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Analisis Del Comportamiento Humano

Doctorado en Ciencias de la Educación

Paula Andrea Acevedo Gómez


MDO18016/31426387

Ensayo Factores Biológicos, Cognitivos y


Afectivos
Unidad 1: Factores Biológicos y Afectivos

Mabel Guadalupe Haro Peralta


Mayo 18 de 2018
COMPORTAMIENTO DEL SER HUMANO DESDE LA
PERSPECTIVA BIOLÓGICA, AFECTIVA Y COGNITIVA

Ensayo

Iniciaré con un texto extraído del libro Despertando al gigante interior de Tony Robbins (1992)
Los seres humanos no somos criaturas aleatorias; Todo aquello que hacemos, lo
hacemos por alguna razón. Es posible que no seamos conscientes de la razón, pero no
cabe la menor duda de que detrás de todo comportamiento humano hay siempre una
sola fuerza impulsora. Esa fuerza afecta a cada una de las facetas de nuestras vidas,
desde las relaciones y las finanzas, hasta nuestros cuerpos y cerebros. ¿Qué es esa
fuerza que le controla a usted, incluso ahora, y que continuará controlándole durante el
resto de su vida? ¡El dolor y el placer! Todo aquello que hacemos usted y yo, lo
hacemos o bien por una necesidad de evitar el dolor, o por un deseo de obtener placer.
(Robbins, 1992) (p. 34).

Hablar del comportamiento humano conlleva a hacer un análisis profundo de cada uno de los
aspectos que son inherentes al mismo, aspectos que van desde su concepción en la historia,
como la que se produce biológica y socialmente. El ser humano es tan complejo que se han
formulado diferentes teorías desde cada uno de los aspectos antes mencionados. Hasta el
momento no se puede hablar de una en definitiva, por lo tanto al trancurrir de la lectura se irá
abordando cada una de ellas a partir de las diferentes dimensiones que conformarn el ser
humano, como lo son la cognición, el afecto y la genética.

Es muy común escuchar en algunas personas que dicen “ese mal genio se lo heredó al padre”
o “es tímida como la madre”, entonces si esas afirmaciones fueran ciertas, podría decirse que
un determinado comportamiento ha sido transmitido genéticamente de los padres a los hijos,
sin embargo, algunas conductas sí han sido posible comprobar científicamente que se han
originado por la transmisión de algunos genes mutantes o alteraciones presentadas en la
cantidad de cromosomas, tal es el caso de algunas psicopatologías, entre las que se pueden
mencionar las conductas agresivas, en donde se producen alteraciones al metabolismo
cerebral ocasionado por un gen mutante, la Universidad de California identificó que la soledad,
principal detonante de la depresión, tiene una base genética de entre 37 y 55%, y los genes
que pueden estar relacionados corresponden a neurotransmisores, como dopamina, serotonina
y oxitocina (Ramírez Villatoro & Soberón Mainero, 2014), componentes que han sido
transmitidos de padres a hijos. Otros deseordenes comportamentales han podido ser

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explicados desde la base científica, algunos relacionados con el abuso de sustancias
psicoactivas de los padres antes de la concepción, lo que llevaría a la reflexión que el cuidado
de la madre repercute en el bienestar y en la vida saludable de sus hijos.

Los seres humanos aún al ser una sola especie, cada uno de los individuos es diferente, cada
uno posee una información genética propia, información que también está influenciada por el
ambiente en el que se desarrolla la persona, pues muy claramente observamos como los seres
humanos tienen ciertos rasgos característicos dependendiendo del lugar donde se han
desarrollado, los asiáticos por ejemplo, se identifican fácilmente por su color de piel y la
característica de sus ojos rasgados. Lo anterior lleva a pensar entonces que el ambiente juega
un papel muy importante en el desarrollo del comportamiento humano, si éste es favorable,
entonces un niño aunque tenga una alteración genética que le ocasione episodios de
agresividad, hiperactividad, entre otros, logrará modificar su comprotamiento, y aún, si se
tratara de un niño completamente normal, se podría afirmar que el ambiente es un generador
de positivos o negativos estímulos que determinan o modifican ciertas conductas en los seres
humanos.

De otro lado, (Crichton, s.f) afirma que:


Nacer en un estado tan inmaduro implica que los niños no tienen el cerebro plenamente
formado. No llegan al mundo con demasiado comportamiento instintivo incorporado.
Instintivamente un recién nacido puede succionar y agarrar, pero no mucho más. El
complejo comportamiento humano no tiene nada de instintivo. Así que las sociedades
humanas deben desarrollar un sistema educativo para adiestrar los cerebros de los niños,
para enseñarles a comportarse. Toda sociedad humana destina una considerable cantidad
de tiempo y energía a enseñar a sus niños un comportamiento adecuado. (p. 3)

El texto anterior nos traslada entonces a las teórias cognitivas del comportamiento humano, en
donde se debe iniciar hablando, precisamente con la evolución sufrida al ser humano desde la
prehistoria, pues a diferencia de las demás especies, la nuestra lo hizo al incrementar el
tamaño del cerebro y esto según los estudiosos, se debió al inicio de la marcha en pies y a la
utilización de sus manos en labores propias de alimentación; otro factor asociado a la evolución
se le atribuye a la producción del lenguaje, con el cual se empezó a socializar y lo que permitió
que su desarrollo cognitivo se hiciera cada vez más evidente. Con lo expuesto anteriormente,

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puede inferirse que el desarrollo cerebral está íntimamente ligado con la inteligencia y a su vez
con la capacidad para interrelacionarse con otros.

Un niño al nacer, como lo expone Crichton, solo trae consigo algunos reflejos que le permiten
subsistir, es el contacto y con sus padres y con el medio que lo rodea lo que le permite que
aprenda determinadas acciones o movimiento que hacen que se establezca una comunicación
que inicialmente es afectiva, pero que con el paso de los años será de cualquier índole y con
otros seres que no son propiamente cercanos a él. Cuando el niño empieza a crecer, sus
etapas están marcadas por diferentes características propias de cada una, lo que Piaget
denominó etapas del desarrollo cognitivo, por las cuale todos los seres humanos pasamos en
la medida en que crecemos y nos desarrollamos. Piaget consideraba que los patrones de
pensamiento y comportamiento de los más jóvenes son cualitativamente distintos con respecto
a los de los adultos, y que cada etapa del desarrollo define los contornos de estas maneras de
actuar y sentir. A su vez, propone la teoría del aprendizaje en la cual, “el aprendizaje es un
proceso que sólo tiene sentido ante situaciones de cambio” (Regader, 2018)

Lo anterior cobra sentido si se tiene en cuenta que los seres humanos están en constante
cambio, no puede asegurarse que una persona es siempre la misma en el transcurso de su
vida, pues ciertas circunstancias podrían llevarlo a mostrar determinados cambios. Entonces,
si se quiere formar personas socialmente aceptadas, con determinada capacidad intelectual, se
les deben ofrecer algunas estrategias, pues hasta ahora no se ha descubierto el gen de la
inteligencia, sino que se ha establecido la necesidad de entrenarla, producirla y mejorarla, y
esto tal vez se logra no solo con la interacción con otros, sino con el establecimiento de hábitos
apropiados en la familia. Ahora bien, ¿Qué tiene que ver el desarrollo del cerebro, de la
inteligencia con el comportamiento humano y con el establecimiento de relaciones
interpersonales?. Como se ha dicho desde el inicio, el ser humano no puede verse
fragmentado, es un ser íntegro y desde esa perspectiva se debe abordar entonces no sería
coherente analizar por separado cada una de sus dimensiones, para darle respuesta al
interrogante, entonces se recurre a la biología y a la psicología y nos encontramos con la
psicobiología, la cual ha permitido diseñar un mapa del cerebro donde puede inferirse la
localización de sistemas, mecanismos, estructuras o redes neuronales específicas
responsables de numerosas funciones cerebrales como el lenguaje, la audición, la visión, el
movimiento, la sensación, la percepción, la memoria, las emociones, e incluso características

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de nuestra personalidad como el control de impulsos o la capacidad para planificar y organizar
la consecución de nuestros objetivos y logros. (Chamizo & Rivera Urbina, 2012) (p.79)

Es momento entonces de hablar del papel importante que juega la expresión emocional y los
estados motivacionales al momento de establecer relaciones, pues según la investigación
neurobiológica los centros cerebrales emocionales y cognitivos están intimamente
relacionados, lo que afirma la tesis que los seres humanos no pueden ser observados desde
una sola óptica. Desde el punto de vista afectivo, los seres humanos poseen una capacidad
invaluable de sentir, pensar y actuar, tres componentes que utilizados adecuadamente llevan
no solo a comprender el mundo y la realidad, sino a adaptarse al mismo con mayor facilidad.
El afecto permite que las relaciones se den con mayor facilidad, además, el trato afectuoso
logra que la comunicación sea asertiva y que el mensaje perdure en la memoria.

En el caso de la Educación afectiva, se han encontrado innumerables beneficios tanto para los
estudiantes como para los maestros, en el primer caso, una educación afectiva contribuye a
mejorar el rendimiento académico. Esto se debe a que un alumno que trabaja en un ambiente
de seguridad y afecto estará más capacitado para controlar el estrés y la ansiedad. Percibirá un
ambiente de confianza con su profesor y el resto de sus compañeros, y eso le facultará para
realizar una mejor gestión de sus emociones y, en definitiva, aumentar su estado de
bienestar. (Díaz, 2017). En el segundo caso, es decir los maestros, también encuentran
beneficios en la pedagogía afectiva, pues éste trabaja en un ambiente de seguridad y afecto
que le impulsa a ser más creativo, mejorando su rendimiento laboral. El educador desarrolla la
habilidad de entender los comportamientos de sus alumnos y eso le capacita para controlar
sus propios sentimientos y actuar de acuerdo a ese entendimiento.

A modo de conclusión

El comportamiento de los seres humanos está determinado por diversos factores: biológicos,
cognitivos y afectivos, los cuales impactan en la forma en cómo reaccionamos ante la
convivencia con otras personas. Si bien existen teorías para estudiar cada uno de los aspectos
antes mencionados por separado, es claro que no se pueden desligar unos de otros, pues al
hacerlo nos encontramos en que muchos aspectos convergen, finalmente logrando entender al
ser humano como un todo. Podría entonces hablarse del desarrollo del comportamiento

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humano como un proceso biológico, intervenido por el ambiente y el tipo de estímulos que éste
recibe, por ello es muy común hablar de la motivación que toda persona necesita para el
cumplimiento de sus logros, dicha motivación algunas veces es de tipo íntrinseca, relacionada
con los intereses personales, con los deseos de superación que cada uno tenga para sí, otras
veces la motivación es extrínseca, es allí donde juega un papel importante el medio y las
personas que rodean al ser humano en desarrollo.

Referencias Bibliográficas

Chamizo, M. A., & Rivera Urbina, G. N. (2012). Cerebro y Comportamiento: una Revisión.
Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento [en linea].

Ciompi, L. (2007). Sentimientos, afectos y lógica afectiva: Su lugar en nuestra comprensión del
otro y del mundo. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 27, 425-443.

Crichton, M. (s.f). Website official. Recuperado el 17 de Mayo de 2018, de


http://www.michaelcrichton.com/
Díaz, M. N. (2017). Entorno Socio Ambiental. Recuperado el 18 de Mayo de 2018, de
http://www.entornosocioambiental.com/el-poder-de-la-educacion-afectiva-en-el-
aprendizaje-del-alumnado/

Gámez, E., & Marrero, H. (2005). Bases cognitivas y motivacionales de la capacidad humana
para las relaciones interpersonales. Anuario de Psicología, 36(3).

Ochando, M. D. (s.f). Genes y Comportamiento de género: ¿Azar o necesidad? Madrid:


Universidad Complutense.

Ramírez Villatoro, G. (s.f.).

Ramírez Villatoro, G., & Soberón Mainero, X. (2014). Genética y comportamiento Humano.
Ciencia y Desarrollo, 6.

Regader, B. (2018). Psicología y Mente. Recuperado el 17 de Mayo de 2018, de


https://psicologiaymente.net/desarrollo/teoria-del-aprendizaje-piaget

Robbins, T. (1992). Despertando al gigante interior. New York: Ediciones Grijalbo.

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