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No es que ellos nunca escuchan (o que no les gustan) los sermones sobre escatología o
problemas sociales o administración financiera o el matrimonio o la paternidad, pero
parecen más apasionados acerca de los mensajes que hacen énfasis en la culpa, la
gracia y gratitud.
4. Casi nadie sabe a dónde va el dinero. Las iglesias manejan sus finanzas en
formas distintas. Mientras las iglesias se hacen más grandes, puede ser más difícil, o
incluso imprudente, para todos en la iglesia tener voz y voto en la asignación de cada
centavo. Sin embargo, cuando se trata de finanzas, errar en el lado de la transparencia
es raramente una mala idea. Como mínimo, debe haber más de un pequeño grupo de
personas que saben (y tienen voz y voto) adonde va el dinero. No haga del salario del
pastor un asunto de seguridad nacional.
REUNIÓ DE PASTORES DE CAMPOS MISIONEROS.
IGLESIA EVANGÉLICA Y REFORMADA DE TRINIDAD SANTA BÁRBARA.
8. La predicación se ha vuelto errática. Esto puede tomar muchas formas. Tal vez
el pastor ya no comparte el púlpito con otros miembros del personal y algún predicador
invitado de vez en cuando. Tal vez es lo opuesto, y el pastor parece estar en el
banco cada vez más a menudo. Tal vez la predicación se ha vuelto más criticona, o
siempre trata el mismo tema, o muestra signos de poca preparación. Tal vez usted ha
notado que el predicador está confiando más en cápsulas de vídeo o bosquejos de
sermones preenvasados, o constantemente reutiliza materiales de alǵun sermón
predicado años atrás. Nadie quiere que la predicación sea aburrida. Alguna variación es
de esperar y es bienvenida. Pero echa un vistazo más de cerca si los predicadores
parecen doctrinalmente inestables, irritables, o agotados.
REUNIÓ DE PASTORES DE CAMPOS MISIONEROS.
IGLESIA EVANGÉLICA Y REFORMADA DE TRINIDAD SANTA BÁRBARA.