Orientaciones para juegos

y actividades lúdicas con niños y niñas

1
Vacaciones en mi Jardín Invierno
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN
FUNDACIÓN INTEGRA
Indice

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………….................................... 3

I. DESCRIPCIÓN Y PRINCIPIOS DEL PROGRAMA VACACIONES EN MI JARDÍN 4

1. Descripción …………………………………………………………………………………………...................................... 4
2. Principios …………………………………………………………………………………………......................................... 5
2.1. Flexibilidad …………………………………………………………………………………………............................... 5
2.2 Adultos sensibles…………………………………………………………………………………………........................... 5
2.3 Juego/Aula entretenida………………………………………………………………………………………….................. 8

II AMBIENTE ENRIQUECIDO Y CONFORTABLE 9

1. AMBIENTE HUMANO…………………………………………………………………………………………..................... 9
2. AMBIENTE FÍSICO…………………………………………………………………………………………......................... 11

III.ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN 13

1. NIVEL SALA CUNA…………………………………………………………………………………………..............................15
1.1 Períodos Permanentes………………………………………………………………………………………….................15
1.2 Momentos Personales…………………………………………………………………………………………..................17
1.3 Períodos de Juego…………………………………………………………………………………………........................20

2. NIVEL HETEROGÉNEO…………………………………………………………………………………………........................23
2.1 Períodos Permanentes…………………………………………………………………………………………................24
2.2 Períodos de Juego…………………………………………………………………………………………........................26

IV. VÍNCULO CON LAS FAMILIAS 34

V. SUGERENCIAS PARA LA PLANIFICACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO 36

ANEXO 1: Ejemplos de Zonas .........................................................................................................40

ANEXO 2: Ejemplos de Talleres ......................................................................................................43

4
 Introduccion
El Programa Vacaciones en mi Jardín de Fundación Integra surge con el objetivo de darle conti-
nuidad a la atención que ofrecen los establecimientos durante el tiempo que deben interrumpir
su atención por las vacaciones del personal.

“Busca brindar a niños, niñas y sus familias un programa con énfasis en el bienestar a través de
una propuesta centrada en el juego y la recreación durante los períodos de vacaciones”. En este
sentido, el Programa se basa en los principios de la Educación Parvularia y el referente curricu-
lar de Fundación Integra, particularmente en lo relativo a ambiente enriquecido y confortable.

Este documento busca orientar a los equipos que se desempeñan en el Programa Vacaciones en
mi Jardín para que ofrezcan a los niños, niñas y sus familias un servicio ajustado y congruente
con las necesidades, requerimientos y desafíos propios de los períodos del año en que se im-
plementa.

En la primera parte se abordan los aspectos generales como características y principios del Pro-
grama Vacaciones en mi Jardín; en un segundo apartado se aborda el ambiente humano y físico;
el tercer capítulo lo constituyen las propuestas específicas para el trabajo con los niños y niñas
del nivel sala cuna y nivel heterogéneo; el cuarto apartado hace referencia a la relación con las
familias de los niños y niñas que asisten al Programa Vacaciones en mi Jardín y, por último, en el
quinto apartado se plantean sugerencias para la planificación y organización del tiempo.

5
 - I. DESCRIPCIÓN Y PRINCIPIOS DEL PROGRAMA VACACIONES EN MI JARDÍN
A continuación se especifican los aspectos generales y fun-
dantes que enmarcan y dan sentido al desarrollo del trabajo
con los niños y niñas durante la ejecución del Programa Va-
caciones en mi Jardín, estableciendo un marco que guía la
implementación que llevan a cabo los adultos.
1. DESCRIPCIÓN
El Programa Vacaciones en mi Jardín surge ante la nece-
sidad de ofrecer a los niños y niñas un espacio recrea-
tivo-vacacional, en un marco de seguridad y bienestar,
durante los períodos de tiempo en que los estableci-
mientos interrumpen su funcionamiento. En este senti-
do, resguardar el sentido recreativo y vacacional es tras-
cendente. Es necesario tener presente que el Programa
Vacaciones en mi Jardín, busca hacer un quiebre en la
rutina, marcar una diferencia respecto de la continuidad
anual que viven los niños y niños en el jardín y que su
participación en el programa tenga un marcado acento
lúdico, de distención y entretenimiento.
El Programa está dirigido a niños y niñas de tres meses a
cinco años de edad, en situación de vulnerabilidad social,
preferentemente hijos e hijas de madres que trabajan. El
horario de funcionamiento es de lunes a viernes de 8:30
a 19:30 y/o 20:00 horas y opera con dos niveles:
• Sala Cuna: niños y niñas de 3 meses a 2 años
• Heterogéneo: niños y niñas de 2 a 5 años
Para el desarrollo de este Programa, tanto la Directora
como el personal de trato directo con niños y niñas es
contratado y capacitado especialmente para este perío-
do. Específicamente, en los niveles de sala cuna se cuenta
con una Educadora para el grupo total y una Asistente
cada 6 niños y niñas. Por su parte, en los niveles hetero-
géneos se cuenta con tres Asistentes para el grupo total,
así como una Educadora-Directora responsable del fun-
cionamiento del Programa y del trabajo con los niños y
niñas. Ambos niveles cuentan con personal de aseo.
Adicionalmente, se cuenta con el acompañamiento fre-
cuente de un(a) asesora(a) de la región, quien se encarga
de monitorear y retroalimentar regularmente el funcio-
namiento del Programa.
6
2. PRINCIPIOS
Dada la naturaleza de este Programa, sus principios se orien-
tan a relevar las distinciones con la atención de continuidad,
cautelando que la sensibilidad hacia niños y niñas sea su
foco; es decir, que ofrezca protección, entretención y juego.
Es necesario considerar que los aspectos que se detallan a
continuación deben estar presentes de manera permanente
en el trabajo con niños y niñas; constituyéndose así en “máxi-
mas” o “principios” que guían la labor de los adultos a cargo.
a. Flexibilidad al servicio de los niños y niñas
El Programa Vacaciones en mi Jardín es una alternativa va-
cacional y no pretende ser la extensión del trabajo desa-
rrollado durante el año en las salas cuna y jardines infan-
tiles de Fundación Integra. En tal sentido, el principio de
flexibilidad busca que los adultos responsables -teniendo
una estructura y una planificación de las actividades a de-
sarrollar- estén atentos y dispuestos a realizar ajustes, aco-
modos, variaciones e innovaciones frente a contingencias
o cambios en los intereses de niños y niñas. Esto implica
anticipar diversas alternativas de juego, de utilización de
ambientes y materiales, de entretención y distensión.
Asimismo, se espera que los adultos siempre estén aten-
tos a las circunstancias y respeten las necesidades de
bienestar de niños y niñas en todo momento (por ejem-
plo, ir al baño o descansar), sin forzar la participación de
aquellos que no quieren hacerlo y escuchando sus intere-
ses y demandas.
b. Adultos sensibles que tengan a niños y niñas al centro de
su que hacer
Un sello permanente debe ser que todos los adultos que
participan en él -más allá del rol que cumplan- manifies-
ten una decidida sensibilidad hacia la infancia, sus carac-
terísticas, derechos y necesidades; que consideren y pro-
muevan el respeto a niños y niñas en tanto personas, y
que esto sea un ingrediente fundamental de su quehacer.
Lo anterior se expresa en disposiciones y actitudes dia-
rias y concretas que les aseguren a cada niño o niña un
trato amable, delicado y personalizado, un cuidado sen-
sible y oportuno, así como un ambiente entretenido, se-
guro y cómodo. Implica que debe apreciarse durante todo
el desarrollo de la jornada, de manera transversal; más allá
de la existencia de algún período determinado.
Es importante que tanto las familias como los niños y ni-
ñas sientan que el establecimiento y los adultos que los
acogen son personas idóneas y en quiénes pueden depo-
sitar su confianza, pues estarán disponibles cuando los
necesiten, porque están convencidos que niños y niñas
necesitan un cuidado afectuoso, constante, sensible y res-
ponsable por parte de los adultos que les acompañan.
Para materializar este principio es imprescindible que los
adultos revisen críticamente sus prácticas, cada día, al
finalizar la jornada. Un aporte concreto en esta línea es
estar atentos a las señales que dan los niños y las niñas,
ponerse en se lugar y preguntarse con cierta frecuencia: Si
yo fuera una niña de esta sala y estuviera todo el día con
esta tía… ¿cómo me sentiría?, ¿me gustaría?, ¿quisiera
quedarme? La tía... ¿me mira a los ojos cuando le hablo?,
¿juega conmigo?, ¿respeta mi ritmo al comer, jugar, com-
prender, etc.?
Otras preguntas que pueden ayudar en el mejoramiento
de la sensibilidad de los adultos son las siguientes:
• ¿Estoy atenta a las señales de todos los niños y niñas
(los más retraídos y los más expresivos)?
• ¿Me mantengo física y emocionalmente cerca de todos
los niños y niñas?
• ¿Observo, escucho, respondo a todas las señales, las
llamativas y las no tan notorias (por ejemplo, el retrai-
miento, el llanto, las rabietas, los mordiscos, la apatía, la
pérdida de interés o de apetito)?
• ¿Expreso, a través de mis acciones, que acojo, respeto,
regulo y contengo lo que sienten los niños y niñas?
• ¿Oriento el comportamiento de los niños y niñas, desde
la creencia que sus expresiones manifiestan necesidades y
7
no son caprichos o “mañas”?
• ¿Animo y permito distintas expresiones?
Un aspecto relevante involucrado en este principio tiene
relación con las conductas de difícil abordaje y la resolu-
ción pacífica de conflictos. Durante la implementación del
Programa Vacaciones en mi Jardín, los adultos se encon-
trarán con situaciones en que los niños y niñas manifies-
tan comportamientos o conductas que no se ajustan a sus
deseos y expectativas. En estos casos, es necesario tener
claros los siguientes elementos.
• Estas conductas de niños y niñas nos dicen algo, nos
plantean la necesidad que como adultos debemos estar
atentos a través del oído y corazón para encontrar ese
mensaje no evidente. Esto significa procurar -a través de
una escucha atenta, una observación detenida, una acti-
tud receptiva- escuchar y ver más allá de lo tangible, de
manera de lograr una comprensión más completa de lo
que le ocurre al niño o niña.
• Asumir que como adultos nos corresponde comprender
y contener, sin enjuiciar, las conductas de niños y niñas.
• Darse cuenta que muchas veces reaccionamos desde lo
que a nosotros nos pasa y estamos sintiendo, en vez de
hacerlo desde lo que necesita el niño o niña.
• Ejercitarnos en contener cualquier reacción impulsiva
de nuestra parte: los adultos debemos tener y/o desarro-
llar la capacidad de controlar nuestros impulsos y esperar
a estar en calma antes de reaccionar.
Generalmente, lo que subyace a las conductas de niños y
las niñas de difícil abordaje, es una situación de sufrimien-
to y/o incapacidad de dar un curso constructivo a las emo-
ciones que los invaden, por lo tanto es muy importante
recordar que quien peor lo pasa en esas situaciones son
ellos. Recordar que la conducta humana responde a nece-
sidades que son muy difíciles de visualizar y comprender
para todas las personas, especialmente en el caso de los
de menor edad.
 - I. DESCRIPCIÓN Y PRINCIPIOS DEL PROGRAMA VACACIONES EN MI JARDÍN
Para tener un acercamiento, entender lo que un niño
o niña puede estar sintiendo y brindarle la ayuda que
necesita, es relevante reconocer en qué estado se en-
cuentra, qué le está pasando o qué lo está afectando;
así como conocer su historia, contexto y preferencias.
Considere la opinión y conocimiento de su compañera
de sala y de la educadora a cargo. A modo de ejemplo,
algunas preguntas que pueden ayudar en este sentido
son:
• ¿Le gusta que le toquen o prefiere mantener distancia?
• ¿Qué cosas le calman y relajan?
• ¿Qué cosas le motivan?
Es importante recordar que existe información individua-
lizada de niños y niñas en las bitácoras y los historiales y
pueden constituirse en una fuente de información adicio-
nal, a la que se puede acceder o consultar a través de la
educadora.
Empatizar con niños y niñas supone acercarse con afec-
to y delicadeza, verbalizando con respeto sus emociones,
necesidades, inquietudes y malestares. También implica
que, aunque se tenga alguna idea o suposición de lo que
pasa, finalmente NO SE SABE y ello obliga a actuar con
consideración y sensibilidad.
Es importante tener presente que cuando niños y niñas
sienten angustia no se alivian de un momento a otro, lo
más habitual es que necesiten tiempo para sentirse mejor
y que, durante ese lapso, estén en una condición de fra-
gilidad afectiva que requiere atención. Por ello, es central
que los adultos persistan en sus actitudes de empatía y
contención, a pesar que la situación de conflicto se de-
tenga.
Por último, los principales facilitadores de una conviven-
cia armónica y del aprendizaje gradual de la autorregula-
ción, son los siguientes:
• Un ambiente grato, respetuoso y flexible, que ofrezca
variadas alternativas de elección, acción y autonomía.
8
• Adultos sensibles a las características y necesidades de
niños y niñas, que transmitan con afecto y claridad las
normas de convivencia, dando a conocer los sentidos de-
trás de éstas; y, por cierto, siendo constantes y coheren-
tes en la aplicación de ellas con niños y niñas. No hay que
olvidar que los adultos son modelos y los niños aprenden
de sus conductas.
c. Juego/ Aula entretenida
Otro principio fundamental del Programa Vacaciones en mi
Jardín es el juego y la entretención. El juego es el modo
natural que niños y niñas tienen para relacionarse con el
mundo, por lo tanto debe ser la principal metodología a
utilizar en las actividades que se programen.
Jugar implica gozar la vida con todos los sentidos, entre-
gándose a la imaginación y creatividad. Es también una
forma de ensayar situaciones futuras, la posibilidad de
inspirarse y buscar sus propias soluciones. Por ello, es
importante que los adultos promuevan que niños y niñas
sientan, exploren, disfruten, participen y sean protagonis-
tas en los proyectos que emprenden.
En esta línea es esperable que exista movimiento y ruido
razonable en el grupo, pues ello demuestra que los niños
están participando, conversando y compartiendo. Tam-
bién es respetable y positivo que algunos niños quieran
jugar solos o quieran compartir sólo con aquellos que
tienen más afinidad, o bien, que un grupo establezca un
juego paralelo al realizado por la mayoría.
En este punto también es importante que el adulto responsa-
ble del grupo desarrolle una mirada crítica de su actuar, pre-
guntándose permanentemente: Si yo fuera una niña de esta
sala, ¿estaría entretenida?, ¿tendría la posibilidad de elegir qué
hacer, con qué jugar o con quién compartir?, ¿tengo posibilidad
de proponer cosas o debo hacer lo mismo que el resto?, ¿mis
compañeros se ven relajados y contentos?
Ambiente enriquecido y confortable es un concepto que
integra dos aspectos: las relaciones entre las personas y el
escenario en que estas transcurren.
II. AMBIENTE ENRIQUECIDO Y CONFORTABLE

En síntesis, es muy importante que niños y niñas sientan que el establecimiento que los acoge durante sus vacaciones
es un lugar para pasarlo bien. Por ello, es fundamental variar continuamente la oferta de materiales y ambientes, en la
medida que los recursos lo permitan, favoreciendo así las capacidades de asombro y expresión de niños y niñas.

AMBIENTE ENRIQUECIDO Y CONFORTABLE

AMBIENTE HUMANO

AMBIENTE FÍSICO

Las interacciones en el Programa Vacaciones en mi Jardín
se construyen a partir de la relación humana que esta-
blecen las personas entre sí (consigo mismas, adultos y
niños, niños entre sí, adultos entre ellos), la que busca-
mos que sea afectivamente positiva y desde las fortalezas
y recursos de las personas; basadas en la aceptación, la
empatía, el afecto y el respeto. Estas interacciones ocu-
rren en un espacio, escenario intencionado y preparado
previamente, que debe estar organizado en función del
bienestar de niños y niñas, los principios del programa y
lo que queremos promover como actitudes y comporta-
mientos al interior del aula.
1. AMBIENTE HUMANO
En las aulas (espacios internos y externos) del Programa
Vacaciones en mi Jardín, deben darse interacciones afecti-
vas positivas, donde las demostraciones de afecto y cariño
que brinda el equipo, realizadas con respeto y ajustadas
a las formas culturales de expresión de las familias, van
generando un ambiente propicio para estar, socializar y
jugar, que aporta al desarrollo de las personas como seres
creativos, únicos y socialmente válidos.
Los adultos deben promover que el Programa sea un es-
pacio de socialización, juego e interacciones entre pares,
promoviendo que niños y niñas compartan intereses, con-
versaciones, juegos, experiencias y trabajo colaborativo.
Aquí, la convivencia dentro de grupos diversos es parti-
cularmente enriquecedora para niños y niñas, en cuanto
pueden aprender unos de otros, a partir de sus diferen-
cias.
Niños y niñas requieren establecer vínculos afectivos se-
guros con sus figuras significativas para crecer sanamente
y desarrollar competencias emocionales necesarias para
conocerse y comprenderse a sí mismo y a los demás y
convivir armónicamente con los otros. Dada la naturaleza
del programa y su corta duración, resulta relevante tener
claridad sobre la necesidad de niños y niñas de contar
con un adulto sensible que sea un referente estable:
todos los niños y niñas nacen con un enorme potencial
que necesita desarrollarse, para ello un ambiente “sufi-
cientemente bueno” y la interacción con otro ser huma-
no que le proporcione la seguridad afectiva que necesita,
aspectos relevantes para ello. Las personas más cercanas
y que satisfacen de manera regular, adecuada y oportuna
sus distintas necesidades (incluidas las de afecto, cercanía

9
 II. AMBIENTE ENRIQUECIDO Y CONFORTABLE
son aspectos relevantes para ello. Las personas más
cercanas y que satisfacen de manera regular, adecuada
y oportuna sus distintas necesidades (incluidas las de
afecto, cercanía y proximidad) pasan a constituirse en
adultos significativos. En este sentido, todos aquellos
que trabajan en sala cuna y jardín infantil, ineludible-
mente deben considerarse adultos significativos y de
referencia para niños y niñas. Asimismo, deben tener
presente que en esta relación particular lo más impor-
tante para niños y niñas es tener la seguridad que, en los
momentos cotidianos como comer, lavarse, cambiarse,
dormir, entre otros, tendrán la disposición, atención y
contacto por parte de este adulto.
En el Programa Vacaciones en mi Jardín queremos pro-
mover un clima emocional en el aula que sea positivo y
enriquecedor de las interacciones, para lo que el papel
que cumplen los adultos es crucial como promotores
de un ambiente emocional saludable, en que el respeto
profundo por el niño y niña así como la promoción de
una convivencia armoniosa y bientratante permee todo
el quehacer del día. Asimismo, la generación de ambien-
tes de juego y desafío para niños y niñas, a través de una
interacción atenta, pertinente y oportuna, y un espacio
físico enriquecido e intencionado.
El principio de juego y aula entretenida implica sensibi-
lidad para cambiar de período en forma oportuna: los
adultos deben estar atentos durante la jornada diaria con
niños y niñas, para percibir y darse cuenta cuándo es el
momento más adecuado y oportuno para cerrar el perío-
do en el que están trabajando y pasar a otro o bien, para
cambiar la oferta que se hace a niños y niñas. En esta lí-
nea, el adulto debe estar atento y percibir las señales de
cansancio o desinterés de niños y niñas (por ejemplo, no
se interesan por los objetos ni las acciones, no responden
con entusiasmo, se distraen, entran en disputa con sus
pares) y, ante estas señales tomar la decisión de hacer
una oferta distinta o generar mayores alternativas para
algunos o el grupo total. disposición de materiales que ofrece; mensajes respecto
1- Reggio Emilia, ciudad italiana que imparte una pedagogía innovadora al servicio de la primera infancia, de fama mundial. Fue impulsada por el educador Loris Malaguzzi (1920-1994).
10
2. El ambiente físico cumple un rol de tercer educador
El adulto es responsable de anticipar y mantener un am-
biente intencionado para el juego y el bienestar, consi-
derando las características y necesidades de niños y niñas
y que involucra distintos aspectos: comodidad, calidez,
enriquecimiento, desafío, armonía, seguridad, orden, hi-
giene, entre otros. Se debe tener presente que un espacio
con estas condiciones se constituye en una oportunidad
de autonomía, participación, creatividad, vivenciar expe-
riencias innovadores, libertad de elección.
El ambiente educativo como tercer educador es un con-
cepto utilizado por los educadores de Reggio Emilia1, cuya
pedagogía innovadora da un lugar principal al ambiente
educativo, considerando que éste posee un insustituible
rol didáctico.
En el entendido que el primer educador de niños y niñas
son sus familias y en segundo término el equipo educati-
vo del jardín infantil al que asisten, esta denominación de
tercer educador se le atribuye a un ambiente educativo
enriquecido, el cual hace posible que la exposición per-
manente de niños y niñas a este medio de manera autó-
noma, favorezca sus aprendizajes a través de sus intereses
particulares de juego.
Este ambiente constituye una invitación intencionada por
parte del equipo educativo, la cual debe ser creativa, de-
safiante y provocadora, permitiéndole al niño o niña ju-
gar, investigar, descubrir, construir sus propias historias,
compartirlas con otros y contribuir al enriquecimiento
continuo de este ambiente.
Cuando un niño o niña ingresa a un Jardín infantil “el am-
biente debe hablar, debe invitar a entrar y participar en él.
El ambiente educativo transmite mensajes a los distintos
actores -niños y niñas, familias, y equipo educativo- a tra-
vés de la organización del espacio que presenta y el tipo y
II. AMBIENTE ENRIQUECIDO Y CONFORTABLE

del tipo de lugar, cuán acogedor es, qué ofrece mensajes
respecto del tipo de lugar, cuán acogedor es, qué ofrece
como atractivo, qué demanda de los participantes, etc.
Estos mensajes debieran tener un carácter positivo para
niños y niñas, es decir, que les inviten a jugar, explorar,
descubrir, manipular, expresarse; en definitiva, a identifi-
carse y ser parte de él.
Basándonos en Dodge y Kittredge (2004), señalamos a
continuación mensajes importantes que consideramos
debiera transmitir un ambiente educativo a niños y niñas:

Este es un buen lugar para estar.

Tú perteneces a este lugar. Eres valioso como miembro
de esta comunidad.
Este es un lugar donde puedes jugar con confianza.
Y también donde puedes estar solo cuando lo desees.
En este lugar puedes hacer cosas por  mismo.
Es un lugar seguro para explorar y poner a prueba
tus ideas.

Para que los equipos vayan mejorando la preparación pre-
via y la intención que dan a los ambientes, se sugieren
algunas preguntas que aportan material para la reflexión
crítica:
• Qué importancia le asignamos al ambiente físico?
• ¿Qué relación existe entre el ambiente físico y los prin-
cipios del programa?
• Si fuésemos niños y niñas, ¿qué parte del jardín infantil
es la que más/menos nos gustaría?, ¿Por qué?
•¿Qué piensan niños y niñas del ambiente físico?, ¿Cómo
les gusta?, ¿Qué no les gusta?
Para que el ambiente físico sea un espacio confortable
para niños y niñas, debe presentar condiciones adecua-
das de:

• ¿Cómo influye el ambiente físico en el juego y la entre-
tención/ el clima emocional /la promoción de la autono-
mía y encuentro entre pares?
• ¿Nuestros ambientes físicos son significativos y acoge-
dores para nuestros niños, niñas, familias y equipo edu-
cativo?
Seguridad: implica delimitación clara en los jardines infan-
tiles de las vías de evacuación para situaciones de emer-
gencia (ejemplo: sismos, incendios, etc.); conocimiento
por parte de los equipos educativos de los procedimien-
tos a poner en práctica en estos casos; y disponibilidad en
los establecimientos de los recursos de apoyo asociados
(extintor, botiquín, etc.).

11
 II.
II. AMBIENTE
AMBIENTE ENRIQUECIDO
ENRIQUECIDO YY CONFORTA-
CONFORTABLE
Es importante tener claro que “espacios físicamente
seguros no son garantía absoluta para niños y niñas,
puesto que junto con esto se requiere de adultos cer-
canos y alertas que mantengan una supervisión cons-
tante de todos los niños y niñas que están a su cargo,
para evitar accidentes” (Fundación Integra, 2007, pág.
20). Por otra parte, es relevante tener presente que la
seguridad de niños y niñas implica también educarlos
en estos temas, dándoles información y a través de de-
mostraciones sobre los cuidados a tener en la vida dia-
ria. Por ejemplo: cómo abrir y cerrar las puertas, cómo
levantar una silla, la importancia de amarrarse los cor-
dones de los zapatos, entre otros.
Higiene: se refiere a la limpieza del espacio físico, mobi-
liario y material didáctico, especialmente en sala cuna;
y al uso individual de los utensilios personales, lo que
permite prevenir el contagio de enfermedades en los
niños y niñas.
Ventilación: del espacio interior para asegurar la reno-
vación permanente del aire “pues con el paso del tiem-
po disminuye la proporción de oxígeno y se dificulta la
12
oxigenación del cerebro” (Raya, 2010, pág. 2), lo cual de-
bilitaría el funcionamiento de las conexiones neuronales
y, por consiguiente, la capacidad de aprendizaje de niños
y niñas.
Iluminación: del espacio interior debe ser de preferencia
con luz natural y en un nivel de intensidad adecuado,
es decir, luz que ilumine pero no encandile, para lo cual
el uso de cortinas es relevante. En algunos casos, será
necesario complementar la iluminación con luz artificial.
Temperatura: es un factor ambiental relevante que favo-
rece los aprendizajes y debe situarse en un nivel medio,
puesto que el frío puede generar tensión e inquietud;
y el calor, somnolencia, sudor e inactividad. Debido a lo
anterior, es necesario cautelar este aspecto a través del
buen manejo de los artefactos de calefacción o ventila-
ción que se poseen, buscando siempre una temperatu-
ra adecuada para todas las personas que comparten el
ambiente.
Posibilidad de acceder a áreas verdes: ya sea dentro del
jardín infantil o en los espacios exteriores.
III. ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
La propuesta contenida en este documento constituyen
orientaciones generales para el Programa Vacaciones
en mi Jardín, propuesta que pretende ser una guía y que
necesariamente debe ser ajustada a las necesidades
particulares de cada región, considerando aspectos re-
levantes como las condiciones climáticas de la zona, las
características propias del establecimiento y la comuni-
dad en que se inserta, así como las particularidades y
necesidades de niños, niñas y sus familias.
Es necesario que, previo al inicio del Programa, el per-
sonal a cargo se familiarice con la situación y antece-
dentes de todos los niños y niñas que conformarán el
grupo, a través de conversaciones con el personal de
jornada habitual del establecimiento, y/o en entrevistas
con las madres o apoderados, como también es funda-
mental la revisión de la ficha de inscripción o asistencia
previa a la puesta en marcha del Programa con niños
y niñas. Estas estrategias pueden ayudar a contar con
un panorama inicial de los niños y niñas que oriente la
relación y el trabajo con ellos.
13
Respecto de los recursos para el trabajo con niños y niñas,
es fundamental que los equipos que funcionan todo el año
en el establecimiento dejen a disposición, en buen estado y
condiciones de higiene, los espacios necesarios para el de-
sarrollo del Programa, los materiales didácticos y fungible,
el mobiliario y otros recursos utilizados durante el año para
la temporada en que se desarrolla el Programa, tanto para el
nivel sala cuna como para el grupo heterogéneo. Asimismo,
es importante maximizar el uso de los recursos naturales
que se encuentran en el entorno, los que pueden ayudar en
el despliegue de actividades motivadoras y pertinentes a las
localidades o regiones.
1. NIVEL SALA CUNA
A continuación se desarrollarán las orientaciones para el tra-
bajo con niños y niñas en el nivel sala cuna, detallando los
períodos permanentes y de juego, y los momentos perso-
nales que se espera sean desarrollados durante la jornada
diaria, quedando a criterio de cada región o establecimiento
realizarlos en el orden y duración más apropiada a su reali-
dad particular.
 II.
III. AMBIENTE ENRIQUECIDO
ORGANIZACIÓN Y CONFORTA-
DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
1.1. PERÍODOS PERMANENTES
Entendidos como aquellos que, dada su naturaleza, mar-
can hitos dentro de la jornada y/o tienen horarios defi-
nidos. En términos generales, los períodos permanentes
son aquellos deben estar presentes cada día puesto que
dan un marco claro y ordenador a niños y niñas ya que
cautelan la satisfacción de sus necesidades más básicas
y su bienestar.
Durante estos períodos, así como también durante los
momentos personales, lo central es contribuir al desa-
rrollo de vínculos afectivos de calidad entre el adulto de
referencia y los niños y niñas.
El principio es establecer una relación con los niños y ni-
ñas basada en la respuesta sensible, que les permita sen-
tirse seguros y confiados. La satisfacción de los requeri-
mientos de alimentación, sueño, higiene y bienestar son
especialmente propicios para su desarrollo. Cabe recor-
dar que la construcción de este vínculo es transversal a
toda la jornada que los niños y niñas permanecen en el
jardín infantil.
En estos períodos es especialmente importante ocuparse
de niños y niñas con ternura, tomando en consideración
sus necesidades individuales y reaccionando a sus seña-
les, con gestos delicados y respetuosos. Es importante
subrayar el hecho que niños y niñas, cualquiera sea su
edad, son sensibles a todo lo que sucede a su alrededor,
sienten, observan, registran y comprenden; lo que nos
demanda a ofrecer seguridad, alegría y contención, en
forma constante.
• Llegada y acogida
Es la instancia que marca el inicio del día. El adulto re-
cibe a cada niño y niña y establece el primer contacto
de la jornada. En este sentido, también es importante
que los adultos de la sala cuna hagan sentir a la madre
(u otro adulto que va a dejar al niño o niña) confianza y
14
y seguridad que le transmita a su hija e hijo al momento
de la separación. En este sentido, es positivo consultar al
adulto por el estado de ánimo y de salud del niño o niña,
si descansó bien la noche anterior, sus gustos y cualquier
otra información que pueda ser relevante. Recordar que
las familias son quienes más saben acerca de sus hijos e
hijas. Además, es importante mantener informadas a las
familias sobre lo que los niños y niñas viven durante el
día y estar dispuestos a responder consultas que pueden
surgir.
Es deseable esperar y recibir a niños y niñas como nos
gustaría que nos recibieran a nosotros o a nuestros hijos
e hijas: con un ambiente grato y enriquecido con objetos
y experiencias interesantes y desafiantes, con la sala lim-
pia, bonita, ordenada y luminosa; con adultos contentos,
sonrientes y amables.
Se sugiere esperar a los niños y niñas con variado mate-
rial de juego. Además, permitir que puedan llevar al jardín
algún objeto personal significativo que les permita pro-
longar el vínculo con su hogar y facilitar su familiarización
con este nuevo ambiente.
• Alimentación
Son las instancias en las que niños y niñas reciben su
desayuno, almuerzo, once y cena, en un ambiente cálido
y acogedor, en el que se respetan los ritmos individua-
les. Es importante favorecer el aprendizaje gradual de
los ritos sociales y las habilidades de autonomía asocia-
das al acto de alimentación. Recordar que también se
están enseñando estas habilidades cuando se modelan
o se “muestran” y cuando se propician oportunidades
para que los niños y niñas las vivencien.
El momento de la alimentación es un momento privile-
giado para reforzar un vínculo estrecho y personal con
niños y niñas, respetando, por una parte, su ritmo per-
sonal de ingesta y motivándolo, por otra, a consumir la
totalidad de los alimentos que se le ofrezcan.
III. ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
El momento de la alimentación es un momento privile-
giado para reforzar un vínculo estrecho y personal con
niños y niñas, respetando, por una parte, su ritmo per-
sonal de ingesta y motivándolo, por otra, a consumir la
totalidad de los alimentos que se le ofrezcan.
Con los más pequeños es fundamental tener presente
la importancia de sostenerlos y de mantener en lo po-
sible un contacto cercano, cara a cara, mientras toman
su mamadera. Más adelante, cuando comienza la inges-
ta de alimentos tipo sopa-puré y guisos, es importante
mantener una relación afectuosa y atenta con el niño y
niña, atendiendo y respondiendo a sus intentos comu-
nicativos y anticipándole verbalmente las acciones que
va a realizar.
Con los niños y niñas más grandes, hay que aprovechar
este momento como una instancia social de relajo y
conversación (de acuerdo a sus posibilidades), en que
el adulto inicia y estimula el diálogo. También, incenti-
var gradualmente la autonomía y autocuidado en niños
y niñas, potenciando que, por ejemplo, coman solos o
se preocupen de usar la servilleta para limpiar su boca
o la mesa.
Además, es importante contar con un espacio adicional
con material de juegos atractivos y variados, donde ni-
ños y niñas puedan retirarse a jugar a medida que van
terminando su alimentación, acompañados siempre, por
supuesto, por un adulto.
En el nivel sala cuna los períodos de alimentación son los
que mayor organización y disposición de los adultos re-
quiere. La educadora de sala cuna debe estar presente y
colaborar activamente durante este período. Es positivo
usar sistemas de turnos y responsabilidades para asegu-
rar mejores condiciones de bienestar para niños y niñas.
• Despedida
Esta instancia se asocia a la finalización de la jornada y
al momento en que niños y niñas se preparan para re-
gresar a sus hogares. También debe considerar el bien-
15
estar del niño y niña, favoreciendo progresivamente su
autonomía y brindar un espacio de cierre para despedir-
se, manifestándole que le estaremos esperando al día
siguiente.
La despedida puede darse entre las 16:30 y las 19:30 o
20:00 horas. Cualquiera que sea el horario, la idea es fa-
cilitar la continuidad del niño y niña desde la sala cuna el
hogar y considerar no sólo sus necesidades, sino también
las del adulto que lo va a buscar. Es importante resguardar
que niños y niñas que permanecen hasta más tarde pue-
dan continuar normalmente su jornada, sin ser interrum-
pidos por los niños y niñas que van retirándose antes.
Esperamos que el adulto anticipe al niño o niña, el mo-
mento de finalización de la jornada y lo acompañe hasta
que se encuentre con el adulto que viene a retirarlo para
llevarlo a su hogar.
Es importante darse el tiempo con los niños y niñas para
hacer el cierre, recordándoles algo significativo vivido
durante el día transcurrido, y darles una despedida cor-
dial y cariñosa.
1.2. MOMENTOS PERSONALES
Estos momentos no corresponden a períodos propia-
mente tales porque no son colectivos, puesto que se dan
según los requerimientos personales de cada niño y niña
y apuntan a resguardar que las necesidades básicas de
higiene, bienestar y atención individual sean satisfechas
cada vez que sea necesario, potenciando niveles crecien-
tes de autonomía, dentro de un contexto de cercanía y
contacto afectivo y personal.
• Muda
Este momento busca satisfacer la necesidad personal
de aseo y bienestar de niños y niñas, así como también
su necesidad de contacto afectivo con el adulto que lo
atiende, en una interacción cara a cara favorecedora de
la comunicación.
 II.
III. AMBIENTE ENRIQUECIDO
ORGANIZACIÓN Y CONFORTA-
DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
Lo primero será considerar y satisfacer las necesidades
personales de muda de cada niño y niña. No obstante,
también será conveniente un momento de muda colecti-
va en ciertos momentos claves del día como después de
almuerzo y antes de irse al hogar.
En el caso que los niños y niñas que estén en proceso
de control de esfínter, se podrá intencionar la ida al baño
para que se realice en forma grupal o individual, depen-
diendo de la distribución de los espacios físicos en la sala
cuna y las necesidades específicas de cada grupo de niños
y niñas. Lo importante es resguardar en todo momento la
atención personalizada de los casos individuales. Duran-
te el momento del baño, es relevante resguardar aspec-
tos relativos al autocuidado y que apuntan a mantener
su cuerpo limpio y saludable, apreciarlo y tratarlo con
delicadeza. Es importante resguardar las condiciones de
aseo, higiene, temperatura y ventilación adecuadas, en el
contexto de un ambiente grato y acogedor.
El adulto debe estar atento y responder en forma per-
sonalizada a las necesidades básicas de higiene de los
niños y niñas; establecer un vínculo estrecho y personal
con cada uno, a través de gestos y palabras; y anticiparles
verbalmente y en un tono cariñoso las acciones que va a
realizar. Por ejemplo: “Manuel, te voy a sacar los zapa-
tos, los calcetines, el pañal, y lo vamos a cambiar por uno
que está limpio. Te voy a lavar, te secaré con tu toalla....”.
Igualmente es fundamental prever, en el espacio destina-
Diversas
do a la muda, la disponibilidad de todos los elementos y
materiales requeridos para la correcta atención y cuidado
del niño y niña.
Para niños y niñas mayores que inician el aprendizaje de
2
control de esfínteres , es esencial, desarrollar un plan de
acción estable, que respete sus ritmos individuales y en
coordinación con la familia. De este modo, es importante
intencionar estos aprendizajes gradualmente y con natu-
ralidad, transmitiéndoles en todo momento tranquilidad
y confianza para que puedan abordar esta etapa con se-
guridad y sin ansiedades. No apurarlos ni descalificarlos
2-Es importante tener claro que, dada la condición de transitoriedad del Programa Vacaciones en mi Jardín, el rol que pueda jugar el personal de este Programa en el aprendizaje del control
de esfínteres de los niños y niñas será limitado, debiendo resguardarse en todo momento la entrega de una atención lo más individualizada y pertinente posible a las necesidades de cada
niño y niña, en este plano.
16
durante este proceso y asegurarse que han alcanzado
el nivel madurativo necesario para poder enfrentar ade-
cuadamente estos nuevos requerimientos (capacidad de
retención; capacidad de captar las señales indicativas de
la necesidad de eliminación y evacuación; capacidad de
manifestar verbal o no verbalmente su necesidad).
También será necesario generar condiciones para com-
portamientos más autónomos por parte de niños y niñas
durante este período, tales como: tirar la cadena luego de
usar la taza del baño, botar papeles en el papelero, subir-
se las mangas de la camisa para lavarse las manos, cerrar
bien las llaves.
• Descanso
En este momento se debe satisfacer la necesidad de re-
poso y sueño de niños y niñas, de acuerdo a las necesida-
des personales, en un contexto de bienestar, tranquilidad
y seguridad. Lo esencial es centrarse en las necesidades
reales de reposo que presentan durante el transcurso de
la jornada, en cualquier momento.
El descanso incluye tanto el sueño como el reposo, en-
tendido éste como la necesidad del niño y niña de con-
tar durante la jornada de momentos tranquilos, ya sea
tendido sobre una colchoneta o estando sentado, en una
disposición de contemplar y observar su entorno, o de de-
sarrollar actividades reposadas, como una manera de re-
cuperar energía y su disposición interna para interactuar
con su entorno.
La duración y la frecuencia del descanso variarán según el
nivel de desarrollo y características personales de niños
y niñas. Los niños y niñas de sala cuna, en su mayoría,
duermen regularmente la siesta; en tanto más pequeños,
durante períodos más prolongados o de mayor frecuen-
cia. La siesta debe responder a las necesidades reales
de sueño, por lo tanto es importante recordar que tanto
“prohibir dormir” como “obligar a dormir” no respetan al
niño y niña en su disposición natural.
III. ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
Es importante tener en cuenta durante este momento
ciertos aspectos generales directamente vinculados al
bienestar y a la seguridad de niños y niñas, como por
ejemplo: postura y posición correcta en la cuna, nivel de
abrigo (ni insuficiente ni excesivo), sacar los zapatos al
niño y niña, asegurar una ventilación adecuada del lugar.
La propuesta de este momento debe responder a las
características particulares de cada niño y niña, procu-
rando mantener sus hábitos de dormir en el hogar, por
ejemplo, acunándolo y/o facilitándole algún objeto per-
sonal propio de este momento. Para esto se sugiere con-
versar con las madres o adultos significativos del hogar,
de modo de informarse acerca de los hábitos y costum-
bres de sueño de los niños y niñas. .
El adulto debe facilitar la transición del niño y niña desde
la vigilia al sueño, y del sueño a la vigilia, de manera que
ésta sea vivenciada con tranquilidad y seguridad para el
niño y niña. Ambos momentos requieren de una dedi-
cación especial por parte de los adultos, en términos de
respetar el “ritual” de sueño y despertar de cada uno,
brindando una atención personalizada, especialmente
cariñosa y promotora de la autonomía personal.
1.3. PERÍODOS DE JUEGO
Entendidos como aquellos que, dada su naturaleza, no
tienen horarios definidos y que, en consecuencia, re-
quieren de la reflexión de los adultos responsables del
nivel para anticipar y definir su secuencia en la distribu-
ción de experiencias y juegos que se ofertan a niños y
niñas, para enriquecer sus vivencias diarias.
La duración de cada uno de ellos es una decisión que
debe tomarse localmente, atendiendo a las caracterís-
ticas e intereses de niños y niñas, las particularidades
de los espacios, el clima y otros factores. La intención
es que la totalidad de los períodos de juego se realicen
todos los días, sin embargo, cada equipo puede hacer
excepciones que cautelen el clima entretenido y vacacio-
nal del programa y que no atenten contra la variedad de
la oferta que se hace a niños y niñas.
17
• Juegos de movimiento
En este período se generan las condiciones para ofrecer
a niños y niñas oportunidades para desarrollar, lo más
plenamente posible, sus iniciativas de movimiento y de
juegos corporales; en síntesis, se trata de ofrecer mu-
chas posibilidades de moverse, desplazarse y jugar.
El movimiento representa una parte muy importante
de la actividad de niños y niñas durante sus primeros
dos años. El movimiento constituye una de las principa-
les maneras de conocer el mundo y aprender, de ahí la
importancia de darles todas las posibilidades para que
puedan desarrollarlo durante la jornada diaria.
Este período es una instancia de juego, ya sea libre o
iniciado por niños y niñas o por el adulto; en todos los
casos, supervisado por la presencia atenta de los adultos
responsables y, en lo posible, al aire libre o en un am-
biente diferente al de la sala. Es importante ofrecer ma-
teriales variados, por ejemplo: túneles, baldes, pelotas,
botellas de plástico para arrastrar, entre otros.
El adulto debe estar permanentemente acompañando
a niños y niñas, aunque ellos estén jugando solos y li-
bremente, atento a resguardar su bienestar y goce en el
juego. El adulto debe observar y acompañar a niños y
niñas en sus juegos, sugiriéndoles nuevas alternativas si
es pertinente y necesario.
• Cuentos
Este período tiene como principio ofrecer a niñas y niños a tra-
vés de los cuentos- la oportunidad de abrir vías a la imaginación
y la fantasía; sumergirles dentro de la historia de modo que,
a medida que sus sentidos van abriéndose, también lo haga
el deseo de participar, aportar sus expresiones: movimientos,
gestos, balbuceos, imitaciones; en definitiva, su capacidad de
comunicación y creatividad.
 II.
III. AMBIENTE ENRIQUECIDO
ORGANIZACIÓN Y CONFORTA-
DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
La idea es generar un momento para alternar y com-
plementar lectura colectiva, o en pequeños grupos, de
cuentos y otros recursos verbales utilizados por los adul-
tos: trabalenguas, rimas, poemas cortos y simples, entre
otros; con un ambiente enriquecido que ofrezca la posi-
bilidad de escoger entre diferentes alternativas de textos
como libros de cuentos, poesías, revistas con fotos de
paisajes, de obras arte, de la vida cotidiana en otras cul-
turas, láminas con imágenes y texto, (no de publicidad ni
grandes tiendas), entre otros. La lectura de cuentos, ya
sea individual, grupal o colectiva, para favorecer el disfru-
te, implica usar un tono de voz adecuado, es decir, mo-
derado, sin estridencias y con fluidez. También considera
la utilización de buena dicción y pronunciación y diversas
tonalidades y entonaciones, que realcen la historia.
Se sugiere escoger relatos sencillos, breves y claros, de
hechos imaginarios o reales, con un desarrollo argumen-
tal simple y ameno, que incluyan bastante acción, con es-
tribillos y textos rimados fáciles de repetir; de extensión
adecuada a su capacidad de atención; que contengan
elementos de la cotidianeidad, alternados con elementos
maravillosos o fantásticos; que contengan reiteraciones
constantes que ayuden a mantener el hilo del relato; y
que cuenten con protagonismo o presencia frecuente de
animales.
A niños y niñas pequeños les encanta escuchar cuentos,
mucho antes de ser capaces de entender todo su signifi-
cado. En esta temprana edad son sumamente receptivos,
por lo que buscamos sensibilizar ante diversas expresio-
nes literarias. Con los personajes de los cuentos se crean
relaciones mágicas, donde el interés reside más que nada
en el gesto, el movimiento, le reiteración de ciertas pala-
bras y sobre todo en el efecto transmitido por la narrado-
ra; ello provoca en el niño y la niña un acercamiento a la
literatura y el despertar a la fantasía.
Es entretenido para ellos y ellas, mirar libros de ilustra-
ciones vistosas, con elementos familiares, tapas gruesas y
poco texto. Pasan de maravillarse con las formas, colores
y contrastes a identificar un objeto familiar, señalarlo y
aprender del adulto su nombre y repetir ese juego mu-
18
chas veces, hasta entretenerse siguiendo historias senci-
llas, con lenguaje sonoro, en rimas y elementos significa-
tivos.
También son muy útiles y significativos los libros de fo-
tos, tanto los de cada niño y su familia -recuerdos e
historia familiar- como los del grupo nivel: vivencias en
el contexto del jardín o álbumes de cosas conocidas y
para conocer.
• Juegos sensoriales y musicales
Este período tiene como principio ofrecer a niños y ni-
ñas variadas oportunidades de vivenciar -a través de
sus sentidos- percepciones y sensaciones distintas, am-
pliando la gama de posibilidades de experimentación
cotidiana a que están expuestos.
Se trata que el adulto ofrezca materiales variados, de
distintas texturas, olores, formas, temperaturas, colo-
res, pesos, volúmenes y capaces de producir sonidos
diferentes.
Queremos relevar el papel de la música, recordando
que uno los primeros sentidos que desarrolla la guagua
en el vientre materno, es el oído. La música, así como
las voces más familiares, le sirve de referencia al nacer.
El ser humano va almacenando este capital auditivo
para, más adelante, desarrollar el aparato fonatorio,
hablar y cantar.
La primera recomendación es que se hable a las gua-
guas de manera clara y sin cambiar palabras (por ejem-
plo: decir auto y no “papú”), para que aprendan a ex-
presarse correctamente y sin confusiones. A través de
las canciones infantiles, en las que las sílabas son ri-
madas y repetitivas, y acompañadas de gestos que se
hacen al cantar, los niños y niñas mejoran su forma de
hablar y de entender el significado de cada palabra.
A los niños y niñas pequeños les encanta la música: les
da seguridad emocional, confianza, porque se sienten
comprendidos al compartir canciones, e inmersos en
un clima de ayuda, colaboración y respeto mutuo.
III. ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN

Con la música, la expresión corporal se ve favorecida. Uti-

lizan nuevos recursos al adaptar su movimiento corporal
a los ritmos de diferentes obras, contribuyendo de esta
forma a la potenciación del control rítmico de su cuerpo.
A través de la música pueden mejorar su coordinación y
combinar una serie de movimientos.

• Juegos de exploración

Este período tiene como principio ofrecer amplias opor-

tunidades de desarrollar e incrementar sus competencias
para explorar sistemáticamente y conocer el mundo exte-
rior, internalizarlo y operar con él. Por tanto, es necesario
ofrecer un generoso conjunto de objetos bien escogidos,
que les sirvan para realizar acciones diversas y combinar-
los de distintas formas para hacer muchos descubrimien-
tos. Los niños y niñas interactúan con el medio en base a
la acción, la manipulación y los movimientos.
Algunas sugerencias de objetos posibles son: cucharas de
metal, cucharas de palo, baldes, palas, láminas plastifica-
das, bolsitas de aromas, esponjas de colores, cordones
o cuerdas bien gruesas de colores vistosos, animales pe-
queños de plástico o goma, tazas de plástico de tamaño
normal. En fin, cualquier objeto que no represente un
riesgo para la seguridad puede ser una buena invitación
a la exploración.
Los niños y niñas deben ser siempre los protagonistas y
tengan posibilidades de explorar con todos sus sentidos y
relacionarse integralmente con los objetos. No les basta
con mirarlos, sino que los huelen, los chupan, los escu-
chan, los tocan. Además, descubren y exploran acciones
que pueden realizar con ellos: moverlos, agitarlos, frotar-
los, tirarlos, ponerlos en relación, juntarlos, separarlos,
poner junto a, poner sobre, debajo, dentro, resolver pro-
blemas prácticos, entre muchas posibilidades.
Se sugiere organizar materiales en cajas o contenedores
(de cartón, mimbre, plástico u otro material) para que li-
bremente los niños y niñas los puedan sacar y jugar con
ellos. Se utilizan objetos que no necesariamente tienen
una finalidad lúdica, pero que sean manipulables y com-
binables. La idea es tener más de un objeto de cada uno,
para evitar disputas y para ofrecer más posibilidades de
exploración, combinación, comparación y agrupación.
• Regaloneo
Siendo la sensibilidad de los adultos un principio funda-
mental del programa, el trato cariñoso hacia niños y niñas,
la actitud de acogida y disposición para leer y responder
a sus necesidades debe ser permanente y transversal a la
jornada, se considera positivo tener un momento especial
para el regaloneo. La idea de este período es ofrecerles
un momento especial, en el que puedan contar con la
presencia y cercanía física de su adulto de referencia, que
dispone del tiempo y la intención declarada de generar co-
nexión, proximidad y familiaridad.
Es positivo contar con un momento del día, tal vez cerca-
no al final, cuando ya quedan menos niños y niñas, para
regalonearlos sin ningún apuro. Ese será el momento para
tomarlos en brazos, hablarles bajito y con ternura, en inte-
racción cara a cara, hacerles masajes suaves en la espalda,
los pies, las manos y el pelo, mientras les conversamos y
miramos, buscando crear una reconfortante sensación.

19
 II.
III. AMBIENTE ENRIQUECIDO
ORGANIZACIÓN Y CONFORTA-
DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
Otras maneras de regalonearlos:
• Ponerlos junto a nuestro pecho para que puedan es-
cuchar los latidos del corazón, ya que ellos están fami-
liarizados con ese sonido que los acompañó durante su
gestación, y por lo tanto, los tranquiliza y reconforta.
• Acurrucarse junto a su carita: hacerle un cariño amoro-
so en su pelo o deslizar suavemente el dedo por su cara,
mientras él o ella nos mira o balbucea.
• Utilizar las yemas de los dedos como “hormiguitas ca-
riñosas” que recorren suavemente el rostro de los niños
y niñas, su cuello, sus brazos, con ternura. También pue-
den convertirse en cosquillas suavecitas que inviten a re-
lajarse un rato.
Llegada, acogida
y encuentro
Alimentación (desayuno,
Almuerzo, once y colación)
Despedida
20
• Acariciar y decir palabras en un tono cariñoso, puesto
que esto contribuye a reforzar el vínculo y le transmite
una energía positiva. Un abrazo acogedor, una caricia sua-
ve, un masaje relajante, son todas pequeñas acciones que
harán sentir muy bien a niños y niñas: queridos, protegi-
dos y más relajados.
2. NIVEL HETEROGÉNEO
A continuación se desarrollarán las orientaciones para el
trabajo con niños y niñas en el nivel heterogéneo, deta-
llando los momentos, permanentes y de juego, que se
espera sean desarrollados durante la jornada diaria, que-
dando a criterio de cada región o establecimiento reali-
zarlos en el orden y duración más apropiado a su realidad
particular.
Arte
Juegos Cientificos
Zonas
III. ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
2.1. PERÍODOS PERMANENTES
Entendidos como aquellos que, dada su naturaleza,
marcan hitos dentro de la jornada y/o tienen horarios
definidos. En términos generales, son aquellos que cau-
telan la satisfacción de necesidades y el bienestar de ni-
ños y niñas.
Durante estos períodos, así como durante toda la jor-
nada, lo central es responder de manera sensible a los
requerimientos de niños y niñas, generando un clima
positivo que los haga sentir acogidos, seguros, confia-
dos, escuchados y partícipes; y, a la vez, con el apoyo
suficiente para desplegar su autonomía.
• Llegada, acogida y encuentro
Este momento marca el inicio del día, donde niños y niñas
llegan y establecen el primer contacto con el adulto res-
ponsable. Por esto, es muy importante que las encargadas
del Programa Vacaciones en mi Jardín se preocupen de dos
aspectos fundamentales, los que garantizarán una mejor
integración y adaptación del niño o niña al jardín infantil.
Por un lado, que los familiares se sientan permanentemen-
te acogidos, confiados y tranquilos al dejar a sus hijos e
hijas en el establecimiento, puesto que ello repercutirá di-
rectamente en la confianza y seguridad que les transmitan
al momento de separarse. En este sentido, se sugiere con-
sultar por el estado anímico y de salud, si descansaron bien
la noche anterior, sus gustos y cualquier otra información
que pueda ser relevante para llevar a cabo la jornada. Ade-
más, es importante mantener al tanto a las familias sobre
lo que se desarrollará en el día y estar dispuestos a respon-
der consultas que puedan surgir.
Por otro lado, niños y niñas deben percibir un ambiente
acogedor, donde existe preocupación permanente por
ellos. En esta línea es relevante que puedan llevar obje-
tos personales significativos que prolonguen el vínculo
con el hogar y que el adulto que le reciba mire a sus ojos
durante el saludo, hable con voz cálida, brinde caricias,
sonría, se preocupe de saber cómo está y lo invite a ju-
21
gar mientras llega el resto del grupo. Para esto último,
se debe organizar el espacio y seleccionar un lugar que
tenga diversos materiales u objetos.
Una vez que la mayoría de los niños y niñas hayan lle-
gado se convoca a un encuentro grupal para compartir,
saber quiénes vinieron, cantar y jugar entre todos. El
adulto a cargo invita a vivir este momento con alegría,
generando un ambiente grato y familiar, promoviendo el
respeto por los otros (pares y adultos) y acogiendo sus
comentarios, emociones y propuestas.
• Alimentación
Para que niños y niñas reciban su alimentación el ambiente
debe estar preparado, ser cálido y acogedor. Por ello, los
adultos a cargo deben velar por la limpieza y disposición
del mobiliario para la comodidad de todos, pudiendo so-
licitar la colaboración del grupo para algunas tareas sen-
cillas (ej.: repartir servilletas, acomodar sus sillas, botar la
basura) que promuevan el cuidado del entorno, la partici-
pación y la ayuda mutua. Asimismo, es crucial impulsar y
cautelar hábitos de higiene en los niños y niñas (lavarse de
manos, cepillarse los dientes, etc.), previos y posteriores
a la ingesta, como acciones irrenunciables y beneficiosas
para ellos.
Por otra parte, los momentos de alimentación son privi-
legiados para promover varios aspectos. En primer lugar,
para reforzar un vínculo estrecho y personal con niños
y niñas, respetando ante todo sus ritmos personales de
ingesta. Segundo, para motivarlos a consumir la totali-
dad de los alimentos que se le ofrecen y los beneficios
para su salud que ello trae. En tercer lugar, para darle un
carácter social a la instancia, pues se comparte, dialoga
y aprenden hábitos culturales. Y por último, para incen-
tivar gradualmente la autonomía y autocuidado en los
niños y niñas (ej.: potenciando que coman solos, usen
servilleta, etc.).  
Finalmente, ofrecer materiales diversos para quienes ter-
minan primero su alimento o dejarles jugar en un espacio
habilitado para no interrumpir la ingesta de los demás,
son buenas estrategias para regular al grupo y procurar
que todos se alimenten.
 II.
III. AMBIENTE ENRIQUECIDO
ORGANIZACIÓN Y CONFORTA-
DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
• Despedida
Este período se asocia a la finalización de la jornada y
al momento en que niños y niñas se preparan para re-
gresar a sus hogares. Por ello, es relevante considerar
la preparación de la salida en términos de bienestar
(higiene, abrigo, etc.) y la progresiva autonomía que
niños y niñas deben adquirir para esto. Asimismo, se
debe procurar un espacio para que puedan despedirse
de sus compañeros, se releven aspectos importantes
vividos durante el día y los adultos a cargo le hagan
saber de manera cariñosa que esperan su presencia el
día siguiente.
Los adultos a cargo deben estar atentos a que la despe-
dida ocurre en dos momentos del día: uno, cuando los
niños y niñas regresan a sus hogares a las 16:30, lo que no
debería alterar la continuidad de la jornada para aquellos
que se quedan; y otro, para los que se retiran después de
ese horario, lo que usualmente comienza desde las 18:00
horas. Independientemente de esto, y considerando que
lo sustancial es facilitar la transición hacia el hogar, es im-
portante acompañar a los niños y niñas al encuentro con
el adulto que lo va a buscar y, en los casos que se pueda,
comunicar aspectos relevantes ocurridos en el día.
2.2. PERÍODOS DE JUEGO
Entendidos como aquellos que, dada su naturaleza, no
tienen horarios definidos y requieren de la reflexión de
los adultos responsables del nivel para ser secuenciados
en la jornada que se oferta a niños y niñas, de manera de
enriquecer sus vivencias diarias.
• Juegos de movimiento
Este período tiene el principio de ser una instancia de
juego con involucramiento del adulto. Consiste en abrir
las puertas al espacio exterior y disponer allí material de
juego no convencional, sugerente, que les permita jugar,
probar, investigar, imitar, obtener resultados, establecer
relaciones y emocionarse ante sus descubrimientos. La
idea es combinar juegos que sean iniciados y propuestos
por niños y niñas con otros propuestos por los adultos. Si
22
los adultos son activos en proponer y enseñar juegos, más
posibilidades de conocer, elegir, repetir y recrear juegos
tendrán.
Para ello es importante ofrecer materiales variados y sen-
cillos (ej.: tubos de cartón y plástico, cajas de cartón de
distintos tamaños, cajas de frutas, cordeles, piedras, con-
chas, ruedas, arena, agua, algas, pétalos de flor, baldes,
pelotas de distintos tamaños, aros, botellas de plástico,
entre otros) que se puedan arrastrar, botar, hacer rodar,
etc. Así les brindamos mayor libertad y oportunidades
para desarrollar su autonomía, a que se sientan invento-
res de sus juegos y artífices de sus descubrimientos.
Para que este período sea significativo, además de la varie-
dad de materiales, se sugiere que -en lo posible- se realice
al aire libre o en un ambiente diferente al que transcurre
la mayor parte de la jornada. Esto, pues las estrategias que
los niños y niñas pequeñas despliegan en estos momentos
serán más enriquecedoras si el espacio les permite un ma-
yor desplazamiento y amplitud de sus acciones.
También es importante relevar el rol del personal a cargo
en este período. En tal sentido, un adulto involucrado es
aquel que:
• Sabe que la actividad natural de niños y niñas, y lo que
más les gusta hacer, es jugar.
• Está consciente que el juego provoca alegría, disfrute y
buena disposición.
• Se entretiene y lo pasa bien compartiendo con niños y
niñas.
• Es activo, colaborador, con energía, buen humor y capa-
cidad de disfrutar.
Lo importante es que los adultos, ya sea como participan-
tes, conductores o acompañantes, manifiesten una clara
y permanente disposición para implicarse en los juegos o
Acción Terapéutica, de
actividades que los niños y niñas desarrollan en este pe-
reducción de ansiedad
ríodo
Los juegos de movimiento podrán realizarse todas las ve-
ces que el grupo lo requiera durante la jornada. Lo esencial
es mantener un equilibrio entre distintos tipos de juegos,
 III. ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
los que incluso pueden desarrollarse en paralelo para sa-
tisfacer las distintas necesidades de los niños y niñas:
• Juegos grupales dirigidos por el adulto (Ej.: “el lobo”,
“pollitos vengan”, “gymkana”, “buscar el tesoro”, etc.)
• Juegos de roles (Ej.: “el hospital”, “la feria”, “la micro”,
etc.).
• Juegos libres, donde el adulto sólo acompaña (Ej.:
cuando los niños y niñas corren, saltan, trepan, dan bote
a una pelota, arrastran botellas, tiran la cuerda, etc.). Es-
tos juegos pueden desarrollarse en grupos, duplas o indi-
vidualmente.
• Cuentos3
La lectura es una actividad sumamente relevante, que si
se promueve desde la primera infancia perdurará a lo lar-
go de toda la vida y generará múltiples efectos, como por
ejemplo, estimular la imaginación, ampliar conocimien-
tos, mejorar el lenguaje y la comprensión del mundo. Por
otro lado, la lectura es también una forma de comunica-
ción verbal y física: niños y niñas -además de reconocer
objetos, palabras, colores e historias- también establecen
vínculos emocionales y cognitivos con las personas con
las que leen o que les leen.
Este período tiene como principio fomentar el acerca-
miento a la lectura, a través del descubrimiento y goce de
las múltiples posibilidades que nos brindan las expresio-
nes literarias. Para ello, es necesario saber que la lectura
también puede realizarse a partir de relatos, leyendas,
mitos, canciones y juegos verbales.
Específicamente, en este momento los adultos invitan
a niños y niñas a gozar con la experiencia de leer en un
lugar tranquilo y cómodo. Para ello se puede ofrecer pe-
queñas lecturas (cuentos y poemas), libros de imágenes,
historias, canciones, trabalenguas, rimas o adivinanzas,
3- Basado en “Orientaciones para la hora del cuento” (Fundación Integra, 1999) y en el Programa “Nacidos Para Leer” del Plan Nacional de Fomento de la Lectura (www.nacidosparaleer.gob.cl).
23
los que pueden apoyarse en imágenes como fotos, recor-
tes, dibujos, palabras claves, palabras nuevas, etc.
En términos de organización, el adulto a cargo puede
ofrecer distintas posibilidades de agrupación, permitien-
do que la lectura sea vivenciada según los intereses de
niños y niñas: de manera individual, en pareja, en peque-
ños grupos o grupo completo. En todas las situaciones,
el adulto debe estar acompañando, sin interrumpir, pero
aportando con su compañía para leer y mirar, leer en voz
alta, leer y cantar, contar historias de la vida e historias
fantásticas.
En aquellas ocasiones en que el adulto selecciona una
lectura para ofrecerla al grupo, es importante invitar a
niños y niñas a ubicarse en un lugar especialmente pre-
parado (un rincón de la sala, bajo la sombra de un árbol,
sobre una alfombra o cojines), que les permita estar có-
modos, ver el material que se utilice y las personas que lo
están contando (en semicírculo). También es posible usar
elementos de apoyo como títeres, láminas, máscaras o
sombras para complementar el relato y mantener la aten-
ción de los niños y niñas.
Finalmente, que niños y niñas comiencen a leer (intere-
sarse, disfrutar, mirar y escuchar) desde pequeños se lo-
gra procurando que esto, sea una actividad habitual, en-
tretenida y realizada por placer, no una obligación. Para
ello, el adulto a cargo debe ser cuidadoso en los comen-
tarios e intervenciones que hace (Ej.: si se pregunta a los
niños y niñas si entendieron o no lo que acaban de leer, lo
más probable es que lo vivan como un examen), alentar la
conversación y evitar juzgar las respuestas que dan niños
y niñas. Algunas preguntas que pueden ayudar en esto
son las siguientes:
• ¿Cómo te sentiste?, ¿Qué te pasó con la historia?
• ¿Qué es lo que más te gustó?, ¿Por qué?
• ¿Hay algo que no te gustó?, ¿Por qué?
• ¿Te imaginas otro final?, ¿Te gustaría contármelo?
 II.
III. AMBIENTE ENRIQUECIDO
ORGANIZACIÓN Y CONFORTA-
DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
• Juegos científicos
Este período tiene como principio que niños y niñas to-
men conciencia de su propia capacidad para provocar fe-
nómenos, generar transformaciones y anticipar resulta-
dos. La idea es llevarles más allá de lo evidente, promover
que observen profundamente, reflexionen y se planteen
explicaciones.
Los juegos científicos son una oportunidad para jugar y
asombrarse con objetos cotidianos que no siempre están
a su alcance como agua, arena, tierra, sal, harina, recetas
de cocina, pompas de jabón, imanes, entre otros. Es tam-
bién una ocasión para reflexionar sobre algunos juegos y
experiencias en las que intervienen fenómenos naturales
como el aire, la luz, la sombra y el color.
Lo más importante de este período es ofrecer la oportu-
nidad real a todos los niños y niñas de tener experiencias
directas sobre los diferentes materiales, que sean impul-
sores y protagonistas de las iniciativas. Esto va más allá de
“mirar” e implica necesariamente hacer con las manos y
el cuerpo.
En este período el trabajo del adulto es generar un clima
de escucha, aceptación y entusiasmo, en que la curiosi-
dad de niños y niñas sea el motor de la actividad; ayudar
en la verbalización de las acciones y mostrar interés por
las interpretaciones que realizan sobre los fenómenos,
reconocer sus descubrimientos, legitimar las teorías que
elaboran, así como velar por el bienestar y la seguridad
del grupo en todo momento.
También es relevante que los adultos presenten, ofrez-
can o dispongan los materiales de manera estratégica, de
modo de convocar y seducir a los niños y niñas con las
posibilidades de juego y descubrimiento. Asimismo, se
puede invitar a la exploración mediante preguntas suge-
rentes, tales como:
• ¿Cómo podríamos hacer que…?
• ¿Qué creen que va a pasar si…?
24
Un ejemplo concreto para este período es el que se des-
cribe a continuación:
Para iniciar, el adulto hace una presentación sencilla de
la actividad a los niños y niñas: “los invito a experimentar
con botellas y ver qué les pasa en el agua”. El material a
utilizar serán botellas de plástico, todas transparentes y
del mismo tamaño, las que son rellenadas por los niños y
niñas con distintas cosas. Luego, usarán las botellas para
experimentar la flotación.
Luego, el adulto invita a que niños y niñas hagan reflexio-
nes sobre las botellas y su comportamiento en el agua.
Esto sirve de excusa para conocer sus ideas, lo que saben y
piensan acerca de lo que van a realizar. Lo importante de
este momento es ESCUCHAR, así pueden surgir de manera
natural conceptos como “lleno”, “vacío”, “grande”, “pe-
queño”, “pesa”, “no pesa”, “flota”, “se hunde”, “se queda
al medio”, etc.
El adulto va registrando las alternativas de hipótesis que
surgen en el grupo y el nombre de quienes las plantean. En
caso que las explicaciones sean muchas, también se puede
hacer una votación para seleccionar aquellas que se con-
trastarán. Posteriormente, se realiza la experimentación
y se registra cuál hipótesis fue comprobada. Esto puede
abrir una conversación interesante con los niños y niñas,
que permita saber cómo se explican lo ocurrido. También
puede finalizarse haciendo algún dibujo, contando una
historia o planteando alguna otra idea para investigar.
• Arte
El sentido de este período es fomentar la libertad, creati-
vidad y acercar a niños y niñas a las distintas expresiones
artísticas. Dentro de este período pueden desarrollarse
actividades relacionadas con distintas disciplinas como
pintura, plástica, música, danza, teatro, entre otras.
Además, dado que los niños y niñas se encuentran en un
excepcional período de sensibilidad, este espacio de la
jornada es idóneo para adquirir el aprecio y disfrute del
arte, tanto desde la observación (Ej.: ver una ballet o ad-
mirar una pintura) como de la acción (Ej.: interpretar un
baile, crear una escultura).
 III. ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
El arte trae beneficios en múltiples áreas, pues al ser una
actividad que involucra todos los sentidos favorece la ad-
quisición de habilidades espaciales, el despliegue de sus
capacidades motoras, la generación de conciencia corpo-
ral, el establecimiento o mejora de las relaciones inter-
personales, la ampliación de su mundo y conocimientos,
la conexión con aprendizajes previos, entre otros.
La tarea del adulto en este período es fomentar en todo
momento el proceso creativo de los niños y niñas, permi-
tiendo que afloren y plasmen sus sentimientos, sueños,
pensamientos, percepciones, convicciones y acciones ar-
tísticas. Esto último no será posible si el adulto coarta las
proposiciones o provee un abanico reducido de materia-
les o actividades.
No está demás señalar que las disciplinas artísticas no son
estáticas, sino que cada vez más tienden a mezclarse o
complementarse. Por lo mismo, es posible realizar diver-
sas actividades (en conjunto o en paralelo) que permitan
el conocimiento, experimentación, creación y disfrute de
diversas manifestaciones artísticas (doctas/tradicionales
y populares).
• Zonas
Las zonas son experiencias de libre elección, donde el es-
pacio (dentro o fuera de la sala) se dispone de una ma-
nera particular, ofreciendo diversos objetos y materiales,
los cuales están organizados en torno a temáticas especí-
ficas. El principio de las zonas es permitir que los niños y
niñas escojan:
• En qué zona trabajar, entre al menos dos opciones simultáneas.
• Qué materiales y objetos de la zona utilizar para trabajar.
• Con qué pares jugar o trabajar.
Respecto de la organización del espacio, es importante
resguardar que la cantidad de zonas esté en relación al
4- Superficies lisas, sin astillas o grietas pronunciadas; con puntas redondeadas, que eviten cortes al ser manipulados; de tamaño superior a 3, 5 cms. de diámetro y sellados, en caso de contener
elementos en su interior; no inflamables, deshilachables ni pintados con materiales tóxicos.
25
espacio con que se cuenta, sobre todo si se desarrollan
al interior de la sala; no saturar el ambiente y permitir un
adecuado desplazamiento de los niños y niñas, son as-
pectos que deben ser anticipados.
Cuando el espacio es reducido, es mejor disminuir la can-
tidad de zonas; sin embargo, si hay más de un adulto en
una misma sala es posible organizar una zona en otro es-
pacio que lo permita, como el patio o lugares exteriores
habilitados.
La organización de las zonas dependerá también de los
requerimientos específicos de cada una de ellas (ej.: lumi-
nosidad, ventilación, tranquilidad, etc.), así como del tipo
de actividades que se desarrollarán en ellas. Lo sustancial
es que se ofrezcan al menos dos opciones, de modo que
niños y niñas efectivamente tengan la posibilidad de ele-
gir entre alternativas diferentes.
Asimismo, deben estar visiblemente diferenciadas y se-
ñalizadas, de modo de propiciar el desenvolvimiento se-
guro de niños y niñas (tanto al interior como entre las
zonas), sin alterar el trabajo de los demás. Esto se puede
lograr ubicando un panel a la altura de los niños, donde
se muestre quién está participando de la zona y si hay es-
pacio para alguien más. Otra alternativa es que los niños
y niñas usen un distintivo de la zona que han elegido (ej.:
un collar con el símbolo y nombre de la zona).
Una vez definidos los temas que darán vida a las zonas de
trabajo, se deben seleccionar los materiales. Éstos, deben
ser pertinentes a la zona donde se usarán; significativos
e interesantes (ej.: que tengan relación con su entorno);
que estimulen la curiosidad, creatividad e imaginación
(ej.: que favorezcan el uso de todos los sentidos, es decir,
que tengan distintos colores, texturas, formas, sonidos y
aromas); que permitan combinaciones y relaciones entre
ellos; que puedan ser usados en forma autónoma y cum-
plan con estándares de seguridad .4
 II.
III. AMBIENTE ENRIQUECIDO
ORGANIZACIÓN Y CONFORTA-
DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
La organización de los materiales al interior de cada zona
debe ser conocida por niños y niñas, así como obedecer
a un orden lógico. Esto quiere decir que los elementos
relacionados deben estar cercanos entre sí, clasificados y
rotulados (ej.: los diferentes tipos de lápices estarán orde-
nados de acuerdo a su tipo, pero todos en el espacio para
los lápices). Además, deben estar a una altura que facilite
su manipulación, así como guardarlos en forma autónoma.
Durante el trabajo en zonas, los adultos deben acompañar
y apoyar a cada integrante del grupo en sus exploraciones,
motivando en todo momento que desarrollen el trabajo en
forma autónoma e interactúen con otros. En este punto es
importante acordar, en la medida que la edad de los ni-
ños y niñas lo permita, normas que ayuden en el desarrollo
de las actividades (ej.: cuidar los materiales, respetar a los
compañeros, guardar las cosas en su lugar, etc.). Una bue-
na estrategia es elaborar, o pedirles que elaboren, dibujos
que representen estos acuerdos.
Finalmente, es importante que niños y niñas tengan la po-
sibilidad de recordar lo que hicieron, pensar en sus logros
y dificultades. Para ello, el adulto a cargo de la zona debe
propiciar un espacio de cierre, donde los que quieran pue-
dan contar su experiencia.
• Talleres
Los talleres también son estrategias de trabajo de “libre
elección”, pero tienen la particularidad de orientar su desa-
rrollo -a través de varias sesiones relacionadas entre sí- a la
ampliación de las habilidades de los niños y niñas, así como
la obtención de un producto final. Por otra parte, el trabajo
en talleres potencia la adquisición de valores, actitudes y
normas, en la medida que requiere que niños y niñas se
organicen para trabajar en torno a metas comunes.
Para planificar adecuadamente este período es relevante
considerar los siguientes aspectos:
26
• La oferta de talleres debe ser variada para que elijan en
cuál participar. Por lo mismo, se espera que sean realiza-
dos al menos dos taller en paralelo.
• El número de talleres debe estar en relación a la canti-
dad de adultos disponibles y al tamaño del grupo. En caso
que sólo exista un adulto en el nivel se ejecutará solo un
taller.
• Que las temáticas seleccionadas se relacionen con los
intereses y necesidades, tanto individuales como grupa-
les. Esto se puede definir observando el comportamiento
de niños y niñas, o bien, preguntándoles directamente
acerca de las cosas que les gustaría hacer o les llaman la
atención.
• Es recomendable que el taller tenga una duración míni-
ma de 5 días, en los cuales se dé continuidad al tratamien-
to de la temática y los niños y niñas vivencien un proceso.
• Considerar también las habilidades y conocimientos de
los adultos a cargo para el desarrollo de los talleres. En el
caso que sea factible incorporar también los saberes de
las familias o agentes comunitarios.
• Escoger un nombre para los talleres, que sean claro,
motivador y genere apropiación entre sus participantes.
• En función del tema del taller, definir las actividades
necesarias de desarrollar, las que deben ser adecuadas
y desafiantes para la edad de niños y niñas. A partir de
esto, se debe determinar la cantidad de sesiones que se
requieren para concretar el producto y la periodicidad
con la que se trabajará (ej.: si se elabora papel reciclado
es necesario considerar que se requiere remojar papel,
hacer bastidores, moler y prensar el papel, dejar que se
seque, etc.).
III. ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO PARA LOS NIVELES DE ATENCIÓN
• Procurar la existencia de condiciones óptimas para la
implementación de los talleres, es decir, materiales su-
ficientes, espacios adecuados (sala, patio, pasillo, hall
techado, etc.), seguridad del ambiente, limpieza, lumi-
nosidad, entre otras. Además, es necesario considerar la
necesidad de ocupar un lugar para guardar tanto los ma-
teriales como las producciones de los niños, resguardan-
do que éstos permanezcan en buenas condiciones para
continuar con el desarrollo del taller.
• El producto final puede ser de diversos tipos, depen-
diendo del taller. Dentro de las posibilidades puede con-
siderarse una exposición de los artefactos creados, una
presentación o declamación, un mural sobre lo aprendi-
do, una revista, dibujos, etc. En tal sentido, la naturaleza
del producto puede ser tan concreto como una vasija de
greda o inmaterial como una danza.
Respecto del rol del adulto en el desarrollo de los talle-
res, se espera que éste conduzca (enseñando la habilidad
seleccionada o los pasos del procedimiento que llevará
al producto final), problematice y modele; lo que implica
preparación y un manejo previo de lo que se espera tra-
bajar con los niños y niñas. Asimismo, el adulto a cargo
debe ofrecer la posibilidad de aportar con ideas, observar
y apoyar las acciones del grupo; incentivar la participa-
ción activa de todos, guiar el establecimiento de normas
y velar su cumplimiento; coordinar y organizar las tareas,
así como facilitar los materiales que hagan falta; interve-
nir de manera oportuna y realizar los ajustes que sean
necesarios.
Para el desarrollo de todo taller deben considerarse las
siguientes etapas:
1. Presentación: las alternativas de taller son presentadas
al grupo y se les cuenta cómo se llaman. Es conveniente
invitar a niños y niñas a pensar, a partir del nombre, sobre
qué se tratará el taller, de modo de recoger sus conoci-
mientos previos.
27
2. Elección de taller: es necesario apoyarles en la elec-
ción, preguntando por las razones que prefiere uno u otro
taller. Es importante desafiarles a reflexionar sobre su de-
cisión y recordarles que deben comprometerse a finalizar
el taller escogido, pues el logro del producto depende de
todos los integrantes.
3. Inicio del taller: este es el momento en que se comu-
nica el detalle del taller, las tareas que van a realizar,
número de sesiones y periodicidad, los materiales que
van a necesitar, cómo se van a organizar para llevarlo
a cabo, qué rol o responsabilidad tendrá cada partici-
pante y las normas de convivencia que se respetarán.
Luego, se presentan los materiales e invita a niños y
niñas a iniciar el trabajo.
4. Desarrollo del taller: se llevan a cabo las diferentes
experiencias propuestas en el taller. Es importante ve-
rificar periódicamente el cumplimiento de las tareas y
el avance del taller, de manera de mostrar lo que se ha
hecho e involucrar al grupo en lo que falta por hacer.
5. Finalización o Cierre del taller: se realiza una síntesis con
el grupo que ayude a recordar de qué trató el taller, qué
hizo cada uno en particular, qué aprendieron, si tuvieron
alguna dificultad, qué les gustó más y qué no les gustó. Este
cierre puede ser acompañado de preguntas que motiven la
comunicación de las experiencias de niños y niñas.
 II.
IV. AMBIENTE ENRIQUECIDO
VÍNCULO CON Y CONFORTA-
LAS FAMILIAS
Contribuir a la disminución de la pobreza y al mejoramien-
to de la calidad de vida de niños, las niñas y sus familias,
es una prioridad del quehacer institucional. La Fundación
Integra se propone colaborar con las familias que viven
situaciones difíciles producto de la pobreza, favoreciendo
de este modo el desarrollo y bienestar de niños y niñas.
Reconocemos a las familias como los primeros y más per-
manentes educadores de niñas y niños y asumimos que
adquieren distintas estructuras y formas de organización,
siendo todas ellas igualmente legítimas, válidas y respeta-
bles.
Los y las beneficiarias del Programa Vacaciones en mi Jar-
dín, son niñas y niñas cuyas familias no cuentan con redes
sociales (familiares, vecinales, etc.) para el cuidado de sus
hijos e hijas durante el período de vacaciones, lo que inten-
sifica su situación de vulnerabilidad. Por lo tanto resulta re-
levante la capacidad de los equipos de jardín infantil y sala
cuna del Programa Vacaciones en mi Jardín, ser empáticos
con la situación que viven las familias y activos en recono-
cer y valorar sus recursos y sus potencialidades.
En sintonía con lo anterior, Fundación Integra promueve
una relación afectuosa y respetuosa con las familias, que
transmita la importancia que para el personal tiene cada
adulto y cada uno de los niños y niñas que asisten. Este
estilo de relación, y el vínculo que se busca establecer con
las familias, les comunica que comprendemos la escasez
de tiempo que viven, las implicancias que ello tiene, y que
Fundación Integra –a través de todas las personas que tra-
bajan en sus jardines infantiles y salas cuna- están para
apoyarlas a sobrellevar de la mejor manera esta situación.
Tener presente que el elemento clave para esta relación es
el vínculo que la familia visualiza que este equipo establece
con sus hijos e hijas.
Tener consideración con que dada la naturaleza del progra-
ma, la mayoría de las familias de los niños y niñas, se en-
cuentran trabajando durante el período de realización del
programa, por lo tanto, tenemos que buscar alternativas
para mantener una comunicación permanente con ella.
28
Es fundamental tener presente, que el vínculo diario con
las familias debe estar caracterizado por una relación afec-
tuosa, acogedora, cálida y empática con las realidades fa-
miliares, que se puede expresar a través de:
• Tener la “camiseta puesta” por los niños y niñas, implica
apostar por los recursos y fortalezas de sus familias.
• Comunicación diaria respetuosa y personalizada (sa-
ludar, sonreír, mirar a la cara, despedirse, llamar por el
nombre). Implica disponerse en actitudes y corporalmen-
te a establecer comunicación con ellas, es decir, no estar
haciendo otras labores mientras se establece el dialogo o
la conversación.
• Escucha atenta de los planteamientos y/o solicitudes
que nos hacen los miembros de la familia, y búsqueda ho-
nesta de solución y respuesta.
• Ponerse en el lugar de las personas, es decir, practicar
la comunicación empática. Escuchar sin interpretar ni en-
juiciar; tener una respuesta sensible y acogedora con las
distintas realidades que las familias viven
• Comprender que prestamos un servicio y que nuestra
aspiración a la calidad implica escuchar con humildad los
alcances que las familias nos pueden hacernos para me-
jorar lo que hacemos.
• Dedicar un tiempo especial, por ejemplo a través de
escribir una nota individualizada, dar una información
personalmente, comentar alguna fortaleza de sus hijos o
hijas, enviar un trabajo significativo.
• Si se observa que alguna familia está experimentan-
do una situación difícil que afecta la comunicación fluida,
converse con sus pares, otras profesionales y la directora,
quién finalmente evaluará si es necesario solicitar aseso-
ría desde la Dirección Regional.
V. SUGERENCIAS PARA LA PLANIFICACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO
Es importante insistir y reiterar que el centro de la planifi-
cación son niñas y los niños que atiende el Programa Va-
caciones en mi Jardín. Y por tanto, esta organización debe
responder tanto a sus características de desarrollo como a
sus necesidades de bienestar, protección y entretención.
Para planificar es esencial analizar y profundizar en los ob-
jetivos y principios del Programa Vacaciones en mi Jardín,
así como en las características y principios de los períodos
a implementar, en el marco de una actitud reflexiva y au-
tocrítica, que es lo que nos posibilita aprender y mejorar
nuestras prácticas.
La instancia de planificación debe entenderse como un
proceso sistemático que permite anticipar, organizar y pre-
parar el trabajo con los niños y niñas, siendo su objetivo
central dar intencionalidad y sentido al trabajo que se de-
sarrollará. Es liderada por la Directora y se espera que ocu-
rra en un marco de trabajo colaborativo.
La Directora es responsable del Programa con niños y niñas:
lidera la planificación y tiene presencia en sala (tanto obser-
vando para diagnosticar y retroalimentar, como modelando
y enseñando a las asistentes). En la planificación, los equipos
-liderados por la Directora- deben reflexionar sobre la con-
textualización y pertinencia del Programa Vacaciones en mi
Jardín a las particularidades de los jardines infantiles y salas
cuna. Esto implica atender a las especificidades sociocultu-
rales y geográficas, pero también a otras variables presentes
en los diferentes grupos de niños y niñas. Por tanto, se trata
de profundizar en los sentidos del Programa y singularizar
las estrategias a los contextos locales.
Se recomienda que los equipos de trabajo utilicen un siste-
ma de planificación simple, que guíe su quehacer diario y
destaque algunos elementos “clave”. Estos últimos son los
que se listan a continuación, y deben anticiparse para todos
los momentos y períodos de la jornada diaria.
29
• Selección y organización del espacio y los materiales, en
función de los principios del Programa.
• Rol del adulto: la actitud sensible del adulto y el clima
“entretenido y vacacional” que debe generar. Para ello
debe promover los siguientes aspectos:
- Participación: los niños y niñas deben tener posibili-
dades reales de elección entre más de dos alternativas
de juegos, materiales y experiencias.
- Autonomía: los adultos confían en las capacidades de
los niños y niñas.
- Expresión y escucha de las necesidades, intereses y
particularidades de cada uno de los niños y niñas.
que ofrecemos a los niños y niñas, mayores posibilida-
des de manifestar sus avances.
La jornada diaria debe tener un orden claro, que respon-
da a las características y necesidades de niños y niñas, así
como a las características de cada jardín. Asimismo, se re-
quiere flexibilidad para acomodar los períodos descritos
tanto en su frecuencia (veces dentro de la semana en que
se realizan los períodos) como la secuencia (orden que se
les da en la jornada diaria).
Un aspecto relevante para la planificación es resguardar el
equilibrio de la jornada. Esto implica incluir y balancear los
períodos tranquilos con los de mayor movimiento, los que
utilizan ambientes interiores con los exteriores, entre otras
consideraciones.
Por último, es muy necesario que el equipo de cada sala re-
vise siempre la planificación del día siguiente. De modo de
recordar y afinar detalles, convenir roles, buscar o preparar
materiales, actualizar información acerca de niños y niñas, y
ajustar la planificación en caso que sea necesario.
 V. SUGERENCIAS PARA LA PLANIFICACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO

A modo de sugerencia, se proponen dos alternativas de organización del tiempo para sala cuna y heterogéneo, las que pueden
servir de inspiración a los equipos para darle forma a la jornada.

Alternaƒva A Alternava B
SALA CUNA SALA CUNA

Llegada y acogida Llegada y acogida

09:00 - 10:00 09:00 - 10:00

Desayuno Desayuno

Juegos de Zonas de
Movimiento exploración

11:30 - 12:00 11:30 - 12:00

Almuerzo Almuerzo

Descanso o Descanso o
Siesta Siesta

Cuentos Juegos
y música Sensoriales

15:30 - 16:00
15:30 - 16:00
Once
Once

Arreglo y Arreglo y
despedida despedida

Juegos sensoriales Cuentos

y música

18:00 - 18:30 18:00 - 18:30

Cena Cena
Juegos de Juegos de
exploración Movimiento

19:30 19:30
Despedida Despedida

30
V. SUGERENCIAS PARA LA PLANIFICACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO

Alterna„va A Alterna„va B
HETEROGÉNEO HETEROGÉNEO

Llegada, acogida Llegada, acogida

y encuentro y encuentro

09:00 - 10:00 09:00 - 10:00

Desayuno Desayuno

Juegos Arte
cien ficos

Juegos de Juegos de
Movimiento Movimiento

12:00 - 13:00 12:00 - 13:00

Almuerzo Almuerzo

Juegos
Arte cien ficos

16:00 - 16:40 16:00 - 16:40

Once Once

Arreglo y Arreglo y
despedida despedida

Juegos de Juegos de
Movimiento Movimiento

18:00 - 18:30 18:00 - 18:30

Colación Colación

Talleres Zonas

19:30 19:30
Despedida Despedida

31
 V. SUGERENCIAS PARA LA PLANIFICACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO
ANEXO 1: Ejemplos de Zonas
• Zona de la construcción: el espacio ideal para esta zona
de trabajo debe ser amplio y despejado para las grandes
carreteras y construcciones. Puede estar cerca de la zona
de la casa, puesto que el juego de simulación puede ha-
cerse cooperativamente entre niños/as de las dos zonas.
Algunas sugerencias importantes:
• Dentro de la misma zona delimite un lugar para el jue-
go más tranquilo; instale una mesa con sillas para traba-
jar sentados.
• Instale un trozo de alfombra para aquellos que quie-
ran transportar material y ocupar más espacio en sus
construcciones.
Dentro de los materiales, se pueden incorporar los siguien-
tes:
• Bloques hechos de cartón (con cajas o envases vacíos
cubiertos con tela o papel).
• Carretes de hilo de diferentes tamaños.
• Bloques de diferente tamaño.
• Cajas de cartón.
• Envases de plástico en diferentes tamaños.
• Baldes.
• Medios de transporte en general.
• Muñecas.
• Animales de hule o plástico.
• Dibujos de los niños, de sus casas y de la ciudad.
• Zona de la casa: esta zona debe tener un espacio que
posibilite más de una representación. Procurar un am-
biente con estilo hogareño, para que niños y niñas se
sientan acogidos. Algunas consideraciones importantes:
32
• Según el interés de los niños/as, disponer de elementos
variados para disfrazarse para asumir distintos roles.
• Niños y niñas pueden hacer previamente elementos
para su ambientación, tales como: manteles, individua-
les, flores, macetero, paños de cocina, delantales de coci-
na, servilletas, cojines.
• Una buena idea es que traigan materiales desde sus ca-
sas y que pidan a los almacenes cercanos que les guarden
cajas y envases para luego ponerlos en este lugar. Dentro
de los materiales, se pueden incorporar los siguientes:
• Ollas, sartenes, tetera.
• Cucharas de palo, coladores, cubetas para hielo,
uslero, tabla para picar, platos, tazas.
• Paños de plato, delantales de cocina, servilletas.
• Cosas para cocinar y servir: semillas, piedras,
con chas (de tamaño superior a los 4 centímetros)
• Envases vacíos de alimentos: tarros de leche, cajas
de té, cajas de arroz, frascos.
• Muñecos.
• Escoba, paño para limpiar, escobillón, pala, plancha,
bandejas, basurero.
• Caja de herramientas.
• Elementos para jugar al hospital: batas, delantales,
jeringas sin agujas, parches curita, gasas.
• Elementos para jugar al restaurante: gorros de chef,
delantales, bandejas, menús.
• Dibujos de los niños, de sus familias, del consultorio,
de la feria.
• Zona de las artes: el espacio ideal para esta zona, debe
tener una iluminación adecuada (ojalá cerca de una ven-
tana), un piso fácil de limpiar, un panel para mostrar los
trabajos y dejarlos secar. Además se debe incluir algún reci-
piente con agua o previamente acordar el procedimiento para
ir a buscar el agua que necesiten. Algunas consideraciones im-
portantes:
V. SUGERENCIAS PARA LA PLANIFICACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO

- Deje al alcance de los niños/as el pegamento (puede poner Telas, trozos de género.
una cantidad limitada en un envase). - Distintos tipos de hojas de árboles, de ramas.
- Conversen previamente acerca de utilizar moderadamente el - Masa.
material y compartirlo con los demás. - Cajas de huevo, cajas de cartón pequeñas.
- Trozos de madera, palos de helado.
- Puede crear algún tipo de atril o pegar papel extendido sobre
la pared, de esta manera es posible hacer creaciones colecti-
- Plumas.
vas; es importante otorgar una posición óptima para pintar. - Algodón.
- Tijeras, cola fría.
En relación a los materiales, se pueden incorporar los siguien-
- Botones (tamaño superior a los 4 centímetros)
tes:
- Lápices de diferentes tipos y colores.
- Papel de diferentes tipos y tamaños.
- Témperas.
- Papel de diario, revistas, catálogos.
- Pinceles de distinto grosor, brochas.
- Trozos de cartón y cartulina.
- Pocillos y frascos para combinar los colores.
- Pinzas de ropa para colgar trabajos.
- Esponjas de distintos tamaños.
- Lanas.
- Dibujos de los niños.

33
 V. SUGERENCIAS PARA LA PLANIFICACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO

• Zona del agua: para esta zona, el espacio ideal es al aire ANEXO 2: Ejemplos de Talleres
libre y debe incluir mesas en las que se dispongan diver-
sos tipos de recipientes con agua. Además, se requiere de • Ejemplos de Talleres
supervisión directa del adulto a cargo. En relación con los
materiales, se pueden incorporar los siguientes:
- Taller de collage.
- Esponjas - Taller de estampado.
- Corchos. - Taller de grabado.
- Embudos (pueden ser elaborados de botellas plásticas). - Taller de trabajo con material en desuso.
- Vasos de diferentes tipos. - Taller de inventos.
- Coladores. - Taller de arpillera.
- Témperas para mezclar. - Taller de repostería.
- Gotarios. - Taller de cocina saludable.
- Papeles de diverso tipo. - Taller de pintura.
- Lana. - Taller de canto.
- Taller de baile.
• Zona de los disfraces: el espacio ideal para esta zona
es en un rincón de la sala, en la que haya un espejo a la
altura de niños y niñas para que puedan disfrutar mirán-
dose con los disfraces y maquillajes. En relación con los
materiales, se pueden incorporar los siguientes:

- Disfraces.
- Maquillaje.
- Espejo.
- Papeles de colores para usar y para confeccionar acceso-
rios para disfrazarse.
- Gorros, corbatas (pueden ser de papel) para jugar a los
chef, pintores, etc.
- Collares diversos.
- Accesorios

34
35
36