Hay una evolución del partido atrápalotodo al partido cartel
Consenso sobre dos procesos: las organizaciones de partidos están menos arraigadas en la sociedad, y están orientadas más marcadamente hacia el gobierno y el estado. Los partidos se han transformado desde actores sociales a actores electorales. Hay una erosión de las raíces sociales de los partidos políticos. La identificación electoral ha bajado y los vínculos han disminuido, la afiliación a los partidos ha bajado y los miembros de los partidos son menos activos. La voz del votante ordinario ahora es tan importante para el partido que la del afiliado activo. Ahora hay una dispersión y fragmentación donde antes había organizaciones de masas. Con la individualización de la sociedad, cuentan menos las identidades colectivas y las organizaciones tradicionales Creciente tendencia de los partidos a considerarse organizaciones autosuficientes y especializadas. Los partidos ahora dependen de fondos estatales, cuando antes dependían de los recursos conseguidos por el partido. El estado puede hacer que los aportes privados se deduzcan de los impuestos, o a través de subvenciones al trabajo de los partidos en el ámbito parlamentario la supervivencia monetaria de los partidos depende cada vez más de las subvenciones del estado. Se han vuelto dependientes del estado. Los partidos cada vez están más sometidos a nuevas leyes y regulaciones estatales, que incluso pueden determinar su organización interna. Los partidos se transforman en órganos de servicio público, menoscabando su autonomía. Los partidos han cimentado su vinculación con el estado y con lo público dando una prioridad creciente a su papel de órganos de gobierno. Se orientan más a ocupar cargos públicos, el fin es obtener un puesto en el gobierno. La oposición ahora procede del exterior de la política convencional. Las funciones de los partidos Las funciones originales de los partidos son: integrar y movilizar a la ciudadanía, articular y agregar intereses, que se traducen en políticas públicas; y organizar el parlamento, el gobierno y otras instituciones del estado. Pero esta imagen es muy estática, han cambiado las funciones. Se ha pasado de una época en la que los partidos sí reunían las funciones representativa y procedimental a otra en la que privilegian las funciones procedimentales. El partido es cada vez menos necesario para procesar la representación de intereses, la agregación o la intermediación. Ahora la articulación de intereses tiene lugar fuera de los partidos. Los partidos ahora reciben las señales. Ahora tienen un papel procedimental clave: reclutamiento de líderes políticos y ocupación de cargos públicos (miran más allá de los partidos, clientelismo) , y la asignación a los partidos en la organización del parlamento y del gobierno. En conclusión: las funciones representativas de los partido están desapareciendo y son absorbidas por otros organismos, mientras que las funciones procedimentales se mantienen y cobran importancia. Fin del partido de masas. Mientras que los ciudadanos en retirada son empujados hacia un mundo privado, las elites políticas se van al mundo de los cargos públicos. Hay una nueva forma de democracia, en que los ciudadanos permanecen en casa mientras los partidos se ocupan del gobierno.
Wolinetz
Es un análisis de los partidos contemporáneos. Dificultad de clasificación de partidos
Duverger en 1954 distingue entre partidos de cuadros, de masas, comunistas y fascistas. Hoy en día se aplican solo partidos de cuadros y de masas. Origen en Weber. Los partidos de cuadros están débilmente estructurados, se centran en distintos tipos de elites y se caracterizan por disponer de una organización mínima fuera de la arena legislativa, mientras que el partido de masas cuenta con organizaciones altamente desarrolladas que aspiran a enrolar a un elevado porcentaje de sus votantes como miembros del partido. Esta distinción sobrevive, pero con matices diferentes Koole en 1994 caracteriza los partidos de cuadros: predominio de grupos de líderes profesionales, pero con rendición de cuentas frente a las bases del partido; una ratio afiliado/votante baja, una orientación fuerte y amplia hacia los votantes, pero no es un catch-all; un mantenimiento de una estructura de un partido de masas; y la dependencia de subsidios públicos y donaciones de los miembros Ware en 1987 refina la distinción y ahora divide los partidos entre los centrados en la elite y los partidos de afiliación de masas. Los primeros (conservadores británicos y gaullistas franceses) pueden tener una gran afiliación, pero el dominio lo hace un grupo pequeño en el partido. Los otros son aquellos cuyos miembros cuentan con cierto derecho a voz en el partido. La diferencia es el grado de participación. Kirchheimer en 1966 dijo que los partidos de integración de masas estaban transformándose por sí solos en partidos catch-all, menos ideológicos. Los partidos empiezan a abandonar los esfuerzos por la ideología, apostando por el patrocinio de los grupos de interés, enfatizando las cualidades de sus líderes y buscando apoyos donde pudieran encontrarse. El partido catch-all es un instrumento efectivo. Es un partido oportunista buscador de votos, un partido centrado en el líder, un partido unido a los grupos de interés o la suma de todo esto. Panebianco en 1988 distingue entre partido burocrático de masas y partidos profesionales electorales. El burocrático de masas tiene como papel central una burocracia representativa, la importancia de la afiliación, el liderazgo interno colegiado, la financiación a través de grupos de interés y el acento en la ideología. El partido electoral tiene como papel dominante los profesionales, su orientación electoral y la debilidad de sus vínculos verticales con los afiliados, la relevancia de sus representantes electos, la financiación mediante intereses organizados o los subsidios gubernamentales y el énfasis en temas específicos más que en la ideología. Partido cartel nuevo tipo, definido por su relación con el estado. Apelan a un electorado amplio y difuso, campañas costosas, habilidades para la gestión y la eficacia, lazos organizativos débiles, y se alejan de sus afiliados. Se conforman con garantizarse el acceso al estado compartiendo el poder con otros partidos. Son agentes del estado. Distinción entre partido policy-seeking (máxima importancia a la consecución de políticas públicas), vote-seeking (importancia a maximizar votos y ganar elecciones), y office-seeking (interesado por asegurarse el acceso a cargos públicos, aun cuando ello suponga compartir el poder con otros o no maximizar sus votos). El partido orientado a políticas públicas es el modelo ideal de partidos en una democracia liberal. Se orientan hacia temas específicos, prioridad a sus políticas. Ejemplos: partidos democráticos europeos, muchos partidos liberales y algunos democristianos, los verdes. La máxima prioridad en el partido orientado a los votos es la de ganar elecciones. Las políticas son manipuladas para maximizar el apoyo electoral. Busca escaños en todos los niveles, pero hay un mínimo grado de organización. Ejemplos: partidos estadounidenses. Los partidos orientados a los cargos públicos buscan asegurarse un cargo gubernamental, incluso a costa de los objetivos políticos o la maximización de votos. Se preocupan del mantenimiento de un flujo constante de beneficios. Estas categorías son muy polarizadas. La evaluación de las orientaciones de los partidos es a largo plazo y de mucha discusión. Hay una lentitud de cambios de los partidos. Los cambios en las orientaciones fundamentales son infrecuentes y difíciles de transformar. Los partidos contemporáneos son organizaciones sujetas a estrés: tanto el tamaño relativo como la lealtad de los electorados ha disminuido y los medios controlan las agendas políticas. Además, los partidos encuentran cada vez mayores dificultades para ofrecer incentivos selectivos que les permiten atraer y conservar afiliados (grupos de interés y movimientos sociales son más directos) Transformación de los antiguos partidos de integración de masas en partidos catch-all o partidos profesionales electorales. Transformación de partidos centrados previamente en las funciones representativas, y con políticas bien definidas en sus programas, en partidos oportunistas, orientados a los votos y distantes de sus adeptos. Los partidos catch-all son vulnerables, ya que no tienen un electorado de pertenencia. Los partidos cartel también son vulnerables, próximos al estado, son responsables de los fracasos de este. Están expuestos a la competición de partidos de la “nueva política”. Los partidos pueden verse empujados en direcciones contradictorias, girando hacia las tres orientaciones discutidas.