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Los instrumentos de observacioó n del

universo

Daniel Parcero Arcos

1º Bachillerato

ÍNDICE
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ÍNDICE Pág. 2

A. INTRODUCCIÓN Pág. 3

B. EVOLUCIÓN DE LA OBSERVACIÓN DEL UNIVERSO Pág. 4

C. INSTRUMENTOS DE OBSERVACIÓN ACTUALES Pág. 7

1.Telescopios Pág. 7

2.Radiotelescopios Pág. 9

3.Satélites Pág. 9

4.Sondas espaciales Pág. 10

D. GRAN TELESCOPIO DE CANARIAS Pág. 11

BIBLIOGRAFÍA Pág. 13

A. INTRODUCCIÓN

Los principales métodos de investigación del universo son la Astronomía y la


Cosmología física.

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La astronomía es la ciencia que se ocupa del estudio de los cuerpos celestes del universo,
incluidos los planetas y los satélites, los cometas y meteoroides, las estrellas y la materia
interestelar, los sistemas de materia oscura, gas y polvo llamados galaxias y los cúmulos de
galaxias. Su registro y la investigación de su origen vienen a partir de la información que llega
de ellos a través de la radiación electromagnética o de cualquier otro medio.

La cosmología física es la rama de la astrofísica que estudia la estructura a gran escala y la


dinámica del Universo. En particular, trata de responder las preguntas acerca del origen, la
evolución y el destino del Universo.

B. EVOLUCIÓN DE LA OBSERVACIÓN DEL UNIVERSO

Desde el principio de los tiempos el ser humano ha mirado a los cielos y se ha


preguntado por su papel en los confines de la inmensa bóveda de estrellas. Los hombres
primitivos, debido a su falta de conocimientos científicos, resolvieron fácilmente muchas de sus
dudas encomendándolas a los propósitos de los dioses.
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Aún así surgieron culturas que comenzaron a observar los movimientos de los objetos celestes
buscando esa conexión entre la naturaleza y la divinidad. Las megalíticas, cuyos restos se
muestran en Stonehenge (2200-1600 a.C.), en Inglaterra, o Carnac (6000-2000 a.C.), en Francia,
señalaban con sus círculos de piedras las posiciones cambiantes del Sol y de la Luna que les
sirvieron para diseñar primitivos calendarios.

Monumento megalítico de Stonehenge

Los egipcios, allá por el 2500 a.C., ya manejaban calendarios de 365 días con tres estaciones de
cuatro meses cada una. Nuestros calendarios son herederos suyos.

La cultura babilónica fue la primera de la que tengamos noticia que observó un eclipse solar en
el 763 a.C. Además utilizaron rudimentarios métodos matemáticos para calcular las posiciones
de los planetas.

Los antiguos griegos fueron responsables del desarrollo de muchas ramas de la ciencia. En
relación con la observación del firmamento, los mayores hitos son debidos a Tales de Mileto
(640-546 a.C.), que predijo el eclipse de Sol del 585 a.C.; Eudoxo (408-355 a.C.), que aportó la
primera explicación sistemática de los movimientos del Sol, la Luna y los planetas, y descubrió
que el año tiene 6 horas más que los 365 días; Aristóteles (384-322 a.C.), que aseguraba que la
Tierra era redonda; y Tolomeo (100-170 d.C.), que preparó un catálogo estelar, y en su obra
Almagesto, expuso sus teorías acerca del orden astronómico, postulando que la Tierra era el
centro del Universo, y que el Sol, la Luna y los planetas giraban alrededor de ella. Este sistema
geocentrista totalmente erróneo, tal y como sabemos hoy, perduró durante quince siglos.

Hasta el siglo XVI no hay grandes avances significativos, pero es entonces cuando surge la
llamada revolución heliocentrista y comienza la astronomía científica. El clérigo polaco Nicolás
Copérnico (1473-1543) realizó cuidadosos estudios de los movimientos planetarios llegando a
la conclusión de que en el centro del sistema debería estar el Sol, y que la Tierra y los otros
planetas giraban en torno a él en órbitas circulares.

Unos años después, el astrónomo danés Tycho Brahe (1546-1601), que era un gran observador
de la cúpula celeste, preparó el mejor catálogo de estrellas existente hasta el momento; y
Johannes Kepler (1571-1630) propuso un modelo ejemplar en el que los planetas giraban en
torno al Sol describiendo órbitas elípticas.

Es en ese momento cuando comienza la verdadera observación del Universo, pues el italiano
Galileo Galilei (1564-1642) utiliza por primera vez en 1610 el telescopio (inventado unos pocos
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años antes) para ello. Se sirvió de él para observar los cráteres de la Luna, las estrellas de la Vía
Láctea, los cuatro satélites mayores de Júpiter, así como las fases de Venus.

Observación telescópica de Galileo

La figura de Isaac Newton (1642-1727) es trascendental para la astronomía, no por sus


observaciones a través de su telescopio reflector, que utiliza espejos en lugar de lentes, sino
por deducir la Ley de la Gravitación Universal, que muestra cómo los cuerpos ejercen mutuas
fuerzas de atracción entre sí en función de sus masas y de la distancia que los separa. Con ella
quedó definitivamente descartada la teoría geocentrista del Universo.

Uno de los astrónomos más famosos es Edmund Halley (1656-1742), reconocido por el cometa
que lleva su nombre. En su libro Synopsis astronomiae cometicae demostró matemáticamente
mediante la aplicación de las leyes de Newton, que los cometas giran en órbitas elípticas
alrededor del Sol, lo que le sirvió para predecir el regreso de su cometa a la Tierra en 1758.

Un detallado catálogo, que todavía hoy en día se sigue utilizando, de nebulosas, estrellas,
cometas y galaxias fue elaborado por Charles Messier (1730-1817) desde el observatorio de
París. La primera nebulosa catalogada fue una de las más hermosas, la del Cangrejo, que en
realidad es el resto de la explosión de una estrella en forma de supernova.

Los continuos avances en la construcción de instrumentos telescópicos unidos a la amplia gama


de las regiones de luz a las que eran sensibles permitieron aumentar los descubrimientos
estelares a niveles inimaginables hace unos años.

Precisamente con el empleo de estos avances técnicos, Edwin Hubble (1889-1953) observando
una serie de galaxias comprobó en 1929 que todas se alejaban entre sí y de nosotros al mismo
tiempo: había confirmado la expansión del Universo propuesta por Einstein.

Este descubrimiento permitió a George Gamow (1904-1968) enunciar en 1948 la teoría del
origen del Universo: la gran explosión -Big Bang- de un núcleo primordial o singularidad que se
expandió creando el espacio y la materia a partir de la energía contenida en dicho núcleo. Esta
teoría es confirmada en 1965 al observarse la radiación de microondas del fondo del Universo
por Anzio Penzias (1933) y Robert Wilson (1936), que coincide con el residuo energético
previsto por la teoría comentada.

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C. INSTRUMENTOS DE OBSERVACIÓN ACTUALES

Durante los últimos cien años, el uso del telescopio óptico como herramienta
fundamental para la exploración del universo se ha visto complementado por un conjunto de
instrumentos que han abierto nuevas vías de exploración astronómica. Desde el punto de vista
cualitativo, podemos agrupar estas nuevas herramientas en dos grandes frentes: por una parte,
la apertura de todo el espectro electromagnético (y no sólo la luz visible) para la observación
astronómica y, por la otra, el uso del espacio como ubicación de nuestros instrumentos de
exploración remota o in situ de los cuerpos astronómicos. Naturalmente, el dominio de un
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montón de tecnología ha sido la clave para estos progresos; a pesar de todo, han sido a
menudo las necesidades científicas las que han promovido también los retos tecnológicos.

1. Telescopios

Se denomina telescopio al instrumento óptico que permite ver objetos lejanos con
mucho más detalle que a simple vista. Recogen la luz visible pero ampliamente magnificada. Es
herramienta fundamental de la astronomía, y cada desarrollo o perfeccionamiento del
telescopio ha sido seguido de avances en la comprensión de nuestro Universo. Como se ha
dicho antes, gracias al telescopio (desde que Galileo en 1610 lo utilizó para ver la luna, el
planeta Júpiter y las estrellas) el ser humano pudo, por fin, empezar a conocer la verdadera
naturaleza de los objetos astronómicos que nos rodean y nuestra ubicación en el Universo.

Funcionan en la Tierra y aún mejor en el espacio, obteniendo fotografías mucho más claras, ya
que la atmósfera terrestre filtra distintos tipos de radiaciones que hacen que estos
instrumentos recojan una información parcial del Universo.

Los observatorios astronómicos modernos cuentan con enormes telescopios apoyados por
potentes ordenadores que procesan los datos obtenidos. Algunos de los más importantes son
el de Mauna Kea (1970) en Hawai y el del Cerro Paranal (1998) en Chile, que alberga el
telescopio VLT de muy alta resolución, formado por cuatro telescopios sincronizados.

Observatorio astronómico de Mauna Kea en Hawaii

En España los principales observatorios son el del Teide (1964), con telescopios solares,
nocturnos y de fondo cósmico de microondas; y el del Roque de Los Muchachos (1985), en la
isla de La Palma.

El telescopio espacial más destacado es el Hubble, situado en órbita en 1990, que captura y
envía imágenes y datos sin la distorsión provocada por la atmósfera. Sus descubrimientos,
maravillosas imágenes captadas, han sido divulgados a través de los medios de comunicación
en los últimos años.

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Telescopio Hubble

En la actualidad existen además telescopios ultravioletas, que deben ser telescopios espaciales
porque muy poca energía ultravioleta atraviesa la atmósfera de la Tierra. El telescopio GALEX
(Explorador de Evolución de Galáxias) está analizando casi todo el cielo bajo luz ultravioleta.
Esto ha permitido observar la formación de nuevas estrellas.

Los telescopios de rayos X (el Chandra) y los de rayos gamma pueden operar únicamente en el
espacio, pues los rayos gamma de gran energía y longitud de onda muy corta no pueden
atravesar la atmósfera de la Tierra. Estos han permitido observar la formación de agujeron
negros.

Telescopio Chandra

2. Radiotelescopios

Todo empezó en el primer cuarto del siglo XX y, como pasa a menudo, por casualidad.
Investigando el origen del ruido en las transmisiones telefónicas transoceánicas con una antena
unidireccional, Karl Jansky concluyó que se debía al paso de nuestra galaxia por el cielo. Con
eso se iniciaba la radio astronomía, es decir, la observación del universo en ondas de radio.

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Un radiotelescopio capta ondas de radio emitidas por fuentes de radio, generalmente a través
de una gran antena parabólica (plato), o un conjunto de ellas, a diferencia de un telescopio
ordinario, que produce imágines en luz visible.

El radiotelescopio más conocido


probablemente sea el de Arecibo, situado en
Arecibo, Puerto Rico. Este radiotelescopio
destaca por su gran tamaño: tiene la antena
convergente más grande y curvada del
mundo, lo que le aporta gran capacidad de
recepción de ondas electromagnéticas.
Este instrumento recolecta datos
radioastronómicos. Aunque ha sido empleado
para varios usos, principalmente se usa para
la observación de objetos estelares.

Radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico

3. Satélites

Un satélite es cualquier objeto que orbita alrededor de otro, que se denomina


principal. Los satélites artificiales son naves espaciales fabricadas en la Tierra y enviadas en un
vehículo de lanzamiento, un tipo de cohete que envía una carga útil al espacio. Los satélites
artificiales pueden orbitar alrededor de lunas, cometas, asteroides, planetas, estrellas e incluso
galaxias. Tras su vida útil, los satélites artificiales pueden quedar orbitando como basura
espacial.

Satélite

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4. Sondas espaciales

Una sonda espacial es un dispositivo que se envía al espacio con el fin de estudiar
cuerpos de nuestro Sistema Solar, tales como planetas, satélites, asteroides o cometas. Las
sondas espaciales se suelen denominar también satélites artificiales, si bien, estrictamente
hablando una sonda se diferencia de un satélite en que no establece una órbita alrededor de
un objeto (ya sea la Tierra o el Sol) sino que se lanza hacia un objeto concreto, o bien termina
con una ruta de escape hacia el exterior del sistema solar. Además, las sondas pueden
incorporar motores para efectuar maniobras, tanques de combustible,…, o transportar sondas
menores independientes.

En la actualidad existen cinco sondas en ruta hacia las afueras del Sistema Solar. La más alejada
es la Voyager 1, que ya ha abandonado el sistema y se encuentra unas tres veces más lejos que
Plutón.

Sonda Voyager 2

D. GRAN TELESCOPIO DE CANARIAS

El Observatorio Europeo del Norte o ENO (European Northern Observatory) está


ubicado en las Islas Canarias y compuesto por los observatorios del Teide, en la isla de Tenerife,
y del Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma, ambos dependientes del Instituto de
Astrofísica de Canarias. En el observatorio están instalados en la actualidad una batería de
telescopios y otros instrumentos astronómicos de más de sesenta instituciones de diecinueve
países, entre ellos doce europeos.

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Gran Telescopio Canarias

Aquí es donde está instalado el GTC, el Gran Telescopio Canarias, el mayor telescopio óptico
infrarrojo del mundo y uno de los más avanzados. Se trata de un telescopio de espejo primario
segmentado (en 36 hexágonos) de 10,4 metros de diámetro y 470 kg, que actúan
conjuntamente como un solo espejo.

Espejo del GTC

El Gran Telescopio de Canarias estudia la naturaleza de los agujeros negros, la historia de la


formación de estrellas y galaxias cuando el Universo era joven y las condiciones iniciales tras el
Big Bang. Un campo con bastante auge es el estudio de planetas lejanos alrededor de otras
estrellas (tránsitos planetarios) y eventos muy energéticos: supernovas muy lejanas, colisiones
de agujeros negros,…

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Imagen recogida por el GTC en 2009

BIBLIOGRAFÍA

http://www.fecyt.es/fecyt/docs/tmp/1090061150.pdf

http://www.fecyt.es/fecyt/docs/tmp/1657430299.pdf
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http://metode.cat/es/Revistas/Monografics/La-mirada-de-Galileo/Un-univers-d-
instruments-per-a-l-observacio-astronomica#

http://es.wikipedia.org/wiki/Astronom%C3%ADa#Astronom.C3.ADa_de_rayos_X

http://es.wikipedia.org/wiki/Radiotelescopio_de_Arecibo

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