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BALL, Stephen (Compilador), 1993, Foucault y la Educación, Disciplina y Saber,

Colección Pedagogía, Ediciones Morata, Madrid, España.

FOUCAULT Y LA EDUCACION, Disciplina y Saber


Stephen J. Ball
(Compilador)
Resumen
Francisco Pérez Ruiz

Ball nos presente a Foucault como un enigma cuyo principal interés se


centra en la historia del pensamiento científico, el desarrollo de las técnicas de
poder y dominación por ultimo en las arbitrariedad de las modernas instituciones
sociales, en el fondo, sus trabajos presentan tintes weberianos y marxistas, sin
embargo el jamás acepto estar alineado con ellas y con ninguna corriente del
pensamiento social occidental. Sin embargo su obra ha influenciado a un amplio
conjunto de disciplinas científicas.

Dice que el núcleo central de la obra Foucault, consiste en una serie de


tentativas de analizar modelos o ideas desarrolladas como consecuencia de
cambios históricos concretos, las cuales se han convertido en normativas
universales dentro del pensamiento humano.

Aquí el autor resalta la importancia del discurso de Foucault y como este


puede ser aplicado a las ciencias humanas, una de ellas, y cuyo tema será el
discurso de este libro, es la educación y su interrelación con la política, la
economía y la historia

En el marco analítico el autor hace referencia, al “discurso” como un


concepto central dentro del pensamiento de Foucault desde el cual todo puede ser
expresado y pensado, el cual lleva, un significado, con cierta interacción social,
son prácticas que conforman sistemáticamente los objetos de los que hablan, pero
no se refieren al objetos; si no que con él, los construye, escondiendo su propia
invención. Por lo tanto los objetos puede tener significados y definiciones diversas
dependiendo de quién y para que, las uses.

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Sin embargo este, limita el pensamiento, al ordenan y combinan las
palabras en formas específicas y excluyen o desplazan otras combinaciones, en la
medida en que los discursos se construyen por exclusiones e inclusiones, lo que
hace que el discurso mantenga posiciones antagónicas de los que se dice y lo que
se pudo haber dicho, con respecto de otros discursos, otras posibilidades de
significado, otras peticiones, derechos y posturas.

Por lo anterior el autor, mencionado a Foucault dice “Hemos de tener en


cuenta los poderes complejos e inestables por los que el discurso es a la vez
instrumento y efecto del poder pera también obstáculo, escollo, punto de
resistencia y punto de partida para la estrategia opuesta” a esta tesis Foucault, la
denomino “el principio de discontinuidad”

Trata de llevar acabo a la praxis el discurso, a la educación, el piensa que


los ámbitos educativos son generadores de un discurso históricamente especifico,
en donde se generan validaciones y exclusiones modernas del “derecho a hablar”.
Él dice que los ámbitos educativos están sujetos al discurso ya que de ellos
depende la propagación y divulgación selectiva de discursos, las instituciones
educativas son las que controlan el acceso de los individuos a los diversos tipos
de discursos.

Pero por encima de todo la distribución y adecuación de los discursos en la


educación está mediada por el examen esa fina técnica en la ha de encontrarse
un campo completo de saber un tipo completo de poder.

Los teóricos de la educación interesados por cuestiones relativas al control


social y al ejercicio del poder hacen referencia a Foucault.
Afirma que prácticas como la supervisión, observación y clasificación
normalizan a los niños, pero parece que no reconocen ni entienden siquiera que el
niño en evolución es un objeto producido por esas mismas prácticas.
Se centra en Foucault como arqueólogo que busca el conjunto de
condiciones sociohistóricas que han permitido que ese sujeto se convierta en
objeto de investigación científica.

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A Foucault no le interesaba la verdad de estas cuestiones en la ciencias
sociales, un enfoque arqueológico para determinar las condiciones discursivas que
hacen posible el surgimiento de distintos tipos de informes sobre la educación
popular y las practicas pedagógicas.

Los exámenes como procedimientos esencialmente de normalización. El


examen constituye una parte importante del ritual escolar, un aspecto esencial del
ejercicio del poder.

La arqueología y la genealogía constituyen metodologías muy distintas, lo


que más preocupa a Foucault es lo que podemos dominar en sentido amplio, la
filosofía del sujeto, expresión con la pone de manifiesto una problemática que
domina el pensamiento moderno que privilegia al sujeto como fundamento de todo
saber y de toda significación. Su proyecto filosófico consistía en investigar las
formas por las que discursos y prácticas han transformado a los seres humanos
en sujetos de un tipo determinado.

El sujeto constituye la base sobre la que se funda el discurso y al mismo


tiempo el modo de objetivación que transforma a los seres humanos en sujetos.

En otras palabras “sujeto”, lleva consigo el doble significado de sujeto


conocedor activo y de objeto sobre el que se actúa: un producto del discurso.

La ilustración es importante para Foucault en la medida en que facilita un


punto de partida para lo que él y otros llaman actitud de modernidad en la que la
idea del hombre como sujeto autónomo racional constituye el objeto central de la
crítica.

Esta noción de gobierno se identifica en principio en la idea de la familia


como modelo, pero las ideas modernas de gobierno.

Según Foucault, la población y su bienestar se convierten en el tema central


del gobierno. El control de población para asegurar la obediencia política y una
fuerza de trabajo dócil y útil en relación con las demandas del capitalismos
naciente constituyen las preocupaciones centrales del arte de gobernar.

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Surgen muchas instituciones pero Foucault señala en concreto la cárcel, el
hospital, el manicomio, el ejército, el puesto de trabajo y la escuela. En estas
instituciones se desarrolla el conocimiento sobre las personas; y su conducta,
actitudes y autoconocimiento se desarrollan, perfeccionan y utilizan para moldear
a los individuos.

Foucault denomina poder saber a ese conocimiento, desarrollado mediante


ejercicio del poder y utilizado, a su vez, para legitimar posteriores actos de poder.
Él se refiere a las instituciones en las que se ejerce o ha sido ejercido ese poder
llamándolas instituciones disciplinarias.

Aquí el examen desempeña un rol fundamental porque no solo determina si


una persona es gobernable es decir capaz de llevar una vida dócil, útil y práctica.

El verdadero sujeto individual como un ser sometido o políticamente


dominado. Pero Foucault piensa que estos verdaderos yoes no son ficciones o
construcciones cuando no existe el hombre real. En concreto, el hombre autónomo
es una construcción del pensamiento post-ilustrado y humanista.

Foucault invierte nuestras creencias habituales sobre el hombre autónomo


adoptando una metodología particular: la genealogía.

Su obra es antihistérica, no escribe una historia completa del pasado, no


presenta causas históricas, emplea una cantidad desconcertante de datos
extraídos de fuentes muy distintas, no hace exposiciones teleológicas de la razón,
en general ni del razonamiento de determinados pensadores o grandes hombres,
tampoco escribe una historia de las ideas, es seguidor del punto de vista de
Nietzsche.

La genealogía trata, en general, de mostrar que las verdades históricas


descansan sobre un terreno complejo, contingente y frágil.

La genealogía altera la forma histórica al centrase en objetos históricos que


no suelen considerarse propio de la investigación.

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Cuatro partes emplean distintas metodologías: las dos primeras abarcan la
genealogía del nacimiento de la cárcel, una exposición evolutiva de la difusión
general de la disciplina y la cuarta una exposición funcional de la cárcel más
moderna.

Claro que este autor no presenta ninguna teoría sistemática de la


genealogía; se oponían a semejante sistematización.

Ofrece a la investigación educativa un nuevo marco: no para estudiar el


pasado, sino para evaluar el presente.

La genealogía toma cada tema por separado explorándolo con todo detalles
y reconstruyendo acontecimientos, teniendo en cuenta, por tanto, los saberes
sometidos y desaparecidos. En otras palabras parecen interesarle más las
cuestiones arqueológicas y las teóricas del conocimiento que la forma en que el
poder moderno impregna a la escuela moderna. Esta forma de poder produce
también otros juegos de verdad y otras ideas de subjetividad en la escuela. En
pocas Palabras, Foucault no nos proporciona niguna formula hecha para analizar
el poder en la educación.

Hoskin se centra en la “disciplina foucaultiana” como un misterio, junto con


todos sus sub-argumento que la conforman: poder-saber, el sujeto, el biopoder,
afirma que Foucault descubrió que el carácter central de la educación se da en la
construcción de la modernidad, así que para poder resolver el misterio de
“disciplina” hay que investigarlo como un misterio esencialmente educativo. Tratar
de entender la concepción de poder-saber, es muy confuso, sin embargo, para el
autor, durante todo el tiempo que dedico a este estudio, siempre realizo un
análisis educativo aunque pensara que se refería al poder o al saber.
Al analizar el tema ve que trata de la naturaleza de ciertos campos del
saber, como la gramática general, la historia natural y análisis de la riqueza y su
transformación en otros campos como, la filosofía, biología y economía política.
Para Foucault, la disciplina ejercida sobre una persona es con el fin de
producir cuerpos dóciles, dice que existen micro-tecnologías que reúnen el
ejercicio del poder y la construcción del saber en la organización del espacio y del

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tiempo siguiendo líneas ordenadas de manera que faciliten formas constantes de
vigilancia y la puesta en acción de la evaluación y el juicio.
El examen es entre todas la técnicas la más obviamente educativas, más
incluso que la disciplina que suele ser superficialmente mal interpretada como
técnica exclusiva de poder y control.
La superposición de las relaciones de poder y de saber asume en el
examen su máximo esplendor.
Como acertadamente señala Foucault, el examen se extiende por todas la
ciencias humanas, funcionado como un permanente intercambio de saber, pero
también en sentido inverso, cuando los sujetos han de darse a conocer
respondiendo a la preguntas planteadas en el examen.
El poder de la educación en efecto radica en el examen y el poder de este
radica fuera del ámbito educativo.
El examen proporciona un archivo tenue y minucioso que se constituye al
ras de los cuerpos y de los días de modo que se constituya un poder de la
escritura.
El examen rodeado de todas sus técnicas documentales hace de cada
individuo un caso mediante la distribución y clasificación de todo el conjunto de
casos individuales.
Ahora bajo el nuevo poder de la escritura y el examen, las personas
ordinarias ya no quedan por debajo del umbral de la descripción, inventamos un
nuevo tipo de individualidad del hombre calculable. No es tanto un cambio de
educación sino un cambio de saber.
Todas las ciencias, análisis o prácticas que utilicen la raíz “psico” tienen su
origen en esta inversión histórica de los procedimientos de individualización.
Primero hay que analizar los detalles, segundo hay que examinar las cosas
con una visión panorámica.
Foucault habla de que poder-saber es la nueva idea que toma cuerpo en su
obra, genealogía en las que se ocupan antes todo de las practica y tecnologías del
poder, en contraste con los primeros trabajos arqueológicos en los que vistos en
retrospectiva, ponían más énfasis en el saber y los discursos que los construyen,

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la distinción entre arqueológico y genealógico no debe tomarse en sentido
absoluto. La atención prestada a la enseñanza eficiente forma parte de la
estrategia de poder emergente biopolítica, Foucault sostiene que en el siglo XIX
aparecen muy diversas técnicas cuyo cometido consiste en hacerse cargo de la
viada mediante la aplicación de una serie de mecanismos reguladores colectivos.
El punto de vista colectivista respecto de la enseñanza eficiente suponía la
creación de una población responsable moral y útil.
Estos nuevos objetivos de preocupación provocan el cambio del interés que
ya no se centra en las misión moral del maestro si no en la producción de una
población sobria sana y competitiva. La regularidad con la que hacen su aparición
informes sobre la necesidad de ocuparse directamente de las clase sociales
problemáticas paso también a evidenciar el fracaso del enfoque voluntarista de
libre mercado de la enseñanza popular.
La preparación de los docentes y la arquitectura de la clase exigía que
estos fueran el centro tanto en relación con la autoridad como con respecto a la
enseñanza.
En el discurso sobre la formación moral y eficiente era fundamental el punto
de vista de que la educación debía regenerar a los habitantes de los suburbios
mediante el ejemplo y los exámenes y no por medio o intimidación.
La teoría de la enseñanza aceptada requería que la presencia de la
autoridad del maestro se impusiera sobre la clase. La arquitectura de la escuela y
el método de enseñanza colocaban al maestro en un aparato imponente que
pretendía realzar su presencia.
Al principio del siglo XX, el maestro ocupaba una posición social cada vez
más difícil de sostener. La metodología de la enseñanza heredada junto con la
arquitectura de la escuela y la naturaleza de la clase le limitaba a la hora de
proyectar una imagen de autoridad moral.
Este biopoder se estableció en toda la maquinaria disciplinaria de los
exámenes generales, pero basando cada vez más su autoridad en las nuevas
verdades de la medicina y la psicología.

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Las normas sanitarias y médicas ofrecían al maestro elemental un espacio
dentro del complejo de organismos sociales que asesoraban a los hogares de la
clase trabajadora. En vez de la misión secular aislad del maestro consistente en
proyectar una imagen de autoridad moral en el suburbio, la nueva tecnología de la
seguridad ofrecía la complementariedad entre el hogar y la escuela.
El maestro ocupaba una posición semiprofesional orientada por el
diagnostico experto del clínico. Así la, a través de la genealogía del maestro,
podemos seguir la curiosa línea de transformaciones de las tecnologías morales,
el maestro es una figura sospechosa que precisa un examen continuo dentro de
una tecnología examinadora, la escuela que trata de establecer una utopía
disciplinaria basada en un cálculo creador de felicidad.
El surgimiento casi simultaneo de las prácticas educativas modernas y del
moderno saber científico están casi en relación.

El principal objetivo de Foucault consistía en revelar como se implanta el


control social en las sociedades occidentales modernas. Decía que, desde finales
de del siglo XVIII, el orden social no se había mantenido al poder soberano o legal
patente, sino mediante formas de poder disciplinario mucho más sutiles. Este
cambio se produjo a causa de la aparición de cuatro técnicas en el espacio; la
división del tiempo y por tanto de las actividades, en periodos, el control minucioso
de las actividad y la creación de redes tácticas para el despliegue eficaz del
cuerpo y actividades.

La mayor parte de estas técnicas de poder disciplinarios surgieron mucho


antes de la aparición de las modernas instituciones disciplinarias como (cárceles,
manicomios y escuela) a fines de siglo XVIII. Muchas de ellas eran prácticamente
establecidas desde mucho tiempo antes en monasterios, ejércitos y talleres.

Por tanto, hay lugar suficiente para desarrollar las genealogías de las
prácticas educativas modernas proporcionaron las condiciones de surgimiento y
existencia de nuevas formas de saber y nuevos modos de poder. Un nuevo campo
de poder-saber. Saint-Simón señalaban tres funciones sociales económicas y

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racionales, desarrolladas por tres clases sociales industriales, artísticas y
científicas.

Sus profesionales estarían cualificados para constituirse en un nuevo


sacerdocio en la sociedad con amplios poderes en los campos de las
regulaciones de la conducta personal y la política pública.

Por más leve desviación de la conducta “normal” sujeta a una escala de


castigos, el individuo quedaba atrapado en una universidad castigable y
castigadora, además de los castigos por mala conducta había también premios
por buena conducta. Esto demuestra que el objetivo último del poder disciplinario
era la normalización no la represión.

El examen como instrumento más importante del poder disciplinario por que
combina la observación jerárquica con el juicio normalizador. Es una mirada
normalizadora, una vigilancia que hace posible calificar y castigar. Foucault
consideraba el examen como la principal técnica individualizadora dentro de las
formas disciplinaria del poder. El examen con todas las técnicas documentales
convierte a cada individuo en un “caso” es decir, un individuo que ha de ser
entrenado, corregido, clasificado, normalizado, excluido, etc. Esto le lleva a
concluir que el examen se sitúa en el centro de los procedimientos que
constituyen al individuo como efecto y objeto del poder, como efecto y objeto del
saber. El examen asegura las grandes funciones disciplinarias de distribución y
clasificación.

Foucault y la educación aborda de forma directa el método y los conceptos


elaborados por Foucault, así como intentan contrastarlos aplicándolos a
cuestiones relacionadas directamente con la educación, de los textos que
componen el libro sobresalen aquellos que presentan propuestas operativas y
aplicables a la metodología foucaultiana, frente a los que optan simplemente por
el comentario, en algunos casos un tanto formal. Como en todo libro colectivo las
contribuciones son diversa y desiguales ya que provienen de diferentes posiciones
epistemológicas y metodológicas, lo que hace que en ocasiones se produzca
algunas contradicciones de interpretación. Cabe señalar la importancia del texto

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para el ámbito educativo ya que su aporte contribuirá a profundiza en el estudio y
a enriquecer la contribuciones al tema de la educación.

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