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IJOS, unas manos, A estas razones nada tengo que opo­

ner: me he obligado a confesar que debe


1, una sirena o un ponerse en duda todo aquello que en otro i(_i
'Ue sea su artificio, tiempo consideraba como verdadero, y no r.
lo más que hacen por irreflexión o ligereza, sino después d.e
-entes animal,es. Y pensarlo muy detenidamente y de adquirir
te algo nuevo que un convencimiento basado en razones muy
Jsoluto, los colores firmes y evidentes. Y he de cumplir esa obli­
gación si quiero encontrar en las ciencias
unos ojos, unas algo cierto y seguro.
existido otras más No basta que haga este propósito; es pre­
cla -lo mismo que ciso que en todos momentos lo tenga muy
y real,es o fingidas presente, porque mis antiguas ideas vuelven
miento. confrecuencia a ocupar mis pensamientos; el
"al y su extensión; largo yfamiliar contacto en que han vivido
ño, su número, el con mi espíritu, l,es da derecho a ello, contra
fo creemos afirmar mi voluntad, y las convierte en dueñas y _..uJl.liill
iemás ciencias que señoras de mi inteligencia. Nunca perderé
1sas e inciertas; en la costumbre de asentir a ellas, aunque con
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atan de cosas muy las debidas restricciones; en cierto modo son
uraleza, contienen dudosas y no obstante, muy probabl,es. Así que hay más fundamento para afirmarlas
inco y el cuadrado que para negarlas.
iras como éstas no No creo hacer nada malo al adoptar deliberadam,ente un sentido contrario al mío
"tas. engañándome a mí mismo, y al fingir por algún tiempo que todas mis antiguas opi­
la idea de que hay niones son falsas e imaginarias; quiero con esto equilibrar mis anteriores y mis actuales
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eado tal como soy. prejuicios con el fin de que mi inteligencia no se incline a ningún lado con preferencia
liaya tierra, ni cie­ a otro, y mi juicio no se vea dominado por prácticas perjudiciales que lo desvíen del recto
fo, ni lugar y, sin camino que puede conducirl,e al conocimiento de la verdad.
,entimiento de esas Estoy seguro de que con ese procedimiento no hay peligro ni error, y que esta descon­
�xisten? Y aunque fianza inicial no significa gran cosa, puesto que no es el presente el momento de obrar,
os se equivocan en sino el de meditar y conocer.
uién sabe si Él ha Supondré, pues, que Dios -la Suma Bondad y la Fuente soberana de la verdad- es
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ecir que dos y tres un genio astuto y maligno que ha empleado su poder en engañarme; creeré que el cielo,
uatro lados u otra el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y todas las cosas exteriores, son ilu­
e la haya? Dios no siones de que se sirve para tender lazos a mi credulidad; consideraré, hasta que no tengo
f)orque es la Suma manos, ni ojos, ni carne, ni sangre, ni sentidos, y que a pesar de ello creo falsamente
Jdo que siempre me poseer todas esas cosas; me adheriré obstinadamente a estas ideas; y si por este medio
es; y, sin embargo, no consigo llegar al_conocimiento de alguna verdad, puedo por lo menos suspender
mis Juicios, cuidando de no aceptar ninguna Jalsedad. Prepararé mi espíritu tan bien
ia de un Dios tan para rechazar las astucias del genio maligno, que por poderoso y astuto que sea no me
mos con los que tal impondrá nada falso.
lio de Dios es pura Mi propósito es penoso y difícil; cierta pereza me invade e insensiblemente me ll,eva a
:plicarme del modo mi vida ordinaria, y del mismo modo en que un esclavo sueiía con la libertad y aunque
ribuya al destino o sabe que está soñ,ando no quiere despertar y encontrarse con la triste realidad de su es­
de las cosas y de la clavitud, yo caigo de nuevo en mis antiguas ideas, temiendo que las vigilias l,aboriosas
más expuesto esté a que han de suceder a la tranquilidad de mi vida reposada, en lugar de proporcionarme
nto menos poderoso alguna luz en el conocimiento de la verdad, sean insuficientes para aclarar las tenebrosas
dificultades que acabo de remover.

CAPÍTULO 3 • EPISTEMOLOG[A 39

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