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I.

Clasificación de los Negocios Jurídicos

Según el tratadista Juan Guillermo Lohmann Luca de Tena

1. Negocios Plurilaterales o Unilaterales

Según el número de partes que en ellos intervengan declarando su

voluntad. Ahora bien, siendo los objetos uno de los elementos esenciales

o generales del negocio, importa unas breves reflexiones sobre este

tema.

Por partes ha de entenderse a los polos de la relación jurídica que el

negocio vincula por contenido; las partes no son, como con frecuencia y

equivocadamente se dice, los intervinientes, ya que no siempre los

intervinientes soportan las obligaciones que dimanan del acuerdo o, por

decirlo más claramente, no autorregulan sus intereses. De aquí que se

deba distinguir entre parte material, sobre la que recaen los efectos, y

parte formal, que es la que interviene en el negocio. Por lo demás,

también es inexacta la usual identificación entre parte y persona (física o

jurídica). Una sola parte puede estar compuesta por varias personas. Y la

parte formal seguirá siendo la misma, aunque cambien las personas, sin

que por ellos deba verse alterado el contenido del negocio (art. 1435 y

siguientes del Código Civil).

Para concluir, puntualizar que en ocasiones una de las partes puede ser

desconocida para la otra, especialmente cuando la obligación que deriva

del negocio está representada por un título al portador.


2. Negocios Principales o Accesorios

Según que sean autónomos y agoten en si mismos, o queden sujetos a

otro. Así, verbigracia, la prenda, la hipoteca, la fianza, son negocios

jurídicos, típicamente accesorios, pues pierden su función jurídica al

quedar sin efecto la obligación principal que garantizan (artículos 1090,

1122, 1875 de Código Civil)

3. Negocios Causales o Abstractos

La distinción aquí radica en si el negocio tiene causales evidente o

notorio o no. Así, como la compraventa., el arrendamiento, la donación,

etc. Son siempre negocios causados, hay otros que constituyendo

declaraciones de voluntad que revelan un ánimo de generar efectos

jurídicos que interesan al agente, no llevan la causa incorporada en sí

y, por eso, son abstractos. Caso notorio es el giro de una letra de

conteniendo una obligación de pago, puede deberse a muy distintas

causas.

4. Negocios Patrimoniales o Familiares

La diferencia se apoya en el resultado que la voluntad declara pretende

obtener. De este modo, se consideran como negocios de contenido

patrimonial los de carácter sucesorio, real y obligacional. A diferencia

de ellos, existen otros que son exclusivamente de naturaleza familiar

(matrimonio, emancipación, reconocimiento de un hijo), o que lo son


por razones sistemáticas, aunque no porque excluyan cuestiones

patrimoniales (el convenio patrimonial del matrimonio, por ejemplo).

Se ha dicho, sin embargo, que la constitución de fundación o de una

asociación no se ubica en ninguno de ambos extremos. La observación

es acertada en tanto que el agente no pretende un resultado

económico, pero también es cierto que tanto la fundación (afectación

de un patrimonio) como la asociación (uso de un patrimonio adquirido

con las contribuciones de sus asociados o por otros medios) tienen

efectos patrimoniales. De ahí que convenga incluirlos entre esta

especia de negocios.

5. Negocios Formales o No Formales

La diferencia reposa en si el ordenamiento impone la observancia de

requisitos formales para la validez del negocio. Al tratar de esta

clasificación, algunos autores distinguen entre negocios. Formales y

consensuales. Empero, por parecer apropiado la diferencia, tanto

porque hay muchos negocios por ser unilaterales no son consensuales

(en el sentido de mero concurso de voluntarias, como es típicamente la

compraventa, por ejemplo), como porque hay otros que, siendo

consensual son formales a la vez.

Para concluir, merecen citarse los negocios a título oneroso o gratuito,

constitutivos o declarativos de derechos u obligaciones, los negocios

inter vivos y mortis causa y negocio de fijación (transacción), de

administración, conservación, disposición o gravamen.


Es todo caso, siempre será necesario identificar al tipo de relación

negocial creada, para determinar la especie de negocio a que sé

encontraba adscrita.

III. Bibliografía

LOHMANN LUCA DE TENA, J. G. (1997). El Negocio Jurídico. Lima: Grijley.

VIDAL RAMÍREZ, F. (2007). El Acto Juridico. Lima: Gaceta Jurídico.

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