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El Testamento

El testamento es el acto por el cual una personas, manifestando consciente y


libremente su voluntad ordena para después de su muerte el destino de todos
sus bienes o parte de ellos. Cuando la sucesión se defiere por este título
sucesorio se denomina testamentaria.

Para Guillermo Lohmann Luca de Tena el testamento es acto de voluntad que


expresa una decisión, un mandato; acto que establece, decreta y resuelve sobre
los intereses del testador, sea que recaigan sobre sus
bienes, derechos u obligaciones, sea que versen sobre otros asuntos o
relaciones jurídicas de carácter no patrimonial.

Según el Diccionario de la Lengua Española el Testamento es la declaración


que de su última voluntad hace una persona, disponiendo de bienes y de asuntos
que le atañen para después de su muerte.

Nuestro Código Civil también trata de definir al testamento en su artículo 686,


describiendo "Por el testamento una persona puede disponer de sus bienes, total
o parcialmente, para después de su muerte, y ordenar su propia sucesión dentro
de los límites de la ley y con las formalidades que ésta señala".

Hinostroza Minguez señala: "el testamento es el acto por el cual un sujeto


dispone para después de su muerte de su patrimonio, en forma total o parcial".

El testamento es un acto personalísimo, ya que no admite representantes; es


únicamente el testador la persona que debe manifestar su última voluntad,
instituyendo herederos y legatarios, asignando cantidades y distribuyendo
bienes.

Además el testamento es un acto jurídico que tiene como característica el ser un


acto revocable, ya que el testador no puede celebrar pacto o convenio por el cual
renuncie a la facultad que tiene de revocar el testamento, pues tal pacto no sólo
cuando implica renuncia, sino restricción o modificación, es inexistente por una
imposibilidad jurídica.

Como bien sabemos el testamento es un acto libre en donde el testador no puede


obligarse, por contrato o por convenio, a no testar bajo ciertas condiciones, o
bien a transmitir por testamento sólo parte de sus bienes y reservar otra parte;
salvo los casos donde la ley establece la obligación para con los herederos
forzosos.

Ramírez Fuertes expresa que el testamento, como en cualquier acto jurídico, se


deben observar ciertos requisitos de fondo:

1. Que el agente del acto sea legalmente capaz;


2. Que su consentimiento no adolezca de vicio;
3. Que el acto tenga objeto lícito; y
4. Que el acto tenga causa lícita.

Nuestro código civil hace mención que sólo las personas capaces pueden
otorgar testamento, esto es, aquellas a quienes la ley no prohíbe expresamente
el ejercicio de este derecho.

Mediante el testamento, el autor de la sucesión transmite sus bienes y derecho


así como declara y ordena que se cumplan deberes por sus herederos o
legatarios. La sucesión testamentaria puede otorgarse a título universal, cuando
se instituyen herederos y a título particular, al instituirse legatarios.

El objeto del testamento consiste en la transmisión de los bienes que integran el


patrimonio de la sucesión; por eso es necesario que estos bienes existan o
puedan existir en la naturaleza para que sea físicamente posible su transmisión;
cuando los bienes no están ni pueden llegar a existir en la naturaleza, hay una
imposibilidad física para el objeto en el acto jurídico, en los contratos o en los
testamentos.

I.I CARACTERÍSTICAS DEL TESTAMENTO

a) Ser un acto mortis causa. El testamento es la última voluntad que habiendo


podido revocarse luego de declarada (salvo que el testador haya devenido
incapaz), ha sido expresada válidamente en consideración a la muerte; esto es,
porque el testador hace testamento pues precisamente quiere disponer para
después de su deceso.

b) Con sujeción a las limitaciones de orden formal y material sobre el documento


y contenido del testamento, lo que él disponga como acto jurídico válido
prevalece sobre la sucesión intestada o legal y sobre cualquier otra norma
supletoria.

En todo caso, de producirse algún exceso del testador que resultara incompatible
con dictados legales, la disposición respectiva no necesariamente se invalida.
En el ánimo de proteger y de hacer respetar hasta donde sea posible la voluntad
del testador, la ley la reconduce a los límites máximos que tolera.

Siempre dentro de los marcos legales, la voluntad expresada en el testamento


rige la sucesión del difunto. El testador, dice el artículo 686, dispone para
después de su muerte y ordena su propia sucesión.

c) El testamento es acto de liberalidad cuando exista disposición de llamamiento


atributivo de bienes o derechos. Porque en realidad el testamento en sí no es
propiamente acto oneroso ni gratuito, ni nada, cuando, por ejemplo, se limita a
revocar otro testamento anterior, o cuando contiene una indicación de carácter
no patrimonial.

En lugar de gratuidad, es preferible hablar de liberalidad, que es concepto más


preciso y restringido y que mejor describe la naturaleza y manera de la atribución
testamentaria y consiguiente traslado patrimonial a título sucesorio, cuando el
testamento contenga disposiciones de tal naturaleza. Son, pues, características
de la liberalidad, la ausencia de obligación y la naturaleza no patrimonial
del interés del disponente, que en el caso del testamento tiene como liberalidad
la voluntad de favorecer a heredero o legatario.

d) El testamento es un acto individual, personalísimo y unilateral. Individual y


Personalísimo ya que la decisión del querer debe ser propia del testador sin
terceros colaboradores ni intermediarios, sin que esto excluya la obtención de
consejo ni que ocasionalmente en la manifestación o expresión material pueda
el testador valerse del auxilio de otros. El testamento es también unilateral
porque en cualquiera de sus tipos o especies se perfecciona en su origen y
existencia con la sola y única voluntad decisoria del testador. Para todo lo
explicado debemos de remitirnos al artículo 814 del Código Civil en donde
describe "Es nulo el testamento otorgado por dos o mas personas.
e) El testamento es esencialmente formal. Para la validez del testamento la ley
establece tanto en los testamentos ordinarios como en los especiales ciertas
formalidades, las cuales el testador no puede dejar de lado. Para ello el Código
Civil lo establece en sus artículos 695, 696 y 967.

f) La revocabilidad es característica consustancial al testamento. Mediante la


revocación el testador tiene la opción de cambiar las disposiciones
testamentarias, ya sea en su totalidad o parcialmente

Sucesión testamentaria

Para poder hablar sobre Sucesión Testamentaria, debemos tomar en cuenta un


principio fundamental, el cual es la voluntad del causante plasmada en un
testamento, podemos encontrarla establecido en el artículo 686 del Código Civil,
pero esta voluntad del testador se somete a ciertas formalidades y limitaciones,
que lleva consigo en el testamento. Con la finalidad orientada a garantizar y
proteger la distribución de la masa hereditaria, con arreglo a ley.

Manuel Miranda Canales señala que "la sucesión testamentaria, es aquella que
se produce por testamento, siendo así, el otorgamiento de un testamento,
constituye un acto jurídico de última voluntad, por el que una persona dispone
de sus bienes patrimoniales y otros asuntos que le atañen, para después de su
muerte".

La sucesión testamentaria es aquel acto personalísimo por el cual el


TESTADOR, voluntariamente, dispone de sus bienes ya sea de una manera total
o parcial; para que después de su muerte se ordene su propia sucesión. El
testador tiene la facultad de imponer requisitos para que puedan adquirir
la herencia de una forma determinada, de la misma manera puede ampliar el
número de sujetos que serán los beneficiarios, estos sujetos no necesariamente
deberán ser los herederos legales. Incluso podría indicar unos efectos que
actuarán de forma retroactiva a la muerte del testador.

Son válidas las disposiciones de carácter no patrimonial contenidas en el


testamento, aunque el acto se limite a ellas.
Las disposiciones testamentarias deben ser la expresión directa de la voluntad
del testador, quien no puede dar poder a otro para testar, ni dejar sus
disposiciones al arbitrio de un tercero.

Características de la sucesión testamentaria

a) Es unilateral, porque se perfecciona sólo con la voluntad del testador.

b) Es personal e indelegable, porque sólo el testador personalmente puede


hacer el testamento.

c) Es individual, porque no puede hacerse el testamento en forma conjunta o


múltiple, aún en el caso de ser cónyuges.

d) Es formal, porque tiene una determinada formalidad establecida por la ley.

e) Es revocable, porque el testador puede cambiarlo las veces que desee.

Debemos tener en cuenta que las características son factores esenciales en los
nacimientos de los documentos testamentarios, así tenemos, por ejemplo el
artículo 690 del Código Civil, que preceptúa que las disposiciones testamentarias
deben ser la expresión directa de la voluntad del testador, quien no puede dar
poder a otro para testar, ni dejar sus disposiciones al arbitrio de un tercero; pues
así se logra desprender reglas básicas, que a su vez se convierte en una
formalidad en la constitución y elaboración de un testamento.

Capacidad para testar

El Código Civil en sus diversos artículos se ha encargado de preceptuar quienes


pueden dejar un testamento que goce de validez y surta efectos ante la muerte
del testador. Para ello, son capaces para testar:

a) Las personas naturales o físicas que hayan cumplido 18 años de edad, salvo
lo dispuesto en los artículos 43 y 44 del Código Civil (artículo 42 del C.C.)

b) Los analfabetos, que solamente pueden otorgar testamento


por escritura pública, debiendo leérsele dos veces, una por el notario y otra por
el testigo testamentario que el testador designe, de conformidad con el artículo
692 y 697 del Código Civil.
c) Los ciegos, que sólo pueden otorgar testamento por escritura pública, con
arreglo a las formalidades que señale la el artículo 697 del Código Civil, que son
las mismas que para analfabetos.

d) Los mudos, sordomudos y quienes se encuentren imposibilitados de hablar


por cualquier otra causa, que pueden otorgar sólo testamento cerrado u ológrafo,
de conformidad con el artículo 694 del Código Civil.

En caso de ser testamento cerrado, si el testador es sordo, el testamento será


leído en alta voz por él mismo, en el registro del notario, tal como lo preceptúan
los artículos 694 y 697 del Código Civil.

Incapacidad para testar

Son incapaces para otorgar testamento, según el artículo 687 del Código Civil:

a) Los menores de edad, salvo los casos previstos en el artículo 46 del Código
Civil, que preceptúa lo siguiente: "La incapacidad de las personas mayores de
dieciséis años, cesa por matrimonio o por haber obtenido título oficial que les
autorice para ejercer una profesión u oficio. Tratándose de mujeres mayores de
catorce años, cesa también por matrimonio. La capacidad adquirida por el
matrimonio no se pierde por terminación de éste."

b) Los comprendidos en el artículo 43, incisos 2 y 3 del Código Civil, que estable
que son absolutamente incapaces los siguientes:

Inc.2) Los que por cualquier causa se encuentren privados de discernimiento.

Inc.3) Los sordomudos, los ciegosordos y los ciegomudos que no pueden


expresar su voluntad de manera indubitable.

c) Los comprendidos en el artículo 44 incisos 2,3,6 y 7 del Código Civil, que


establece que son relativamente incapaces:

Inc.2) Los retardados mentales

Inc.3) Los que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre
voluntad.

Inc.6) Los ebrios habituales.


Inc.7) Los toxicómanos.

d) Los que carecen, al momento de testar, por cualquier causa, aunque sea
transitoria, de la lucidez mental y de la libertad necesaria para la realización de
este vacío.

Requisitos generales de todo testamento

De conformidad con el artículo 695 del Código Civil, tenemos:

a) Debe ser escrito

b) Debe contener el lugar y la fecha del otorgamiento

c) Debe indicar el nombre el testador, su estado civil, su nacionalidad, su


domicilio y tener su firma, salvo que no sepa o no pueda firmar, en cuyo caso lo
hará, a su ruego, el testigo testamentario (artículo 697).

d) Debe expresar la capacidad legal del testador

e) Debe señalarse con precisión al heredero o legatario.

Vale hacer mención que las formalidades específicas de cada clase de


testamento, no pueden ser aplicadas a las otras.

Clases de testamento

El Código Civil en su artículo 691 describe las dos clases de testamento:

a) Testamentos Ordinarios:

Testamento otorgado por escritura pública

Testamento cerrado

Testamento ológrafo

b) Testamentos Especiales:

Testamento militar

Testamento marítimo

Testamento de peruano otorgado en el extranjero


Testamento otorgado por Escritura Pública

Es aquel que es otorgado por el testador ante el notario público y en presencia


de dos testigos.

REVOCACION DE TESTAMENTO

La revocación del testamento es el acto jurídico mediante el cual el testador,


expresa o tácitamente, deja sin efecto total o parcialmente un testamento.

Cuando la revocación es total se traduce en la ineficacia de todo el testamento,


cuando es parcial quedan revocadas únicamente algunas disposiciones
testamentarias contenidas en el instrumento, manteniendo el testamento, en
este último caso, de manera general, plena eficacia, la sucesión no deja de ser
testamentaria.

La revocación de consiguiente “implica la ineficacia del testamento por voluntad


del propio
testador”2, no es que el testamento adolezca de alguna de las causales por las
que se hace ineficaz, sino que el propio testador, así como le dio vida al codicilo,
por cualquier razón, ahora decide dejarlo sin efecto. No interesa, ante tal
hipótesis, indagar si existieron justificadas razones para que el actor haya
decidido privar de efectos a su acto de última voluntad. Lo que importa, por el
momento, es que al testador le está permitido deshacer aquello que,
normalmente, hubiera sido eficaz a su muerte.

Se había dicho que la revocación puede referirse a determinadas cláusulas


testamentarias (revocación de disposiciones testamentarias) o sus efectos
pueden desplazarse sobre todo el testamento. La revocación, por tanto, desde
el punto de vista de sus alcances, puede ser: total, si abarca la totalidad de un
testamento; y, parcial, si sólo afecta parte de un testamento (algunas
disposiciones testamentarias contenidas en el testamento). Cuando el
testamento es revocado parcialmente por otro posterior, no habría razón para
impedir la subsistencia del primero en cuanto a las disposiciones testamentarias
compatibles con las del último. De acontecer ello, no es ilícito considerar la
existencia de dos testamentos que habrán de regir la sucesión testamentaria
aperturada aparentemente con dos codicilos. No siempre el testamento posterior
revoca al anterior, la revocación se manifiesta solamente cuando los dos
instrumentos son incompatibles, sólo de este modo es dable asentirse que
podamos hallarnos, circunstancialmente, frente a una sucesión aperturada con
dos testamentos. No obstante, lo dicho y teniendo como un hecho “cierto” la
existencia de dos codicilos, en realidad no es correcto afirmar que, en sentido
estricto, la sucesión se apertura con dos testamentos, pues el segundo
documento se complementa con el primero y los dos delinean la apertura de una
sucesión testamentaria, ambos testamentos deben fusionarse en uno solo.

Si en el testamento, además de instituirse herederos y disponerse el destino de


determinados bienes y derechos, se reconoce la paternidad de un hijo, éste no
puede ser revocado, sino parcialmente, en cuanto a las disposiciones
testamentarias por las que se instituyen herederos y se decide sobre el destino
de los bienes y derechos del testador.

En cambio, las cláusulas testamentarias por las que se reconoce a un hijo


extramatrimonial son definitivas, no le está facultado al testador revocarlas, pues
de admitirse la revocatoria de las referidas cláusulas testamentarias, en el fondo
se estaría autorizando la revocatoria del reconocimiento contra lo establecido en
el art. 395º en el que se estatuye la irrevocabilidad de dicho acto.

En este último caso, puede el testamento contener un acto enteramente familiar


ajeno a la disposición libre de los bienes dejados por el causante, respecto de
los cuales habrá de aplicarse las normas sobre la sucesión ab intestato.

La revocación puede ser de dos formas, expresa o tácita.

Revocación Expresa
Es la dispuesta sólo mediante testamento sin admitirse ninguna otra forma,
excepto el caso de la revocatoria de la desheredación. Es de conocimiento
general que un testamento anterior puede ser revocado por otro posterior, pero
para que la revocatoria sea considerada
expresa, en el segundo testamento se habrá de hacer constar una disposición
testamentaria que así lo señale.

Admitiendo que la revocatoria expresa debe constar de modo expreso, es decir,


indicándose textualmente que se está revocando tal o cual testamento, así como
tal o cual disposición testamentaria, este acto de revocación puede ser ejercitado
utilizando cualquiera de las varias clases de testamentos permitidos por nuestro
sistema, de ello se deduce que un testamento por escritura pública puede ser
revocado por uno ológrafo.

Para nuestro sistema las dos formas testamentarias son válidas


y ambos testamentos tienen el mismo valor y producen los mismos efectos. Si
un testamento es revocado por otro posterior y a su vez éste es revocado por un
tercer testamento, reviven las disposiciones testamentarias del primer
testamento, a menos de que el testador, en el último testamento, exprese su
voluntad en sentido contrario (art. 800º). Lo que realmente estaría sucediendo,
en este último caso, es que el testador, en el tercer testamento, estaría
revocando tanto el segundo como el primer testamento, impidiendo la vigencia
de ambos. En todo caso, el problema de incompatibilidad ayuda a resolver el
problema cuando el testador guarda silencio y hay más de un testamento
otorgado por el mismo.

Revocación tácita

La revocación tácita no necesariamente debe constar en testamento, es decir,


puede revocarse tácitamente un testamento mediante otro o puede también
disponerse la revocatoria del mismo mediante cualquier otro instrumento que
contenga acto distinto al testamentario (como acontecería con un contrato de
compraventa en el que el testador dispone, a favor de tercero, los bienes que en
acto testamentario habría decidido dejar a su heredero voluntario o asu
legatario).

El testamento no constituye título con el que se pretenda acreditar la propiedad


del causante respecto de los bienes que ha dejado mediante testamento, el
testador sólo puede disponer de los bienes que en propiedad le pertenecen o
aquellos otros derechos que se transmiten por herencia (como el usufructo).
Por lo tanto, el heredero se convierte en titular de los bienes dejados por el
causante únicamente si éste tenía la calidad de titular de los bienes dispuestos;
de no ser así, no se gestaría transmisión alguna, señalar lo contrario avalaría la
fácil adquisición de bienes fuera del dominio del testador. Ello no impide que,
pretendiendo el testador disponer bienes fuera de su dominio, habiendo los
herederos entrado en posesión de los mismos, pueden adquirirlos mediante la
prescripción adquisitiva de dominio (usucapión). El hecho anotado
no debe inducirnos a pensar que estos actos de disposición mortis causa que
recaen sobre bienes ajenos son nulos, debido a que apropiadamente no se
habría incurrido en ninguna de las causales por las que se invalidaría el acto; el
problema se resuelve a través de la ineficacia del acto porque el testador, al
disponer bienes ajenos, lo hace careciendo de legitimación para ello.

De la revocación en los diferentes testamentos: La revocación puede variar


según se trate de una u otra especie de testamento (por escritura pública,
cerrado u ológrafo, sin excluir la posibilidad de que, mediante los otros
testamentos especiales,
se pueda realizar el acto de revocación), por lo que resulta conveniente, para tal
efecto, referir cada caso de modo específico:

• Revocación de todos los testamentos: Todos los testamentos pueden ser


revocados utilizándose cualquier otro testamento, observándose las
formalidades que para cada tipo de testamento se establece en la ley.

• Revocación del testamento cerrado: Se dice que el testamento cerrado queda


revocado si el testador lo retira de la custodia del notario, tal como textualmente
lo señala el numeral 802 al señalar que “el testamento cerrado queda revocado
si el testador lo retira de la custodia del notario”. Atendiendo al contenido de esta
norma, indudablemente que la doctrina, al comentar el precepto, no tiene más
remedio de reiterar el contenido de la norma, pues resulta sumamente difícil
contradecir lo que expresamente manda la disposición legal bajo comentario.

Revocación y sus efectos

Como todo acto jurídico la revocación produce determinados efectos, estos son:

I. Al revocarse un testamento mediante otro que sólo contiene una cláusula


destinada a revocar el testamento anterior, la sucesión testamentaria se
convierte en una sucesión intestada. Podría pensarse que existe, sin embargo,
la posibilidad de considerar a la sucesión testamentaria por la simple existencia
de un testamento, aunque el mismo se haya limitado a revocar uno anterior, no
parece sostenible tal posibilidad pues, lo que estaría aconteciendo es que
mediante un testamento posterior, el testador está optando porque la sucesión
que se aperturará con su fallecimiento se rija según las normas que para la
sucesión ab intestato, ha sancionado el Código, dejando paso a las normas
dispositivas para que sean ellas las que designen a las personas que habrán de
ser consideradas sus herederos.
En este caso de revocación es notoria la voluntad del causante en el sentido de
no delinear una sucesión testamentaria, sino intestada.

II. Llevada a cabo la revocatoria, deja de tener eficacia el testamento revocado,


a no ser que, contra lo que incluso pudo prever el testador, si el testamento
ológrafo (en el que se revocaba un testamento anterior por escritura pública) es
inutilizado por un tercero, en realidad no se habría producido la revocatoria del
testamento anterior, de tal modo que sería correcto afirmar que el testamento
por escritura pública no es que haya recobrado vigencia sino que, sencillamente,
no tuvo lugar su revocatoria.
III. Las disposiciones testamentarias revocadas no impiden que el testamento
que las contenga proyecte efectos válidos respecto de las demás disposiciones
testamentarias no revocadas. La revocación en este caso es parcial. Ambos
testamentos habrán de completar la sucesión testamentaria.

IV. Si se revoca un testamento que contiene la institución de heredero voluntario


sin designarse sustituto, la herencia corresponde a los herederos legales del
causante. Si la herencia corresponde a los herederos legales, habrá de hacerse
el llamamiento mediante el correspondiente proceso sucesorio. De otro lado,
tratándose de los legatarios, cuando son beneficiados con toda la masa
hereditaria, en realidad, como se ha anotado reiteradamente en varias
oportunidades, su condición es la de herederos voluntarios.
V. Por la revocación el primer testamento deviene en ineficaz, rigiéndose la
sucesión por el segundo testamento, a no ser que, correspondiendo a un tercer
testamento la revocatoria del segundo, el que a su vez revocó al primero, como
se tiene indicado, cobran vigencia las cláusulas testamentarias del primer
testamento.

¿Cómo puede revocarse un testamento?

el testamento es un acto jurídico por el que una persona dispone de sus bienes
para después de su muerte. Es decir, se ordena el destino de los bienes para
cuando el testador fallezca (lo que se conoce como destino “post mortem”). Lo
anterior implica que un testamento, por esencia, contiene disposiciones
patrimoniales, o lo que es lo mismo, sobre los bienes, derechos y obligaciones
del testador. Lo cual no impide que, junto a ese tipo de disposiciones, que son
las naturales de un testamento, se puedan contener otras de distinto carácter,
como el nombramiento de tutor para los hijos (en el caso de que ambos padres
fallezcan y se tenga que proceder a nombrar tutor durante la minoría de edad del
hijo), el nombramiento de ejecutores testamentarios (lo que se denomina
jurídicamente “albaceas”), o incluso, el reconocimiento de hijos
extramatrimoniales.

El testamento, en todo caso, se engloba dentro de lo que se conoce como actos


de última voluntad. De hecho, es el acto de última voluntad por excelencia. Esto
significa que lo que cuenta es la última voluntad del testador. Como
consecuencia natural, el testamento es un acto esencialmente revocable, y de
eso vamos a tratar aquí.

En efecto, el testamento es un instrumento vivo. Vivo porque responde a la


circunstancias del testador en el momento en el que testa. Y, como esas
circunstancias personales y patrimoniales del testador pueden cambiar, no sólo
es posible sino además aconsejable ir adaptando el testamento. Y el legislador,
consciente de ello, impone la revocabilidad del testamento como requisito
intrínseco esencial del mismo. Es decir, que el testamento lo voy a poder cambiar
las veces que quiera, y valdrá siempre el último. Y no sólo eso, sino que es
conveniente otorgar nuevo testamento en caso de cambio de las circunstancias
personales (como el nacimiento de más hijos), ya que, además, en caso
contrario, puede dar lugar a impugnaciones por preterición, término que explico
en otro post de este mismo Blog, que viene a significar que, en determinados
casos, el olvido de un legitimario puede acarrear la invalidez del testamento.

Hasta tal punto es natural esta característica de la revocabilidad en el


testamento, que la propia Ley dispone que el testamento posterior revoca, de por
sí, aunque no se diga nada, al anterior (lo que se denomina “revocación tácita”).
Aunque lo frecuente, que es cláusula en todo testamento notarial, es que en el
nuevo se ordene la revocación del anterior (la “revocación expresa”). Y el que
vale, el que va a regir la sucesión, va a ser el último. Y no sólo eso, sino que
además el propio Código Civil ordena que, aunque el testador piense que un
testamento va a ser el último y diga en el mismo que no lo podrá revocar jamás,
o que los futuros testamentos no valgan, o que sólo podrá revocarlo si utiliza
ciertas palabras o señales en los testamentos futuros, todo ello se tendrá por no
puesto, y cualquier testamento posterior revocará al anterior, sí o sí.

Los testamentos, como sabemos, pueden ser de varios tipos. El más utilizado en
la práctica es el llamado abierto notarial, que es aquél en el que el testador dicta
su voluntad al notario, y éste lo redacta jurídicamente de acuerdo con esa
voluntad. Pero también hay testamentos ológrafos (escritos a mano por el
testador sin la intervención de notario, sujetos a requisitos muy
rigurosos), cerrados (en el que el testador lo que da al notario es un testamento
que se guarda en sobre cerrado en el que se encuentra su voluntad), e
incluso testamentos especiales militares y marítimos, sin perjuicio de otras
formas de testamento, menos frecuentes, y peculiares de ciertas Comunidades
Autónomas.

Cualquiera de ellos, en la forma citada, si es válido, revoca al anterior, aunque


sea de tipo distinto. Pero lo que conviene destacar es la importancia de otorgar
testamento ante notario, por la labor de asesoramiento notarial, porque es el que
menos problemas va a plantear en el futuro (el notario identificará al testador y
dará fe de que coincide con su voluntad) y además es el más económico. No hay
que olvidar que el testamento es un documento notarial muy asequible,
precisamente para que todo el mundo, independientemente de su condición
económica, pueda testar. Y además, el asesoramiento del notario, por profundo
que sea, es gratuito. Esto facilita, que se pueda otorgar un nuevo testamento
cuando se quiera y, por tanto, revocar al anterior.

Lo importante es que un testamento sólo se puede revocar mediante otro


testamento posterior. Testamento posterior que puede ser meramente
revocatorio, en el que el testador lo único que dice es que el testamento anterior
queda revocado, por lo que entonces va a determinar la propia Ley quiénes
heredan (lo que se conoce como sucesión abintestato, porque es como si uno
muriese sin testamento). Otra cosa es que sea poco aconsejable, ya que mucho
mejor que el testador determine cómo y quién va a heredar, y no que lo determine
la Ley, porque ello va a suponer, además, más trámites y gastos al fallecer el
testador. Igualmente, si el testador quiere que valga uno anterior, si bien cabe
jurídicamente que se ordene en un testamento posterior la revocación del
anterior y que resucite uno más lejano, es mucho más claro ordenarlo de nuevo
que acudir a esta posibilidad, no exenta de problemas. Únicamente en el
testamento cerrado (lo mismo que en el ológrafo) cabe lo que se denomina
“revocación real”, en el que el testador destruye físicamente el testamento, pero,
como lo habitual y recomendable, sin duda (por los grandes problemas que
plantean los testamentos no notariales), es el testamento abierto notarial. Debe
destacarse que rompiendo la copia NO se revoca el testamento, sino que hay
que ir de nuevo al notario a otorgar uno nuevo, con carácter necesario.

Cabe añadir, además, en consonancia con lo anterior, que si bien el testamento


es un acto unilateral, en ciertas Comunidades Autónomas se permite lo que se
denomina testamento mancomunado, en el que varias personas otorgan
conjuntamente el testamento. Estos últimos, al suponer más de una voluntad,
están sujetos a requisitos especiales de revocación, que exceden de lo que
podemos analizar aquí. El notario de su plaza, adecuadamente, les asesorará
de su posibilidad y régimen de revocación.

Únicamente destacar, para finalizar, dos ideas: la primera, que todas aquellas
disposiciones patrimoniales (sobre los bienes) contenidas en el testamento
pueden revocarse, pero existen disposiciones que, si bien se permiten en el
propio testamento, exceden de lo que es propio del mismo, como el citado caso
del reconocimiento de hijos extramatrimoniales, que la propia Ley determina que
sean irrevocables, aunque lo ordenemos así en el testamento posterior. Y
destacar, como segunda idea, que cabe la posibilidad de que el testamento
posterior sea meramente aclaratorio, o modifique únicamente algún aspecto del
testamento anterior, dando lugar a lo que se conoce como testamentos
complementarios (por ejemplo, un testamento exclusivamente para los bienes
que tenga el testador en Alemania, y otro para el resto de países, cada vez más
frecuentes por el aumento de la inmigración). No obstante, como no están
exentos de ciertos problemas, se aconseja acudir al notario para recabar la
información oportuna y valorar su oportunidad.

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