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Por último, el CP preserva inalterado desde el año 2003, el supuesto de expulsión del territorio
nacional como sustitutivo de cualquier medida de seguridad impuesta a un extranjero no
residente legalmente en España.
Antes de la LO 1/2015, el CP, en su art. 89 disponía que las penas privativas de libertad inferiores
a 6 años, impuestas a un extranjero no residente legalmente en España, debían sustituirse en la
sentencia por su expulsión del territorio español, salvo que el juez o tribunal, previa audiencia
del penado, del MF y de las partes personadas, de forma motivada, apreciase razones que
justificasen el cumplimiento de la condena en un centro penitenciario español.
La expulsión también se podía acordar en auto motivado posterior, previa audiencia del penado,
del MF y de las partes personas.
Igualmente, el art. 89 disponía que, a instancia del MF, y previa audiencia del penado y de las
partes personadas, los jueces o tribunales debían acordar en la sentencia, o durante su
ejecución, la expulsión del territorio nacional del extranjero no residente legalmente en España
que tuviera que cumplir o estuviera cumpliendo cualquier pena privativa de libertad, para el
caso de que hubiera accedido al tercer grado penitenciario o hubiera cumplido las ¾ partes de
la condena, salvo que previa audiencia del MF y de forma motivada, apreciasen razones que
justificasen el cumplimiento en España.
Con la LO 1/2015, el art. 89.1 CP, prevé ahora, con carácter obligatorio, la sustitución de las
penas de prisión de más de 1 año impuestas a un ciudadano extranjero por la expulsión del
territorio español.
Excepcionalmente, cuando sea necesario para asegurar la defensa del orden jurídico y
restablecer la confianza en la vigencia de la norma infringida por el delito, se autoriza al juez o
tribunal a acordar la ejecución de hasta 2/3 de la pena y sustituir el resto por expulsión del
territorio español.
Igualmente, para el caso de que la pena o la suma de las penas impuestas supere los 5 años de
prisión, el art. 89.2 dispone que el juez o tribunal ha de acordar la ejecución de todo o parte de
la condena, en la medida en que sea necesario para asegurar la defensa del orden jurídico y
restablecer la confianza en la vigencia de la norma infringida por el delito. En estos casos,
cumplida la parte de la pena que se hubiera determinado judicialmente, se sustituirá la parte
pendiente de cumplimiento por la expulsión del territorio español.
Para valorar la presencia de tal amenaza el CP dispone que se tendrá en cuenta la naturaleza,
gravedad y circunstancias del delito cometido, y a los antecedentes y circunstancias personales
del condenado.
Si el penado ha residido en España durante los 10 años anteriores, solo procederá la expulsión
en el caso de que haya sido condenado por la comisión de uno o más delitos contra la vida,
libertad, integridad física o libertad e indemnidad sexuales, que tengan asignada una pena
máxima de más de 5 años de prisión y exista un riesgo grave de que pueda cometer delitos de
la misma naturaleza.
Se aplicará la misma medida en el caso de que hubiese sido condenado por uno o más delitos
de terrorismo o cometidos en el seno de un grupo u organización criminal (art. 89 .4 CP).
De forma que, tras la reforma de la LO 1/2015, la sustitución ya no se aplica a cualquier pena
privativa de libertad sino solo respecto de la pena de prisión; para poder proceder a su aplicación
la pena de prisión ha de ser superior a 1 año, de forma que quedan fuera de la posibilidad de
sus sustituidas por expulsión, las penas de prisión de entre 3 meses y 1 año; y la medida se
refiere a cualquier ciudadano extranjero, incluidos los ciudadanos de la UE, y no solo a extranjero
no residentes legalmente en España, de forma que la expulsión se basa en el carácter de no
nacional y ya no en la condición de irregular del condenado.
La medida tiene carácter obligatorio, aunque se prevé la posibilidad de que el juez o tribunal
acuerde la ejecución de todo o parte de la condena, según los supuestos, cuando lo considere
necesarios para asegurar la defensa del orden jurídico y restablecer la confianza en la vigencia
de la norma infringida por el delito. Esto es, frente a la previsión anterior que ordenada la
expulsión salvo que concurriesen motivos que justificasen el cumplimiento en España,
otorgando una mayor discrecionalidad al órgano judicial que podía basarse exclusivamente en
razones de prevención especial, ahora se hace referencia expresa a razones de prevención
general. No obstante, las razones de prevención especial podrán justificar le cumplimiento de la
condena en España si la expulsión resulta desproporcionada.
En todo caso, la expulsión del territorio español lleva aparejada el archivo de cualquier
procedimiento administrativo que tuviera por objeto la autorización para que el penado resida
o trabaje en España-
El CP tras la reforma por la LO 11/2003 estableció con carácter general, en su art. 108, la
expulsión de extranjeros no residentes legalmente en España, previa audiencia de los mismos,
en sustitución de las medidas de seguridad aplicadas por el órgano jurisdiccional como
consecuencia de la comisión de un delito. Tal sustitución tiene carácter obligatorio, salvo que
excepcionalmente el juez o tribunal, previa audiencia del MF y de forma motiva, aprecie que la
naturaleza del delito justifica el cumplimiento en España.
Se trata de una decisión facultativa de los órganos judiciales sentenciadores. No obstante, en los
delitos que solo pueden ser perseguidos mediante denuncia o querella del ofendido, los jueces
y tribunales deberán oír a este y en su caso, a su representante legal antes de conceder la
suspensión. También la decisión sobre la suspensión deberá notificarse a la víctima en los casos
del art. 5.1 m) y 7.1 e) del EV.
- Que el condenado haya delinquido por primera vez. No se tendrán en cuenta las
anteriores condenadas por delitos imprudentes o por delitos leves, ni los antecedentes
penales cancelados, o cancelables, conforme al art. 136 CP.
o Además, la LO 1/2015 a conferido una mayor discrecionalidad a los órganos
judiciales en la valoración de los antecedentes, al disponer que tampoco se
tendrán en cuenta los antecedentes penales correspondientes a delitos que por
su naturaleza o circunstancias, no tengan relevancia para valorar la probabilidad
de comisión de delitos futuros.
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