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Montar un jardín de hierbas en una maceta

Tener hierbas aromáticas frescas al alcance de tu mano es una gran ayuda en la cocina. Y no necesitas tener un huerto
o un jardín junto a tu cocina, con unas macetas o jardineras puedes crear un jardín de hierbas en muy poco espacio.
Sólo precisas una fuente de luz, el alféizar de una ventana, por ejemplo, para cultivar tus hierbas aromáticas preferidas.

Materiales que precisas:

 arcilla expandida o arlita


 macetas o jardineras con orificio de drenaje
 geotextil
 sustrato
 guantes
 pala
 plántulas

Lo primero que haremos será poner arcilla expandida en el fondo de la maceta o piedras que ayuden a drenar . Para a
continuación ponel un trozo de geotextil sobre ella y rellenar la maceta con sustrato. Plantamos las hierbas aromáticas
elegidas.
Hay otra forma de realizar este montaje, bueno aunque en realidad hay muchas más. Consiste en crear también una
capa de drenaje con bolas de arcilla expandida pero esta vez añadiremos arena en vez del geotextil. A continuación
colocaremos el sustrato y plantaremos las plántulas que queramos. En la superficie pondremos grava o cantos rodados
blancos o cualquier otro material inerte del que se usa habitualmente para acolchar. Nos ayudará retrasar la
evaporación de agua del sustrato.

El proceso es muy sencillo pero hay que respetar las necesidades de cada planta para que nuestro jardín de
aromáticas funcione. Podemos plantar distintas hierbas aromáticas juntas pero cuidando que tengan necesidades
parecidas en cuanto a riego y sol. Si usamos una maceta redonda en el centro plantaremos la planta más alta y las más
bajas alrededor.

Los riegos deben ser regulares y a fondo, hasta que el agua salga por el orificio de drenaje, así nos aseguramos que
todas las raíces reciban su ración de agua. Después dejaremos secar el sustrato entre riegos, sobre todo en el caso de
plantas aromáticas que necesitan poca agua como el romero y el tomillo. Cuando el calor aprieta cuidaremos sobre
todo las plantas más sensibles como la albahaca que habrá que regar con mayor frecuencia.
Como lo que necesitas de las hierbas aromáticas son las hojas es conveniente retirar las flores conforme van saliendo.
Con la albahaca funciona muy bien esta técnica y hará que tu planta no pierda vigor. Si vas a mantener tu jardín de
hierbas durante varios años será necesario agregar fertilización cada cierto tiempo.
10 pasos para cultivar un jardín de hortalizas productivo

Pocos intentos relacionados con la jardinería son tan placenteros o gratificantes como cultivar uno mismo sus propias
hortalizas. El mero placer de pasear por el jardín mientras se observa la cosecha de tomates, alubias, pepinos y otras
hortalizas similares para la comida de ese día, sólo se acentúa sabiendo que uno está disfrutando del producto más
fresco, con más sabor y más nutritivo que la naturaleza puede crear.

El cultivo de hortalizas no es tan diferente a otro tipo de cultivos. No obstante, existe menor margen para cometer
errores. El cultivo de hortalizas exitoso está relacionado con la consistencia; es necesario asegurarse de que las
condiciones para el cultivo se mantengan de forma adecuada durante toda la temporada de crecimiento. Si deja a las
plantas sin agua por un período corto o si se olvida de fertilizarlas, podría sacrificar una buena parte de la cosecha.

Siga estos 10 pasos que le ayudarán a disfrutar de la prodigalidad de un jardín de hortalizas productivo:

1. Elija variedades que se adapten a su zona. No todas las variedades de hortalizas se desarrollan bien en todas las
zonas. Consulte en el vivero o en la oficina de extensión locales cuáles son las mejores variedades para la zona donde
usted vive. Pueden existir variedades que resisten enfermedades específicas para su área, o que producen mejores
cultivos dentro de las condiciones climáticas de su área.

2. Plante en la época adecuada del año. En los paquetes de semillas generalmente se indica la época apropiada para
plantar. En algunas áreas, los períodos de plantación son muy restringidos y debe hacerlo en el momento preciso para
obtener una cosecha abundante. En otras áreas, se puede plantar muchas veces a lo largo del verano y se puede
mantener una temporada de cosecha más prolongada. El vivero o la oficina de extensión cooperativa locales son la
mejor fuente de información para conocer las fechas locales.

3. Prepare la tierra correctamente antes de plantar. Utilice cantidades generosas de materia orgánica como por
ejemplo abono orgánico o fertilizante orgánico. Si no usa un fertilizante orgánico, que ya contiene nitrógeno, utilice
también un fertilizante completo.

4. Plante correctamente. Siembre las semillas a la profundidad y en el espacio apropiados siguiendo las indicaciones
de los envases de semillas. Las hortalizas que se planten muy cerca unas de otras no darán una buena producción. Si
realiza transplantes, evite plantarlos muy profundamente porque los tallos se pueden alterar y decomponer; utilice el
desplantador para cavar un hoyo lo suficientemente profundo como para que la parte superior del cepellón esté al
mismo nivel que la superficie del suelo.

5. Riegue en forma sistemática. Mantenga constante la humedad del suelo para que las plantas no se sequen, pero
no riegue en exceso. Riegue de manera profunda y luego deje que la tierra se seque parcialmente antes de volver a
regar. El riego irregular reducirá la producción en la mayoría de las hortalizas y hará que otras, como los pepinos y la
lechuga, tengan un sabor amargo. La instalación de un sistema de irrigación por goteo conectado a un temporizador
automático es la mejor opción.

6. Fertilice con regularidad. Mantener un crecimiento vigoroso es muy importante para casi todas las hortalizas. La
mayoría se debería fertilizar con un fertilizante con nitrógeno como mínimo cada 4 o 6 semanas. Sin embargo, tenga
cuidado de no fertilizar en exceso, esto puede provocar que algunas hortalizas, en especial los tomates, tengan menor
producción.
7. Abone. Una capa de 2 a 3 pulgadas de materia orgánica aplicada sobre las raíces de las plantas de hortalizas
enfriará el suelo, reducirá las malezas, y ayudará a prevenir las fluctuaciones de humedad de la tierra que arruinan la
calidad.

8. Elimine las malezas. Las malezas compiten con las hortalizas por el agua, los nutrientes y la luz solar y, en
consecuencia, reducen la producción. Saque las malezas con la mano y cultive la tierra con frecuencia para
minimizarlas.

9. Coseche con frecuencia. Muchas hortalizas, en especial las alubias, las calabazas los pimientos y los pepinos,
dejan de producir si no se las cultiva con frecuencia. Coseche con frecuencia. Si no puede consumir todo lo que recoge,
comparta con amigos y vecinos.

10. Controle las plagas de insectos. Muchos insectos disfrutan de las hortalizas frescas tanto como usted. Esté
atento al daño que producen los insectos y proteja sus plantas con una solución cuya etiqueta indique que puede ser
usada en hortalizas.

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