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SOBRE «LA CULTURA DE LA

SATISFACCION», EN JOHN
KENNETH GALBRAITH

1. LA «CULTURA DE LA SATISFACCION» tiene de participar en los procesos for-


males de participación.
En su más reciente libro, el economis-
ta norteamericano John Kenneth Gal- En términos históricos, se produce por
braith, hace un interesante análisis de las tanto un fenómeno nuevo. Los que tienen
sociedades modernas tal y como las co- —en torno al 60% de la población en las
nocemos hoy, en Estados Unidos y en los sociedades avanzadas—votan para garan-
principales países de Occidente. tizar el mantenimiento de un sistema que
defiende sus intereses. Los que no tienen,
En opinión de este autor las socieda- no votan, porque están convencidos de la
des avanzadas del mundo occidental, se ineficacia de su voto en el actual estado de
configuran hoy en dia no ya según análisis cosas.
tradicionales en torno a las clases sociales,
ni en función de esquemas políticos par-
tidistas, sino en base a dos grandes gru- 2. «CULTURA DE LA SATISFACCION» E
pos: por un lado, la Mayoría Satisfecha, la IMPUESTOS
Mayoría Electoral Satisfecha o, lo que el
denomina «Cultura de la Satisfacción» y, Galbraith sitúa el surgimiento de la
por otro lado, la subclase funcional. La po- cultura de la satisfacción en la década de
sición económica y la actitud ante la par- los 60 en los Estados Unidos de América,
ticipación política de uno y otro grupo so- pero ésta alcanza el poder plenamente en
cial, configuran el funcionamiento real de la década de los 80 en ese mismo país con
las democracias formales. el acceso al poder y el mantenimiento en
El esquema es bien simple. La Mayoría el mismo durante tres legislaturas conti-
Satisfecha tiene los medios materiales su- nuadas de gobiernos económicamente
ficientes y la posición social precisa para neoliberales sostenidos por el partido re-
considerarse globalmente satisfecha. Esa publicano. Este mismo proceso, se ha ve-
satisafacción le induce a participar me- nido dando, a su juicio, en Gran Bretaña y
diante el voto y de otras maneras más di- el resto de los países europeos con carac-
rectas en el sistema político democrático, terísticas esencialmente idénticas.
incidiendo en éste para que dé fiel res- Son dos los rasgos definitorios de la
puesta a lo que «la satisfacción» considera cultura de la satisfacción. De una parte, la
defensa de sus intereses. Por el contrario opinión de que el papel del Estado debe
el amplio grupo —del 30 al 40% de las ser limitado y selectivo —veremos más
sociedades modernas— de los menos adelante a qué áreas— y en consonancia
afortunados, no alcanza el nivel de renta los impuestos deben ser reducidos, ten-
preciso para sentirse satisfecho y se abs- diendo a ser mínimos, y de otra parte, el

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interés exclusivo por el corto plazo, ob- yoría satisfecha. «La acomodación acre-
viando cualquier repercusión inmediata de ditada de la teoría económica a la satis-
un análisis a largo plazo. facción comienza con la fidelidad general
a la doctrina... del laissez faire». La inter-
Respecto al papel del Estado la ma- vención del gobierno, —excepto en aque-
yoría satisfecha plantea sin ambages una llas áreas ya mencionadas— es innecesa-
doble moral. La intervención del Estado no ria y dañina en general. De esta manera,
se cuestiona y se considera eficaz cuando cuando el sistema capitalista se enfrenta
se trata de garantizar el gasto social fa- cíclicamente —por su tendencia intrínseca
vorable a los afortunados —pensiones—, a la inestabilidad— con la recesión o la
el rescate financiero —la garantía de in- depresión, de entre las alternativas prin-
tervención estatal en procesos de quiebra cipales para hacerles frente, política fiscal,
en el sistema financiero— el gasto militar, política monetaria y una política que incida
y los pagos de intereses de la deuda pú- en los salarios y otros costes que presio-
blica, que constituyen en algunos países nen al alza los precios, la alternativa que
la parte más sustancial del presupuesto del se adapta claramente mejor a la cultura de
Estado. la satisfacción es la política monetaria.
Por el contrarióla intervención del Es-
En efecto, la política fiscal que preten-
tado se cuestiona con vehemencia y se ta-
de incrementar o disminuir el flujo de gas-
cha de ineficaz —el Estado es entonces
tos —la demanda efectiva— modificando
«una carga»— cuando se trata de dar res-
la aportación del Estado al mismo, implica
puesta al gasto para ayuda social, la inter-
aumentar o disminuir el gasto público, au-
vención pública en el mercado de la vi-
mentando o disminuyendo los impuestos,
vienda, los servicios médicos para los des-
en función de la dimensión del endeuda-
favorecidos, la enseñanza pública y las
miento deseado.
distintas necesidades de los barrios po-
bres de las grandes áreas metropolitanas. La política fiscal, acreditada en el aná-
En opinión de Galbraith, la obsesión lisis económico, choca de frente, no obs-
por el corto plazo —congruente con la de- tante, con la oposición a los impuestos,
fensa de sus intereses inmediatos— es una básica en la cultura del conformismo.
dañina manifestación de la cultura de la La vía de limitación directa de los cos-
satisfacción. Los impuestos los pago hoy tes, y en particular de los costes salariales,
y sus beneficios potenciales son futuros y cuando éstos pueden forzar los precios al
difusos. Además, «¿porqué pagar por per-
alza, es utilizada con carácter variable en
sonas desconocidas?». Subraya el autor
los distintos países.
norteamericano que la satisfacción de-
muestra ejercer en términos históricos una Pero el instrumento que realmente se
influencia social creciente, mayor que en acomoda a la cultura de la satisfación es,
el pasado, añadiendo que buena parte de sin duda alguna, la política monetaria.
las grandes infraestructuras y equipamien- Esta, en esencia, pretende controlar la
tos colectivos de los que hoy disfrutamos masa monetaria —la oferta de dinero en
en las sociedades occidentales —carrete- circulación— a través del control de los ti-
ras generales, aeropuertos, hospitales, es- pos de interés. «Una elevación de los tipos
cuelas...—, no podrían construirse hoy, de interés disuade al consumidor de pedir
siendo así que fueron realizados en una dinero prestado y de invertir en la adqui-
época anterior, económicamente mucho sición de viviendas y bienes de consumo
más austera. duraderos, y se supone también que hace
Por último, la satisfacción presenta disminuir la inversión y el gasto relacio-
otra característica distintiva: la tolerancia nado de las empresas. Esto tiene como
que muestran los satisfechos respecto a consecuencia un efecto restrictivo sobre el
las grandes diferencias de ingresos. «El gasto total en la economía —sobre la de-
coste de la prevención de cualquier ataque manda global— y en último término un
a la propia renta es la tolerancia de una control de la inflación». Reducir los tipos
mayor cuantía para otros». de interés, tendría el efecto inverso.
Por tanto, la opción por la política mo-
netaria, lejos de ser neutra, responde al
3. «SATISFACCION» Y POLITICA interés de esa mayoría electoral satisfecha,
ECONOMICA a quien preocupa más la inflación que el
desempleo. Opción lógica, por otra parte,
En sociedades así conformadas, la po- ya que los satisfechos trabajan, muchos
lítica económica debe responder —para incluso ahorran, y para otros muchos la
ser congruente— a los intereses de la ma- renta procedente del pago de intereses a

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sus depósitos, es una parte sustancial de sólo por la presión de una creciente ma-
sus ingresos. En Estados Unidos, en la dé- yoría social se detuvo la guerra de Viet-
cada de los ochenta la renta personal pro- nam—. En opinión de Galbraith, la propia
cedente de pagos de intereses aumentó un realidad se encargaría de ofrecer argu-
150%, mientras las rentas salariales lo hi- mentos para una intervención sobre la vi-
cieron un 97%. sión acomodaticia y a corto plazo —do-
minante— a fin de enfrentar los más gra-
ves problemas que aquejan a l a s
4. MOVIMIENTOS MIGRATORIOS; sociedades avanzadas.
PODER MILITAR
El discurso del profesor Galbraith se 5. SOBERANIA POPULAR IMPERFECTA
extiende al análisis de otros fenómenos
sociales tales como las migraciones desde La soberanía popular imperfecta, que
países de menor nivel de renta hacia los Galbraith denomina «soberanía de la ma-
más avanzados tanto en Norteamérica yoría satisfecha», da lugar a un estado de
como en Europa, señalando las previsibles cosas tal que sólo podría verse sustan-
consecuencias sociales de la existencia de cialmente alterado por las siguientes cir-
importantes poblaciones inmigrantes de cunstancias: la convocatoria seria y polí-
distintas procedencias, en las que crecien- ticamente victoriosa a los no satisfechos
temente se van destacando las provenien- —sobre cuya viabilidad Galbraith no apre-
tes de continentes que padecen el subde- cia razones que lleven a un excesivo op-
sarrollo como Latinoamérica y Africa, y timismo—,la existencia de un desastre
más recientemente Europa Central y del económico generalizado—posible pero no
Este. En su opinión, sólo determinadas cir- muy probable en su opinión—, una actua-
cunstancias históricas —comparación con ción militar a gran escala adversa asociada
la penuria previa y expectativa de ascenso a un desastre internacional —cuestión so-
social, hoy en día circunstancias atenuan- bre la que toda predicción es meramente
tes que han agotado su eficacia— han evi- especulativa—, y la irrupción de la subcla-
tado hasta la fecha, que la demanda de se que se sitúa fuera del bienestar —ésta
respuesta a esos colectivos «ubicados fí- es considerada como más verosímil, si
sicamente» en el mundo desarrollado pero bien la reacción de la comunidad de la sa-
ausentes del mismo, no se haya expresado tisfacción ante la penuria de los no favo-
con la virulencia que las circunstancias ob- recidos podría paliar el carácter previsible-
jetivas de tales poblaciones hubieran po- mente traumático de una tal irrupción—.
dido sugerir. Desde Europa, existiría la tentación de
En su interpretación de la «cultura de entender que algunas de las observacio-
la satisfacción», John Kenneth Galbraith nes del autor son mayormente válidas
hace asimismo un interesante análisis de para los Estados Unidos de América que
la influencia del moderno poder militar en para las democracias europeas, pero en mi
las democracias occidentales avanzadas, opinión ese sería un análisis erróneo. En
subrayando el básicamente incuestionado efecto, si bien a este lado del Atlántico aún
papel que las mayorías satisfechas otor- presumimos de una mayor cohesión so-
gan al mismo, incluso hacia futuro, una vez cial, no es menos cierto que la identidad
acaecido el desmoronamiento del sistema básica de los procesos económicos y po-
denominado del «socialismo real» y la pro- líticos en todo el mundo avanzado propicia
pia desintegración de la antigua Unión So- una progresiva homogeneización de las di-
viética, enemigos históricos del sistema de versas configuraciones sociales.
la satisfacción. Particular atención dedica
Galbraith al carácter en buena medida au-
tónomo de tal poder militar. 6. HACIA UNA ORIENTACION PUBLICA
DE LA ECONOMIA
En la era de la satisfacción, la mayoría
satisfecha no permitiría fácilmente que se Ante tal descripción de las sociedades
perturbara la impresión de cómodo bie- modernas desarrolladas, Galbraith pro-
nestar general. Por ello, más que los dis- pone como primer paso para proceder a
cursos de los políticos, que en opinión del la resolución de los problemas que estas
economista norteamericano se limitarían sociedades tienen planteados «convenir
a ofrecer interpretaciones actualizadas del en que la intervención del Estado es igual
interés de los satisfechos, yendo en oca- de importante y necesaria cuando sirve a
siones claramente a remolque de los acon- los satisfechos que cuando sirve a los ex-
tecimientos —sólo tras la Gran Depresión cluidos». Galbraith aboga por «una orien-
de 1929 surge el New Deal de Roosevelt, tación pública» de la economía, que actúe

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sustancialmente desde el presupuesto pú- da». Además el fantasma del previsible
blico, y no como a lo largo de la última efecto impositivo del tal actuación publica
década en los principales países capitalis- sería inaceptable para la mayoría satisfe-
tas, básicamente a través de la política mo- cha, no obstante ser una fiscalidad pro-
netaria, «profundamente lesiva para la gresiva el mejor instrumento para una re-
productividad industrial y la inversión a distribución de la renta.
largo plazo».
A pesar del funcionamiento autode-
La contención de la inflación se de- fensivo de la cultura de la satisfacción, la
bería conseguir controlando no «el prés- situación de las comunidades que no par-
tamo para la inversión productiva, sino... ticipan del bienestar es, en opinión de Gal-
el consumo privado mediante presión fis- braith, «el problema social más grave de
cal y debería aplazarse el gasto público, la época, y... también la amenaza más
cuando ello no fuese socialmente perju- grande a la pazy la convivencia civil a largo
dicial». plazo».
Según John Kenneth Galbraith, en La resolución de estos problemas sólo
una época de recesión económica como la se puede abordar desde una activa inter-
que estamos viviendo en los principios de vención pública que discrimine en función
esta década son muchos los argumentos de las situaciones de mayor necesidad.
a favor de una bajada de los tipos de in-
terés, y el aumento del gasto público en El choque de tal intervención con lo
infraestructuras y gasto social. que Galbraith ha denominado «cultura de
la satisfacción», justifica el escepticismo
Pero ello se enfrenta con uno de los de su pronóstico.
dogmas de la era de la satisfacción: «no
son los cómodos los que recibirían la ayu- Ramón Barinaga Osinalde

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