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exigió un proceso largo de elaboración. De ahí que no solo los primeros instrumentos fue
ran lexicográficos sino que también fuera necesario construir los grandes Corpus de base:
CORDE, Corpus Diacrónico del Español, y CREA, Corpus de Referencia del Español Actual, a
los que se ha agregado luego el CORPES, Corpus del Español del Siglo XXI.
Por otro lado, el proyecto se inscribe explícitamente en una política lingüística, de
signada como panhispánica, que si bien se expone tardíamente en un documento (AALE y
RAE, 2004) se diseña desde la década de 1990. Se condensa en el lema actual de la RAE
“unidad en la diversidad” (que reemplaza al “limpia, fija y da esplendor” 1), cuyo segundo
sustantivo remite a lo políticamente correcto, que abunda en los emprendimientos de
época, mientras que el primero lo vincula a las actuales políticas de área idiomática que
buscan fortalecer un espacio común. En ese sentido, recordemos que la política lingüística
panhispánica se propone integrar el español de América en pie de igualdad con el euro
peo y hacer intervenir a las academias nacionales en la elaboración de los instrumentos
lingüísticos. La Asociación de Academias de la Lengua Española figura junto a la RAE como
responsable desde 2005 (ya desde 1999 se señalaba que revisaba las obras que publicaba
aquella) y sus productos más recientes en ese marco, además de las gramáticas, son el Dic
cionario panhispánico de dudas 2 (2005) y la Ortografía (2010). Las grandes orientaciones para
la elaboración de estas obras (salvo la ortogáfica) son, fundamentalmente, establecer el
carácter policéntrico de la norma y atender a la lengua común y a las diferencias, geográ
ficas, sociales y de registro (Bosque, 2009).
El panhispanismo constituye una política de área idiomática cuya importancia se ha
acentuado con el avance del proceso de globalización y que se sostiene en la declarada
gestión democrática de la lengua compartida. Las políticas de área se caracterizan, ade
más, por el fácil desplazamiento de lo cultural y lingüístico a lo político y lo económico,
de lo cual la Francofonía es un modelo temprano. Las encabezan los países que tienen ma
yor poder económico, en ese sentido un caso interesante es la Lusofonía, de la que está al
frente Brasil y no la vieja metrópoli colonial. En el caso del mundo hispánico, la incidencia
de la economía3 se evidencia no solo en la participación de empresas españolas importan
tes en los congresos de la lengua –Telefónica, Repsol, por ejemplo– y en el apoyo que otor
gan a la elaboración de instrumentos lingüísticos sino también en el peso de las industrias
de la lengua y en la explotación comercial 4 de los productos de la RAE y la Asociación de
1
Este lema sostuvo lo que Klaus Zimmermann (2010: 47) considera “un concepto de lengua normativo y pu
rista, identificando el término lengua con el de variedad estándar (lo que es históricamente falso) y privile
giando entre las variedades estándares las de la España septentrional (visión monocentrista e ideología eu
rocentrista).” Esta concepción incide en la elaboración de los instrumentos lingüísticos a pesar de los cam
bios glotopolíticos operados.
2
En Senz, Miguell y Alberte (2011) se encuentra un análisis detenido de diversas entradas de este instru
mento lingüístico.
3
Luis Fernando Lara (2011: 324) al hablar del potencial financiero de la RAE señala que “es determinante el
apoyo que hoy recibe no solo del Estado español sino, vía Fundación pro Real Academia, de las grandes em
presas transnacionales españolas, como el Banco de Bilbao Vizcaya Argentaria, el Banco Santander, Endesa,
Repsol, Unión Fenosa, el grupo PRISA-Santillana, el Grupo Planeta, Telefónica Española y otras más.
4
Silvia Senz, Jordi Minguell y Montserrat Alberte (2011: 438) advierten que el Diccionario panhispánico de du
das vendió 200.000 ejemplares en los seis meses posteriores a su publicación y los dos primeros volúmenes
de la Nueva gramática de la lengua española “logró situarse, en su primera semana de recorrido comercial, en
el número uno de obras de no ficción vendidas en España, y solo en dos meses ha vendido ya 60.000 ejem
2
Academias, todo lo cual se sintetiza en la reiterada expresión de que “el español es un re
curso económico” y, podemos agregar, una mercancía. En las apreciaciones sobre el valor
económico de la lengua no dejan de influir las transformaciones operadas en las nuevas
empresas globalizadas, particularmente en el sector de servicios, en el cual el lenguaje se
vuelve un producto (Heller y Boutet, 2006) y un componente central de la productividad
(Duchêne, 2011).
También debemos señalar que el reconocimiento de la lengua común, por un lado,
acompaña el papel de España como avanzada de la Unión Europea en América Latina, que
se ha manifestado en una marcada presencia económica y financiera, perturbada parcial
mente por la crisis última. Los otros países hispanoamericanos, a pesar del poder
simbólico que pueden activar, son más débiles económicamente y, sobre todo, no han
puesto en marcha una maquinaria glotopolítica de envergadura. Por el otro, el reconoci
miento de la unidad del área tiende a la expansión planetaria, importante en la nueva eta
pa y que ha dado lugar, en ese sentido, además de la actuación de las consejerías para la
promoción de la lengua y la cultura españolas, dependientes del Ministerio de Educación
y Ciencia de España, a las diversas actividades del Instituto Cervantes –creado en 1991 y
presente en la actualidad en 77 ciudades correspondientes a 44 países–, y de la RAE. Las
más importantes son los Congresos de la Lengua Española 5 cuyas orientaciones glotopolí
ticas (Arnoux, 2008; Rizzo, en este volumen) tienen una gran difusión mediática; la imple
mentación en 2007 del SICELE (Sistema Internacional de Certificación del Español como
Lengua Extranjera), que ha cristalizado en el DELE (Diploma de español como lengua ex
tranjera) y la elaboración como señalamos de los instrumentos lingüísticos. En relación
con este amplio dispositivo, José del Valle (2007: 39) destaca que su fin es “promover la
hispanofonía, una conceptualización de la comunidad hispanohablante que la consolidara
como mercado donde la presencia del capital español fuera percibida como natural y legí
tima”.
“La Gramática […] nos hace ver el maravilloso artificio de la lengua, enseñándo
nos de qué partes consta, sus nombres, definiciones y oficios, y cómo se juntan y
enlazan para formar el tejido de la oración” 9. […] En los casi dos siglos y medio
transcurridos desde entonces, la Real Academia Española ha publicado numerosas
ediciones de su Gramática en la que se ha esforzado en analizar este “maravilloso ar
tificio” (p. XXXIX).
9
En bastardillas en el original.
5
cual no hay un centro regulador sino regularidades y variedades que la descripción gra
matical registra, a una gramática de segundo tipo que determina un centro normativo
institucional “oficial”.
En cuanto a los aspectos que tratan, la Gramática descriptiva abarca la sintaxis, la re
lación entre léxico y sintaxis, la semántica de las relaciones oracionales, la morfología
(tanto flexiva como derivativa) y una parte de lo que se conoce como “gramática del dis
curso”. La Nueva gramática, por su parte, señala cuidadosamente que “su índice de conte
nidos presenta una estructura clásica. Tras un capítulo introductorio […] se separan de
modo tradicional la morfología y la sintaxis” (p. LVII). Con lo de “clásico” alude a su ins
cripción en la serie de las gramáticas académicas, obras no de autor –como la anterior de
Alarcos Llorach– sino institucionales.
Respecto de los datos de los que parte o que ilustran las reglas, la Gramática descripti
va plantea que “la fuente principal de datos ha sido la introspección”. Sin embargo “se
hace un uso habitual de fuentes literarias y periodísticas, corpus diversos privados y pú
blicos y diccionarios sintácticos, particularmente el de Rufino J. Cuervo” (p. XXIX). En
cuanto a la Nueva gramática, esta reconoce dos fuentes de datos: por un lado, “ejemplos
construidos por sus redactores (siempre debidamente convalidados por un número sufici
ente de hablantes nativos y refrendados por las academias), p. XLIV, y, por el otro, “ejemplos
procedentes de textos”; “proceden del banco de datos léxicos de la RAE […], así como el viejo
fichero de papel de la Academia. No obstante fue necesario acudir también a otros reperto
rios…(p. XLV). En suma, la Nueva Gramática adopta un formato tradicional que la vincula
con las otras gramáticas académicas, desestima o no explicita programáticamente el tra
tamiento de los aspectos semánticos y discursivos y sus ejemplos parten de corpus insti
tucionales o son refrendados por la institución.
Los “olvidos”
Consideraré el prólogo de la Nueva gramática –texto que enuncia el programa grama
tical– atendiendo, como señalé, a algunos olvidos en relación con la tradición gramatical
que recupera. Los prólogos son discursos que, como tales, realizan opciones acerca de lo
que van a valorar al darle una presencia en el texto. Muchas de ellas no son, por cierto,
resultado de actividades reflexivas pero son significativas en cuanto construyen también
con lo que no dicen –las omisiones– las representaciones que el texto vehiculiza. A nues
tro criterio, en este caso, los “olvidos” se deben a la necesidad de insistir en la representa
ción de “novedad”. Creemos, además, que lo “nuevo”, reiterado en los títulos de todos los
miembros de la serie gramatical y destacado en las presentaciones 10, actúa más como una
categoría del ámbito comercial –propia de la concepción de la lengua como “recurso eco
nómico”– que del gramatical, en el cual los retomes son múltiples e insistentes tanto de
otras gramáticas como de estudios referentes a aspectos puntuales. Si bien se alude tam
10
Al referirse a la inclusión de “nueva” en el título, Bosque (2010) lo justifica diciendo: “Pareció conveniente
a la comisión interacadémica que la gramática reflejara en su propio título, a ser posible con una sola pala
bra, la presencia de tantas novedades. La comisión entendió que el adjetivo nuevo situado delante del título
tradicional constituía un llamado de atención al lector que le anticiparía la existencia de tales cambios. Se
expresaría así que el proyecto surgió con la intención de mantener los aspectos más valiosos de nuestra tra
dición, pero también con el propósito de convertir una obra antigua en una gramática de este tiempo.”
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bién a la tradición, esto se debe a que está ligada al reconocimiento de “marca” de la RAE.
Las exclusiones que se operan en el prólogo llaman la atención, por otra parte, en la medi
da en que las orientaciones del mismo texto las evocan en un lector interesado por el pen
samiento gramatical hispánico y lo llevan a interrogarse por lo no dicho.
Si bien se reconocen las gramáticas posteriores a la de 1931 que no alcanzaron el es
tatuto de académicas pero que fueron acogidas en los espacios editoriales de la RAE, no se
cita la Gramática descriptiva de la lengua española, que es como dijimos la expresión primera
en el ámbito hispánico de la política lingüística de área idiomática. Esto llama particular
mente la atención porque Bosque es el ponente y aquella apareció en la Colección Nebrija
y Bello de la RAE. Incluso la desconoce al decir “Nuestro idioma no llegó, pues, a disponer
de una gramática que lo representara en esa serie de grandes tratados con los que hoy
cuentan no pocas lenguas europeas”. Tal vez no lo considera un texto unitario, al que le
pueda dar el nombre de “tratado” porque los capítulos están firmados, aunque los direc
tores han logrado una destacable unidad de las colaboraciones y para los lectores sea una
obra de referencia que merecía un reconocimiento público.
Otro olvido significativo tiene que ver con el anuncio de la publicación de dos ver
siones más, una “con propósito divulgativo” y otra “básica o esencial, pensada para el
gran público y fácilmente adaptable al ámbito escolar”. La Nueva gramática, extrañamente,
no se refiere a la gramática académica de 1854, que en este sentido es el antecedente pri
mero ya que dio lugar al Compendio y al Epítome, sobre todo cuando sigue los criterios ado
ptados por aquella, particularmente en pensar el Manual como una reformulación en la
que dominan las meras operaciones de omisión o borrado y la tercera de la serie como un
texto que exige un mayor trabajo de adaptación (Arnoux, 2013). Además las relaciona el
hecho de que ambas aparecieron muchas décadas después de la anterior gramática acadé
mica (1796, en un caso; 1931, en el otro). Sin embargo, notablemente, “recuerda” un gesto
de la reformulación que el prólogo de la gramática de 1858 realiza respecto de la de 1854:
lo reproduce pero al hacerlo borra toda alusión a Vicente Salvá y Andrés Bello, que eran
los gramáticos con los que el texto fuente dialogaba mostrando la dimensión polémica del
trabajo gramatical. Como señalamos antes, el prólogo de la Nueva gramática cita a diversos
gramáticos, pero no recuerda tampoco a los grandes autores de las gramáticas del siglo
XIX ligadas a la construcción de los Estados nacionales 11, posiblemente porque la política
panhispánica sigue otro derrotero y necesita un corte tajante con ese pasado intenso,
conflictivo e innovador que se manifestó, incluso, como vimos, en la gramática académica
de 1854. Sin embargo, es un olvido difícil por las grandes orientaciones del texto. Realizar
una “descripción exhaustiva del idioma basada en citas textuales” fue un objetivo de Sal
vá, a pesar de que los medios técnicos eran infinitamente inferiores a los actuales. Desta
car el “carácter policéntrico” de la norma fue realizado programáticamente por Bello en
su propio prólogo, en el que afirma: “Chile y Venezuela tienen tanto derecho como Ara
gón y Andalucía para que se toleren sus accidentales divergencias cuando las patrocina la
costumbre uniforme y auténtica de la gente educada”.
11
Al respecto es interesante y, a la vez, inquietante porque tiene cierta resonancia de mandato que debe ser
cumplido, una nota de Gómez Asencio (2002: 200): “La mención a esos gramáticos ya no aparece en 1858. Ni
nunca más”.
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Creo que los olvidos de esos tramos del pensamiento gramatical con los que la Nueva
gramática tiene una indudable filiación (incluso Bello es, junto a Nebrija, el único gramáti
co citado en el cuerpo del texto gramatical) se deben, entonces, al deseo de reforzar su
condición de “nueva” afirmándose como primera gramática de área y como la primera
que atiende a la pluralidad de normas y que conjuga los ejemplos construidos por el gra
mático con citas textuales. Asimismo, como quiere estar en el origen del reconocimiento
de la pluralidad de normas, cuando lo cita a Correas (Los libros se escriben para todos, chicos i
grandes, i no para solo los ombres de letras) no tiene en cuenta lo que es central en la reflexi
ón de este gramático que es el reconocer la diversidad de hablas de toda lengua histórica
(diferencias dialectales, sociolectales, cronolectales, de profesión, de registro y de
género).
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Ignacio Bosque (2010) al historizar el proyecto de la Nueva gramática señala que “en la versión manual se
condensan proporcionalmente los contenidos, se simplifican los aspectos conceptuales y se mantienen casi
todas las referencias a cuestiones normativas introducidas en la versión de referencia.”
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lación que se hace del tramo referido a las “estructuras híbridas” al tratar las relaciones
entre las pasivas reflejas y las impersonales con se:
Nueva Gramática
41.12e Se aconseja evitar los cruces entre pasivas reflejas e impersonales que se
producen en las oraciones construidas con complementos definidos de persona in
troducidos por la preposición a. Tales cruces dan lugar a oraciones como Se premia
ron a los mejores alumnos; Se buscan a los culpables; se agasajaron a los invita
dos; Se respetan a los valientes, que se recomienda evitar. Estas oraciones contras
tan con las variantes correctas Se premió a los mejores alumnos; Se busca a los cul
pables; se agasajó a los invitados; Se respeta a los valientes. Se encuentran ocasio
nalmente estas oraciones en los textos clásicos, y a veces en los modernos, unas ve
ces en boca de los personajes y otras en el texto que refleja la prosa del autor:
Fue recibido con grandes juegos e danzas, como se suelen recibir a los reyes que
de alguna conquista vienen victoriosos (Crónica Juan II); […] Por los cristales se
veían a los dos hombres en buzos haciéndose pases, disparando a la canasta (Var
gas Llosa, Conversación); […].
Manual
Los cruces entre las dos construcciones reflejas en las oraciones que llevan comple
mentos introducidos por la preposición a dan lugar a estructuras híbridas incor
rectas, como Se premiaron a los mejores alumnos; Se buscan a los culpables, en
lugar de Se premió a los mejores alumnos; Se busca a los culpables. Esta incorrec
ción es especialmente frecuente en las oraciones de relativo (una convocatoria de
la que se han excluido injustamente a varios solicitantes) y con verbos de denomi
nación y de juicio: Se llaman askenazis a los judíos que proceden del centro y el
este de Europa.
9
ción, también lo son las omisiones, expansiones, sustituciones o conmutaciones 13. Nos
centraremos en algunas de estas operaciones –en particular, las primeras– que a nuestro
criterio manifiestan un proceso que se va a acentuar luego en relación con la Gramática
básica. Consideraremos, entonces, cómo el prólogo del Manual reformula el del primero de
la serie, la Nueva gramática. El interés de focalizar estos discursos programáticos reside en
el hecho de que, en el caso de la reformulación divulgativa, nos permite entrever la nueva
representación de destinatario y género.
En primer lugar, debemos destacar que en el prólogo del Manual, a diferencia del de
la Nueva gramática, el conocimiento gramatical se plantea como un saber no sujeto a con
troversia, en el que desaparecen correcciones y evaluaciones:
Nueva Gramática
[la Academia] ha ido mejorando sus descripciones gramaticales, enmendando lo
que consideraba revisable en ellas, ampliando lo que merecía más atención y cali
brando también los trabajos de los gramáticos que habían precedido sus que
haceres o realizando aportaciones paralelas a las suyas.
Manual
[…] mejorando sus descripciones gramaticales, ampliando lo que merecía más aten
ción y atendiendo a las aportaciones de otros gramáticos.
Estos cambios exponen la representación del saber gramatical que se busca desarro
llar en los nuevos lectores previstos: aquel progresa armónicamente (mejorando, amplian
do, atendiendo). Se ignoran las evaluaciones y tomas de posición que pueden implicar dife
renciaciones y polémicas. Sabemos que estas no se centran solo en los criterios teóricos
que enmarcan la descripción sino también en la consideración de las variedades y en la
concepción de la norma.
Asimismo, se efectúan desplazamientos que refuerzan el papel de la Academia. La
Nueva Gramática al referirse a los ejemplos gramaticales procedentes de textos señala la
amplitud de un corpus que tiene orígenes diversos y plantea las orientaciones seguidas.
Luego indica que “muchos de los textos citados proceden del banco de datos léxicos de la
RAE”. El Manual, por su parte, ubica en primer lugar el corpus académico y minimiza los
otros:
El corpus del que se han extraído esos datos, uno de los más extensos de cuantos se
hayan utilizado en un estudio lingüístico sobre el español, procede de los cuerpos lé
xicos académicos […] junto con el viejo fichero de papel de la Academia y algu
nos otros repertorios.
13
Marcamos con negritas, además de los juicios normativos, aquello que significativamente ha sido omitido
y con itálicas los resaltes nuestros que tienden a mostrar otras operaciones.
10
cativo) y el planteo de un abordaje profesional de la lengua se expanden los aspectos valo
rativos y eufóricos, que se proyectan sobre la lengua, la gramática y los hablantes:
Nueva Gramática
Entre los objetivos de las gramáticas académicas está el de intentar contribuir a que
los hablantes ejerciten la reflexión sobre su propia lengua presentándoles los ins
trumentos con los que esa reflexión se lleva a cabo en ámbitos más profesio
nales. Ahora que están ya lejanos aquellos tiempos en los que los contenidos
gramaticales se memorizaban y se recitaban como los preceptos de los cate
cismos es cuando más sentido tiene llamar la atención sobre la necesidad de que se
revitalice la reflexión sobre el idioma y el interés por el lenguaje mismo como pa
trimonio individual y colectivo.
Manual
La Nueva Gramática académica y este manual que la resume quiere contribuir a que
los hispanohablantes reflexionen sobre su propia lengua, tomen conciencia de sus
posibilidades expresivas, de las estructuras lingüísticas que la caracterizan y de
la enorme riqueza patrimonial que suponen su unidad y su variedad. La Nueva
Gramática pretende ayudar, asimismo, a que los hablantes conserven este patrimo
nio, amplíen su dominio del idioma, y ensanchen con ello su propia cultura y su
formación integral.
La expansión tiende a estimular en los lectores el aprecio a una lengua cuyos atribu
tos se exaltan (posibilidades expresivas, enorme riqueza patrimonial que suponen su unidad y su
variedad), incluso las “estructuras sintácticas” gozan por efecto del entorno de esta apre
ciación netamente positiva. Al mismo tiempo, la conservación de la lengua se asocia con
la posibilidad de progresos individuales que se pueden alcanzar con la ayuda de este ins
trumento lingüístico: ampliar su dominio del idioma, y ensanchar con ello su propia cultura y su
formación integral.
Además, en el Manual, se presenta lo normativo como sostenido en el juicio de los
hablantes cultos más que en decisiones de los gramáticos que, en el texto fuente, deben
contemplar variables sociolingüísticas para reconocer las formas prestigiosas. Sin embar
go, ambos prólogos insisten en un consenso –amplio, en la Nueva gramática; restringido,
en el Manual. En ese sentido Juan Carlos Moreno Cabrera (2011: 160) plantea que “[la fun
ción prescriptiva] se ha enmascarado de forma más o menos eficaz, al mantener que se
trata simplemente de sancionar los usos aceptados generalmente por la comunidad lin
güística; según ello, la fuente normativa provendría de la sociedad y no de las academias”.
En relación con ello, observemos la siguiente reformulación:
Nueva Gramática
La información normativa tiene, pues, dos vertientes. Por un lado, las recomendacio
nes que aquí se hacen pretenden reflejar propiedades objetivas que ponen de ma
nifiesto el prestigio de las construcciones sintácticas y de las opciones morfológicas,
así como, en la medida en que ello es posible, los tipos de discurso y los niveles de
lengua que las caracterizan. Por otro lado, las recomendaciones se hacen con el pro
pósito, igualmente declarado, de llamar la atención de los hablantes sobre la len
gua que usan, que les pertenece y que deben cuidar. En uno y otro caso, las re
comendaciones normativas tratan de representar juicios de valor que traslucen el
11
consenso implícito existente sobre un sistema compartido por muchos millones de
hablantes.
Manual
Sus recomendaciones se basan por tanto, en la percepción que estas instituciones
tienen de los juicios lingüísticos que los hablantes cultos llevan a cabo sobre la
lengua, y de cuyos usos tienen conciencia.
Nueva Gramática
De manera paralela a cómo el Diccionario Panhispánico de Dudas pone mayor én
fasis en la norma, la Nueva Gramática acentúa los diversos factores pertinentes en
la descripción. Los objetivos de las dos obras solo pueden coincidir en parte, puesto
que en la Gramática han de abordarse un gran número de cuestiones que carecen
de una vertiente estrictamente normativa. En los primeros borradores de la pre
sente obra se intentó mantener la marca tipográfica de incorrección que se
usa a lo largo del DPD. Mediada su redacción y a la vista de los problemas
que suscitaba en un buen número de construcciones no consideradas en el
DPD , se llegó al acuerdo de sustituirla por juicios normativos diversos, lo
que permite matizar mucho más las apreciaciones. Son muy escasas las cons
trucciones en cuya valoración normativa se percibe alguna diferencia al comparar el
DPD y la Gramática, pero son numerosas las que se estudian aquí de manera más
pormenorizada.
Manual
Conviene advertir que, en tanto que el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD),
consensuado igualmente por todas las Academias, pone mayor énfasis en la
norma, la Nueva Gramática acentúa los diversos factores pertinentes de la descrip
ción. Son muy pocas las construcciones en cuya valoración normativa se percibe al
guna diferencia al comparar las dos obras, aunque, lógicamente, son numerosas las
que se estudian aquí más detalladamente.
Las diferencias léxicas, que se acentúan en las secuencias que plantean problemas,
exponen, a su vez, la representación del destinatario. Así, “escasas” pasa a “muy pocas” y
“de manera más pormenorizada” a “más detalladamente”; y “lógicamente”, por su parte,
refuerza en el Manual la argumentación y anula el entrevisto cuestionamiento al dispositi
vo normativo.
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Variación y norma
La referencia a las variedades, incluso cultas, se atenúa en la reformulación que
hace el Manual. Esto se debe a la voluntad de acentuar la representación de lengua común
que justifica el despliegue del dispositivo normativo.
En relación con la diversidad, el prólogo del Manual deja de lado la variación históri
ca pero, con las operaciones resuntivas correspondientes, se enuncian las otras. Contras
taremos, en primer lugar, los fragmentos referidos a las no diatópicas:
Nueva Gramática
Es imposible que en una descripción gramatical se analicen con similar profundidad
todos los tipos de variación lingüística que hoy se reconocen en la lengua española.
Es plausible, en cambio, resaltar de forma somera los aspectos más notables
de cada una de estas formas de variación allá donde se considere conveniente
hacerlo. Esta es la opción que aquí se ha elegido. Los especialistas suelen dis
tinguir entre la variación histórica, la geográfica y la social, y acostumbran a dividir
esta última en dos tipos: la relativa a los llamados sociolectos (por ejemplo, lengua
popular frente a lengua culta, pero también las variedades caracterizadas por el con
junto de rasgos lingüísticos establecidos en función del sexo , de la actividad profe
sional y de otras variables) y la relativa a los niveles de lengua, es decir, los estilos o
registros, como los que permiten oponer la lengua coloquial a la empleada en situa
ciones formales, o diferenciar el habla espontánea de la lengua más cuidada.
Manual
Es imposible que una descripción gramatical analice con profundidad similar todos
los tipos de variación que hoy se reconocen en la lengua española. […] En la varia
ción social distinguen los especialistas entre la que caracteriza a los sociolectos
(como lengua popular frente a lengua culta, variedades en función del sexo, de la
profesión, etc.) y la relativa a los registros o estilos lingüísticos, como coloquial o for
mal, espontánea o cuidada.
Nueva Gramática
La variación geográfica tiene aquí muy abundante presencia, si bien no debe esperar
se el grado de detalle que correspondería a un tratado de dialectología. Las refe
rencias geográficas específicas se introducen muchas veces en función de pa
íses o de regiones, pero en la mayor parte de los casos se establecen a partir
de zonas o áreas lingüísticas más amplias. Son las que están representadas en
la Comisión Interacadémica de la Nueva gramática que coordinó los traba
jos, las mismas que se establecieron para el Diccionario panhispánico de du
13
das: Chile, Río de la Plata, área andina, Caribe continental, México y Centroa
mérica, Antillas, Estados Unidos y Filipinas, y España.
Manual
Se ofrece en esta obra abundante documentación de la variación geográfica, pero no
debe esperarse el grado de detalle que correspondería a un tratado de dialectología.
29.9d
[…]A partir del sustantivo base se forma la locución con base en, donde base no ad
mite adjetivos, pero también se origina sobre la base de, que los acepta sin dificul
tad: […] sobre la base previsible de ácidas críticas (Mujica Lainez, Bomarzo).La va
riante en base a, posible calco del italiano, se considera incorrecta.
El Manual incluye la nota normativa en un listado de las locuciones según las prepo
siciones que aparecen con más frecuencia en posición inicial sin justificar el atributo de
“incorrecta”:
29.3.2a
[…] en (en aras de, en atención a, en bien de; se considera incorrecta en base a) y
por…..
Nueva Gramática
28.6.i […] Suele analizarse “deber + infinitivo” como modal radical y “deber de + in
finitivo” como epistémico. Así, Debes beber mucha agua expresa, en principio, un
consejo o una obligación del destinatario, mientras que Debes de beber mucha agua
expresa una conjetura del hablante, es decir, la manifestación de una probabilidad in
ferida. Los dos textos que siguen ilustran estos dos valores:
[…]
Existen, no obstante, numerosas excepciones a esta regla general, como se explicará
en los apartados siguientes.
28.6.j Los textos ponen de manifiesto que el contraste descrito en el apartado ante
rior se desdibuja muy a menudo, sobre todo en presente de indicativo. “Deber + infi
nitivo” se documenta con mucha frecuencia para expresar probabilidad y aparece,
además, en contextos que son propios de la modalidad epistémica, como son los ver
bos impersonales, las construcciones de infinitivo compuesto o las construcciones
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en las que aparece precediendo a otros verbos modales. Los textos que registran
estos hechos pertenecen tanto al español americano como al europeo, aun
que proporcionalmente son algo más numerosos en el primero que en el se
gundo. Se trata, además, de un uso muy extendido que se documenta en escritores
de prestigio:
Es verdad que nadie ha estado en este cuarto por lo menos en un siglo –dijo el ofi
cial a los soldados–. Ahí debe haber hasta culebras (García Márquez, Cien años);
Debe hacer mucho frío en la calle, entonces un coñac doble (Cortázar, Rayuela);
No debes haber llegado hace mucho, imagino (Guelbenzu, Río). […]
28.6.k Son igualmente numerosos, sobre todo en español americano, los usos de
“deber de + infinitivo” para expresar obligación. Este empleo de la perífrasis, que ya
conoció la lengua clásica, es frecuente sobre todo en México y Centroamérica, pero
también se documenta en la lengua culta de Venezuela y en otros países del área cari
beña, así como en algunos de la andina:
En general, el caballo debe de ir en todo momento controlado por el jinete (Rome
ro Blanch, Equitación); Yo entiendo que todo pastor debe de estar reconocido por
alguna universidad para poder ejercer su ministerio (O’Donnell, Vincent); […]
Manual
“DEBER + INFINITIVO” Y “DEBER DE + INFINITIVO”. Suele analizarse la primera
como radical y la segunda como epistémica. Así, Debes beber mucha agua expresa,
en principio, un consejo o una obligación, mientras que Debes de beber mucha
agua transmite una conjetura del hablante, es decir la manifestación de una probabi
lidad inferida. No obstante, el uso de “deber + infinitivo” para expresar conjetura
está sumamente extendido, incluso entre escritores de prestigio:
Es verdad que nadie ha estado en este cuarto por lo menos en un siglo –dijo el ofi
cial a los soldados–. Ahí debe haber hasta culebras (García Márquez, Cien años);
Debe hacer mucho frío en la calle, entonces un coñac doble (Cortázar, Rayuela);
No debes haber llegado hace mucho, imagino (Guelbenzu, Río).
Este uso se registra también en textos antiguos. Como perífrasis de obligación se reco
mienda la variante sin preposición, esto es deber + infinitivo. Aun así, deber de + infi
nitivo también se documenta en textos, clásicos y contemporáneos, con ese valor.
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La decisión normativa es vacilante ya que cuestiona el declarado pluricentrismo de
la norma y los criterios en los que parecía asentarse. La recomendación, que es leída como
producto de una evaluación negativa del uso que se descarta, se muestra en su arbitrarie
dad al confrontarse con la documentación de los empleos reconocidos. El “aun así” (inter
pretado como “a pesar de la prescripción”) no atenúa la norma, solo da la palabra al gra
mático descriptivo y muestra cómo las dos perspectivas se articulan dificultosamente.
El último exponente de la serie extiende la proscripción al uso de “deber + infinitivo”
con valor de conjetura y la concesión se aplica ahora a esta forma.
Gramática básica
Perífrasis modales. […]
a) Manifiestan obligación […] “deber + infinitivo” (Juan debe callarse ya).
b) “Deber de + infinitivo” indica conjetura: Deben de ser hermanos.
Nueva Gramática
La presente gramática atiende en alguna medida a todas estas formas de variación,
pero ha tenido que limitarse en muchos casos a consignar su existencia, puesto que
analizar en profundidad cada uno de estos factores habría conducido de modo inevi
table a un conjunto de estudios monográficos.
Manual
Aunque sea con distinto grado de atención, todos estos aspectos son aquí conside
rados en alguna medida.
Al resumir el texto fuente se destacan las limitaciones que operan sobre la conside
ración de las variaciones, cuya insistencia se acentúa porque en un breve enunciado se in
sertan “con distinto grado de atención” y “en alguna medida”.
Observaciones finales
La serie que inicia la Nueva gramática de la lengua española se inscribe en la política de
área lingüística cuya designación oficial es “panhispánica”. Si bien la Real Academia Espa
ñola integra la Asociación de Academias de la Lengua Española, su posición dominante de
riva de la importancia que reviste para el Estado español la lengua, en la medida en que
está asociada a emprendimientos económicos o ella misma es pensada como un recurso
económico. Esto explica la necesidad de atribuirle a la gramática el atributo de “nueva”
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que la posiciona en el mercado tanto el global como el conformado por los países hispano
hablantes. La voluntad de destacar la novedad lleva, en el prólogo, a olvidos de vínculos o
filiaciones.
El estudio de la reformulación que el Manual hace del texto fuente permite entrever
las orientaciones que guiaron la reducción “a escala” y que tienden, por un lado, a confor
mar la representación de un saber poco sujeto a controversias y, por el otro, a acentuar el
dogmatismo (que acompaña el mayor peso institucional que se le asigna a la Academia) li
mitando el discurso que razonadamente pueda justificar tanto diferencias como opciones
normativas. Finalmente, las reformulaciones buscan afirmar el imaginario de lengua co
mún por lo que se atenúan las referencias a variedades, registros y situaciones de contac
to. El tercer exponente de la serie se centrará en el “español estándar” y en las “opciones
cultas mayoritarias”, lo que permitirá que la descripción apoye sin perturbaciones los
segmentos normativos.
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