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 13/05/2018 - 23:01 Ι Clarin.

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Entretelas de la política

Proponen acordar con


gobernadores el presupuesto
2019
Nuevos tiempos. El Gobierno ofrecería discutir un plan de consenso en
materia económica y política hasta el nal de este mandato. La ventaja
del acuerdo con el FMI para los gobernadores. Recuerdos radicales y
plan canje.

Mauricio Macri se reunió con gobernadores para buscar un acuerdo. El encuentro tuvo lugar en la Casa Rosada y
acompañaron al presidente los gobernadores Juan Schiaretti (Córdoba), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Manzur
(Tucumán), Sergio Uñac (San Juan) y Domingo Peppo (Chaco). También estuvieron el jefe de Gabinete de Ministros,
Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

Ignacio Zuleta
Como era esperable después de los chispazos por la corrida al FMI, el
Gobierno habilitó una nueva línea de negociación con el peronismo. Esta
vía tiene un nuevo objeto: que los gobernadores discutan con el
Gobierno nacional el nuevo presupuesto para 2019. Eso es lo que está
detrás de la insistencia de los funcionarios en mencionar esa fecha. El
recurso al Fondo, dijo antes que nadie Luis Caputo, asegura el
financiamiento hasta el último día del (primer) mandato de Mauricio
Macri. El presidente celebró, después de la primera ronda de charlas con
mandatarios del jueves, que el Gobierno ofrece discutir un plan de
consenso en materia económica y política hasta el final de este mandato.
Este fue el resultado más solvente de las reuniones con siete
mandatarios el jueves, y la propuesta fue, ante Macri y Marcos Peña, de
Rogelio Frigerio. Éste venía de hablar con Miguel Pichetto, de quien
escuchó sus argumentos a favor de las atribuciones del Ejecutivo para
discutir un programa con el FMI sin la autorización del Congreso. Era
una respuesta a las demandas del cristinismo de los Diputados. Para
respaldar su posición, el CEO del peronismo federal juntó una biblioteca
de monografías con letra de Jorge Vanossi, Alberto Dalla Vía y la
distribuyó a su red de corresponsales. “Además - dice - en el actual
presupuesto el Gobierno tiene autorización parta tomar deuda hasta US$
97.000 millones. Tiene comprometidos unos US$30.000, si quiere subir
esa deuda con el FMI tiene bastante resto”. Según este criterio, el
Congreso analizará el acuerdo al que pueda llegar el Gobierno con FMI
recién cuando se discuta el presupuesto 2019. ¿Qué mejor que llegue con
la firma de los gobernadores?

Peronistas se quejan de peronistas

De esa charla se disparó la idea de un presupuesto coparticipado a


cuatro manos y a cuatro ojos entre la Nación y las provincias. En ese
cálculo de gastos y recursos para el año que viene, los mandatarios
podrán discutir sus necesidades y cómo satisfacerlas, sin llegar a una
votación. En la reunión del jueves Frigerio llegó a decir: hay que superar
la etapa de que mandamos un proyecto, y les doy una ruta y dos puentes
para que me lo voten. Esta idea de un wiki-presupuesto al que todos,
como en los proyectos wiki, aporten su propia letra, lo toma el Gobierno
como una prenda a cambio de otros aportes más constantes y sonantes
de los gobernadores. La mayoría, entre ellos Juan Schiaretti, se quejó de
la votación que hizo Diputados el miércoles, por el daño que les hace a
sus administraciones, al meterlas en el debate de las tarifas. Alguno que
tiene empresa estatal dijo que ya bastante tienen con los quebrantos
actuales para que ahora le tiren más responsabilidades. Por delicadeza,
los anfitriones de la cita presidencial en la casa Rosada no le
preguntaron al gobernador de Córdoba si su mujer, la diputada
Alejandra Vigo, le había dado alguna explicación por el voto a favor a esa
norma que tanto le irrita.

Intentan que el Senado cambie proyecto de tarifas

De esa charla surgió otro curso negociador para que los gobernadores
demuestren su rechazo al proyecto, moviendo a los senadores que les
responden en torno a tres argumentos: 1) el costo fiscal. Según el cálculo
de los autores del texto, está en alrededor de los $32.000 millones. El
Gobierno llegó a hablar, antes de la aprobación, de un costo de $200.000
millones, que ha bajado porque se eliminó la afectación del IVA. Este fin
de semana circulaba otra estimación del oficialismo que hablaba de unos
$65.000 millones. 2) Molesta a los gobernadores el artículo 4° que dice
que las empresas prestatarias de los servicios deberán devolver la
diferencia cobrada en más, entre noviembre de 2017, fecha del
congelamiento, y ahora. Es poner plata. 3) Los hiere más el hecho de que
el Congreso se meta con las tarifas porque eso abre la posibilidad de que
las legislaturas provinciales se tienten a hacer lo mismo. ¿Alcanzará este
ánimo que mostraron los gobernadores a salir del estado gaseoso para
concretarse en una modificación de lo que votaron los Diputados? El
grupo que redactó el dictamen final (Kosiner, Bossio, Lavagna) dice
haber trabajado en línea con Pichetto para que el Senado apruebe sin
chistar el texto del jueves. Sin embargo, en el Ggobierno se dan alguna
chance para que, como ocurriera en 2016 con la aprobación de la baja de
Ganancias en Diputados, el Senado modifique todo por presión de los
gobernadores.
FMI: La mejor solución con el peor marketing

Es difícil imaginar una situación que describa mejor la naturaleza


profunda de la política como la vuelta del país a pedir el auxilio del FMI.
Mezcla los dos ingredientes que reclaman las destrezas más refinadas
del oficio: es la mejor solución con el peor marketing. El oficialismo,
claro, se ata a lo primero: será la tasa más baja y con menos
condicionamientos. El monto es a la carta y si de algo presume este
gobierno es de saber hacer marketing. Deben haber analizado la medida
frente al costo de (des)prestigio que le trae. La oposición se apoya en lo
segundo: volver al Fondo es lo último que querría un político criollo. Esa
marca está identificada con la demonizada deuda y con el fracaso de
todos los gobiernos. Este gobierno entiende que ese costo es pagable,
porque trae una solución que, además, enlaza a los críticos del momento.
La rueda con los gobernadores no sólo amortiguó las críticas. También
recompuso la mesa de negociaciones: si hay plata, habrá para todos. Y
los primeros en la fila son los gobernadores del peronismo.

Nosotros ya lo vivimos (los radicales)

En esa indiferencia del Gobierno hacia el desprestigio de la marca hay


también una identificación generacional y de clase. Para los Pro
auténticos, el Fondo no es mala palabra. Para muchos de ellos es,
además, cosa del pasado. Nicolás Dujovne era un joven emergente
cuando el FMI hizo sus últimas incursiones por acá. No debe tenerle
ninguna tirria, como tampoco el grupo “ojazos”, hombres curtidos en la
relación amistosa con los multilaterales. Para los socios radicales es más
difícil. En las reuniones de la semana, Macri mismo llegó a confesar: “Yo
nunca lo vi al Fondo”. Los radicales con quienes habló –Alfredo Cornejo,
Gerardo Morales, Angel Rozas, Luis Naidenhoff, Mario Negri- le
respondieron: nosotros sí, vivimos el Megacanje, vivimos el Blindaje,
hemos visto muchos gobiernos a los que el Fondo ayudó y les fue como la
mona. Esta vez no será así -responde Olivos-, está Christine Lagarde, que
es una amiga. Y la tratamos como amiga, la hemos llevado a las
Cataratas...
Mercado de Capitales, protagonista del plan canje

La cautela no es gratuita. Las señales que aparecen son un reflujo de la


ola de críticas que recibió el Gobierno desde el martes, fecha del anuncio
del FMI. Frigerio había logrado ese mismo día, en una amplia ronda de
telefonazos, que los gobernadores pusieran a sus diputados en sordina
en el recinto del miércoles. A eso ayudó el plan canje que negoció el
Gobierno con la oposición para las sesiones del día. Cambiemos les
aseguraba que habría número para sesionar sobre tarifas, y que
tampoco dejarían caer la sesión para que el proyecto mixto del
peronismo tuviera sanción. El peronismo, a cambio, le dio el quórum
para que se aprobase especialmente la ley de mercado de capitales. “Te
la voy a votar en horario de mercado”, le aseguró Emilio Monzó a Macri,
con quien ha vuelto a tener una confianza que parecía perdida después
del portazo del diputado. ¿A qué tanto interés? A que esa ley figuró en la
última semana en las minutas que acercaron al Gobierno los
intermediarios de inversores, que explicaban las razones de la pérdida
de confianza. Esa norma puede reactivar el mercado de acciones y
alentar colocaciones locales para el financiamiento de empresas y del
Estado. Era la prueba, además, de que el macrismo gobernante tiene
fuerza como para desbaratar las restricciones anti-negocios que había
impuesto el gobierno anterior. El arco Cambiemos+peronismo federal
(justicialismo+massismo) logró juntar 158 votos.

Los federales la dieron vuelta y arrastraron a los cristinistas

Es importante este resultado, además, para el análisis en profundidad


del escenario político. Minutos más tarde de la aprobación de esa ley, el
peronismo federal+cristinismo+sueltos impuso el proyecto de tarifas por
133 a 94. Podría decirse que la oposición le puso, entre esas dos
votaciones, el límite a lo que Cambiemos puede lograr de ahora en
adelante. Son 20 votos que expresan el primer retrato de las fuerzas
entregadas ya a su estrategia electoral. El oficialismo podría haber
desbaratado esa ley levantando a sus diputados y dejando sin quórum la
sesión. Pero sólo habría postergado una agonía, porque nunca podría
dar vuelta esta mayoría de la oposición. Habría varias sesiones
especiales más y una sobreexposición de la minoría del oficialismo. Si
vamos a perder que sea rápido. Para modular ese proceso hay que
analizar otra novedad: cuando se discutió Ganancias (2016) y reforma
previsional (2017) el cristinismo arrastró a los federales. Esta vez, con
Tarifas, los federales arrastraron al cristinismo. El proyecto que se votó
fue elaborado por la mesa de Kosiner, Marco Lavagna, y Diego Bossio, y
el kirchnerismo hizo la venia, apenas modificó detalle

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