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INTRODUCCIÓN
1
Carnet, 103-104.
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Según un feliz neologismo del filosofo francés JEAN-LUC MARION, el
hombre es el adonado por antonomasia (Cf. ID., Dato che. Saggio per una
fenomenologia della donazione, SEI, Torino 2001, 3-85; 304-390).
13
Carta de 1913 al amigo JOSEPH HOURS, en Correspondence lyonnaise
Charles de Foucauld, ed. Karthala, París 2005.
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Ser testigos quiere decir “re-cor-darse” de Él, o sea llevarlo en el co-
razón, haciendo y hablando como hizo El.
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“Me sedujiste, Seños, y yo me dejé seducir” (Jer. 20, 7).
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Direttorio, art. XXVIII. LOUIS MASSIGNON (1883-1962) consideró
siempre este texto como el “depositum” recibido de su amigo y no cesó de re-
ferirse e él, de defenderlo, recordarlo ante cualquier desviación o resbalón de
la obra foucauldiana. Para Massignon el 'Direttorio' era un vademecum
evangélico para ser usado por todos los bautizados.
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All’ultimo posto. Ritiri di Terra Santa (1897-1900), Città Nuova, Roma
1974.
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Carta de marzo de 1902 al amigo del instituto GABRIEL TOURDES. “He
perdido la cabeza y el corazón”: el lenguaje amoroso es atrevido solo para
quien no haya hecho una experiencia que sacie verdaderamente la búsqueda
exigente de felicidad del hombre, pero para los santos y místicos en especial,
es el único lenguaje que logra expresar lo menos inadecuadamente posible su
indecible experiencia de Dios.
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De Foucauld y sus discípulos están convencidos de que la ‘huida del
mundo’, típica de la vida monástica, no es su carisma. Al contrario: el mun-
do, donde Jesús de Nazaret vivió, es intrínsecamente bueno y hay que reno-
varlo y transformarlo en sus aspectos negativos, como “el grano que cae a
tierra y muere.” (Jn. 12, 24), dando, si hace falta, la vida como una ofrenda
de amor.
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Es necesario un equilibrio armónico entre el aspecto contemplativo y el
apostólico: sin contemplación a la acción le falta incisividad y profundidad;
por otra parte, sin un empeño real de hacer el bien a los otros, la contem-
plación no es fecunda.
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Carta del 29 de agosto de 1902 a su prima M.me MARIE DE BONDY.
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Testimonio de ROBERT HERISON, médico protestante francés.
24
Cf. A. FURIOLI, Charles de Foucauld e l’Islam, en Rivista di vita
spirituale, 56 (2002), 312-337.
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Título de una obra que tuvo cuatro ediciones (1888; 21934; 31939 y
4
1998) y que le valió la medalla de oro de la Societé Française de Géogra-
phie (1885).
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Por esta su notable contribución al conocimiento de la lengua, exacta-
mente hace 40 años, PABLO VI lo ponía como modelo a imitar en la Populo-
rum progressio (26/03/1967): “Baste recordar el ejemplo del padre Carlo de
Foucauld, que fue juzgado digno de ser llamado, por su caridad, el «Herma-
no universal», y al que se debe la recopilación de un precioso diccionario de
la lengua tuareg” (n. 12).
27
Le mariage, dai Chants Tuaregs, ed. Albin Michel, Paris 1997.
28
Marabut: en árabe quiere decir hombre de fe, santón, guía espiritual;
indica el respeto y el gran prestigio moral que la comunidad islámica le había
reconocido.
29
El símbolo del Sagrado Corazón de Jesús que llevaba cosido, estam-
pado o impreso en su hábito religioso.
30
Cf. A. FURIOLI, Charles de Foucauld. L’amicizia con Gesù, Áncora,
Milán 22002.
31
Los 19 grupos que componen esta rica realidad eclesial están organiza-
dos en 11 Institutos religiosos, 2 Institutos seculares y 6 asociaciones públi-
cas y privadas de fieles, que juntos forman la Asociación Espiritual Charles
de Foucauld. Los miembros son en total unos 15.000 (cf. A. FURIOLI, Los
herederos espirituales del Hno. Carlos, en Le grandi scuole della spiritualità
cristiana, de AA. VV., Teresianum-ed. O. R., Roma-Milán 1984, 718-727).
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Así escribía a un laico de Lión: “Eliminar de nosotros el espíritu mili-
tante.” (Carta a JOSEPH HOURS, 3 de mayo de 1912, en Correspondence lyon-
naise Charles de Foucauld, Karthala, Paris 2005).
CONCLUSIÓN
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“Nos ha hecho para ti, Señor, y nuestro corazón estará inquieto hasta
que no repose en ti” (S. AGUSTÍN, Confesiones, 1, 1).
34
Es el primero de diciembre de 1916. En Europa la primera guerra mun-
dial estaba en su auge (1915-1918), y eso tuvo sus nefastas repercusiones in-
cluso en África.
35
“El martirio es considerado por la Iglesia como don eximio y prueba
suprema de caridad” (Lumen Gentium, 42).
36
Carta a su prima M.me Marie de Bondy, Tamanrasset 26 agosto 1905.