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SIEMBRA
MEJOR ÉPOCA
La siembra se realiza en primavera y otoño, alrededor de 6 000 a 7 000 kg/ha.
Sucrecimiento es rápido al comienzo del verano, aumentando la producción de
azúcar en otoño. La planta madura por 12 ó 14 meses.
CLIMA
Los principales factores del clima que controlan el desarrollo de la Caña de
Azúcar son:
Temperatura
Humedad
Luminosidad
Debido a que la caña es una planta tropical, su desarrollo es mejor en lugares
calientes y soleados. Al haber temperaturas muy altas, la planta alcanza un mayor
crecimiento vegetativo y bajo estas condiciones la fotosíntesis se desplaza, hacia
la producción de carbohidratos de alto peso molecular, como la celulosa y otras
materias que constituyen el follaje y el soporte fibroso del tallo.
Una ventaja que tiene ésta planta, es que puede soportar heladas, pues los
nódulos son susceptibles a proporcionar un nuevo crecimiento dependiendo de la
gravedad de la helada.
ALTITUD
500 a 3000 metros.
PRECIPITACIÓN
1500 mm de precipitación anual, es considerado lo mínimo para una producción
de azúcar económica. Mientras en zonas de precipitaciones más bajas, se usa el
medio de regadío.
TOLERANCIA A LA SEQUÍA
1.Taxonomía Y Morfología.
2.Aprovechamiento.
4.Variedades.
5.Abonado.
6.Herbicidas.
7.Enfermedades.
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Precio de Azúcar
1. TAXONOMÍA Y MORFOLOGÍA
Pertenece a la familia de las gramíneas, género Saccharum. Las variedades cultivadas son híbridos
de la especie officinarum y otras afines (spontaneum, ...).
Procede del Extremo Oriente, de donde llegó a España en el siglo IX. España la llevó a América en
el siglo XV.
Curso On Line Cultivo de Herbáceos Extensivos
Los cereales
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Las zonas en España de más producción son Málaga, Granada y Canarias. En total se cultivan unas
2.200 ha.
La caña tiene una riqueza de sacarosa del 14% aproximadamente, aunque varía a lo largo de toda
la recolección.
2. APROVECHAMIENTO
La caña de azúcar suministra, en primer lugar, sacarosa para azúcar blanco o moreno. También
tiene aproximadamente 40 kg/tm de melaza (materia prima para la fabricación del ron. También
se pueden sacar unos 150 kg/tm de bagazo. Hay otros aprovechamientos de mucha menor
importancia como los compost agrícolas, vinazas, ceras, fibra absorbente, etc.
La caña de azúcar no soporta temperaturas inferiores a 0 ºC, aunque alguna vez puede llegar a
soportar hasta –1 ºC, dependiendo de la duración de la helada. Para crecer exige un mínimo de
temperaturas de 14 a 16 ºC. La temperatura óptima de crecimiento parece situarse en torno a los
30 ºC., con humedad relativa alta y buen aporte de agua.
Se adapta a casi todos los tipos de suelos, vegetando mejor y dando más azúcar en los ligeros, si el
agua y el abonado es el adecuado. En los pesados y de difícil manejo constituye muchas veces el
único aprovechamiento rentable. Únicamente en suelos ácidos, que no suelen existir en las zonas
donde se cultiva la caña en España, crea problemas graves.
4. VARIEDADES
Hay cientos de variedades en todo el mundo. En España, más del 80% de la superficie plantada es
de la variedad NC0310, que procede de África del Sur, aunque últimamente está en regresión por
ser propensa al virus del mosaico.
5. ABONADO
Aunque hoy en día es poco normal, se solía echar una estercoladura de 60-100 tm/ha.
En fondo: 100 kg de P2O5, 250 kg de K2O y N variable según haya sido la estercoladura. Si no
hubiera existido ésta se echarían 100 kg de N.
Hoy en día por resultados obtenidos en campos de ensayos se tiende a rebajar las dosis de fósforo
y potasio.
6. HERBICIDAS
Asulam: se emplea a razón de 2,1 l/hl. El gasto es de unos 400 litros de caldo por ha.
Terbutrina + Atrazina: se emplea en caña de azúcar después de hecho el caballón o después del
desbroce en preemergencia y postemergencia del cultivo a razón de 5-8 l/ha. Hay que cuidar no
aporcar después del tratamiento.
7. ENFERMEDADES
En la caña de azúcar destaca la problemática del virus del mosaico por lo que se están
incrementando los esfuerzos por parte de las casas comerciales en evitar este mal con variedades
resistentes
El azúcar ha sido un ingrediente muy valorado en la elaboración de alimentos y bebidas desde que
Alejandro Magno descubrió la caña de azúcar o ‘la caña que hace la miel sin abejas’, en la India
hace 2500 años.
En los EE.UU., el consumo promedio de azúcar en la actualidad es el doble del máximo del 10% de
las calorías diarias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, como la
caña de azúcar se cultiva en 101 países, y para una docena de éstos representa el 25% de su tierra
de cultivo, su cultivo y procesamiento proporciona sustento para millones de personas y su
exportación mantiene a muchas economías nacionales.
Significativos problemas ambientales rodean a la caña de azúcar. Por un lado, la caña de azúcar es
la materia prima para el biocombustible que proporciona la mejor ganancia neta de energía y
tiene la menor huella de carbono. En Brasil, donde se ha elaborado bioetanol a partir de la caña de
azúcar a gran escala desde la crisis de petróleo de comienzos de los ‘70, el 55% del cultivo ahora se
usa con este fin. Por otro lado, el Fondo para la Vida Silvestre (WWF por su sigla en ingles)
considera que los principales problemas ambientales en la producción de caña de azúcar son los
efluentes, la pérdida de hábitats a medida que se limpia la tierra para cultivo y todas las
consecuencias de las diversas prácticas agronómicas, en especial:
El paraquat es un herbicida no selectivo que cuando se lo usa para controlar malas hierbas en
conjunto con otras prácticas puede ayudar a mitigar estas amenazas.
Aquí puede ver un video que muestra la insuperable velocidad de acción del paraquat.
El control de las malas hierbas no se ve afectado incluso si llueve a los 15-30 minutos de haber
pulverizado. Como tal, ha sido esencial para el desarrollo de sistemas de cultivo como la labranza
cero que no se basan en el uso del arado para el control de las malas hierbas. Cuanto menos se
perturba el suelo, más se evita la erosión.
El paraquat se desactiva inmediatamente cuando entra en contacto con el suelo. No se produce
escurrimiento, lixiviación, persistencia o problemas de captación de la raíz para restringir su uso. A
diferencia de muchos otros herbicidas que tienen propiedades ‘residuales’ se lo puede pulverizar
para quemar las malas hierbas antes de plantar sin arriesgarse a dañar el cultivo.
Puede leer más sobre las exclusivas propiedades del paraquat en el suelo aquí.
El paraquat tiene un perfil ambiental muy robusto. Se pueden encontrar detalles sobre la
seguridad del paraquat para el medio ambiente, para los operadores de pulverizadores y para los
consumidores consultando la Ficha Técnica del Paraquat.
El uso intensivo de glifosato ha causado nuevos problemas de malas hierbas ya que las especies no
tan bien controladas se han ‘invertido’ para volverse más dominantes y problemáticas. Algunas
especies han evolucionado biotipos que son resistentes al glifosato. El paraquat tiene un modo de
acción diferente, de modo que cuando se lo utiliza en sistemas integrados de manejo de malas
hierbas, ayuda a evitar problemas de inversiones y resistencia de las malas hierbas.
Aquí se aborda la importancia del paraquat en la lucha contra la resistencia de las malas hierbas al
glifosato y en mantener las opciones de los agricultores para el uso de sistemas de labranza de
conservación.
Puede leer más sobre los beneficios del uso de paraquat aquí.
Caña de azúcar
Caña de azúcar
La caña de azúcar es una gramínea con un tallo grueso y fibroso, que crece hasta alcanzar los 6 m
de altura. Las variedades comerciales de la caña de azúcar son híbridos complejos de varias
especies dentro del género Saccharum. La especie más conocida es Saccharum officinarum.
Las plantas de caña de azúcar almacenan sacarosa en la savia del tallo para llenar las semillas
luego de la floración. Sin embargo, es importante que los cultivos de caña de azúcar no florezcan
para que den altos rindes de azúcar. En el momento de la cosecha, la caña contiene
aproximadamente 10% de azúcar, lo cual cambia según la variedad, la estación y el lugar.
La extracción de azúcar cristalina comprende la molienda de la caña recién cosechada para
producir azúcar en bruto que luego se purifica para elaborar azúcar blanca refinada que es 99%
sacarosa.
En la molienda, se lava, corta y tritura la caña, luego se mezcla varias veces con agua y se aplasta
con rodillos. El jugo obtenido (‘garapa’) contiene hasta 15% de sacarosa, mientras que los sólidos
fibrosos restantes (‘bagazo’) constituyen una útil fuente de energía, alimento para animales o se
usan para fabricar papel. El agregado de cal neutraliza el pH del jugo de la caña. Esto detiene la
división de la sacarosa en glucosa y fructosa y precipita algunas impurezas. Se deja que los sólidos
en suspensión se asienten antes de que se evapore el jugo para hacer un jarabe. El jarabe se
concentra bajo vacío y el azúcar sale cristalizado de las ‘melazas’ líquidas cuando se lo grana con
azúcar cristalina.
El azúcar en bruto se refina lavando para sacar el recubrimiento exterior contaminado de los
cristales. Luego el azúcar que queda se disuelve para elaborar un jarabe con 70% sacarosa. Las
impurezas filtradas y las siguientes rondas de concentración y cristalización dan como resultado
azúcar blanca refinada. Los cristales de azúcar se vuelven a separar de las melazas en una
centrífuga. resto del azúcar se recupera como azúcar negra. ya no se puede recuperar azúcar con
fines económicos, las melazas finales siguen conteniendo 20–30% de sacarosa y también 15–25%
de glucosa y fructosa. El azúcar granulado se elabora secando el azúcar en una secadora rotatoria
caliente y luego se la acondiciona secándola con aire frío durante varios días.
Las áreas en India, Pakistán y EE.UU. han permanecido bastante estables, pero la superficie de
caña de azúcar en Cuba ha disminuido drásticamente en los últimos años. La caída de la industria
de la caña de azúcar en Cuba fue consecuencia del colapso de la Unión Soviética y del mercado
garantizado que ésta representaba. El azúcar de caña es un importante producto de exportación
para muchas islas del Caribe, pero se espera que colapse con la eliminación del actual sistema de
proveedores preferenciales en la Unión Europea.
Durante los últimos diez años, la producción mundial de caña de azúcar ha aumentado en un 27%,
a más de 1.8 billones de toneladas. Esto puede atribuirse a un 22% de aumento en el área
cosechada y a un 6% de mejora en el rinde. Entre los países líderes, la producción de caña de
azúcar ha estado aumentando más en Brasil, China y Colombia. En la Tabla 1 se muestran algunos
datos de las cosechas.
Tabla 1. Producción de caña de azúcar en los países líderes (por área cosechada) en 2012
(pronósticos de la FAO).
(t/ha)
La caña de azúcar se propaga a partir de cortes o ‘trozos’ de hasta 1 m de largo, que se plantan en
surcos. Los brotes salen a partir de yemas en estas secciones del tallo. En Brasil, se pueden
obtener cinco a seis cosechas antes de replantar. La ‘planta caña’ es el nuevo cultivo que se
cosecha a aproximadamente un año después de la plantación (se cosecha a principios de la
estación lluviosa – septiembre a noviembre) o más comúnmente a los 18 meses de plantar (se
cosecha en el período seco – julio, agosto). Luego de cortar, se planta un cultivo de ‘caña soca’ a
partir de nuevos brotes que crecen de tocones de las plantas cosechadas. Los cultivos de caña soca
se cosechan a intervalos anuales principalmente en las estaciones secas. La aplicación cuidadosa
de fertilizante nitrogenado resulta crítica para los altos rindes del azúcar. Demasiado fertilizante
fomenta el crecimiento de las hojas en lugar del almacenamiento de azúcar. La maduración se da
naturalmente en los períodos secos más fríos. De lo contrario, se la acelera reteniendo el
nitrógeno y el riego y aplicando un madurador químico como por ejemplo trinexapac,
sulfometuron o glifosato.
La mitad de la caña de azúcar se cosecha a mano. Antes de cortar, se pueden incendiar los campos
de caña para quemar las hojas que tienen bordes filosos, espantar las serpientes y evitar que las
semillas de las malas hierbas retornen al suelo. Los tallos y raíces se dejan intactos. La quema de la
caña es controvertida debido a los efectos adversos que ocasiona en el suelo y en la vida silvestre
y también por el peligro de incendios que pueden descontrolarse, por lo tanto se encuentra
prohibida en algunos países.
Los cosechadores que cortan las hojas y las depositan sobre el campo constituyen una alternativa
a la quema. Este “mulch” o cubierta vegetal reduce el impacto de la lluvia y ayuda a evitar la
erosión del suelo. La caña de azúcar con frecuencia se cultiva en tierras con pendiente o en suelos
frágiles. Las tormentas tropicales causan mucha erosión en el suelo. La pérdida de la capa
superficial del suelo reduce la fertilidad y la productividad, hace que las operaciones resulten
difíciles en los lugares donde se han abierto grietas y el suelo erosionado bloquea los cursos de
agua. El escurrimiento asociado de plaguicidas y nutrientes también puede reducir la biodiversidad
y causar eutroficación en lagos y ríos.
La reducción de la labranza del suelo también ayuda a minimizar la erosión. Al preparar la tierra
para un nuevo cultivo, en lugar de arar los campos, se puede controlar el crecimiento de malas
hierbas o de un cultivo de cobertura leguminoso mientras que la tierra está en barbecho mediante
un herbicida no selectivo como el paraquat. El paraquat tiene la ventaja, con respecto a los
herbicidas sistémicos como el glifosato, que mata los brotes muy rápido, dejando las raíces
intactas para mejorar la estructura del suelo y proporcionar un efecto de anclaje para resistir la
erosión. Luego se plantan trozos de caña en surcos individuales o franjas angostas de suelo
labrado.
Las malas hierbas reducen los rindes de la caña de azúcar al competir por la obtención de luz, agua
y nutrientes, al albergar plagas y enfermedades, interferir con la molienda y limitar el número de
cultivos de caña soca. El control de las malas hierbas puede ser uno de los componentes más
costosos de la producción de caña de azúcar. Las gramíneas perennes como el pasto Guinea
(Panicum maximum), el zácate Alexander u horquetilla (Brachiaria planteginea), el sorgo de
Aleppo (Sorghum halepense) y el pasto Bermuda (Cynodon dactylon) son malas hierbas
importantes y muy difundidas.
Los herbicidas residuales que actúan en el suelo sobre las semillas de malas hierbas que están
germinando se utilizan mucho en la caña de azúcar. Sin embargo, si bien estos herbicidas brindan
un control de malas hierbas a largo plazo, tienen que moverse en el suelo para ser efectivos y
pueden lixiviar. Muchos no son totalmente selectivos para la caña de azúcar y pueden causar
daño. El paraquat queda inmóvil en el suelo por lo tanto no puede llegar a las raíces y dañar el
cultivo.
En los cultivos de caña soca que se cosechan mecánicamente, el uso de residuos de hoja verde
como mulch ayuda a controlar las malas hierbas. El mulch da sombra a las malas hierbas y reduce
los nuevos brotes de emergencia luego de la cosecha.
El paraquat tiene una función vital en el manejo integrado de malas hierbas. Si bien el glifosato
proporciona un buen control de las malas hierbas perennes, su uso intensivo puede fomentar el
desarrollo de malas hierbas de hoja ancha agresivas e incluso resistencia de las malas hierbas. El
paraquat proporciona un excelente control de un amplio espectro de malas hierbas anuales, por lo
tanto se lo puede alternar con el glifosato para proporcionar un control de malas hierbas efectivo
y sustentable, reduciendo así el riesgo de resistencia.
Otra ventaja del paraquat es que no es sistémico. El glifosato se traslada de las hojas a toda la
planta y con facilidad puede dañar gravemente la caña de azúcar. Sin embargo, el paraquat se
puede usar entre las hileras de caña y las pequeñas cantidades de pulverización que aterrizan en
las hojas del cultivo no causan ningún daño.
Plagas
Gorgojos, barrenadores o taladrillos, áfidos y gusanos de alambre son todas plagas de insectos que
atacan a la caña de azúcar. Los barrenadores del tallo son los más destructivos. Son larvas de
polillas que excavan dentro de los tallos, debilitándolos y ocasionando la pérdida de sacarosa. En
los EE.UU., en la actualidad una avispa parásita (Cotesia flavipes) controla al barrenador de la caña
de azúcar (Diatrea saccharalis). Un ejemplo famoso de un intento fallido de control biológico fue la
introducción del sapo de caña (Bufo marinus) en Queensland, Australia, en 1935 provenientes de
Hawai en un intento por controlar las larvas de los escarabajos de caña (gusanos blancos). Sin
embargo, los sapos de caña ahora constituyen una grave plaga. De las glándulas ubicadas en la
cabeza sale un chorro de veneno. Cazan fauna nativa como las abejas y transmiten enfermedades
a los sapos y peces nativos. Los insectos no son las únicas plagas de la caña de azúcar. Las ratas
pueden ser un problema y en Hawai deben controlar a los chanchos o puercos salvajes.
Enfermedades
El azúcar ha sido un ingrediente muy valorado en la elaboración de alimentos y bebidas desde que
Alejandro Magno descubrió la caña de azúcar o ‘la caña que hace la miel sin abejas’, en la India
hace 2500 años.
En los EE.UU., el consumo promedio de azúcar en la actualidad es el doble del máximo del 10% de
las calorías diarias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, como la
caña de azúcar se cultiva en 101 países, y para una docena de éstos representa el 25% de su tierra
de cultivo, su cultivo y procesamiento proporciona sustento para millones de personas y su
exportación mantiene a muchas economías nacionales.
Significativos problemas ambientales rodean a la caña de azúcar. Por un lado, la caña de azúcar es
la materia prima para el biocombustible que proporciona la mejor ganancia neta de energía y
tiene la menor huella de carbono. En Brasil, donde se ha elaborado bioetanol a partir de la caña de
azúcar a gran escala desde la crisis de petróleo de comienzos de los ‘70, el 55% del cultivo ahora se
usa con este fin. Por otro lado, el Fondo para la Vida Silvestre (WWF por su sigla en ingles)
considera que los principales problemas ambientales en la producción de caña de azúcar son los
efluentes, la pérdida de hábitats a medida que se limpia la tierra para cultivo y todas las
consecuencias de las diversas prácticas agronómicas, en especial:
El paraquat es un herbicida no selectivo que cuando se lo usa para controlar malas hierbas en
conjunto con otras prácticas puede ayudar a mitigar estas amenazas.
Aquí puede ver un video que muestra la insuperable velocidad de acción del paraquat.
El control de las malas hierbas no se ve afectado incluso si llueve a los 15-30 minutos de haber
pulverizado. Como tal, ha sido esencial para el desarrollo de sistemas de cultivo como la labranza
cero que no se basan en el uso del arado para el control de las malas hierbas. Cuanto menos se
perturba el suelo, más se evita la erosión.
Puede leer más sobre las exclusivas propiedades del paraquat en el suelo aquí.
El paraquat tiene un perfil ambiental muy robusto. Se pueden encontrar detalles sobre la
seguridad del paraquat para el medio ambiente, para los operadores de pulverizadores y para los
consumidores consultando la Ficha Técnica del Paraquat.
El uso intensivo de glifosato ha causado nuevos problemas de malas hierbas ya que las especies no
tan bien controladas se han ‘invertido’ para volverse más dominantes y problemáticas. Algunas
especies han evolucionado biotipos que son resistentes al glifosato. El paraquat tiene un modo de
acción diferente, de modo que cuando se lo utiliza en sistemas integrados de manejo de malas
hierbas, ayuda a evitar problemas de inversiones y resistencia de las malas hierbas.
Aquí se aborda la importancia del paraquat en la lucha contra la resistencia de las malas hierbas al
glifosato y en mantener las opciones de los agricultores para el uso de sistemas de labranza de
conservación.
Puede leer más sobre los beneficios del uso de paraquat aquí.
Caña de azúcar
Caña de azúcar
La caña de azúcar es una gramínea con un tallo grueso y fibroso, que crece hasta alcanzar los 6 m
de altura. Las variedades comerciales de la caña de azúcar son híbridos complejos de varias
especies dentro del género Saccharum. La especie más conocida es Saccharum officinarum.
Las plantas de caña de azúcar almacenan sacarosa en la savia del tallo para llenar las semillas
luego de la floración. Sin embargo, es importante que los cultivos de caña de azúcar no florezcan
para que den altos rindes de azúcar. En el momento de la cosecha, la caña contiene
aproximadamente 10% de azúcar, lo cual cambia según la variedad, la estación y el lugar.
En la molienda, se lava, corta y tritura la caña, luego se mezcla varias veces con agua y se aplasta
con rodillos. El jugo obtenido (‘garapa’) contiene hasta 15% de sacarosa, mientras que los sólidos
fibrosos restantes (‘bagazo’) constituyen una útil fuente de energía, alimento para animales o se
usan para fabricar papel. El agregado de cal neutraliza el pH del jugo de la caña. Esto detiene la
división de la sacarosa en glucosa y fructosa y precipita algunas impurezas. Se deja que los sólidos
en suspensión se asienten antes de que se evapore el jugo para hacer un jarabe. El jarabe se
concentra bajo vacío y el azúcar sale cristalizado de las ‘melazas’ líquidas cuando se lo grana con
azúcar cristalina.
El azúcar en bruto se refina lavando para sacar el recubrimiento exterior contaminado de los
cristales. Luego el azúcar que queda se disuelve para elaborar un jarabe con 70% sacarosa. Las
impurezas filtradas y las siguientes rondas de concentración y cristalización dan como resultado
azúcar blanca refinada. Los cristales de azúcar se vuelven a separar de las melazas en una
centrífuga. resto del azúcar se recupera como azúcar negra. ya no se puede recuperar azúcar con
fines económicos, las melazas finales siguen conteniendo 20–30% de sacarosa y también 15–25%
de glucosa y fructosa. El azúcar granulado se elabora secando el azúcar en una secadora rotatoria
caliente y luego se la acondiciona secándola con aire frío durante varios días.
Las áreas en India, Pakistán y EE.UU. han permanecido bastante estables, pero la superficie de
caña de azúcar en Cuba ha disminuido drásticamente en los últimos años. La caída de la industria
de la caña de azúcar en Cuba fue consecuencia del colapso de la Unión Soviética y del mercado
garantizado que ésta representaba. El azúcar de caña es un importante producto de exportación
para muchas islas del Caribe, pero se espera que colapse con la eliminación del actual sistema de
proveedores preferenciales en la Unión Europea.
Durante los últimos diez años, la producción mundial de caña de azúcar ha aumentado en un 27%,
a más de 1.8 billones de toneladas. Esto puede atribuirse a un 22% de aumento en el área
cosechada y a un 6% de mejora en el rinde. Entre los países líderes, la producción de caña de
azúcar ha estado aumentando más en Brasil, China y Colombia. En la Tabla 1 se muestran algunos
datos de las cosechas.
Tabla 1. Producción de caña de azúcar en los países líderes (por área cosechada) en 2012
(pronósticos de la FAO).
(t/ha)
La caña de azúcar se propaga a partir de cortes o ‘trozos’ de hasta 1 m de largo, que se plantan en
surcos. Los brotes salen a partir de yemas en estas secciones del tallo. En Brasil, se pueden
obtener cinco a seis cosechas antes de replantar. La ‘planta caña’ es el nuevo cultivo que se
cosecha a aproximadamente un año después de la plantación (se cosecha a principios de la
estación lluviosa – septiembre a noviembre) o más comúnmente a los 18 meses de plantar (se
cosecha en el período seco – julio, agosto). Luego de cortar, se planta un cultivo de ‘caña soca’ a
partir de nuevos brotes que crecen de tocones de las plantas cosechadas. Los cultivos de caña soca
se cosechan a intervalos anuales principalmente en las estaciones secas. La aplicación cuidadosa
de fertilizante nitrogenado resulta crítica para los altos rindes del azúcar. Demasiado fertilizante
fomenta el crecimiento de las hojas en lugar del almacenamiento de azúcar. La maduración se da
naturalmente en los períodos secos más fríos. De lo contrario, se la acelera reteniendo el
nitrógeno y el riego y aplicando un madurador químico como por ejemplo trinexapac,
sulfometuron o glifosato.
La mitad de la caña de azúcar se cosecha a mano. Antes de cortar, se pueden incendiar los campos
de caña para quemar las hojas que tienen bordes filosos, espantar las serpientes y evitar que las
semillas de las malas hierbas retornen al suelo. Los tallos y raíces se dejan intactos. La quema de la
caña es controvertida debido a los efectos adversos que ocasiona en el suelo y en la vida silvestre
y también por el peligro de incendios que pueden descontrolarse, por lo tanto se encuentra
prohibida en algunos países.
Los cosechadores que cortan las hojas y las depositan sobre el campo constituyen una alternativa
a la quema. Este “mulch” o cubierta vegetal reduce el impacto de la lluvia y ayuda a evitar la
erosión del suelo. La caña de azúcar con frecuencia se cultiva en tierras con pendiente o en suelos
frágiles. Las tormentas tropicales causan mucha erosión en el suelo. La pérdida de la capa
superficial del suelo reduce la fertilidad y la productividad, hace que las operaciones resulten
difíciles en los lugares donde se han abierto grietas y el suelo erosionado bloquea los cursos de
agua. El escurrimiento asociado de plaguicidas y nutrientes también puede reducir la biodiversidad
y causar eutroficación en lagos y ríos.
La reducción de la labranza del suelo también ayuda a minimizar la erosión. Al preparar la tierra
para un nuevo cultivo, en lugar de arar los campos, se puede controlar el crecimiento de malas
hierbas o de un cultivo de cobertura leguminoso mientras que la tierra está en barbecho mediante
un herbicida no selectivo como el paraquat. El paraquat tiene la ventaja, con respecto a los
herbicidas sistémicos como el glifosato, que mata los brotes muy rápido, dejando las raíces
intactas para mejorar la estructura del suelo y proporcionar un efecto de anclaje para resistir la
erosión. Luego se plantan trozos de caña en surcos individuales o franjas angostas de suelo
labrado.
Las malas hierbas reducen los rindes de la caña de azúcar al competir por la obtención de luz, agua
y nutrientes, al albergar plagas y enfermedades, interferir con la molienda y limitar el número de
cultivos de caña soca. El control de las malas hierbas puede ser uno de los componentes más
costosos de la producción de caña de azúcar. Las gramíneas perennes como el pasto Guinea
(Panicum maximum), el zácate Alexander u horquetilla (Brachiaria planteginea), el sorgo de
Aleppo (Sorghum halepense) y el pasto Bermuda (Cynodon dactylon) son malas hierbas
importantes y muy difundidas.
Los herbicidas residuales que actúan en el suelo sobre las semillas de malas hierbas que están
germinando se utilizan mucho en la caña de azúcar. Sin embargo, si bien estos herbicidas brindan
un control de malas hierbas a largo plazo, tienen que moverse en el suelo para ser efectivos y
pueden lixiviar. Muchos no son totalmente selectivos para la caña de azúcar y pueden causar
daño. El paraquat queda inmóvil en el suelo por lo tanto no puede llegar a las raíces y dañar el
cultivo.
En los cultivos de caña soca que se cosechan mecánicamente, el uso de residuos de hoja verde
como mulch ayuda a controlar las malas hierbas. El mulch da sombra a las malas hierbas y reduce
los nuevos brotes de emergencia luego de la cosecha.
El paraquat tiene una función vital en el manejo integrado de malas hierbas. Si bien el glifosato
proporciona un buen control de las malas hierbas perennes, su uso intensivo puede fomentar el
desarrollo de malas hierbas de hoja ancha agresivas e incluso resistencia de las malas hierbas. El
paraquat proporciona un excelente control de un amplio espectro de malas hierbas anuales, por lo
tanto se lo puede alternar con el glifosato para proporcionar un control de malas hierbas efectivo
y sustentable, reduciendo así el riesgo de resistencia.
Otra ventaja del paraquat es que no es sistémico. El glifosato se traslada de las hojas a toda la
planta y con facilidad puede dañar gravemente la caña de azúcar. Sin embargo, el paraquat se
puede usar entre las hileras de caña y las pequeñas cantidades de pulverización que aterrizan en
las hojas del cultivo no causan ningún daño.
Plagas
Gorgojos, barrenadores o taladrillos, áfidos y gusanos de alambre son todas plagas de insectos que
atacan a la caña de azúcar. Los barrenadores del tallo son los más destructivos. Son larvas de
polillas que excavan dentro de los tallos, debilitándolos y ocasionando la pérdida de sacarosa. En
los EE.UU., en la actualidad una avispa parásita (Cotesia flavipes) controla al barrenador de la caña
de azúcar (Diatrea saccharalis). Un ejemplo famoso de un intento fallido de control biológico fue la
introducción del sapo de caña (Bufo marinus) en Queensland, Australia, en 1935 provenientes de
Hawai en un intento por controlar las larvas de los escarabajos de caña (gusanos blancos). Sin
embargo, los sapos de caña ahora constituyen una grave plaga. De las glándulas ubicadas en la
cabeza sale un chorro de veneno. Cazan fauna nativa como las abejas y transmiten enfermedades
a los sapos y peces nativos. Los insectos no son las únicas plagas de la caña de azúcar. Las ratas
pueden ser un problema y en Hawai deben controlar a los chanchos o puercos salvajes.
Enfermedades
La podredumbre roja (Colletotrichum falcatum) es una enfermedad fúngica de los trozos
plantados a bajas temperaturas. La enfermedad de la piña o ananá (Thielaviopsis parodoxa) ataca
también a los trozos haciendo que los centros se pongan negros y huelan como piñas o ananás
pasados. La roya (Puccinia melanocephola) se presenta como pústulas ovaladas elongadas
amarillas a marrones en ambas superficies de la hoja. Las pérdidas en los rindes pueden alcanzar el
20% y desarrollar resistencia es un objetivo importante. El carbón (Ustilago scitaminea) hace que
surjan órganos negros en forma de látigos de las vainas de hojas enrolladas, en especial en el
Sudeste Asiático y en Sudáfrica. Las enfermedades bacterianas incluyen la gomosis, Xanthomonas
vasculorum, en la cual aparecen rayas amarillas en las puntas de las hojas y los tallos cortados
exudan una goma amarilla y la escaldadura de la hoja, Xanthomonas albilineans, en la cual las
rayas amarillas se dan en el cuerpo de las hojas y las plantas forman mocollos en exceso. Emosaico
es una enfermedad viral transmitida por los áfidos que causa achaparramiento.
Cultivo
Clima
Es una planta que asimila muy bien la radiación solar, teniendo una eficiencia cercana a 2 % de
conversión de la energía incidente en biomasa. La temperatura, la humedad y la luminosidad, son
los principales factores del clima que controlan el desarrollo de la Caña. La caña de azúcar es una
planta tropical que se desarrolla mejor en lugares calientes y soleados para crecer exige un
mínimo de temperaturas de 14 a 16 ºC, la temperatura óptima de crecimiento parece situarse en
torno a los 30 ºC. Cuando prevalecen temperaturas altas la caña de azúcar alcanza un gran
crecimiento vegetativo y bajo estas condiciones la fotosíntesis se desplaza, hacia la producción de
carbohidratos de alto peso molecular, como la celulosa y otras materias que constituyen el follaje
y el soporte fibroso del tallo. Es indispensable también proporcionar una adecuada cantidad de
agua a la caña durante su desarrollo, para que permita la absorción, transporte y asimilación de los
nutrientes. La Caña de Azúcar se cultiva con éxito en la mayoría de suelos, estos deben contener
materia orgánica y presentar buen drenaje tanto externo como interno y que su PH oscile entre
5.5 a 7.8 para su óptimo desarrollo. Se reportan buenos resultados de rendimiento y de azúcar en
suelo de textura franco limoso y franco arenoso.
Suelo
Las condiciones ideales de suelo para el desarrollo y crecimiento de la caña de azucar se consiguen
mediante una arada profunda, de hasta 40 cm, preferentemente con tractor.
Materia orgánica en forma de estiércol de gallinaceas o residuos industriales puede ser distribuida
e incorporada al suelo en ocasión de laboreo. El cultivo de abonos verdes, como la crotalaria, la
soja y la mucuna, incrementa la cantidad de materia orgánica que se pueda incorporar al suelo.
Luego de las operaciones de arada y rastreada se procede a la surcada con una profundidad de
entre 25 y 30 cm. En parcelas con mucha pendiente, la erosión debe ser prevenida abriendo los
surcos en forma perpendicular a la dirección de la pendiente o siguiendo las lineas de curvas de
nivel.
Selección de Caña-Semilla
La caña destinada para semilla debe ser sana. La mejor semilla se obtiene de plantaciones nuevas,
de primer año. En el momento de hacer la selección de la caña-semilla es necesario tener cuidado
especial con enfermedades como el “carbón”, el mosaico, la escaldadura, la roya y el raquitismo
de la soca, que son fácilmente transmitidas a través de del material de plantación.
Se debe evitar en lo posible el uso de la caña seca (plantaciones viejas) como semillero, así como
cañas con yemas golpeadas o con yemas brotadas, ya que las mismas ocasionan fallas en la
germinación, enraizamiento pobre y retraso en el mascollamiento.
Sistema de plantación
El sistema de plantación recomendado es el de doble caña en surco corrido. Las cañas son
depositadas en el surco y se procede a contarlas en estacas de 2 a 3 yemas. El espesor de la
cobertura de la semilla (profundidad) varia, dependiendo de las propiedades del suelo y su estado
de humedad; la cobertura debe ser mayor en caso de suelos secos y menor en casos de suelos
muy húmedos.
El espaciamiento recomendado entre hileras es de 1,30 a 1,40 m. Para facilitar el trabajo mecánico
es importante que las melgas no sean inferiores a 1,30 cm.
Época de plantación
La época de plantación es muy importante y tiene una gran incidencia sobre el rendimiento. Las
plantaciones tempranas se realizan entre los meses de febrero y marzo, y las plantas tardías entre
julio y setiembre.
Siembra
Siembra de Caña.jpg
Se reproduce por trozos de tallo, se recomienda que la siembra se realice de Este a Oeste para
lograr una mayor captación de luz solar. El material de siembra debe ser de preferencia de cultivos
sanos y vigorosos, con una edad de seis a nueve meses, se recomienda utilizar la parte media del
tallo, se deben utilizar preferentemente esquejes con 3 yemas. El tapado de la semilla se puede
realizar de tres formas:
tracción animal
mecanizado
Abono y fertilizante
Fertilizacion de la caña.jpg
La caña de azúcar es un cultivo semiperenne que continua en producción por varios años;
entonces se debe procurar la incorporación continuada de materia orgánica. Además de mantener
y mejorar la fertilidad del suelo, una cantidad apropiada de fertilizantes químicos debe ser
aplicada para completar los requerimientos de nutrientes del cultivo. La cantidad de fertilizante a
ser incorporada al suelo será determinada a través del análisis del suelo.
Aplicación de fertilizante
La fertilización básica debe ser aplicada en el fondo del surco y mezclada con el suelo antes de la
plantación. La fertilización de cobertura es aplicada 5 a 10 cm de la hilera y luego cubierta con el
suelo. La fertilización de cobertura es aplicada aprovechando el paso de la cultivadora en las
melgas cuando el suelo presenta la humedad apropiada. El atraso en la fertilización de cobertura
debe evitarse debido a su efecto adverso sobre la maduración.
Cosecha
El tiempo apropiado para la cosecha se determina mediante el análisis del grado Brix. Que se
realiza en tres partes de la caña: punta, medio y base. La caña llega a su periodo óptimo de
cosecha cuando la diferencia de grado Brix entre las partes es mínima. En caso de cañas inmaduras
el grado Brix en la punta es mucho menor al del medio y la base, ocurre al revés cuando la caña ha
sobrepasado su periodo optimo de cosecha
La caña de azúcar pertenece a la misma familia de las gramíneas y crece en forma de tallos altos y
estrechos. La caña de azúcar se planta horizontalmente en surcos durante el otoño. No necesita
mantenimiento durante el invierno, y al llegar la primavera obtendrás varios brotes de caña de
azúcar que crecerán tan altos como el bambú. Con la caña de azúcar que coseches podrás hacer
un delicioso jarabe.
Parte
1
Plantar caña de azúcar
Selecciona plantas de caña de azúcar que estén sanas. Resulta mucho más fácil encontrar caña de
azúcar en temporadas de cosecha, a finales del verano y a principios del otoño. Si no puedes
encontrar plantas de caña de azúcar en tu centro de jardinería local, podrás encontrarlas
generalmente en puestos de venta por las carreteras y en los mercados de agricultores. Por lo
general, las tiendas de comestibles asiáticos también venden plantas de caña de azúcar.
Busca los tallos gruesos y largos, ya que son más propensos a producir nuevas plantas sanas.
Los tallos tienen uniones y cada una de ellas hará brotar una nueva planta. Teniendo esto en
cuenta, compra tantos tallos como sea necesario para producir el tamaño de cultivo que desees.
Divide los tallos de caña de azúcar en piezas de 30 cm (1 pie) de largo. Deja tres o cuatro uniones
por pieza para que haya más posibilidades de que cada pieza produzca unos cuantos brotes. Si los
tallos tienen algunas hojas o flores, retíralas y continúa con el proceso.
Cava varios surcos en un lugar soleado de siembra. Los tallos de caña de azúcar se plantan de
forma horizontal en surcos o zanjas de 10 cm (4 pulgadas) de profundidad. Necesitan mucho sol,
así que escoge un área que no esté en las sombras. Cava zanjas lo suficientemente largas para que
entre cada pieza de caña que vas a plantar y deja 30 cm (1 pie) de espacio entre cada zanja.[1]
Usa una laya o una azada, en lugar de una pala, para que sea más fácil cavar los surcos.
Humedece los surcos. Usa una manguera para humedecer ligeramente los surcos y prepararlos
para las cañas de azúcar. Asegúrate de que el agua se haya drenado y que no queden charcos
antes de plantar.
Planta la caña de azúcar. Coloca los tallos en forma horizontal dentro de los surcos. Cúbrelos con
tierra. No plantes los tallos verticalmente o, de lo contrario, no crecerán.
Espera hasta que las cañas de azúcar crezcan. Los brotes empezarán a crecer desde los nódulos de
los tallos durante la primavera. Podrás verlos atravesar la tierra para formar tallos de caña de
azúcar individuales, los cuales alcanzarán una gran altura para finales del verano.
Parte
Fertiliza la caña de azúcar con nitrógeno. Debido a que la caña de azúcar es un tipo de hierba, se
nutre de fertilizantes ricos en nitrógeno. Puedes fertilizar las plantas de caña de azúcar con un
fertilizante de hierbas estándar o decidirte por una opción orgánica como el estiércol de pollos.
Fertilizar solo una vez, cuando los brotes empiecen a emerger, ayudará a que la caña de azúcar
crezca fuerte y saludable para que tengas una buena cosecha en el otoño.[2]
Supervisa la presencia de plagas y enfermedades. Existe una serie de plagas y enfermedades que
pueden afectar a la caña de azúcar. Las plagas tales como los agujeros y los insectos son más
propensas a afectar un cultivo bajo condiciones de inundación, mientras que las enfermedades
pueden producir un desarrollo de hongos y putrefacción. Revisa la caña de azúcar con frecuencia
para detectar signos de plagas o pudrición, y adopta medidas preventivas que reduzcan su
aparición siempre que sea posible.[3]
Una de las mejores estrategias para el control de plagas es elegir variedades de caña de azúcar que
sean resistentes a las enfermedades y los virus conocidos por afectar cultivos.[4]
Si encuentras una planta que parece infectada con una plaga o enfermedad, retírala
inmediatamente.
Espera hasta el otoño para cosechar. Debes dejar que las plantas de caña de azúcar crezcan
durante el mayor tiempo posible antes de la primera helada del año. Si las dejas en la tierra hasta
después de la primera helada, no podrás utilizar tus plantas para hacer jarabe de azúcar.
Si vives en un lugar con inviernos muy largos y fríos, ve a lo seguro y cosecha tus cañas de azúcar al
inicio del otoño.
Si vives en un lugar con inviernos templados, podrás dejar que tus cañas de azúcar crezcan hasta
mediados de otoño.
Usa un machete para cortar las cañas cercanas al suelo. Los tallos maduros estarán altos y gruesos,
similares al bambú, así que no podrás cortarlos con unas simples tijeras de jardinería. Usa un
machete o una sierra para cortar las cañas de azúcar tan cerca al suelo como sea posible, así
podrás hacer uso de la mayor cantidad de planta posible.
No des machetazos dentro de la tierra. No desearás dañar las raíces de las plantas de caña de
azúcar ya establecidas. Si dejas que las raíces permanezcan en la tierra, tu caña de azúcar va a
surgir de nuevo el próximo año.
Arranca las hojas de la caña de azúcar. Asegúrate de utilizar guantes porque las hojas son muy
puntiagudas. Úsalas para cubrir el área de siembra. Las hojas actuarán como un abono orgánico
que protegerán las raíces de las cañas de azúcar durante el invierno. Si no tienes suficientes hojas
para cubrir toda el área de siembra, usa un poco de paja adicional para terminar el trabajo.[6]
Parte
Limpia muy bien los tallos. Luego de una temporada fuera, los tallos van a tener moho y suciedad.
Utiliza agua tibia y un cepillo para fregar la suciedad y los residuos de los tallos hasta que estén
completamente limpios.[7]
Corta los tallos en secciones de 2,5 cm (1 pulgada) de largo. Los tallos estarán bastante duros, de
modo que un cuchillo de carnicero es la mejor herramienta para ese trabajo en vez de un cuchillo
simple. Corta los tallos en partes pequeñas, luego pica esas partes por la mitad para que tengas un
montón de pequeños trozos de caña de azúcar.[8]
Si tienes un exprimidor comercial de caña de azúcar, ya no será necesario picar los tallos. En las
grandes fincas, el jugo de la caña de azúcar se extrae con prensadores enormes y pesados. No
existe ninguna máquina equivalente que sea adecuada para el uso doméstico, por eso se utiliza el
método del corte y la ebullición en su lugar.
Hierve los trozos de caña de azúcar en una olla grande llena de agua. El azúcar se extrae mediante
un largo proceso en el cual se hierven los trozos por cerca de dos horas. El agua de azúcar estará
lista cuando tenga el mismo sabor que un trozo de caña de azúcar cruda. Deberás probarlo para
determinar si está listo.[9]
Otra clave es observar los trozos de caña de azúcar. Después de unas pocas horas, se volverán de
color marrón claro, lo que indicará que el azúcar ya fue extraída.
Revisa la olla cada media hora para asegurarte de que todos los trozos todavía estén cubiertos de
agua; si no es así, agrega más.
Vierte el agua de azúcar a través de un colador en una olla pequeña. Usa el colador para atrapar
todas las piezas fibrosas de caña de azúcar. Ya no las necesitarás más, así que puedes botarlas.
Cocina el agua de azúcar para convertirlo en jarabe. Hierve el agua de azúcar hasta que se haya
cocinado significativamente y tome la consistencia de un jarabe espeso. Eso puede tomar entre
una y dos horas, así que deberás revisar la olla para asegurarte de no cocinarlo en exceso. Para
saber si el jarabe está listo, sumerge una cuchara fría en la olla y comprueba la consistencia.[10]
Si deseas que tu jarabe te quede aguado, puedes retirarlo del calor cuando todavía se resbale
fácilmente de la parte posterior de la cuchara.
Para tener un jarabe más espeso, debes retirarlo del calor cuando recubra la parte posterior de la
cuchara en lugar de caerse inmediatamente.
Vierte el jarabe en un frasco de vidrio. Tapa el frasco y deja que el jarabe se enfríe completamente
antes de guardarlo en un lugar fresco y seco.
Consejos
Imagen titulada Sugar cane juice shop 03t El zumo de la caña de azúcar constituye una bebida
refrescante que puede servirse caliente o fría.
Por lo general, el azúcar comercial es blanqueada con huesos carbonizados, así que es una buena
idea sembrar su propia azúcar para aquellas personas que son vegetarianas.
La caña de azúcar fresca también puede ser pulverizada o licuada para poder extraer el zumo.
Advertencias
Imagen titulada Rubber_gloves Las hojas de las plantas de caña de azúcar pueden raspar o herir la
piel. Siempre ponte guantes o cualquier otra protección en las manos cuando retires las hojas y las
flores de la planta.