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no existe y Gabriel, que tras el best-seller Por qué el mundo no existe vuelve estos días
a la carga con Yo no soy mi cerebro. Filosofía de la mente para el siglo xxi,
E
taba de acabar con la metafísica tradicional, se propuso Markus Gabriel
inaugurar una nueva corriente filosófica. Concretamente la revelación se
l mundo no existe, pero en la parte oculta de la luna hay produjo, según relata el propio autor con exactitud morbosa –a modo
unicornios que llevan uniforme de policía. Partiendo de de metanoia o caída paulina del caballo, para que conste en los anales
esta llamativa paradoja y con la proclamación de una nueva de la Historia–, el 23 de junio de 2011 sobre las 13:30 horas durante un
corriente filosófica, bautizada de manera poco original almuerzo en Nápoles con el filósofo italiano Maurizio Ferraris. Dos años
como Nuevo Realismo, el joven profesor alemán Markus más tarde daría a la imprenta Por qué el mundo no existe, que enseguida
Gabriel, de la Universidad de Bonn, ha logrado en los últi- se convirtió en un superventas. Veamos lo que allí dice.
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Existe todo, excepto una sola cosa: el mundo es precisamente esto que todo lo abarca, el mundo, lo que no existe y
La postmodernidad pretendía consumar la ruptura con la tradición no puede siquiera existir. Ésta es la tesis principal de Markus Gabriel.
y liberarnos de la ilusión de que existe un sentido de la vida al que La argumentación es la siguiente: no sólo es falso que todo esté
todos debemos aspirar; según esto, las cosas solamente existen tal como interconectado, sino que además es imposible. No hay regla o fórmula
se nos aparecen y no hay nada más; no hay mundo o realidad en sí que describa la totalidad del mundo, y no porque no la hayamos
misma. La metafísica, que había tratado de desarrollar una teoría del encontrado, sino porque no puede existir. Solo existe algo si aparece
mundo como totalidad describiendo cómo es realmente éste frente a en el mundo, pero obviamente el propio mundo no aparece ni sucede
las apariencias, se convertía, por tanto, en una especie de alucinación en el mundo. No podemos verlo, sentirlo o saborearlo. Lo demás, todo
colectiva de la que la postmodernidad venía a salvarnos. lo que no es mundo, sí existe, incluidas las falsas creencias, los cuen-
Según Gabriel, en el fondo la postmodernidad no es sino otra tos o las psicosis. La pregunta no es sólo si existe tal o cual cosa, sino
variante de la metafísica, una forma vaga de constructivismo que dónde existe o no existe. Porque todo lo que existe, existe en alguna
defiende que no existen hechos en sí y que somos nosotros quienes parte, aunque solo sea en nuestra imaginación o en los cuentos de
los construimos mediante las convenciones sociales y los discursos hadas (como los elfos). La única excepción es el mundo: ni siquiera
científicos, políticos o literarios, en línea con la famosa sentencia de podemos imaginárnoslo.
Nietzsche: “No hay hechos sino interpretaciones”. Tanto la metafísica En definitiva, para Gabriel, nunca podremos comprender el todo.
como el constructivismo fracasarían al presentar una simplificación Pero no por una incapacidad de nuestra inteligencia, ni porque el
infundada de la realidad, pues mientras que la primera la entendía mundo sea infinito, sino porque el todo no existe ni puede existir.
como un mundo sin espectadores, el segundo la reducía al mundo del Toda cosmovisión o concepción del mundo es, pues, un engaño. No
espectador, es decir a nuestra imaginación. podemos hacernos una imagen del mundo.
Tras esta caracterización de las dos supuestas teorías, extremas y
equivocadas, Markus Gabriel tiene la pista libre para exponer la posi- Los ámbitos objetuales
ción del Nuevo Realismo: la existencia y el conocimiento humano no Inspirándose en los conceptos fregeanos de sentido y referencia, la nueva
son alucinaciones colectivas ni meros constructos de la mente tras los ontología realista que pretende esbozar Gabriel se basa en dos conceptos
cuales se oculta el mundo real; conocemos el mundo tal como es en fundamentales: ámbito objetual y campo de sentido.
sí, aunque a veces podamos engañarnos. Es siempre un mundo con El primer concepto se refiere a aquel ámbito que contiene una catego-
espectadores, en el que ciertos hechos coexisten con nuestros intereses, ría determinada de objetos, según las reglas que vinculan esas categorías
percepciones, sensaciones, etc. Y los pensamientos sobre los hechos entre sí. Tenemos, por ejemplo, el ámbito de la historia del arte, el de la
tienen el mismo “derecho de existencia” que los hechos sobre los que química, el de los números naturales, el de la política local democrática,
pensamos. etc. Son ámbitos que se excluyen parcialmente entre sí, pero que también
El universo existe, pero el universo no es el todo. En realidad, el uni- a veces se solapan de distintos modos. Todos los objetos pertenecen a
verso es un ámbito bastante reducido: es el dominio o ámbito objetual, algún ámbito objetual. Y el mundo sería una gama de ámbitos, el ámbito
experimentalmente explorable, de las ciencias naturales. Pero el mundo objetual que alberga a todos los ámbitos objetuales.1
es mucho más grande, pues incluye a los objetos intangibles, los sueños,
los Estados, las oportunidades no realizadas, las obras de arte, etc. Y 1 “El ámbito de todos los ámbitos”, en expresión de Heidegger.