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ENSAYO

LAS CLAVES DE LA PRÁCTICA PROFESIONAL DE LA PSICOTERAPIA


PSICOANALÍTICA KLEINIANA

El psicoanálisis es una disciplina fundada por Sigmund Freud y en la que, con él, es
posible distinguir tres niveles: A) Un método de investigación que consiste
esencialmente en evidenciar la significación inconsciente de las palabras, actos,
producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios) de un individuo.

Melanie Klein es considerada el centro del movimiento de la llamada Escuela


Inglesa, una de las escuelas que hoy se mantiene en los espacios de práctica
psicoanalítica y no es posible enfrentar el tratamiento de niños sin contar con
algunos conceptos y técnicas de la corriente.

La propuesta de Klein inauguro para el Psicoanálisis el tratamiento de niños, pero


también contribuyo al análisis de adultos, al ofrecer referencias más completas del
desarrollo infantil y un completamiento de la teoría sin salirse demasiado de los
marcos definidos por Freud. Representa una salida radical en la psicoterapia que
privilegia la relación con el mundo y con los otros como vías de reconstrucción de
un sujeto integrado.

Melanie Klein, discípula y continuadora de Freud, es una de las grandes figuras del
psicoanálisis contemporáneo. Su trabajo expandió el campo de conocimientos
abierto por Freud, desarrollando las ideas de Freud en algunos casos y apartándose
de ellas en otros. Sus escritos, centrados desde los comienzos en la comprensión
de la realidad emocional de sus pacientes, en la situación clínica, no transmiten el
afán por lograr una precisión teórica acabada, sino más bien, la preocupación por
describir el mundo rico en fantasías y vivencias que despliegan los pacientes en el
tratamiento.
En el desarrollo del psicoanálisis existe una relación íntima entre la teoría y la
técnica. Los cambios en la teoría guardan una estrecha relación con la acumulación
de nuevas observaciones clínicas que no pueden ser explicadas con las teorías
existentes. La acumulación de nuevas observaciones se relaciona con la ampliación
del campo de indicaciones del psicoanálisis y de las modificaciones que se han
introducido en la técnica y que han posibilitado a veces dicha ampliación.

En forma similar Melanie Klein realizó innovadores aportes a la teoría del


funcionamiento mental, basándose en observaciones que surgieron del análisis de
niños. De hecho, una de sus mayores genialidades fue realizar la modificación a la
técnica analítica que le permitió aplicar el psicoanálisis a niños.

Para ello partió de la base que la forma de expresión natural del niño es el juego y
que por lo mismo puede ser usado como medio de comunicación con ellos. Le
atribuyó al juego de los niños una importancia que no se le había concedido en
psicoanálisis hasta ese momento. De hecho, lo consideró más que una forma de
explorar y controlar el mundo externo, como un medio de controlar y expresar sus
angustias a través de la manifestación y elaboración de las fantasías.

Concluyó que, en condiciones adecuadas, el juego de los niños, así como todas sus
comunicaciones verbales, pueden cumplir una función similar a las asociaciones
libres de los adultos. Elaboró la técnica del juego para psicoanalizar a los niños,
pero también influyó radicalmente sobre la teoría y la técnica aplicadas a adultos.

Reformuló el complejo de Edipo y destacó la importancia de la agresividad y la


destructividad. Es suyo el concepto de "fantasía" o "fantasma" inconsciente
("phantasie"), correlativo psíquico dinámico de la pulsión, escena dramática cuyos
protagonistas son los objetos interiorizados. Klein descubrió que las fantasías
actúan sobre toda actividad humana. Definió dos "posturas" mentales que
determinan la vida psíquica, ya sea en el desarrollo normal, ya en la patología más
grave, y que como se descubriría a continuación- constituyen además dos visiones
del mundo contrastantes en lo que respecta a los fantasmas (Money-Kyrle): la
posición "esquizo-paranoide", dominada por manías persecutorias, por vivencias de
orden psicótico, por la escisión y la proyección (responsable de la percepción de los
"objetos parciales" escindidos en "buenos" y "malos"), en relación dialéctica con la
posición "depresiva", en la que predominan las preocupaciones reparatorias, las
fuerzas sinérgicas y de síntesis.

Si bien Klein considera a los niños como “sujetos” con pleno derecho al
psicoanálisis, utiliza con ellos el juego como herramienta para acceder al material
inconsciente. Considera que puede cumplir una función similar a la asociación libre
en los adultos, más aun, lo equipara a una vía regia tal como Freud considera los
sueños. En el juego el niño expresa sus fantasías, sus deseos y sus experiencias
de un modo simbólico.

Pero esto no es entendido en detrimento del niño sino todo lo contrario, es el adulto
el que ha perdido estos modos de expresión y debe manejarse sólo en el plano
verbal. El juego es un medio de representación indirecta del mundo interno del niño,
permite ganar el acceso a su fantasía que, de otro modo, por la vía directa, generaría
angustia. Esta representación simbólica es en sí misma una manera de elaboración.

El juego no se da por fallas o incapacidad en el plano verbal, no lo reemplaza. Ella


considera que la inhibición en el juego es equiparable a la detención de
asociaciones en al adulto. Y, del mismo modo, la angustia oficia de resistencia. Una
vez iniciado, el trabajo analítico le permitirá ir progresivamente manejando la
ansiedad y entonces si avanzar sobre el plano verbal. En este sentido indica el uso
de la interpretación: ésta debe hacerse en función de la ansiedad latente y en el
tiempo justo, apuntando a lo más profundo del psiquismo. Otras de sus
apreciaciones acerca de lo que sucede con los niños en análisis están referidas al
hecho de que considera que en los niños el yo no está aún desarrollado, por lo tanto,
están más gobernados por el inconsciente y las cantidades de angustia y culpa son
mayores y más fáciles de percibir.

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