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CARTILLA DE ADORACIÓN

1. Canción Inicial (Llamado)

Soy Jesús Eucaristía

Cuenta la leyenda
de un Jesús estaba solo,
triste y moría poco a poco
con el tiempo,
permanecía frágil,
sin amigos solamente
existía su soledad y
su ansiosa compañía.

Y de pronto una luz


Iluminó su corazón
descuidado y afligido
que gritaba de alegría.
De pronto una luz
Iluminó su corazón
Y su alma me decía:
“¡Soy Jesús Eucaristía!”

Y aquí está Jesús,


iluminando nuestras vidas,
estando junto a nosotros,
cantando de alegría
y su casa vacía ya no está.
Jesús nos invita a pasar
Jesús nos dice: “Entra ya”

2. Oración Inicial (Escucha)

Oración ante el Santísimo Sacramento


(Beato Juan Pablo II)

Señor Jesús:
Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos.
Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de Dios
(Jn. 6,69). Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa
como comunión y donación de todo lo que eres. ¡Aumenta nuestra fe!
Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al Padre para decirle
nuestro SÍ unido al tuyo. Contigo ya podemos decir: Padre nuestro. Siguiéndote a ti, camino,
verdad y vida, queremos penetrar en el aparente silencio y ausencia de Dios, abriendo las nubes
del Cielo para escuchar la voz del Padre que nos dice: Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi
complacencia: Escuchadlo (Mt. 17,5). […]

Tú superas la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras; por eso queremos


aprender a adorar admirando el misterio, amándolo tal como es, y callando con un silencio de
amigo y con una presencia de donación. […]
Aprendiendo este más allá de la adoración, estaremos en tu intimidad o misterio. Entonces
nuestra oración se convertirá en respeto hacia el misterio de cada hermano y de cada
acontecimiento para insertarnos en nuestro ambiente familiar y social y construir la historia con
este silencio activo y fecundo que nace de la contemplación. […]
Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu Palabra, para
transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos. Amén.

3. Meditación (Encuentro)

¿Qué hace y qué dice el Corazón de Jesús en el Sagrario?


(Beato Manuel González García)

El Corazón de Jesús en el Sagrario me mira.


Me mira siempre.
Me mira en todas partes…
¿Por qué?
Porque me quiere, y los que se quieren ansían mirarse. Él nos quiere con un cariño tan grande
como su poder, y su poder ¡no tiene límites! ¡Un cariño omnipotente!
¿Cómo me mira el Corazón de Jesús desde la Eucaristía?
Una es la mirada para los amigos que aún no han caído; otra es para los amigos que están cayendo
o acaban de caer, pero quieren levantarse; y la otra para los que cayeron y no se levantarán
porque no quieren…

Pregunto de nuevo al Sagrario: ¿Cuál es una de tus constantes ocupaciones?


Y Él me responde: ¡Escuchar siempre!
Mira pues, son tres cosas que nos las hace nadie en el mundo: escuchar siempre, escuchar a todos
y escuchar todo. Y, sin embargo, nuestro corazón y nuestra cabeza reclaman, piden con exigencia
siempre un oído benévolo.
Por ello déjame decirte, que hay alguien que no encuentra oídos que recojan sus enseñanzas, sus
desventuras y sus quebrantos; sin poder depositar el ¡ay! de su lamento en un oído compasivo. La
soledad, la aterradora soledad, perdería la mitad por lo menos de sus temores si el que la sufre
encontrara quién pudiera escucharlo.
¿No crees que él te llama porque quiere escucharte y quiere que lo escuches?

En este Sagrario, Él esta en un nuevo Calvario, solo y abandonado. Sin embargo, Él no quiere que
impidamos sus sufrimientos, sino que lo glorifiquemos en este suplicio. Pensémoslo un poco:
nuestro corazón, eminentemente humano, vería con más gusto a la Verónica tapándole la boca
que iba a escupir a su Señor con una fuerte bofetada, antes que con su velo enjugue las salivas
arrojadas a su rostro. O tal vez, enardecería ante la Magdalena arrancando de la mano del verdugo
la lanza con que iba a herir a su Señor, que echada a los pies de la cruz. Y no hubiera cuadrado
mejor, si entre los golpes de los crucificadores y las manos del Hijo se hubieran interpuesto la de la
Madre? A pesar de ello, esa no fue su misión en el Calvario. Él quiso y quiere de nosotros que nos
pongamos allí, estemos muy de cerca, pegados a Él y hacer lo mismo que aquellos que estuvieron
hasta el final con Él: darle gloria cuando nuestros hermanos le dan pasión.

La Eucaristía es un amor mucho mayor, infinitamente mayor que el mayor amor entre los
hombres. Eucaristía es dar la vida por los amigos y por los enemigos, no una vez sino innumerables
veces. ¡Este sí que es el mayor amor perpetuado en una locura!

4. Acción (Respuesta)

En este momento nos disponemos escribir lo que deseamos decirle a Él, que esta aquí mirándonos
y escuchándonos, con el mayor Amor que puede haber. (Música de fondo)

5. Oración de Salida (Misión)

Al Amor de los amores: Jesús Sacramentado


Santa Teresa de Lisieux

Sagrario del Altar el nido de tus más tiernos y regalados amores. Amor me pides, Dios mío, y amor
me das; tu amor es amor de cielo, y el mío, amor mezclado de tierra y cielo; el tuyo es infinito y
purísimo; el mío, imperfecto y limitado. Sea yo, Jesús mío, desde hoy, todo para Ti, como Tú los
eres para mi. Que te ame yo siempre, como te amaron los Apóstoles; y mis labios besen tus
benditos pies, como los besó la Magdalena convertida. Mira y escucha los extravíos de mi corazón
arrepentido, como escuchaste a Zaqueo y a la Samaritana. Déjame reclinar mi cabeza en tu
sagrado pecho como a tu discípulo amado San Juan. Deseo vivir contigo, porque eres vida y amor.
Por sólo tus amores, Jesús, mi bien amado, en Ti mi vida puse, mi gloria y porvenir. Amén.

6. Canto Final (Misión)


Pescador de hombres

Tú has venido a la orilla


no has buscado ni a sabios ni a ricos
tan sólo quieres, que yo te siga.

Señor me has mirado a los ojos


sonriendo has dicho mi nombre
en la arena, he dejado mi barca
junto a ti, buscaré otro mar.

Tú sabes bien lo que tengo


en mi barca no hay oro ni espadas
tan sólo redes y mi trabajo.

Tú necesitas mis manos


mi cansancio que a otros descanse
amor que quiera seguir amando.

Tú pescador de otros lagos


ansia eterna de almas que esperan
amigo bueno que así me llamas.

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