“El amor a uno mismo, es el comienzo de un romance que dura toda la

vida” Oscar Wilde.

Buenos días distinguidas autoridades que hoy nos acompañan,

honorables miembros del jurado calificador, compañeros de concurso,
respetable público. Mi nombre es Wilma Martínez Ramírez, de la
Escuela Primaria Justo Fernández González y participo en este concurso
con el tema “Autoestima. Reconozco y manejo mis emociones”.

Autoestima es la valoración positiva o negativa que una persona hace

de sí misma en función de sus pensamientos, sentimientos y
experiencias de un modo general.

La autoestima está relacionada con la autoimagen, que es el concepto

que se tiene de uno mismo, es la autoaceptación y reconocimiento de
nuestras cualidades y nuestros defectos.

La forma en que una persona se valora está influida en muchas

ocasiones por agentes externos y puede cambiar a lo largo del tiempo.
Se puede ganar o perder autoestima por situaciones amorosas,
familiares, de trabajo, escolares o por nuestra propia autocrítica
positiva o negativa.

No se debe tomar esto a la ligera ya que según un estudio de la UNAM:

2 de cada 10 niños y adolescentes en la Ciudad de México tienen
síntomas de depresión, además se sabe que la Coordinación de
estadística de los servicios de atención siquiátrica de la Secretaría de
Salud, afirma que entre 15 y 20 por ciento de los jóvenes en México
padecen un trastorno afectivo como depresión o ansiedad.

Todos tenemos una imagen mental de quienes somos, qué aspectos

tenemos, en qué somos buenos y cuáles son nuestros puntos débiles.
Nos formamos esa imagen a lo largo del tiempo empezando en nuestra
infancia. El término autoimagen se utiliza para referirse a la imagen
mental que una persona tiene de si misma y esta imagen mental
contribuye a nuestra autoestima; la cual puede ser positiva o negativa
según nuestro nivel emocional y las influencias sociales.

De acuerdo con lo anterior puede surgir la pregunta “¿al controlar mis

emociones puedo aumentar mi autoestima?”
Esto se puede lograr siempre y cuando puedas aceptar los
pensamientos e imágenes que tienes de ti mismo. En este punto
debemos de considerar que existen distintos tipos de autoestima: la
positiva y la negativa. En la positiva encontramos a quien se siente muy
listo y capaz de ser superior a los demás, tiene gran motivación al
realizar sus tareas haciendo hincapié en sus cualidades aumentando las
probabilidades de éxito y, por lo tanto, la autoestima. Mientras que en
la negativa se encuentran los que no son capaces de resolver
situaciones por si solos y son carentes de tomar decisiones en su vida.

Las personas con baja autoestima se pueden sentir inseguras,

insatisfechas y sensibles a las críticas. Otra característica de las
personas con baja autoestima puede ser la dificultad de mostrarse
asertivas, es decir, de reclamar sus derechos de una manera adecuada.

Es por todo esto, amigos míos, que yo los invito a que reflexionemos
acerca de este tema y nos esforcemos en aumentar nuestro amor
propio. Porque ya lo dijo el psiquiatra norteamericano Scott Peck:
“Hasta que no te valores a ti mismo, no valorarás tu tiempo; hasta que
no valores tu tiempo, no harás nada con él”.