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FILIAL CHORRILLOS
INVESTIGACIÓN FORMATIVA DE
TITULO:
PRESENTADO POR:
2018
1
Índice:
Diagnostico serológico
Objetivo de la prueba
Técnica antígena
Western blot
Serología
Infección crónica
Serología
Métodos de diagnósticos
Epidemiologia
Serología
Diagnóstico de laboratorio
Serología
Diagnostico indirecto
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3.6.- HTLV…………………………………………………………………………. PAG 20
Serología
Diagnóstico de laboratorio
Serología
Serología
5.-CONCLUSION………………………………………………………….....…… PAG 25
3
1.- INTRODUCCION
2.- ANTECEDENTES
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Tamizaje de enfermedades infecciosas en bancos de sangre, Colombia, 2011
Mauricio Beltrán ', Jorge Raad 2, Maribel Ayala ', Regina Ching
3.1 VIH
Los tres objetivos principales para las pruebas del VIH son los siguientes: 1) el análisis de
la sangre donada; 2) la vigilancia epidemiológica de la prevalencia o de las tendencias del
VIH; y 3) el diagnóstico de la infección en las personas. No existe una prueba única que
responda a todas las condiciones u objetivos locales. Objetivos distintos requieren
estrategias específicas (combinación y secuencia de pruebas), mientras que las
condiciones locales como el volumen diario de pruebas, los niveles de capacitación del
personal y los costos comparativos influenciarán el tipo de prueba elegida.
Las pruebas ELISA, que son las utilizadas más habitualmente, son apropiadas para los
bancos de sangre que analizan más de 100 muestras diarias o efectúan pruebas
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sistemáticas para control. En otros contextos, son más adecuadas las pruebas sencillas y
rápidas que no necesitan un equipo especial o un personal altamente capacitado. Ambos
tipos de pruebas tienen la misma fiabilidad, siempre y cuando se empleen correctamente.
Los resultados iniciales positivos no pueden considerarse concluyentes, de modo que
siempre deben confirmarse usando la(s) prueba(s) suplementaria(s) adecuada(s) antes de
notificar a una persona su estado serológico con respecto al VIH.
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El diagnóstico serológico del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) trasciende en
importancia a otros diagnósticos de laboratorio por la gravedad de la enfermedad que este
virus produce, la existencia hoy en día de tratamientos mucho más eficaces que los iniciales
y el conocimiento que tienen los médicos y sanitarios sobre esta infección. Además, buena
parte de ese conocimiento ha tenido una gran difusión entre la población general, sobre
todo el referido a los mecanismos de transmisión y a las posibilidades diagnósticas.
El cribado de anticuerpos en muestras de suero es el método más comúnmente empleado
para el diagnóstico de laboratorio de la infección por VIH. Las pruebas están basadas en
distintos principios técnicos que han ido evolucionando con el tiempo, la experiencia
adquirida y las recomendaciones nacionales e internacionales. A pesar de los avances
logrados en el desarrollo de estas pruebas, se siguen produciendo casos de falsos positivos
y, con menor frecuencia, falsos negativos.
Estos errores son atribuibles, en parte, al enorme crecimiento de esta demanda analítica
dentro de la asistencia clínica hospitalaria y extrahospitalaria.
La importancia de estos errores es obvia, pudiendo provocar situaciones que generan
ansiedad en los pacientes y desconcierto en los profesionales encargados de dicho
diagnóstico.
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algoritmo de confirmación. De forma conceptual, se denominan pruebas diagnósticas las
que se emplean de forma individualizada en el suero de una persona bajo los principios
clínicos del consentimiento informado, y sirven para detectar o descartar la infección por
este virus. Cuando las pruebas se aplican en virtud de criterios de seguridad biológica,
vigilancia epidemiológica o investigación y el objetivo principal no es el diagnóstico clínico
de la infección por el VIH, las denominamos pruebas de detección de anticuerpos anti-VIH
en sentido estricto. Como veremos más adelante, esta distinción, aparentemente
semántica, condiciona la utilización de las pruebas de detección de anticuerpos VIH de una
forma coordinada y secuencial.
En todo caso, las pruebas habituales de detección de anticuerpos frente al VIH constituyen
un primer escalón en el diagnóstico de la infección por este virus y se aplican en la práctica
clínica a un gran número de sueros. Así, la sencillez y la posibilidad de automatización son
cualidades que deben tenerse en cuenta a la hora de elegir un prueba en particular.
La sensibilidad y la especificidad son los parámetros más importantes para valorar una
prueba y, en el caso de la aplicacióncclínica de las pruebas VIH, son muy importantes el
valor predictivo positivo (VPP) y el valor predictivo negativo (VPN). La sensibilidad de los
equipos actuales ha alcanzado límites máximos; es frecuente leer artículos en los que se
mencionan sensibilidades de un 99-100% para el conjunto de muestras ensayadas.
Conviene señalar, sin embargo, las dificultades de alcanzar una sensibilidad real del 100%
en una infección en la que la seroconversión ocurre en un lapso de tiempo de 2 a 4 semanas
en la mayoría de los casos y, a veces, hasta varios meses (período ventana). Cabe recordar
a este respecto la posibilidad de encontrar individuos infectados por el VIH que son
seronegativos debido a causas orgánicas o defectos inmunes (falsos negativos).
Es bien conocido que el incremento de la sensibilidad lleva aparejado un descenso de la
especificidad (falsos positivos); aunque las técnicas actuales ofrecen cifras de especificidad
en torno al 99%, el aumento espectacular que ha experimentado la demanda analítica
posibilita que los resultados falsos positivos sean más frecuentes, a pesar de las mejoras
técnicas introducidas en las pruebas primarias de detección de anticuerpos frente al VIH.
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Tabla 2. Antígenos empleados en las pruebas de detección primaria de anticuerpos
frente al VIH en los últimos tiempos.
Técnica Antígeno
La evolución de los antígenos incluidos en las pruebas de detección ha permitido, por una
parte, incrementar la sensibilidad sin merma de la especificidad y, por otra, ha hecho posible
la detección de anticuerpos frente a tipos y subtipos del VIH que escapaban a los equipos
de diagnóstico habituales. A pesar de las mejoras introducidas en los equipos actuales,
debe tenerse en cuenta la posibilidad real de encontrar sueros de infectados por subtipos
inusuales del VIH, sobre todo en pacientes africanos o en personas con estancias
prolongadas en ese continente.
Respecto al principio técnico que emplean, cabe mencionar que la gran mayoría están
basados en las distintas modalidades del enzimoinmunoanálisis (EIA): indirecto, en
sandwich y de captura. Existen EIA competitivos que tienen una gran especificidad, aunque
adolecen de cierta falta de sensibilidad en algunos momentos de la infección por el VIH,
como al inicio de la seroconversión y en los pacientes que se encuentran en estadios
terminales. Sin embargo, combinadas con otras pruebas de mayor sensibilidad en forma
secuencial, pueden proporcionar excelentes resultados en la estrategia diagnóstica. Estos
tipos de pruebas han sufrido también variaciones tecnológicas, siendo una de las más
empleadas la utilización de substratos fluorescentes que han dado lugar a las pruebas
denominadas ELFA (enzyme-linked fluorescent assay). La última aportación ha sido la
detección simultánea del antígeno p24 y de anticuerpos, lo que acorta el período ventana.
Diversos trabajos publicados y nuestra propia experiencia ponen de manifiesto un adelanto
entre una a dos semanas en la detección serológica de la infección, aspecto a considerar
si tenemos en cuenta que en ese período la infectividad es más elevada.
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Existen pruebas basadas en la técnica de aglutinación pasiva que ofrecen ventajas por su
sencillez y simplicidad de ejecución así como por la posibilidad de realizar titulaciones de
forma sencilla. La dificultad de automatización las hace poco adecuadas para procesar gran
número de sueros, estando menos extendidas. Estas técnicas permiten detectar tanto
anticuerpos de la clase IgG como IgM.
Entre las pruebas de cribado de anticuerpos VIH, las denominadas pruebas rápidas han
experimentado un desarrollo importante; los antígenos que emplean son similares a los EIA
y ELFA y el tiempo en el que se puede obtener un resultado oscila entre 5 y 20 minutos.
Aunque las características operacionales son inferiores a los EIA y ELFA, deben tenerse
en cuenta para situaciones de urgencia. Combinadas con otras pruebas de detección de
anticuerpos constituyen una estrategia que mejora la especificidad de los resultados de
forma asequible en términos de costes laborales y de tiempo. En la tabla 3 se exponen
algunas de la más utilizadas; son preferibles aquellas que permiten detectar anticuerpos
frente al VIH-1 y VIH-2 de forma separada. Su mayor inconveniente reside en la lectura,
que siempre es subjetiva, lo que puede generar dudas de interpretación de la reactividad
de ciertos sueros. En los últimos años, han aparecido pruebas rápidas basadas en el
principio de la inmunocromatografía capilar que han mejorado de forma importante la
sensibilidad y la especificidad de éstas respecto a las de Dot-EIA. Se deben elegir aquéllas
que tengan controles internos que verifiquen el correcto funcionamiento de la reacción.
La técnica más ampliamente utilizada es el WB. Las técnicas de IFI y RIPA, por razones
distintas (subjetividad de la lectura, requerimientos de laboratorio, etc.), se emplean cada
vez menos, de tal forma que los resultados del WB son considerados el estándar de
confirmación de la presencia de los anticuerpos anti-VIH. Existen distintos criterios de
positividad propuestos por organismos o sociedades involucrados en el diagnóstico del VIH
(tabla 4). De ellos, el de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es el más específico
cuando se manejan sueros de diversa procedencia poblacional.
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CRSSa: p24 + (gp41 o gp120 o gp160) o p32 + (gp41 o gp120 o gp160)
CDC/ASTPHLDa : p24 + (gp41 o gp120 o gp160) o gp41 + (gp120 o gp160)
3.2.- HVB
Infección crónica
En la mayoría de los individuos crónicamente infectados se detecta en suero HBsAg en
concentraciones mayores de 1 mg/ml. Aunque la mayoría de los portadores de HBsAg
tienen títulos elevados de HBV en suero, algunos portadores parecen no tener partícula
infecciosa circulante. En estos casos la replicación del virus en el hígado ha cesado. El DNA
viral se ha integrado en el cromosoma de la célula huésped durante la infección. Los genes
virales, sobre todo los del core y la polimerasa pueden romperse mientras que las regiones
que codifican a la proteína de la envoltura y su promotor permanecen intactos. Estos
pacientes pueden aparecer como portadores de HBsAg sin detección de HBeAg y sin
actividad DNA polimerasa. En la célula hepática no se detecta DNA viral libre ni HBcAg.
Estos pacientes, no todos, no tienen enfermedad hepática o ésta es mínima y son
considerados portadores sanos. No se conoce cual es la fracción de estos portadores de
HBsAg que no tienen virus infeccioso en sangre periférica.
Casi todos los pacientes crónicamente infectados presentan títulos elevados de anti-HBc
en la sangre. Aunque la mayoría de los anticuerpos anti-HBc son de clase IgG los
anticuerpos de clase IgM se siguen produciendo y pueden detectarse en 10 % de estos
pacientes crónicamente infectados en los periodos de reactivación positividad en niveles
muy bajo, cerca del cutt-off. Los pacientes con infección crónica se pueden clasificar en
altamente replicativos o con infección mínimamente replicativa. Estos con HBeAg y DNA
HBV detectables en suero son considerado altamente replicativos, son altamente
infecciosos para sus contactos y tienden a tener un daño hepático sustancial.
Aproximadamente 10 % de los pacientes con infección crónica altamente replicativa
presentan reversión espontánea a un estado relativamente no replicativo en el cual se
pierde HBeAg y DNA-HBV y se adquiere anti-HBe. En el estado no replicativo la infectividad
y daño hepático están limitados, estos pacientes tienden a ser portadores asintomáticos de
HBV.
Con el tiempo hay una perdida espontánea de DNA HBV y HBeAg y seroconversión a
positividad anti-HBe. Sin embargo la infección prolongada parece ser la regla y la perdida
espontánea de HBsAg es muy rara, en el 2 % de los pacientes por año. Algunos pacientes
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con infección persistente pos HBV pueden estar sin HBsAg circulante y detectable en suero.
Esto se confirma por una pequeña fracción de donantes de sangre que son negativos para
HBsAg pero que transmiten la infección por HBV a sus receptores de sangre. Aunque
algunos de estos donantes pueden encontrarse en el periodo de incubación de la HBV con
mayor probabilidad se encuentran infectados de manera crónica, con HBsAg por debajo del
límite de detección a causa de que ellos tienen títulos elevados de anti-HBc.
3.3.- HVC
EL VIRUS DE LA HEPATITIS C
El VHC fue identificado y caracterizado en 1989 después de múltiples investigaciones para
la detección del genoma del virus de las hepatitis no A- no B. (NANB ), reconociéndose
como la causa mayor de este tipo de hepatitis y una causa importante de las hepatitis
crónicas. No se ha podido infectar cultivos celulares y el único animal de experimentación
útil es el chimpancé. El hecho más notable de las infecciones por VHC es su capacidad
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para persistir aún en presencia de una buena respuesta inmune humoral y celular del
huésped, debido tanto a la alta tasa de mutaciones (quasiepecies) que facilita mecanismos
de escape como a la elevada producción y aclaramiento de viriones de VHC, la cual se
produce a un ritmo de 10¹² viriones/día, con una vida media del virión de 2,7 h.
El virión del VHC tiene un genoma RNA, rodeado por una cápside icosaédrica (core) y una
envoltura que contiene 2 glucoproteínas, E1 y E2. Las partículas virales tienen 50 nm
aproximadamente de diámetro y el core en torno a los 30 nm. Tanto el tamaño como la
organización genómica del VHC guarda semejanza con la de los flavivirus; debido a esto,
el International Commitee for the Taxonomy of Viruses ha propuesto que este virus sea
asignado dentro de la familia Flaviviridae
El diagnóstico del VHC se puede aplicar en diferentes situaciones diagnósticas, bien como
cribado en la población de bajo riesgo, como serian los donantes de sangre; en el
diagnóstico clínico en aquellos pacientes con factores de riesgo para el VHC, o en los que
clínicamente está indicado por las alteraciones analíticas o clínicas. El diagnóstico de la
infección por el VHC se realiza inicialmente por una prueba de cribado, como son las prueba
de enzimoinmunoensayo (EIA), seguidas por técnicas suplementarias para confirmar la
infección. Estas pruebas suplementarias incluyen tanto las técnicas serológicas de
detección de anticuerpos específicos como las moleculares para detectar, cuantificar y tipar
el RNA viral. Deberán ser aplicados en función de
la población estudiada y de los síntomas clínicos. Sólo las pruebas serológicas están
aprobadas por la Food and Drug Administration norteamericana (FDA) para el diagnóstico;
mientras que las pruebas moleculares, hoy día, se consideran sólo para uso en
investigación, lo que no quiere decir que no tengan utilidad en el diversas situaciones
clínicas, como se comentará más adelante.
Métodos de cribado
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recombinante como antígeno (C100-3), derivada del gen NS4. Este ensayo carecía de
sensibilidad y especificidad y fue
rápidamente sustituido por otro de segunda generación (EIA-2), que apareció en 1992,
añadiéndole las proteínas C33c de la región NS3, C22-3 de la región core y C200 de las
regiones NS3 y NS4 del genoma viral. Posteriormente, en el año 94, apareció otro de
tercera generación (EIA-3), añadiéndole a las proteínas ya existentes, una de la región NS5
y modificando la proteína
NS3 para aumentar la sensibilidad. Ambos ensayos, EIA-2 y EIA-3, aumentaron la
sensibilidad y especificidad comparándolas con las del EIA-1. Estudios posteriores
comparando la sensibilidad y especificidad entre los ensayos de EIA-2 y EIA-3, no
encontraron diferencias significativas entre ellos. Parece que, en poblaciones de alta
prevalencia, el EIA-3 es más sensible (97 a 100%), mientras que en donantes de sangre la
especificidad es del 99,3 a 100%. A pesar de que la prueba EIA-3 ha mejorado
comparándolo con el EIA-2, todavía puede observarse un pequeño porcentaje de falsos
positivos en poblaciones de baja prevalencia. El período de seroconversión en la
primoinfección (ventana serológica) se ha reducido considerablemente con los EIA-2 y EIA-
3, cifrándose en 7-8 semanas para los últimos.
Los antígenos usados en los ensayos serológicos son derivados del genotipo 1a, lo cual
puede dar lugar a resultados falsos negativos en pacientes infectados con otros genotipos.
Para solucionar éste problema, se está desarrollando un nuevo ensayo que no está
disponible en el mercado y que usa un antígeno de fusión de múltiples epítopos e incorpora
proteínas de la región de envoltura. Este antígeno quimérico contiene epítopos de las
regiones estructurales y específicos de genotipo. Estudios preliminares indican que el
antígeno de envoltura específico de genotipo puede aumentar la sensibilidad y especificidad
en las pruebas EIA.
También se han desarrollado pruebas de detección de anticuerpos IgM anti-VHC, pero no
han alcanzado las expectativas previstas, ya que los métodos existentes no permiten
detectar una respuesta significativa en la mayoría de los pacientes y su patrón de
producción es demasiado variable.
Recientemente, ha aparecido un ensayo cualitativo para la detección del antígeno core del
VHC (Ortho® ). Se realiza por técnica EIA, y se detecta en muestras de suero o plasma. Se
ha propuesto como una prueba de cribado para los donantes de sangre y se está probando
como una ayuda en el diagnóstico temprano de la infección aguda (período ventana), con
resultados prometedores, aunque es pronto para tener una opinión definida.
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UTILIZACIÓN PRÁCTICA DEL DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO
El diagnóstico de laboratorio resulta obligado por múltiples razones. Se aplica en diferentes
situaciones que pueden requerir asimismo estrategias distintas:
a) cribado de los donantes de sangre.
b) pacientes sintomáticos con sospecha clínica.
c) pacientes con factores de riesgo asociado al VHC.
d) personas con alteraciones esporádicas de la ALT.
EPIDEMIOLOGÍA
La prevalencia de la infección por el VHC es variable, según la zona geográfica y los
diferentes grupos de riesgo. En nuestro país, no existen muchos estudios dirigidos
específicamente a determinar la frecuencia de la infección en la población general. A partir
de estimaciones indirectas en donantes de sangre o de órganos, o de estudios específicos,
se puede asumir una prevalencia cercana al 2%, aumentado conforme avanza la edad.
Los factores de riesgo y la vía de transmisión y adquisición del VHC son variables. Como
es sabido, la más frecuente es la vía parenteral percutánea. La transmisión por esta vía
resulta relativamente eficiente, con un riesgo que se situaría entre el del virus de la hepatitis
B (VHB) y el del VIH. Así, en nuestro medio, se considera que las transfusiones pueden ser
responsables de menos del 2% de los pacientes infectados en la actualidad, aunque es un
factor en claro descenso a partir del momento en que se controlan las donaciones, como
demuestran las estudios más recientes de incidencia. Por el contrario, el uso de drogas por
vía parenteral es un factor de riesgo responsable de hasta un 40% en los estudios de
prevalencia. Si se analizan ciertos grupos de riesgo, todavía el impacto es mayor. Por
ejemplo, los pacientes infectados por el VIH y que son adictos a drogas parenterales, en su
práctica totalidad están coinfectados por el VHC, lo que tiene consecuencias desde el punto
de vista del diagnóstico de laboratorio y del manejo clínico en estos momentos. Los
pinchazos accidentales (agujas no desechables, personal sanitario, tatuajes, etc.) son
responsables del 2-4% de los casos actuales.
3.4.- CHAGAS
La enfermedad de Chagas es una infección parasitaria causada por el protozoo
Trypanosoma cruzi. Está ampliamente distribuida en América Central y del Sur donde es
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endémica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la población de riesgo
es de aproximadamente 60 millones de personas, entre 9 y 12 millones están infectados y
cada año provoca 12 500 muertes. La enfermedad de Chagas está incluida dentro de las
denominadas “Enfermedades Olvidadas”.
DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO
Las técnicas diagnósticas están encaminadas a detectar el parásito o bien a detectar la
respuesta inmune que se genera. El criterio para utilizar uno u otro test diagnóstico se basa
en el conocimiento o sospecha respecto a que fase de la infección presenta el paciente.
Durante la fase aguda los parásitos circulantes son abundantes y los métodos
parasitológicos son los más adecuados para detectar la presencia de T.cruzi en muestras
de sangre. Durante la fase crónica las parasitemias son bajas e intermitentes y se detectan
altos niveles de IgG específicas por lo que el diagnóstico de laboratorio se basará en la
determinación de anticuerpos aplicando diferentes técnicas serológicas.
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formas presentes o bien a detectar ADN del parásito mediante técnicas de biología
molecular.
Serología
El diagnóstico basado en la búsqueda del parásito presenta un notable valor durante la fase
aguda de la enfermedad, pero estas técnicas tienen baja sensibilidad durante las fases
crónicas, en las que la serología es de gran utilidad y se considera el método de elección.
El diagnóstico serológico en la enfermedad de Chagas se basa en la determinación de
inmunoglobulinas específicas de la clase G totales (IgG), aunque otras inmunoglobulinas
como las IgM pueden ser detectadas en fase aguda.
Disponemos en la actualidad de un amplio número de test serológicos para el diagnóstico
de la enfermedad de Chagas que se diferencian entre sí por el principio de la técnica o los
antígenos que utilizan, factores que condicionan su sensibilidad y especificidad. Se conocen
como tests convencionales los que emplean como antígeno la totalidad del parásito como
la inmunofluorescencia indirecta (IFI) o mezclas de fracciones antigénicas del parásito como
la hemoaglutinación indirecta (HAI) o ensayos inmunoenzimáticos (ELISA). En general se
considera que las pruebas que utilizan antígenos crudos o totales presentan más
reacciones cruzadas, con lo que la especificidad es menor. Los tests no convencionales
son aquellos que utilizan antígenos purificados, recombinantes o péptidos sintéticos, entre
ellos tenemos las pruebas rápidas de inmunocromatografia.
La OMS (2002) debido a la distinta capacidad inmunogénica de las distintas cepas del
parásito, la distinta respuesta inmunitaria entre los pacientes y la existencia de reacciones
cruzadas con otros tripanosomatidos que coexisten en las áreas endémicas cuando
utilizamos antígenos crudos del parásito, recomienda que, al menos, se realicen dos
pruebas en paralelo que utilicen antígenos o principios distintos. En consecuencia un
individuo está infectado cuando el resultado de dos tests serológicos es positivo.
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En aquellos casos en que dos pruebas serológicas distintas, siguiendo las
recomendaciones de la OMS, no sean suficientes para confirmar la infección se debe
recurrir a una tercera técnica.
Los expertos recomiendan que se utilice la IFI que tiene una sensibilidad del 95 % y una
especificidad del 100 %. A pesar de ello, muchas veces no es la más aconsejable ya que
su lectura es subjetiva, depende de la experiencia del técnico y se recomiendo que se
realice en un centro especializado. Se han propuesto alternativas a la IFI como las técnicas
que utilizan antígenos de secreción-excreción del parásito (TESA) utilizados en inmunoblot
o ELISA, glicoproteínas 72 y 90 kDa, detectadas mediante radioinmunoensayo (RIPA) o
antígenos recombinantes diversos usados en inmunoblot. A pesar de ello los resultados
obtenidos dejan de ser concluyentes, los antígenos o test propuestos no se encuentran
comercializados y no están al alcance de los centros de diagnóstico habituales.
3.5.- SIFILIS
La sífilis es una enfermedad infecciosa aguda o crónica cuyo agente causal es Treponema
pallidum perteneciente, junto con otros treponemas, borrelias y leptospiras, a la familia
Treponemataceae. Es un microorganismo móvil que, dadas sus dimensiones, 5-15 m de
largo por 0,2 m de diámetro, se encuentra en el límite de resolución óptica de los
microscopios convencionales; por ello no es posible visualizarlo mediante tinciones
normales y sí por contraste de fases o tinciones de plata que "engruesan la bacteria".
Tampoco es cultivable según el concepto tradicional. Su movilidad se debe a 10 flagelos
periplásmicos .Su tiempo de generación en los tejdos humanos es de unas 8 horas, por lo
que su multiplicación es lenta.
La enfermedad está clasificada como venérea y de declaración obligatoria, siendo su
mecanismo de transmisión el contacto directo con una lesión productiva. Tras un período
de incubación de 12 a 90 días (media de 21 d), aparece en el lugar de la inoculación una
lesión primaria, rica en treponemas (el chancro), que desaparece espontáneamente a las
pocas semanas. Durante este primer estadío, conocido como sifilis primaria, T. pallidum se
multiplica en los linfáticos regionales distribuyéndose por la sangre a todos los órganos del
individuo (infección sistémica). Generalmente las pruebas serológicas se hacen positivas
en este período pasadas 3-4 semanas de la infección. En el paciente no tratado, el segundo
estadío comienza con la aparición de una de las manifestaciones sistémicas de la
enfermedad: una erupción en piel, palmas y plantas, la roseola sifilítica, acompañada de
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síntomas generales y, frecuentemente, de otros signos localizados (condilomas genitales).
Las lesiones abiertas de este período son muy contagiosas. Tras la primera desaparición
espontánea de la misma y durante el primer y segundo año, pueden aparecen brotes
similares cada vez de menor intensidad (fases de latencia precoz) hasta que desaparecen
totalmente todos los signos y síntomas (fase de latencia tardía). El tercer estadío de la
enfermedad, que solo se presenta en unos pocos pacientes, se caracteriza por la formación
de lesiones granulomatosas destructivas (gummas) que, curiosamente, tienen escasa
carga treponémica. En este período pueden aparecer sintomas y signos de focalización de
la enfermedad: neurosífilis, sífilis cardiovascular, etc.
DIAGNOSTICO INDIRECTO
No treponémicas
Valor de referencia / Observaciones
RPR : No reactivo / -
VDRL : No reactivo / -
USR : No reactivo / -
TRUST : No reactivo / -
ELISA : Cut-off / -
Treponémicas
Valor de referencia / Observaciones
TPHA : No reactivo Suero,/ hemaglutinación
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FTA-ABS IgG e IgM : No reactivo / Suero y LCR
FTA-ABS-DS : - / Doble tinción
ELISA anti-IgG : Cut-off / Suero
ELISA anti-IgM : Cut-off / Suero
2.6.- HTLV
El Ministerio de Salud en el año 2008 estableció el tamizaje obligatorio para el HTLV-1 en
todas las donaciones de sangre. Estos virus pertenecen a la familia Retroviridae,
subfamilia Oncoviridae. Respecto del HTLV-I, el genotipo circulante en el país pertenece
al subtipo Cosmopolita.
El HTLV-I es un virus ancestral presente en la población amerindia de Los Andes. En Chile,
se asoció a paraparesia espástica tropical en 1989, y en 1991 se describió por primera vez
en donantes de bancos de sangre. En la Tabla 1 se presenta un resumen de los estudios
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de seroprevalencia en Chile y otros países. El rango de seroprevalencia del virus en Chile
varía entre 0,3% y 0,73%.
La infección se produce principalmente a través de células que contienen el provirus y, en
un muy menor grado, mediante los viriones libres. La infección se puede adquirir por vía
sexual, vertical y sanguínea. La transmisión sexual es poco eficiente en general, y por ser
un virus asociado a células es más eficiente su transmisión de hombre a mujer que a la
inversa. La transmisión vertical ocurre por lactancia, dado que la infección transplacentaria
e intraparto es poco frecuente.
La transmisión vía sanguínea debe ser con sangre y hemoderivados que contengan
elementos celulares. Un estudio centinela en Japón mostró que 68% de los receptores de
sangre, glóbulos rojos y plaquetas seroconvirtieron; y tan sólo 0 a 1% de los receptores de
plasma. La transmisión disminuye de manera importante al usar glóbulos rojos
desleucocitados. Hay casos descritos de transmisión por compartir jeringas en personas
drogadictas.
La infección con el virus HTLV-I se asocia a varias patologías, siendo las más relevantes la
paraparesia espástica tropical y la leucemia/linfoma de células T del adulto. La paraparesia
espástica se caracteriza por ser una enfermedad crónica desmielinizante que afecta la
médula espinal y la sustancia blanca del SNC, produciendo un síndrome paretoespástico
de extremidades inferiores, además de compromiso autonómico. Esta enfermedad se
desarrolló en el 3-5% de las personas infectadas y con una latencia de alrededor de 10-20
años desde el inicio de la infección viral. Además, a esta infección viral se asocia un cuadro
de inmunodeficiencia celular que permite la aparición de infecciones oportunistas
como Pneumocystis jiroveci(ex carinii), meningitis por Cryptococcus spp; y en zonas
tropicales, estrongiloidosis. También esta infección viral puede generar múltiples trastornos
inmunitarios que se manifiestan a través de múltiples procesos inflamatorios.
Diagnóstico de Laboratorio
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viral mediante la amplificación genética in vitro o PCR del material genético viral en las
células mononucleares periféricas sanguíneas (PBMC) del paciente. En Chile, la
confirmación del diagnóstico de laboratorio de la infección con HTLV es realizada por el
Instituto de Salud Pública, empleando simultáneamente dos métodos diferentes:
confirmación serológica mediante IFI y confirmación molecular mediante la detección del
ácido nucleico viral en PBMC.
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3.9.- Paludismo
El paludismo es causado por varias especies del gé- nero de protozoarios intraeritrocíticos
Plasmodium. En general, la transmisión es resultado de la picadura de un mosquito
anofeles, pero la infección puede seguir a la transfusión parasitémica, considerada la
complicación parasitaria más reconocida de la transfusión. En los Estados Unidos las
especies implicadas son P. malariae (40%), P. falciparum (25%), P. vivax (20%) y P. ovale
(15%). Los parásitos pueden sobrevivir como mínimo durante una semana en componentes
almacenados a temperatura de 4 o C y a la crioconservación con glicerol.19.23 No existe
prueba serológica práctica para detectar el paludismo transmisible en individuos
asintomáticos. La manera de evitar su transmisión por el uso de sangre y componentes es
a través de la selección predonación, investigando sobre los antecedentes médicos y de
viajes. No aceptando aquellos individuos con riesgo elevado de infectividad.
Tenemos una tecnología que dado su desarrollo, nos permiten obtener unas
pruebas con un coeficiente de variación mínimo, al realizar la repetición de las
mismas (eso es sumamente difícil con las pruebas de Elisa).
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Emergencias: tenemos una posición de ingreso de muestras, de emergencia, para que el
equipo de prioridad a una muestra especial.
Es muy importante la rapidez de respuesta, para los donantes de plaquetas por aferesis,
nos permite en un lapso no mayor a 3 horas, evaluarlo integralmente y obtener sus
resultados de tamizaje en el mismo día para rápidamente realizar la plaquetoferesis.
4.- DISCUSIÓN
La sífilis transmitida por transfusiones fue un problema antes de la segunda guerra mundial, cuando las
transfusiones directas eran una práctica común. La mejora en los sistemas de conservación ha disminuido
el riesgo de transmisión, puesto que el Treponema no resiste la temperatura de mantenimiento de las
unidades de sangre por más de tres días, menos aún las temperaturas de congelación . El rol de los tests
serológicos en la prevención de la sífilis post transfusional ha sido cuestionado y es controversial, ya que
en algunos casos el test de reagina permanece negativo en estadios tempranos y tardíos de infección
treponemica definida . Una razón importante para la ejecución de esta prueba en nuestro medio es que
permite identificar sujetos cuya conducta sexual puede calificarse de riesgo para la adquisición de otras
enfermedades potencialmente transmisibles a través de transfusiones.
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5.- CONCLUSIONES
25
6.- REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
26
UCSG, Año 2012, Vol.18 Nº1. Págs. 45-52, file:///C:/Users/5/Downloads/Dialnet-
SerologiaDeCuartaGeneracionBiologiaMolecularDiagno-5584811.pdf, [internet].
7.- ANEXOS
Diferenciación entre seropositivos y controles 2000
Banco de Sangre, Hospital Nacional Cayetano Heredia
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Resultados de los estudios serológicos por año de estudio. Banco de Sangre, Hospital Nacional Cayetano Heredia
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