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Syneídēsis en la Biblia griega y

mada' en la Biblia hebrea.


Implicaciones para una valoración
del término “conciencia” al interior
del Antiguo Testamento
PABLO URIBE ULLOA *

Moralia 32 (2009) 7-17

RESUMEN:
El concepto “conciencia” entendido como conciencia moral
tiene su origen bíblico en la voz griega syneídēsis que apare-
ce por primera vez en la Biblia de los LXX en Sabiduría
17,10. El término relacionado eídēsis (ciencia) aparece en Si-
rácida 42,18. Qohélet 10,20 es el otro lugar veterotestamen-
tario donde aparece syneídēsis. Aquí el término griego tra-
duce el hebreo mada'. Es falso que el término griego syne-
ídēsis no tenga correspondencia alguna con el texto hebreo,
porque el alcance semántico del sustantivo mada' (ciencia)
apunta a la misma realidad de “conciencia moral”, aunque
de forma no explícita.

ABSTRACT:
The concept “conscience” in the sense of moral conscience
has its Biblical origin in the Greek term syneídēsis that oc-
curs for the first time in the LXX version in Wisdom 17,10.
The related term eídēsis “science” occurs in Sirach 42,18.
Ecclesiastes 10,20 is the other place in the First Testament
in which syneídēsis occurs. Here the Greek term translates
the Hebrew word mada'. It is false that the Greek term syne-

* Profesor de Antiguo Testamento. Universidad Católica de la Santísima


Concepción, Chile.

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PABLO URIBE ULLOA

ídēsis is unrelated to the Hebrew text, because the meaning


of mada' (science) points towards the same reality of “moral
conscience” although in a non-explicit way.

PALABRAS CLAVE: Moral bíblica / Antiguo Testamento / Moral sa-


piencial / Conciencia / Syneídesis.

I. INTRODUCCIÓN

El término sunei,dhsij (syneídēsis) está presente dos veces en la


Septuaginta (LXX) 1 : una en Sabiduría 17,10 y otra en Qohélet 10,20.
En ambos casos suele traducirse como “conciencia”. También está el
término relacionado ei;dhsin (eídēsin), que comúnmente se ha tradu-
cido por “ciencia” (Sir 42,18) 2 . De estos tres textos, sólo en el libro
de la Sabiduría tenemos el término con el significado propio de
“conciencia”, ya que Qo 10,20 es traducción del hebreo [D'm
; (ma-
da') que significa más que conciencia “inteligencia”, “ciencia” o
“prudencia” y el tercer término –el de Sir 42,18– no tiene propia-
mente el significado de “conciencia”, sino de “ciencia” como hemos
mencionado antes.
Los manuales de teología moral fundamental, al explicar los fun-
damentos bíblicos de la conciencia en el AT, tienen en cuenta estos
tres textos griegos y los presentan como sinónimos, sin detenerse en
que no son idénticos y, por tanto, no expresan el mismo significado.
Más aún, no advierten que el texto del Qohélet es originalmente
hebreo, y habría que buscar su significado en la Biblia Hebrea y no
en los LXX.
Se entiende que este tipo de análisis detallado escape a un ma-
nual, y por esto mismo, creemos importante y necesario estudiar este
problema, que partiendo de los términos griegos que son los únicos
que explícitamente hablan de la conciencia, nos lleve a hacer un

1 Traducción al griego de la Biblia Hebrea realizada por sabios judíos entre


los siglos II y III a. C. Es la Biblia que utilizaron mayoritariamente los pri-
meros cristianos. A. RAHLFS (ed.), Septuaginta, Deutsche Bibelgesellschaft,
Stuttgart 1979.
2 Así por ejemplo cf. F. CANTERA - M. IGLESIAS, Sagrada Biblia, BAC, Ma-
drid 32003; LA CASA DE LA BIBLIA, Biblia de América, PPC, Madrid 1994.

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Syneídēsis en la Bib. griega y mada' en la Bib. hebrea

recorrido por los términos equivalentes hebreos –si los hay– para
valorar el fundamento bíblico de la conciencia en los textos del AT.

II. DEFINICIÓN DE “CONCIENCIA”

Antes de entrar en los textos bíblicos veterotestamentarios, preci-


saremos qué entendemos por “conciencia”.
El tema de la conciencia se estudia actualmente desde diversas
áreas del conocimiento. Así por ejemplo la filosofía 3 , la psicología 4 ,
la psiquiatría 5 , o el derecho 6 intentan ocuparse de ella, destacando su
papel preponderante en el comportamiento humano. Nuestro acer-
camiento a la “conciencia” será desde su dimensión antropológico-
teológica, que considerando un aspecto psicológico, la completa
señalando su repercusión moral. Por eso, hablaremos de “conciencia
moral”. Tendremos como marco referencial dos documentos magis-
teriales que explicitan la naturaleza de la conciencia moral en clave
teológica.
La constitución pastoral del Concilio Vaticano II, Gaudium et
Spes nos da una primera caracterización:
“Conscientia est nucleus secretissimus atque sacrarium hominis, in
quo solus est cum Deo, cuius vox resonat in intimo eius” (GS16) 7 .

3 Cf. C. GÓMEZ, Una reivindicación de la conciencia (De la crítica a la filoso-


fía de la conciencia a la reivindicación de la conciencia moral): Isegoría 36
(2007) 167-196; Cf. M. I. LAFUENTE GUANTES, De la conciencia psicológica
a la conciencia moral. I: Sofística: Estudios humanísticos 5 (1983) 95-110;
Cf. ID, De la conciencia psicológica a la conciencia moral: Sócrates: Estu-
dios humanísticos 6 (1984) 91-106.
4 Cf. V. M. SIMÓN, La conciencia humana: integración y complejidad: Psi-
cothema 12 (2000) 15-24.
5 Cf. J. M. VILLAGRÁN, Consciousness Disorders in Schizophrenia: a Forgot-
ten Land for Psychopathology: International Journal of Psychology and Psy-
chological Therapy 2 (2003) 209-234.
6 Cf. A. APARISI MIRALLES - J. LÓPEZ JUZMÁN, El derecho a la objeción de
conciencia en el supuesto del aborto: Persona y Bioética 10 (2006) 35-51.
7 “La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste
se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquella”.

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PABLO URIBE ULLOA

J. R. Flecha –con gran acierto– ve en este número, cuatro puntos


fundamentales. A saber: 1) “La conciencia está dotada de un carácter
sagrado”. 2) “la conciencia es la base para una cierta ecumenicidad
del comportamiento humano”. 3) “la conciencia es (…) la garantía
del proceso humanizador de la peripecia humana y del progreso téc-
nico de los pueblos”. 4) La conciencia, sin embargo, “es frágil y está
sujeta al error” 8 .
El primer punto es la base para los demás. La definición ve a la
conciencia como “la voz de Dios” que habla al hombre y le orienta
en el comportamiento, por tanto, es una realidad rectora que conduce
a la verdad, porque proviene de Dios.
Juan Pablo II, en su carta encíclica Veritatis Splendor nos ofrece
otra definición de conciencia moral que complementa a la anterior.
Reza así:
“Actus intellectus personae cuius est accommodare universalem
cognitionem boni ad peculiarem quandam condicionem et iudi-
cium facere de recto more eligendo hic et nunc” (VS 32) 9 .
Lo más característico de la conciencia según Veritatis Splendor
es su naturaleza universal, pues se encuentra en todo hombre. Se
ejercita por la inteligencia, está orientada a la acción del bien y se
expresa en el comportamiento humano (Cf. VS 59) 10 .

III. EL TÉRMINO GRIEGO SYNEÍDĒSIS EN LOS LXX

La palabra “conciencia” tiene su origen en la voz griega su-


nei,dhsij, que es frecuente en la literatura griega de Plutarco, en el
judaísmo helenístico de Filón y Flavio Josefo y en la literatura roma-

8 J.-R. FLECHA, Teología moral fundamental, BAC, Madrid 1994, 291-292.


Cf. Ibídem. 269-296.
9 “Acto de la inteligencia de la persona, que debe aplicar el conocimiento
universal del bien en una determinada situación y expresar así un juicio so-
bre la conducta recta que hay que elegir aquí y ahora” (JUAN PABLO II, Veri-
tatis Splendor, PPC, Madrid 21994, 49).
10 Cf. J. MORANT MORANT, La conciencia moral en la carta encíclica “Verita-
tis splendor”, Siquem, Valencia, 2002.

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Syneídēsis en la Bib. griega y mada' en la Bib. hebrea

na de Cicerón y Séneca con la traducción latina conscientia 11 . En la


Biblia, está presente en la traducción de los LXX en Sab 17,11; Sir
42,18 y Qo 10,20 con los significados de “conciencia moral” y
“ciencia”.
Para conocer el real alcance y significado de sunei,dhsij se hace
necesario mirar estos textos y analizarlos a la luz del contexto litera-
rio en el que se insertan, desentrañando el núcleo temático que cada
uno de ellos presenta.

1. Sabiduría 17,10

deilo.n ga.r ivdi,w| ponhri,a ma,rturi katadikazome,nh avei.


de. prosei,lhfen ta. calepa. sunecome,nh th/| suneidh,sei
(Pues la maldad es de por sí cobarde, testifica condenándose a sí
misma; siempre se imagina lo peor, apurada por la conciencia).
J. Vílchez considera el versículo dentro de la tercera parte del li-
bro de la Sabiduría denominada “la justicia de Dios se revela en la
historia: 10-19”, punto segundo: “juicio de Dios sobre la historia:
11,2-19, 21”. Nuestro texto forma parte de la ilustración de este tema
siendo el quinto parágrafo: “plaga de las tinieblas-columna luminosa:
17, 1-18,4” 12 .
Según A. G. Wright, el texto se ubica en la segunda parte del li-
bro: “La fidelidad de Dios para con su pueblo en el Éxodo” (11,2-
19,22) y dentro de ésta, el cuarto punto que “ilustra” el tema de la
fidelidad de YHWH. Lo denomina: “La columna de fuego en lugar
de la plaga de las tinieblas (17,1-8,4)” 13 .

11 Cf. G. LÜDEMANN, Synéidēsis, en: H. BALZ - G. SCHNEIDER (eds.), Diccio-


nario exegético del Nuevo Testamento. II, Sígueme, Salamanca 1998,
1580.
12 J. VILCHEZ, Sabiduría, Verbo Divino, Estella 1990, 27.
13 R. E. BROWN - J. A. FITZMEYER - R. E. MURPHY (dirs.), Nuevo Comentario
Bíblico San Jerónimo. AT, Verbo Divino, Estella 2005, 780. Para otra pro-
puesta cf. A. CEPEDA SALAZAR, El libro de la Sabiduría, en: A. LEVORATTI
(dir.), Comentario Bíblico Latinoamericano. AT, Vol. II, Verbo Divino, Es-
tella 2007, 900.

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PABLO URIBE ULLOA

Aunque existan diferencias entre los especialistas respecto al lu-


gar que ocupa nuestro texto en el conjunto estructural del libro, lo
importante es destacar que Sb 17,1-18,4 es formalmente un díptico
antitético cuyo contenido es rememorar los acontecimientos del Éxo-
do con una impronta sapiencial.
En 17,1 aparece por primera vez en el griego bíblico el término
syneidēsis con el significado de “conciencia”. Se relaciona el temor
con la maldad y el reconocimiento de esa maldad es realizado por la
conciencia. De esta manera el “necio” –antítesis del sabio– teme
porque reconoce su maldad. Éste es –de acuerdo al texto– el egipcio
que persiguió al pueblo de Israel. La conciencia hace posible que el
necio/egipcio tema, sea cobarde y pesimista, se atormente al experi-
mentar la maldad. Este mismo sentido tendrá luego el término en el
NT, así por ejemplo en: Hechos 23, 1-2 y Romanos 2,15.

2. Qohélet 10,20

kai, ge evn suneidh,sei sou basile,a mh. katara,sh| kai. evn


tamiei,oij koitw,nwn sou mh. katara,sh| plou,sion o[ti pe-
teino.n tou/ ouvranou/ avpoi,sei su.n th.n fwnh,n kai. o` e;cwn
ta.j pte,rugaj avpaggelei/ lo,gon
(Tampoco en tu conciencia al rey maldigas; y en los escondites
de tus alcobas no maldigas a los ricos; porque un pájaro del cielo
llevará tu voz, y el que tiene alas, anunciará tu palabra).
El segundo texto de los LXX que menciona nuestro término es
del libro del Qohélet. Libro que, a diferencia de Sabiduría y Ben
Sirá, sí forma parte del canon de la Biblia Hebrea y cuya lectura se
realiza en la fiesta judía de los “sukkot” o “tabernáculos” 14 .
Como característica general, Qohélet –el “predicador” 15 – va re-
flexionando sobre distintos aspectos de la vida, como la “vanidad”,

14 Para una interpretación midrásica del texto cf. M. MOTOS LÓPEZ, Midrás
Qohélet Rabbah. Las vanidades del mundo. Comentario rabínico al Ecle-
siastés, Verbo Divino, Estella 2001, 476-477.
15 O más exacto sería denominarle “el que congrega”, ya que la voz “qohélet”
proviene del verbo hebreo “qahal” que significa “congregar”.

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Syneídēsis en la Bib. griega y mada' en la Bib. hebrea

el “trabajo”, la “ganancia”, etc. Y lo hace de una forma peculiar. L.


Alonso Schökel lo expresa muy bien: “Qohelet observa la vida en
torno, después se levanta a reflexionar sobre ella y luego se levanta a
reflexionar sobre su reflexión” 16 .
El capítulo 10, presenta unos elogios a la sabiduría y al sabio; y una
crítica a la necedad y al necio. A partir del v. 16 se incluye el tema del
rey inexperto que atrae ruina frente al rey noble que garantiza prospe-
ridad. En este contexto regio, se incluye una sentencia final –el v. 20–
y en ésta es nombrado nuestro término. Se aconseja no maldecir al rey
“ni en la conciencia”, así como tampoco a los ricos “ni en la alcoba”.
Es decir, aquí la noción de “conciencia” estaría en paralelo al de “al-
coba” como dos figuras literarias que indican una misma realidad: lo
más íntimo del hombre. En este sentido el término coincide con la defi-
nición conciliar que ya hemos visto en cuanto “sagrario del hombre”.
El aspecto práctico del consejo de Qohélet está dado por “una
mala costumbre difundida entre los funcionarios: la de hablar mal del
rey. El sabio pone en guardia frente a esta imprudente conducta, y no
sólo respecto del monarca, sino respecto de cualquier ‘hombre rico’,
porque riqueza es ‘poder’. No hables mal ni del rey ni de los ricos,
porque siempre puede haber alguien que les lleve el cuento de tus
palabras y te acarree la ruina” 17 .

3. Sirácida 42,18

a;busson kai. kardi,an evxi,cneusen kai. evn panourgeu,masin


auvtw/n dienoh,qh e;gnw ga.r o` u[yistoj pa/san ei;dhsin kai.
evne,bleyen eivj shmei/on aivw/noj
(Él sondea el abismo y el corazón humano, y sus secretos cálcu-
los penetran. Pues el Altísimo conoce toda ciencia, y fija sus ojos
en los signos de los tiempos).

16 L. ALONSO SCHÖKEL, Eclesiastés, en: L. ALONSO SCHÖKEL - E. ZURRO,


Eclesiastés y Sabiduría, Cristiandad, Madrid 1974, 14.
17 A. BONORA, Guía espiritual del Antiguo Testamento. El libro de Qohélet,
Herder, Barcelona 1994, 87. A. Barucq lo relaciona con el v. 4 del mismo
poema. Cf. A. BARUCQ, Ecclésiaste, Beauchesne, Paris 1968, 172.

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PABLO URIBE ULLOA

La tercera alusión a nuestro término está en otro libro propio de


los LXX, titulado “Sabiduría de Jesús, hijo de Sirá”, que común-
mente es conocido como “Eclesiástico”, “Ben Sirá” o “Sirácida”.
Según G. Von Rad, el libro de no posee una estructuración orgáni-
ca, sino un desarrollo temático que agrupa “una serie de máximas
dispersas” 18 .
El capítulo 42 está formado por dos partes distintas: 1) 42,1-14
que trata el tema del pudor y los hijos. 2) 42,15-25 que es un precio-
so himno a la Naturaleza y a la Historia. El autor sagrado “alaba la
creación de Dios por estar ‘llena de su gloria’ y reflexiona sobre la
omnisciencia de Dios y su propósito al crear.
La afirmación de que toda la creación llegó a ser ‘por la palabra
del Señor’ (42,15) recuerda a Gn 1, pero también alude a la alabanza
de la sabiduría en el capítulo 24 y más adelante en 43,6 (‘por su pa-
labra se mantienen unidas todas las cosas’). Estas ideas e imágenes
subyacen a los himnos cristológicos de Jn 1,1-18; Col 1,15-20 y Heb
1,1-2” 19 .
Nuestro término se sitúa en este marco y por esta razón su signi-
ficado no es el de “conciencia” como en los textos anteriores sino de
“ciencia”, pero ¿qué tipo de ciencia es ésta? Es un conocimiento de
totalidad, capaz de “sondear el abismo y el corazón” del hombre,
pero al mismo tiempo “anuncia lo pasado y el futuro y descubre las
huellas de los secretos” (v. 19); conoce todas las “palabras” y los
“pensamientos” (cf. v.20).
En este texto no está presente suneidh,sei “conciencia”, sino
ei;dhsin “ciencia”. Ambos términos mantienen una estrecha relación
semántica. Ei;dhsin no significa “conciencia moral”, pero sí tiene
una fuerte carga expresiva de algo que indica interioridad, secreto,
misterio, es decir, conocimiento profundo, que es elemento constitu-
tivo de la realidad de la conciencia.

18 G. VON RAD, Sabiduría en Israel. Proverbios-Job-Eclesiastés-Eclesiástico-


Sabiduría, Cristiandad, Madrid 1985, 301.
19 D. HARRINGTON, Eclesiástico, en: W. FARMER (dir.), Comentario Bíblico
Internacional. Comentario católico y ecuménico para el siglo XXI, Verbo
Divino, Estella 22000, 864.

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Syneídēsis en la Bib. griega y mada' en la Bib. hebrea

IV. SYNEÍDĒSIS Y MADA'

La mayoría de los autores destacan que el término “conciencia”


aparece por primera vez en la Biblia en el libro de la Sabiduría –
como ya lo hemos apuntado más arriba– y consideran tangenciales
las alusiones a Qohélet y Ben Sirá. Por otra parte, se afirma que
nuestro término griego “no tiene correspondencia en el AT hebreo” 20 ,
pero la traducción griega de Qo 10,20 tiene su origen en el texto
hebreo y ahí habría que buscar una equivalencia hebrea si la hubiere.
Al mirar en la Biblia hebrea el texto de Qo 10,20 encontramos el
sustantivo [D'm ;, que se ha traducido por “entendimiento”, “inteligen-
cia”. De este modo “tampoco en tu conciencia al rey maldigas…” (v.
20), quedaría por “tampoco en tu entendimiento al rey maldigas.” (v.
20). El sustantivo [D'm ; tiene –además de “entendimiento” e “inteli-
gencia”– otras acepciones, como “sabiduría”, “cultura”, “prudencia”,
“acierto”, o “ciencia” 21 y está presente en los siguientes textos del AT,
a saber: 2Cr 1,10.11.12; Dan 1,4.17; y Qo 10,20 22 .
“Dame ahora sabiduría y ciencia, para salir y entrar delante de es-
te pueblo: porque ¿quién podrá juzgar este tu pueblo tan grande?”
(2Cr 1,10).
“Y dijo Dios á Salomón: Por cuanto esto fue en tu corazón, que
no pediste riquezas, hacienda, o gloria, ni el alma de los que te
quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti
sabiduría y ciencia para juzgar mi pueblo, sobre el cual te he
puesto por rey” (2Cr 1,11).
“Sabiduría y ciencia te es dada; y también te daré riquezas,
hacienda, y gloria, cual nunca hubo en los reyes que han sido an-
tes de ti, ni después de ti habrá tal” (2Cr 1,12).
En estos tres pasajes del Libro Segundo de Crónicas, el término
[D'm ; se traduce por “ciencia” y forma una bina literaria con
20 G. LÜDEMANN, l. c., 1580.
21 Cf. L. ALONSO SCHÖKEL (dir.), Diccionario bíblico hebreo-español, Trotta,
Madrid 1994, 405.
22 Cf. G. LISOWSKY, Konkordanz zum Hebräischen Alten Testament, Württem-
bergische Bibelanstalt, Stuttgart 21858, 754.

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PABLO URIBE ULLOA

hm'k.x' la “sabiduría”, dándole mayor expresividad a la oración.


Estos versículos narran el inicio de la plegaría que Salomón hace a
YHWH en el comienzo de su reinado. El narrador destaca el conte-
nido de la súplica de Salomón y para ello usa nuestro término que
junto a la sabiduría indica unas cualidades personales necesarias para
gobernar al pueblo de Israel. Tan importante es este aspecto, que el
relato lo destaca tres veces, una en boca de Salomón y las otras dos
en boca de YHWH. El v. 11 repite la petición de Salomón del v. 10
resaltando así la función de esta “ciencia” que se ha pedido; es
“ciencia” para emitir juicio, “ciencia para juzgar a mi pueblo” (v.11).
Siguiendo la importancia de la petición de “ciencia”, en el v. 12 se
narra que además de aceptar Dios la súplica de Salomón, le concede
otros bienes menos importantes, pero apetecidos por los hombres:
“riquezas, hacienda y gloria”, sólo como premio a su tan acertada
petición.
Veamos ahora brevemente los datos de nuestro término en el li-
bro de Daniel:
“Muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, y de buen pare-
cer, y enseñados en toda sabiduría, y sabios en ciencia, y de buen
entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que
les enseñase las letras y la lengua de los Caldeos” (Dn 1,4).
“Y a estos cuatro muchachos les dio Dios conocimiento e inteli-
gencia en todas letras y ciencia: mas Daniel tuvo sabiduría en to-
da visión y sueños” (Dn 1,17).
El capítulo primero del libro de Daniel narra la estancia del joven
Daniel en la corte de Nabucodonosor. El v. 4 presenta los requisitos
que deben tener aquellos jóvenes para acceder a la corte junto al Rey.
Entre las características deseables está la “ciencia” entendida como
conocimiento adquirido, distinto de la sabiduría y la inteligencia. El
v. 17 en cambio presenta la “ciencia” como un ente sapiencial, el
texto hace la diferencia entre otras facultades intelectivas como es el
“conocimiento” y la “inteligencia” de la “ciencia”. En estos versícu-
los, la “ciencia” es conocimiento personal, interno; que debe pasar
por un proceso que permita luego aplicarlo a realidades concretas,
como es el buen funcionamiento de la corte. Es distinta a la sola
inteligencia porque la “ciencia” está orientada a la praxis del sujeto.

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Syneídēsis en la Bib. griega y mada' en la Bib. hebrea

V. CONCLUSIÓN

El estudio de los términos syneídēsis y mada' nos permite con-


cluir las siguientes ideas:
• El concepto español “conciencia” entendido como “conciencia
moral”, tiene su origen bíblico en la voz griega sunei,dhsij que
por primera vez aparece en la Biblia de los LXX en Sb 17,10. Y
con una variante importante ei;dhsin “ciencia” en Sir 42,18.
• El sustantivo hebreo [D'm ; “ciencia” se tradujo en los LXX como
suneidh,sei “conciencia” en Qo 10,20. Este sustantivo hebreo
está presente en otros pasajes del AT y su significado principal es
el de “ciencia”, entendida como una facultad interior del hombre
que ejercitando el “entendimiento” lo aplica a una realidad con-
creta. Así queda demostrado por los textos de 2Cr 1,10.11.12;
Dan 1,4.17.
• Finalmente, es falsa la afirmación que plantea que el término
griego sunei,dhsij no tiene correspondencia alguna con el texto
hebreo del AT, porque –sin considerar otros términos hebreos
que expresan la misma realidad de “conciencia moral”– el alcan-
ce semántico del sustantivo [D'm ; apunta a la misma realidad de
“conciencia moral”, no de forma explícita, pero sí suficientemen-
te clara, en cuanto actitud interna que el hombre posee para re-
flexionar sobre sí y orientar su acción.

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