de Ja
activídatT mental del hombre^

Weber y su obra

Max Weber (IS644920) nació en el seno de una familia bien acomodada y


recibió excelente preparación en derecho y economía. Su padre, persona
activa en la política alemana, fue durante muchos años miembro del
Reicbstag y formó parte del partido liberal nacional. En 1893 Weber fue
nombrado profesor de economía de la Universidad de Friburgo, y poco
después pasó a desempeñar un puesto análogo en la Universidad de
Heidelberg. En 1900 sufrió una grave enfermedad y se vio obligado a
abandonar la actividad académica; no se reintegró a ia enseñanza hasta
191S, fecha en que pasó a Viena y poco después a Munich. Murió en 1920,
cuando su talento estaba en plena madurez.
Durante los años en que estuvo académicamente activo nunca per-
maneció ocioso. Sus recursos personales le permitían viajar mucho —-en
1904 visitó ios Estados Unidos—- y dedicarse a la investigación. Publicó un
número sorprendente de estudios y ensayos, muchos de los cuales
aparecieron en el Archiv für Soziaiwiísenschaft und Sozial-politik, que gracias a
Weber fue prominente entre las publicaciones alemanas de ciencias sociales.
También colaboró con numerosos artículos en periódicos e intervino
activamente en política. Sus opiniones políticas eran liberales y reflejaban el
punto de vista que había prevalecido en el hogar paterno. Protestó contra la
guerra submarina
213
sin restricciones durante la primera Guerra Mundial y propugnó la
negociación de k paz. Después de la guerra, formó parte de la comisión que
preparó el memorándum sobre la culpabilidad de la guerra presentado a k
conferencia de la Paz de París, y de k comisión que redactó k Constitución de
Weimar. Puede decirse que su vida se repartió por igual entre una ciencia y
una política de elevado nivel.
Gran número de los escritos de Weber no pertenecen ai campo de ia
sociología; de los escritos sociológicos, la mayor parte tratan problema^
concretos, no cuestiones de teoría general. Pero Weber tenía una mentalidad
altamente analítica, y aun cuando tratase problemas no orientados
primordialmente hacia la teoría, hizo a esta última aportaciones importantes.
AI morir, dejó sin terminar su obra más importante en el campo de la
teoría sociológica, U Q tratado monumental sobre Economía y sociedad. Fue
laboriosa tarea preparar para la publicación (en 1922) los diferentes
fragmentos de la obra que ya habían pasado de k etapa preliminar. Por el
mismo tiempo fueron recogidos y publicados en la forma de "Colección de
trabajos" sus colaboraciones en diversas revistas y otros escritos. De estas
colecciones, tres volúmenes tratan de sociología y religión, uno de historia
social y económica, otro de sociología y política social, y otro más de lo que
llamamos hoy sociología de Jos conocimientos. Esta enumeración indica el
campo excep-cionalmente amplio de los intereses científicos de Wcbcr.

El fondo de la sociología do Weber

No puede entenderse k aportación de Weber a k sociología sin hacer


referencia al clima intelectual, en especial filosófico y científico, de la
Alemania de comienzos del siglo xx. La teoría marxista formaba parte de
aquel clima; pero estaba más dominado por el renacimiento de la filosofía
kantiana, según_la cual existe un abismo infranqueable entre el mundo de
los fenómenos materiales y el mundo del ^espíritu" que se manifiesta ante
todo en los valores. En relación con el mundo material, se decía que ks
ciencias naturales pueden y deben formular "leyes de k naturaleza1',
enunciados de uniformidades invariables. Aunque la ciencia puede adquirir
conocimientos sobre el estado y procesos de la mente humana "interpre-
tándolos" desde adentro, no puede percibir uniformidades en el mundo del
"espíritu" y debe limitarse a ia descripción y valoración exactas
1

MAX WEBER 214

de acontecimientos y sus secuencias en sus manifestaciones únicas y no


recurrentes.
Esta actitud no ha impedido a Toennies y a Simmel, como hemos visto,
elaborar sistemas sociológicos dd tipo de la ciencia natural, descritos más
arriba. Ninguno de esos escritores pretendió, seguramente, formular "leyes";
ambos se satisficieron con formular tipologías —de grupos sociales en el caso
de Toennies, de relaciones y procesos sociales en el de Simmel—i Pero la obra
de Simmel, s¡ no la de Toennies, implica la idea de orden en ía realidad social.
Weber mismo hizo un valeroso esfuerzo para superar la oposición entre
las ciencias de la naturaleza y las ciencias del "espíritu", y para crear un
sistema sociológico que conservara los elementos más valiosos de los dos
puntos de visnp Compartía la creencia de que las ciencias sociales y las
ciencias naturales son completamente diferentes. En las ciencias naturales, el
interés humano es un interés de dominio: quien conoce las uniformidades
puede disponer de las fuerzas de la naturaleza. Por el contrario, en las
ciencias sociales d interés se dirige a la valoración. El concepto mismo de
cultura es un concepto de valor. La realidad empírica se convierte en cultura
para nosotros porque, y en tanto que, la relacionamos con valores. La validez
de los valores es materia de fe, no de conocimiento, según Weber; por lo
cuito, las ciencias sociales deben investigar los valores, pero no pueden
proporcionar normas e ideales que obliguen y de los que puedan derivarse
principios que dirijan la actividad práctica. Por lo tanto, en opinión de Weber,
las ciencias sociales (incluidas la sociología y la historia) deben ser ciencias
libres de valores.
Cuando Weber escribía, era bien conocida la variabilidad de los sistemas
de valores en el tiempo y el espacio. Puesto que los procesos culturales
constantemente se están formando y reformando, la materia de las ciencias
culturales está sujeta a cambios; en consecuencia, decía Weber, no hay que
pensar en una ciencia sistemática y generalizadorn de la cultura. La ciencia
social tiene que ser una ciencia empírica de la realidad concreta.
Fue esta una conclusión que tuvo profundas consecuencias sobre las
investigaciones y el pensamiento científico de Weber. Aunque poseyó una de
las mentalidades teóricas más brillantes de la sociología, rara vez se permitió
hacer amplias afirmaciones gtneralizadoras que trascendiesen los sistemas ¡le
culturas concretas. Su mayor interés estuvo en ei sistema de la. sociedad y la
cultura en que vivía; su prin^ cipal esfuerzo, en consecuencia, lo dedicó a
laboriosos estudios sobre
215 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

el origen y desarrollo de las instituciones políticas, económicas, jurídicas y


religiosas del mundo occidental- Pero no se limitó a esas materias. Habiendo
llegado a cienos conclusiones relativas a las interconexiones entre el
nacimiento del capitalismo moderno y ei desarrollo y carácter del
protestantismo, decidió someter a prueba lo validez de esas conclusiones
examinando situaciones comparables en algunos, pero no en todos, los
respectos en otras civilizaciones. Con ese intento^ realizó brillantes
investigaciones sobre las civilizaciones china, hindú y judaica (en Jas que son
muy diferentes los sistemas religiosos y filosóficos), estudios que, según
creía, confirmaban los resultados a que había llegado en el estudio de la
evolución de Occidente. Este estudio comparativo lo movió quizás a vencer
su escepticismo original acerca de la posibilidad de una sociología general.
Hacia el fin de su vida empezó a escribir el tratado arriba mencionado.
Economía y sociedad. La primera parte de esta obra es en gran proporción tina
teoría sociológica general en la dirección de una ciencia teórica abstracta
como Comte la había concebido.
Existen, como podíamos esperar, diferencias enrre las opiniones expuestas
en las obras de madurez de Weber y en sus primeros escritos, pero no son
diferencias de principios. Las obras primeras fueron precursoras de las
posteriores. El sistema de ideas de Weber puede describirse tomando como
base el conjunto de sus obras sociológicas.
En su sistema sociológico, Weber intentó aprovecharse de las posi-
bilidades que ofrecían tanto las ciencias naturales como las ciencias "del
espíritu". Se alcanza el nivel más alto de comprensión de los fenómenos
sociales —según enseñó Weber— sí esa comprensión es a la vez causalinente
adecuada y adecuada en la esfera de la significación. Esta proposición
requiere que se analicen tres cuestiones: ¿Qué es comprensión causalmcnte
adecuada? ¿Qué es comprensión significativamente adecuada? ¿Cómo se
relacionan ambas cosas?

La comprensión causal y el proceso histórico

En contestación a nuestra primera pregunta dice Weber: La interpretación de


una secuencia de acontecimientos es causalmente adecuada si observaciones
minuciosas conducen a k generalización de que es probable que k secuencia
ocurra siempre de la misma manera. Esas_gcncralízaciones, en opinión de
Weber, deben derivarse estadísticamente siempre que sea posible. Para los
fenómenos que no pueden ser estadísticamente descritos e interpretados,
queda la posb
MAX WEbER 216

bilidad de comparar el mayor número posible de procesos históricos o


conremporáneos análogos y que difieran sólo respecto del factor cuyo papel
se está investigando.
La realización principal de la erudición de Weber fue tina, impresionante
investigación del último tipo. Pero esa serie de estudios empezó de un modo
un ranto diferente. En los años de juventud, Weber quiso poner a prueba la
afirmación básica del marxismo, según Ja cual todos los fenómenos
culturales, incluso la religión, están £un-damentalmentejjetermi nados por la
evolución de las fuerzas económicas. Para Marx, la Reforma protestante fue
un subproducto del nacimiento del capitalismo. Weber decidió someter a
prueba esa tesis, y llegó a una conclusión diferente. El capitalismo en general,
dice Weber, es un sistema de empresas lucrativa anidas pwr .relaciones de.
mercado, que se^ ha desarrollado IÚ5ráricamenre_en muchos lugares y en
diversos tiempos. Pero el capitalismo maduro de la época moderna se
distingue del capitalismo en general por su carácter racional y la
organización racional de la mano de obra libre. ¿Cómo nació este tipo
moderno? Weber advierte que el problema de la aparición inicial es distinto
de aquel del desarrollo subsiguiente, ya que, una vez nacido, un sistema
social se sustenta a sí mismo. Sostiene Weber que el nacimiento del capita-
lismo maduro fue afectado por la aparición de la ética protestante,
especialmente-por la. calvinista. De un modo preliminar dejó sentado que en
la Alemania contemporánea las zonas predominantemente protestantes son
más ricas que las partes pn'mordiaimenre católicas de 1a nación, y después
demostró la correlación entre el desarrollo del capitalismo maduro y el del
protestantismo..
Era ése un razonamiento de acuerdo con el método de los cambios
concomitantes empleado por Tos investigadores sociales de aquel tiempo.
Pero Weber qiti^ rae_nder esa concomitancia a la relación causal aplicando el
juétodo del acuerdo y, como después veremos, presentando una explicación
adecuada en la esfera del significado. El capitalismo moderno o maduro, dice
a base de laborioso estudio histórico, nació no simplemente por una
necesidad ecopórpíea interna, sino como si fuera impulsado_por_ pera
fuerza naciente; la ética, religiosa def P[OttS^nTÍstn9j y en especial la del
calvinismo. En las siguientes partes de su estudio, los términos son el espíritu
del capitalismo moderno y el espíritu del protestantismo, ET palabra
espíritu^ significa aquí un sistema de máximas efe conducta humana.'y
El capitalismo maduro no se basa en el simple impulso adqui-

.! d % Fíe- - -ííin r S^íVkifis Tn:.iicc« r


MAX WEbER 217

M:. . Q t .; L . I O T E C
A .
2LS BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

sitivo. Es una actividad racional en la que tienen gran importancia el orden,


la disciplina y Ja jerarquía dentro de la organización. Considera la práctica de
la conducta adquisitiva como una especie de vocación. J4acc hincapié en el
éxito como tal, no en las satisfacciones que puede comprar el éxito
económico.^
La ótica protestante no sanciona directamente la adquisitividad, pero
insiste en la salvación. En su forma calvinista, se supone que la salvación
depende de la predestinación, de una decisión inmutable de Dios, y en
consecuencia ei individuo no puede hacer nada para conseguirla; pero como
la salvación es el centro de la vida, religiosa de una persona, inevitablemente
se interesa en saber si está entre los elegidos. El éxito o triunfo en la vocación
secular o mundana se considera como un indicio casi infalible de que se es
uno de aquellos. Además, sea cual fuere la vocación, el individuo debe
conducirse de una manera disciplinada y ordenada.
Según Weber, esas máximas de conducta religiosa y secular estaban can de
Acuerdo entre sí, j que el nacimiento de la orientación ética protestante puede
considerarse como condición necesaria, aunque no suficiente, del nacimiento
del capitalismo moderno; En otras palabras, las máximas de acción basadas
en la ética calvinista dirigieron a los creyentes a conducirse de acuerdo con el
espíritu del capitalismo maduro. (Lo mismo que el capitalismo, la ciencia
moderna fue estimulada por esa orientación ética, relación señalada
claramente por el sociólogo norteamericano Robert K. Merton.)1
Esa tesis, apoyada en extensas investigaciones, no le pareció suficiente a
Weber. En consecuencia, decidió estudiar situaciones que, aunque análogas
en otras cosas, diferían en el factor particular sometido a investigación: la
religión. Se formuló la siguiente pregunta: ¿Qué ocurre si las circunstancias
generales son tan favorables al nacimiento del capitalismo maduro como lo
fueron en Europa por el tiempo de la Reforma, excepto la ética religiosa? La
cuestión exigía investigaciones hechas de acuerdo con los lincamientos del
método de las diferencias. En consecuencia, Weber realizó los detallados
estudios sobre la China y la India mencionados más arriba. Pero no dio por
supuesto que Europa en vísperas de] capitalismo maduro, de una parte,_y la
China y ífl~Indíá en ciertas épocas, de la otra, se diferenciaran sólo respecto
de la presencia o la ausencia de una ética relí-

L Véue de Merton especialmente Soíirty. Technology and Soeiaiy in 1 7 tb Cett-inrj EngUnd


¡Sociedad, ¡etnología y sociedad en ¡a Inglaterra del ligio xvii) Brujas, Bélgica. SÍ. Cithc.inc Pr«iF
Lid.p I93S.
MAX WFBHR 219

giqsa favorablejdj&diftiSfiEQ del capitalismo maduro. El admitir la posible


importancia causa de otros factores debilita susranc talmente su argumento.
No obstante, Weber mostró claramente que la combinación de cir-
cunstancias sociales y económicas no religiosas fue propicia al nacimiento del
capitalismo en la China, pero que el sistema ético del con-fucíanismo no lo fue.
En la India, aunque las circunstancias generales, en especial el sistema de
castas, no fueron tan favorables como en la China, todavía ofrecían campo
suficiente para el nacimiento del capitalismo, excepto el Karma tradicional,
creencia en la transmigración de las almas, que era hostil al desarrollo
económico a la manera occidental. A base de estos y de otros estudios, pudo
afirmar Weber: No hay circunstancias económicas específicas que garanticen
el nací^i miento del capitalismo; es necesaria por lo menos otra condición, que
pertenece al mundo interior del hombre. Én otras palabras, debe haber una
fuerza motriz específica: la aceptación psicológica de valores e ideas
favorables al cambio.
Los investigadores sociales siguen discutiendo si Weber demostró esta tesis
central. Cualquiera que sea la solución, su obra muestra ei tipo de operaciones
científicas necesarias para alcanzar una comprensión causaTmentc adecuada
de bis secuencias históricas no reduc-tibies a tratamiento estadístico. Al
hacerlo así, abrió el camino a lo que hoy se llama algunas veces "experimento
sociológico", y más exactamente ' 'cuas ¡-experimento".
Weber comprendió que este método comparativo sistemático no siempre
es posible en los estudios socio históricos. En este caso, queda el "peligroso e
inseguro procedimiento del 'experimento imaginario', que consiste en
imaginar ciertos elementos de una cadena de motivaciones y 3o que
probablemente se seguiría de ia ausencia ciertos factores".2 Como ejemplo de
este procedimiento citó ia obra de uno de los historiadores eminentes de su
tiempo, Eduard Meyer (1S5>1930), que hizo esa especie de experimento
mental respecto de la batalla de Maratón, sacando las consecuencias de una
imaginaria victoria de los persas y comparándolas con los acontecimientos
reales,8 Empleando Ii obra del mismo Weber como ejemplo de este método,
uno puede
preguntarse cuáles habrían sido las consecuencias para el mundo occi-
\
2 The Tbtory of Social anj Etonomic Organisafion (ed. por T. Paron»), Nuevj
York, Oxford Univcrtity PrfiJ, 1947, p, 97. El» volumen o unn traducción por
Fanón» ■■ A. M l l u , I J Parle 1 de Winicbaft and Gesúllichaft (Economía y
sociedad).
S E. Müyer: Gcschichse da Aitcrtuta!, YO!. III ( 1 9 0 1 ) . pp. 420 ss.
220 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

dental si no hubiera habido protestantismo. O, para ritax una situación más


reciente que ha preocupado a varios eruditos, ¿podemos "pensar ausente" de
la historia rusa a Lcnin e imaginarnos el sistema soviético actual? Estos
ejemplos ilustran, debe notarse, un experimento mental extraordinariamente
difícil y que requiere el análisis lógico y la reconstrucción imaginaria de
acontecimientos, y que, sin embargo, emplean con frecuencia los
historiadores y otros.

La comprensión en el plano de la significación y ¡a acáón humana

Mucho más difícil de captar es la concepción de Weber acerca de k


comprensión en ei plano de la significación. Como ya hemos advertido,
Weber esperaba conservar j^araja sociología las ventajas de las ciencias del
espíritu sobre las ciencias de la naturaleza- Esa ventaja, segÚQ él, reside en la
posibilidad de una espede de comprensión basada en el hecho de que tós
¡seres humanos son directamente conocedores de la estructura de ks acciones
humana^ En el estudio de los grupos sociales, por ejemplo, podemos ir más
allá de la mera demostración de relaciones y uniformidades funcionales;
podemos comprender las acciones —y ks intenciones subjetivas de los
actores— de los miembros individuales. Pero en ciencias naturales no
podemos comprender en ese sentido los movimientos de los átomos, de ks
moléculas, y asi sucesivamente, sino que sólo podemos observarlos o
deducir uniformidades presentes en tales movimientos. El contraste entre las
ciencias sociales y las ciencias naturales ha sjdq expuesto de manera muy
viva por otro sociólogo, Maclver, en los siguientes términos;

Los hechos sociales son rodos en última instancia hechos iniúsRtbU:.


Cuando sabemos por qué cae un gobierno, o cómo está determinado un
precio, o par que estalla una huelga, o cómo celebra su culto una tribu
primitiva, o por qué mengua el índice de natalidad, nuestro conocimiento
es diferente en un aspecto vital del conocimiento de por qué cae un me-
teoro, o cómo guarda la Luna su distancia de la Tierra, o por qué los
líquidos se congelar^ o cómo utilizan el nitrógeno las plantas. Los hechos
dd segundo tipo sólo podemos conocerlos desde afuera; los hechos dd
primer tipo los conocemos, en cierta medida por lo menos, desde dentro.
¿Por qué los ciudadanos se volvieron contra el gobierno? ¿Par qué el
sindicato declaró la huelga? Para contestar a estas preguntas tenemos que
proyectarnos a nosotros mismos en las situaciones que estamos estu-
diando. Tenemos que conocer los valores, los fines y las esperanzas de
seres humanos que operan en una situación particular. No hay historia
MAX WBBBB 221

inrc-rior de por qué cae un meteoro o por qué se congelan loa líquidos. Lo
comprendemos como datos, como expresiones de leyes, y nada más. Por
otra parte, como en ios asuntos humanos hay siempre una historia interna,
no podemos alcanzar nunca más que una verdad parcial o reía* riva. Ésta
es la paradoja del conocimíenio. Las únicas cosas que conocemos, como
verdades ínmutablcsjort las cosas que no comprendemos. Las únicas
cosas que comprendemos son mutables y nunca plenamente conocidas.*

La idea de la comprensión subjetiva llevó a Weber a una decisión


científica de la mayor importancia. Define la acción como conducta humana,
franca o no, a la que el individuo actuante concede un sentido subjetivo. La
conducta privada de sentido subjetivo pertenece a la periferia, del estudio
sociológico. La sociología, en opinión de Weber, como se veri más adelante,
es primordialmenre el estudio de la acción orientada hacia la conducta de los
demás. Este concepto de la orientación de la conducta sirve para distinguir
la sociología de fa psicología. Pero es más importante 3a idea de Weber
según la cual la acción social es una especie de conducta que implica un sen-
tido para el actor mismo. Nótese que esta posición es contraria a las
enseñanzas del behaviorismo norteamericano, el cual excluye el estudio de
los sentidos subjetivos fundándose en que no son nunca observables ni
comunicables. Recuérdese que el behaviorismo influyó en la ciencia social
norteamericana, especialmente en los decenios de los 1920 y los 1930, pero
que su influjo disminuyó en los tiempos más recientes, cuando las opiniones
de autores como Weber, Madver y Znaniecki subrayaron el papel de la
significación o sentido en la acción social.
Para Weber la "comprensjón en el pjanp de la significación" tiene lugar de
dosm^eras. Primero, hay comprensión directa mediante la observación del
sentido subjetivo del acto de otra persona. Comprendemos lo que quiere
decir una persona cuando afirma que 2 X 2 = 4, o el sentido subjetivo de los
actos irracionales de un hombre hambriento, y el sentido del acto de apuntar
a un animal con un arma. Podemos captar esos sentidos porque conocemos
las intenciones subjetivas, .que 3tribu͡nos a_ nuestras propias acciones
semejantes. P.
Segundo, hay la comprensión del motivo. Podemos reproducir en
nosotros el razonamiento intencional del actor, pt si su acción no
4 Girado tn la edición en inglés de Libertad y control en la sociedad mudema, de M. Berger, T.
Abel y C H. Paso (editorrt), Nueva York, D. Van Nosirand Company, Int., 1954, p. 290 (en el
capitulo XN1. "Roben Maclver's Conrributioiis to SociolugicüL 1 lwory1 , por H. ALpert).
222 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

es racional, podemos, mediante la participación simpática o empatia,


comprender el contexrQ_emocÍQnal_en que tiene lugar la acción. (Ad-
vertimos aquí estrecho paralelismo entre la metodología de Weber y la
comprensión simpática de Cooley. Véase capítulo 12.) El observador no
necesita compartir las opiniones teóricas, ni los fines últimos, ni los valores
del actor, pero comprende intelectualmente la situación y Ja conducta
implicadas. En otras palabras, el acto particular es colocado en una secuencia
de motivos cuya comprensión puede tratarse como una explicación del curso
real de la conducta. Este procedimiento es posible porque el motivo o móvil
tiene un sentido subjetivo que les parece al actor mismo y al observador
funda-meneo bastante para la conducta en cuestión.
Recientemente Teodoro Abel ha refundido ingeniosamente la actitud
subjetiva de Weber en una psicología más objetiva. Según Abel, 5 "ia
operación verstehen" (comprender) consiste en la interna! ización de los
factores observados, uno estímulo y otro respuesta, y en la formulación de
una máxima de conducta comúnmente aceptada que los una, procedimiento
aplicable a observaciones de casos, generalizaciones o enunciados sencillos
sobre regularidad estadística. Asi, por ejemplo, "la inteligente investigación
estadística ha establecido una alta correlación. . . entre el promedio anua! de
las cosechas y el número de matrimonios... Usamos como detalles de
infotmación el hecho de que la disminución de la cosecha.. . reduce de
maneta importante los ingresos del agricultor... y el hecho de que uno está
contrayendo nuevas obligaciones.. . cuando se casa. .. Después
internalizamos [el primer hecho] en un 'sentimiento de ansiedad"... y [el
segundo hecho]... en 'miedo a nuevas obligaciones"... Podemos ahora aplicar
la máxima de conducta: "La persona que experimenta ansiedad temerá
contraer nuevas obligaciones". , . Puesto que podemos encajar en esta regla el
hecho del menor número de matrimonios cuando las cosechas son malas,
decimos que entendemos la correlación". fii, n i > '
Seguramente Weber pensaba en casos menos simples que éste cuando
expuso "3a operación verstehen". Pero en los casos más complicados el
procedimiento sigue siendo esencialmente el mismo. Podemos imaginar las
emociones que suscita en la gente el efecto do una situación o de un suceso
dados; podemos imaginar el motivo que está detrás de la acción de una
persona o de un grupo, y podemos

6 "The Operaiíon Called Vmíeben" ( "La operación Llamada Verüehtn"), en Ameritan Journal
of Socioíogy, LTV (noviembre, 1948), pp. 2il ti.
MAX WEBER 223

encontrar o inventar una máxima aceptable de acción que mostraría "que el


estado afectivo que atribuímos a una acción humana dada es dirigido por el
estado afectivo que suponemos evocado por una situación o un suceso que la
infringe".6 Dicho en las palabras de Mac-Iver, al analizar la conducta humana
tenemos que dedicarnos a Ia_ "reconstrucción imaginaria". 7 .
¿Reclama este procedimiento de comprensión en el plano del sentido una
sociología que no puede diferenciarse de la psicología? Weber lo niega,
afirmando que el procedimiento que él recomienda no es de ningún modo
psicológico. La confusión^—dice—- se basa en el error de suponer que es
psíquico todo lo quc.no es físico. Además de los mundos físico y psíquico hay
el mundo de las significaciones o ideas. Cuando un hombre cree que
2 X 2 = 4 , eso es un fenómeno psíquico; pero la idea de que 2 X 2 = 4 , es
independiente del contenido del pensamiento de toda persona particular.
Aunque estamos de acuerdo con esta opinión, debe advertirse que la pregunta
inicial queda sin contestar. Porque, en opinión de Wcber^ la significación que
es un atributo necesario de la acción es subjetiva: es una significación que está
presente en la mente del actor mismo o por lo" menos es pensada como
presente. De otro modo la acción no es comprensible y su estudio no
corresponde al campo de la sociología.
Weber vence esta dificultad en parte afirmando que además del sentido
de un acto para el individuo, hay también un "sentido medio" atribuibte a
una pluralidad de actores, o hasta un sentido para actores hipotéticos en
tipos particulares de actividades. (Aquí emplea Weber el concepto de "tipo
puro" estudiado más arriba,) Pero sentido medio y sentido típico hipotético
no son lo mismo que sentido subjetivo. Si ía sociología se interesa
meramente por el primero, sus gobiernas son distintos de los problemas de
la motivación individual. Pero si el sentido medio o el sentido hipotético
difieren de los sentidos concretamente experimentados por los individuos y
aun así corresponden a la provincia de la sociología, ésta no £uede,
cntoncesí_g§r_cQ!?sideradfl .como la ciencia.de la acción social, como la
definió Weber. Es preciso señalar esta dificultad o inconsecuencia. No es
necesario intentar resolverla aquí.

E mi., p. 216.
7R. M. Muctvex: Causación social, capíiulu IX- 1 - : ■ de Cultura Eco-
cómica, 1949.
BOGA DB LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA
224

Relación entre la causación y la significación

¿Cómo se relacionan entre sí el concepto de causación de Weber y su


tratamiento de la significación? Su contestación a esta pregunta se refiere
menos a la conducta concreta que a las acciones típicas abstractas. Así, dice:
"Una interpretación causal correcta de la acción típica significa que el
proceso que se dice ser típico es adecuadamente captado en el plano de la
significación y al mismo tiempo la interpretación es en cierto grado
causalmente adecuada. Si falta la adecuación respecto de la significación,
entonces, por alto que sea el grado de uniformidad y por exactamente que
pueda ser numéricamente determinada su probabilidad... es todavía una
probabilidad estadística incomprensible. . Por otra parte, la explicación más
adecuada desde el punto de vista de la significación no tiene sentido causal
sí no hay prueba de la probabilidad del acto en cuestión; en ej mejor caso,
sigue siendo una hipótesis plausible.
La explicación sociológica satisfactoria, pues, debe ser a la vez sub-
jetivamente significativa y factualmente probable. Pero se ha demostrado
que no siempre se dispone de explicaciones causales, ni de explicaciones
significativas. Esta última situación, que se presenta con frecuencia, fue bien
conocida por Weber, quien reconoce que gran parte de la conducta social se
distingue por la semíconsciencia inarticulada del actor y hasta por la
ignorancia de su sentido subjetivo (situación que probablemente priva a la
conducta del carácter de "acción"). La falta de conocimiento del sentido es
muy frecuente, en realidad, cuando la conducta es tradicional, es decir,
cuando está determinada por la costumbre social, o cuando es afectiva, es de-
cir, cuantío está determinada por la emoción.
Weber no considera sociales las acciones análogas de diferentes personas
expuestas al mismo estímulo ni la conducta consistente en meras
imitaciones. (Aquí está en desacuerdo con Tarde y sus discípulos); pero no
excluye de la sociología esos modos de conducta. Procesos y uniformidades
en la conducta humana que no son. comprensibles (porque carecen de
significación subjetiva) y que por lo tanto no son materia inmediata de la
sociología, no debeo ser, a causa de eso, desandados en el estudio de 3a vida
social, aunque se les estudie con otros métodos. En otras palabras, la
atención de ]a sociología debe enfocarse sobre la acción social que tiene
significación subjetiva (o por lo menos significación media o hipotética),

B Teoría de U organización social y económica, p. 99.


MAX WEBER 225

mientras que las circunstancias objetivas o psicológicas que influyen en la


acción social son periféricas, aunque a veces importantes, para esa disciplina.

El tipo ideal o puro: Sn naturaleza y aplicaciones

El estudio de la acción social, como Weber lo concebía, requiete el método


de] tipo ideaí o puro, Gumo esta última palabra aparece sólo en Economía y
sociedad, la expresión "tipo ideal" aparece más comúnmente asociada con el
nombre de Weber. Pero "tipo puro" es quizás la denominación más
adecuada, ya que señala más claramente el sentido que da Weber a este
roncepco metodológico. (Hay que aclarar que Weber no se atribuyó Ja
invención del tipo ideal o puro; más bien trató de hacer explícito un
procedimiento comúnmente empleado en el estudio científico.)
El tipo ideal o puro es una construcción mental. Está formado por la
exageración o acentuación de uno o más rasgos o aspectos observables en la
realidad. El tipo así construido puede llamarse ideal porque existe como una
idea. Según Weber, rara vez, o quizás nunca, pueden encontrarse en la vida
misma fenómenos que correspondan exactamente al tipo mentalmente
construido. Pero el tipo también puede ser llamado puro en el mismo
sentido en que un químico designa asi un elemento después de haberlo
desembarazado de los materiales con que está combinado en el estado
natural que precede al análisis. Un tipo ideal o puro difiere de un promedio
estadístico, el cual, sin duda alguna, es un instrumento esencial para el
análisis social, como hemos visto, aunque para fines diferentes.
El tipo ideal no es una hipótesis. Es un instrumento para eí análisis de
acontecimientos o situaciones históricos concretos. Dicho análisis requiere
conceptos que estén precisa e inequívocamente definidos, normas que
puedan encontrarse con los tipos ideales. Un tipo ideal es un concepto límite
con el que se comparan las situaciones dei la vida o las acciones cu el proceso
de la investigación. Cuando se estudia de esa manera la realidad concreta
—dice Weber—, se hace posible establecer relaciones causales entre sus
elementos.
Economía y sociedad, de Weber, nos proporciona un ejemplo fre-
cuentemente citado de su uso del tipo social y nos descubre también las
dificultades de este procedimiento. Weber formula un tipo puro de acción
racional (cuyo carácter se estudia más abajo) y sostiene que para los fines de
un análisis tipológico científico es posible tratar
226 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

la conducta no racional y la racional como desviaciones del tipo racional


ideal. De ese modo, el sociólogo está capacitado para estudiar los modos en
que la conducta humana real es influida por elementos irracionales y no
racionales. Este método —concluye Weber— no implica que la conducta
racional predomine en la vida social.
Pero este procedimiento encuentra grandes dificultades, que se revelan en
la. cuádruple clasificación que Weber hace de ía acción social, basada en
cada caso sobre el modo de orientación de la conducta. Así, dos clases de
acción son racionales; una hace uso de medios apropiados para la.
consecución de fines racionalmente elegidos, y la otra utiliza medios
análogos para realizar "valores absolutos", como son los fines religiosos y
éticos. Las otras dos clases de acción son las de los tipos tradicional y
afectivo antes mencionados. Ahora bien, si el tipo ideal en este caso es una
construcción que descansa sobre los cimientos de la acción racional, ¿cómo
es posible construir tipos ideales de acción artacionat o irracional? Esta
dificultad o inconsecuencia no la resuelve la interpretación de Weber.
Weber hace uso frecuente del procedimiento del tipo ideal o puro en sus
escritos sociológicos. En el proceso, su sociología, que el quería centrar en
torno dd concepto de acción social, que Implica una significación subjetiva,
se convirtió en gran medida en un estudio de tipos de conducta humana
hallados en circunstancias medías o hasta hipotéticas.
Economía y sociedad es en proporción considerable un intento para
construir un sistema de tipos ideales. Sus definiciones son, por así decirlo,
"impuestas" por el autor:9 las formula más o menos dogmáticamente y
después las explica atributo por atributo, en ocasiones con largas y
detalladas descripciones de situaciones históricas concretas que supone ser
ejemplos que ilustran la definición. Weber no construye sus tipos por medio
de un proceso inductivo rígido; más bien deriva sus rasgos característicos
por inducción poco rigurosa basada en extensos estudios de materiales
apropiados y, a lo que parece, selecciona intuitivamente los rasgos que han
de ser incluidos en sus tipos ideales.
Entre las numerosas definiciones de Weber acerca de tipos idea-íes se
citan con frecuencia las siguientes:1" Relación social, concepto
5 O. "Dcíiiiiriütis ia (he Social Scicncfi" ("La definiciones en las ciencia» sociales"), por N. 5.
Timasbeff, cu The American Jooinal of Sochlogy, 53, 206-208.
10 En albinos los deíiniciunes han si Ja un tan cu simplificadas y imducidas
de un nsuuu que difiere Jel que aparece en La teoría de ia organización social y económica.
MAX WEBER 227

lógicamente cercano al de acción social, es la conducta de una pluralidad de


actores en cuanto, en su contenido significativo, la acción de cada uno de
ellos tiene en. cuenta las de los otros. Un grupo organizado es una relación
social en la medida en que individuos específicos ejecutan regularmente la
función de imponer orden, en el grupo. Un grupo organizado cuyo orden de
gobierno se interesa en principio por ía. validez territorial es un grupo
territoñalniente organizado. Un grupo organizado cuyos miembros están, por
virtud de su pertenencia al grupo, sujetos al ejercicio legítimo de un control
imperativQ.es un grupo mperativamente coordinado. Un grupo imperad v amen
re coordinado es un grupo político si su cuerpo administrativo mantiene el
orden dentro de una zona territorial dada por ía aplicación y la amenaza de
la fuerza física. Un grupo político es un estado _si.su.cuerpo administrativo
ejerce con éxito el monopolio del uso legítimo de la fuerza física para hacer
cumplir sus órdenes. Es ésta una serie de conceptos en que la extensión de
cada concepto sucesivo es limitada por la adición de uno o más rasgos no
contenidos en la definición del concepto precedente. La única excepción a
este procedimiento se encuentra en la definición del grupo organizado, que
se limita en dos direcciones para convertirse ya en un grupo territorial, ya en
un grupo imperativamente coordinado. Cuando un grupo organizado es a la
vez territorial e imperativamente organk zado, es un grupo político, cuyo
ejemplo típico es el Estado.
Las definiciones de algunos de Jos tipos ideales que acabamos de
reproducir contienen a veces atributos que son definidos indepen-
dientemente, con frecuencia como tipos ideales adicionales. De esta suerte,
un subtipo del grupo organizado es definido por la adición del atributo del
control imperativo. Éste, a su vez, es definido como la probabilidad de que una
orden específica será obedecida por un grupo específico de personas. En
relación con esto, afirma Weber que cada grupo organizado dotado de
control imperativo intenta fundamentar y cultivar la creencia en su
legitimidad.
Uno de los ejemplos más famosos del procedimiento del tipo ideal es la
descripción que hace Weber de tres tipos de autoridad legítima, cada uno de
¡os cuales descansa en un modo diferente de profundada en la creencia en
reglas o normas impersonales y en el tender la legitimidad. Así, hay una
autoridad sobre bases racionales, derecho a mandar de los individuos que
adquieren autoridad de acuerdo con dichas reglas; este tipo racional legal es
aproximadamente el de la sociedad occidental contemporánea. La autoridad
tradicional
223 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

se basa en la creencia en la santidad de las tradiciones y en la legitimidad de


la posición de quienes poseen autoridad de acuerdo con Ja tradición, como
en el caso de las monarquías consagradas. Finalmente, la autoridad
carismút&a descansa sobre la devoción a la específica y excepcional santidad,
heroísmo o carácter ejemplar de una persona y de los modelos u órdenes
mormativos revelados u ordenados por él;u ejemplos de este tipo son jefes
carismáticos tales como Gandhi y tíitler. Estos tres tipos ideales con roda
verosimilitud no agotan las posibilidades de tipos de autoridad legítima,
probabilidad que Weber reconocía. Su intención aquí, como en otras oca-
siones, es formular de un modo conceptual mente preciso algunos tipos
sociológicamente importantes. Debe recordarse, además, que estos tipos
puros de autoridad son construcciones abstractas; los sistemas concretos de
autoridad política incorporan dos o más elementos de los tres tipos. {Así, la
autoridad política en ios Estados Unidos, aunque predominantemente
racional legal, en ocasiones revela rasgos carismáticos y, especialmente en
los mecanismos políticos consagrados, presenta huellas de elementos
tradicionales.)
La mayor parte de los tipos ideales de Weber no se refieren directamente a
acciones, sino a colectividades sociales (expresión que él prefería a la de
grupo social). Esto puede parecer que constituye una desviación del
concepto de la sociología que la considera pri-mordiaimente interesada en
las acciones sociales. Sin embargo, la relación social, el tipo ideal que forma la
base de la pirámide de tipos estudiados más arriba y de otros muchos, es
definida por Weber como la probabilidad de que tendrá lugar cieno curso de
acción social. Esta definición conducrista se relaciona con el hecho de que
Weber conocía muy bien el peligro de ia "sustancialización" de las rclacio*
nes sociales y de todos los tipos de grupos sociales. "Tin Estado, por ejemplo,
^lejajle,existir en un sentido propiamente sociológico cuando ya no hay
ninguna probabilidad de que cierras clases de acciones sociales
significativamenre orientadas puedan rener lugar".' 2 Weber insiste en qiat. la
acción...sólo existe como conducta de uuQ_o_raág seres humanos
individuales, y las colectividades sociales deben ser tratadas únicamente
como resultantes y modos de organización de actos ejecutados por
individuos. Para la sociología, conceptos como Estado, asociación,
parentesco y ocres análogos designan caregorías de interacción humana. De
ahí que sea tarea de ía sociología reducir

U L¿ teoría d g h organización lociol y económica, p. 328. 12 Ihid., p, 118.


MAX WEBER 229
F

esos conceptos a las acciones comprensibles de los individuos participantes.


Esta actitud se acerca mucho al nominalismo sociológico extremo, lo
contrario al realismo sociológico de Durkheim que examinamos en el
capitulo 9'

Probabilidad

Hay otro aspecto de las definiciones de Weber que requiere atención: su


frecuente uso del concepto de contingencia o probabilidad. Para Weber una
explicación causal es esencialmente el enunciado de la probabilidad de que
las cosas ocurrirán de determinada manera. El concepto de .probabiiM^.
comp_ hemos visco, va implícito en Indefiniciones de xekdóa socíaL
de.grupo organizado y de cp¡j_-. rrojjmperawvo. También aparece en otras
varias definiciones, entre ellas dos frecuentemente reproducidas (en
ocasiones sin referencia a Ja fuente): la de convención (muy parecida a Ta de
costumbre de Sumner) y la de ley. Convención es la probabilidad de que la des-
viación de la norma social tendrá por consecuencia una reacción de
desaprobación relativamente general y prácticamente importante, en tanto
que ley es la probabilidad de que la desviación del código lega] encontrará la
sanción física o psíquica aplicada por un grupo especialmente facultado para
realizar esa fundón. La definición que Weber da de dascr para citar un
ejemplo de un campo muy diferente, también subraya el concepto de
probabilidad: "Podemos hablar de 'clase' 1 ) cuando un numero de personas
tienen en común un componente causal específico de las posibilidades de su
vida, en la medida en que 2) ese componente esté representado exclusiva-
mente por intereses económicos en la posesión de bienes y de Oportunidades
de ingresos, y 3) esté representado en las condiciones de los mercados de
mercancías o de mano de obra".18
La importancia que Weber concede a la probabilidad, tal como la revelan
estos ejemplos y otras partes de sus escritos, y a pesar del "idealismo" que
impregna su obra, ha contribuido a llamar la atención de los sociólogos
norteamericanos empírica y estadísticamente orientados hacia la teoría de
Weber, porque sus definiciones, en sn referencia a fas probabilidades ¡le la
conducta, son "operativas" y pueden aplicarse a las operaciones de la
investigación empírica.14

1P From M MJÍ ll ■ Eutys in Sociologt (Ensayoi loñolcgitos de Max VPebpr), (traducido* r crudos
por H. H. Gerth y C. V- Milla), Nueva York. Oiíord Uni-versiiy Press, 1946, p. Lfil.
M Q f . "OperationjL Dcfinítions in Scriologv" ("Definiciones operativas ea Soria-
230 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

Sociología de Weber: Ett los principios y en ia práctica

¿Qué concepto tenía Weber de Ja sociología? La respuesta a esta prcgunra


lleva implícitas Jas dificultades que examinamos en las primeras pactes de
este capítulo. Por una parte, Weber empezó su tratado final definiendo la
sociología como una "ciencia que intenta la comprensión interpretativa de la
acción social para llegar por ese medio a una explicación causal de su curso y
efectos".15 Añade que la rarea especifica de la sociología es la interpretación
de la acción atendiendo a su sentido subjetivo, y que dicha disciplina debe
enfocar su atención sobre los fenómenos subjetivamente comprensibles. Por
otra parte, sostiene Weber que la función especifica de la sociología es la
comprensión de individuos típicamente diferenciados, y que debe rrarar de
formular conceptos de tipo y generalizaciones de procesos empíricos.
El primer enunciado, si se mantiene consecuentemente, parecería hacer de
la sociología una rama de la psicología. Pero el segundo concepto exige el
desarrollo de una tipología de las acciones significativamente orientadas
completada por la exploración de "procesos comprensibles" que afectan a la
conducta. La obra concreta de Weber escuvo mas de acuerdo con la segunda
concepción de la sociología que con la primera.
Sean cualesquiera las inconsecuencias existentes en las definiciones
formales de Weber acerca de la sociología (las cuales no consideró
"definitivas" de ningún modo), sus investigaciones en diversos campos
concretos han tenido influjo duradero sobre la sociología y otras ciencias
sociales. Ya nos hemos referido a sus estudios comparativos sobre la
religión, incluido su tratamiento de las interconexiones entre el
protestantismo y el capitalismo, y a su análisis de ía autoridad política. Otras
tres materias por lo menos —historia económica, estratificación social y
burocracia— han sido iluminadas por ia actividad investigadora y teórica de
Weber (aunque su trabajo en esos campos quedó sin terminar). Su General
Economic History,1* basada en notas de estudiantes de su última serie de
conferencias, circula en inglés desde 1927, peto ni hace justicia a Jas extensas
investigaciones de Weber ni tiene especial interés sociológico. Pero sus
escritos sobre las clases y la posición social —fenómenos que diferencia
claramen-
lojfa1), por II AJpcri. en American Socinlogicai Rtvitttt, val. 3, núm. 6 (diciembre. 1930). tap. p.
861.
16 La teoría it la organización tocia! y económica, p. 88-
i41 Traducida poi F. H. Knighr de Wirschafssgeichichis (Landre*. Gcorge Alien and Uwia,
Ltd., 1927).
MAX WEIBFR 231

te— y las relaciones entre ellas son ampliamente leídos hoy en los Estados
Unidos, particularmente desde la publicación en 1946 de From Max Weber:
Essays in Sociology (traducidos por Hans Gerth y C. Wright Mills), y en 1947
de TheTheory o f Soe'ud and Economic Qtganizdüon (traducción de A. M.
Henderson y Talcott Parsons). El primero de estos libros contiene también
una gran parte del estudio sistemático de Weber sobre la burocracia. La
burocracia, con sus formulismos, su jerarquía y su estandarización, es un
modo de organización social especialmente adecuado para Ja economía del
dinero y la racionalidad del mundo moderno, como señala Weber. No con-
finada a las esferas política y económica n¡ a las sociedades "capitalistas", la
burocracia, "la. más grande de las invenciones sociales" del hombre, ha
llamado inevitablemente la atención de muchos investigadores sociales. Es
un tributo rendido a la obra iniciadora de Weber el que su análisis de la
burocracia siga siendo una guía teórica en este campo.

Resumen y crítica
*

La sociología de Max Weber es tan diferente de otros sistemas sociológicos,


que no es fácil sacar de elJa respuestas a las preguntas básicas que hemos
elegido como guías en nuestro estudio del desarrollo de la teoría social.
Aunque no definió nunca la sociedad, puede inferirse que la consideraba
como un complejo de ¿nterrelaciones humanas caracterizadas por la
conducta significativa de una pluralidad de actores. Hizo penetrantes
estudios de lo que hoy llamamos cultura, pero no la definió. Deseaba evitar
la "susmncializadóil", es decir, la atribución de existencia concreta a
construcciones mentales como los tipos ideales: en este respecto sus
opiniones cuentan con la simpatía de los neo-positivistas norteamericanos.
Para Weber, el elemento fundamental de la investigación sociológica es la
"acción social típica", o aun el individuo aislado, a quien él llamó unidad
básica o átomo de la sociedad. El problema de las relaciones entre el
individuo y la sociedad no se le planteó a Weber, ya que concebía la
sociedad, en ultimo análisis, como la probabilidad de acciones humanas
especificadas.
De manera consecuente y convincente negó Weber k existencia de un solo
factor determinante de la sociedad o del cambio social; peto el carácter
subjetivo de su sociología, con su insistencia sobre la acción racional, lo
inclinaba a destacar el papel de las ideas en Ta vida social.
232 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

Gomo hemos visro, Weber, definió la sociología ambiguamente, ya como


el estudio de la acción social en su significación subjetiva, ya como el estudio
de la acción social típica. En la práctica, él trabajó de acuerdo con la segunda
definición, empleando el método del tipo ideal o puro. También señaló el
procedimiento de Ja verstehen, o incernizaerón por el observador de las
acciones de sus prójimos.
A Max Weber se le considera justificadamente uno de los mayores
sociólogos del siglo XX por las siguientes razones. Primera y más importante:
su obra proporciona ejemplos magníficos del tipo de estudio laborioso sobre
situaciones y procesos sociales concretos que deben constituir la base de toda
teoría sociológica adecuada. La riqueza de material contenida en sus escritos
podrán explotarla generaciones de futuros sociólogos. Segunda: como en el
caso de Durkheim, contribuyó a aclarar el importante papel de los valores en
la vida social, al mismo tiempo que subrayaba la necesidad de mantener a la
ciencia social libre de valores. Tercera: demostró que puede conseguirse
mucho empleando el procedimiento del tipo ideal en la ciencia social. Fi-
nalmente: contribuyó enormemente a la comprensión de la causación social
y de su inseparabilidad del problema de la significación en los asuntos
humanos.
Ya hemos criticado ciertos aspectos de la obra de Weber. Su tendencia a
explicar la realidad social por la motivación individual borró la linea
divisoria entre la sociología y la psicología. Una idea que parece haber
modificado hacia el fin de su vida es la de la insuperable variabilidad de los
sistemas de valores y Ja consiguiente imposibilidad de construir un sistema
sociológico de validez general. En contraste con este punto de vista, puede
sostenerse que /iay valores universal-mente válidos, por una parte, y, por
otra, que la variabilidad social y cultural puede estudiarse de una manera
general izad ora,
A pesar de la importancia de su obra, Weber no dejó una "escuela" de
discípulos. Esto puede atribuirse en parte a que su mala salud le impidió
una actividad docente normal en instituciones de enseñanza superior, y en
parte a que la obra de la madurez de Weber fue publicada (postumamente)
en una Alemania mirada con recelo especialmente en el campo de las ideas
sociales. La ausencia de una escuda weberiana puede reflejar también el
hecho de que nunca le importó formarla al mismo Weber. De acuerdo con
las normas de la ciencia y la sabiduría, buscó la verdad y no secuaces.
Pero Weber cuenca con alguien parecido a un prosélito entre los
sociólogos norteamericanos: Parsons, de la Universidad de Harvard.
MAX WEBER 233

Parsons ha traducido al inglés algunas de las obras de Weber, entre ellas The
Protestant Ethic and the Spkit o f Capitalista y The Theory o f Social and Economk
Organizaron (primera parte de Economía y sociedad de Weber), y así lia hecho
esas aportaciones más asequibles a los estudiosos angloamericanos. (Han
aparecido también otras traducciones en los años recientes, de suerte que las
ideas de Weber ya no son tin misterio que puedan penetrar únicamente
quienes dominan el alemán.) Además, Parsons ha publicado notables
interpretaciones de la obra de Weber,17 que ha influido grandemente en sus
propias aportaciones teóricas, como veremos en el capitulo 1.8.
El disponer de traducciones de obras de Weber, el importante lugar que
investigadores europeos, especialmente alemanes, ocupan en Jos círculos
intelectuales y académicos norteamericanos desde hace algunos años, la
influencia de Parsons y de sus discípulos (algunos de los cuales se cuentan
ahora entre las principales figuras de la sociología norteamericana), y, cosa
aun más importante, los progresos en la investigación y en la teoría
realizados en los Estados Unidos desde fines del decenio de los 1930, han
convergido para dar a la sociología de Max Weber una posición, hoy
prominente en este país.

CONCLUSIÓN DE LA CUARTA PARTE

Los sociólogos de principios del siglo XX fueron en un aspecto importante


menos afortunados que los de la generación precedente. Estos últimos
habían compartido una serie de proposiciones que consideraban científicas y
que dieron considerable unidad a los conocimientos poseídos y orientación
para las investigaciones ulteriores, a saber, la teoría de la evolución. Debe
recordarse que el evolucionismo fue no sólo una teoría del cambio social,
Sino que proporcionaba también un punto de vista para el estudio de la
"estática" social, ya que, por referencia a la evolución, parecían recibir
sentido científico todos los aspectos de la estructura social.
A principios del siglo xx, como hemos visto, la teoría evolucionista se
derrumbó. Este colapso no carecía de precedentes en la historia del
pensamiento sociológico. Pero, en el campo social, era desacostumbrado que
un punto de vista general fuera abandonado a causa de hallarse en
discrepancia con las pruebas directas y no por la victoriosa competencia de
otra teoría general no comprobada. Una con-

17 Vcue ta pafiiijIaE The Str*ci*r* if Social Aciion (La Mm#M A> U acción itrcial). Paire III,
Kiuvi Ygik, McGfew-Kill Book Co.p Inc.p 1937.
234 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

secuencia de esc estado de cosas fue que, por primera vez desde su nacimiento
k sociología careció de una orientación teórica general. Pero los sociólogos de
aquel período empezaron a trabajar en busca de otros tipos de teoría. Los
esfuerzos más importantes en esta dirección revelan dos líneas comunes de
ideas.
En primer lugar, muchos sociólogos se esforzaron en construir su teoría
sobre una base empírica más sólida que la que habían tenido sus antecesores.
Esperaban construir la teoría de una manera auténticamente científica. De los
sociólogos de aquel tiempo, Pareto fue el más explícito en este respecto: según
él, la sociología, como toda ciencia, debe tener sus raíces en la observación y en
la inferencia lógica a base de la observación. De maneta análoga, Thomas
señaló 3a necesidad de emplear en sociología las categorías intelectuales que se
emplean en las ciencias naturales: insistió en sus primeras obras en la
búsqueda de relaciones causales, pero este punto de vista cedió el lugar en sus
últimos escritos a la determinación de probabilidades. La importancia de la
probabilidad impregna también la obra de Max Weber.
Esta posición central fue flanqueada, de un lado, por el neo-posi-cívísmo
naciente, que destacó los métodos cuantitativos, y en especial los estadísticos, e
hizo de su uso condición sine qua non de la verdadera ciencia; y del otro, por Ja
opinión de Max Weber según la cual Ja diferencia entre las ciencias naturales y
las humanas hace imperativo para el conocimiento de los fenómenos sociales el
empleo de métodos especiales, además de los propios de la ciencia natural.
Hay que advertir que ese interés por hacer científica la sociología
no fue compartido por un famoso escritor de ese tiempo: pswald
Spengler. Aunque Spengler no fue sociólogo. La decadencia de Occi-
dente (1917 - 2 1 ) ejerció gran influencia en ciertos medios de Europa
y de los Estados Unidos y es una obra sociológicamente importante.
(Sus principales conclusiones se exponen brevemente en el capítu-
lo 20,) En ella, Spengler, yendo mucho más allá de la distinción
característicamente alemana entre las ciencias naturales y las ciencias
sociales, niega la posibilidad de una ciencia de la sociedad y de la
cultura y afirma que el concepto de causalidad es inaplicable a los
acontecimientos del mundo social. Pero tas opiniones pesimistas de
Spengler no representaban a los sociólogos, quienes se movían en la
dirección de una ciencia empírica del hombre y de su vida de grupo _________ .
La segunda manifestación importante de este período fue la creencia,
compartida por la mayor parte de sus representantes, de que ía
MAX WEBER 235

teoría sociológica debiera basarse necesariamente en el estudio de Ja


participación del individuo en la vida social. Esta convicción inclinó a
muchos sociólogos a aceptar la psicología como base de la socio-logia, en vez
de Ja física o la biología del periodo precedente. Pero no fueron las figuras de
principios del siglo XJ£ las que iniciaron la tendencia psicológica en
sociología. Se recordará que el período anterior había dado nacimiento al
evolucionismo psicológico de Ward y de Giddings y a la teoría de Tarde, que
reducía ef proceso social a invención e imitación, consideradas
principalmente en el plano de Ja acción individual.
La mayor dificultad que encontraron sus sucesores del siglo xx fue la
ausencia de una teoría psicológica comúnmente aceptada, situación que aún
prevalece. Por consiguiente, cada intento para formular una teoría social
general pudo basarse en una teoría psicológica diferente. Mientras los
neo-positivistas adoptaban el behaviorismo y rechazaban la introspección,
Cooley escribía en el estilo de la psicología de "sentido común" centrada en la
introspección. La psicología de Pareto estaba a medio camino entre el
instintivismo y la naciente teoría de la conducta aprendida, con la que él, en
el mejor caso, sólo superficialmente estuvo familiarizado. Thomas fluctuó
entre un behaviorismo mitigado, la teoría psicoanalítica (que acabó por re-
chazar) y una psicología de Ja situación que subrayaba la determinación de la
conducta humana por circunstancias objetivas, entre ellas las normas y los
valores implícitos en la cultura y en la historia de la vida personal del
individuo. Max Weber negó que su teoría fuera psicológica, y sostenía que la
sociología debía interesarse por el mundo de las ideas o significaciones; pero,
como hemos dicho, tenía presente Ja experiencia real o hipotética de los
individuos relativa a significaciones. PuedgjjerirsejjHies, que la teoría de
Weber es esencialmente psicológica, y que destaca de un modo especial los
elementos racío; nales de Ta conducta. Por el contrario, Pareto destacaba los
aspectos alógicos o irracionales de la conducta humana.
La aceptación de estas dos ideas directivas; qúe la sociología debe ser una
ciencia empírica y que debe formular una teoría de la acción humana en
sociedad, no constituye por sí misma una teoría sociológica general. Sin
embargo, Tas principales figuras de ese tiempo asentaron sobre esas bases
algunos sillares del edificio de esa teoría.
Quizás la aportación más importante fue el teorema de Pareto según el
cual ía sociedad es un sistema, un conjunto formado por partes
interdependientes y caracterizado por fuerzas internas que tienden a
236 BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA
i
restablecer el equilibrio levemente perturbado. En lenguaje menos preciso
dijo lo mismo Cooley, iniciador del punto de vista orgánico (no organicista)
en el estudio de la sociedad. Pero estos autores enunciaron la
interdependencia y la integración del sistema social, pero no las exploraron.
Dejaron el estudio concreto a la generación siguiente de sociólogos, algunos
de ios cuales crearon una "escuela funcional", y uno, Soroldu, formuló una
teoría de la integración socio-cultural. (Véanse capítulos 17 y 18.)
Otra aportación importante fue el rapproch&ment de la sociología y la
etnología, o, más exactamente, la aplicación del método etnológico de
investigación al estudio de la sociedad moderna. Este método fue empleado
por Thomas, quien fue asimismo uno de Jos primeros sociólogos que
comprendieron la fundamental importancia de ia cultura en la determinación
de la conducta humana.
Finalmente, se formularon o redescubrieron muchos conceptos so-
ciológicos valiosos. Cooley, por ejemplo, especificó la naturaleza de los
grupos primarios, concepto que se ha convertido en parte normal de la
sociología contemporánea, así como numerosos conceptos relativos a la
formación de Ja personalidad que han influido mucho en la psicología social
moderna. Thomas y Znanieckí aclararon el significado de la organización y la
desorganización sociales y personales y dieron definiciones precisas de los
conceptos de actitud y valor. Aunque en sentido un tanto diferente, los
valores fueron también destacados por Max Weber y por Durkheim en sus
últimas obras (correspondientes cronológicamente al período que
examinamos).
Se hicieron _jgjportantes_ progresos metodológicos. Como hemos
advertido más arriba, el neo-positivismo y Max Weber asignaron res-
pectivamente un papel predominante o por lo menos importante en
sociología al método estadística Thomas (influido por el Dr. William Healy)1
puso en primera línea ei método del estudio de casos particulares, reviviendo
asi una idea de Le Play. ^laxWeber demostró Erro! A referência de hiperlink
não é válida. emgdear el método semi-qxperimentij yTosectmdó Thomas,
cuya defensa del uso de grupos de control en la investigación social se basaba
en consideraciones lógicas análogas. Por otra parte, Ma£. Weber sugirió el
método un tanto discutible del experimento mental e hizo explícita la
operación llamada verstehen, que puede propor-

1 Individual Delinquen!; A Textbaok of Diégtoiii and Prognoiit (El delincuente


indi-vid'U BI '; texlv de diagnúttico y pronoaicn), par el Dr. W\ Hcnly (Boslon, Líítle Drowti and Cu..
1915), es considerado comúnmente como el primer libio üorKímtikano basado en el método de
estudio do casos panícula res.
MAX WEBER 237

donar una respuesta a esta difícil pregunta: ¿En qué condiciones puede
consideratsc como una proposición sociológica válida una generalización
estadística? Wgber hizo también explícito un procedimiento cqmúr.inente
empleado por los historiadores y Jos investigadores sociales, consistente en
utilizar tipos ideales o puros (método que había sido anticipado por Comte).
Por último, Thomas y Znaniecki, en su fundamental estudio sobre El
campesino polaco, hicieron uso en escala sin precedentes de documentos
humanos, entre ellos autobiografías, cartas, informes sobre hechos,
estimulando el empleo de esos materiales en la investigación social.
Volviendo ía vista atrás, podemos ver cierta unidad en los esfuerzos de las
sociólogos de comienzos del siglo xxp dirigidos a l^A creación de una teoría
general de la sociedad. Pero esa unidad parciajl.' procedía de la analogía de las
circunstancias, especialmente del anv , bientc científico común a esos
investigadores, y np.de esfuerzos deliberadamente concertados. En realidad,
esos esfuerzos para formulac una teoría sociológica tuvieron entre sí tan pocas
relaciones como Ipj ¡l£_los. primeros iniciadores de la disciplina. Por de pronto,
aun la influencia de las importantes obras examinadas en esta parte de nuestro
estudio se limitó en gran parte a Tos países de origen. Una de las razones de Ta
falta de contacto entre los principales sociólogos de aquel período, fue Ja
violenta ruptura del mundo de la ciencia operada por Ja catástrofe de la
primera Guerra Mundial, No sólo barreras técnicas, que fueron sólo
temporales, sino obstáculos emocionales impidieron la amplia circulación de
las ideas a través del mundo occidental, tan común hasta 1914. Además, lo*
apremiantes problemas planteados por la guerra y sus consecuencias apartaron
la atención de las cuestiones teóricas para concentrarla sobre materias
concretas. Sólo en íos tiempos más recientes, a partir de 1930, ha empezado a
difundirse la opinión de que es de la mayor importancia práctica la teoría
sistemática y comprobada.
Es un gran tributo rendido a los gigantes de ]a primera parte deT, este siglo
—Cooley y Thomas, Pateco y Weber (y Durkheim, aunque de una etapa
anterior de la actividad sociológica)—- el que muchos de sus enunciados
orienten hoy el trabajo sociológico. Independientes unos de otros en su tiempo,
esos autores se acercan entre sí en las convergencias del tiempo presente.
Estudiaremos esas convergencias en la quinta parte de este libro.
QUINTA PARTE

CONVERGENCIA DE LAS TEORIAS SOCIOLÓGICAS EN LA ÉPOCA


CONTEMPORÁNEA
-
CAPÍTULO 1 5 NEO-POSITIVISMO

Desde principios del segundo cuarto del siglo xx la sociología ha progresado


rápidamente tatito en los Estados Unidos como en la Europa, occidental.
Algunas de las tendencias aparecidas con anterioridad alcanzaron la
madurez. Este es el caso de Ja escuela neo-pos ¡ti vista, que había sido
anticipada en la última obra de Giddings, como vimos en el capítulo 1 1 ; de
la sociología analítica, que se había originado a fines del siglo xix, según
expusimos en los capítulos 8 y 9, f había adquirido importancia en las obras
ele los más destacados sociólogos de comienzos del siglo xx, cuyas opiniones
presentamos en los capítulos 12, 1 3 y 14; y de la sociología histórica, que se
remonta a Comte, Spencer y Danilcvski, estudiados en los capítulos 2, 3 y 4,y
que a principios de nuestra siglo gozó de cierta boga a través de la obra de
Spengler, a la que nos hemos referido en la conclusión de la cuarta parte de
este volumen.
A esas antiguas tendencias se añadieron en los últimos decenios algunas
orientaciones nuevas en el campo de ía investigación y de la teoría; entre
ellas son las más importantes la ecológica, !a socíomá-trica, la funcional, la
institucional y Ta fenómeno lógica. Las corrientes ecológica y soriométrica
pueden considerarse como modificaciones, quizás como especificaciones, de
la escuela neo-positivista. El funcionalismo ha sido tomado en gran parte de
la antropología cultural, pero puede presentar su ascendencia sociológica en
las obras de Durkheim y de Thomas (véanse capítulos 9 y 12). Las escuelas
institucional y fenomcnológíca. se parecen en que creen que la sociología
debe basarse sobre fundamentos filosóficos definidos; pueden descubrirse
sus comienzos en los primeros periodos, pero sólo en el segundo cuarto del
siglo XX han llegado a ser miembros importantes de la familia de tendencias
que constituyen la teoría sociológica.
Hay, además, en los tiempos más recientes de Ta actividad sociológica,
supervivencias de diversas tendencias que habían florecido en periodos
anteriores, pero que después habían decaído. Entre ellas debemos mencionar
el evolucionismo moribundo, el falso determi-nismo económico, el
contumaz monismo geográfico, y Ta estéril tendencia "formal", desdichada
renovación de la prometedora actitud de Simmel respecto de la sociología
analítica (expuesta en eí capitulo S).
244 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

Así, pues, la teoría sociológica parece estar más dividida que nunca, y en
ciertos respectos ésa es la verdad; pero las relaciones entre las diversas
tendencias ya no son las mismas que a fines del siglo xix. Se lian acumulado
gradualmente conocimientos efectivos sobre la realidad social y cultural.
Además, ha sido aceptado un número considerable de inferencias y
generalizaciones, y las emplean en la investigación la mayor parte de los
sociólogos, aunque las diferencias de expresión formal muchas veces
oscurecen su acuerdo en cuanto al contenido.
No obstante, las Tendencias difieren ampliamente en lo relativo a la
elección de los métodos más útiles para obtener y ordenar conocimientos
empíricos, a los procedimientos adecuados para acrecentarlos, y a los
sistemas conceptuales que han de usarse como instrumentos de análisis,
Pero aun en esros respectos, es manifiesta la convergencia gradual de
opiniones. Comparado con los tiempos de lucha de las escudas en el último
cuarto del siglo xix, el periodo actual puede llamarse de convergencia,
aunque compitan enrre sí diferentes estructuras de referencia.
-

George A. Lundberg

Quizás eí más influyente de los neo-positivistas sea el profesor George A.


Lundberg (1895-), de Ta Universidad de Washington, donde ha enseñado
durante varios años. Lundberg ha sido miembro de varias facultades del
país, fue presidente de ía American Sociological Society en 1943 y sigue
publicando profusamente. La mayor parte de sus escritos exponen
vigorosamente sus puntos de vista "positivistas". ¿Puede salvamos la ciencia?
(1947) es una exposición popular de sus ideas; su obta más importante hasta
la fecha es Foundatsons a f Sociology (Fundamentos de sociología. 1939).
Para Lundberg, toda ciencia, social o no, es esencia ínicn te una
adaptación técnica. Toda investigación empieza con una tensión o des-
equilibrio de cierto tipo que experimenta el organismo investigador. Es ésta
una opinión que está de acuerdo con el espiritu del behaviorismo, puesto
que evita toda referencia a hechos mentales. Además, toda adaptación en ia
vida humana se aproxima a una situación de equilibrio (o de probabilidad
máxima), que es el estado de cosas normal. Esta concepción parece estar de
acuerdo con la teoría de la ciencia natural contemporánea, por ejemplo, con
la bioquímica.
Lundberg describe en los términos que siguen la "adaptación" par
NEO-POSITIVISMO 245

ticuíar que forma las ciencias sociales, incluida. Ia sociología. Todos los
fenómenos de interés científico consisten en transformaciones de energía
(movimiento) en el cosmos físico. Todo "movimiento" se realiza en el tiempo
en un "campo de fuerza", este último constituido por el segmento del
universo que, para fines de estudio, encuentra uno conveniente o apropiado
definir como situación. Esta formulación está de acuerdo con la filosofía
pragmática característicamente norteamericana, mientras que el concepto de
"campo", cuando se le aplica a fenómenos sociales, es análogo a la "situación
total" de la obra de Thomas. Los movimientos (conductas) de los hombres
—prosigue Lundberg— que determinan su posición en las situaciones
sociales forman el contenido de las ciencias sociales. IA sociología —con-
cluye—■ se diferencia de las otras ciencias sociales de acuerdo con la
fórmula de Sorokin, que hemos esbozado en el capítulo 1 .
La conducta recíproca o ¡nterdependiente entre cualquier número de
componentes (entre ellos, los hombres) de una situación —dice Lundberg—
es interacción. La mayor parte de la interacción humana implica la creación y
uso de símbolos, y se llama comunicación. Los dos tipos fundamentales de
comunicación son la asociación y la disociación, distinción que recuerda la
teoría de Simmel y de su escuela. Los dos tipos fundamentales de
comunicación denotan movimiento de aproximación a una posición o de
alejamiento de ella, y son análogos a la atracción y la repulsión entre las
patriadas de un átomo.
Puede verse, pues, que el punto de vista de Lundberg respecto de la teoría
sociológica se basa en una doble analogía; con el principio bioquímico del
restablecimiento del equilibrio y con la teoría física subatómica. Esta actirud
es expresión de la tendencia de ciertos neo-positivistas (y también de otros
muchos autores), muy a la manera de Spencer, a adoptar como modelos las
teorías en boga de las ciencias naturales.
Las tres raíces históricas del neo-positivismo, que examinamos en el
capítulo I I , están marcadamente manifiestas en la obra de Lundberg. Ya nos
hemos referido a dos de ellas, el behaviorismo y el pragmatismo. La tercera,
como veremos más abajo, toma la forma de operacionalismo, pero concede
importancia especial al cuantitativismo.
En uno de sus primeros trabajos (1936) escribió Lundberg que la
generalización científica es siempre y necesariamente cuantitativa. 1 En un
trabajo posterior condena la separación que suele hacerse entre

I "QuanTiiarive MtthnJ» J H S"cjl PiyL.hology" C'LÍH ■■::■■!■. : ■,.nrii • < mu ta la


PjRología Social") ta Ameriam Smiotogiat Rwiew, val. i, p. 44.
246 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCíOLÓGTCAS

métodos de estudio cualitativos y cuantitativos.2 En su conocido libro de


texto titulado Social Research (Investigación social), dice que "es necesaria la
formulación cuantitativa para la descripción más exacta que exige la
ciencia".3 Este libro insiste en la medición de actitudes y en la construcción
de "escaías" de actitudes para dicho fin. En este respecto, niega Lundberg
que la manipulación de unidades artificiales de medida (basadas por lo
general en el acuerdo entre experros) difiera fundamentalmente de la
manipulación de unidades físicas intercambiables, y sostiene que toda
medida es "artificial". Además, su operacionalísmo mantiene que la "actitud"
(como la "inteligencia", ía "opinión", etc.) debe ser, para los' fines científicos,
definida como aquello que es medido por esos instrumentos de investigación.
Esta idea se halla en aguda oposición con las ¡le muchos sociólogos y otros
investigadores.
Las ideas de Lundberg sobre la medición fueron discutidas en tina
controversia con Paul Furfey, quien, en su artículo "Valué judgements in
Sociology", cita el hecho de que hay ciencias naturales no cuantitativas, como
la biología y la geología,* Lundberg replicó que la biología es esencialmente
cuantitativa, ya que sus generalizaciones descansan sobre numerosas
observaciones confirmadas. Contestó Furfey que la clase y el grado de
cuantíficación que Lundberg propugna en sus escritos (y que apüca su
discípulo Stuart Dodd) no es rasgo esencial de toda ciencia. En una Carta
posterior Lundberg reiteró la opinión de que las generalizaciones que
constituyen las ciencias de la biología, geología, etc., son resultado de la
observación de muchos casos y que ésta ha sido siempre su tesis
fundamental en lo que se refiere a la cuantíficación en la ciencia. Creemos
que en su crítica final Furfey demostró convincentemente que Lundberg
habla de cuan-tificación en dos sentidos diferentes: primero, la ciencia es
cuantitativa puesto que se basa en múltiples observaciones, tesis débil que
no satisface los criterios formulados por Lundberg en sus principales obras;
segundo, la ciencia es cuantitativa porque sus resultados deben expresarse
cuantitativamente, posición sólida de Lundberg. Esta manera de razonar
puede reducirse a un silogismo: puesto que toda ciencia es cuantitativa en el
primer sentido, debe ser cuantitativa en el segundo.
II"Opcr.r ■ ■ ; l > r , ■■ !■• in (he Social StifnCtf" ("Lv* definiciones operativa» m
!■ íiencUs IOCII I H ") en Tht émmkm Jovrmtt ai Sofio/ofj. »oL 47 (1942), p. 736. S Secunda
edición ( 1942), p. 24.
* Eiie imcuJo apareció en I* Ameritan Cmthoüc Sociological Rs; . - ■> junio. 1946 fvoi. 8 ) ; la
diicuiión íubi<Huienrc apareció en ibid.. octubre 1946 T marzo 1947 (ved. 9).
Nl-O-POSJTIVJSMO 247

Como hemos advertido más arriba, Lundberg considera el


cuanti-tativismo como casi inseparable del behaviorismo. Su oposición a la
introspección es franca: palabras como voluntad, sentimientos, fines, motivos
y valores —-dice— son "c! ffogísto de las ciencias sociales". Sostiene que el
canon científico de parquedad exige, por ejemplo, la formulación de un solo
principio para explicar todos los objetos que corren, crárese de una hoja
llevada por el viento o de un hombre que huye de una muchedumbre que lo
persigue.6
Merece señalarse que ía firme actitud de Lundberg en apoyo del
behaviorismo no le impide considerar el estudio de ios valores y los ideales
como tarea importante de la sociología. Define el valor funcionalmente como
aquello hacia lo cual se conducen las personas para conservarlo o para
aumentar su posesión de ello, o, negativamente, como aquello hacia lo cual
las personas reaccionan para disminuir o evitar el "valor" en cuestión. Por
otra parce, en una ocasión define las instituciones como mecanismos que los
hombres han creado para conseguir o alcanzar sus fines primarios —y aquí
vemos la intrusión del concepto probablemente acientífico de "fin"—.
Lundberg propone varios procedimientos empíricos parst estudiar los
valores y las instituciones, prefiriendo particularmente cuestionarios sobre
actitudes informados por técnicas cuantitativas.
De acuerdo con Max Weber, dice Lundberg que la ciencia como tal no
puede o no debe formular juicios de valor; los enunciados morales y los
científicos son irreductibles los unos a los otros. Y la sociología debe ser una
ciencia. Rechaza un análisis funcional de los valores que descanse sobre su
importancia para la supervivencia de los individuos o de Los grupos; peto,
de un modo más bien inconsecuente, deriva los valores "del conjunto de la
historia evolutiva y social". En su larga experiencia, "el hombre ha visto que
ciertas formas de conducta le son ventajosas en conjunto y a la larga, y que
otras conductas desventajosas desde el punto de vista de sus objetivos". Esto
se halla de acuerdo con las ideas de Sumner; pero, en contraste

6 Es ir ejemplo í I» hnjj que uu-! ■ y el hombre que huye) lo turnó LundberR


de li obra de R, M. M ' ■ M H I Y C T sciialu la diferencia cualiraríva enere la» itii-
doort fiiicai y la* sotialr*. acritud que IjinJhcifl cnn»ider« aiuicieaufka. Esia dism-
ftión, en que el ejemplo ciudo jut¿u un papel principal, ¡.n i. -u seguida consultando
Sotitly: A Trxlboai of Soci'ilugy i La ¡miedfi: ítxlo i* locioiogía), por R. M. Mst-
Nci, Nueva York, Kinrhart "■ : Gx, Inc., 1937. pp. 476-677; Fonndéiiovi o f So-
tiotogy (Fundamentos d e Sotiulogla), por G. A. Lundbccg. Nueva Ynrfc, The M«-
milljo f i i . 1939. pp. 12-14; CBUIJÍÍÓU ÍOÍÜI, por R_ M. M ..I Fondo
de Cultura F .:■.-.= ■■ . pp. 251-2; y Sociay: Am Imitoductorf Aualyiit I\J saciedad;
tjtdtist! iuiroduciorio), por R. M- Mjijvcf y G H. Nueva York. Kinebarr *nj
Co, lar.. 1949. p. 628.
248 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

con el apóstol del laissez ¡aire, Lundberg concluye: "La gran aportación de la
ciencia a ía ética consistiría en proveer al hombre de un registro y una
interpretación más fidedignos de su experiencia".5 El tercer componente de la
sociología neo-positivista de Lundberg es su insistencia en definiciones
funcionales, lo cual, como hemos visto anteriormente, esrá de acuerdo con su
epistemología pragmatista. Según este punto de vista, los fenómenos son
"objetivos" en la medida en que se ajustan a los conceptos de acuerdo,
corroboración y predicción, adoptados como criterios. Por consiguiente,
definiciones a priori de "naturaleza esencial", de "sociedad", "cultura",
"institución", etc., en opinión de Lundberg son manifestaciones de una lógica
aristotélica anticuada y científicamente inútiles. Según éL Ja pregunta
fundamental para la ciencia es: ¿Cuáles son las definiciones más "útiles" de
esos fenómenos? Esas son, según cree él, las definiciones ¡tmüonales que
especifican ios procedimientos u operaciones empleados para identificar y
medir los fenómenos estudiados. En consecuencia, para Lundberg el espacio
es lo que es medido por la regla u otros instrumentos; el tiempo, lo que es
indicado, digamos, por un reloj; la inteligencia, lo que es medido por las
pruebas de cociente intelectual.
Podemos preguntar; ¿La población humana es lo que es medido por d
censo? Por Jo demás, ¿qué son esos instrumentos estandarizados; reglas,
relojes, pruebas de "inteligencia", etc.? Esos artificios se han inventado para
medir aspectos o fases específicas de la realidad total. Pero nosotros
sostenemos que las definiciones conceptuales que conducen a esos
progresos técnicos tan útiles se forman de una manera no funcional.
No obstante, el operaciónismo moderado realiza una tarea científica
esencial al exigir que las definiciones se refieren a atributos empíricamente
verificables, trátese de cualquier dase de estudios científicos. Pero en la
forma extrema en que lo definen Londberg y Ciertos individuos de su
"escuela", el operacionismo o funcionalismo tiene por consecuencia dar una
forma tosca e incómoda a proposiciones bien conocidas y sobre las cuales ya
no se discute.
La vigorosa adhesión de Lundberg a la cuantificarion, el behaviorismo y
el funcionalismo, distingue un número impresionante de artículos, en menor
grado sus libros de texro titulados Técnica de ¡a

S "Cía Kicncc zihii ■ (¿Puede I» ticDcia Jiucr wilidi ■ U étici"?} en Bmütiin o f iba Amantan
Anotiaihti o f Uniimity Piofauon, voL 36 (1950), pp. 274-75.
NEO-POSITIVISMO 249

investigación social y Sociology (Sociología 1954), y de manera especial los


primeros capítulos de Fundamentos de sociología. Pero, como han observado
algunos críticos, Ía mayor izarte de Fundamentos, su obra sistemática más
elaborada, difiere muy poco de otros tratados generales de sociología. Así,
cuando trata de "dinámica social", de grupos sociales y de cambios sociales,
hace frecuente uso de aportaciones de escritores { ¿precientífieos? ) como
Sumner, Veblen, Cooley, Parle, Mead, Thomas y Sorukin. Esto quiere decir
que Lundberg, como la mayor parte de los sociólogos contemporáneos,
admite y empica gran diversidad de orientaciones de su disciplina, de
acuerdo con la característica general de nuestro tiempo, consistente en la
convergencia de Jas teorías sociológicas. Además, como ha dicho Furfey, su
amigo y contrincante intelectual, "L«iidberg es uno de ios muy pocos
sociólogos norteamericanos que ha procurado exponer sus definiciones, sus
postulados y sus métodos franca y claramente y atenerse a ellos de un modo
consecuente".7

Stuart C. Dodd

El segundo representante destacado del neo-positivismo extremo es el


profesor Sruart C. Dodd, que fue durante algunos años colega de Lundberg
en Ja. Universidad de Washington. Antes de la segunda Guerra Mundial,
Dodd había enseñado y dirigido extensas investigaciones en el Medio Este,
donde elaboró también los principios que incorporó a su obra más
importante, titulada Dimensiones de la sociedad, Í942. Según Lundberg, este
libro desarrolla las "implicaciones metodológicas'' de su propia posición
teórica y viene, pues, a ser un compañero de sus Fundamentos de sociología.
Según Dodd, el propósito de Dimensiones es formular una teoría
cuantitativa sistemática de la sociedad. La teorfa se llama teoria-S, donde el
símbolo S quiere decir situación. Las situaciones —explica Dodd— pueden
descomponerse en cuatro clases de componentes: tiempo; espacio, que es
común a todas las ciencias; población, que se encuentra en coda clase de z
fenómenos sociales; y finalmente, características de las personas o de su
medio, constituyendo este último una categoría residual que comprende
"todo lo demás". Tal como la define Dodd, la clasificación es exhaustiva:
nada puede escaparle. Para designar esos cuatro componentes, Dodd
emplea los símbolos T (tiempo), L (espacio), P (población) e / (indicador). El
indicador

7 Piiil FurfeFp en Ameritan Caihoik Sothiogical fínirt'. vul. 9, marzo. 1947, p. 4fl.

\
24S CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

puede, por definición, representarlo casi todo, por ejemplo, la filosofía


budista, el ruido de la ciudad o la extensión del deseo humano.
Estas designaciones simbólicas representan el primer paso en el
procedimiento de Dodd. El segundo paso adscribe a toda situación social
una "fórmula cuántica", formada por los cuatro símbolos fundamentales y
exponentes. Si, en una situación concreta, falta uno de los componentes
básicos o na es mensurable, el exponenre es cero, lo cual, según los
principios algebraicos, convierte toda magnitud en I. En otros casos, los
exponentes —l, 2, 3» ~ 1 y — 2— se emplean de la manera que indican los
siguientes ejemplos:

I.0 — situaciones que no incluyen espacio, Lc = las que incluyen líneas, L? =


las que incluyen superficie, L3 = las que incluyen volumen. T6 = no incluido
tiempo; T1 — duración; T'1 = cambio; T~2 = aceleración. P° = sin población; Pl
— plurcls; P2 — grupos, J*d = clase de cosas Ñamadas dólares; J°b cociente

intelectual de un individuo; fu = características cualitativas; /:" =


características relacionadas enere sí.

Según esas indicaciones se elaboran las fórmulas cuánticas. Por ejemplo,


una fuerza social se simboliza como T"2 / P porque, probablemente,
comprende- aceleración, ausencia de espacio y una población, característica
peculiar a cada fuerza particular. Dodd insiste en que con este tipo de
formulación señala el camino para la oiantifica-tión de las características
cualitativas. Estas últimas son tratadas como si su magnitud fuera 1.
Una fórmula cuántica puede transformarse en un número cuántico
simplemente formando una cifra de cuatro dígitos que repitan Jos
exponentes de Ja fórmula cuántica. Con fines de simplificación, si — 2 es
sustituido por 8 y — 1 por 9, la fórmula cuántica de "fuerza social" se
convierte en el número cuántico 8011. Dodd cree que todas las situaciones
sociales que pueden simbolizarse con el mismo número cuántico deben tener
"algo" común.
El tercer paso del procedimiento de Dodd es el establecimiento de una
"matriz interrelacional", donde la palabra matriz es el nombre matemático de
una ordenación de números en hileras y columnas. Se pretende que esta
técnica es la más adecuada para describir un grupo social. Así, en cada
célula, compuesta por ia intersección de una hilera y una columna,
aparecería una magnitud observada de un indicador (por ejemplo, la actitud
positiva o negativa de una persona hacía otra). La matriz puede ser tri-,
cuatri- o quínti-dimen
MIZO-POSITIVISMO 251

sional, posibilidades fuera del alcance de la representación gráfica


convencional.
Esta exposición de la teoría S la hace parecer meramente un sistema de
clasificación. Pero Dodd sostiene que la teoría tiene usos analíticos y
profetices. Cree que la aplicación de la matriz ínterrelacional puede
contribuir grandemente a mejorar las definiciones funcionales de conceptos
como intragrupo, extragrupo, aislamiento, contacto, interacción, jefes,
estrellas, pinrel, grupo, comunidad, proceso económico, control social y asi
sucesivamente. Por ejemplo, una columna de grandes cifras cuando el
indicador celular es de prestigio señala una estrella, y se hace mensurable el
grado de esa cualidad; mientras que si la hilera y la columna
correspondiente contienen grandes cifras, queda identificado un jefe. La
matriz de interrelacrón permite definir con exactitud un grupo, mientras que
una serie de tales matrices, una para cada característica poseída en común,
define una comunidad. La exploración de fórmulas cuánticas en células
desocupadas nos permite predecir propiedades de situaciones aún no
observadas, tal como la tabla periódica de elementos le permitió a
Mendelcyev predecir las propiedades químicas de elementos aún no
aislados.
Pero esas supuestas ventajas de la teoría-S sólo pueden conseguirse si el
sociólogo se limita estrictamente a definiciones funcionales. Según Dodd,
una definición es "funcional" en la medida en que especifica el
procedimiento para identificar o generar el fenómeno en cuestión y vence la
prueba de veracidad. Mientras la primera parte de la definición es análoga a
la formulación de Lundberg. el segundo requisito se refiere al grado de
acuerdo entre las observaciones sucesivas del mismo fenómeno empleando
la misma definición funcional. Ese grado de acuerdo debe medirse
estadísticamente, lo cual, para Dodd, es condición necesaria de todo
enunciado científico.
Observa Dodd que su manera de presentar Ja teoría-S puede parecer
sobre todo un ejercicio de deducción. Pero insiste en que la teoría nació de
una gran cantidad de estudios inductivos. El procedimiento inductivo es
invocado por la selección de conceptos básicos relativos a situaciones
sociales de entre numerosas monografías y textos sociológicos, y por la
asignación a elfos de fórmulas cuánticas. Únicamente el 13 por ciento de los
conceptos que aparecen en esas fuentes no son adecuados para una
presentación simbólica {entre ellos el concepto de "realidad", que el autor
considera irreal). Pero, según nos dice, pudo traducir a sus fórmulas
cuánticas f 600 relaciones sociales escogidas en los campos más diversos.
252 CONVERGENCIA DE LAS TEORIAS SOCIOLÓGICAS

Dodd pretende que su teoría es amplia, fidedigna, precisa, austera y


fructífera. Es amplía por su categoría residual abierta, que designa con. el
símbolo / "todo lo demás". Es fidedigna, como lo demostró el hecho de que
las clasificaciones hechas por dos estudiantes cuidadosamente preparados
coincidieron con Jas de su mentor. Se supone que es precisa, porque se
expresa en conceptos y símbolos funcional mente definidos. Y se La
considera austera porque sólo se emplean dieciséis símbolos: cuatro para Tos
componentes básicos; cuatro para las operaciones aritméticas; otros cuatro
para la agregación, la clasificación crucial, la correlación y el exponeme; y los
cuatro últimos para representar el número y la naturaleza de las clases, los
intervalos entre las clases y los casos. Peto la parquedad así obtenida es, a lo
que nos parece, ilusoria. El símbolo residual I es usado con- un gran número
de "prescriptos" y de "posteriptos", necesarios para concretar las "ca-
racterísticas", por ejemplo, como advenimos más arriba, para diferenciar la
filosofía budista del ruido de la ciudad y de la extensión de un deseo
humano. Pero es preciso señalar que no hay más justificación para ejecutar
operaciones matemáticas con el símbolo I dotado de varios prescriptos y
posteriptos, que la que hay en aritmética para sumar el número de metros
que separan dos puntos y el nú-meto de paquetes que se llevan de uno a
otro. El mismo Dodd reconoce que la fecundidad de su teoría sólo quedará
demostrada después que muchos sociólogos hayan empleado su sistema
durante algún tiempo y hayan acumulado material abundante. Es digno de
notar que durante los años transcurridos desde la publicación de Dimensiones
de la sociedad, no han aparecido muchos trabajos con esa orientación.
En artículos posteriores, especialmente en "The Transact Model"
("Transacción modelo") Sodomeíry and the Science o j Man (La sociometría y las
ciencias del hombre, vol. 18, 1956), Dodd ha sustituido su cuádruple
clasificación de Los componentes de situaciones por una séxmple, en que los
nuevos elementos son conducta o acción ( A ) y objetos de valores (V). La
teoría, llamada ahora "teoría de transacción", abarca, según Dodd, la
conducta probable y los valores de las personas en un contexto de tiempo,
espacio y otras circunstancias, y ha sido aplicada por su autor al estudio
experimental de la difusión de mensajes. Se muestra muy satisfecho de que
los resultados hayan comprobado sus predicciones teóricas; pero la hipótesis
sometida a prueba «« se derivaba de su "fórmula dimensional", que se limita
a llamar la atención sobre las preguntas: ¿Quién? ¿Qué hace? ¿Cuándo?
¿Dónde? ¿Por qué y cómo?
NEO-POSITIVISMO 253

El ala matemática del neo-positivismo

Entre los neo-positivistas, Lundberg y Dodd probablemente son los más


sistemáticos y claros. Pero el neo-positivismo o algunas de sus
manifestaciones tienden a dominar el escenario de la sociología nor-
teamericana actual. A esta conclusión lleva el examen de la forma y
contenido de los artículos que aparecen en las principales revistas
sociológicas del pais. Pero son escasas los rasgos teóricos en la obra de la
mayoría de los colaboradores cuyos escritos c investigaciones se ajustan a
este criterio. Merecen atención especial los escritos de tres profesores cuyas
obras ofrecen considerable desarrollo teórico. Estos autores son Geurgc K.
Zipf, Nicholas Rashcvsky y HorneJl Hart, todos ellos pertenecientes al ala
matemática del neo-positivismo.
La obra de Zipf se dirige a "integrar teóricamente cierro número de
mediciones sociales" y a ofrecer "una penetración considerable en los resortes
de la conducta humana" considerada como fenómeno puramente natural. La
obra descansa sobre un postulado tomado del razonamiento matemátícoT
postulado que se supone que "gobierna la conducta de los individuos y del
grupo colectivo", y está apoyado por material empírico que probablemente
corrobora ese razonamiento. La teoría de Zipf está expuesta en el volumen
titulado Human Beha-vinr and ¡he Principie of Least Effort (La conducta humana y
el principio del esfuerzo mínimo, 1949), que lleva el engañoso subtítulo de "An
introducción to Human Ecology". El carácter "ecológico'' de este libro se
encuentra en el tipo de problemas concretos que trata más bien que en la
metodología del autor. (Véase un examen de la teoría ecológica en el capítulo
16.)
El postulado que sirve de fundamento a la teoría de Zipf es el "principio
del menor esfuerzo". Este principio dice, en forma simplificada, que en
situaciones que permiten elegir conducta, los hombres eligen los
procedimientos que tienen por consecuencia "el promedio mínimo de trabajo
probable". En otras palabras, los seres humanos tienden a reducir al mínimo
el gasto de energía, no con respecto de las tareas inmediatas, sino más bien
en relación con el promedio de trabajo requerido para alcanzar sus metas.
Así, por ejemplo, los hombres construyen carreteras o túneles porque de ese
modo reducen al mínimo la cantidad de trabajo que probablemente habrán
de emplear en los transportes.
Este principio es aplicable a la distribución de la gente en diversas
comunidades. La población puede distribuirse de una de las
254 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

dos maneras siguientes. Primero, las personas pueden preferir vivir en


numerosas pequeñas comunidades cada una de ellas próxima a las fuentes
de materias primas, como suele ocurrir cuando son pocas las clases do
materias primas. Los hombres prefieren eso a causa de la "fuerza" de la
diversíficación de su habitat. Por el contrario, la población puede"
concentrarse en un pequeño número de grandes centros, lo cual ocurre
cuando el número de tipos de materias primas es grande y es esencial el
Transporte a los lugares de trabajo; en este caso la economía de trabajo se
manifiesta reduciendo al mínimo los esfuerzos realizados para llevar hasta
los consumidores los artículos acabados. La fuerza que actúa detrás de esta
segunda preferencia se llama "unificación". Zipf reconoce que en la
actualidad no se conocen métodos que permitan a los investigadores calcular
la magnitud absoluta de esas dos fuerzas, Pero Ja razón entre sus
magnitudes puede ser empíricamente establecida, según él cree, de un modo
que vamos a exponer brevemente.
Según Zipf, el efecto de las fuerzas de diversificación y unificación (ambas
derivadas del principio del mínimo esfuerzo) obliga a los hombres a reunirse
en comunidades de un tamaño preestablecido. El tamaño de cada
comunidad formada en una gran superficie, tal como una nación, se expresa
por la fórmula.8

donde P„ representa Ja población de la comunidad que ocupa ci lugar n en


Ja lista, P es la población de la mayor comunidad del país, y q la razón de la
magnitud de la fuerza de unificación dividida por la fuerza de di
versificación- La fórmula puede expresarse también de la siguiente manera:

P P P P 1* 2* 3" na

donde C representa la población total del territorio y los otros símbolos


tienen el mismo significado que en la fórmula anterior. Esta

B Eiti fórmuli y U siguiente diin pr«?up<Ui can rlguir.- iímplificackinfi y cün tierku ( . . i : . ! - !
- en \vi tímboU».
NEO-POSITIVISMO 255

fórmula es del tipo que se llama en matemáticas "serie armónica


generalizada".
Las magnitudes teóricamente previsibles de los tamaños de las co-
munidades pueden representarse gráficamente. Zipf aplica este pro-
cedimiento a las poblaciones de las 100 zonas urbanas mayores de los
Estados Unidos, con arreglo al censo de 1940, y encuentra que las posiciones
de los puntos que corresponden en su gráfica a esas poblaciones están muy
cerca de una Jinea recta inclinada 45° respecto de la horizontal. Este
resultado significa que en este país las dos fuerzas de unificación y di
versificación son casi iguales.
Zipf prosiguió su análisis "prediciendo" el número y diversidad de
establecimientos de servicio, de fabricantes y de comercios por menor en las
ciudades de los Estados Unidos según su población. DDS números varían en
la razón de la cuantía de ia población, la diversidad en ía razón de sus raíces
cuadradas. También "predice" Zipf la magnitud de ios grandes ingresos, el
número de empleados de tiempo completo y el total de las nóminas de Tos
estableeimienros de servicio, cuando estos establecimientos esrán dispuestos
en orden decreciente de su personal. Zipf volvió a calcular los datos
recogidos por otros relativos a Ta circulación de periódicos, número de
viajes, entregas por tren expreso, las distancias que median entre las residen-
cias de personas que solicitan licencias para casarse, y movimientos
residenciales, siempre con resultados aparentemente satisfactorios para el
autor de esre procedimiento matemático,
Pero cuando aplica sus fórmulas a otros países, encuentra dificultades.
Declara zonas de "equilibrio inestable" a Alemania, Austria-Hungría, la
Comunidad Británica y Europa en conjunto, porque no se ajustan a su
sistema. La mayor dificultad aparece cuando Zipf rrata de la desmembración
del imperio austro-húngaro después de la primera Guerra Mundial.
Poblaciones que pudieron haber encajado en su fórmula matemática antes de
la desmembración, ya no lo hacen después. Zipf "explica" esta dificultad del
modo siguiente: "Muchas personas reprimidas se separaron del imperio para
fundar países independientes, resucitando neuróticamente culturas que
habían perdido toda significación económica efectiva hace siglos",9 y lo
hicieran en el siglo XX, cuando (de acuerdo con sus teoremas) las naciones
iban a aumentar de tamaño y a disminuir en número. No intenta el autor
aplicar su fórmula a Ta población del imperio ruso, por ejemplo, que se
distingue por una enorme diferencia entre el tamaño de

a Op. di., p. 429.


256 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

k segunda y tercera de ks grandes comunidades, ní a Francia, donde la


ciudad que sigue en importancia a París es cinco veces menor que la capital,
y k que sigue es sólo el 40 por ciento más pequeña que Ía segunda. Estos
casos —y quizás otros muchos—- difícilmente pueden encajar en el sistema
matemático de Zipf.
Una fuente de dificultades para Zipf es que el "principio del mínimo
esfuerzo" supone que Jos hombres obran siempre racionalmente y que de
acuerdo con él pueden analizarse sus tipos de conducta. Esta suposición lia
coloreado la teoría social por 150 años o más, de manera sumamente clara en
la economía política clásica; pero representa una curiosa anomalía en el
análisis actual de la conducta bu-mana.
Por otra parte, la obra de Zipf revela una especie de "obsesión
matemática"; el autor parece dar por sentado que fenómenos muy complejos
deben, por cierta necesidad interior, obedecer a una fórmula matemática
sencilla. La probabilidad de semejante coincidencia podemos calcular que es
aproximadamente la misma que ofrece la esperanza de que la línea del cielo
que uno admira en ios Alpes o en las Rocosas siga una curva matemática.
En obras del tipo de Human Rehavior, de Zipf, no podemos esperar hallar
respuestas a las interrogaciones básicas de la teoría sociológica, salvo quizás
a la cuestión relativa a Los determinantes fundamentales de los fenómenos
sociales. Parece que k teoría de Zipf supone que el estado de Ja sociedad está
determinado por el juego de una ley matemática. Sin embargo, su obra se
distingue acá y allá por "respuestas" a preguntas relativas a la sociedad y a
ks relaciones entre k sociedad y el individuo. Así, leemos que "la sociedad
humana puede ser considerada como un campo que influye en los miembros
individuales y es influido por ellos. . .". 10 Y también: "El sistema social es un
grupo de individuos que persiguen cooperativamente finalidades iguales
por medio de procedimientos iguales, en el supuesto de que todos rinden la
misma cantidad de trabajo y reciben la misma recompensa, con un mínimum
de trabajo".11 Creemos que es éste un supuesto que no tiene nada de realista.
La preocupación matemática de Zipf es superada por Rashevsky en su
Mathematkal Thcory of Human Rdations (1947), obra que citamos aquí
únicamente a título de ejemplo de esta orientación. Pero Rashevsky sabe
muy bien que, por el momento, el tratamiento mátelo ibid., p. 347.
11 The HypoThciis of The Mínimum Equafíon" ("La hipótesis óc la ecuación mínima"), por
G. K. Zipf, EFI Amwriijv Socioíogital Rniew, \ul. 12 (1947), p. 627.
NEO-POSITIVISMO 257

marico de fenómenos sociales complejos sólo es posible para casos y


situaciones imaginarios y extraordinariamente simplificados. En otras
palabras, lo que se explora matemáticamente son construcciones mentales
que, en conrrapositrón con el rdcal de los tipos puros de Max Weber, están
constituidas por características inevitablemente diferentes de las que pueden
observarse en la vida social. No obstante esta reconocida limitación, t]
análisis que Rashcvsky hace de rales construcciones a veces da por resultado
sistemas de ecuaciones que son matemáticamente insolubles. Al contrario
que en la obra de Zipf. en la Je Rashcvsky no hay postulado central.
También es adepto dd postulado del orden matemático en Ja vida social
Hornell Mart, profesor de sociología en la Duke Universiry. Mientras que
Zipf y Rashevsky tratan matemáticamente fenómenos de "estática social",
Hart, por el contrario, intenta dar expresión matemática a una teoría de
dinámica social. No basa, como Zipf, su obra en un solo postulado, sino que
trata de unificar numerosos resultados hallados por él y por otros
investigadores. Dice, por ejemplo, que estudios diferentes en el campo de la
población, informaciones sobre el número de inventos y patentes, de records
de velocidad, de extensión do los imperios, etc., demuestran que tales
fenómenos pueden ser expresados por una curva logística adecuada. Así, en
diferentes campos dp cambios sociales y culturales hay, después de un
comienzo lento, una aceleración, después una declinación y un íenro
descenso, todo de acuerdo con una fórmula matemática exacta. Otros
procesos, como el número de inventos tecnológicos, y en especial el aumento
de poder destructor de los explosivos, siguen otra curva (la llamada "curva
íoglog"), la cual, a diferencia del tipo temporal precedenre, no muestra
declinación ni retardo; en otras palabras, continúa la aceleración hasta que se
alcanza el limite físico.
Mientras otros expositores de teorías matemáticas se contentan
frecuentemente con fórmulas y leyes matemáticas, Hart, como sí siguiera el
consejo de Max Weber, procura descubrir por qué es probable que en la vida
social se obtengan cierras curvas. Ejemplo de ese esfuerzo es su explicación
general de "la aceleración del desenvolvimiento de la cultura": el progreso
cultural ha dependido de invenciones, es decir, de combinaciones nuevas de
viejos elementos culturales. Cuanto mayor es ei número de unidades
culturales, mayor es la posibilidad de invenciones. Asi, se encontrará una
tendencia general a la multiplicación geométrica de las invenciones. Pero
Hart sabe que en los cambios culturales hay retrocesos, los cuales son
258 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

interpretados como supervivencias de elementos mal integrados en el


conjunto de la cultura. Señala la tendencia (que no explica) de los agentes
destructores a aumentar en eficacia con una aceleración que adelanta a la de
cualquier otro tipo de cambio cultural. Hart niega la posibilidad de explicar
la conformidad de ciertos procesos sociales con curvas matemáticas como
cosa de puro azar, y pretende que detrás de ia logística y de otras tendencias
hay algo presente a la manera de leyes subyacentes.12
Pero las leyes de la naturaleza son siempre proposiciones hipotéticas del
tipo "si A, después B". Por ejemplo, una ley demográfica que dice que el
crecimiento de la población sigue la curva logística, requiere que se enuncien
las condiciones en que comienza el movimiento ascendente, asi como la
explicación de las circunstancias en que se "rompe" ía curva logística. Puede
observarse que el mismo Hart registra varios casos de este último tipo.
Nosotros sostenemos que ningún razonamiento matemático como tal puede
dar el conocimiento de esas condiciones.
Mientras Zipf y Rashevsky por lo general descuidan el aspecto funcional
del neo-positivismo, Hart no; j^ero su defensa del "método funcional" es
cauta y reflexiva. Este método —dice Hart— "consiste en enunciar de un
modo verjficable las observaciones y operaciones específicas por medio de
las cuales han de presentarse, identificarse o medirse variables, y en
determinar, con la mayor aproximación posible, Jas seríes específicas de
operaciones selectivas y causales por medio de las cuales pueden
modificarse las variables en direcciones deseadas, el grado en que las
variables pueden ser controladas y los márgenes de error probablemente
implícito en las conclusiones precedentes1'.1,1 La mayor parte de los
sociólogos indudablemente seguirían estas aseveraciones como principio
orientador en investigación empírica.
Por otra parte, Hart no es un "determinista matemático" a la manera de
Zipf. Ha estado de moda —declara— "hablar de deterninismo tecnológico'*.
Pero "la Revolución Industrial tuvo sus raíces en una serie de inventos que, a
su vez, tenían las suyas en ideas anteriores. La tecnología misma ha sido
conceptual mente determinada. Si queremos controlar la dirección de la
evolución cultural, no debemos dejarnos persuadir por la idea de que la
tecnología es la causa

12 "LGHÍ4IÍC Social Trcncfs" ("TrndcnLia* logísrfca* lociald") ta American Jaumal


of Sociology, vol. 50 (líM5>, p. 350.
II "OptctiioDÍim in Saciólo^ and Psychnlngr" ri operación femó en Sociología
f Psicología"), manu5Criio inédito, p, 3.
NEO-POSITIVISMO 259

primera de todo"/* El remedio contra los peligros que representa el


advenimiento de la Edad Atómica, cree Hart que se encuentra en el rápido
desarrollo de la ciencia social, en lo cual coincide con Lundberg. Puede
dudarse que dicho desarrollo resultara completamente eficaz; pero aJ
sugerirlo así, Hart se sitúa entre los sociólogos que creen que el hombre no es
un mero objeto movido por procesos sociales impersonales, y no su dueño en
cierto grado. Mo es sorprendente, pues, que Hart se dé plena cuenta de que
su ascendencia sociológica se remonta a Comte, quien esperaba formular una
ciencia empírica de la sociedad para salvar a la humanidad del desastre.

William F. Ogburn y F. Stuart Chapín

La preocupación por las "altas matemáticas" distingue la obra de sólo


algunos de los sociólogos que incluimos en el grupo eco-positivista. La
mayor parte de los investigadores de esre grupo no son matemáticos; pero
todos insisteo en la necesidad de medir los fenómenos sociales siempre que
sea posible y en el papel fundamental del análisis estadístico en la
investigación social. La mayor parte ác ellos también señalan ia importancia
de crear técnicas de investigación empírica y se indinan al escepticismo en
cuanto a las teorías sociales de "buraca" o gabinete. Estos rasgos caracterizan
los escritos de los neo-positivistas moderados, incluidas las importantes
aportaciones de los profesores William F. Ogburn, de la Universidad de
Chicago, y F. Stuart Chapín, de la de Minnesota, Debe advertirse que
Ogburn y Chapin recibieron sus grados doctorales en la Columbk University
al empezar e! segundo decenio del presenre siglo, cuando era allí la figura
predominante Giddings, precursor del neo-positivismo contemporáneo
(como se dijo en el capitulo 11).
Solo o en colaboración con otros investigadores, Ogburn había realizado
un impresionante número de estudios sobre fenómenos sociales,
caracterizados especialmente por Ja determinación de coeficientes de
correlación entre sus diversos aspectos, concediendo particular importancia
a las materias tecnológicas y económicas. The Social Effec/s of Aviation (1946),
obra bien conocida de Ogburn, lo acercó al ala matemática del
neo-positivismo más que sus obras anteriores. Uno de los remas de ese libro
es la necesidad de crear método: con los cuales predecir de manera fidedigna
las manifestaciones sociales futuras.
1* "SocUl Selmct in Ac A rom ir: Crisá ("la ciencia wci»l en It crfria atómica"), en Jour&ai of
Social Intcct. Sciíe ác Suplementos, núm. 2, abril, 1949. pp. 13-14.
260 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

Pero la aportación mayor de Ogburn a la teoría sociológica está contenida


en su obra anterior, Social Change (1923), que apareció simultáneamente con
los últimos escritos de Giddings y antes de las recientes formulaciones de los
neo-positivistas más extremosos. Puede considerarse Social Change como un
preludio a las aportaciones posteriores de Ogburn en estilo neo-positivista,
preludio importante y bien meditado que afectó de modo importante al
pensamiento sociológico ¡>os redor.
Se atribuye a ese libro el haber reemplazado Ja expresión "evolución
social" por "cambio social". En una edición de él aparecida en 1950, Ogburn
destaca este punto y explica la elección del título por su interés en superar el
evolucionismo psicológico, que aún era poderoso en ia fecha en que escribió
su libro. También se considera a éste en ocasiones como el primer estudio
sociológico que empleó sistemáticamente el concepto de cultura referido a
"los productos acumulados de la sociedad humana".15 Pero esto es discutible,
ya que Thomas empleó la palabra "cultura" en ese sentido muchos años
antes (véase capítulo 12), aunque no de un modo tan consecuente como
Ogburn.
Entre las varias generalizaciones teóricas que contiene el libro acerca del
cambio social y cultural (Ogburn no expone claramente las relaciones que
hay entre los dos), una en particular ha atraído ía atención y provocado
muchas críticas: la hipótesis del retraso cultural. (El autor afirma en ia edición
de 1950 de Sofial Change que esa hipótesis no es de ningún modo
fundamental en su obra.) Dicha hipótesis es interpretada a veces como una
expresión de determinismo económico o tecnológico, interpretación que
Ogburn niega explícitamente.16
La hipótesis del retraso cultural parte del hecho de que una gran
proporción de Jo herencia social del hombre es cultura material. Para hacer
uso de ésta, son necesarios reajustes culturales, que Ogburn llama culturo
odaptativa. Los cambios en la cultura material preceden a Tos cambios en la
culturo adaptativa; no pueden operarse reajustes antes de que hayan
ocurrido los cambios que los redaman. Pero Tas viejas costumbres (partes de
la cultura adaptaciva anterior) persisten, produciendo "'retrasos" que
pueden ser sumamente perjudiciales. De ahí ■—y en esto es en lo que se
revela la posición neo-positivista del autor— que haya que medir en cada
caso el grado de retraso y la gravedad
"» Cf. Cultura (C*U»r*. 1952). pnr A. L. Kracber j C. Kluckhohm. p. 15. IB Pura una
intetpwTación recieme en ese sencido y una critica de Ta eraría del lecta» cultura!, véase
SochTy..., por Maclver y Page. pp. 574 ss.
NKO-POSITIVISMO 261

de la inadaptación. Este cálculo es el más importante, porque la cultura


adaptativa está conectada con otras partes de la cultura y pueden ramificarse
a través del orden social las tensiones sociales que reflejan retrasos culturales.
Así, muchos problemas tienen sus raíces en la relativa lentitud del cambio de
la cultura adaptativa; el retraso de la legislación protectora de los obreros en
relación con el desarrollo del sistema fabril, el retraso de las medidas legales
para La representación política en relación con los cambios de la población,
quizás hoy el retraso de la descentralización de las ciudades en relación con.
el desarrollo de las armas nucleares, y así sucesivamente. Esta interpretación
de los problemas sociales lia sido empleada por muchos sociólogos y otros
investigadores, siguiendo la formulación original de Ogburn, y del modo
más extenso por Barnes.
La teoría del retraso cultural, como algunos investigadores han observado,
suscita las siguientes preguntas: "¿Qué retrasos en relación con qué?" y "¿La
culrura material va siempre por delante de la no material?", Ogburn ha
tenido cuidado en evitar respuestas estrictamente unilaterales, y en la
primera edición de Social Change sostiene que puede haber cambios en la
cultura no material, y aun en la adap-tatjva, aunque no haya cambiado la
cultura material. En la última edición, la hipótesis del retraso cultural está
expuesta con especial cautela; se reconoce la importancia de las invenciones
en codas las partes de la cultura y se destacan sus consecuencias ramificadas.
Esca actitud no debe ser interpretada como determinísmo económico O tec-
nológico. En lo que más bien insiste Ogburn es en la necesidad de medir los
"retrasos" y sus consecuencias.
El otro neo-positívisra moderado cuyas opiniones estudiamos aquí, F.
Stuart Chapín, ha dedicado su libro más importante a las Contem-porary
American Institutions (Instituciones norteamericanas contemporáneas, 1935). En
él plantea la cuestión de cómo pueden describirse y definirse las
instituciones sociales de un modo más preciso que con el lenguaje popular.
Para Chapín, las instituciones son esencialmente tipos de conducta humana;
redes de reacciones condicionadas, de hábitos individuales y de actitudes. El
estudio de las instituciones es difícil porque son invisibles las conexiones en
que consisten; no son diferentes de las fuerzas invisibles que están en la base
del universo visible de las cosas materiales. Vuelve a manifestarse aquí la
tendencia del neo-positivismo a apoyarse en las ciencias naturales.
Un método para definir las instituciones de manera más precisa es el
simbolismo gráfico. Muchas páginas de la obra de Chapín están ocupadas
por gráficas que el autor cree que ayudan a percibir tipos
260 CONVERGENCIA DE LAS TEORIAS SOCIOLÓGICAS

de relaciones invisibles. Pero esas relaciones también tienen que ser


medidas. En sociología, dice pesarosamente Chapín, son aún extrema-
damente escasos los estudios de fuerzas sociales comparables a ks
investigaciones en ciencias físicas que utilizan unidades de peso.' 7 Cree él
que la causa de esta situación es que el problema estudiado consiste en
actitudes psicológicas, en reacciones condicionadas, en acciones reciprocas y
en rasgos culturales. El sociólogo tiene que inventar unidades e
instrumentos uniformes de medida; esto hará a los fenómenos
institucionales más aptos de lo que son ahora para el registro y la
comunicación exactos. En consecuencia, duranre algunos años Chapin y sus
alumnos han ideado numerosas escalas para medie diferentes formas de
"conducta institucional", por ejemplo, k posición social, los efectos de k
vivienda, el ambiente familiar y la "personalidad".18
A ios procedimientos del simbolismo gráfico y de la medida por escalas
Chapín ha añadido otro que él llama experimental, pero que, cuando más, es
semi-experimenral. La idea básica de este procedimiento, tal como aparece
expuesto en Experimental Deiign in Social Research (El diseño experimental en la
investigación social, 1947),1S es 1a de emplear k lógica del experimento de
laboratorio. En su laboratorio, el físico mantiene constantes o controla todas
las circunstancias salvo una, y haciendo cambiar ésta observa los efectos de
los cambios. Puesto que el investigador social no puede controlar los cam-
bios sociales con fines de estudio, debe observar dos o más estados de un
sistema social, o dos o más situaciones sociales, que difieren por Ta
presencia o la ausencia de Ta circunstancia cuya importancia causal se
estudia. Asi, puede observarse una población antes y después de cambiar de
vivienda e investigar la influencia de esto sobre ía morbí-

17 Chapín distingue do! tipo» de instituciones, ti nuclear y el difundido iirabólira-Dimií,


ro lo cual tt .ver J mucha a la» ideas de Mauiice Hauriou. investigador fran-C¿t de ímunición«.
que lai concibe de .■.cuerdo con la filosofía platónica (veste capiculo 19). Como Hauriou,
Chapín ha elegido pira estudiarlas sólo las instituciones dd primer tipo, ra las que predomina
el elerneoro personal, luiearras que en las del segundo Tipo predomina el ciernen ra
normativo.
16 Pan una descripción (neo-pofirivun) de rales eSdlosT véase Técnica da U *BF«f'fdifda
taita!, pu¡ Geutgc A. Lundberg. Nueva Yorb. Longmans, Green toé CO . 1942, capítulo IX, sobre
P

"Conducía institucional": y parí un i raía m jen eo reciente T mú complicado del "método de


escalas", véale Mttbodi in Social Rtt&rtb <Lo¡ «i-totfoí ta ía inieaigMíión ¡ottat), por W. J. Conde y
P. K. Hart. Nueva Yorb. MtGnw-Hitl &»k Co. Inc. 1952. capítulos XV. XVI y XVII.
19 La idea del procedimiento experimental aparece en un articulo publicado por Chapia
ya eu 1917, pero oo te cípoae ca el ninguna técnica. El artículo d«i»ívn apare-cid en 1940. En
1945 publico Erncsc Grrcnwood Exptrimmal Sociology (Sctioíagí* expttimsrtiaii. Nueva York,
Ktngs Crown Press, donde aparece muy desarrollada uat de Las modalidades del punto de
vista tic Chapín.
NEO-POSITIVISMO 263

lidad j la delincuencia. O, para citar un caso más complicado, pueden


estudiarse dos poblaciones con ks mismas distribuciones de edad, sexo, raza,
nacionalidad de los padres y situación profesional del padre, pero diferentes
en el número de años de escolaridad; si las dos poblaciones muestran una
diferencia considerable en ingresos o en adaptación a la comunidad, el
experimentador puede pensar que probablemente ha encontrado una
relación causal.
Chapín describe algunas aplicaciones ingeniosas de este procedimiento
experimental. Pero no abren nuevos horizontes. La concomitancia de las
variaciones con roda probabilidad podría predecirse a base de k observación
participante. Además, la validez de ks medidas de fenómenos
institucionales, o más exactamente, su expresión en símbolos matemáticos,
sigue, creemos nosotros, sujeta a serias dudas.
De conformidad con la actitud neo-positivista, Chapia apoya k
importancia de las definiciones funcionales en k ciencia social, pero adopta
una posición mas bien moderada. "La llamada definición funcional
—escribe— no se presenta como solución final o absoluta, sino simplemente
como un movimiento útil en dirección de ia objetividad' 'P La mayor parte
de los sociólogos suscribirían hoy esta opinión,
A diferencia de la mayoría de los neo-positivistas, Chapín ha mostrado
considerable interés por el problema de los movimientos de gran alcance que
ocurren en las civilizaciones consideradas como conjuntos. Este aspecto de
su obra lo examinaremos en el capítulo 20, dedicado a la sociología
histórica.

Resumen y critica
Puede considerarse la obra de k escuela neo-positivista como un vigoroso
intento para resolver un problema que k sociología tiene pknteado desde su
comienzo. La tarea de hacer esta disciplina plenamente científica ha sido
preocupación fundamental de Comte, Durkheim, Gumplowicz, Ratzenhofer,
Thomas, Giddings y Pareto, entre otros.
Creemos nosotros que ésa es k meta de casi todos los sociólogos. Pero el
problema de si la cuantiffeación, el behaviorismo y el funcionalismo son los
mejores, o aun los únicos medios para alcanzarla, es cosa sometida a debate.
La discusión prosigue; en 1955 y 1956 fue ilustrada por la aparición de tres
aportaciones muy importantes: un artículo de Lundberg, otro de Herberr
Blumer y un nuevo libro de P. Sorokim81
20 F.xtarimtntal Dnigm, p. 155.
-i "The Natural StÍLDcc Tiend ia S .jjlcjy". por C. Lur,.-!>_ig. tu Amititm
2Ó2 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

El articulo de Lundberg fue escrito a propósito de otro publicado por el


autor de esras líneas cinco años antes y en ei que subrayaba la convergencia
de tendencias en la sociología contemporánea.22 Lundberg parece interpretar
esta convergencia como una victoria completa del neo-positivismo, al que
prefiere llamar "tendencia de la ciencia natural en sociología". No obstante, se
conservan los tres componentes neo-positivistas.
En primer lugar, según Lundberg, todos los fenómenos pueden ser
cuantificados. Pero, como en el caso de su polémica con Paul Furfey, sostiene
el significado "débil" de ía palabra cuantificación, a saber, que la
corroboración y la generalización implican numerosas observaciones, cosa en
la que están de acuerdo la mayor parte de los investigadores. Pero en un
artículo reciente el profesor P, W, Bridgman, represéntame del funcionalismo
en física, ha llamado Ja atención hacia el hecho de que hay algunas
situaciones que no pueden repetirse." Por otra parte, muchos, si no la mayor
parte, de los neo-positivistas discutirían la reducción de la cuantificación a la
conveniencia de la pluralidad de observaciones. Ellos quieren que la
sociología sea matemática.
En cuanto al behaviorismo, Lundberg afirma que el neo-positivismo no
deseó nunca excluir fenómenos "mentales" como los sueños, las esperanzas,
los remores, en cuanto se expresan en palabras o símbolos y pueden, por lo
ranto, ser observados, registrados y corroborados mediante el estudio
empírico de la conducta lingüística. Un inteligente crítico ha advertido que
Lundberg concede importancia al acto de conocer y menosprecia lo
conocido.21 Éste es el núcleo de la diferencia entre los behaviorisras y sus
opositores.
Lundberg mismo y otros neo-positivistas no observan estrictamente, a lo
que parece, el canon del procedimiento que querrían imponer a todos los
sociólogos.
Finalmente, el artículo de Lundberg da nueva importancia al fun-

Jattmal of Socfatesj, vo\. 61 (1955); "Soriülngical Análisis and iho Variable", « Amafian
Sociología! Retiet?, yol. 2¡ ( 1 9 5 6 ) ; Ftds and Foiblet in Conletnporary SocioíoBy, Chicago.
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Caíhoüc Soiiatogy Revio?, TD!. 1 1 (J950). Lu ideai «presida* en Este ámenlo ■parecen en forma
ampliada y modificada en el Capitulo 22 del presen le • lumen
23 ■'Science anj Bread Pumrt of View" ("La ciencia y loi ponto» de visca amplio*"), en
Proeeediasi of iht National Acsdcmj o f Science, vol. 4 2 (1956), ppr 315-25.
14 M ■ ■ L'-al Convcrprnce of Mead. Lundberg md Parten»" ("Convergencia merodnlógica
de Mead. Lundberg y Parsons"), par John C- MrKinney, en Amrrica* famrnel o f Siciofogj, vo\.
59 (1954). EJ articula fue publicado anrci de la aparición de! de Lundberg analizado en el
mru; pero Lundberg fostiene que lu posición no ha sufrida cambio alguna a través de los
años.
NGO-POSITIVISMO 265

cionalismo, y pone el siguiente ejemplo: "Inteligencia es lo que miden las


pruebas de inteligencia". Pero quienes inventaron las pruebas de inteligencia
y las administran ven "en las señales negras que aparecen en algunos sirios
de una hoja de papel y no en otros" algo que trasciende de la operación de
marcar y de contar las marcas; de otra suerte, nunca hubieran sugerido el
liacer esas marcas ní hubieran seguido ese procedimiento para probar la
inteligencia. Porque creen que, detrás de la operación, hay algo independíeme
de ella.
Fads and Foibless, de Sorokin, es una aguda crítica de aberraciones que,
según cree, abundan en la sociología norteamericana contemporánea.
Aunque no señala explícitamente el neo-positivismo, es su principal blanco.
Sorokin aprueba el uso de métodos cuantitativos en el estudio de los
fenómenos sociales, habiéndolos usado extensamente en Social and Cultural
Dynamics (véanse capítulos 18 y 20). Pero rechaza, por infundada, la
hipótesis de que puedan localizarse en continuos matemáticos toda cíase de
atributos cualitativos, y denuncia la frecuente sustitución de las verdaderas
matemáticas por "símbolos y fórmulas taquigráficos", así como k aplicación
sin distinciones de métodos estadísticos a materias sociales. Según él, esos
métodos son ínapropiados para el estudio de la conducta dentro de sistemas
sociales, porque esa conducta es metódica y puede ser interpretada mejor
por referencia al orden que prevalece en el sistema. Por otra parte, los
métodos estadísticos son aplicables a fenómenos que dependen dd azar, a
los cuales llama él "congeries", o sea k presencia simultánea de fenómenos
irreductibles a ningún orden común a ellos. Además, Sorokin niega la
validez científica de los estudios de "reacciones de lenguaje a conversaciones
y cuestionarios usados como reactivos" y que a menudo se refieren a
situaciones hipotéticas o a cuestiones de las cuales sabe muy poco el
interrogado. En todo caso, ks investigaciones de ese tipo no llegan a los
hechos mentales ni a k conducta reales acerca de los cuales las personas
hablan o escriben en conversaciones y cuestionarios, Pero esos estudios
forman el gran volumen de las aportaciones de los neo-positivístas.
Sin atacar directamente al neo-positivismo, Herbert Blumer critica
severamente la práctica dd "análisis de variables" que hoy prevalece. Este
tipo de análisis trata de reducir "k vida del grupo humano a variables y sus
relaciones": se supone que algo influye en la vida del grupo, y d efecto de
ese "algo" es alguna modificación de k actividad dd grupo. Blumer observa,
en primer lugar, que la elección de variables es con frecuencia defectuosa, de
suerte que el análisis hecho
266 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

a base de ellas no enriquece ni puede enriquecer nuestros conocimientos


teóricos. En segundo lugar, y en este aspecto la opinión de Blumer se acerca
a k de Sorokin, el procedimiento es inadecuado en relación con el núcleo
central de la vida del grupo, consistente en interpretaciones de hechos
externos por los individuos del grupo. El análisis de tales interpretaciones
exige sus propios métodos: debe enfocarse el estudio de ia actividad del
grupo por los ojos de las personas que participan en aquella actividad. El
procedimiento Amplificador y esquematizante del "análisis de variables"
(que necesariamente es matemático o estadístico) no hace justicia a las
relaciones reales, aunque el método puede ser eficazmente empleado para
estudiar aquellos sectores de la vida social que no implican el proceso
interpretativo.
El neo-positivismo domina gran parte de la sociología norteamericana y
ha impresionado a muchos sociólogos de Europa (pero que todavía no han
producido ninguna obra de inspiración neo-positivista de valor comparable
a las producidas en este país.) Ese predominio no deja de ser discutido, y es
perfectamente posible que el neo-positivismo retroceda en beneficio de la
sociología funcional y analítica (véanse capítulos 17 y 1S).
La aportación principal del neo-positivismo ha sido metodológica. Si su fe
en la tríada cuantitativísmo-behaviorismo-funcionalismo (derivación del
pragmatismo) es injustificada, sin embargo, su insistencia sobre cada uno de
esos tres elementos ha dado fruto. La mayor parte de los sociólogos
contemporáneos coinciden en que las cuantifica-cíones técnicas son muy
útiles, y debieran emplearse como una ayuda de la investigación siempre
que fuera posible.25 También coinciden la mayor parre de los sociólogos en
que las descripciones introspectivas de los fenómenos sociales debieran
completarse con descripciones behavioristas. Muchos sociólogos despliegan
hoy gran cuidado en sus definiciones, formulándolas menos sobre bases a
priori y más sobre la base de hechos observables de lo que era corriente hace
una generación.
Creemos, desde luego, que el conocimiento conseguido de acuerdo con
los cánones neo-positivistas, seguirá siendo limitado; continuará en el plano
o nivel de la causalidad de Max Weber, sin alcanzar el nivel de comprensión
de Weber. Esta limitación es inherente a la actitud misma de los
neoposítivistas, quienes consideran la conducta

2& Dehí advenirse que las neo-positivistas raiimog han contribuido relativamente poco al desarrollo de las
moderna» técnica* estadísticas.
NEO-POSITIVISMO 267

verbal como última frontera de la dencia y adoptan una filosofía pragmática


que lleva consigo un nominalismo extremado. Los neo-positivistas creen que
así se librarán de la metafísica, que en su opinión es incompatible con la
ciencia. Como el personaje de Moliére que no sabía que cuando hablaba
hacía prosa, los neo-positivistas parecen ignorar el hecho de que su punto de
vista descansa inevitablemente sobre una de las posiciones metafísicas
posibles.
El pragmatismo extremo también dificulta mucho a los neo-posí-tivisras
hallar respuestas o Jas preguntas: ¿Qué es la sociedad? ¿Qué es Eft cultura?
¿Cómo se relacionan 3a sociedad y los individuos? Identifican 3a sociedad
con la interacción dentro de la sociedad. Así, para Lundberg, quizás el de
mentalidad más filosófica de esos escritores, un grupo social es una conducta
de acciones reciprocas clasificada desde el punto de vista estructural. Siendo
la sociedad una construcción mental, difícilmente puede "ínreractuar" con el
individuo; pero Lundberg, Zipf y otros suponen una interacción recíproca
entre ambos.
Sus opiniones fundamentales no les imponen a los neo-positivistas 1a
elección de unidades para el análisis sociológico. Pero hay un denominador
común fundamental: la unidad de análisis es aquella que es cuantificable. En
este respecto, Dodd realiza un túUT de forcé haciéndolo todo cuantíficable y
tratando las características cualitativas como si fueran igual a L
En la obra de los neo-positivistas no aparece ningún determinante
particular de la estructura ni del cambio sociales, aunque la teoría de Zipf se
acecta peligrosamente al determinismo económico.
En conclusión, podemos comparar el neo-positivismo con el positivismo
originario de Comte. Ambos muestran Ía tendencia a adscribir la verdad a la
ciencia sola. Ambos destacan la importancia de la observación y de la
inferencia. Pero el método histórico de Comte es reemplazado por el método
estadístico, y el realismo moderado de Comte ha cedido el lugar a un
nominalismo extremado. La moderada analogía orgánica de Comte y su
"física social" han cedido el lugar a una confianza mucho mayor en la
metodología de la física moderna. Por último, ha desaparecido la tesis del
progreso, sustentada por los padres fundadores.
CAPÍTULO 16

ECOLOGÍA HUMANA Y SOCIOMETRÍA

La cuantificación, aunque es atributo esencial del neo-positivismo, no se


¡¡mita a esta, orientación. Otras dos tendencias por Jo menos de la sociología
actual insisten en la cuantificación; ía ecológica y la socio-métrica. Los
representantes de estas "escuelas" no comparten necesariamente las
opiniones behavioristas y funciona listas del neo-positivismo; en realidad,
los sociómetras se indinan a concentrar la atención sobre procesos mentales
específicos.
Sin embargo, las dos tendencias difieren del neo-positivismo menos
porque no suscriben todas sus opiniones que por el hecho de que cada una
de ellas se enfoca sobre aspectos específicos de la vida humana como objetos
de investigación. La ecología humana se interesa primocdialmente por
fenómenos sociales que tienen sus raíces en la dependencia de los hombres
respecto de la limitación de existencias de los medios necesarios para
satisfacer sus necesidades. Los sociómetras ponen su empeño en la medida
de fenómenos que son especialmente observables en grupos pequeños e
informales. Las dos tendencias representan actitudes altamente
especializadas, y como tales no pertenecen a la provincia de este estudio
general; pero al mismo tiempo llevan implícitas teorías que ofrecen nuevos
caminos para penetrar en aspectos básicos de la interdependencia humana, y
por lo tanto debemos examinarías, aunque sea brevemente.
En cierto sentido, la ecología humana puede considerarse como un
renacimiento del determinismo biológico que a fines del siglo XIX estuvo
muy bien representado por el darvinismo social. Pero el tipo particular de
fenómenos biológicos que destacan los ecólogos es completamente diferente;
además, la ecología combina puntos de vista biológicos y geográficos,
estableciendo correlaciones entre el fondo biológico de los fenómenos
sociales y el medio geográfico.
Pueden seguirse las huellas de la sociometría contemporánea hasta el
penetrante estudio de Toennies sobre la comunidad, el análisis de Simmel
de los procesos sociales elementales y el tratamiento de Cooley respecto de
los grupos primarios. La sociometría también ha tomado algunas cosas de la
psiquiatría contemporánea. Estos diversos elementos se han entretejido con
la extremada importancia concedida a las mediciones, esto último de
inspiración neo-positivista.
ECOLOGÍA HUMANA Y SOCIOMETRÍA 2Ó7

Ecología humana

El término ecología fue creado en 1869 por el biólogo alemán Ernsr Haeckel
( 1 8 3 4 -1919). La ecología biológica es la ciencia de la interdependencia de ías
plantas y los anímales que viven juntos en una región natural. Los
principales conceptos desarrollados por esa ciencia son los de habitat,
gradiente, simbiosis (o vida conjunta), competencia, cadena de alimentos,
invasión y sucesión. La idea de aplicar el punto de vista ecológico y esos
conceptos a las relaciones humanas apareció por primera vez a comienzos
del siglo xx en la obra de Charles Galpin titulada Social Anatomy of an
Agrarian Commumty (Anatomía social de una comunidad agraria, 1915). Galpin,
que no usó la palabra ecología, recogió daros acerca de familias que vivían
en un distrito agrario de Wisconsin, relativos a las siguientes cuestiones:
dónde compraban sus suministros, dónde depositaban sus ahorros, a qué
iglesia asistían y a qué escuela iban sus hijos. Los resultados fueron
señalados en un mapa. La técnica cartográfica iba a hacerse muy corriente en
ecología. Aunque los diferentes campos de actividad estudiados por Galpin
no coincidían de un modo exacto espacia [mente, sin embargo la prueba
justificaba la idea de que en Ja sociedad humana existen "zonas naturales"
determi-nables.
En el mismo año (1913) de esa investigación, Robert E Park (18Ó4-1944),
de la Universidad de Chicago, llamada a convertirse en el principal centro de
investigaciones ecológicas, publicó un artículo sobre la ciudad, sin emplear
tampoco la palabra ecología. Decía Park que la ciudad es un fenómeno
natural, un producto de fuerzas espontáneas y en gran parte incontrolables,
organizadas en zonas fabriles, comerciales y residencíales. Añadía que la
gente con características económicas y culturales análogas tienden a reunirse
en zonas específicas de la ciudad, y que los características sociales y
culturales de cada zona tienden a imponerse a las vidas de los habitantes.
Los escritos y las enseñanzas de Park fueron el origen de una nueva ten-
dencia del dererminismo, en esta ocasión de carácter ecológico. De 1921 a
1923, R- D. MacKenzie, con Park y Ernest W. Burgess, el rercer fundador de
la ecología contemporánea, realizó una investigación sobre las zonas de la
ciudad a la manera de Galpin; fue él quizás el primer sociólogo que usó la
terminología conceptual de la ecología humana en una investigación
empírica sistemática. La expresión ecología humana fue empleada por Park en
colaboración con
270 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

Burgess, su colega en Chicago, en su texto general titulado An Intro-dticñon lo


the Science o¡ Sociology (introducción a la ciencia de la Sociología, 1921).
"The Growth of the City" ("El crecimiento de la ciudad"), clásico articulo
de Burgess, apareció en 1923- En ese trabajo estaba formulada la hipótesis
básica de ía ecología urbana, a saber: que la ciudad crea característicamente
como una serie de círculos concéntricos en torno de la zona que es núcleo del
distrito central de los negocios. Hacia afuera de esa zona central están las de
transición, marcadas por el empeoramiento material y social, de las casas de
trabajadores y de las residencias de la "clase media", y por último la zona
periférica de gentes que van y vienen todos los días de tdla al centro y
viceversa. Pero este tipo básico o ideal en los casos concretos aparece
deformado por la topografía local, el sistema de transportes y otras
circunstancias.1 La existencia de la zona de transición fue explicada por ia
expansión de la zona central; conocedores de ese crecimiento, los propietarios
de edificios en el siguiente círculo concéntrico, o zona de transición, no
conservan sus propiedades en buen estado y así proporcionan viviendas
malas pero relativamente baratas a los estratos de la sociedad menos
privilegiados económica y social-mente. Este cuadro de la estructura espacial
y social de la ciudad probablemente es exacto para el primer desarrollo de la
mayor parte, o por lo menos de muchas, de las zonas metropolitanas de los
Estados Unidos, como lo indican gran número de investigaciones ecológica-
mente orientadas.2 Pero el tipo de zonas concéntricas carece de la validez
universal que algunas le atribuyen o suponen los ecólogos urbanos.
En el segundo cuarto del siglo xx empezaron a multiplicarse las obras de
orientación ecológica, de suerte que puede hablarse legítimamente do una
"escuela" ecológica. En ei decenio 1930-1940 empezó a subrayarse la
diferencia entre interacción estrictamente ecológica e interacción social, y al
mismo tiempo se declaró que la mera descripción de fenómenos humanos a
base de una distribución especial no era verdadera ecología. La interacción
estrictamente ecológica, dijo James A. Quinn, destacado representante de ía
escuela, opera a través de la

1 Véase L*«d Üt* Central Boütm (iil ato dé la tierra en la zona centra! da Bailan}, por Waltcr
Firtr. Cambridge. Mai*athua«o, Harvard Univertity Pren. 1 9 4 7 , para un estudio que revela la
extrema distorsión de la hipáctíis de ka círculos concéntricos y para un. crírica de la hipótesis
misma.
2 Enrre otra* ciudades norreamericiDas de tuyo tipo ecológico je han dado ¡nfnrmn
figuran Chicas», Sr. Louis, Miuneupolis, Si. Paul* FiladeJfín, Nueva Orleáns. Loa Angeles,
Boston, New Haven, y Ruchestcr, Nueva York.
ECOLOGÍA HUMANA Y SOCIOMETRÍA 271

dependencia de un abastecimiento insuficiente de recursos del medio


ambiente; cada organismo vivo inevitablemente afecta a los demás
aumentando o disminuyendo el abastecimiento de recursos de que los Otros
dependen. El proceso es impersonal, y como no implica ningún cambio de
significados, es subsorial; pero su estudio es parte importante del análisis
sociológico.3 Por otra parte, Park, uno de los fundadores de la escuela,
sostenía durante el mencionado decenio que en las sociedades humanas
había que distinguir dos planos ecológicos (o sociológicos): el simbólico, con
sus raíces en Ja competencia impersonal, y el cultural, basado en la
comunicación y el consenso general. Pero esta opinión de amplio alcance no
la acepta Quínn, para quien ía ecología humana sólo proporciona uno de fos
modos posibles de abstracción de la red indivisible de relaciones humanas
dentro de un área de vida en común.
Comenzando con las primeras obras de Park y Burgess, los ecólogos han
relacionado diversos fenómenos sociales y culturales con las "zonas
naturales" de la ciudad. Han elegido para estudio especial ia zona de
transición, la zona de los barrios bajos o miserables, como el terreno especial
donde florecen el delito, el vicío, ía enfermedad, el suicidio, la
desorganización familiar y otros tipos de conducta extraviada. En algunas
obras probablemente se ha exagerado e] papel del habitar local, llegando en
ocasiones a señalársele como el principal determinante de la conducta
humana en sociedad. Cuando, por ejemplo, se insiste en que la población de
una zona deprimida y pobre ofrece las mismas tendencias desviadas
(manifestadas en la delincuencia, la criminalidad, etc.) a pesar de los
sucesivos cambios de su,composición étnica (mediante el proceso de
'invasión-sucesión'*), muchas veces se tiene la impresión de que en las
mentes de los autores las mismas paredes y tejados de los edificios
arruinados y el repugnante polvo de las calles mismas moldean tipos de
conducta. El crudo ambientalismo de esta suerte no se encuentra ya en las
obras de los sociólogos, ya utilicen en sus investigaciones un punto de vista
ecológico u otros métodos. Además, existen pocos expositores de una
posición ecológica extremada, que durante algunos años ha srdo atacada por
ignorar o menospreciar el papel de los factores culturales y subcultnraIes en
la formación de Ta conducta y el carácter humanos. A pesar de esas
refutaciones de la teoría ecológica en su variedad

* "Human FCPIOÍF «nd InteroCíioful Ecolngj" ("Ecnlogít humana 7 ecología ¡nrei-■ctuanie").


por J. A. Quina, en American S < K Í l ■ .V (octubre, 1940); para una exposición cumplen de In
materia véale Human Ecoíagy (Ecología humana}, por Quinn, Nueva York, Prcmice-Hall, Inc.,
1950,
272 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

radical, la escuela ha hecho aportaciones importantes a nuestro


rano-cimiento de la estructura social —así como del tipo espacial— de la
ciudad norteamericana moderna, del proceso de desarrollo y movimiento
que caracteriza la vida urbana (y en cierto grado la rural), y eí papel de esos
fenómenos en la producción de formas características de conducta
convencional y de conducta extraviada. Así, estudios como Family
Disorganiza/ion (La desorganización de ía familia), de Ernest R. Mowrcr, y The
Gong (La pandilla), de Frcderick M. Thras-her, publicados ambos en 1927;
Delinquency Areas (Zonas de delincuencia), de Clifford Shaw, y The Gold Coast
and the Slum (La Costa de Oro y el barrio bajo), de Harvey Zorbaugh, en 1929; y
Mental Disorders in Urban Ateas (Perturbaciones mentales en las zonas urbanas),
de 1L E. L. Faris y H. Warren Dunbam, publicado en 1939, todos los cuales
aplican un enfoque ecológico a materiales recogidos en Chicago, no sólo
proporcionan una información descriptiva reveladora acerca de diversos
aspectos de la vida social de las metrópolis del Medio Oeste, sino que son
monografías importantes sobre campos especializados de estudios
sociológicos.
Librados de la falacia del determinismo monista, los hallazgos de la
escuela ecológica representan una aportación importante a nuestro
conocimiento de los determinantes de la estructura y el cambio de las
sociedades humanas.* Los métodos ecológicos, frecuentemente en com-
binación con otras técnicas, en la actualidad se aplican muchas veces a
diversos campos de investigación. No puede dudarse que ciertas
características de la vida urbana, tales como las relaciones interétnicas,
pueden hacer uso eficaz de los conceptos de habitat, simbiosis e invasión y
sucesión, productos de la teoría ecológica.

Sociometría

La sociometría, según Jacob L, Moreno, su principal promotor (ru 1892),


intenta dar un sentido exacto y dinámico a las leyes dei desarrollo y de las
relaciones sociales. Trata de la estructura interna de los grupos sociales y
estudia lns complicadas formas que nacen de las fuerzas de atracción y
repulsión entre los individuos del grupo. Se dice, además, que la sociometría
estudia el grupo humano como una totalidad: cada parre es considerada en
relación con el rodo y la totalidad es mirada con relación a cada parte. Se
concentra en las rela-
4 Fin una pmcfiuciúo mícotc * co<U cteali de U teoría &.■■'.'.>:>..i que concern i lu crílicu
que v le han hecha, véase Human Ecoíogj (Ecología humana), por Amot H. Hawley. Nueva Yotlt,
The R^ald Press Co,, 1950.
ECOLOGÍA HUMANA Y SOCIOMETRÍA 273

ciones entre individuos, dejando el estudio de éstos en cuanto cales a la


psicología y a la psicología social.
Sostiene k sociometría que los grupos sociales son una realidad sai generis,
irreductibles a los elementos de que están compuestos. Como veremos más
adelante, uno de los problemas que ataca la sociometría se refiere al grado de
realidad del grupo.
Como indica la palabra sociometría, los que propugnan esta actitud se
consagran a la medición no de los fenómenos sociales en general, sino que se
limiian a ks relaciones ¡ntcrpersonales basadas en la atracción y k repulsión.
Los soriómerras advierten que los sisremas de preferencias humanas que
tienen sus raíces en esos procesos no pueden ser descubiertos por métodos
estadísticos, ni pueden ser satisfactoriamente investigados confiándose
únicamente a los métodos que prevalecen en las ciencias físicas, porque, para
obtener resultados válidos, los soriómerras deben solicitar la cooperación de
los sujetos a quienes investigan.
Nacido en Rumania, Moreno empezó su trabajo profesional en Austria.
Publicó (en alemán) en 1914 el volumen titulado Invitación a una conferencia,
y después participó en la reorganización de una comunidad próxima a Viena
donde iban en aumento las dificultades sociales. En 1925 emigró a los
Esrados Unidos. En este país, después de haber dirigido algunas
investigaciones sociométricas en escurias públicas y correccionales, apareció
en 1934 Who Shall Survive? (¿Quiénes serán los que solyrevivan?) su libro más
conocido. La obra recibió atención favorable de varios neo-positivistas, entre
ellos Lundberg y Dodd. En 1942, Moreno y sus colegas abrieron en Nueva
York un Instituto Sociométrko donde se hacen frecuentes demostraciones de
sus métodos. Los secuaces de Moreno, aunque pocos en número, parecen ser
discípulos muy fieles. Uno de ellos, Helen Jen-nings, es autora de Lemlership
and holation (Acción directiva y aislamiento, 1943), volumen que muestra con
claridad las técnicas y procedimientos de la sociometría. Bajo k orientación
de Moreno se publica desde 1937 la revista Sodometry, y desde 1947 la
revista adicional Sociatry, dedicada al problema del tratamiento terapéutico
de grupos desorganizados. En 1950 su tirulo se cambió jior el de Group
Psychotherapy.
Puede considerarse la sociometría como la combinación de una teoría
sobre k estructura informal de las sociedades y los grupos humanos y un
método para investigar esa estructura. Las proposiciones fundamentales de
la teoría pueden resumirse brevemente.
274 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

La sociedad humana, según Moreno y sus discípulos, es más que una red
de relaciones intermentales; liene existencia objetiva por sí misma, opinión
que discrepa en absoluto del nominalismo extremo de los neo-positivistas.
La estructura de la sociedad no es idéntica al "orden social" ni a la forma de
gobierno. Por ejemplo, puede desaparecer el Estado y, sin embargo, persistir
la "estructura sociodin árnica" subyacente de la sociedad. Esta estructura es
evidenciada por el proceso de opciones o preferencias que hace la gente,
basadas en la atracción o la repulsión, esto es, por una especie de afinidad
selectiva entre los individuos. Esas relaciones selectivas entre individuos
dan su realidad a los grupos sociales. El grado de realidad de una confi-
guración social puede determinarse midiendo las preferencias y los tipos
selectivos. Unos grupos tienen una estructura que ios sitúa más cerca del
piano del azar que otros, lo cual quiere decir que la atracción y la abstención
de relacionarse entre los individuos afectados no son más frecuentes ni
intensas que entre individuos elegidos al azar. Pero otras estructuras se
aproximan al nivel de la cohesión social óptima.
Para determinar el tele, término usado en sociometría para designar las
fuerzas de atracción y repulsión entre los individuos, se emplea un
procedimiento llamado prueba sociométrica. La prueba requiere que cada
sujeto de investigación indique sus elecciones de compañeros en situaciones
diferentes, tales como el juego, el trabajo o el estudio. El número de
selecciones o de exclusiones de los sujetos puede ser restringido o ilimitado,
dependiendo de la amplitud de la investigación.
Para obrener un cuadro total y auténtico de un grupo o sociedad, deben
ser considerados como agentes activos todos los individuos que lo
componen. Una tarea importante del sociómetra consiste en estimular a las
personas estudiadas a obrar y elegirse o rechazarse unas a otras de acuerdo
con los procedimientos sociométricos. Si esa tarea se realiza, serán
"excitados" e incluidos en el cuadro de la investigación todos los dominios
de las relaciones sociales: económicos, éticos, culturales. En consecuencia,
los sodómetras propugnan un procedimiento de "caldeamiento" propio para
provocar la mayor espontaneidad posible de las respuestas de los sujetos a
las preguntas y sugerencias del observador. El investigador debe también
coactuar con el grupo; en otras palabras, debe actuar como observador
participante.
Las pruebas en que se usan esas técnicas proporcionan material para
gráficas llamadas sociogramas. Un soctograma es una especie de
ECOLOGÍA HUMANA Y SOCIOMETRÍA 275

mapa de un grupo en eí que, con símlxilos apropiados, se representan las


elecciones positivas y negativas de los individuos del grupo. Los
sociogramas permiten representar gráficamente fos átomos sociales,
definidos como la suma total de relaciones que rodean a cada individuo,
numerosas en algunos casos y escasas en otros. Pero los átomos sociales sólo
son partes de una unidad mayor, la retí psicosorial, representada por el
engranaje de numerosos átomos sociales. Este procedimiento gráfico revela
un número limitado de configuraciones típicas: el aislado, o cifra solitaria
relativa a las elecciones hechas por él de otros y de ías hechas de él por otros;
c| par; e! triángulo que se basta a sí mismo; la cadena (A elige a B, pero B
elige a C, y así sucesivamente); y la estrella con su grupo. Además de esas
configuraciones, características de pequeños grupos, los soriómerras señalan
estructuras más extensas: la comunidad compuesta de redes psico-soriaJcs, y
la humanidad, formada por comunidades. Aunque ni Moreno ni ningún
socíúmetra destacado han estudiado el asunto, otros, entre ellos Lundberg,5
han empleado sociogramas para representar tipos de relaciones sociales en
pequeñas comunidades norteamericanas.
Ademáis de la construcción y análisis de sociogramas, los sociómetras
usan el método del átomo cultural, que presenta esquemáticamente los
diferentes papeles sociales en que participan los individuos, activa o
pasivamente, así como la matriz de interrckción propuesta por Dodd. Los
resultados de numerosos estudios sociográficos han animado a los
sociómetras a formular estas conclusiones: en k vida social hay una
concentración de elección humana sobre unos pocos individuos, lo cual
reduce la cantidad de elección invertida en otros. Esta situación produce un
proletariado sociométrico. los aislados, el más antiguo y numeroso
proletariado de la sociedad humana. Además, existe una correlación entre la
inclinación del individuo a hacer elecciones positivas y su capacidad para ser
objeto de k elección de otros. Los que son muy preferidos en ks elecciones de
los demás fácilmente asumen el papel de jefes o líderes.
Otra conclusión de Moreno es que el antagonismo y la tensión sociales
aumentan en proporción directa de k diferencia soriodinámica enrre k
sociedad oficial y la marriz sociométrica (que expresa relaciones de atracción
- repulsión). Los sociómetras han estudiado des-

5 Vtjie "The SociogTujihy ¡jí Same Communify ir. Un ■' .S- ■, iogrjfi i de algún»
relacione» cujljuniiíriís"), por G. A. Lundberg y M. Lawsicig, en Americm Sociológica} Retín?,
YOl. 2, 193?; y "Social A::r, [ji n Paltem» in a VilLagt" ■ N'.-1:11. 1. Je .M.di, social en una
población pequeña"), por G. A. Lundberg y M. Sítele, en Sodomei'y, ved. i, 1933.
276 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

órdenes producidos en grupos, por ejemplo, en casas correccionales, y han


averiguado las relaciones existentes entre diversas formas de organización
de los grupos y los diferentes tipos de desórdenes. Por ejemplo, si los
intereses emocionales de la mayoría de los individuos del grupo de una casa
se dirigen principalmente a individuos ajenos al grupo, el funcionamiento de
éste se verá perturbado por la falta de exactitud en el trabajo, la
superficialidad de su ejecución, etc. Si, por el contrario, el grupo es
fuertemente introvertido, pero muchos de sus individuos se rechazan entre
sí, aparecerá un desorden de otro tipo, expresado en disensiones y conflictos
entre los individuos sobre la ejecución de acciones necesarias. Si muchos de
los individuos rechazan a ía directora dd correccional, pero se atraen entre
sí, el retroceso en el trabajo y ia rebelión abierta pueden ser Jas
consecuencias.
Sobre la base de varios estudios de conflictos intragrupales, los so-
ciómetras han creado técnicas pata reducir esas tensiones, en especial el
pskodtama y el soúodrama. Estas técnicas pueden usarse también para otros
fines, como preparar a individuos para Ja jefatura del grupo.
Moreno y sus discípulos, como muchos innovadores, propenden a
sobre&tjmar la importancia de sus hallazgos. Con frecuencia escriben como
si hubieran encontrado la clave para el conocimiento de las relaciones
interpersonales. Con toda probabilidad, Ja afinidad selectiva entre los
individuos del grupo, que ellos subrayan, opera en combinación con una
afinidad basada en el parentesco, en la proximidad espacial y en otros
factores. Además, las relaciones interpersonales son afectadas por las
costumbres y las instituciones tradicionales y por Ja coacción. No obstante,
los sociómetras han abierto un prometedor campo de estudio.
Recientemente sus ideas han hallado terreno propicio en Francia, donde se
ha fundado un Instituto Sociométrico. Gurvitch ha señalado una
sorprendente analogía entre hs opiniones fundamentales de los sociómetras
y su propia mítrosociología (véase capítulo 19), Las dos tendencias
comenzaron independientemente, y sus analogías pueden considerarse
como otro ejemplo de la. tendencia convergente que prevalece en la
sociología contemporánea.

Resumen y crítica

Aunque los campos de investigación cultivados por Jas dos escuelas


estudiadas en este capítulo son completamente diferentes, la ecología
humana y la sociometría tienen mucho de común. Las dos insisten en Ja
cuantificación y las dos la combinan con procedimientos gráficos. Los
ecólogos dibujan mapas de la comunidad local, especialmente de
ECOLOGÍA HUMANA Y SOCIOMETRÍA 277

la ciudad, mostrando diferentes zonas ecológicas y representando gradientes


o indicadores de diferencias de magnitudes de variables tales como el crimen
y el suicidio en Jas diferentes zonas. Los sociómetras también rrazan mapas,
más exactamente, cartas de grupos sociales que simbolizan las fuerzas de
atracción y repulsión descubiertas por fas pruebas sociometricas.
En sus formas extremas, las dos escuelas se acercan mucho a un monismo
estricto. Aunque los ecólogos no pretenden explicar la totalidad de las
relaciones humanas con su teoría, algunos de los primeros representantes de
la escuela dan a veces esta impresión. Presentaban los hechos ecológicos
como si fueran causados por alguna fuerza desconocida, de manera parecida
a como algunos nco-positiviscas tratan los hechos sociales como si fueran
determinados por las exigencias de ecuaciones matemáticas. Los sociómetras
que siguen de cerca a Moreno afirman expresamente que la estructura social
es rcductible al factor único de la atracción y la repulsión espontáneas entre
los individuos. Pero mientras la fuerza desconocida de los ecólogos es tratada
a veces como si fuera independiente de la voluntad humana, los sociómetras
conciben sus configuraciones relaciónales como resultantes de la composición
de fuerzas humanas.
Las dos actitudes dan sólo soluciones parciales a los problemas básicos de
la teoría sociológica. Los sociómetras interpretan la sociedad como una red
de afinidades selectivas entre los individuos, afinidades a las que se atribuye
una realidad que trasciende las interacciones intermitentes entre ellos.
Aunque rara vez usan los sociómetras la palabra sistema, tratan
sistemáticamente las relaciones entre la sociedad y el individuo; cada
individuo es el centro de un átomo social en el que otros individuos quedan
implicados mediante los procesos de atracción y repulsión, mientras que la
sociedad es una complicada red Je tales átomos. Por la otra parte, los
expositores de la ecología humana han encontrado un nuevo enfoque para el
problema de Jos determinantes de la estructura social, aunque sus opiniones
acerca de los determinantes de los cambios sociales no son únicas.
Las dos escuelas se lian mostrado propensas a formular exageradas
pretensiones en relación con sus teorías de la vida social y sus métodos de
investigación, característica de algunos de los escritos ecológicos aparecidos
de 1920 a 1940 y de algunas publicaciones socio-métricas más recientes. Por
otra parte, el esquema conceptual de la sociometría está expresado en
términos un tanto nebulosos que requieren aclaraciones, cosa que pueden
hacer los trabajos actuales.
CAPÍTULO 17

EL PUNTO DE VISTA FUNCIONAL

En germen, el punto de vista funcional para d estudio de los fenómenos


sociales se remonta a los padres fundadores de ia sociología^ 3' a partir de
ellos adelanta, especialmente a través de las obras de Durkheim, Cooley,
Thomas y Pareto. Pero sólo en el segundo cuarto del siglo xx, bajo la
influencia de la antropología cultural, conquistó esta actitud una posición
definida en el campo de la sociología. Sus avances en los años recientes han
sido tan rápidos, que muy bien se la puede considerar como un competidor
del neo-positivismo por el predominio en la sociología contemporánea. 1 Por
otra parte, presenta notable afinidad con algunas características de Ja
sociología analítica, otra tendencia importante de la sociología de mediados
del siglo XX (véase capitulo 18); muchas obras recientes podrían quizás ser
clasificadas al mismo tiempo como funcionales y como analíticas.

Génesis y alcance del punto de vista funcional

¿Qué es el funcionalismo? Es ésta una pregunta que no puede contestarse


fácilmente, porque las palabras función y funcional, en sociología y en
antropología cultural, reciben sentidos diferentes y sin relación entre sí. A
veces, y particularmente en la obra de Sorokin, se emplea la palabra función
en el sentido matemático, significando una variable cuya magnitud está
determinada por ía magnitud de otra. Más frecuentemente, la palabra
función se refiere a la aportación que una parte hace a un todo, por ejemplo a
una sociedad o una cultura; éste es e! sentido atribuido muchas veces a
"función" por antropólogos tan destacados como A. R. Radclíffc-Brown,
Ralph Lineen y Bronislaw Malinowski, y también, germinal mente, en los
escritos de Durkheim. (Nosotros usamos ía palabra función en este sentido
cuando decimos que la función del gobierno es asegurar la paz y el orden en
la sociedad.) Como modalidad de este segundo significado, eí término
función se amplia en ocasiones para designar también las
1 Efempfos do la creciente influir tía del funcionalismo san mucho» libias de Texto, enrre
elios Human Society (Lu sociedad humana), de Kingsieí Daris, NUCYB York, The Mamullan Ce,
19-19. Nácete también IB importancia ■. ■ !. :. al punm de vista funcional en lea siguientes
estudie* «obre Sociología de L TUndum Home: Sociológicos Rwrtprttive lL-i perspéctica
sociológica), pul El? Chinar. Nueva York, !'■ ¡. Th e De-vcJopmmU oj Ameriten Sociology
(Desarrollo d e U sociología norteamericana.), por R- C j G. Hinkic, Nueva York, 1954;
ínterpreting Social Changa la America (Interpretación del cambio social en los Estados Unidos), pos N.
F. Washburne. Nueva York, 1954.

278
PUNTO DE VISTA FUNCIONAL 279

aportaciones que el grupo hace a sus individuos (verbi gratia} ks de la familia


para k supervivencia de los bebés), o ks de grupos grandes a grupos pequeños.
Además, el punto de visca funcional se refiere fre-"\ cuencemente a la
importancia de la integración do las partes en todos, o, lo que es casi lo mismo,
a Ja interdependencia de las parres. También se encuentra este uso en las obras
de los autores que acaban de menciona rse/Fínal m en te. Ja expresión "análisis
funcional" se emplea para designar el estudio de fenómenos sociales como
operaciones o efectos de estructuras sociales csixTÍficas, tales como los
sistemas de parentesco o los de clases; por consiguiente, suele aparecer en la
forma compuesta estrt/ctaral-jnncional. Esta fraseología puede encontrarse en
[as obras actuales de Parsons y sus discípulos (cuyas opiniones expondremos
en el capítulo 18), pero se le puede seguir k pista hasta Spencer. Esta situación
terminológica es verdaderamente confusa, y la confusión aumenta cuando se
tiene en cuenta que también se emplean con frecuencia otras palabras para
expresar los diversos significados de función.2 *
Sin embargo, la observación de las manifestaciones recientes tanto en
sociología como en antropología cultural revela que el movimiento conocido
por funcionalismo se centra en torno del segundo y tercero de los cuatro
significados de la palabra función anotados arriba. Puede juzgarse, pues, que
el funcionalismo sustenta la hipótesis de que todos los fenómenos sociales
abarcados por esos dos significados van juntos y que la teoría sociológica
debiera concentrarse sobre dios. En una forma que no está expresamente
manifiesta en ningún escrito determinado, el teorema funcional básico dice así;
Un sistema social (los función a lis tas usan con frecuencia esta expresión) es
un sistema real en que las parces desempeñan funciones esenciales para la
subsistencia (y finalmente para la expansión O fortalecimiento) del todo, y en
consecuencia son interdependientes y están más o menos integradas.
El punto de vista funcional es más antiguo en. biología, psicología y
antropología cultural que en sociología. La biología es una ciencia or-
ganizada en totno de k idea de que cada órgano, o parce deí sistema llamado
organismo, realiza una o varias funciones esenciales para la conservación del
organismo y/o de la especie a la cual pertenece. Como corolario, se subraya
el principio de la interdependencia de los órganos. En suma, se concibe el
organismo como un sistema de componentes funcional mente interrekc
roñados.

i Social Tbsfry and SotLd $tru.-inn ( Le ítori* y U titrnctuT* iveñdei), por R, K. MCIIOD, GIMÍM,
111., The Frtc Preu. W 9. pp. 22-27.
280 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

En psicología., a fines del siglo xix y principios del XX diferentes escuelas


analíticas describieron laboriosamente las partes componentes dei proceso
mental (tales como cognición, emoción y volición), pero fueron incapaces de
captar su unidad, Iniciada con anterioridad, pero llegada a la plenitud de su
desarrollo entre 1920 y 1940, surgió la influyente escuela de la Gestalt
(configuración), que sostenía que iodo elemento del proceso mental, si ha de
obtenerse un conocimiento verdadero de él, debe ser estudiado en relación
con d todo, porque d sentido de cada elemento varía de acuerdo con la
configuración total de que forma parte.
En crnología o antropología cultural, el punto de vista funcional fue
anticipado por Franz Boas (1858-1942), quien escribía en 1887: "El arte y el
estilo característico de un pueblo sólo pueden comprenderse estudiando sus
productos como un todo".a Pero el funcionalismo se desarrolló en
antropología mucho más tarde, en oposición tanto con el evolucionismo
como con el difusionismo. Hemos expuesto el evolucionismo en capítulos
anteriores, así como su colapso al aparecer nuevas teorías, entre ellas el
funcionalismo. El difusionismo es una posición adoptada por algunos
etnólogos que destacan la propagación o difusión de las invenciones desde
un número relativamente pequeño de centros de cultura y su importancia en
el desarrollo cultural. Contrariamente a la orientación histórica de esas dos
escuelas, que explican toda manifestación cultural localizándola ya en ei
esquema evolucionista o en un proceso histórico concreto de difusión, los
funcionalistas declaran que la explicación de toda manifestación de cuhura
se encontrará en lo que supone para el todo y, correlativamente, en relación
con su interdependencia con las otras manifestaciones que forman la cultura.
Como ocurre frecuentemente con los innovadores, ios funcio-nalistas
incurrieron en exageraciones, dando la impresión a veces de que pretenden
que toda manifestación de cultura es funcional en el sentido de que
contribuye positivamente al conjunto de la cultura, olvidando
manifiestamente las costumbres dañosas, a la manera de Sumner. De un
modo parecido, los antropólogos funcionales suponen a veces que todo
sistema social está perfectamente integrado, olvidando el bien conocido
hedió de la desorganización social.
Las tendencias señaladas de la biología, la psicología y la antropología
cultural estimularon grandemente el nacimiento de la sociología funcional.
Pero los sociólogos funcionales también pueden remontar su genealogía
dentro de su propia disciplina. Las ideas de la

* En un artículo publicad» en Scieait, voL 9, pp- 435 «.


PUNTO DE VISTA FUNCIONAL 281

integración de las parces en todos y de ia interdependencia de ios diferentes


elementos de una sociedad están ya en el consensos uni-versalis de Comte, en
la preocupación de Spencer por la integración como compensadora de la
diferenciación, en la teoría orgánica de Cooley, y especialmente en la
concepción sustentada por Pareto sdc la sociedad como un sistema en
equilibrio. Isxs agnaciones hechas por estructuras sociales particulares al
conjunto fueron destacadas por Durkheim y por Thomas. El campesino polaco,
de éste último y de Znaniecki, puede considerarse como la primera obra
importante de la sociología contemporánea escrita con espíritu funcional.

Algunas obras importantes del estilo funcional

En l_929..Rpbert S. y Helen M. Lynd publicaron Middletown, que se ha


convertido en una obra clásica de la literatura sociológica norteamericana.
Ese estudio es un. intento bien planeado y bien ejecutado para conocer una
comunidad norteamericana (Muncie, Indiana) más o menos representativa
como un sistema social y cultural relativamente cerrado y que satisface las
necesidades de sus miembros. Esas necesidades están enunciadas en
términos dinámicos: ganarse la vida (adquirir los medios necesarios para
subsistir); hacerse un hogar (incluidos el matrimonio y la crianza de los
niños); preparar a los jóvenes; utilizar los asuetos; dedicarse a prácticas
religiosas; participar en actividades de la comunidad, en especial el manejo
del gobierno; cuidar de k salud pública; atender a los indigentes,
proporcionar información. La investigación fue realizada en gran parte por
observación participante, a la manera de los estudios etnológicos con
temporáneos, aunque también se usaron documentos históricos y datos
estadísticos.
Los resultados convencieron a los Lynd de que las modalidades en la
satisfacción de necesidades que se manifestaban en Middletown indicaban
un tipo definido de estructura social, a saber, la división básica de la
población en gente de negocios y trabajadores, cada una de las cuales clases
desempeña las funciones sociales esenciales de manera, un tanto diferente.
La hipótesis de la plena integración del sistema social-tul tu tal no fue
comprobada, distinguiéndose la vida de ia comunidad por un laberinto de
actividades institucionales engranadas y con frecuencia contradictorias. Los
autores encontraron el uno al lado del otro intentos para emplear la
psicología del siglo xix en la educación de los niños y la psicología del siglo
XX en la práctica de los negocios, confianza en el laissez faire del siglo XVni y
el uso
2S0 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

de máquinas del siglo XX, y así sucesivamente. Sin embargo, se comprobaron


algunas uniformidades en los cambios sociales, por ejemplo, el hecho de que
las innovaciones materiales hayan sido aceptadas con mejor voluntad y
mayor rapidez que las ideas nuevas concernientes a las relaciones entre
maridos y mujeres, entre padres e hijos o entre las clases sociales. Este
resultado parecía corroborar la hipótesis del retraso cultural de Ogburn.
Middletown, saludado por algunos comentaristas como la primera
demostración importante de la apiicabilidad de los métodos y la teoría
antropológicos a las complejas comunidades modernas, y citado por otros
como un "nuevo tipo de historia", fue ampliamente leído en las
universidades norteamericanas en el decenio de los 1930. En 1937 los Lynd
publicaron Middletown in Transilion (Middletown en transición), continuación
del estudio de Muncie durante los primeros años de Ja crisis que, aunque
conservando el penetrante punto de vista del trabajo anterior, se dedicó más
a la estructura de las clases y a las relaciones del poder económico y político
en aquella localidad. Estos libros han estimulado muchos estudios similares,
tanto en el país como en otras partes.
El más conocido de ellos es la serie de Ciudad Yanqui (Yankee City),
dirigida por William L, Warner, informe en cuatro volúmenes sobre una
pequeña ciudad de la Nueva Inglaterra que señala su estructura de ciase y
de posiciones sociales, sus cambiantes normas éticas y su sistema industrial.
El primer volumen, The Social Ufe of a Modern Comnmnity (LA vida social en una
comunidad moderna), presenta el punto de vista funcional de Warner en
relación con las ideas siguientes: Cuando ía interacción recíproca se organiza
en relaciones definidas, produce sistemas de agrupaciones reguladas o
irreguladas, llamadas estructuras sociales, que dirigen la conducta social de
los individuos. Cada una de esas estructuras (la familia, la organización
económica, la iglesia, etc.) se manifiesta por reglas tipificadas impuestas por
sanciones reguladas o irreguladas. Finalmente, las diversas estructuras
sociales están interralacionadas de tal manera, que forman una totalidad
dinámica. Esta intercalación integrada del sistema social es producida en
rodas las sociedades por la importancia dada a una estructura que da forma
a la sociedad total e integra las demás estructuras en una unidad social de un
modo muy parecido a como el esqueleto proporciona un armazón para las
demás partes del cuerpo. En Yankee City y a través de toda H sociedad
norteamericana, la estructura en clases sociales desempeña el papel del
esqueleto.
PUNTO DE VISTA FUNCIONAL 2S1

Gran parte de la serie sobre Yankee City, así como otros varios volúmenes
a cargo de Warner o que hacen uso de su teoría y su método, pintan en
detalle los sistemas de clases sociales y sus relaciones con la economía, con la
posición genealógica y con los factores étnicos en comunidades de diversas
partes de los Estados Unidos. Así, este aspecto de la sociología funcional está
representado, por ejemplo, por Deep South (Sur profundo, 1941), dirigido por
Warner, Plainville, USA- (1945), de James West, y Elmtotvn's Yoitth (La
juventud de Elmtown, 1949), de A. B. Hollingshead.
En American Society (IA sociedad norteamericana, 195 T), de Robin M.
Williams, se persigue un objetivo mucho más ambicioso: el de describir y
explicar en términos sociológicos Jas relaciones sociales y las creencias y
valores concomitantes que caracterizan al pueblo de los Estados Unidos.
Williams distingue entre organización social (definida como una trama de
interacciones sociales recurrentes) y cultura, en especial cultura normativa,
entendida como "un plano para la conducta". Los complejos de normas
respaldadas por sanciones sociales intensivas, que gozan de fuerte apoyo y
asociadas con necesidades importantes u orientaciones valorativas, son
instituciones. La mayor parte de la obra está dedicada al examen de
instituciones importantes de los Estados Unidos contemporáneos. Pero
quizás el rasgo sobresaliente de este estudio es el modo como trata Williams
el problema relativo a la integración de instituciones parcialmente autóno-
mas. Resuelve el problema mediante una teoría conjetural, pero general, de
la integración de la sociedad y de 3a cultura. Según él, los medios de
integración son, primero, la dependencia mutua dd beneficio y los intereses
individuales; segundo, mecanismos explícitos de cohesión, incluido el
acuerdo sobre las reglas a que debe someterse la consecución de los
intereses, la existencia de organizaciones extensas que vinculen a las
organizaciones menores y a los grupos primarios, y por último sistemas de
representación y de control imperativo; tercero, reacción contra las presiones
exteriores, tales como la guerra o la amenaza de guerra; cuarto, la común
aceptación de símbolos y valores. Cree Williams que empleando estos
instrumentos analíticos podemos comprender "el milagro diario de Ta
sociedad en existencia". El conocimiento de esos mecanismos integradores no
es estéril: en nuestro tiempo —dice Williams— ! . mayor parte de los errores
en la vida pública y privada son consecuencia de no prever las repercusiones
de acciones particulares que tienen lugar dentro de un sistema social total.
2S2 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

Las obras que acabamos de examinar tratan de sociedades o comunidades


consideradas en conjunto; pero hay otras en estilo funcional dedicadas a
aspectos particulares de la vida social. Éste es el caso de Dvlinquent Boys
(Muchachos delincuentes, 195Ó), de Albett K. Cohén. El autor desarrolla Ja
idea de que, en k sociedad norteamericana, existe una "subcultura
delincuente", antiutilitaria, maléfica y negativista; esta subcultura se
encuentra primordialmente entre los varones jóvenes de k clase trabajadora.
Cohén plantea k cuestión de las causas da tal subcultura, y k resuelve en
términos funcionales demostrando que esa "subcultura" satisface necesidades
reales de los jóvenes de familias obreras. Los muchachos pertenecientes a esa
clase están expuestos a problemas de adaptación difícil, especial mente en
escuelas orientadas en gran parte de acuerdo con las tradiciones de la clase
media. Los valoraciones de esta tradición fomentan la adscripción de un
posición social baja a los muchachos de la dase trabajadora, lo cual les hiere
canto más a causa dd ingrediente igualitario de la Cultura norteamericana.
La pandilla o banda delincuente es una respuesta a esa situación: en su
ambiente, los muchachos son estimados según normas completamente
diferentes de las de la clase medía, y estas últimas son negadas. La
delincuencia aislada no es respuesta adecuada a esas circunstancias (excepto
en el plano psicológico de frustrarión-agresíón), mientras que la actividad en
grupo, en este caso la conducta delincuente, opera dentro de la banda para
conferir y reforzar posiciones. Formulada en términos funcionales, la
explicación que da Cohén de k formación y las actividades de bandas
delincuentes, es que contribuyen a solucionar uno de los grandes problemas
de Jos jóvenes varones de k clase trabajadora norteamericana. Hay, desde
luego, "alternativas funcionales" (véase la sección siguiente): un "muchacho
de Ta calle'* puede tratar de convertirse en un "muchacho de colegio" (cosa
más fácil de decir que de hacer), o puede aceptar su situación absteniéndose
de una conducta delincuente. Desde luego que los individuos de las bandas
delincuentes no suelen tener idea de ks funciones sociales de la banda, pero
ésta es una situación frecuente que se revela en el análisis funcional, punto
del que trataremos brevemente.
Si Muchachos delincuentes, de Cohén, puede interpretarse de acuerdo con
el funcionalismo, Religión Ámong the Primitives (La religión entre los primitivos,
1951), de W, J. Goode, es expresamente funcional. Afirma el autor que su
análisis es sociológico (lo cua] identifica él con el análisis a base de k
orientación de los valores comunes),
PUNTO DE VISTA FUNCIONAL 285

funcional y comparado. El estudio general del funcionalismo que hace


Goode identifica este punto de vista con la concepción de la sociedad como
un proceso unitario, llegando hasta sostener que la sociedad tiene metas que
no son. idénticas a los fines individuales. En su estudio teórico subraya el
autor el aspecto del funcionalismo relativo a la integración de las partes en el
todo. Pero la mayor parte de su obra está dedicada a un laborioso estudio de
la interdependencia del aspecto religioso de la vida social en cinco
sociedades primitivas, con sus actividades económicos, políticas y familiares.
Por ejemplo, muestra cómo la producción económica se mezcla para el
dahomeyano con d uso de lo sobrenatural; y, en términos más generales,
sostiene que, entre las sociedades estudiadas, lo sobre natural y sagrado
actúa en el dominio económico fijando una conducta concreta, cambiando
los fines que hay que perseguir y proporcionando móviles o motivos de
acción. El sistema religioso sostiene al político no sólo expresamente, sino
también implícita y simbólicamente, en especial imponiendo normas
institucionales para evitar conflictos. Y la estructura y situación de la familia
se reflejan con frecuencia en la religión, pues los dioses forman familias a la
manera humana. En esas sociedades, las reglas religiosas sirven por lo
menos —Goode no es aficionado a la extrapolación— como instrumentos de
integración, ofreciendo valores sociales comunes que ayudan a dirigir Ta
sociedad como un todo. Peto los elementos del sistema religioso no son
necesariamente funcionales por completo, porque pueden inhibir otras
zonas de acción que refuerzan el bienestar de la sociedad, de lo cual
aparecen diversos ejemplos en los detallados estudios de ks actividades
económicas, políticas y familiares.

Hada una teoría funcional sistemática

Esos estudios constituyen una muestra pequeña pero representativa del


enfoque funcional que ahora se usa frecuentemente en sociología. Pero hasta
muy recientemente no se había realizado su codificación teórica. Un intento
de esto fue el del antropólogo Bronislaw Ma-linowski (1884-1942) .SuTeoría
científica deia cultura (1944) pide para la antropología cultural el papel de
ciencia social genera[izadora (véase capítulo 1), ofrece una definición, no
desarrollada, del funcionalismo, y es ejemplo del uso del funcionalismo en k
investigación. Malinowski rechaza ia tosca concepción del funcionalismo
que lo reduce al casi inútil enunciado de que todo se relaciona con rodo.
2S4 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

Para evitar ese peligro propone Malinowski el procedimiento del ais-


lamiento, según el cual "el aislado funcional es la Institución". (En la
terminología de Malinowski la palabra institución se refiere tanto a un grupo
social como a los modos consagrados de proceder). Cada institución
desempeña por lo menos una fundón social, lo cual quiere decir que satisface
una necesidad social reconocida. Malinowski presenta dos axiomas que,
según declara, deben servir de base a toda teoría científica de la cultura. Dice
el primero que toda cultura debe satisfacer las necesidades biológicas de!
hombre tales como la nutrición, la procreación, la protección contra las
fuerzas dañinas del clima, contra los animales y contra los hombres; pero
también debe proporcionar descanso y regulación del crecimiento. Dice el
segundo que toda conquista cultural es un refuerzo instrumental de la
fisiología humana y se refiere directa o indirectamente a la satisfacción de
una necesidad corporal. Malinowski expresa la convicción de que es posible
"enlazar funcíonalmente los diversos tipos de reacción cultural, tales como la
económica, la educativa, la científica, la mágica y la religiosa", con
necesidades biológicas, elementales o derivadas. Así, "la explicación
funcional del arte, del esparcimiento y del ceremonial público puede tener
que recurrir a reacciones directamente físicas del organismo al rirmo, al
sonido, al color, a la línea, a la forma y sus comb ínac iones' 1.4
Ta! como la expone Malinowski, quien, con Radcliffe-Brown, es
considerado como la figura más destacada del funcionalismo en la
antropología cultural, la teoría funcional —aunque no sus famosos estudios
sobre los trobriandeses—- casi parece convertirse en una resurrección parcial
del determinísmo biológico, cosa que pocos de sus expositores
contemporáneos creen que sea funcionalismo.
Los funciona lis tas están produciendo actualmente un tipo de teoría,
especialmente aplicable al estudio de ía. estructura social y de la diversidad
cultural, que puede resumirse en los términos siguientes. En primer lugar (y
este punto de partida con frecuencia aparece disfrazado en Tos escritos de
los funcíonalistas), la conservación y la posible expansión de un grupo y de
su sistema social, así como la persistencia y el posible progreso de la cultura
del grupo, se definen, por To menos implícitamente, como objetivos o metas
del grupo. El estudio empírico revelará los requisitos funcionales de un
sistema dado, es decir, las condiciones en que esos objetivos pueden ser
alcanzados. Puede demostrarse, entonces, que partes específicas de la
estructura social y de

4 Malinowski, op. at., pp. 174, 175.


PUNIO DE VISTA FUNCIONAL 235

la cultura del grupo funcionan como mecanismos que satisfacen (o no


satisfacen) los requisitos funcionales. Se siguen nuevas proposiciones como
amplias guías teóricas. Primero, las necesidades funcionales universales
pueden satisfacerse de diferentes maneras, de las que son ejemplos las
diferencias sociales y culturales; y las sociedades individuales, por así
decirlo, han "seleccionado" sus particulares procedimientos de entre un
ancho margen de fusibilidades culturales. Pero, segundo, el número de esas
"selecciones" es siempre limitado, limitado por las características biológicas
del hombre y por sus necesidades sociales y psíquicas; de aquí que
prevalezcan invenciones independientes y paralelas en sociedades diferentes
(fenómeno que sirvió a los evolucionistas como uno de sus argumentos más
poderosos). Tercero, el margen de "selecciones" para una sociedad específica
es limitado más aún por las ínterrelacioncs y, en cierta medida, por la inter-
dependencia de las selecciones mismas; así, la adopción de un tipo de
sistema de parentesco, por ejemplo, restringe el número de posibilidades en
otras zonas institucionales. (Más concretamente, como se ha observado
muchas veces, el desarrollo industrial moderno en sociedades
tradícionalraente agrarias indudablemente limita, pero no determina, el
número y tipo de posibles manifestaciones políticas e institucionales de otras
clases.) Tarea importante del análisis funcional es descubrir el número y tipo
de posibilidades culturales en diversas condiciones sociales. Un esfuerzo
ambicioso en esa dirección puede verse en The Structure of Society (La
estructura de la sociedad, 1952), por Marión Levy, Jr., influida también por la
orientación "estructural-funrionai" de la teoría de Parsons (véase capítulo 18).
Ei progreso ulterior de la teoría funcional requiere una clara comprensión
del concepto mismo de función, así como la creación de una metodología que
pueda empicarse para descubrir las interrelacio-nes funcionales de diferentes
sectores de un sistema sociocultural y su importancia para la persistencia (o
la expansión eventual) de todo el sistema o de subsistemas contenidos en él.
Merton define la función como "las consecuencias observadas que
contribuyen a la adaptación y reajuste de un sistema dado".5 Nos parece esta
definición un tanto errónea. La función de una estructura parcial, esto es, de
un rasgo cultural, de una costumbre, una institución o un subsistema (A), o
más exactamente, de su funcionamiento, no es idéntica para el sistema N a las
consecuencias del funcionamiento de A, sino al significado de esas
consecuencias o de la

E Of *. ti i. . p. 50.
288 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

aportación específica de esas consecuencias para N. Representémoslas por


M. Podemos decir, pues, que la aportación específica que A hace para la
persistencia de N es M. O, dicho de otra manera: una causa que contribuye a
la persistencia de N (digamos, ia familia) es A (el tabú del incesto, por
ejemplo) a causa de M (deseo de evitar k confusión de los papeles
familiares). Pero no sería razonar funcional-mente, sino ideológicamente, si
se pretendiera que el evitar la confusión de los papeles en 3a familia es la
causa del tabú del incesto. El problema del origen de los rasgos
funcionalmente importantes cae fuera del alcance del análisis funcional, 6
¿Qué procedimientos pueden usarse para aplicar y comprobar hipótesis
funcionales? El experimento mental es una posibilidad, A veces podemos
calcular, por lo menos dentro de limites amplios, lo que ocurriría en una
sociedad sí una estructura parcial fuera eliminada o se interrumpiera su
funcionamiento. Asi, pueden "pensarse ausentes" (según la idea de Weber)
una institución económica determinada, por ejemplo, o una norma
sociocuftural, como un deporte organizado, y calcular las consecuencias
probables para la sociedad. Pero no debemos olvidar ks advertencias de Max
Weber acerca del experimento mental que él proponía como instrumento
legítimo de análisis causal, sin duda, pero sin embargo señalaba sus
limitaciones (véase capítulo 14).
El método comparativo es otra posibilidad. La comparación puede
hacerse en el plano cualitativo y en el cuantitativo. Cualitativamente, si se
encontraran dos situaciones sociales que difieren por la presencia o la
ausencia de un rasgo particular o de una estructura parcial, pueden
descubrirse las consecuencias diferenciales de esa desemejanza para la
supervivencia y la prosperidad del sistema tota]. Un camino para la
comparación cuantitativa se encuentra en las obras de Sorokin (acerbo
enemigo del punto de vista funcional, aunque funcío-nalísta extremoso en
cierto sencido, como veremos en el capítulo 20). Sorokin sugiere métodos
para cuantificar las proporciones de elementos de una cultura
funcionalmente contradictorios o congruentes, por ejemplo, el arte religioso
en una cultura laica o en una cultura religiosa. Sostiene Sorokin, primero,
que puede determinarse la fluctuación de esas magnitudes en el tiempo y su
distribución en el espacio; segundo, que pueden determinarse interrekciones
funcionales de los rasgos o características, si esas fluctuaciones y distribu-
£ Es ras proposiciones las ha desarrollólo H, C- Bredcmejet en su artículo "The
MethodolofíF oí Functionalism" ("La meTodoiogía del funcionalismo"), en A/n. Soc,
R*t., vol. 20 pp. 173 u.
PUNTO DE VISTA FUNCIONAL 2S7

ciones siguen el tipo de cambios concomitantes; pero, tercero, queda refutada


k interconexión funcional si ias fluctuaciones y distribuciones se producen al
azar. Estas proposiciones están incorporadas a la sociología histórica de
Sorokin.
Otro procedimiento de que se dispone para el análisis funcional es k
observación y el análisis de Jas consecuencias para una sociedad de
diferentes tipos de desórdenes causados por acontecimientos interiores o
exteriores, o por ambos. Así, ti estudio de las consecuencias de una
declaración de guerra, por ejemplo, o de un invento revolucionario, como la
fuerza atómica, puede revelar persistencias o relaciones funcionales (o
debilidades) hasta entonces insospechadas en un sistema social. En realidad,
hoy se están haciendo gran número de investigaciones siguiendo estos
lincamientos, y aunque la mayor parte de ellas no son expresamente
funcionales, es indudable que contribuirán al desarrollo ulterior de la teoría
funcional.
Estos procedimientos representan sólo algunas do las posibilidades
metodológicas que pueden emplearse en el análisis funcional. (Experimento
mental, método comparativo, y estudio de ks consecuencias de desórdenes
han sido y son, naturalmente, empleados por representantes de otras
escuelas.) La interdependencia y acción recíproca de investigaciones
empíricas de diferentes tipos y del progreso de la teoría funcional, han sido
señaladas recientemente por varios investigadores, y quizás con k mayor
eficacia por Merton en su Teoría y esiTtiCttiTtj sociales.
En ese mismo libro hace Merton algunas aportaciones importantes a la
teoría funcional. Intenta codificar sistemáticamente un protocolo o
paradigma para el funcionalismo, esfuerzo dirigido a presentar "el resistente
núcleo de conceptos, procedimientos e inferencias del análisis funcional".7
En ese intento, Merton hace expresa la diferencia entre funciones manifiestas
y latentes, diferencia que se encuentra en forma implícita en las obras de
muchos investigadores. Las funciones manifiestas se refieren a ks
consecuencias objetivas de una unidad social o cultural específica que
contribuye a su adopción o adaptación y que fueron deseadas por los
participantes; ks funciones latentes se refieren a consecuencias indeliberadas
y no reconocidas. Así, para citar el conocido ejemplo de Merton, una función
manifiesta de consumo económico es el uso, mientras que una de sus
funciones latentes es (o fue en otro tiempo), como señaló Veblen, la conser-
vación o el acrecentamiento de prestigio. En los pocos años transcurri-

i tbid., p. 49.
233 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

dos desde la publicación (1949) de k obra de Merton, esa diferencia ha sido


extensamente empleada por ios sociólogos norteamericanos. La diferencia,
como el mismo Merton indica, y como lo ilustra en un breve pero magistral
ensayo sobre k máquina política urbana en el cual se dice que esta
organización satisface necesidades existentes de diversos grupos que no son
eficazmente satisfechas por ks instituciones oficíales, es particularmente
valiosa porque llama la atención hacia funciones latentes que pueden pasar
inadvertidas en el análisis social.
El estudio que Merton hace de k máquina política sirve también de
ilustración ai concepto de las alternativas funcionales, esencial para ei
anáfisis "una vez que hemos abandonado el supuesto gratuito de la
indispensabilidad funcional de estructuras sociales dadas". No debe
suponerse, por ejemplo, que k máquina proporciona el único modo de
satisfacer las necesidades de grupos como el de los hombres de negocios o el
de los individuos ambiciosos de sectores pobres de la población. El concepto
de las alternativas funcionales "enfoca ía atención sobre el margen de
variación posible en ks manifestaciones que pueden, en el ejemplo dado,
servir a una exigencia funciona!. Descongela k identidad de lo existente y lo
inevitable".8
Por último, Merton nos previene contra la preocupación por la "estructura
social estática", tendencia de ciertos representantes de ía escuela funcional.
En este respecto, emplea el concepto de defunciones: "Las consecuencias
observadas que disminuyen la adaptación o ajuste del sistema'1. (Puede
decirse, por ejemplo, que la discriminación racial es disfuncional en una
sociedad que destaca los valores de k libertad y de k igualdad de
oportunidades.) El concepto de disfunción —declara Merton—, "que implica
el concepto de tirantez, esfuerzo y tensión en el plano estructural,
proporciona un enfoque analítico para el estudio de la dinámica y del
cambio".9

Resumen y crítica

La teoría y k investigación funcionales representan un punto de vista joven,


pero que se desarrolla rápidamente. Sus resultados son prometedores, peto
todavía no pasan de tanteos. La posición del funcionalismo en relación con
los problemas fundamentales de la teoría sociológica puede resumirse del
modo siguiente:
La tendencia adopta ia concepción de k sociedad como sistema social, tal
como ta sustentó Pareto, pongamos por caso. La mayor
8 Otf. p, 52. B
íhid., p. 33.
PUNTO DE VISTA FUNCIONAL 291

parte de Jos fundonalistas suponen, si es que no lo dicen expresamente, que


un sistema social funciona en determinado sentido. El funcionamiento del
sistema se orienta hacía las necesidades de los individuos. Con frecuencia
aparece en la literatura funcional la palabra cultura como equivalente de
sistema social.
Las unidades de observación varían de un autor a otro. Por ejemplo,
Malinowski elige, desgraciadamente, el grupo social (que él llama
institución). Los Lynd se concentran sobre las necesidades humanas que han
de ser satisfechas por una sociedad concebida como un negocio en marcha.
Merton esboza un esquema muy amplio para Ta observación sociológica,
pero sus propios esrudios se interesan primordial-mente por Ta estructura
social.
No se estudia expresamente el problema de las relaciones entre el
individuo y la sociedad, aunque Tilomas, como vimos en el capí-rulo 12,
inició un trabajo importante sobre las interrclaciones funcionales entre la
personalidad y Ja cultura.
Las cuestiones de los determinantes de la estructura y los cambios
sociales son resueltas en favor de la causación múltiple. Muchos factores,
pero relacionados entre sí funcional mente, son los que determinan la
configuración de una sociedad así como sus cambios. Esta opinión parece
tener aceptación amplia.
Pero los funcional ístas no comparten una definición común de la
sociología. Algunos de ellos, en especial los que no son sociólogos,
incorporan la sociología a ía antropología cultural.
La metodología de la escuela ha sido débil, y con frecuencia ha. estribado
sobre la intuición o la capacidad del observador para "ver" funciones
realizadas por estructuras parciales, correlaciones, integraciones, y así
sucesivamente. Nosotros hemos indicado algunas ideas acerca de
procedimientos más exactos. En la obra de Merton puede encontrarse un
estudio más completo de los problemas metodológicos.
La experiencia relativamente breve del funcionalismo parece indicar que
una descripción, con sentido, de las estructuras sociales y de las culturas en
términos funcionales, requiere un "tema central" en torno del cuaí pueda
organizarse inteligiblemente el testo del sistema socio-cultural.10 Además,
como han señalado Sorokin. Merton y otros, es preciso reconocer que la
integración social nunca es completa y que toda sociedad y toda cultura
contienen elementos que no encajan

ta Cf. Warner y Lunr, op. til. Véame también Pallernt of Culture {palman tultu-ra¡es¡T <fc
Ruth BenedUt, Do5fi>n. Houflhton Mifflia Cnr 1934, y Saint and Caíi/irat Dyttomiíi, de P. A-
Sorokin, 4 vols.. Narvn York, Amcrkiii Bmk Go, 1937-41, pan ¡eremos en mayar escala de
íormuIaF temas cerníales de Us culturas en íu conjunto.
292 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

bien en el conjunto. La incapacidad para concebir la sociedad como un


equilibrio dinámico e imperfecto caracteriza, desdichadamente, la obra de
algunos fundonalistas, especialmente en antropología cultural.
Por último, hay buenas razones para creer que la hipótesis de los
fundonalistas radicales, según la cual todas las partes de una cultura tienen
funciones positivas, ha sido engañosa. Las formulaciones más caucas y más
realistas del antropólogo Ralph Linton, quien supone ia existencia de
"elementos sin función",11 y de Merton, quien supone consecuencias
no-funcionales12 y disfunriones, debieran estimular el desarrollo de una
teoría funcional más elaborada.
El funcionalismo quizás es más promesa que realidad. Pero es una
promesa importante. El neo-positivismo, como hemos visto, reduce Ja
sociología a mediciones. El funcionalismo no excluye la medición (ni otras
técnicas de investigación). Pero el análisis funcional dirige la atención hacia
la significación; se esfuerza en. responder a la pregunta: ¿Qué significan
fenómenos específicos y diversos desde ei punto de vista del conjunto del
orden social?
A veces el funcionalismo se hace semi-filosófico al identificar función y
objetivo, o sea finalidad rranspcrsonal. Esto se advierte, por ejemplo, en la
afirmación de Goode según la cual las sociedades tienen nietas propias. Aun
con más fuerza expresa la misma idea el investigador belga H. Janue, quien,
entrevé un tipo nuevo de teoría general unificando en un todo coherente las
principales tendencias de la sociología contemporánea.18 Quien habla de
función —dice— admite una finalidad inconsciente y objetiva; en otras
palabras, los fenómenos o procesos sociales se interpretan como si se
desenvolvieran hacia la consecución de fines definidos. Esta situación es
notoria en educación. AL comunicar conocimientos, las instituciones
educativas persiguen fines propios, mientras que los niños y los jóvenes se
esfuerzan hacia mecas personales. Peto al terminar la educación formal, los
jóvenes están con frecuencia bien preparados para adaptarse a la vida social,
exactamente como si hubiera un centro que dirigiera consecuentemente las
actividades de los grupos y de los individuas afectados y equilibrara sus
tendencias particularistas; análogamente al sistema económico basado en la
libre iniciativa, y a la in-

11 Estudio del hombro. Fondo de Cultura Económica, 4* edición, Méjico, 1959, p. 593-
ie Meneo, op. cií„ pp. 50-51.
H "Fpncrioo er finalicé en socíolasic" ("Función y finalidad en wctología"), en Caf/iers
¡iiiernai'nirmiix d s Sochlogie, YO!., 16 (1954).
PUNTO DE VISTA FUNCIONAL 293

vención de instrumentos determinada por las exigencias funcionales de la


adaptación dinámica de los individuos del grupo al medio ambiente. El
proceso histórico, tal como lo muestra Henri Pirenne, puede interpretarse
como si poseyera una finalidad objetiva, metas orientadas hacia aspectos
específicos del presente.
Semejantes ampliaciones del significado del funcionalismo no son
necesarias en absoluto. Un funcionaTista puede permanecer en terreno
firme limitándose a resolver cuestiones relativas a las aportaciones
averiguabJes de las partes a los todos (o viceversa), y a k dase y grado de
unificación de los elementos de un sistema social.
CAPÍTULO 18

SOCIOLOGÍA ANALÍTICA

En el periodo que estudiamos. Ja sociología analítica ha. sido cultivada por


muchos hombres de ciencia. Pero es erróneo hablar de una "escuela"
analítica, porque el vínculo entre esos hombres consiste prí-motdialmente en
que coinciden en reconocer la necesidad de formular una teoría sociológica
unificada que sirva como medio de análisis, descripción e interpretación de
los fenómenos sociales. A primera vista, los sistemas de conceptos y las
proposiciones que los expresan parecen ampliamente divergentes, corno si
expresaran meramente las opiniones y preferencias de los autores
particulares. Pero si se estudian detenidamente las cosas que representan los
símbolos conceptuales, se hace manifiesto que detrás de las diferencias
terminológicas hay un importante margen de acuerdo. Si esos desacuerdos
frecuentemente superficiales son superados y, cuando ello suceda, sí se pone
cierto sentido de unidad entre los cultivadores de la sociología analítica,
entonces será correcto considerarlos como constituyentes de una misma
escuela.
Dos observaciones previas son oportunas en este punto. Primero, a las
escuelas y puntos de vista ya examinados y a los que aún hemos de
examinar, se les pueden atribuir aportaciones importantes a la sociología
analítica. Pero, a diferencia de los sociólogos analíticos, los individuos de
esas escuelas se dedican a aspectos particulares de la teoría sociológica —tal
es el caso de las escuelas ecológica, soriomó-trica, funcional e histórica—¡ o
destacan métodos o principios específicos —como hacen las escuelas
neo-positivista, institucional y feno-menológica—. Naturalmente, los
sociólogos analíticos tienen también sus preferencias, pero generalmente las
subordinan a la tarea de formular una teoría unificada y amplia.
Segundo, las estructuras de referencia de los sociólogos analíticos se
reflejan actualmente en muchas monografías sobre investigaciones y en
libros de texto. En el presente estudio sólo excepcionalmente pueden
mencionarse las ramificaciones de ese tipo. Las aportaciones a la que
llamamos sociología analítica son ya tantas, que la selección es obligada, e
inevitablemente incurrirá en la omisión de obras valiosas. Limitamos
nuestro examen, por la mayor parte, a los escritos de unos pocos
investigadores contemporáneos. Pero los orígenes de la sociología analítica
se remontan a fines del siglo xix y comienzos
292
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 295

dd xx. Sin Toennies, Simmel, Tarde y Durkheim (véanse capítulos - 8 y 9)>


no habría nacido la sociología analítica contemporánea.1

Pitirim A. Sorokin

Entre los sociólogos analíticos de nuestro tiempo, creemos que hay que
destacar especialmente a uno y conccderic eí primer rango en talento creador,
erudición y dominio de los requisitos previos a un sistema científico de ideas.
Este sabio es Pitirim A. Sorokin (n. 1889).
Sorokin nació en una remota aldea del nordeste de Rusia. Estudió en la
Universidad de San Petersburgo y desde muy joven se dedicó a la enseñanza,
a la investigación científica y a escribir, así como a la actividad política. En
1914 apareció su monografía Crimen y castigo, acto heroico y recompensa, y en
1919 su Sistema de Sociología (dos volúmenes, en ruso), obra de orientación un
tanto behaviorista.
En 1917 Sorokin actuó como secretario de Alejandro Kcrensky, jefe del
gobierno provisional de Rusia, y después de la caída de éste participó
activamente en la lucha contra el comunismo. Ríe detenido, procesado,
condenado a muerte, pero esta pena fue conmutada por el destierro. Después
de dos años en Giecoslovaquia, se trasladó a los Estados Unidos.
En este país Sorokin llegó a ser profesor de sociología en la Universidad de
Minnesota, donde escribió dos obras notables, Social Mobility (Movilidad social,
1927) y Contemporary Sociological Theo-ries (Teorías sociológicas contemporáneas,
1928). Este último libro es un estudio crítico sistemático de las principales
"escuelas" de sociología, destacando sus diferentes maneras de enfocar el
problema de los determinantes de ia estructura de la sociedad y de los
cambios sociales. En 1930 Sorokin fue nombrado profesor de sociología de la
Universidad de Harvard, donde fundó el primer departamento de sociología
que hubo allí y cuya dirección tuvo a su cargo durante un decenio. En sus
años de Harvard fueron muchas sus publicaciones. Entre sus escritos
principales se cuentan su obra magna, Social and Cultural Dinamics (Dinámica
social y cultural, cuatro volúmenes,

l Entre lu abra» no estudiada» en ' I mía. las siguiente* forman una elpcríc de
transición entre La anterior y La sociología analítica contemporánea: Syítemmic Socioiügy
(SnckhgU TistfodlUa). por L. van Wíeíe y E l Becker, Nueva York, John Wiley and
Son*. 1932; nuera edición. Gary. Ind., Norman Paul Preís, 1950 ("véase lambiéo capí-
tufo 2 1 } ; Pñuciplai o f Soavtogy (Pñncipiot de Sotioiog:.. . por E. T. Hiller. Nueva
York, Harpcr auJ Broa-, 1933, y S&ii*l Retaliara and Simemrei iReteiiunei y enrat-
tttrai ¡ f -. ■_ por el cnünin, Nueva Yoik. Hnrpcr and Bn».. 1947; Eiiadh del hombre,
por R. i . ■ : de I .ricura Económica, México, 1959.
294 CONVERGEN CIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

1937-41); la monografía Sociocuitaral Causality, Time and Space (Causalidad


socioctdtural, tiempo y espado, 1943), que puede considerarse como un
suplemento de Dinamies; y un tratado sistemático de sociología, único en ía
sociología norteamericana en cuanto a amplitud y unidad titulado Society,
Culture, and Personality (Sociedad, cultura y personalidad, 1947). En 1950 realizó
una importante adición a sus Teorías sociológicas publicando The Social
Phdosophies of an Age of Crisis (Filosofías sociales en una época de crisis.) En 1956
publicó Fads and Foibles in Contemporary Sociology (Novedades y flaquezas en la
sociología contemporánea), valoración crítica de la sociología de mediados del
siglo xx (véase capítulo 15)*
Las publicaciones de Sorokin pueden dividirse en dos grupos; las que son
priinordialmente aportaciones a ía sociología analítica propiamente dicha, y
las que tratan de sociología histórica. En este capítulo estudiaremos las
primeras. En el capítulo 20 examinaremos la sociología histórica.
Dijimos en el capítulo l que Sorokin había definido la sociología de una
manera que parece aceptable a sociólogos de diferentes tendencias y que
define con exactitud el alcance de la sociología teórica. Así, la sociología es,
según él, el estudio de las características generales comunes a todas las clases
de fenómenos sociales, de las relaciones entre esas clases, y de las relaciones
entre los fenómenos sociales y lo no sociales 8 En Sociedad, cultura y
personalidad da Sorokin una nueva delincación del campo, señalando con
mayor precisión los sectores propios de la investigación sociológica;
Sociología es la teoría general izadora de la estructura y dinámica de a)
sistemas y congeries sociales [elementos funtionalmente congruentes], b)
sistemas y congeries culturales, y c) personalidades en su aspecto
estructural, tipos principales, relaciones entre ellas y procesos de la
personalidad.3 Algunas de las palabras usadas en esta definición requieren
explicación, la cual se da en las páginas siguientes.
De acuerdo con la opinión de muchos sociólogos, hasta Simmel, Socokín
elige la interacción como la unidad en que deben descomponerse los
fenómenos sociales. "En sus formas desarrolladas —dice—, lo superorgánico
[palabra que ya había empleado Spencer] se encuentra exclusivamente en la
esfera de seres humanos que actúan unos sobre otros y en los productos de
su interacción."4 Interacción

2 Coniemporary Soáofagicoi Theoritt (Teoríai iodotógkas Eonlemporáncas), Nufcva York.


Har|*r and Bjos.r 1925, p. 7Ú0.
3 Sotkty, Cutíate, a»d Perionaliiy. Nueva York. Harpcr and Bien., 1947, p. 17.
4 tbid., p. 4.
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 297

significa aquí "todo acontecimiento por el cual una parte influye


visiblemente en las acciones patentes o en el estado de ánimo de la otra ". 6
Los sujetos de la interacción son ya individuos humanos o grupos
organizados de seres humanos.
Soroldn limita el concepto de interacción afirmando que "el modelo más
genérico de todo fenómeno sodocultural es la interacción con sentido de dos
o más. .. individuos".6 La razón de esta limitación puede verse en el concepto
que tiene Sorokin de interacción socioculrural. Comprende ésta tres
componentes inseparablemente relacionados entre sí: vl) la personalidad como
sujeto de interacción; 2) la sociedad, como la totalidad de las personalidades
que actúan entre sí.,.; y 3) la cultura, como la totalidad de las significaciones,
valores y normas poseídos por las personalidades que actúan entre sí y la
totalidad de los vehículos que objetivan, socializan y comunican esas
significaciones".7 Cada uno de esos tres componentes es sometido a
minucioso análisis en la obra de Sorokin. Lo relativo a la cultura es, sin
embargo, su aportación más considerable.
La sociedad cristaliza en grupos o sistemas sociales. De acuerdo con el
carácter de k interacción, los grupos pueden ser organizados, inorganizados
o desorganizados. Dice Sorokin:

Un Etupo social, como totalidad de individuos que actúan entre sí, está
organizado cuando la serie central de sus significados y valores, como
motivo para su interacción, es algo consecuente dentro de sí mismo y
asume la forma de normas-leyes que definen exactamente todas las
acciones-reacciones pertinentes de los individuos que actúan entre sí en sus
relaciones mutuas, con los extraños y con el mundo en general; y cuando
esas normas son efectivas, obligatorias y, en caso necesario, impuestas, en
el gobierno de las personas que actúan y reaccionan entre sí. 3

Esa complicada exposición puede descomponerse en cuatro propo-


siciones relacionadas entre sí: 1 ) Cada gtupo organizado se caracteriza por
"una serie central de significados y valores"; aquí la palabra "significado" es
casi sinónima de "idea". Esta proposición es análoga a la opinión de los
instituciona listas (véase capítulo 19) según la cual un grupo social se forma
alrededor de una "idea directiva", es decir, una idea que expresa algún valor
que ha de ser realizado por el

* lbid.. p. 40.
* lbid., p, 40.
i Lbid.. P. 63.
8 lbid., p. 70 (en cursiva en el original}.
29 8 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

grupo.0 2 ) La serie central de ideas y valores debe ser consecuente consigo


misma: principio que se acerca mucho a un. teorema sustentado por muchos
fundonalistas, 3) Esas ¡deas y valores consecuentes asumen la forma de
normas que deben seguir los individuos del grupo. 4) Esas normas, que
Sorokin llama "normas-leyes", deben ser efectivas y por lo tanto poder ser
impuestas en caso necesario*
Se advertirá que la identificación de las normas de conducta del grupo
con la ley sólo puede sostenerse si se usa la palabra "ley" en un sentido
mucho más amplio que de ordinario. Según el investigador ruso
Petrazhitsky,10 Sorokin define la norma-ley como aquella que concede
derechos a una parte e impone los deberes correspondientes a otra parte.
Esta formulación da al concepto un significado más extenso que el asignado
a las normas legales, que exigen ser impuestas por una sociedad
políticamente organizada.
Afirma Sorokin que de su definición de la interacción, que enfoca la
conducta humana que influye en otras, puede derivarse la proposición de
que "todo grupo de individuos que actúan entre sí es ante todo una unidad
causal-funcional, ca la cual todos los componentes son mutua y
perceptiblemente interdepenJientes".11 En otras palabras, para Sorokin todo
grupo social, aun el inorganizado, es un sistema social.
¿Gimo trata Sorokin la cultura que, como hemos dicho anteriormente, es
parte tan importante de 5u teoría? En Dinámica social y cultural se define la
cultura como "la suma total de todo lo creado o modificado por la actividad
consciente o inconsciente de dos o más individuos que actúan el uno sobre el
otro o que ]u conducta, del uno determina la del otro". 12 Como ya hemos
visto, en Sociedad, cultura y personalidad se define en relación con sus partes
componentes: en esa obra el sentido de la palabra cultura es incorporado a la
definición de interacción social, y cada uno de sus componentes es
cuidadosamente definido, a la vez que se hace ver cómo está
interreladunado con los otros. Hay, en primer lugar, "sistemas de cultura
pura'1, que son sistemas de significaciones o ideas en el sentido más
elemental, por ejemplo, la proposición de que 2 X 2 — 4. Esos sistemas
son
* Pan proprokiiHi « parle impórtame d e U teoría de R. M. Maclver. entre otrnj. Así. el
análisis de grupos que hace Maclvec, como se diré más adelante cn capítulo, se basa en Rían
parte sobre los tipos de intereses (o valores) que promueven.
ta La obra mjftna de Petra zhflskr. Teoría de ta Iry y del Sitado ( 2 vo\t., 1907), puede leerte
ahora en inductinn infiUta abreviada con el chulo de I ■■■■ and Moraiuy, Cambridge, Mass.,
Harvard Univ. Prtas. 1955.
1 1 Society, Cirllurr, and Petionaiily. p. 147.
12 Soeinl and Cultural Dyitamici, Nueva York, American Ilouk G>., 1 9 3 7 -41, 4 voli., vol. I,
p. 3.
SOCIOLOGÍA ANALITICA 299

independientes de que los hombres los admitan o los rechacen. En segundo


íugar, un sistema de cultura puede ser "objetivado" o expresado para hacerlo
cognoscible a seres humanos. En tercer lugar, los sistemas de cultura pueden
ser "socializados", llegando a ser operativos en la interacción social. Un
sisrema de significaciones que se expresa en términos comunicables y que
constituye un elemento importante de una zona de interacción, es un
sistema sociocultural', concepto clave de la teoría sociológica de Sorokin.
La propiedad más importante de los sistemas culturales o sociocul-turales
es su tendencia a integrarse en sistemas de un nivel cada vez más de vado. El
problema de la integración de la cultura aparece tratado de modos un tanto
diferentes en d primer volumen de Dinámica social y cultural, por una parte, y
en el cuarto volumen de la misma obra, así como en Sociedad, cultura y
personalidad, por otra. En el primer tratamiento, "las numerosas
tnterreíacionts de los diversos elementos de la cultura -—declara Sorokin—
pueden teducírse a cuatro tipos básicos". Así, las interreladones culturales se
distinguen por la contigüidad espacial o mecánica, por ¡a asociación debida a
algún factor externo, por la integración causal o funcional, o, finalmente, por
Ja integración Interna o lógico-significativa.13 Aquí k integración
causal-funcional de los fenómenos süriocul tura íes se identifica con las
relaciones causales-funcionales en la esfera de los fenómenos naturales,
señalada por k uniformidad de relaciones entre variables. Pero el criterio de
la unificación "lógico-significativa" es la identidad de la significación o la
idea central.
En su tratamiento más reciente de Jas interreladones culturales, muestra
Sorokin cierta tendencia a negar o a reducir al mínimo la aplicabilidad del
concepto de causalidad (por lo menos como se usa en las ciencias naturales)
a los fenómenos sociocul tura Ies, y a identificar la causalidad sociocultural y
la integración lógico-significativa. De esta suerte, en Sociedad, cultura y
personalidad afirma Sorokin que "los fenómenos culturales, en sus recíprocas
relaciones... pueden ser integrados (solidarios), no integrados (neutrales), o
contradictorios (antagónicos). Son integrados.. . cuando dos o más fenómenos
culturales que actúan entre sí, esto es, causal mente conectados, guarda?!
entre si una congruencia lógica o, por lo que se refiere a fenómenos artísticos,
estética. Éstos son, pues, los que forman los sistemas socio-culturales.
Continúa Sorokin: "No sólo las significaciones, los valores y las normas
pueden estar entre sí en la relación de congruencia lógica

U *DL I, p. 10. ,
300 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

o estética, o no tener relación alguna, o ser contradictorios, sino también Jas


acciones manifiestas y los demás vehículos materiales, en la medida en que
articulan y expresan las respectivas significaciones, valores y normas."1*
Sus escritos teóricos revelan el interés de Sorokin por la jerarquía de los
sistemas sorioculturaies y su grado de integración. El sistema sociocultural
total de una "población" Jo concibe como un "super-sistema" que puede estar
más o menos integrado. Cada supersistema consta de los cinco sistemas
básicos y funcionalmenre esenciales de! lenguaje, la religión, las artes, la ética
y ía ciencia. Cada uno de ellos, a su vez, se subdivide en sistemas,
subsistemas, subsubsístemas y así sucesivamente, que también están más o
menos integrados.
Advierte Sorokin que su "supersistema" de ningún modo es idéntico a la
suma total de manifestaciones culturales que se encuentran en una sociedad
dada. Porque la cultura total de una sociedad comprende, además de un
supersistema, cierto número de congeries." Las congeries se relacionan entre
sí y con el supersistema mismo por contigüidad mecánica o por asociación
debida a factores externos. Al desarrollar este punto, Sorokin se opone
enérgica y convincentemente a la opinión que sustentan ciertos funciona
listas radicales según la cual todas las manifestaciones culturales tienen
funciones positivas en un sistema dado.
Pero a Sorokin ¡e interesan prímordialmente los grandes supersiste-mas.
Cada supersistema se caracteriza por un tema o ídea central, que es el
criterio de verdad predominante en una cultura dada. Así, pueden los
hombres atribuir validez definitiva al testimonio de los sentidos, caso en el
cual Sorokin llama sensible al supersistema. Si los hombres admiten en
general la verdad de la fe y creen que detrás de las impresiones de Jos
sentidos hay otra realidad más profunda, el supersistema es ideativo. Pueden
combinarse ambas actitudes. SÍ la combinación de lo sensible con lo idearivo
es armoniosa, nace un tercer sistema de verdades, el de la razón, lo cual
significa un supersistema idealista. Si Jos dos sistemas básicos de verdades, eí
sensible y el idea-tivo, son meramente yuxtapuestos, el sistema es "mixto".
La clasificación de los cuatro estilos (palabra que no emplea Sorokin)
fundamentales de culrura: sensible, ideativo, idealista y mixto,

i* Edición cu ingles do Sociedad, cultura y personalidad, p. 314.


• En página» anicfiofe» alguna ves hemni traducido Y' h palabra tongerier del tato inglés
por esa misma voz. de origen Iarino. recibida ra nuestro idioma coa la significación de cúmulo
o conjunto d e cosos, aunque oo rengan entre sí ninguna afinidad. (N. del T.)
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 301

forma la base de su teoría del cambio social, materia que estudiaremos en el


capítulo 20.
El principal teorema de Sorokin, desarrollado y extensamente ¡lustrado
con ejemplos en los cuatro volúmenes de Dynamics y en otros libros, puede
exponerse en los términos siguientes. El tema central del supersistema
sociocultural impregna la fábrica de la sociedad y de la cultura. Si se conoce
el sistema de verdades que prevalece en una sociedad, podría deducirse el
carácter general de su arte, literatura, música, filosofía y ética, así como los
tipos predominantes de relaciones sociales. De este modo según Sorokin, el
estilo de una cultura —materia tratada por otros investigadores de un modo
más bien impresionista—■ puede ser enfocado científicamente y hasta ser
estudiado cuantitativamente. (Más abajo examinaremos las opiniones me-
todológicas de Sorokin.)
Ya hemos advertido que Sorokin define la sociología como la teoría
gcneralizadora de la estructura y la dinámica de los sistemas sociales, de los
sistemas culturales y de la "personalidad". El estudio de la personalidad es el
menos desarrollado y quizás ei aspecto menos influyente de su obra, aunque
están dedicados a este tema dos capítulos enteros de Sociedad, cuitara y
personalidad y otros muchos pasajes de sus demás obras. Las siguientes
palabras Indican el punto de vista sociológico, bastante convencional, de
Sorokin:

La personalidad es un microcosmos que refleja el macrocosmos


socio-cultural dentro del cual el individuo nació y vive. La vida de un
individuo es un gran drama determinado primero por su universo social
y después por las propiedades biológicas de su organismo. Aún antes de
nacer el organismo, el universo sociocultural empieza a influir en él y a
determinar sus propiedades, y mantiene incesantemente este proceso de
moldeamicnto hasra la muerte del individuo y aun más allá. 16

Aunque señala enérgicamente Ja influencia del ambiente sociocultural en


la formación de la personalidad, Sorokin, como la mayoría, de los sociólogos
actuales, evita una interpretación "socíologística11 unilateral de k conducta
humana. Ve al individuo y a la personalidad, de una parte, y a la sociedad y
ia cultura, de la otra, como elementos interdependientes c mteractuantes de
una totalidad. Ni supone una correspondencia punto por punto entre la
cultura y 3a personalidad. Pero destaca el carácter "pluralista" de la
estructura de la personalidad, considerando el pluralismo de "yoes" en eí
individuo como un
IB lbid., p. TU.
302 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

reflejo del pluralismo de los grupos, y los "egos sociales" múltiples del
individuo como una consecuencia de su pertenencia a varios grupos.15 En
Movilidad social, lo mismo que en sus obras más recientes, Sorokin señala
también interconexiones entre los tipos y los cambios sociocul tura les y la
desorganización de la personalidad. Análogamente, sostiene que cada uno
de los grandes sistemas sodoculturales: el sensible, el ideativo y el idealista,
produce tipos característicos de personalidad.
Aunque Sorokin emplea la expresión "alma empírica" (que identifica con
el "yo" o el "ego"), advierte prudentemente que el análisis del ' alma
superempírica o transcendental" cae fuera del estudio sociológico: "Su
análisis corresponde a la religión y la metafísica."1''
Sorokin desarrolla más por extenso sus opiniones metodológicas en el
cuarto tomo de Dinámica y en Causalidad sociocultural, tiempo y espacio. Se
declara partidario de una "escuela íntcgralista" en socio-logia que investigue
los fenómenos sociales de tres maneras. En su aspecto empírico, los
fenómenos sociales son estudiados mediante la percepción sensible y la
observación empírico-sensorial. En segundo lugar, el aspecto
"lógico-racional" de los fenómenos sociocul rurales debe ser comprendido
mediante la lógica discursiva de la razón humana. Finalmente, "la realidad
sociocultural tiene su aspecto suprasensible, suprarracional y metalógico.
Está representado por las grandes religiones, por la ética absolutista y por
las bellas artes verdaderamente grandes... Este... aspecto de la realidad
socio-cultural. . . debe ser aprehendido mediante la verdad de la fe, es decir,
mediante un acra de intuición o experiencia mística suprasensible,
suprarracional y metalógica".1*
Todo esto es, realmente, muy discutible. La intuición no equivale a un
acto de fe, que supone la aceptación de alguna revelación. El concepto que
Sorokin tiene de la intuición se acerca mucho al procedimiento
fenomenológíco de la "abstracción ideativa", que veremos en el capítulo 19-
Por consiguiente, el pluralismo metodológico de Sorokin no abarca tanto
como a primera vista sugiere. Además, nos parece que su posición
metodológica no convierte su teoría sociológica (en ei sentido definido en el
capítulo I) en una teoría filosófica.
Uno de los aspectos que más decepcionan de la metodología de

ia Vcue «ptíialmeriif i . edición en ingléi de Socitdaá, tultut* j ptrl&adUA, cap». XIX y XLVIII. 1 7
lbid.. p. 3 4 5 D i
IB Edición en ingtcí Carnalidad iociotuUitral, iifirnpo y upado. Duchara, Duke Uuiveisíty
Press, 1943, pp. 227-28.
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 303

Sorokin es la falta de precisión concerniente a lo que él llama método


lógko-jignifkativo. En la medida en que este método es puramente lógico, es
comprensible; y quizás lo es también (aunque algunas autoridades lo
discuten) cuando se comparan entre sí fenómenos artísticos. Pero la
correlación de los fenómenos intelectuales y estéticos suscita una cuestión
grave. ¿Cómo puede establecerse sólidamente, a base de concomitancia en el
tiempo y en el espacio, que ciertas configuraciones de fenómenos
intelectuales están "internamente" o significativamente integradas con
configuraciones especificadas de fenómenos estéticos? Los ejemplos que
aduce Sorokin de tal integración son totalmente plausibles muchas veces,
pero brilla por su ausencia la prueba convincente.
Aunque Sorokin está en fuerte desacuerdo con las pretcnsiones de los
expositores extremados del cuantitativismo en sociología, hace uso
abundante de métodos cuantitativos. Así, a fin de determinar el estilo de un
subsistema sociocultural particular, por ejemplo Ja filosofía, computa listas
de los fenómenos culturales que manifiestan más claramente el subsistema
(en este caso concreto, las obras de los filósofos de la época), distribuye cada
manifestación entre los tres tipos fundamentales de cultura y atribuye a cada
uno un grado de autoridad (que depende del número de discípulos de los
filósofos, del número de sus ediciones y traducciones y de otros criterios
objetivos). Sencillos cálculos aritméticos dan resultados que toman la
siguiente forma: En el siglo N, el A por ciento de la filosofía occidental era
empirista y el B por ciento idealista. Esos resultados apoyan la teoría del
cambio social de Sorokin, pero también demuestran una posibilidad
limitada de cuantificar datos sobre estilos de cultura. De un modo análogo,
se mide la intensidad variable de fenómenos como las guerras y las
revoluciones. Las mediciones son toscas, indudablemente, cosa que el
mismo Sorokin reconoce. Pero, con raras excepciones, no conducen a
conclusiones que se aparten mucho de las opiniones expresadas en términos
cuantitativos por muchos historiadores. Por otra parte, las correlaciones de
Sorokin abren a veces perspectivas inesperadas sobre regiones inexploradas
del pasado sociocultural del hombre.

Talcoit Parsons

Pasamos de k obra de Sorokin a k de TaTcott Parsons (n. 1902), colega suyo


en Harvard y rambíén sociólogo analítico de mucha autoridad. Aunque hay
analogías importantes entre ks teorías de estos
304 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

dos profesores, como veremos, no obstante se Ies considera, con frecuencia


rivales sociológicos.
Aunque nacido en los Estados Unidos y graduado en el Amherst College,
donde su interés primordial fue la biología, Parsons fue muy influido por
sabios europeos. Como estudiante graduado en la Escuela de Economía de
Londres, estudió con los sociólogos L. T. Hobhouse y Morris Ginsberg y con
el antropólogo Malinowski, que despertó su interés por el punto de visca
¡fLiacjqnai^ Posteriormente, en Heidelberg, estudió los investigadores
sociales alemanes, y escribió una tesis doctoral sobre El concepto del
capitalismo en las teorías de Max Weber y Werner Sombart; a los pocos años
tradujo Lí ética protestante y el espíritu del capitalismo, de Weber. En 1926-27
fue instructor de economía en Amherst, y al año siguiente desempeñó el
mismo cargo en Harvard, para ser después miembro del recién creado
departamento de sociología bajo ía dirección de Sorokin. Como profesor de
sociología, Parsons fue nombrado jefe del departamento de relaciones
sociales de Harvard en 1946, cargo que sigue desempeñando.
En Harvard no tardó Parsons en entrar en relaciones con un grupo de
economistas distinguidos y fue asiduo estudiante de la obra del teórico
clásico Alfred Matshall (1842-1924). También csmdió las obras de Durkheim,
adversario del individualismo spenceriano y expositor de una ciencia de la
sociedad como realidad sui gensris (véase capítulo 9 ) , y cayó bajo ía
influencia del fisiólogo L. J. Henderson, admirador de los escritos de otro
gran sociólogo europeo: Pareto. De esos varios maestros, Jas obras de Weber
y de los economistas Durkheim y Pareto tuvieron especial importancia en ía
formación de las opiniones teóricas de Parsons, como lo indica su primera
obra importante, The Structure of Social Action (La estructura de la acción
social), publicada en 1937. A partir de esa época, Parsons se ha interesado
cada vez más por la teoría psicoa nal Etica, como lo prueban todas sus obras
recientes.
Durante muchos años Parsons ha insistido consecuentemente en la
necesidad de formular una teoría general sistemática de la conducta
humana. Considera el desarrollo de la teoría abstracta como indicio
principal de ía madurez de una ciencia. Esa teoría facilita la descripción, el
análisis y la investigación empírica. Esas actividades —-dice Parsons—
requieren una estructura general de referencia (como el espacio
tridemensional y la fuerza en mecánica) y exigen la comprensión de la
estructura del sistema teórico como tal. Según él, la teoría sociológica debe
ser estructural-funcional. (Como veremos después,
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 305

Parsons emplea con frecuencia la palabra "funcional" eo un sentido que


difiere del de otros funcional istas.)
Los primeros escritos de Parsons se basaban en el convencimiento de que
la materia apropiada de la sociología es la acción social, opinión que refleja la
fuerte influencia de Max Weber y quizás, en cieno grado, de la obra de
Thomas.1" En La estructura de la acción social presenta Parsons una teoría
extremadamente complicada de la acción social, en la que se sostiene que
ésta es conducta voluntaria* El estudio se basa en gran parte en el esquema
medios-fines. Esta complicada formulación de una teoría de la acción social,
que representa un ambicioso pero prematuro esfuerzo de Parsons, se
entreteje con un detallado análisis de Jas teorías de Weber, Durkheim, Pareto
y Alfred Marshall (y como tal constituye una importante fuente de segunda
mano sobre esos autores), y además se la ha considerado con frecuencia
como demasiado difícil o excesivamente abstracta para ser usada en la
investigación. Bajo la influencia de Henderson, Parsons volvió a exponer sn
teoría en una forma más apropiada para presentarla aquí.
La teoría en su nueva forma fue expuesta por primera vez en una serie de
trabajos reunidos en Essays in Sociotogical Theory, Puré and Applied (Ensayos
sobre teoría sociológica, pura y aplicada, 1949), pero sufrió nuevas
modificaciones en The Social System (El sistema social, 1951). Y mientras
escribía este libro, ciertas opiniones teóricas de Parsons estuvieron sometidas
a un proceso de cambio, en parte por el influjo de la colaboración con vatios
colegas,20 La obra reciente de Parsons se acerca de un modo especial a la de
Edward A. Shils, con quien escribió un extenso trabajo titulado "Valúes,
Motives, and Systems of Actíons ("Valores, motivos y sistemas de acción"),
publicado en una colección de artículos editada por los dos y titulada
Tcanard a General Theory of Action (Hacia una teoría general de la acción, 1951).
El punto de vista teórico expuesto en este trabajo, que es una de las
manifestaciones más recientes del pensamiento de Parsons, 21
19 Zcjnicckí. coautor con Thomas; Farscos; R. M. Maclver y Howaid Bctker han sido
tratados como U>* principales teóricos d e la "acción social" por R. y G. Kinklc m Tb p
Devdoptnens of American Sürióiogy (Studies in Sociology) (DefarroHo de ¡a sociología
aortaamBrkana. Estudias soe¡alógicos), Wue»a York. Randcm House, 1954.
29 Viese T. Panolis: Tíie Social System. Glcnoe, III., The Pree Prcií, 1951, W. 5 3 7 -18.
21 Parsons ha publicado iespuéi nurw raodificackjqa de ÍUI puntos de vista, a saber: W
orlang Papm ir* tbt Theory o f Aaion (Papeles de trabajo ¡obre U teoría de ¡a acción) (cüo V. A. Shüs y
F. Bales, 1953); "Some Commoits on the Sia« of the General Theory of Action", en A raer. S<¡6.
Rev.. vo\. 13 (1953); y Ptmilj. Sodaiization and interactian Pffleífx (Familia, socialización y proceso
do interacción) (con F. Bales y otro», 1 9 5 5 ) . *
'306 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

comparado con La estructura de la acción social es aun más complicado en


cierros respectos; no obstante, en muchos aspeaos se acerca a la opinión
sociológica más ampliamente compartida. Peto aquí vuelve a conceder la
mayor importancia a la acción social, en contraste con la concedida, al asunro
que expresa el tirulo en El sistema social.
Según Parsons, la estructura de referencia de la "acción" supone un actor,
una situación y la orientación del actor hacía la situación. El foco de su teoría
es ia orientación del aerar (concepto análogo a la "definición de la situación"
de Thomas), Pueden distinguirse dos componentes orientadores: la
orientación por motivos y ía orientación, por valores. La orientación por
motivos, que proporciona la energía que ha de emplearse en la acción, es
triple: 1 ) cognoscitiva, correspondiente a lo que el actor percibe en la
situación, en relación con su sistema de necesidades-disposiciones (lo cual,
quizás, en el pensamiento de Parsons coincide con las actitudes); 2) catéctka,
que implica un proceso mediante el cual un actor confiere a un objeto un
sentido afectivo o emocional; 3) evduativa, por medio de la cual el actor dirige
su energía a varios intereses entre los que debe elegir. La orientación por
valores señala a la observancia de ciertas normas o principios sociales, en
contradicción con "necesidades", centrales en la orientación por motivos.
También hay tres modos de orientación por valores: cognoscitivo, estimativo
y moral*
Esre esquema sirve de fondo a la construcción de tres sistemas analíticos:
el sistema social, el sistema de ta personalidad y el sistema cultural. Parsons
subraya que, aunque los tres modos son abstracciones de la conducta social
concreta, los referentes empíricos de los tres tipos de abstracción no están en
el mismo plano.
El sentido que Parsons da a Ja expresión sistema social varia de un lugar a
otro de su análisis. Primero es definido como una pluralidad de actores
individuales que reobran entre sí. En otros lugares se dice que es una red de
relaciones entre actores o una red de relaciones interactiva. Esta diversidad
de definiciones suscita una importante cuestión conceptual: ¿Los "puntos
materiales" del sistema social son los actores mismos o las relaciones sociales?
Otras veces el sistema social se presenta como una pluralidad de
individuos movidos por la tendencia a la satisfacción óptima y cuya relación
con esa situación se define de acuerdo con un sistema de normas
culturalraente estructuradas y compartidas. Esta proposición, como tantas de
la obra de Parsons, requiere largas explicaciones guia
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 307

das por una referencia continua a los precedentes análisis de la acción social.
Los individuos "son movidos por la tendencia a la satisfacción óptima" de
necesidades que, como se ha advertido más arriba, dominan la orientación por
motivos. Además, la relación de los individuos con sus situaciones sociales se
define de acuerdo con normas culturales especificas. Probablemente la
palabra "relación" se refiere a lo que en otros lugares se llama "orientación",
caso en el cual esta parte de la proposición de Parsons apunta al otro
componente fundamental de la orientación del actor hacia la situación, la
orientación por valores. En este lugar, la palabra "valor" no aparece
expresamente en el análisis; pero puede suponerse que ks normas implican
valores. Usas normas son culturalmente estructuradas y compartidas. Este
aspecro del sistema social puede servir como una especie de puente entre los
sistemas social y cultural: el sistema social comprende algo que pertenece a
la cultura.
El sistema social en el sentido expuesto en el párrafo anterior y el sistema
social como pluralidad de individuos que reobran entre sí, son dos cosas
diferentes. Muchas pluralidades de individuos interactuan-tes no poseen las
características comprendidas en el primero y más complicado enunciado.
Puede alegarse que Parsons todavía no ha distinguido de un modo fijo los
elementos de un sistema social, falra que priva al estudio sociológico de un
enfoque riguroso. Todo caso de interacción humana puede considerarse
como un sistema social, de acuerdo con Ja definición más sencilla de
Parsons. Frecuentemente se refiere éste a "sistemas sociales estables"; en
realidad, su teoría del sistema social puede decirse que más bien es una
teoría del sistema social estable.22 Pero estas críticas, proclamadas por
diferentes críticos, no hacen desmerecer el esfuerzo en gran escala y quizás
prometedor de Parsons tanto para distinguir conceptúaImente como para
unificar en un esquema teórico los sistemas sociales, la adtura y k personal
idad.
Parsons considera la cultura como "por una parre el producto de, y por
otra parte el determinante de, sistemas de interacción social humana". 23 De
acuerdo con el punto de vista antropológico convencional, sostiene que la
cultura es transmitida, aprendida y compartida.

22 Pjiunn» te rcíierp también a lo» sistemas establo como "estructura!" en alguno» 1 iigar«F
palabra que uu igualmente para designar aROlpationes de papelea lOcialet, como %e r et í mi»
abajo. Emplea, asimismo, La palabra "rolretívidad" (que prefiere a La Frute "- TU; - social", más
I

frecuentemente empicada) para referirte a ai torra que compartía tipo» urológicos comunes, el
sentido de la mpotinbilídal pan el cumplimiento de (pápele») obligaciones, y la solidaridad
del grupo.
28 f ■].- L- ■ en inglés de The Sotial Syilem. p. 15
308 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

Según sus tres modos de orientación por motivos (descritos más arriba),
Parsons distingue tres clases fundamentales de normas de cultura: 1)
sistemas de ideas o creencias, caracterizados por la primada de los intereses
cognoscitivos; 2 ) sistemas de símbolos expresivos, tales como las formas
artísticas, caracterizados por la primacía de los intereses catccticos (adhesión
a objetos o rechazo de dios); y 3), sistemas de orientación por valores, o
"normas unificadoras". Las normas de cultura tienden a convertirse en
sistema a base de la congruencia lógica de los sistemas de creencias, de la
armonía estilística de las formas artísticas, o de la compatibilidad racional de
un cuerpo de reglas morales. No prosigue Parsons el análisis de los sistemas
culturales, y parece considerarlo tarea propia de la antropología cultural. Le
interesan primordialmente los sistemas culturales en cuanto afectan a los
sistemas sociales y a la personalidad.
El tema central de h teoría sociológica de Parsons es "el funcionamiento
de estructuras". El análisis estructural-funcional requiere un tratamiento
sistemático de ks posiciones y de ios papeles de los actores en una situación
social, así como de las normas institucionales implicadas. La posición se
refiere al lugar del actor en un sistema de relaciones sociales considerado
como una estructura; el papel, que en todo caso concreto es inseparable de la
posición y representa el aspecto dinámico de esta (de ahí el concepto
posición-papel), se refiere a la conducta del actor en sus relaciones con los
otros, cuando se la considera en el contexto de su importancia funcional
para el sistema social. Las normas institucionales se consideran como
expectativas normadas (o "estructuradas1') que definen culturalmente la
conducta apropiada de personas que representan diversos papeles sociales.
Una pluralidad de normas de papeles in independientes forman una ins-
titución.
En otras ocasiones Parsons identifica las "instituciones" con un complejo
de normas institucionales que es "conveniente" analizar como unidad
estructural en el sistema social. Esta actitud transfiere el concepto de
institución del plano de un símbolo que representa una realidad social al del
estadio de ia realidad social, porque dicha conveniencia es científica, no
social. Pero esta opinión aparentemente nominalista parece haber sufrido
modificaciones en los escritos más recientes de Parsons. Porque en estos
últimos se dice que una "institución" es de importancia fundamental en todo
sistema social sometido a estudio. Esto probablemente significa que la
existencia y el funcionamiento más o menos eficaz de las instituciones son
requisitos previos
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 309

tic la estabilidad que selecciona una estructura o un sistema estable del


sistema social en general.
Las instituciones —sostiene Parsons— son el punto focal de la sociología.
Define este autor la sociología o teoría social (en contraposición con la
antropología, que considera como Ja teoría de la cultura) como aquel aspecto
de la teoría de los sistemas sociales que trata de la instituciorkdszaeión.
Según Parsons, la "insiiiurionaíización debe ser considerada como el
mecanismo unificador fundamental de Jos sistemas sociales". 1* Porque Ja
institucional izacíón comprende ,t la vez la esttucturali/ación o conversión en
normas de las orientaciones por valores en el sistema social y la
"interiorización" de los sistemas de valores en la personalidad humana. La
institurionalización, pues, es el proceso integrador y estabilizador por
excelencia; forma un sólido vínculo entre la sociedad y la cultura de un lado,
y la personalidad y la motivación de otro. "Expresado en relación con la
personalidad, esto significa que hay un elemento de organización del
superego correlativo con toda norma de papel-orientación del individuo en
cuestión. En todos los casos, la interiorización de un elemento de superego
significa motivación para aceptar la prioridad de los intereses colectivos
sobre los personales, dentro de límites apropiados y en ocasiones
apropiadas".25 Este enunciado, cuya esencia es largamente ilustrada en
"Valores, motivos y sistemas de acción", y en El sistema social, es un ejemplo
de por qué a la teoría más reciente de Parsons se la considera con frecuencia
tan psicológica (y hasta cierto punto psicoanalitica) como sociológica.
Parsons sabe muy bien, naturalmente, que su manera de tratar el sistema
social lleva a la sociología muy cerca de la psicología. Las siguientes palabras
expresan su opinión sobre las relaciones de estas dos ciencias: "Las relaciones
de la psicología con la teoría de los sistemas sociales parecen ser muy
análogas a las de la bioquímica con la fisiología general. Así como el
organismo no es una categoría de química general, así un sistema social no lo
es de psicología. Pero dentro de la estructura de la concepción fisiológica de
lo que es un organismo que funciona, los procesos son de naturaleza química.
Análogamente, los procesos de la conducta social, como los de cualquier otra,
son psicológicos. Pero sin el sentido que les da su contexto

24 Tou jrd a General Theory o f Aflian (Hacia una teoría gtneral d e Ja acción}, por T. Pfliauns y
E. A. Shib, ediiorw. Cambridp.-. MJSS-, Hntvatá Univcnity Ptesi, 19Í1,
P-156.
25 lbid.
303 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

insricucionai-csmictural pierden su importancia para la comprensión de los


fenómenos sociales".25
Entre las muchas ramificaciones de la teoría que acabamos de esbozar,
una ha llamado más poderosamente la atención de los colegas sociólogos de
Parsons. Es la que él llama Tas variables normativas". Según él, este
descubrimiento es el núcleo de su aportación teórica.
Las variables normativas denotan las alternativas que aparecen tanto en las
normas, o tipos de expectativas de un pape!, como en las preferencias
individuales. En El sistema social presenta Parsons cinco pares de
alternativas, y ios considera exhaustivos en cierro nivel de generalización.
Pero en un trabajo posterior (citado en la nota 21 de la pág, 303) señala la
posibilidad de constituir un sexto par, aunque no ha desarrollado este punto
en sus trabajos más recientes.
Las cinco variables normativas son delineadas del modo siguiente: 1 )
Afectividad contra neutralidad afectiva: la norma es afectiva sí permite la
satisfacción inmediata del interés del actor, pero afectivamente neutral si
impone disciplina y pide el renunciamiento en favor de otros intereses; 2)
Egoísmo contra interés colectivo: Jas normas sociales pueden definir como
legítima la persecución de los intereses privados del actor, u obligarlo a
actuar en interés del grupo; 3) Universalismo contra particularismo: aquél se
refiere a las normas de valor que están altamente generalizadas, éste a [as
que tienen valor para un actor particular en relaciones particulares con
objetos particulares; 4 ) Realización contra cualidad (originariamente "logro
contra adscripción"): puede atribuirse importancia ya a la consecución de
cierros fines (realización), o a ios atributos de la otra persona, por el hecho de
que es esto o lo otro, por ejemplo, padre del actor, médico, etc.; 5)
Especificidad contra difusión: puede definirse específicamente un interés, de
suerte que no se suponga que existe ninguna obligación fuera de los límites
así señalados; o de un modo difuso, de suerte que pueda suponerse que fas
obligaciones van más allá de la definición expresa. i
Como, en principio, estas alternativas son independientes las unas de las
otras, podría decirse que hay treinta y dos combinaciones posibles de
"normas de expectativas de un papel". En El sistema social Parsons mismo ha
examinado dieciséis de esas combinaciones; aquí

21 Edición en ingle* dt Etiayt *«* Saeiolagicat Thtorj. Puta and Applied, Gkocoe, I I I . Hit ['■
Preu, 1949. P- 38. En m obra posterior EJ tinenta lacial. Paraca» subraya que su teoría
sociológica no se basa en La psicología, sino mis bien en una teoría general de Ea acción cuyo
cíbolo presentan Fa-rsonS y SUS colaboradores en ta Parre 1 de Hada una Seorh ¡oterol de ¡a
acción.
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 311

ha sido "colocada en el medio" la segunda alternativa a causa de su especial


importancia para Ja unificación. En Working Papers la misma alternativa se
aplica sólo a relaciones entre sistemas y QO a ía constitución interna de los
sistemas, mientras que las demás alternativas se emparejan de tal suerte, que
sólo quedan cuatro combinaciones, a saber: especificidad y universalismo,
afectividad y realización» difusión y particularismo y neutralidad afectiva
más cualidad.
Este sistema revisado de variables normativas se empica en Familia,
socialización y proceso de interacción, obra dedicada a la socialización del niño
en la familia. En ella se expone una teoría de "fisiones binarias" sucesivas
mediante las cuales nace una personalidad plenamente socializada. Dícese
que este desarrollo está marcado por fases preestablecidas y universales,
cosa que está de acuerdo con la teoría fteudiana. Durante las fases más
elevadas de desarrollo, cuando la socialización dentro de la familia es
complementada por otras experiencias, el proceso de fisión binaria es
afectado por las alternativas normativas descritas en Papeles de trabajo. El
fondo empírico de este estudio parece ser la observación participante de ía
familia normal de la clase media, que quizás es algo más autoritaria que la
mayor parte de las familias norteamericanas. En un capítulo especial escrito
por Morrís Zelditch, Jr., se compara la distribución de papeles en la "familia
nuclear" de 56 sociedades, y el autor concluye que en 46 de ellas la
socialización se verifica de acuerdo con la teoría de Parsons. SÍ este resultado
es válido, anula, desde luego, !a hipótesis de que el proceso de
diferenciación, tal como lo describe Parsons, tenga validez universal.27
No es fácil situar la teoría de Parsons en el universo de teorías
sociológicas contemporáneas. Paisons no es neo-positivista, y ciertamente no
es behaviorista. Expone un punto de vista funcional, que ofrece quizás su
mejor ejemplo en la opinión de que las estructuras sociales parciales
funcionan como mecanismos a través de Jos cuales se cumplen los requisitos
previos funcionales de la continuidad de los sistemas sociales. Pero Parsons
parece a veces identificar este sentido de la función con Ja función como
acción social, de la cual el observador infiere la existencia de una estructura
social.
La teoría de Parsons, como hemos visto, destaca el aspecto normativo de
la vida social. La acción social es considerada como conducta que implica
orientación por valores y como comportamiento dirigido por normas
culturales o códigos sociales. La sociedad es, pues,

27 P. M, BLu « Am. Jour. Soc. roL 61, marzo de «nidia «te punto.
3 1 2 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

en esencia un "orden moral" en el sentido de que tiene sus raíces en normas


moralmente sancionadas. Con respecto a esta actitud normativa de Parsons,
su ascendencia se remonta a Durkheim, Thomas y Sumner.
Parsons ha producido ya un cuerpo de escritos teóricos que ha
estimulado extensa e intensamente el comentario en los círculos sociológicos.
Entre las críticas hechas a su obra que nos parecen particularmente acertadas
se cuentan las siguientes. Primera: la teork de Parsons se basa en el supuesto
arbitrario (y» desde nuestro punto de vista, incorrecto) de que la teoría
sociológica es un aspecto parcial de una teoría general de ía conducta
humana. Segunda; la teoría sociológica de Parsons, no obstante sus
explicaciones limitadoras, como hemos observado más arriba, es inseparable
de la teoría psicológica. Tercera: Aunque la teoría de la cultura sustentada
por Parsons responde a esas objeciones, el, como muchos antropólogos
culturales, considera la cultura como sistemas normados de símbolos que son
objetos de la orientación de actores, y la interpreta, no como un sistema
empírico, como describe la personalidad y la sociedad, sino como una
especie de abstracción de elementos de esos sistemas. Pero si reducimos la
cultura a símbolos, "no queda nada para que lo simbolicen los símbolos
culturales".2* Por otro lado, la cultura es más que una construcción mental
(como lo son todas Jas abstracciones). La cultura, como dice Parsons con
frecuencia, es interiorizada por quienes la comparten; y cuando una norma
de cultura es interiorizada, se convierte en una tendencia aprendida de la
conducta, que es tan real como cualquier clase de energía potencial. No hay,
pues, diferencia esencial entre cultura y sistema social si, como Parsons sos-
tiene, este último se identifica con una red de expectativas de papeles.
Finalmente, las obras teóricas de Parsons están escritas en un estilo muchas
veces extraordinariamente difícil para el lector, en particular para los
estudiantes no iniciados, y se distinguen por empleos de palabras en que a
viejos conceptos se Ies dan nombres nuevos y en oca~ siones materias
bastante sencillas resultan oscuras.
No está completamente claro si Parsons se propone presentar un sistema
teórico general de sociología (si no de todas las "ciencias de la conducta") o
simplemente un programa pata la formulación de dicha teoría. Fu Papeles do
trabajo leemos: "Concebimos el esquema conceptual de la teoría de la acción
como aplicable en un margen

ÍS TbeOretital AnlbrOpoioRJ (Anlropiílogia ¡canta), por Divid Biduty ( 1 9 5 3 ) .


p. 157.
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 313

que va desde los sistemas de conducta de los organismos elementales hasta


los sistemas sociales y culturales más complejos, y en el plano humano,
desde los elementales procesos de aprendizaje del niño hasta los procesos de
producción de cambios históricos en las sociedades más complejas." (p. 172)
Puede interpretarse que esta afirmación significa, desde luego, que Ja teoría
general de la acción sólo poseerá ía generalidad descrita en ella cuando
revista una forma más desarrollada que aquella en que ahora la presentan
Parsons y sus colaboradores.
Como quiera que sea, cada vez más y más obras sociológicas hacen uso de
las orientaciones teóricas de Parsons. Son ejemplo de ello libros como Human
Society (La sociedad humana, 19 49), de Kingsley Davis, American Society (La
sociedad norteamericana, 1951), de R. M. Williams, esrudiado en el capitulo 17,
Stracture of Society (La estructura de la sociedad, 1952), de Marión J. Levy,
Science and the Social Order (La ciencia y el orden social, 1952), de Bernard
Barbcr, y posiblemente Character and Social Símciure (Carácter y estructura
social, de Hans Gerrh y C, W. Milis, 1953), que estudiaremos en una sección
posterior de este capitulo. La influencia de Parsons se refleja también en
recientes artículos alemanes y en el hecho de que algunos de sus escritos
hayan sido traducidos al francés. Pero las ideas de Parsons no son de ningún
modo una innovación absolutamente única en la sociología actual, sino que,
en realidad, presentan diversas afinidades con las obras de otros autores
contemporáneos, entre ellos Sorokin*

Fiarían Znaniecki

El tercero de los grandes representantes de la tendencia analítica en la


sociología norteamericana es Florian Znaniecki (n. 1882), conocido ya de
nuestros lectores como coautor de El campesino polaco en Europa y en Estados
Unidos (véase capítulo 12). Znaníctki nació en Polonia y comenzó su
actividad académica en su país natal como filósofo y como sociólogo. Vino a
los Estados Unidos durante la primera Guerra Mundial, y colaboró con
Thomas en su famoso estudio. Regresó después a Polonia, pero en años
subsiguientes visitó este país como profesor en las Universidades de
Columbla y de Chicago. Se estableció aquí permanentemente durante la
segunda Guerra Mundial y en 1953 fue presidente de la American
Sociological Society. Sus aportaciones más importantes a la sociología
general, además de El campesino polaco, son The Lares of Social Psychology (Las
leyes de la
314 CON VE RGENCf A DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

psicología social, 1925), The Meíhod of Sociology (El método de ta sociología,


1934), Social Actions (Las acciones sociales, 1936), y Cultural Sciences; Their
Origin and Develo pment (Las ciencias de la c/dtura, su origen y desarrollo, 1952).
El breve examen que sigue se basa en gran parte en la última de esas obras,
que representa el pensamiento más maduro de Znaniecki,
El sistema teórico de Znaniecki puede ser bien comprendido consi-
derándolo como un desarrollo del postulado del orden cultural universal. La
aceptación de este postulado es esencial para la comprensión sociológica de
Jos fenómenos sociales y culturales.
Esta proposición presupone definiciones conceptuales precisas y que
puedan aplicarse en general de Jos fenómenos sociales y culturales. La
cultura, según Znaniecki, es un concepto muy amplio que simboliza la
religión, el lenguaje, la literatura, el arte, las costumbres, las normas morales,
las leyes, la organización social, la producción técnica, los cambios
económicos, la filosofía y la ciencia. Las sociedades son consideradas como
conjuntos independien res, territo-mímente localizados, que incluyen seres
humanos y culturas sistemáticamente unificadas.
Znaniecki, como Parsons, especifica la acción como unidad del análisis
sociológico. Define la acción como conducta "consciente", opinión que
contrasta con la posición behaviorísta y, en este respecto, con la de Pareto.
Pero no todas las acciones humanas tienen significación sociológica. La
acción social de primordial interés para la sociología es la conducta que
tiende a influir en seres humanos o en colectividades conscientes. En otras
ocasiones Ja palabra "interacción" se emplea para designar
aproximadamente esa misma clase de fenómenos. Las acciones sociales se
clasifican en tres tipos: creador, reproductor y destructor, clasificación que se
basa en la obra muy anterior de Tarde.
Los individuos cuya acción es mutua se relacionan frecuentemente por
consenso o acuerdo mutuo. Este hecho indica que los valores sobre los cuales
se basan los juicios de individuos relacionados de esa manera son
compartidos en algún grado. Ese acuerdo puede tener sus raices en la
aceptación común de modelos ideológicos, caso en c[ cual las acciones son
"axionormativamente ordenadas". La observación revela que 3a mayor parte
de las acciones de los participantes en toda colectividad siguen por coacción
normas culturales definidas. Znaniecki explica esta ubicuidad normativa de
la conducta social haciendo ver que las normas culturales de acción tienden
a satisfacer necesidades humanas fundamentales. En otras palabras, las
acciones son ñor
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 315

maiis culruralmentc de tal manera que, si se siguen las normas, sus


respectivas finalidades pueden ser realizadas con regularidad. Esta
explicación sirve para dar cuenta del "orden cultural universal" postulado al
principio del estudio de Znaniecki, Esc orden está cristalizado en "sistemas
limitados" (expresión que Znaniecki prefiere ahora a "sistemas cerrados'1,
empleada en sus ¡interiores obras). Las acciones sociales funcional mente
interdependientes de seres humanos o de "agentes" se unifican en sistemas
axionoriiiatiyjiiii'iue organizadas. H orden cultural tiene, pues, un doble
significado: es un orden de conformidad (con las normas sociales) y un
orden de interdependencia funcional.
Esta opinión es* consecuente con ei concepto que tiene ZnaníecJd del
carácter de la sociología (parecido al de Simmel). La sociología ■—dice—-
concentra su atención sobre relaciones sociales o humanas y sobre grupos
dentro de los cuales o entre los cuales existen esas relaciones.29 La limitación
de la sociología a las relaciones sociales y a los grupos en general es
consecuencia del rápido avance de la investigación social; porque los
resultados de las investigaciones permiten aliora a los sociólogos generalizar
acerca de las bases sociales comunes a todas las categorías de orden cultural.
La importancia de la socio-logia para Jas demás ciencias sociales ha
aumentado, según Znaniecki, en la proporción en que se ha limitado al
estudio de los sistemas so-cíales de que depende la existencia de toda esfera
cultural.
La posición metodológica de Znaniecki no aparece expuesta en su libro
sobre Las ciencias de ia cultora; pero sus publicaciones anteriores,
especialmente El método de la sociología, lo sitúan en un grupo de sociólogos
que comprende a Weber, Cooley y Maclver. Como estos dos últimos
autores, Znaniecki se opone fuertemente a la psicología behaviorisra en el
análisis sociológico, y considera el behaviorismo extremado como una
especie de superstición científica. Destacó esta opinión en El método y repite
su argumento en Las ciencias de la cultura. Según el, quienes condicionan la
conducra humana proceden asi para hacer que los objetos de su actividad
condicionante se conduzcan como si ellos mismos fueran agentes
conscientes, y esas actividades son con frecuencia eficaces en alto grado. En
el pensamiento de Znaniecki esta implícito que el éxito de dichas actividades
condi-

29 Pata un trabara miente *nbre «te punió, ví-asc "Social Group» ia tlie Modero World"
("Los grupo» sacíale* m el muadn moderno"), de Tjianirckr, capicula V de Frefdum *nJ Control
in Modera Svtitiy (Ubertad y ttnim! tn U lociedad modenu), de M. Bcpfter, T. Abel y C. H . Ptgt,
editora. Nueva York, D. Vio Noirrind Cü, Ice, 1954_
316 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

clonantes es un argumento a favor de la proposición fundamental según la


cual los objetos humanos de condicionamiento son seres conscientes con
capacidad para comprender acciones simbólicas dirigidas hacia ellos.
La metodología de Znaniecki, así como su concepción de la naturaleza del
orden social, encarna su concepto del "coeficiente humanístico", que señala
las relaciones sociales y manifiesta la importancia de la conciencia humana en
las vidas de los individuos y de la sociedad. Esta convicción presta apoyo a ia
defensa que hace Znaniecki del uso de autobiografías y otros documentos
personales —que revejan las actitudes y las valoraciones de las personas— en
la investigación. También proporciona apoyo a su oposición a una confianza
sin distinciones en los métodos cuantitativos. Finalmente (y también en esto
se parecen sus opiniones a las de Cooley y Maclver), la importancia que
Znaniecki concede a la acción humana consciente y qéfectiva lo lleva a opinar
que la sociología y la psicología social son disciplinas inevitablemente muy
relacionadas entre sí, si es que no ínterdependientes. Su propia obra
representa una importante aportación a los dos campos30

Rabert M. Maclver *

Como se ha indicado más arriba, la sociología de Znaniecki se parece en


varios respectos a ta de su amigo y antiguo colega Robert Maclver <n. 1S82),
a quien elegimos como el último representante de gran importancia del
punto de vista analítico. Escoces de nacimiento y educación, Maclver ha
ensenado en su país natal, en el Canadá y, desde 1927 hasta su retiro hace
pocos años, en la Columbía University. Como Znaniecki y Parsons, ha sido
presidente de la American Sociológica! Society.
Madvcr es autor de una larga lista ¿e libros notables sobre teoría política,
economía y sociología. En este último campo sus obras más sistemáticas son
Commnn/ty (Comunidad, 1917), Society (Sociedad, 1931)» revisada en 1937» y

de nuevo en 194? en colaboración con Charles H. Page— y $oci¿d Ctittsalion


(Carnación social, 1942). Una reciente valoración de los escritos sociológicos
de Maclver considera cuádruples sus aportaciones:

30 Taro punió así como la» analogías mcrodolñgkas entFC Weber, Cooley, Znaniecki y
Maclver. los HELIO, brevemente George Simplón en Man in Society (Siudiei in Sociology) (El
hombre en I A lotittUA - EitüJio* sociológico*), Nueva York, Random Housr, 1954, rapíruto ÍV.
■ Eira sección sobre Rubén M. !-.-: fut «chía por Ornlcs H. Page.
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 317

fin primer lugar. . . ha desarrollado sistemáticamente y explorado con


fruto una red impresionante de conccpros sociológicos fundamentales*
En segundo lugar, ha contribuido s contener la marea del positivismo
excesivo y de tosco empirismo. En tercer lugar, ha reafirmado el
concepto del hombre como ser humano creador con esperanzas,
sendmienros, aspiraciones móviles y valores subjetivos. Por último, ha
demostrado positivamente que los escritos sociológicos pueden ser
bellos, claros, artísticos y literarios.31

La mayor fuera de Maclver está en la síntesis, en d talento para interpretar


y unificar diferentes materiales del gran legado de la ciencia social y pára
formular un claro sistema de teoría sociológica. Insistiendo en que una
sociología madura requiere un plena comprensión de los conceptos
organizadores que guían sus esfuerzos, Maclver define con precisión
concepros claves como sociedad, comunidad, asociación, institución,
actitudes c intereses, códigos sociales, dase social y muchedumbre, cultura y
civilización. Estos y otros conceptos son utilizados en sus obras con
desacostumbrada consecuencia. Además, la taxativa distinción conceptual
que establece enrre diferentes aspectos de fenómenos empíricamente
relacionados —por ejemplo, entre intereses parecidos (individualizados) y
comunes (compartidos), entre Estado y sociedad, entre fenómenos
"interiores" (que implican cons-ciencia humana) y "exteriores" (biológicos,
geográficos y tecnológicos)— forma la armazón básica de su teoría de la
estructura social y de los cambios sociales.
A la mayor parte de los conceptos fundamentales de Maclver se les puede
seguir la pista hasta los primeros sociólogos, aunque en manos de este autor
se refinan y se relacionan lógicamente entre sí. Así, su concepto de la sociedad
como una red de relaciones sociales, materia de primera importancia para la
sociología, se parece al de Simmel y otros. La distinción de Toennies, muy
anterior, entre Gemeinschaft y Geselhchaft (véase capítulo 8 ) proporciona la
base para e[ contraste que señala Maclver entre comunidad, el grupo social
más extenso y con raíces territoriales, y asociaciones, organizaciones que
fomentan un número limitado de intereses específicos. De acuerdo con esta
distinción, la comunidad es la matriz de toda organización social, mientras
que el Estado y la familia, lo mismo que otras muchas asociaciones menores,
son inevitablemente limitados en su margen de actividades. El concepto que
sustenta Maclver de los intereses sociales
M "Rubtrl M. Mjcl'fr'i Cnmr jbiiTÍnm ta SinJdlogkiil Theory" ("ta»
canrributionei
de Roben M. Maclver * ti (enría mdolújiift" f. '.■ •' Harry Al;- .:. ¡ ■ XN 1
de
Fnedota and Control in MuJcrn Society llJbrrlaJ y control ia ¡OficdoJ moderna) > de Bergcr, Abel y
Pifle, editores, yp. 2BG-37.
318 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

y de su papel esencial en moldear tipos de relaciones y la organización del


grupo, tiene afinidades con las opiniones de diferentes teóricos, entre ellos
Spencer, Giddings, Small y Durkheim; pero su clasificación de los intereses y
su análisis de lo que socialmente implican va más allá de la obra de esos
primeros investigadores. Para poner un ejemplo definitivo (hay otros
muchos), la distinción de Maclver entre intereses objetivos, "objetos" hacia los
cuales se orientan las personas (por ejemplo, "amigo", "enemigo", paz,
dinero), y actitudes subjetivas, "estados de conciencia dentro del ser humano
individual con relación a objetos"?- es conceptualmente muy próxima a la dis-
tinción de Thomas entre valores objetivos y actitudes subjetivas (véase
capítulo 12)* Tanto Thomas como Maclver insisten en que las definiciones
completas de relaciones sociales deben incluir siempre actitudes e intereses o
valores, y que eu consecuencia una teoría completa de la conducta humana
necesariamente comprende las dos disciplinas de la sociología y de ía
psicología social.
Hemos señalado más arriba que la sociología de Maclver tiene también
semejanzas con las opiniones de Cooley. No sólo hay entre ellos analogías
metodológicas, sino que Maclver destaca y desarrolla el tema de Cooley
relativo a la interdependencia del individuo y de la sociedad, pero sin hacer
de esta relación fundamental y recíproca una relación de completa armonía.
Así, en su estudio del tantas veces olvidado aspecto normativo de la vida
social, analiza en detalle no sólo la naturaleza de las normas sociales y de Jos
"códigos sociales fundamentales" (religión, moral, costumbres, derecho,
moda), sino las relaciones tanto positivas como negativas entre el control
social normativo y la vida del individuo/3
En Sociedad, que expone de manera más completa su teoría sociológica
genera!, el tratamiento que da Maclver a las normas sociales forma parte del
largo estudio sobre la estructura social (se refiere a las normas como "las
fuerzas sustentadoras del derecho y de la costumbre"). El resto del estudio de
la estructura social está dedicado en gran parte a diversos tipos de grupos
sociales, incluidos la familia, la comunidad, la clase social y la casta, los
grupos étnicos, la muchedumbre y las grandes asociaciones políticas,
económicas y "culturales". Aunque gran parte de este estudio, especialmente
en ía edición más
32 Edición tfi inglés de Socivty- An tniriductory Anaíyiii (Lé wcirdad: ¿nátiiii
introdncinm), par R. M. Madree y C H. Page, Nueva York, Riaehan and Co., Inc., 1949, p. 24.
83 Eir «cudiu comprende un breve pem fundamrnial ensayo ■ ■!■. "The P roblea¡ of Moral
Libeity" T'El problema de ta líbenad moral"); víase Maclver y Pifie, op. dt.. Parce JL
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 319

reciente de Sociedad, está concebida como un libro general de texto sobre


sociología, el sistema teórico de Maclver es, no obstante, utilizado en todo él
y sus definiciones conceptuales básicas son aplicadas de un modo
consecuente a una gtan diversidad de materiales sacados de la investigación
social moderna. Por otra parte, ía insistencia de Maclver sobre el papel
fundamental de los sentimientos, las aspiraciones y Tas actitudes subjetivas
en Ja vida social se entreteje todo a lo largo de su interpretación con Ja
arraigada convicción de que el hombre es un ser creador tanto como un ser
social y cultural mente creado.
Esa convicción se manifiesta agudamente en Causación social, obra de
Maclver un tanto olvidada, pero quizás la más madura del autor. Creemos
que en ese libro Maclver ha encontrado el áureo medio entre la posición de
muchos neo-positivistas, que identifican la causalidad social con la
causalidad natural, y la opinión escéptíca, recientemente proclamada por
Sorokin entre otros, que niega la aplicabili-dad del concepto de causa a los
fenómenos sociales. No mantiene Maclver que podamos conocer las
circunstancias o causas determinantes de toda la conducta ¡leí hombre; pero
insiste en que es posible formular una concepción general de la causalidad
que comprenda las relaciones psicológicas y sociales tanto como las
asocíales. Pero estas últimas, por ejemplo la relación causal entre el viento y
la ola o el suelo y la producción, deben ser entendidas como relaciones de
"carácter invariable" de la naturaleza exterior, que reflejan leyes naturales no
sociales. Las proposiciones y los métodos empleados para estudiar esas
relaciones (por físicos y biólogos) no bastan, como sostiene un
neo-positivista del tipo de Lundberg, para comprender la causalidad de los
fenómenos sociales. Porque esta última incluye un elemento psicológico: hay
una fundamental "distinción entre eí tipo de causalidad que implica que un
papel salga despedido por el viento y el que se revela cuando un hombre se
escapa de un grupo que le persigue. . . 'el papel no tiene ningún miedo ni el
viento odio, pero sin miedo y ni odio m el hombre se escaparía ni el grupo lo
perseguiría1 ".a<
Afirma Maclver que la conducta humana es influida por una gran
diversidad de circunstancias, tanto sociales como asociales. Distingue tres
"grandes esferas dinámicas": la de lo físico, la del ser orgánico y la del ser
consciente. Aunque cada una tiene sus propios atributos distintivos (que
requieren métodos distintivos de investigación), están

81 CauKtdón ¡óciaí, Fondo de Cultora Económica. México, 1949, p. 25L


320 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

esencialmente relacionadas entre si. Pero "la esfera del ser consciente",
constituida por los órdenes cultural, tecnológico y social, es la que primordial
mente interesa a Maclver; es ahí donde pueden descubrirse las
peculiaridades de la causalidad social. Dice Maclver:

En coja conducía consciente hay. . . un doble proceso de organización


selectiva. Por una parte el sistema de valores del individuo, su arrivo
complejo cultural, su personaLnkd, se enfocan en una. dirección
particular, hacia un objetivo particular. . . Por otra, ciertos aspectos
externos de la realidad son selectivamente relacionados con la valoración
dirigente, se distinguen del resto del mundo externo, en cierto sentido,
son sacados de ¿1, ya que ahora llegan a ser factores valiosos, medios,
obstáculos o condicione» que tienen que ver con el valor dirigente. El
sistema inierior, o subjetivo, se enfoca en virtud de una valoración
dinámica; y el sistema exterior, o externo, es "iluminado" por ese enfoque,
y la parte que cae dentro del haz luminoso se transforma mera exterioridad
en algo que también pertenece al mundo de los valores, como vehículo,
accesorio, obstáculo y costo de la obtención del valor.añ

Estas palabras sugieren ía significación del concepto estratégico de


Maclver: el avalúo dinámico, acto consciente por el cual los seres humanos
relacionan Jos medios con los fines y pesan las alternativas. Los avalúos
dinámicos de los hombres concentran en un solo foco "todos los factores que
determinan la conducta consciente", social y asocia!; representan la
singularidad y la inevitable variación de k acción social. El estudio de la
causalidad social (a diferencia del de la motivación psicológica) se centra
sobre "ponderaciones dinámicas parecidas o convergentes a que están sujetas
las actividades de los grupos de los órdenes institucionales, las maneras de
ser populares, en general, los fenómenos de la conducta social","
Avalúos convergentes se encuentran en la base de tres cipos diferentes de
fenómenos sociales dinámicos. En primer lugar, cambios distributivos, tales
como modificaciones de las normas morales y de los estilos de vida y
fluctuaciones de los índices de natalidad, de delincuencia, de matrimonios,
etc., representan una "suma de muchas acciones individuales", pero no
implican objetivos conscientes del grupo. Estos últimas son fundamentales
en el segundo tipo, fenómenos colectivos, tales como movimientos sociales
organizados, políticas administrativas y revoluciones políticas. Finalmente,
fenómenos conjeturales son persistencia o cambios en gran escala de la
estructura

35 ibid.r p. 246. 88
lbid.. p. 252.
SOCIOLOGÍA ANALITICA 321

social, por ejemplo, fluctuaciones del ciclo económico o el paso de una


sociedad agraria a una sociedad industrial, que no son planeados por los
hombres peto que, sin embargo, representan consecuencias importantes de
miríadas de avalúos individuales. Sin duda varía el modo de análisis de estos
tres tipos de fenómenos; pero debe estudiarse el papel fundamental de la
acción selectiva consciente en los tres si hemos de captar la dinámica de la
causalidad social. De acuerdo con su idea de Ja interdependencia de Tos
individuos y la sociedad, Mac* Iver enuncia su tesis dave:

No es posible separar la ponderación individual de la ponderación del


grupo. No obstante, cada un» guarda su propia cnhtn ■ Tcncmo* la
personalidad individual, por una parre, y las costumbres \morf¡\ del
grupo por otra. El esquema de valores es imperfectamente coherente en
ambos niveles, se desvía en ambos de las normas profesadas y está sujeto
constantemente al cambio. Pero estos esquemas interdependientes de
valoración concluyen junios el sistema ponderados por medio del cual Jos
diversos factores son canalizados dentro dd orden único de la causación
social.37

El estudio de Maclver sobre la causalidad social está estrechamente


relacionado con su tratamiento de los cambios sociales y de la evolución
social. Sus aportaciones en esas materias las examinaremos en el capítulo 21.
En estos diversos campos de investigación sociológica —control social y
regulación normativa, estructura social y grupos sociales, causalidad social y
cambios sociales— Maclver escribe con desacostumbrada pericia y fino
conocimiento de las complejidades de la vida social. Pero su envidiable estilo
literario oscurece a veces la marcha de su argumentación. Además, sus
escritos sociológicos son sumamente difusos, y constituyen un problema
para el lector empeñado en seguir el esquema del sistema sociológico de
Maclver. La sociología misma (aunque menos que su igualmente famosa
teoría política, que no estudiamos aquí) resulta manifiestamente teñida de
sus convicciones sodaíes y políticas, en especial por su decidida defensa de la
democracia política y por su idealista filosofía social. Pero, cualesquiera que
sean las insuficiencias de su obra, Maclver es figura de la mayor importancia
en la sociología analítica de la actualidad.

■T

87 ¡btá., p. 261.
322 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

Homans, Gerth y Milis

La presentación de las opiniones de los cuatro sociólogos analíticos más


importantes de nuestros días quizás deba complementarse con un breve
examen de las aportaciones de otros autores con puntos do vista análogos.
Entre los muchos posibles, seleccionamos dos libros, The Human Group (El
grupo humano, 1950), de George C. Homans, y Carácter y estructura social
(1953), de H. Gerth y G Wright Mills.
La proposición inicial del primero de esos libros es que el grupo humano,
que para Homans es el punto central de la sociología, es un sistema. El
concepto de sistema es fundamental para la teoría científica, y así la
sociología queda conccptualmente vinculada a las cien-cías teóricas más
antiguas y más adelantadas. Considerando que el estudio de la conducta del
grupo es la tarca propia de la sociología, Homans empieza por
descomponerla en cierro número de elementos mutuamente dependientes.
Pasa después a estudiar el grupo como un sistema social que sobrevive en un
medio ambiente. El grupo es definido funcional mente: A, B, C,. . forman un
grupo sí, dentro de determinado periodo, A interactúa con B y C con mayor
frecuencia que con M o N, y si es posible decir lo mismo de la conducta de B
y C.
Explica Homans que los elementos de la conducta del grupo son, primero,
activklitdes¡ lo que hacen los hombres, movimientos musculares; segundo,
Interacción, que tiene lugar si la actividad de uno sigue a la actividad de otro
o es estimulada por ella (definición dudosa, ya que la mera sucesión en el
tiempo es criterio insuficiente de interacción); tercero, sentimiento, o estado
interno del cuerpo del actor. El "sentimiento" recuerda a Pareto, una de las
principales fuentes teóricas de Homans, cuyas opiniones son asunto de un
libro anterior de Homans. Según este, los sentimientos pueden inferirse del
tono de ía voz, de la expresión facial, de las posturas del cuerpo y de lo que
el individuo dice de sus sentimientos interiores, palabras que rienen sentido
porque nosotros podemos reconocer en nosotros mismos las circunstancias a
que los demás se refieren. (Esta opinión recuerda ks de Max Weber y G H.
Cooley y, como ellas, no es behaviorista.)
Esos tres elementos y sus recíprocas relaciones constituyen, el sistema
social, formando los demás fenómenos parte dd ambiente social. Homans
distingue en el sistema social un sector externo y un sector interno. El
sistema externo es el estado de actividades, interacciones y sentimientos,
más sus relaciones recíprocas, en la medida en que ese estado contribuye a
la solución del problema de cómo sobrevive eí grupo en su medio ambiente,
enunciado que manifiestamente pide un
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 323

análisis en el estilo funcional. También implica análisis funcional el estudio


del sistema interno, compuesto de la conducta de detalle del grupo más allá
de los requisitos funcionales, pero que nace simultáneamente del sistema
externo y reacciona sobre él.
Homans demuestra estas proposiciones teóricas con el análisis de una
serie de casos de estudio, análisis en d cual se empican también otras
proposiciones concernientes a (a vida del grupo. Se concede especial
importancia a Jas normas y aJ control sociales. El control social es casi
idéntico a la concepción de Purera relativa al restablecimiento del equilibrio,
entendiéndolo tomo proceso por el cual, si Ja conducta de una persona se
desvía atípicamenrc de una norma (Homans observa que las desviaciones
ligeras de las normas son comunes), vuelve a ajustarse al grado típico de
conformidad.
Carácter y estructura social, de Gerth y Mills, es digno de atención por el
intento de usar ei papel social como un concepto central que unifica los puntos
de vista psicológicos y sociológicos, empresa por el estilo de la. de Parsons.
La palabra carácter (la primera de] título) designa al individuo como una
entidad total, pero en la cual pueden distinguirse el organismo, la estructura
psicológica y ia persona u hombre como representante de papeles. Se hace
resaltar la importancia del papel en el concepto de la sociedad como
estructura compuesta de numerosos papeles institucionales. Según los
autores, la estructura social total puede descomponerse en órdenes
institucionales, por ejemplo, el económico, el político y el religioso. Dichos
órdenes son reconocibles como combinaciones de instituciones (palabra
vagamente definida, como es tan frecuente) que tienen consecuencias, fines o
funciones análogas. El grado de autonomía de los órdenes insti rucio nales es
materia que ha de investigarse en toda sociedad dada. Pero en todas partes
hay varios aspectos o esferas de conducta social que caracterizan a rodos los
órdenes institucionales, a saber, la tecnología, los símbolos, la posición social
y la educación. Por otra parte, algunos aspectos de La vida social no son
identifica bles desde el punto de vista de la estructura ni del orden
institucional: hay también modos de interacción amorfos o efímeros.
Dado este fondo teórico, Gerth y Mills estudian un problema que
preocupa tanto a los sociólogos funcional Estas como a los analíticos: ¿Cómo
está integrada la sociedad? Se ofrecen cuatro alternativas; 1) La
correspondencia se refiere a la unificación de la sociedad por la aparición de
un principio estructural común que opera de un modo paralelo en cada
orden institucional, de lo que es ejemplo el caso de la
324 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

sociedad norteamericana en la primera mirad del siglo XIX. 2) Se obtiene la


coincidencia si diferentes principios estructurales elaborados en diversos
órdenes producen una unidad parcial, pero nunca completa, de lo que es
ejemplo el nacimiento del capitalismo moderno medíante la combinación de
la caída de los privilegios feudales con la creación de una estructura jurídica
y una estructura administrativa (interpretación que difiere Je la de Max
Weber), 3) La coordinación implica la unificación de la sociedad por uno O
más órdenes institucionales que llegan a predominar, como en las sociedades
totalitarias contemporáneas. 4) La convergencia rienc lugar cuantío dos o más
órdenes institucionales coinciden hasta el punto de fusionarse (proceso que
parece una especie de inversión de la diferenciación social).
Carácter y estructura social ofrece atisbos interesantes, en especial porque
las proposiciones teóricas se entretejen con la presentación de materiales
históricos (en este respecto ei libro difiere esencialmente de El grupo humano,
de Homans, que estudia casos particulares). Indudablemente, el método
histórico implica el peligro de concentrarse sobre lo concreto y único, lo cual
no constituye la finalidad del estudio sociológico. Pero Gerth y Mills
persiguen Ta meta sociológica de formular proposiciones de api ¡cubil ¡dad
general.

Resumen: Convergencia sn la sociología analítica

¿Forman las teorías examinadas en este capítulo una "congerie", para


emplear una palabra usada con frecuencia en las obras de Sorokin? ¿O
representan esfuerzos convergentes en dirección a la meta de una teoría
sociológica unificada?
Con relación a las teorías de Sorokin y de Parsons, estas cuestiones dieron
lugar a un documento por demás desacostumbrado. Tras la publicación de
El sistema social y de Hacia una teoría general de la acción en 1951, de Parsons,
Sorokin puso en circulación un memorándum sobre "Símilarmes and
Disimilan des berween Two Socíolo-gical Systems" ("Semejanzas y
diferencias entre dos sistemas sociológicos"); parre del cual fue reproducido,
en traducción alemana, y comentada por Leopold von Wiese, sociólogo muy
destacado, en la Kólner Zeuschrift für Soziologie). En él alega Sorokin que hay
una concordancia sorprendente entre el esquema básico de Parsons y sus
colaboradores y su propia estructura conceptual, expuesta en una serie de
obras de fecha anterior a las publicaciones teóricas de Parsons. El alegato va
apoyado por una sinopsis de extractos de los escritos de ambos autores.
Sorokin concluye que las analogías entre los dos siste
SOCIOLOGÍA ANALÍTICA 325

mas son mayores que las que hay entre las opiniones de Parsons y las teorías
de Weber, Pareto, Durkheim y Ereud, que son francamente reconocidas por
Parsons, mientras que Jas obras de Sorokin son charadas una sola vez en El
sistema social. Señala también que la estructura básica de este libro difiere
notablemente de la del libro anterior de Parsons, titulado Estructura de ia
acción social, habiéndose operado un cambio en dirección hacia su propio
esquema teórico.
No nos interesa aquí averiguar si están justificados Jos alegatos de
Sorokin. Pero la tendencia hada la convergencia en la sociología
contemporánea es un tema central de este volumen. Parece caber poca duda
en que dicha tendencia csrá representada por importantes analogías enrre las
teorías de esos dos autores rivales. Son ellas, en parte, consecuencia de que
Sorokin haya pasado muchos años corrigiendo y sometiendo a prueba las
teorías de muchos eminentes pensadores sociales anteriores,
sistematizándolas y enriqueciéndolas con valiosas aportaciones personales.
Más recientemente, Parsons se ha dedicado a una empresa análoga y expone
proposiciones teóricas que son similares en contenido a Jas de Sorokin,
aunque claramente distintas en Ja forma (y decididamente contrapuestas en
estilo). Las aportaciones creadoras de Parsons, aunque no tan espectaculares
como las de Sorokin, son, como hemos dicho, considerables. Pero las
afinidades teóricas entre Sorokin y Parsons —y hasta cierto punto entre sus
opiniones y Jas de Znaniecki y Maclver—- requieren un estudio más
detenido que e] que se les ha dedicado,38 El siguiente resumen indica
brevemente la dirección que podría tomar dicho estudio.
En primer lugar, todos los autores cuyas obras sistemáticas han sido
estudiadas en este capítulo coinciden en un problema básico para ía teoría
sociológica, a saber, la cuestión de la naturaleza de la sociedad. Porque esos
sociólogos analíticos, y muchos otros, conciben la sociedad como un sistema,
o más exactamente, como un sistema de sistemas/9 Los componentes
primarios de los sistemas sociales son los actores, las personalidades
humanas, cuya conducta social necesariamente implica selección o
avaluación, peto es también normada por las expectativas de los otros y por
valores culturales. Pero la unidad básica para el análisis sociológico no es el
actor mismo, sino su "acción", como Parsons propone, o, quizás más
exactamente, la interacción o acción
ÍS Volverao* t Mamar la arenrión sobre Ja reciente obra de los Hlnklc, Tbe De-prinpmmf of
American SucioJugy (Deiarrolfo dt la ¡atioiogin norleamericjfí.i). en que ir analizan IÜ analogías
retinen enríe Znaniecki, Maelíer y Pauom. Desgraciada-menre, lo» aurores omiren el estudia
de Sorokin.
39 GenJi y Mifli suilroran una opinión un ranro parrfcularisra ubre 1' lignificación de la
frase "sistema social '.
324 CONVERGENCIA DE LAS TEORIAS SOCIOLÓGICAS

recíproca. Las "relaciones sociales" de Maclver implican cambien un púnro


de vista interactivo.
Sorokin, Parsons, Znaniecki y Maclver están de acuerdo, asimismo, en que
la cultura es un sistema de sistemas. Pero el concepto de cultura no se refiere
a las interacciones sociales como tales, sino a sus productos duraderos, tanto
materiales como inmateriales. (Maclver identifica la "cultura" con los
productos humanos señalados por valores de fines, diferenciando la cultura
en este sentido de loa productos utilitarios o instrumentales, tales como la
tecnología, que él llama "civilización". Esta diferenciación, aunque con otra
terminología, apatece también en los escritos de Sorokin y de Parsons.) 40
Los dos sistemas, eí de la sociedad y el de la cultura, están en una
complicada relación de interdependencia. Aunque esa relación ha sido
aclarada en parte por los sociólogos analíticos, en especial por la teoría
conceptual de Sorokin y Parsons, aún les queda un gran problema a los
demás analistas de cuestiones sociales y culturales.
Los sociólogos analíticos parecen estar fundamentalmente de acuerdo
sobre el problema de las relaciones entre la sociedad y el individuo* El
individuo, por una parte, es un agente activo y creador en los sistemas de la
sociedad y de la cultura, y por otra es un producto de esos sistemas. Es digno
de notarse que Sorokin, Znaniecki y Maclver reconocen expresamente su
acuerdo fundamental con la opinión de Cooley, muy anterior pero muy
parecida, sobre la interdependencia del individuo y de la sociedad*
Entre nuestros principales sociólogos analíticos, Znaniecki en El método de
¡a sociología y Maclver en Causación social han estudiado extensamente
problemas metodológicos. Pero todos, expresa o tácitamente, se oponen al
behaviorismo extremado; y tres de ellos, Sorokin, Znaniecki y Maclver, se
oponen decididamente al neo-positivismo radical. Pero todos coinciden en
que la teoría abstracta debe ser sometida a prueba por la investigación
empírica. En ese empeño, Sorokin ha hecho amplio uso de los
procedimientos histórico y cuantitativo, Gerth y Milis hacen uso abundante
de material histórico, en tanto que Homans prefiere inferir sus proposiciones
teóricas dd estudio de casos particulares. De acuerdo con la calificación de
"analíticas" que hemos dado a su obras, todos muestran poseer las virtudes
de razonamiento lógico y de fino conocimiento en relación con las
complejidades sociales. En un sentido muy amplio de la expresión, todos son
insuperables "observadores participantes" de! mundo que les rodea.

40 Honran» y Gcrrh y Mili» sálo inddor.tal mente «ludían la cultora-


CAPÍTULO 19

ESCUELAS FILOSÓFICAS -

La escuela institucional; Etapa platónica

La rama institucional de la escuela filosófica nació en Francia a mediados del


decenio 1920-1930, Esta actiiud se distingue por dos pecu-Earidadcs:
primera, todos sus miembros son católicos romanos y, con excepción del
fundador de la escuda, intentan formular un sistema de sociología sobre la
base de la filosofía tomista; segunda, la mayor parte de los miembros de la
escuda son juristas, y la teoría sociológica que presentan es un subproducto
de sus esfuerzos para resolver un problema jurídico, a saber, el problema, de
la naturaleza de la personalidad corporativa.
En contraste con la tradición romana y con el pensamiento anglo-
americano, que niegan la realidad de tales personalidades, y con Las ideas de
Otro Gierke (1841-1921), el gran jurista alemán de fines del siglo XiX, quien, en
la esfera de la jurisprudencia, profesaba un realismo social extremado (a la
manera de Durkheim), atribuyen a los grupos sociales, entre ellos a las
sociedades por acciones, una realidad s / f i generis, que puede ser o no ser
reconocida por la ley, pero que es independiente de ese reconocimiento.
El padre de esce punto de vista fue Manrice Hauriou, uno de los más
ilustres juristas franceses. Pueden encontrarse huellas de la que habría de
llegar a ser la "teoría institucional" en sus primeras obras; pero la Teoría de la
Institución y de la fundación, que apareció ea 1925, poco antes de la muerte del
autor, es una expresa y vigorosa exposición de este punto de vista. Hauriou
estaba influido por Henri Bergson y por Gaude Bernard; pero encontró el
meollo de su teoría en el redescubrí miento de unas palabras de San Agustín:
"Un pueblo es una reunión de seres racionales unidos por un común acuerdo
en cuanto al objeto de su amor".1
El punto de partida de Hauriou es Ja proposición platónica: "Existen
¿deas objetivas anteriores al vasto mundo que nos rodea". Entre esas ideas
están las relativas a tareas que hay que realizar. Éstas no pueden "vagar al
azar'1 en una sociedad amorfa; tienen que ser capturadas y encarnadas en
instituciones.
Hauriou distingue dos tipos de instituciones, constituido el primero
1 Tal como la zxpoae Muorhuine 1. X Millar m "Hauriou, aaá Mn&hjll". en

. : ■ > ■ . ■ 3232- /■ , '.'Vi


32(5 CONVERGENCIA. DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

por cosas que corresponden a sistemas de regías de conducía, y el segundo


formado por personas o grupos sociales. Hauriou se interesó ante todo por
las instituciones del segundo tipo.2 Por consiguiente, sus escritos sociológicos
son principalmente una teoría del grupo social, campo en su tiempo
sorprendentemente descuidado por los sociólogos profesionales.
Según Hauriou, la institución (o grupo social) comprende tres elementos:
la idea organizadora» el gobierno organizado y la Ínter-comunión de Jos
individuos en torno de la idea. La.■ organizadora, U idea de la tarea que hay
que ejecutar, penetra en las mentes de un número indeterminado de
individuos. En un estilo verdaderamente platónico, subraya Hauriou que»
aunque la idea común recibe formas algo diferentes en las mentes
individuales, "objetivamente" sigue siendo la misma. Las ideas
organizadoras confieren a las instituciones existencia propia y son
significativamente diferentes de las de los individuos constitutivos de los
grupos,
£1 segundo elemento institucional de Hauriou es la organización, análoga
ai gobierno en el Estado. El gobierno es una manifestación de voluntad
humana. El ejercicio de la voluntad es, por lo tanto, un elemento esencial de
la realidad social de una institución; pero es aportada por Jos miembros
individuales y» así, no es ia "voluntad" de la institución misma.
El tercer elemento institucional es la intercomunión de los individuos.
Hauriou rechaza todo concepto de mentalidad colectiva. Su idea de la
íntercomunión se refiere al hecho de que los individuos son afectados de un
modo análogo por el contacto con Ta misma idea organizadora, de que
reconocen espontáneamente Ja analogía de sus estados mentales, y de que,
de esta suerte, son inducidos a la acción común.
Este análisis de los elementos interactivos de los grupos sociales o
instituciones se completa con la teoría de Hauriou acerca de cómo nacen,
viven y mueren las instituciones. Como era jurista, identificaba las fases de la
vida del grupo con procesos jurídicos. Así, las instituciones nacen mediante
"actos de fundación" y mueren por "disolución". Sus vidas, según Hauriou,
consisten principalmente en los funcionamientos legales de sus "gobiernos",
en las elecciones y las
2 VniiM rtúrfcoi ton temporáneo*, enere ello! Parinni y Maclver, driringuea taxativa* w. :■■
corre grupo* focial» concreten, colectividad?* a Jal que pertenecen la gene?, e ¡ai [inicien**,
procedimiento! conufiradía y ioc raimen re impucitoi que diningurn IB V Í ¿ A de grupa.
Hauiiun. como Sumner uno* iño* antei, incluye ambo* tcncidm im la palabra "iniciiución",
aunque lu «jncepio del primer tipo —íisiemas de conducía— corresponde al uso más comú
noten ic admitido.
ESCUELAS FILOSÓFICAS - 329

deliberaciones del grupo y en I J adhesión gradual de nuevos miembros. La


duración de una institución no depende tanto de la voluntad de sus
fundadores como de la persistencia de la idea organizadora esencial. Porque
los iniciadores de una institución siembran una idea viva en una sociedad
amorfa, la cual, una sembrada, se desarrolla por si misma.

La escuela institucional: Etapa tomista

No obstante su fundamento filosófico platónico y la excesiva importancia


que daba a los aspectos jurídicos, Hauriou produjo una sugestiva teoría del
grupo social. Otro institución alista, George Renard, desarrolló la teoría de
Hauriou, pero trasladó su base del platonismo al tomismo en la Teoría de la
institución (dos volúmenes, 1930-39). Para Renard, una institución o grupo
social es "comunión de hombres en una idea". Renard subraya que en su
concepción son cosas idénticas institución y grupo social. Pero con frecuencia
amplía la significación de este concepto sociológico clave. Así, menciona la
posibilidad de "ínstituic la paz", y en una ocasión aun expresa la idea de que
Ta. naturaleza humana es una institución primaria. Pero la mayor parte de
Teoría de la institución se limita al análisis del grupo social, constituyendo el
cuerpo de principios que nos interesa aquí.
Según Renard, la "idea generadora" produce cierto grado de solidaridad
enere las personas que sostienen o sostendrán al grupo social. Así, el grupo o
institución une a las personas, pero no anula su individualidad como seres
racionales. La estructura interna de una institución se compone de relaciones
sociales. Pero mientras otras relaciones unen a las personas como individuos
en cuanto tales de diversas maneras, dentro de las instituciones ei grupo es
resultado deí hecho de que los individuos participan en una entidad que los
domina.
En el segundo volumen de su obra principal, que es más filosófico que el
primero, Renard desarrolla hs siguientes ideas: cada persona tiene ei
concepto de un yo distintivo y la creencia en la vinculación del yo con el
nosotros? El vínculo mismo no es puramente lógico; es real o existcncial. El
objeto del estudio sociológico es mostrar cómo esos individuos y elementos
sociales se adaptan mutuamente. En opinión de Renard, la institución, como
un organismo, unifica a sus miembros en un todo» pero no de modo tan
completo que destruya su individualidad. Por el contrario, la institución
proporciona a los
3 i - i . i opinión n iimilir en lenguaje y, en cieno (rudo, ta ion reñida, m lu feoilu de Cooley y
Mead, «Indiadas en el capítulo 12.
330 CONVERGEN CIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

seres individuales propiedades que de otro modo no poseerían. En otras


palabras, el grupo no es reductfble a la suma total de sus partes-Renard
afirma que la vida interior de un grupo social o una institución se caracteriza
por tres cosas: intimidad, autoridad y objetividad. La. intimidad institucional es
un "vínculo de confianza'1, pero esa confianza está socialmente normada u
organizada, y en este respecto difiere de la amistad individual. En un grupo
social es esencial algún tipo de autoridad; ella es, en realidad, la condición de
su existencia, su manera de ser, y es inseparable de las exigencias de ía vida
social. (Como han observado algunos críticos de Renard, olvida éste la posi-
bilidad de agrupaciones igualitarias en las que la autoridad es ejercida por
todos los individuos con arreglo a un principio de justicia,) La autoridad está
enraizada en el todo, peto es ejercida por individuos en cuanto sirven al
"bien común"; éste último, en esta ocasión, probablemente se identifica con la
idea, generadora de una institución particular. Las relaciones mutuas entre
las personas que constituyen una institución son esencialmente relaciones
entre órganos de un organismo jurídico; su estabilidad requiere ia existencia
de reglas y sanciones de grupo. Esas reglas y sanciones esenciales forman lo
que Renard llama la objetividad de una institución-
Finalmente, estudia Renard la cuestión de los cambios institucionales. Las
instituciones se originan por un "acto de fundación" que manifiesta una
comunión de voluntades. Una vez formadas, las instituciones escapan, por
decirlo así, a la voluntad de sus fundadores. Así, pues, las instituciones
tienen su vida propia, que se desenvuelve a través del tiempo según su
particular naturaleza.
En general la teoría de Eenard acerca de la estructura y los cambios
institucionales es muy parecida a la de Hauriou, pero está libre del
platonismo de éste. Según Renard, la voluntad común de los individuos,
consecuencia dd apoyo común a una idea, es la fuerza instigadora del
desarrollo institucional. Pero esa voluntad común crea una especie nueva de
ser social que difiere de los individuos ajenos a la vida del grupo. Este punto
de vista general caracteriza los escritos de otros vatios sociólogos, entre ellos
los institucionalistas Andrés Desquéyrat y René Clémens.* Estos autotes,
cuyas obras principales aparecieron entre 1930 y 1940, conceden especial
importancia a la persistencia de las instituciones o grupos sociales,
subrayando eí hecho

4 L'lmiiiation: Lt Droit obrttiif ei la ¡ecbniqut piniiive (£J imtiruavit; wt dwrtcbo obft¡ü-o 7 ¡a íétoiít
positiva, 1953). por A. Dnqüéyiii; Ptrionatité morali tí psrtonOjti jttfidiqtie iPerionulidad motví y
personalidad imídiw, 1535?, por R. Ciernen*.
ESCUELAS FILOSÓFICAS 331

de que la duración de su vida excede característicamente a la de sus


miembros originarios así como a sus intereses iniciales.
Más original que esas concepciones es lo que dice J. T. Délos en El problema
de la civilización; La nación (dos volúmenes, 1944). Según Délos, los grupos
sociales son engendrados por relaciones sociales y poseen su propia,
realidad. Los grupos son entidades especiales constituidas por h totalidad de
las relaciones entre los hombres y los objetos que unifican a los hombres.
Mas, como Jas relaciones son "accidentes", en la terminología filosófica, Ja
realidad de los grupos sociales es de un orden inferior a la de los nombres»
que son substancias.
En contraste con Renard, cree Délos que las relaciones sociales nunca se
extienden directamente de una persona a otra, sino que atraviesan el medio
de un "objeto". Tales objetos pueden ser de naturaleza material o pueden
consistir en fines o ideas. La ciencia, por ejemplo» es una realidad objetiva
aunque inmaterial que unifica a maestros y estudiantes.
En un respecto corrige Délos lo que consideramos como un error común a
sus predecesores filosóficos en la escuela institucional. Enriende Deíos que
los grupos sociales no siempre son instituidos por la aceptación común de
ideas directivas; en algunos casos, los individuos están vinculados el uno al
otro como consecuencia de la influencia que ejerce sobre ellos un objeto antes
de la aparición de todo propósito consciente. En este caso, el propósito
individual es consecuencia de alguna influencia objetiva, como la que
procede de compartir un suelo y una tradición comunes. En grupos de esta
dase el propósito colectivo domina al propósito individual. En otros casos, el
propósito individual precede al hecho social y a la formación de un grupo.
Uno o varios individuos conciben la idea de una tarea común. La propagan y
ganan partidarios. Surge una voluntad común, indudablemente; pero la ha
precedido el propósito individual.0
Recientemente las teorías de los institucionalístas han empezado a
penetrar en algunos tratados generales de sociología. Tal ocurre con el libra
tirulado Ensayo de sociología (1946), del investigador belga Jean Haesaert,
quien, quizás de un modo significativo, es hombre de preparación jurídica,
como los demás individuos de la escuela institucional. Según Hacsaert, las
estructuras sociales que nacen del contacto y la cooperación son "sistemas
shérgicos". Estos sistemas pueden
& I A diiiintiua de Diluí en«c leu dm tipos de grupos se pífete mucha i ]■ dii-finción
conceptual de Maclver «indi ea el e* pirulo ■■ r- : .r; pera n dudosa que Delui haya tomado «a
distinción del tirado sociólogo.
332 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

ser estructuras simples o complejas, constituidas estas últimas por cierto


número de sistemas más sencillos. El sistema sinc-rgico es un fenómeno
absolutamente original y trasciende a los individuos cuyas actividades le
dieron ser. Tiene su "realidad" propia» aunque secundaria y artificialmente
creada. Los elementos básicos del sistema si-nérgico comprenden una idea
directiva, los medios para realizarla mediante las actividades de los miembros
del grupo, y normas de acción consagradas compatibles con la idea.
Esta formulación de las características de las estructuras sociales parece
tener poca influencia sobre el contenido del extenso ensayo sociológico de
Haesaerr, excepto en su parte final. En ella estudia el autor el concepto de
disergia, suma total de los fenómenos mediante ios cuales empeora y decae la
sinergia o estructura social. Ese empeoramiento puede ser total o parcial; pero
los elementos de la disolución virtual están siempre presentes en todo sistema
sinérgico. Si el sistema absorbe esos elementos, se restablece el equilibrio, idea
muy parecida a la de Pareto (a quien Haesaerr cita). Si las fuerzas de disergia
no son absorbidas, el sistema se disuelve.
L¡i obra de Haesaert representa un progreso sobre las opiniones de los
instírurionalistas anteriores, ya que se despoja de la fachada jurídica de las
teorías de aquellos. Dicha obra identifica también institución y grupo y se
esfuerza en describir su naturaleza.

La esc/tela institucional; Resumen y crítica


La. mayoría de Jos individuos de la escuda institucional dicen que sus obras
han sido inspiradas por la filosofía tomista. Pero las autoridades en tomismo
dudan que hayan conseguido sus propósitos.5 Mas debe advertirse que,
independientemente de roda inspiración filosófica, las enseñanzas de los
institucional istas ofrecen valiosos atisbos acerca de la naturaleza de los
grupos sociales. Las aportaciones de las escuelas institucionales pueden
resumirse del modo siguiente:
Primero, las opiniones metodológicas individuales difieren ampliamente,
ISA actitud de Hauriou es un tanto Intuitiva, y descansa en Ja observación
impresionista (pero perspicaz) de los fenómenos sociales. Renard. Ciérneos y
Délos emplean el método deductivo, y derivan sus enunciados más
importantes de la filosofía tomista o de lo que dicen serlo. Renard propugna
también la inducción, pero no demuestra cómo se derivan de la experiencia
sus proposiciones; en esencia, su inducción equivale a la intuición de
Hauriou.
° Vcuc, par ejemplo, Tbe tnnrr ¡jnts o} Soeitty (L*t leyn mt*n**J de U setitdéi), por Dun Luigí
Í - J :. . 1944, p. 243.
ESCUELAS FILOSÓFICAS 333

Segundo, los institucional istas están de acuerdo en cuanto a la realidad de


las instituciones» que todos se inclinan a identificar con los grupos sociales.
Pero al mismo tiempo todos rechazan el tipo tosco de analogía orgánica y Ta
idea de una mente colectiva. También coinciden en sostener que la realidad
de los grupos sociales es la de un todo que trasciende a sus partes, pero sin
diminar la existencia real <p independíente de ellas.
Tercero, la tesis de Hauriou según la cual la idea organizadora O directiva
une a cierto número de individuos en un todo colectivo, ha sido adoptada
por los institucional istas posteriores, después de haberla librado de su sabor
platónico inicial.
Cuarto, los ínstitueiünalistas han contribuido a nuestra comprensión de la
duración de los grupos sociales independientemente de la persistencia de las
circunstancias inicíales que los engendraron. También han sugerido un
método para el análisis de diferentes tipos de grupos sociales no
comprendidos por lo general en las definiciones corrientes de comunidad y
asociación.7 La obra de Délos representa una nueva y sugestiva formulación
de la teoría de las relaciones sociales.
Quinto, por ser juristas, los institucional istas tienden a dar excesiva
importancia al aspecto jurídico de la vida social y a identificar el orden
jurídico y el orden social. Pero esta identificación no se sigue de sus premisas
fundamentales.
Sexto, en general las obras de Tos ínstitucionalistas contienen muchas
ideas estimulantes; pero ninguno de ellos ha conseguido ofrecer una teoría
coherente de los grupos sociales o de las instituciones sociales que cubra
todos sus aspectos y variantes.

La escuela fenomenolágica

Una perspectiva filosófica particular proporciona también la base de Ja


escuela fcnomenológica. Esta escuela refleja la filosofía de Edmuod Husserl
(1859-1938), cuya obra más importante, ideas para una fenomenología pura y
filosofía fenomenología, apareció en 1913. La manifestación sociológica de la
posición filosófica de Husserl fue íni-

1 Sin embarga, como hemos icñaludo en ti etpírulo 13, Lo* fociálogo; analítico* han
formulado teoría! de Jiferenfra tipos de grupo* sociiln. Véanse en ripecial Socitlj: An
introductor^ Anidysii, par R. M. Maclver y C. H. Pagc. Nueva York. Riqcbart and Ca, loe, 1949,
capínilu X; "SCCÍJI Group* in úie Modero World", por F. Znanierki. capítulo V de Frtedum and
Conir-jJ ia Modmt Socitíy. de M Bei-gcr, T. Abel y C. H. F<i£c. rdirurci. Nueva York, D, Van
Noiitand Co., Inc., 1950; y Tbt Human Group, poi C C. Human!, Nueva Yuck, Harcouri, Brice
and Co., 1950.
334 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

ciada por Thcodor Lírt, cuya principal aportación teórica es Individuo y


sociedad (1919)- Según Lite, la fenomenología es aplicable a los fenómenos de
naturaleza psíauica constituidos de tal suerte que en una sola experiencia
cognoscitiva del observador es perceptible una estructura, una ordenación
interior, y señala el camino para el análisis. Tal es el caso de los fenómenos
estudiados por las tiendas sociales. En esto, el punto de vista de Lite se
parece al de Max Weber.
La obra más conocida de sociología que sigue esta orientación es la Teoría
de la sociedad, de Alfred Vierkandt ( 1867-1952). Vierkandt nació en
Hamburgo, estudió en Leipzig con ei psicólogo Wundr y publicó su primera
obra, Pueblos naturales y culturales, en 1895. De 1921 a 1934 fue profesor de
ciencias sociales en Berlín. Su Teoría de la socicdtid apareció por primera vez
en 1922 (revisada en 1928), y en los años siguientes las opiniones expuestas
en este libro fueron ampliadas en numerosos libros y ensayos. En 1949 fue
publicada una nueva versión de la Teoría.
Según Vierkandt, la misión de la sociología es la formulación de una
teoría de U sociedad y de la cultura. Define k sociedad como la suma tota} de
interacciones humanas, idea que recuerda a la teoría de Simmel, que
Vierkandt cita. Entre los diversos modos posibles de enfocar la sociología, el
más adecuado, según Vierkandt, es el basado en el método fcnomcnológico.
Este método, llamado "abstracción ideariva", se orienta hacia conceptos
primarios que no pueden ser reducidos a otros conceptos. Pero los conceptos
básicos pueden ser captados por "un mirar a" (Ansicht) Ja vida social, en
otras palabras, aclarando su naturaleza específica mediante la contemplación
interior de ejemplos, o aun de un solo ejemplo, que puede ser imaginario.
Esto no obstante, es un procedimiento conveniente la comparación de
conceptos derivados de esa manera con otros.
Por medio de esa contemplación interior, es posible la comprensión de las
disposiciones innatas de los hombres, que comprenden el "sentimiento de sí
mismo" y la. dependencia de las personas del juicio de las demás. La
sociedad es, pues, un "estar juntos" de hombres que se encuentran ligados
por una dependencia mutua. Advierte Vierkandt que esta opinión no
constituye un concepto psicológico de la sociedad. Los miembros
individuales de ésta experimentan una especie de coacción interior; pero los
lazos entre Jos individuos se basan en la intercomunicación, que puede tener
lugar en ausencia de movimientos físicos o de reflexiones conscientes.
Vierkandt subraya ks propiedades básicas de las sociedades huma
ESCUELAS FILOSÓFICAS 335

ñas. En primer lugar, cada sociedad posee integridad, en el sencido de que es


un sistema, una estructura en la que todo lo que acontece en una parte afecta
a los demás sectores del todo. Este principio funcional se completa con una.
segunda teoría, a saber, que las familias, las tribus, las naciones y otras
organizaciones sociales tienen hasta cierto punto "vidas propias": !o que
hacen, cómo se desenvuelven, lo que realizan, no puede ser arbitrariamente
determinado por Jos individuos. Las sociedades tienen su propio estilo, sus
leyes, sus órdenes, que moldean la conducta de las personas, quienes
muchas veces no perciben su dependencia dd todo. Los individuos vienen y
van, pero la estructura y el orden y, en realidad, los propósitos y las
realizaciones de los grupos sociales, perduran.
Los grupos sociales —añade Vierkandt— muestran grados diversos de
solidaridad. En la Gemeinschaft o tipo de comunidad los lazos son estrechos y
cálidos; la conciencia del ego se amplía más allá de los límites de lo
individual. Pero hay gradaciones de dicha solidaridad entre los diferentes
tipos de comunidades o Geme'mschaftcn. Por otra parte, las asociaciones, en el
sentido de las Gcsellschaften de Toennies (muy parecido al concepto de
asociación de Maclver, como expusimos en el capítulo 18), también se
distinguen por grados diversos de cohesión deí grupo.
Según Vierkandt, cada grupo social posee su propio espíritu, que es
"superior" al espíritu subjetivo de sus miembros individuales. La
inconsciente intencionalidad de la vida del grupo es casi un "milagro". Pero
el individuo y el grupo no están en oposición, ya que cada persona está
impregnada de las características del grupo, y la actitud del individuo hacía
el grupo es fundamentalmente de amor y admiración. Debe advertirse que la
concepción sustentada por Vierkandt de una armonía fundamental entre el
individuo y el grupo y del "amor" de aquel por éste, es consecuente con una
orientación intelectual tradicional en Alemania, expresada, por ejemplo, en
las obras del filósofo Hegel y sus discípulos y en el movimiento romántico.
Nacida, pues, en Alemania, la sociología fenomenológica se extendió a
Francia, donde su principal figura ha sido Georges Gurvitch (n. 189ó).
Gurvitch nació en Rusia, vivió en Alemania, Checoslovaquia y los Estados
Unidos, y finalmente se estableció en Francia, donde es ahora profesor en Ía
Sorbona. Es autor de varios libros, entre los cuales sus Ensayos sobre sociología
(1936) pertenecen al campo de esta investigación. En 1950 apareció una
nueva versión de los Ensayos con el título de La vocación de ¿a sociología.
336 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

Gurvitch formula una "sociología en profundidad", en que el punto de


partida son fenómenos inmediatamente dados, y pasa a planos cada vez más
profundos. Estos planos comprenden; 1 ) la base geográfica y demográfica
de la sociedad; 2) el plano simbólico manifestado, por ejemplo, en el hecho
de que la genre responda de un modo definido a símbolos tales como las
banderas y las señales de tráfico; 3) las "superestructuras organizadas" de la
sociedad; 4) los hábitos y prácticas sociales (más correctamente, las
costumbres); 5 ) los fenómenos revolucionarios o reformistas (la relación
entre este plano y el anterior es la misma que hay enrre invención e imitación
en la teoría de Tarde); 6 ) los valores que están en la base de ks actividades
observables en el plano anterior; y 7), k realidad social inmediata, o mente
colectiva, que es indicio de k aceptación por parte de Gurvitch de cierros
aspectos de la teoría de Dutkheim. Xa mente colectiva —dice—■ se siente en
la profundidad de la conciencia individual, opera a través de las mentes
individuales y proporciona al hombre el conocimiento íntimo de k
reciprocidad de las relaciones de valor en la vida social.
Hay que destacar dos clasificaciones en la sociología de Gurvírch La
primera es su distinción entre mkrosociotogia y macrosociologh,
que indica dos tipos principales de sociología, cada uno de los cuales usa
métodos completamente diferentes de investigación. (Niegan esta distinción
metodológica muchos sociólogos, entre dios neo-positivistas y fundonalistas
como Merton, quienes sostienen que debe emplearse el mismo
procedimiento lógico para estudiar todos los fenómenos sociales.) La
microsociología estudia, por ejemplo, Tos pequeños grupos irregukdos.
mientras que Li macrosociología se interesa por fenómenos de grandes
dimensiones, como los estados y las civilizaciones. En segundo lugar,
Gurvitch ha formulado una complicada clasificación de las formas de
sociabilidad, un poco al estilo de von Wjese (véase capítulo 21); pero su
enumeración de nada menos que 162 tipos de sociabilidad es, esencialmente,
un penetrante ejercicio de técnica de la definición y aporta poco al desarrollo
teórico.
En dos obras recientes, aparecidas ambas en 1955, Gurvitch hace valiosas
aportaciones a los problemas básicos de la teoría sociológica: primero, Jas
relaciones entre la sociedad y la cultora por una parte y la personalidad por
otra, y segundo, k naturaleza de ía sociedad.
La primera de esas obras es k titulada Determhmmo social y liber-
tad humana. En ella ya no cita Gurvitch la filosofía fenomenológica
ESCUELAS FILOSÓFICAS 337

como punto de partida de su razonamiento (en La vocación de la sociología,


1950, ya había renunciado a su adhesión a esa escuela filosófica). Pera, como
señaló otro sociólogo francés, A. Cuvillier8 este cambio de orientación
—llamado ahora por Gurvitch "dialéctica hipercmpírica"—3 no se refleja en el
contenido sustantivo de sus opiniones sociológicas. Esto mismo puede
decirse en gran parte de Determtnismo social.
En este libro, sostiene Gurvitch que no pueden csuibltxcrse leyes causales,
leyes evolutivas ni leyes funcionales en el campo de la sociología. Si es que
puede encontrarse algún determinismo, sólo puede serlo en forma de leyes
estadísticas (enunciados de probabilidad), de covariación y variables, de
tendencias uniformes en diversas manifestaciones sociales, y la integración de
las partes en todos. Después de examinar varias definiciones, Gurvitch
identifica la libertad con las acciones espontáneas y voluntarias que tienden a
modificar situaciones y a vencer resistencias. Este concepto de la libertad es
empleado para someter a prueba formas sociológicas de determinisnio, sobre
un fondo de una sociología en profundidad que reproduce, con ligeras modi-
ficaciones, ia expuesta más arriba. Ninguno de los niveles de profundidad
suprime la libertad humana, ya que actúan entre sí y se limitan el uno ai otro.
5ituación análoga prevalece respecto de las "formas de sociabilidad",
importante objeto de estudio de la micro-sociología.
Quizás la parte más interesante de Determinismo social es el estudio de!
determinismo y la libertad en las "sociedades omnímodas", esto es, en las
grandes sociedades en cuya estructura pueden ser satisfechas la inmensa
mayoría de las necesidades humanas. Según Gurvitch, no se sabe que exista
ningún principio universal de integración de esas sociedades, falta que exige
un estudio tipológico preliminar. Así, el autor describe cuatro tipos
"arcaicos" o primitivos, seis tipos históricos (por ejemplo, el despotismo
ilustrado en combinación con el capitalismo naciente, y la sociedad
democrática combinada con el capitalismo de competencia comercial), y
cuatro tipos modernos (entre ellos el "capitalismo organizado" de los Estados
Unidos contemporáneos y el "pluralismo colectivo" de la Gran Bretaña y de
Suecia). En relación con cada tipo se esboza brevemente la importancia
relativa de los niveles de profundidad y de las formas de sociabilidad, y se

8 OA PM la meiotosie franfaiie? f{A donde tu Ja mciologié frenctia?, 1955).


9 Tcoríi i;! ' M i " i : i sohit rinro posible* rtticlnntj dialéctica! de concepto*, npunta
por d autor " C<ihirr¡ Jntpr>iatifiaiux de Sociologre, yol. 15 (1953). Un* ¿e elUi
« la tríada licgcüana lesís-antíttsis-íínEesis.
33Ó CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

plantean estos problemas: ¿Qué tipo de determinismo sotkl prevalece? y


¿Cuáles son las "posibilidades de libertad"? La conclusión general de
Gurvitch es que en todo tipo de sociedad existe una pluralidad de
determínismos, mientras el grado de libertad fluctúa pero nunca desaparece
por completo. No se dan soluciones empíricamente fundamentadas a dichas
cuestiones en ese libro, relativamente breve» pero que merece atención y que
sugiere cuánto estudio empírico sería necesario para responder
científicamente a esos problemas de ías relaciones entre la sociedad, la
cultura y la personalidad.
La otra obra de Gurvitch publicada en 1955 es un extenso artículo sobre
"estructura social"/0 materia que él considera uno de los conceptos más
importantes de ia teoría sociológica y que cada vez atrae más la atención de
los sociólogos. Después de examinar brillantemente las causas de esa
atracción, Gurvitch toma del durkhcimiano Mauss (véase abajo, capítulo 21)
el concepto del "fenómeno social total", que parece referirse a la sociedad
como es dada en la experiencia inmediata. Entre las características de ese
fenómeno se cuentan el predominio de las fuerzas centrípetas sobre las
centrífugas, una regulación de la conducta, ciertas actitudes colectivas y Ja
acentuación de los niveles de profundidad (tal como los trata cu
Determinismo social). Gurvitch intenta mostrar lo que añade a este objeto de
experiencia más bien amorfo, la estructura, que, según él, se encuentra sólo
en el plano macrosociológico, nunca en el microsotiológico. Esas adiciones
—en otras palabras, la diferencia entre fenómenos sociales estructurados y
no estructurados— están contenidas en las siguientes proposiciones: 1) hay
jerarquías de los niveles de profundidad, de ios símbolos y de las formas de
regulación de la conducta humana; 2) hs unidades que forman esas
jerarquías están siempre en equilibrio dinámico; 3) existe alguna conciencia
colectiva de esas jerarquías y equilibrios; 4) también hay "fuerzas" que
sostienen el equilibrio; pero, 5 ), la estructura no es nunca, en realidad, factor
estático, porque siempre esrá sometida, a procesos de formación, destrucción
y recons-rrucción. Gurvitch pone en guardia contra toda interpretación está-
tica de las estructuras sociales: en su opinión nada es estable en la sociedad,
que experimenta movimiento y cambio perpetuos. Como ha advertido un
crítico benévolo, la importancia concedida por Gurvitch al movimiento
incesante le obliga a concentrarse en lo único y singular. Pero si la sociología
sigue esa dirección, se arriesga a perder

JO G. Gurvitch: "Le tonctpt de Ja íttuctuic flotiale" ("El concepto de la «rructura iocÍ* n ,


ibid., vol. 1 9 ( 3 9 5 5 J .
ESCUELAS FILOSOFICAS 339

su propia materia; porque la sociología, por lo menos la sociología general, es


una ciencia teórica, y como tal debe tratar de fenómenos recurrentes.11
Aunque no adscrita ya a la fenomenología, Ja última obra de Gurvitch se
centra aún en torno de la "sociología en profundidad", cuyo principal resorte
es fenómeno!ógieo. Veamos ahora la obra de algunos otros sociólogos
influidos por la filosofía fenómeno lógica. Uno de ellos es Julio Monneroc,
autor de Los hechos sociales no son cosas (1946). El título dd libro indica el
punto de vista ¡intí-durkheimiano del autor.
Sostiene Monneroc que sólo pueden ser realmente comprendidos {en el
sentido de La verstehen de Max Weber, o aun mejor, de la "abstracción
ideativa") fenómenos de atracción, que constituyen el punto de partida de la
sociología. En general, "comprendemos" ciertos acontecimientos, mientras
"explicamos" otros. Comprendemos cuando estamos en presencia de una
prueba que es válida per se. Esa prueba se encuenrra en la experiencia
inmediata, y los intentos de basar fa comprensión en la inducción falsean la
prueba misma.
Contrariamente a la opinión de Durkheim, Monneroc insiste en que los
hechos sociales no son cosas. Porque esos hechos se presentan a la mente de
un modo claramente distinto del modo como ío hacen las cosas. Aquellos son
"circunstancias humanas", localizadas y fechadas. El materia] primario de la
sociología consiste en secuencias de tales circunstancias, lo cual significa que
los datos fundamentales de la sociología son los mismos que los de la
historia. El objeto de la sociología misma es dar un nuevo sentido a
fenómenos ya estudiados por otras ciencias. La sociología, pues, es un modo
de tener en cuenta a las demás ciencias humanísticas, de comparar sus
elementos y de buscar un nuevo conocimiento de ía vida social. Pero k
sociología no es Ja ciencia de la sociedad, ya que, según Monnerot, no hay
"sociedades", sino sólo estados de sociedades, situaciones sociales experi-
mentadas por los hombres.
Los hechos sociales o las circunstancias humanas (que en Ja obra de
Monnerot parecen referirse a la situación de los hombres cuando se
enfrentan con experiencias inmediatas) no explican por sí mismos
fenómenos como los movimientos sociales. Para comprender estos últimos,
por ejemplo, una persona debe sentir primero la presión del movimiento
particular y en seguida librarse de ella; únicamente entonces puede obtener
un conocimiento objetivo.
11 "Fuacrion ti final iré en sociolofiie", "Función y finalidad ™ sociología" por H. r..= -
ibid.. rol. 16 (1954).
340 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

Estos intentos de describir el acto de comprender y sus metas se


completan ton el examen que hace Monnerot de lo que él llama
representaciones fundamentales. La. más importante de ellas es que todo
individuo "trasciende sus límites na rurales", y por lo cuito produce
consecuencias en d orden social. Esas consecuencias se encuentran y oponen
unas a otras; mantienen duelos entre sí (remíniscentes de los "duelos
Lógicos" de Tarde). Pero no hay sociedad sin atracción. La sociedad» en
realidad, es primordialmente una agregación humana que desarrolla lazos
de coordinación y cooperación (lo cual está en oposición con el enunciado de
Monnerot citado más arriba, que niega la existencia de l.i sociedad). Dentro
de esta agregación nacen tipos de estructuras a base de la proximidad
espacial y de la afinidad. Pueden distinguirse tres grandes tipos de
estructuras sociales, que Monnerot designa con las palabras alemanas
Gemeinschaft, Geselhchaft y Bund, basándose esta última sobre la afinidad de
experiencias afectivas comunes. Las dos primeras categorías, como hemos
visto, se han convertido en conceptos casi normativos de la sociología
contemporánea.
La sociología fenómeno! ógica también esta representada en los Estados
Unidos, en la persona de Fríedrich Baerwald (n. 1900), nacido en Alemania y
desde 1935 profesor en k Universidad de Fortiham, Las opiniones teóricas de
Bacrsvald pueden resumirse del modo siguiente:18
Realidad social —sostiene Baerwald— equivale a sociedad. La sociedad
no es fenómeno psicológico que se manifiesta en el descubrimiento de la
reciprocidad de relaciones en la propia conciencia del individuo. Los datos
fundamentales de la experiencia comprenden la existencia real de otra gente
que nosotros mismos, y nuestra dependencia de ella. Pero tenemos que
entender no meramente el hecho de la coexistencia, sino su modo general. La
dependencia humana se basa en la insuficiencia del individuo para
asegurarse su propia supervivencia. Su "marco temporal" se limita a su
existencia y experiencia propias; el "marco espacial" del individuo es
igualmente limitado. Estas limitaciones son superadas mediante la
coexistencia.
El proceso de coexistencia en el tiempo —dice Baerwaid— crea tipos de
grupos sociales en los cuales se integran los individuos y

11 NuaEio resumeo de li n'.i de Bmer*<lii se basa cu gran paite en dos de sai artículos:
"SoLiay n i Proceis" ("La sociedad como piocoo"), tu Ammitn CarLotie Sfíiohgínl Rtrifw.
diciembre de 1941, y "A Sociológica] Yiew oí Depersonilijcacion" ("Un punto de tiua sociológico
de la ddpritonjliocióa')( en Tbought, primavera de 1956.
ESCUELAS FILOSÓFICAS 341

mediante dios se encuentran en situación de unir sus esfuerzos con los de los
otros. La participación social unifica a los individuos en una cadena de
acontecimientos pasados importantes; por ese mismo hecho, les asigna una
participación en la proyección hacia lo futuro de La existencia del grupo.
Mediante esta inclusión en una trama transpersonal, el individuo
experimenta una ampliación de su horizonte en el tiempo B integra en su
conciencia destrezas, costumbres, significados y valores desarrollados en
largos ¡triodos.
La coexistencia es asimismo un proceso interacckmal en el espacio.
Produce la ampliación del horizonte individual instituyendo sistemas
cranspcrsonales de "dominio del espacio" en los que participan los
individuos, que contribuyen a ellos y se benefician de ellos.
Las instituciones sociales no representan a la sociedad en el plano
existencia!. Dado que las instituciones deben hundir sus raices en alguna utra
cosa, y ésta es el proceso de coexistencia mismo, la constante proyección de
los horizontes tempo-espaciales de los individuos en sistemas ttan apersona
Ies más grandes. La coexistencia implica la constante transformación del
tiempo astronómico en un pasado y un futuro llenos de sentido, así ramo
una transformación constante del habitar geográfico en espacio social.
Aunque la coexistencia es el modo de existencia de los individuos
—prosigue Baenvald—los sistemas reales de vivir y de cooperar no son ni
automáticos ní instintivos. La sociedad es un requisito previo para la
supervivencia, sin duda alguna; pero requiere una activación incesante
mediante la creación y conservación de extensos marcos sociales temporales
y espaciales. La sociedad no se continúa por sí misma en lo que se refiere a
las formaciones sociales específicas. Por consiguiente» inherente a todas las
estructuras sociales existe la posibilidad de su empeoramiento y
desintegración por Ja debilitación de los lazos en ía trama temporal y
espacial de la sociedad.
Aunque son muy sugestivas, estas ideas elevadamenre abstractas de
Baerwald aún no han atraído la atención de muchos sociólogos en este país,
ni han sido sometidas a prueba empírica. Esto último puede aplicarse, en
gran medida, a fa escuela filosófica en general.

La escuda fenómeno!ó gica; Resumen y critica

Cuando se la abstrae de las premisas filosóficas y de las peculiaridades


metodológicas, pueden encontrarse algunos atisbos interesantes en la obra
de la escuela fenomcnológica. Por lo menos se hacen ver dos nuevos
tratamientos del concepto de sociedad: en la sociología en pro
342 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

fundidad de Gurvitch y en la ampliación de los horizontes temporal y


espacial del individuo, de Baenvald. En lo que respecta a las relaciones entre
sociedad e individuo, se ofrecen tres puntos de vista: la duración
independiente de la sociedad, Ja relativa independencia de la conducta del
grupo respecto de los actos e intenciones de los miembros individuales del
grupo, y el peligro inherente a toda estructura social de su empeoramiento y
desintegración. Como unidad para el análisis sociológico, se señala todo eí
grupo, más bien que el actor individual o la interacción social. El problema
de los determinantes del orden y de los cambios sociales cae fuera de las
principales preocupaciones de la escuela.
Ef enfoque fenomenológíco está abierto a diferentes críticas. En primer
lugar, los fenómeno!ogistas pretenden que los conceptos básicos de la
ciencia, incluida la sociología, deben ser formulados por la filosofía (de su
escuela). Aceptar esta pretensión haría imposible un universo común de
pensamiento, requisiro previo para el desarrollo de la ciencia empírica. En
segundo lugar, los enunciados sociológicos de los fenomenologistas, que
ellos creen resultado de "abstracción ¡deativa", con toda probabilidad se
basan realmente en conocimientos previos que han acumulado mediante la
observación participante de la vida social. Por último, los fenómenos que los
fenomenologistas pretenden "ver'1 en la sociedad parecen estar seleccionados
arbitrariamente y hasta con prejuicios. La descripción que Vierkandt hace de
la actitud del individuo hacia el gnipo, por ejemplo, puede expresar con
bastante exactitud el pumo de vista alemán, pero difícilmente el de los
norteamericanos o los franceses. Además, la interpretación de los niveles de
profundidad que hace Gurvitch es arbitraría y confunde estructuras sociales
y procesos sociales.

Kart Mannheim

Para terminar el examen de las teorías sociológicas contemporáneas de


inspiración filosófica, estudiaremos algunas de Tas opiniones de Karl
Mannheim (1891-1947), profesor alemán que, después del ascenso al poder
de Hitler, se estableció en Inglaterra, donde halló nueva inspiración. Las
obras más conocidas de Mannheim son Libertad y planificación social (1946) e
Ideología y utopia (1936), esta última considerada con razón como una de las
piedras angulares de una rama especial de la sociología, la sociología del
conocimiento. Más importantes para la sociología teórica general son dos
colecciones póstumas de trabajos: Essays on Sociology and Social Psychology
(En
ESCUELAS FILOSÓFICAS 343

sayos sobre sociología y psicología social, 1953) y Essays on the Sociology oj


Culture (Ensayos sobre sociología de la cultura, 1956).
Es indudable que ía sociología de Mannheim está filosóficamente
fundamentada, aunque quizás de un modo un tanto ecléctico. En la primera
fase de su obra puede i>ercibirsc "una creencia metafísica, semí-reiigiosa, en
la función creadora de la historia", que lucha siempre por armonizar Jas
tendencias antagónicas.1' En Ja última fase concedió que uno no puc-de
dejarse guiar sólo por la historia y que esa guia debe completarse con
criterios tales como razón contra sinrazón, paz contra agresión, etc. Esta
nueva actitud introduce manifiestamente juicios de valor y va, por lo tanto,
en contra de la tendencia dominante en la sociología contemporánea. Para
Mannheim, esta actitud tuvo por resultado la adopción de la idea de ía
plantación social, que desarrolló breve pero brillantemente en ¡Jhertad, poder
y planificación democrática (1950), gran parte de cuya obra pertenece al
campo de la sociología política. En vez de estudiar las últimas
manifestaciones del pensamiento de Mannheim, estudiaremos algunas de
sus ideas pertenecientes al dominio de la teoría sociológica propiamente
dicha.
Para Mannheim la sociología es una ciencia que busca la coordinación de
los estudios en los campos de las diversas ciencias sociales. Esta opinión
parece volver a Spencer; pero no es así, porque Mannheim define ía
sociología como teoría general de la sociedad o del proceso social total (lo
que coincide con la definición de Sorokin, tal como Ja expusimos en el
capítulo 1). Esa teoría no puede limitarse al estudio de los procesos de
"asociación" o de coalescencia de los hombres en grupos estructurales; debe
incluir también el estudio de los significados que unen o dividen a los
hombres, en su relación con las estructuras sociales. Este aspecto de la
investigación sociológica debe realizarlo una sociología de la mente, o
sociología de ta cultura.
Uno de los conceptos fundamentales que hay que usar en el estudio
sociológico es el de estructura social, que, en opinión de Mannheim, es la
característica que abarca más realidad. En esto el punto de vista de
Mannheim se parece al de Gurvitch, pero el concepto de estructura del
primero se acerca más al de sistema. Para Mannheim, el concepto estructura
es aplicable a todo objeto de cierra complejidad que uno concibe como
formado por elementos de menor complejidad. Una estructura puede ser
estática, pero con frecuencia es dinámica, y presenta una configuración de
fuerzas antagónicas que luchan por
.13 Como dice Paul Kecíkemttí en *u excelente introducción 2 Ensayas sobra suelo-folia y
ptkoJogla locUi dr Manaheím,
344 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

Ja supremacía, por ejemplo, una sociedad con fuerces conflictos de clases. En


sus obras anteriores suponía Mannheim que ks estructuras son por lo común
intrínsecamente perseguidas como metas; en los últimos escritos reemplazó
esa consecución impersonal por una pla-neación consciente.
Ningún aspecto del proceso social que consista en gran medida en la
construcción y modificación de estructuras, puede ser independíente de las
significaciones. Las significaciones socialmente relevantes se originan en
situaciones cooperativas. Pero con frecuencia surgen diferentes
significaciones, y Ja gente puede captar primero una y después aceptar otra,
situación que es facilitada cuando los hombres cambian fácilmente sus
papeles sociales. En esas circunstancias, hace su aparición el razonamiento
abstracto, y, finalmente, la meditación, sobre "k significación de las
significaciones" expresa con frecuencia k lucha enrre diferentes ideales
sociales. Así, debe rechazarse toda concepción de k estructura social como
un principio que se despliega inexorablemente. Porque ese "despliegue" en
realidad es una sucesión de preferencias limitadas en que k función catalítica
de la personalidad, en especial del líder, juega a veces papel importante.
Encontraremos otras opiniones mas deterministas cuando estudiemos la so-
ciología histórica (en el capítulo 20).
Como Max Weber, Mannheim propugna un estudio dual de los
fenómenos sociales, pero discrepa en cuanto a la composición de la
dualidad. Weber completa el análisis causal con el estudio interpretativo en
el plano de la motivación. Para Mannheim el suplemento del análisis causal
es el análisis funcional: lo que ha sido explicado causalmente también debe
ser conocido en relación con su función en el mantenimiento del equilibrio
del conjunto del sistema {esta fraseología aparece en el texto de Mannheim
como para corroborar la identificación que hemos liecho de sus conceptos de
estructura y de sistema). En otras palabras, el significado subjetivo que Weber
asigna a la acción o al proceso es reemplazado por su. significado objetivo
para el grupo o sistema en conjunto.
Planteo ahora una cuestión que quizás ha tenido confundido al lector de
este capítulo. ¿Cómo es posible la sociología filosófica? ¿No es k sociología el
estudio de fenómenos en el plano empírico, mientras que en filosofía se
busca otro plano de abstracción: el de una concepción unificadora de la
realidad total?
En principio, la pregunu está justificada. Pero en ocasiones los in-
vestigadores usan premisas filosóficas sólo como una especie de anda
ESCUELAS FILOSÓFICAS 345

míaje, después de retirado el cual siguen en pie sus proposiciones válidas en


el terreno empírico. Ésta fue, digámoslo de paso, la idea de Spencer
concerniente a la evolución cósmica y a la analogía orgánica (véase capítulo
3 ) . Pero la proposición de Spencer que quedaba una vez retirado el
andamiaje, no podia ser comprobada empíricamente, como ahora sabemos.
Volviendo a los institucionalisLis con témpora neos, a los
fenomeno-logistas (incluso Gurvitch, a pesar de su declaración de
independencia respecto de la fenomenología) y al "solitario" Mannheim,
puedo suponerse que algunas por lo menos de sus proposiciones son plausi-
bles y fructíferas independientemente de sus premisas filosóficas. Una de las
diferencias con Spencer puede advenirse en que Jos sociólogos filosofantes
de nuestros días tienen a su disposición un vasto cuerpo de conocimientos
acumulados durante el siglo que lia pasado desde la génesis de las ¡deas del
segundo padre fundador de la sociología. En otras palabras, han
"interiorizado" numerosas generalizaciones e interpretaciones teóricas
incorporadas en las obras de sus predecesores. Por otra parte. Ja curiosidad
filosófica de un sociólogo puede abrir perspectivas nuevas, y éstas pueden
ser importantes en el plano empírico. En este capítulo hemos hecho un
esfuerzo para resumir esas perspectivas.

\
CAPÍTULO 20

SOCIOLOGIA HISTÓRICA

El segundo cuarto del siglo xx íue un periodo de intensa actividad en el


campo do la sociología histórica. Con estas últimas palabras se designan los
intentos para descubrir uniformidades en el movimiento de ks sociedades,
culturas o civilizaciones, y los principios que las gobiernan. Aunque la
sociología comenzó su existencia como socio-logia histórica en este sentido
—en la obra de Comte y en la de Vico, predecesor del siglo xvm—, la ratea
fue abandonada cuando se hizo manifiesto que la teoría evolucionista no se
ajustaba a los hechos.

Spengler y el estudio del cambio cíclico

Sin embargo, en el primer cuarto del siglo xx hizo un nuevo intento para
definir la norma del desenvolvimiento histórico el alemán Oswald Spengler
(I8S0-L93Ó). Su Decadencia de Occidente (1913) fue, durante varios años,
quizás la obra más ampliamente discutida sobre uno de los grandes
problemas de k sociología; el problema de ks uniformidades en el curso vital
de ks culturas o civilizaciones. Traducida del alemán a diversos idiomas, el
éxito temporal de esta ambiciosa obra se debió en gran parte a que sus
sombríos pronósticos cuadraban bien con el desaliento de una generación
abrumada por k catástrofe de k primera Guerra Mundial. 1
Las opiniones de Spengler, expuestas en términos más o menos
adecuados para el estudio de la repría sociológica, pueden expresarse del
modo siguiente: La historia de la humanidad como un todo no tiene sentido
ninguno perceptible. Además, la división convencional de k historia en
antigua, medieval y moderna es altamente desorien-tadora y no tiene valor
interpretativo. La gran significación reside en ks historias de las culturas
independientes, mientras que sus mutuas relaciones son accidentales y,
relativamente, carecen de importancia. Cada cultura independiente es
propiedad de un pueblo (o de un
1 L'n mamen cuidadoso revela que lu ideai de Spengler reproducen, embellecida*, 1*5 de
Danilevsky Ivétít mpr*, capítulo 4)r La Kpiejanaa es ?*n sorprendente que. en Opinión de H. E.
Barnej y H, Beultcr. "el paralelismo es demasiado «trecho para ser ■ítldcnttP (SocüJ TboHghi
(rom Lora lo Stiimc*. 19JS. vol. II. pp. 1[>32-Hh Spengler no menciona, ni cila nunca a
Danilevsky; pero pudo haber leído su chía en la traducción abreviada franeéis, o quiaAi
ramhión en rulo. En rodo caso, un ■. . : :: rula informó a Sorokin que había visto el libro de
Danilevsky en la biblioteca de Spengler en 192L (Viaje Tb* Social Phüosopbirs af » Agt of Criiis.
por P. A. Sorokin. Boston, Beatón Press, 195Ü, p. 349.)

346
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA 347

grupo de pueblos) que participa en una Weltanschttttung (filosofía de la


vida) común.
Insiste Spengler en que cada cultura tiene su propio estilo o ethos,
irreductible al estilo de cualquiera otra cultura (lo cual significa que los
hombres pertenecientes a diferentes culturas no pueden en realidad
encenderse entre sí). Pero Spengler sólo caracteriza los estilos de unas pocas
culturas, y eso de un modo sumamente impresionista. Por ejemplo, el
símbolo de la cultura clásica es la estatua desnuda, el de la árabe (magos,
cristianismo primitivo) es la basílica, y el de la fáustíca (occidental) es la
música instrumental y el cálculo.
La cultura misma es concebida como un organismo. Su desenvolvimiento
obedece más al "destino" que a la causalidad. Las culturas pasan por las
mismas etapas de desarrollo y decadencia que los indi' viduos; cada una de
ellas tiene su infancia, su juventud, su madurez y su vejez propias. Esta
imagen de las cuatro edades la sustituye a veces Spengler por la de las
cuarto esraciones: primavera, verano, Otoño e invierno. También imagina un
preludio y un epílogo del cido vital de las culturas. Así, antes del despertar,
o iniciación de la primavera, los pueblos viven en una fase precultural; en
realidad, la mayor parce de los pueblos no salen nunca de esa fase. Pero una
vez iniciada Ja cuirura, se siguen ordenadamente las cuatro etapas. La
última de tales etapas, el invierno, se convierte imperceptiblemente en una
"civilización" moribunda. En el vocabulario de Spengler la palabra "civili-
zación" rienc un sentido peyorativo. La civilización es el epílogo de coda
cultura: la muerte que sigue a la vida, la rigidez que sucede a la capacidad
intelectual creadora.
El extenso estudio de Spengler se limita en gran parte a ocho culturas; La
egipcia, la mesopotámica, Ja hindú, Ja china, la clásica (o apolínea), la árabe
(o de los magos), la maya y la occidental (o fáustíca). 2 (También tiene en
cuenta una novena cultura: la nádente cultura rusa, pero no hace de ella un
estudio completo.) Según Spengler, cada cultura posee un tiempo de vida de
unos mil años aproximadamente. Para ajustar los hechos a este aspecto de
su concepción, organicista de la cultura, Spengler trata Tas culturas de un
modo muy artificial. La cultura árabe o de los magos, por ejemplo,
comienza, según él, en los tiempos del cristianismo primitivo, continúa en
Bizancio y llega a su término con el califato árabe, con lo cual

t LMJ categorías apolínea y fausiica de SpeogW ron empleada* pui Ruth Bencdict paca
disentir ti Bfbot de diferentes tipos de culturas iletradas «i su conocida obra Paiitrnt of CuJinra
(Pairiiaei cuituralti), Boston, Houghron Mifíim Co., 1934,
346 CONVERGENCIA DE LAS TEORIAS SOCIOLÓGICAS

priva a la cultura occidental de toda continuidad respecto del crís-tianismo


primitivo.
Sólo una de esas culturas, la maya (en su fase mexicana), fue destruida por
fuerzas exteriores. Las demás murieron o están moribundas de la senilidad
de la civilización urbana. Sostiene Spengler que la cultura clásica no fue
destruida, por las invasiones germánicas, ya que en aquel tiempo hacia siglos
que había muerto ia civilización greco-romana. La cultura occidental
—dice—- nació hacia el año 900 d. C> y por lo tanto su cido debe cerrarse ya.
De ahí el título de la obra: Dx decadencia de Occidente, y la sensación que
causó.
La popularidad del libro de Spengler alcanzó su punto máximo entre
1920 y 1930. Desde entonces, los sociólogos, los antropólogos culturales y
los historiadores, basándose en los conocimientos sociológicos acumulados,
han hecho nuevos intentos para formular teorías en gran escala de las
fluctuaciones de las culturas o civilizaciones. Dos de esos intentos han
despertado universal atención, ios de Toynbee y de Sorokin, aunque también
se han publicado otros trabajos un tanto análogos.
Merece observarse que las dos obras más importantes en este campo han
aparecido cas: simultáneamente. 111 historiador Arnoid Toynbee (n. 1889)
publicó seis volúmenes de su Estudio de la Historia, en 1934-39; en 1954
publicó cuatro volúmenes más. Dinámica social y cultural, en cuatro
volúmenes, del sociólogo norteamericano Sorokin, apareció en 1937-41.
Sorokin ha estudiado críticamente con frecuencia k obra de Toynbee; pero
Toynbee parece haber ignorado las teorías de Sorokin.

Arnoid Toynbee

La sociología histórica de Toynbee es un intento de descubrir uniformidades


en el desarrollo y decadencia de las civilizaciones y de exponer los
principios de esa norma dinámica. Basa sus conclusiones en el estudio de
veintiún civilizaciones que supone que han recorrido su ciclo histórico
natural completo, o casi completo, más otras cinco "detenidas" y otras varias
"abortadas". Las civilizaciones plenamente desarrolladas son k occidental,
dos ortodoxas cristianas, k irania, k árabe, la hindú, dos del Lejano Oriente,
k helénica, la siriaca, la índica, ía sínica o china, la mínoíca, k sumeria, la
hirita o hetea, la babilónica, k andina, la mexicana, lé yucateca, la maya y la
egipcia. Las cinco civilizaciones "detenidas" son la polinesia, k esquimal, la
nómada, la otomana y la espartana.
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA 349

Toynbee considera la civilización, que es su unidad de estudio, ramo un


campo inteligible y esencial de estudio histórico. Parecido al de "cultura" en
Danilevsky y Spengler, el concepto "civilización" se refiere a cierto número
de pueblos que poseen numerosas características comunes. Las civilizaciones
pueden ser "originales", habiendo brotado espontáneamente de un nivel
precivilizado, o "afiliadas", cuando han sido estimuladas por civilizaciones
ya existentes. Concluye Toynbee que han surgido y florecido cuatro o cinco
civilizaciones origínales: Ja egipcia, ia sumeria, la china, la maya y quizás la
indita. Todas las demás han sido afiliadas a civiljzacíones anteriores. El con-
cepto de civilizaciones "afiliadas" separa la opinión de Toynbee de la teoría
de D.inílevsky y más aún de la de Spengler. Algunas de las cívilizíiciones
—dice Toynbee— se distinguen por un estilo definido: estético en el caso de
la helénica, técnica en la occidental, religioso en ia rusa; pero, como en la
obra de Spengler, no está desarrollado el concepto de estilo.
La solución de Toynbee a la cuestión de la uniformidad en el movimiento
de la cultura es análoga, en general, a las de sus dos predecesores. En cierto
momento y en cierto Jugar —dice—- nace una civilización. En determinadas
circunstancias (cuyo carácter se describe más abajo) la civilización se
desarrolla, si no es detenida o no pertenece a uno de los tipos abortivos,
como ia espartana o la polinesia. Finalmente, ese desarrollo trae consigo un
"colapso" o paralización seguido de la decadencia. A diferencia de Spengler,
Toynbee no emplea las imágenes poéticas de las cuatro estaciones o de las
cuatro edades del hombre para describir ese ciclo. Pera Toynbee se une a
Spengler en creer que d curso de cada civilización (con las excepciones
mencionadas) es uniforme, que pasa por predeterminadas etapas y que
desaparece. A diferencia de Spengler, no atribuye una duración definida a la
vida de las civilizaciones.
El estudio del origen y desarrollo de las civilizaciones es la parte más
brillante de la obra de Toynbee. Una de sus tesis principales es que los
procesos del origen y el desarrollo están dominados por la pauta
reto-respuesta. El reto puede proceder de fuerzas naturales, como un clima
duro, o de los hombres, en especial de vecinos belicosos. Nace y se
desarrolla una civilización si, por una parte, el reto no es demasiado
riguroso, y si, por otra parte, existe una minoría inteligente que halla
respuesta adecuada al reto.3 Esta opinión repre-

3 InrcrLíjruc aplicación ¿r nía idea a America « La cífilicatión dt Tayubee si Dacimíemii de


la Nueva Inflare r ra; su* colonizadores, enfrcniadiij con lo$ re ros de un
350 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

sema un importante progreso sobre k teoría del destino sustentada por


Spengler como explicación del origen de las civilizaciones.
Las civilizaciones en desarrollo, según Toynbee, presentan características
definidas. Cada una de ellas contiene una minoría creadora, a la que sigue la
mayoría del pueblo. Este último se compone de un "proletariado interno" de
k misma sociedad, y de un "proletariado externovecinos bárbaros influidos
por Ja civilización creciente. Cada civilización en desarrollo se extiende como
un todo, más en términos cualitativos que numéricos; el gran tamaño no es de
ningún modo síntoma de civilización en desarrollo. El proceso de desarrollo
abarca los importantes rasgos de integración progresiva y autodeterminación
de la civilización, y su diferenciación de las otras mediante la adquisición de
un estilo único.
Pero el desarrollo de la civilización es interrumpido por el colapso o la
paralización, que sobreviene cuando la minoría no encuentra respuesta
adecuada a un reto grave. Es éste un hecho inexorable: en ningún caso
histórico ha encontrado la minoría creadora respuestas apropiadas a todos los
retos a que lia tenido que hacer frente su civilización. Por lo general, el
colapso tiene lugar sólo pocos siglos después del nacimiento de una
civilización. Así, la mayor parte de la historia comprende civilizaciones
decadentes.
A! colapso o paralización —continúa Toynbee— siguen la desintegración y
la disolución. La decadencia y la muerte se producen como una "necesidad
interna", mediante el funcionamiento de las fuerzas internas de k civilización
misma, como, por ejemplo, las disensiones entre la élite o minoría y el
proletariado, y no por k acción de enemigos ni por decadencia de la técnica,
ni por ninguna necesidad cósmica. Durante el período de desintegración la
cultura ya no se desarrolla como un todo o conjunto, sino por partes sueltas,
produciendo, por ejemplo, manifestaciones artísticas, religiosas o económicas.
La minoría, incapaz ya de respuestas adecuadas y perdiendo su facultad
creadora, se convierte en una minoría gobernante que se impone por Ja
fuerza. Crece el tamaño de las unidades políticas, por ejemplo, se forman
imperios, proceso que Toynbee cree más bien perjudicial para el bienestar de
k civilización. Y ias guerras son frecuentes entonces, Pero el proletariado
interno se escinde de k minoría y se le opone; los proletariados externos
pueden atacar a Ja

clima bawsQre riguroso, la limitación Je recurso* y U despoblación de la tietta, pero contando


con una minoría ¡nrdigecK, produjeron una civilización que al final llegó a dominar iodo un
continente.
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA 351

civilización decadente» cosa que Gumplowicz se ñaló mucho antes, como


vimos en el capítulo 5. Después de un "período de disturbios", que puede ser
prolongado, la minoría gobernante crea un "Estado universal", universal en
el sencido de dominar todo el campo de la civilización particular; al mismo
tiempo, el proletariado puede crear una "iglesia universal". Vemos aquí cómo
emplea Toynbee la historia clásica (su especialidad profesional),
representando el imperio político romano un Estado universal y el
cristianismo naciente una iglesia universal.
En ia etapa final dd cíelo de Ja civilización aparecen cuatro tipos de
personalidad: la arcaica, que busca la salvación en el retomo al pasado (el
"salvador con la maquina de tiempo"); la futurista, que se manifiesta como el
"salvador con la espada"; la estoica indiferente, y el salvador religioso. En
esta etapa, la única posibilidad de salvación reside en la transfiguración, a
base de la religión. Una orientación religiosa generalizada uo salva a la
civilización decadente, pero puede preparar el camino para la aparición de
un nuevo modo de vida que tenga buen éxito, afiliado a la misma
civilización predestinada.
Son ampliamente reconocidas la brillantez y erudición, así como la
cualidad sugestiva, de la obra de Toynbee. Pero ese ambicioso sistema
interpretativo plantea algunas cuestiones fundamentales. En primer lugar,
¿qué es una cultura o una civilización? Toynbee no proporciona criterios
objetivos para este concepto básico que constituye su misma unidad de
estudio. ¿Por qué, por ejemplo, se considera que Rusia constituye una
civilización exclusivamente suya? ¿No es arbitrario creer que Esparta ha
producido una civilización independiente, e interpretar la historia de Roma
en su totalidad casi sólo como una parte de la fase decadente de Ja
civilización helénica? ¿La "nómada" es realmente una civilización, o, como se
pretende a veces, simplemente un grupo nominal? Los críticos de Toynbee,
tanto sociólogos como historiadores, han formulado muchas preguntas tic
este orden.
Un segundo tipo de cuestiones se refiere a su concepto del colapso o
parálisis de la civilización y al periodo subsiguiente de decadencia y muerte.
¿Cómo podemos estar seguros de cuáles fueron los "momentos" de colapso
al mirar el pasado? Y después de un colapso, ¿por qué es una civilización
forzosamente incapaz de reanudar su movimiento ascendente? Difícilmente
puede considerarse como una virtud de su teoría general el que Toynbee
encuentre necesario catalogar dos civilizaciones chinas diferentes y otras dos
civilizaciones hindúes diferentes para explicar el hecho indudable de
florecimientos sucesivos.
352 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

Por último, las uniformidades que halla Toynbee en el desarrollo de las


civilizaciones son "justificadas" en gran parte con ejemplos sacados de la
historia griega y de la occidental. Sus amplias generalizaciones
probablemente no hubieran podido ser derivadas de la historia egipcia o de
la china; en realidad, Toynbee sólo presenta afirmaciones sueltas acerca de la
mayor parre de las civilizaciones, que ni confirman ni refutan su teoría (en el
caso de la civilización árabe, reconoce que se aparra de la norma general). Es
manifiesro que la teoría de Toynbee rio ha nacido (ni ha sido sometida a
prueba) por estudio inductivo, tino que es en esencia producto de ideas
obtenidas en la investigación de las civilizaciones griega y occidental.
Podemos concluir que esa teoría fue sobrepuesta arbitrariamente a la historia
de otras civilizaciones.
Estas críticas convienen en cierto grado a ia mayor parte de los intentos
para formular una teoría general y amplia de los cambios sociales. La
inmensidad misma de la tarea disuade a muchos investigadores de
emprenderla. Es gloria perdurable de Toynbee el haber realizado un serio
esfuerzo para registrar los principios que rigen los cambios culturales. Lo
mismo puede decirse de Sorokin, el otro gran sociólogo histórico.

Dinámica cultural de Sorokin

La dinámica cultural de Sorokin se basa en su teoría analítica, que hemos


estudiado en el capítulo 18. Coincide con ios historiadores en que hay
aspectos de Jos cambios sociales no recurrentes y únicos. Pero los procesos
sociales no están rejidos de materiales absolutamente únicos, sino que
presentan elementos recurrentes y repetidos, que deben ser aislados y
estudiados por la sociología.
Según Sorokin, la tendencia general del cambio social es el avance en línea
recta hasta determinado límite; cuando casi se ha llegado a ese límite, tiene
lugar ía inversión de la tendencia lineal (o, en algunos casos, el
estancamiento cultural). El movimiento invertido avanza hacia otro límite, y
de nuevo está sujeto a la inversión. Asf, la pauta de] cambio es una
fluctuación entre las culturas que Sorokin flama idcatsva y sensible, señalada
por oscilaciones en una dirección a través del tipo mixto de cultura y en la
otra a través del tipo idealista.
Sorokin hace ver cómo esa pauta caracteriza el conjunto de la historia de
Ja cultura occidental, la cual, según este autor, puede seguirse hasta los
tiempos de la antigua Grecia. La cultura griega es descrita como ideativa
desde el siglo Vin hasta fines del VJI a. c.; porque
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA 353

durante el siglo y medio siguientes, incluso la Edad de Oro de Atenas, fue


idealista. Desde k última parte del siglo IY a. c., hasta el siglo iv d. C, época,
en que nació y floreció el imperio romano, la cal-tura fue evidente. A los dos
siglos siguientes de cultura mixta los sucedió un largo periodo de cultura
ideativa. Desde fines del siglo xn hasta principios del xiv la cultura fue
idealista; ésta es la época de las catedrales góticas, de Dante y de Santo
Tomás de Aquino. A partir de fines del siglo xiv la cultura se hizo cada vez
más sensible, hasta llegar a Ja culminación en los últimos decenios. Hoy
pueden percibirse algunos síntomas de un cambio inminente en dirección de]
polo idea ú vo.
Sorokin completa esta descripción, basada en laboriosos estudios
realizados con ayuda de veinte colaboradores, con breves excursiones por k
historia egipcia, china e hindú. Pero estos últimos materiales no tienen
ningún valor fundamental en k teoría de Sorokin, y sólo sirven de base a
algunas afirmaciones cautelosas. Finalmente, supone Sorokin que la
polaridad entre lo ideativo y lo sensible se remonta también a k cultura
primitiva.
El resorte motor de] tipo de cambio que dejamos descrito —dice Sorokin—
está localizado en el mismo sistema de cultura; está en k naturaleza de k
cultura, el cambiar, porque el cambio es la ley de toda vida. No quiere esto
decir que el cambio de k cultura no sea afectado por factores externos, como
el clima y el suelo, pero éstos juegan un papel secundario. El cambio
inmanente es una especie de destino o de carrera vital de rodo sistema
sociocultural; es un despliegue de las potencialidades inmanentes del
sistema. Aunque k principal dirección y las fases principales de este proceso
de despliegue están predeterminadas por las fuerzas internas del sistema,
aún queda un margen considerable para la variación.
Como hemos visco, Sorokin declara que el movimiento histórico en una
sola dirección se acerca al limite que alcanzaría si k cultura se hiciera
perfectamente ideatíva o perfectamente sensible. Pero esta situación extrema
no se produce nunca; todo supersistema cultural csrá incompletamente
unificado. Cuando el desenvolvimiento cultural se acerca al límite teórico, k
tendencia se invierte (aunque es una posibilidad el estancamiento cultural).
Pero la cultura como tal no mucre nunca; algunas partes de ella quizás sean
rechazadas, pero otras son absorbidas por diferentes culturas y sobreviven.
En esto se muestra Sorokin mucho más optimista que Spengler y que
Toynbee.
La teoría de Sorokin relativa a la dinámica cultural, de k cual
354 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

sólo hemos presentado un breve esbozo, se presta a diversas críticas. En


primer Sirgar, dicha teoría parece simplificar en exceso los hechos que han
de explicarse. Por ejemplo, la Edad de Oro de Grecia y la época de Dante
probablemente fueron idealistas; pero se diferenciaron en muchos aspectos.
En rales casos, debieran tenerse en cuenta elementos adicionales y de
contraste, de suerte que puedan determinarse situaciones culturales
concretas por la coincidencia de aspectos específicos en procesos diferentes.
Sorokin no ignora esto, pero cuando expone sus ideas lo mantiene siempre
tras el telón.
En segundo lugar, la distinción entre elementos culturales que cambian o
fluctúan conjunta o ínterdependientementc y elementos que no lo hacen así,
es el criterio de Sorokin para reconocer los "sistemas" sociocul rurales.
Cuando atribuye la propiedad de fluauar interde-pendientemente a los
elementos de esos sistemas, Sorokin razona, por lo menos en parte, dentro
de un círculo vicioso.
En tercer lugar, la elección del concepto cultural de verdad, definido en
términos sensibles, íde-ativos o idealistas (según dijimos en el capítulo 18),
como determinante básico del desenvolvimiento socio-cultural, no es muy
convincente. Puede argúirse que es posible volver a escribir la obra de
Sorokin tomando elementos contrapuestos como determinantes
fundamentales del desarrollo cultural y Llegar casi a los mismos resultados.

Chapín y Kroeber

En Cultural Change (Cambio cultural, 192S),* F. Stuart Chapia señala que Ja


primera obligación de los sociólogos es poseer un conocimiento profundo de
ia "principal corriente de cultura" que marca la historia humana desde la
Edad de Piedra hasta la presente Edad de la Máquina. Pero no es una
corriente única, sino que más bien consiste en varias corrientes
independientes que corresponden a "culturas de grupo" en que pueden
distinguirse ciclos de desarrollo y decadencia nacionales. Cada cicio, en
definitiva, debe ser entendido como producto de un complejo de fuerzas
constituido por los aspectos particulares de la cultura, tales como el
económico, el político, el religioso y el intelectual. Estos componentes
particulares de la cultura se caracterizan a su vez por un ciclo de desarrollo y
decadencia. Cuando los ciclos de diferentes formas culturales son
cronológicamente correla-

4 La* ipoitacioíiH de Chipio * U SUCÍOLCBÍ* oeo-positÍT¡s» han lido ntutíiadu más urtíEin.
capEfulo 15.
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA 355

tivos o coincidentes, cuando se desarrollan juncos y alcanzan un aleo grado


do desarrollo al mismo tiempo, el resultado es una época de madurez de la
nación o grupo.
Después de exponer este concepto de la maduración cultural. Chapín
concluye que es imposible determinar los rasgos culturales particulares n¡ el
número de formas sociales componentes del complejo toral que se necesitan
para producit el florecimiento de una cultura nacional. No obstante, aplica su
teoría a algunos casos concretos, por ejemplo, al progreso de la civilización
griega, a la lucha de clases y a los problemas agrarios en Roma, a ciertos
cambios en la cultura material inglesa en la Edad Media, así como a algunos
aspectos de la civilización occidental de nuestros días. Pero, por falta de
suficientes pruebas, la teoría de Chapín sigue siendo una brillante conjetura.
En 1944 publicó Alfred L. Kroeber (n. 1876), eminente antropólogo,
Configuratíons o f Culture Grouth, investigación de la. manera como cambian
Las culturas de elevado nivel. Se basa esta obra en un laborioso estudio del
desarrollo y la decadencia de aspectos culturales particulares dentro de cierto
número de culturas y, adicional mente, dentro de naciones que lian
participado en esas culturas.
Pero las conclusiones de Kroeber no dan apoyo a una teoría general de los
cambios culturales. Sostiene que no existen "leyes" de acuerdo con las cuales
pueda predecirse el desarrollo (o la decadencia) de una cultura. En oposición
con las teorías Je Spengler y de Toynbee, Kroeber declara que una misma
cultura puede florecer muchas veces. No encuentra una correlación estricta
entre el desarrollo de diferentes aspecros de una cultura, aunque sostiene que
pueden determinarse periodos de un alto nivel de capacidad creadora
cultural en los que muestran un maduro desarrollo al mismo tiempo diversas
ramas culturales. Kroeber arguye que no puede atribuirse la determinación
del desarrollo o de la decadencia culturales a ningún factor específico único
ni a ninguna serie de factores, salvo, quizás, la tendencia general de los
movimientos a agotarse por si mismos.
4
Alfred Weber

De los estudios sobre sociología histórica escritos en otros idiomas que el


inglés, quizás los más importantes son los de Alfred Weber, hermano de
Max. Su obra más importante de sociología histórica es La historia de la
cultura como sociología de ta cultura (1935). Las ideas funda mentales
contenidas en este volumen (y en publicaciones sueltas anteriores) pueden
resumirse en los siguientes términos:
356 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

La vida es fundamenta Imente histórica. EL carácter dinámico de Ía


historia depende del apremio inmanente para dar existencia a una forma
espiritual, apremio que Weber llama "voluntad cultural". Ésta ha de
considerarse como un hecho que el sociólogo debe admitir. (La sociología,
para Weber, es una ciencia cultural, no una ciencia natural.) El sociólogo
cultural se encuentra ante esta pregunta: ¿Cuál es nuestro lugar en la
corriente de la historia? Su respuesta será sociológica si es capaz de captar el
proceso histórico en su totalidad.
Según Weber, puede conseguirse ese resultado si se divide el complejo
total de la historia en tres procesos fundamentales: el social, el civilizacional y
el cultural. Cada uno do estos procesos sigue diferentes leyes de desarrollo y
movimiento, pero, no obstante, están estrechamente relacionados entre sí.
El proceso social se manifiesta en el despliegue de acontecimientos
concretos que tienen lugar en las sociedades. Es propulsado por las fuerzas
humanas de ímpetu y voluntad, aunque en parte está limitado y
determinado por condiciones físicas. Tiene por resultado la formación de fa
organización social de familias, tribus y naciones, y sus luchas. Aunque el
proceso social consiste en acontecimientos específicos y distintos, dentro de
éstos pueden descubrirse pautas generales típicas de forma y desarrollo. Esta
última tarea se simplifica usando el principio del tipo ideal: Alfred Weber
tiene en gran estimación las teorías de su hermano Max.
La civilización consiste en el arsenal de armas del hombre en su lucha por
la existencia mental y material; el proceso civilización al equivale al dominio
y explotación de la naturaleza. Se manifiesta especialmente en eí desarrollo
de Ja tecnología y de las ciencias naturales. Está dominado por finalidades
deliberadas, por la racionalidad y por consideraciones utilitarias. Como los
productos de la civilización son transferibles y acumulativos, el proceso
civilizacional es unilineal y progresivo. Por otra parte, en opinión de Weber,
el proceso civilizacional es irreversible y últimamente conducirá a una
civilización unificada.
Pero la cultura CS cosa diferente, diametral mente opuesta en muchos
aspectos a la civilización. El proceso cultural se caracteriza por la capacidad
creadora. Los productos culturales son exclusivos y únicos, y por lo tanto no
fácilmente transferibles de un periodo histórico a otro. Funda menta 1 mente,
la cultura es una síntesis del mundo y de la personalidad individual. Se
expresa en el arte, en Ja religión y en la filosofía, campos de auténtica
capacidad creadora. En estas esferas
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA 357

no hay normas predeterminadas, ní criterios unívetsalmente válidos y


necesarios (como en la tecnología de la civilización), ni leyes aplicables de
manera general al desarrollo ni a la decadencia/ Pero en la esfera de la
cultura pueden observarse dos periodos de productividad y de inercia, así
como "edades" y conflictos culturales diferentes.
Sin embargo, los procesos social y civilizacional se entretejen inva-
riablemente con movimientos culturales e influyen en ellos; en realidad, la
capacidad creadora y Ja espontaneidad de estos últimos se caracterizan por el
hecho ¡le que el hombre se da cuenta de su lugar en la ordenación social y
civilizacional de las cosas y por sus diferentes esfuerzos individualizados
para modificar y dirigir d proceso social. Los tipos culturales de
organizaciones históricas y sociales específicas se fijan muy pronto en su
historia. Esto crea una unidad de estilo cultural que informa k religión, la.
filosofía y el arte, y que a su vez contribuye a moldear a los hombres y las
sociedades.
En una obra posterior, Principios de sociología histórica y
cultural (1951), Weber ha elaborado y elucidado esas opiniones. Desarrolla
también el tema de que la cultura se desenvuelve de acuerdo con una pauta
de ondas recurrentes. Esta concepción se parece algo a la teoría de la
dinámica cultural de Sorokin, aunque, en el uso que Weber hace de ella, la
palabra cultura designa una dase de fenómenos mucho más restringida que
en el de Sorokin. El proceso cultural —prosigue Weber— es sólo
indirectamente afectado por los otros dos procesos fundamentales, o sea el
social y el civilizacional. Los productos de estos dos procesos proveen al
hombre en cuanto creador de cultura de materiales nuevos que pueden y
deben ser "dominados" (bewáltsgt) espiritual mente.

Resumen y comentario
Las opiniones de los sociólogos históricos de nuestros días parecen divergir
ampliamente. Sin embargo, pueden concillarse en gran medida sus
principales concepciones.
E r.i distinción de Alfred Weber entre y tttlturj, expund por primen
Tfi er no articulo publicado til I9Í0. está «irechamcnie emparentada con It de MacTver p SILH
discípulos. Según dijimos cu ei capítulo- 18. Maclver. como Weber. identifica eiviliuriim y
aetivjd.i !■ ■ jnsrnjiiicnnilcs del hombre, en «pedal la tecnología; pero su concepta de la cultura
es más amplia que el de Weber, puc* comprendí iodos bu productes y procero* humanen que
el hombre Jan de un valor de fin. También, como Weber. M i I-. ■ - ■ ■■ . «ra d ruine ion
conccpmal en el análisis; de lu afinidades entre éire j las obras d? Weber. véase Sntiaty:
fnirada<iory Aialyñt 'IJ imitdjJ: anMi/ii inirf>db£if>rio)r de R. M. Maclver y C. H. Page, Mueva
Yoifc. Hinchan and Co.. 1949, capírulus XX[ y XXII. La (corla de Maclver volvemos a «miliaria
en el capiculo siguiente.
358 CONVERGENCIA DE LAS TEORIAS SOCIOLÓGICAS

La proposición fundamental puedo tomarse de la teoría de Alfred Weber.


Es el teorema según el cual el desarrollo de la "cultura" (tal como suele
concebírsele) en sn totalidad está dirigido por más de ua tipo de
uniformidad de principio. Weber (y Maclver entre orros cuyas opiniones no
han sido tratadas en este capítulo) sostiene que, en lo relativo at dominio del
hombre sobre la naturaleza, especialmente en tecnología y en las ciencias
sobre las cuales se basa la tecnología, la principal uniformidad es la
acumulación. El proceso acumulativo "civilizacional" (para usar la palabra de
Weber y de Maclver) es, no obstante, interrumpido accidentalmente por
retrocesos y por catástrofes humanas, y su curso modificado por el contacto
y la difusión culturales. Este principio del desarrollo acumulativo representa
una versión parcial y limitada del evolucionismo (véase capítulo 21).
Los aspectos más específicamente creadores de la actividad humana,
como la religión, la filosofía, las humanidades y las bellas artes (Ja "cultura"
de Weber), así como la organización política y económica, no revelan, según
la opinión común de los sociólogos históricos, una evolución unilineal hacía
el progreso, ni es aplicable en esos campos la pauta de
desarrollo-colapso-decadenria ral como la formularon Spengler y más tarde
Toynbee. Pero pueden observarse diferencias entre periodos de florecimiento
y de colapso cultural, entre la eficacia y la ineficacia económicas. La pauta
general del cambio en esos casos es quizás la que formularon Chapín y
Kroeber: curvas de actividad semi-independ[entes en diferentes campos
sociales y culturales, que pueden ser o no ser sincrónicas, peto que sugieren,
durante los periodos de alto desarrollo, un florecimiento interdependíente de
la cultura en general. Pero aún hay que determinar las condiciones en que se
inician las tendencias del desarrollo de los diferentes aspectos de la cultura y
en que llegan a sincronizarse. En la obra de Toynbee se manifiesta una
penetración considerable en estos problemas.
Por Otra parte, Sorokin ha abierto un nuevo campo al llamar la atención
hacia el punto de vista cualitativo en sociología histórica y al formular una
teoría de oscilación de ondas entre los estilos culturales más importantes. Su
teoría necesita ser refinada y5 como todas las teorías científicas, está sujeta a
correcciones. Pero los objetivos de su dinámica cultural y la estructura de
referencia de sus investigaciones son una desviación importante de los de
Danilevsky, Spengler y Toynbee.
Si las conjeturas de esos autores son corfectas, puede surgir una teoría del
desarrollo social y cultural que permita el análisis de toda
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA 359

configuración sociocultural concreta situándola en un esquema tridi-


mensional que comprende, primero, la evolución tecnológica; segundo, el
movimiento cíclico en las actividades creadoras y en la organización política
y económica; y tercero, la oscilación de ondas de los grandes estilos
culturales. Quizás se descubra que el segundo de esos procesos es un racimo
de procesos relacionados entre sí. Lo más probable es que se halle una
interdependencia entre los diferentes procesos. Sorokin ya ha hecho ver que
con toda probabilidad fases diferentes en la fluctuación dd estilo de cultura
determinan la intensidad de la actividad creadora en campos específicos del
esfuerzo humano.
Desgraciadamente, son hoy relativamente pocos los aurores que trabajan
siguiendo los lincamientos indicados por la investigación de los sociólogos
históricos, cosa especialmente lamentable en un mundo tan dinámico como
el nuestro. Indudablemente, la sociología, y también la sociedad, necesitan,
una teoría general empíricamente comprobada de los cambios sociales y
culturales, teoría que se relaciona —y la completa— con una teoría general
de la estructura y la organización sociocul cúrales.
CAPÍTULO 21

SUPERVIVENCIAS Y RENACIMIENTOS

La constelación de escuelas estudiadas en los capítulos que preceden no


agota la complejidad de la sociología de mediados del siglo. Quedan por
examinar ciertas tendencias, para que el cuadro sea más completo.

Neo-evoi adonis mo

El evolucionismo social en su forma clásica está muerto: nadie sustenta hoy


la teoría de que la sociedad humana se desenvuelve uní-Encálmente hacia el
progreso siguiendo etapas preestablecidas. Aunque en un tiempo estuvo de
moda rechazar la idea evolucionista en su totalidad, siempre ha habido
sociólogos y antropólogos culturales que propugnaron un evolucionismo
moderado. En la actualidad su influencia va aumentando.
Entre- los sociólogos, Charles A. Elhvood (1873-1946), cuyas opiniones
sociológicas generales se parecen mucho a las de Cooley/ continuó hasta
muy entrado el segundo cuarto de nuestro siglo la tradición del
evolucionismo psicológico (véase capítulo 6 ) , modificada pata responder a
las objeciones formuladas contra esa teoría y enriquecida por la
incorporación del concepto de cultura. En su Cultural Prolusión (Evolución
cultural, 1937), sostiene EUwood que la teoría de la cultura debiera ser una
explicación psicosociológica de la cultura atendiendo a características
distintivamente humanas. La evolución cultural —dice— procede por
invención, la cual, ya sea material o social, es imposible sin la formación de
normas mentales o conceptos. De ahí se sigue, según Ellwood, que las etapas
por las cuales pasa la cultura son necesariamente equivalentes a etapas del
proceso de aprendizaje. En oposición con las enseñanzas de los primeros
evolucionistas, reconoce la ausencia de una línea típica única de evolución
cultural, pero supone la existencia de etapas inevitables de aprendizaje. Así,
el hombre primitivo no sólo era analfabeto, sino que aún no había
descubierto el arte del cultivo; en la etapa siguiente todavía era analfabeto,
pero ya había descubierto dicho arte; en la etapa más reciente ya conocía la
escritura.
Al mismo tiempo, sostiene Ellwood que la evolución cultural es
i Espctialmínfe ?n Südolog-/ in Su Piycholagiad Aspeen (La sociología en sur aspeólos
piieoídgicoi, 1912).

360
SUPERVIVENCIAS Y RENACIMIENTOS 361

un producto de la evolución social, la cual es a su vez un aspecto particular


de Ja evolución universal. Identifica el nacimiento de la cultura con una
"mutación" en la evolución social, proceso que existe entre animales no
humanos. Estos enunciados son un tanto consonantes con la teoría de la
evolución cósmica sustentada por Spencer2 Mucho más limitado es ei
ingrediente evolucionista en la teoría sociológica de Maclver, cuyas ideas
sobre estructura y causalidad sociales hemos esbozado en el capítulo 18. En
su Society (Sociedad, 1931)/ Maclver renueva la teoría de la diferenciación, de
Spencer, pero librándola de las referencias a leyes cósmicas, al paralelismo
con Ja evolución orgánica y al progreso inevitable, frecuentes en el re
fundador. Según Maclver, la evolución es el despliegue de la naturaleza de
una cosa, proceso en el cual se adapta mejor al medio; pero no es progreso
inevitablemente, el cual es la aproximación de la realidad a un ideal humano.
Cada una de estas dos cosas pertenece a diferentes categorías de ideas: la
evolución a la ciencia, y el progreso a las humanidades, esfera de los ideales
humanos.
Existe evolución social, afirma Maclver, siempre que 3a historia de la
sociedad se señala por una creciente especializaron de órganos o unidades
dentro del sistema para servir a la vida del conjunto. De esta suerte, la
evolución social es esencialmente diferenciación, proceso que se manifiesta
en una mayor división del trabajo, en el aumento del número y variedad de
asociaciones e instituciones funcionales y en Ja diversidad y refinamiento
mayores de los instrumentos de comunicación social. La línea general de la
evolución social ha avanzado desde la sociedad primitiva, caracterizada por
Ía fusión de usos políticos, económicos, religiosos y culturales, a través de
instituciones públicas diferenciadas (en el lenguaje de Maclver las
instituciones son los modos de proceder consagrados), hasta asociaciones
diferenciadas, tales como el Estado, la corporación económica, la familia, la
escuela y la Iglesia. La diferenciación de "grandes asociaciones" de la vida
política, económica y "cultural", ha ido acompañada de una gran
diferenciación dentro de sus respectivas estructuras.
Pero Maclver niega que la evolución abarque la totalidad de los cambios
sociales. Distingue entre civilización, que es ,Hel mecanismo completo. . . que
el hombre ha inventado en su esfuerzo para domj-

í En Anuí ¡vjsrctinrcs pubiká Ellwood touchoi articulen en que modificó m posición,


conviniendo en límbdu* M CH*fWfttit* diicimiv* de LA cultora. Véue, por ejemplo,
"Culture and Human "Li cultora y 1A sociedad humana"} ta Social F'títs,
mi. 23 11944). pp. 6 tí.
S Tercera edición, en tul..:., ■, cun Guríes H . Ptgc (1949).
362 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

nar las circunstancias de su vida", y comprende la organización social, las


técnicas y los instrumentos materiales, y cultura cu cuanto "expresión, de la
naturaleza [del hombre] en [sus] modos de vivir y de pensar, en... las
relaciones cotidianas, en la literatura, la religión, los recreos y placeres"/ Sólo
la civilización esta sometida a evolución. Según Maclver, la cultura
"únicamente puede avanzar si [la expresión delj espíritu humano es capaz de
esfuerzos más finos, si tiene algo más que expresar. Li civilización es el
vehículo de la cultura: su mejoramiento no es garantía de una calidad más
fina de lo que transporta"/ Como advertimos en d capitulo 20, esta
distinción entre civilización y cultura se aproxima a la de Alfred Weber.
Maclver reconoce Ja analogía de sus ideas con las expresadas por Weber en
uno de sus primeros artículos, publicado antes de aparecer Sociedad: pero
redama "independencia de invención" respecto de su Modem Slale (El Estado
moderno) donde la distinción fue desarrollada antes de que el auror conociera
el trabajo de Weber.
La distinción de Maclver entre cultura y civilización (o tecnología, palabra
que parece preferir en sus publicaciones recientes) destaca ia cualidad
terminal o el valor de fin de los productos culturales y el contrastante
carácter instrumental de los fenómenos civilizacbnales. Emplea esta
distinción de medios-fines al tratar de los tipos de grupos sociales y al
estudiar la difusión de los productos humanos y los cambios sociales
consiguientes, así como en su análisis de la evolución social.
Un evolucionismo limitado se halla también presente en El grupo humano
(1950), de George C Homans. Este libro, aunque es en gran parte un análisis
detallado de los sistemas sociales de grupos pequeños, muesEra que la
sociedad no sólo sobrevive, sino que al sobrevivir crea condiciones nuevas
que le permiten existir en un nivel más elevado. ¿No es este superávit
emergente —pregunta Homans— el secreto de la capacidad de evolucionar
tan característica de la vida orgánica?
Entre los antropólogos culturales, Malinowski, aunque figura muy
destacada de la escuela funcional (véase capítulo 18), ha apoyado
vigorosamente un evolucionismo moderado. Los supuestos principales del
evolucionismo —dice— no son sólo válidos, sino indispensables, para el
etnólogo. Y también sigue siendo útil el concepto de etapas. "Ciertas formas
preceden de finid amenté a otras; un ambiente tecno-
4 De la edición en inglés de Sociedad, Nueva. York, Ray Lona atiJ Richard Smirh Coru. M9J1),
p. 226. fi íW, p. 22S.
SUPERVIVENCIAS Y RENACIMIENTOS 36 L

lógico como d que expresan las frases 'Edad de Piedra', 'Edad de Bronce',
Edad de Hierro', o las fases de la organización del dan o de la gens, de
grupos numéricamente pequeños y muy diseminados, por contraste con los
establecimientos urbanos o sem ¡urbanos, tienen que. ser consideradas desde
el punte) de vista evolucionista.. ,".6 Sin embargo, Malinowski no lia
formulado una teoría de la evolución.
Pero lo han hecho otros dos autores: Leslie A. Whire y V. Gordon Childe
(1892-1957). En un incitante libro titulado The Science o f Culture (1949),
intenta White llevar adelante el evolucionismo de Spencer, Tylor y Morgan
desde el punto en que hizo crisis en 1900. En su opinión, los antropólogos
culturales y muchos sociólogos han abandonado la filosofía del
evolucionismo juntamente con los errores de ciertos evolucionistas. 7 Puede
comenzarse de nuevo enfocando el evolucionismo sobre la culmra, que debe
ser cuidadosamente definida. Puede definirse la cultura como conducta
simbólica, entendiendo por símbolo una "cosa cuyo valor o significación le es
conferido por quienes la usan".8 Merece señalarse que el símbolo así definido
es casi lo mismo que el "valor" tal como lo conciben Max Weber, Thomas y
Sorokin, enrre otros, y que la "cultura" tal como la conciben Maclver, Alfred
Weber y, hasta cierto punto, Parsons. He aquí otro ejemplo de convergencia
en Ja teoría social contemporánea.
La cultura, según White, constituye una clase de acontecimientos
suprabiológicos y suprasocio lógicos; es un proceso sut gen&ris que di-
ferencia al hombre de los demás animales. La cultura puede y debe
describirse según principios y leyes exclusivamente suyos; las explicaciones
y las interpretaciones psicológicas son insuficientes porque no explican casi
nada. En la demostración de esta tesis White hace numerosas referencias a
Durkheim.
Para seguir la evolución de la cultura desde sus mismos orígenes hasta los
tiempos presentes, es preciso admitir tres subdivisiones culturales:
tecnológica, sociológica e ideológica. La subdivisión tecnológica, está formada
por instrumentos materiales juntamente con la técnica de su uso; el sistema
sociológico está constituido por relaciones interpersonales expresadas en
normas de conducta; el sistema ideológico se compone de ideas, creencias,
conocimientos, todo expresado en forma simbólica. El papel evolutivo
primario corresponde al sisE A ScientifU Ttttorj of Cultor* (Tenría ci*nii¡ua ¿t I* cultora),
poí Ek Milinnw*biH Chape! HUI. The Univerjky of Nonh Carolina PreMh 1944, p. 16.
7 Tf>* Setene* of C*ltar* (Le citada d* h calí are), por L. A. Whire, Nocía Yürle, Fimr. Straua and
Youus, Inc., 1949, p, 20-B lbid., p. 23.
364 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

tema tecnológico; los sistemas sociológicos son secundarios y dependen del


tecnológico; los sistemas ideológicos expresan fuerzas tecnológicas y reflejan
sistemas sociológicos. Así, pues, la clave para comprender el desarrollo de la
cultura es tecnológica. Es indudable que el neo-evolucionismo de White está
teñido de determinísmo económico y tecnológico.
El grado de desarrollo de la cultura —prosigue White— puede medirse
por la cantidad de energía empleada por los individuos per tapita y por la
eficacia de los medios técnicos. La primera fuente de energía explotada por
los sistemas culturales primitivos es la energía del organismo humano
mismo. No pudieron hacerse grandes progresos hasta que los hombres
domesticaron plantas y animales; a continuación, en. algunos miles de años,
tuvieron existencia las grandes civilizaciones antiguas, tanto en el Viejo como
en el Nuevo Mundo. Pero después de un periodo de rápido desarrollo, la
curva ascendente del progreso se estancó en una meseta, hasta que tuvo
lugar una nueva revolución tecnológica que inició la Edad del Combustible
hacía 1800. Después de una rápida ascensión, la curva del desenvolvimiento
cultural volvió de nuevo a retardarse. Finalmente, ha sido descubierta Ja
energía atómica, que puede —o no puede— anunciar una nueva era
tecnológica.
Cada etapa tecnológica —dice White— corresponde a características
particulares del sistema social. Si las gentes son cazadores nómadas, deben
tener un tipo de sistema social; si hacen vida sedentaria, tendrán otro.
Indudablemente, Jas instituciones sociales se relacionan con Ja tecnología de
un modo más bien indirecto; y las instituciones de pueblos que han
alcanzado un nivel tecnológico bastante alto varían enormemente. Pero
todos los sistemas sociales que descansan sobre la energía humana
pertenecen a un solo tipo común; todas las sociedades pastoriles y agrícolas
en las primeras etapas de desarrollo tecnológico pertenecen a otro tipo.
White pasa rápida revista a las líneas principales de la evolución posterior de
las instituciones sociales, destacando su dependencia de los progresos
tecnológicos.
Esta exposición difícilmente resuelve las numerosas y graves objeciones
formuladas contra el antiguo evolucionismo, en especial las críticas que
suscita la creencia en la existencia de etapas necesarias y bien relacionadas
entre sí en ei desenvolvimiento de las sociedades y las culturas. Por lo
demás, White no intenta relacionar las manifestaciones ideológicas con el
progreso tecnológico, e insiste en que la ideología es una parte importante
de la cultura. Pero si esta parte
SUPERVIVENCIAS Y RENACIMIENTOS 365

esencial de la cultura no obedece a ninguna ley evolutiva, no está justificada


su pretensión de ofrecer una opinión unificadora sobre la evolución cultural.
En Social Evolution [Evolución social, 1951) Childe discrepa de la sugerencia
de White para revivir en una forma nueva las teorías de Spencer y de Tylor;
pero, sin embargo, encuentra valiosas algunas proposiciones de Morgan
(véase capítulo 4). El único tipo fidedigno de prueba acerca de la evolución
social y cultural» a saber, el arqueológico, según Childe, confirma la idea de
que por lo menos el progreso tecnológico de los hombres pasa por etapas
idénticas en lugares diferentes. Salvajismo, barbarie y civilización —las
categorías de Morgan— realmente representan Jas etapas sucesivas del
progreso humano. La civilización primitiva —dice Childe—- fue muy
diferente en cada caso concreto. Pero en todas partes se encuentran pruebas
definidas de grandes ciudades, la diferenciación entre los productores, la
concentración efectiva del poder político y económico, el uso disímbolos
convencionales para registrar acontecimientos, medidas temporales y
espaciales, el cultivo de cereales y la cría de algunos animales. Pero el autor
concede que las etapas intermedias no presentan ni siquiera un paralelismo
abstracto. Este hecho no invalida el uso del concepto de evolución para
describir el desenvolvimiento social como un proceso ordenado y racional,
Pero hay una gran diferencia entre evolución social y evolución orgánica. La
evolución orgánica se basa en la divergencia y la diferenciación; la evolución
social sigue esas mismas pautas, pero manifiesta también convergencias a
través de los contactos culturales, hecho sin paralelo en ia evolución orgánica.
No obstante esas diferencias, Childe sostiene que la fórmula dar-winíana
de Ja variación —herencia, adaptación y selección—- puede transferirse de la
evolución orgánica a la social, y aun tiene más sentido aplicada a esta última
que a ia primera. La variación corresponde a la invención; la herencia social,
o la transmisión de Ja cultura de una generación a otra, es una fuerza
familiar. La adaptación se verifica más rápidamente en la historia humana
que en ía historia natural. La selección se manifiesta en el hecho de que sólo
una fracción de las invenciones sobrevive por resultar beneficiosas a largo
plazo. En esta supervivencia selectiva hay afinidad con la selección de
mutaciones en la naturaleza; pero el proceso selectivo en la sociedad difiere
de manera importante, porque se produce sin destruir ni reemplazar un tipo
de ser por otro.
Estos enunciados son muy del estilo de Societal Evolution (Evoltt
366 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

üón societaria), de Keller, publicada 35 años antes (véase capítulo 11). Quizás
las críticas formuladas anteriormente contra la interpretación que Keller hace
del darwlní&mo social son igualmente aplicables a la teoría de Childe.
A pesar de las deficiencias de estas obras escritas en esrilo
neo-evolucionista, algunas de sus proposiciones y parte de sus argumentos
pudieran incorporarse a una teoría general de los cambios sociales. En el
capítulo 20 presentamos a título de ensayo un esbozo de dicha teoría,

Deierminismo geográfico y demográfico

El monismo geográfico, perceptible en la obra de Buckle, como se dijo en el


capítulo 4 , persisre como tendencia sociológica, pero nunca ha podido
conquistar prestigio teórico muy extenso.
Una llamativa variante de determínismo geográfico tomó el nombre de
geopolítica, "teoría" poco estimada que inició durante la primera Guerra
Mundial Halford J. Mackinder y que después se incorporó a ía doctrina
oficial del nacionalsocialismo alemán en la fotim que le dio KarI Haushofcr *
También la ecología humana, en uno de sus aspectos, aunque no la
variedad que cultivaron Park y sus discípulos (estudiada en el capitulo 16),
puede considerarse como una tama de la teoría sociológica geográficamente
orientada. En una forma relativamente pura, este tipo de enfoque ha sido
incorporado a las numerosas obras de Ellswcrth Huntington, empezando
por The Pulse o f Asia (1907) y continuando hasta Las fuentes de ¿a civilización
(1945) , su última obra. Pero este volumen atempera el monismo geográfico
puro con alguna mezcla de determinismo biológico.
Las fuentes de la civilización comienza con algunos enunciados en un estilo
moderadamente evolucionista. Durante miles de años ■—dice Huntington—-
la civilización ha avanzado persistentemente a lo largo de líneas definidas.
Pero la mayor parte de los comienzos evolucionistas han llevado a callejones
sin salida, y sólo unos pocos han seguido direcciones que permiten un gran
progreso. Los factores que producen variaciones en el avance de la cultura y
de la civilización comprenden la herencia biológica, el medio físico y las
dotes cultura-

& Democftilic ideal and Reelity lld&al d&iifietálicu y repUdad), por H. J. Mickinder. Loncha.
Cnmnhle. 1919; fodkande, Gtopulisib und Webn/.-iiirnahaff, por K. Hiuiho-fer, Berlín. Man.
Hoíber, 1934. Lu glabra "geopolítica" íue acunada poi RuJolph Kjellen, investigador sueco en
el campo de la ciencia política.
SUPERVIVENCIAS Y RENACIMIENTOS 367

les. Pero las dotes culturales son producto de efectos anteriores de los
factores primero y segundo; y la herencia biológica dd hombre varía poco, en
tanto que las diferencias raciales están determinadas en gran parte por el
medio físico. Así, la geografía juega el principal papel en el desenvolvimiento
evolutivo.
El vigor físico —dice Huntington— es fundamental en el progreso
humano. Permaneciendo iguales las demás cosas, el progreso cultural es
favorecido por la buena salud, que tiene por consecuencia una gran
capacidad de trabajo. Entre los factores que influyen en la salud, el clima
tiene la parre decididamente mayor. La alta "eficacia climática" es rara y
coincide con la alta eficacia económica. En consecuencia. Htm ring ton
somete la eficiencia clima rica a detallado estudio. Característico de ese
estudio es la afirmación siguiente: "La humanidad trabaja en general con
mayor eficacia cuando la temperatura del mediodía. . . fluctúa desde los 17°
hasta los 21o."10 Afirma también Huntington que el clima explica las
diferencias religiosas y de carácter nacional. Sintetiza sus resultados
declarando que la eficacia climática juega el papel fundamental en la
determinación de la pauta geográfica de la civilización.
Pero Huntington titubea en declararse decididamente partidario del
monismo geográfico. Afirma, por ejemplo, que el invento de la máquina de
vapor requirió, además de un clima adecuado, la concurrencia de las
siguientes circunstancias; personas con una capacidad innata relativamente
elevada, móviles poderosos para la acción en pos de niveles de vida más
elevados, y grandes existencias de combustible,11 Reconoce también la
importancia de las diferencias en la alimentación.
¿Yunque las separan noventa años, la comparación de las obras de Buckle
y de Huntington revela que en el punto de vista que ¡es sirve de base no hay
entre ellas diferencia esencial. Clima y suelo en Buckle, clima y alimentación
(que depende del díma y el suelo) en la obra de Huntington: tales son los
principales determinantes del progreso cultural. Pero desde el punto de
vista de la técnica, la diferencia es enorme; Huntington hace uso abundante
de métodos estadísticos y geográficos, que no existían en los días de Buckle,
y maneja datos incomparablemente más diversificad"-. Sin embargo, no
demuestra mejor que Buckle que el clima o Ja geografía en general sea uno
de los determinantes importantes de h cultura.

iQ Las fuente! d* ¡a civi¡iz*tió*r por E. I l. i . ■ m - . r . - n M tko, Fondo de Culmn Económica, 1949, p.


291. II íbii., p. 439-
368 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

Entre las teorías sociológicas que ponen en primer término el monismo


demográfico, es representativa la que exponen Alexarrder y Eugene Kulisber
en su obra Guerras y migraciones (publicada en alemán en 1932). Según estos
autores, el rasgo más sobresaliente de la historia humana es el proceso de
migración (los autores consideran la guerra como una de Sus formas). La
migración es producida por ¡as diferencias de densidad de la población en
las diferentes partes del mundo. Pero la densidad es importante no en su
sentido aritmético más simple de la población en proporción con el tamaño
del territorio, sino más bien por la relación entre el número de habitantes y
los medios de subsistencia disponibles. A esto lo Llaman Jos Kulisher
densidad social. Parece que la "tendencia natural" es hacia la igualación de la
densidad social; pero el proceso se complica por el hecho de que hay que
tener en cuenta no sólo los medios reales de subsistencia, sino también las
potenciales, a saber, aquellos de que podrá disponerse después de ¡a
migración y de la aplicación de técnicas perfeccionadas. Por otra parte, el
proceso está sujeto a las limitaciones impuestas por la existencia de grandes
acumulaciones de agua y por la resistencia política y militar a la migración.
Sin embargo, el mecanismo de la migración es una. fuerza natural como
cualquiera otra.
Esra teoría de los Kulisher subraya un aspecto importante del cambio
social, pero no explica el cambio social en su integridad. Su defecto más
importante es la imposibilidad de determinar empíricamente la "densidad
social ". Los autores llegan a este fenómeno ex post jacto, sobre la base de que
la migración tiene lugar. Por otra parte, exageran la importancia de la
disponibilidad inmediata de los medios de subsistencia. Las naciones pueden
vivir cambiando productos industriales por alimentos.
El factor de la migración es señalado con frecuencia en la literatura
histórica reciente. Por ejemplo, la proposición fundamental de Henri Pirenne
(18Ó2-1935) , formulada en Ciudades medievales (1925), dice que la historia
de Europa desde el siglo vm al XII esruvo determinada por el cierre y la
reapertura subsiguiente de las ruras comerciales a consecuencia de
migraciones. Fredcrick J. Teggart, en Roma y China (1940), considera también
que los aspectos más importantes tanto de la historia romana como de la
china en los primeros siglos de la era cristiana, pueden reducirse a las
diferencias de presión de las tribus fronterizas, como consecuencia de la
migración de pueblos.
SUPERVIVENCIAS Y RENACIMIENTOS 369

La sociología dnrkheimiana en Francia

Durkheirci murió en 1917. Pero hasta tiempos muy recientes su espíritu


siguió dominando la sociología francesa. Con la excepción de los institucional
istas y de unos pocos fenomenólogos (véase capítulo 19), puede decirse que
la sociología francesa ha mantenido Ja tradición durkheímiana, especialmente
en la forma que él le dio en Las formas elementales de la vida religiosa (véase
capitulo 9).
La mayor parte de Jos sociólogos franceses han concentrado su atención
.sobre el estudio de la sociedad primitiva, y en los Estados Unidos se les
clasificaría como antropólogos culturales. Su trabajo, por lo general, va más
allá del plano de la descripción (no son muchos, entre ellos, los que han
hecho trabajo de campo entre pueblos primitivos), y se dedican más bien a la
interpretación teórica de Tos datos de la etnología. En este respecto han
permanecido fieles a la creencia de Durkheim de que en la sociedad primitiva
los fenómenos sociales básicos se manifiestan en la forma más sencilla y, en
consecuencia, son más fácilmente comprensibles.
Marcel Mauss (1872-1950), el discípulo más renombrado de Durkheim, en
un ensayo sobre El concepto de personalidad (1933)/2 que en su mayor parte
trata 1a historia de dicho concepto según los lincamientos usuales en
cualquier historia de ideas, dice que la escuela francesa de sociología eligió
como materia de estudio ,Hla historia social de las categorías fundamentales
de la mente humana ". Pero los durkhe Ínflanos tienen ante sí otro problema»
a saber, las relaciones entre la sociología y la psicología. Éste es el problema
que tan agudamente plantea la afirmación de Durkheim según la cual los
hechos sociales son "tosas" y, como tales, son irreductibles a los hechos de la
psicología individual. En esta opinión ha tenido lugar un cambio interesante.
En 1924, Mauss, a la ofensiva, dijo a los psicólogos que en la sociedad hay
muchas cosas esenciales, además de "representaciones colectivas",. que
pertenecen a la provincia de la sociología. Hay también cosas materiales y
hombres, fenómenos morfológicos (estructuras sociales como la familia y el
clan), hechos estadísticos (por ejemplo, el número de errores cometidos por
el servicio de correos, o el número de crímenes), y, finalmente, historia,
tradición, lenguaje, costumbres. La sociología -—proclamaba Mauss— es el
estudio del hombre total, mientras que la psicología estudia únicamente sus
procesos menules.

12 Reimpreso en Socwfogüi y etfKifogía (1950) Jo M. Mauss.


36S CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

Veinticinco años más tarde, en una introducción a Sociología y etnología, de


Mauss, otro durkheimiano, Claudc Lévi-Strauss, expone el siguiente punto
de vista: El hecho social total es real cuando forma parte de un sistema que
trasciende los aspectos particulares de la vida social, tales como la familia, la
tecnología y la organización política. Puede ser incorporado a la experiencia
personal de dos maneras: a la historia de una vida concreta y única, y a la
"dimensión físico-psíquica". Sólo en un individuo se reúnen esas dos
dimensiones y la sociedad. Esto es quizás una nebulosa repetición de la idea
de los analistas norteamericanos relativa a la tríada interactiva de
sociedad-cultura-pcrsonalidad. Nunca —añade Lévi-Strauss- podemos estar
seguros de que hemos comprendido el significado y la función de una
institución» Ü no ser que podamos averiguar su efecto sobre la conciencia
individual. Por otra parte, en ciencia social el observador forma parte de lo
que está siendo observado. Estos enunciados tienen estrecha semejanza con
las opiniones de Max Weber sobre el verstehen (véase capítulo 14). Sólo al
final de su estudio vuelve e! escritor francés a sustentar una proposición
verdaderamente durkheimiana al afirmar que los objetos de Ja sociología son
cosas y representaciones.
Otro sociólogo francés, M. Dufrenne, sigue ia misma corriente; 13 La
sociología —dice— se divide entre la tendencia a deshumanízar los hechos
sociales estudiándolos según los lincamientos de la "física social", y la
tendencia opuesta a reíntroducir lo humano en lo social y, de esta suerte,
comprender esto último como experiencia humana. Las tendencias pueden
resumirse como explicación y comprensión, otra idea al estilo de Max
Weber. Se considera como la principal tarea de la sociología contemporánea
conciliar las dos tendencias.
Para promover esa tarea, Dufrenne vuelve al estudio de las relaciones
entre cultura y sociedad, en gran parte bajo la forma de un comentario sobre
las obras norteamericanas recientes de antropología cultural. La culrura
—dice —es el aspecto humano de lo social. La sociedad es la realidad
definitiva a causa de su carácter morfológico, externo y coercitivo, opinión
que cae manifiestamente dentro de la tradición durkheimíana. En la
experiencia del individuo, la sociedad parece ser una máquina enorme. En
este sentido, la sociedad precede a la culrura: la sociedad tiene una cultura
que puede dirigir su propia vida sólo en medio de la sociedad. Se concibe la
cultura como aproximadamente idéntica a las instituciones. La cultura
—dice Dufrenne—■

\% "Coup Ll sur L'anihropfilogLe culiurcHe unériciínp'" C'Ojndi ■ la aaEropotagii


tul ai ral MuMujiiíM. ana"). : r Cahiéri in¡Bri%mi¡onaux da vol. XII l > * : ' )
SUPERVIVENCIAS Y RENACIMIENTOS

sólo puede comprenderse como conducta humana: la cultura es la sociedad


encarnada en la conducta humana. Por consiguiente, ei estudio de la cultura
da a la sociología un sabor psicológico, concepción que discrepa de la teoría
de Durkheim.
Podemos concluir que la sociología francesa se halla actualmente en una
encrucijada. Ya no se acepta sin discusión el realismo sociológico de
Durkheim. Fuentes diversas, entre ellas las opiniones teóricas de Max Weber,
los sociólogos analíticos y los antropólogos culturales de los Estados Unidos,
están estimulando nuevas desviaciones.

Lt sociología formal en Alemania

Durkheim fue uno de los cuatro sociólogos de fines del siglo xix que
fundaron la sociología analítica, como vimos en los capítulos 8 y 9; como
acabamos de ver, su actitud teórica ha sobrevivido hasta el tiempo presente
en Francia. En Alemania ha persistido la teoría de Simmel, otro de los cuatro
fundadores. Peto Simmel no domina la sociología alemana, porque sus
continuadores forman un pequeño, aunque muy activo, grupo localizado en
Colonia y dirigido por Leopoldo von Wiesc (tu 1876).
Von Wíese nació en Glatz, Silesia. Recibió su doctorado en filosofía en ía
Universidad de Berlín, y poco después inició su carrera académica. En 1915
fue nombrado profesor de economía de la Escuela de Comercio de Colonia,
que en 1919 se convirtió en universidad, y allí siguió como profesor de
sociología, con una larga interrupción durante el régimen nazi. Durante
muchos años dirigió von Wíese la revista alemana más importante de
sociología, que ahora aparece con el titulo de Kólner Zeitschrift für Soziologie.
Su obra fundamental es Sociología general, en dos volúmenes que aparecieron
ec 1924 y 1929; una segunda edición, revisada y en un solo volumen,
apareció en 1932."
Von Wíese ha tomado por su cuenta el objetivo de Simmd: hacer de Ja
sociología una ciencia independiente. Como Simmel, ve el aspecto
específicamente sociológico de ía realidad en forma de hechos sociales, pero,
a diferencia de Simmel. ha dado a la palabra forma una interpretación más
bien dinámica, concentrando su atención sobre la acción y el movimiento.
Cree, también como Simmel, que la socie-

14 El i''"' ■ altroin de «cu obra « Al/itttnfint Sozialogí* elt Labra dar fíraebungrn uná
Btiiebungitebildi dai Matncbm. En 1932 iptrccjó UDI I r . • i - m hadn por Honrd Spclter, con ti tirulo
i\c Syu****/ie Satiology. IJ traducción íue .■?..,■<■ !.i r los puntu* dr VÍSIJ norramcritjnm, j por fa
ttnto U«* lu dot ir.:;;,- ven WÍCÍC Bttktr.
372 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

dad es una abstracción, un cierto punto de vista acerca de Jas acciones


humanas que enfoca las relaciones entre los hombres. Contrariamente a Max
Weber y a los fenomenólogos, von Wiesc limita su estudio a lo que es
cognoscible mediante ía observación externa, un poco a k manera de los
behavioristas norteamericanos.
Para von Wíese, la unidad fundamental de la investigación sociológica es
la relación social o proceso social. El primer plano de la investigación,
sociológica tiene por objeto la clasificación de esos fenómenos. Pueden
reducirse a dos tipos fundamentales, asociativo y disociativo, y a un tercer
tipo mixto que contiene elementos de Jos dos. Común a rodos los procesos
sociales es d hecho de que afectan a la distancia social, disminuyéndola o
aumentándola (no debe confundirse la distancia social con la distancia en
sentido espacia!). Cada una de las principales clases de procesos se divide en
subclases a base del grado del efecto asociativo o disodativo del tipo
particular del proceso. Aunque von Wiesc formula definiciones muy sutiles
de las subclases, éstas son consideradas esencialmente como posiciones a lo
largo de un continuo que se extiende desde el grado más elevado de
asociación (o amalgamación) hasta el grado más elevado de disociación (o
conflicto). Von Wíese también clasifica los procesos sociales de acuerdo con
las categorías contrapuestas de integración y diferenciación, y con los
procesos constructivo y destructivo.
Sobre la base de las relaciones o procesos sociales surgen las estructuras
sociales, cuyo estudio, según von Wíese, forma el segundo plano de la
investigación sociológica. Una estructura es un número de relaciones
sociales unidas de tal suerte en la vida diaria, que pueden considerarse
unidades o substancias, definición que atestigua la concepción nominalista
que von Wiesc tiene de la realidad social. Las estructuras sociales se
clasifican por la duración y el grado de abstracción. Así se forman cuatro
tipos fundamentales de estructuras: muchedumbres concretas, visibles y de
corta vida; muchedumbres abstractas, invisibles y de duración indefinida
(por ejemplo, los públicos); grupos, caracterizados por la afiliación y la
organización personales; y colectividades abstractas, tales como el Estado y k
Iglesia, en las que se presta relativamente poca atención a los individuos
concretos.
Von Wiese y sus discípulos aplican estas clasificaciones, a veces de
manera muy sugestiva, a la descripción de diferentes configuraciones
sociales; pero, en general, parecen desconocer un importante criterio de
adecuación científica de toda clasificación. Una clasificación es adecuada si,
en rekcíón con cada clase y subclase, pueden forrnu
SUPERVIVENCIAS Y RENACIMIENTOS 373

larse proposiciones que no están contenidas en la respectiva clase o subclase,


pero que pueden aplicarse a todos ios conceptos que abarca la definición y a
ninguno fuera de ella. Hay, naturalmente» varias proposiciones sociológicas
generales consagradas relativas a la competencia, la rivalidad, ere.; pero esas
proposiciones ya eran conocidas mucho antes de que von Wíese comenzase
sus intentos clasificadores. Por otra parte, el examen de las subdivisiones Je
von Wiese sugiere que su actitud formalista es más bien estéril. Las
relaciones y las estructuras son objetos importantes de estudio sociológico;
pero no cobren todo el campo de la sociología y, desconectados de considera-
ciones funcionales, normativas y dinámicas, muy poco conocimiento pueden
proporcionar de la realidad social.
Entre Jos sociólogos de otras escuelas, Gurvitch {véase capítulo 19) de un
modo especial lia sido fuertemente influido por la actividad clasificadora de
von Wiesc, Las obras de Gurvitch abundan en clasificaciones complicadas,
pero, como von Wíese, rafa vez continúa el análisis de los fenómenos sociales
representados por las subclases más allá de sus definiciones formales.

Resumen

Las diversas tendencias examinadas en este capítulo tienen dos deno-


minadores comunes. En primer Jugar, cada una de ellas continúa en el
presente una tendencia originada en el siglo XIX, y se propone dax la
explicación de la realidad social. En segundo lugar, cada tendencia acentúa y
exagera una de las cosas siguientes: un determinante particular (geográfico o
demográfico) de la realidad social; un posible mecanismo del devenir social
(neo-evolucionismo); o un punro de vista exclusivo concerniente a los
fenómenos sociales (sociología durk-heimiana, escuela de sociología de
Colonia). Liberada de una anticuada unil a letalidad, cada una de las
tendencias supervivientes o resucitadas contiene aportaciones valiosas al
tesoro de los conocimientos sociológicos. Es indudable que las
configuraciones sociales son afectadas de manera importante por situaciones
o procesos geográficos o demográficos, o que debieran describirse
sistemáticamente los tipos de relaciones y estructuras sociales. También es
probable que, dentro de límites definidos, el evolucionismo sea una sólida
concepción de un aspecto importante del devenir social.
Los actuales representantes de las opiniones que hemos examinado en
este capítulo bajo el encabezado de "supervivencias y renacimientos1',
comprenden cada vez más las limitaciones de sus respectivos
374 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

puntos de vista. Esa comprensión es particularmente señalada entre ¡os


exponentes del neo-evolucionismo, de los estudios sociogeográficos y de la
sociología durkheimíana. Pero el reconocimiento de esas limitaciones es
Imperativo, si esas tendencias han de ser partes valiosas del todo que algún
día formará una teoría sociológica general utílizable.

#4


SEXTA PARTE

CONCLUSIÓN

M
CAPÍTULO 22

LA SOCIOLOGÍA DE MEDIADOS DEL SIGLO XX

Durante la primera mitad del siglo xx, la sociología hizo progresos decisivos,
y de ser un programa de tanteos y un racimo de controversias sobre el
alcance y método de una ciencia todavía no constituida, pasó a stt un cuerpo
firmemente establecido de conocimientos basados en un gran número de
observaciones comprobadas y de inferencias sacadas de ellas. Sin embargo,
la mera no ha sido alcanzada del todo. Los puntos de vísra dispares en
materias sociológicas aún no se han fundido en una teoría sociológica
equivalente del tipo de teoría que forma parte de cada una de las ciencias
naturales. Aún no se ha alcanzado esa meta a pesar de las vigorosas
exhortaciones a seguir los métodos de las ciencias naturales y de los
numerosos intentos de hacerlo (de que pueden servir de ejemplo las obras de
Thomas, de Pareto y de los neo-positivistas), y a pesar de las prometedoras
aportaciones de los sociólogos analíticos.
No obstante, se han conseguido algunos resultados positivos.
En primer lugar, mientras ía sociología anterior contenía largas discusiones
sobre Jo que debía ser k "sociologíahoy la discusión versa sobre lo que
realmente es la sociología. De las cuatro respuestas fundamentales a la
primera pregunta formulada en el capiculo 1, ha prevalecido k cuarta, la
que, según se recordará, define k sociología como el estudio de las
características generales de todas clases de fenómenos sociales y de las
relaciones existentes entre esas clases. Aunque la mejor formulación k dio
Sorokin, el camino hacía esta concepción lo prepararon Simmel, fundador
del tercer enfoque o punto de vista, que identificó la sociología con el
estudio de la forma de los fenómenos sociales, y Giddings. La ascendencia
puede remontarse a Comte, cuya ¡dea de que la sociología iba a ser la ciencia
teórica general de los fenómenos sociales ha sido desarrollada en fa defini-
ción ampliamente aceptada de Sorokin.
En segundo lugar, los fenómenos sociales, materia de Ja sociología, se
consideran ahora por lo común como fenómenos sui g&neris o. dicho en
otros términos, irreductibles a hechos no sociales, por ejemplo a hechos
psicológicos o físicos. En este respecto, ha prevalecido k opinión de
Durkheim contra la de los sociólogos psicológicos. Éstos, a su vez, tuvieron
razón en oponerse a los que veían en la sociedad k acción de fuerzas
impersonales o, por así decirlo, sobrehumanas.
375 .
378 CONCLUSIÓN

Los fenómenos sociales son sui generis, pero, no obstante» son ei resultado
de la combinación de acciones humanas.
Pero puede advertirse una opinión particularista, que se deriva de Max
Weber y de Thomas y que hoy representa principalmente Parsons. Esta
opinión vuelve a introducir la confusión entre la sociología y la psicología a
causa de su preocupación por la "acción".
Por otra parte, como corolario de la írreductibilídad de los fenómenos
sociales a cualquiera otra clase de fenómenos, la opinión común entre los
sociólogos rechaza las analogías biológicas eo todas sus formas
(organirismo, darwinismo social, etc.), así como la interpretación de los
fenómenos sociales de acuerdo con un modelo teórico destinado al estudio
de fenómenos físicos, modelo que desempeñó papel importante en el
sistema de ideas de Spencer. El intento de Lundberg para interpretar la
sociedad humana en relación con la estructura del átomo es un notable
anacronismo.
En tercer lugar, el fenómeno social básico» la unidad para el análisis
sociológico, por lo general se identifica con la interacción entre dos o más
seres humanos. La interacción requiere dependencia inteligible de Ja acción
de un ser humano de la existencia o la acción —pasada, presente o
prevista— de otro ser humano. La interacción es directamente observable, ya
que la acción es movimiento en el mundo exterior. La dependencia se infiere
fácilmente, bien por la interpretación de un observador participante que
utiliza la capacidad del hombre para hacer reproducciones mentales de
procesos que le sugieren las acciones de otros hombres —esto es el verstehen
de Max Weber—, o bien estableciendo correlaciones estadísticas entre uni-
versos de acciones considerados como antecedentes y subsecuentes.
Cuando hay interacción, se dice que los participantes están en relación
social. Interacción y relación social son, pues, dos puntos de vista relativos al
mismo hecho fundamental; la relación es estática (o estructural), la
interacción es cinética (llamada común, aunque incorrectamente, funcional o
dinámica).
En cuarto lugar, cuando las relaciones sociales perduran forman grupos
sociales en los cuales los hombres se ordenan o disponen de muchas
maneras. El grupo social es considerado, en general, como una de Jas
principales materias de estudio sociológico, de manera especial y expresa
por los sociólogos analíticos, los institucional istas y los sociómetras. Las
principales proposiciones que en el estudio de los grupos han sido
firmemente establecidas son las siguientes:
El grupo social es un sistema, es decir, una estructura formada por
LA SOCIOLOGÍA DE MEDIADOS DLL SIGLO XX 379

partes que, sin perder su identidad y su individualidad, constituyen un todo


que las trasciende. En otras palabras, el todo posee propiedades que no
pueden encontrarse nunca en las diferentes partes. Esta concepción refleja ei
realismo sociológico moderado que ahora prevalece, y se percibe claramente
en las obras de Pareto, de los funcio-nalisras y de los institucional istas, así
como en ias de los sociólogos analíticos contemporáneos, salvo, quizás, la de
Parsons. No comparten esa opinión los neo-positivistas, cuya posición
nominalista, es pariente cercana de la de Simmel y von Wiese. También
difiere mucho del realismo sociológico extremo de Jos marxístas, de
Gumplowicz y de Durkheim, todos ellos, desde luego, sociólogos del siglo
xix.
Los individuos que forman el grupo social están en relaciones reguladas,
de suerte que a cada persona se le adscribe una posición social definida,
llamada a veces status* A los individuos que tienen posiciones sociales
diferentes se Ies asignan papeles diferentes.
La interacción dentro de los grupos sociales tiende a la satisfacción de las
necesidades humanas. Las actividades de los grupos sociales encaminadas a
satisfacer esas necesidades, son sus ¡unciones. Las necesidades que deben ser
satisfechas dentro del marco de1 los grupos sociales se distribuyen entre
varios grupos; existe un número casi ilimitado de esquemas del modo de
disponer esa distribución. Este aspecto de la vida del grupo lo destacaron en
primer plano los funcional istas, pero, como dijimos en el capítulo 17,
tuvieron muchos predecesores.
La Interacción dentro del marco de los grupos está regulada por normas o
principios que determinan la conducta que se espera de los individuos en
circunstancias específicas. Las normas del grupo suelen ser aceptadas por los
individuos, pero también son impuestas mediante1 sanciones que se aplican
en caso de violación o infracción. El aspecto normativo de los fenómenos
sociales fue señalado por Toennies y por Sumner, independientemente el
uno del otro. Entre Tos sociólogos posteriores, han concedido la mayor
importancia a este aspecto de la vida del grupo Thomas, Parsons y Maclver.
El sistema que constituye el grupo social posee Ta propiedad de
restablecer el equilibrio o estado normal cuando sobrevienen perturbaciones
o desórdenes. Esta idea se remonta a la teoría de Pareto.
Existen muchas variedades de grupos sociales. Las diferencias más
importantes entre tipos de grupos son las que existen entre comunidades y
asociaciones, y entre grupos primarios y secundarios. La dife-
* IESM paCabn « de alo muT frecuente en lo* palis de lengua ÍOjcJcta con
la significación que le atribuye el tarto; pero es desconocida en los países de babla española
(N, del T.}.
380 CONCLUSIÓN

rencia entre comunidad y asociación, prevista por Comte, la enunció de


manera expresa Toennies y la afinaron Maclver y Sorokin. Ha recibido un
nuevo tratamiento por parte de los institucional istas, cuyas enseñanzas
llevan a identificar la asociación con los grupos sociales organizados en torno
de una idea directora. La segunda diferenciación, entre grupos primarios y
secundarios, fue señalada primeramente por Cooley y ha recibido nuevos
desarrollos en la teoría de Maclver.
Los sociólogos emplean cada vez más otra diferenriarióu, concerniente a
grupos irregulados y grupos regulados. Los sociómetras, ciertos sociólogos
de la industria y otros, se han dedicado aj estudio de los grupos irregulados
dentro de las organizaciones reguladas; independientemente, Gurvitch ha
hecho algunas aportaciones en esa misma dirección. Éste es un aspecto de la
sociología que avanza rápidamente.
Los grupos sociales manifiestan la tendencia a formar jerarquías en que un
grupo único, la sociedad omnímoda, constituye k cima. Dentro de una
sociedad hay una tendencia perceptible a ordenar los grupos menores y sus
individuos en estratos horizontales a los que se asignan socíalmence
participaciones diferentes en Ja riqueza, el poder y el prestigio. Peto ks
sociedades varían en el grado de rigidez de la distribución de los hombres y
de los grupos sociales en la escala social y en ks posiciones sociales
diferenciales de los grupos y de ks personas afectados. Actualmente k
estratificación social, nombre dado a esos fenómenos, es otro campo de
intensa investigación.
En quinto lugar, otro campo fundamental de estudio en sociología lo
constituyen los procesos sociales. En este tipo de investigación, los fenómenos
fundamentales de interacción son ordenados de acuerdo con un plan
diferente del que se usa en el estudio de k estructura social. Los procesos
sociales se clasifican atendiendo a ks orientaciones hacia ciertos fines de las
acciones que los componen.
Entre los procesos sociales, es básica en la vida social k cooperación. La
cooperación es interacción orientada a k consecución de metas comunes y
dimana de la naturaleza misma de los vínculos que mantienen unidos a fos
individuos de los grupos sociales. Se manifiesta en k solidaridad
intragrupal, que suele ser reforzada por el antagonismo con otros grupos
sociales. Comte conoció este fenómeno fundamental de k cooperación; su
estudio avanzó señaladamente gracias a Durkheim, y en k actualidad lo
fomenta principalmente Sorokin. La correlación entre la solidaridad
intragrupal y el antagonismo extra-grupal fue señalada por Sumner y lia
llegado a convertirse en tm bien conocido principio de la sociología.
LA SOCIOLOGÍA DE MEDIADOS DEL SIGLO XX 381

El contrario lógico de la cooperación, el antagonismo, se manifiesta en dos


formas principales: competencia y lucha. En algunos casos aparecen tan
estrechamente entrelazados elementos de cooperación y de lucha» que en el
estudio sociológico se hace necesario e) concepto de "procesos mixtos".
Además de esos procesos fundamentales, pueden observarse muchos
procesos sociales secundarios. Los procesos fundamentales han sido
estudiados por muchos autores, entre ellos Simmel y los ecólogos sociales.
Pero el análisis de los procesos secundarios no está suficientemente
avanzado, debiéndose las principales aportaciones hasta ahora a von Wiese y
a Gurvitch.
En sexto lugar, otro campo de primordial importancia en los estudios
sociológicos es la cultura, a la cuai suele considerarse como la suma total de
modos de pensar y de obrar relativamente estables y normados que operan
en una sociedad dada. En relación con la cultura, están establecidas por lo
menos las siguientes proposiciones fundamentales:
Todos los elementos de la culrura están funcionalmenre relacionados
entre sí; en otras palabras, las manifestaciones culturales particulares se
unifican en sistemas. Pero esa unificación nunca es perfecta, como lo han
demostrado de manera especial Sorokin y algunos funcional istas
moderados, como Merton.
Entre los muchos determinantes de la cultura se cuentan el clima, el suelo,
la densidad de población, el nivel del progreso técnico y la "vecindad social",
es decir, el tipo de cultura que prevalece en la sociedad b las sociedades con
las que está en contacto una cultura dada. Pero no hay un solo determinante
de la cultura al que pueda atribuirse el predominio. Este punto de vista
representa un cambio decisivo respecto de las ideas que aún prevalecían a
principios del siglo. Las sociologías monistas o de factor único, ya sea
económico, racial, geográfico, demográfico, etc., están muertas ahora, O
andan muy cerca de estarlo. Se admite que casi todos esos factores en otro
tiempo predominantes desempeñan papeles definidos en la formación y
desenvolvimiento de la cultura; pero esos papeles son desempeñados en
complicada interacción unos con otros. A los diversos determinantes ya
señalados en la sociología del siglo xix se ha añadido el factor ecológico.
Pero esos diversos determinantes de la cultura no suponen una
determinación estricta de la vida social. Las sociedades poseen un amplio
margen de libertad, aunque las posibilidades de elegir no
382 CONCLUSIÓN

sean ¿limitadas. Las cosas elegidas durante las primeras fases de desarrollo
de una cultura reducen el margen de libertad relativa para elegir otras cosas;
las cosas elegidas en un aspecto de la cultura limitan el margen de libettad
relativa para elegir en otros aspectos.
Los rasgos que constituyen una cultura son instrumentos para ja
satisfacción de necesidades social y colturalmente admitidas de los
individuos de la correspondiente sociedad y de los grupos que la forman.
(Pero, como han señalado Merton y otros, la investigación puede revelar que
ciertos rasgos no son funcionales o son disfuncionales.)
Los sociólogos suelen señalar una especie de interacción circular entre el
individuo y su cultura (y también su sociedad). La personalidad del
individuo es moldeada por la cultura que distingue a la sociedad a la cual
pertenece. Ese moldeamiento se realiza a través de ciertos agentes de
socialización, el más importante de los cuales es ¡a familia. Pero la
socialización nunca es completa. Además, la mayor parte de las culturas —si
no todas en cierto grado— dejan a los individuos cierto margen de libertad e
iniciativa. A base de esta última, los hombres ejecutan acciones que tienen por
consecuencia cambios en la cultura.
En séptimo lugar, el cambio en la cultura y en la estructura social constituye
el cuarto campo importante de estudio de la sociología.
Los mecanismos del cambio social y cultural son bien conocidos desde los
días de Tarde, y consisten en la invención, en la aceptación de h invención y
en su difusión. Muchas proposiciones de detalle concernientes a las
circunstancias de la invención, así como de la aceptación y difusión de las
invenciones, pertenecen al dominio común de la sociología y de la
antropología cultural contemporáneas.
Puede definirse cada cultura como una acumulación de invenciones
tecnológicas, ideológicas y sociales. En cada sociedad esta acumulación, es
selectiva y por lo tanto única, y no repite nunca exactamente las
acumulaciones hechas en otras sociedades. Por esto cada cultura tiene su
propio estilo, así como cada hombre tiene su personalidad distintiva.
No existe acuerdo general en cuanto a las uniformidades que caracterizan
a las tendencias de gran alcance en el cambio social y cultural. Pero una cosa
está definitivamente establecida: el evolucionismo anticuado, que requería el
estudio de un proceso único e irreversible formado por etapas
predeterminadas, lia desaparecido del trabajo sociológico. Sin embargo, es
posible la fusión de las opi
LA SOCIOLOGÍA DE MEDIADOS DEL SIGLO XX 383

niont'S expuestas por diversos sociólogos, ateniéndose a las premisas


siguientes: Los aspeaos tecnológicos y económicos de la cultura se
desarrollan de acuerdo con la norma de la acumulación interrumpida por
retrocesos; otros aspectos de la cultura, en especial el intelectual y el estético,
están sujetos a fluctuaciones cuantitativas a Ja manera de altibajos, y a
fluctuaciones cualitativas en el estilo. Sugieren estas generalizaciones las
obras de Sorokin, Alfred Weber y otros, estudiadas en nuestro capítulo 20.
En oaavo lugar, los anteriores enunciados no forman tina teoría
sociológica. No hacen más que esbozar una zona de acuerdo que, en algunos
respectos, comprende ¡as opiniones de la mayor parte de ¡os sociólogos más
destacados actualmente, pero que, en otros respectos, sólo es una opinión
mayoriraria no compartida por las minorías, minorías que en algunos casos
ejercen gran influjo.
1^ existencia de una zona de acuerdo o, cosa muy parecida, de con-
vergencia entre las diferentes tendencias de la sociología, luí sido reconocida
muchas veces en Jos últimos años. El amor de esras líneas, por ejemplo, citó
este hecho en 195Q; 1 en 1955 fue secundado por George Lundberg, que se
refirió a "k convergencia. . . de puntos de visca que hasta tiempos muy
recientes eran considerados como absolutamente inconciliables por muchos
estudiosos".- La "convergencia" de Lundberg está formada en gran pane por
proposiciones formuladas por neo-positivistas (en especial las suyas y de
Dodd), por fundonalistas (en particular por Merton), y por los sociólogos
analíticos que se agrupan en torno de Parsons. Según Lundberg, Merton y
Parsons se han dedicado durante algún tiempo a investigaciones plenamente
comparables a la posición y los programas propugnados por todo
neo-positivista bien informado, y que constituyen aportaciones a esa
posición y esos programas. Además, Lundberg parece ansioso por establecer
un universo común de entendimiento entre el mismo y un autor católico tan
destacado como Paul Furfey;3 lo que, según. Lundberg, Ies separa es la
aceptación o k exclusión del "alma", k cual equivale al antiguo flogisto para
Lundberg, pero no para Furfey.

■a—'Swiülopical Theory Today" ("Li recría tocinlógica en la actual i - ■ ■ por N-


S - Timaiheíf. en Am. C*th. Sat. R*v„ TÜL I I ( 1 9 5 0 ) .
1 "The Natural Science Tircd in 5............... i - " ("Tendencia Je Ea ciencia natural en
la S'" L i! ■ ■ i .i ta A*». Jour- Soer, VDL 6 1 ( 1 9 5 5 ) , pp. 191-202; *éaíc también "Same Convergente
in Soctalogicai Theorr" ("Alguna* convergencia* en la teoría Fociologica") en Atn. Jum. Soc,
voL 62 ( 1 9 5 6 ) . pp. 21-27.
» Tb$ Stop* and Mtibod o f Sotioto¡y (Homoni* y método da U Sacioiogté) Nixcva York,
Ha/per, 1 9 5 * .
332 CONCLUSIÓN

Pueden presentarse más ejemplos del movimiento de convergencia. Así, se


ha hecho por lo menos un intento para comprobar y desarrollar por
razonamiento matemático algunas de las hipótesis de George Homans/ Por
otra parte, según lo ha señalado Lundberg, Parsons y Bales han formulado
cuatro "leyes" de acción social, tres de las cuales son prácticamente idénticas p.
las de La mecánica clásica, cosa muy consecuente con "la tendencia de la
ciencia natural en sociología".
Pero debemos mirar con precaución esas tendencias. Porque aun en "la
zona de acuerdo" existen muchas diferencias en ia presentación de los
resultados fundamentales. Los cuatro campos principales de estudio
sociológico esbozados arriba, y sus subdivisiones, forman un sistema
unificado, de suerte que no es posible entender una cualquiera de sus partes
sin conocer las otras. Es posible, no obstante, destacar algunos aspectos o
sectores del sistema a expensas de los demás, por ejemplo el interactivo
(cinético), o el normativo, o el funcional, o una combinación de dos de ellos o
de los tres; o, como hacen muchos antropólogos, puede partirse del concepto
de cultura ¡ como concepto clave. De esta manera pueden aparecer, y
aparecen, | variedades de teoría sociológica que, a primera vista, tienen poco
en común, pero que, sin gran dificultad, pueden reducirse las unas a las otras.
Por otra parte, persiste la confusión en la terminología. Se emplean las
mismas palabras para designar aspectos diferentes de la realidad social y
cultural; en otros términos, las mismas palabras muchas veces expresan
conceptos diferentes, y el mismo aspecto de la realidad sociocultural en
ocasiones es designado por dos o más palabras distintas; es decir, que un
mismo concepto recibe a veces nombres diferentes. Esta confusión
terminológica se encuentra con frecuencia hasta en los escritos de un mismo
autor. Además, rara vez están definidos los conceptos de acuerdo con las
exigencias lógicas: en las definiciones aparecen muchos rasgos redundantes.
Por otra parre, en muchos casos es difícil saber si un autor expone una defi-
nición que ha de usarse como instrumento para la identificación y el análisis
de fenómenos #>ciocuItiirales, o si predica las propiedades de fenómenos
definidos en algún otro lugar.
Estas dificultades terminológicas podrían superarse fácilmente. Más graves
parecen los desacuerdos concernientes a métodos. Hasta el
* "A Formal Theory of Interacríon ín Social Grcraps" ("Teoría formal d* la En-reracción en lo*
grupo* sociales") por Hcrbcií Simón, en Am. Son. fffí., voL 17 ( 1 9 5 2 )
LA SOCIOLOGÍA DE MEDIADOS DEL SIGLO XX 385

tiempo presente, no se han resuelto los altercados entre los cuantita-tivistas y


sus adversarios, ni las discusiones entre los behavioristas y sus rivales. Las
desavenencias se acentúan, además, por problemas relativos a ¡as
definiciones funcionales y al procedimiento del vers-tehen. Pero estas
diferencias no parecen ser insuperables.
Muy pocos son los sociólogos que niegan hoy que la enumeración, la
medición y los procedimientos estadísticos refinados sean técnicas deseables
para usarlas en toda investigación, cuando puedan aplicarse razonablemente.
Los cuantitativistas, con raras excepciones, están de acuerdo en que una
fórmula matemática o un coeficiente de correlación no es la meta final de la
investigación. En ciencias sociales, como en ciencias naturales, debemos estar
capacitados para interpretar los resultados expresados en esos términos.
Creemos que, en este punto, el espléndido análisis que hace Max Webet de la
comprensión en el plano de causalidad y de la comprensión en el plano de la
significación, podría producir la reconciliación, si fuera bien entendido y
ampliamente conocido.
Muy pocos sociólogos desconocen la importancia de las descripciones
behavioristas de la conducta humana, en la medida en que son
sociológicamente significativas. Pero hoy sólo una minoría de sociólogos está
en desacuerdo con la proposición según la cual los estados mentales se
revelan recíprocamente el uno al otro mediante el proceso de la
comunicación simbólica, punto tan brillantemente expuesto por Znaniecki.
Siempre que los estados mentales son sociológicamente significativos y
pueden expresarse sin ambigüedad en forma verbal, parece casi absurdo
recurrir a subterfugios behavioristas.
El funcionalismo extremado es raro; pero muchos sociólogos están de
acuerdo en que las definiciones sociológicas debieran ser moderadamente
funcionales, conteniendo rasgos directa o indirectamente observables, ya en
el plano de la conducta exterior, ya por introspección.
Es verosímil, por lo tanto, que con buena voluntad y un esfuerzo
continuado, pueda formularse una teoría sociológica comúnmente aceptable
en un futuro no demasiado remoto. No quiere decir esto que llegará un día
en que todos los sociólogos estarán de acuerdo entre sí. Situación semejante
no existe en las ciencias naturales, ni es de desear en ninguna ciencia. Pero
quizás no esté lejano el tiempo en que todos los sociólogos hablen e! mismo
lenguaje y, eu consecuencia, compartan un universo real de razonamiento, lo
cual es un requisito de toda ciencia.
Aún ahora, a pesar de que todavía no ha llegado a ser una ciencia
386 CONCLUSIÓN

plenamente madura, la sociología teórica ha avanzado lo suficiente para


proporcionar una base mucho mejor que hace cincuenta años a k
investigación en campos especializados. Han aparecido nuevas
especialidades, como Ja sociología del conocimiento, ia sociología de la
religión, k sociología del derecho y la sociología de k industria. El hecho de
que hayan aparecido como ramas de la sociología, y no como encabezados
nuevos en la lista de las ciencias sociales concretas, atestigua la existencia de
un cuerpo central de conceptos, de un punto de vista generalmente
admitido, de una perspectiva prometedora. Ik teoría sociológica mantiene
juntas esas especialidades.
La convergencia de las tendencias es un hecho en sociología, pero k
unificación de la teoría sigue siendo una meta, un ideal. Sin embargo, otro
movimiento unífkador, aunque en un plano diferente, ha estado en marcha
durante varios años. Es el llamado enfoque interdisciplinario, o de
aproximación entre ciertas disciplinas, que tendía a conseguir el
entendimiento y la colaboración entre k sociología y las ciencias vecinas, en
especial k psicología social y la antropología cultural. Ese movimiento fue
estimulado por k creación en 1947, de un Departamento de Relaciones
sociales en k Universidad de Harvard, departamento que comprendía esas
tres disciplinas (y k psicología clínica). Bajo k dirección de Parsons,
presidente del departamento hasta tiempos recientes, algunos de sus
miembros han colaborado en k colección de artículos titulada Hacia una
teoría general de ¿a acción (véase capítulo 18), cuyo objeto fue la formulación
de una teoría que sirviera de base común a las tres ciencias. Pero, como han
observado algunos críticos, salvo el extenso trabajo de Parsons y Edward
Shik, ks demás colaboraciones del volumen no son ejemplo de un alto grado
de unificación teórica. Por lo demás, es muy dudoso que k psicología ceda
en favor de una disciplina nueva una parte tan extensa de su provincia como
es la teoría de la acción.
Actitud más modesta caracteriza a otra colección de trabajos titulada Por a
Science of Social Man (Para una ciencia del hombre social, 1954), editada por
_fohn Gillin. En este caso, los colaboradores, dos sociólogos (Parsons y
Howard Becker), dos psicólogos y dos antropólogos culturales, además del
editor, intentan evaluar las influencias interactivas, tanto cooperativas como
antagónicas, entre k sociología y k antropología, k sociología y k psicología,
y k psicología y La antropología. Cada capítulo por sí es informativo, peto el
conjunto revela que ia meta de la teoría intetdisciplinaria de aceptación
LA SOCIOLOGÍA f>E MEDIADOS DEL SIGLO X X 387

iQmún probablemente no se alcanzará pronto, porque no sólo en


sociología hay escuelas y tendencias diferentes, sino también en psicología
y en antropología cultural. Por consiguiente, loa esfuerzos encaminados a
la unificación se hallan ante muchas posibilidades contrapuestas,
especialmente difíciles en los dos campos en que el unifieador no se
encuentra del todo en su casa. Gillin cree que una teoría general puede
hacer uso de aportaciones seleccionadas de las teorías mis especiales. Pero,
¿sería sólida una unificación conseguida de esa manera ecléctica? Por otra
parte, la determinación de !.i compatibilidad y la complementar ¿edad de
teorías diferentes formuladas en los tres campos puede desempeñar un
papel importante en la competencia entre las varias tendencias dentro de
la sociología misma: las tendencias más adecuadas para La unificación
intcrJUríplmafia recibirían especial atención y prevalecerían sobre las más
particularistas. De este modo, la actitud intcrdiiriplinara. aunque quizás
un poco prematura, podría contribuir i formular una rcorla sociológica
unificada.
APÉNDICE

NOTA PARA Et MAESTRO

Existe en los medios académicos una antigua y venerable tradición según ia


cual el estudiante debe conocer el desenvolvimiento histórico de la disciplina
en ía cual se especializa. Una de las finalidades de este libro es ayudar al
estudiante a cumplir con ese requisito y ayudar al maestro a llevar a los
estudiantes ese conocimiento. Dependiendo en parte del grado a que aspiren
(bachiller, licenciado, doctor), todo el material contenido en este volumen
debe ser estudiado o leído seleccionando las partes que estén de acuerdo con
las preferencias teóricas del maestro.
Independientemente del nivel de los estudios, el libro de texto debe ser
complementado con lecturas directas de las fuentes primarias, esto es, de las
obras examinadas e interpretadas en este volumen. Un modo eficaz de
realizar este aspecto del programa es hacer que los estudiantes lean varias
obras clásicas o con algún valor representativo en el campo de la
especialidad.
El número de lecturas recomendadas no puede ser grande y depende
también del nivel de Jos estudios. Las lecturas deben distribuirse entre obras
escritas durante los diversos periodos de la historia de ía teoría sociológica»
de suerte que cada estudiante perciba directamente la diferencia entre las
teorías más antiguas y las posteriores. Además de leer las fuentes primarias,
Tos estudiantes que aspiran a grados avanzados debieran leer algunas
fuentes secundarias relativas a los autores seleccionados para estudio
especial. Numerosas lecturas, tanto de fuentes primarias como secundarias,
van consignadas en las Indicaciones para lecturas de ampliación que siguen a
esta nota.
Mientras los estudiantes candidatos a grados superiores deben haber leído
completas algunas obras clásicas o representativas por algún concepto, para
los que aún no van a graduarse pueden bastar algunas partes seleccionadas
de libros de lecturas. Jos cuales serán de utilidad también a los estudiantes
graduados para familiarizarse con la manera de pensar y de escribir de ios
autores cuyas obras no han estudiado en los textos origínales. Entre los
libros de lecturas de que puede disponerse ahora se cuentan Sociohgical
Theory: Present-Day Sociology from the Past (Teoría sociológica; la Sociología
actual y sus antecedentes) (Nueva York, Knopf, 1956), por E. F. Borgatta y H. J.
Meyer, el cual, como indica el subtítulo, estudia las aporta
APÉNDICE

clones de ios siglos xix y XX; y Sociological Theory: A Book o f Readmgs (Teoría
sociológica: Textos) (Nueva York, Macmülan, 1957), por L. Coser y B.
Rosenberg, que contiene selecciones de ios iniciadores, de sus sucesores y de
nuestros contemporáneos. Ninguno de los dos libros de lecturas está
ordenado de acuerdo con el plan de este volumen; pero ni el maestro ni el
estudiante hallarán ninguna dificultad para usarlos como material auxiliar
de estudio.
Como la teoría sociológica es materia de difícil estudio, son muy
convenientes Jas recapitulaciones o resúmenes. Es aconsejable disponer
algunas veces la recapitulación en un orden diferente al que se siguió en el
curso. Este orden puede ser cronológico, geográfico o sistemático. Para
facilitar la recapitulación, se ofrecen en este volumen dos sinopsis, una
cronológica y otra geográfica. La cronológica puede emplearse para
oganizar disensiones en torno de remas como éstos: ¿Que ¡deas nuevas
aparecieron en el horizonte de los sociólogos entre 1901 y 1905? ¿O enrre
l?4ó y 1956? Tomando como base la sinopsis geográfica, puede pedirse a los
estudiantes que, por ejemplo, relacionen los puntos de vista sociológicos con
Jas condiciones de vida en las diferentes naciones en que nacieron y
subsisten.
Especialmente con estudiantes de cursos avanzados pueden obtenerse
excelentes resultados con el examen del desenvolvimiento histórico de las
ideas concernientes a los problemas fundamentales de la teoría sociológica
que presentamos en el capítulo 1. Para, asignar a los estudiantes este tipo de
tarcas pueden usarse con buenos resultados los índices de autores y de
materias de este libro.

SUGESTIONES PARA LECTURAS COMPLEMENTARIAS *

El propósito de las lecturas que se indican a continuación es ayudar a los


estudiantes a seleccionar las obras de los maestros de la sociología que
siguen siendo parricuTanuente importantes, y ciertas fuentes secundarias
que constituyen estudios inteligentes y críticas adecuadas, o ambas cosas a
la vez, de las teorías individuales.

Capítulo 2 (COMTE). NO existe hasta ahora una versión española completa


del Curso de Filosofía Positiva, de Comte. Será útil, sin embargo. Ja lectura de
sus Primeros ensayos (F.C.E., México, 1942. Trad. de Francisco Gincr de los
Ríos). Para todo el pensamiento de

* En la adaptación de «la» sugestione* a la bibliografía «isieme en «panol hemos fnníado


coa ia valiosa colaboración del Dr. Francisco Lóprz Cántara. [F,|
APÉNDICE Í89

Cocncc, « fundamental el libro de F. S- Marvin, Comte (1 ( 1 Mea


ra, 1941. Trad- de Salvador Echevarría). Pueden vene, igualmente; G.
Gurvitch, Tres capítulos de la historia de la Sociología; Comte, Marx y Spencer
(Ed. Galaica, Buenos Aires, 1955. Trad. de Horacio Crespo); Fausto
SquiLlacc, tas doctrinas sociológicas. T. El. 3* parte, cap. 1 (La España
Moderna, Madrid, si. Trad. de Eduardo Ovejero); y, en fin, H. IL flirncs Y
H, Becker, Historia del pensamiento social. T.I.cup. XV (mi.lMiifíL
1945.Trad.dc Vicente Herrero).

Capítulo i (SPENCER). LOS estudiantes interesados en la teoría de


Spencer deberán leer sus Primeros Principios, uí como la Ahre-t ta fura de sus
Principios de Sociología (Revista de Occidente, Buenos Aires, J947. 2 voU.
Preparada por Fernando Vela). Es fundamental el libro de J. Kummey,
Spencer ( I 1 Meneo, 1944. Trad. de Tomas Muñoz Molina). Léanse
igualmente: G. Gurvitch, op. cit., 9* Conf.; Bornes y Becker» op. cit„ cap.
XVlII.

Capitulo 4 (OTROS INICIADORES). Sobre Le PUy, puede verse el capítulo que


le dedica P. Sorokin en su obra Teorías sociológicas modernas. (Buenos Aires,
lid. Dcpalma, 1951.) Sobre el marxismo, habrá que leer: Manuscritos
económico-filoso fieos de 1844* Nu existe hasta hoy una versión española
completa de este trabajo fundamental, edición publicada bajo el título
Economía política y filosofía, Ed. América, México, ly ■' ■. no puede utilizarse
por ser incompleta y súmanteme defectuosa. No incluye, desde Juego, el
capítulo sobre El trabajo enajenado, que es decisivo para Ja comprensión de Ja
sociología marxista. Dicho capítulo puede leerse, sin embargo, en una
primera versión completa, aunque provisional» en la revista Ciencias Políticas
y Sociales, UNAM, México, N 22, octubre-diciembre de i 960, traducido por
Francisco López Cámara. El texto de Marx va precedido de un estudio,
también de Francisco López Cámara, sobre El concepto de enajenación en los
orígenes de ia sociología marxiste. La tercera parre de los Manuscritos ha sido tra-
ducida ul español bajo el título Critica de la dúd¿ctk.i y la filosofía /Tsegelianas en
general [Cf. K. Marx, La Sagrada Familia y otros aicri-tos. Ed. Grijaibo, México,
1959- Trad. de Wenceslao Roen]. Debe verse también: K. Marx y I Engcls, Ls
ideología alemana (Ed- Grr-jalbo, México, 1939); K. Marx y F. Engels, El
Manifiesto Comunista: en fin, F. Engels. El origen de la familia, la propicJ.id privada
y el Estado (hay varias ediciones españolas)- Sobre Morgan, habrá que
392 APÉNDICE

leer su Sociedad Primitiva (Ed. Pavlov, México, s.í. Edición preparada por
Alfredo L. Palacios). Sobre Morgan y Tylor, es conveniente leer: Robert H.
Lowie, Historia de la Etnología, caps. VI y VII (ECE, México, 1946. Trad. de
Paul Kirchhoff).

Capítulo 3 (DAHWÍNÍSMO SOCIAL). De Bagehot existe en español su obra


Leyes científicas del desarrollo de las naciones (La España Moderna, Madrid, si.).
Sobre Bagehot consúltese también; Bornes y Becker, op. ctU, T. I, p. 690. De
Gumplowicz habrá que leer: Lucha de razas y Compendio de Sociología
(editadas ambas por La España Moderna, Madrid, si.). Sobre Small puede
verse, V- Squillace, op. ctt., T. II. cap. único). Sobre Ratzenhofer, cf. Barnes y
Becker, op. cit-, cap. XIX.

Capítulo 6 (EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO). De Lester F. Ward véase;


Compendio de Sociología (Francisco Bcltrán ed., Madrid, 1929-Trad. por Adolfo
Posada). De F. H. Giddings existen en español: Principios de Sociología y
Sociología inductiva (publicadas ambas por La España Moderna, Madrid, si.).
Sobre estos dos grandes sociólogos norteamericanos será conveniente leer a
F. Squillace, op. cit., % II, 3» parte, cap. I).

Capítulo 7 (OTROS EVOLUCIONISMOS Y EL ÜRGANJCISMO). ES fundamental la


lectura de Th. Veblen, Teoría de la clase ociosa (F.CE., México, 1951. Trad. de
Vicente Herrero). Sobre Veblen debe leerse: J. A. Hobson, Veblen, (F.CE.,
México, 1941. Trad. de Adolfo Sánchez Vázquez.) De NOVICQW existen en
castellano: El porvenir de la raza blanca y Conciencia y voluntad sociales (editadas
ambas por La España Moderna, Madrid, si.). Sobre el pensamiento de los
organicistas Schaffle y Lilienfeld, puede leerse F, SquiJlace, op, cit.r T. II.
parte, cap. únko) y Barnes y Becker, op. ch., T. I, cap, XVIII. Sobre Fouillée,
habrá que ver su obra: La ciencia social contemporánea (La España Moderna,
Madrid, si.).

Capitulo 8 (COMIENZOS DE LA SOCIOLOGÍA ANALÍTICA). Hay versión


castellana de las obras de Toennies; Principios de sociología (F.CE, México,
1942. Trad. de Vicente Llóreos) y Comunidad y Sociedad (Buenos Aires,
Avellaneda Anscghino, 1947). De G. Simmel debe leerse su Sociología,
Estudios sobre las formas de socialización. 2 vols. (Espasa-Calpe Argentina,
Buenos Aires, 1939- Trad.
APÉNDICE

de J. Pérez Bances). Sobre la sociología formalista de Toennies y Simmel, ct


Leandro Azuara Pérez, El formalismo sociológico (Cuadernos de Sociología.
Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, México, s.f).

Capitulo 9 (ÜURKÍIEIM). De las obras de Durkheim, habrá que leer: Las reglas
del método sociológico, Dt división del trabajo social y El suicidio* Es fundamental
el libro de Harry Alpert, Durkheim Í&CE., México, 1945. Trad. de José
Medina Echavarría).

Capitulo 10 (EL SUBJETIVISMO RUSO). Sobre k escuda subjeti-vísta rusa


puede leerse el trabajo de M. Laserson, "La sociología rusa", en La sociología
en el siglo XX, publicada por Gurvitch y Moore (El Ateneo, Buenos Aires,
1953) .

Capitulo 13 (PARETO). Sobre Pareto, es fundamental Ja lectura del libro de


Franz Borkenau, Pareto (F.CE., México» 1941. Trad. de Nicolás Dorantes). De
la propia obra de Pareto, bastará con leer su Tratado de Sociología General.

Capitulo 14 (MAX WEBER). De Weber puede leerse, desde luego, su obra


monumental, Economía y Sociedad (F.CE, México, 1944. Trad. de José Medina
Echavarria, Juan Roura ParelU, Eduardo Garda Máyuez, Eugenio ímaz y
otros). Para una interpretación de conjunto sobre la obra de Weber, véase el
libro de Raymond Aron, /_d sociología alemana contemporánea. Cap. III
(Editorial Paidos, Buenos Aires, 1953. Trad. de Carlos A. Fayard), así como
el de R. H. Tawney, La religión en el orto del capitalismo.

Capitulo 13 (NEOPOSITIVISMO). Hay versión española del libro de


Lundberg, Técnica de la investigación social (F.CE., México, 1949. Trad. de José
Miranda).

Capitulo 17 (EL PUNTO DE VISTA FUNCIONAL). Para conocer una versión


importante del punto de vista funcional, pueden leerse las obras de
Malinowski: Teoría científica de la cultura y Argonautas del Pacífico Occidental,
así como la obra fundamental de Robcrt Redfidd, Yucatán: una cultura de
transición (F.CE., México, 1?44. Trad. de Julio de la Fuente).
394 APÉNDICE

Capitulo 18 (SOCIOLOGÍA ANALÍTICA) . De Sorokin pueden leerse sus


libros: Sociedad, cultura y personalidad, Estratificación y
movi-Jidihl social (Ins cínico de Investigar.iones Sociales, UNAM,
México,
1956. Trad. de Angela MüJler Montiel) y Estructura mental y energías
del hombre (Ibidem), De Znaniecki existen en español: El papel social
del intelectual (I'.CE., México, 1944. Trad. de Ernestina de Oiartipourcin)
y Las sociedades Je cultura nacional y sus relaciones
(El Colegio de México. Jornadas, 24. México, 1944). De Maclver,
Sociología (Buenos Aires, Ed. Tccnos, 720 pp.) y Causación social
(F.CE., México, 1949- Trad. de Moisés González y Eugenio lmaz). En fin, de
G W. Mills, La élite del poder (F.CE, México, 1960. Trad. de Florentino
M. Torner y Ernestina de Champourcin) y La imaginación
sociológica (F.CE, México, 1961. Trad. de Florentino M. Torner)

Capitulo 19 (ESCUELAS MLOSÓI-ICAS) . Sobre Vierkand, c£ Bornes y


Becker, op. cit., 1". IÍ. cap. XXITL De Gurvitch pueden leerse en español:
Sociología del derecho (Argentina, 1945) y La vocación actual
de la sociología (F.CE.. México, 1953. Trad. de Pablo González
Casanova, Max Aub y Sirululfo de lu-Fuente).

Capitulo 20 (SOCIOLOGÍA HISTÓRICA). De A. Toynbee existe en


español la edición abreviada de su obra Estudio de la Historia (Ed.
Emccc, Buenos Aires, 1956) De Alfred Weber, puede leerse su Historia
de la cultura (F.CE., México, 19 Í8. Trad. de Luis Rccast-ns Siches).

Capitulo 21 (SUPERVIVENCIAS I RENACIMIENTOS ). Sobre el


neo-positivismo y la sociología francep posterior a Durkheim, debe verse
Humes y Becker, op. ctt., T, II, cap. XXII. De Wiese puede leerse su
Sociología. Historia y principales problemas (Ed. Labor,
Barcelona-Buenos Aires. 1932, Trad. de Rafael Luengo Tapia). Sobre Wíese:
Luis Recaséns Síches, Wiese (F.CE., México, 1943).
ÍNDICE GENERAL

Prefacio . . .........................................................
• ................................................................................................... 9

r> Primera par te INTRODUCCIÓN

Capítulo 1. El estudio de las teorías sociológicas . . . 15


¿Qué es la teoría sociológica? . .■- . . - - 22
Cómo estudiar teorías sociológicas..................................................... 25

Segunda parte

LOS INICIADORES

Capítulo 2. Auguste Comte . . . .'. . . . ." 31


Francia, a principios dd siglo xix . . . . . . . 31
Vida de Comte ..................................................................................... 32
Premisas fundaméntale^ ................................................................... 34
La ciencia de la sociología . . . . . . . . . 36
Metodología ............................................... . i 37
Sociología estática y dinámica....................................... 39
Estática: consenau, 40; Estática: estructura social, 41; Dinámica: los
factores del progreso; 43; Dinámica: Us etapa* dd progreso, 44
Juicio retrospectivo de Comte . ..................................................... 45

Capítulo 3. Herbert Spencer....................................................................... 49


Obras de Spencer , . . . - .i. .', . . 49
La icona evolucionista . . . . . . . . . . 51
La ciencia de La sociología . , . , ¿ . . , . 33
La analogía orgánica ..................................................................... i 55
I... sociedad y las fases de La evolución . . . . . 58
Ei principio de no intervención . . . . . . . 60
Juicio retrospectivo de Spencer . ¿ 61

Capítulo 4. Otros iniciadores . * ............................................... 64


Quételet; El enfoque estadístico . . . . . . . 64
Le Play: Primeros estudios de casos particulares . . . 65
Marx; Determimsmo económico ........................................................ 68
¡ M UI I i , l N'EJUl

Tylor y Morgan: Monismo tecnológico............................................ 71


Gobincau: Detcrmin ismo racial . ■ •'. . . - 72
Buckle: Monismo geográfico . . . . . . . . 74
Danilevsky: Una primer alternativa respecto del evolucio-
nismo .......................................................... 75
Conclusión de la segunda porte.......................................... 78

Tercera parte

APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

Capitulo 3. Darvinismo social .................................................................. 83


Bagehot ....................................... 84
GumpJowicz ................................................................................. 85
Ratzenhofer ................................ I ........................................ * 88
Small........................................................... 89
Sumner ................................................................................................. 91
Juicio retrospectivo del darwinismo social ....................................... 96
Capitulo ó. Evolucionismo psicológico *........................................... 99
Vida f obra de Ward . . . ' .............................................. 99
Postulados fundamentales ................................................................. 101
Sociología: Su división y método ...................................................... 102
Génesis y telesis ................................................................................... 104
Juicio retrospectivo de Ward............................................................... 107
Conceptos fundamentales de Giddings . . . . . . 109
Sociología: Su naturaleza y sus métodos ..........................................
................................................................................................................ 1 1 1
Estática y cinética ................................................................................. 113
Dinámica . .............................................................. 114
Juicio retrospectivo de Gnldings ....................................................... 116
Capitulo 7. Otros evolucionismos y el organkismo . , ,
11
8
Loria: Evolucionismo económico .......................................................
................................................................................................................ 1 1 8
Veblen: Evolucionismo tecnológico .................................................. 119
Coate: Evolucionismo demográfico ................................................... 121
Kidd: Evolucionismo religioso . . . . . . . . 122
Novkow ........................................................................... . . r 122
Versiones del organkismo ........................................................... 124
Resumen ......................................................................... 127
Capitulo 8. Comienzos de la sociología andino 129
Toennies................................................................................................ 129
ÍNDICE GENERAL 395

Simmel ' . , . , . - - V ' - * ♦ *,


Tarde ..................................................................................................... 136
Juicio retrospectivo de láS primeras teorías analíticas . . 139
Capitulo 9- Émilc Durkheim ...................................................................... 14
Estudio de los hechos sociales ............................................................. 141
Fuerzas colectivas en la vida social , 144
Interpretación social de la religión ..................................................... 148
Aportaciones a la metodología ........................................................... 150
Tipología social ......................................................................* 153
Juicio retrospectivo de Durkheim ....................................................... 154
Capitulo 10. El subjetivismo ruso ............................................................. 156
Lavrov-Mírtov . . . . ................................................... 156
Mikhailovsky...................................... . .................................. 158
Yuihakov y Kareyev ^ 159
Juicio retrospectivo del subjetivismo . . . . . . 160
Conclusión de la tercera parte ............................................................ 161

Cuarta parte

BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA

Capítulo 11. Decadencia del evolucionismo y aparición del


neopositivismo . . . . . - . . . . . 169
Últimas manifestaciones del pensamiento evolucionista , 169
El reto empírico al evolucionismo ...................................................... 173
Las raíces del neopositivismo . . . . . . . . . 17ó
Evolucionismo y neopositivismo combinados; Últimas ¡deas
de Giddings . . . . . . ■ - t7^
Capítulo 12, Charles H. Cooley y W. I. Thomas . . . . 181
Charles H. Cooler ./ ............................................................... 18^
Teoría orgánica de Cooley, 183; El yo, el grupo primario, U cl&K y la
casta, 135; Resumen y perspectiva, 186
William I. Ihomas . . . . . . . , , . . 188
Metodología. 139; El enfoque situación?! y el esmdiü de la acción, 190;
Desorganización individual y social, 193; Los cuatro deseos, tipos de
personalidad, documentos personales, 194; Resumen y crítica, 197

Capítulo 13- Vilfredo Pareto.................................................................... 202


Pareto y sus escritos ............................................................................. 202
396 ÍNDICE GENERAL

LA sociología y sus métodos . . . . . . . . 203


El sistema social: Su estructura y dinámica . 201
IA circulación de minorías o "élites" ................................................ 209
Resumen y crítica . . . . . . . . . . . 210
Capitulo 14. Weber . ■ ............................................................. 213
Weber y su obra ............................................................ 213
El fondo de b sociología de Weber ........................................... '. 214
LA comprensión causa! y el proceso histórico . 2 1 6 La
comprensión en el plano de la significación y la acción
humana . . . . . . . . . . . . . 220
Relación entre Ja causación y la significación . . . . 224
EJ ripo ideal o puro: Su naturaleza y aplicaciones . ♦ 225
Probabilidad............................... ? J ............................................. 229
Sociología de Weber: En Los principios y en la practica . 230
Resumen y critica................................................................................ 231
Conclusión de la cuarta parte .................................................... 233

Quinta parte

CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS EN LA ÉPOCA


CONTEMPORÁNEA

Capitulo 13. N'copositivismo . . . . . . . . . 241


George A. Lundberg ........................................................................... 242
Stuart G Dodd . .................................................................................. 247
El ala matemática del iicupusiuviscio . . , .. 2 5 1
William R Ogburn y F, Stuart Chapia . . . , . 257
Resumen y critica ............................................................................... 261
Capitulo 76. Ecología humana y sociometría . . . . 266
Ecología humana ...................................... „ ....................................... 267
Sociometría ........................................................................................ 270
Resumen y critica . . . . . . . . . . . 274
Capitulo 17. El punto de vista funcional . . . . . . 276
Génesis y alcance dd punto de visa funcional , , 276
Algunas obras importantes del estilo funcional . , . 279
Hacia una teoría funcional sistemática . 283
Resumen y crítica ............................................ * • . , , 288
Capítulo ¡8. Sociología analítica .............................................................. 292
J'jrir jjn A. Sorokin'.......................................................................... 293
ÍNDICE GENERAL 397

Takott Parsons . . . . . . . 301


Florian Znaniecki 311
RobertM. Maclver- .......................................................... '■ . . - 314
Homans, Gerth y Müls ........................................................................ 320
Resumen: Convergencia en la sociología analítica . . 322

Capitulo 19. Escuelas filosóficas ............................................................... 325


l.¡ escuela institucional: Etapa platónica , * ■ , . » * 325
La escuela institucional; Etapa tomista , 327
La escuela institucional: Resumen y critica . . . . 330
1A escuela fenomcnológtca . ........................................................ 331
La escuela fenomcnológica: Resumen y crítica . . . 339
Karl Mannheim .......................................... . . . . . 34ü

Capitulo 20. Sociología Histórica . , . . . . 344


Spengler y el estudio del cambio cíclico . . 344
Arnoid Toynbee ................................................................................... 346
Dinámica cultural de Sorokin ............................................................. 350
Chapín y Kroeber . . . . . . . . . . . . 352
Alfred Weber . . .' . # , .:>-. , . 353
Resumen y comentario .................................................. 355
Capítulo 21. Supervivencias y renacimientos . . . . . 358
Neoevolucionismo ................................................................. 358
Detcrminismo geográfico y demográfico . . . . . 364
LA sociología durkheimiana en Francia . . . . . 367
La sociología formal en Alemania . . .■. . 369
Resumen ............................................................................................. 371

Sexta parte

CONCLUSIÓN

Capitulo 22. IA Sociología de mediados del siglo xx , . , 375

Apéndice. Nota para el maestro ................................................................ 387

Sugestiones para lecturas complementarias . 388

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