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Catedral

De acuerdo a la historia, en el Inkario la Gran Plaza del Qosqo estuvo rodeada


por palacios de los Inkas, construidos para albergar a sus "panakas" o familias
reales extendidas; uno de aquellos palacios fue el Kiswarkancha perteneciente
al Inka Wiraqocha que en su costado oriental poseía un edificio de forma
circular denominado "Suntur Wasi" que era una especie de casa de armas y
escudos; sobre estas dos primigenias construcciones se encuentra la actual
Catedral y sus dos iglesias menores.

Después de la fundación española de la ciudad en 1534, se señaló también un


lugar para la construcción de la iglesia, lugar que correspondió al "Suntur
Wasi", donde efectivamente se edificó la antigua iglesia que era pequeña.
Posteriormente las necesidades de culto llevaron a adquirir los terrenos
próximos a la iglesia para la construcción de la actual Santa Basílica Catedral
que empezó en 1560, sobre un área de casi 4 mil m², con diseños originales
hechos por el arquitecto Juan Miguel de Veramendi. El Cabildo Eclesiástico de
la ciudad acordó con anterioridad el traslado de las piedras de la "fortaleza"
para la obra; es decir que se ordenó la demolición de Saqsaywaman para
utilizar las piedras andesita de sus paredes principales en la edificación de la
catedral que fue culminada en 1654, luego de 94 años de construcción con
retrasos e inconvenientes diversos. Fue diseñada y supervisada por arquitectos
y sacerdotes hispanos, pero ejecutada con el trabajo, sudor, lágrimas y sangre
de los descendientes de los Inkas.

La Catedral del Qosqo es sin duda uno de los monumentos coloniales más
notables de América, su estructura es renacentista en esencia, su planta
interior tiene la forma de una cruz latina, con cruceros que comunican con sus
dos iglesias laterales: la "Iglesia del Triunfo" hacia el este y la "Iglesia de la
Sagrada Familia" hacia el oeste; tiene tres naves: una central, la "Nave de la
Epístola" hacia el este y la "Nave del Evangelio" hacia el oeste. Hoy para visitar
el monumento, se ingresa por la puerta de la "Iglesia del Triunfo" que se
encuentra precisamente en el mismo lugar de la antigua iglesia mayor hecha
sobre el "Suntur Wasi". Es conocido que tres años después del arribo de los
invasores hispanos, Manko Inka inicia la guerra por recuperar su estado. Se
produjo el sitio del Qosqo y hubo un momento en que los conquistadores
estuvieron casi totalmente vencidos, todos ellos reunidos dentro del "Suntur
Wasi"; cuenta la tradición católica que precisamente en aquel momento hizo su
aparición la Virgen de la Descención quien bajo desde el cielo e hizo el
milagro de dar fuerza y lucidez a los conquistadores para salir victoriosos.
Además, cuenta la tradición católica que también en esas circunstancias
apareció el apóstol Santiago cabalgando en su corcel quien empezó a matar a
los Quechuas (Santiago es el Patrón de España y allá es conocido como
"mata-moros" mientras que aquí como "mata-indios"); con la ayuda de estas
dos divinidades los invasores pudieron salir triunfantes. Es ésa la razón por la
que es denominada "Iglesia del Triunfo", el triunfo de españoles sobre
Quechuas, el triunfo del catolicismo sobre la religión inkásica. Al exterior, en la
fachada, a ambos lados de su entrada se encuentran inscripciones talladas en
piedra fechadas en 1664 relatando los milagros. La iglesia tiene tres naves,
seis retablos de madera de cedro tallados y dorados con hojas de oro
resaltando el primero a la derecha que es barroco y bastante grande que
ostenta un Cristo crucificado en bulto casi perfecto; tiene además dos retablos
de estilo neoclásico hechos en yeso. En la parte central de la iglesia se halla el
altar mayor labrado totalmente en granito y que para ser un trabajo en piedra
es bastante complicado, está dorado en partes y en su porción superior
contiene la imagen en bulto de la "Virgen de la Descención"; en su parte inferior
tiene una cruz de madera conocida como la "cruz de la conquista" aquella que
trajo Vicente Valverde desde España y que fue la primera cruz cristiana en el
Tawantinsuyo.

Cabe indicar que a pesar que la mayor parte de los trabajos de arte que aquí
se encuentran han sido hechos por la misma época, los estilos o escuelas son
diferentes y más aún son entremezclados en muchísimos casos; la razón para
ello es que fueron ejecutados principalmente por artistas indígenas, quienes no
tenían una larga tradición ni escuelas definidas para realizar obras requeridas
por el catolicismo. Además, en pintura aquí se desarrolló la célebre "Escuela
Cusqueña" reconocida en todo el continente; los europeos trajeron sus
técnicas, estilos y escuelas que fueron enseñadas a los Inkas o sus
descendientes, quienes empuñaron el pincel o la gubia para ejecutar casi todos
los trabajos de arte colonial que se encuentran en la región. Los pintores
Quechuas desde un principio, por imposición de la iglesia y los intereses de la
evangelización no pudieron dar rienda suelta a su imaginación, y simplemente
se limitaron a copiar escenas, estampas o cuadros ya existentes en Europa;
por lo tanto no pudieron pintar sus rostros, paisajes andinos, ni firmar sus obras
de arte. Esa es la razón por la que hoy gran parte de sus obras son anónimas;
no obstante, el artista Quechua entremezcló o puso las cosas de su mundo y
religión autóctonos en su obra de arte de una manera a veces oculta y/o
disimulada. En la actualidad se conocen algunos de los autores de ciertas
obras de arte porque se han encontrado los conciertos o contratos que se
celebraron para su ejecución.

Hoy, en las columnas centrales de la iglesia se aprecia una colección


incompleta de los doce originales lienzos que representaban las Parábolas de
Cristo, con los doce meses del año, las cuatro estaciones y sus signos
zodiacales; pintadas hacia 1681 por el pintor andino Diego Quispe
T'ito natural del actual distrito de San Sebastián al este de la ciudad, quien
probablemente aprendió el arte de la pintura en Europa por lo que tiene una
fuerte influencia flamenca; Quispe es el creador y máximo exponente de la
Escuela Cusqueña y es también autor del lienzo en la catedral que representa
la "Virgen de Belén", y muchos otros diseminados en todo el país.

En la colonia las iglesias poseían catacumbas que debían guardar los


cadáveres de gente adinerada o importante, hoy en la cripta abierta que se
aprecia en la iglesia del Triunfo se guarda un cofre que contiene la mitad de las
cenizas del ínclito cronista mestizo cusqueño don Gómez Suarez de Figueroa
conocido como Garcilaso Inka de la Vega, traídas de la Catedral de Córdoba
en 1978 por los reyes de España.

Al oeste de la iglesia del Triunfo hay un portón que comunica con la Basílica
Catedral, al trasponerla se encuentran pinturas diversas resaltando dos lienzos
enormes pintados por Basilio Santa Cruz Pumacallo, otro insigne
representante de la Escuela Cusqueña del siglo XVII. Con normalidad se
aprecia que los cuadros hechos por artistas nativos no son perfectos, casi
siempre son faltos de proporción y proyección, y tienen muchos errores; uno de
los lienzos de Santa Cruz Pumacallo representa "La Apoteosis de San
Cristóbal" en la que la proyección es deficiente, el santo tiene la cabeza muy
grande para su cuerpo, y donde tampoco se observa la refracción que ocurre al
tener los pies sumergidos en el agua, fenómeno por el que las cosas parecen
estar quebradas; pero en su conjunto es un lienzo bello. El otro lienzo grande
representa a San Isidro el Labrador, patrono de los agricultores. Se aprecian
también alrededor de la puerta otros cuadros del pintor Martín de Rivera, todos
con marcos tallados en cedro y dorados con hojas de oro. Para el dorado de
marcos, rejas, retablos y altares se empleó la técnica de la "Hoja u Hojuela de
Oro"; en principio se debió tallar y pulir la madera que luego era alisada con
tiza o yeso, para posteriormente untar las superficies con "Bol de Armenio", una
especie de pegamento sobre el que se colocaban finas láminas de oro de 18
quilates, esta técnica es conocida por algunos como "Pan de Oro"; por lo tanto,
las superficies doradas no fueron ni son pintadas, sino que contienen oro
sólido.

Avanzando hacia la derecha, por la nave de la Epístola, se arriba a la capilla


donde se muestran algunos objetos de Platería; capilla que como las demás
tiene una verjería en cedro dorado bastante bella; resaltando en el interior el
"Templete de Plata" o "Baldaquín" hecho en 1733 utilizando parte de un
legado del Deán doctor Francisco de Goyzueta Maldonado, que anualmente se
utiliza para transportar la Custodia y el Santísimo Sacramento durante la
procesión del Corpus Christi. Se aprecian además frontales, incensarios, un
sahumerio, literas, candelabros, etc., todos fabricados en plata; los marcos y
estructuras principales de los objetos grandes se han hecho en madera de
cedro y fueron recubiertos con planchas de plata repujada.

Más adelante se llega a la Sacristía, también conocida como la "Sala Pictórica"


por la cantidad de lienzos que se encuentran en su interior, con pinturas en la
porción superior que representan algunas escenas bíblicas, más abajo Santos
de la Iglesia Católica de todo el mundo y aún más abajo una colección de
lienzos con imágenes a cuerpo entero de todos los obispos y arzobispos que
se tuvieron en la ciudad a partir de Vicente Valverde que fue el primer obispo
del Qosqo. En el mismo recinto se encuentran armarios y baúles tallados en
cedro en época colonial donde se guardan las vestiduras ceremoniales de
sacerdotes y otros elementos de parafernalia católica; aquí dentro, detrás de
una puerta tallada se encuentra la caja fuerte donde se guardan las joyas más
valiosas de la Catedral, incluyendo coronas, adornos, etc., hechos en oro de 18
y 24 quilates; resalta la custodia que tiene un peso de casi 22 kgs. de oro y 5
kgs. de plata, además de estar adornada con más de mil piedras preciosas
siendo las más abundantes perlas, diamantes y esmeraldas. Dentro de la
Sacristía se encuentra también uno de los dos altares de cedro que no fueron
dorados en la Catedral, tiene columnas salomónicas propias del barroco y en
su porción central baja contiene un lienzo de un Cristo Crucificado que era
atribuido al pintor flamenco Van Dyck, no obstante ello, estudios serios
demuestran que es un lienzo de escuela cusqueña cuyo autor es anónimo y
como en muchas obras de este tipo el lienzo no es perfecto ya que el cuerpo
del Cristo no parece ser el de un varón sino el de una fémina por el contorneo
de sus caderas y la consistencia de la carne; quizá se utilizó a una mujer como
modelo o en su defecto esa es la forma como el artista indígena percibía a
Cristo.

Saliendo de la sacristía hacia la derecha en un ángulo de la iglesia se


encuentra el altar del Señor de Unupunku (unu: agua; punku: puerta), la
tradición creía que la catedral estaba construida sobre un lago cuyas aguas se
podían ver al levantar la loza que está delante del altar, mas se trata sólo de un
canal de drenaje de las aguas de un manantial; cabe destacar que en todo el
Valle del Qosqo se encuentran gran cantidad de manantes naturales. Al
costado oriental del altar está un gran lienzo que representa a Cristo y sus
apóstoles en la Ultima Cena cuyo autor es el cusqueño Marcos Zapata; no es
un lienzo perfecto pero sí es posiblemente el más célebre de la catedral porque
al medio de la mesa se aprecia una bandeja que contiene un cuye (cobayo o
conejillo de indias) asado que es el plato por excelencia en los Andes,
heredado del Inkario y se consume sólo en las ocasiones más especiales;
asimismo el pintor andino puso en la mesa productos como papayas y rocotos,
es decir elementos de su mundo ancestral.

Continuando por detrás del actual altar mayor se encuentra el Altar de los
Apóstoles que se supone fue el primitivo altar principal de la catedral, tallado
en cedro sin dorar contiene las imágenes en bulto de los apóstoles con San
Pedro al medio en la parte baja; su estilo es confuso al tener elementos del
churrigueresco y rococó. Más adelante, en el otro ángulo, ya en la nave del
evangelio se encuentra el Altar de la Santísima Trinidad que fue una
donación de Juan de Salas y Valdez quien se supone fue propietario de la
Casa de los Cuatro Bustos donde hoy se halla el hotel Libertador, ejecutada
por el maestro ebanista y ensamblador Martín de Torres; resalta en el altar la
pintura de la Virgen y el Niño que juega con un pichón de cernícalo pintada por
el jesuita italiano Bernardo Demócrito Bitti, siendo una de las pocas obras
que se encuentran en la iglesia hechas por artistas extranjeros. Al costado
occidental del altar está otro lienzo grande que representa el Cordero Pascual,
obra de Marcos Zapata, con Cristo y sus discípulos en la parte superior y hacia
abajo el Rey David y su arpa, María Magdalena y San Pedro junto a un gallo;
llaman la atención las escaleras pintadas en las parte inferior derecha del
lienzo que están suspendidas en el aire. Avanzando hacia afuera, a la derecha
se encuentra laCapilla de la Virgen de la Natividad que es un tanto austera y
al frente de ésta se halla la cripta donde se guardan los restos de obispos y
arzobispos del Qosqo; sobre la puerta de rejas está un lienzo anónimo bastante
grande que representa el terremoto de 1650 que asoló la ciudad, mandado a
pintar por Alonso de Monroy y Cortés, donde se aprecia que un siglo después
de la invasión española los techos de las casas eran ya de tejas, la gran plaza
inkásica ya estaba dividida en dos sectores, y también se observa la imagen
del Señor de los Temblores; en 1950 ocurrió otro gran terremoto en la ciudad y
de igual modo en el Inkario el año 1350, por lo que tradicionalmente se aduce
que en el Qosqo se tienen terremotos grandes cada 3 siglos.
Poco más adelante se encuentra la Capilla de la "Virgen de Choqonchaka" o
"El Dulce Nombre de María" que ostenta un altar de barroco cusqueño
profusamente exornado, muchos denominan a este barroco "crespo cusqueño".
Aquí se encuentra la imagen en bulto de la "Virgen de la Inmaculada
Concepción" que es muy similar a la "Virgen la Linda" hallada también en esta
catedral; la imagen fue traída de Choqonchaka que fue un fundo extenso en la
provincia de Lampa del departamento de Puno cuyos ingresos servían para el
sostenimiento de la capilla donde hoy también se aloja el Sagrario de la iglesia.
Avanzando hacia afuera se pasa el crucero que tiene una puerta conducente a
la iglesia de la "Sagrada Familia" en cuyas paredes laterales se hallan otros
dos lienzos inmensos cuyo autor es Basilio Santa Cruz Pumacallo y
representan "La Imposición de la Casulla a San Ildefonso" y "El Extasis de San
Felipe de Neri", los otros lienzos alrededor de la puerta son obra de Martín de
Rivera. Avanzando siempre hacia la puerta principal de la Catedral se
encuentra la Capilla de la Virgen de la Inmaculada Concepción,
tradicionalmente conocida como "La Linda" por las facciones que presenta su
imagen en bulto, tiene un altar dorado barroco bastante bello trabajado por el
maestro ensamblador Martín de Torres, y un frontal de plata repujada con el
escudo del obispo Doctor don Manuel de Mollinedo y Angulo considerado
como el más grande mecenas del arte colonial en el Qosqo; él fue natural de
Madrid e impulsó hacia finales del siglo XVII de modo bastante activo la
creación de lienzos, altares, púlpitos, frontales y muchos otros objetos de valor
artístico, no sólo en la catedral sino en muchas de las iglesias de la ciudad.
Avanzando más se halla la Capilla de San José que tiene un altar dorado
ostentando las imágenes en bulto de San José y el Niño Jesús; a pesar de las
obras de arte que presenta ésta es la capilla más austera de la iglesia; al frente
de esta capilla se halla un lienzo titulado "Santa María Real de la Almudena",
Virgen venerada en Madrid, cuyo autor es Basilio Santa Cruz Pumacallo.

Un poco más hacia el exterior se halla la Capilla del Apóstol Santiago, quien
es patrón de España como consecuencia de la ayuda que según el catolicismo
le dio al pueblo español en la invasión de los Moros; también aquí fue
proclamado patrón del Qosqo en 1651 al considerar la tradición católica que
ayudó a los invasores españoles a vencer a los Inkas luego del sitio de la
ciudad por Manko Inka en 1536. En España es conocido como "Mata Moros" y
aquí como "Mata Indios"; en la capilla se encuentra la imagen en bulto del
Santo Ecuestre, su altar es de cedro dorado donde se halla una pintura que
representa al Santo matando a los Quechuas partidarios de Manko. Frente a
esa capilla se halla el altar del Señor de la Transfiguración y más adelante
la Capilla de la Virgen del Carmen, con altar también de cedro dorado; en las
paredes laterales se observan dos lienzos cuyo autor es Francisco González
Gamarra, pintados en el presente siglo.

En esta zona se encuentran las puertas de la catedral que dan hacia la Plaza
de Armas, la puerta central es denominada "Puerta del Perdón", la oriental "de
la Epístola" al igual que la nave a partir de ella y la occidental "del evangelio"
así como su nave. La catedral tiene en su fachada dos torres, la occidental o
"Torre del Evangelio" alberga, de acuerdo a una leyenda descrita por
Alfonsina Barrionuevo a un príncipe Quechua cautivo, prisionero en una celda
cuya entrada se ignora y que el día en que la torre se desplome saldrá en
libertad y reunirá a su pueblo restableciendo el Tawantinsuyo, dice además,
"Cuando el Terremoto del 21 de mayo de 1950, los venerables taitas de los
ayllus aguardaron por semanas la destrucción de la torre que se rajó en
tres partes. Fue inútil porque no cayó y fue reconstruida por España. Pero
ellos mantienen su esperanza y creen que algún día la predicción se
cumplirá". Esa misma torre sostiene la célebre campana mayor de la ciudad
"María Angola" que tiene 2.15 metros de altura y pesa 130 quintales (5980
kgs.), fundida en 1659 y que de acuerdo a la tradición su nombre proviene en
homenaje a una esclava negra liberta de nombre María originaria de Angola
que arrojó al crisol donde se fundía el metal para la campana unas 25 libras de
oro y que su sonido era audible hasta Urcos a unos 40 Kms. de la ciudad; hoy
la campana está rajada, tiene un sonido ronco y se tañe sólo en ocasiones
especiales.

Ingresando por la "Puerta del Perdón", uno se encuentra frente al Altar del
Perdón que fue mandado a construir por el Obispo Mollinedo y Angulo en
1678, en cuya porción central se halla el lienzo de la Virgen de la Natividad o
"La Antigua", que de acuerdo a la tradición es un regalo para la ciudad del Rey
Carlos V que reinó en la primera mitad del siglo XVI; lleva a un niño Jesús en
los brazos y sus vestiduras están profusamente exornadas con un brocateado
o "estofado" realizado con pintura dorada. Originalmente, a ambos lados de la
Virgen La Antigua se encontraban 2 lienzos de Quispe T'ito que representaban
"La descención de la Virgen en el Sunturwasi" y "La aparición del Apóstol
Santiago en la Plaza Mayor", que fueron retirados por orden del Presidente
Mariscal Agustín Gamarra, décadas después de la consecución de la
independencia por considerarlos ofensivos a la nacionalidad peruana; en su
lugar se colocaron lienzos que según algunos corresponden al pincel de
Corvacho y según otros a González, que representan la "Profesión de Santa
Clara" y "El Coro de los Capuchinos". Alrededor de toda la parte superior, sobre
la corniza interna de la catedral se observa una serie de lienzos pintados en
1755 cuyo autor es Marcos Zapata; serie de 50 lienzos que se denomina
"Letanía Lauretana de Nuestra Señora", colocada en las pechinas o enjutas
de arco.

Avanzando hacia la derecha, por la "nave de la epístola", se halla la Capilla de


la Virgen de los Remedios, en cuyo altar barroco de cedro dorado aparece un
lienzo de la Virgen y el Niño en cuyas cabezas existen coronas de plata
superpuestas en la tela de la pintura que fue mandada a pintar por don Alonso
Monroy y Cortés en Valencia (España), trasladada a México, Lima,
Huancavelica y finalmente traída a esta ciudad por el mismo Monroy y Cortés
en 1646 que según la tradición tuvo que cumplir la voluntad de la Virgen de ser
traída a la Catedral del Qosqo, luego que Monroy recibiera un milagro de la
misma; parte del milagro se representa en el lienzo tríptico existente en la
pared lateral derecha de la capilla. Más adelante se encuentra la Capilla de la
Virgen del Perpetuo Socorro, cuya imagen en bulto hecha en plata repujada
de unos 30 cms. de altura ocupa la porción central del altar barroco de cedro
dorado, a su derecha está la escultura de San José y a su izquierda la de
Santa Rosa de Lima (Santa domínica peruana [1586-1617], canonizada en
1671, patrona del Perú, de América y las Filipinas). Frente a esa capilla se
encuentra el Altar de San Antonio de Padua, en cuya porción central está la
escultura del Santo que es patrono de los viajeros, pordioseros y mujeres
estériles; es frecuente encontrar en el retablo, a los pies del Santo cartas de
mujeres solteras pidiendo les conceda novios.

Más adelante, siempre en la nave de la epístola se halla la Capilla del Señor


de la Vara (de la Caña o Justo Juez), que ostenta un retablo barroco de cedro
dorado en cuya parte central está la escultura de Cristo sentado sosteniendo
una vara símbolo de autoridad delante de él; a ambos lados del Cristo están las
imágenes en bulto de Santa Cecilia y Santiago el Menor, y encima la escultura
de San Miguel Arcángel. Frente a esta capilla se halla un lienzo que representa
la Virgen de Belén que corresponde al pincel de Diego Quispe T'ito.

Continuando hacia el interior está la Capilla del Señor de los Temblores, el


más importante Cristo de la catedral; considerado Patrón Jurado del Qosqo
cuyo día y procesión central es cada Lunes Santo. La escultura, según la
tradición, es un presente del rey Carlos V de España para la ciudad y llegó a
mediados del siglo XVI, traído por mar fue denominado "Señor de las
Tormentas", según el catolicismo por haber tranquilizado el mar embravecido
que amenazaba la embarcación que lo traía. Sin embargo, al hacerse los
trabajos de restauración de la imagen hace algunas décadas atrás se
descubrió que en su fabricación se había utilizado la técnica del "T'eque"
cusqueño, por lo tanto fue hecho en la región en base a maguey (Agave
americana) y posiblemente los fondos fueron enviados por el aludido rey. Su
actual denominación de "Señor de los Temblores" surgió a partir de 1650
cuando la antigua Capital de los Inkas fue sacudida por un gran terremoto;
cuenta la tradición católica que en medio de ese movimiento telúrico algunos
feligreses cusqueños sacaron en procesión esa imagen que hasta entonces
estaba olvidada en un rincón de la iglesia, deteniendo así la catástrofe. Este es
un Cristo moreno, no porque se haya utilizado pintura para darle esa coloración
oscura sino que es simplemente consecuencia de los materiales de base
resinosa o grasosa que se utilizaron para su construcción que con el tiempo
adquirieron ese color por la influencia del humo de las velas. Su retablo original
estuvo hecho en cedro dorado al igual que los demás de esta catedral, mas
desafortunadamente hubo un incendio que quemó el original y el que hoy se
aprecia está hecho en yeso, es neoclásico y en la actualidad los fieles de la
ciudad lo están cubriendo paulatinamente con planchas de plata repujada. Este
es además, uno de los Cristos más ostentosos del país por la cantidad de joyas
que posee entre las que se cuentan coronas, clavos, etc. La corona original del
Señor de los Temblores que tenía un peso de 1.3 kgs. de oro sólido fue robada
en la década del 80, la que hoy se observa es también áurea pero más liviana;
los clavos que muestra en las manos y pies son de oro sólido y centenas de
piedras preciosas. En ambos costados del Cristo moreno se hallan las
esculturas de la Virgen Dolorosa y San Juan Bautista.

En la nave central se encuentra el Altar Mayor o Altar Principal de la Catedral


cuya estructura base neoclásica está tallada en cedro y dorada con hojuelas de
oro; hoy la cara del altar se halla totalmente cubierta con planchas de plata
repujada, plata que fue donada por el Dr. Manuel Boza, cura del pueblo de
Santo Tomás en la actual provincia de Chumbivilcas para la catedral del Qosqo
representada por el entonces obispo don Bartolomé de las Heras, el cura Boza
fue dueño de minas de plata y había mandado cubrir con planchas del metal
precioso los pasadizos de su iglesia con ocasión de la llegada del obispo quien
ordenó o probablemente solicitó se trasladase el material para cubrir el altar
mayor de la catedral; en el frontal del altar se lee una inscripción aludiendo el
trabajo como regalo del obispo de las Heras fechada en 1803. En la parte alta,
en medio del Altar Mayor está la imagen en bulto de la Virgen de la
Asunción(Virgen Asunta), es de destacar que la catedral fue dedicada a esa
Virgen. En las columnas delante del Altar Mayor se hallan dos Ambones, obra
de Martín de Torres; son una especie de dos púlpitos pequeños utilizados para
leer el Evangelio y la Epístola durante los servicios religiosos. Adosado a una
columna de la nave central se observa el Púlpito, tallado en cedro con estilo
barroco por el más famoso escultor Quechua nacido en estas tierras cuyo
nombre es Juan Tomás Tuyro Túpaq; en la taza o base se aprecian
esculturas de San Lucas, San Marcos, La Virgen de la Inmaculada Concepción
al centro, y al otro lado San Juan y San Mateo, todos separados por columnas
retorcidas; en el respaldo del púlpito se halla la imagen de San Pablo; encima
está el tornavoz bastante exornado en cuya cumbre está también la escultura
de San Pablo.

En las columnas centrales de la catedral se observan lienzos que representan


a San Lucas, San Mateo, San Gregorio Magno, San Jerónimo y San Agustín
que corresponden al pincel del pintor Antonio Sinchi Roqa, descendiente de
la nobleza inkásica, natural de la Villa de Maras actual distrito del mismo
nombre en la provincia de Urubamba, quien además tiene otros lienzos en la
iglesia de la Sagrada Familia en esta misma catedral.

Frente al Altar Mayor se halla el Coro de la Catedral que es una obra maestra
de tallado en madera que a decir de algunos historiadores es obra del
sacerdote Diego Arias de la Cerda, en realidad este sacerdote hizo la
administración de recursos y posiblemente también diseño el coro, mas fue un
equipo de expertos artistas indígenas que hizo posible su materialización. El
Coro está tallado en cedro con estilo barroco bastante complicado y contiene
las imágenes talladas de 42 Santos de la iglesia católica de todo el mundo, y
encima 38 Santas y Vírgenes. Tiene dos niveles de sillería, el inferior consta de
24 sitiales mientras que el superior de 40, los sitiales tienen coderas anchas,
planas y horizontales que además servían para allí colocar los candeleros;
hacia abajo, esas mismas coderas presentan figuras femeninas con facciones
indígenas que muestran sus pechos desnudos y el vientre abultado a manera
de un ojo que según la tradición representan la "Pacha Mama" o "Madre Tierra"
del Inkario. El asiento de los sitiales tiene una parte plegable ajustada con
bisagras que es conocida como "misericordia" porque al tener ceremonias
bastante largas esa parte movible permitía a los asistentes pararse y estirar las
piernas. Hacia el fondo, al medio de todos los sitiales se halla el trono central o
"sitial episcopal" que es más amplio y adornado que los demás, detrás del cual
hay un pequeño retablo hecho en madera de ébano que posiblemente fue
traído de España al encontrarse esta madera sólo en Africa. En la porción
central del retablo se observa la imagen tallada de la Virgen de la Asunción, y
encima de toda esta zona central se halla también el escudo de León y Castilla,
el de los Reyes Católicos de España, tallado en cedro. Al medio del coro está
el atril o facistol que originalmente podía ser girado y servía para alojar las
partituras musicales utilizadas por los músicos; en la parte superior de las
paredes laterales del coro se hallan dos órganos de viento producido por
fuelles, hoy no se utilizan más pero son reliquias importantes porque fueron
manufacturadas en el Qosqo.

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