You are on page 1of 3

Mensaje

1- Título: La restauración de los caídos Texto Bíblico: Mateo 26: 31-35, 41, 73-75
2- Idea principal del mensaje:
Todos somos propensos a fallar en el transcurso de nuestro caminar con el Señor, pero existe
una promesa de restauración si volvemos a aquel que nos ama irrevocablemente.

3- Análisis del contexto:


Pedro, uno de los discípulos más fervientes y radicales del Señor, traiciona a su maestro al ser
confrontado con algunas de las mayores debilidades del ser humano, el amor propio y la
excesiva confianza en sí mismo.

4- Propósito del mensaje:


Glorificar a un Dios de amor, que está dispuesto a restaurar y limpiar a aquellos que han caído
por el pecado.

5- Aplicación práctica en la actualidad:

a- Apoyarnos en el Señor y el poder de su fuerza para ser libres del poder del pecado
(Efesios 6:10).
b- Ser humildes y compasivos con aquellos que han caído, pues todos estamos
expuestos a padecer tentaciones y pruebas (Gálatas 6:1, Mateo 6:13).

6- Introducción:

¿Qué es caer o estar caído?


La palabra caer significa, según el diccionario: hundirse, abatirse, descender, debilitarse. En la
milicia significa: ser muerto en batalla, quedar postrado o rendirse. Caído significa: derrotado,
humillado, sometido o lastimado por algo o alguien.

Alguien que ha caído, es alguien que ha incurrido en pecado deliberadamente y en ocasiones


repetitivamente, y que permanece en un estado de desobediencia hacia Dios, por tanto
necesita arrepentirse para ser restaurado a la comunión con Dios y con el cuerpo de Cristo.

La Biblia advierte claramente sobre ciertas conductas o hábitos que nos pueden hacer caer,
entre las cuales están:

 El orgullo, (Proverbios 16:18): Exceso de estima hacia uno mismo y hacia los propios
méritos.
 La incredulidad, (hebreos 3:12): Falta de fe en Dios, recelo o falta de confianza en la
verdad o eficacia de una cosa.
 Los deseos de la carne cuando no son controlados, (Gálatas 6:8): Cuando no los
controlamos por el espíritu ellos nos controlan a nosotros.
 Un exceso de ociosidad, (Efesios 2:10): Estado del que está voluntariamente sin
desempeñar actividades productivas. Fuimos creados para buenas obras, las cuales
Dios preparo de antemano para que nos ocupásemos en ellas.
 Los afanes de este siglo, (Marcos 4:19): Que hacen que la palabra se vuelva
infructuosa.
 El descuido Espiritual, (Efesios 6: 11, Hebreos 12:12, 13): Nos hace débiles y
vulnerables ante los ataques espirituales.
 Y la sensación de impotencia o estancamiento, (Salmo 73:2, 3): Falta de fuerza,
poder o competencia para realizar una cosa, hacer que suceda o ponerle resistencia.
Cuando se detiene el curso o desarrollo de una cosa.

Lo contrario de caer es estar firme: Que es estable o no se mueve al estar bien apoyado o
sujeto. Persona que es constante y no se deja dominar ni abatir.
Dios llama a cada hijo e hija suyos, a estar firmes en la fe (1 Pedro 5:9), firmes en la libertad
con que Cristo nos hizo libres (Gálatas 5:1), firmes contra las asechanzas del enemigo (Efesios
6:11).
“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12).

7- Puntos principales:

I. Nadie es perfecto.
Todos nos equivocamos muchas veces a lo largo de nuestras vidas, pues somos participes de la
misma naturaleza pecaminosa, esa la razón por la cual el proceso de santificación en el creyente
es progresivo y nunca terminara mientras vivamos en este cuerpo pecaminoso.
La misma palabra dice que siete veces cae el justo y vuelve a levantarse. Pero esto no es una
excusa para que hagamos del pecado una práctica, porque Dios no tendrá por inocente al
culpable (números 14:18); recordemos lo que sucedió con David y Betzabe, que toda acción tiene
sus consecuencias.
En ocasiones Dios permite que seamos probados, para que podamos ponernos a la altura de
los demás y ser compasivos con sus circunstancias, también para que aprendamos a conocerle a
él y para revelar lo que hay en nuestros corazones.
Incluso la caída del hombre, cumple con el propósito de mostrar el eterno amor y la misericordia
de Dios; y también mostrar su ira y hacer notorio su poder (Romanos 9:22-24).

II. Si hemos pecado, debemos arrepentirnos y volver a Dios.

La misericordia de Dios es gratuita, pero solo hay promesa de restauración para aquel que
confesando sus transgresiones se aparta de ellas (Proverbios 28:13).

El mero remordimiento no es suficiente para ser renovados. Judas, después que traiciono a
Jesús, sintió remordimiento, pero eso no fue suficiente para salvarlo. “Porque la tristeza que
es según Dios produce arrepentimiento para salvación… pero la tristeza del mundo
produce muerte” (2 Corintios 7:10).

Dios no quiere que seamos como Judas, de los que caen para perdición. El verdadero
arrepentimiento debe producir en nosotros un genuino acercamiento a Dios. Recordando que
si pecamos, tenemos un abogado que defiende nuestra causa y nos ayuda en nuestra
debilidad, a Jesucristo, el justo. (1 Juan 2:1)
III. Debemos estar alerta, en oración y búsqueda del Señor.
El Señor le advirtió a Pedro con tiempo, lo mando a orar y a velar, pero no hizo caso; puso su
confianza en sí mismo y sabemos cuál fue el resultado. Pero la misericordia de Dios fue más
grande, como dice en Lucas 22:32 “Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando
te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos”. Cuando abundo el pecado, sobreabundo la
gracia. Debemos orar también unos por otros y fortalecernos unos a otros.

IV. Dios es el único con poder para mantenernos firmes.

Dios es el único que puede mantenernos firmes hasta el fin, por lo que le corresponde toda la
gloria y la honra, como dijo pablo: “en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo
Jesús, no teniendo confianza en la carne” (Filipenses 3:3).

8- Conclusión:
Sabemos quién llego a ser Pedro, Pablo y los demás discípulos; su vida hoy es un testimonio para
nosotros, de que a pesar de los tropiezos y las dificultades, en Dios si se puede vivir una vida
victoriosa, (Romanos 15:4).
La clave es la perseverancia, como dice en Lucas 21:19 “Con vuestra paciencia ganaréis
vuestras almas”. Algunas versiones traducen la palabra paciencia como constancia o
perseverancia.
“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de
su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad,
imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.” (Judas 1:24, 25)

You might also like