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Javier Vázquez Millán

Resumen de “La balsa y la pirámide: coherencia versus fundamentos en la teoría del conocimiento”

Objetivo: Comprender la naturaleza de la controversia Fundacionismo-Coherentismo, así como los argumentos


a favor y encontrar de cada teoría.

1. Supuestos:

(S1) No toda creencia es conocimiento; todo conocimiento debe ser una creencia1. Además, para que una
creencia sea considerada conocimiento debe cumplir con dos requisitos más: a) debe ser verdadera y 2) debe
estar justificada (ser correcta, garantizada o razonable).

(S2) El primer supuesto implica una propiedad normativa o evaluativa; además la justificación debe ser de tipo
epistémico2. Hay dos tipos de justificación: práctica, que se deriva de las consecuencias factuales a los que nos
llevan las creencias; teóricas, que provienen de procedimientos respaldados en ámbitos epistémicamente
estables, como la investigación científica; este último ámbito llevará al conocimiento.

2. Conocimiento y criterios.

Dos son las principales preguntas de la epistemología i) ¿Qué conocemos?, ii) ¿Cómo conocemos? El intento
de responder cada una dará apertura a dos modos de hacer epistemología. Si se da prioridad a contestar i)
entonces se habla de un particularismo3 que tiene como principal interés lo que se conoce y su proceder será
antiescéptico. Si se comienza respondiendo ii), se habla de un metodismo cuyo principal interés son los medios
y formas que se tiene para alcanzar conocimiento. La última postura puede dar cabida a un escepticismo así
como a un dogmatismo; por ello tanto Descartes como Hume están entre sus filas.

En el caso de Descartes la prioridad es encontrar, por medio de la intuición, conocimiento evidente, es decir
que no pueda ser dudado; lo que lleva a encontrar ciertos principios (dogmas) que serán la base del resto del
conocimiento. Pero su teoría se hace rechazable porque los principios que postula no cumplen con el principio
de evidencia, resulta ser muy difícil llegar a sostenerlos y, demás, derivar algo de ellos. Por su parte, Hume
construye una teoría con un sentido similar de encontrar bases para sostener el conocimiento, pero concluye
su investigación con un escepticismo inevitable que no permite asegurar que de las bases encontradas se
pueda derivar conocimiento estable.

3. Dos metáforas: la balsa y la pirámide

Desde el metodismo, se presentan dos tipos de explicaciones respecto al conjunto de conocimientos que
puede tener una mente dada4: fundacionismo y coherentismo. Cualquier creencia tomada por conocimiento
debe ser ubicada dentro de una estructura en la que mantiene relación con otras creencias. La mayoría de las
creencias requieren de otras para mantener su justificación; de manera que cuando se nos pregunta por el
estado epistémico de cualquiera de nuestras creencias, podremos dar cuenta de él por el apoyo que recibe de
otras creencias.

1
Sería conveniente una definición de creencia. ¿Se limitará a tomar por creencia un estado mental en forma de
actitud proposicional? O tendrá otra definición más amplia de creencia.
2
¿Esto implica que respeta alguna definición de conocimiento?
3
El naturalismo de Quine entraría en este caso.
4
Se refiere a un sujeto, pero no a alguien específico; se refiere a cualquiera que pueda ser tomado por un sujeto
con mente, se hace una generalización.
El fundacionismo nos dice que las relaciones inferenciales que permiten la justificación no pueden prolongarse
indefinidamente, deben para en algún punto. Se puede esquematizar el fundacionismo de la siguiente manera:
“Para un conjunto de conocimientos K, que puede ser dividido parcialmente como k1, k2, k3, etcétera, existe
una relación de sustento no simétrica que mantiene el conjunto K con una parte especial del conjunta
(llamémosla F); donde F sostiene al resto de K pero no a la inversa”. Tal estructura requiere satisfacer algunos
requisitos: a) las creencias que están detrás de otras servirán de base a aquellas que les sucedan; b) toda
creencia que pertenezca a un conjunto debe ser sostenida por un sujeto determinado en un tiempo específico;
c) si una creencia no es evidente, debe tener sucesores; d) toda rama de un pirámide epistémica debe ser
terminal.

En caso de Descartes las creencias básicas en que termina una rama deberán ser indudables; aquellas que no
cumplan con tal requisito, deben ser derivadas de las sí lo hacen. Pero esta estructura aplicada al modelo
cartesiano presenta dos fallas principales: 1) no hay tantas verdades evidentes como podría esperarse, 2)
Pocos conocimientos no inferenciales se prueba a partir de las creencias básicas. Si tales críticas afectan
realmente a la versión dogmática del fundacionismo y a ello sumamos que la versión escéptica de Hume no
ofrece un mejor panorama, la propuesta metodista deja de ser atractiva en comparación de la particularista.

El coherentismo surge como una alternativa metodista ante la falla del fundacionismo. Para esta propuesta la
justificación no depende de cualidades que otorguen evidencia ni de que sea deducida de una creencia básica.
La propiedad normativa radica en la coherencia que mantiene la creencia con respecto al conjunto de
creencias al que pertenece.

4. Una crítica coherentista del fundacionismo

Desde una postura coherentista, se presenta un argumento que pretende invalidar completamente el
fundacionismo. El argumento mantiene el supuesto de que una actitud proposicional (como creencias,
expectativas y miedos) son estados mentales, pero también hay estados mentales que no son actitudes
proposicionales (como el sentir dolor). El argumento mantiene dos lemas: a) Los Estados Mentales5 en forma
de actitudes proposicionales no mantienen contacto directo con lo real (son separadas por un velo
conceptual) y lo que no mantiene contacto directo con lo real no tiene garantía contra el error, por lo tanto los
EM al no estar exentos contra el error entonces no pueden constituir a la base del conocimiento; b) si un EM
no incorpora una actitud proposicional entonces podemos cuestionarnos ¿cómo mantiene una relación
inferencial con otra proposiciones?, por lo que podemos asumir que en tal caso el EM no puede proporcionar
apoyó lógico a ninguna creencia y concluimos que aquí tampoco pueden tomarse como fundamento del
conocimiento. El argumento concluye sosteniendo que c) un EM incorpora o no una actitud proposicional, por
ello d) ningún EM sirve como fundamento del conocimiento.

Conviene revisar la efectividad del argumento. En primer lugar, podemos cuestionar si las actitudes
proposicionales sólo pueden recibir apoyo a otras actitudes proposicionales. Tomemos el ejemplo de algunas
prácticas, donde si las consecuencias de una práctica resultan favorables entonces se toma por una buena
práctica y se considera justificada en virtud de sus consecuencias. He aquí el caso en que una actitud
preposicional que es respaldada por algo diferente a otra actitud proposicional. Dado este caso, cobra sentido
preguntarse si es posible que la justificación de una creencia pueda recibir apoyo de algo que no sea una
creencia para mantener su justificación; incluso se puede apelar, del mismo modo que con las prácticas, al

5
De aquí en adelante reduciré la expresión “estado mental” a EM
hecho de que las consecuencias que implican mantener una creencia, o se puede tomar un argumento más
clásico como el que la percepción no ofrece un fuente para el conocimiento.

También se puede mantener una sospecha en contra del primer lema y se sugiere que la infalibilidad no tiene
que ser un requisito tan necesario para brindar respaldo o ser fundamento del conocimiento. Nuevamente
podemos guiarnos por la ética, donde el hecho de que un criterio sea óptimo no implica que sea el mejor
medio más conveniente para brindar justificación; esto quiere decir que la alternativa más elegible no siempre
es la más óptima, pues a veces es preferible tomar una cuyos resultados sean más benéficos incluso si éstos
son rechazables según los criterios óptimos. Llevado al caso de las creencias, se puede aceptar que una
creencia que brinda justificación a otra no siempre cumplirá con los criterios más altos de incorreción; muchas
veces una creencia resulta preferible por los beneficios que implica al sostenerla, aun cuando no se pueda
mostrar sea infalible ni verdadera.

Otro contrargumento a favor del fundacionismo consiste en señalar la radicalidad en la que podemos caer de
aceptar la crítica en su contra; hay tres consecuencias principales que se pueden señalar: a) una variante del
ataque antifundacionista puede ser fatal para el coherentismo, b) se pone en juego la epistemología sustantiva
y c) la crítica también cancela la posibilidad de tener una ética normativa. Debemos tomar en cuenta que el
segundo lema de la crítica se ubica dentro de un Modelo de Justificación Intelectualista, para le cual la
justificación de la creencia es parasitaria de las relaciones lógicas que se mantienen entre creencias; la
justificación de una creencia dependerá siempre de otras creencias que la respalden. El respaldo entre
creencias, dada en una relación lógica, no proviene inmediatamente de la cualidad epistémica de ser
coherente con un conjunto de creencias; al ser miembros de un conjunto coherente de creencias, se mantiene
la relación parasitaria (aunque sea de forma indirecta) del modelo intelectualista pero extrapolada a todas los
miembros del conjunto coherente. Pero este parasitismo indirecto puede llevar al punto en que una
experiencia que causa la creencia “p” de su existencia sólo pueda justificarse bajo la forma “p implica
lógicamente p”; ese tipo de relaciones triviales llevará a perder interés en el modelo intelectualista, pero
también pondrá al coherentismo en el mismo peligro que pretendía poner al fundacionismo. Respecto a la
consecuencia de b) la problemática está en que la necesidad de mantener un respaldo inferencial para
cualquier creencia llevará a un regreso infinito no permitiendo el encuentro de conocimiento completamente
justificado, pues si nos proponemos rastrear el respaldo de una creencia, estaremos en una quehacer
inacabable; es imposible alcanzar la justificación. La consecuencia de c) niega la posibilidad de mantener una
ética normativa dado que esta requiere de una base que sobrerviene6 a la relación de sustento lógico del
modelo intelectualista; la acción derivada de una creencia dependerá de sus intenciones y la justificación de
las mismas, pero se ha dicho que tal justificación puede dar prioridad a cualidades no ortodoxas.

5. El argumento del regreso

Cuando nos preguntamos por la justificación de una creencias y encontramos que ésta depende de otras y
vemos como estas también dependerá de otras creencias, que a su vez dependerán de otras para probar su
justificación y así sucesivamente; esto es lo que conocemos como regreso infinito y su expansión no sólo es
lineal pues una creencia puede estar respaldada por más de una creencia. Para evitar los regresos infinitos de
justificación, debemos encontrar creencias justificadas de manera no inferencial que sean capaces de justificar
otras; las creencias provenientes de la percepción sensorial, muchas veces, llegan a cumplir el papel de

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Creo que la mejor manera de interpretar la “sobreveniencia” es como un conjunto de condiciones establecidas por la
teoría y de su cabal cumplimiento se obtendrá validez.
creencias no inferenciales. Ante este argumento fundacionista, cabe cuestionar si los regresos infinitos
realmente son un vicio epistemológico.

Se presenta una serie de objeciones y respuestas respecto a los regresos infinitos:

(i) Objeción: Las limitaciones humanas no permitirían mantener un regreso infinito.


Respuesta: La naturaleza de la justificación epistémica no debe limitarse por las capacidades de la mente
humana. La investigación debe basarse en la naturaleza de la justificación.
(ii) O: Un regreso infinito queda descartado, pues su existencia cancela la posibilidad de un término.
R: La naturaleza de la justificación no excluye un transcurso temporal indefinido, en tanto se presente un
sujeto con una mente capaz de contenerlo; incluso si no fuese seriado y se adquiriera de un solo golpe no hay
exclusión. Además, tal objeción es una petición de principio.
(iii) O: Un regreso de la justificación exige una creencia infinita, pero la mente humana no sería capaz de soportar
algo como tal.
R: No se niega que el regreso infinito implique dicha creencia infinita, pero incluso esa esas creencias
pertenecerán al regreso. No se pierde la sucesión infinita entre creencias, pues la creencia infinita no sería
moneda de cambio por la cadena; de hecho tal creencia pertenece a la cadena.
(iv) O: El regreso infinito permitirá justificar simultáneamente un gran número de creencias aún cunando no se
tenga información suficiente para comprobar su justificación. Hay algunos casos de seriaciones numéricas
donde la justificación de una creencia dependerá de sus antecesores y se pueden producir creencias de
manera indefinida, pero no se puede comprobar la justificación de ningún miembro si falta cierta información.
R: Hay regresos que son potenciales, lo que quiere decir que si encontramos argumentos para desacreditar
alguna de las creencias que se encuentran en la cadena, entonces se puede desacreditar toda la cadena. Hay
que aprender a diferenciar los regresos infinitos reales de los potenciales.
(v) O: No puede distinguirse entre los regresos reales y los potenciales; si un regreso justifica una creencia entonces
todo regreso debería hacer lo mismo, pero de hecho no sucede así.
R: La distinción entre regresos reales y potenciales es que los reales sólo poseen como miembros creencias
justificadas. Hay series numéricas en las que está comprobado que sus miembros se encuentran justificados.

6. De la relación de justificación y la estrategia fundacionista

Para que un miembro de un regreso infinito mantenga su justificación, sólo se requiere que pertenezca a la
cadena. Los argumentos a favor de los regresos desacreditan la necesidad del fundacionismo. Pero también
existe la posibilidad de que cada creencia perteneciente a un regreso infinito sea una creencia terminal de una
cadena terminal de creencias; así las creencias podrían pertenecer tanto a un regreso infinito como a uno
terminal; tal opción no parece del todo satisfactoria. Si no hay forma de evadir los regresos infinitos, cabe la
pregunta ¿hay otra forma de mostrar la relevancia del fundacionismo para la justificación?7

7. Dos niveles de fundacionismo

Una primera distinción nos dice que hay dos tipos de fundacionismo: formal y sustantivo. El fundacionismo
formal es el que cumple con una propiedad normativa o evaluativa φ y las condiciones en que se aplica
pueden ser especificadas. El fundacionismo sustantivo y el coherentismo son tipos de fundacionismo formal; el

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De no evitar el regreso infinito, no se tiene un criterio que permita mantener la justificación y nos encontramos en la
posición escéptica a la que llega Hume. La posibilidad de obtener conocimiento se encuentra en riesgo de nuevo y con
ello la epistemología también.
fundacionismo clásico también entra en tal definición y lo podemos sintetizar de la siguiente manera: “(i) Toda
creencia infalible e indudable está justificada, (ii) Toda creencia inferida deductivamente de una creencia
justificada también lo está, (iii) La justificación de toda creencia dependerá de (i) o de (ii)”.

Una reivindicación del fundacionismo forma requerirá que sea formulado bajo una teoría de la justificación
convincente, una que supere el fundacionismo clásico cartesiano. Las críticas contra la teoría fundacionista
han hecho que se pierda la distinción entre tipos de fundacionismo, así como las graduaciones que se pueden
tener de cada uno. El fundacionismo puede presentar condiciones no epistemológicas que presten apoyo a
una creencia para mantener su justificación; si una creencia se encuentra bien justificada debido a
propiedades como la percepción, la memoria o la inferencia (que no son estados mentales en forma de actitud
proposicional), entonces cualquier creencia que obtenga su justificación de esa base estará bien justificada8.
Tal sería el grado más bajo de un fundacionismo formal, que se limita a referir las propiedades no
epistemológicas que dan apoyo a las creencias; se puede llegar a grados más altos si tales condiciones se
especifican dentro de una teoría simple y comprensiva. El fundacionismo clásico califica como fundacionismo
formal del más alto grado.

Bajo esta perspectiva, una meta de la epistemología sería explicar cómo se obtiene justificación con base en
las condiciones que superviene a las creencias. El fundacionismo formal se puede aplicar a cualquier propiedad
normativa o evaluativa φ y se presentan tres grados de esta teoría: 1) este grado más bajo se limita a la
sobreveniencia de las propiedades de φ que caen bajo clases restringidas; 2) se presentan principios que
permiten la explicación, de manera general, de las condiciones bajos las que φ es aplicado; 3) se trata de una
teoría simple bajo la que se explica la aplicación de φ. Si el coherentismo se mantiene dentro de 3) y la noción
de coherencia debe mantenerse libre de contenidos evaluativos o normativos, lo mismo que el fundacionismo
sustantivo; ambas teorías buscan explicar cómo la justificación epistémica superviene de lo no epistémico.

8. Argumento del ascenso dóxico

Las creencias básicas empíricas tienen su origen en la percepción sensorial, pero para mantener su justificación
requiere de una creencia adicional “los sentidos funcionan adecuadamente”. Se critica al fundacionismo que
simplemente no se puede tener una fe ciega para mantener la justificación, pues se requiere de una confianza
razonada; entonces la creencia adicional requerirá de un propio respaldo epistémico que dará cabida a un
nuevo regreso. Tales críticas no surten efectos sobre el fundacionismo formal pues las creencias básicas
depende de propiedades no epistémicas que las mantienen justificadas, pero que están exentan de una
evaluación epistémica y de ellas se derivan otras creencias que se mantiene igualmente justificadas.

Una versión más fuerte del argumento hace ver que las creencias básicas requieren de las creencias que
justifican para mantener su propia justificación. Pero tal objeción debe ser igualmente aplicable al
coherentismo, pues al ser la coherencia una propiedad sobreviniente también requerirá el requisito adicional
de que tal propiedad está libre de presentar errores para las creencias que justifique y este requisito a su vez
requerirá otra comprobación y así sucesivamente; lo cual llevará nuevamente a un regreso infinito.

El argumento dóxico ataca la posibilidad de la sobreveniencia con base en que la fuente de la justificación
siempre incluye componentes epistémicos; con ello se cancela la posibilidad de tener una justificación no
epistémica. Pero es inevitable encontrar que cualquier creencia justificada se encuentra rodeada de hechos no

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Aquí se mantiene una “superveniencia” que consiste en tener un o algunas condiciones anteriores a la teoría o que
van más más allá de ella. Entre tales condiciones podemos contar los resultados que nos brinda mantener tal teoría,
capacidades cognitivas como la percepción, la memoria o la inferencia.
epistémicos y su justificación dependerá de ellos. El fundacionismo formal entra en conflicto con tal
argumento.

9. Coherentismo y fundacionismo sustantivo

Si se presenta la tesis de que el fundacionismo sustantivo es superior que el coherentismo, antes será
necesario revisar en favor de qué se mantiene tal postura. Recordemos que para el coherentismo la fuente
última de justificación de cualquier creencia depende de la relación que mantenga con otras creencias de un
sujeto. Por su parte, para el fundacionismo hay una fuente última de justificación cuya relación con el resto de
las creencias no es igual al tipo de relaciones entre creencias no básicas; la justificación de las creencias
dependerá de algún contenido especial o de su relación con la experiencia subjetiva.

Un coherentismo alternativo mantiene una objeción contra la tesis de que las creencias se justifican por sus
relaciones entre creencias o por su desconexión con la realidad; la posibilidad de justificación se pierde. La
crítica sostiene que la coherencia no siempre implica un criterio para mantener la justificación. Se plantea que
puede haber un conjunto mínimo de creencias (llamémosle 1) que mantienen coherencia entre sí y que
pueden insertarse a un sistema de creencias sostenido por un sujeto (llamémosle α) y mantenerse como
creencias justificadas por ser coherentes con las creencias del sistema α; pero también se sugiere que puede
haber un conjunto de creencias que sean coherentes entre sí (llamémosle 2) pero que sean todas negaciones
de 1, al ser un conjunto tan mínimo de creencias no habría problema en insertarlas al sistema α y que
mantuvieran coherencia con tal, pero al ser negación de 1 que ya había sido aceptado en α; el conjunto de
creencias 2 no pueden puede tomarse como justificado, aun cuando no entren en contradicción con las
creencias de α.

Para mantener la justificación de una creencia se toman en cuenta otros factores antes que la coherencia, uno
de estos puede ser el origen de las creencias. El fundacionista argumentará que las creencias provenientes de
la percepción son infalibles (como el caso de sentir un dolor), pero si ello es así entonces se exige que las
creencias más cercanas a las de ese tipo también deben ser infalibles. La propiedad de infalibilidad ha
generado una brecha entre fundacionistas y coherentista. Se puede argumentar que ni siquiera la el origen
perceptual proporciona infalibilidad, un grupo mínimo de creencias que sean coherentes entre sí y que tengan
como origen la percepción sensorial podrían ser remplazadas por otro grupo que tenga las mismas cualidades
pero que sean negación de este primero; en ambos casos puede haber una inserción aun sistema de creencias
sostenido por un sujeto y ambos pueden mantener coherencia con el conjunto total de creencias del sistema.
El remplazo de un conjunto mínimo por otro da cabida a que una de los conjuntos pueda ser completamente
hipotético y no contener ninguna creencia cuya fuente sea la percepción y aun así no entrar en contradicción
con el conjunto coherente de creencias.

Por otra parte, se alega que una experiencia presente se impone a sí misma pues siempre será advertida y
dará origen a alguna creencia. En este punto se le ha concedido al fundacionista dos de sus principales
requerimientos: las creencias introspectivas son infalibles y la percepción sensorial genera auto imposición.

10. El dilema fundacionista

Las versiones alternativas del fundacionismo aceptarán la coherencia como un requisito para mantener la
justificación de la creencia, pero también requieren que se acepte la percepción como una fuente de
conocimiento.
Las experiencias perceptuales tiene dos funciones respecto a las creencias: pueden ser causa o brindar
justificación. Ambas funciones se mantienen conectadas, pues la justificación de una creencia perceptual se
deriva del hecho de que se tiene una experiencia de ella, lo que da origen a una creencia perceptual; esto será
tomado como un principio epistémico para el fundacionismo. Podría sugerirse la hipótesis de que un ser con
capacidades perceptuales distintas a las humanas tiene sus propios medios para generar creencias sobre el
mundo que le rodea; también podemos suponer que sus capacidades perceptuales serán análogas a las
humanas y le permitirán generar creencias sobre el mundo.

Se abre un cuestionamiento respecto al principio fundacionista de nuestras creencias perceptuales ¿debe ser
tomado como un principio fundamental o como una generalización derivada? Si es un principio deberá dar
prioridad a ciertos valores que impliquen consecuencias satisfactorias. De un principio así se pueden hacer
generalizaciones sobre puntos específicos, pero siempre seguirán a ese principio; esta también puede ser una
posibilidad para de la máxima fundacionista. Pero de ser una generalización tendría que obedecer a otro
principio y esto hace poco atractiva tal opción. Por su parte ubicar la percepción como un principio tendría
como consecuencia que se tomaran por principio cada medio de la percepción como la vista, el oído, el tacto,
e incluso los medios alternativos que son distintos a los humanos. Se alega que podemos tener una
generalización de las múltiples fuentes sensoriales y tendíamos que aceptar que todos responden a un
principio bajo el cual una creencia sensorial de cualquier tipo será identificada como proveniente de una
fuente perceptual y por tanto se encuentra justificada. Pero ante tal suposición se presentan dos dificultades:
por un lado, hay ambigüedad respecto a la posibilidad de generar una base común a partir de fuentes tan
variables como los sentidos; por otra parte, un principio así se derivaría de circunstancias contingentes. Cabe
preguntarse si la percepción sensorial podría tomarse como principio epistemológico en un mundo donde las
creencias tengan como origen este principio, pero que frecuentemente son incorrectas.

Además, de aceptar el principio perceptual del fundacionismo sustantivo, tendríamos que comprometernos
con la idea de que la realidad sólo puede ser conocida por estos mecanismos. Pero recordamos el
planteamiento hipotético de que puede haber seres con diferentes con diferentes medios para conocer el
mundo, de ser el caso podemos cuestionar ¿cómo se podrían evaluar los mecanismos ajenos a la percepción?,
tal cuestionamiento cobra sentido si consideramos que esos mecanismos son completamente independientes
y diferentes de las capacidades perceptivas humanas. No podría negarse la posibilidad de que tales seres
pudieran llegar al conocimiento del mundo y menos si cuentan con mecanismos viables que les permitan
formar creencias correctas sobre el mundo que les rodea; aun cuando tales mecanismos nos parezcan
extraños por ser distintos a las capacidades humanas.

Ante la situación señalada, se mantiene la sugerencia de tomar el principio epistemológico de percepción y los
mecanismos ajenos a las capacidades humanas como variables de en principio más general, del cual pueda
derivarse su validez. De ser así debe ser posible encontrar reglas generales que permitan guiar distintos
criterios epistémicos; a su vez éstos permitirán generar creencias justificadas bajo circunstancias específicas.

11. Una ética de las virtudes morales y una epistemología de las virtudes intelectuales

Las acciones de un sujeto se basan en reglas incorporadas a través de disposiciones (virtudes) estables, y se
mantiene bajo los límites cognitivos de un sujeto. Las disposiciones a actuar se encuentran justificadas dada su
mayor contribución de valor respecto a disposiciones alternativas. Es necesaria una estratificación de la
justificación que permita diferencial las distintas virtudes que lleva cada disposición, así como se requiere una
diferencia del nivel en que se pueden mantener dicha justificación.
El mismo modelo puede ser conveniente a la epistemología. La estratificación de la justificación nos presentará
una justificación primaria que debe provenir de las virtudes intelectuales requeridas para la adquisición de
creencias, tales justificaciones primarias tendrán su base en su capacidad para acercarnos a la verdad. Luego,
se hablará de una justificación secundaria que es atribuida a las creencias particulares y que proviene de su
origen intelectual o de otras disposiciones justificadas. Se habla aquí de un intento de formular principios
fundamentales de la justificación.

Un planteamiento así sugiere un paralelismo entre la ética y la epistemología. Ambas teorías requieren de un
análisis más detenido del concepto de virtud, lo que permitirá entender la distinción entre virtud moral y
virtud intelectual. La tradición epistémica a infravalorado el concepto de virtud intelectual, poniendo mayor
prioridad en el sujeto epistémico y su naturaleza intrínseca; la sugerencia de esta nueva perspectiva nos invita
a no olvidar que hay otros aspectos importantes para la investigación epistemológica como lo son el medio
ambiente y la comunidad epistémica que rodean al sujeto cognoscente.

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