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UNIVERSIDAD TÉCNICA DEL NORTE

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA DE ENFERMERÍA
FUNDAMENTO GINECOLÒGICOS

Tema: La vacunación y nutrición de la


mujer embarazada
Nombre: Darío Ganchozo
Docente: Dra. Lumi del Carmen Anaiz
Fecha: 12-11-2017
2017-2018
La nutrición de la mujer embarazada
Una alimentación equilibrada proporciona los nutrientes adecuados para favorecer el
crecimiento y desarrollo del niño(a), la calidad de la placenta, mantener el nivel de
energía a lo largo del embarazo, parto y post-parto, prevenir anemias y activar la
producción de la leche. No se trata de diseñar una dieta especial para el embarazo, sino
conocer la diversidad de propiedades de los alimentos y así mejorar la calidad y variedad
de las comidas. Los consejos nutricionales para la mujer embarazada han variado con
el tiempo. Anteriormente, las mujeres eran estimuladas a tener modestos incrementos
de peso durante la gestación y a consumir dietas hipocalóricas. En otros momentos,
fueron incentivadas a “comer por dos”, lo que contribuyó a ganancias de peso excesivas,
Hoy se comprende mejor las necesidades nutricionales durante el embarazo y el rol de los diferentes nutrientes
específicos en esta etapa de la vida. (Diaz, 2011)
Cambios fisiológicos durante el embarazo
Durante la gestación se producen una serie de cambios hormonales que dirigen los
nutrientes hacia la placenta para favorecer la transferencia de los mismos al feto y
promover su crecimiento. La secreción hormonal provoca una mayor liberación de
insulina, lo que aumenta los depósitos de glucógeno e induce el depósito de grasa en
la madre.
El volumen sanguíneo aumenta, provocando un proceso de hemodilución (anemia fisiológica de
la embarazada) y afectando a la composición de la sangre: disminuye la concentración de Hb,
albúmina, vitaminas hidrosolubles y proteínas del suero y aumenta la concentración de la fracción
grasa y los factores de coagulación. Se produce una hipertrofia cardiaca con un aumento en el
gasto cardiaco y respiratorio y un intercambio más eficiente de gases. (Palacios, 2013)
Además, existen cambios en la función Gastro intestinal (GI), como la disminución de la
motilidad intestinal y del vaciado gástrico para favorecer la absorción de nutrientes. Estos
cambios son responsables de algunos síntomas típicos del embarazo, como náuseas, vómitos,
estreñimiento y ardores. En cuanto a la función renal, aumenta la filtración glomerular y
disminuye la capacidad de excretar agua.

Necesidades nutricionales en el embarazo:


 En el primer trimestre, el crecimiento fetal es rápido y cualquier déficit de nutrientes puede provocar
alteraciones irreversibles en el feto. Las necesidades calóricas apenas varían, pero se debe asegurar un
aporte de nutrientes de buena calidad, por lo que se necesitan alimentos de elevada densidad nutricional. •
 En el segundo trimestre, el crecimiento fetal continúa y se establecen los depósitos grasos de la madre.
Éstos están destinados a garantizar la LM, por lo que el aporte caló- rico es fundamental ya que, si no se
asegura, podría comprometerse la futura lactancia.
 En el tercer trimestre se incrementa la demanda de energía y nutrientes porque el aumento de peso del feto
es muy elevado
Energía
El coste energético de la gestación completa es de aproximadamente 75.000
kcal. Las recomendaciones varían desde un incremento de 200 kcal al día, que
son aconsejadas por las instituciones británicas sólo en el tercer trimestre, a las
300 kcal extras diarias que recomienda la OMS durante todo el embarazo. En
España se recomienda aumentar 250 kcal/día durante la segunda mitad de la
gestación. Lógicamente, estos valores varían en función del peso previo de la
embarazada. Lo lógico será individualizar cada caso dependiendo del IMC al
inicio del embarazo y del ejercicio físico, adaptando el aporte energético a la ganancia de peso de la madre y
evitando la cetosis. (Palacios, 2013)
Proteínas
Durante el embarazo, las proteínas se necesitan para cubrir las necesidades del
crecimiento del feto, de la placenta y de los tejidos maternos. Cuando existe un
balance energía/proteínas adecuado (cuando el consumo de proteínas no supera
el 25% de la energía total), se consigue mayor peso del niño al nacer y un menor
riesgo de muerte fetal y neonatal.
Lípidos
Diversos estudios han investigado la importancia de los AGP de cadena
larga, del AA y del DHA, en la alimentación de la madre gestante y del
lactante, para obtener el máximo potencial de desarrollo neurológico del
niño. Estos estudios se han focalizado en el DHA, que es el principal
constituyente de los fosfolípidos del tejido neural y de la retina.
Recientemente, en la Conferencia Europea del Consenso sobre la
Recomendación de los Ácidos Grasos Poliinsaturados para las Madres
Gestantes y Lactantes, los expertos en nutrición, obstetras y reumatólogos
han concluido que la ingesta diaria debería ser de 200 mg/día de DHA. Esta
cantidad se consigue con el consumo de pescado graso una o dos veces a la semana. La suplementación de AGP de
cadena larga durante el embarazo consigue un aumento de la duración del embarazo y de la circunferencia cefálica
del feto. (Palacios, 2013)
Hidratos de carbono:
La ingesta de HC debe aportar el 50-55% de la energía total tanto en el embarazo como
en la lactancia. El embarazo tiene un cierto efecto diabetógeno por lo que hay que
asegurar el mantenimiento de la glucemia materna en valores normales. La glucosa es
la fuente más importante de energía para el feto, constituyéndose el 90% del gasto
calórico

Minerales:
 Hierro: Los requerimientos de hierro están incrementados durante el embarazo
para aumentar la masa eritrocitaria y para la unidad fetoplacentaria, así como
para compensar las pérdidas de sangre durante el parto. Este hierro
suplementario se puede obtener a partir del aumento de la absorción intestinal
que se produce en la gestación, el ahorro que supone la amenorrea y la utilización de los depósitos tisulares
maternos. Sin embargo, la deficiencia de hierro es una característica común en mujeres en edad fértil de
países desarrollados, con depósitos de hierro insuficientes, lo que conlleva que a menudo se deba recurrir a
la suplementación farmacológica preventiva, Se considera anemia en el embarazo cuando la concentración
de Hb es menor de 11,0 g/dl durante el primer y el tercer trimestre, o menor de 10,5 g/dl durante el segundo
trimestre. Una concentración de ferritina menor de 12 μg/l indica agotamiento de las reservas de hierro. El
déficit de hierro en el embarazo se asocia con bajo peso al nacer, prematuridad y aumento de la mortalidad
perinatal, además, perjudica el rendimiento cognitivo y el desarrollo físico de los recién nacidos. La
suplementación universal de hierro o hierro con ácido fólico previene la anemia y el déficit de hierro a
término. Se debe incluir en la dieta carnes, pescados, huevos y legumbres acompañados preferiblemente de
algún alimento rico en vitamina C para favorecer la biodisponibilidad del hierro no hemo. La dosis
recomendada de hierro elemental durante el embarazo es de 30-60 mg/día, siendo sobre todo importante en
el segundo y el tercer trimestre. En mujeres con déficit previo, la administración de hierro debería iniciarse
cuanto antes y las cantidades aconsejables son de 100-120 mg/día. (Palacios, 2013)

 Calcio: durante el tercer trimestre de gestación, el niño deposita unos


250 mg/día de calcio. Aunque los cambios hormonales dan lugar a un
aumento en la absorción y captación de este mineral, se recomienda
aumentar 600 mg/día la ingesta de calcio en la segunda mitad del
embarazo, aumentando la ingesta de lácteos. No existe una
recomendación universal para la ingesta de un suplemento de calcio.
El déficit de calcio se ha relacionado con la aparición de preeclampsia.
Tras revisar 21 estudios que incluyeron 16.602 mujeres, se concluye que los suplementos de calcio están
indicados para mujeres con baja ingesta de calcio y mujeres con alto riesgo de preeclampsia.

 Yodo: la deficiencia de yodo durante el embarazo causa


hipotiroidismo fetal, lo que conlleva alteraciones como cretinismo,
aborto, anomalías fetales y sordera profunda. Las hormonas
tiroideas son críticas para el desarrollo y la maduración del cerebro.
Según la OMS, alrededor de 20 millones de personas en el mundo
tienen daños cerebrales debidos al déficit de yodo materno. Por eso,
esta organización ha promovido la obligatoriedad de la yodación
universal de la sal. Esta medida se considera una de las más eficaces
para la promoción de la salud, junto con la LM. Sin embargo, en las gestantes, esta medida resulta
insuficiente porque se necesitan cantidades diarias de yodo más elevadas que en la población general, dosis
que no se pueden conseguir a través de la ingesta de sal. En nuestro país se estima que entre el 30 y el 50%
de las embarazadas no consume suficiente cantidad de yodo, con amplias variaciones según la zona
geográfica. La gran mayoría de las sociedades científicas recomiendan la suplementación con yodo durante
todo el embarazo y la lactancia siendo las recomendaciones entre 220 y 300 μg/día. Es importante que el
suplemento se inicie, si es posible, antes de la gestación. (Palacios, 2013)

 Zinc: dietas deficitarias en cinc dan lugar a retraso en el


crecimiento intrauterino, parto prematuro y alteraciones en la
conducta y la capacidad de aprendizaje del niño. Cuando el déficit
es importante se ponen en marcha diversos mecanismos que
afectan a la embriogénesis y al desarrollo fetal, provocando
malformaciones congénitas. Teniendo en cuenta que la
biodisponibilidad del cinc dietético es relativamente baja (20%), la IR diaria es de 20 mg. La
suplementación de cinc consigue reducir significativamente los partos prematuros (riesgo relativo [RR]:
0,86; intervalo de confianza del 95% (IC 95%): 0,76-0,98) (13). La principal fuente alimentaria la
constituyen los alimentos de origen animal y los cereales.

Vitaminas:
 Vitamina B: desempeña funciones vitales en numerosos procesos
metabólicos del cuerpo humano, tales como el desarrollo y el
funcionamiento del sistema nervioso. Se encuentra en el germen de
trigo, la carne, los huevos, el pescado, las verduras, las legumbres,
las nueces y los alimentos ricos en granos integrales, al igual que en
los panes y cereales enriquecidos. El suplemento de vitamina B
durante el embarazo se ha asociado con algunos beneficios, como
puntuaciones de Apgar más altas, mayores pesos al nacer e
incidencia reducida de preeclampsia y nacimiento de prematuros. Los estudios recientes también indican
una protección contra ciertas malformaciones congénitas. Sin embargo, no se recomienda la
suplementación sistemática con vitamina B6 durante el embarazo, ya que se ha demostrado que ingestas
superiores a 1,9 mg/día no producen ningún beneficio para la madre o el niño.
 Vitamina A: la deficiencia de esta vitamina durante el embarazo se
ha asociado a un aumento de la mortalidad materna, el bajo peso
neonatal y el parto prematuro, y a un riesgo aumentado de
preeclampsia. En situaciones en las que la mujer es deficitaria, se ha
observado que la suplementación con β-caroteno y vitamina A
reduce la mortalidad materna. En general, la ingesta de vitamina A
mediante la dieta suele ser suficiente para cubrir las necesidades de
la gestación. Los retinoides naturales se encuentran en alimentos de
origen animal, como el hígado, los huevos, la leche y la mantequilla, y los carotenos, o precursores de
vitamina A, se encuentran en los vegetales, como la zanahoria y los vegetales de hoja verde. Por otro lado,
dosis altas de vitamina A se han asociado a malformaciones congénitas, por lo que se mantiene la IR en
800 μg/día.
 Vitamina C: contribuye a prevenir el estrés oxidativo y, por lo
tanto, se ha postulado que su suplementación podría disminuir la
incidencia de preeclampsia, crecimiento intrauterino retardado y
rotura prematura de membranas. Las mujeres fumadoras o
bebedoras habituales podrían tener mayor riesgo de déficit, por lo
que se recomienda suplementar la dieta. En cualquier caso, las IR en
la segunda mitad de la gestación son 80 mg/día para cubrir las
necesidades fetales.
 Vitamina D: la deficiencia grave durante el embarazo se asocia a
problemas en el metabolismo del calcio en madre e hijo: retraso del
crecimiento intrauterino, raquitismo e hipocalcemia neonatal,
tetania y alteraciones en el esmalte dental. La ingesta de 10 μg/día
de esta vitamina reduce la incidencia de hipocalcemia en el neonato,
Hay que recordar que la fuente principal de vitamina D es la
exposición a la luz solar, mientras que el aporte dietético tiene un papel secundario, aconsejándose una
exposición al sol de 15 minutos diarios.
 Vitamina E: las recomendaciones de ingesta de vitamina E
durante el embarazo están aumentadas un 25% con respecto a las
de las mujeres no gestantes, por su papel estimulante del
crecimiento fetal, su posible papel en la patogenia de la
preeclampsia, a través de una alteración en el metabolismo lipídico,
y en la rotura prematura de membranas. Sin embargo, recientes
datos procedentes de una revisión sistemática de estudios
aleatorizados han señalado que la suplementación con vitamina E
durante el embarazo no previene la preeclampsia

Vacunación de la mujer embarazada


Administración de preparados destinados a generar inmunidad en la mujer durante la gestación con la finalidad de
proteger a la madre y a su hijo contra enfermedades infecciosas susceptibles de prevenirse por medio de las vacunas.
 Vacunación contra Difteria, Tos ferina y Tétanos
Es recomendable vacunar a las embarazadas en el segundo y tercer trimestre del embarazo. La aplicación
de la vacuna de toxoide tetánico y diftérico deber ser en intervalos de cada 10 años, para asegurar una
protección permanente.
La embarazada no vacunada debe recibir 2 dosis de una vacuna de toxoide tetánico y diftérico, este último
en dosis reducida (Td) con un intervalo de 4 semanas y una tercera dosis entre 6 y 12 meses después; una
cuarta dosis al año de la tercera y una quinta dosis al año de la cuarta.
La vacuna recomendada para uso en el embarazo, para prevenir tosferina, difteria y tétanos, es la que está
formulada con toxoide tetánico, toxoide diftérico y fracción acelular de Pertussis (Tdpa) en formulación
para adultos.
La embarazada que tiene antecedente de haber recibido vacuna con toxoide tetánico y toxoide diftérico
(vacuna Td) puede recibir la vacuna Tdpa, sin tomar en consideración el tiempo transcurrido desde que
recibió Td.
La vacuna Td para la protección contra tétanos y difteria de la embarazada es de la siguiente manera:
 Dosis de 0.5 mL, por vía intramuscular (IM), en la región deltoidea.
Habiendo disponibilidad de la vacuna Tdpa, ésta debe ser aplicada a las embarazadas que no hayan recibido
antes esta vacuna, debiendo administrarse durante el embarazo después de las 20 semanas de gestación, de
preferencia durante el tercer trimestre o al final del segundo.
La embarazada puede recibir una dosis de Tdpa; si debe recibir una dosis de refuerzo de tétanos y difteria
(por ej. Si ya pasaron 10 años de la última dosis de Td). En el manejo de heridas para prevenir el tétanos en
la embarazada, si han pasado 5 años desde la última dosis de Td, se aplicará Tdpa si la embarazada no la ha
recibido antes vacunación en la embarazada
Para prevenir el tétanos materno y neonatal, si la embarazada nunca ha sido vacunada contra el tétanos,
debe recibir tres dosis de Td al 0, 1 mes y 6 a 12 meses. En este caso una dosis de Tdpa debe reemplazar
una dosis de Td de preferencia después de las 20 semanas de gestación. Considerando que la vacuna Tdpa
se encuentra disponible en México, es necesario realizar estudios que permitan evaluar la efectividad de
implementar un programa nacional en el que se incluya esta vacuna para la embarazada. (MSP, 2010)
 La vacuna contra la influenza:
Está recomendada anualmente a todas las personas mayores de 6 meses en adelante y en todos los grupos
de riesgo en las que las embarazadas están incluidas.
La vacuna recomendada es la de influenza trivalente inactivada (TIV) vía intramuscular y la vacuna de
influenza trivalente inactivada (TIV) vía intradérmica es solo para personas mayores de 18 años.
El sitio de elección para la aplicación de la vacuna TIV ya sea la intramuscular o la intradérmica es la región
del deltoides.
Las embarazadas deben recibir las vacunas contra influenza en cuanto estén disponibles. Debido a que las
vacunas inyectables no son de virus vivos, la mayoría de los especialistas considera que estas vacunas son
seguras en cualquier etapa del embarazo. Vacunar contra influenza en cualquier etapa del embarazo está
justificado en especial en las pandemias. La vacuna contra influenza de virus vivos atenuados en spray nasal
está contraindicada en el embarazo y no debe administrarse a la embarazada.
El tiempo ideal para vacunar para alcanzar títulos óptimos de anticuerpos es antes de la temporada de
influenza siempre y cuando esté disponible.
Aunque la embarazada puede prevenir la influenza evitando el contacto con niños y adultos enfermos y
lavándose las manos con frecuencia, la vacunación es la mejor manera de protegerlas contra la influenza.
Las vacunas contra la influenza han sido seguras y no han causado daño en las mujeres embarazadas y sus
hijos, por esto se recomienda su administración durante el embarazo o en el posparto.
También es segura durante la lactancia.
La vacuna contra influenza H1N1 2009 se elabora de la misma manera que la estacional, y de acuerdo con
la información disponible ha mostrado ser igualmente segura. Las vacunas contra influenza se deben aplicar
incluso si se padeció una enfermedad parecida a la influenza con anterioridad, a menos que se haya
confirmado que se padeció la influenza H1N1 por medio de pruebas de laboratorio específicas, en ese caso
ya no se aplicaría la vacuna H1N1. Si se padeció la influenza y se vacuna no hay riesgos. (MSP, 2010)

 Vacunación contra hepatitis B


las embarazadas que han sido identificados como en riesgo de infección por el VHB durante el embarazo
(por ejemplo, tener más de una pareja sexual durante los últimos 6 meses, ha sido evaluado o tratado por
una enfermedad de transmisión sexual, uso de drogas inyectables reciente o actual, o haya tenido HBsAg-
pareja sexual positiva) debe ser vacunadas.
Se recomienda como estrategia de prevención para infección perinatal por el VHB exámenes de rutina del
antígeno de superficie de hepatitis B (HBsAg), de preferencia, en aquellas embarazadas con factores de
riesgo.
La aplicación de inmunoprofilaxis se recomienda en los bebés nacidos de mujeres con HBsAg positivo o
para mujeres con un estado HBsAg desconocido.
Proporcionar información a todos los adultos con respecto a los beneficios de la vacunación contra la
hepatitis B, incluyendo los factores de riesgo para la infección por el VHB y a las personas para las cuales
se recomienda la vacunación.
La Inmunoglobulina para VHB se utiliza como complemento de la vacuna contra hepatitis B para
inmunoprofilaxis después de la exposición para prevenir infección por el VHB.
Cuando las mujeres están considerando embarazarse o que ya están embarazadas el prestador de servicios
de salud investigará su esquema de inmunización y recomendará las estrategias de vacunación La vacuna
contra la hepatitis B no tiene riesgo evidente para el feto y se recomienda su aplicación en embarazadas con
factores de riesgo. (MSP, 2010)
 Vacunación en situaciones particulares: se recomienda comparar los riesgos asociados entre la
vacunación y la infección por hepatitis A en mujeres con riesgo elevado de exposición a VHA.
La vacuna triple vírica (SRP) o aquellas con componentes de sarampión, rubéola, parotiditis no se
recomienda administrarse a embarazadas.
Debido a razones teóricas, no puede excluirse el riesgo al cual estaría expuesto el feto por la administración
de virus vivos a través de la aplicación de vacunas, se recomienda a mujeres en edad fértil no planear un
embarazo en los 28 días siguientes a la aplicación de cualquier vacuna contra sarampión, parotiditis y
rubéola o bien, vacuna triple vírica.
Se recomienda a pacientes obstétricas no inmunes tras la finalización o interrupción del embarazo, la
aplicación de la vacuna SRP. Se recomienda preguntar antes de la aplicación de vacunas contra rubeola y
varicela a la mujer en edad fértil, si está embarazada o si piensa quedar embarazada en las 4 semanas
siguientes.
En mujeres en edad fértil que son vacunadas se recomienda evitar el embarazo durante un mes, después de
la aplicación de varicela. Para las personas vulnerables, vivir con una embarazada no es una
contraindicación para la vacunación.
No se recomienda la aplicación de la vacuna contra varicela en embarazadas. Si por equivocación, una
embarazada es vacunada o si queda embarazada en las 4 semanas después de recibir la vacuna contra la
varicela, se le debe orientar sobre los motivos teóricos de preocupación con respecto al feto; sin embargo,
la administración de la vacuna contra la varicela durante el embarazo, por lo general, no debería ser razón
para interrumpir el embarazo.
Se recomienda la aplicación de vacuna contra SRP y varicela en niños y contactos de embarazadas cuando
sea por prescripción médica. Se recomienda que mujeres susceptibles a rubéola y varicela reciban la vacuna
inmediatamente, después del parto.
La administración de la IGVZ (inmunoglobulina de la varicela-zoster) debe considerarse seriamente en las
embarazadas vulnerables que han estado expuestas al virus. Por razones teóricas, no se recomienda la
aplicación de vacuna contra poliomielitis (IPV) en embarazadas.
En caso de que una mujer está expuesta a un alto riesgo de infección y requiera protección, inmediata,
contra la poliomielitis, puede administrársele la IPV según los calendarios recomendados para los adultos.
La vacuna meningocócica (MPSV 24 polisácarido), se recomienda su uso embarazada cuando exista un
riesgo incrementado a esta infección
Se recomienda la aplicación de la vacuna antirrábica en embarazadas expuestas al virus de la rabia. No se
recomienda la aplicación de la vacuna contra el virus del Papiloma en las embarazadas.
El uso de antibióticos no contraindica la aplicación de vacunas en la embarazada. (MSP, 2010)
Bibliografía
 Diaz, M. (12 de 01 de 2011). CONSEJOS UTILES PARA LA NUTRICION DE LA EMBARAZADA .
Obtenido de https://www.unicef.org/lac/consejos_nutricion_full.pdf
 MSP. (14 de 01 de 2010). GUIA DE PRACTICAS CLINICAS . Obtenido de
http://www.imss.gob.mx/sites/all/statics/guiasclinicas/580GRR.pdf
 Palacios, S. (17 de 03 de 2013). NUTRICION EN DIDFRENTES ETAPAS DE LA VIDA . Obtenido de
https://www.kelloggs.es/content/dam/newton/media/manual_de_nutricion_new/Manual_Nutricion_Kello
ggs_Capitulo_12.pdf

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