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El Derecho constitucional es una rama del Derecho político cuyo campo de estudio incluye el
análisis de las leyes fundamentales que definen un Estado. De esta manera, es materia de estudio
todo lo relativo a la forma de Estado, forma de gobierno, derechos fundamentales y la regulación
de los poderes públicos, incluyendo tanto las relaciones entre poderes públicos, como las
relaciones entre los poderes públicos y los ciudadanos.
Tabla de contenidos
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1 Poder político
2 Constitución
o 2.1 Estructura formal
o 2.2 Estructura constitucional
3 Principios doctrinales
o 3.1 División de poderes
o 3.2 Estado de derecho
o 3.3 Soberanía nacional
o 3.4 Derechos fundamentales
o 3.5 Estabilidad constitucional
o 3.6 Supremacía constitucional
o 3.7 Rigidez constitucional
o 3.8 Control de constitucionalidad
3.8.1 Difuso o abstracto
3.8.2 Concreto
o 3.9 Colisión normativa
4 Campos del Derecho constitucional
5 Referencias
6 Enlaces externos
Clásicamente el poder se conoce como la potencialidad de hacer que un tercero haga o realice lo
que se le solicita u ordena. En ese sentido, un órgano tiene poder cuando posee capacidad de
coerción para hacer cumplir sus mandatos imperativos. El poder político es aquella forma de
poder a la que se atribuye el uso de la violencia legítima. El significado actual en las democracias
liberales va ligado a la existencia de una legitimidad democrática, y a la atribución de capacidad
dispositiva acorde al criterio de oportunidad política. Así, el concepto se contrapone al poder que
se atribuye a la Administración o a los órganos judiciales, pues éstos poseen una voluntad que ha
de estar fundada en un texto legal, es decir, poseen una capacidad reglada cuyas decisiones jamás
pueden basarse en criterios de oportunidad. Generalmente se obtiene este poder con importantes
contactos o poder económico.
Constitución [editar]
Artículo principal: Constitución
Soberanía nacional.
Poderes constituidos.
Tabla de Derechos fundamentales.
Por otro lado, la estructura material del texto constitucional sería la siguiente:
Parte dogmática.
o Derechos fundamentales sustantivos.
o Derechos fundamentales procesales.
Parte orgánica.
o Creación de los poderes constituidos.
o Creación del poder constituido constituyente.
Permitía un efectivo control interno y externo. El modelo puro proyectaba una situación de total
independencia entre las tres expresiones del poder (legislar, ejecutar lo legislado y decidir los
derechos de los particulares).
La Constitución ha de servir de marco jurídico para la justificación del poder político, y por ello
ha de gozar de cierto grado de estabilidad en su texto, soportando el paso de varios detentadores
del poder sin la necesidad de cambiar su letra. Por ello, la modificación de la norma suprema está
sometida a una gran cantidad de restricciones, destacando especialmente el requisito de mayorías
especialmente cualificadas para las votaciones sobre su alteración.
Concepto procedente de la Teoría pura del Derecho de Hans Kelsen, y que supone la
estructuración del ordenamiento jurídico en una pirámide jerárquica en la que la Constitución
ocuparía la cúspide. Así, la supremacía supone el punto más alto en la escala jerárquica
normativa, de manera que cualquier norma posterior y contraria que eventualmente entrase en
colisión con la norma suprema provocaría la nulidad de la norma inferior.
Concreto [editar]
El poder judicial puede aplicar de manera directa el texto constitucional, aunque al quedar
también vinculado por la norma de rango legal, no podría inaplicar esta por considerar que
vulnera la constitución. En su defecto, para ejercer un control de constitucionalidad sobre todos
los poderes constituidos, surge un órgano específico, el Tribunal Constitucional, encargado
exclusivamente de analizar el contenido de la Constitución, y determinar si alguno de los poderes
públicos ha realizado una actuación contraria a la Norma Suprema, pudiendo dictar su nulidad.
En muchos casos, además, el Tribunal Constitucional recibe el encargo de garantizar la
aplicación directa y efectiva mediante el polémico recurso de amparo. Como ejemplo, cabe
destacar que el control de constitucionalidad concreto se aplica en países como España o
México. En Argentina el órgano máximo de Control de Constitucionalidad, lo ejerce la Corte
Suprema de Justicia.
En caso de que dos normas jurídicas tuvieran un contenido incompatible entre sí, se produce la
llamada colisión normativa. El ejemplo más ampliamente utilizado para ilustrar una colisión
normativa, pasa por concebir una situación en la que una norma ordenase la realización de un
determinado comportamiento, y a la vez, otra norma distinta prohibiera la realización de tal
comportamiento.
Para resolver las colisiones entre normas, acorde al principio de coherencia del ordenamiento
jurídico, se recurre a una serie de criterios que establecen qué norma prevalece, y qué norma se
ve derogada.
Referencias [editar]
BILBAO UBILLOS, J.M. (1997), La eficacia de los derechos fundamentales en las
relaciones entre particulares, Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. ISBN.
BRAGE CAMAZANO, J. (2005), Los límites a los derechos fundamentales, Madrid:
Dykinson. ISBN.
BIDART CAMPOS, Germán J. (2007. 5 Tomos), Tratado Elemental de Derecho
Constitucional Argentino, Buenos Aires: Ediar. ISBN 950-574-079-4.
DALLA VIA, Miguel Angel (2004 1ª Edición), Manual de Derecho Constitucional,
Buenos Aires: Editorial: Lexis Nexis. ISBN 978-987-1178-04-9.
HARO, Ricardo. (2001), El “Per Saltum” en la Justicia Federal Argentina. Academia de
Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba. ISSN 1138-4824, Nº. 5,.
LOPRESTI, Roberto P. (1998), Constitución Argentina Comentada, Buenos Aires:
Unilat. ISBN 987-96049-3-8.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Derecho_constitucional"
Asamblea constituyente
Asamblea Constituyente es un organismo colegiado que tiene como función reformar o redactar
la Constitución. Se suele definir, por algunos textos de Ciencias Políticas y Sociales como la
"reunión de personas, En este entendido, la Asamblea Constituyente se constituye en un
mecanismo participativo y democrático para la reforma total o parcial de la Constitución.
Tabla de contenidos
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1 Antecedentes
2 Tipos de asambleas constituyentes
3 Asambleas constituyentes
4 Véase también
Antecedentes [editar]
El concepto de la Asamblea Constituyente se remonta a mayo de 1789, cuando en Versalles,
Francia, se reunieron los Estados Generales: el clero, la nobleza y el pueblo, con objeto de
redactar de forma conjunta una Constitución para Francia. El 9 de julio de 1789, los tres estados
o estamentos, reunidos bajo el nombre de Asamblea Nacional, asumieron la calidad de Asamblea
Nacional Constituyente.
Asamblea constituyente no
institucionalizada: Es
aquella asamblea nacida
espontáneamente, sin
regulación previa. Por
ejemplo, la asamblea
constituyente que se realizó
en 1825 que dio origen a la
República de Bolivia.
Asamblea constituyente
institucionalizada: Es
aquella que se encuentra
contemplada y regulada por
la propia Constitución.
Habitualmente, es una
organización temporal,
electiva, representativa,
democrática, pluralista,
facultada solamente para
reformar el texto
constitucional, pero no en
sus estructuras básicas.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Asamblea_constituyente"
Cortes Constituyentes
Es muy habitual que las Cortes Constituyentes tengan un carácter efímero. Su cometido es crear
o modificar la Constitución y tras haberlo finalizado no permanecen en el poder sino que se
convocan elecciones para la elección de un nuevo Parlamento ordinario.
Por otro lado, las cortes constituyentes pueden formarse a partir de un golpe de estado exitoso y
con idea crear un nuevo orden político, o bien pueden ser convocadas dentro de la legislación
imperante en un momento dado para reformar o cambiar completamente la Constitución vigente
dentro de la legalidad y crear una nueva.
Poder constituyente
El poder constituyente ha sido definido como la "voluntad política creadora del orden, que
requiere naturaleza originaria, eficacia y carácter creadora" y como la "voluntad originaria,
soberana, suprema y directa que tiene un pueblo, para constituir un Estado dándole una
personalidad al mismo y darse la organización jurídica y política que más le convenga".1 De
todos modos, existen concepciones que consideran que el poder constituyente originario puede
recaer en el pueblo o en la nación.
Se considera que el poder constituyente existe en los regímenes de Constitución rígida, en el que
la elaboración de las normas constitucionales requiere un procedimiento diferente al de las leyes.
Tabla de contenidos
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1 Naturaleza del poder constituyente
2 Titularidad del poder constituyente
3 Poder constituyente originario y derivado
4 Poder constituyente y poderes constituidos
5 Referencias
6 Véase también
7 Enlaces externos
Emmanuel Joseph Sieyès, en su obra "Qué es el Tercer Estado", atribuía dos características al
poder constituyente: es un poder originario y único, que no puede encontrar fundamento fuera de
sí; y que era un poder incondicionado, es decir, que no posee límites formales o materiales.
Si bien, el poder constituyente no puede ser definido jurídicamente, si puede ser definido
políticamente en términos de legitimidad.
Nación, en sentido estricto, tiene dos acepciones: la nación política, en el ámbito jurídico-
político, es el sujeto político en el que reside la soberanía constituyente de un Estado; la nación
cultural, concepto socio-ideológico más subjetivo y ambiguo que el anterior, se puede definir a
grandes rasgos como una comunidad humana con ciertas características culturales comunes a las
que dota de un sentido ético-político. En sentido lato nación se emplea con variados significados:
Estado, país, territorio o habitantes de ellos, etnia y otros.
El titular del poder constituyente sólo puede ser el pueblo y que el pueblo, en la actualidad, se
entiende como una entidad pluralísta, formada por individuos, asociaciones, grupos, iglesias,
comunidades, personalidades,instituciones, articuladores de intereses, ideas, creencias y valores
plurales, convergentes y conflictivos.
Así, el poder constituyente originario es aquel que crea la primera Constitución de un Estado; en
este sentido, con frecuencia, actúa como poder constituyente originario una Asamblea
constituyente que, al aprobar la primera Constitución de un país, está poniendo de manifiesto
jurídicamente su nacimiento.
El poder constituyente originario puede actuar dictando una Constitución que no sea la primera
del país. Se trata de un Estado que ya tenía una Constitución, en el cual se produce un cambio
radical de todas sus estructuras (una revolución). La Constitución que se dicta consagrando
nuevas estructuras políticas, sociales y a veces económicas es el fruto de un poder constituyente
originario, aunque no se trate, históricamente de la primera Constitución del país. En la gran
mayoría de los casos en que se dicta una Constitución luego de un proceso revolucionario, los
órganos que intervienen y el procedimiento que se utiliza para dictarla, no son los previstos en la
Constitución anterior. Si se dictase una nueva Constitución por los órganos previstos por la
Constitución anterior, estaríamos ante una actuación del poder constituyente derivado 3
Los Poderes Constituidos emergen o nacen de la voluntad suprema del Poder Constituyente para
darle al colectivo nacional una organización política y establecer en la Ley Marco Constitucional
las bases fundamentales del ordenamiento jurídico, y como consecuencia de ello, esos poderes
constituidos son derivativos, están limitados y regulados normativamente por la voluntad del
poder constituyente. Los poderes constituidos son los instrumentos o medios a través de los
cuales se cumplen las funciones del estado y son necesarios para alcanzar los fines y propósitos
de una sociedad organizada; pero por más atribuciones que tuvieren asignados en el marco de
competencias que a cada uno ellos les corresponda por mandato constitucional, las mismas
pueden sufrir cambios significativos “a la hora en que el poder constituyente decida reestructurar
el Estado, como quiera, sin restricciones, libre de toda vinculación a organizaciones pretéritas”.
Derechos constitucionales
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Tabla de contenidos
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1 Los derechos constitucionales por país
o 1.1 Argentina
o 1.2 España
1.2.1 Derechos y Libertades de ámbito
personal
1.2.2 Derechos y Libertades de ámbito
público
1.2.3 Derechos constitucionales vinculados
con los económicos y sociales
o 1.3 México
2 Régimen constitucional. ¿Cuáles son los derechos
fundamentales y cuáles no?
3 Protección Jurisdiccional
4 Titularidad
5 Su eficacia frente a terceros
6 Sus límites y contenido esencial. Proporcionalidad y
ponderación
7 Referencias
8 Véase también
9 Enlaces externos
España [editar]
La Constitución Española otorga a todos los ciudadanos una serie de derechos fundamentales y
libertades públicas, regulando toda una serie de garantías (entre otros, Defensor del Pueblo,
recurso de inconstitucionalidad, cuestión de inconstitucionalidad, procedimientos sumarios,
recurso de amparo) para este tipo de derechos.
Derecho a la vida:
Incluyendo la abolición de
la pena de muerte.
Derecho a la integridad
física y moral: Prohibiendo
torturas, penas o tratos
inhumanos.
Libertad de creencia: Tanto
ideológicas como religiosas.
Se declara la
aconfesionalidad del estado
y el derecho a no declarar
sobre ideología, religión o
creencias.
Derecho a la seguridad
jurídica y tutela judicíal:
Que garantiza un proceso
penal con garantías.
Derecho a la vida privada:
Que incluye derecho a la
intimidad personal y
familiar, una vida privada y
derecho al honor y la propia
imagen. Incluye la
limitación del uso de la
informática para proteger la
intimidad.
o Derecho al secreto
de las
comunicaciones.
o Inviolabilidad del
domicilio.
Libertad de circulación y
residencia: Así como de
entrar y salir del país sin
limitaciones políticas o
ideológicas.
Derecho a un matrimonio
igualitario: Con igualdad
jurídica entre las partes.
México [editar]
En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, existen dos vías para la tutela de
los derechos constitucionales (que denomina "garantías individuales"). Por un lado, la vía
jurisdiccional, a través de un Juicio de amparo ante un Juez de Distrito, Tribunal Colegiado o
ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación del Poder Judicial de la Federación; y por el otro,
la vía no jurisdiccional, mediante una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos (CNDH) o ante alguna de las comisiones locales estatales.
Claramente en el codigo electoral de México, establece que solo los partidos politicos pueden
presentar el registro de las candidatura a nivel municipal,estatal y federal; excluyendo por
completo las candidaturas ciudadanas independientes; aunado a que no existen representantes de
distritos o barrios municipales electos por votaciòn.
También establece explicitamente el codigo electoral mexicano que toda asociación política no
puede participar en los procesos electorales, así como también queda excluida toda asociacion
civil o ciudadana, prohibidiendo explicitamente en dicho codigo que las asociaciones políticas no
podrán coaligarse, unirse o fusionarse, para participar en los procesos electorales, dejando entre
dicho el derecho innealineable de los ciudadanos para votar o ser votados y el derecho de
asociarse para intervenir en los asuntos polìtcos. No exíste ningun articulo constitucional que
establezca explicitamente el derecho al acceso a cargos de representación en condiciones iguales
por parte de los ciudadanos.
En algunos países, pueden ser explícitos o implícitos o tácitos. En España, en teoría sólo pueden
ser explícitos, aunque el [Tribunal Constitucional (España)|Tribunal Constitucional]] en la
práctica, ha atribuido en ocasiones a los derechos fundamentales explícitos otros contenidos
absolutamente nuevos que vienen a ser casi derechos fundamentales tácitos; ello ha venido
impuesto en varias ocasiones por la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
de Estrasburgo.
- Por ejemplo, el Tribunal Constitucional, por exigencias del Tribunal de Estrasburgo, ha
derivado de varios derechos explícitos en la Constitución --en concreto, el derecho a la intimidad
personal y familiar, el derecho a la integridad física y moral, la inviolabilidad del domicilio y el
libre desarrollo de la personalidad-- un derecho fundamental a la protección frente al ruido
cuando este alcanza determinadas intensidades, atendidas las circunstancias de cada caso, pero
en realidad tal derecho es de creación jurisprudencial, de creación ex novo y ello por más que el
Tribunal Constitucional se esfuerce en atribuírselo como contenido a esos derechos
fundamentales explícitos ya en el texto de la Constitución: es, pues, en la realidad de las cosas,
un derecho implícito.
Sea como sea, los derechos fundamentales garantizados por la Constitución española son, entre
otros, el derecho a la igualdad y no discriminación; el derecho a la vida y a la integridad física, a
la libertad religiosa, a la libertad personal, a la intimidad personal y familiar y a la propia
imagen, a la libertad de expresión e información, a la libertad de cátedra, a la libertad de reunión,
a la libertad de asociación, al libre acceso a cargos y funciones públicas en condiciones de
igualdad, a la tutela judicial efectiva, a la legalidad penal, a la educación, a la libertad de
sindicación, el derecho de petición.
Ahora bien, si bien no hay dudas en que esos derechos fundamentales son derechos
fundamentales, es ya más problemático determinar si otros derechos reconocidos por la
Constitución son o no derechos fundamentales. El texto de la Constitución no ayuda de manera
definitiva para resolver la cuestión. El Título I de la Constitución se titula “De los derechos y
deberes fundamentales”, pero el Tribunal Constitucional ha considerado que sólo son derechos
fundamentales los de la Sección Primera del Capítulo II de dicho Título (“De los derechos
fundamentales y de las libertades públicas”, artículos 15 a 29 y también el derecho a la igualdad
y no discriminación) y que no lo son otros, como por ejemplo la objeción de conciencia al
servicio militar o el derecho al matrimonio o el derecho a la propiedad. Esto ha sido bastante
criticado en la doctrina (en especial por el que fue luego Presidente del propio Tribunal
Constitucional, Pedro Cruz Villalón).
Por ello, algunos autores consideran que todos los derechos del Capítulo y no sólo los de su
Sección Primera han de considerarse derechos fundamentales, lo que conlleva la inclusión de
derechos tales como la objeción de conciencia al servicio militar, la propiedad privada, la libertad
de empresa, o el matrimonio, entre otros.
Por otra parte, no todos los derechos contenidos en ese Capítulo II, ni todos los contenidos en su
Sección Primera, son verdaderos derechos fundamentales (no lo son, por ejemplo, el derecho del
artículo 25 de la Constitución, otorgado a los presos, “a un trabajo remunerado y a los beneficios
correspondientes de la Seguridad Social” o el derecho de acceso de los grupos sociales y
políticos significativos a los medios de comunicación social del artículo 20.3 de la Constitución).
En resumen, parece lo más acertado considerar como derechos constitucionales a todos los
garantizados en la Constitución, salvo los llamados "principios rectores de la política social y
económica", que no establecen verdaderos derechos subjetivos, sino meros "principios rectores"
que son exigibles en la medida en que la ley así lo establezca (por ejemplo, el "derecho" a una
vivienda digna). Y de entre los derechos constitucionales, serán derechos fundamentales en
sentido estricto los contenidos en los artículos 14 a 29 (concepto de "derechos fundamentales"
del Tribunal Constitucional), a los que se añadirán, en un concepto ya más amplio de "derechos
fundamentales", también los derechos de los artículos 30 a 52 de la Constitución (concepto
amplio de derechos fundamentales, defendido por la mayoría de la doctrina).
Titularidad [editar]
Son titulares de estos derechos fundamentales, por lo pronto, todos los españoles. Respecto de
los extranjeros, dice el artículo 13 de la Constitución que: “1. Los extranjeros gozarán en España
de las libertades públicas que garantiza el presente Título en los términos que establezcan los
Tratados y la Ley. 2. Solamente los españoles serán titulares de los derechos reconocidos en el
artículo 23, salvo lo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por Tratado o
Ley para el derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales.”
"Es especialmente importante destacar que un rasgo básico de este método de enjuiciamiento es
su carácter escalonado, que conlleva que debe aplicarse un orden determinado de examen por
escalones, de manera que:
Aplicado sobre la Constitución española, ello exige, según Joaquín Brage Camazano, que para
determinar si una determinada limitación a un derecho fundamental concreto es legítima
conforme a la Constitución, deben examinarse los siguientes aspectos:
1.- Examen de la
observancia de la reserva de
ley
2.- Examen de la
observancia de la
generalidad y retroactividad
de la ley
3.- Examen de la
observancia de la reserva
jurisdiccional
4.- Examen de la
observancia del principio de
proporcionalidad:
o A.- Fin
constitucionalmente
legítimo
o B.- Examen de la
idoneidad o
adecuación de la
medida
o C.- Examen de su
necesidad
o D.- Examen de su
proporcionalidad en
sentido estricto
5.- Examen del respeto al
contenido esencial, en su
caso”.
Referencias [editar]
BILBAO UBILLOS, J.M.
(1997), La eficacia de los
derechos fundamentales en
las relaciones entre
particulares, Madrid: Centro
de Estudios
Constitucionales. ISBN.
BRAGE CAMAZANO, J.
(2005), Los límites a los
derechos fundamentales,
Madrid: Dykinson. ISBN.
BIDART CAMPOS,
Germán J. (2007. 5 Tomos),
Tratado Elemental de
Derecho Constitucional
Argentino, Buenos Aires:
Ediar. ISBN 950-574-079-4.
CRUZ VILLALÓN, Pedro
(1989), Formación y
evolución de los derechos
fundamentales, Revista
Española de Derecho
Constitucional. ISBN.
DALLA VIA, Miguel Angel
(2004 1ª Edición), Manual
de Derecho Constitucional,
Buenos Aires: Editorial:
Lexis Nexis. ISBN 978-987-
1178-04-9.
QUISBERT H., Ermo
(2005), Los derechos
fundamentales, Apuntes de
Derecho de Ermo Quisbert.
ISBN.
LOPRESTI, Roberto P.
(1998), Constitución
Argentina Comentada,
Buenos Aires: Unilat. ISBN
987-96049-3-8.
GARCIA PONS, Enrique
(1997), Responsabilidad del
Estado: La justicia y sus
límites temporales, J.M.
BOSCH Editor. ISBN.
EKMEKDJIAN, Miguel
Angel (1994), Comentarios
a la Reforma Constitucional
de 1994, Buenos Aires:
Depalma. 950-14-0797-7.
LINARES QUINTANA,
Segundo V. (1979), Las
nuevas constituciones del
mundo, Buenos Aires: Plus
Ultra.
NINO, Carlos Santiago
(2000), Fundamentos de
derecho constitucional,
Buenos Aires: Astrea.
Poder político
El poder político es aquella forma de poder a la que se atribuye el uso de la violencia legítima.
El significado actual en las democracias liberales va ligado a la existencia de una legitimidad
democrática, y a la atribución de capacidad dispositiva acorde al criterio de oportunidad política.
Así, el concepto se contrapone al poder que se atribuye a la Administración o a los órganos
judiciales, pues éstos poseen una voluntad que ha de estar fundada en un texto legal, es decir,
poseen una capacidad reglada cuyas decisiones jamás pueden basarse en criterios de
oportunidad. Generalmente se obtiene este poder con importantes contactos o poder económico.
Tabla de contenidos
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1 Manifestaciones del poder
2 Legitimación del poder
3 Teorías del poder
4 Véase también
Manifestaciones del poder [editar]
Coacción: Existe la
capacidad de obligar
violentamente a los terceros
a seguir una determinada
conducta. El uso de esta
violencia es lo que se
conoce como coacción.
Poder público
En toda sociedad se conforman grupos que, de una u otra manera crean un centro de poder que
irradia su acción en diversas direcciones como: religión, economía, cultura, incluso la moda y
que como dice Burdeau, la sociedad es una verdadera “constelación de poderes”. Pero esa
cantidad de poderes se concentra en una unidad organizada y permite el armónico
desenvolvimiento de los distintos estratos de la sociedad, lo que conduce a la integración del
poder político.
El poder nace como una necesidad de asegurar la convivencia humana, por lo tanto, si no hay
orden y autoridad, se destruye la posibilidad de convivir y de interactuar en una sociedad capaz
de alcanzar la categoría de Estado.
En un sentido material de la expresión, poder público (aunque se suele usar en plural: "poderes
públicos") significa conjunto de órganos e instituciones del Estado.
Constituye una capacidad jurídica legítima que poseen los tres poderes del Estado para ejercer en
forma eficaz, mediante la coactividad, las acciones y los cometidos que les son conferidos por la
Constitución o Ley fundamental de un Estado.
Referéndum
Un plebiscito es dirigido a todos los ciudadanos, sin tener en cuenta sus derechos. Un plebiscito,
en su sentido más estricto, es la petición de la aprobación de un decreto gubernamental o la
aprobación de las políticas generales del gobierno, típicamente en estados sin democracia,
parlamentarismo o un órgano representativo.
Algunos países con órganos representativos (parlamentos), el uso del referéndum vinculante
también lo utilizan para casos de extrema importancia para el país. Algunos ejemplos son:
En Irlanda, cuando la
Constitución del Estado
irlandés Libre fue sustituida
por la Constitución de
Irlanda por el plebiscito el 1
de julio de 1937.
En 1993, el referendum en
Peru para aprobar la nueva
constitucion creada por el
Congreso Constituyente
Democratico
El referéndum de 1988 en
Chile donde se votó por la
continuidad en la
presidencia de Augusto
Pinochet.
En 2003, cuando Andrés
Manuel López Obrador
convocó a los habitantes del
Distrito Federal a votar
sobre la continuidad de su
gobierno 3 años más y ganó
el referendúm con más del
75% de los votos.
En 2004, el difundido
referéndum revocatorio
convocado en Venezuela
para que los votantes
evaluasen el desempeño del
Presidente Hugo Chávez,
donde resultó ganador.
Los diversos referéndum de
ratificación del Tratado por
el que se establece una
Constitución para Europa en
varios países de la Unión
Europea.
En 2006, el importante
Referéndum de ampliación
del Canal de Panamá, el cual
fue aprobado.
En 2007, referéndum en
Costa Rica para aprobar o
no el TLC con EEUU.
Modalidades [editar]
Según el objeto:
o Referéndum
constitucional: Si el
objeto es una
constitución.
o Referéndum legal: Si
el objeto es cualquier
otra ley.
Según el fundamento:
o Referéndum
preceptivo: Si el
fundamento de su
celebración es la
exigencia propia del
ordenamiento.
o Referéndum
facultativo: Si el
fundamento es la
convocatoria de un
órgano concreto. En
caso de ser además
consultivo la figura
se aproximaría al
concepto de
plebiscito.
Según los efectos jurídicos:
o Referéndum
decisorio: Cuando el
resultado se hace
efectivo y
vinculante.
o Referéndum
consultivo: Cuando
el resultado implica
únicamente la
manifestación de la
voluntad general o
popular de forma no
vinculante. En caso
de ser además
facultativo la figura
se aproximaría al
concepto de
plebiscito.
El plebiscito también se
puede encuadrar como un
tipo de referéndum
facultativo y consultivo al
ser un modelo cercano, pero
el pronuciamento popular no
constituye una expresión de
la voluntad general o
popular sino un instrumento
de legitimación del un poder
personal de corte autocrático
por lo que se considera una
categoría independiente.
Reforma constitucional
Tabla de contenidos
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1 Iniciativa
2 Pleno
3 Senado
Iniciativa [editar]
El 7 de julio de 1992 los Grupos Parlamentarios Socialista, Popular, Catalán (Convergència i
Unió), de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, del CDS, Vasco (PNV) y Mixto presentaron
conjuntamente una Proposición de Reforma del articulo 13.2 de la Constitución, solicitando su
tramitación por el procedimiento de urgencia. La Mesa de la Cámara (8 de julio de 1992), adoptó
el acuerdo de admitir a trámite la Proposición y someterla a la deliberación del Pleno a efectos de
su toma en consideración y, previa audiencia de la Junta de Portavoces, proponer al Pleno su
tramitación por el procedimiento de lectura única (BOCG. Congreso de los Diputados, serie B,
núm. 147-1, de 9 de julio de 1992).
Pleno [editar]
El Pleno del Congreso (13 de julio de 1992), acordó tomar en consideración esta Proposición, así
como su tramitación directa y en lectura única. (DS. Congreso de los Diputados. Pleno y
Diputación Permamente, núm. 205 de 13 de julio de 1992). Ese 13 de julio, la Mesa del
Congreso acordó la apertura de un plazo de 5 días para la presentación de enmiendas. Por la
Presidencia de la Cámara se convocó una sesión plenaria extraordinaria para el día 22 de julio
para la tramitación de la Proposición. (BOCG. Congreso de los Diputados, serie B, núm. 147-2,
de 14 de julio de 1992). Pero no se presentaron enmiendas. El debate en el Pleno se realizó el 22
de julio de 1992 y la votación fue en la modalidad pública por llamamiento. Se emitieron 332
votos (Votaron SI: 332). El resultado de la votación quedó registrado en el Diario de Sesiones del
Pleno y Diputación Permanente (núm. 206). El texto aprobado se publicó en el BOCG. Congreso
de los Diputados, núm. 147-3, de 23 de julio de 1992.
Senado [editar]
El texto aprobado por el Congreso se remitió al Senado. La Proposición de Reforma se publicó el
día 23 de julio, pasando a la Comisión de Constitución y abriéndose un plazo de presentación de
enmiendas que concluía el día 27 de julio (BOCG.Senado, serie III B, núm. 24-a). Ese día 23 de
julio se publicó el calendario para su tramitación. (BOCG.Senado, serie III B, núm. 24-b).
Previamente, el día 21, la Diputación Permanente del Senado había adoptado acuerdos por los
que se solicitaba la celebración de una sesión extraordinaria y se habilitaban los días necesarios
del mes de julio de 1992 para la tramitación de la Proposición de Reforma, al tratarse de fechas
fuera del período ordinario de sesiones (DS. Senado. Diputación Permanente, núm. 2 y
BOCG.Senado, serie I, núm. 347). No se presentaron enmiendas (BOCG.Senado, serie III B,
núm. 24-c). La deliberación y votación en la Comisión de Constitución tuvo lugar el 28 de julio
(DS Senado. Comisiones, núm. 191), aceptándose como Dictamen el texto remitido por el
Congreso de los Diputados(BOCG.Senado, serie III B, núm. 24-d ). El Pleno del Senado debatió
el Dictamen sobre la Proposición de Reforma del articulo 13.2 (30 de julio). En la votación se
alcanzó la mayoría de 3/5 (art. 167.1 Constitución). El texto aprobado por el Senado no
introducía variaciones en el remitido por el Congreso (BOCG.Senado, serie III B, núm. 24-e).
13.2 Solamente los españoles serán titulares de los derechos reconocidos en el artículo 23, salvo
lo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por tratado o ley para el
derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Reforma_constitucional"
Reserva de ley
Del primer sistema surge con nitidez la distinción entre reglamentos de ejecución e
independientes, donde los primeros desarrollan y precisan las disposiciones de una ley, y los
segundos regulan aquellas materias ajenas al dominio legal.
De acuerdo a la Constitución alemana de 1948, por una parte sólo la ley puede limitar el ejercicio
de los derechos fundamentales, y por otra, el legislador no puede afectar el contenido esencial de
un derecho (la Constitución restringe las posibilidades de limitar los derechos).
Francia [editar]
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Reserva_de_ley"
Separación de poderes
La separación de poderes-- (en latín Trias politica) o también división de poderes es una
ordenación de las funciones del Estado en la cual la titularidad de cada una de ellas es confiada a
un órgano u organismo público distinto. Junto a la constitución de los derechos fundamentales, la
separación de poderes es el principio que caracteriza el Estado de Derecho moderno.
Tabla de contenidos
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1 Historia
2 Checks and balances
3 Del espíritu de las Leyes
4 Consecuencias
5 Véase también
6 Referencias
Historia [editar]
La teoría de la separación de poderes fue común a diversos pensadores del siglo XVIII que la
enunciaron durante la Ilustración, como Alexander Hamilton, John Locke, Jean-Jacques
Rousseau y Montesquieu, aunque con diferentes matices entre los autores y a partir del
antecedente en la Grecia clásica de Aristóteles y su obra Política.
Según la visión ilustrada, el Estado existe con la finalidad de proteger al hombre de otros
hombres. El hombre, entonces, sacrifica una completa libertad por la seguridad de no ser
afectado en su derecho a la vida, la integridad, la libertad y la propiedad. Sin embargo, la
existencia de ese Estado no garantiza la defensa de los derechos de la persona. En efecto, muchas
veces el hombre se encuentra protegido contra otros hombres, más no contra el propio Estado, el
cual podría oprimirlo impunemente mediante las facultades coercitivas que le ha otorgado la
propia colectividad.
Al momento de su formulación clásica, las funciones del Estado consideradas como necesarias
para la protección del ciudadano eran fundamentalmente las de dar las Leyes, la de poner en
práctica éstas leyes en forma general y más particularmente, con la finalidad de resolver
conflictos y la administración del aparato de gobierno, funciones que durante el Antiguo
Régimen eran monopolizadas en la sola entidad de la monarquía absolutista que practicaba el
despotismo.
Consecuencias [editar]
Los principios ilustrados fueron adoptados por las corrientes del liberalismo político.
Conjuntamente con el respeto a los derechos fundamentales de las personas, la división o
separación de poderes se convierte en elemento fundamental de lo que se dio en llamar Estado
Liberal y que, a la vez, configura el elemento base del Constitucionalismo Moderno. Sin
embargo, el principio de separación de poderes ha sido plasmado de forma diferente dentro de
los diversos sistemas de Gobierno, este principio doctrinal que de facto convertía al parlamento
en el poder central fue modificado en base a la doctrina de la separación entre el poder
constituyente y los poderes constituidos de Emmanuel Joseph Sieyès donde la separación de
poderes deja paso a una interrelación (la separación de poderes no desaparece para evitar el
control por un solo grupo u hombre, pero su interrelacionan de una forma muy intensa), el
Estado deja de ser un Estado Abstencionista y se hace enorme al intervenir en la sociedad, otorga
el sufragio universal ( no solo para la burguesía) y surgen los partidos políticos de masas,
originándose el estado actual, el Estado Social, donde se rompe con la idea de parlamento igual a
nación, ahora la ley es la expresión de la voluntad de la mayoría, cuando cambia la formación del
parlamento, cambian las leyes, por lo que la ley deja de ser la expresión de la razón, de la
soberanía, para ser la de la mayoría. Desaparece la legitimación del sistema jurídico como
consecuencia de estos cambios y por eso se adopta la distinción de Sieyès entre poder
constituyente y constituido, el constituyente es el pueblo ejerciendo su poder soberano
mediante el que aprueba la constitución y crea los poderes constituidos, el ejecutivo, el
legislativo y el judicial; y ahora el legislativo va a aprobar las leyes, leyes que a partir de ahora
van a estar por debajo de la Constitución la cual expresa los valores compartidos por todos y se
crea el Tribunal Constitucional como garante de estos valores.
Soberanía nacional
Al tomar el cuerpo civil como. un cuerpo político organizado, con vida propia y necesidades
comunes, se acuña el término soberanía nacional en la Revolución francesa desgajando el
individuo de la capacidad individual de decisión y portándolo al cuerpo nacional. Esta es la tesis
mantenida por el artículo 3 de la Declaración de derechos francesa al determinar que "toda
soberanía reside esencialmente en la nación". Así la soberanía nacional se concebirá como una,
indivisible e inalienable, que no puede confundirse con los individuos que la conforman.
Al conformar así el concepto, el individuo es parte de la nación, pero ésta es un todo que no le
representa directamente. No será pues posible entender el sufragio universal igual para todos y
con poder de decisión. Los individuos no tienen derechos, sino que cumplen funciones, y esas
funciones serán reservadas para quienes reúnan la dignidad suficiente, generalmente unida a la
riqueza personal. Aparece así el sufragio censitario.
Para mantener esta teoría se elaborarón complejas tesis sobre la condición de la Nación como
entidad superior al individuo.
La soberanía fue algo propulsivo y moderno para la época.En españa tambien governo la
saberania nacional ya que en el transcurso que amadeo I cogia el titulo de rey soberania nacional
mando durante unos pocos meses.
Supremacía constitucional
Tabla de contenidos
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1 Evolución
2 Importancia de la jerarquía del Derecho internacional
3 Supremacía constitucional por país
o 3.1 Argentina
4 Véase también
Evolución [editar]
Con las reformas políticas producidas por la Revolución Francesa se comienza a concebir un
concepto fundamental para el estado de Derecho moderno, el límite al poder. El objetivo de las
primeras constituciones modernas es, fundamentalmente, reconocer derechos del ciudadano
frente al Estado. De aquí surge que una ley fundamental, una constitución, es una garantía para
las personas.
Hoy día la idea de la pirámide jurídica ha sido modificada por la realidad internacional actual,
signada particularmente por dos aspectos que, en definitiva derivan de la internacionalización, a
saber: los procesos de integración regional, como la Unión Europea, y la proliferación de
tratados internacionales globales, como la Declaración de Derechos Humanos, u otros.
Los reyes fueron quienes iniciaron este proceso a lo largo de los siglos XIV y XV. Interesados en
concentrar el poder en su persona, debieron negociar con los señores feudales, quienes cedieron
sus derechos individuales sobre sus feudos, a cambio de una serie de privilegios. Los que no
estuvieron dispuestos a transar, fueron sometidos a través de violentas guerras. Para éstas, los
reyes contaron con el apoyo de los burgueses, a quienes les interesaba dejar de depender del
señor feudal. De este modo, el concepto feudal de lealtad fue reemplazado por los de autoridad y
obediencia, propios de un Estado con poder centralizado.
En el siglo XVII, el poder político de los monarcas se fortaleció hasta eliminar cualquier
representatividad, dando lugar a las monarquías absolutas.
La monarquía constituyó un estado moderno sobre la base de una dirección fuerte, contando con
los medios para sostenerla. Con esto, el rey consiguió la resignación de la sociedad, a cambio de
un cierto orden y progreso.
Uno de los más claros ejemplos del absolutismo fue Francia. Durante el siglo XVII, este país se
convirtió en la mayor potencia europea, después de consolidar sus fronteras, gracias a
innumerables guerras con los países vecinos. El rey Luis XIV (1643-1715) fue la mejor
personificación de la imagen del monarca absoluto.
El Estado Liberal surgió como resultado de una crítica al Estado Monárquico Absolutista, de los
siglos XVII y XVIII. Es decir, la forma de Estado que existía hasta antes de la Revolución
Francesa de 1789, era la del Estado Monárquico- Absolutista, que estaba caracterizado porque el
rey era el soberano, es decir, que por encima de su poder no había otro poder humano; porque el
origen de su poder era de derecho divino, es decir, Dios y solamente Dios se lo otorgaba y solo
ante Él respondía. Porque concentraba todo el poder, es decir, el rey "hacía" la ley, el rey
"aplicaba" la ley y el rey "interpretaba" la ley. Un Estado donde el soberano tenía concentrado
todo el poder y tenía no solo derecho sobre la vida, la libertad y la propiedad de todos sus
súbditos, sino que además determinaba la vida económica.
Pero además el mercantilismo como teoría económica del Estado Absolutista afirmaba que la
riqueza de las naciones se asentaba en el poder estatal y por tanto se configuró un sistema
económico predominantemente estatista.
El liberalismo surge a partir de una crítica contundente al sistema monárquico-feudal, que tuvo
su expresión más acabada en la frase del Rey Luis XIV, que acuñó la famosa frase "El Estado
soy Yo".
Este liberalismo original tenía no solo una dimensión política, sino también económica y
filosófica. Los pensadores o ideólogos fueron los siguientes: Juan Jacobo Rousseau,
Montesquieu, Diderot, Voltaire, David Shmit, David Ricardo, Malthus, Dimensión filosófica:
John Locke, Hobbes, etc.
Todos estos filósofos y pensadores hicieron una crítica a la sociedad absolutista-monárquica, que
culminó en un proceso revolucionario de carácter político-social: la Revolución Francesa, y al
mismo tiempo coincidió con la un fenómeno de carácter científico-tecnológico: la 1ª Revolución
Industrial, que en un proceso simultáneo y convergente dieron origen a un nuevo tipo de
sociedad: la sociedad capitalista y a un nuevo tipo de Estado: el Estado Liberal-Burgués.
Esta convergencia también dio origen a un nuevo tipo de trabajador: el obrero industrial (el
proletariado así denominado por Marx) y a una super -explotación de ese mismo proletariado
naciente.
El Estado Liberal surgió como un concepto de lucha. Un arma política de la burguesía con el
objeto político de imponer un nuevo orden político frente al viejo orden del Absolutismo
(monárquico).
- Por los planteamientos del iusnaturalismo racionalista de origen protestante que proponen el
alejamiento del Derecho de las cuestiones éticas y morales; al mismo tiempo que establecen la
vinculación entre el Estado y el Derecho.
Pero en realidad la formulación del Estado de Derecho surge en la doctrina alemana. Kant
representa la culminación de la concepción racional del Derecho y del Estado. La doctrina
alemana no responde a los mismos criterios que la anglosajona pues su proceso de evolución
histórica fue distinto. Frente al rule of law que sitúa en una posición suprema al Parlamento, la
doctrina alemana, donde esta supremacía no existía, ofreció la formulación del Estado de
Derecho según la cual el poder legislativa asume el monopolio de la ley, y al ejecutivo la
capacidad de hacer cumplir lo dictado por el legislativo.
1. Imperio de la ley
2. División de poderes y
legalidad de los actos de los
poderes públicos
3. Derechos y libertades
fundamentales
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_Estado"
Nación
Nación, en sentido estricto, tiene dos acepciones: la nación política, en el ámbito jurídico-
político, es el sujeto político en el que reside la soberanía constituyente de un Estado; la nación
cultural, concepto socio-ideológico más subjetivo y ambiguo que el anterior, se puede definir a
grandes rasgos como una comunidad humana con ciertas características culturales comunes a las
que dota de un sentido ético-político. En sentido lato nación se emplea con variados
significados: Estado, país, territorio o habitantes de ellos, etnia y otros.
Tabla de contenidos
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1 Nación política
2 Nación cultural
o 2.1 La nación cultural y el Estado
o 2.2 La nación cultural y la religión
3 Otros usos
4 Historia
o 4.1 Etimología
o 4.2 Antecedentes
o 4.3 La nación liberal
o 4.4 La nación romántica
o 4.5 El Estado-nación
o 4.6 La nación socialista
o 4.7 La nación totalitaria
o 4.8 La nación africana y asiática
5 Nación en España
o 5.1 Constitución de 1978
6 Nación en América Latina
7 Notas
8 Véase también
9 Bibliografía
10 Enlaces externos
Han sido objeto de debate desde la Revolución Francesa hasta nuestros días las diferencias y
semejanzas entre los conceptos de nación política y pueblo, y por consiguiente entre soberanía
nacional y soberanía popular. Las discusiones han girado, entre otras cosas, en torno a la
titularidad de la soberanía, a su ejercicio, y a los efectos resultantes de ellos.
En 1789 el abate Sieyès usó, con un fuerte carácter socio-económico, nación y pueblo como
sinónimos. Pero poco después modificó su significado, estableciendo una diferencia fundamental
para su idea de la soberanía y del Estado constitucional. Concibió entonces la nación como
propia del Derecho natural, anterior al Estado (Derecho positivo), y al pueblo como determinado
a posteriori. En síntesis, para Sièyes la nación es titular de la soberanía, ésta se ejerce mediante
el poder constituyente, y después, tras el "establecimiento público" (Constitución), quedaría
definido el pueblo como titular del poder constituido. Así pues, el pueblo sería para el abate la
nación jurídicamente organizada.
Nicolas de Condorcet sólo emplea el término pueblo, pero coincide con Sièyes al hacer énfasis
en la distinción entre poder constituyente y poder constituido como base para el buen
funcionamiento del Estado liberal y democrático.
Para estos dos autores, el papel del titular de la soberanía (llámese nación o pueblo) se agota tras
el ejercicio del poder constituyente. Tan sólo quedaría, en estado latente, como "recordatorio" del
fundamento del Estado, y podría manifestarse excepcionalmente para rebelarse contra la
opresión de una eventual tiranía.
De los mencionados argumentos de Sieyès y Condorcet se deriva una idea básica respecto al
Estado constitucional, que perdura hasta hoy, según la cual, como señalan, por ejemplo, Martin
Kriele e Ignacio de Otto, en dicho Estado no hay soberano. Esto se basa en que si consideramos
la soberanía como summa potestas o poder ilimitado (y por tanto con facultad para crear leyes
sin ningún freno a priori), ello es incompatible con la existencia de una norma fundamental que
establezca su supremacía. Otros autores2 sostienen que el proclamar la soberanía nacional tiene
por objetivo propugnar o establecer una estructura constitucional propia del Estado liberal de
Derecho: al atribuir la titularidad (que no el ejercicio) de la soberanía a un ente unitario y
abstracto, se proclaman como no originarios los órganos estatales, evitando que cualquiera de
ellos reclame para sí poderes que considere anteriores a la Constitución, lo que además favorece
la articulación policéntrica de dichos órganos (pues ninguno prevalecería sobre los demás).
El concepto de nación cultural suele estar acoplado a una doctrina histórica que parte de que
todos los humanos se dividen en grupos llamados naciones. En este sentido, se trata de una
doctrina ética y filosófica que sirve como punto de partida para la ideología del nacionalismo.
Los (co)nacionales (miembros de la nación) se distinguen por una identidad común y
generalmente por un mismo origen en el sentido de ancestros comunes y parentesco.
Interpretaciones del concepto de nación cultural únicamente por razón de etnia o raza llevan
también a diversas naciones sin territorio como la nación gitana o la nación negra en los EEUU
(pese a que los últimos, de origen, pertenecerían a diferentes naciones africanas, así como existen
diferentes "naciones blancas"). Según este punto de vista, sin embargo, queda claro que una
nación cultural no necesita ser explícitamente un Estado independiente y que no todos los
Estados independientes son naciones culturales, sino que muchos simplemente son uniones
administrativas de diferentes naciones culturales o pueblos, en ocasiones parte de naciones
geográficamente más grandes. Algunas de estas uniones se ven, asmimismo, como naciones
culturales, o intentan crear un sentimiento o historia nacional de legitimación.
Otro ejemplo de nación cultural sin Estado propio es el del pueblo judío antes de la aparición del
Estado de Israel o el del pueblo Palestino, cuyos miembros se encuentran en diferentes países,
pero con un origen común, según el sentido de la diáspora. También se encuentran pueblos como
los kurdos o los asirios, que se describen como naciones culturales sin Estado. Igualmente se
puede ver a Estados como Bélgica (valones y flamencos), Canadá (la provincia francófona de
Québec, ante la mayoría anglófona del resto de las provincias) o Nueva Zelanda (los maorí)
como compuestos por varias naciones culturales. En España se encuentra esto también, partiendo
especialmente de diversificaciones lingüísticas. No obstante, hay que tener en cuenta que,
aunque común, es erróneo identificar por principio (per se) comunidad lingüística con nación
cultural. El hecho de que ciertas corrientes políticas lo hagan es objeto de estudio como
fenómeno político–ideológico, pero no necesariamente sociológico (sentido amplio).
Igualmente se puede encontrar el pueblo judío, que se ve como nación especialmente con base en
la religión común, con o sin la existencia de un Estado propio (que actualmente es Israel).
En ocasiones el término nación (política) se equipara, por extensión, a Estado, incluso cuando
éste no es democrático. Así, por ejemplo, la llamada Organización de las Naciones Unidas en
puridad hace referencia a Estados. También se emplea como territorio, país, o "conjunto de los
habitantes de un país regido por el mismo gobierno" 3.
El vocablo nación se encuentra también como sinónimo de grupo étnico, cultural o lingüístico,
pero desprovisto del sentido ético-político que caracteriza a la definición estricta de nación
cultural. En este sentido puede coincidir con alguno de los usos de la palabra que se daban antes
del surgimiento del concepto de nación cultural a principios del siglo XIX. En tal caso, su
aplicación como concepto histórico a dichos grupos anteriores a las mencionadas fechas sí sería
ajustado.
Historia [editar]
Véase también: Surgimiento y consolidación de las naciones
El concepto de nación (tanto política como cultural) tal como lo entendemos hoy, es decir, con su
intrínseco componente político, no surge hasta fines del siglo XVIII, coincidiendo con el fin del
Antiguo Régimen y el inicio de la Edad Contemporánea. Es entonces cuando se elaboran las
primeras formulaciones teóricas sólidas de la nación y su plasmación en movimientos políticos
concretos. Es decir, las obras de los ilustrados de fines del s. XVIII y las Revoluciones
Americana y Francesa. Desde entonces los dos tipos de nación han ido evolucionado
entrelazadamente hasta hoy. Sin embargo el término, de origen latino, existió antes, con otros
significados.
Etimología [editar]
La palabra nación proviene del latín nātio (derivado de nāscor, nacer), que podía significar
nacimiento, pueblo (en sentido étnico), especie o clase.4 Escribía, por ejemplo, Varrón (116-27
adC): Europae loca multae incolunt nationes ("Son muchas las naciones que habitan los
diversos lugares de Europa").5 En los escritos latinos clásicos se contraponían las nationes
(bárbaros no integrados en el Imperio) a la civilitas (ciudadanía) romana. Dice Cicerón: Todas
las naciones pueden ser sometidas a servidumbre, nuestra ciudad no.6
En las universidades medievales, cuya lengua académica era el latín, los estudiantes
(provenientes de toda Europa) solían agruparse en nationes, en función de su lengua materna
vernácula o su lugar de nacimiento. En 1383 y 1384, mientras estudiaba teología en París, Jean
Gerson fue electo dos veces procurador de la nación francesa (esto es, de los estudiantes
francófonos de la Universidad). La división en París de estudiantes en naciones fue adoptada por
la Universidad de Praga, donde desde su apertura en 1349 el Studium Generale se dividió entre
bohemios, bávaros, sajones y en diversas naciones.
Antecedentes [editar]
Existen antecedentes de la nación a los que se ha otorgado diversa importancia en función del
punto de vista del investigador.
Un síntoma de formación entre ciertas élites culturales del concepto de nación es la evolución en
ellas de la idea de civilización, que pasará progresivamente de tener carácter de norma cultural
universal a vincularse fuertemente a un Estado determinado. En la Edad Media se consideraba
que existía una sóla civilización unida básicamente por una religión y una lengua culta común
(p.ej. Cristianismo y Latín, Islam y árabe, etc.). Lo mismo ocurría en el Renacimiento respecto al
saber clásico greco-romano. Poco después se tomaba a Francia como modelo cultural válido para
toda Europa. Pero todo esto empezará a cambiar a partir de finales del siglo XVIII, cuando de la
mano de intelectuales y literatos surge un concepto de civilización ligado a las características
culturales preponderantes de un Estado en particular. Así, por ejemplo, se hace hincapié en el
conocimiento y desarrollo de la lengua madre vernácula como aquella en la que todo individuo
debería ser instruído para alcanzar una formación plena.
Además de estos cambios en el campo de las ideas, e interrelacionados con ellos, se dan los
políticos, económicos y sociales, y todos confluyen en un mismo sentido unificador: El Estado
absolutista, centralizador, sustituye a los regímenes feudales disgregadores; la secularización de
la vida cotidiana y la educación reduce la importancia de los vínculos religiosos y a la vez
fortalece las lenguas vernáculas; el aumento del comercio y la aparición de la burguesía reclaman
una mayor unidad de mercado; etc. El nuevo Estado y la nueva sociedad serán el germen de una
posterior gran transformación política a fines del XVIII, pues en la cada vez más poderosa alta
burguesía calarán nuevas teorías que reivindican el poder para los gobernados. Así surgirá la
nación.
En una vertiente más puramente política, dado su carácter anti-autocrático, algunos estudiosos
ven también precedentes en algunos levantamientos populares de la Edad Moderna guiados a su
juicio por principios de equidad, parlamentarismo y rechazo a residuos discriminadores del
feudalismo. Por ejemplo, la Guerra de las Comunidades en Castilla (1520-1521) y la Reforma
Protestante en Europa Central, ambas contra el Emperador Carlos V. Sin embargo estos
movimientos no lograron crear la fuerza y unión suficiente ni consolidar una teoría filosófico-
política homogénea en este aspecto.
El Liberalismo, que hunde sus raíces en el siglo XVII con autores como John Locke, será la
amplia corriente filosófica y política de la que se nutrirán las primeras teorías sistemáticas de la
nación y sus realizaciones políticas. Como una oposición a los principios teóricos del Antiguo
Régimen, los liberales del XVIII cuestionaron los fundamentos de las monarquías absolutas, y
esto afectaba especialmente a la soberanía. Frente al concepto de súbdito introdujeron el de
ciudadano, y el sujeto de soberanía dejaba de ser el rey para ser la nación. Sus criterios estaban
basados en el racionalismo, la libertad individual y la igualdad ante la ley, al margen de
consideraciones étnicas o culturales. Se trataba, por tanto, de nación política.
La expansión militar napoleónica por Europa, que en teoría pretendía extender los valores
heredados de la Revolución Francesa, propició el surgimiento de reacciones nacionalistas contra
el invasor. Resalta el nacionalismo germánico, pues sus características son justamente las
opuestas al liberal estadounidense y francés, configurando así un concepto distinto de nación: la
nación cultural en sentido contemporáneo, es decir, con un componente ético-político.
Los principales inspiradores del nacionalismo germánico fueron intelectuales y literatos adscritos
a las corrientes idealistas y románticas como Herder o Fichte. Este movimiento se puede definir
en esencia por su contraposición a los valores del anterior: Frente al cambio racional hacia el
progreso y la justicia, el peso de la historia y las tradiciones; frente al cosmopolitismo, las
particularidades de los pueblos; frente a la razón, el instinto.
Para los mencionados teóricos, la nación definida por ellos tiene un derecho inalienable a dotarse
de una organización política propia. Es decir, a constituirse en Estado. Pero a diferencia del
modelo liberal franco-estadounidense, ésta nación, en tanto que sujeto político, no se entiende
simplemente como una suma de individuos que ejercen su voluntad, sino como algo superior.
Todo pueblo, según ellos, tiene unos rasgos propios que le definen, distinguiéndole así de todos
los demás. Es esta personalidad cultural diferenciada, o esencia propia (Volkgeist, "espíritu del
pueblo", escribía Herder), la que permite singularizar al pueblo con vistas a determinar quién es
el sujeto político (es decir, la nación tal como la entendían ellos) con auténtica legitimidad para
constituirse en Estado. Pero dicha identidad no se hace visible por la mera expresión de la
voluntad de un conjunto de individuos en un momento dado. Es algo más trascendente, pues el
pueblo que es base de la nación romántica sería como un organismo vivo y perdurable, y una
entidad moral de orden superior a la simple suma de sus partes. Para los nacionalistas románticos
germanos el Volkgeist, permanente y supraindividual, es objetivo, mientras que el sufragio es
subjetivo. Es decir, inviertien las categorías de los liberales.
Uno o más wikipedistas están trabajando actualmente en extender este artículo. Es posible
que, a causa de ello, haya lagunas de contenido o deficiencias de formato. Por favor, antes de
realizar correcciones mayores o reescrituras, contacta con ellos en su página de usuario o la
página de discusión del artículo para poder coordinar la redacción.
El Estado-nación [editar]
Marx y Engels consideraban los Estados-Nación (que llamaban "naciones con historia") un
producto de lo que ellos denominaban revoluciones burguesas, y por tanto un paso adelante
dentro de la lógica de su teoría del materialismo dialéctico. Y para la posterior y gradual
evolución hacia el socialismo que ellos pronosticaban, por su tamaño y desarrollo las
consideraban un punto de partida preferible a las "naciones sin historia", ya que contarían con
una mayor masa proletaria.
En 1917, tras la Revolución Rusa, los bolcheviques, con Lenin al frente, tomaron el poder y
frenaron el anterior nacionalismo ruso, en consonancia con su ideología internacionalista. Sin
embargo, en la práctica luego las cosas fueron diferentes. El liderazgo soviético del movimiento
comunista internacional ocultó frecuentemente intereses nacionales.
En 1924 Stalin dio un paso más en este sentido al promulgar su doctrina del Socialismo en un
solo país.
La evolución social y política de Europa hacia finales del siglo XIX hace eclosionar en España
multitud de movimientos nacionalistas, la mayoría de ellos basados en razones históricas,
culturales y lingüísticas (por ejemplo, en contraposición con Suiza). Tal es el caso especialmente
del País Vasco, Cataluña, Galicia y en buena medida, la Comunidad Valenciana (denominado
País Valenciano o Reino de Valencia por los nacionalistas valencianos) y Andalucía, cuyos
movimientos nacionalistas surgieron a fines del siglo XIX y se acrecentaron especialmente tras la
dictadura de Francisco Franco con el surguimiento de la democracia (ver categoría
Nacionalismos de España).
Constitución de 1978 [editar]
El País Vasco, especialmente con base en el vascuence o euskera, la lengua histórica de la región
(aglutinante y ergativa), más antigua que las lenguas indoeuropeas e incluso aislada, describe en
su estatuto de autonomía en vigor (aprobado en 1979) al País Vasco como a una nacionalidad en
el Estado español:
"El Pueblo Vasco o Euskal Herria, como expresión de su nacionalidad, y para acceder a su
autogobierno, se constituye en Comunidad Autónoma dentro del Estado español bajo la
denominación de Euskadi o País Vasco[...]", (con la lengua vasca y el castellano como lenguas
oficiales).
Cataluña, por ejemplo, se define análogamente en su estatuto de autonomía del mismo año, bajo
el cual
Con el euskera (lengua prerromana), el catalán, y el gallego (lenguas romances) como lenguas
propias oficiales, respectivamente, junto con el castellano, oficial en todo el Estado español,
como aparece en la Constitución española de 1978, que reconoce en el Artículo 2 del Título
Preliminar la existencia de diversas nacionalidades españolas, parte de una "Nación española
indisoluble":
El concepto de nación promulgado por filósofos latinoamericanos suele ser el de ver a las
regiones hispanas en América como parte de una nación, la cual no va seguida por un Estado.
Este concepto se basa en un mismo origen colonial, la lengua y paralelos históricos. Para
diferenciarse de Europa, se promulgó paralelamente con el movimiento nacionalista étnico en
Europa el concepto de la nación iberoamericana como unidad étnica, basada en el mestizaje
(Vasconcelos8) y se intentó demostrar por qué ésta debería ser superior a otras, mientras que en
Europa se intentaba demostrar por qué la mezcla de antiguas etnias sería mala.
Notas [editar]
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[3
].
Bibliografía [editar]
Consultada:
o Encyclopædia
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1983, ISBN 0-
85229-400-X
o Pastor, Manuel:
Fundamentos de
ciencia política,
Madrid, 1994, ISBN
978-84-481-1909-6
o Punset, Ramón
(coordinador):
Soberanía y
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Fundamentos,
Volumen 1, 1998,
ISSN 1575-3433
Otra:
o Blas, Andrés de:
Enciclopedia del
nacionalismo,
Madrid, 1999,ISBN
978-84-206-3297-1
o Kohn, Hans:
Historia del
Nacionalismo,
México y Madrid,
1984, ISBN
8437502489, ISBN
978-84-375-0248-9
o Renan, Ernest:
¿Qué es una
nación?, Madrid,
2006, ISBN 978-84-
95363-27-5
Estado
Un Estado es el conjunto de instituciones que poseen la autoridad para establecer las normas que
regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio definido. En la
definición de Max Weber, el Estado es una organización que reclama para sí el "monopolio sobre
la violencia legítima"; por ello, dentro del Estado se incluye a instituciones tales como las
fuerzas armadas, la administración pública, los tribunales y la policía. Asimismo, se incluyen
dentro de la organización estatal aquellas resultantes de la división de poderes, y otras más
sutiles, pero propias del Estado, como la moneda.
El concepto de Estado no debe confundirse con el de Gobierno. El estado son las instituciones
permanentes, mientras que el gobierno consiste en el conjunto de gobernantes que ejercen cargos
durante un período de tiempo limitado.
Tabla de contenidos
[ocultar]
1 Formación de los Estados y estatidad
2 Crítica al Estado
3 Véase también
4 Referencias
o 4.1 Notas
5 Enlaces externos
Los Estados pueden ser examinados dinámicamente usando el concepto de estatidad, aportado
por Oscar Oszlak. Desde este punto de vista, ellos van adquiriendo con el paso del tiempo ciertos
atributos hasta convertirse en organizaciones que cumplen la definición de Estado, indicada más
arriba.
Capacidad de externalizar su
poder: es decir, obtener el
reconocimiento de otros
estados.
Capacidad de
institucionalizar su
autoridad: significa la
creación de organismos para
imponer la coerción, como
por ejemplo, las fuerzas
armadas, escuelas y
tribunales.
Capacidad de diferenciar su
control: esto es, contar con
un conjunto de instituciones
profesionalizadas para
aplicaciones específicas,
entre las que son
importantes aquellas que
permiten la recolección de
impuestos y otros recursos
de forma controlada.
Capacidad de internalizar
una identidad colectiva:
creando símbolos
generadores de pertenencia
que refuerzan el control
sobre la sociedad civil,
diferenciándola de aquella
de otro Estado, por ejemplo,
teniendo un himno y
bandera propia.
Todo esto hace que el Estado sea una de las más importantes organizaciones en el mundo. Ya que
en cada país y en gran parte de las sociedades existe un Estado.
Por su parte los marxistas afirman que cualquier Estado tiene un carácter de clase, y no es más
que el aparato armado y administrativo que ejerce los intereses de la clase social dominante. Por
tanto aspiran a la conquista del poder político por parte de la clase trabajadora, la destrucción del
Estado burgués y la construcción de un necesario Estado obrero como paso de transición hacia el
socialismo y el comunismo, una sociedad donde a largo plazo no habrá Estado por haberse
superado las contradicciones y luchas entre las clases sociales2.
Desde el liberalismo se aboga por la reducción del papel del estado al mínimo necesario (Estado
mínimo) para así hacer prevalecer el Estado liberal, desde un sentido civil para el respeto de las
libertades básicas, desde un sentido economicista para permitir el libre mercado en su versión
capitalista. Básicamente el Estado debería encargarse de la seguridad (ejército y policía para
garantizar la propiedad privada) y de la justicia (poder judicial independiente del poder político)
para así preservar el orden impuesto por la burguesía, concebido por los liberales como el más
legítimo y libre. En ningún caso el Estado debe servir para ejercer la coacción de quitar a unos
individuos para dar a otros, y deben ser los agentes privados los que regulen el mercado a través
del sistema de precios, asignando de esta forma a cada cosa su valor3.
Estado Nación
Según algunas escuelas de la ciencia política, un estado nación se caracteriza por tener un
territorio claramente delimitado, una población constante, si bien no fija, y un gobierno. Otros
atributos menores son un ejército permanente y un cuerpo de representación diplomática, esto es,
una política exterior.
El racionalismo creó la idea del "ciudadano", el individuo que reconoce al Estado como su
ámbito legal. Creó un sistema de derecho uniforme en todo el territorio y la idea de "igualdad
legal".
Las distintas escuelas de ciencia política, definen de diversas maneras el concepto del estado
nación, sin embargo en la mayoría de los casos se reconoce que las naciones, grupos humanos
identificados por características culturales, tienden a formar estados con base en esas similitudes.
Cabe anotar que bajo esta misma óptica la nación es un agrupamiento humano, delimitado por
las similitudes culturales (lengua, religión) y físicas (tipología). Un estado puede albergar a
varias naciones en su espacio territorial y una nación puede estar dispersa a través de varios
estados.
Si bien el estado nación surge hacia el año 1648, las instituciones políticas de esta entidad tienen
un desarrollo que se puede rastrear hasta una maduración en 1789, con la Revolución Francesa.
Los modelos de agrupación en torno a una autoridad central siguen dos vertientes, marcadas por
los trabajos filosófico-políticos de Hobbes y Rousseau. Sin embargo sería un error fatal excluir el
concepto Platónico de República, que fue retomando antes en la Declaración de Independencia
de los Estados Unidos del 4 de julio 1779 y la Constitución de 1787. Tal concepto viene desde el
conciclio de Florencia de 1431, y la obra del cardenal Nicolas de Cusa, Leibniz y los círculos de
Abraham Kaestner, Moises Méndelson y Benjamín Franklin, expuesto en el preámbulo de la
constitución de los Estados Unidos 1787.
NOSOTROS, el Pueblo de los Estados Unidos, a fin de formar una Unión más establecer Justicia, afirmar
la tranquilidad interior, proveer la Defensa común promover el bienestar general y asegurar para nosotros
mismos y para descendientes los beneficios de la Libertad, estatuimos y sancionamos CONSTITUCION
para los Estados Unidos de América.
Así el estado surge ante la necesidad de obtener protección a la comunidad y para garantizar el
derecho de propiedad, o bien, surge como un desarrollo natural de la cooperación entre los
individuos para proveer satisfactores comunes.
El desarrollo del concepto, a partir del siglo XVII generará los primeros mapas europeos, en
principio, donde las fronteras son establecidas firmemente. A la par de este desarrollo de
concepto se busca justificar la existencia de un estado nación natural, delimitado por fronteras
naturales en contraposición con la idea de la nación como producto de las similitudes culturales.
Este tipo de conceptualización territorial del estado, llevará a la conformación de estados
imperiales, más que nacionales, donde se agrupan varias comunidades nacionales que entran en
conflictos debido a sus profundas diferencias culturales, acendradas en tiempos de depresión
económica.
Las naciones divididas o dispersas en distintos estados también generan conflictos de muy difícil
solución, tal es el caso del pueblo kurdo. En otros casos las comunidades de una misma nación
eliminan las fronteras de manera que hay libre tránsito a través de fronteras, como es el caso de
los indígenas del norte de México y el sur de EUA.
Debido a factores como fronteras cerradas, grupos nacionales muy pequeños y procesos
históricos complejos, resulta poco práctico, según la perspectiva política de los estados,
reintegrar o permitir la autonomía de las naciones que conforman a los estados modernos.
El término estado nacional, que suele utilizarse indistintamente junto al término estado, se
refiere más propiamente a un estado dominado por una sola una nación.
Sólo en los últimos siglos (y particularmente desde el último medio siglo (excepto en África)),
esta forma de estado ha llegado a ser más común, por lo que hoy la mayor parte de los estados se
consideran estados nacionales. Sin embargo, esto no siempre ha sido así: aún en la actualidad hay
algunos estados donde hay cuestionamientos sobre la predominancia de una sola nación. Esto
hace aún más difícil la pregunta sobre qué es una nación. Hay muchos estados, como Bélgica y
Suiza, con múltiples idiomas, religiones o grupos étnicos dentro de ellos, sin que ninguno sea
claramente dominante. A menudo (y especialmente en el caso de Suiza y los Estados Unidos) una
identidad nacional ha sido construida desafiando esas diferencias. Un mejor ejemplo de un
estado sin nación sería Reino Unido, constituido por cuatro naciones: Inglaterra, Escocia, Irlanda
del Norte y Gales. Mientras algunos hablan de una nación británica, es muy cuestionable que esa
entidad realmente exista. Y aunque Inglaterra fue aplastantemente dominante dentro del Reino
Unido en el pasado, esto no puede ser establecido como regla. Un ejemplo algo similar puede ser
la España contemporánea, donde algunos partidos políticos nacionalistas (y sus simpatizantes)
aragoneses, asturianos, vascos, andaluces, catalanes y gallegos reclaman ser naciones distintas de
la que históricamente ha dominado España,Castilla. Hay incluso movimientos que abogan por la
diferenciación de la nación castellana de el resto de las supuestamente existentes en España. Por
su parte, la vigente Constitución Española de 1978 habla de la indisoluble unidad de la Nación
española.
Estado de Derecho
El Estado de derecho, se crea cuando toda acción social y estatal encuentra sustento en la
norma; es así que el poder del Estado queda subordinado al órden jurídico vigente por cumplir
con el procedimiento para su creación y eficaz cuando se aplica en la realidad con base en el
poder del Estado a través de sus órganos de gobierno, creando un ambiente de respeto absoluto
del ser humano y del órden público. Dicho ordenamiento debe reunir una serie de requisitos
(Estado de derecho material o real), estos requisitos son:
Habeas data
Habeas data es una acción constitucional o legal que tiene cualquier persona que figura en un
registro o banco de datos, de acceder a tal registro para conocer qué información existe sobre su
persona, y de solicitar la corrección de esa información si le causara algún perjuicio.
Este derecho se fue expandiendo y comenzó a ser reglamentado tanto por leyes de habeas data
como por normas de protección de datos personales. También se encomendó a agencias estatales
el control sobre la aplicación de estas normas. Así existen en diversos países (como Argentina,
España y Francia) agencias del estado que tienen por misión supervisar el tratamiento de datos
personales por parte de empresas e individuos. También se suele exigir un registro del banco de
datos para generar transparencia sobre su existencia.
Hábeas corpus
De Wikipedia, la enciclopedia libre
El hábeas corpus es una acción constitucional que tutela los derechos fundamentales derivados
de la vida y la libertad frente a cualquier acto u omisión de cualquier autoridad, funcionario o
persona, que pueda vulnerar dichos derechos.
Este término proviene del latín hábeās corpus [ad subiiciendum] ‘que tengas [tu] cuerpo [para
exponer]’, siendo hábeās la segunda persona singular del presente del subjuntivo del verbo latino
habēre (‘tener’).
Tabla de contenidos
[ocultar]
1 Origen del hábeas corpus
2 Bien jurídico que tutela
3 Regulación por países
o 3.1 Bolivia
o 3.2 Chile
o 3.3 España
o 3.4 Perú
o 3.5 República Dominicana
o 3.6 México
4 Véase también
5 Enlaces externos
6 Referencias
La finalidad con la que nació el hábeas corpus en Bolivia, se adscribe dentro de los fines que
persiguió esta garantía desde sus primeras articulaciones jurídicas, hasta su configuración
moderna: dotar a la persona humana de un medio de defensa breve y sumario, destinado a
conservar o recuperar su libertad, cuando la misma hubiere sido indebida o arbitrariamente
vulnerada, como alternativa a los procedimientos ordinarios caracterizados por la morosidad en
su tramite y resolución.
Esta acción tutelar instituida en resguardo de los derechos a la libertad física y a la libertad de
locomoción, no puede ser dirigida en contra de particulares, sino únicamente en contra de
funcionarios y/o autoridades públicas
Chile [editar]
La Constitución de 1828 establecía en su artículo 104 una acción popular para proteger la
libertad y seguridad personal.
La Constitución de 1925 reconocía esta acción en el artículo 16, reproduciendo con ligeras
modificaciones la regulación proveniente de la Constitución de 1833. En 1932 se complementó
la reglamentación de su procedimiento mediante un auto acordado de la Corte Suprema. Desde
aquella época el habeas corpus es conocido en Chile como "recurso de amparo". El Código
Orgánico de Tribunales de 1943 estableció que el "amparo" sería conocido en primera instancia
por la Corte de Apelaciones respectiva y, en segunda instancia, por la Corte Suprema.
La Constitución de 1980 contempló el habeas corpus en el artículo 21, como un recurso protector
de la libertad personal y la seguridad individual (lo amplía a esta última). Consagra, además del
tradicional "amparo represivo" o "correctivo", la figura denominada "amparo preventivo" (ante
perturbación o amenaza a la libertad personal y la seguridad individual). Por otro lado, este texto
constitucional contempla, en el artículo 20, el llamado recurso de protección (amparo en derecho
comparado).
En el Código Procesal Penal del 2000 se contempló, a la vez, una "amparo ante el juez de
garantía", de carácter correctivo y en única instancia.
España [editar]
En la historia jurídica española figura en el denominado recurso de las personas del Reino de
Aragón 1428 y en las Constituciones de 1869 y 1876.En 1526 el Fuero Nuevo del Señorío de
Vizcaya establece el hábeas corpus en su territorio.
El art. 17.4 de la Constitución española de 1978 señala que La ley regulará un procedimiento de
"habeas corpus" para producir la inmediata puesta a disposición judicial de toda persona
detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se determinará el plazo máximo de duración de la
prisión provisional.
La solicitud ha de cursarse ante el Juzgado de Instrucción de guardia del lugar donde se hallare
privado de libertad o bien del lugar donde se hubiera tenido última noticia de su paradero. El
Juez competente adoptará las resoluciones oportunas para conocer de inmediato del estado del
privado de libertad, recabando para ello de la autoridad custodia del detenido toda la información
necesaria. En el plazo de 24 horas desde que se cursó la solicitud, el privado de libertad será
puesto a disposición judicial sin que quepa excusa de ningún tipo por parte de quien se encuentra
a su cargo, adoptándose al efecto las medidas de traslado necesarias. Una vez examinado el
solicitante de habeas corpus por el juez competente, dictará este resolución en el acto resolviendo
sobre la legalidad o ilegalidad de la privación de libertad y ordenado en cada caso la
continuación de la detención o la inmediata puesta en libertad del detenido.
Perú [editar]
En la legislación peruana, la primera remisión al hábeas corpus que se encuentra remite a las
Cortes de Cádiz de 1812 adonde concurrieron representantes peruanos. En dichas cortes un
representante de Guatemala presentó un proyecto de ley en la que se solicitaba que se consagre
para el imperio español un mecanismo equivalente al hábeas corpus inglés. Dicha ley nunca se
llegó a promulgar y dicha iniciativa no fue introducida en la Constitución Española.
Una vez declarada la independencia del Perú, la Constitución de 1860 consagró la disposición de
que nadie podrá ser arrestado sin mandato escrito del juez, excepto flagrante delito, debiendo ser
puesto dentro de las 24 horas a disposición del juzgado que corresponde.
El 21 de octubre de 1897 se promulgó una ley que buscaba reglamentar la citada disposición
constitucional. Esta norma acoge el hábeas corpus de acuerdo al modelo inglés. En 1916 fue
promulgada la Ley N° 2223 que señala que todos los derechos reconocidos por la Constitución
del Estado (1867) darán lugar a recursos destinado a amparar a los habitante de la República. A
estos recursos son aplicables los dispositivos de la ley de hábeas corpus.
La Constitución de 1920 fue el primer texto constitucional que consagro el hábeas corpus
señalándolo como recurso y el Código de Procedimientos en Materia Criminal de ese mismo año
lo reglamentó. Posteriormente la Constitución de 1933 amplió el ámbito de aplicación del hábeas
corpus a todos los derechos constitucionales, dando lugar al hábeas corpus civil. Su
reglamentación se dio en el Código de Procedimientos Penales de 1940. Posteriormente el
Decreto Ley N° 17083 estableció la pautas procesales propias del hábeas corpus civil.
La Constitución de 1979 introdujo la Acción de Amparo por lo que el hábeas corpus civil careció
de efecto y el hábeas corpus se restringió, nuevamente, a tutelar los derechos relativos a la
libertad y la integridad física de las personas. Estas garantías constitucionales fueron reguladas
por la Ley Nª 23506. La misma idea se siguió en las vigentes Constitución Política de 1993 y el
Código Procesal Constitucional promulgado en el 2004. Este último cuerpo legislativo incluye la
posibilidad de interponer esta acción de garantía contra resoluciones judiciales firmes.
La Ley 5353 de Habeas Corpus del 22 de Octubre de 1914 establece en su artículo 1 lo siguiente:
"Todo el que por cualquier causa haya sido privado de su libertad en la República Dominicana
tiene derecho, sea a petición suya o de cualquiera persona, excepto cuando haya sido detenido
por sentencia de Juez o Tribunal competente, a un mandamiento de Hábeas Corpus con el fin de
averiguar cuales son las causas de la prisión o privación de su libertad y para que en los casos
previstos se le devuelva ésta.
El mandamiento de Hábeas Corpus podrá ser requerido, expedido y entregado cualquier día; pero
el caso no será visto sino en día hábil o habilitado especialmente al efecto.
En caso de enfermedad comprobada o por cualquier otro motivo justificado, la audiencia será
celebrada sin la presencia del impetrante, el cual se hará representar sin necesidad de un poder,
por un abogado o por cualquier defensor que postule en su nombre."
México [editar]
Juicio de Amparo
Se basa en la idea de limitación del poder de las autoridades gubernamentales, la cual jurídica y
lógicamente resulta de la decisión de la soberanía que en los primeros artículos de la
Constitución garantiza los derechos humanos. Tan sólo los actos emitidos por la Suprema Corte
de Justicia y así como actos relacionados con materia electoral quedan fuera de su acción.
Tabla de contenidos
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1 Historia del juicio de Amparo
2 Características
o 2.1 Principios característicos
3 Procedimiento
o 3.1 Juicio de amparo indirecto
3.1.1 Suspensión del acto reclamado
3.1.2 Recurso de revisión
o 3.2 Juicio de amparo directo
4 Importancia
5 Bibliografía
6 Véase también
Esta constitución tuvo a bien recoger un proyecto en el artículo 53, elaborado por Manuel
Crescencio Rejón, que expresaba textualmente: "Corresponde a este tribunal [la Corte Suprema
de Justicia] reunido: 1º. Amparar en el goce de sus derechos a los que pidan su protección
contra las providencias del Gobernador o Ejecutivo reunido, cuando en ellas se hubiese
infringido el Código Fundamental o las leyes, limitándose en ambos casos a reparar el agravio
en la parte que procediere".
Así se habló por primera vez en el derecho legislado, del amparo decretado por órganos
jurisdiccionales para combatir agravios contra las garantías individuales, en el proyecto de Rejón
y en la Constitución yucateca de 1841.
Tiempo después este juicio se plasmó con la colaboración de Mariano Otero en el congreso
constituyente, sobre el artículo 25 del Acta de Reformas 1847, con lo que se estableció el juicio
de Amparo a nivel Federal, para después plasmarse en la Constitución Federal de 1857 y 60 años
más tarde en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos] de 1917, actualmente
vigente en el país.
Características [editar]
El juicio de amparo es un medio de control constitucional del sistema jurídico mexicano, en
adición a la acción de inconstitucionalidad y la controversia constitucional. A diferencia de estos
dos últimos, el juicio de amparo es promovido por cualquier particular que considere que sus
garantías individuales han sido violadas por alguna autoridad.
La Constitución Política es la ley suprema, ella debe prevalecer sobre cualquiera otra ley, y sus
disposiciones referentes a los derechos humanos, que garantiza en sus primeros 28 artículos,
deben ser norma limitativa de la actuación de todas las autoridades, porque tales derechos son
base imprescindible de la convivencia social, y en consecuencia, su efectividad práctica debe ser
reconocida y aplicada por los órganos gubernativos, a fin de que sus actividades se desarrollen
sin violación de ninguno de los derechos humanos.
El agraviado o "quejoso"
asume el papel de actor en la
controversia y la autoridad
designada como responsable
interviene como
demandada;
La materia de la
controversia es el acto
concreto o la omisión de
autoridad que el interesado
considera lesivo de sus
garantías individuales;
La decisión incumbe, en
única o en última instancia,
a los tribunales judiciales
federales.
El juicio de amparo se rige según la doctrina por los siguientes principios característicos:
Principio de instancia de
parte agraviada. El juicio no
se tramitará de oficio por
ninguna autoridad judicial,
sólo por petición del propio
afectado, su apoderado o
representante legal (o por
cualquier otra persona pero
sólo en los casos en que el
afectado esté privado de su
libertad personal).
Principio de agravio
personal y directo. Sólo
podrá solicitar amparo quien
sea el titular del derecho
subjetivo que se considere
afectado por el acto de
autoridad.
Principio de prosecución
judicial. El juicio se
tramitará con arreglo,
exclusivamente, a las
disposiciones procesales de
la Ley de Amparo y, sólo en
caso de que ésta sea omisa o
insuficiente, por
supletoriedad se aplicará el
Código Federal de
Procedimientos Civiles.
Principio de definitividad.
El juicio de amparo sólo
procederá cuando contra el
acto de autoridad, no esté
previsto ningún recurso o
medio de defensa legal, o
estándolos, se hayan
agotado previamente a la
demande de amparo. Este
principio admite diversas
excepciones, por ejemplo:
en materia administrativa,
cuando la ley que rija el acto
reclamado, no prevea la
suspensión del mismo o para
suspenderlo pida requisitos
mayores que la Ley de
Amparo; cuando el acto
reclamado no esté fundado y
por ello no pueda saberse
qué medio ordinario de
defensa se debía agotar;
contra actos que afecten a
terceros extraños a juicio.
Principio de estricto
derecho. La sentencia del
juicio se limitará a resolver
las cuestiones propuestas en
los conceptos de violación,
sin poder abordar otras.
También admite excepciones
por suplencia de la queja
deficiente, ya sea respecto a
los conceptos de violación o
a los agravios en el recurso
de revisión, en casos como
los siguientes: en materia
laboral a favor sólo del
trabajador; en materia penal
a favor del acusado; en
cualquier materia si se
advierte una violación
manifiesta de procedimiento
que haya dejado sin defensa
al quejoso; en materia
familiar a favor de menores
o incapacitados.
Principio de relatividad de
las sentencias. La sentencia
del juicio sólo protegerá a
individuos particulares que
hayan promovido el juicio,
sin beneficiar a nadie más, y
el acto quedará invalidado
sólo para el quejoso que
haya litigado, pero no se
hará ninguna declaración
general sobre la ley o acto
impugnado.
Procedimiento [editar]
Existen dos tipos de juicio de amparo, el llamado indirecto y el directo. El primero de ellos es el
que se tramita ante un juez de distrito a través de una demanda de amparo que es presentada ante
el mismo. El amparo indirecto se ocupa de actos de autoridad que no son impugnables mediante
otro recurso previsto en ley o actos de autoridad que implican violaciones directas a la
Constitución Federal.
El juicio de amparo directo es el juicio de amparo que se ocupa de revisar la legalidad y/o
constitucionalidad de una sentencia dictada por un tribunal. Es decir, una vez agotados los
recursos ordinarios para la revisión de una sentencia que resuelve en lo principal el juicio, el
particular podrá impugnar la sentencia dictada por el tribunal ante un tribunal colegiado de
circuito. A diferencia del juicio de amparo indirecto, el amparo directo se inicia mediante la
interposición de una demanda ante el tribunal que dictó la sentencia que se pretende impugnar.
Conforme al artículo 114 de la Ley de Amparo, procede contra los siguientes tipos de actos de
autoridad (sean federales, estatales o municipales):
1. Leyes, tratados
internacionales, reglamentos
y en general contra
cualquier norma de
observancia general y
abstracta;
2. Contra actos emitidos dentro
de un juicio, que afecten de
manera irreparable derechos
sustantivos del gobernado
(es decir, derechos como la
vida, la libertad personal, el
patrimonio, de manera que
la violación no se repare ni
con una sentencia favorable
en el juicio en que se emitió
el acto reclamado);
3. Contra actos emitidos fuera
de juicio o después de
concluido, incluyendo actos
para ejecutar una sentencia
(con la limitante de que sólo
procederá contra la última
resolución dictada en el
procedimiento de
ejecución);
4. Contra actos que afecten a
terceros extraños a un juicio
(tanto quienes no son parte
en él como lo que siendo
parte no fueron debidamente
citados);
5. Contra actos que no
procedan de autoridades
judiciales, administrativos o
del trabajo.
El plazo genérico para intentar una demanda de amparo indirecto, es de quince días hábiles
contados a partir de que se tenga al gobernado como notificado del acto, según la ley que rija el
acto respectivo. Hay salvedades como el caso del amparo contra leyes, en el que el plazo es de
treinta días hábiles a partir de que la ley entra en vigor (tratándose de leyes autoaplicativas, que
son las que por su sola entrada en vigor causan perjuicio al gobernado), o bien de quince días a
partir del primer acto de aplicación (tratándose de las leyes heteroaplicativas que por su sola
vigencia no causan perjuicio sino hasta que se produzca el primer acto de aplicación de la ley). O
bien, los casos del amparo en materia penal, en el que la demanda se puede interponer en
cualquier tiempo, y de los quejosos que estuvieron ausentes del lugar en que se realizó el juicio,
y que, si estuvieron dentro de la República, cuentan con 60 días hábiles para proponer el amparo,
o 90 días si estuvieron fuera del país.
El juez de distrito recibirá la demanda de amparo indirecto, sobre la cual resolverá su admisión,
desechamiento o prevención. El primero de los casos implica que el juez tendrá por admitida la
demanda, para lo cual señalará una fecha y hora para la celebración de la audiencia
constitucional y otorgará a las autoridades responsables del acto un plazo de cinco días hábiles
contados a partir de que sean notificados del acuerdo admisorio. Si es admitida la demanda, el
juez de distrito también se pronunciará sobre las pruebas que hayan sido ofrecidas, las personas
autorizadas para promover en el juicio, quienes deberán ser abogados, las personas que podrán
revisar el expediente judicial, oír y recibir notificaciones relativas al juicio, las cuales no
necesariamente tendrán que ser abogados, y el domicilio para recibir notificaciones.
Para que un juez de distrito deseche de plano la demanda de amparo indirecto, necesariamente
tendrá que ser notoria, manifiesta e indubitable alguna causa de improcedencia del juicio de
amparo. Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Tribunales Colegiados de
Circuito se han pronunciado mediante tesis de jurisprudencia y aisladas que las causales de
improcedencia o sobreseimiento deberán ser patentes y no podrán inferirse o presumirse. En caso
de que una demanda de amparo indirecto sea desechada de plano, el particular o quejoso podrá
interponer un recurso de revisión, el cual será remitido a un Tribunal Colegiado de Circuito para
su resolución.
El tercer supuesto que puede tener lugar, es que el juez de distrito prevenga al quejoso. La
prevención puede ser el resultado de alguna de las siguientes causas: i) que el juez de distrito
estime que la demanda no es clara o que los hechos son contradictorios, ii) que se cumplan con
los requisitos omitidos; y iii) que no se hayan acompañado copias suficientes para correr traslado
a las partes (autoridades responsables y terceros perjudicados) y al ministerio público.
Cualquiera que sea el supuesto, la prevención debe ser notificada de manera personal en el
domicilio que haya señalado el quejoso. Cabe mencionar que el escrito del desahogo de la
prevención deberá ser firmado por el quejoso y no por un abogado autorizado, y deberá
acompañar copias del escrito para cada una de las partes y el ministerio público.
Si el quejoso no cumple con lo requerido en el plazo otorgado para ello o no cumpliendo con la
forma en que debe ser desahogado el requerimiento, el juez tendrá por no presentada la demanda.
Al igual que en el supuesto del desechamiento de plano, el quejoso podrá interponer un recurso
de revisión, el cual será remitido a un Tribunal Colegiado de Circuito para su resolución
En el supuesto de que la demanda de amparo indirecto sea admitida, el quejoso tendrá hasta la
fecha y hora de la audiencia constitucional para ofrecer las pruebas que estime pertinentes. Cabe
señalar que el ofrecimiento de las pruebas pericial, de inspección judicial o testimonial tienen
reglas especiales para su ofrecimiento, pues a diferencia de las documentales, este tipo de
pruebas deben ser ofrecidas con cinco días hábiles de anticipación a la audiencia, sin contar el
día del ofrecimiento y el de la audiencia. Una vez que las autoridades responsables son
notificadas de la demanda de amparo, deben formular un informe justificado con los
fundamentos, razones y antecedentes que dieron lugar al acto reclamado que se les atribuye. En
el informe justificado, las autoridades responsable también podrán ofrecer las pruebas que
estimen pertinentes para justificar la legalidad o constitucionalidad de su acto.
Las partes, tanto el quejoso y las autoridades responsables, podrán ofrecer las pruebas que
estimen necesarias y formular sus alegatos hasta antes de la audiencia constitucional o durante la
celebración de la misma. Dependiendo del caso, el juez podrá diferir la audiencia constitucional
para señalar una nueva fecha y hora, por diversas razones, como las siguientes: i) que el informe
justificado no haya sido ofrecido con ocho días hábiles de anticipación a la audiencia, ii) que la
prueba pericial o inspección judicial no haya sido desahogada; y iii) que el juez requiera diversas
pruebas a las partes para mejor proveer.
Una vez celebrada la audiencia, el juez de distrito puede dictar sentencia en la misma audiencia o
dictarla con posterioridad a la misma. Si el juez dicta sentencia en la misma audiencia, el quejoso
no será notificado personalmente de la sentencia, sino que únicamente será notificado por lista.
En cambio, si se dicta en fecha posterior a la celebración de la audiencia, el juez de distrito
deberá notificar personalmente al quejoso.
La sentencia de amparo podrá ser dictada en tres sentidos: i) conceder el amparo, otorgar
protección al quejoso contra el acto reclamado, ii) negar el amparo, que significa que la
inconstitucionalidad del acto reclamado no fue demostrada, y iii) sobreseer el juicio, que
significa que el juez advirtió que se actualiza alguna causal de improcedencia o sobreseimiento
del juicio.
El juez de amparo nunca sustituye a la autoridad responsable del conocimiento directo, ni en los
trámites, ni en el fondo, del asunto en que se produjo el acto reclamado, conocimiento de que sí
conserva la autoridad que ordenó dicho acto, cuando le compete el recurso interpuesto, o lo
asume total o parcialmente su superior jerárquico, si el recurso es de grado, cuando el amparo es
concedido, la autoridad responsable debe volver a ejercer sus atribuciones propias en una nueva
resolución que se ajuste a la decisión del juez constitucional; en tanto que en los recursos,
cuando proceden, su resolución sustituye lisa y llanamente, sin más a la recurrida, salvo ciertos
casos excepcionales, como cuando el recurso conduce a la reposición del procedimiento, y otros.
Ni siquiera cuando el amparo se intenta ante el superior de la autoridad judicial a quien se
atribuye una violación de garantías, en los casos que especifica el artículo 37 de la ley de la
materia, constituye un recurso, porque dicho superior no resuelve en grado, o sea, en segunda
instancia, sino precisamente como juez de distrito sustituido, y por tanto con las mismas
calidades y efectos que éste.
La sentencia que conceda el amparo, dejará sin efecto alguno el acto de autoridad declarado
inconstitucional, y ordenará a la autoridad responsable que vuelva las cosas al estado que
guardaban antes de interponerse la demanda, ya sea invalidando de plano el acto lesivo y
dictando en su lugar otro que se apegue a las garantías violadas, ya sea para que la autoridad obre
en el sentido en que omitió hacerlo. Todo con el propósito de restituir al quejoso en el goce de la
garantía violada. Las sentencias que niegan el amparo o sobreseen el juicio, dejan subsistente e
intocado el acto con todos sus efectos, por lo que la autoridad puede ejecutarlo.
Para decretar la suspensión, en lo general se requiere: a) que la solicite el agraviado; b) que con
la suspensión no se sigan perjuicios al interés social ni se infrinjan disposiciones de interés
público; c) que con la ejecución del acto, se puedan causar al quejoso daños o perjuicios de
difícil reparación. La solicitud de suspensión dará lugar a que el juez la conceda o niegue, en un
primer momento con carácter provisional, señalando una fecha para audiencia incidental
(audiencia en la que se decidirá si la suspensión se levanta o bien se concede de forma definitiva
hasta el final del juicio) y solicitando a las autoridades responsables sus informes previos (que
versarán sólo sobre la aceptación o negativa de la existencia del acto reclamado), dando también
oportunidad al quejoso para que en esa audiencia, si es necesario, pruebe que existe el acto. La
resolución que concede o niega la suspensión definitiva, puede revocarse mediante trámite de un
incidente específico, si se prueba que cambiaron las circunstancias de hecho que justificaron la
concesión o negativa de la suspensión definitiva. Sólo son susceptibles de suspensión los actos
que involucran ejecución material y no así los de tipo negativo o meramente declarativos.
Además, para que una suspensión provisional o definitiva siga surtiendo efectos una vez
concedida, se exije que el quejoso garantice (por depósito, fianza, prenda, hipoteca o
fideicomiso), los daños y perjuicios que se podrían causar con la suspensión al tercero
perjudicado, si éste existe y si el quejoso no obtiene al final sentencia favorable en el amparo. El
tercero perjudicado, si la naturaleza del acto lo permite (es decir, si por ejecutarse el acto no
queda consumado de manera irreparable), puede a su vez otorgar contragarantía para obtener la
ejecución del acto no obstante la orden de suspensión, contragarantía que se aplicará en beneficio
del quejoso, si finalmente se concede el amparo. La suspensión dejará de surtir sus efectos: si es
provisional, una vez que se resuelva negarla en definitiva; si es definitiva, una vez que se dicte
sentencia negando el amparo, o; si concedida provisional o definitivamente, el quejoso no exhibe
la garantía requerida respecto a los posibles daños y perjuicios para el tercero perjudicado, pues
en tal caso, la responsable queda en posibilidad de ejecutar el acto en tanto no se exhiba la
garantía.
En caso de que el quejoso o las autoridades responsables consideren ilegal la sentencia del juez
de distrito, podrán recurrirla mediante un recurso de revisión. Dicho recurso se interpone ante el
propio juez de distrito en un plazo de 10 días hábiles posteriores a la notificación de la sentencia.
Fuera de los casos señalados, una vez que el tribunal colegiado se pronuncie sobre la procedencia
del juicio de amparo, el recurso de revisión será remitido a la Suprema Corte de Justicia de la
Nación para que sea ésta la que resuelva sobre la constitucionalidad del acto reclamado.
El juicio de amparo directo tiene como finalidad la revisión de la legalidad y/o constitucionalidad
de una sentencia dictada por un tribunal ordinario. No obstante, este tipo de juicio no sólo
procede contra sentencias definitivas, sino también, contra resoluciones que sin ser sentencias o
laudos, pongan fin a un juicio. En este juicio de amparo directo, se pueden reclamar también,
violaciones cometidas en el curso del juicio, que, habiendo sido impugnadas sin éxito en el curso
del mismo juicio y en la apelación en su caso, afecten las defensas del quejoso y propicien un
fallo desfavorable. La sentencia que se impugna a través de un juicio de amparo directo debe ser
la litis principal de juicio, por lo que las sentencias interlocutorias no podrán ser impugnadas a
través de juicio de amparo directo. Sin embargo, las sentencias interlocutorias, una vez agotados
los recursos ordinarios, podrán ser impugnadas a través de un juicio de amparo indirecto.
Al igual que el amparo indirecto, el tribunal colegiado podrá admitir, desechar o prevenir sobre
la demanda de garantías. Sin embargo, a diferencia del juicio de amparo indirecto, el juicio de
amparo directo no tiene una etapa probatoria, por lo que no existe audiencia constitucional.
En el juicio de amparo directo, el tribunal que dictó la sentencia que se impugna tiene la calidad
de autoridad responsable, por lo que cuando envíe el expediente judicial con la demanda de
amparo al tribunal colegiado también deberá acompañar un informe con justificación. Aunque en
este caso el informe no es extenso, pues el propio acto reclamado, es decir, la sentencia, expresa
los razonamientos y antecedentes mismos que pudieran ser pertinentes para el juicio.
La sentencia de amparo podrá ser dictada en tres sentidos: i) conceder el amparo, otorgar
protección al quejoso contra el acto reclamado, ii) negar el amparo, que significa que la
inconstitucionalidad del acto reclamado no fue demostrada, y iii) sobreseer el juicio, que
significa que el juez advirtió que se actualiza alguna causal de improcedencia o sobreseimiento
del juicio.
En el supuesto de que el tribunal colegiado otorgue el amparo, el tribunal que dictó la sentencia
reclamada deberá dictar una nueva sentencia siguiendo los lineamientos señalados por el tribunal
colegiado en su sentencia o, en su caso, reponer el procedimiento si así fue ordenado.
Al igual que en el juicio de amparo indirecto, la sentencia dictada en un juicio de amparo directo
puede ser impugnada a través de un recurso de revisión. Sin embargo, la procedencia de este
recurso está seriamente limitada, por lo que se le ha denominaado revisión extraordinaria.
Algunos de los requisitos de dicha revisión es que existan cuestiones de constitucionalidad
pendientes por resolver o que no se hayan resuelto adecuadamente y que el tema de
constitucionalidad sea trascendental.
Sin embargo, en los asuntos contenciosos el juicio de amparo tiene prácticamente el mismo
efecto que un recurso final, puesto que de hecho se traduce en la confirmación, en la
modificación o en la revocación de la resolución reclamada, con las consecuencias procesales o
sustanciales que en cada caso procedan; pero esa identidad de resultados no justifica que en tales
casos el juicio de amparo sea calificado o considerado como recurso, porque siempre subsisten
las diferencias técnicas antes puntualizadas, tanto más en la revocación resultante del amparo
concedido, en principio deja a la autoridad responsable en libertad de decidir en una nueva
resolución lo que estime procedente, con la única taxativa de no insistir, ni abierta, ni
encubiertamente, en la decisión que motivó el amparo.
Importancia [editar]
El Poder Judicial de la Federación a través del juicio de garantías controla los actos de los demás
poderes y los suyos propios, e impone la supremacía de la Constitución, al privar de eficacia
legal y material a los actos de autoridad que no se ajustan a los términos y al sentido de los
preceptos constitucionales relativos a los derechos humanos, y en ciertos casos, por la extensión
del sistema en la garantía de legalidad, controla particularmente las resoluciones de los tribunales
de justicia, administrativos y del trabajo federales y locales, que no se apegan a las leyes que
dichos tribunales deben aplicar en el ejercicio de sus atribuciones;
Sin embargo, al realizar el propósito indicado, el Poder Judicial Federal no se erige en superior
de los demás poderes, porque aun cuando juzga a sus actos concretos y a veces puede obligarlos,
en ejecución de sentencia protectora, a que ejerzan de nuevo sus atribuciones en el sentido que
resulte de esa sentencia, no lo hace así como autoridad superior jerárquica, sino como autoridad
jurisdiccional encargada de resolver una controversia en la cual interviene como parte la
autoridad de que se trate, la que si pierde en el litigio, debe someterse al sentido del fallo.
En efecto, los jueces de amparo no son superiores jerárquicos de las autoridades responsables, no
están facultados para prescribirles el sentido en que deben actuar, ni menos las órdenes concretas
que deben expedir; en principio la decisión del juez de amparo no revoca ni nulifica la ley o el
acto de autoridad sometido a su conocimiento, sino que la estimación de inconstitucionalidad y
la consiguiente protección concedida al agraviado, tienen solamente el efecto de poner a la
persona, a los bienes o a los derechos del quejoso, a salvo de la aplicación de la ley o de la
ejecución del acto reclamado, sin perjuicio ninguno de que dicha ley y dicho subsistan
íntegramente en sus términos, en cuanto respecta a las terceras personas que no acudieron al
amparo; de esa manera, la actuación del juez constitucional no redunda en un conflicto de
poderes, pues la concesión del amparo deja a la autoridad responsable en el pleno ejercicio de
sus atribuciones, y si bien en un gran número de casos la obliga, cuando es administrativa,
judicial o del trabajo, a dictar una nueva resolución que restituya al agraviado el uso y disfrute de
su garantía que había sido violada, esa nueva resolución no obedece a la supremacía del juez de
amparo, que la motiva por su fallo protector; sino directa y exclusivamente de la supremacía de
la Constitución, en el sentido declarado en cada caso concreto por el órgano respectivo del Poder
Judicial Federal, al que la propia Constitución ha facultado para interpretarla, pues ése es el
sentido natural y jurídico de los diferentes preceptos que determinan sus atribuciones en la
materia de garantías.
Además, la acción de la justicia federal, en el ámbito de las garantías no ataca el régimen federal,
pues los fallos de los tribunales federales que imparten amparo contra las leyes o a los actos de
autoridades locales, propiamente no invaden la soberanía del Estado al que dichas autoridades
pertenecen, porque por virtud y efecto del Pacto Federativo, las soberanías de los estados
quedaron limitadas en todas aquellas materias que la Constitución reservó expresamente a la
Federación, de acuerdo con el sentido de su artículo 124, y el 103, fracción I, atribuye a los
tribunales federales la resolución de las controversias que se susciten por leyes o actos de la
autoridad que violen las garantías individuales y como ese precepto no distingue cuál sea
particularmente la autoridad a que se refiere, las comprende a todas, tanto a las federales como a
las locales, y aún hay que agregar que el artículo 133 previene que la Constitución es la ley
suprema de la Unión, de todo lo cual se sigue que constitucionalmente las autoridades de los
estados deben someterse a las resoluciones que los tribunales federales pronuncien en relación
con el régimen de garantías instituido en la propia Constitución; así se ve que la intervención de
los tribunales federales para controlar en un proceso judicial la actuación de las autoridades de
los estados en lo que atañe a la efectividad de las garantías constitucionales, no invade en manera
alguna las respectivas soberanías locales, sino que nuestro régimen federativo los autoriza
expresamente a actualizar y realizar el sistema de garantías en el ámbito de las jurisdicciones
locales.
A diferencia de otros sistemas jurídicos con medios de control constitucional, el juicio de amparo
no anula ni deroga la ley que es impugnada y que los tribunales declaran inconstitucional, sino
que el quejoso es otorgado protección en contra de dicha ley de manera particular, bajo el
principio de relatividad de las sentencias (efecto inter partes). Solamente el quejoso que obtenga
la protección constitucional contra el acto o ley impugnado, sin que dicha protección se pueda
hacer extensiva a otras personas. Sin embargo, a través de jurisprudencia, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación al resolver los juicios de amparo en última instancia puede declarar la
inconstitucionalidad de una ley, lo que obligaría a los tribunales de menor jerarquía a aplicar la
jurisprudencia al resolver juicios sobre el mismo tema.
Bibliografía [editar]
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AMPARO, MEXICO, D.F.:
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INTRODUCCION AL
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ISBN 970-07-3794-2.
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(2003), MANUAL DEL
JUICIO DE AMPARO,
MEXICO, D.F.:
EDITORIAL THEMIS.
ISBN 968-454-451-0.
Proceso Constitucional
Se identificaba la Jurisdicción Constitucional como la potestad que tenían los jueces y tribunales
de pronunciarse sobre temas constitucionales. Esta potestad no la otorgan a los jueces las leyes
que regulan su función sino que, a diferencia de sus facultades normales, es otorgada por la
misma Constitución. Per Saltum. A menudo el mundo jurídico ha utilizado estas expresiones
para referirse a un puente de las las instancias procesales previstas, por medio del cual una causa
pasa del tribunal inferior a la Corte Suprema sin recorrer una o más instancias intermedias, como
una excepción al trámite procesal normal. El derecho a obtener sentencia del juez competente en
un expediente judicial en un plazo razonable. Ver Art. 8 inc. 1º y 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos. Ante situaciones de excepcionalidad, en las cuales las instituciones de
la República están en juego, las vías judiciales ordinarias son medios fútiles de acción y la
institución de Per Saltum aparece como única solución.
Capelletti dividía la jurisdicción constitucional en tres campos:
Jurisdicción Constitucional
de la Libertad: formada por
los procesos
constitucionales cuya
finalidad es la protección de
los derechos fundamentales
de las personas o
"libertades". Entre estas
garantías se encuentran el
Hábeas Corpus, la Acción
de Amparo, el Hábeas data y
la Acción de Cumplimiento.
Jurisdicción Constitucional
Orgánica: formada por los
procesos constitucionales
cuya finalidad es la
protección de la estructura
jerárquica normativa
establecida. Entre estos
procesos se encuentran la
Acción de
Inconstitucionalidad, la
Acción Popular, y la Acción
Contenciosa Administrativa.
Jurisdicción Constitucional
Internacional: formada por
los mecanismos
internacionales que protegen
los derechos humanos.
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Referencias [editar]
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DALLA VIA, Miguel Angel
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de Derecho Constitucional,
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1178-04-9.
EKMEKDJIAN, Miguel
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NINO, Carlos Santiago
(2000), Fundamentos de
derecho constitucional,
Buenos Aires: Astrea.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Proceso_Constitucional"
Recurso de amparo
El recurso de amparo o acción de amparo es la demanda jurídica que tutela los derechos
constitucionales del ciudadano y se envía al Tribunal Constitucional o Corte Suprema,
cumpliendo una doble función de protección al ciudadano en sus garantías fundamentales y a la
propia constitución al garantizar la inviolabilidad de sus preceptos ya sea por normas generales
contrarias a dichos preceptos o por actos de autoridad que vulneren el contenido o los derechos
fundamentales reconocidos en la Constitución.
Este recurso es una acción judicial cuyo objetivo consiste en proteger todos los derechos
diferentes de la libertad física (estos se encuentran protegidos específicamente por el habeas
corpus)
Así como el habeas corpus garantiza el ejercicio de la libertad física o ambulatoria, el amparo
tiende a garantizar cualquiera de los derechos fundamentales. De modo que puede recurrir a esta
acción quien se vea privado de ejercer cualquiera de los derechos reconocidos expresa o
implícitamente por la constitución, un tratado o ley.
Amparo en México
El amparo en México a diferencia de otros paises, el efecto de las sentencias no tendrá efectos
generales, sólo afectará a las partes que intervinierón en juicio.
Referencias [editar]
SAGÜES, Néstor P. (2007),
La Acción de Amparo. 5ª
Edición, Buenos Aires:
Editorial Astrea. ISBN 978-
950-508-762-4.
Tribunal Constitucional
Un Tribunal o Corte Constitucional es aquel órgano que tiene a su cargo, principalmente, hacer
efectiva la primacía de la Constitución. Tiene la atribución de revisar la adecuación de las leyes,
y eventualmente de los proyectos de ley y los decretos del poder ejecutivo, a la Constitución,
realizando un examen de constitucionalidad de tales actos.
Teorías más recientes, sostienen que la tarea del Tribunal Constitucional es ejercer una función
jurisdiccional, resolviendo conflictos de carácter constitucional, que puede incluye la revisión de
la actuación del poder legislativo, la protección de los derechos fundamentales y la distribución
de competencias entre los poderes constituidos.
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Paternalismo
E-gobierno Pluripartidismo
Estado socialista Plutocracia
G Presidencialismo
Gerontocracia
Regímenes de excepción
El Estado que se encuentre en esta situación declara un régimen de excepción durante el cual se
suspende el libre ejercicio de algunos derechos por parte de los ciudadanos. El control del orden
interno pasa a ser controlado por las Fuerzas Armadas.
Estado de emergencia
El Estado de Emergencia es uno de los regímenes de excepción, junto con el Estado de Sitio,
que puede dictar el gobierno de un país en situaciones excepcionales.
Este estado se dicta, generalmente, en caso de perturbación de la paz o del orden interno de un
estado, ya sea a consecuencia de catástrofes o graves circunstancias políticas o civiles que
afectan e impiden la vida de la Nación.
En España, hay tres grados de estado de emergencia: alerta, excepción y sitio. Están recogidos en
la constitución (artículo 116), la cual limita los derechos que pueden ser suspendidos. Sin
embargo, su regulación está establecida por la Ley Orgánica 4/1981. Información sobre el tema
del Ministerio de Defensa.
Durante estos estados no puede disolverse el Congreso. Los demás poderes constitucionales del
Estado, no pueden tampoco interrumpirse. Si el Congreso estuviera disuelto o hubiera expirado
su mandato, las competencias del Congreso serían asumidas por su Diputación Permanente.
Catástrofes, calamidades o
desgracias públicas, tales
como terremotos,
inundaciones, incendios
urbanos y forestales o
accidentes de gran
magnitud.
Crisis sanitarias, tales como
epidemias y situaciones de
contaminación graves.
Situaciones de
desabastecimiento de
productos de primera
necesidad.
Paralización de servicios
públicos esenciales para la
comunidad y concurra
alguna de las anteriores
circunstancias o situaciones.
El estado de sitio es declarado por la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, a
propuesta exclusiva del Gobierno. El Congreso debe determinar el ámbito territorial, duración y
condiciones del estado de excepción.
Se declara cuando se produzca o amenace producirse una insurrección o acto de fuerza contra la
soberanía o independencia de España, su integridad territorial o el ordenamiento constitucional,
que no pueda resolverse por otros medios.
Perú [editar]
Libertad de tránsito
Libertad de reunión
Inviolabilidad de las
comunicaciones
Inviolabilidad del domicilio
Detención por orden de juez
Estado de alarma
El Gobierno, en uso de las facultades que le otorga el artículo 116.2, de la Constitución, puede
declarar el estado de alarma, en todo o parte del territorio nacional, cuando se produzca alguna
de las siguientes alteraciones graves de la normalidad:
Catástrofes, calamidades o
desgracias públicas, tales
como terremotos,
inundaciones, incendios
urbanos y forestales o
accidentes de gran
magnitud.
Crisis sanitarias, tales como
epidemias y situaciones de
contaminación graves.
Situaciones de
desabastecimiento de
productos de primera
necesidad.
Paralización de servicios
públicos esenciales para la
comunidad y concurra
alguna de las circunstancias
o situaciones anteriores.
Ley Orgánica 4/81 de 1 de junio, de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio Publicada en el
B.O.E. núm. 134 de 5 de junio de 1981
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Estado_de_alarma"
Ley marcial
En este sentido, la ley marcial se impone cuando es necesario apoyar las actividades de
autoridades y organizaciones militares. Esto ocurre cuando hay necesidades calificadas como
"urgentes", en las cuales las instituciones ordinarias de justicia no funcionan o si tales
instituciones se estiman lentas o débiles para mantener el control de la nueva situación. La meta
de la ley marcial es preservar el orden durante una emergencia.
En general, la ley marcial implica una limitación y suspensión de algunos de los derechos que el
ordenamiento garantiza al individuo, además de aplicar procesos sumarios en los juicios, y
castigos severos más allá de los que se imponen en situaciones normales. En muchos casos de
ley marcial, la pena de muerte es impuesto para crímenes que normalmente no serían crímenes
capitales, como el saqueo o robos en caso de catástrofes. Los llamados normalmente a ejercer la
ley marcial son los tribunales militares.
Por decisiones de la Corte Suprema de los Estados Unidos en casos ocurridos durante la Guerra
de Secesión y la Segunda Guerra Mundial, se sostuvo que no era posible aplicar la ley marcial en
caso de existir y estar operativos los juzgados civiles llamados a dictar justicia (Caso ex Parte
Milligan de 1866). La ley marcial es la imposición del estado militar, en el cual todos los civiles
nos convertimos en militares, sometidos a sus leyes.
Medidas prontas de seguridad, en Uruguay, son los poderes de emergencia del Poder Ejecutivo
que prevé la Constitución.
17) Tomar medidas prontas de seguridad en los casos graves e imprevistos de ataque exterior o
conmoción interior, dando cuenta, dentro de las veinticuatro horas a la Asamblea General, en
reunión de ambas Cámaras o, en su caso, a la Comisión Permanente, de lo ejecutado y sus
motivos, estándose a lo que éstas últimas resuelvan.
En cuanto a las personas, las medidas prontas de seguridad sólo autorizan a arrestarlas o
trasladarlas de un punto a otro del territorio, siempre que no optasen por salir de él. También esta
medida, como las otras, deberá someterse, dentro de las veinticuatro horas de adoptada, a la
Asamblea General en reunión de ambas Cámaras o, en su caso, a la Comisión Permanente,
estándose a su resolución.
El artículo 31 [editar]
Suspensión de la seguridad individual: "La seguridad individual no podrá suspenderse sino con
la anuencia de la Asamblea General, o estando ésta disuelta o en receso, de la Comisión
Permanente, y en el caso extraordinario de traición o conspiración contra la patria; y entonces
sólo para la aprehensión de los delincuentes, sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso 17 del
artículo 168".
En el período dictatorial (1973-1985), sólo se usó en una oportunidad las medidas de seguridad,
frente a una eventual crisis bancaria.
Desde el restablecimiento de la vigencia de la Constitución y del Estado de Derecho (1985), no
han sido utilizados estos institutos
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Medidas_prontas_de_seguridad"
Estado de sitio
También se refiere a la medida que adopta el poder público para reforzar las facultades del poder
ejecutivo en desmedro de las garantías individuales, a fin -y a veces so pretexto- de mantener el
orden interior en casos de revuelta dentro de la nación o de una parte de ella o de agresión
exterior.
El estado de sitio representa un concepto equivalente al de estado de guerra, y por ello se dan a
las fuerzas armadas facultades preponderantes para los actos de represión. Durante el 'estado de
sitio' quedan en suspenso las garantías constitucionales, con mayor o menor extensión, según las
legislaciones. En algunas de ellas, como sucede en la Argentina, se autoriza al jefe de Estado a
detener a las personas y a trasladarlas de un punto a otro de la nación, salvo que prefieran salir
del territorio nacional.
La declaración del 'estado de sitio' representa, en el Derecho Político, una institución muy
discutida, no porque se desconozca la necesidad de su implementación en momentos
determinados, si no por los abusos a que se presta por parte del poder ejecutivo.
Este estado se dicta, generalmente, en caso de invasión, guerra exterior, guerra civil o peligro
inminente de que se produzcan.
Tabla de contenidos
[ocultar]
1 Regulación por países
o 1.1 Argentina
o 1.2 España
o 1.3 Perú
2 Véase también
En Argentina el estado de sitio se declara en caso de conmoción interior o de ataque exterior que
pongan en peligro el ejercicio de la Constitución y de las autoridades creadas por ella, en la
provincia o territorio en donde exista la perturbación del orden, quedando suspensas allí las
garantías constitucionales. Pero durante esta suspensión no podrá el presidente de la Nación
condenar por sí ni aplicar penas. Su poder se limitará en tal caso respecto de las personas, a
arrestarlas o trasladarlas de un punto a otro de la Nación, si ellas no prefiriesen salir fuera del
territorio argentino.
En caso de ataque exterior corresponde al Senado autorizar al presidente de la Nación para que
declare en estado de sitio, uno o varios puntos de la República.
En caso de conmoción interior, es atribución del Congreso declarar en estado de sitio uno o
varios puntos de la Nación, y aprobar o suspender el estado de sitio declarado, durante su receso,
por el Poder Ejecutivo.
El Poder Ejecutivo declara en estado de sitio uno o varios puntos de la Nación, en caso de ataque
exterior y por un término limitado, con acuerdo del Senado. En caso de conmoción interior sólo
tiene esta facultad cuanto el Congreso está en receso, porque es atribución que corresponde a este
cuerpo.
Aún durante la vigencia del estado de sitio la acción de hábeas corpus podrá ser interpuesta por
el afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá de inmediato.
España [editar]
El estado de sitio será declarado por el Congreso de los Diputados por mayoría absoluta, a
propuesta exclusiva del Gobierno, conforme determina en su artículo 116.4 la Constitución, que
a su vez remite a una ley orgánica para regular los estados de alarma, de excepción y de sitio, así
como las competencias y limitaciones correspondientes (Ley Orgánica 4/1981).
Esta normativa legal precisa que el Gobierno podrá proponer al Congreso de los Diputados la
declaración de estado de sitio «cuando se produzca o amenace producirse una insurrección o acto
de fuerza contra la soberanía o independencia de España, su integridad territorial o el
ordenamiento constitucional que no pueda resolverse por otros medios» (art. 32). «La
correspondiente declaración —añade— determinará el ámbito territorial, duración y condiciones
del estado de sitio».
El Congreso de los Diputados podrá asimismo determinar en esa declaración «los delitos que
durante su vigencia quedan sometidos a la Jurisdicción Militar» (art. 35). En esas circunstancias,
el Gobierno, que dirige la política militar y de la defensa, asumirá todas las facultades
extraordinarias previstas en la Constitución y en la citada Ley Orgánica de Estados de Alarma, de
Excepción y de Sitio y designará la autoridad militar que, bajo su dirección, haya de ejecutar las
medidas que procedan en el territorio a que el estado de sitio se refiera (art. 33 de la L. O.
4/1981).
La autoridad militar publicará y difundirá oportunamente los bandos con las medidas y
prevenciones necesarias, de acuerdo con la Constitución, la referida Ley Orgánica 4/1981 y las
condiciones reflejadas en la declaración del estado de sitio. Durante el tiempo en que
permanezca vigente esa situación excepcional, la citada Ley Orgánica 4/1981 determina que las
autoridades civiles continuarán en el ejercicio de las facultades que no hayan sido conferidas a la
autoridad militar, a la que darán las informaciones que ésta le solicite y cuantas noticias
referentes al orden público lleguen a su conocimiento (art. 36). Fuente: Ministerio de Defensa de
España
Perú [editar]
Al declararse el estado de sitio, el Congreso se reúne de pleno derecho y cualquier prórroga del
plazo debe contar con su aprobación. No existe límite de prórrogas.
Toque de queda
Un toque de queda se refiere al establecimiento de una cierta hora del día, en ciertas ciudades o
estados y por diversos motivos, a partir de la cual se prohíbe o advierte a sus ciudadanos la libre
circulación por vías públicas. Normalmente es una medida gubernativa que, en circunstancias
excepcionales, prohíbe el tránsito o permanencia en las calles de una ciudad durante
determinadas horas, generalmente nocturnas.
Carta Magna
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La Carta Magna ("Gran Carta" en latín), también conocida como Magna Carta Libertatum, es
un documento inglés de 1215 que limitó el poder de los monarcas de Inglaterra, especialmente el
del rey Juan sin Tierra, que la firmó, impidiendo así el ejercicio del poder absoluto. Fue el
resultado de los desencuentros entre Juan, el Papa y los nobles ingleses sobre las prerrogativas
del soberano. De acuerdo a los términos de la Carta Magna, Juan debía renunciar a ciertos
derechos y respetar determinados procedimientos legales, reconociendo que la voluntad del rey
estaría sujeta a la ley. Se considera a la Carta Magna como el primer capítulo de un largo proceso
histórico que llevaría al surgimiento del constitucionalismo.
Control de constitucionalidad
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Dicho control es aplicado sobre las normas de rango inferior de la Constitución de un Estado,
debe tomarse en cuenta que se entiende por tal tipo de normas a las leyes emanadas del seno de
la representación nacional de un país, y los decretos y/o resoluciones de la Administración
Pública centralizada o descentralizada. También este procedimiento jurídico recae sobre
resoluciones emanadas por los tribunales.
Tabla de contenidos
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1 Modelos de control
2 Control de constitucionalidad por país
o 2.1 Colombia
3 Bibliografía
4 Véase también
El Control Difuso o modelo americano Judicial Review, el cual fue creado en 1806 por el Juez
Marshall de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América al establecer que no habrá
norma legal que pueda abrogar o modificar una norma de carácter constitucional. El Control
Difuso consiste en que todo juez tiene capacidad para pronunciarse sobre la inconstitucionalidad
de una norma o una resolución, siendo obligatoria su decisión solamente para las partes y tendrá
características relativas únicamente al litigio, pudiendo ser dicha decisión utilizada como
referencia para futuros casos similares, siguiendo el típico modelo del Common Law.
El Control Concentrado o modelo europeo, el cual fue propuesto por Hans Kelsen en la primera
mitad del siglo XX, en donde este ilustre jurista, al proclamar la superioridad de la norma
constitucional sobre todo el universo normativo, planteó la creación de un órgano colegiado
especializado(tribunal constitucional)que se encargue de conocer temas y controversias relativos
al cumplimiento de los preceptos tutelados por la Carta Magna y que este sea el interprete
exclusivo de las normas constitucionales, siendo su decisión de carácter obligatorio, pudiendo
dictar por motivo propio (ex oficio) la inconstitucionalidad de una norma. Dicho modelo fue
adoptado plenamente por los países europeos, siendo el primer país en conformar un tribunal de
dichas características, Austria en 1920.
Actualmente, la mayoría de países utilizan de manera mixta o dual ambos modelos, de acuerdo a
su realidad concreta.
Este control es una herramienta utilizada en especial en países como Colombia, (los llamados
países semiperiféricos), y hace referencia a la llamada Judicial Review, que tiene como objetivo
el revisar si las decisiones judiciales y en general las decisiones y fallos emitidos por las
instituciones se ciñen a la Constitución. Esta en Colombia Corresponde a la Corte
Constitucional, creada a partir de la Constitución Política de 1991. Tiene como objetivos los de
resolver y prevenir injusticias y desigualdades sociales ya que hace cumplir la Constitución que
contiene los Derechos Fundamentales, y de este modo asegura un justo trato a los sectores más
desaventajados a través de la plena representación de grupos internamente homogéneos, es decir
de la representación de minorías, oponiendo un obstáculo a la discriminación.
Aún los aspectos positivos y los efectos en la emancipación social del Control de
Constitucionalidad, podemos aún preguntarnos si no sería también muy efectivo crear un medio
de control para lo referente a la política de modo que la Corte Constitucional pueda seguir siendo
igualmente efectiva y concentrarse plenamente en el control de constitucionalidad en lo judicial.
Bibliografía [editar]
Uprimny, Rodrigo, García-
Villegas, Mauricio, Corte
Constitucional y
Emancipación Sociale en
Colombia, Grupo
editorial:Norma. ISBN.
Gargarella, Roberto (AÑO),
Derecho y grupos
desaventajados, Editorial:
Gedisa. ISBN.
Convención constitucional
Una convención constitucional es un encuentro político, que tiene como objetivo redactar una
constitución nueva o revisar una ya existente. Se realiza una convención constitucional general
para crear la primera constitución de una entidad política o para sustituir una preexistente,
mientras que una convención constitucional limitada se realiza para revisar una constitución ya
existente.
Crisis constitucional
Crisis constitucional es la crisis política que afecta a la vigencia y continuidad de las leyes
fundamentales, como la Constitución. Dependiendo del grado de flexibilidad de ésta, el cambio
de constitución puede implicar una discontinuidad en la legalidad que tenga problemas políticos.
La transición española puede entenderse como una crisis constitucional entre las Leyes
Fundamentales del Movimiento y la Constitución española de 1978.
Enmienda transaccional
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Las enmiendas transaccionales pueden ser aceptadas o no por aquellos que presentaron las
enmiendas originales. En el caso que sean aceptadas las enmiendas originales son retiradas y se
vota exclusivamente la enmienda transaccional. Dependiendo de los reglamentos del órgano que
adoptará el texto, en caso de no ser aceptada la enmienda transaccional por los grupos ponentes,
ésta puede ser votada como otra enmienda más, o puede ser desechada.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Enmienda_transaccional"
Fuero parlamentario
En un comienzo, no dejaba de ser habitual que cuando un parlamentario se oponía a los deseos
del rey, éste buscase excusas para, utilizando el poder ejecutivo, le acusase de algún tipo de
delito y buscase apartarle de la vida pública. Como forma de evitar estas injerencias, se
establecieron medidas que impedían que pudiese ser encausado ningún parlamentario si
previamente el propio Parlamento no daba su visto bueno y que, en el caso de ser encausado,
estuviese sometido a algún orden jurisdiccional específico (normalmente el Tribunal de mayor
jerarquía).
Inviolabilidad: Es necesario
solicitar el permiso del
propio Parlamento para
poder encausar a un
parlamentario. El permiso se
solicita a través del
suplicatorio.
Fuero específico: Los
parlamentarios deben ser
juzgados en el Tribunal
Supremo. Se ha criticado en
ocasiones que esto puede
vulnerar el derecho de
apelación en segunda
instancia.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Fuero_parlamentario"
Función administrativa
Tabla de contenidos
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1 Definiciones de la función administrativa
o 1.1 Teoría subjetiva
o 1.2 Teoría objetiva
o 1.3 Teoría mixta
Pone énfasis en el órgano que realiza la función. Según esta teoría, la función administrativa
abarca la actividad del Poder ejecutivo y la de los órganos descentralizados que de él dependan.
Sin embargo, dicha postura acabó por volverse insostenible al no reconocer que otros órganos
también administraban en forma permanente, por lo que cayó en desuso esta concepción.
Hace hincapié en el tipo de función, más precisamente en las características que hacen a la
actividad administrativa. Es una definición analítica, entiende que es materia administrativa toda
actividad permanente, continua, concreta, práctica e inmediata. Se vuelve también insostenible,
porque hay actividades que son eminentemente administrativas y que no tienen estas
características, por ejemplo, los reglamentos no son concretos sino generales.
Haciendo una mixtura de las anteriormente mencionadas sostiene que es función administrativa
la que realiza el órgano ejecutivo y también la que realizan los otros dos órganos que escapa a
sus funciones específicas (legislar -en el legislativo- o aplicar el Derecho -en el judicial-).
Similar a la anterior, pero se prescinde del órgano que la realiza. Con simpleza y precisión la
función administrativa es la que no es Legislativa ni Judicial.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Funci%C3%B3n_administrativa"