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Indemnización por lesiones corporales

por
Luis Moisset de Espanés

Zeus, T. 75, D-63

Es frecuente que cuando una persona sufre lesiones o


la pérdida de un miembro y reclama indemnización, el posible
lucro cesante se estime atendiendo a la pérdida de capacidad
laborativa que esa lesión le ocasiona. En tal caso los tribunales
suelen recurrir con frecuencia a tablas, confeccionadas sobre
todo atendiendo a los accidentes de trabajo que sufren los
obreros, en las que se establece para cada tipo de lesión un
porcentaje de lo que significaría la "total obrera".
Pues bien, leo un fallo en el cual la víctima es un
niño de cinco años, que sufre la pérdida de un dedo meñique. El
tribunal recurre a una de esas tablas, y resuelve que la lesión
padecida le acarrea una incapacidad laborativa del 20 %.
Lógicamente un niño de esa edad no desempeñaba ninguna
tarea rentada; entonces, para calcular la indemnización se toma
como base el salario vital mínimo y se dice que como la vida
laboral útil de esa persona puede extenderse desde los 14 años
hasta los 65, fecha en que podrá obtener su jubilación, para
obtener el monto indemnizatorio deberán tomarse en consideración
51 años, y se multiplica el 20 % del salario mínimo por los 612
meses de ese período, ordenando pagar, como resultado final, un
importe equivalente 122,4 salarios mínimos.
Los cálculos del tribunal conducen a un resultado
notoriamente erróneo e injusto, y nos obligan a efectuar un par
de reflexiones.
a) En primer lugar, las tablas confeccionadas para el
Derecho Laboral, útiles cuando se trata de calcular la
disminución de capacidad de obreros, y en especial trabajadores
manuales, no pueden aplicarse indiscriminadamente a cualquier
persona, sino que es menester efectuar un ajuste consciente
2

atendiendo a la actividad que realmente desempeña, o podría


desempeñar la víctima del infortunio.
No creemos en manera alguna que la pérdida de un dedo
meñique a los cinco años de edad produzca una incapacidad
laborativa del 20 %. Esa persona, a medida que vaya creciendo y
adiestrándose, inclinará sin duda su actividad hacia tareas en
las cuales esa disminución física apenas hará sentir su peso en
una proporción ínfima respecto a sus posibilidades de ingreso,
en especial si se inclina por tareas intelectuales...
Muy distinto es el caso de una persona ya formada, que
tiene un oficio o profesión, y la mutilación que lo afecta lo
obliga a readaptación; en tal caso la pérdida de un dedo puede
llegar a ser gravísima -como sucedería, por ejemplo, en la
hipótesis de un pianista-, pero no ocurre lo mismo con el niño
que todavía puede elegir múltiples actividades, en muchas de las
cuales la lesión sufrida tendrá escasa gravitación 1.
b) En segundo lugar, aunque se aceptase que el daño sufrido
alcanza al 20 %, el monto total indemnizatorio fijado por el
Tribunal, 112,4 salarios mínimos, no guarda relación con ese
daño, y resulta disparatado.
Agréguese a ello que el capital, de acuerdo a lo que
es jurisprudencia unánime, comienza a devengar intereses desde
el momento del accidente, es decir desde 9 años antes que el
menor alcance la edad de 14 y se encuentre en condiciones de
trabajar 2 de acuerdo a la opinión del Tribunal 3.
Sea que se coloque el dinero en "valores ajustables",
sea que se lo invierta en cualquier cosa o actividad productiva:

1
. J. L. del R., destacado profesor mendocino de Derecho de
Aguas, y exitoso abogado, carece de un dedo meñique y ello no ha
menguado en lo más mínimo su capacidad profesional, que le ha
permitido obtener merecidas distinciones.
2
. Esos intereses pagados sobre una suma que en realidad no
se debería hasta el momento en que la persona se encontrase en
condiciones de desarrollar una actividad laborativa, están
incrementando el capital.
3
. No objetamos la edad fijada, aunque a nuestro parecer
anticipa demasiado las posibilidades efectivas de obtener un
trabajo remunerado.
3

por ejemplo, un inmueble para renta, o la participación en una


empresa, si calculamos el beneficio sólo en un 6 % anual sobre
la cifra fijada por el Tribunal4, resulta que la víctima, sin
mengua del capital (a valores estables), percibirá anualmente el
importe de 6,73 salarios por año, lo que significa que quien
debía ser indemnizado mensualmente con un 20 % del salario,
recibirá en cada uno de esos períodos algo más del 50 %, es decir
que solamente en concepto de intereses obtendrá más de dos veces
y media lo que el Tribunal estimó era el daño sufrido!
Creemos, por tanto, que para calcular los capitales
indemnizatorios es menester afinar los conceptos, prestando
atención a las particularidades del caso concreto, y recordando
que la cifra fijada como capital debe producir una renta que no
exceda el daño padecido por disminución de la incapacidad
laborativa e incluso ese capital debería extinguirse al final del
período calculado para la indemnización.

4
. Sin incrementarla con los intereses que producirá antes
de que el menor cumpla 14 años y se encuentre en condiciones de
trabajar.

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