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TEMA 1: La universidad y el reto de pensarse como institución

ciudadana que actúa políticamente

La Universidad como institución interviene de manera directa o indirecta en los destinos


que toma la ciudad, la región e incluso la nación. Con la conectividad que existe
actualmente, producto de las redes de intercambio, la sociedad globalizada y la imperante
dinámica del mercado las decisiones de un lugar trascienden las fronteras con facilidad y
en corto tiempo. La era de información ha desafiado los paradigmas comunicativos, de
intercambios comerciales, políticos y sociales. La Universidad como centro de producción
y difusión del conocimiento se encuentra vinculada a esta amplia red, ello da por
entendido que la universidad ocupa un lugar importante como actor político dentro de
una sociedad.

Por otro lado, la Universidad como institución educativa hace parte de las instituciones de
socialización, que a pesar de encontrarse en crisis, aporta a la formación en valores,
creencias, y un sinnúmero de referentes prestos para que el sujeto lleve a cabo su vida
social. En síntesis, la universidad no solo hace parte de los centros de producción de
conocimiento, también aporta a la formación de sujetos sociales, de ahí que exista una
estrecha relación entre la universidad y la formación de ciudadanos. Es así como podemos
referir algunos interrogantes frente a qué tipo de ciudadanos se forman hoy en las aulas
de clase, máxime cuando F. Xavier Guerra señala que el ciudadano no solo nace, se hace.
¿Cuáles son los referentes de ciudadanía propuestos por la universidad?: los de la
obediencia y respeto de las normas1; aún es un reto para la institución educativa el
1
La Universidad Tecnológica de Pereira viene desarrollando desde el año 2005 el proyecto de Cultura
Ciudadana y Convivencia Social, algunos de sus componentes más importantes han sido promover el respeto
propenden por procesos de formación que reconozcan la pluralidad y la diversidad como
potencial para el reconocimiento de la diferencia y esta a su vez como factor que propicia
el vínculo entre institución y contextos social.

Si la política mantiene una indesligable relación con la escena pública, la universidad


indiscutiblemente va a mantener va a estar inmerso en esta misma relación. En tanto la
universidad contribuye a la formación de sujetos que han de participar en la vida pública,
mantiene un compromiso con forjar procesos que aporten a hacer de la escena política un
escenario más participativo, deliberativo y democrático.

Si entendemos que lo público, como señala Victoria Kandel -haciendo referencia a Hannah
Arendt-, es “un espacio de aparición que permite que las obras y las palabras (acción y
discurso) sean mutuamente reconocidos por los actores y que la pluralidad, constitutiva de
la condición humana, se manifieste”2, haremos de la escena pública un lugar común
donde debe ser posible el reconocimiento de diversos actores, con prácticas igualmente
diversas. Lo público ya no se identifica como un todo homogéneo, por ende, hoy
evidenciamos la coexistencia de esferas públicas, en plural, que desafían los dispositivos
de control definidos por un modelo social homogéneo.

Finalmente, en un ambiente de escepticismo y malestar generalizado como el que se vive


actualmente, donde al parecer el mercado ha tomado en sus propias manos los rumbos
de la sociedad moderna, necesitamos hallar nuevos sentidos a nuestras instituciones,
resignificando así el rol que se juega en la escena pública.

TEMA 2: Los complejos vínculos entre medios de comunicación,


política y participación ciudadana

y el buen uso de los espacios públicos, la formación ciudadana, el teatro como herramienta de formación y
difusión de campañas pedagógicas, entre otras. Es muy importante reconocer la labor que la universidad ha
desempeñado al hacer apuestas por enriquecer escenarios informales dentro de la propia institución educativa
en los que se valore y reconozca a los sujetos como generadores de propuestas de trabajo en equipo y de
impacto dentro y fuera de la institución.
2
KANDEL, Victoria. “Espacio público y Universidad”. En: GARCÍA Raggio, Ana María, y otros. La política
en conflicto: Reflexiones en torno a la vida pública y la ciudadanía. Buenos Aires: Prometeo Libros. 2004. p.
144.
La mención a una sociedad globalizada y donde el conocimiento determina la prosperidad
de algunos de los países desarrollados, ha favorecido que la masificación de la prensa –de
élite e independiente- a través de TV y de los medios electrónicos acerque a diversos
ciudadanos, -que antes no tenían ningún contacto con la dinámica de cómo funcionaban
las instancias de poder, la representación política y de qué manera se tomaban las
decisiones, o quiénes eran los que influían en la aprobación de las leyes o en el dinero que
se asigna a cada grupo o comunidad- permitiéndoles que hoy tengan una noción mucho
más clara de ello y una posición al respecto.

En la actualidad un sector significativo de la ciudanía –muy especialmente los jóvenes-


interactúa con el sistema a través de los medios, y a su vez adquieren una mayor
conciencia sobre el fenómeno del poder y de la incidencia que puede tener sobre este el
ciudadano común. Reportajes, noticias, entrevistas, videos documentales, entre otros,
hacen parte de del “menú” de información con el cual se fortalece la opinión pública, y
que da lugar a la exigencia de rendición de cuentas a través de los medios. Si bien los
medios no resuelven la ausencia de una sociedad civil deliberativa y participativa en los
asuntos públicos, si contribuye a que un sector de la sociedad se involucre pasiva o
activamente en algunos temas (ejemplo de ello la realización del foro social mundial).

Sin embargo, en algunos casos los medios de comunicación llegan a convertirse un


instrumento para los políticos o las coaliciones de gobierno que deben manejarse y/o
controlarse para reforzar el ejercicio de sus tareas o para controlar los flujos de
información, creando así barreras a la independencia y autonomía de los medios. Frente a
este contexto, preguntemos por la importancia que tienen los medios en los asuntos de
interés general y en definitiva en el adecuado funcionamiento y calidad de un sistema
político.

En primer lugar, los medios pueden condicionar la orientación en la toma de decisiones en


el electorado, pero también influyen en la delicada tarea de dar a conocer a los candidatos
y en transmitir sus mensajes. Inciden en la definición de la agenda de discusión política,
tanto para el gobierno y para la oposición. Del mismo modo los medios llegan a incidir en
la legitimidad o ilegitimidad de un gobierno.

En segundo lugar, los medios pueden constituirse en un escenario de promoción y


formación del debate público, involucrando no sólo a la clase política, sino además a
sectores sociales excluidos. Los medios entregan la información que la ciudadanía
requiere para poder participar plenamente en el debate y las decisiones públicas, en
particular el derecho de elegir a sus gobernantes.

Finalmente, el fortalecimiento del sistema político y la estabilidad de la gobernabilidad


puede verse afectado por los medios de comunicación, estos pueden cumplir la función de
fiscalizar la actuación de los gobiernos y de los grupos de poder, incluyendo a los partidos
políticos. Investigan sus actividades internas y denuncian la corrupción y faltas al
cumplimiento de la Ley.

Si bien el tema Los complejos vínculos entre medios de comunicación, política y


participación ciudadana no pretende ser una exposición a profundidad sobre el rol de los
medios de comunicación en la formación política de los ciudadanos, sí se desea explorar
en algunos interrogantes que fomenten un actitud mucho más crítica hacia estos. Se trata
de ampliar la esfera de discusión de los asuntos de interés público y cómo los medios
pueden contribuir al cumplimiento de dicho objetivo, logrando así la configuración de lo
que Boaventura de Sousa Santos denominó como “democracias de alta intensidad” y
mayor capacidad deliberativa.

TEMA 3: Las nuevas miradas y exigencias del mundo en el tema de


derechos humanos

El tema de los derechos humanos constituye en la actualidad un paradigma ambicioso,


bajo el cual se busca alcanzar la materialización universal3 de los principios que a lo largo
de la historia han estado a la base de la concepción de la democracia4. Tales como la
libertad, la igualdad, la dignidad humana y la justicia.

Es ampliamente conocido que los derechos humanos se encuentran consignados en un


conjunto de convenios y pactos internacionales5, los cuales son ratificados por los Estados
Nacionales e incorporados a sus leyes y constituciones políticas. Sin embargo, se afirma
que no es suficiente con que éste haya sido positivado (convertido en ley), sino que hace

3
La universalidad es una de las características más relevantes de los derechos humanos, pues a partir de la
declaración universal de los derechos humanos (1948). Se incluyen todos los individuos y grupos
poblacionales pertenecientes a la humanidad. El artículo 2 de dicha declaración plantea: “Toda persona tiene
los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma,
religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento
o cualquier otra condición”.
4
Se afirma que la construcción de la concepción de democracia tiene un carácter histórico, porque ésta es el
producto de la acumulación de una serie de aportes, que han hecho distintos pueblos en diferentes lugares y
momentos. Recordemos que en la época Antigua, ya los griegos hablaban de democracia, y fueron ellos
quienes acuñaron el término que nosotros actualmente usamos como ciudadano, el cual se refería a los
habitantes de la ciudad quienes gozaban de igualdad y libertad política.
5
Declaración universal de los derechos humanos; Pacto internacional de los derechos civiles y políticos,
Pacto internacional de los derechos sociales, económicos y culturales; Pactos internacionales de la OIT
(Organización Internacional del Trabajo).
falta que se garanticen las condiciones para su cumplimiento. Jaramillo (2005, 27) nos
dice:

“(…) Los derechos humanos si bien pueden estar escritos en cartas, convenciones,
leyes y normas, lo mismo que pueden existir mecanismos institucionalizados para
su protección, si no se convierten en objeto de aprendizaje y reflexión de la
ciudadanía de a pie terminan siendo “letra muerta”. ¿Cuáles derechos si todo el
mundo los viola? o ¿Cuáles derechos, si nadie los garantiza en realidad y hasta el
Estado los viola?”

Se puede, por tanto, afirmar que la práctica de los derechos humanos, tienen una lógica
dialéctica, es decir que cumple ciclos de transformación, los cuales parten de procesos de
reivindicación, se concretan a través de la positivación, y necesariamente, deben atravesar
otro momento de materialización, aprendizaje e incorporación a la cultura.

E aquí pues, uno de los principales retos actuales de los derechos humanos: Construir
hacia estos una cultura de respeto y promoción. En la que los distintos actores, ya sean
ciudadanos de a pie – como lo señala Jaramillo-, ciudadanos corporativos – como se
refiere el Pacto Global hacia las empresas-, gobernantes e instituciones en general, tomen
responsabilidad y reconozcan que la realización de los derechos humanos es un asunto
directamente relacionado con el desarrollo.

Un elemento relevante a destacar, es que dado que la realidad actual se encuentra


plagada de injusticia, inequidad, enormes masas de población excluidas de las condiciones
necesarias para la concreción de la dignidad humana, aparatos estatales capturados por
poderes ilegítimos, familias de gobernantes anquilosados en el poder, y sectores
económicos para quienes la acumulación de capital es la guía de su actuación. “La
incorporación de los derechos humanos no será efectiva, sino le antecede un ejercicio en
el que se interroguen críticamente las condiciones de vida de las comunidades y
condiciones institucionales a fin de construir respuestas transformadoras de esa realidad”
(Rico, 2004)
La tarea no resulta nada fácil, y el proceso de educación, concienciación, interiorización,
compromiso y práctica de los derechos humanos, se convierten en una labor quijotezca y
a la vez el único camino pacífico para alcanzar efectivamente el ideario democrático.

En otras palabras un enfoque de los derechos humanos como cultura, apunta a superar las
enormes brechas entre distintos sectores de la sociedad, a vincular de manera oportuna y
participativa a la ciudadanía en los distintos asuntos públicos, a qué todas las personas
conozcan a profundidad sus derechos y que existan los mecanismos institucionalizados
para que estos puedan efectuarse.

TEMA 4: La universidad y los derechos humanos

Considerando los elementos arriba señalados sobre la realidad social, política, económica
y cultural, varios argumentos pueden presentarse sobre el papel que debe cumplir la
Universidad en el campo de acción de los derechos humanos.

Para empezar, podemos recoger la demanda sobre garantizar a todos los miembros de la
comunidad educativa unas condiciones de vida digna mínimas necesarias, para
mantenerse vinculado al sistema educativo. Asunto, frente al cual, es preciso distinguir
que la Universidad (en caso de ser pública), si bien es una institución Estatal, su razón
social, está delimitada a las áreas de la investigación, la innovación y la docencia; y por
tanto, la protección y garantía de otros derechos como la vivienda y la salud, no son su
competencia, y para ello existen instituciones estatales específicas6.

Lo que definitivamente corresponde a la responsabilidad social universitaria, está


enmarcado en cumplir una labor pertinente en sus áreas de desempeño. En otras
palabras, si la universidad es productora de conocimiento, a través de la investigación,

6
La Universidad por su parte, se compromete a respetar los derechos humanos y a no ser cómplice de su
vulneración. La UTP respeta los Derechos Humanos en la medida que obedece a la ley y a los principios en
DDHH en su funcionamiento interno, y promueve el respeto en la medida que conjugue acciones
encaminadas a construir ambientes de respeto entre los actores y los grupos de interés de la vida universitaria.
entonces debe tener unas políticas claras, en las que los investigadores deban preguntarse
por el uso social de sus investigaciones, en la correspondencia entre las necesidades del
contexto social y los productos que se buscan con el ejercicio académico. De igual manera
se espera de los proyectos de innovación.

Es así como la Universidad se convierte en un actor de desarrollo, pero desde una


perspectiva particular que es el desarrollo humano, que es el escenario posible en el cual
los derechos humanos tienen la oportunidad de trascender la lógica del papel, para
convertirse en aspectos fundantes de la realidad.

El otro campo de desempeño de la Universidad, es el de los procesos de enseñanza-


aprendizaje y de formación profesional, en este sentido ya se ha señalado la importancia
de la formación ciudadana como parte de la formación integral de sus educandos, a este
respecto sobra la claridad acerca que los fundamentos jurídicos, los mecanismos legales
de defensa y los ejercicios de acción colectiva, deben hacer parte de los saberes de todo
profesional. Esteban Beltrán, director de la ONG Admistía Internacional afirma que:

“La formación en derechos humanos no es una materia exclusiva de las titulaciones


de Derecho, sino que se trata de una formación imprescindible para que la futura
actividad profesional de los estudiantes se encuentre orientada bajo una
responsabilidad social que debe ser aportada por un enfoque de derechos
humanos.”7

Volvemos así, sobre la materia de cómo la labor que desempeñe la Universidad impacta la
región a la que pertenezca, pues los actuales estudiantes, serán los futuros empresarios,
gobernantes y ciudadanos en general. Al respecto Beltrán (2007) dice que:

“Una formación en derechos debería servir para defenderse mejor en su ámbito


profesional y hacer entender a los estudiantes que su trabajo puede y debe
contribuir a hacer una sociedad mejor, más allá de sus legítimos intereses
personales”

7
Tomado de: http://www.ucm.es/info/solidarios/index.php, 21 sep. 2010.
De este modo la enseñanza que se imparte en el centro educativo brinda también un
marco ético de referencia, el cual se busca que sea interiorizado al punto tal que se
incorpore a nuestra cotidianidad la cultura del respeto por los derechos humanos.
(Quadrelli y Rovetto, 2009) llaman la atención sobre que:

“La comunidad universitaria tiene una gran responsabilidad en trabajar


activamente para hacer del cumplimiento de los derechos humanos una realidad,
ya que es función esencial de las universidades “no sólo formar diplomados
altamente calificados sino también utilizar su capacidad intelectual y prestigio
moral para defender y difundir activamente la paz, la justicia, la libertad, la
igualdad y la solidaridad”. La integración de la dimensión ética en la educación
superior no se agota en incorporar una formación en cierta “ética aplicada”
relativa a la profesión ni en integrar a los currículos una serie de contenidos, sino
que se enseña con universidades justas y comprometidas socialmente hacia el
interior de la propia institución y hacia la sociedad que la sostiene.”

Vemos entonces, la manera como a través del desarrollo pertinente de la labor de la


Universidad, ésta se integra como actor central en ese gran reto que se ha señalado de
construir una sociedad democrática y una cultura que de respeto hacia los derechos
humanos.

Bibliografía Unidad 3

BOTELLA, Joan. (1997). “En torno al concepto de Cultura Política: Dificultades y recursos”.
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HERRERA, Martha Cecilia. PINILLA Díaz, Alexis. DÍAZ Soler, Carlos Jilmar. INFANTE Acevedo,
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KANDEL, Victoria. (2004). “Espacio público y Universidad”. En: GARCÍA Raggio, Ana María,
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URIBE, María Teresa. (2001). Nación, Ciudadano y Soberano. Medellín: Pregón LTDA.

Beltrán & López (2003) “Derechos humanos en la enseñanza universitaria” disponible en:
http://www.educacionenvalores.org/spip.php?article2260

Jaramillo, R. (2005) “La cultura de los derechos humanos y la construcción de sujetos


sociales” Ed. Papiro.

ONU (1948) “Declaración universal de los derechos humanos” disponible en:


http://www.un.org/spanish/geninfo/faq/hrights.htm

Quadrelli & Rovetto (2009) “La universidad y los derechos humanos” Diario El País (17 de
febrero) Artículo de opinión. Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-
120090-2009-02-17.html

Rico, D (2004) “Los derechos humanos desde la periferia” Ed. ESAP.

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