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Investigación histórica y economistificación

Luis Alvarado
Análisis Sociohistórico. Imparte: Dra. Magda Riquer
UACM del Valle, Maestría en Ciencias Sociales

Frente a la necesidad creciente de compreder a profundidad los fenómenos sociales experimentados en


México, se hace una reflexión sobre el papel de la Historia y su relación con una investigación
sociológica en curso. Se plantea primero, y en breve, el problema de investigación para que después se
pueda reflexionar sobre el uso de la historia en dicho problema.

Economistificación

La preocupación que ánima la investigación gira en torno a varias palabras que han envuelto por
sorpresa a la ciudadanía: autoempleo, toma de riesgos, creatividad, emprendedurismo. Se trata de una
serie de formulaciones en apariencia inocentes, pero que encierran un problema, a mi juicio grave,
sobre la sociedad contemporánea, o al menos la mexicana.

¿cuál es el problema? Se trata de términos relacionados con la vida económica de la población. Su


resurgimiento y acomodo en nuestra vida parece no crear demasiadas preguntas. Incluso pudiera
aceptarseles de manera positiva: ¡Que bueno que inicies tu propio negocio! ¡Eso habla bien de tu
iniciativa! ¡Eres tu propio jefe! Y no hay nada de malo con estás conversaciones. El problema es el
siguiente: Nos llenamos de vocabulario, y al mismo tiempo de formas de vida, económica, pero al
mismo tiempo no agregamos más palabras a nuestras formas de vida política. De otra manera, nos
encontramos en un momento histórico en el que nos sentimos interpelados a ocuparnos de todas las
formas de administrar un negocio, pero en la vida política solamente conocemos la palabra votar.
Sentimos la necesidad de involucrarnos más y más en los negocios, pero cada vez menos en la política.
Todo un mundo marcado por la ganancia, la inversión, la administración, la utilidad y la riqueza va
desplazando poco a poco el mundo de la participación, la opinión, el cambio social.

Es este el tipo de cambio que me interesa estudiar. Se trata de un caso de cambio social, y para
entenderlo necesitamos más que mirar a la condición actual de los paises y los mercados
internacionales con los que se relacionan, necesitamos saber como opero este cambio de mentalidad.
¿Desde cuándo perdimos interés en los asuntos públicos; desde cuándo pensamos que con ser solventes
y trabajadores era suficiente para cumplir con nuestras tareas como ciudadanos? ¿cuándo dejamos de
interesarnos en los asuntos políticos y comenzamos a tacharlos a todos de corruptos?, ¿por qué creemos
que es posible y bueno crear una empresa o poner un negocio pero que es irrelevante y absurdo cambiar
la situación política del país? La historia es nuestra mejor aliada en la búsqueda de respuestas.

Donde la historia queda mal en la investigación social: Contexto, origen.

¿Cómo integrar la investigación histórica en nuestra investigación social? Me gustaría primero señalar
dos formas de investigación que he identificado como erroneas. La primera, contexto, creo que debe ser
evitada completamente. La segunda, origen, aunque válida, tiene parámetros restringidos.

La historia como contexto es muy común; tan común y aceptada que se le llama cotidianamente el
primer capítulo; el del contexto. Cuando se habla de esta parte obligada de la investigación, se hace uso
de la historia como un mapa de coordenadas. Asi como podemos decir 12, 21, 33, es decir, X, Y, Z,
podemos decir, siglo XIX, fin de la primera revolución industrial, inglaterra, X, Y, Z. Se trata del uso
más superficial de la historia para la investigación, aquella que ignora que el pasado no es material
muerto, anclado, sino parte de lo real. Braudel lo llama tela de fondo:

...las economías, las instituciones, las arquitecturas sociales y, por último (y sobre todo), las
civilizaciones; realidades todas ellas que los historiadores de ayer o han, ciertamente,
ignorado, porque, salvo excepcionales precursores, han considerado con excesiva frecuencia
como tela de fondo... (Braudel, 1970, p. 29).

Está es la historia que hay que superar, la historia positivista. En teoría ya es cosa del pasado, pero es
una realidad de muchos trabajos recepcionales, incluso de maestría y doctorado.

La imagen del telón de fondo es muy útil puesto que nos llama la atención de otros dos conceptos muy
usados en la Historia, la de los héroes y los grandes momentos. Es decir, y abusando un poco de la
metáfora, la idea del contexto como telón de fondo se alinea con la de los grandes personajes que
actuan en este escenario lleno de grandes acontecimientos. Algunas veces se le conoce como el
panorama: explicamos lo que estaba pasando cuando acontece nuestro objeto y fenómeno de interés.
Se dan sólo coordenadas espacio-temporales, como si lo que estaba pasando y lo que queremos explicar
estuvieran en planos distintos.

Sobre la misma idea de contexto o telón de fondo, Braudel indica que esta perspectiva no sólo no
ayuda, sino que entraña un tropiezo para la investigación:

“Inmensos errores de perspectiva y de razonamiento, porque lo que se intenta concordar


mediante este procedimiento e inscribir en el mismo marco son movimientos que no tienen no
la misma duración ni la misma dirección, integrándose los unos en el tiempo de los hombres, el
de nuestra vida breve y fugaz, los otros en ese tiempo de las sociedades, para el que un día, un
año no significa gran cosa, para el que a veces un siglo entero no representa más que un instante
de la duración” (íbid, p. 29).

Lo que se opera con este uso de la historia es un engaño. Pensamos que los acontecimiento tienen un
peso similar, un único desarrollo, como si todos los hechos estuvieran en el mismo plano, como si
pudieramos decir que Cólon viajó por el Atlántico hacia las Indias en 1492 sin hablar de lo que
significaba un viaje en términos espacio-temporales de la época, su dificultad, y la visión que se
percibía de ese año en ese momento. Además de que ahora lo vemos como un gran momento en la
historia puesto que marco el inicio de la Modernidad, pero en ese momento no era una gran hazaña y
no pasarían pocos años para reconocer ese acontecimiento como tal.

Otra idea sobre el uso de la historia es la del origen. Esta idea se refiere a la usual necesidad de indicar
el momento de genesis de un acontecimiento. Por ejemplo, si hablará de democracía, ¿tendría que
remontarme a su momento de creación entre los griegos y además dar su genealogía? No es que se trate
de un error per se, lo que es un error es pensar que cada investigación lo requiere.

¿Pero, es de verdad tan común? Pereyra cita a Bloch en esto:“La explicación de lo más próximo por o
más lejano ha dominado a a menudo nuestros estudios””Bloch citado por Pereyra Aunque no hay
evidencia directa de la prevalencia de esta actitud, me parece suficiente dirigir la atención hacia la
manra de enseñar la historia en las escuelas primarias, secundarias, preparatorias y universidades para
dudar seriamente de que está actitud haya cambiado radicalmente.

Según nuestro análisis, el siguiente fragmento de Pereyra revelaría una confusión en las labores del
historiador:

para todo fenómeno social el conocimiento de sus orígenes es un momento imprescindible del
análisis y un componente irrenunciable de la explicación, ésta no se agota aquí: saber cómo algo
llegó a ser lo que es no supone todavía reunir los elementos suficientes para explicar su
organización actual” (Pereyra et al., 2005, p. 20).

Por un lado, estamos de acuerdo en que el origen no es suficiente para una explicación, pero por otro
ladoconsidera irrenunciable el elemento del origen. Baste este ejemplo para mostrar que la idea del
origen es difícil de superar auque se le critique. Pereyra se colocaría en una posición intermedia a la
nuestra puesto que considera el orígen de algo como parte imprecindible de la investigación: Lo que
quiero defender es que la investigación sobre el origen de algo un tipo peculiar de investigación. No es
ni completamente imprescindible ni en parte imprescindible (Pereyra). Un ejemplo de una
investigación que no hace uso del origen es La era de la revolución de Eric Hobsbawm. En esta obra, el
autor indica lo siguiente sobre el alcance de su trabajo:

Qué tan atras en la historia debe ir el analista –ya sea a la revolución inglesa de mediados del
siglo XVII a la Reforma y al inicio de la conquista mundialmilitar europea y la explotación
colonial en el temprano siglo XVI,o incluso antes, es para nuestros propósitos, irrelevante(…)
Aquí simplemente necesitamos observar que las fuerzas económicas y sociales , las
herramientas políticas e intelectuales de esta tranformación estaban ya preparadas(…) Para los
años de 1780 podemos tomar la prescencia de todas estas por dadas,aunque todavía no podemos
asumir que eran suficientemente fuertes o estaban suficientemente extendidas. (Hobsbawm,
1996, p. 2-3, énfasis mío).

Esto no quiere decir que la historia del origen de algo no sea de interés, pero en ocasiones no es
necesario o siquiera posible, ¿Cuándo podemos decir con certeza que algo se originó? ¿Es su origen
identico a su aparición o prominencia en el léxico?, ¿o es más bien aparecen los rastros de un fénomeno
cuando lo hemos formulado con claridad?
Otra historia en la investigación social

¿Entonces cómo hablar de la historia en nuestra investigación? Creo que la historia no ocupa sólo un
capítulo en nuestra investigación, ocupa una posición a la que constantemente tendríamos que hacer
referencia en la investigación. En el caso de la investigación que realizo actualmente, habría que hablar
de la historia viva de la sociedad. La historia no es eso que nos antecedece, sino parte de lo que nos
explica. La historia de un determinado sector de la sociedad es una selección de hechos que enlazamos
con el presente. Es más como tender puentes para el extender la realidad de un fenómeno. Lo podemos
ver como un momento en el presente o como la forma actual de un largo proceso. La historia se
convierte entonces en una fuerza en marcha de la actualidad, una forma de ver lo real: Es tarea de la
investigación histórica recuperar el movimiento global de la sociedad (Pereyra et al., 2005, p.24). Ver
al pasado es ver con ojos de inquisidor, de buscar respuestas:

(...)la historia consiste esencialmente en ver le pasado por los ojos del presente y a la luz de los
problemas de ahora, y que la tarea primordial del historiador no es recoger datos sino valorar:
porque si no valora, ¿Cómo puede saber lo que merece ser recogido? (Carr, 1961, p. 28).

Historicismo y estructuralismo

Sin embargo, dentro de la investigación también encuentro dos problemas con darle a la historia un
lugar tan prominente. Los identifico por ahora como historicismo y estructuralismo.

Identifico el historicismo como la postura según la cuál la historia explicaría todo el mundo social.
Ante esto Hobsbawm (1996) también aclara que “debemos, si acaso, salvaguardarnos contra la
tentación de pasar por alto la novedad de la revolución dual debido a la familiaridad de su vestimenta
exterior” La historia no puede explicar la actualidad, es parte de la explicación. Para el resto de la
explicación están las otras ciencias sociales.

El otro problema está en la disolución del sujeto por sus condiciones histórica. Por ejemplo:
en definitiva, las relaciones sociales combinan hombres, instituciones, objetos, fenómenos, etc.,
en una sola, única y misma realidad. Los lugares ocupados por los agentes históricos, sean estos
individuos, grupos , clases, organizaciones, etc., las posiciones mantenidas en el interior de la
combinación compleja,determinan la actuación de tales agentes y la marcha del proceso. Por
ello de puede afirmar que el sujeto del proceso histórico es el propio proceso o, lo que es igual:
la historia es un proceso sin sujeto. (Pereyra, p. 88).

No creo que podamos dar por sentada la desaparición del sujeto, esto indicaría que nada de lo que
hacemos tiene un mínimo grado de autonomía, que tampoco yo, sentado en este escritorio, estoy
pensando creativamente, sino que cada palabra que tecleo es el efecto de todas mis circunstancias, que
la decisión es ilusión y mi autonomía, en realidad, efecto del sistema; que la historia demuestra la
incoherencia de la disputa entre libertad y determinismo. Es excesivo decir que no hay sujeto. Creo que
es una advertecia para la investigación: no diluyamos demasiado al sujeto.

Carr (1961, p. 40) advierte sobre esto en las últimas líneas de sus conferencias: “Mi primer
contestación a la pregunta de qué es la Historia, será pues la siguiente: un proceso continuo de
interacción entre historiador y sus hechos, un diálogo sin fin entre el presente y el pasado”. Carr se
refiere aquí a la Historia como disciplina, y su conclusión es sobre las labores de la disciplina histórica,
pero con algunas modificaciones puede convertirse también en nuestro argumento sobre la importancia
de mantener vivo al sujjeto histórico: cambiemos la Historia como disciplina que refiere Carr por la
historia como conjunto de sucesos, acciones, instituciones, etc.. Y cambiemos también la palabra
historiador por sujeto para poder leer lo siguiente: Mi primer contestación a la pregunta de qué es la
historia, será pues la siguiente: un proceso continuo de interacción entre el sujeto y sus hechos un
diálogo sin fin entre el presente y el pasado. Entonces, pues, el historiador y el sujeto de la historia son
similares en esto: se dedican a la interacción con sus hechos, son un diálogo sin fin entre el presente y
el pasado. Así como el historiador no puede abstraerse de la historia que escribe, el sujeto no puede
diluirse de la historia que vive.
Referencias
Braudel, F., (1970). La Historia y las Ciencias Sociales. Madrid, España: Alianza.
Carr, E., (1961). ¿Qué es la Historia?. Ariel.
Foucault., La arqueología del saber.
_______., The Order of Things
Guha.Las voces de la historia
Pereyra, C., Villoro, L., González, L., Blanco, J., Florescano, E., Córdova, A., (…) Bonfil, G., (2005).
Historia ¿para qué?.D.F., México: Siglo XXI Editores.

Bibliografía
The invention of tradition
Hobsbawn
Wallerstein, I. The modern World Ssytem
Jonathan Israel, Revolutionary Ideas.
Micklethwait, John, The company Ahistory of a revolutionary idea
Impensar las ciencias sociales
Abrir las ciencias sociales
El moderno sistema mundial
Adorno, Epistemología y ciencias sociales
The structural transformation of the public sphere
El 18 brumario de Luis Bonaparte.

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