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La caída del muro de Berlín en 1989 y la desaparición de la Unión Soviética fueron un punto de partida de un nuevo
orden. En el cual, los Estados Unidos siguen teniendo su papel preponderante en el mundo, con China y otros países
emergentes teniendo su puesto en el mundo, Europa lo va perdiendo y los países árabes buscando su punto de
modernidad sin perder sus esencias religiosas.
En este nievo marco político y económico, los avances de la medicina y en la alimentación justifican un aumento de la
esperanza de vida y el crecimiento de una población que ya rebasa los 7000 millones de personas. El mayor incremento
del nivel de vida, el disponer de más tiempo libre y una mayor longevidad provoca el paso de una economía productora
a una economía de servicios.
Las actividades agrarias pierden peso, no producción. El uso de nuevos sistemas de riego, maquinaria y grandes
explotaciones modifica el paisaje y abaratan la producción agrícola. El mar se consolida como reserva de recursos.
Todos los cambios son realmente importantes y afectan globalmente al planeta, ningún cambio hubiera sido posible sin
una revolución tecnológica y sus efectos en transportes y comunicaciones.
Gracias a las revoluciones tecnológicas las distancias físicas han dejado de ser un problema para el desplazamiento de
mercancías, información o personas. Las noticias se transmiten instantáneamente desde un punto a otro del planeta.
Las personas tiene una facilidad asombrosa y cada vez más barata de ir de un punto de otro a otro del planeta. Los
individuos pueden trabajar desde sus casas gracias a las nuevas formas de comunicación. Todo esto convierte nuestra
sociedad en una sociedad más individualizada.
En nuestros días, la globalización hace de nuestro mundo un espacio empequeñecido e interrelacionado. Sin embargo,
todo ello no nos puede hacer olvidar que hay diferencias y desigualdades económicas, sociales y políticas. En el mundo
actual, las ciudades son centros de poder y de dominio económico, estas ciudades conectadas en red y jerarquizadas,
tienen más poder que nunca frente a las periferias pobres y dependientes.
Para entender estos procesos la Geografía se muestra como una ciencia auténticamente privilegiada. El análisis
geográfico nos muestra claves de lectura del espacio e interpretaciones del paisaje que nos ayudan a entender el
mundo actual como resultado de sus interrelaciones sociales, económicas y políticas.
Tenemos que tener claro que nuestra sociedad es una sociedad de individuos móviles. La revolución tecnológica y la
globalización de la economía intensifican los flujos entre lugares, hacen más eficientes los transportes, más rápidos y
más baratos.
A través de este libro se analizan variables y aspectos que explican la organización territorial de nuestro mundo,
siempre desde el enfoque social y cultural que corresponde a la Geografía Humana. A partir de este análisis se facilitará
el diseño de estrategias para la conservación de valores medioambientales, patrimoniales y culturales del planeta y la
gestión del territorio desde criterios de responsabilidad social, de sostenibilidad y de desarrollo para las poblaciones del
planeta.
CAPITULO 1
Un mundo de ciudades.
La población tiende hoy más que nunca a vivir en las ciudades debido a la variedad de medios y oportunidades que
ofrecen para el conjunto de la sociedad. Al mismo tiempo, la forma compacta de las antiguas ciudades del pasado ha
dado paso a una forma dispersa que elimina las antiguas diferencias entre campo y ciudad.
Todo ello comporta el nacimiento de nuevos paisajes urbanos y favorece la puesta en valor de los paisajes heredados,
sobre todo los paisajes culturales por la acumulación de valores patrimoniales, históricos y educativos. Pero además, las
ciudades son espacios interiormente bien diferenciados por los usos predominantes del suelo, características de la
población y las actividades que se desarrollan. Hay estudios históricos, económicos y sociales y no menos importantes
son los que consideran la ciudad como un espacio percibido de sensaciones y sentimientos.
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Mundo, las ciudades no dejan de crecer, muchas veces viviendo en situaciones de peligro, no se tiene en cuenta donde
se construye, zonas inundables, laderas e incluso cementerios como es el caso de El Cairo. Este concepto se denomina
implosión, término acuñado por Y. Lacoste en 1983.
Desde mediados del siglo XX, el mayor crecimiento demográfico corresponde a ciudades que se encuentran en el Tercer
Mundo. Hay ciudades como Kinshasa se ha multiplicado por 20 la población en los últimos años, lo mismo ocurre con
Lagos o Abidján. Gran parte de esta población vive en suburbios carentes de infraestructuras, agua potable o
electricidad.
Los cambios del paisaje urbano respecto al pasado histórico están claros. Antes las ciudades estaban dentro de murallas
y sus espacios físicos estaban bien diferenciados respecto a sus entornos rurales. Hoy día, las ciudades son espacios
abiertos y difusos. Los límites entre campo y ciudad han dejado de existir, lo mismo ocurre con el modo de vida rural o
de ciudad, se han aproximado.
Las ciudades ejercen su influencia directa sobre amplios territorios. Por eso se estima que cada año 20 millones de
personas dejan el campo y van a la ciudad en busca de mejores oportunidades laborales, sociales y culturales. A
principios del siglo XX sólo había 16 ciudades con más de 1 millón de habitantes, en el 2025 serán 639.
Este sistema poblacional, unido a sus funciones, determina que haya ciudades dominantes y ciudades dominadas, que
generan relaciones de competencia y complementariedad que interesan a los responsables políticos del territorio
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servicios a la población. A mediados del siglo XIX, la actividad industrial se concentra en fábricas cerca de instalaciones
ferroviarias y frente a puertos, tanto de ríos como de mar. Desde el medio rural acuden ingentes cantidades de
personas y por lo tanto de mano de obra en busca de nuevas oportunidades en la vida. A partir de entonces, las
ciudades crecieron de una forma espectacular evitando el hacinamiento de las personas y el paisaje cambio
profundamente.
3.3 Funciones de servicio.
Las ciudades cumplen una función de mercado, y dependiendo del tamaño de esa ciudad esa influencia puede ser
regional, nacional o mundial. Las ciudades son centros que facilitan el desarrollo cultural, museos, festivales, congresos
y simposios no serían entendidos fuera de las grandes ciudades. Además de concentrar los servicios hospitalarios y
asistenciales más avanzados.
Condiciones climáticas favorables y situaciones privilegiadas, hacen posible la especialización determinada de ciertas
ciudades, Costa del Sol, Costa Azul o los Alpes son zonas en las cuales las ciudades toman un cariz turístico.
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Ortogonales formados por vías rectilíneas que se cortan perpendicularmente en ángulo recto. Se han usado desde la
antigüedad.
Radioconcéntricos que surgieron como consecuencia de desarrollos espontáneos o planificados, a partir de un castillo o
iglesia.
Irregulares, no obedecen a un trazado preconcebido. Ciudades islámicas y planos medievales de ciudades cristianas son
claro ejemplo de este tipo de plano.
4.3 La construcción urbana.
El entramado, las tipologías edificatorias y el volumen arquitectónico integran la construcción como un segundo
elemento del paisaje de la ciudad. Sus enfoques pueden ser variados ya que influyen factores medioambientales,
culturales, económicos, sociales y políticos.
Lavedan, Reps, Morris o Burke pusieron de relieve como se combinan los estilos arquitectónicos, todo ello de acuerdo
con una secuencia temporal marcada por las eras, preindustrial, industrial y postindustrial. De estas circunstancias
deriva la diferenciación del interior de la ciudad en “regiones homogéneas”, que se distinguen en función de la época
en que fueron construidas.
La desigual calidad de los entornos construidos y la carga de valores y símbolos que encierra cada uno de ellos,
justifican los estudios de paisaje que se interesan por las relaciones entre el contenido simbólico, sus significados
sociales y los modos de producción.
El diseño arquitectónico influye en el comportamiento de las personas. Desde diferentes ciencias sociales, se afirma
que los espacios estéticamente confusos y amenazadores visualmente, crean ambientes de desaliento e impiden la
interacción social e impulsan los comportamientos desviados.
Jephcott, Newson, Rainwater y Yancey fueron los primeros en estudiar la relación entre la arquitectura y los
comportamientos desviados.
Se denomina entramado urbano a la forma en que se disponen las construcciones dentro de la ciudad. Existe una
amplia gana de entramados urbanísticos.
En los cascos medievales, ensanches decimonónicos y modernos, se impone el entramado de “orden cerrado”. Los
edificios son construidos uno al lado del otro y ocupan el suelo de forma más o menos continua y siempre intensiva.
En los barrios de viviendas unifamiliares rodeadas de jardín y polígonos residenciales, “open planning” triunfan el
entramado abierto. Los edificios se construyen de manera aislada, zonas verdes y equipamientos colectivos. Estas zonas
se denominan ciudad verde, ensembles o polígonos residenciales.
El volumen de la construcción, resultado del entramado y de la tipología de la edificación, contribuye a incrementar los
contrastes paisajísticos entre la ciudad histórica y las formas urbanas recientes. Las diferencias son palpables entre el
núcleo urbano, generalmente antiguo, y los espacios construidos después de mediados del siglo pasado. En la ciudad
histórica, los edificios respondes a estilos arquitectónicos del pasado, lo mismo que sus materiales. También depende la
climatología en esas construcciones. Grandes ventanales en las zonas húmedas, son un ejemplo.
En la ciudad funcional (áreas interiores de renovación urbana y áreas construidas después de la generalización del uso
del automóvil y del triunfo del urbanismo de la Carta de Atenas) se impuso la concentración de la construcción en
altura, gracias a las nuevas técnicas de construcción de hormigón y acero. Las viviendas y oficinas se concentran en
bloques, torres y rascacielos, caracterizados por la sobriedad del diseño.
Los bloques son edificios de forma rectangular y de varias plantas. Hay de dos clases: de doble crujía que carecen de
patios interiores y los de triple crujía que poseen pequeños patios interiores.
Las torres son más altas y aparecen aisladas o agrupadas en pequeño número de ellas.
Los rascacielos, definidos en algunos países como construcciones de más de 28m, constituyen la edificación en altura
más representativa de los países modernos.
En la ciudad post industrial, las áreas residenciales más densas se materializan en ensanches que recuperan las
manzanas cerradas del XIX, aunque no de manera mimética, y la calle como elemento de mezcla y diversificación
cultural. En este mismo contexto, el deseo de favorecer la relación con la naturaleza, impulsan la proliferación de
urbanizaciones de viviendas unifamiliares con formas muy variadas, adosados, unifamiliares, pareados, etc.
La calidad del diseño también aparece en los polígonos tecnológicos y parques empresariales. A través de la
grandiosidad de las construcciones se pretende transmitir una imagen de solidez y eficacia de las empresas allí
instaladas.
En todas las ciudades, aunque con intensidad variable, siempre hay zonas de asentamiento marginales, que van desde
las bidonvilles, hechas con auténticos desechos urbanos hasta las chabolas que sus residentes mejoran hasta
consolidarse en formas variadas de hábitat popular.
También son frecuentes en los extrarradios las viviendas prefabricadas o viviendas modulares que se asocian con la
erradicación del chabolismo.
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4.4 Los usos del suelo, un elemento cambiante del paisaje.
Las diferentes utilizaciones del suelo en relación con las necesidades y actividades de la población que reside y trabaja
en la ciudad, contribuyen decisivamente a la configuración del paisaje urbano.
De todos los elementos del paisaje de la ciudad, la utilización del suelo son los más dinámicos, ya que existen fuerzas
centrípetas y fuerzas centrifugas que actúan de manera constante.
a.- Las clases sociales de rentas altas, las fábricas y las grandes superficies comerciales son impulsadas hacia el exterior
de las ciudades, debido al rechazo que generan los altos precios del suelo en el centro de la ciudad, fuertes impuestos y
congestión del tráfico entre otras cosas.
b.- Por el contrario, el deseo de libertad, de movilidad social atrae al centro a los urbanitas, la mayoría de alto nivel
cultural y rentas altas o jóvenes. Por el contrario, el vaciamiento de los barrios del centro de peores condiciones
medioambientales, favorece el asentamiento de inmigrantes y población de escasos recursos. No obstante, los
comercios de calidad y los servicios especializados que requieren contacto personal son atraídos también por las
localizaciones centrales.
Los usos del suelo repercuten en los paisajes del interior de la ciudad a través de la desigual “densidad de ocupación”,
entendido por densidad de población la cantidad de gente que viven o trabajan en una unidad de superficie. Así las
actividades comerciales y residenciales tienen el doble de densidad que las actividades industriales. La densidad de
ocupación no es estática, sino cambiante a través del tiempo y con importantes diferencias entre ciudades.
Los cambios de densidad pueden ser producidos por varios factores.
La menor o mayor disponibilidad de suelo urbano.
o Modificaciones mínimas de densidad. Esto es debido a que la ciudad crece lentamente.
o Aumento de densidad. La ciudad no puede aumentar su superficie, lo que obliga a
intensificar la ocupación del suelo.
o Disminuye la densidad. La ciudad dispone de suficiente suelo urbano.
Los otros factores que influyen son: los cambios en los estilos de vida de sus habitantes y las transformaciones en las
preferencias residenciales de los ciudadanos.
A partir de 1950 en Europa y desde antes en los EEUU, el descenso de densidad residencial de las áreas centrales ha
sido un fenómeno generalizado. Entre las causas destacan la preferencia creciente por las áreas suburbanas y el
descenso de la ocupación en usos industriales.
En cambio la densidad comercial se ha mantenido constante, si bien es cierto que su ligera disminución se ha producido
por el aumento de los centros comerciales.
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Se propugna un modelo de ciudad que ha de ser capaz de resolver las necesidades funcionales y actividades que se
realicen en ella. Para alcanzar esos objetivos, el suelo debe estar segregado en zonas especializadas atendiendo a su
uso, residencial, industrial y de servicios. Además se separa la circulación rodada de la peatonal y se aseguran las
comunicaciones entre las diversas zonas mediante la jerarquización del viario. Vías rápidas, vías de circunvalación y
vías de penetración. Brasilia responde a los ideales de ciudad funcional.
Por otra parte, las propuestas de ciudad orgánica y comunitaria, que en la práctica actuaron como complemento de las
formulaciones funcionalistas, fueron defendidas por Clarence Perry y en España por Gabriel Alomar. De acuerdo con el
organicismo, la ciudad es concebida como una superposición jerarquizada de comunidades, la unidad vecinal, el barrio,
el distrito, la ciudad. De éste modo, se pretendía facilitar la recuperación de las relaciones de vecindad que habían ido
desapareciendo, entre otras cosas, por el hacinamiento del proletariado en barrios insalubres y la concentración de la
burguesía en los ensanches.
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6.1 La fuerza del modelo de producción del suelo capitalista.
La ciudad es un espacio modelado por intereses contrapuestos a lo largo de la historia. Varían en el tiempo, pero sin
duda el capitalismo es el que más influencia ha tenido en el desarrollo de las ciudades. Incluso en el sistema socialista,
la herencia del capitalismo antes de la toma del poder de los comunistas, permaneció presente hasta la caída del muro
de Berlín. Las estructuras urbanas reflejan la circulación y acumulación de capitales con cierta estabilidad. Al mismo
tiempo, la acción de los poderes públicos es decisiva para el mantenimiento de las necesidades de la fuerza laboral. La
clase trabajadora y las élites de poder se manifiestan por el entorno simbólico construido.
La búsqueda del máximo beneficio cambia muy rápido el paisaje de la ciudad por que transforma el suelo de bien
escaso y de uso necesario para el bien de la sociedad en bien de cambio. Podemos entrar en la especulación del suelo y
de cómo el capitalismo se beneficia de un bien común.
Los conflictos son tolerados y asumidos por la estructura política, pero cuando los poderes públicos son incapaces de
cubrir las necesidades de la gente, surgen movimientos de protesta que pueden ser de gran intensidad y se convierten
en verdaderos agentes de cambio real.
En los antiguos países socialistas, al suprimir la propiedad privada, era el Estado el que gestionaba todos medios de
construcción. Evitaban las desigualdades extremas y la búsqueda de la ciudad ideal, todo esto siempre dentro de los
cambios políticos y económicos que aquellos tiempos. Ciudades tristes y homogéneas era el resultado. La caída del
socialismo en los ochenta ha desencadenado procesos de expansión y renovación en todas las ciudades. China es un
caso excepcional con una mezcla de sector público y privado. Shanghái se convierte en la fachada del éxito del modelo
económico de China y modelo de ciudad del siglo XXI.
6.2 Los actores sociales de la ciudad y de producción del suelo.
Los propietarios del suelo, los grandes empresarios, y los promotores urbanísticos son los grandes actores de la ciudad.
Anteponen sus intereses económicos y su rentabilidad al bien común. Son los mayores beneficiarios de los cambios en
urbanismo y en las plusvalías.
Por otro lado, como actor también del proceso de construcción de la ciudad, tenemos a los ciudadanos. Intentan
defender los intereses sociales, obtener viviendas y equipamientos al menos coste posible y de buena calidad. Los
poderes públicos intervienen como mediadores entre ambas partes.
Desde el punto de vista espacial, las actividades de gestión y dirección se localizan en el centro. Los usos intensivos y
extensivos del suelo, industria, grandes superficies o equipamientos son trasladados a la periferia.
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han dado lugar a dos modalidades de intervención y revitalización de los centros urbanos: la renovación y la
rehabilitación.
7.2 Renovación urbana.
Desde una concepción fordista de la ciudad, la recuperación de los centros urbanos es importante ya que son espacios
enfermos de un organismo que hay que revitalizar al servicio de los intereses del gran capital. Bajo este pretexto las
viejas estructuras urbanas fueron adecuadas a la vida moderna. Sociedades financieras y empresas de servicios se
convierten en constructoras y transformadoras de las áreas centrales con ayuda de dinero público. El resultado siempre
ha sido el mismo, la destrucción de la trama antigua, con liberalización del suelo y reordenación de usos del suelo, la
edificación de nuevos inmuebles, con aumento de alturas y volúmenes y el desplazamiento de la población tradicional
por otra nueva, de mayor poder adquisitivo.
7.3 Rehabilitación urbana.
A partir de los años 70 con la crisis del petróleo hizo que el modelo despilfarrador de ciudad cambiara por el modelo de
recuperación. Frente a la apropiación del centro por las clases dominantes, surgieron planteamientos que reivindicaban
un uso más social del suelo. El denominado planteamiento de la austeridad, propugnó estrategias de rehabilitación
integral para hacer frente a los problemas del interior de las ciudades. La llamada rehabilitación integral es defendida
de todas ideologías y sus principales objetivos son frenar la despoblación y la segregación residencial, conservar el
entorno y recuperar el parque residencial de los barrios antiguos. Las políticas de rehabilitación se preocupan por los
residentes y se interesan por la conservación del patrimonio.
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8.1.3 Modelo polinuclear. Elaborado por Harris y Ullman, esta teoría afirma que los diferentes usos del suelo se
disponen alrededor de núcleos de crecimiento separados entre sí.
1 Cada actividad tiene exigencias concretas de localización
2 Las actividades semejantes tienden a agruparse
3 Las actividades que se perjudican buscan localizaciones distintas.
4 El precio del suelo es un factor importante de accesibilidad al suelo.
8.2 Teorías económicas.
Otras teorías explican la estructura de la ciudad por variables económicas, como son el precio del suelo, la desigual
capacidad de renta de las actividades urbanas y los costes de transporte.
Las teorías económicas parten de un comportamiento completamente racional de los individuos, que corresponde al
modelo de “homo oeconomicus” , y de la consideración de la ciudad como un espacio uniforme y concéntrico.
El deseo de optimizar las actuaciones a partir del conocimiento del mercado de la libertad plena de elección dentro de
un sistema de competencia origina una distribución concéntrica de los usos del suelo. Industrias, comercios, servicios y
ciudadanos compiten por las localizaciones más acordes a sus necesidades. Estudios posteriores reconocen la existencia
de picos de altos valores del suelo a lo largo de puntos estratégicos de la ciudad. De este modo, la distribución de los
usos adquiere componentes sectoriales y polinucleares.
8.3 Teoría de las áreas sociales.
Los estudios de Shevky y Williams dieron lugar a una teoría de carácter macro-social. La diferenciación de las áreas
sociales se debe a tres ejes fundamentales.
- El estatus socioeconómico. Lugares centrales de mayor riqueza, y pobreza al exterior.
- El estatus familiar. La personas mayores prefieren el centro, los jóvenes con hijos el exterior.
- El estatus étnico o de migración. La lengua, la religión y las costumbres constituyen principios de segregación social.
8.4 Teoría del conflicto.
Los sectores y escalas de toma de decisión que existen en una ciudad, desde los individuos hasta los responsables del
gobierno local, tienen intereses contrapuestos, como consecuencia la estructura urbana es el resultado de los conflictos
entre individuos y sectores antagónicos que conviven en la misma ciudad. Es un factor económico, en el cual, el que
tiene mayor poder adquisitivo evita lugares cercanos a centros tutelados para menores, prisiones e industrias cercanas.
Bunge llegó a distinguir tres grandes zonas:
-La ciudad de la muerte. Constituida por los lugares centrales, con menor nivel de renta y penalizados con mayores
impuestos por vivir en el centro.
- La ciudad de la abundancia. Está formada por entornos residenciales, con alto nivel de vida, profesionales liberales
que se benefician de su estatus para pagar menos impuestos.
- La ciudad de la necesidad. Zona intermedia entre las dos anteriores. Clases medias que actúan como barrera de
separación.
8.5 Teoría marxista.
Desde el análisis marxista, la diferenciación interna de la ciudad refleja las contradicciones de la estructura social y el
modo de producción capitalista. La distribución de los usos del suelo y las áreas residenciales de distinto status son
consecuencia directa del proceso de apropiación del territorio por las clases sociales dominantes. Los propietarios
manipulan las rentas y alquileres en su beneficio mediante mecanismos como la concentración de la propiedad,
retención de suelos y la reducción de los gastos de mantenimiento. Los mayores precios se registran en el centro y sólo
pueden ser sufragados por los usos intensivos y especializados como comercios, gestión y dirección. Por el contrario,
los precios más bajos corresponden a áreas periféricas donde se localizan industrias y grandes equipamientos urbanos.
Con el afán de maximizar los beneficios, el capital acelera el deterioro y el envejecimiento de los espacios construidos
de poca calidad hasta convertirlos en barbechos urbanos, a la espera de oportunidades más ventajosas.
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9.1 Áreas centrales.
Son espacios imprecisos y complejos, esto se debe a fenómenos de cambio social, riqueza de patrimonio histórico y
arquitectónico. Dentro de las áreas centrales se encuentra el CBD y el casco histórico. Es el auténtico corazón funcional
de la ciudad y acapara el sector terciario y cuaternario en su totalidad. La actividad industrial es casi inexistente.
Actualmente, las áreas centrales son verdaderos espacios problema, por la acumulación de dificultades derivadas de la
competencia de actividades, flujos diarios de trabajo, tráfico y deterioro material del patrimonio residencial. Los bordes
de las áreas centrales configuran los llamados “pericentros”. Los pericentros fueron lugares de antiguas fábricas,
instalaciones militares o equipamientos urbanos que ahora están en la periferia de la ciudad.
9.2 Áreas residenciales.
Ocupan la mayor parte del espacio urbano, con contrastes sociales y de paisaje. En todas las ciudades, las áreas
residenciales constituyen piezas bien diferenciadas según factores socioeconómicos, étnicos, culturales y de etapa
dentro del ciclo de la vida. Los principios de diferenciación residencial son:
-La teoría subsocial. Vincula la diferenciación residencial a comportamientos de tipo económico-biológicos. La
consecuencia es una estructura residencial en zonas concéntricas cuyo rango social aumenta de dentro afuera.
- Teoría de los valores sociales. Hace depender la diferenciación residencial de los sentimientos que determinan el
comportamiento humano Los contrastes se justifican por razones religiosas, políticas y familiares.
- Teoría del análisis de áreas sociales. Relaciona los contrastes residenciales con los ejes de diferenciación existentes en
la sociedad, el estatus familiar, la etapa dentro del ciclo familiar, el lugar de origen y el estatus de migración.
Desde el punto de vista espacial, las variables relacionadas con el estatus social adoptan una disposición sectorial, las
correspondientes al ciclo familiar lo hacen en círculos concéntricos y las variables referidas a factores étnicos y de
migración se disponen en núcleos dispersos.
9.3 Áreas industriales.
La industria siempre se ha sentido atraída por las ciudades. Surgen áreas industriales espontáneas, otras planificadas y
otras con una localización especial, cerca del ferrocarril, ríos navegables o zonas industriales cerca de las carreteras. Las
áreas adoptan una posición polinuclear, en línea a lo largo de carreteras muy transitadas o en anillos concéntricos. La
revolución tecnológica y las transformaciones productivas de los años 70 y 80 produjeron barbechos industriales y la
aparición de nuevos paisajes industriales. Las industrias se trasladaron gracias a las ayudas concedidas por la
administración. Estos barbechos industriales han dado paso a auténticos planes de renovación urbana como pudimos
ver en la ría de Bilbao.
9.4 Franjas periurbana.
Más allá del continuo edificado aparecen las franjas periurbanas o rururbanas. Rurubano pone acento en el uso del
suelo y el termino periurbano lo hace en la ubicación respecto a la ciudad construida o heredada. En las franjas
periurbanas hay grandes superficies ocupadas por infraestructuras de transporte, equipamientos urbanos, industrias y
servicios. La población de las franjas periurbanas se caracteriza por su juventud. Durante las pasadas décadas su
expansión corrió paralela a la importante pérdida de peso demográfico de los centros de las ciudades. A partir de los
90, siguen creciendo pero de una forma más moderada.
9.4.1 Un paisaje en mutación. Desde el punto de vista paisajístico, las franjas rururbanas y periurbanas se caracterizan
por:
- Suburbios. Son agrupaciones importantes de casas y de núcleos de población próximos a la ciudad. A partir de la
elaboración de un índice de residencia empleo definió la existencia de tres tipos de suburbios.
Suburbios dormitorios. Valor menor de 84
Suburbios equilibrados. Valor entre 85 y 115
Suburbios que proporcionan empleos. Valor mayor de 116
t
I=----------- X 100
T
Donde I es el índice de Residencia-Empleo, t es el número de trabajadores empleados en el suburbio y T es el número
total de trabajadores que residen en el suburbio.
También se puede hablar de suburbios satélites que aportan muchos puestos de trabajo y los suburbios son verdaderas
ciudades dormitorios.
-Pequeñas urbanizaciones o agrupaciones de casas en torno a factorías. Carecen de identidad administrativa y de
nombre oficial. Están en medio de suelos de uso rural y responden a la tendencia de ciertas empresas a trasladar sus
instalaciones industriales fuera de la ciudad.
-Proliferación de urbanizaciones de viviendas unifamiliares y bloques multifamiliares. El paisaje residencial de la franja
periurbana va unido a la proliferación de viviendas unifamiliares. La tendencia a las bajas densidades es un fenómeno
que alcanza difusión creciente en todos los países, como consecuencia del deseo de vivir en contacto con la naturaleza.
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- Suelo ocupado por otros usos urbanos. Una gran proporción del suelo de las franjas está ocupado por infraestructuras
de transporte y grandes superficies pertenecientes a servicios y equipaciones.
9.4.2 Una población heterogénea. Desde el punto de vista poblacional, las franjas rururbanas se caracterizan por:
-Aumento de las formas y modos de vida urbanos. Los antiguos campesinos abandonan el campo, pero siguen en
contacto con el campo como modo de vida más saludable.
- Fuerte movilidad de la población. En estas áreas se instalan muchas familias de gente joven que huyen del centro
urbano.
- Variedad social. Hay un fuerte contraste de nivel de vida en las zonas rururbanas.
-Comportamiento social diferenciado frente a los otros ciudadanos. Frente al individualismo del centro, en las zonas
rururbanas los habitantes tienen una relación más intensa entre ellos.
- Valoración contemplativa de la naturaleza. Son valorados por su oposición al centro urbano. Son ambientes
tranquilos, mejor calidad del aire. El comportamiento económico es ciudadano, solo se consume espacio y naturaleza
del medio rural.
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-Las áreas urbanas son valoradas en función del conocimiento que se tiene de ellas. Los individuos tienden a valorar las
áreas residenciales por la calidad de vida que pueden ofrecer cuando se trata de buscar vivienda.
- Las preferencias residenciales son decididas por variables físicas, sociales y de ubicación dentro del conjunto urbano.
Dentro de las variables intervienen también; aspectos estéticos referentes al paisaje de los barrios, la limpieza, el
colorido, la espaciosidad o aspectos del vecindario.
- Ciertos barrios, identificados con el peligro de robos, atracos, drogadicción o prostitución, se configuran como
verdaderos puntos negros en el mapa mental de la ciudad.
- Algunas áreas de las grandes aglomeraciones son descalificadas desde el punto de vista residencial y social por
estereotipos mentales más o menos intencionados de tal manera que son marginadas por el resto de la ciudad.
Por contextos culturales como es el caso de los centros históricos, que representan la herencia cultural y la memoria
colectiva de la ciudad.
10.4 El enfoque preferencial.
Dentro del análisis geográfico dela ciudad desde el punto de vista de las representaciones mentales, se incluyen dos
dimensiones. La dimensión valorativa hace referencia a la consideración del medio real por los individuos con vistas a
adoptar un determinado comportamiento. La dimensión preferencial alude a la mayor o menor estimabilidad que
generan los elementos del paisaje o las áreas urbanas en las personas. Ambas dimensiones son estudiadas a través de
técnicas variadas. Para elaborar mapas topográficos sobre preferencias de los barrios se recurre al sistema de
encuestas. Hay que tener en cuenta que la complejidad de los mapas mentales de cualquier ciudad guarda relación no
sólo con aspectos valorativos y preferenciales que derivan de la propia experiencia y de los sentimientos más íntimos
de los individuos sino también con estilos y modos de vida. Así, las personas con comportamiento localista, articulan
construcciones mentales de carácter espacial más fragmentadas y elementales que los individuos de comportamiento
cosmopolita.
El sentido del lugar es un sentimiento positivo, de identificación con el territorio que se forja durante la infancia. La
estabilidad personal y el bienestar social dependen en gran medida del sentido del lugar. Otras veces, los vínculos de
identificación con el lugar son débiles, hasta el punto de aflorar tensiones y comportamientos no cívicos como en las
banlieues francesas. Por eso, desde la planificación urbana, se intenta evitar la tendencia a la despersonalización de la
ciudad moderna y se efectúan esfuerzos para que el territorio no se transforme en “no lugar”.
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de la vivienda, acceso a información sobre planificación familiar y el no querer perder el nivel de bienestar. Además, los
matrimonios jóvenes rechazan la pérdida de calidad de vida y recursos que supone la llegada de nuevos miembros a la
familia.
11.3 Contrastes residenciales.
Las ciudades presentan una estructura residencial muy diferenciada como consecuencia de las variables
sociodemográficas, de niveles de renta, de planificación urbana y herencia histórica. En las áreas centrales predominan
las personas de edad avanzada y los contrastes sociales son grandes entre las zonas rehabilitadas y de calidad
ambiental, ocupadas por personas de escasos recursos económicos, poblaciones marginales e inmigrantes extranjeros.
En España, las periferias urbanas de los años 60 son hoy zonas de población envejecida y de niveles económicos
desiguales y buena parte de origen extra provincial, sobre todo en las aglomeraciones que recibieron de manera masiva
el éxodo rural. Madrid, Barcelona y Bilbao son claros ejemplos. La influencia americana nos empuja a las viviendas
unifamiliares.
11.4 Una gran movilidad.
La estructura demográfica de las poblaciones urbanas está muy condicionada por la movilidad espacial. Por encima del
20% de la población cambia de residencia anualmente en los países más evolucionados. En los cambios de residencia
intervienen multitud de factores, como la información disponible, la cantidad de dinero que se puede dedicar a la
vivienda, la variedad de casas y lugares adecuados a las necesidades familiares. Los movimientos pendulares o de fin de
semana son otras manifestaciones de la movilidad. El desgaste energético, la fatiga mental, el estrés y la necesidad del
contacto con la naturaleza explican que los ciudadanos estén ávidos de descanso fuera de la ciudad. El automóvil y los
medios de transporte han afectado la movilidad a grupos de población cada vez más numerosos.
11.5 Desigualdad ante el empleo.
Las ciudades constituyen las principales fuentes de empleo a través de múltiples actividades que se realizan en ellas. La
mayoría de este empleo corresponde a actividades terciarias, y en segundo lugar, a actividades secundarias o
industriales. La agricultura sólo es importante en asentamientos del tercer mundo. El sector servicios también es
importante en el tercer mundo pero esto se debe a la proliferación de actividades informales. (mercado negro)
11.6 Pobres y minorías étnicas.
La huida del centro por parte de las familias jóvenes con hijos en busca de viviendas más grandes y más baratas en la
periferia ha propiciado el vaciamiento de esta zona de la ciudad y la ocupación de sus viviendas, a menudo muy
deterioradas materialmente, por inmigrantes y poblaciones marginales. Sólo los espacios rehabilitados conocen una
nueva ocupación por personas de rentas altas, de comportamientos urbanitas, o por jóvenes que encuentran aquí
acceso a su primera vivienda. Los recientes cambios del sistema productivo, responsables del aumento del desempleo,
favorecen los procesos de empobrecimiento y marginalización en ciertos barrios periféricos surgidos al amparo del
desarrollismo y de la industrialización masiva. Entre 1975 y 2000 el número de pobres ha aumentado un 60% en las
ciudades de Europa occidental. En las ciudades del Tercer Mundo, las poblaciones de menor capacidad económica se
instalan en tugurios o áreas degradadas. El carácter limitado de los recursos, el fuerte crecimiento demográfico y el
éxodo rural, impiden que la administración pueda proporcionar alojamiento adecuado para buena parte de la sociedad.
En cambio, los grupos sociales de rentas más altas ocupan los sectores de mayor calidad medioambiental en todas las
ciudades, tanto en el centro como en la periferia. El aumento actual de los desequilibrios económicos genera guetos.
Las minorías étnicas y religiosas tienden a agruparse en zonas o barrios concretos, potenciando la segregación espacial.
11.7 Desiguales densidades de población.
Dentro de las ciudades, la población se distribuye de forma desigual, tanto si se expresa en términos de densidad de
población bruta (número de personas por unidad de superficie) como de densidad neta (personas por unidad de
superficie construida con fines residenciales). La población disminuye progresivamente del interior a la periferia
urbana, debido a razones de tipo económico, social o histórico. En las ciudades norteamericanas, las mayores
densidades residenciales del centro se explican porque los grupos sociales más humildes viven en edificios
multifamiliares al no poder destinar parte de sus ingresos a los gastos de transporte que les supondría vivir en la
periferia, mientras que las bajas densidades residenciales de las zonas suburbanas y el predominio de usos poco
intensivos en ellas se justifican por los menores precios del suelo conforme aumenta la distancia al centro. En Europa y
Latinoamérica, las áreas centrales conservan densidades relativamente altas por herencia del pasado. Los pueblos
latinos han antepuesto tradicionalmente por razones culturales la ciudad concentrada y la vivienda en multifamiliares al
modelo anglosajón de ciudad dispersa y vivienda unifamiliar. C. Clark elaboró uno de los primeros modelos de
gradiente de densidad, según la cual la población disminuye inversamente de forma exponencial conforme aumenta la
distancia al centro.
11.8 Conflictos urbanos.
La expansión indefinida de la ciudad y su forma extensa desencadenan sensaciones de agobio psicológico y estrés. Los
problemas de alojamiento, el reducido tamaño de las viviendas, las grandes concentraciones residenciales y la
contaminación acústica incrementan el estrés personal. El desempleo y la impersonalidad urbana facilitan las
13
actuaciones egocéntricas y no convencionales. Las conductas patológicas son consecuencia de la dureza del entorno
social y físico de la vida urbana. El sentido de territorialidad y la necesidad que tienen las personas de territorio como
expresión de identidad y fuente de seguridad y privacidad, determinan el comportamiento de tribus urbanas y okupas.
14
CAPITULO 2
Distribución espacial y estructura de la población.
La población constituye uno de los motivos centrales de interés de la Geografía Humana, dado que es la protagonista
de la organización del espacio desde que los seres humanos aprenden a domesticar a los animales y a cultivar las
plantas. A partir de entonces, se inicia un crecimiento demográfico que es lento y convulsivo hasta finales del siglo XVIII
y espectacular desde aquel momento hasta nuestros días, en que se superan los 7000 millones de habitantes.
Censos Anuarios y otras publicaciones nos mantienen informados al día sobre aspectos importantes relacionados con la
distribución, crecimiento natural, movilidad, estructura y actividad de la población en todos los países del mundo. El
nivel de información conseguido en el siglo XX, ha dado un paso de gigante que nos permite una primera aproximación
al conocimiento general de la realidad de cada país, el conocer la población total de un país según sexo y edad,
densidad de habitantes por km2, esperanza de vida al nacer, mortalidad infantil, tasa de fertilidad, etc. El análisis
cronológico y espacial de la población ha puesto de manifiesto que la evolución en el tiempo y las variaciones en el
espacio de los hechos de población, presenten innumerables regularidades. Los cambios concernientes a la mortalidad,
fecundidad, crecimiento natural, composición por edad, estructura de las actividades económicas y la concentración en
el espacio o la movilidad, no son idénticas pero presentan evidentes analogías que justifican la elaboración de estadios
de evolución. En un tiempo relativamente breve en la escala de evolución de la humanidad se ha asistido a una
espectacular serie de transformaciones que han impulsado el paso de una sociedad eminentemente agrícola a una
sociedad terciaria o de servicios, pasando por el estadio intermedio de sociedad industrial, gracias a las innovaciones
técnicas del siglo XVIII, XIX y XX. Los cambios no van a la misma velocidad en todo el mundo, esto es debido a los
obstáculos que se interponen en su desarrollo, como pueden ser, los regímenes políticos, las culturas o las
mentalidades. Así, las técnicas de lucha contra las enfermedades, se han extendido por todo el globo rápidamente,
incluso en los países más atrasados. Estas transformaciones han modificado profundamente la agricultura, la industria,
los transportes, los medios de comunicación, aumentando considerablemente la producción y cambiando radicalmente
la naturaleza de las actividades. Todo ello se ha traducido en una serie de logros como la reducción de las
desigualdades sociales, el crecimiento espectacular de la urbanización, el alargamiento de la vida y el envejecimiento
de la población.
15
En relación al crecimiento urbano, en 1960 una de cada tres personas vivía en las ciudades, hoy viven más de la mitad
de la población en grandes ciudades y en el año 2045 se cree que vivirán dos tercios en las ciudades. Es difícil
pormenorizar las razones de estos flujos, pero se cree que las razones histórico-económicas y climáticas son las
principales razones para este flujo de población.
Debemos conocer el “ecúmene” como el medio natural apropiado para la vida permanente de las colectividades
humanas y el “anecúmene” como zonas no habitables.
1.1 Zonas características de Anecúmene.
No son estrictamente vacíos demográficos, ya que no están despobladas del todo, pero la densidad de población es
muy pequeña. El clima, la aridez de la tierra, el calor, la constante humedad y la abundancia de suelos no cultivables
son característicos de estas zonas. Si superponemos un mapa físico sobre otro mapa de distribución de la población
mundial, observaremos que estos elementos del medio natural coinciden perfectamente con las grandes zonas de baja
densidad demográfica en el mundo, o anecúmene, que son las siguientes.
Las zonas polares, las zonas de alta montaña, las zonas desérticas y las regiones cálidas en torno al Ecuador.
No obstante, las poblaciones han sido capaces de adaptarse a duras condiciones de vida. Esquimales, tuaregs y
bosquimanos constituyen, entre otros, ejemplos significativos de ésta adaptación y a la vez, excepciones dentro de la
generalidad ya que la gran mayoría de los habitantes de la tierra ocupa los espacios físicos más favorables para la vida
humana.
Aplicando una tecnología y unos elementos de producción adecuados, hoy en día, se podrían cultivar las hectáreas
suficientes para suministrar entre 4000 y 5000 calorías diarias a una población diez veces superior a 7000 millones de
personas.
1.2 Zonas características de Ecúmene.
Son zonas densamente pobladas. Casi el 90% de la población sobrevive en el hemisferio norte, la mayor parte entre los
20º y 60º N. En conjunto, la gran masa continental euro asiática concentra las 3 /4 partes de la población mundial.
Causas políticas, económicas e históricas inciden en la distribución demográfica. En cada continente la mayoría dela
población tiene una localización periférica y se sitúa por debajo de los 500m de altura, hecho que refuerza la
preferencia de la población por las zonas bajas.
Las zonas ecúmene son:
Valles, llanuras y zonas de piedemonte, las zonas costeras y los grandes focos de concentración demográfica, Unión
europea y Rusia, Nordeste de los EE.UU. Sudeste asiático, Sudoeste Asiático, Grandes ciudades y zonas de especial
influencia en África, como es el Delta del Nilo, Golfo de Guinea y Sudáfrica.
1.3 Densidad de población.
El envejecimiento que sufren los países desarrollados y el aumento del tamaño de la población, no son los únicos
cambios demográficos importantes de los últimos siglos: se ha producido además en poco tiempo, una redistribución
masiva de la población siempre de la mano de sucesivos cambios tecnológicos. Es notorio que la población mundial se
distribuye de forma muy desigual. Junto a grandes concentraciones humanas que se observan en algunas regiones
asiáticas, existen grandes espacios vacíos, por eso, la densidad demográfica que expresa la relación de habitantes por
kilómetro cuadrado varía mucho de unas zonas a otras. 90 hab/km2 en Europa, 80 en Asia, 14 en África y 20 en América
y 2hab/hm2 en Australia. Dentro de estas cifras podemos decir que varían mucho en la misma región geográfica. Por
ejemplo, 320 hab/km2 en el eje Renano con los 2 hab/km2 en Islandia.
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El crecimiento natural es sinónimo de crecimiento vegetativo y se refiere a la variación que experimenta una población
durante un periodo de tiempo, consecuencia de la diferencia entre nacimientos y fallecimientos.
CN = (N – D)
La tasa de crecimiento de una población mide su ritmo de crecimiento durante un periodo de tiempo concreto y se
calcula dividiendo el crecimiento de la población en ese periodo, por el tamaño de la población al inicio del estudio.
2.1 La natalidad.
Primero hay que distinguir entre natalidad y fecundidad.
La natalidad se refiere a la frecuencia de nacimientos de ambos sexos en un conjunto poblacional en su totalidad.
Nº de nacidos vivos en un año
Tasa bruta de natalidad=-------------------------------------------x1000
Población a mitad del mismo año
Hay que tener en cuenta el número de personas en edad de procrear y su estructura por edad, el calendario de los
nacimientos y el comportamiento de la fecundidad.
La fertilidad se refiere a la capacidad física de reproducirse.
La fecundidad consigna la puesta en práctica de la capacidad reproductiva, o sea, el número real de hijos que tienen las
mujeres y no sólo la capacidad de tenerlos.
La natalidad ha constituido hasta mediados del siglo XIX un factor decisivo en el crecimiento natural de la población. La
tendencia general hoy día es a la baja en la mayor parte de las sociedades, incluso en las que la religión es un factor
importante. Antes, las tasas de natalidad solían estar entre 44 y 46 por 1000, ahora en el mejor de los casos está en el
13 por 1000. Excepto China, hoy no existe ninguna región de muy baja natalidad (uno o dos hijos por pareja) con tasas
de 10 a 13 por mil, fuera de los países desarrollados con fuerte poder adquisitivo. La clasificación de los índices de
natalidad se ajusta bastante bien a la escala del desarrollo.
17
viene arrastrando desde mediados de los años 60, aunque el descenso más fuerte de la misma se produjo en el periodo
de entre guerras. En los países no desarrollados la tasa de fecundidad sigue siendo alta (3,2), y todavía más alta si se
excluye China.
2.2.5 La movilidad social. Se explica por el deseo de toda persona de ascender de su posición dentro de la escala social
y se considera factor limitante del número de hijos de una familia porque el cuidado de los niños supone un coste
importante, no sólo de orden económico sino de tiempo y sobre todo de atención de los padres.
2.2.6 La situación social de la mujer. La incorporación de la mujer al mercado laboral, con su consiguiente
independencia económica, mayor nivel de estudios y al conocimiento y uso de métodos anticonceptivos, ha provocado
un retraso en la edad de matrimonio y en la edad de la primera maternidad, el mayor esparcimiento entre los
embarazos y en definitiva el descenso de la fecundidad, porque los hijos no cubren todo el universo vital de la mujer y
pueden significar una traba para su formación, trabajo o aspiraciones sociales. Las nuevas legislaciones han contribuido
en la transformación de estos comportamientos sociales. Cada vez son más frecuentes los nacimientos fuera del
matrimonio, en la UE, los contrastes entre Norte y Sur continúan poniéndose de manifiesto. Mientras en el Norte suele
rondar el 50% de los hijos fuera del matrimonio, en el Sur no llega al 15%.
2.2.7 El retraso de la edad de la mujer en el matrimonio. La edad de acceso al matrimonio en la mujer ha
experimentado un retraso de 4 o 5 años en los últimos 25 años, lo que provoca un retraso de 2 a 3 años en el
nacimiento del primer hijo y un descenso en la fecundidad. Dinamarca, Suecia y España son los países con la edad
promedio más alta.
2.2.8 El retraso en la edad de la primera maternidad. El aumento de la misma experimentado entre las mujeres de 30 a
34 años, no ha compensado la caída de la fecundidad que se ha producido en las mujeres menores de 30 años. Holanda
y España son los países de la UE donde la edad de la mujer en tener el primer hijo es más alta.
2.3 Variaciones espaciales de la fecundidad.
Existe una notoria diferencia, de mayor a menor, entre las tasas de fecundidad total en los países de ingresos bajos,
medianos o altos a excepción de China y Sri Lanka.
2.3.1 Países de ingresos bajos. PNB entre 80 y 600 dólares. En cabeza del ranking se encuentra Rwanda con una tasa de
8,3 seguido de Malawi y Etiopía con 7,5, nivel que han bajado en 2011 al 5,5. China que forma parte de los 43 países
con ingresos bajos ha pasado de una tasa de natalidad del 6,4 a 1,8, debido a la política estatal de hijo único. Irlanda e
Israel, perteneciendo a los países de ingresos altos, tienen una tasa de fecundidad relativamente alta, un 2 y 2,8, esto es
debido a las políticas gubernamentales de prohibición del aborto en el caso de Irlanda y de aseguramiento del país en el
caso de Israel. En Sri Lanka, en 40 años, ha bajado la tasa de fecundidad de 5 a 2,3 y la tasa bruta de mortalidad del 8 al
6 por mil, cifras muy por debajo de países de la UE cuya tasa de mortalidad alcanza el 10 por 1000.
2.3.2 Países de ingreso medio y mediano-bajo. PNB entre 600 y 2500 dólares. Según la relación establecida por niveles
de desarrollo con carácter inverso (a menores ingresos, mayores tasa de fecundidad) a los 40 países de ingreso medio y
medio-bajo debería corresponderles una tasa de fecundidad media, unos 4,3 hijos por mujer, pero en éste grupo los
contrastes entre los países son muy grandes y esto supone una subdivisión del grupo. Aquí conviven países tan dispares
como Marruecos y Polonia. En efecto, los países del Magreb y Mongolia vendrían a ser en 2011 exponente del grupo de
países de ingreso mediano y mediano-bajo con una media de fecundidad de 3,1 y 2,5 respectivamente y tasa de
mortalidad de 7,5 por mil. Hay países dentro del mismo grupo con unas variaciones muy grandes, Yemen con una
fecundidad de 5,2 y su tasa de mortalidad al 7 por 1000. Senegal y Congo con una fecundidad de 6 por mil y una
mortalidad general del 17 por mil y una infantil del 53 y 126 por 1000 respectivamente.
2.3.3 Países de ingreso mediano-alto. PNB de 2500 a 7300 dólares. Este grupo lo forman grandes países de América
Latina en vías de desarrollo como México, Venezuela, Brasil y Uruguay, repúblicas del este como Hungría y
Checoslovaquia, países de Asia como Corea del Sur, y Arabia saudí, africanos como Sudáfrica y Europeos como Portugal
y Grecia. La tasa de fecundidad se sitúa entre 2,0 y 3,3 y las tasas de mortalidad inferiores al 7 por 1000. Portugal y
Grecia no pertenecen al grupo de países de ingresos altos y su situación demográfica es preocupante ya que la tasa de
fecundidad se mantiene al 1,4, no se asegura el relevo generacional y están abocadas a un envejecimiento de la
población.
2.3.4 Países de ingreso alto. PNB entre los 10.000 y 35000 dólares. Los países mediterráneos han mantenido
tradicionalmente una tasa de fecundidad y natalidad alta, muy superiores a los países anglosajones. Sin embargo, la
aplicación tardía de del control de natalidad ha provocado la caída en picado de sus tasas de fecundidad, actualmente
las más bajas de Europa. La fecundidad se encuentra muy por debajo del umbral de reemplazo generacional. Alemania,
Italia y España que alcanzan la tasa más baja de la UE (1,4) el descenso continúa mientras en Luxemburgo (1,7)
Dinamarca y el Reino Unido (1,8) se observa un apreciable ascenso. La mayor parte de los países de la OCDE tienen una
tasa de natalidad inferior a 2.
2.4 La mortalidad.
El factor que se encuentra en la raíz del actual crecimiento de la población mundial es el descenso de la mortalidad, no
el aumento de la fecundidad. Bajo la denominación de mortalidad, se estudia la acción de la muerte en la población. La
18
mortalidad se mide como la natalidad, en tantos por mil. Las causas de muerte o causas de defunción son sinónimos de
morbilidad que estudia la acción de la enfermedad sobre la población, diferenciándose la morbilidad incidente que se
refiere a los nuevos casos de enfermedad. De la morbilidad prevalente que alude a los casos existentes o proporción de
enfermos en un momento dado. La mayor parte de los fallecimientos son resultado de la degeneración del organismo,
enfermedades o producto del entorno económico y social, como la inanición en África. Durante bastantes años los
países desarrollados mantuvieron tasas de mortalidad mucho más bajas que los menos desarrollados, pero el acusado
envejecimiento de las sociedades avanzadas por una parte, y la difusión de técnicas médicas, han reducido las
diferencias entre ambos bloques e incluso las han invertido como ocurre en el momento actual. En general, las mejoras
de los niveles de salud de las poblaciones dependen más de la adopción de medidas de sanidad pública (preventivas)
que la adopción de medidas médicas (curativas). Las tasas de mortalidad de un país dependen, a priori, de una
compleja red de factores socioeconómicos, políticos y condiciones sanitarias. Las caídas más importantes de las tasas
de mortalidad se han dado en Europa, EEUU y los países desarrollados a partir de la primera mitad del siglo XX, debido
al creciente papel de la terapia médica y a los nuevos cambios de la dieta y la sanidad pública. La existencia de una
mortalidad baja es incompatible con el mantenimiento de una gran miseria económica. En África, región del mundo
menos favorecida, la tasa de mortalidad es del 17 por 1000 y una esperanza de vida que apenas supera los 47 años.
2.4.1 Mortalidad socialmente diferenciada. El curso de la mortalidad a lo largo de la vida puede describirse a través de
la tabla de mortalidad, que en sentido estricto consiste en una serie de probabilidades de morir observadas para las
distintas edades en un conjunto de personas. De aquí la conveniencia del empleo de tasas específicas por grupos de
edad para medir la mortalidad. En las clases sociales más bajas los fallecimientos debidos a enfermedades contagiosas
como tuberculosis, bronquitis, neumonías, etc., eran entre dos y tres veces superiores en la clase social más baja que
en la más alta. Por otro lado, las tasas de mortalidad por enfermedades crónicas tales como trastornos coronarios,
cirrosis hepática, diabetes y apoplejía eran uniformemente más elevadas en las clases sociales más altas que en las más
bajas. De ahí que entre los aspectos más importantes que guardan relación con la mortalidad sean el nivel de ingresos y
la educación.
2.5 La esperanza de vida.
La caída de la mortalidad se debe fundamentalmente a la disminución del número de muertes por enfermedades
contagiosas, sobre todo, en los países subdesarrollados. Las diferencias en la tasa de mortalidad tienen un origen social
y no biológico; no obstante, dentro de los componentes de la mortalidad existen dos aspectos biológicos: la duración
de la vida y la longevidad. El término esperanza de vida, hace referencia a la edad más alta que los miembros de una
especia pueden llegar a alcanzar. La longevidad está influida por factores biológicos, económicos y sociales, las
característica genéticas son también muy importantes. La esperanza media de vida al nacer en los países menos
desarrollados, es actualmente de 64 años, aunque hay países que no llegan a los 47 años. Hasta mediados del siglo XVIII
la diferencia de esperanza de vida de la humanidad era insignificante pero a partir de entonces se fue acrecentando
cada vez más entre poblaciones del mundo desarrollado y de los países en vías de desarrollo llegando a ser de 25 años
hacia 1930 y volviendo a bajar en 1985 a los 18 años y en 2011 a 12 años. Podría decirse que hay pocos países que
tengan una esperanza de vida de 45 años, cifra importante ya que ha significado durante mucho tiempo el umbral de la
modernidad: Inglaterra o Francia no lo traspasaron hasta cerca del año 1900. Hoy en día los progresos son grandes en
el tema de la esperanza de vida, aunque no suficientes. Los países en los que se vive más tiempo son los desarrollados
en el sentido clásico, pero también los nuevos países industrializados de Iberoamérica y Asia oriental, han sobrepasado
a Dinamarca, Inglaterra o Francia. Los records de longevidad se van desplazando al este. Natalidad, fecundidad,
nupcialidad, mortalidad, esperanza de vida y crecimiento natural son indicadores que se integran muchas veces en
modelos y teorías, tanto de índole demográfica como geográfica, para explicar los cambios poblacionales.
19
3.1 Etapa Antigua.
Corresponde con lo que se denomina también ciclo demográfico antiguo: natalidad muy alta, con tasas superiores al
40% y mortalidad con tasas semejantes. Este comportamiento limitaba extraordinariamente el crecimiento dela
población, la esperanza de vida era de unos 25 años y la mortalidad infantil muy alta, por eso era necesario tener
muchos hijos. En esta etapa son frecuentes los episodios de guerras, epidemias y crisis de subsistencia. Después de la
Peste Negra en el año 1349, Europa contaba con el 60% de la población en 1400. En la primera mitad del siglo XVII
España se vio perturbada por el hambre y paso de 9 millones a 6 millones de habitantes. Esta es la situación
generalizada de Europa hasta finales del siglo XVIII, en que comienza la revolución agrícola e industrial que permiten
una mejor alimentación y alejan el fantasma del hambre.
3.2 Etapa de Transición.
La etapa de Transición se caracteriza por tener tres fases durante las cuales la natalidad desciende del 40 por mil al 20
por mil, la mortalidad se sitúa también en torno al 20 por mil, el número de hijos pasa de seis a dos y la esperanza de
vida aumenta considerablemente.
3.2.1 La fase inicial. Esta etapa coincide con la I Revolución industrial. La mortalidad catastrófica desaparece, la infantil
disminuye rápidamente gracias a la mejora de la alimentación, higiene, vestido, vivienda, saneamiento y los avances de
la medicina. Se luchó contra las epidemias. Todos los avances van encaminados a la mejora de las condiciones de vida,
lo que provocará una formidable expansión demográfica en la siguiente fase.
3.2.2 En la fase intermedia. La mortalidad desciende aceleradamente, incluso más deprisa que el aumento de la
esperanza de vida: desde mediados del siglo XVIII hasta mitad del siglo XIX pasó de 25 a 35 años, en gran parte de los
países europeos. La natalidad empieza a disminuir mientras que la fecundidad sigue siendo alta, destacando así un
importante excedente de nacimientos sobre fallecimientos. Es el periodo de verdadera explosión demográfica. La caída
de la mortalidad especialmente la infantil, creó en la población europea las condiciones psicológicas necesarias para
iniciar una limitación del número de nacimientos que le permitiesen mantener el equilibrio entre sus efectivos, sin
desembocar en una crisis de sobrepoblación. La I revolución industrial fue posible por la mejora de la producción
agrícola que procuró a su vez nuevos progresos técnicos que aumentaban aún más la producción, hasta llegar a la
actualidad a las crisis de superproducción de alimentos en los países industrializados. En segundo lugar, la supremacía
técnica y militar conseguida por Europa permitió la conquista de inmensos territorios y la exportación de una parte no
despreciable de los excedentes demográficos bajo la forma de emigración. La emigración fue la única espita que sirvió
de válvula de escape para el excedente demográfico. Millones de personas sobre todo europeos, se dirigieron a los
cuatro puntos cardinales del planeta.
3.2.3 En la fase final. La mortalidad sigue disminuyendo aunque a un ritmo mucho lento mientras la natalidad
desciende fuertemente, por lo tanto, el crecimiento es reducido como sucedía por razones distintas en la fase inicial de
la transición.
3.3 Etapa Moderna.
En la etapa moderna del modelo de Transición demográfica el crecimiento de la población es muy pequeño debido a las
bajísimas tasas de mortalidad y un paulatino descenso de la natalidad. La fecundidad desciende todavía más bajo el
efecto de la elevación continua del nivel de vida. El aumento espectacular de la esperanza de vida en los países
industrializados, producen un envejecimiento de la población. El crecimiento se estanca y en situaciones extremas, se
entra en una fase regresiva en la que las tasas de natalidad y de fecundidad (1,5%) son incapaces de asegurar el relevo
generacional. Comienza así una etapa de involución demográfica.
Allí donde la natalidad y mortalidad son altas es que las mentalidades y las técnicas son primitivas, y al contrario, donde
la natalidad y la mortalidad son bajas es que el sistema demográfico ha llegado a alcanzar cierto rendimiento. La
transición demográfica aparece como la última fase de los ciclos devolución de la humanidad y como el aspecto
puramente demográfico de un proceso de cambio complejo y multiforme. El modelo de Transición no explica las
relaciones sociales que se producen tras las fluctuaciones de las tasas de natalidad y mortalidad, porque ha habido
también una transición económica, una transición espacial y una transición migratoria.
El estudio de los cambios y su ritmo permite pensar que en los países más desarrollados, el ciclo desencadenado por las
revoluciones industriales no está muy lejos de su final. El crecimiento demográfico cero es ya una realidad en muchos
de ellos.
3.4 Otros modelos demográficos.
La rápida reconstrucción de los países europeos tras la Segunda Guerra Mundial y el espectacular desarrollo
económico, permitieron una oleada de optimismo ante la creencia de que ese desarrollo iba a ser extensivo a todo el
planeta. A finales de los años 60, y después de un estudio minucioso de la situación, se vio que esa creencia no era
correcta, y llevaron a la división entre países industrializados y poco industrializados. Esta división pronto se quedó
desfasada conforme avanzaron las nuevas tecnologías que han permitido la proliferación de multinacionales en los
países en vías de desarrollo y se han producido cambios socio-político trascendental para el mundo. Hoy los problemas
que nos acucian son el desempleo y la inflación. La relación entre crecimiento demográfico y desarrollo económico
20
vuelve a ser en la actualidad un tema a debate. Las estadísticas indican que existe una asociación entre ellos, pero ¿cuál
es la causa?, ¿cuál el efecto? Existen, entre otras, tres teorías principales.
1.- Los nacionalistas, que perciben en el crecimiento demográfico un estímulo para el desarrollo económico.
2.- Los neo-malthusianos, que mantienen las tesis opuestas.
3.- Los marxistas, que consideran el modelo económico socialista como el único capaz de resolver los
problemas demográficos.
21
pirámides de edad. A esto llamamos políticas de población. Desde las leyes natalistas de principios del siglo XX que
castigaban el aborto y prohibían los métodos anticonceptivos, hasta los programas de planificación familiar en los
países en desarrollo, se plantean dos preguntas fundamentales en el siglo XXI ¿existen realmente medidas eficaces?,
¿son verdaderamente necesarias?
4.2.1. Las políticas demográficas de los gobiernos. A pesar de contar con multitud de trabajos, publicaciones y estudios,
generalmente no se toman en cuenta. Los análisis casi siempre lo son a posteriori sobre resultados reales que se
podrían haber previsto en el pasado. La política de población se desarrolló como una solución conservadora dentro de
la polémica del marxismo frente al malthusianismo y neomalthusianismo. Si el tema central de la política demográfica
es la relación entre la población y los recursos englobando dentro de los mismos el capital humano, política
demográfica sería el conjunto de medidas adoptadas por el gobierno de un país, dirigidas a producir cambios
cuantitativos y cualitativos en los procesos demográficos, en la estructura demográfica y en la calidad de vida de la
población. La población de un país sigue pautas que normalmente tienen efectos previsibles en diez o veinte años.
Cualquier cambio irreflexivo en la política de población puede suponer problemas insalvables en un corto espacio de
tiempo. Las experiencias pro natalistas como las antinatalistas han sido generalmente fracasos. Lo que preocupa ahora
es saber si la disminución del crecimiento de la población se debe a los cambios sociales y económicos generados por el
proceso de industrialización, al avance tecnológico en las técnicas de contracepción, a los progresos en los programas
públicos de planificación familiar o a la conjunción de todos esos factores. La mayoría de los países del Consejo de
Europa han carecido de política demográfica concreta, aunque apuntan algún objetivo general; bien es cierto, que las
políticas sociales y económicas influyen en la política demográfica. En Austria es prioritario el derecho a tener cuando
se quiera el número de hijos que se deseen. En esta misma dirección apunta Francia y Alemania. Para Grecia son
preferentes las medidas tendentes a conseguir la racionalidad en la orientación de las migraciones internas. En los
países nórdicos, la igualdad de oportunidades laborales entre los dos sexos y las mejores condiciones de vida para las
familias con hijos o ancianos, sería su primer objetivo. La mayoría de los informes internacionales sobre la situación
actual del mundo señalan tres problemas principales:
1.- las altas tasas de crecimiento de la población.
2.-La disminución global de los recursos.
3.- La degradación creciente del medio ambiente natural y sociocultural.
4.2.2. Las Conferencias Mundiales de la ONU. Es en las Naciones Unidas donde se han desarrollado organismos para
todas las cuestiones de orden demográfico. Desde 1946 no se han dejado de desarrollarse actividades y programas
sobre población. La pugna ideológica establecida desde sus orígenes en la Comisión de Población entre los
representantes de los países desarrollados, defensores de los argumentos a favor del control de la natalidad, chocan
con los de los países no desarrollados, defensores de la adecuación de la economía a la población, desterrando las tesis
de Malthus. La radicalización de ambas posturas bloqueó mucho tiempo la asistencia técnica de Naciones Unidas a
programas de sentido antinatalista, aunque se fue imponiendo gradualmente el apoyo de políticas demográficas de
planificación familiar en los países no desarrollados, considerada como un derecho adquirido de la mujer en los países
desarrollados. Hacia 1985 la mayor parte delos países no desarrollados optaron por la planificación familiar y el bajo
crecimiento. El informe Brundtland sobre desarrollo y medio ambiente significó el antecedente más relevante de la
Conferencia de Rio en 1992 sobre esta temática, involucrando a todos los países y organismo oficiales internacionales
en un nuevo tipo de desarrollo y crecimiento económico bajo el calificativo de sostenible, adjetivo indispensable en
cualquier estrategia de aproximación de la brecha entre desarrollado y subdesarrollado. En la Conferencia de El Cairo
en 1994 fueron fijados estos objetivos:
1.-Permitir el acceso universal a los servicios de salud reproductiva, incluyendo la planificación familiar y la salud sexual
antes de 2015.
2.- Asegurar la educación primaria para todos antes de 2015
3.- Reducir la tasa de mortalidad infantil a menos de 35 por 1000 para 2015
4.- Disminuir la tasa de mortalidad materna.
5.- Elevar la esperanza de vida al nacer a 75 años o más antes de 2015.
La brecha económica Norte-sur estimulada por el proceso de globalización no ha dejado de ensancharse, provocando
un aumento de la pobreza en los países no desarrollados y haciéndose más urgente el replanteamiento de las políticas
económicas nacionales e internacionales, bajo nuevos conceptos de desarrollo.
Posteriormente ha habido tres Conferencias: en Pekín, New York y Copenhague.
4.2.3 La influencia del Banco Mundial en las políticas demográficas. EE UU fue hasta el último tercio del siglo XX el
principal impulsor de las políticas demográficas antinatalistas en países no desarrollados, pero la influencia más eficaz
la ejerció el Banco Mundial a través de las Naciones Unidas en materia de Población. El neomalthusianismo del Banco
se apoyaba en modelos teóricos de Nelson, Coale y Hoover basado en tres acciones:
1.- Convencer de la prioridad de la contención del crecimiento demográfico.
22
2.- Concentrar y priorizar la ayuda a proyectos de desarrollo social en aquellos que estimulasen la menos demanda de
hijos.
3.- Conceder asistencia directa a programas de planificación familiar, a su extensión y a los servicios de salud básicos
relacionados con ella.
Se llevó a cabo en 1982 una muestra sobre 26 países de la periferia un estudio que puso en evidencia los distintos
índices de planificación familiar alcanzados. Quedó demostrado que la desaceleración del crecimiento demográfico en
la mayoría de los países, no estaba vinculado con las mejoras del crecimiento económico o el aumento del índice de
desarrollo humano, esto es, que la reducción de la fecundidad no llevó aparejado ningún incremento en los ingresos
globales de la población. Así pues, las políticas aplicadas resultaban insuficientes y era necesario un cambio de
estrategias. En la actualidad el problema demográfico se plantea dentro de los procesos de desarrollo desigual del
capitalismo y de la población, así que mientras haya capitalismo habrá debate y problema demográfico, porque habrá
desarrollo desigual y polarización.
23
mortalidad puede significar un rejuvenecimiento de la población, aunque a primera vista parece que una menor
mortalidad debería tener el efecto de envejecer la población al permitir que la gente viva más años. Si no ocurre así, es
porque se compensa con el descenso mucho más alto de la mortalidad infantil. El resultado final es que una importante
variación en el nivel de mortalidad de una sociedad tiene consecuencias mucho menos drásticas para la composición
por sexo y edad de una población que si dicho cambio se produce en la migración o en la fecundidad.
5.3 Estructura por edad, sexo y ocupación.
En una sociedad industrializada la ocupación constituye una característica especialmente importante pues es, sin duda,
el aspecto más definitorio de la identidad social de una persona. De ella cabe inferir el nivel educativo y los ingresos y el
lugar y tipo de residencia, es decir, el estilo de vida en general. Las estadísticas demográficas distinguen entre la
población activa o económicamente activa y la población no activa. La primera está constituida por las personas que
ejercen habitualmente una actividad profesional. Se incluyen en ella no sólo las personas que desempeñan una
actividad lucrativa, sino también aquellas cuya actividad profesional no es remunerada, como los trabajadores
familiares no asalariados; en cambio, se excluye a las amas de casa por considerar que su actividad no tiene carácter
profesional. En el aspecto económico la población no activa está a cargo o depende de la población activa. La expresión
tasa de actividad indica la proporción de personas o miembros de un grupo determinado, que forma parte de la
población activa.
Las personas que constituyen la población activa se dividen en trabajadores con empleo y trabajadores sin empleo. En
definitiva, las personas que tienen un empleo, sea o no precario, conforman la población activa ocupada. Al mismo
tiempo, la población activa incluye, sub-empleo, sub-ocupación o desocupación parcial.
La segregación de los individuos en barrios distintos sobre la base de sus diferentes características sociales, ocupación o
nivel de ingresos, constituye un rasgo muy frecuente en las sociedades urbanas. Para conocer la distribución espacial de
estos grupos se emplean algunos índices como el índice Nelson que considera como especialización funcional al
porcentaje de empleo de una actividad superior a la media, respecto a la desviación típica. Valores superiores a la
unidad indican desviaciones de la especialización del empleo muy significativo, mientras que valores comprendidos
entre el cero y el uno, son menos importantes.
En la organización del trabajo agrícola, la pauta dominante durante mucho tiempo ha sido que el hombre realice la
mayor parte del trabajo remunerado, quedando las mujeres relegadas a los quehaceres domésticos. Ahora que la
actividad agrícola de las mujeres es prácticamente inexistente, las ciudades presentan una proporción entre sexos
claramente feminizada. Las zonas urbanas tienen menos población masculina que femenina, al contrario que en las
zonas rurales. En cambio en países asiáticos y africanos la proporción urbana entre sexos es más masculina que la
proporción entre sexos rural. En Europa y América las mujeres tienden a ser más movibles que los hombres mientras
que en África y Asia es a la inversa. En los zonas en vías de desarrollo, América Latina es la única en la que el número de
mujeres en la corriente migratoria es superior al de los hombres por su mayor facilidad a la hora de encontrar trabajo.
En África y Asia, un papel prominente en el trabajo agrícola cotidiano lo ha realizado la mujer. Por lo tanto, a medida
que una economía se desarrolla y aumentan las oportunidades en las ciudades, las mujeres serán más sensibles que los
hombres a dichas oportunidades si están implicadas menos activamente en la mano de obra agrícola. Las mejores
posibilidades laborales del mercado de trabajo junto con una mayor variedad en la oferta, hacen especialmente
atractivas las ciudades en todo el mundo.
5.3.1 Discriminación laboral por sexo. Las tasas de actividad específica por sexo han variado en las últimas tres décadas.
La tasa de actividad femenina se ha ido adaptando a los cambios en el ciclo económico incorporándose a la actividad en
tiempos de expansión y saliendo del mercado de trabajo en los momentos de recesión. Actualmente, el mercado
laboral mantiene abiertas todas las posibilidades a hombres y mujeres para trabajar en sectores tradicionalmente
asignados al sexo opuesto. La desigualdad en los salarios en relación a compañeros de trabajo varones de igual
categoría es un hecho evidente y cuantificable, a pesar de que en la mayor parte de los países esta constitucional y
legalmente prohibido. La mujer en España percibe, en general, un 33% menos de salario medio anual menos que el
hombre. Si tomamos en consideración el parámetro de los estudios realizados, encontramos que la ganancia media de
las trabajadoras con diplomaturas universitarias es, entre un 56% y un 59% de la de los hombres. Esto es, a un mayor
nivel de preparación no corresponde una mayor igualdad retributiva. Estas diferencias salariales encubren muchas
veces discriminaciones y trato diferencial que existen a otros niveles, como la falta de promoción profesional. Esa
barrera infranqueable que tiene que romper la mujer para acceder desde los puestos intermedios de la empresa a las
esferas de alta dirección se conoce como techo de cristal. Este hecho encuentra explicación en la llamada
discriminación vertical: la posibilidad de que una mujer pueda acceder a un puesto de dirección disminuye conforme
aumenta el grado de responsabilidad. Dos de cada tres mujeres ocupadas, se localizan en sólo cinco ramas: comercio,
agricultura, servicios personales, educación y sanidad. También existe una estrecha relación entre la edad y el estado
civil. Las mujeres solteras tienen tasas de actividad que se acercan a las de los varones solteros. El estado civil
“matrimonial” actuaría polarizando los roles masculino y femenino, el primero hacia el trabajo y el segundo hacia un
trabajo no remunerado. Hasta los 30 años las mujeres casadas mantienen unas tasas importantes de actividad aunque
24
inferiores a las de otros grupos. A partir de esa edad, se producen descensos continuados y persistentes. Estudios
empíricos revelan la existencia de una relación inversa entre fecundidad y actividad laboral femenina.
5.4 Tipologías de la estructura poblacional.
Las pirámides ofrecen diferentes tipos de estructura demográfica según países y permiten señalar los contrastes que se
establecen en relación al desarrollo global de las sociedades. Si no hay migración y la mortalidad y fecundidad son
bajas, la pirámide de edades adquiere forma de barril. La forma propiamente piramidal corresponde a niveles más
elevados de fecundidad (7,1). Los niveles de fecundidad tienen efectos espectacularmente diferentes sobre la
distribución por edad y sexo de una población, cuando se mantienen constantes la mortalidad y la migración. Así, la
pirámide de base más ancha corresponde a una población joven, caracterizada ante rodo por una elevada fecundidad y
con una tasa de crecimiento que implica la duplicación de su tamaño cada 18 años. La estructura de edad envejecida
constituye el extremo opuesto; es el caso de la pirámide con forma casi rectangular que cuenta aproximadamente con
el mismo porcentaje de personas de cada edad y que no experimenta aumento alguno en su tamaño. Con más del 35%
de sus componentes en edades comprendidas entre los 0 y 15 años se considera una pirámide joven, mientras que si el
10% de sus miembros supera los 65 y más años, se considera vieja. En cuanto a la composición por sexo de la pirámide
suele suponerse en un planteamiento ideas que en cada edad existen los mismos efectivos de hombres que de
mujeres, hecho que se da en muy raras ocasiones. La migración, la mortalidad y la fecundidad, inciden de forma distinta
en la creación de desigualdades entre ambos sexos, a razón hombres/mujeres, conocida como “sex ratio” o razón por
sexo, que suele medirse también por la relación de masculinidad o número de varones por cada 100 mujeres.
Nº de varones
Sex ratio=------------------------------------
Nº de mujeres.
Una sociedad con alta fecundidad y baja mortalidad tendrá una distribución por edad de la población claramente
juvenil (4,3 hijos por mujer) mientras que un nivel bajo de fecundidad corresponde a una tasa de 2,1, el reemplazo
generacional exacto.
5.4.1 Población progresiva. Pirámide con forma de volcán o de triángulo equilátero. Base ancha, elevada fecundidad,
alta tasa de natalidad, crecimiento progresivo porque la mortalidad es moderada. En menos de 20 años se duplica la
población.
5.4.2 Población estable. Perfil de arco ojival. La base es notablemente más pequeña. Las tasas de natalidad ni las tasas
de mortalidad han experimentado variación alguna a lo largo de un periodo dilatado de tiempo. No obstante, una
población estable puede estar creciendo de forma lenta si las tasas de natalidad y mortalidad se mantienen bajas,
predominando ligeramente la natalidad, lo que implicaría un envejecimiento de la población.
5.4.3 Población regresiva. El perfil es de barril o urna. Constituye el extremo opuesto al primer punto. La base de la
pirámide es más estrecha, ancha en el centro, consecuencia de la baja natalidad y fecundidad que la sitúan claramente
por debajo de la tasa de mortalidad. El crecimiento demográfico cero significa que el número de nacimientos en un año
determinado es igual al número de defunciones. El aumento del nivel de vida se mide mejor mediante indicadores
convencionales como mejoras sanitarias, viviendas más confortables, mejor educación y mayor capacidad de
apreciación y creación artística. Cada vez más. Una parte de la atención se centra en estos aspectos de la calidad de
vida más que en la simple diversificación de los bienes y servicios de consumo.
5.5 El envejecimiento de la población.
Es uno de los fenómenos más importantes que han experimentado los países desarrollados a lo largo del siglo XX, un
proceso que actúa sobre la estructura demográfica por edades con profundas implicaciones en todos los ámbitos de la
sociedad, especialmente en el campo económico, social e institucional y cuya manifestación más evidente es el
aumento, en términos absolutos y relativos, de los ancianos dentro de los efectivos de población. En el proceso de
envejecimiento que experimenta una población, se puede diferenciar entre el que opera por el vértice de la pirámide
de edades y el que tiene lugar por la base de la misma. En el primer caso el envejecimiento se produce, básicamente,
debido a un aumento de la proporción de ancianos sobre el total de la población. En el segundo es resultado de una
disminución en la proporción que representan los grupos de edad más jóvenes. Ambos procesos no son excluyentes,
puede que una población experimente simultáneamente un progresivo estrechamiento de la base de su pirámide
demográfica y un ensanchamiento gradual en su vértice. El descenso de la población infantil acentuará el
envejecimiento en toda la pirámide de edades. Se estima que para el año 2020 habrá en el territorio de la UE entre 90 y
100 millones de personas con 60 años o más, de los cuales, entre 17 y 22 millones tendrán más de 80 años. Países del
sur de Europa, Italia, España, Grecia Y Portugal contarán con las poblaciones en edad laboral relativamente más
envejecidas de la UE.
5.5.1 Causas y efectos del envejecimiento de la población. A partir de los años 60 las tasas de fecundidad han ido
cayendo. A comienzo de la década de 1970, la tasa de fecundidad era inferior a 2,1 hijos por mujer. Pese a esto, la
población de Europa ha ido creciendo durante todo el siglo XX. Esta aparente contradicción se explica por el potencial
crecimiento demográfico acumulado en sus estructuras por edades que se encontraban ensanchadas en su base, por
25
las altas tasas de fecundidad y por los procesos de inmigración. Al comenzar la década de los 90 el índice medio de
fecundidad se situaba en Europa en torno a los 1,5 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo. España y
Portugal experimentaron esta evolución con algunos años de retraso, pues sus índices de fecundidad no caen por
debajo de dicho nivel hasta comienzo de los 80. Desde entonces su ritmo de descenso ha sido vertiginoso, hasta
convertirse en la actualidad en los más bajos del mundo. Por el contrario en los países nórdicos se aprecian ligeras
subidas en las tasas de fecundidad desde 1985. Los procesos de modernización, desarrollo económico, industrialización
y urbanización han influido en la fluctuación de las tasas de natalidad. Además de los seguidores de Malthus, hay otras
causas para la evolución negativa de las tasas de natalidad: el ascenso de la tasa de celibato permanente, el descenso
de la nupcialidad, el aumento de la cohabitación, retraso en la edad al primer matrimonio, la expansión en la tasa de
divorcios, en el lapso de tiempo del primer hijo (protogenésico), como entre dos nacimientos consecutivos
(intergenésico). El envejecimiento de la población es un problema de tal magnitud y ha adquirido tal profusión en las
últimas décadas que se empieza a configurar como una parcela disciplinar diferenciada de la Economía de la Población
que sería denominada Economía del envejecimiento y se interesaría tanto por loe efectos económicos que se producen
a nivel individual, como por los que afectan al conjunto de la sociedad y que constituyen sus consecuencias de
naturaleza macroeconómica. Los temas más analizados hacen referencia a la incidencia del envejecimiento
demográfico sobre la distribución de la Renta Nacional y las variaciones en la demanda de servicios públicos (sanidad,
vivienda, transporte, etc.) así como los efectos del envejecimiento demográfico sobre los sistemas de Seguridad Social,
gasto público e impuestos. Se calcula que una persona de 75 años o más, utiliza los servicios médicos casi 4 veces más
que otra de entre 15 y 44 años, de ahí la presión al alza de la partida dedicada a gasto sanitario.
5.6 Población rural y población urbana.
Uno de los aspectos más interesantes de la demografía moderna es conocer la distribución de la población en el
espacio y el modo en que se ha llevado a cabo: es lo que constituye el hábitat. Los adjetivos rural o urbano que lo
acompañan se vienen aplicando a la población que vive y ejerce su actividad en el campo o en la ciudad. Rural y urbano
son términos opuestos cuantitativa y cualitativamente. La mejora de las vías de comunicación facilitan los movimientos
pendulares, campo ciudad, ciudad campo. A medida que el desarrollo dela economía mercantil se ha introducido en el
campo, se ha hecho patente la necesidad de matizar términos como “hábitat rural agrícola” y “hábitat rural de
servicios”. Es evidente que ha habido un traslado de gente del medio rural al urbano. En Gran Bretaña el 36% de la
población vive en ciudades, en Alemania el 21% y en Rusia y Francia el 15%. La inmigración rural iniciada en Europa
occidental durante el siglo XVIII, se extendió a los demás países desde 1850. Este fenómeno que mantuvo un ritmo
creciente, contribuyó de manera decisiva a la reestructuración de la población interior y tuvo consecuencias
importantes para el triunfo de la industrialización. Esta migración interna se produjo porque el desarrollo económico
creó una demanda de población que provocó la progresiva despoblación del campo a partir de la I Revolución
Industrial.
26
migración campo-ciudad. La migración internacional trasciende las fronteras de dicho Estado. La migración de retorno
es la vuelta al lugar de origen. En el caso de que esa migración sea patrocinada se denomina repatriación. La migración
forzosa es consecuencia de medidas de expulsión dictadas por las autoridades. Cuando los propios interesados pueden
elegirlo a pesar de haber sido forzados a emigrar, reciben el nombre de refugiados, y si el destino está determinado
previamente por las autoridades que han decidido la expulsión, entonces se trata de personas desplazadas.
6.3 Causas de las migraciones.
En la mayoría de los casos subyacen causas económicas. Por regla general a mayor nivel educativo, mayores resultan
las probabilidades de migrar con éxito. La existencia de desigualdades regionales puede considerarse como el motor
principal de las migraciones internas que acompañan a la industrialización en el desarrollo capitalista. Los factores de
expulsión que provocan las migraciones son de dos órdenes: factores de cambio, que derivan de la introducción de
relaciones de producción capitalista en estas áreas y factores de estancamiento, que se manifiestan bajo la forma de
una creciente presión demográfica sobre áreas cuya disponibilidad puede ser limitada. Desde el punto de vista
económico, los factores de cambio tienen un sentido opuesto a los factores de estancamiento. Los efectos propulsores
o de cambio irradian el progreso hacia nuevos espacios convirtiéndolos en áreas de inmigración. Los efectos regresivos
o de expulsión debilitan las áreas afectadas y las convierte en económicamente decadentes. Los efectos Myrdal
explican los desniveles regionales entre el Norte y el Sur, Italia y España con un claro exponente de ésta teoría.
6.4 Principales corrientes migratorias.
En la Historia de la población mundial entre los acontecimientos más relevantes y de mayor trascendencia podemos
destacar los movimientos migratorios que tuvieron lugar durante los siglos XIX y XX. Canadá, EE.UU, Argentina, Brasil,
Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda son fundamentalmente naciones creadas por inmigrantes, en su mayor parte
europeos. El carácter espectacularmente masivo de estos desplazamientos de ciudadanos europeos hacia otros
continentes, mantuvo un ritmo creciente a lo largo del siglo XIX y continuó así hasta la Primera Guerra Mundial. En la
segunda mitad del siglo XX, Europa dejó de ser un continente de expulsión, para convertirse en un continente de
acogida masiva de las tres últimas décadas.
6.4.1. Del siglo XIX a la Primera Guerra Mundial. Entre los años 1800 y 1924 abandonaron Europa unos 60 millones de
personas debido a las transformaciones de la propiedad en las áreas rurales, las crisis capitalistas, y las nuevas
expectativas en los países de ultramar. La emigración fue para Europa una válvula de escapa, un elemento regulador de
su enorme crecimiento demográfico. La nueva emigración se inició en el Reino Unido: irlandeses, ingleses y escoceses
se embarcaron hacia los EEUU y Canadá. Más tarde fueron a Australia y Nueva Zelanda. El descubrimiento del oro en
California y Australia que coincide con la crisis económica de 1847, reavivaron la corriente migratoria. La enorme
cantidad de emigrantes atenuó los efectos del desempleo en Europa que comenzaba a plantearse de forma crónica y
hubiera tenido efectos catastróficos. La corriente migratoria es tan intensa que los países de acogida empiezan a poner
restricciones. Alemania comenzó a manifestarse como país exportador de hombres pero pronto ese efecto se volvió
nulo debido a la rápida industrialización de Alemania. Italia, país superpoblado, se pudo a la cabeza de los países de
emigración debido a las sucesivas crisis en el país. España, Hungría, Polonia, Croacia, Eslovaquia, Bulgaria y Rusia
formaron parte del flujo migratorio. Los EEUU recibieron la mayor parte de la corriente migratoria. Esta inyección
demográfica permitió la rápida colonización del Oeste. Así fueron surgiendo nuevos estados, hasta que en 1890 se da
por finalizada la conquista. Un segundo núcleo de acogida de emigrantes europeos fue América Latina, sobre todo,
Brasil y Argentina. Brasil debido a la abolición de la esclavitud, que permitió la contrata libre de mano de obra y
Argentina cuya procedencia era de un 44% italiana y un 31% española. En África, Argelia y Túnez, recibieron franceses,
españoles e italianos; en Sudáfrica holandeses y británicos. En Asia, Siberia se pobló de emigrantes rusos, se calcula que
entre 6 y 9 millones. Fuera de Europa, China fue el principal exportador de emigrantes. Varios millones salieron hacia
Indochina, Vietnam y Corea, no obstante, los chinos encontraron graves restricciones en EEUU y Australia.
6.4.2. De la Primera Guerra Mundial al siglo XXI. La Primera Guerra Mundial puso un freno a las migraciones, había que
reconstruir Europa. Otro impedimento para la emigración fue la instauración de regímenes totalitarios como en Rusia,
Alemania e Italia que impedían la emigración. A ello hay que añadir la Guerra Civil Española y los conflictos coloniales.
Además del millón de muertos en la guerra civil española, cientos de miles se tuvieron que exiliar en diferentes países
de Europa y América. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, grandes flujos de población procedentes del área
mediterránea, se dirigieron a Francia, Alemania, Bélgica y Holanda para participar en al reconstrucción de esos países.
Después de la Segunda Guerra Mundial, debido a los acontecimientos políticos apareció la categoría de refugiado
político. Fue tal el número de refugiados que la ONU creo (ACNUR), con la responsabilidad de coordinar a todos los
organismos que velan por los refugiados políticos, los repatriados, los desplazados y otros tipos de personas
amparadas. Hoy en día hay más de 26 millones de refugiados desplazados. Países como Afganistán, Ruanda, Zaire,
Liberia, Irak y Sudán son buena muestra de ello. Aparte de razones políticas que mueven a estos emigrantes refugiados
existen también razones económicas que impulsan flujos de inmigración hacia los Estados de la UE. El inicio de estos
desplazamientos podemos situarlo en el proceso de descolonización operado hacia 1960, que propició la salida de
muchos habitantes de los territorios coloniales hacia las respectivas metrópolis buscando destinos con afinidades
27
culturales y lazos históricos. La inmigración turca se ha establecido con preferencia exclusiva en Alemania, donde Berlín
se ha convertido en la segunda ciudad turca del mundo. El número de inmigrantes turcos residentes en Europa supera
los 3 millones de personas y le siguen en importancia los marroquíes con más de 2 millones. Hay que considerar que la
población de Magreb se duplico entre 1960 y 1990 pasando de 30 a 60 millones, hoy en día son 75 millones con
solamente la cuarta parte de su población desempeñando una actividad económica, mientras que la mitad de la misma
tiene menos de 15 años, por lo tanto se trata de países con estructura poblacional muy joven, que constituye un
potencial permanente de emigración clandestina. En Europa el ámbito de la inmigración no forma parte de una política
supranacional, de modo que cada país conserva su soberanía en materia de inmigración.
6.5 Efectos que provocan las migraciones.
La distinción entre áreas de emigración sujetas a factores de estancamiento permite observar mejor las consecuencias
de la emigración. Las primeras pierden población pero la productividad aumenta, lo que en principio permite una
mejora de las condiciones de vida locales que dependen del sistema de fuerzas políticas y sociales que condicionan la
redistribución del ingreso. Las segundas presentan estancamiento y deterioro acusado de las condiciones de vida,
funcionando como viveros de mano de obra barata. Las regiones de emigración afectadas por los factores de
estancamiento suelen tener elevadas densidades demográficas, por lo tanto poseen un gran potencial reivindicativo.
Esto lleva a que los gobiernos inviertan dinero en esas zonas, mejoras fiscales a empresas y créditos para que las
empresas se instalen en esas áreas. La mayoría de las actividades se centran en 3 o 4 puntos de la región a desarrollar,
atrayendo los flujos migratorios provocados por factores de estancamiento que antes se dirigían directamente a las
grandes ciudades. Estos procesos migratorios siempre tienen consecuencias dinámicas para los propios migrantes, para
las áreas de las que proceden y para aquellas a las que se dirigen.
6.5.1 En las áreas de salida o espacios abandonados. Los desequilibrios se acentúan porque queda una población
envejecida, sin capacidad de adaptación a los nuevos cambios tecnológicos y de actividad, lo que se traduce en una
reducción de la mano de obra. Esta situación es solo recompensada económicamente a través de las remesas de dinero
que periódicamente envían los emigrados.
6.5.2 En los espacios de acogida. La afluencia continuada o masiva de emigrantes puede generar problemas de
adaptación al mantener costumbres y culturas diferentes de las que la población local, aunque ahora, las políticas de
acción social tienden a favorecer la integración de las nuevas culturas de los inmigrantes, en un proceso de
multiculturalidad que va ganando terreno día a día. Las grandes ciudades crecen más debido a la inmigración que por
su propio crecimiento vegetativo. Resulta paradójico que el desarrollo rural concebido en un principio con el objeto de
reducir las migraciones internas, haya acabado por intensificarlas. Cada nuevo polo de desarrollo creado, acorta la
distancia recorrida por los emigrantes que en otras condiciones se dirigían a otras ciudades, pero al mismo tiempo
contribuye a la concentración regional de actividades y en consecuencia, a la multiplicación del número de emigrantes.
6.5.3 Problemas sociales y culturales de los inmigrantes. En las zonas urbanas donde se establecen los inmigrantes, si la
afluencia migratoria es muy fuerte se produce un aumento del desempleo. Este es el argumento político y económico
que se ha esgrimido frecuentemente en contra de la admisión de inmigrantes de los países industrializados. Lo que no
se ha demostrado todavía, es que haya habido un desempleo sustancial causado por los inmigrantes en regiones con
alta afluencia de inmigración; más bien al contrario, su presencia ha sido beneficiosa desde el punto de vista económico
y demográfico. No obstante, el beneficio a largo plazo de la inmigración en las corrientes migratorias y en la capacidad
de generar empleos, en la medida en que aumenta la oferta de mano de obra, aumentará la marginalización de
personas que no logren ubicarse a niveles productivos en el sistema económico. Todo esto se reflejará en la estructura
ocupacional urbana, a través del incremento del desempleo y el subempleo. Junto a estos problemas se generan otros
de no menor importancia como son los derivados de la carencia de seguros sociales, vivienda digna, escolarización de
niños y aprendizaje del idioma. Es preciso recordar que no todos los inmigrantes provienen del proletariado rural y que
el nivel de incorporación en la fuerza de trabajo depende en gran medida del su nivel educativo o de formación. El
impacto de la inmigración tanto económico como social y político en el lugar de destino juega un papel primordial
como uno de los elementos más importantes de este proceso de transformación. Así, la proletarización de una
población rural a través de la emigración incrementa la clase obrera en el lugar de destino, aumenta la oferta de mano
de obra no cualificada en el mercado de trabajo, reduce el nivel de organización y por lo tanto, se reduce el poder de
negociación de calase, lo que repercute en su remuneración y condiciones de trabajo. Esta situación descrita, está
superada en los países desarrollados donde los contratos de trabajo se rigen por convenios pactados entre todos los
agentes sociales.
6.5.4 La dificultad de integración de la población inmigrante. Este tema que hace referencia a la adaptación del
inmigrante al mundo urbano donde la marginalidad es entendida como un fenómeno psicosocial ha sido objeto de
muchos estudios. Una de ellas supone que el inmigrante es una persona de baja cualificación que experimenta un
proceso de ruptura con su personalidad dando lugar con ello a la aparición del hombre marginal, entendiendo por
marginalidad la no integración en la economía capitalista y la no participación en las organizaciones sociales y en el
usufructo de ciertos servicios urbanos. Uno de los impactos más importantes de las migraciones internas es la
28
constitución de poblaciones ecológicamente marginales ubicadas en las periferias de las ciudades. A esto, hay que
sumar el hecho de que los inmigrantes presentan rasgos de frustración e insatisfacción de sus expectativas de
mejoramiento en su nivel de vida y en sus posibilidades de movilidad. En esta línea de análisis esos desajustes
psicológicos favorecen un estado de radicalismo político. Otras tesis ponen en duda esta teoría, ya que el inmigrante
generalmente entra en contacto con gente inmigrante que colabora con su integración.
6.6 Evaluación de las migraciones.
La fuente principal para evaluar las migraciones son los Censos de Población que recogen información sobre los
movimientos de población en su conjunto. En ellos se pregunta a las personas censadas su domicilio en la fecha del
censo anterior, lo que permite conocer directamente su lugar de origen y también el movimiento migratorio
intercensal. A falta de estadísticas directas, se recurre a cálculos indirectos comparando las cifras de los dos censos
consecutivos y teniendo en cuenta los nacimientos y defunciones acaecidos en el intervalo de tiempo considerado.
Sumando todos los movimientos de llegada con el mismo lugar de origen, se puede obtener la medida directa del
movimiento migratorio en dicho lugar. Existen también otras fuentes de información complementaria como son: los
registros electorales, los de contribuyentes, los de la vivienda, los de la Seguridad Social, o los del registro municipal de
población. Entre las medidas del fenómeno migratorio más utilizado se encuentra el saldo migratorio de una población
(Sm=I-E) que es el resultado de la diferencia entre el número de inmigrantes y el de emigrantes en un periodo
determinado. Puede ser positivo o negativo, en cuyo caso indica el predominio de la inmigración o de la emigración.
Actualmente el proceso de globalización, la supresión de fronteras entre muchos países y la mejora y abaratamiento de
los medios de transporte favorecen por igual el desplazamiento de hombres, mujeres y familias enteras entre
continentes y entre ciudades, y aunque se mantiene como antes la forma escalonada de emigrar antes de llegar al lugar
definitivo, ahora las etapas del proceso en lugar de ser locales, son a nivel internacional.
29
CAPITULO 3
Paisajes agrarios, rurales e industriales.
El cultivo de los campos y la cría del ganado ocuparon a la mayoría de la población hasta la revolución agraria de finales
del siglo XVIII. A partir de entonces, las personas dedicadas a la actividad agraria han disminuido hasta porcentajes del
5,5% de la población activa aunque la producción agraria aumenta por los avances tecnológicos y la globalización. Las
relaciones entre la sociedad y la naturaleza se han transformado profundamente y los campos han dejado de ser
espacios “monofuncionales”, para convertirse en espacios “plurifuncionales”, espacios diversificados. En ellos las
implantaciones residenciales, las fábricas, las actividades de ocio y turismo compiten por el uso del suelo con los
aprovechamientos agrarios.
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variados. En España, contrastan paisajes tradicionales y paisajes evolucionados. En el contexto actual, la agroindustria
avanza a expensas de la agricultura tradicional, origina nuevos espacios agrarios y acelera la transformación de los
anteriores en el tiempo, sobre todo en las tierras de mayor calidad y mejores condiciones medioambientales.
2.1 Los elementos del paisaje agrario.
Los elementos de la estructura agraria son responsables de las características y formas de los paisajes agrarios. Los
diferentes paisajes agrarios están compuestos por la estructura agraria y el hábitat rural, por las formas que adopta la
población en la ocupación territorio y la disposición que revisten sobre el suelo las viviendas y dependencias anejas,
dedicadas al aprovechamiento del campo en principio y, recientemente, a actividades muy variadas. Dentro de los
elementos de la estructura agraria, hay que distinguir entre los que son fácilmente visibles, los que se visualizan en el
territorio a través del paisaje para cualquier persona, y los que no se identifican a simple vista.
A) Elementos del paisaje visible. Entre los elementos visibles del paisaje agrario se encuentran: los modos de
aprovechamiento (agrícola o ganadero), los tipos de cultivo (secano o regadío), destino de los cultivos (subsistencia o
comercial), sistemas de cultivos (monocultivo o policultivo), la existencia o no de pastos para el ganado, el tamaño de
las parcelas y sus formas y el trazado de los caminos. También es visible los tipos de hábitat, que pueden ser
concentrados, dispersos o intercalar.
B) Elementos del paisaje poco visibles. Los elementos invisibles son aquellos que resultan más difíciles de identificar a
simple vista pero que también dejan huella en la morfología agraria, se hallan las formas de propiedad, el modo de
explotación de la tierra y del ganado, el destino de la producción agroganadera y los sistemas de explotación de la
tierra.
La propiedad puede ser individual o colectiva. En el tamaño de la propiedad se puede hablar de pequeño (menos de 10
hectáreas), puede ser mediana (entre 10 y 250 hectáreas) y grandes (más de 250 hectáreas).
Las formas de propiedad son el resultado de la estructura económica dominante. Durante siglos, predominaron las
formas de propiedad vinculadas a grandes linajes nobiliarios y a instituciones, como la Corona, La Iglesia o los
Ayuntamientos. Esas tierras eran bienes amortizados, formaban parte de lo que se denomina “manos muertas”, y no se
podían enajenar, comprar o vender libremente, lo que dificultaba la modernización de las estructuras económicas y
sociales del campo. En España, con la desamortización de Mendizábal, gran parte de éstas tierras se pusieron en venta
y fueron compradas a través de fórmulas y mecanismos variados según distintas épocas, pro pequeños particulares o
grandes terratenientes. La propiedad quedó extremadamente fragmentada. La necesidad de resolver estos problemas
derivados de la excesiva concentración o fragmentación ha dado lugar a la puesta en marcha de concentraciones
parcelarias. La concentración parcelaria ha hecho posible la racionalización de las explotaciones. Los propietarios han
podido concentrar en una sola explotación parcelas que tenían dispersas sobre el territorio.
En cuanto a la explotación de la tierra, ésta puede ser realizada directa o indirectamente por el propietario. Las formas
más usuales de explotación indirecta es el arrendamiento y la aparcería.
Según el destino de la producción, puede ser de autoconsumo o de mercado.
Según los rendimientos, puede ser intensiva o extensiva. En la intensiva, los rendimientos son muy grandes, y el uso de
mano de obra, fertilizantes y semillas modificadas genéticamente está muy generalizado. En la extensiva, los
rendimientos son menores, poca intervención de mano de obra y una inversión escasa de capital por hectárea.
C) Formas de hábitat rural. Las formas de hábitat varían mucho de unas regiones a otras. El hábitat disperso se
distingue por viviendas aisladas en medio delos campos. El hábitat agrupado se distingue por concentración de casas y
alrededor las tierras que se cultivan. El hábitat intercalar, es una mezcla de los anteriores. La organización del hábitat es
el resultado de las formas de respuesta y de adaptación del hombre a las circunstancias impuestas por la naturaleza. El
hábitat refleja también la influencia de los sistemas dominantes de explotación agraria, las formas de tenencia de la
tierra, los regímenes políticos y las estructuras sociales, la organización del derecho sucesorio, las tradiciones y culturas,
las coyunturas históricas y los niveles tecnológicos alcanzados.
2.2 Los factores del paisaje agrario.
Los paisajes agrarios se hallan fuertemente condicionados por factores físicos y humanos. Entre los factores físicos, se
encuentran la latitud, el clima, el relieve, la altura sobre el nivel del mar, la orientación de las vertientes y la naturaleza
del suelo. Su influencia es muy grande. Entre los factores humanos, destacan la presión demográfica, la estructura
económica, la composición social, la organización política y las innovaciones tecnológicas.
A) Las condiciones climáticas. Las condiciones climáticas permiten unos cultivos y hacen inviables otros. La influencia
del clima sobre la actividad agraria se ejerce a nivel local, regional y zonal, aunque actualmente, las nuevas tecnologías
pueden modificar sus efectos medioambientales hasta límites insospechados. El desarrollo de unas u otras plantas ha
dependido de las temperaturas, del grado de humedad ambiental y de la abundancia de agua. En condiciones extremas
de aridez, como los desiertos, o de frio, como en los polos, resulta imposible la vida de las plantas. Las plantas tienen
umbrales de temperatura y humeada que no pueden ser rebasados. Por eso las heladas tardías siguen siendo
catastróficas para los cultivos de primavera y los agrios, tan característicos de la zona mediterránea. La abundancia de
las cosechas depende de la cantidad de agua recibida. La primavera y el otoño son las estaciones de mayor actividad
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agraria. Los vientos violentos y persistentes arrancan las hojas, las flores y las frutas, y si son cálidos y secos, desecan
las plantas, impiden madurar los cultivos y endurecen los suelos. Por el contrario, los vientos suaves favorecen la
transpiración de las plantas con temperaturas moderadas, evitan heladas nocturnas por irradiación, eliminan las nieblas
y transportan el polen.
B) El relieve. El relieve actúa sobre el espacio a través de las consecuencias climáticas que origina. La temperatura
media disminuye un grado cada 180 metros de altitud (gradiente térmico vertical), por lo que la vegetación natural y los
cultivos se disponen en pisos térmicos en las montañas. El límite máximo al que es posible el cultivo de plantas oscila
entre los 4.300 y 4.600 metros sobre el nivel del mar. La distinta disposición de las vertientes respecto al sol (umbrías o
solanas) y respecto a los vientos (barlovento y sotavento) provoca considerables diferencias térmicas y de
precipitaciones. A través de la pendiente también se condiciona la agricultura. En las laderas de fuertes pendientes el
abancalamiento es el mejor sistema para retener el suelo fértil y hacer posibles los cultivos. En las zonas frías y
húmedas, de poca pendiente, la falta de escorrentía y el encharcamiento provocan el empobrecimiento de los suelos.
Las grandes llanuras permiten aprovechamientos agrícolas y ganaderos de intensidad variable y características
diferentes. Por su parte, las montañas obligan a un cultivo de las laderas en terrazas y propician la cría de ganado en los
pastos de altura. La “gelivación”, es un proceso consistente en la fragmentación de las rocas debido a las tensiones
producidas al congelarse agua contenida en sus grietas, fracturas y poros, forma suelos profundos y fértiles. En las
zonas de climas templados, los fondos de los valles son las mejores zonas `para la agricultura. En las regiones Kársticas,
que se caracterizan por estar formadas completamente de rocas calizas y bajas elevaciones que oscilan entre 200-300
m. y su riqueza principal son los reservorios de aguas subterráneas, son también ideales para la producción agrícola.
C) Naturaleza del suelo: la estructura física de los suelos (potencia o espesor, grosor del grano, capacidad de retención
de agua) determina las posibilidades de cultivo y las formas de aprovechamiento agrario. Los suelos más aptos para la
agricultura son los formados por granos de dimensiones intermedias (limos, en vez de arcillosos o graníticos), que
retienen mucho el agua y acogen bien el abono.
También es importante la naturaleza química de los suelos, su PH, y la proximidad de los mantos freáticos de agua a la
superficie.
D) Presión demográfica: Las altas densidades de población de las llanuras mediterráneas o de los grandes deltas del
Sureste asiático han originado agriculturas muy especializadas e intensivas desde la antigüedad.
E) Estructura económica: Los modelos económicos dominantes, los ciclos y las coyunturas de la economía en un mundo
cada vez más interconectado actúan de manera importante sobre la estructura agraria y la configuración de sus
paisajes. La subida de precios de cualquier producto por aumento de la demanda motiva la expansión de la superficie
de cultivo dedicada a ese producto y el incremento de los rendimientos.
F) Organización política: El poder político actúa sobre la estructura agraria como un factor de transformación o de freno
de los cambios motivados por la presión social, la evolución demográfica y las tendencias económicas.
G) Innovaciones tecnológicas: Las innovaciones tecnológicas impulsaron la revolución agraria desde finales del siglo
XVIII y principios del siglo XIX, con el corolario de consecuencias económicas, sociales y políticas que acompañaron el
paso del Antiguo al Nuevo Régimen y al triunfo del estado liberal de derecho burgués.
En muchas zonas del Tercer Mundo, la revolución verde ha incrementado espectacularmente los rendimientos de sus
cultivos y ha provocado profundos cambios en su morfología agraria. Los avances biotecnológicos impulsan
transformaciones en la agricultura y en la ganadería insospechadas hasta hace pocos años.
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siembra antes de las lluvias. La tierra será útil dos años y luego se abandonará para que el bosque o la sabana la
recuperen naturalmente. Los rendimientos por hectárea son muy bajos y la porción del territorio explotada es mínima.
Esta agricultura suele ir asociada a una propiedad colectiva y los trabajos agrícolas se realizan en común y de modo
pautado a lo largo del año en función de las lluvias.
3.2 Paisajes tradicionales de regadío.
El riego hace posible la intensificación de los cultivos y crea paisajes agrarios. Durante generaciones ha sido el mejor
método para aumentar la productividad de la tierra y hacer frente a las necesidades de alimentación de una población
en constante crecimiento. Por eso el regadío aparece siempre asociado a altas necesidades demográficas.
El riego explica la existencia de altas densidades agrarias en las regiones más secas de la zona tropical y en la cuenca
mediterránea. El agua resulta imprescindible en estos medios geográficos para ampliar el periodo vegetativo cuando la
estación seca interrumpe el ciclo normal de crecimiento de las plantas (cereales, legumbres y frutales).
En el Mediterráneo, los campesinos aprovechan las aguas superficiales y las capas freáticas para el cultivo desde la
antigüedad romana. En las huertas, los cultivos más variados se superponen bajo sistemas de rotación continua: la
tierra no descansa nunca y se obtienen varias cosechas al año.
3.3 Huertas mediterráneas.
En España, el origen de los paisajes de huerta mediterráneos se halla en unas condiciones excepcionales
medioambientales a orillas del Mediterráneo: clima suave (veranos e inviernos sin temperaturas extremas), lluvias en
primavera y otoño, naturaleza de los suelos apropiada para la agricultura... Las prácticas y técnicas de cultivo de
regadío se remontan a la antigüedad romana y el trabajo laborioso y minucioso de los campos se explica por la
existencia de unas densidades muy elevadas de población a lo largo de todos los tiempos. En las estrechas llanuras
mediterráneas, las parcelas son pequeñas porque la propiedad está muy repartida. Los cultivos se suceden en una
rotación continua a lo largo del año y los rendimientos por hectárea son elevados. El sistema tradicional de regadío se
basa en la inundación de los campos con el agua procedente de numerosas acequias, de orígenes diversos: romanas,
árabes y otras más recientes. La utilización del agua exige una buena organización y el riego se efectúa por riguroso
turno. En general el agua va unida a la propiedad de la tierra, se paga un canon reducido por gastos generales y se
pueden vender “tandas” de agua, pero tierra y agua son propiedades diferenciadas en determinados lugares.
La zona de arrozales del sudeste de la huerta valenciana constituye un ejemplo muy significativo y eficiente de este tipo
de agricultura. La extensión ocupada por el arroz en esta zona es la mayor de España, y sus rendimientos son los más
altos del mundo.
3.4 Cultivo en la Alpujarra.
El aprovechamiento intensivo de las laderas meridionales de Sierra Nevada es otro de los paisajes españoles agrarios
heredados. Las tierras se han cultivado durante generaciones en terrazas, aquí denominadas “albalates” o “paratas”, y
la población se distribuye de manera concentrada, en pequeños pueblos blancos que se escalonan en altura por la
montaña, aunque sin sobrepasar nunca los 1500 metros sobre el nivel del mar.
3.5 Cultivos tropicales en la costa del sol.
En el Sur de España, las hoyas litorales de las provincias de Málaga y Granada han permitido durante siglos el cultivo de
plantas tropicales: primero, la caña de azúcar, y luego, el chirimoyo y el aguacate.
3.6 Regadíos en las vegas españolas.
Hace posible la desaparición del “barbecho” y la utilización continua del suelo. El valor de la producción agrícola es diez
veces superior al del secano. Los cereales proporcionan rendimientos mucho más altos y permiten el cultivo de
hortalizas, frutales. A orillas de los ríos, el regadío permite un aprovechamiento mucho más intensivo del suelo ya que
la existencia de agua forrajeras o plantas industriales, como la remolacha azucarera, que proporcionan mayores
beneficios. Por eso, desde épocas anteriores, se amplían los regadíos mediante la construcción de canales que
aprovechan el agua de los ríos, y la perforación de pozos que captan las aguas subterráneas y se elevan por
motobombas.
3.7 Ganadería y caza en los montes de Toledo.
En la actualidad, muchas de las grandes fincas de los Montes de Toledo constituyen explotaciones modernas, con un
importante aprovechamiento ganadero, especializado en la producción de carne y, a veces, en la cría de reses bravas.
3.8 Campos cercados.
En zonas de montaña, de suelo granítico y clima húmedo, como Galicia en España o La Bretaña en Francia, es frecuente
el cercado de los campos con setos de arbustos, árboles, alambradas y tapias de piedra que protegen los cultivos del
paso del ganado.
3.9 Campos abiertos.
Los campos abiertos constituyen otro de los paisajes agrarios más tradicionales heredados del pasado. Su origen está
en una agricultura de base cerealista y en prácticas de cultivo de organización colectiva.
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3.10 Agricultura de los países nuevos.
La colonización de los países nuevos de las zonas templadas de ambos hemisferios (Estados Unidos y Canadá, en
América del Norte; Argentina, Australia y África del Sur) originó también paisajes de campos abiertos, pero con la
grandiosidad que resultaba de la existencia de enormes praderas naturales y estepas. La escasez de mano de obra y la
enorme extensión de las propiedades, favoreció una mecanización temprana y sistemática de las labores del campo en
Estados Unidos. Gracias a esa circunstancia, la productividad por agricultor fue de dos a cuatro veces más alta que en
Europa, a pesar de que también el reducido número de trabajadores del campo hacia que los rendimientos por
hectárea fueran muy bajos. Lo mismo sucedió en la Pampa argentina y en África del Sur.
3.11 Paisajes agrarios de las llanuras rusas.
Las llanuras rusas, entre la taiga y los desiertos y montañas de Asía central, presentan también un paisaje de campos
abiertos cuyos orígenes se remontan a un proceso sistemático de colonización que se efectuó a lo largo de tres siglos, a
partir del siglo XVI, en tiempos de los zares.
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4.4 Vergeles en el desierto de Almería.
Una de las transformaciones más espectaculares del campo español es la que ha tenido lugar en la llanura litoral del
Campo de Dalias, en las inmediaciones de Almería, gracias a la introducción de cultivos nuevos y de prácticas agrarias
basadas en la técnica de los enarenados e invernaderos.
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procesos de modernización que vive el campo, nos permiten hablar de una auténtica “revolución silenciosa” que afecta
a la cultura ya todas las manifestaciones de las sociedades contemporáneas.
7.1 Transformaciones rurales en el mundo desarrollado.
Dentro del proceso reciente de globalización, las zonas agrícolas se articulan a través de redes de ciudades y de
comunicaciones múltiples. El dominio mundial del liberalismo económico, los nuevos modos de producción, las
relaciones sociales modernas y, a veces, formas abusivas de explotación de la tierra impulsan las transformaciones
rurales del planeta. Desde los años 70 se asiste a la expansión de una agricultura que deviene agroindustria, se
comprueba la permanencia de una agricultura familiar que se ve obligada a adaptarse a los nuevos tiempos. En la
actualidad, las producciones agrarias se rigen más por la demanda de las grandes aglomeraciones urbanas, que por las
necesidades alimenticias de la población. En este contexto, muchos agricultores actúan como capitanes de empresas y
transforman sus explotaciones para convertirlas en auténticas agroindustrias. La productividad agrícola se iguala a la de
la industria, lo mismo que en ella, el número de trabajadores se reduce y la utilización de maquinaria y tecnología
moderna es elevada. El éxodo rural de los años 50 y 60 no ha supuesto una merma en la productividad. Por otra parte,
las explotaciones familiares siguen siendo las más numerosas y la actividad es a tiempo parcial. Muchos agricultores son
periurbanos y se han visto favorecido por las posibilidades de trabajo y aumento de nivel de vida que ha supuesto la
irrupción de nuevos usos del campo, instalaciones industriales, segundas residencias y turismo rural. La expansión del
turismo rural y de los deportes de nieve ha permitido a las áreas de montaña superar su tradicional marginalidad
económica, social y política. Desde mediados del siglo XX, el número de agricultores familiares ha disminuido, pero su
descenso no se ha traducido en un retroceso de las tierras de cultivo, salvo en zonas de agricultura marginal, como las
áreas de montaña. Las consecuencias del descenso de agricultores familiares sólo han sido graves en las zonas donde la
reducción de los campesinos ha ido acompañada de un éxodo rural masivo, capaz de provocar la desaparición de
pueblos enteros. El equilibrio entre población y medio rural se queda roto.
7.2 Transformaciones rurales en el mundo en vías de desarrollo.
Los espacios rurales de África, Asia y América Latina también experimentan importantes transformaciones, pero las
diferencias entre ellos son muchos más grandes que las que existen entre los países del mundo desarrollados. En el
Tercer Mundo, el éxodo rural, compensado por su explosión demográfica, no ha provocado un descenso de los
efectivos demográficos y el abandono generalizado de las tierras, salvo algunas excepciones. Los campos de los países
en vías de desarrollo acogen cerca de la mitad de la población del planeta, 2,7 mil millones de habitantes, de los que la
mitad viven en China y la India. La presión demográfica mantiene la vigencia de las reformas agrarias y la necesidad de
intensificar los rendimientos agrícolas. Las densidades agrícolas son altas y los cultivos se intensifican. Las ayudas
gubernamentales e internacionales contribuyen a mejorar las condiciones sociales y de vida de los campesinos, pero la
miseria subsiste y las desigualdades no dejan de aumentar. La expansión del regadío y la ampliación de las superficies
dedicadas a la agricultura y a la ganadería amenazan la conservación del ecosistema en muchas zonas del Tercer
Mundo. La deforestación, asociada a la comercialización de la madera y la erosión de los suelos, figuran entre los
grandes desafíos del siglo XXI. En los países más pobres, la agricultura de subsistencia sigue siendo la principal actividad
de la población. La carencia de capitales, la ausencia de industria y la insuficiente red de transporte frenan los posibles
efectos positivos de la mundialización de los intercambios.
7.3 Conflictos de intereses por el uso del campo.
Los procesos de globalización favorecen en todo el mundo los conflictos de intereses económicos y sociales por el uso
del campo. La agroindustria incrementa su productividad agrícola gracias a los avances de la biotecnología, convierte
los cultivos en elementos de una gigantesca fábrica y se enfrenta al conservacionismo de los planteamientos
ecologistas que cada vez encuentran mayor eco en las sociedades contemporáneas y aspiran a no tocar nada. Por otro,
la agricultura familiar de los países desarrollados se ve abocada a una profunda transformación por el descenso de los
precios agrícolas y políticas agrarias, como las de la UE (PAC), que sitúan la reducción de los excedentes agrarios entre
sus principales objetivos. La adaptación a la nueva situación supone el abandono de tierras, trabajarlas a tiempo parcial
y los menos las modernizan para imitar a la estratégica agroindustria. Las transformaciones del espacio agrario en
espacio rural, en espacio de usos múltiples y de valores ecológicos para la conservación del medioambiente, impulsa los
comportamientos nostálgicos de los ciudadanos que añoran un pasado agrario que se idealiza desde unas supuestas
relaciones de equilibrio con el medio ahora amenazadas.
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inadecuación urbanística derivada del valor de uso que alcanzaron los terrenos ocupados por muchas industrias de
mediados del siglo XX, ha favorecido el traslado de muchas industrias a nuevos asentamientos industriales en espacios
periurbanos o rurales.
A) Parques empresariales y tecnopolos. La dinámica económica y territorial impuesta por la globalización y el
capitalismo flexible impulsan la creación de espacios diferenciados y nuevos para actividades industriales,
empresariales y de servicios en general, casi siempre en ambientes rururbanos y rurales. Son espacios que reequilibran
el territorio. Hoy, los nuevos centros de acogida empresarial suelen proporcionar gestión del parque, garantizando la
continuidad de los servicios y la adecuación de las empresas que se localizan en ellos a las características y funciones de
la propia actuación. Por eso, son frecuentes los “Parques Empresariales Mixtos”, que combinan actividades industriales
y del sector de servicios. Más aún cuando tenemos en cuenta que las nuevas formas de producción se caracterizan por
incrementar la complementariedad entre las áreas productivas y de servicios. Las transformaciones más recientes del
sistema productivo ha traído la creación de “tecnopolos”, espacios de actividad vinculados a las industrias de tecnología
avanzada, por lo que siempre se instalan cerca de universidades o centros de investigación. Zamudio, Vallés, Paterna Y
Tres Cantos.
B) Industrias de la clorofila. En medios rurales de los entornos de grandes aglomeraciones urbanas proliferan los
pequeños polígonos industriales de iniciativa pública y las concentraciones espontáneas de talleres y almacenes. Estos
asentamientos industriales se levantan sobre antiguas tierras de cultivo y materializan en el paisaje procesos de
invasión-sucesión funcional más o menos espontáneos y más o menos interesados por razones económicas,
comportando siempre fuertes cargas especulativas. Por otra parte, en las regiones tradicionales de agricultura, los
avances de la biotecnología y el aumento de la demanda urbana de productos del campo estimulan la expansión de la
agroindustria. Las frutas y hortalizas de zonas agrarias se han convertido en materias primas valiosas de una gigantesca
fábrica de alimentación que produce para los mercados europeos. En las inmediaciones de los campos de cultivo de las
huertas de Valencia y Murcia, se multiplican las industrias derivadas de la agricultura: conserveras, fábricas de primera
transformación de los productos agrarios, almacenes, silos, harineras, etc.
8.2 Infraestructura de transportes y equipamientos urbanos.
La creciente expansión de las ciudades ha traído consigo la ocupación de antiguos campos de cultivo por
infraestructuras de transportes y grandes equipamientos urbanos. Hay que tener en cuenta que los transportes
constituyen un elemento esencial de las aglomeraciones urbanas. Los transportes aseguran los flujos de personas y
mercancías entre sus diferentes áreas. Los equipamientos para asegurar el funcionamiento de las ciudades ocupan
también superficies cada vez más extensas en las franjas rururbanas. Entre estos equipamientos, se encuentran
depósitos de gas y agua potable, centrales térmicas, instalaciones de depuración y suministro de agua, actividades
sanitarias, culturales, ocio. Unos y otros se ajustan al volumen demográfico de las ciudades y a las posibilidades
financieras. La materialización de los equipamientos sobre el territorio responde a lo que se denomina “umbral de
crecimiento”. Ese “umbral” supone una capacidad de dotación máxima para un número adecuado de ciudadanos y más
allá de ese número, los equipamientos piden resultar excesivos para las necesidades reales de la población o
desmesurados por los costes de mantenimiento que comportan.
A) Suelos para el transporte. Los transportes representan grandes consumidores de espacio, aproximadamente un
tercio de la superficie de la mayoría de las ciudades. Terminales de autobuses, estaciones de ferrocarril, aparcamientos
y aeropuertos ocupan grandes extensiones y se sitúan cada vez más lejos del interior de las ciudades. Los aeropuertos
son, además, creadores de suelo para otros transportes, puesto que requieren la construcción de autovías y sistemas
ferroviarios capaces de facilitar el desplazamiento de mercancías y de viajeros desde el centro de las ciudades y desde
el conjunto de la región que queda dentro de su área de influencia hasta sus instalaciones y viceversa. En España, la
creación de aeropuerto de Vitoria en Foronda en los años 70, respondió a una estrategia regional, la de servir como
principal aeropuerto para el conjunto del País Vasco, Burgos y Logroño. Los intereses locales de Bilbao, la configuración
de las autonomías e intereses contrapuestos, han hecho imposible la función regional del aeropuerto de Vitoria. En la
región urbana de Madrid, los ferrocarriles de cercanías y la red del metro están actuando desde 1985 como un
instrumento clave de articulación del territorio y se están convirtiendo en un uso del suelo de importancia creciente por
la superficie que ocupan sus instalaciones. Metrosur, ha representado uno de los mayores esfuerzos de la
administración de Madrid por integrar los municipios del sur metropolitano en un subsistema regional. Metrosur,
Metroeste y Metronorte dan servicio a más de un millón de personas en el área de Madrid.
B) Grandes infraestructuras para abastecimiento de agua. Las necesidades de abastecimiento de agua y los problemas
derivados de las aguas residuales, procedentes de vertidos domésticos e industriales, exigen la construcción de
costosas y complejas instalaciones que ocupan grandes superficies en los alrededores de las ciudades. Cada vez son
mayores las inversiones necesarias para poner en funcionamiento canales de agua, grandes depósitos, plantas
depuradoras y sistemas de distribución a los hogares. Simultáneamente, el aumento de la demanda de agua aconseja la
puesta en servicio de dos sistemas de abastecimiento, como ya se ha hecho en muchas ciudades: uno, de agua potable,
para el consumo de la población, y otro, de agua no potable, para otros usos. Hoy en día, el creciente consumo de agua
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y el aumento de la contaminación imponen límites de abastecimiento de agua y hacen de ella un bien escaso. Por
ejemplo en la Comunidad de Madrid, el balance hídrico es deficitario, todo ello obliga a grandes esfuerzos de
distribución desde la Sierra de Guadarrama y desde el Tajo.
8.3 Nuevos espacios de centralidad.
A través del planteamiento oficial, se estimula la localización de actividades comerciales en áreas de oportunidad
nuevas que se sitúan en ambientes hasta hace poco rurales, atendiendo siempre a que el tipo de actividades que se
implantan adecuado a la función o funciones que se pretenden desarrollar con cada actuación. En España, la
implantación de las grandes superficies comerciales en las franjas rururbanas se lleva a cabo en localizaciones definidas
por el planteamiento de los ayuntamientos y por las Comunidades Autónomas en el ámbito de sus competencias.. La
expansión de los comportamientos rururbanos que impulsan los modelos residenciales de baja densidad, favorecen la
desconcentración de las actividades terciarias desde el interior de nuestras ciudades hasta espacios rurales hasta hace
muy pocos años. La necesidad de dar respuesta a las demandas comerciales y a las exigencias de esparcimiento y ocio
de las poblaciones de las nuevas periferias propician la proliferación en ellas de grandes superficies comerciales y
centros especializados en la prestación de actividades terciarias muy variadas, incluidas las de ocio. La ubicación de los
nuevos espacios de centralidad se efectúa en los puntos más estratégicos del territorio.
8.4 Áreas residenciales de baja densidad.
La demanda de alojamientos baratos y de tamaño adecuado a las necesidades familiares de los matrimonios jóvenes ha
hecho proliferar las urbanizaciones de primera residencia en las zonas periurbanas y suburbanas de nuestras ciudades.
Estas construcciones representan la respuesta inmobiliaria a comportamientos rururbanos que buscan la proximidad
del campo y el contacto con la naturaleza. Las actuales áreas residenciales suburbanas son el resultado del constante
crecimiento de las ciudades. La generalización del uso del automóvil desde mediados del siglo pasado, el desarrollo de
los transportes colectivos y la descentralización de los puestos de trabajo provocada por las recientes transformaciones
del sistema productivo, impulsan también los procesos de suburbanización y, consecuentemente, la proliferación de
áreas residenciales en los medios rurales. Alrededor de estas áreas residenciales, se levantan grandes superficies
comerciales, centros de ocio y parques industriales. Las urbanizaciones de viviendas unifamiliares invaden el campo, y
con el paso del tiempo, los intersticios urbanos se llenan de viviendas y el entramado de las ciudades se prolonga hacia
el exterior.
A) Comportamientos rururbanos. A partir de la década de los 90, las transformaciones del sistema productivo, el alza
del nivel de vida y una nueva conciencia ecológica, como consecuencia del deterioro del medio ambiente, provoca un
interés generalizado por la vida en el campo, la conservación de la naturaleza y sus formas de hábitat, entre ellas las
segundas residencias, que facilitan el contacto con el mundo rural. Las residencias secundarias se convierten en uno de
los elementos más característicos del medio rural y en un instrumento de modernización de los ambientes rurales. Los
propietarios dan trabajo a artesanos locales, aseguran parte de los ingresos del comercio y de los servicios locales y
favorecen su mantenimiento. Hoy, la mayoría de localidades próximas a las aglomeraciones urbanas no escapan a
formas de primera o segunda residencia que difunden modelos arquitectónicos repetitivos y carentes de personalidad.
B) Bajas densidades habitacionales. La morfología y las características sociales de estas áreas residenciales varían
mucho de unas ciudades a otras, sobre todo según que pertenezcan o no a países anglosajones y a países desarrollados
o en vías de desarrollo. En Norteamérica, son viviendas unifamiliares con un pequeño jardín que generalmente no se
cerca, lo que facilita las relaciones con el vecindario. La densidad de viviendas y de población es muy baja y sus
ocupantes son clase media y acomodada. En las áreas residenciales suburbanas de los países de cultura latina, como
Francia, Italia o España, las viviendas multifamiliares (pisos) siguen siendo muy numerosas y en muchos casos
constituyen las tipologías edificatorias predominantes. Las viviendas de estas áreas se disponían predominantemente
en una construcción masiva y en altura. La herencia de la tradición mediterránea de la ciudad compacta también
contribuye a que las viviendas unifamiliares ocupen en estos países una superficie mucho más reducida que en los
países anglosajones. Actualmente, la globalización, estimula la homogeneización del paisaje residencial de las franjas
rururbanas de todo el mundo, según directrices y esquemas calcados de las ciudades norteamericanas.
C) Familias jóvenes y cultura urbana. La composición actual de las áreas residenciales suburbanas de Europa es más
variada que la norteamericana: desde áreas de niveles de renta altos a otras de muy bajo poder adquisitivo. No
obstante, en todas estas urbanizaciones se reconocen estructuras sociales y pautas de comportamiento comunes:
a.- Las formas y modos de vida urbanos son dominantes. El estilo de vida son esencialmente urbanos. Ante la
irrupción de la vida urbana, los antiguos campesinos abandonan de modo parcial o por completo sus
actividades tradicionales y se emplean en industrias o servicios.
b.- Predominan los matrimonios jóvenes con niños. En las franjas rururbanas se instalan numerosas familias
jóvenes que proceden de las áreas centrales. Todo ello da lugar a un aumento de población muy superior al de
las áreas residenciales interiores.
c.- La variedad social entre unas y otras urbanizaciones es cada vez mayor. Frente a la homogeneidad social de
los complejos residenciales norteamericanos, de alto nivel de renta, en la actualidad, en todo el mundo,
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proliferan áreas residenciales de viviendas unifamiliares ocupadas por personas pertenecientes a grupos
sociales y de niveles de renta muy variados, aunque eso sí, muy diferenciadas en emplazamiento y en calidad.
Los contrastes entre las áreas residenciales de alto rango social y las de bajos niveles de renta son manifiestos.
d.- Una fuerte dependencia del vehículo privado de transporte. Un elemento común es la intensidad que
alcanzan en ellas los desplazamientos cotidianos por imperativos de trabajo o para satisfacer cualquier
demanda de servicios, bien en la ciudad central o en el entorno más próximo. El automóvil constituye un
elemento de primera necesidad.
e.- Las pautas de comportamiento social a ser diferentes de otros ciudadanos. El individualismo, el aislamiento
y la indiferencia hacia el vecino en el interior de la ciudad, dejan paso a una vida de relación más intensa.
Diferentes estudios han puesto de manifiesto como las relaciones de vecindad más fuertes surgen entre las
familias jóvenes con niños y entre las que comparten niveles culturales semejantes.
f.- Valoración contemplativa de la naturaleza. Otro de los rasgos más significativos es que mayoritariamente no
muestran integración alguna con el campo que les rodea. Se valora en su contraste con la ciudad por la
tranquilidad, aire sano y ausencia de contaminación. El comportamiento económico de los habitantes
rururbanos también es típicamente ciudadano, sólo se consume espacio y naturaleza del medio rural; todo lo
demás se obtiene en la ciudad, a la que se accede fácilmente gracias a su proximidad.
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10.-Politicas agrarias y de ordenación rural.
Durante siglos, las políticas agrarias se orientaron casi exclusivamente a la obtención de alimentos para cubrir las
necesidades de la población. En la actualidad, las técnicas agrarias permiten satisfacer cualquier exigencia y la
producción de materias primas agrícolas y ganaderas se rige por la demanda del mercado internacional y la búsqueda
de los máximos beneficios. En los años 70 la (Política Agraria Común de la UE) (PAC) consiguió la autosuficiencia
alimentaria de su población con tanta eficacia que los excedentes agrícolas y ganaderos se convirtieron en un
problema. Por esta razón, más del 50% de los agricultores de la UE se transformaron en trabajadores del campo a
tiempo parcial y esta tendencia sigue en aumento. La obsesión por garantizar la alimentación de la población y la
preocupación social por el campesinado hicieron de la agricultura un sector económico muy protegido. La PAC hasta
1985 estuvo basada en la creación de un mercado común capaz de autoabastecerse y de exportar sus excedentes, a
través de un precio alto. Esto produjo que los productos europeos fueran gravados y el resultado fue la acumulación de
excedentes, mantequilla, vino, cereal y carne de vacuno. Después estos productos eran comprados por el –FEOGA- a
precios competitivos a los agricultores, vendiéndolos mucho más baratos al mercado internacional, a menudo con
importantes pérdidas. Aquella situación se hizo insostenible para Europa y forzó la primera reforma de la PAC,
intentando racionalizar el sector agrario.
10.1 Reducción de excedentes agrarios.
Las prácticas agrarias proteccionistas de la UE y delos EEUU vienen provocando tensiones en los mercados
internacionales, esto es debido a que sus agriculturas compiten entre sí, porque sus excedentes no encuentran una fácil
salida al mercado internacional y por las subvenciones de Bruselas y Washington conceden a sus agricultores. Estos
hechos, a partir de 1992, obligaron a poner en marcha una PAC en la UE que primara la protección del agricultor frente
al producto. El objetivo principal fue reducir los excedentes para asegurar la adecuación de los precios a los del
mercado internacional. Con esta finalidad se establecieron cuotas para determinados productos excedentarios, entre
ellos el trigo, la carne y lácteos, compensando a los agricultores con subvenciones al reducir un 20% sus producciones.
La PAC de los años 90 obligó a las autoridades comunitarias a establecer normas rigurosas de calidad, y desde entonces
se conceden primas anuales por hectárea a los agricultores que utilizan métodos productivos menos contaminantes y
más respetuosos con la naturaleza. En el última reforma de la PAC, las ayudas se vinculan al desarrollo rural y la
protección medioambiental. Ahora los agricultores reciben ayudas desacopladas, estas se reciben al margen del
volumen y del tipo de producción. La liberalización del comercio propugnada por la Organización Mundial del Comercio
(OMC) para estimular el crecimiento de la economía mundial exige poner fin a las subvenciones más o menos
encubiertas a los agricultores que aún se practican en la UE y los EE.UU. En la UE, las ayudas son el 0,5 % del PIB para
los 8 millones de agricultores y en EEUU son un 0,6% del PIB para los 2 millones de agricultores. La supresión de ayudas
resultan imprescindibles para abrir ambos mercados agrícolas a las producciones agrícolas de los países en vías de
desarrollo.
10.2 Desarrollo sostenible del medio rural.
Desde 1992, la PAC de la UE intensifica las estrategias agrarias para reducir los excedentes, pero también introduce la
contemplación de las actividades agrícolas y ganaderas como instrumentos para la defensa de la naturaleza. La
protección del entorno se integra dentro de la actividad agraria, de modo que el agricultor deja de ser un simple
productor para convertirse en un gestor de espacio. En España, la adhesión a la comunidad Europea en 1986, supuso el
comienzo de una nueva etapa en la orientación de la agricultura y un desconcierto inicial motivado por la contradicción
entre los esfuerzos realizados por los agricultores para modernizar y aumentar la productividad de sus explotaciones y
las normas restrictivas a la producción que entonces se establecieron. El establecimiento del mercado único a partir del
1 de Enero de 1993 supuso la asimilación de precios, la eliminación de aranceles y la plena integración de la agricultura
española con la agricultura europea. En España, las producciones básicas para la exportación siguen siendo las
hortalizas, frutas frescas y preparadas, aceites y vinos. La última reforma de la PAC aprobada por Europa, desvincula
definitivamente las subvenciones de la producción y las asocia a conceptos de desarrollo rural.
10.3 La actividad agraria como defensa de la naturaleza.
La importancia de los cambios que afectan al espacio rural, justifica el creciente interés de las autoridades por regular
su utilización a través de la ordenación del territorio y la planificación, y por hacer compatible “desarrollo sostenible del
campo” y “medio natural”. En España, los organismos que tienen competencias sobre protección de la naturaleza y
ordenación del territorio dependen de diferentes ministerios y comunidades autónomas, de ese modo la planificación
rural resulta una tarea compleja. El creciente interés por la preservación de la naturaleza ha traído condigo el
incremento de los espacios naturales protegidos. La mayoría de los espacios protegidos corresponde a zonas de
montaña y humedales del litoral y del interior. También se han protegido enclaves cercanos a áreas urbanas y
periurbanas, paisajes con valores geomorfológicos y biológicos, y paisajes de valor emblemático, frecuentemente con la
oposición de los agricultores y ganaderos que ven amenazados sus intereses. El Parque Natural de la Albufera, es un
ejemplo significativo de espacio protegido, es uno de los humedales más importantes del litoral mediterráneo español.
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11.-Actividad industrial, sociedad economía y paisaje.
La industria se define como la actividad que transforma materias primas, naturales y semielaboradas, mediante el
empleo de máquinas, en productos fabricados en serie y de naturaleza diferente, produciéndose a lo largo del proceso
de elaboración un incremento de valor. Frente al trabajo artesanal, que se basaba en la habilidad del trabajador, la
industria moderna se caracteriza por la producción mediante las máquinas y la progresiva reducción del trabajo
manual. La separación de los medios de producción y la fuerza de trabajo da lugar al nacimiento del proletariado. En la
actividad industrial los precios son fijados por el mercado, por la libre competencia entre empresas que fabrican
objetos semejantes y por la ley de la oferta y la demanda. Se busca el máximo beneficio, la apropiación de la plusvalía,
que resulta de la diferencia de valor entre el precio del producto que se vende en el mercado y su coste de fabricación,
el resultado del capital invertido en la maquinaria y en la remuneración de los trabajadores asalariados.
Las empresas compiten entre ellas por asegurarse el control de las mayores cuotas de mercado, para lo que necesitan
aumentar la productividad, vender cada vez más barato y fabricar productos de calidad. Es de gran importancia en este
proceso la producción en cadena y la especialización de las tareas productivas. Ford introdujo la fabricación en serie y
Tylor la cadena de montaje, que supone una gran especialización de los trabajadores en las labores que realizan, les
impone un ritmo de actividad que no puede decaer y reduce el número de movimientos que el obrero realiza para
ganar rapidez.
Desde mediados del S. XX, las innovaciones tecnológicas han hecho posible la automatización, el control remoto y la
robótica, con la consiguiente reducción del número de trabajadores requeridos. Esto exige que el obrero industrial se
convierta en un técnico cualificado, especializado en el manejo y control de las máquinas, y cuya formación debe ser
amplia y flexible para permitirle adaptarse a los cambios permanentes del modelo productivo y de las nuevas
tecnologías.
11.1 Una actividad ligada a ciudades.
Las actividades industriales han ido siempre ligadas al desarrollo de las ciudades y han configurado, a escala planetaria,
paisajes que caracterizan amplias regiones. La tipología de los paisajes industriales es diferente en función de la época
en que surgieron dentro del proceso de industrialización, de las zonas donde se establecieron y de la capacidad de su
tejido industrial para adaptarse a las innovaciones tecnológicas sucesivas que se han sucedido en el tiempo a través de
modos y sistemas de producción distintos. Las industrias se han viso obligadas a adaptarse a los cambios globales que
repercuten en las formas de producir y consumir, en la manera de organización de la sociedad y en las relaciones de
dominio y dependencia entre los Estados.
11.2 Un agente de transformación económica y cambio social.
La industria se convirtió en el principal agente de transformación económica y de cambio social a finales del S. XVIII en
Inglaterra y del S. XIX en otros países. Propició el desarrollo de la burguesía y el nacimiento del proletariado como una
nueva clase social formada por campesinos, artesanos, comerciantes empobrecidos, mujeres y niños. La necesidad de
disponer de un marco jurídico favorable a las relaciones capitalistas propició el surgimiento y fortalecimiento de los
Estados Nacionales. El crecimiento de la actividad industrial necesitó pronto mover grandes capitales, primero
personales o familiares, pero más tarde fue necesario recurrir a la creación de sociedades y a un proceso de creciente
concentración empresarial. Esta concentración puede ser horizontal (varias empresas de diferentes tamaños fabrican
los mismos productos y se integran en una misma organización, aunque utilicen nombres comerciales distintos) o
vertical (se integran empresas que fabrican productos complementarios y necesarios para la elaboración del producto
final).
Las estrategias de concentración de empresas, tanto horizontal como vertical, dan lugar a tres formas de concentración
empresarial:
--Trust: fusión de varias empresas por procedimientos más o menos legales con la finalidad de establecer un monopolio
sobre la fabricación de ciertos productos. Supone un riesgo para la libertad de mercado y la competencia entre
empresas, por lo que existen leyes antitrust.
--Cartel: agrupación voluntaria o en un acuerdo entre empresas que tienen como fin principal la supresión de la
competencia y el mantenimiento de los precios. Cada una de las empresas conserva su personalidad diferenciada y
entidad jurídica propia.
--Holding: agrupación de empresas que se integran en una sociedad financiera de acciones. Las empresas son
técnicamente autónomas, pero el control real lo ejerce el holding, que es el propietario de la mayor parte de las
acciones del capital. Los holdings nacieron como una forma de evitar las leyes antitrust.
11.3 Fases de la Revolución Industrial.
La revolución industrial es el conjunto de transformaciones del sistema productivo que se inicia a finales del S. XVIII en
Inglaterra y llega hasta nuestros días. Esta revolución ha supuesto el tránsito de una situación estática, en la que el
artesanado producía cuanto necesitaba el mercado a través de medios y técnicas tradicionales, a otra de crecimiento
inducido, caracterizada por la mecanización de las labores y la producción masiva y en serie. Es el acontecimiento que
más ha afectado a la vida del hombre desde la invención de la agricultura en el Neolítico.
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--Primera revolución industrial (finales S. XVIII): (también llamada fase peleo técnica) invención de la máquina de vapor
y utilización del carbón como fuente de energía, primer paso hacia el nacimiento de la industria moderna.
Características: la máquina desplaza el trabajo manual, producción en serie (fabricación masiva de objetos exactamente
iguales), concentración de la actividad industrial en fábricas que pertenecen a un propietario o a una sociedad,
aparición del proletario o trabajador asalariado (nueva clase social). Esta revolución fue paralela en sus orígenes y en su
desarrollo a las revoluciones demográfica, agraria y de los transportes, con las que se relaciona estrechamente como
causa y efecto. A partir de entonces se invierten grandes capitales en la producción industrial y el principal objetivo es
la obtención del máximo beneficio en el menor tiempo posible.
--Segunda revolución industrial (finales S. XIX): petróleo y electricidad como fuentes de energía, motores de explosión y
eléctrico como máquinas. Fabricación de bienes de consumo y de equipo como actividades características.
Electrometalurgia, electroquímica, teléfono, telégrafo, radio, mejora de los transportes...
Consumo: motor principal de la economía. Aparecen los estudios de mercado como mecanismo de adaptación de la
producción a la demanda, y la propaganda como instrumento necesario para intentar influir en el consumidor.
Industria del automóvil: símbolo de la actividad caracterizada por la competencia, la integración de las empresas y la
especialización. Ford: el primero en aplicar la producción en cadena y la especialización de los trabajadores en las
tareas (fordismo).
--Tercera revolución industrial (a partir de 1970): “revolución de la inteligencia”: rapidez de los avances científicos y
técnicos, importancia de la investigación y de la creatividad. Utilización de nuevos materiales y productos, nacimiento
de la microelectrónica, la informática (permite el teletrabajo desde casa) y la biotecnología. La gran fábrica ha sido
sustituida por unidades pequeñas y dispersas. Los obreros que realizan labores repetitivas son reemplazados por robots
y se exige mano de obra poco numerosa pero muy especializada y cualificada. La revolución tecnológica ha provocada
paro, pero también ha supuesto una notable mejora de las condiciones de vida y de trabajo: reducción de la jornada
laboral que hace más importantes los tiempos de ocio.
11.4 Factores de localización Industrial.
--Abundancia de materias primas y fuentes de energía
--Importancia del mercado: las industrias de bienes de consumo prefieren localizarse cerca de las ciudades por: tamaño
del mercado urbano, existencia de trabajadores capaces de adaptarse a los cambios tecnológicos, concentración de
capitales y abundancia de servicios. Esto está cambiando debido a: congestión urbana, crecientes costes de la mano de
obra y políticas de descentralización. Esto fuerza el traslado hacia zonas rurales y regiones poco desarrolladas, a
menudo del Tercer Mundo.
--Facilidades de transporte: cerca de carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos
--Calidad y cantidad de la mano de obra (factor muy importante)
--Voluntad del empresario: razones afectivas y costes económicos.
La importancia de estos factores va variando con el tiempo en función de las innovaciones técnicas, de la capacidad de
la demanda del mercado y de las exigencias de la población.
Para explicar la localización de la actividad industrial se han elaborado numerosas teorías:
--Teorías clásicas: Weber: la industria se sitúa cerca de las materias primas (A), de la abundancia de energía (B), de la
existencia de mercado (C) y en función de los costes del transporte. A, B y C formarían un triángulo que variaría en cada
caso.
--Marxismo: los principales factores de la localización industrial son el capital y el intercambio desigual entre los países
ricos y los pobres.
--Teoría de las economías externas: la localización industrial se vincula a las aglomeraciones urbanas por: mano de obra,
mercado, facilidades para las innovaciones, servicios y complementariedad entre empresas.
--Tesis neoliberales y radicales: la localización industrial depende de las innovaciones técnicas y de las ventajas
económicas de los espacios industriales nuevos: bajo coste de la mano de obra, escasa conflictividad laboral, ayudas
fiscales y legislación medioambiental menos restrictiva.
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12.1 Los paisajes negros.
Los cambios en la producción industrial obligaron a concentrar espacialmente la industria en puntos y lugares muy
concretos, dejando atrás la dispersión que había caracterizado a la producción artesanal.
Esto propició la especialización funcional del territorio y la movilidad de la población desde el campo hacia los núcleos
industriales. La importancia de la industria siderúrgica y de la metalurgia de transformación, ambas consumidoras de
gran cantidad de carbón y hierro, hicieron de las cuencas mineras, sobre todo de hulla y hierro, los espacios más
industrializados: País de Gales, Yorkshire, El Sarre, Lorena, Rhur... Las minas de carbón y hierro actuaron como
elementos de fijación de la siderurgia y de las industrias mecánicas y químicas.
La abundante mano de obra requerida dio lugar a grandes concentraciones humanas en esas zonas. La disponibilidad
de energía a bajo precio y la existencia de una elevada proporción de mujeres en las cuencas mineras y en las
aglomeraciones urbanas motivaron también la atracción de la industria textil. Algunas ciudades ya importantes en la
primera mitad del S. XIX por su volumen de población, situación estratégica respecto a los principales ejes de
comunicación y proximidad a los yacimientos mineros, se transformaron en grandes centros industriales y polos de
actividad económica. Las fábricas, chimeneas, tuberías, carreteras, puertos, ferrocarriles y viviendas se mezclaban
sobre el terreno en estas grandes aglomeraciones, y la consecuencia fue el nacimiento de verdaderos paisajes negros.
España: Asturias, Cantabria, País Vasco, Sagunto, Cartagena, Almadén, Puertollano y Ponferrada.
La crisis de los años 70 obligó a cerrar o reconvertir numerosas empresas de la primera generación industrial para
adaptarse a las nuevas condiciones de la demanda en el marco de la nueva división internacional del trabajo y de los
modos de producción impuestos por la globalización de la economía y el triunfo del capitalismo postfordista. Muchas
instalaciones tuvieron que ser totalmente desmanteladas, otras se convirtieron en barbechos industriales casi siempre
para dar paso a operaciones de renovación urbana: profunda transformación funcional, paisajística y social del entorno.
En España, esta crisis supuso el desempleo para más de 250.000 personas. La homogeneidad del mercado laboral
existente en las regiones industriales de primera generación supuso una gran dificultad para recolocar y reconvertir la
mano de obra, había escasos niveles de formación profesional... Todo esto provocó una gran conflictividad laboral en
las zonas de paisajes negros.
12.2 Localización de la primera industria en minas, puertos y ciudades.
El deseo de disminuir los costes de transporte y de producción que intervienen forzosamente en el precio final de los
productos manufacturados fue un factor determinante de localización industrial durante los inicios de la revolución
industrial. Las fábricas se localizaron preferentemente cerca de los yacimientos mineros, junto a los puertos y los
ferrocarriles, que facilitaban el transporte de las materias primas y los productos elaborados; en entornos urbanos,
para aprovechar su mercado y la abundancia de mano de obra. Entonces surgieron los paisajes negros, vinculados al
hierro, el carbón, el ferrocarril y el acero, en cuencas mineras o en sus inmediaciones. Las ventajas de las economías de
escala y de aglomeración estimularon la concentración de las manufacturas en las ciudades, y el aumento del tamaño
de las fábricas permitió comprar materias primas o productos semielaborados a bajo coste y utilizar máquinas y
herramientas cada vez más complicadas y sofisticadas que reducían los costes de producción. El avance de la
concentración horizontal y vertical de las empresas incrementó el gigantismo de las fábricas, permitió el abaratamiento
de los productos e hizo factible la conquista de nuevos mercados. La temprana acumulación de industrias en las
ciudades favoreció los procesos de especialización funcional y complementariedad, el desarrollo de interacciones entre
actividades distintas, la utilización de servicios comunes y el empleo de mano de obra abundante y muy variada desde
el punto de vista de su capacitación industrial. Además, la localización en las ciudades propiciaba la cercanía con los
centros de información, de creación e innovación tecnológica, de dirección y toma de decisiones y de gestión política.
12.3 Difusión de la industria por Europa desde Inglaterra.
Hasta finales del S. XIX, Inglaterra fue la primera potencia industrial del mundo y durante mucho tiempo la única. A
partir de 1830, el desarrollo industrial se fue extendiendo a otros países:
--Bélgica: primer país que experimentó un crecimiento industrial similar al inglés, gracias a un sistema bancario
favorable, a una tradición artesanal y comercial muy antigua, a ser puerta de entrada del continente europeo y a la
existencia de importantes cuencas carboníferas. En los años 30 ya existía una industria textil moderna y unas industrias
siderúrgica y química en expansión.
--Francia: no inició su industrialización hasta mucho más tarde, en el Segundo Imperio. La actividad industrial no
alcanzó importancia hasta finales del XIX. Este retraso fue debido a la escasez de capitales y al lento avance de la
siderurgia.
--Alemania: la industrialización fue impulsada tras la guerra franco-prusiana su unificación en 1871, beneficiándose
entonces ampliamente de la anexión de Alsacia y Lorena, zonas ya industrializadas y sobre todo, con abundantes
recursos mineros. Las indemnizaciones de la guerra de Francia y la política proteccionista del Estado (Bismark)
favorecieron el crecimiento industrial. Simultáneamente se reorganizó la banca hasta convertirla en una de las más
poderosas del mundo. En vísperas de la Primera Guerra Mundial, las industrias químicas y siderúrgicas de Alemania
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ocupaban los primeros puestos de la producción mundial. El despegue industrial del resto del continente europeo fue
muy desigual, y en general, más tardío.
12.4 La industrialización temprana de Europa.
Estados Unidos: su desarrollo industrial fue espectacular a partir de los años 60 del S. XIX, favorecido por la inmigración
masiva, la acumulación de inversiones extranjeras en ferrocarriles y minas y el nacimiento de grandes fortunas. Otros
factores determinantes: la explotación de las minas de oro de California Colorado, la marcha hacia el oeste y la
movilización de muchos de sus abundantes recursos naturales... El clima de libertad propiciado por su Constitución, las
condiciones del propio sistema económico y la homogeneidad del mercado permitieron una temprana y fuerte
concentración empresarial, con la formación de grandes trust. Las industrias se concentraron en el nordeste, entre la
costa, los Apalaches y los Grandes Lagos, donde había ricos yacimientos de carbón y hierro. Esto originó extensos
paisajes negros. En 1910 la producción de acero de Estados Unidos era ya la primera del mundo. Japón: la
industrialización empezó en 1868, con la revolución Meiji. Motores del proceso: interés por los descubrimientos
científicos y técnicos de Occidente, existencia de una numerosa y disciplinada población, capacidad de organización del
gobierno y orgullo nacional. La escasez de carbón y hierro hizo que el desarrollo siderúrgico fuera posterior al textil, y
obligó a grandes importaciones de materias primas justificando así una política de expansión por el sureste asiático que
propició la intervención de Japón en la Segunda Guerra Mundial. La insuficiencia inicial de capitales fue suplida por los
impuestos y los préstamos de la banca extranjera.
LA INDUSTRIALIZACIÓN EN ESPAÑA
Fue un proceso tardío respecto a otros países de Europa occidental: las innovaciones llegaron más tarde y de forma
incompleta por la falta de capitales, la insuficiencia de materias primas, la fragilidad de los recursos naturales, la
escasez de recursos humanos, las malas comunicaciones y las carencias tecnológicas. La inestabilidad política del S. XIX
y la pérdida de las colonias repercutieron de forma muy negativa en el desarrollo industrial. La revolución industrial se
inició en España a mediados del S. XIX, con una fase de lento y desigual crecimiento que llegó hasta 1959, interrumpido
por la Guerra Civil y los duros años de la posguerra. Los focos innovadores más tempranos, S. XIX: Cataluña, Asturias y
País Vasco. A finales del XIX Madrid se incorporó, pero de manera más tímida e incompleta. La inclusión del País Vasco
en el régimen aduanero español (1876) potenció la formación de un mercado nacional y la construcción de los tendidos
ferroviarios estimuló el desarrollo de la siderurgia y la fabricación de maquinaria y de bienes de equipo. La industria
española creció al amparo de una política fuertemente proteccionista. Desde principios del S. XX a los años 30, la
industrialización del país aumentó con coyunturas favorables. El desastre de 1898 (pérdida de Cuba, Puerto Rico y
Filipinas) ocasionó la desaparición de un mercado, pero propició el regreso de capitales, la fundación de bancos y el
intervencionismo económico del Estado. Ley de Bases Arancelarias y Ley de Protección de la Industria Nacional. La
Primera Guerra Mundial supuso un nuevo impulso para la actividad industrial: la neutralidad española durante la
contienda favoreció las exportaciones, lo que hizo aumentar espectacularmente la producción. El Banco de Crédito
Industrial, la mejora de las comunicaciones y el proteccionismo fueron factores determinantes para el crecimiento
económico durante los años 20. La Guerra Civil y la crisis posterior supusieron un importante retroceso para la
economía general española y para la industria en particular. Para hacer frente a las dificultades económicas, el gobierno
impuso una política de autarquía desde 1939 a 1959: asumió el control de la economía apoyado en el ideario
nacionalista de la autosuficiencia y forzado por el aislamiento internacional. El Instituto Nacional de la Industria
buscaba suplir la debilidad de la iniciativa privada, asegurar la autosuficiencia económica y garantizar la defensa
nacional. El Estado se convirtió en el primer empresario de la nación. A lo largo de los años 40 y 50 Madrid se convirtió
en uno de los principales focos industriales del país, favorecido por las ventajas de la capitalidad y la centralidad, la
abundancia de mano de obra, la expansión del mercado y el apoyo del franquismo a su industrialización a través del INI
y las facilidades concedidas a la iniciativa privada. La liberalización de la economía y la incorporación de España al
sistema económico mundial a partir de los años 60 hicieron posible la consolidación de la industria y su progresiva
expansión por buena parte del país. Los Planes de Desarrollo Económico y Social impulsaron la descentralización
planificada de la actividad industrial a través de la creación de polos de desarrollo y polígonos industriales en
numerosas ciudades y comarcas. Principios años 70: España era ya un país industrializado, pero la crisis del petróleo
(1973) y las transformaciones del sistema productivo a escala mundial provocaron desde la segunda mitad de aquella
década una crisis industrial que obligó a su modernización y reconversión. La incorporación de España a la Unión
Europea (1986) y el proceso de globalización de la economía aceleraron el proceso de renovación industrial para
adaptarlo a las nuevas exigencias del mercado. Actualmente los principales núcleos industriales son Cataluña y Madrid.
--La aglomeración urbano-industrial madrileña se expande por los principales ejes de comunicación, formando
corredores industriales y mallas hacia el sur de capital. Las relaciones de intercambio con el resto del territorio son
intensas, debido a la función de Madrid como subcentro europeo, que se especializa en sectores estratégicos y de alta
tecnología, y como centro nacional de decisión y servicios.
--Barcelona proporciona el 85% de la producción industrial de Cataluña, y la industria es muy variada, desde pequeñas y
medianas empresas de los sectores tradicionales a las grandes concentraciones industriales de los valles de Llobregat y
44
del Besos. La industria se difunde hacia el resto de la provincia siguiendo los ejes de comunicación de la costa y del
interior.
12.5 Un nuevo orden internacional.
La concentración de la actividad industrial en pocos países de la zona templada del hemisferio norte estableció las
bases de un dualismo centro-periferia entre países de economía industrial y países de economía agraria, con relaciones
de dependencia de los segundos respecto a los primeros. La necesidad de alimentos y materias primas a bajo precio, la
búsqueda de mercado para los excedentes industriales y el paso del liberalismo económico a una política
proteccionista, lanzaron a los países antes industrializados a una carrera para forjarse imperios coloniales, en un intento
por unificar el planeta en su propio beneficio. El reparto del mundo hasta 1914 por las grandes potencias europeas fue
la expresión política del intercambio desigual. El imperialismo de finales del S. XIX refleja una situación internacional
generada por la ocupación territorial y la explotación económica del planeta en beneficio de los países industrializados.
Las justificaciones que se dieron al colonialismo fueron: de tipo económico (obtención de materias primas y mercados
en un contexto proteccionista), de tipo social (facilitar la movilidad social y proporcionar salida a los excedentes
demográficos), de tipo político y militar (control estratégico de rutas marítimas y comerciales, prestigio) y de tipo
ideológico (nacionalismo y misión civilizadora de Occidente). La Primera Guerra Mundial, consecuencia y manifestación
de las contradicciones del capitalismo europeo, puso fin al sueño y proyecto de orden mundial europeo. Los Estados
Unidos y la Unión Soviética emergieron como dos grandes potencias económicas con sistemas políticos, económicos y
sociales contrapuestos.
12.6 Declive de los paisajes negros.
Las viejas regiones industriales que simbolizaron el poder económico de los países en el pasado, entraron en un declive
generalizado en la década de los años 70, y lo que queda de ellas hoy es auténtica arqueología industrial. La población
industrial se redujo a un ritmo acelerado y las movilizaciones sociales para mantener el empleo se hicieron constantes
en los años 70 y 80. La infraestructura industrial quedó obsoleta, las inversiones del capital se orientaron hacia otras
localizaciones en busca de mercados, materias primas, recursos energéticos y mano de obra barata y menos conflictiva.
Estos paisajes negros fueron los más afectados por las transformaciones del sistema productivo y de las innovaciones
tecnológicas a lo largo del tiempo. Las industrias siderúrgicas empezaron a tener problemas tras la Primera Guerra
Mundial, la industria textil no siempre supo adaptarse a los cambios impuestos por la fabricación de fibras sintéticas. En
las ciudades, la expansión de la mancha urbana envolvió sobre el territorio muchas instalaciones, dejándolas en
localizaciones inapropiadas. La globalización de la economía y los cambios del modelo productivo vinculados a la
revolución de las nuevas tecnologías supusieron el golpe definitivo a los paisajes negros y a las industrias que les iban
asociadas en los años 80. En España, el caso de Asturias y del País Vasco es explicativo de este proceso.
45
13.2 Asentamientos industriales de montaña.
El deseo de aprovechar los recursos hidroeléctricos en un momento en el que el transporte de electricidad a larga
distancia resultaba técnicamente complicado y económicamente caro, determinó la instalación de industrias
electrometalúrgicas y electroquímicas en áreas de montaña. La hidroelectricidad atrajo a la montaña a industrias de
calidad que utilizaban materias primas de poco peso, fabricaban productos de alto valor, requerían poca mano de obra
y consumían mucha electricidad. Industrias de la madera y el papel vinculadas a la abundancia de recursos madereros y
de agua. La falta de espacio debido a la naturaleza del terreno, sobre todo la fuerte pendiente, y las dificultades de
transporte redujeron el número de complejos industriales de montaña.
España: Sabiñánigo, mejor ejemplo de asentamiento industrial de montaña.
13.3 Asentamientos industriales en puertos y ciudades.
La necesidad de refinar el petróleo da lugar a refinerías, en su mayoría en puertos y ciudades de los países
consumidores, y a su alrededor surgen industrias que usan el petróleo como materia prima o que exigen abundante
energía: petroquímicas, electrometalúrgicas, fábricas de cemento y cerámica, etc. Los puertos y nudos ferroviarios fijan
sobre todo industrias que emplean materias primas voluminosas y productos intermedios, e industrias de construcción
y de reparación de material de transporte. Las metrópolis se convierten en importantes complejos industriales por las
ventajas derivadas de su tamaño poblacional y economías de escala: mercado de consumo, abundancia de mano de
obra, capitales, complementariedad empresarial, proximidad a centros de decisión e información, reducción de costes
de transporte... La concentración industrial de las ciudades impulsó la expansión de muchas metrópolis y reforzó su
capacidad de dirección, organización y gestión del territorio. Numerosas ciudades se convirtieron en lugares
privilegiados para la producción industrial, en ciertos casos con una fuerte especialización en esta función, y siempre
con un importante impacto sobre el paisaje urbano, la organización de su espacio interior y las características sociales
de su población. Esta fase neotécnica o fordista-taylorista (organización científica del trabajo) de la revolución industrial
se caracterizó por el gigantismo de las instalaciones industriales y su localización en las aglomeraciones urbanas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, a medida que las áreas centrales de las ciudades se han ido terciarizando, las
industrias han ido siendo trasladadas a las periferias, primero a polígonos industriales, dentro del modelo de ciudad
funcional asumido por el planeamiento urbano en todo el planeta, y después a parques industriales de características
diferenciadas. En las zonas periurbanas el suelo es más barato, hay más espacio, son próximas las vías rápidas de
comunicación y sistemas modernos de transporte que facilitan la llegada de materias primas y el desplazamiento de
productos elaborados. En el interior de las aglomeraciones sólo permanecen talleres muy especializados que producen
bienes de alto valor añadido y no requieren abundantes materias primas, y personas vinculadas a tareas nobles de la
industria.
13.4 Decisiones personales.
A los factores de localización industrial basados en supuestos de competencia perfecta, equilibrio y comportamiento
económico racional, se añade el papel de los criterios personales del empresario. En cierta medida ha sido la iniciativa
del empresario la que ha decidido el establecimiento de una determinada actividad industrial en una localidad
concreta. Los empresarios deciden la localización de sus centros de producción a partir de una información que siempre
es parcial y de principios de racionalidad limitada, donde intervienen consideraciones extraeconómicas y psicológicas.
La mayoría de las decisiones de localización de los jefes de empresa no se traducen en una elección óptima, sino más
bien satisfaciente y ello siempre entraña altas cotas de incertidumbre.
13.5 Polos de crecimiento industrial.
En los años 50, la ciencia regional y la planificación del territorio constataron que el espacio era desequilibrado y
jerarquizado, y constituía un campo de fuerzas cambiantes donde el crecimiento se concentraba en ciertos lugares y
desde allí se extendía sobre el resto del territorio. Se elaboró entonces la teoría de los polos de crecimiento, que
propugnaba la instalación de industrias en polos de desarrollo y en zonas francas situadas en determinadas regiones de
los países industrializados y en los países en vías de despegue económico. Los poderes públicos intentaron atraer
industrias inductoras sobre los polos de crecimiento mediante la concesión de ventajas fiscales y económicas a las
actividades nuevas o procedentes de otros lugares. La idea era que estos polos de desarrollo y zonas francas actuaran
como motores de desarrollo regional y de corrección de desequilibrios territoriales desde el punto de vista económico y
social. Se pensaba que el desarrollo y las innovaciones se propagarían por todo el territorio y terminarían por alcanzar
al conjunto de la economía. Se pretendía desencadenar mecanismos de polarización y posterior difusión de la actividad
económica. La complejidad de factores que intervienen en la localización industrial y en el desarrollo regional, hizo que
estos objetivos no fueran siempre alcanzados.
13.6 El modelo de producción centro periferia.
Todos los factores que intervienen en la localización industrial, conducen a la concentración de la industria en zonas
que contribuyen a incrementar los desequilibrios y las desigualdades a escala mundial y regional entre espacios
dominantes y dominados. Teoría Centro-Periferia: estas disparidades son la consecuencia directa de los mecanismos de
acumulación de riqueza que rigen el funcionamiento del capitalismo. Las desigualdades económicas y de rentas son las
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condiciones fundamentales para que tenga lugar la reproducción y aumento del capital. Las grandes empresas se
mueven en una dinámica de tensión y pugna entre ellas por la ocupación de los espacios más adecuados para
desarrollar sus actividades. Todas aspiran a alcanzar el mayor beneficio en el menor tiempo posible.
--La segunda revolución industrial y la Primera Guerra Mundial, con la quiebra del orden europeo, hicieron de Estados
Unidos la gran potencia que es actualmente. Su economía adquirió dimensión mundial por la exportación de capitales y
técnicas a través de multinacionales, por el control de mercados y por ser intermediaria en el comercio del petróleo
entre productores y consumidores asiáticos, latinoamericanos y europeos. Por esto las crisis norteamericanas se
convierten en crisis mundiales.
--Después de 1917, como consecuencia de la revolución de octubre en Rusia, surgieron economías socialistas que
hicieron depender su desarrollo de la industrialización. La Unión Soviética fue su modelo, creando un sistema capaz de
sustraerse a la dependencia económica y técnica de Europa occidental. En pocos años, su actividad industrial se
aproximó a la de los países más avanzados, sobre todo en cuanto a industrias de base, de bienes de equipo y
estrategias.
--Canadá, Sudáfrica, Australia: se incorporaron también al proceso de industrialización durante la segunda revolución
industrial, potenciando el modelo mundial de economía dual, con un centro industrializado dominante y una periferia
agraria dominada.
--Argentina, Brasil y México: llevaron a cabo una tímida industrialización, limitada al principio a industrias de primera
transformación de materias primas y luego a industrias de sustitución (demanda interior de bienes de consumo,
tratando de reducir las importaciones). Actividad concentrada en las capitales de estos países.
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tasas que suelen oscilar entre el 8-10%, y se produce un incremento de la economía sumergida, que burla el pago de
impuestos y de cuotas de la seguridad social. En Estados Unidos y la Unión Europea, esta situación coincide con una
inmigración mundial que provoca fenómenos de multiculturalidad y origina barrios de características étnicas
diferenciadas en las grandes ciudades, con riesgos de exclusión social y marginalidad. La revolución tecnológica puede
crear trabajo y mejorar las condiciones de vida, entre ellas reducir la jornada laboral, pero para que esto se generalice
al conjunto de la población, es preciso que la revolución tecnológica vaya acompañada de una ética del trabajo capaz
de evitar la economía sumergida y de proporcionar una ocupación del tiempo libre que impida un malestar social por el
excesivo ocio.
14.3 Modernización de las industrias antiguas.
Todas las ramas industriales se han visto más o menos afectadas por la revolución tecnológica, y sólo la modernización
puede impedir el cierre de las industrias más antiguas. Las industrias de base, como la siderurgia y la química pesada,
son las que tienen mayores dificultades para renovarse, debido a la competencia de los nuevos materiales (aluminio y
plásticos), las fluctuaciones de la actividad económica y la inadecuación de muchos de sus emplazamientos, que se han
quedado en localizaciones obsoletas. Su modernización pasa por el aumento de la productividad, la utilización de
minerales enriquecidos, un mayor rendimiento de los altos hornos, la producción de aceros especiales y la
automatización de labores. Las industrias de equipamiento, sobre todo la del automóvil, se han convertido en símbolos
de la modernización gracias a la robotización. Las industrias de bienes de consumo se han modernizado rápidamente,
sobre todo la textil, concentrada en la automatización de hilaturas y tejidos e incluso con la introducción de robots para
el corte en la confección. Las nuevas tecnologías, incorporadas a las industrias más antiguas y tradicionales permiten la
obtención de materiales nuevos y abren posibilidades de utilización verdaderamente revolucionarias.
14.4 Industrias nuevas.
Las industrias pertenecientes a los sectores de la electrónica y de la informática exigen gran proporción de personal
muy cualificado, ingenieros y técnicos, y originan un nuevo modelo de localización industrial. Ahora las instalaciones
industriales relacionadas con las nuevas tecnologías se sitúan siempre en emplazamientos ambientalmente
privilegiados, cerca de universidades (proporcionan soporte científico y personal de alto nivel), de laboratorios, de
centros de investigación, etc., mientras que las fábricas de montaje se dispersan por otras zonas del territorio nacional
y por el extranjero. Estados Unidos domina ampliamente el sector, seguido de Japón y la Unión Europea. Las
biotecnologías, industrias del ser vivo, son también ramas en constante expansión. Sus aplicaciones son prometedoras
en agroalimentación, acuicultura y salud.
14.5 Aeronáutica e industrias de guerra
El uso militar, la aeronáutica y la carrera del espacio exterior constituyen los motores principales de las industrias
vinculadas a las nuevas tecnologías. Las altas tecnologías existen porque hay aplicaciones militares y desarrollo de las
ciencias del espacio. Los mayores avances de la microelectrónica se deben a la presión militar, a la exigencia de fabricar
armas cada vez más precisas y destructoras Al frente de las innovaciones tecnológicas se sitúan las primeras potencias
militares del globo, que hacen de la industria bélica y de la exportación de armas una importante fuente de ingresos y
negocios. Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, sobre todo.
14.6 Modelo reciente de localización de la actividad industrial.
La robotización de las fábricas, los constantes avances en informática y los nuevos sistemas de comunicación han
permitido un aumento espectacular de la productividad, pero al mismo tiempo han provocado la transformación de los
modos de producción. En un intento por abaratar costes y siempre dentro de criterios de flexibilidad, las empresas
abandonan la concentración vertical, fragmentan la producción y evolucionan hacia estructuras en red, con una
dispersión jerarquizada de las tareas productivas que propicia la proliferación de pequeños establecimientos a su
alrededor y la sustitución de los viejos espacios industriales por otros nuevos. Las grandes firmas establecen sistemas
de subcontratación, colaboración y transferencia de tecnología con pequeñas empresas que utilizan mano de obra
barata o incluso sumergida para aprovisionarse de productos semielaborados o de las piezas necesarias para sus
procesos de fabricación. Mediante el método de entregas “justo a tiempo” se reducen los costes salariales y se ajusta la
producción a la demanda, evitando problemas de sobreproducción y de inmovilización de capital invertido y se reducen
los costes de almacenamiento de los productos elaborados. Las decisiones de localización industrial resultan cada vez
un proceso más complejo que vuelve a incidir en la organización del territorio y en la configuración de los paisajes
industriales. Las firmas transnacionales localizan sus industrias en países muy variados, aprovechando diferencias en los
precios de la mano de obra, costes de seguridad social y normas de protección medio ambiental. Estas empresas
desvían las tareas repetitivas y que exigen menos especialización hacia zonas del Tercer Mundo, donde se benefician de
relaciones laborales no conflictivas, de una mano de obra barata y de la menor regularización del mercado laboral. Se
da una separación funcional: investigación, creatividad y funciones estratégicas tributarias de la información por un
lado, permanecen en los espacios centrales, mientras que las tareas de montaje y ensamblado se desplazan hacia
espacios periféricos. La fragmentación de la producción hace que tienda a desaparecer cada vez más en el mundo
desarrollado la antigua división entre regiones industrializadas y urbanizadas, y regiones agrarias de doblamiento rural.
48
14.7 Los nuevos asentamientos en los países desarrollados.
La reorganización del sistema productivo tras la crisis de principios de los 70 genera dinamismos espaciales distintos a
los del pasado y nuevas pautas de localización. Se produce un importante trasvase de parte de los empleos y de la
producción desde las localizaciones centrales a los espacios periféricos. La desconcentración de la actividad industrial es
impulsada por el interés del capital, que busca la obtención de los máximos beneficios en el menor tiempo posible. La
saturación de las aglomeraciones urbanas, las nuevas tecnologías de transporte y comunicaciones, la mecanización de
las tareas y la decadencia de los complejos industriales favorecen la dispersión industrial, sobre todo en el caso de
aquellas actividades que pertenecen a ramas que se especializan en la fabricación de bienes estandarizados para un
amplio mercado. El modelo industrial de espacio polarizado, característico del pasado, que se organizaba
verticalmente, tiende a ser sustituido por otro que se apoya en una lógica horizontal del territorio. En los países
desarrollados se prefieren los entornos periurbanos más recientes y las zonas rurales para las localizaciones industriales
nuevas.
A) En entornos periurbanos: la escasez de suelo, la imposibilidad de ampliar las instalaciones y la congestión de las vías
de acceso son los principales factores que vienen provocando desde hace unos 20 años un proceso de
desindustrialización de los centros y de las periferias más antiguas de las ciudades. La mayor parte de las fábricas se
trasladan a entornos periurbanos, donde abundan las industrias de las nuevas tecnologías y las producciones de alto
valor añadido, así como algunas pequeñas empresas. Estas últimas poseen escasos niveles de capitalización, fabrican
productos de escaso valor añadido o se dedican a la confección. Se localizan casi siempre en suelos rústicos o en
pequeños polígonos industriales compuestos por naves industriales adosadas de reducidas dimensiones.
B) En zonas rurales: la descentralización de las tareas, característica de los nuevos modos de producción, estimula el
desarrollo de iniciativas empresariales de carácter local en medios rurales. Generalmente estas experiencias arrancan
de una tradición artesanal, surgen en áreas de elevada densidad de población y son fruto de individuos y familias que
disponen de ahorros, capacidad de iniciativa y sentido de la responsabilidad. Los productos de estas actividades
industriales suelen ser de poco valor añadido, suelen aprovechar materias primas agrícolas, ganaderas o forestales para
su transformación in situ y suelen originar procesos de especialización local o comarcal. En las zonas rurales los costes
salariales son más bajos y las tecnologías utilizadas sencillas, pero no desprovistas de capacidad innovadora y de
facilidades de relación dentro de una economía globalizada. Los costes de fabricación son reducidos y la competitividad
en el mercado queda asegurada. Aparece también en estas zonas una creciente industria procedente de la ciudad,
sobre todo empresas pequeñas.
C) En antiguas regiones marginales: la periferialización ha supuesto en muchos países el nacimiento de nuevas regiones
industriales que modifican la distribución anterior de esta actividad. Son espacios que disponen de factores de
localización favorables para las formas actuales de organización y producción, mucho más flexibles que en el pasado, y
que cuentan con condiciones agradables de vida. En estas regiones en torno a universidades, surgen parques o polos
tecnológicos, espacios caracterizados por una concentración excepcional de industria de alta tecnología. Los capitales
son atraídos por las facilidades de colaboración y servicio que se establecen entre los centros de investigación y
experimentación y las empresas, y por las relaciones de complementariedad entre industrias diferentes y empresas de
servicios. Las administraciones públicas favorecen la creación de zonas francas que responden a políticas de desarrollo
o de reordenación del territorio. Sus principales objetivos son atraer empresas creadoras de empleo e impulsar el
crecimiento económico.
14.8 Expansión industrial en el Tercer Mundo y países emergentes.
Ciertos países del Tercer Mundo han sido capaces de modernizar sus economías y de competir con los viejos Estados
industriales en la fabricación de determinados productos, forzando la reconversión de esas actividades en los países
centrales. Por ejemplo, las industrias siderúrgicas o las construcciones navales. Las sociedades multinacionales
transfieren cada vez más a países en vías de desarrollo producciones y procesos que sólo requieren tecnologías simples
y la aplicación intensiva de trabajo o energía. Intentan reducir costos de producción y se benefician de facilidades
fiscales y financieras concedidas por los gobiernos, deseosos de crear empleos y buscar independencia económica a
través del desarrollo industrial. La consecuencia de esto es la modificación del mapa industrial del mundo y la aparición
de una nueva división internacional del trabajo. A la cabeza de la industrialización del Tercer Mundo se encuentran
algunos Estados productores de petróleo y otros del sudeste asiático no productores de petróleo, pero que gozan de
una posición estratégica dentro de los grandes circuitos comerciales entre las dos orillas del Pacífico. Su
industrialización comenzó en los años 70 y se intensificó en los 80, mientras países los desarrollados sufrían sus más
elevadas cifras de paro, coincidiendo con la fase álgida de los procesos de desindustrialización y reconversión.
Desde entonces estos países no han parado de crecer.
Países industriales nuevos:
--Países muy poblados y pobres, como la India y China, con una industria que se orienta a cubrir las necesidades del
mercado interior, un fuerte desarrollo de la industria pesada y un importante protagonismo del Estado.
--Países liberales de vasto territorio, como Brasil, con una industria variada para cubrir la demanda del mercado propio.
49
- Países petroleros como México, Venezuela o Nigeria, lanzados a programas de industrialización, hoy en crisis por la
caída del precio del petróleo.
--Países talleres, de tamaño y población modestos, como Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong o Singapur, que son más
dinámicos y fundamentan su industria en los siguientes factores: mano de obra barata, inversiones multinacionales,
ayuda norteamericana y papel activo del Estado. Estos países se han visto muy favorecidos por su situación en una de
las fachadas del Pacífico y por su buena comunicación marítima respecto a líneas de flujo que unen los mayores focos
de actividad económica del mundo.
Localización de la industria: dentro de los países del Tercer Mundo, la industria se distribuye de forma muy desigual, y a
menudo de manera puntual. Dado el carácter exportador que reviste predominantemente el modelo industrial del
Tercer Mundo, las empresas se localizan en los grandes puertos del litoral o junto a las metrópolis, que cuentan con las
condiciones más favorables para el transporte de mercancías. Proliferan las zonas francas, que se conciben como
espacios delimitados y segregados respecto al resto del territorio nacional para atraer empresas extranjeras.
50
beneficiado ampliamente de la política estatal de declaración de “Zonas de Urgente Reindustrialización” y de las ayudas
concedidas a través de la Unión Europea a las regiones calificadas de “declive industrial”.
15.3 Zonas de urgente Reindustrialización.
Entre las medidas adoptadas desde 1983 para hacer frente a la reconversión en las regiones y lugares de antigua
industrialización, destaca la creación de “Zonas de Urgente Reindustrialización”, cuyo objetivo principal era mantener
las concentraciones industriales existentes en las áreas en declive, absorbiendo los excedentes laborales acogidos a los
“Fondos de Promoción de Empleo”. Se concedían a las empresas beneficios financieros, ventajas fiscales y
subvenciones en I+D, formación y contratación. Las ZUR delimitadas en 1985 fueron 7, que incluían 80 municipios
pertenecientes a áreas calificadas de declive industrial: Ferrol y Vigo, cuenca central de Asturias, área metropolitana de
Bilbao, bahía de Cádiz, área metropolitana de Barcelona, corredor de Henares y área metropolitana de Madrid. Los
resultados de esta política fueron muy desiguales, dependiendo principalmente de la dimensión, naturaleza, capacidad
del parque empresarial preexistente. Mayor éxito: Madrid y Barcelona. Los sectores beneficiados han sido los más
avanzados tecnológicamente y los más relacionados con el aumento de la demanda de las áreas metropolitanas. Uno
de sus efectos más positivos ha sido la diversificación industrial en espacios que anteriormente estaban excesivamente
monopolizados, por lo que resultaban muy frágiles ante las fluctuaciones de la economía.
15.4 Parques tecnológicos y empresariales.
Siguiendo el modelo norteamericano y de otros países europeos, se han creado en España Parques Tecnológicos para
acoger específicamente empresas dedicadas a la innovación y a las más recientes tecnologías, y para propiciar la
integración del sistema ciencia-tecnología-industria.
Se han creado también Parques Empresariales, que acogen actividades de dirección, gestión, innovación y apoyo a las
empresas existentes en zonas metropolitanas. Algunos tienen carácter temático, es decir, están especializados en
empresas de un solo sector.
Las Áreas de Actividades Logísticas son espacios concebidos para facilitar servicios y actividades complementarias a las
empresas que se localizan junto a antiguos polígonos industriales. Estas nuevas formas de asentamientos industriales
guardan estrechas relaciones con los actuales procesos de globalización de la economía y han sido diseñados como
espacios de calidad urbanística y arquitectónica, a diferencia de los polígonos y zonas industriales de etapas anteriores.
La densidad de la edificación es pequeña, cuentan con zonas ajardinadas, disponen de buenas infraestructuras y
ofrecen variedad de servicios, tanto a trabajadores como a actividades. Buscan la proximidad de universidades y
centros de investigación, para facilitar el desarrollo de programas de I+D; las carreteras y aeropuertos para garantizar
las relaciones internacionales.
51
Capítulo 4
El mar, un espacio siempre disputado.
Introducción
Las aguas del mar cuben el 71% de la superficie del planeta y la vida surgió en el fondo de los mares hace 4500 millones
de años. En el mar viven alrededor de 180.000 especies de animales y otros 100.000 tipos de plantas que constituyen
una reserva para la alimentación de la población. Los fondos oceánicos encierran fabulosas riquezas en minerales, gas y
petróleo; las mareas, las corrientes y las olas constituyen una fuente de energía inagotable, y el agua del mar puede
cubrir las necesidades de agua potable a condición de ser desalinizada. Cerca de la costa se concentran las 2/3 partes
de la población y es una vía de comunicación y transporte privilegiada. Desde la Segunda Guerra Mundial, la
importancia del mar ha ido creciendo y de ahí los múltiples conflictos jurisdiccionales. En la actualidad, la
sobreexplotación pesquera pone en peligro la cadena alimentaria, y los vertidos industriales y urbanos, las mareas
negras y los residuos nucleares amenazan la vida en el mar. El mar ya no es un recurso alimenticio ilimitado y sus aguas
han perdido la capacidad de absorber todos los desperdicios que llegan a ella desde tierra. Se deben adoptar medidas a
escala planetaria dirigidas a asegurar un uso responsable del mar. Entre ellas están:
--Creación de una policía internacional del mar.
--La puesta en marcha de un Foro Internacional para debatir los temas referentes al mar.
--la constitución de un Tribunal de Justicia Internacional, al estilo del que ya existe en la Haya, que se ocuparía de
conflictos exclusivos del mar.
52
territorio por los hombres. En las latitudes templadas, las corrientes cálidas bañan los frentes occidentales de los
continentes y hacen posibles la existencia de importantes densidades de población a una latitud más alta que en las
fachadas orientales. Así, la corriente cálida del Golfo crea condiciones favorables para la vida en Europa occidental y
permite la localización de grandes ciudades marítimas ala norte de los 40 grados de latitud. Por el contrario, las
corrientes frías, el Labrador en América del Norte, o el Oya Shivo en Asia, explican las bajas temperaturas de las
fachadas orientales continentales a las mismas latitudes y el escaso número de grandes ciudades al norte del paralelo
40º. En la zona intertropical, las corrientes frías que bañan las costas orientales de los continentes originan desiertos
costeros, al impedir la evaporación y por lo tanto las lluvias (desiertos del Mauritania, de Namibia, de la Baja California,
de Perú, de Atacama, del Noroeste de Australia).
También el viento es responsable de las olas que agitan la superficie de los mares y chocan contra las costas modelando
su relieve. El mar de fondo y marejada es un oleaje originado muy lejos de donde se observa por lo que las olas han
perdido altura. La marejada suele estar constituida por ondas largas procedentes de alta mar.
Las mareas son cambios de nivel del mar que se producen dos veces al día, debido a la fuerza de atracción del sol y la
luna. Su acción determina el comportamiento de los ecosistemas costeros, condiciones el aprovechamiento del
territorio e influye sobre la actividad económica. La altura máxima del nivel del mar se llama pleamar y la mínima
bajamar; la diferencia entre ambas se denomina amplitud de la marea.
Los tsunamis son olas marinas gigantescas desencadenadas por un desplazamiento de una columna de agua apoyada
en un fondo que experimenta un maremoto.
2.4 Afloramientos de aguas profundas.
Las diferencias de densidad, de temperatura y de salinidad originan movimientos verticales de aguas de los mares que
tienen gran importancia por sus consecuencias sobre la circulación general de corrientes y en consecuencia para la
actividad pesquera. El afloramiento de aguas frías genera la formación de plancton. Los mayores afloramientos de
aguas profundas tienen lugar en la antártica, en zonas ecuatoriales y en determinadas zonas costeras. Los
afloramientos antárticos son resultado de la denominada “Convergencia Antártica”, debido a la diferencia de densidad
del agua del norte y la que proviene del Antártico. En las zonas ecuatoriales, las corrientes cálidas originan una amplia
zona de divergencia de aguas, que facilita el afloramiento de aguas frías subsuperficiales y aportando oxígeno y
nutrientes. Por otra parte, los afloramientos de aguas profundas cerca de la costa se explican por los mecanismos que
favorecen el desplazamiento de las aguas superficiales desde la costa hasta el mar, por ejemplo “El Niño”. Por último,
hay afloramientos más locales que se asocian a corrientes superficiales provocadas por giros anticiclónicos y ciclónicos.
La circulación de las aguas profundas vinculada a las diferencias entre temperaturas y la salinidad recibe el nombre de
“termohalina” Los intercambios se deben a diferencia de densidad y salinidad. El mecanismo global de las aguas del
mar en profundidad es muy lento, unos 1000 años, y su funcionamiento depende de la producción de aguas profundas
en el Atlántico Norte. Desde allí las aguas frías de desplazan hacia el sur por las cuencas occidentales del océano
Atlántico y luego se reparten al resto de océanos, impulsadas por la corriente circumpolar de la Antártida.
53
la pesca como salazones, conserveras, fabricación de piensos y congelados entre otras, caracterizan el paisaje de los
principales puertos pesqueros. Las nuevas tecnologías y las industrias del frío han revolucionado el tratamiento y la
comercialización del pescado. Grandes multinacionales con barcos factoría que operan en alta mar y complejas
instalaciones en la tierra han convertido el consumo de los productos del mar en fenómeno de masas.
3.1 La pesca, un recurso ilimitado.
Desde 1950, las capturas mundiales de peces en el mar se han quintuplicado pro el empleo de nuevas tecnologías y la
puesta en explotación de nuevas zonas de pesca, muchas en el hemisferio austral. Actualmente, apenas quedan
rincones pesqueros de importancia comercial en el planeta sin explotar. Como consecuencia de la importancia de la
pesca extractiva, la intensidad de las capturas mundiales ha disminuido en los últimos años, aunque su volumen global
no ha dejado de aumentar. Hoy resulta difícil rebasar capturas superiores a 100 millones de Tn. al año sin poner en
grave peligro la regeneración de las especies. El aumento de la población mundial, los avances de la técnica y la mejora
de los transportes han elevado la producción pesquera desde los 4,5 millones de Tn. en 1900 a los 142 millones de
2009. Todo ello ha ido unido a un incremento de la flota pesquera mundial, proporcionalmente más rápido que las
capturas. Alrededor de 200 millones de personas se dedican actualmente a la pesca en el mundo. Las 20 principales
potencias pesqueras del planeta destinan unos 70.000 millones de dólares anuales a subvenciones para pescar. Por eso
la pesca es una actividad sobredimensionada que favorece la explotación.
3.2 Desigual riqueza biológica de los mares.
La importancia pesquera de las aguas del mar es desigual. La abundancia de peces depende de la cantidad de
microorganismos vegetales (fitoplancton) y animales (zooplancton) que existen en las aguas. El fitoplancton sirve de
alimento al zooplancton y a peces herbívoros. El zooplancton alimenta a especies marinas de las cuales nos
alimentamos nosotros y otros tipos de peces mayores. La proporción de plancton en las aguas depende de la cantidad
de luz existente, de las temperaturas de las aguas y de la abundancia de sales minerales y materias orgánicas. Por esta
razón, casi todas las capturas son realizadas en la plataforma continental, en la desembocadura de los ríos y donde se
produce el encuentro de corrientes marinas cálidas y de aguas frías, muy oxigenadas y cargadas de sales nutrientes. Las
capturas sólo aumentan en el océano Índico por la recién introducción de técnicas modernas de pesca y la presencia
cada vez mayor de las flotas de las grandes potencias pesqueras. A la presión pesquera, como causa principal del
descenso de las capturas en casi todos los mares hay que añadir los efectos de la contaminación producida por el
hombre. Según la ONU, el 70% de los pescados, crustáceos y moluscos del mundo deben de ser protegidos.
3.3 España, potencia pesquera.
Con 6.158 km. de costas, España ha vivido siempre de cara al mar. La vocación marinera de sus gentes hizo posible el
descubrimiento de América y el dominio de los mares permitió la existencia de un vasto imperio ultramarino durante
siglos. Al igual que sucede en la mayoría de países, el volumen de la flota mercante española disminuye y el tráfico
marítimo de mercancías se concentra en los puertos principales de nuestra geografía. Simultáneamente, la flota
pesquera, que en 1984 era la tercera del mundo por tonelaje y potencia de motor, la novena por cantidad de pesca
desembarcada y la cuarta por su valor económico, se ha reducido considerablemente, pero todavía sigue siendo la más
importante de la Europa azul, con un total de 75.000 embarcaciones y 80.000 marineros. Los pescadores españoles se
han visto muy afectados por el agotamiento de los recursos piscícolas en nuestras costas y por la ampliación de la ZEE a
200 millas en los mares donde faenaban tradicionalmente, basándose en el principio de “Mare Liberum” y en derechos
históricos. La incorporación de España a la Unión Europea aceleró la reducción de la flota pesquera y su
reestructuración. En la actualidad la flota española se ha modernizado considerablemente y desde 1996 vuelve a pescar
en el caladero irlandés y en aguas de Groenlandia, adelantada la fecha prevista para la plena integración del Estado
español en la Política Común Pesquera del a Unión Europea. Por último los usos industriales, la presión turística y el
crecimiento de las ciudades plantean problemas de deterioro de las costas y de contaminación de los mares semejantes
a los del resto de los países desarrollados.
3.4 Técnicas y tipos de pesca.
La mayoría de las técnicas y artes de pesca tienen un origen antiguo y durante siglos se han practicado de forma
parecida. La evolución de las embarcaciones y el empleo de modernos sistemas de detección y localización de bancos
de peces, entre ellos el sonar y radar, han transformado muchas de las técnicas tradicionales y han permitido la
creación de otras nuevas. Actualmente, la pesca de subsistencia o artesanal es una actividad que pierde importancia
frente a la pesca industrializada que se dedica a la captura intensiva de peces para un consumo de masas.
Entre las técnicas más antiguas se halla la recogida de moluscos y peces en la orilla, que se practica desde la prehistoria.
Otras técnicas tradicionales son la liña (un bramante con un lastre en el extremo y carios anzuelos unidos al hilo
principal), el palangre (una cuerda sumergida de la que penden varios cordeles con anzuelos) y el curricán (varios
cordeles provistos de anzuelos son arrastrados lentamente por una embarcación). La pesca artesanal utiliza también
nasas (jaulas que permiten la entrada de los peces pero no su salida) y redes fijas, como la almadraba (se tiende un
paño de red perpendicular a la costa para cortar el paso de los atunes y desviarlos hacia la cámara de la muerte, un
circulo de redes que les impide escapar).
54
La pesca de altura y la gran pesca emplean redes móviles mediante los sistemas de cerco y arrastre para la pesca de
especies pelágicas, sobre todo para aquellas que se desplazan en bancos o cardúmenes, como los arenques, sardinas,
anchoas, jureles, atunes y bonitos. La técnica de cerco se basa en al calado de un largo paño de red sostenido por dos
relingas, una superior, que lleva un gran número de corchos para impedir que la red se hunda, y otra inferior, lastrada
con plomos sin llegar a tocar el fondo. A menudo se practica durante la noche, con un foco luminoso que atrae a
numerosas especies.
Las técnicas de arrastre consisten en el empleo de una gran red que es arrastrada desde una embarcación. La red tiene
forma de embudo y termina en una especie de copo o saco que facilita la captura de las especies que viven cerca del
fondo. El arrastre dura varias horas o un día y las redes se izan a bordo por el costado o por la rampa de la popa. El
tamaño de las redes y la profundidad a la que se calan dependen de las dimensiones de la embarcación y de la potencia
de sus motores. Esta técnica se utiliza para la pesca de todas las especies que viven cerca del fondo, entre ellas el
bacalao, la merluza, el pulpo, la gamba, etc.
Una variante de la técnica anterior es la denominada de arrastre pelágico. En ella la red es arrastrada entre dos aguas, a
una profundidad intermedia, para capturar las especies que no viven cerca del fondo.
Entre las técnicas más modernas destaca la pesca eléctrica, practicada sobre todo para la captura de sardinas y
anchoas. La pesca eléctrica se basa en el principio de que los peces sometidos a un campo eléctrico nadan en dirección
hacia el polo positivo o ánodo. Para practicar esta pesca se introducen unas rejillas cerca de los bancos de pesca y un
embudo metálico que actúa de polo positivo. El cono se prolonga por una manguera y mediante una bomba se
succiona los peces que entran en el campo magnético arrastrándolos a bordo. Para localizar los bancos de peces se
utiliza el radas, el sonar e incluso satélites artificiales.
La caza de la ballena, que se practicaba a partir de la Edad Media mediante pequeñas embarcaciones de remo desde las
que se lanzaba a mano el arpón, se realiza desde finales del siglo XIX mediante cañones lanza – arpones. Hoy, la caza de
la ballena se efectúa por flotas integradas por un buque factoría y varios buques arponeros.
3.5 Cultivos marinos.
En un contexto en el que los recursos marinos se agotan, la acuicultura o cría de peces aparece como la manera más
apropiada para aumentar las cosecha del mar sin arriesgar su equilibrio biológico. En nuestros días representa el 16%
de las capturas totales de la pesca en el mundo. Actualmente China, obtiene más de 4 millones de Tn. de pescado
anuales en viveros y es el cuarto productor mundial mediante estas técnicas. En Europa, la cría de almejas y ostras, y en
Asia, la algocultura, son otras formas de acuicultura que se integran dentro del desarrollo rural contemporáneo. Desde
la década de los 80, en los países desarrollados, se fomenta la cría de lubinas, doradas, rodaballos, salmones y gambas.
La producción de salmón en Noruega pasó en sólo 10 años, de 4000 Tn. a más de 150.000 Tn. en 1990. Sin embargo, la
acuicultura no está exenta de problemas. Las técnicas empleadas son muy costosas y por ello sólo resultan aplicables a
especies de alto valor en el mercado. Por otra parte, los efectos de la acuicultura sobre el medio ambiente pueden ser
negativos ya que su práctica intensiva perjudica la calidad de las aguas de los lagos y del litoral, sobre todo cuando se
trata de zonas recreativas. En el Tercer Mundo, los precios de los productos obtenidos a través de la acuicultura siguen
estando muy por encima del poder adquisitivo de sus poblaciones y los impactos medioambientales pueden ser graves.
Para paliar los problemas medioambientales de la piscicultura, las administraciones públicas de todos los países del
mundo tratan de imponer sistemas respetuosos con las condiciones medioambientales del entorno, métodos y
tecnologías capaces de garantizar el desarrollo sostenible de los ecosistemas y las sociedades costeras.
3.6Los cultivos marinos en España.
En España, la acuicultura tiene una importancia creciente por las dificultades para la pesca extractiva. Actualmente, en
España se producen cada año más de 250.000 Tn. de mejillones, 30.000 Tn. de otros moluscos y 20.000 Tn. de peces.
La acuicultura aprovecha las ventajas de nuestras costas para esta actividad por su variedad de ambientes marinos y
condiciones climáticas favorables. Las formas de acuicultura practicadas en nuestro país son muy variadas, desde el
marisqueo, al cultivo del mejillón en bateas flotantes y el empleo de técnicas científicas muy complejas en viveros
litorales y estanques interiores. Galicia es la comunidad más desarrollada y proporciona el 90% del mejillón español y
casi el 50% del mejillón mundial. La producción acuícola ocupa a 28000 personas y genera unos beneficios de más de
400 millones de euros.
3.7 Importancia económica de la pesca.
La importancia de la pesca para la alimentación, el volumen de mano de obra que moviliza y los ingresos que genera,
han intensificado la práctica de esta actividad en los mares tropicales y australes, aparte de los caladeros tradicionales
en las zonas circumpolares. Diez países concentran el 58% de las capturas, entre ellos España. Las nuevas tecnologías y
las industrias del frio han modificado la comercialización del pescado. Grandes multinacionales han extendido el
consumo del pescado en zonas que anteriormente eran poco consumidoras. Desde el punto de vista espacial, la
actividad pesquera provoca un uso del suelo que requiere grandes superficies en los puertos y tiene una gran
repercusión paisajística. Las industrias, las lonjas, almacenes frigoríficos y salazones son otros elementos
consustanciales de estos paisajes.
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3.8 Despensa marina.
En el contexto de penuria de capturas a escala mundial, donde rebasar los 100 millones de Tn. es difícil, se impone la
necesidad de poner en valor especies “forrajes” (boquerón, sardina) y especies poco utilizadas hasta el presente para la
fabricación de surimi o de conservas consumibles directamente por el hombre. Además, una cantidad creciente de
pescado se convierte en harina para la acuicultura, uno 30 millones de toneladas son para alimentar al pescado de las
piscifactorías, desplazando a la cría de pollos y cerdos. El propio proceso de globalización favorece la homogeneización
de los hábitos de consumo de alimentos, también del pescado como fuente de aportación de proteínas y también en
este caso a través de grandes empresas dedicadas a la captura de peces, a su manipulación mediante técnicas
industriales y a su comercialización, que adquieren dimensión de multinacional. Cada vez queda más lejos el pasado en
el que el consumo de pescado sólo era importante en los países de fachada marítima.
3.9 Europa Azul
El tratado de Roma (art. 38 y siguientes) reconocía a la Comunidad Europea competencias en el dominio pesquero si
bien hasta 1966 no se esbozó una política común de esta naturaleza (PCP). En 1970 se llegó por primera vez a un
acuerdo que reconocía la igualdad de acceso de los Estados miembros de la CCEE a las aguas territoriales de cada uno
de ellos. La adhesión de Dinamarca, Irlanda y Reino Unido a la Unión en 1973 (3 países con aguas ricas en pesca)
propició la del principio de “libre acceso” de todos a las aguas de todos y el establecimiento de una banda costera de 0
a 6 millas que quedaba reservada a cada uno de los países miembros y que podía ser ampliada hasta las 12 millas. En
1976, el Consejo de la CCEE decidió extender a 200 millas la zona de jurisdicción comunitaria (Acuerdo de la Haya), y en
1983, con la perspectiva de la incorporación de Portugal y España, dos potencias pesqueras, acordó el apresurado
reparto de las áreas de pesca, manteniendo la reserva existente de las 12 millas para los pescadores de cada Estado y la
exclusión de los españoles y portugueses de las aguas comunitarias del Mar del Norte hasta el año 2002. Durante
décadas la política comunitaria de basó en la distribución de cuotas de captura a los países miembros de la Unión sin
preocuparse por la recuperación de los recursos pesqueros. Así, a principios de los noventa, las reservas de las
principales especies capturadas en el mar del Norte (bacalao y abadejo) representaban el 15% de las existentes en 1970
y el 50% de las que había en 1983. En la actualidad la política se centra en la conservación de los recursos; las
autoridades comunitarias limitan el tamaño de las redes, adoptan el sistema de licencias para controlar la actividad de
los pescadores y conceden ayudas a través de los Fondos estructurales (financiamiento comunitario de proyectos
regionales y sociales) para facilitar la retirada de barcos y hacer frentes a los problemas sociales derivados de la
reestructuración del sector. De manera simultánea, para paliar los daños económicos del sector, la Comisión europea
fomenta los acuerdos pesqueros con países terceros y la creación de sociedades mixtas en ellos, compuestas por
empresas locales europeas, a cambio de facilidades de acceso al mercado comunitario (reducciones tarifarias). De esta
manera la Unión Europea dispone de derechos de pesca a lo largo de las costas africanas, del océano Índico y de
América Latina.
56
constituyen un capital que se desea preservar para el futuro y en ese sentido se orientan las políticas estatales y los
acuerdos internacionales.
4.3 Salinas.
La salinidad del mar alude a la cantidad de sales disueltas en un kg. de agua. Se expresa en unidades por mil. La
salinidad varía de unos mares a otros, ya que depende de la abundancia de precipitaciones, de la evaporación y los
aportes de agua dulce procedentes de los ríos o de la fusión de los glaciares y casquetes polares. Los valores más altos
de salinidad se registran en los mares subtropicales, coincidiendo con los anillos de altas presiones atmosféricas, y en
las zonas costeras, sobre todo de los mares interiores cálidos o templados donde la evaporación es intensa.
La salinidad media de los océanos es de 34,72 por mil. En el mar Rojo la salinidad llega hasta el 42 por mil y en los
cinturones subtropicales es del 37 por mil. Los mínimos se registran en los alrededores de la Antártida y en el Océano
Glaciar Ártico, a causa de la disolución de la salmuera provocada por la fusión del hielo.
57
7.1 El litoral español.
El litoral español se extiende a lo largo de casi 7.900 km., de los que 5.000 km. corresponden a la península y 2.900 km.
a las islas. Alrededor del 25% de esa extensión, unos 2.000 km., está constituido por playas. La superficie costera se
reparte entre diez Comunidades autónomas y 478 municipios (el 7,2% del territorio nacional), y en ella viven más de 13
millones de personas (el 35% de la población española). A lo largo del siglo XX la concentración de la población y la
actividad económica no han cesado de aumentar en las costas. Sus efectivos demográficos han pasado del 12% de la
población española a principios de siglo al 35% a finales del mismo. El litoral concentra más del 80% del turismo de
España y el 64% de la potencia industrial. El transporte marítimo representa el 95% del comercio exterior. La presión
demográfica, la fuerte urbanización, el desarrollo del turismo, la industrialización y la intensificación de los transportes
ponen actualmente en peligro la conservación de los paisajes costeros, el equilibrio de los ecosistemas ribereños y la
estabilidad de las playas. Entre los principales problemas del litoral español en el umbral de un nuevo siglo figuran los
siguientes:
• Creación de carreras artificiales a lo largo de la costa que interceptan el flujo de la arena. Espigones y obras portuarias
ubicadas inadecuadamente constituyen carreras artificiales que alteran la circulación de las corrientes marinas y
modifican la formación de las playas.
• Proliferación de construcciones al borde del mar que rompen la circulación de las brisas mar- tierra durante el día y la
noche, dificultan el paso del sol e interrumpen el perfil transversal de las playas dificultando su recuperación natural.
Las barreras arquitectónicas originadas por la construcción de edificios, calles, carreteras, paseos marítimos y muros
alteran las relaciones naturales entre el mar y la tierra.
• Destrucción de dunas, con desaparición de reservas naturales de arena hasta el punto de impedir el mantenimiento
de las playas y hacer irreversibles procesos erosivos de destrucción de las costas.
• Disminución de las reservas naturales de arenas y gravas por extracción de gravas y arenas en playas, cauces de ríos,
barrancos, ramblas, etc. La consecuencia de todo ello es el deterioro de las playas y en casos extremos su desaparición.
• Sustitución de playas por escolleras y espigones a escasos metros de pantallas arquitectónicas que a menudo dejan la
playa en sombra durante gran parte del día.
7.2 Una ocupación intensiva del litoral.
La ocupación masiva del litoral por nuevas formas de usos se ha realizado de manera muy rápida en gran parte del
mundo, sin tener en cuenta las implicaciones medioambientales. Junto al mar proliferan fábricas que contaminan el
medio ambiente y polucionan las aguas con sus vertidos, y en sus orillas, se levantan urbanizaciones de playa que
constituyen auténticas barreras arquitectónicas. Con frecuencia, los particulares privatizan los espacios litorales de
dominio público y, a menudo, se construyen vías de gran intensidad de tráfico que corren paralelas al mar, llegando a
dificultar su drenaje natural. Este es un caso muy frecuente en el mediterráneo español bajo situaciones atmosféricas
de gota fría a finales de verano y comienzos de otoño. La Comisión Europea ya alertó en 2004 de los peligros que
suponía la erosión de las costas. Un 20% de sus 68000 km. Se hallaba entonces erosionado. Sus consecuencias se
manifiestan en una regresión de la línea de costa que se estima entre medio metro y dos metros al año. De seguir así,
los efectos de la erosión se dejaran sentir sobre el conjunto de la población ya que 70 millones de europeos viven a
menos de 100 metros del mar. El 50% del litoral mediterráneo está ya construido con los problemas de gestión que
comporta por la variedad de usos en un espacio cada vez más frágil. A los peligros de erosión ocasionados por la
actividad humana, hay que añadir los que resultan del aumento del nivel del mar motivado por el cambio climático.
Respecto a España, el 11,5% de su costa tiene problemas de erosión. El deterioro afecta a las comunidades más
urbanizadas y sometidas a la presión turística como Andalucía, Cataluña, comunidad Valenciana y Baleares.
7.3 Usos tradicionales.
A) Puertos pesqueros. A lo largo de las costas se suceden las localidades marineras. En España, existen 265 puertos
base de pesca, gestionados en su mayor parte por las Comunidades Autónomas. En el País Vasco 16, Asturias 21 y
Cantabria con 8. La flota pesquera de Galicia es la primera de España por sus capturas y el número de barcos. Más de la
tercera parte de los pescadores españoles son gallegos. Galicia tiene 72 puertos. La costa sudatlántica española tiene
una gran tradición pesquera y cuenta con una moderna flota congeladora. En el Mediterráneo, las actividades
extractivas del mar tienen menos importancia por la menor riqueza biológica de sus aguas. Andalucía 32 puertos,
Cataluña 32, Comunidad Valenciana 22, Islas Baleares 16 y Murcia 4. La situación privilegiada de las Islas Canarias,
frente a los importantes bancos de pesca de la costa del Sahara, explica su importancia pesquera. Las islas tienen un
total de 41 puertos pesqueros.
B) Puertos comerciales. Los puertos son puntos de encuentro de los tráficos marítimos y continentales. Por eso
disponen de abundancia de materias primas y productos energéticos que facilitan la instalación de industrias. Los
emplazamientos preferidos son las bahías, calas, ríos y estuarios. En casos extremos, motivados por razones
estratégicas o económicas, los puertos se construyen de forma totalmente artificial, mediante diques y dársenas que se
adentran en el mar. La mayoría de los puertos reciben un tráfico de todo tipo pero algunos se especializan en la
manipulación de determinadas mercancías o la realización de determinadas actividades, como los puertos pesqueros,
58
petrolíferos, mineros, militares o deportivos. El puerto de Rotterdam es el primer puerto del mundo por su tráfico. Este
puerto tuvo su inicio en un estuario, la necesidad de acoger embarcaciones de más calado y dimensiones, obligaron la
construcción de antepuertos, en aguas más profundas y cerca del mar. En Francia, los puertos de Burdeos, Rouen y
Nantes son buenos ejemplos de emplazamiento portuario de estuario. En España, a pesar de la gran extensión del
litoral, 3905 km. De costa peninsular y 1916 km de costa insular, las condiciones naturales no son propicias para el
establecimiento de grandes puertos, ya que predominan las costas rectilíneas y acantiladas, batidas en exceso por el
oleaje. Los mejores puertos naturales y los más profundos son los del Atlántico Norte y Noroeste. En el Mediterráneo,
los mejores emplazamientos están en Cartagena, Palma de Mallorca y Mahón. En éste mar el oleaje es débil y las
mareas no plantean problemas. De los puertos españoles, sólo 98 están autorizados a realizar funciones mercantiles y 8
de ellos absorben más del 50 % del movimiento de mercancías y pasajeros de España. Barcelona es el puerto con mayor
influencia seguido del de Valencia. A escala internacional, nacional y regional, los puertos se estructuran
jerárquicamente según la importancia de su área de influencia.
7.4 Usos de ocio y turismo.
Las costas proporcionan atractivos de ocio y descanso de primer orden y posibilidades de prácticas deportivas para los
millones de personas que residen en sus inmediaciones o para las que acuden a ellas anualmente a pasar sus
vacaciones desde tierras del interior. Uno de los aspectos fundamentales de las costas en relación con el turismo es la
cantidad y variedad de alojamientos que puedan existir en cada una de ellas. En el caso español, el mayor número de
plazas turísticas corresponde al mediterráneo don un 55,3%, seguido de Islas Baleares con un 21,2% y Canarias con un
13,2% del total español. Por todo el litoral proliferan, junto a los núcleos de los antiguos pueblos, urbanizaciones de
primera y segunda residencia, conjuntos hoteleros y equipamientos de ocio que se disponen linealmente, hasta formar
muchas veces auténticos muros de hormigón paralelos al mar. Las zonas costeras españolas se han consolidado
también como uno de los más prestigiosos destinos de Europa en la práctica del golf. Los campos de golf permiten
diversificar la oferta turística y facilitan el aprovechamiento de los recursos durante las épocas de temporada baja con
lo que se consigue reducir la fuerte concentración estacional del turismo. Actualmente, existen más de 330 hoteles
orientados al turismo de golf.
7.5 Usos urbanos e industriales.
La concentración de la población en las grandes aglomeraciones urbanas y la expansión del proceso de urbanización de
las sociedades actuales determinan que los usos del suelo propios de la ciudad alcancen cada vez mayor extensión a
orillas del mar, produciendo importantes efectos medioambientales y una profunda transformación del paisaje. En
España, junto a los espacios fabriles del entorno de Barcelona, proliferan los asentamientos totalmente turísticos como
Sitges o Castelldefels. Las tierras de cultivo han retrocedido y los espacios naturales sólo se conservan bien en enclaves
protegidos. En el norte de España, la ocupación del litoral por usos urbanos es más discontinua, debido a las
características orográficas y a razones de tipo histórico, pero también es alta. Las costas más urbanizadas son las del
País Vasco y sectores concretos de Cantabria y Asturias. Los polos de desarrollo de La Coruña y Vigo, la expansión de las
segundas residencias y el auge del turismo son los motores de una intensa urbanización de la costa gallega,
especialmente de las rías de Sada, La Coruña y Pontevedra.
59
8.1 Contaminación de las aguas.
Durante siglos los mares han sido capaces de absorber los desperdicios que se arrojaban a ellos y la contaminación de
sus aguas se hallaba relativamente localizada en ciertos lugares. Hoy no es así, millones de toneladas de residuos de
diferente naturaleza son vertidos indiscriminadamente al mar y sin ningún control; la contaminación se extiende por
todas las costas del planeta y cada vez se deja sentir más en alta mar. Residuos peligrosos, pesticidas, desechos de la
minería, materiales y sustancias radioactivas son arrojados ilegalmente y de forma clandestina en alta mar. El petróleo
procedente del vertido de barcos de naufragios y de escapes de las prospecciones submarinas acaba con la fauna y la
flora de los ecosistemas marinos. Los residuos industriales (sobre todo de complejos petroquímicos y de fábricas de
celulosa) y los productos utilizados como fertilizantes para la agricultura provocan la intoxicación de las aves y los
peces. En las inmediaciones de las ciudades, las aguas residuales urbanas favorecen el desarrollo de gérmenes
patógenos que propagan enfermedades, sobre todo entre poblaciones marginales y de menor poder adquisitivo que
viven en condiciones de precariedad. Por su parte, los vertidos de aguas calientes de las centrales térmicas y nucleares
alteran los ecosistemas litorales. Además, las explosiones submarinas y los residuos nucleares amenazan con introducir
la radioactividad en la cadena alimentaria. Los aportes contaminados de los ríos que desembocan en los mares
interiores dificultan la renovación de sus aguas y perjudican la vida de los organismos marinos. El Mar de Aral ya está
muerto. El desvío de los ríos que lo alimentan para irrigar las cosechas de algodón, ha provocado la pérdida de más del
60% de sus aguas y la mayoría de sus peces han desaparecido. Los manglares, arrecifes de coral y praderas marinas de
los mares tropicales han sido siempre medios naturales privilegiados en los que vivían miles de peces, invertebrados y
plantas, pero se hallan entre los ecosistemas más amenazados del mundo. En los mares templados, la contaminación
favorece la expansión de algas tóxicas que son peligrosas para el hombre y provocan la muerte de peces y moluscos.
La Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar y acuerdos regionales entre Estados que se enmarcan
dentro del Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP) establece medidas de control de la contaminación, si
bien sólo una estrategia global podría evitar la muerte de los océanos. El Programa de Mares Regionales, incluido
dentro del UNEP, representa una de las actuaciones más ambiciosas dirigidas a mejorar el medio ambiente marino y a
hacer un adecuado uso de sus recursos. Este Programa implica a 130 países y 16 organizaciones internacionales y
regionales. El Plan de Acción para el Mediterráneo de 1976, suscrito en Barcelona por 17 países ribereños, es uno de los
Programas de Mares Regionales en marcha. Esos mismos países reunidos en Génova en 1985 acordaron como acciones
prioritarias para mejora la contaminación del Mediterráneo construir plantas de tratamiento de residuos en todas las
ciudades, proteger las especies marinas en peligro, como la foca monje y la tortuga, reducir la contaminación industrial
y tratar los residuos sólidos. También es importante para mejorar la limpieza de los océanos a escala internacional la
propuesta MARPOL, formulada en 1973 para controlar la contaminación procedente de los barcos. En esa propuesta se
regulan las distancias mínimas a la costa a las que pueden efectuarse los vertidos de residuos de diferente naturaleza.
8.2 Pérdidas de biodiversidad.
La pesca industrial y semindustrial practicada por buques de arrastre ha provocado el retroceso de los sistemas
tradicionales de pesca, por lo general mucho más respetuosos con el medio. Gracias a las ayudas tecnológicas, los
barcos pueden navegar sin visibilidad y los sonares y aviones permiten localizar los bancos de pesca. Para hacer frente a
la escasez de las especies comercializadas, los pescadores han tenido que ampliar las capturas a especies situadas en un
escalón inferior de la cadena alimentaria marina. También se pesca a profundidades mayores, incluso entre los 400 y
1500 metros, si bien con grave peligro para la conservación de las especies que allí viven. Las redes de arrastre
ocasionan la desaparición de numerosas poblaciones del fondo del mar y los barcos incumplen con frecuencia la
prohibición de calar las artes de pesca a menos de 50 m. de profundidad. Actualmente, se estima que la mitad de la
flota mundial tendría capacidad para extraer el total de lo que los océanos pueden producir un año. La pesca de
arrastre en una de las principales causas de regresión de las praderas de “Posidonia” del Mediterráneo. Las redes de
deriva de hasta 20 km. De longitud y 30 m de profundidad, utilizadas para la pesca de atún y el pez espada, ocasionan la
muerte de otras especies que quedan enmalladas accidentalmente, como delfines, ballenas, tortugas y tiburones. Las
redes de deriva provocan la muerte de miles de delfines en el mediterráneo y son la causa más importante del
descenso en la población de cachalotes. Las actividades humanas también han ocasionado la desaparición de la foca
monje de las costas del Mediterráneo.
8.3 Deterioro de las costas.
Las urbanizaciones masivas y la utilización despilfarradora por las personas de las orillas del mar dañan los ecosistemas
litorales y prelitorales. La construcción de grandes bloques de apartamentos a orillas del mar ha dejado el paisaje de
muchas playas encerrado tras un muro de cemento. La autopista del Mediterráneo ha provocado un efecto barrera al
no permitir el correcto drenaje de las aguas de sus vertientes, como consecuencia, incrementa los riesgos de riada bajo
situaciones de gota fría. El Ministerio de Fomento destina parte de su presupuesto a la recuperación del litoral. Se ha
multiplicado la regeneración de playas, los paseos marítimos y las intervenciones en las vías de acceso. Existe un plan
de limpieza en colaboración con las CC.AA que hace de España el país de la UE con mayor número de banderas azules.
60
8.4 Políticas medioambientales.
El aumento de la contaminación de los mares determina el establecimiento de medidas para su control por parte de las
Naciones Unidas, a través del derecho del mar y por los Estados ribereños a través de numerosos acuerdos regionales.
La necesidad de regular la utilización del litoral conduce en todas partes a políticas cada vez más activas de protección y
recuperación de costas. Desde la aprobación de la ley de costas de 1988, en España se han construido numerosos
paseos marítimos con una finalidad de mejora de los frentes de agua y se han regenerado muchas playas mediante la
utilización de dragas que extraen arena de los depósitos marinos, a menos 30 metros de profundidad, y la bombean a la
costa. Las leyes de costas regulan en todos los países los usos del litoral y autoridades y promotores turísticos, asumen
políticas turísticas de desarrollo sostenible. Los espacios naturales protegidos de la costa se convierten cada vez más en
lugares y zonas de atracción para visitantes y turistas. El aumento de la sensibilidad medioambiental hace que amplios
segmentos de la población rechacen destinos turísticos tradicionales de costa. En Francia, el “Conservatorio del litoral”
compra terrenos, los rehabilita y establece medidas de protección del medio natural, entre ellas la prohibición de
construir. La preocupación por la conservación del medio ambiente de las áreas marinas es un fenómeno que data de
los años 70. En su “Estrategia Mundial de conservación” define la conservación “como la ordenación de la biosfera para
que pueda rendir los máximos beneficios a las generaciones presentes sin que pierda su potencial para satisfacer las
necesidades de generaciones futuras”. Esta estrategia incluye la protección general de las áreas costeras marinas,
tratando de hacerlas compatibles con su explotación económica. El mayor número de medidas de conservación recaen
sobre el coral, los estuarios y lagunas, alta mar, los mares polares y las pequeñas islas. Uno de los pocos tratados sobre
aguas marinas protegidas es el “Tratado de la Antártida” de 1959, firmado por 12 países y en vigor desde 1961.En
España, la ley de Protección del Medio Marino establece un marco jurídico para lograr un buen estado del medio
marino y su protección y preservación. Dentro de sus objetivos principales figuran la recuperación de los ecosistemas
marinos y la prevención y eliminación de la contaminación del medio marino.
61
la contaminación de las aguas, han forzado la elaboración y aprobación de multitud de acuerdos internacionales que
aspiran a un uso responsable de los mares. En la práctica, es muy habitual que los pescadores no respeten las
anteriores normas de conducta en el mar, pero lo cierto es que las “Comisiones Internacionales de Pesquería” han
tenido la virtud de ser capaces de proporcionar mecanismos adecuados para una ordenación sostenible de los grandes
caladeros mundiales. A partir de 1994, se ha dado un paso más en la regulación mundial de los recursos pesqueros,
poniéndose en marcha el “Código de Conducta para la Pesca Responsable”, siempre bajo los auspicios de la FAO y
contando en todo momento con el consenso de los Estados ribereños del mar. En el marco más restringido de la UE, la
actividad pesquera se regula por la “Política Común de Pesca”. Su objetivo fundamental es la preservación de los
recursos marinos, lo que ha determinado una política muy restrictiva de las capturas dentro de las aguas territoriales de
la Unión. Para resolver los conflictos del mar que surgen más allá de las 200 millas de cada país, la Comisión Mundial
Independiente para los Océanos (CMIO) ha propuesto a través de la Declaración de Lisboa la creación de un Foro
Internacional y un Tribunal Internacional del Mar. A escala nacional, todos los países disponen de Leyes de costas y
normas de diferente rango que regulan los usos del mar. La Ley de Costas española establece medidas sobre la
ocupación de determinadas zonas entre el borde interior de la ribera marítima y tierra adentro:
--Zona de servidumbre de protección. Va desde la orilla del mar a 100m tierra adentro. Prohíbe cualquier uso excepto
los servicios de utilidad pública.
--Zona de influencia. –se extiende desde el límite de la zona anterior hasta 500 m de la ribera del mar. En estos terrenos
se permite la construcción de aparcamientos y edificios, siempre que se adapten a la legislación urbanística local.
Para la protección del paisaje en la denominada zona de influencia, la Ley de Costas establece cuatro mandatos de
obligado cumplimiento.
1.- Que las construcciones se adapten a lo establecido en la legislación urbanística.
2.- Que los edificios no formen pantallas arquitectónicas a orillas del mar.
3.- Que no se permita la acumulación de volúmenes.
4.- Que la densidad de edificación permitida no supere la media del suelo urbanizable programado o apto para
urbanizar en el término municipal correspondiente.
No obstante, los intereses de los agentes sociales y económicos que controlan la producción del suelo urbano,
determinan que proliferen los planes urbanísticos que no respetan los mandatos de la Ley de costas.
9.4 Comisión Mundial Independiente para los océanos (CMIO).
Se trata de una Comisión constituida en diciembre de 1995 en Tokio e integrada por 43 prestigiosos políticos y
científicos internacionales. Después de tres años de trabajo, las propuestas y declaraciones que se efectuaron en la
Declaración de Lisboa fueron:
--La promoción de la paz y la seguridad en los mares.
--La búsqueda de la equidad.
--La movilización de la opinión pública.
--El control de la contaminación.
--El impulso de la investigación científica.
--La revisión de los mandatos de la ONU en esta materia.
La declaración propone caminar hacia un gobierno efectivo de los océanos a escala mundial y aconseja la realización de
una Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asuntos oceánicos. El informe defiende la concepción de los océanos
como un recurso común, de forma que las naciones puedan participar más equitativamente de los beneficios de la
explotación de sus recursos. Se señala igualmente la necesidad de que los acuerdos de pesca comercial contemplen
medidas para proteger a los grupos vulnerables, sobre todo a los pueblos indígenas y a las comunidades locales que
dependen de la pesca para su supervivencia. Entre las propuestas más novedosas realizadas por la CMIO figuran las
siguientes:
--Creación de cascos azules a modo de policía internacional del mar.
--Creación de una figura internacional denominada “Guardián de los océanos”, encarga de recibir quejas y verificación
de los tratados a nivel internacional.
--Creación de un “Observatorio Mundial para Asuntos Oceánicos” que se encargue de vigilar el cumplimiento de las
normas internacionales.
--Creación de un “Foro Mundial Independiente de los Océanos” con la participación de las organizaciones de la
sociedad civil, y puesta en marcha de un “Tribunal Internacional”, al estilo del que actúa en la Haya
62
internacionales. El estrecho de Gibraltar, con una distancia mínima de 8 millas náuticas entre sus dos orillas y una de las
mayores densidades de tráfico marítimo del mundo, es un ejemplo significativo de conflicto de intereses entre usos del
mar diferentes y entre Estados. La gestión de los recursos pesqueros se ha convertido también en unos de los
principales problemas del mundo, tanto que muchos hablan ya de la “guerra del pescado”. Los acuerdos
internacionales en materia pesquera no se cumplen y surge la tensión entre países con los mismos intereses pesqueros.
Actualmente, el restablecimiento del equilibrio ecológico de los mares y la viabilidad de la pesca extractiva exigen una
reducción de la capacidad de pesca global que no todos los países están dispuestos a aceptar. En la cumbre de Rio de
Janeiro de 1992 destacó entre sus grandes preocupaciones la situación de mares y océanos. Desde entonces se han
intensificado las acciones dirigidas a promover la colaboración internacional para la conservación de la biodiversidad de
los mares y su uso responsable. Ha habido importantes cumbres y se han llegado a acuerdos al amparo de la ONU.
63
Capítulo 5
Una sociedad de ocio y turismo.
Introducción.
El incremento del tiempo libre, las vacaciones pagadas y el aumento del nivel de vida y del consumo después de la
Segunda Guerra Mundial han hecho del turismo en un fenómeno social de masas que crea riqueza, incide de manera
muy importante en la organización del territorio, provoca desequilibrios y mantiene una ocupación intensiva del suelo.
Por eso, los poderes públicos de todos los países acometen políticas que intentan armonizar desarrollo turístico y
protección medioambiental.
Hoy, el turismo mueve millones de personas en el mundo, sobre todo en los países desarrollados, donde más de la
mitad de la población sale de vacaciones y la disponibilidad de tiempo libre va en aumento. De 25 millones de turistas
extranjeros en 1950 se ha pasado a 698 millones en 2001. La generalización del uso individual del automóvil, también
después del Segunda Guerra Mundial, y el abaratamiento de los transportes aéreos a lo largo de las últimas décadas
facilitan cada vez más la movilidad de la población por motivos de ocio y turismo.
En la actualidad, los procesos de globalización favorecen el desarrollo del turismo a escala planetaria, hasta tal punto
que el turismo se ha convertido en una gran industria que mueve economías y transciende los ámbitos nacionales. El
crecimiento económico del turismo ha sido espectacular desde mediados del siglo XX a nuestros días. Según datos de la
Organización Mundial del Turismo, se ha pasado de un valor económico generado por esta actividad de 2.000 millones
de dólares en 1950 a más de 304.000 millones en la actualidad. La publicidad promociona lugares turísticos y orienta la
voluntad de los usuarios. Empresas mayoristas (turoperadores), muchas de capital multinacional y con cotización en
bolsa, contratan hoteles, medios de transporte y aseguran la ocupación hotelera.
En definitiva, ocio y turismo son formas de vida y actividades económicas que se extienden en el umbral del siglo XXI
desde los países ricos al resto del mundo, originan paisajes, modifican la organización del territorio y compiten con
otros usos por una ocupación intensiva del suelo, no siempre respetuosa con el medio natural y el patrimonio histórico
artístico heredado del pasado.
64
entretenimiento del tiempo libre y la práctica deportiva. Desde la antigüedad clásica a nuestros días, ha habido que
crear infraestructuras especializadas (zonas verdes, campos de deporte, centros culturales) y medios de
desplazamientos y transporte para facilitan el acceso de las masas a los espacios de ocio. Los grandes eventos
deportivos, como las Olimpiadas, actúan en el mundo entero como agentes de renovación y expansión urbanas que
exigen inversiones millonarias e implican directa e indirectamente a multitud de empresas y a millones de personas.
1.2 Climas favorables
Temperaturas, precipitaciones y vientos constituyen elementos del clima y factores turísticos de primera importancia.
El clima explica y hace posible el éxito turístico de espacios concretos, dirige la estacionalidad del turismo,
concentrando los flujos turísticos en ciertos meses, condiciona la morfología de los asentamientos turísticos, la
naturaleza y las características de sus infraestructuras. El sol es factor indispensable para el turismo de playa, lo mismo
que la nieve resulta imprescindible para el turismo de montaña y la práctica de los deportes blancos. Sol y nieve
constituyen, así, recursos que la propaganda utiliza para crear imágenes de ocio, y para atraer hacia zonas de litoral y
de montaña un turismo de masas ávido de sol y playa, en unos casos, y de la práctica de deportes de nieve, en los otros.
La excepcional suavidad del clima mediterráneo, con inviernos soleados y temperatura agradables, de 7 grados
centígrados de media en invierno, facilitó el temprano desarrollo turístico de la Costa Azul, a partir de finales del siglo
XVIII, y con una intensidad creciente desde el siglo XIX. Del mismo modo, las agradables temperaturas del verano en el
norte de España hicieron de Santander y San Sebastián, a finales del XIX y principios del siguiente siglo, localidades
privilegiadas para un turismo de balneario, vinculado socialmente entonces a la aristocracia y burguesía madrileñas,
deseosas de escapar de los rigores veraniegos del interior peninsular. Durante mucho tiempo, la aristocracia y la
burguesía fueron las únicas clases sociales con dinero suficiente para gastarlo en su tiempo libre.
Hoy, la garantía de sol y playa a lo largo de todo el año en ambientes tropicales y subtropicales convierte a
determinadas islas y costas de países tropicales en importantes destinos turísticos para masas de población de los
países ricos que buscan buen tiempo y paisajes soleados, sobre todo durante los meses de invierno del hemisferio
norte.
1.3 Paisajes turísticos
El paisaje, en estado natural u ordenado por el hombre, es un elemento geográfico y una condición imprescindible para
el desarrollo de la actividad turística. Su papel varía según las motivaciones de los turistas que lo contemplan o que lo
utilizan. En primer lugar, el paisaje actúa como decorado o fondo que es objeto de observación y consumo en función
de mecanismos variables de percepción y representación mental que van ligados a la cultura de los individuos y grupos.
El Teide, el Cañón de Colorado, las Cataratas del Iguazú, del Niágara o Victoria, son paisajes naturales que intervienen
como escenarios de consumo turísticos en sí mismos. Las orillas del Sena, la plaza de San Marcos de Venecia o la
catedral de Toledo son ejemplos de paisajes de valor histórico y cultural que actúan también como escenarios para un
consumo turístico cada vez más de masas. Otras veces, el paisaje es soporte funcional, imprescindible, para las
actividades que desencadenan, primero, y realizan, después, las multitudes de turistas que acuden a ellos. Los
escenarios de montaña son necesarios para la práctica del esquí, el alpinismo, el senderismo, el turismo ecuestre o
fluvial. De igual modo, los espacios litorales constituyen la condición previa e imprescindible para que pueda existir un
turismo de sol y playa, y para la práctica de los deportes náuticos.
En todo caso, la publicidad potencia determinados escenarios naturales y culturales como soporte de la actividad
turística y justifica la canalización de los flujos turísticos hacia ciertas zonas, lugares y países. En la práctica, los paisajes,
y sobre todo determinados paisajes, acaban convirtiéndose en imágenes estereotipadas de unos medios de acogida
para el turista, con expectativas de calidad y de ocupación del tiempo libre que no siempre se corresponden con la
realidad.
1.4 Imágenes mentales
El turismo produce físicamente espacios de acogida mediante las infraestructuras y alojamientos que genera, y crea
imágenes mentales sobre esos lugares a través de catálogos de vacaciones, guías turísticas, documentales publicitarios,
películas del cine comercial, pinturas realizadas por artistas de renombre y narraciones literarias. Por eso, se dice que el
turismo es un sistema complejo compuesto por imágenes, actores y territorios. La identificación entre esos elementos
es tan fuerte y el poder de la mente tan grande que difícilmente puede entenderse el funcionamiento de los espacios
turísticos al margen de las imágenes a las que cada uno de ellos va asociado. La frecuentación de los lugares turísticos y
el comportamiento de los visitantes depende ante todo de las imágenes creadas y de su naturaleza. Así, a medida que
se modifican las representaciones mentales sobre el turismo, cambian la frecuentación de los lugares y el
comportamiento de los individuos. De ahí la importancia de la propaganda que crea y difunde imágenes turísticas.
Debido a todo ello, los geógrafos se muestran cada vez más atentos no sólo a los procesos de producción material de
los espacios turísticos (políticas de ordenación y de protección, constantes y normas espaciales) sino también a las
representaciones que les van ligadas. A menudo, las imágenes mentales creadas por la propaganda son tan fuertes que
condicionan las características y la organización de los asentamientos turísticos hasta el punto de homogeneizarlos en
cualquier lugar del planeta, haciéndoles perder todo rasgo de originalidad y singularidad. El resultado puede ser la
65
despersonalización de los lugares de turismo, desvirtuando sus rasgos de diferenciación frente a los lugares de origen,
lo que supone poner fin a una de las principales motivaciones de los flujos turísticos.
1.5 Condiciones técnicas
La expansión de las actividades turísticas y de entretenimiento va unida a la generalización del automóvil, a la mejora
de las condiciones técnicas y al abaratamiento de las tarifas de los transportes colectivos, sobre todo del avión cuando
se trata de desplazamientos de larga distancia. De todos modos, hay que tener en cuenta que las condiciones técnicas,
sobre todo las que se refieren a los medios de transporte, han sido siempre determinantes para la actividad turística.
El turismo de balneario del siglo XIX y los grandes viajes realizados en aquel siglo por las minorías que se lo podían
permitir entonces, la aristocracia y la burguesía, fueron unidos al trazado de los tendidos ferroviarios. El Oriente
Express o el Lusitania Express pasaron a ser piezas fundamentales del gran turismo de la época y de la literatura de
viajes. El desarrollo turístico de Santander y de San Sebastián en el mismo siglo fue unido al trazado de la red ferroviaria
española. Ya en el siglo XX, en su primera mitad, antes del turismo de masas, Alicante se convirtió en uno de los
primeros destinos turísticos para artesanos, comerciantes y trabajadores en la industria y los servicios de Madrid, que
empezaron a acudir allí en proporciones crecientes, utilizando como medio de transporte los vagones de tercera de lo
que popularmente se denominaba el “tren botijo”, y que no era sino un lento y parsimonioso tren correo de la línea
MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante). También el turismo de montaña fue asociado en sus orígenes a la penetración de la
montaña por el ferrocarril, siendo numerosísimos sus ejemplos, desde los Alpes en su conjunto y a gran escala, al
descubrimiento de la Sierra madrileña en el último tercio del siglo XIX.
La modernización de la banca, con la posibilidad de transferir capitales y de sacar dinero en cualquier localidad, fue otro
factor de innovación que facilitó la movilidad del primer turismo de élites en el siglo XIX. Desde entonces y hasta
nuestros días, el perfeccionamiento de los instrumentos de crédito y de funcionamiento bancario ocupa un lugar
importante entre las condiciones técnicas que han hecho posible la expansión de la actividad turística.
1.6 Condiciones de acogida
Para que tenga lugar la transformación de un espacio natural o de un medio cultural concreto en “territorio o espacio
del turismo” no sólo hacen falta recursos atractivos del medio, como características climatológicas, naturaleza, belleza
de paisajes, atractivos culturales, aislamiento, silencio, sino también la existencia una capacidad de acogida que se
materializa, en primer lugar, en la existencia de una red de alojamientos y de servicios de restauración adecuada a las
necesidades de la demanda. No menos importantes, son las actitudes favorables de la población hacia los visitantes, las
condiciones generales de desarrollo tecnológico que pueda haber y la calidad de las infraestructuras que han de
garantizar las comunicaciones y hacer posible los desplazamientos.
La capacidad de acogida depende también muchos de la estabilidad política del país y de las condiciones de seguridad
hacia las personas y sus bienes materiales. Dado que el turismo no es un bien de primera necesidad, esta actividad
resulta especialmente sensible a estas condiciones, de manera que son evidentes los múltiples ejemplos que existen
para comprobar como cualquier problema de índole político o de deterioro de las condiciones generales de seguridad
que se produce en una zona concreta o en un momento preciso, provoca inmediatamente una caída de los flujos
turísticos. Basta pensar en las consecuencias para el turismo hacia Egipto, Turquía o Marruecos que han tenido los
atentados producidos en los últimos años. En todo caso, la seguridad condiciona siempre, con especial intensidad, las
imágenes mentales de los lugares turísticos, y actúa, por lo tanto, como uno de los factores más determinantes del
turismo de masas. Por eso, las estrategias empresariales, privadas y públicas, y las administraciones se esfuerzan en
todo el mundo no sólo en crear infraestructuras para el turismo sino en garantizar la seguridad de los turistas.
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imprecisión que se desprende de muchas de las definiciones del turismo, es la ambigüedad que resulta a la hora de
precisar la duración de un desplazamiento para que pueda ser clasificado como actividad turística.
La “Organización Mundial del Turismo” (OMT), con sede en Madrid, establece como umbral temporal necesario para
que un desplazamiento sea considerado turístico, una duración de más 24 horas pasadas fuera del domicilio habitual.
Este criterio es el que se recoge en todas las publicaciones estadísticas, no sólo de la Organización Mundial del Turismo
(OMS) sino del Instituto Nacional de Estadística de España (INE), lo que conviene ser tenido en cuenta cuando se quiere
efectuar cualquier análisis del turismo. No obstante, hay que comprender que la actividad turística encierra
conceptualmente rasgos y comportamientos que permiten calificar de turismo muchos desplazamientos efectuados
con una duración inferior a las 24 horas, que, incluso, no suponen pernoctar fuera del lugar de residencia. En sentido
inverso, puede decirse lo mismo, existen desplazamientos de más de 24 horas fuera del hogar que no tienen por qué
ser identificados como turismo.
2.1 Tempranas manifestaciones del turismo
Dentro de las formas que existen de aprovechamiento del tiempo libre, tiene especial importancia el turismo, por el
volumen de población que moviliza, por sus repercusiones económicas, por sus consecuencias sociales y por sus efectos
sobre el paisaje. El turismo comporta el traslado temporal de personas desde su residencia hacia lugares más o menos
lejanos para satisfacer expectativas personales de ocio, de descanso, de entretenimiento y de enriquecimiento
espiritual e intelectual. A través del turismo, las personas buscan disfrutar de climas agradables, conocer medios
diferentes, recorrer otras tierras a las que sirven de lugar habitual de residencia, y entrar en contacto con otras gentes,
a veces de religiones y culturas muy variadas, y siempre distintas.
En el sentido más amplio del concepto de turismo, sus orígenes pueden ser considerados muy antiguos. Los
desplazamientos hacia santuarios en el mundo clásico, las Olimpiadas en Grecia, la frecuentación de las termas y el
gusto por la doble residencia, campo-ciudad, entre los romanos, y las peregrinaciones medievales pueden ser
reconocidas con todo derecho como unas primeras manifestaciones del turismo.
No obstante, hubo que esperar a finales del siglo XVIII y, todavía mejor, al siglo XIX, para que naciera el turismo como
un hecho social que afecta cada vez más y con más intensidad a sectores extensos de la población. El turismo apareció
entonces como un auténtico fenómeno social, vinculado a las transformaciones de las revoluciones agrícolas e
industriales que permitieron a unas minorías aristocráticas y burguesas, detentadoras del capital y de los medios de
producción, vivir ociosamente de sus rentas durante parte del año y dedicar parte de su dinero y de su tiempo libre a
viajar..
2.2 Una actividad de minorías en el siglo XIX
El interés por la naturaleza y el afán de conocimiento de otros pueblos, propagados en el siglo XVIII por la Ilustración y
en el XIX por el Romanticismo y el Krausismo, entre otras corrientes de pensamiento, estimularon los desplazamientos
de personas hacía lugares distintos a los de residencia habitual y hacía países que se consideraban exóticos por la
lejanía, su cultura, historia o religión (España, Grecia, Norte de África, Turquía, etc.).
La construcción de los ferrocarriles y el establecimiento de redes bancarias fueron elementos imprescindibles para
completar el proceso que permitió incrementar la movilidad de las personas con fines turísticos. Los viajeros en el
sentido estricto de este término, caracterizados por una elevada formación intelectual, por la curiosidad cultural hacia
las gentes, las costumbres y los paisajes de las tierras visitadas, y por asumir un alto grado de incertidumbre, dejaron
paso a los turistas. A diferencia de los viajeros, los turistas son personas que se trasladan de su lugar de residencia a
otro buscando el descanso, la práctica de deportes o la contemplación de paisajes “turísticos”, sin por ello estar
dispuestos a reducir las condiciones de calidad de vida a la que se hallan acostumbrados por su estatus económico y
social, y desde luego, intentando disponer de la máximas condiciones de seguridad en el viaje y en los lugares de
destino. En el siglo XIX, el turismo fue una actividad elitista, propia de la aristocracia y de la burguesía, que eran las
únicas clases sociales que disponían de capacidad económica y tiempo libre para dedicarlo a viajar y para permanecer
temporalmente en lugares distintos a los de residencia habitual. Los desplazamientos se asociaron entonces a
itinerarios culturales por el sur de Europa, preferentemente a Italia (los denominados “grands tours” o “grandes
viajes”), y a otras regiones y lugares privilegiados, sobre todo por factores medioambientales en relación con la salud, la
contemplación de la naturaleza, los encuentros sociales y la práctica de ciertos deportes
Otra característica del turismo de élites del XIX era la larga duración de las estancias fuera de la residencia habitual. La
estancia casi nunca era inferior a un mes y las distintas estaciones de turismo eran frecuentadas a menudo por la
misma clientela según las distintas las diferentes épocas del año. Siempre se buscaban los factores de oportunidad que
proporcionaban las condiciones climáticas respecto a la motivación del viaje y las características de los lugares de los
que se procedía.
2.3 Primeros asentamientos turísticos
En el siglo XIX, nacieron los primeros asentamientos especializados en el turismo y, consecuentemente, los primeros
paisajes condicionados por esta actividad. Los nobles y burgueses, las minorías de mayor poder económico y político y,
por otro lado, los únicos con disponibilidad de tiempo libre para dedicarlo a actividades de descanso y placenteras,
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fueron atraídos ya no sólo por los “grandes viajes”, en el sentido del “gran tour” de los ilustrados y de los románticos,
sino por las propiedades curativas de las aguas y por la vida social que se desarrollaba en torno a las estaciones
termales, preferentemente durante los meses de verano (Bath en Inglaterra, Badén-Badén en Alemania, Carlovivary en
Chequia, Vichy o Plombiéres en Francia, La Toja o Lanjarón en España).
Por su parte, la elección de Biarritz como lugar de descanso por Napoleón III y su esposa, la emperatriz María Eugenia, y
de San Sebastián por Isabel II, actuaron como detonantes para sus respectivos países de flujos turísticos hacia
localidades costeras de buen clima, siempre asociadas a la presencia de familias de la nobleza y de la burguesía que
buscaban la proximidad de la Corte y huían de los rigores estivales de las capitales, París y Madrid. Los baños de mar y
el paseo por sus orillas se convirtieron en atractivos para multitud de personas que veían aumentar sus posibilidades de
movilidad conforme se incrementaba su nivel de vida, avanzaban los primeros tendidos ferroviarios y se desarrollaban
los mecanismos bancarios que agilizaban la disponibilidad de capital fuera del lugar de residencia.
Las ciudades tipo balneario de la Costa Azul (Niza, Cannes, San Remo) o de la Costa Atlántica (Biarritz, San Sebastián),
frecuentadas respectivamente en invierno y verano, y las estaciones de los lagos italianos y suizos en los Alpes (Lugano,
Stresa, Locarno), visitadas en otoño y primavera, atrajeron durante el siglo XIX y parte del XX a nobles y burgueses que
escapaban de las grandes aglomeraciones urbanas en busca de descanso. El disfrute personal del periodo de vacaciones
en escenarios de prestigio adquirió valor sobreañadido como elementos de ostentación económica y de promoción en
la pirámide social. Las playas y los paseos marítimos facilitaban los encuentros y las relaciones sociales.
Después de la Primera Guerra Mundial, la montaña comenzó a convertirse en centro de atención permanente de la
aristocracia. Chamonix en los Alpes y Geradmer en los Vosgos destacan entre las primeras estaciones de montaña que
dieron lugar a la construcción de hotelitos de calidad arquitectónica y a la mejora de las infraestructuras de acogida y
de transporte para facilitar el contacto con la naturaleza y la práctica de los deportes de nieve. Estas formas de
implantación turística permanente supusieron un paso más en el descubrimiento de la montaña respecto a lo que ya
había sucedido en el XIX.
En el siglo XIX, el Krausismo y el Naturalismo, con algún que otro precedente romántico, favorecieron el descubrimiento
de la montaña por la literatura y la pintura de paisaje. El fomento del excursionismo y la defensa por parte del
Krausismo de los valores morales y educativos del contacto con la naturaleza alentaron, a su vez, el interés del conjunto
de la sociedad por la montaña en la misma época (Zarate, M. A., 1991).
La huella de aquel turismo de élite llega hasta nosotros a través de la calidad del paisaje urbano de las localidades más
frecuentadas entonces. Casinos, hoteles de lujo, villas de estilo modernista, hipódromos, estaciones de ferrocarril e
instalaciones balnearias perduran en la morfología de estos asentamientos y recuerdan el esplendor del turismo
aristocrático de finales del siglo XIX y principios del XX. La mayoría de estas construcciones forman parte del patrimonio
histórico-cultural heredado del pasado y se conservan ahora bajo la defensa de rigurosas normas de protección
medioambiental y de paisaje.
2.4 El turismo actual, un fenómeno de masas
El cierre de hoteles tras la Depresión de 1929, el cambio de gustos de la clientela, ahora hacia la montaña y la playa, y la
aparición de las vacaciones pagadas fueron los factores desencadenantes de la transformación del turismo de élites en
un turismo de masas. Después de la Segunda Guerra Mundial, el aumento del nivel de vida, la propensión al consumo,
la difusión del uso del automóvil y del avión, y la democratización de las actividades de montaña y mar, empezaron a
hacer del turismo el fenómeno de masas que es en la actualidad.
Hoy, el turismo mueve millones de personas en el mundo, sobre todo en los países desarrollados, donde más de la
mitad de la población sale cada año de vacaciones y multitudes se desplazan durante los puentes laborales y los fines
de semana fuera de su localidad de residencia, ávidas de conocer lugares, realizar prácticas deportivas o visitar museos,
monumentos y exposiciones. En la actualidad, el turismo se comporta como una “industria” que moviliza inversiones
públicas y privadas, proporciona ingresos importantes y facilita la creación de puestos de trabajo.
El desarrollo de la publicidad se pone también al servicio del turismo. Campañas publicitarias promocionan destinos
turísticos y dirigen la voluntad de los usuarios. Empresas mayoristas contratan hoteles, controlan directa o
indirectamente medios de transporte y aseguran la frecuentación de los lugares de turismo. La expansión del turismo
de masas, de un turismo compuesto por personas que pagan “paquetes” que incluyen todas las necesidades, desde el
desplazamiento al alojamiento, la comida y la utilización de las instalaciones de esparcimiento y ocio, favorece la
sustitución de los hoteles modestos por los hoteles de lujo y las grandes cadenas hoteleras, a menudo de capital
multinacional, y por supuesto, con cotización en las bolsas internacionales.
Las economías familiares, las empresas y los poderes públicos se ven implicados por razones diferentes en las
actividades turísticas. Para permitir el desarrollo de estas actividades, en las que intervienen todos los agentes
económicos y sociales, resulta prioritaria la puesta en marcha de estrategias de gestión turística y de creación de
infraestructuras básicas.
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2.5 Formas variadas de alojamiento
La transformación del turismo en un fenómeno de masas ha tenido una importante repercusión en las formas de
alojamiento. El desplazamiento temporal de los millones de personas que mueve el turismo al año, determina que la
primera necesidad que deba estar cubierta sea la del alojamiento, hasta tal punto es así, que el número de camas y el
número de establecimientos de acogida funcionan como indicadores y elementos indispensables para valorar la
capacidad de carga turística de cualquier lugar. A través de estos indicadores estadísticos y de las tasas de actividad
turística que se relacionan con ellos se puede analizar la evolución del turismo en un área concreta y establecer
comparaciones entre localidades o regiones diferentes.
El aumento del nivel de vida de la sociedad ha ido modificando a lo largo del tiempo la tipología de los alojamientos. Las
fondas para viajeros del siglo XIX, los hoteles de lujo para la aristocracia y la alta burguesía, que acudían en verano a las
estaciones balneario, y las habitaciones alquiladas por particulares a trabajadores y clases medias de escasos recursos
que se podían permitir disfrutar de unas vacaciones en la costa, fueron dejando paso a formas nuevas y muy variadas
de alojamiento a partir de mediados del pasado siglo y, más aún, desde la década de los 60.
Dentro de las formas de alojamiento figuran el alquiler de apartamentos por estancias de distintos días, la proliferación
de hoteles de distinta categoría que forman parte de cadenas hoteleras capaces de competir en precios por el cliente,
las colonias de vacaciones para niños y jóvenes, las residencias para funcionarios y trabajadores, los albergues juveniles,
las casas rurales y los campings. El auge de las residencias secundarias en la costa y en la montaña añade variedad a los
modos de alojamiento relacionados con el turismo. En España, sólo en el año 2002, fueron vendidas 140.000
residencias secundarias, y de ellas, 90.000 a extranjeros.
La forma más reciente de asegurarse un lugar para pasar las vacaciones y, al mismo tiempo, de participar en los
beneficios de la inversión inmobiliaria relacionada con el turismo es lo que se denomina “multipropiedad” o “time
sharing”. La multipropiedad consiste en la adquisición por un particular del derecho al uso y disfrute de una propiedad
o de parte de ella por un período de una a cuatro semanas durante un tiempo variable, que se estipula
contractualmente, en general veinte años. También existe la posibilidad de comprar ese derecho a perpetuidad.
Empresas y cadenas hoteleras se interesan igualmente por la multipropiedad como tipo de inversión y de creación de
infraestructura de alojamiento. Esta fórmula de acceso compartido a la propiedad tuvo su periodo de mayor expansión
en los años 80. El valor de los inmuebles en multipropiedad en España representaba el 4,2 % de la inversión extranjera
entre 1980 y 1987. Sucesivos escándalos del sector y la desconfianza de los particulares españoles hacia esta fórmula
de propiedad compartida han reducido las expectativas generadas para los inversores inmobiliarios por la
multipropiedad.
69
la “Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible”, celebrada en 2002 en Johannesburgo, instara a la “Organización
Mundial del Turismo” a desempeñar una labor más activa en el desarrollo sostenible del turismo para aumentar los
beneficios que las comunidades receptoras obtienen de este sector económico.
A escala mundial, según la “Organización Mundial del Turismo” (OMT), el turismo internacional genera el 11% del PIB
global del mundo, emplea a 200 millones de personas y transporta a alrededor de 700 millones de viajeros
internacionales. La contribución del turismo internacional al PNB oscila del 3 % al 7 % en la mayoría de los países de
acogida, tanto desarrollados (Austria, Suiza, España) como en vías de desarrollo (Marruecos, Turquía, Tailandia, Egipto,
Kenia, Senegal, Filipinas...). En Jamaica llega al 25% de su PIB.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el turismo se ha convertido en uno de los sectores de la economía de mayor
dinamismo y crecimiento de nuestro tiempo. Los beneficios del turismo internacional se han duplicado casi en veinte
años y representan más del 5 % de los ingresos del comercio entre Estados. El turismo constituye un capítulo
fundamental de la economía de muchos países, sobre todo mediterráneos, alpinos y algunos del Tercer Mundo. Así, los
ingresos por turismo son un elemento esencial de la balanza de pagos de Grecia, España o Austria.
La parte del turismo internacional dentro del PIB es superior al 3 % en México, España, Italia y Suiza, y llega casi a la
mitad en países pequeños, como Bahamas, Bermudas o Antillas Holandesas. En España, el turismo, con una cifra de
visitantes de alrededor de 52 millones en 2002, proporciona empleo directo a 1,5 millones de personas y aporta el 12 %
del Producto Interior Bruto, según datos del INE. La actividad turística crea riqueza a través de su participación en la
renta nacional por los gastos e inversiones del extranjero que genera: alimentación y alojamiento, compra de bienes
duraderos, adquisición de residencias secundarias, etc. La riqueza creada por el sector turístico beneficia directamente
a los trabajadores y empresarios del sector, y desempeña un efecto multiplicador sobre los servicios personales, el
comercio, la construcción, la industria y la agricultura.
A escala internacional, la globalización de la economía favorece los flujos internacionales del turismo y alienta las
esperanzas que muchos gobiernos del Tercer Mundo ponen en esta actividad como instrumento de desarrollo y de
lucha contra la pobreza. Por eso la “Organización Mundial del Turismo” (OMT) pidió a los responsables del sistema del
comercio mundial (Organización Mundial del Comercio), reunidos en septiembre de 2003 en Cancún, que apoyasen
medidas favorables al crecimiento del turismo en los países en vías de desarrollo. Entre las medidas que fueron
solicitadas, destacan la petición de una liberalización “justa” del comercio de servicios turísticos y que se otorgue al
turismo el papel de protagonista en la lucha contra la pobreza que debe y bien puede tener.
En consonancia con los planteamientos anteriores, la “Organización Mundial del Turismo” se ha comprometido a
apoyar la eliminación de las barreras que afectan a los suministros y a conseguir una liberalización de los servicios
turísticos para crear unas condiciones justas de competencia que hagan posible el crecimiento turístico equilibrado de
todos los países. Resulta prioritario, el intento de evitar la huida de los beneficios generados por el turismo hacia los
países proveedores de servicios en el destino y que, en definitiva, son quienes actualmente controlan el sector turístico
a escala mundial. De mismo modo, se pretende eliminar los obstáculos fronterizos a los desplazamientos turísticos,
facilitar las mismas oportunidades de promoción turística para todos los países y liberalizar al máximo posible los
servicios aéreos.
3.2 Una actividad creadora de empleo
La capacidad de creación de empleo del turismo es muy grande, puesto que se trata de una actividad que moviliza un
importante volumen de mano de obra que no puede ser suplida por medios mecánicos. Basado sobre la capacidad de
ofrecer servicios a un número cada vez mayor de clientes, el turismo es ante todo una actividad del ser humano al
servicio de las personas. El turismo suscita empleo directo en ramas como la hostelería, la restauración y las agencias
de viaje, y crea indirectamente empleo en la mayoría de los otros sectores de la vida económica, pero de forma muy
particular en la construcción, en el mantenimiento de las estaciones turísticas, en obras públicas y en la industria.
El turismo ha sido la principal fuente de creación de empleo en la mayoría de los países durante los tres últimos
decenios. Según la Organización Mundial del Turismo, este sector proporciona empleo a más de 100 millones de
personas en el planeta. Uno de cada 16 trabajadores trabaja en actividades turísticas y, sólo en el Tercer Mundo, el
turismo ha creado casi 35 millones de empleos. En general, se considera que cada plaza turística requiere 1,5 de
trabajadores, a los que hay que añadir los empleos ligados a otras formas de alojamiento y restauración. Además, la
proporción de empleo inducido es la más alta de todas las actividades, de dos a tres trabajadores por cada puesto
directo. Por todos los efectos positivos del turismo sobre la economía y por su incidencia positiva sobre el mercado
laboral, por su capacidad de reducir el paro, los gobiernos estimulan las políticas de desarrollo turístico, a pesar de que
en el caso de muchos países del Tercer Mundo, las inversiones turísticas suponen unas cargas de promoción, de
construcción de equipamientos y de explotación para los poderes públicos que comportan fuertes hipotecas del
exterior y, consecuentemente, un aumento de su tradicional dependencia respecto a las economías de los países
centrales. Dada la gran capacidad de empleo del turismo, los responsables de la “Organización Mundial del Turismo”
conceden una importancia creciente a la expansión del sector como un instrumento para luchar contra la pobreza y
para contribuir al desarrollo rural, no sólo en los países en vías de desarrollo sino también en los desarrollados. El
70
turismo rural se ha revelado en estos últimos países como un procedimiento muy adecuado para superar los problemas
derivados del declive de la agricultura, sobre todo en las zonas más deprimidas por razones muy variadas, entre las que
se encuentran muchas áreas de montaña. A escala internacional, el interés de estos objetivos aumenta si se tiene en
cuenta que gran parte de las poblaciones más desfavorecidas del planeta, de los países menos desarrollados, residen
precisamente en medios rurales.
3.3 Impacto social del turismo
Los efectos sociales del turismo son grandes, ya que por su capacidad de creación de empleo a tiempo completo y
parcial, el turismo contribuye a mantener la población en los espacios de acogida, evitando fenómenos de desertización
como los que afectaron en el pasado a la mayoría de las áreas de alta montaña, debido al éxodo rural por la crisis de su
agricultura, la desindustrialización y los cambios globales de los modos de vida.
De forma general, la agricultura y la ganadería se ven favorecidas como complemento de la actividad turística por la
demanda de productos de alimentación que genera. Además, el turismo necesita tal cantidad de mano de obra, sobre
todo en los momentos de temporada alta, que es preciso contratar de manera temporal y permanente, a tiempo
completo o a tiempo parcial, a trabajadores que proceden del campo y, cada vez más, del exterior, de los países en vías
de desarrollo que aportan los mayores flujos de inmigrantes. Surgen, así, corrientes de trabajadores nacionales e
internacionales que encuentran empleo en actividades vinculadas directa o indirectamente con el turismo.
En Europa occidental, son muy numerosos los norteafricanos que trabajan en hostelería y restauración, y en España,
hay que añadir a estos trabajadores, los que en una proporción aún mayor proceden de Latinoamérica, especialmente
de Ecuador, Colombia y la República de Santo Domingo. En Estados Unidos, sobre todo en Florida y California, gran
parte del empleo relacionado con el turismo está ocupado por mexicanos, salvadoreños, haitianos, jamaicanos y
personas de otras nacionalidades de Latinoamérica.
En todas las zonas turísticas, el turismo contribuye decisivamente a modificar las estructuras socioprofesionales y
laborales dominantes. Hoy, la mayoría de la población activa de esas zonas depende del turismo. En la Costa del Sol, se
ha pasado de un 10% de empleo total en esta actividad en los años 50 a más del 50% en la actualidad.
Los efectos del turismo también se dejan sentir sobre la estructura demográfica, la dinámica natural de la población, los
modos de vida y los comportamientos de los residentes en las áreas de acogida. La llegada masiva de turistas produce
pérdida de cohesión de la comunidad al debilitar el consenso establecido sobre los valores y normas de conducta. Por
eso el turismo es un importante agente de transformación y cambio social cuyos ejemplos son abundantes en el
planeta. La repercusión social del turismo sobre el conjunto de las poblaciones de las zonas de acogida explica el
despertar de actitudes muy contrarias entre la población residente respecto a la irrupción de turistas. Estas actitudes
van desde la euforia y el entusiasmo por la afluencia masiva de turistas a sentimientos de xenofobia y rechazo. La
admiración se traduce en formas muy variadas, entre ellas la imitación del comportamiento de los turistas, la atracción
que ejercen sobre las comunidades locales sus modos de vestir, el mimetismo que generan hábitos de alimentación o
aficiones culturales, etc.
Por el contrario, los sentimientos de xenofobia y de rechazo por los posibles efectos disolventes del turismo sobre la
moral y las prácticas de conducta locales también son variadas y se traducen en actitudes que van desde medidas
dirigidas a preservar la idiosincrasia y cultura locales de la influencia extranjera, a actitudes extremas, en ocasiones
envueltas en justificaciones políticas y religiosas, que pueden terminar en actos terroristas o de violencia. En ciertos
países, de régimen teocrático, se obliga a los extranjeros a plegarse a las costumbres locales y a observar una
vestimenta acorde con la ética moral y religiosa del Estado. En otros, las limitaciones van mucho más allá e incluyen
restricciones de los turistas al libre desplazamiento.
En la mayoría de los países, el miedo a la excesiva concentración de la propiedad inmobiliaria en manos extranjeras
justifica la proliferación de normas restrictivas en este sentido. La propiedad inmobiliaria queda entonces estrictamente
regulada y las restricciones jurídicas a los extranjeros son importantes. En cambio, la integración de países en marcos
políticos y económicos más amplios, como el de la Unión Europea, permite la libre movilidad de capitales y personas, el
aumento de las inversiones de todo tipo dentro de cualquiera de los países de la Unión y, por supuesto, la compra de
propiedades por los particulares sin ninguna restricción, lo que favorece el aumento de los flujos turísticos entre ellos.
3.4 Índices de ocupación del turismo
El turismo modifica también la estructura socioprofesional, de forma que la mayor parte de las personas activas de las
zonas turísticas trabajan en esta actividad. La necesidad de disponer de instrumentos de análisis espacial que permitan
conocer el peso del sector respecto al conjunto de la población, las demandas previsibles del turismo y establecer
comparaciones entre zonas turísticas, ha motivado el interés por mostrar a través de índices sintéticos el peso desigual
del turismo en unos y otros lugares. Uno de los índices más utilizados con esta finalidad es el denominado “TASA DE
FUNCIÓN TURÍSTICA”, que expresa en tantos por ciento la relación existente entre capacidad de acogida, medida en
número de camas hoteleras, y la población.
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La denominada tasa de función turística muestra el potencial turístico de un determinado espacio en relación con su
capacidad de acogida. Esta tasa expresa la relación existente entre capacidad de acogida, en general, medida en
número de camas hoteleras, y la población.
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de la autopista del Mediterráneo ha favorecido las inundaciones bajo situaciones atmosféricas de gota fría en el
Levante español, al dificultar la escorrentía y el drenaje natural de las aguas hacia el mar.
Por eso, cada vez se hace más necesaria la toma de medidas enérgicas capaces de proteger con eficacia la conservación
del medio natural y del patrimonio cultural, legados respectivamente por la propia naturaleza y por la acción de las
generaciones pasadas. Las acciones de protección medioambiental y del patrimonio cultural son decisivas cuando se
trata de medios naturales especialmente sensibles, como humedales, dunas, franjas litorales, zonas de alta montaña, y
de conjuntos urbanos de valor histórico artístico.
4.2 Impactos no deseados del turismo
Entre los efectos perversos del turismo, destacan los procesos de inflación de precios que esta actividad genera y que
repercuten duramente en las economías personales de los residentes, no sólo en la temporada turística sino a lo largo
de todo el año. Estos procesos de inflación vienen desencadenados, ante todo, por el carácter estacional que la mayoría
de las veces tiene el turismo y por los desequilibrios que se originan entonces entre la capacidad de producción de las
áreas de acogida y el incremento de la demanda. Los clientes, es decir, los turistas, aceptan pagar más por los artículos
y servicios durante las vacaciones, pero la subida de precios es soportada por el conjunto de la población y casi siempre
resulta irreversible.
Por otra parte, las inversiones efectuadas no benefician siempre a las regiones turísticas. La construcción de
infraestructuras hoteleras y de recreo se realiza, a menudo, por grupos financieros exteriores a la región que drenan los
beneficios hacia los centros de decisión urbanos, localizados en el extranjero en muchos casos. En general, los flujos
económicos aprovechan menos a los municipios rurales que reciben las instalaciones que a quienes los organizan. Por
su parte, el Estado se ve obligado a atender a través de los presupuestos públicos las necesidades creadas por la
presión turística, entre ellas la mejora de las infraestructuras, que de no efectuarse podrían llegar a asfixiar el desarrollo
turístico. Muchas veces, la repercusión del turismo sobre el empleo es menor que la que cabría esperar. El aumento de
la productividad, la modernización de las estructuras, la concentración espacial de los equipamientos y de los
establecimientos, frenan el crecimiento de los empleos regulares y a tiempo completo. Incluso, a veces, es mínima la
repercusión favorable sobre la creación de puestos de trabajo en la agricultura y la industria local. Esto es lo que sucede
cuando se recurre a la importación sistemática de los bienes y materiales necesarios desde otras áreas o países para
mantener la oferta turística. La localización espacial del turismo, de carácter muy segregativo, contribuye al
vaciamiento de extensas zonas del territorio en beneficio de los centros turísticos y, por lo tanto, al incremento de los
desequilibrios territoriales. Al concentrarse espacialmente el turismo en lugares y zonas muy concretas, actúa como
una actividad que favorece el aumento de los desequilibrios socioeconómicos dentro de la misma región y dentro de un
mismo país. En todos los Estados, la actividad turística se halla muy concentrada en función de factores de oportunidad
extraordinariamente variados. En España, las mayores densidades turísticas, con gran diferencia sobre otros territorios,
corresponden al litoral mediterráneo, las islas Baleares y Canarias, y Madrid.
En el balance coste-beneficio final del turismo, hay que descontar las “desutilidades” que nacen de la sobrecarga de las
redes de comunicaciones, los problemas derivados del descenso de la producción industrial y de los servicios, como
contrapartida de las vacaciones, y los inconvenientes económicos y sociales resultantes de la excesiva estacionalidad de
esta actividad. Entre estos inconvenientes figuran la congestión de las infraestructuras hoteleras y viarias durante los
periodos vacacionales, la necesidad de amortizar sobre un corto periodo de tiempo las inversiones efectuadas en
instalaciones, la subida generalizada de precios y el carácter temporal de gran parte del empleo.
Todos los anteriores impactos negativos del turismo estimulan a los gobiernos y a las empresas turísticas a tomar
medidas para ampliar la temporada y escalonar las vacaciones. De ese modo, se promociona el “turismo de jubilados” y
se apoya el denominado “turismo exposición”, aquel que se relaciona con los desplazamientos vacacionales de la “jet
society” (aristocracia, alta burguesía, mundo del espectáculo) y se concentra en lugares muy determinados que se
convierten en polos del turismo mundial por sus efectos escaparate y demostración.
4.3 Estacionalidad
Una de las características del turismo es su fuerte estacionalidad. Razones climatológicas y de tipo cultural y económico
favorecen la concentración de las vacaciones en cortos periodos, aunque también es cierto que se observa una
tendencia muy generalizada a fragmentar los tiempos de vacaciones y a incrementar los desplazamientos de corta
duración. En los destinos turísticos de los países de la zona templada, los medes de temporada alta son
indudablemente los de verano, descendiendo en invierno a cifras muy bajas. La estacionalidad por razones climáticas
aumenta de sur a norte en el hemisferio norte y a la inversa en el hemisferio sur. En los países del norte la temporada
alta se reduce a uno o dos meses, en el trópico la temporada alta corresponde a la estación seca, nuestro invierno, y el
descenso del turismo en la temporada de lluvia, que es nuestro verano. En el Caribe, la ocupación hotelera a lo largo
del año conoce menores oscilaciones porque las temperaturas oscilan poco durante el año. La estacionalidad provoca
desequilibrio en la demanda de bienes y servicios. Para romper los inconvenientes de la estacionalidad, empresarios y
responsables políticos emprenden acciones que buscan la diversificación de la oferta turística y el mantenimiento de la
ocupación hotelera todo el año. El turismo social de jubilados, nacional e internacional, ha sido uno de los factores
73
principales para romper la concentración temporal de los viajeros en verano. Los programas de vacaciones sociales
para la tercera edad representan una importante ayuda económica para mantener la ocupación hotelera en invierno.
74
climáticas, en paisajes de gran belleza, en la presencia de manantiales de aguas termales que permitían la puesta en
servicio de los balnearios, y en facilidades de comunicación gracias a la puesta en servicio de la red ferroviaria que por
entonces se construía. Todas aquellas localidades turísticas, puestas de moda por el turismo de élite del siglo XIX,
poseen un patrimonio arquitectónico y urbanístico que hoy se ha convertido en un valor sobreañadido y en un
importante elemento de atracción para el turismo de masas. Casinos, hoteles de lujo de arquitectura modernista,
hipódromos, paseos arbolados, fuentes termales, etc. modelan el paisaje de estas localidades y transmiten a las
generaciones actuales el esplendor del turismo aristocrático del pasado.
A partir de los años 50 del siglo XX, la generalización de las vacaciones pagadas, el aumento del tiempo libre y las
facilidades cada vez mayores de desplazamiento explican la expansión del turismo de masas y su fuerte en
concentración en los espacios litorales. Con condiciones climáticas como las que dominan en gran parte de Europa, con
un invierno largo y duro, con bajas temperaturas en el interior del continente durante el invierno y precipitaciones muy
abundantes en las costas occidentales, el turismo de masas es atraído especialmente por el sol y la playa. La costa
mediterránea y sus islas se han convertido en los principales destinos del turismo europeo. En América del Norte, las
costas de California y Florida, y las islas del Caribe son, a su vez, los principales destinos del turismo de sol y playa.
En España, la costa es también el primer y mayor atractivo para millones de visitantes que acuden preferentemente en
verano en busca de sol y playa. La mayor capacidad de acogida turística corresponde al mediterráneo peninsular (55,3
% del total nacional), seguido de la costa balear (21,2 %) y la canaria (13,2 %). A lo largo de las costas, se suceden los
puertos deportivos. Sólo en litoral mediterráneo peninsular, hay más de 100 instalaciones náuticas con más de 25.000
puntos de amarre. Las islas Baleares, por su parte, cuentan con 42 centros deportivos y 10.854 puntos de amarre.
Las actividades de ocio y turismo han modelado paisajes modernistas de excepcional valor arquitectónico y urbanístico
en las ciudades balneario españolas del XIX, entre las que destacan San Sebastián y Santander. Además, y de manera
generalizada, en todas las localidades ribereñas se han acondicionado paseos marítimos y, a lo largo de la costa,
proliferan formas nuevas de asentamientos litorales, “marinas” o puertos deportivos, obras de acondicionamiento y
operaciones integrales de mejora de playas.
En el litoral mediterráneo, junto a los núcleos de los antiguos pueblos, se levantan urbanizaciones, conjuntos hoteleros
y equipamientos de ocio y playa que se disponen linealmente hasta formar muros de hormigón paralelos al mar. Las
localidades turísticas presentan tipologías variadas, aunque responden generalmente a un esquema “bipolar” en
cuanto a las actividades de ocio (la playa y el núcleo urbano) y “polinuclear” en cuanto al desarrollo urbanístico (el
núcleo histórico, urbanizaciones de bloques en altura y urbanizaciones de unifamiliares). La altura de los edificios, la
intensidad en la ocupación del suelo, y la densidad en la construcción varían de manera muy considerable siguiendo la
costa, si bien los contrastes mayores son los que se producen entre litoral mediterráneo en su conjunto y los litorales
atlántico y cantábrico. Mientras en el primero, las densidades turísticas son mucho más altas, en los segundos, las
densidades turísticas son considerablemente más bajas y la edificación es de mucha menor altura y volumen, en
definitiva, más respetuosa con la naturaleza y el entorno que en el mediterráneo.
6.2 Espacios de montaña
Las características medioambientales de las montañas, sus valores paisajísticos y la posibilidad de practicar en ellas
multitud de deportes que requieren la presencia de la nieve, la altura sobre el nivel del mar y la existencia de fuertes
pendientes, explican la transformación de la montaña en espacios atractivos para el turismo de masas.
El descenso de las temperaturas conforme aumenta la altura sobre el nivel del mar, alrededor de medio grado por cada
100 metros, y el soplo de las brisas, alternantes según sea de día o de noche, hacen de las montañas medios
privilegiados que atraen a las poblaciones urbanas durante los meses de verano. La abundancia de vegetación, como
consecuencia del fenómeno de recrudescencia de las precipitaciones por la altura, las diferencias de paisajes vegetales
entre las umbrías y las solanas, debido a la orientación de las vertientes respecto a los vientos y al sol, y la variedad de
paisajes que originan la naturaleza de sus rocas, su antigüedad, los procesos orogénicos y la acción de los agentes
erosivos, son elementos que hacen de las montañas espacios muy atractivos para el turismo, el disfrute del ocio y el
aprovechamiento del tiempo libre. La creciente urbanización de la sociedad, el aumento del nivel de vida de la
población y la espectacularidad de los paisajes de montaña son elementos que se suman para explicar el renovado
interés de la sociedad por estos espacios, con formas de utilización no siempre respetuosas con el entorno. Las
montañas se convierten en centros de atracción para una multitud ávida de naturaleza y en espacios de ocio para un
turismo masivo. Los embalses construidos en los valles atraen a los aficionados de los deportes náuticos en verano y las
estaciones de nieve son el atractivo principal de la alta montaña en invierno. La celebración de competiciones de ski y la
creación de Olimpiadas de invierno han favorecido el desarrollo de las localidades y ciudades de pie de montaña, que se
especializan en la prestación de servicios y que han multiplicado su población en los últimos veinte años, como Jaca,
Chamonix o Innsbruck. A la vez, las montañas próximas a las grandes aglomeraciones urbanas se cubren de
urbanizaciones y viviendas de segunda residencia, como sucede en la Sierra madrileña.
En cualquier caso, el turismo y las actividades de tiempo libre han salvado en todas partes el declive de los pueblos de
montaña. Así, el alpinismo y el senderismo, en verano, y los deportes de nieve, en invierno, hacen posible la ocupación
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hotelera de las estaciones de altura a lo largo del año y mantienen unos niveles de empleo alto allí donde pueden
practicarse.
6.3 Espacios rurales
También hoy los espacios rurales adquieren valor turístico a través del denominado “agroturismo” o “turismo verde”.
Los poderes públicos estimulan la modernización de casas de labranza y la adecuación de sus infraestructuras para
facilitar el desarrollo de actividades de ocio y turismo que se fundamentan en las relaciones familiares. Se trata de un
turismo cada vez más atractivo para las clases medias urbanas, deseosas de cualquier forma de reencuentro con la
naturaleza y de entrar en contacto con la vida del campo.
El “agroturismo” o “turismo verde” es una forma nueva que incorpora a los agricultores a la función de acogida y
animación. Es un fenómeno sobre todo europeo que aprovecha la abundancia de residencias secundarias e intenta
paliar la crisis del campo. Según países, acoge entre el 5 % y el 15 % del turismo. Fundado sobre el vínculo familiar, se
extiende por las capas sociales acomodadas y se internacionaliza. Las administraciones públicas lo estimulan con
subvenciones y mediante la creación de estructuras de acogida o la mejora de las existentes.
El “turismo verde” actúa espacialmente como un recurso que añade riqueza a la explotación del campo, a las
economías tradicionales que hasta hace relativamente poco tiempo estaban basadas casi de manera exclusiva en la
práctica de una agricultura especializada en el cultivo de la tierra y, en los medios de montaña, en el aprovechamiento
de los pastos para el ganado y la explotación del bosque. Precisamente la incidencia más favorable del “agroturismo”
desde el punto de vista de la reactivación de la economía y de la conservación del paisaje está teniendo lugar en las
áreas de montaña, que, por otra parte, son las más atractivas y las más demandadas por el actual turismo de masas, y
también las que sufrieron más los problemas de aislamiento y emigración del campo en general, aquí especialmente
intensos por los desajustes entre población y recursos de vida. No hay que olvidar que las montañas han sido áreas de
emigración durante décadas.
6.4 Espacios naturales protegidos.
La presión turística comporta polución y degradación del medio, en especial a ecosistemas naturales frágiles o a
espacios culturales y artísticos de singular valor y significado por su patrimonio monumental y urbanístico. Por eso las
autoridades acometen políticas de salvaguarda de espacios naturales y de protección de los conjuntos históricos
artísticos. En ese marco, se han creado Parques Naturales de montaña y litoral, se han establecido Reservas Naturales y
se prohíbe construir en playas. En España, había en 2009 cerca de 1229 Espacios Protegidos distribuidos entre las
siguientes categorías de mayor a menor importancia. 14 Parques Nacionales, 12 Parques Naturales, Reservas Naturales,
Monumentos Naturales Y Parques Protegidos. El 9,5 % de la superficie de España se consideran espacios protegidos.
Los mayores niveles de protección corresponden a los Parques Nacionales. Son gestionados por el Estado y la CC.AA
donde se encuentran ubicados. Los restantes espacios naturales son aprobados por los parlamentos regionales y su
gestión se reserva a las administraciones donde se encuentran situado. Los espacios naturales protegidos se han
convertido en un recurso que atrae cada vez más el interés de los turistas. La puesta en turismo de los espacios
protegidos se hace dentro de los planteamientos de turismo sostenible que permiten contemplar esta actividad como
compatible con el medio ambiente. Frente a las afirmaciones como la de Fraguell de que el turismo no puede ser
sostenible ya que genera consumo de agua, desplazamientos y estancias de turistas, se pasa a considerar que el
turismo no sólo puede ser compatible con la conservación del medioambiente sino un medio para su protección. En la
actualidad, el turismo de espacios naturales protegidos puede ser considerado como una oferta innovadora,
superadora de una concepción del turismo calificada de fordista que se basaba en una oferta estandarizada y
monótona de productos de ocio para una demanda masiva.
6.5 Espacios urbanos
La globalización de la economía y los procesos actuales de urbanización favorecen el desarrollo del turismo a escala
mundial y privilegian la importancia creciente de las grandes aglomeraciones urbanas dentro de esta actividad por sus
valores históricos, monumentales y culturales, y, sobre todo, por la importancia que cobra en ellas el turismo de
negocios en torno a ferias, exposiciones y congresos. Además, las ciudades son los lugares más adecuados para
responder a las necesidades de contactos personales frecuentes y de relaciones que existen en el interior de las propias
empresas y de unas con otras. París, Londres, Nueva York y tantas otras ciudades son los primeros focos turísticos de
sus respectivos Estados por las razones señaladas. En el caso de las ciudades que además son centros de peregrinación
de las grandes religiones, como Roma, Jerusalén, La Meca, Fátima o Santiago de Compostela, la función turística se ve
reforzada por factores religiosos que justifican la afluencia masiva de personas a lo largo del año.
Por otra parte, el proceso de concentración de la población en las grandes aglomeraciones genera situaciones de
estrés, de fatiga y agobio psicológico que explican las ansias de contacto con la naturaleza y la proliferación de formas
de aprovechamiento del tiempo libre. Dentro de las modalidades de turismo generadas por las urbes, tienen especial
importancia por su carácter masivo los desplazamientos de fin de semana y de los puentes laborales hacia el campo y
los espacios de esparcimiento próximos a la ciudad. Estos desplazamientos son la principal manifestación de
76
aprovechamiento del ocio en las sociedades industrializadas y una fuente importante de problemas por su impacto
sobre la circulación general.
La concentración en el tiempo y el espacio de las personas que abandonan la ciudad en busca de descanso y de conocer
otros lugares durante los fines de semana provoca enormes embotellamientos en los itinerarios más frecuentados por
los flujos de tráfico. El Estado se ve obligado a acometer políticas de infraestructura viaria y de seguridad en carretera
capaces de garantizar no sólo el tráfico habitual de los grandes ejes de circulación sino el ocasional de los fines de
semana y de los periodos vacacionales, lo que exige grandes inversiones a partir de los fondos públicos y la necesidad
de contar con la colaboración de la iniciativa privada.
La práctica deportiva en el tiempo libre y el desarrollo de los deportes de competición dan lugar a la construcción
infraestructuras específicas que se convierten, también, en elementos característicos del paisaje urbano. Muchas de
estas construcciones funcionan como “hitos” paisajísticos para todos los ciudadanos, a menudo actúan como
elementos representativos de determinadas ciudades y, en muchos casos, atraen el turismo por su calidad
arquitectónica y por los valores y sentimientos que representan. Los museos del Real Madrid y del Barcelona CF,
ubicados en sus respectivos estadios, auténticos símbolos colectivos que trascienden el significado de sus propios clubs,
se sitúan por el número de visitantes a la cabeza de todos los de sus respectivas ciudades, Madrid y Barcelona.
Grandes estadios en el caso del fútbol, canchas para el baloncesto, piscinas olímpicas, circuitos para grandes premios
automovilísticos (Le Mans, Indianápolis) y carreras de motos mueven a miles de aficionados que acuden de la propia
localidad, de otros lugares y del extranjero. Estos aficionados pueden ser calificados indudablemente como turistas,
tanto desde el punto de vista estadístico como desde los puntos de vista de los comportamientos, y, por supuesto, de
las necesidades que requieren y del uso del espacio que realizan.
No obstante, el impacto geográfico y turístico de las diferentes manifestaciones deportivas es desigual. Frente a los
casos señalados anteriormente, cuyo impacto sobre el paisaje de las ciudades es permanente y sus efectos sobre el
turismo de las mismas, considerable, existen manifestaciones efímeras. Las repercusiones sobre el territorio se reducen
en el tiempo a unos pocos días. Esto es, y no son los únicos eventos de esta naturaleza, lo que sucede con los “rallyes”
internacionales de automóviles y motos.
Las grandes competiciones del motor de Montecarlo, los “rallyes” París-Dakar o de los Faraones, atraen a numerosos
participantes y a miles de espectadores del mundo entero, pero sus efectos espaciales son muy reducidos y muy
restringidos en el tiempo. Desde el punto de vista específicamente turístico, las consecuencias más permanentes de
estos acontecimientos deportivos sobre el territorio son su contribución a difundir el conocimiento de lugares y de
paisajes que, en algunos casos, acaban por convertirse en productos turísticos o, cuando menos, en elementos
motivadores de un turismo de aventura que tiene una demanda creciente en los países desarrollados.
77
creación de parques nacionales, al establecimiento de reservas naturales, a la prohibición de construir en playas, a la
protección de humedales, la defensa de dunas y acantilados. La actual presión turística, que comporta polución y
degradación del medio, refuerza la importancia de las políticas de salvaguarda de la naturaleza y del patrimonio
cultural.
Cada vez surge una mayor contraposición entre el proteccionismo de los poderes públicos y el deseo de crecimiento
económico y de creación de empleo de las comunidades locales. En todos los países, se refuerzan las legislaciones
nacionales y regionales para proteger la franja litoral (Ley Litoral de 1986 en Francia, Ley de Costas de 1988 en España)
o controlar la presión inmobiliaria.
La declaración de espacios protegidos es un instrumento para preservar el litoral y hacer compatible usos turísticos y
protección de la naturaleza. Uno de los ejemplos más significativos por sus valores medioambientales y la proximidad a
una gran aglomeración urbana, es la Reserva de la Biosfera de Urdabai, en Vizcaya. Este espacio natural protegido se
extiende sobre 23.000 hectáreas de la ría de Mundaka, en la que se mezclan las aguas del mar y de los ríos Oca y
Golaco. Numerosas aves migratorias de paso desde Centroeuropa a África utilizan estacionalmente sus orillas como
lugar de descanso y cría.
7.2 Políticas de desarrollo y ordenación turística
Hasta los años 70, dominaron en el mundo políticas sectoriales que consideraban el turismo, ante todo, como un
instrumento de crecimiento económico y de corrección de los desequilibrios territoriales. La planificación turística se
regía casi exclusivamente por motivaciones de desarrollo socioeconómico. La preocupación principal era estimular el
crecimiento de esta actividad a cualquier precio, fundamentalmente a través del aumento de la capacidad de
alojamiento y de la rentabilización al máximo y en el menor tiempo posible de las inversiones efectuadas. A la vez, la
producción turística era concebida como instrumento de equilibrio regional. El turismo era considerado como panacea
para salir del subdesarrollo.
En la actualidad, se imponen políticas globales que intentan armonizar crecimiento turístico y respeto por la
conservación de los paisajes naturales y los valores culturales de los medios de acogida. Se imponen políticas de
ordenación turística que integran conservación y acciones de autodesarrollo diversificado a escala local, regional,
nacional e internacional. Los condicionantes espaciales pesan cada vez más sobre las localizaciones y el interés por
armonizar el turismo entre los estados, sobre todo en espacios fronterizos, conduce a acciones generalizadas de
planificación interregional. En los países del Tercer Mundo, se siguen anteponiendo los valores socioeconómicos del
crecimiento turístico a la conservación del medio, favorecidos por los intereses de las grandes multinacionales del
sector. En definitiva, la principal cuestión del desarrollo turístico es conseguir el equilibrio entre políticas productivistas
y proteccionistas. En España, las urbanizaciones masivas dañan los ecosistemas litorales y prelitorales. A menudo, las
dunas son destruidas, las albuferas son alteradas, los marjales, desecados, y las playas, modificadas. La construcción de
grandes bloques de apartamentos a orillas del mar ha dejado el paisaje de muchas playas encerrado tras un muro de
cemento, como se puede comprobar, sobre todo, a lo largo de la costa mediterránea, entre Cadaqués (Gerona) y
Estepona (Málaga). Las grandes obras de ingeniería civil junto al mar también destruyen los suelos, dañan los
ecosistemas y modifican los paisajes. La construcción de puertos y diques origina la pérdida de playas y la creación de
planicies costeras y albuferas. Desde 1979, el Ministerio de Fomento destina parte de su presupuesto a la recuperación
del litoral. Desde entonces, se han multiplicado las regeneraciones de playas, las obras de construcción y mejora de
paseos marítimos, las intervenciones en vías de acceso y los saneamientos de entornos costeros. La demolición
mediante el sistema de voladura controlada el 10 de enero de 2002 del gran hotel Atlanterra, símbolo del urbanismo
salvaje de los años 70, construido sin licencia de obras sobre dunas en Zahara de los Atunes (Cádiz) y nunca terminado,
es todo un símbolo de una política turística nueva, que apuesta por la protección del medio ambiente y la recuperación
de costas. Además, existe una campaña de limpieza en colaboración con las Comunidades autónomas que hace de
España el país de la Unión Europea con mayor número de playas con bandera azul como distintivo de calidad.
7.3 Políticas ecológicas y desarrollo sostenible.
Cada vez son más numerosas las recomendaciones internacionales (Carta de la Organización Mundial del Turismo,
Códigos de buena conducta de la UNESCO) en favor de un “ecoturismo”, de un turismo respetuoso con el medio, capaz
de ser alternativo, duradero y sostenible. Frente a fórmulas monotemáticas y uniformes del “turismo de masas”,
vinculadas a grandes aparatos y estructuras productivas, que hoy se consideran caducas e incluso empiezan a generar
sentimientos de rechazo por parte de los mismos turistas, se aboga por un turismo más individualista, flexible y mejor
integrado con el territorio.
Hoy por hoy, crece una “conciencia ecológica” entre los potenciales consumidores de turismo que provoca
sentimientos de rechazo frente a zonas degradadas por sobrecargas estaciónales y que lleva a preferir entornos poco
afectados por el turismo, a menudo en el Tercer Mundo, o legalmente protegidos en cualquier país, como es el caso de
los parques nacionales. De este modo se habla de planificación ecológica, que razona en términos de umbrales de
aceptabilidad y de control de los espacios turísticos, por lo tanto de “capacidad de carga”, y cuya acepción puede ser
extendida a los dominios económicos y socioculturales. Con el deseo de optimizar beneficios y evitar perjuicios a las
78
comunidades locales, el planeamiento se centra ahora en la adecuación entre las capacidades del medio-soporte y la
envergadura de las instalaciones e infraestructuras turísticas que se proyectan.
A partir de estos presupuestos teóricos, turoperadores, empresarios y responsables públicos plantean en todas partes
fórmulas de reordenación y programas de rehabilitación de los equipamientos heredados. Así, en diferentes lugares de
la costa mediterránea, determinados ayuntamientos acometen con apoyo financiero internacional operaciones de
renovación y embellecimiento de las estaciones balnearios construidos durante las décadas de desarrollismo
económico. A veces, esas actuaciones suponen la completa restauración de los espacios afectados, incluidas la
demolición y la sustitución de las infraestructuras de acogida.
79
El fuerte envejecimiento demográfico de los países europeos y de América del Norte explica la importancia creciente de
lo que se denomina “turismo de jubilados”. Van en rápido aumento los jubilados de distintas nacionalidades que
acuden a las estaciones tipo balneario del mediterráneo y de las islas Canarias, atraídos por la suavidad del clima, sobre
todo durante los meses de invierno. Alemanes, ingleses y franceses forman verdaderas colonias en las islas Baleares y
Canarias, en la Costa Brava, Costa Blanca y Costa del Sol. Los efectos del turismo de jubilados sobre las zonas en que
tiene mayor implantación son muy importantes, ya que disminuye el carácter estacional de esta actividad, anima el
sector inmobiliario y favorece el mantenimiento de las actividades terciarias. También sucede que cada vez con mayor
frecuencia muchos de estos turistas jubilados terminan por adquirir una vivienda en los destinos antes señalados y se
convierten en residentes, lo que repercute sobre el envejecimiento y el descenso estadístico de las tasas de fecundidad
de los enclaves costeros.
Otra forma de turismo en expansión en los países desarrollados es el llamado “turismo exposición”. Hace referencia al
turismo practicado por la “jet society” (aristocracia, alta burguesía, mundo del espectáculo), que se reúne durantes los
periodos vacacionales en ciertos lugares en busca de diversión, encuentro y protagonismo social. En España, este
turismo se concentra especialmente en Marbella, Palma de Mallorca e Ibiza. El alto poder adquisitivo y la elevada
capacidad de demanda de servicios de calidad de las personas que representan esta modalidad de turismo se plasma
en urbanizaciones de lujo, del tipo de “Puerto Banús” o de “Soto Grande”, que se propagan de manera mimética, con
más o menos fortuna paisajística y ambiental, por la Costa del Sol. El eco popular de la “jet society” a través de las
revistas del corazón convierte las localidades que frecuenta en centros turísticos de interés mundial.
En la Europa oriental, el turismo ha tenido mucha menos importancia económica hasta la desaparición de sus
regímenes socialistas. Tras la vuelta a la democracia, al multipartidismo y la economía de mercado, sus ciudades se han
convertido en significativos destinos del turismo internacional por la riqueza de sus valores monumentales y culturales.
La UNESCO ha reconocido la importancia de estos valores al incluir muchas de estas ciudades y localidades dentro de su
catálogo de lugares “Patrimonio de la Humanidad”. Budapest, Varsovia, Cracovia y San Petersburgo ocupan un lugar
muy destacado en el turismo de interior por motivaciones culturales. Actualmente, el turismo internacional de los
países de Europa oriental se basa de manera prioritaria en circuitos turísticos por las grandes ciudades y, en segundo
lugar, por ciertas regiones del Asia central y el Volga.
En los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), los flujos interiores se siguen dirigiendo
preferentemente a los balnearios del mar Negro, lo mismo que en los tiempos de existencia de la Unión Soviética
(URSS), aunque la grave situación económica y la inestabilidad política de muchos de estos territorios, hace que este
turismo haya decaído con relación a la importancia que tenía en el pasado, antes de la caída del muro de Berlín, en
1989. América se sitúa en segundo lugar mundial por el volumen económico del turismo y los desplazamientos que
genera. El turismo internacional, de negocios y circuitos, se orienta hacia las metrópolis, y el turismo interior, hacia los
balnearios de las megalópolis y las regiones meridionales de Florida y California, donde las ofertas muy especializadas
de entretenimiento y ocio tienen enorme importancia, incluidos los parques temáticos relacionados con la grandes
productoras cinematográficas, el turismo de jubilados y las residencias para la Tercera Edad.
El resto de los países industrializados genera escasos flujos turísticos, excepto Japón, que adquiere importancia
creciente, sobre todo como foco emisor, debido al elevado nivel de vida de su población y a prácticas culturales que
estimulan ciertos viajes al exterior. Los recién casados acuden de manera muy generalizada a las islas del Pacífico, y
muchas empresas premian ocasionalmente a sus trabajadores con unas vacaciones pagadas al extranjero, incluyendo
destinos tan lejanos para Japón como son los países de Europa y Estados Unidos.
En todo caso, hay que tener en cuenta que más del 80% de los desplazamientos turísticos que se realizan en el mundo,
se hace dentro de los grandes conjuntos regionales a los que nos hemos referido anteriormente, y la mayoría
corresponde a flujos de corta distancia. Los viajes por motivos turísticos más numerosos son los que se efectúan hacia
destinos próximos respecto a los lugares de residencia habitual, dentro del territorio nacional, y hacia los países
limítrofes dentro de cada uno de los focos emisores.
8.2 El turismo en los países en vías de desarrollo
Los asentamientos turísticos son recientes y poco numerosos. En la mayoría de estos países, el turismo tiene un
carácter puntual, se limita a los alrededores de las aglomeraciones, a ciertos lugares del litoral y a unas pocas
estaciones de montaña. El turismo internacional hacia estos países sigue siendo relativamente minoritario y, en buena
medida, la masa del flujo turístico disminuye hacia estos destinos en proporción inversamente proporcional al aumento
de su distancia respecto a los principales y grandes focos emisores. No obstante, el turismo hacia estas zonas tiende a
aumentar por el abaratamiento de las tarifas aéreas, la industrialización de esta actividad por los grandes
“turoperadores”, las facilidades concedidas para su desarrollo por los propios gobiernos y el estímulo que recibe de la
Organización Mundial del Turismo (OMT). Actualmente, los países en vías de desarrollo representan sólo el 30% del
mercado del turismo internacional, pero está proporción está creciendo de manera rápida. La llegada de turistas
internacionales a los países en vías de desarrollo ha crecido en una media de un 9,5% por año desde 1990 a nuestros
días, mientras que este mismo crecimiento para todo el mundo y en el mismo periodo ha sido del 4,6%.
80
Los focos de mayor atracción se sitúan a menos de tres horas de vuelo desde los países más avanzados
económicamente, la Unión Europea y Estados Unidos. Los destinos más frecuentados se localizan en el norte de África,
por su proximidad a Europa, la existencia de estaciones balneario bien equipadas, el interés histórico-cultural que
suscitan sus ciudades y el exotismo de los oasis pre saharianos del sur de Marruecos y Túnez. En el continente
americano, el Caribe y México son los primeros destinos turísticos para la población de Estados Unidos. Conforme
aumenta la distancia, tal como se ha indicado antes, disminuyen los flujos turísticos. Detrás quedan los destinos
turísticos de África negra, de la India, del Sudeste asiático y de Oceanía.
En todos los países en vías de desarrollo, el turismo de negocios alcanza importancia creciente y se concentra en las
metrópolis. El turismo cultural hacia las cunas de viejas civilizaciones, como México, Perú, La India o Egipto, se halla en
expansión. Por su parte, el turismo de sol y playa o heliotalosotrópico, basado en las ventajas de los climas tropicales
con relación a América del Norte y Europa, atrae de manera progresiva a un mayor número de personas. En muchos de
estos países, proliferan las implantaciones y las estaciones costeras que han sido construidas en fechas recientes con el
apoyo de la Banca Mundial (Cancún, Antalya, Port-el-Kantaui, Sali-Portudal, etc.). La participación de capitales
extranjeros en los sectores turísticos de estos países y las iniciativas empresariales de las multinacionales van también
en aumento. Por su parte, la participación de recursos e iniciativas locales en la promoción del turismo gana en
intensidad a través de fórmulas de turismo integrado. El Caribe es uno de los destinos internacionales de mayor
expansión para el turismo en nuestros días, no sólo para el norteamericano sino también para el europeo. Unas de las
claves del desarrollo de este turismo se encuentran en el crecimiento experimentado en las últimas décadas por el
turismo de cruceros y por las fórmulas del turismo “todo gasto incluido”, abordo de los cruceros o dentro de grandes
complejos hoteleros de playa que proporcionan todo tipo de actividades de entretenimiento y ocio sin salir de su
recinto. En ambos casos, cruceros y complejos hoteleros, la oferta turística se resuelve en forma de paquetes que
incluyen el precio del vuelo desde el lugar de partida al destino, los gastos de hotel o barco, todas las consumiciones y
la utilización de las actividades y servicios de ocupación del tiempo libre. Esta estrategia comercial, canalizada a través
de grandes turoperadores mundiales, ha convertido en turismo de masas lo que hasta no hace mucho, la década de los
80, era un turismo reservado a minorías de elevado poder adquisitivo, sobre todo, procedentes de Estados Unidos.
La globalización está favoreciendo a escala mundial la actuación de turoperadores internacionales que controlan
cadenas de hoteles enteras y, a veces, empresas de transporte. Para rentabilizar las inversiones, se realizan costosas
campañas publicitarias dirigidas a canalizar los deseos de la población de los países desarrollados por conocer paisajes y
culturas exóticas. El abaratamiento de las tarifas aéreas, la abundancia de mano de obra muy barata, el escaso poder
adquisitivo de las mayorías de las monedas locales frente a las grandes divisas: el dólar, el euro, la libra esterlina o el
yen, favorecen los flujos turísticos hacia los países del Tercer Mundo, incluidas las islas del hemisferio Sur (Océanos
Indico y Pacifico) y los países del Extremo Oriente (Asia Oriental y Sudeste Asiático).
Por último, en los flujos turísticos hacia los países en vías de desarrollo, hay que tener en cuenta la importancia que
tienen los lazos culturales entre estos países y los que en un determinado momento fueron sus metrópolis coloniales y
ahora son los principales emisores de turistas. La existencia de una misma lengua, la presencia de elementos culturales
afines y de vínculos económicos conservados a través del tiempo, aunque sea en grados de intensidad muy distinta,
facilitan los flujos turísticos. De este modo, no sorprende la importancia que para el turismo español están adquiriendo
los destinos en América Latina, especialmente los que se ubican en medios excepcionalmente privilegiados por sus
características medioambientales y riqueza cultural, como el Caribe y México. Lo mismo se puede observar en los casos
de Inglaterra respecto a la India y los países de su antiguo Imperio colonial en África, y de Francia respecto al Norte de
África y el África subsahariana, donde destaca Senegal por el volumen de su turismo y las inversiones realizadas en el
sector.
8.3 Zonificación del turismo
En general, los flujos turísticos disminuyen de manera inversamente proporcional al aumento de la distancia desde las
ciudades. La mayor frecuentación turística desde las grandes aglomeraciones urbanas corresponde a las zonas de
residencias secundarias y de turismo de fin de semana, situadas a menos de 150 kilómetros de distancia; siguen, a
continuación, las áreas de montaña, playas y ciudades monumentales, hasta un radio de 1500 kilómetros y, por último,
las zonas de turismo lejano, aquellas que sólo se visitan de manera muy ocasional y casi siempre mediante el avión.
La mayoría de los destinos turísticos lejanos corresponde a espacios privilegiados por razones de tipo cultural, espiritual
y de exotismo. Así, la India y el Sudeste Asiático atraen a un buen número de visitantes por la originalidad de su cultura
y los valores espirituales de sus religiones, puestas de moda en occidente a partir de los años 60 por corrientes
filosóficas vinculadas a actitudes pacifistas. Igualmente, México y Perú atraen a turistas de todo el mundo por la calidad
de las huellas culturales de sus viejas civilizaciones precolombinas. Hoy, se desarrolla también, y cada vez con más
intensidad, un turismo minoritario ligado a actividades deportivas, científicas y de aventura: viajes a los polos, las selvas
tropicales, los desiertos, las altas montañas y las zonas de vulcanismo activo. Concretamente, entre 1990 y 2000, los
viajes hacia estos destinos han aumentado en un porcentaje superior al 100%, según datos de la Organización
Internacional del Turismo Mundial, lo que ha obligado a la ONU a advertir del peligro que puede suponer un turismo
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masivo en zonas cuyos ecosistemas figuran entre los más frágiles del planeta. El auge de los deportes de competición,
como grandes premios automovilísticos, rallyes internacionales, carreras ciclistas, campeonatos de fútbol..., atraen a
millares de espectadores, y lo mismo sucede con acontecimientos culturales de masas, como festivales de cine, teatro,
ópera y conciertos de música “pop”.
La proximidad a Europa, el clima, el exotismo de la cultura islámica y los restos de anteriores civilizaciones, favorecen el
turismo hacia el Norte de África. Del mismo modo, la relativa proximidad a Estados Unidos, la suavidad del clima, los
bajos precios y los atractivos culturales, impulsan el turismo del Caribe.
82
rurales reorienten completamente su actividad y ponen sus instalaciones al servicio del turismo (granjas escuela,
granja-albergue o granja-ecuestre). La población del campo encuentra en sus casas rurales, rehabilitadas y adaptadas
como alojamiento turístico, un complemento a sus ingresos tradicionales, aunque salvo excepciones, su explotación
económica no proporciona ingresos suficientes para vivir exclusivamente de ellas. La rentabilidad que se puede obtener
oscila entre un 8% y un 10% al año. La rentabilidad es mayor cerca de la montaña, estaciones invernales, parques
nacionales, balnearios o grandes ciudades. No obstante, la incorporación de la población agraria al turismo rural exige
esfuerzos de adaptación a las necesidades de esta nueva actividad y cumplir requisitos de formación profesional.
9.3 El turismo rural, un instrumento para la rehabilitación ecológica.
Las justificaciones económicas de las comunidades rurales no son las únicas para desarrollar el “turismo verde” o
“agroturismo”, como también se denomina al turismo rural. La preocupación por rehabilitar antiguos locales
amenazados de ruina y el deseo de incrementar los contactos con el exterior están presentes en la mayoría de los
programas de desarrollo rural. Las subvenciones para ayuda a la rehabilitación de casas rurales alcanzan hasta el 60%
de la inversión realizada por un particular. En España, las casas rurales en funcionamiento han pasado de 4650 en el
año 2002 a 14377 en 2010 y de un empleo de unas 9000 personas en la primera de esas fechas a 21881 en la segunda
fecha. Los mayores grados de ocupación por plazas en fin de semana se registraron en Navarra, Islas Baleares, La Rioja,
Cataluña, País Vasco y Madrid. La gestión de las casas rurales suele correr a cargo de las familias que las habitan
permanentemente. La presencia de extranjeros durante todo el año en busca de buen tiempo, golf y playa en la Costa
del Sol y en las islas, sobre todo en Baleares, contribuye a hacer también de estos lugares un negocio muy rentable para
el turismo rural. La clientela del turismo rural se aleja de la idea que en un primer momento la asociaba a turismo
barato, de gente de paso con sus mochilas; hoy, muy por el contrario, el perfil de los usuarios de las casas rurales
corresponde al de personas y familias con un buen nivel de formación, de 30 a 45 años, de clase media alta.
9.4 El turismo de visita de empresa, una apuesta de futuro.
Una de las apuestas más innovadoras por responder a la demanda de ocupación de tiempo libre y de entretenimiento
es el “turismo industrial” en su doble vertiente, la “visita de industrias muertas”, lo que propiamente se podría calificar
de “turismo de patrimonio industrial” y la “visita a industrias vivas”. Ambas formas de hacer turismo responden al
deseo de conocimiento que de manera innata existe en las personas. Pero si el “turismo de patrimonio industrial” es
una oferta en general ya más consolidada, que se vincula con el interés creciente del conjunto de la sociedad por
conocer las huellas del pasado, la “visita de empresa”, como modalidad de ocupación del tiempo libre estructurada por
los agentes del turismo, es una forma más reciente de hacer turismo y muy acorde con las nuevas demandas turísticas.
La “visita de empresa” responde bien a lo que se denomina “turismo de estilo de vida”, entronca perfectamente con el
también llamado “turismo creativo” y por supuesto con el “turismo urbano y cultural”. La “visita de empresa” es
también una forma de turismo activo, donde a la observación de modos de producción de nuestros días, se añaden las
posibilidades de comunicación y el intercambio de ideas, el contraste de experiencias y la introducción de servicios
nuevos. Por otra parte, la “visita de empresa” se revela como un agente dinamizador del empleo y del desarrollo local.
Entre otras cosas, porque el simple hecho de adaptar materialmente la empresa a su visita pro el público exige un
esfuerzo importante por parte de sus responsables. Se estima que se necesitan al menos 2 personas dentro de la propia
empresa por cada 5000 visitantes. En muchos casos, las empresas ofrecen venta de los productos fabricados,
escenifican procesos de fabricación, organizan museos, salas de exposiciones, etc. La visita actúa así como elemento
dinamizador de la economía e instrumento de desarrollo local. Tan solo a modo de ejemplo, en Francia, donde esta
modalidad turística se halla más estructurada, las empresas reciben 8 millones de visitantes. En Irlanda la fabricas de
cervezas Guinness y en Escocia la destilería Glenfidish son buenos ejemplos de empresas que abren sus puertas al
turismo. La Semana de la Ciencia es la ocasión para el gran público de visitar empresas pertenecientes a toda clase de
actividades industriales, incluidas las empresas más punteras e innovadoras en relación con los programas de I+D+I. en
cualquier caso y a manera de conclusión, la curiosidad y el afán del conocimiento, totalmente consustancial a la
psicología y el comportamiento del viajero y turista, justifican el desarrollo de estrategias de gestión orientadas a abrir
las empresas al público, al menos ocasionalmente, mediante Jornadas de Puertas Abiertas.
9.5 El turismo de patrimonio industrial, una modalidad consolidada.
En España, el cuarto destino turístico del mundo, con más de 52 millones de visitantes internacionales en 2010, y una
fuerte concentración espacial en cuanto a las Comunidades de destino del turismo extranjero, el 90% del turismo se lo
llevan 6 comunidades autónomas, el turismo industrial en su doble faceta, turismo de patrimonio y turismo de visita de
empresa, constituye una oferta reciente, desigualmente estructurada y distintamente contemplada por las
administraciones públicas y los agentes económicos del turismo. Como ocurre en todos los países de antigua
industrialización y urbanización, la modalidad más desarrollada es la que se vincula con el patrimonio industrial,
principalmente relacionado con la industria textil, la siderurgia, la minería y el transporte. A nivel europeo se han credo
muchos planes para incentivar este sector y los objetivos básicos son: la protección, la conservación y la gestión social
de dicho patrimonio y el establecimiento de medidas que lo hagan posible, incluyendo el uso futuro de conjuntos,
edificios y elementos industriales de todo lo que es un patrimonio que puede servir para desarrollo local, tanto cultural
83
como económico. Precisamente el turismo de patrimonio industrial constituye en la mayoría de los casos un
instrumento eficaz para justificar las inversiones necesarias para la conservación y recuperación de los vestigios
industriales del pasado, incluida la maquinaria. Las iniciativas más avanzadas y las ofertas mejor estructuradas de este
turismo se encuentran en Cataluña, el País Vasco, Asturias y Andalucía. La utilización del patrimonio industrial depende
también de manera muy importante de los apoyos institucionales existentes y de su puesta en valor por los agentes
económicos de las diferentes zonas y regiones. La acogida por el público de la oferta turística que representa el
patrimonio industrial es muy favorable, como se comprueba por el elevado número de visitantes que reciben algunos
de sus sitios más representativos. La reconversión industrial de los 80, el “urbanismo de austeridad” y ciertos
movimientos vecinales han favorecido la conservación y reutilización de viejas estructuras industriales: mataderos,
mercados, estaciones de ferrocarril, viejas fábricas, molinos de agua y viento, aunque hubo que esperar a los 90 y
principios de la década del 2000 para la puesta en turismo de algunos de esos espacios. Ejemplos significativos en este
sentido en Madrid, La antigua fábrica de cervezas “El Águila”, convertida en archivo regional, la estación de Delicias
para convertirse en Museo del Ferrocarril o el antiguo matadero convertido en sala de conciertos.
84
Capítulo 6
Redes y flujos
Introducción
Hoy, la movilidad geográfica de la población se ha convertido en uno de los fenómenos más característicos de nuestro
tiempo, con formas múltiples que incluyen desde los movimientos migratorios a los desplazamientos turísticos. Nuestra
sociedad europea es una sociedad de individuos móviles. Y aún es más, la movilidad geográfica se ha convertido en un
nuevo modo de habitar de las sociedades humanas. Por todo eso los modernos medios de transporte y comunicación
adquieren un protagonismo creciente en nuestras sociedades. Las infraestructuras de los transportes aseguran la
interacción espacial entre ciudades y territorios a diferentes escalas, se comportan como indicadores económicos por
su relación con el grado de desarrollo económico social y actúan como indicadores geográficos por su carácter
transformador del espacio. Los transportes implican un lugar de salida y otro de destino y la existencia de dos tipos de
elementos: unos de “naturaleza física” y como son las mercancías, personas, ideas, información y otros de “naturaleza
espacio temporal” como son el origen, el destino y los itinerarios. En el actual modo de producción postindustrial, los
transportes y la movilidad interurbana e intraurbana figuran entre los elementos más característicos de nuestras
sociedades y, desde luego, más necesarios para su funcionamiento.
85
rurales. No obstante, las áreas de influencia internacional y sobre todo las de mayor rango en población y variedad de
funciones, concentran servicios escasos que responden a múltiples necesidades de personas y empresas. En cualquier
caso, cada vez son más numerosas las metrópolis en el mundo: en 1986 había más de 140 ciudades de más de 1 millón
y 11 de más de 10 millones. Desde el año 2000, más del 60% de la población del planeta reside en ciudades que
alcanzan el rango de metrópolis.
2.2 La convergencia espacio-tiempo.
Desde mediados del siglo pasado, los procesos de convergencia espacio-tiempo ligados a los avances tecnológicos en
los transportes impulsan la ampliación de las áreas de influencia de las ciudades. Mientras las distancias físicas son
siempre las mismas, resultan inalterables, los avances en los transportes y en las comunicaciones acortan
progresivamente los tiempos de duración de los viajes y sus costes.
2.3 Delimitación de las áreas de influencia.
W.J. Reilly considera que el flujo de personas, bienes, ideas e información entre ciudades es directamente proporcional
al producto de su población e inversamente proporcional a la distancia entre ellas.
Aplicando la fórmula:
d
B=-----------------
P1
1+ ------
P2
86
último, las jerarquías urbanas de los antiguos países socialistas son el resultado del pasado histórico anterior a la
implantación de los regímenes comunistas y del intento por parte de éstos de mejorar la configuración de las redes
mediante la creación de ciudades nuevas. Sin embargo, todo aquello no fue suficiente. La liberalización de la vida
económica tras la caída del muro de Berlín y el final de los regímenes comunistas, han originado nuevos flujos de
población hacia las localidades más grandes y han impulsado la concentración de la actividad económica.
3.2 La regla rango-tamaño.
La regla rango-tamaño es un instrumento de análisis e interpretación que permite comparar la distribución jerárquica
de las ciudades de un sistema en la realidad con su distribución ideal. La relación consiste en que la población por orden
o rango “r” es de 1/n el tamaño de la población de la ciudad más poblada. La ciudad situada en segundo lugar posee
aproximadamente1/2 de la población de la primera, la tercera tiene 1/3, y así sucesivamente. De ese modo, los
tamaños de todas las ciudades del sistema aparecen vinculados entre sí y ponen de manifiesto las interrelaciones
existentes entre unas y otras. Según esta regla, se puede determinar el peso demográfico de cualquier ciudad
conociendo el rango o puesto que ocupa dentro de su sistema y el número de habitantes de la primera aglomeración.
Su formulación es la siguiente:
P1
Pr=--------
r
Donde:
Pr es la población de la ciudad de rango r
P1 es la población de la ciudad principal.
r es el rango de la ciudad cuya población se pretende averiguar.
Población real Población Diferencia entre
ciudad rango Po/Pe
Po esperada Pe Po y Pe
Madrid 1 3.273.049 3.273.049 0 1,0
En el caso español, para hallar la población esperado de Bilbao en 2010, que ocupa el séptimo lugar por su tamaño en
el Padrón Municipal de 2010, no hay que hacer más que dividir la población de la primera ciudad por 7. El resultado se
aproxima bastante a la población real u observada.
El cociente Po/Pe resulta de dividir la población observada de cada ciudad por su correspondiente población estimada.
3.3 El índice de primacía.
Este índice mide el dominio de la ciudad principal sobre el resto de los asentamientos del sistema urbano al que
pertenece. Ese dominio se expresa a través de la relación cuantitativa entre la ciudad mayor del sistema urbano y las
tres siguientes en la jerarquía poblacional. Su formulación es la siguiente:
P1
Ip=---------------------x100
4
∑
Pi
i=1
Donde:
Ip= es el índice de primacía
P1= es la población de la ciudad mayor del sistema.
∑ P1 = es la suma de la población de las cuatro primeras ciudades, incluida la principal.
87
Este índice proporciona magnitudes porcentuales que oscilan entre 25 y 100. Valores altos reflejan redes macrocéfalas;
valores intermedios, redes bicéfalas o tricéfalas, y valores bajos, redes equilibradas.
Aplicando este índice a los sistemas urbanos de Chile y de EEUU en 2010, sus resultados ponen en evidencia la fuerte
macrocefalia de Chile y el equilibrio en los EEUU.
4.988.252
Ip de Chile=---------------------------------x100=79,15
6.302.135
8.363.710
Ip de EEUU=---------------------------------x100=48,36
17.293.012
88
servicios y a los equipamientos básicos, sin olvidar la conservación del patrimonio cultural, natural y la diversidad de
paisajes para proporcionar un equilibrio territorial.
89
factores psicológicos, culturales, sociales, políticos que influyen y modelan los procesos cognitivos previos a la acción.
La elección de los lugares de compra por los consumidores deja de depender únicamente de la distancia y del gasto de
transporte, para hacerlo también de la “utilidad subjetiva”, que se entiende por tal, la capacidad de atracción para los
consumidores que presenta cada centro. El principio de utilidad del centro y el factor de distancia se combinan entre sí
para crear infinitas posibilidades a la hora de elegir el lugar de compra o el lugar al que se acude para satisfacer la
necesidad de un determinado servicio.
4.4 Los efectos del intercambio desigual en la jerarquía de lugares centrales.
El discurso positivista de Christaller también es criticado desde presupuestos radicales que parten del marxismo y
centran sus investigaciones en las relaciones entre el espacio, la acumulación del capital y la lucha de clases. Los lugares
centrales constituyen, pues, desde enfoques radicales, la proyección espacial de los modos de producción de la
sociedad y el reflejo de relaciones disimétricas de clase que generan alienación y dependencia. Conforme a esta manera
de interpretar el territorio, los asentamientos que integran la jerarquía urbana se estructuran en diferentes niveles
destinados a controlar de la mejor manera posible la plusvalía del capital:
- Metrópolis y grandes ciudades.
- Ciudades medias y pequeñas.
- Ciudades relevos jerarquizados.
En ese contexto, las metrópolis y las grandes ciudades actúan como centros dominantes que aumentan
constantemente su poder y dominio sobre la periferia, el resto de ciudades y localidades del sistema urbano.
90
de la revolución industrial por su impacto sobre el conjunto de la economía y su importante demanda de hierro para la
construcción de su infraestructura y el material rodante. Contribuyó a la creación de nuevos mercados y posibilitó el
traslado de personas y mercancías. Los ferrocarriles transcontinentales fueron esenciales para la conquista de grandes
territorios en Estados Unidos, Canadá o Australia. Las ventajas del ferrocarril para el transporte de mercancías pesadas,
su utilidad para resolver las comunicaciones en las cercanías de las grandes aglomeraciones y las posibilidades de
competir con la carretera y el avión en las distancias medias, gracias a los avances tecnológicos, hacen posible
recuperar el ferrocarril el protagonismo que tuvo en el pasado. Desde los años 60 a la actualidad, se acometen planes
de modernización que se traducen en el cierre de líneas deficitarias, renovación de infraestructuras y del material
rodante en pasillos de gran circulación, electrificación y automatización de las redes. Otra de las grandes innovaciones
ha sido la generalización del transporte de mercancías en contenedores, ya que simplifica su manipulación, abarata los
costes y agiliza las operaciones de transbordo en las estaciones. En la actualidad, los elevados costes de mantenimiento
de las redes ferroviarias y la acumulación de balances deficitarios han llevado a la reprivatización del sector o a
fórmulas de privatización y gestión compartida en países tan significativos por la importancia del sector ferroviario
como Alemania y Gran Bretaña, con resultados muy desiguales.
7.2 La carretera asegura el transporte puerta a puerta.
El motor de explosión como máquina y el petróleo como fuente de energía sentaron las bases desde principios de
nuestro siglo del desarrollo de la industria automovilística. Conforme fue en aumento la utilización de automóviles y
camiones se fue acometiendo la adecuación de la red viaria europea a las nuevas necesidades y se fue construyendo
otra completamente nueva en Estados Unidos. El Estado y la iniciativa privada crearon una red de carreteras con firmes
sólidos, adaptada a las nuevas exigencias de circulación, y un viario jerarquizado que permitía el desplazamiento de
viajeros y de mercancías puerta a puerta. Entre 1936 y 1942, Alemania se dotó de una magnifica red de autopistas con
calzadas desdobladas. Tras la Segunda Guerra Mundial, el aumento del parque automovilístico animó a la iniciativa
privada a la construcción de autopistas de peaje a cambio de la concesión por parte de estado de su explotación por
periodos de tiempo variable. La flexibilidad de movimiento de los automóviles, autobuses y camiones, permite al
transporte por carretera completar las posibilidades de desplazamiento de los otros medios de transporte y competir
ventajosamente con ellos en los trayectos cortos y para el traslado de pequeños volúmenes. La carretera mueve con
diferencia el mayor volumen de personas y de mercancías. Este transporte es cubierto por empresas privadas con una
clara tendencia al minifundismo. Dentro del sector existen grandes empresas, algunas de ellas con participación de
capital y de intereses de entidades bancarias, financiarías y de fabricantes de vehículos, pero lo más frecuente son
empresas familiares o a título individual. El desarrollo creciente del transporte internacional de mercancías y viajeros
pro carretera va unido a la regulación del comercio internacional y a los acuerdos existentes entre países, a las
facilidades de trámites aduaneros en las fronteras, a la existencia de buenas conexiones entre las áreas productivas y
los mercados de destino. La Unión Europea tiene entre sus objetivos principales la construcción de unos grandes ejes
de autopistas que han de facilitar la formación de una res viaria comunitaria sin rupturas.
7.3 El transporte fluvial, un modo venido a menos.
Las facilidades para el desplazamiento proporcionadas por los ríos, en muchos casos las vías más practicables y siempre
las más adecuadas para las mercancías pesadas y voluminosas, explican la importancia que tradicionalmente ha tenido
el transporte fluvial. Desde el punto de vista tecnológico, el desarrollo de los canales fluviales a partir de la edad
moderna supuso la primera de las cuatro revoluciones experimentadas por los transportes: fluvial, ferrocarril,
automóvil y avión. En América del Norte, los sistemas fluviales del Mississippi, Grandes Lagos y rio San Lorenzo
garantizaron la mayor parte del transporte de mercancías durante el siglo pasado y hoy siguen teniendo bastante
importancia. En Europa, el Danubio, el Rin, el Ródano, el Elba y el Vístula constituyen las principales arterias y son el
soporte de redes densas y evolucionadas. La Unión Europea vislumbra la mejora de los sistemas fluviales del continente
para el transporte de mercancías y para fortalecer los vínculos entre las regiones, a pesar de que desde hace décadas
este modo de transporte pierde importancia frente a la carretera, el ferrocarril y el mar. El resto del mundo, el
transporte fluvial se limita a los ríos principales como ejes de penetración. El Plata, el Amazonas, el Orinoco, el Yang
Tse- Kiang, el Nilo y el rio Congo son las mejores vías para el transporte fluvial.
7.4 La importancia estratégica del transporte marítimo.
Los transportes marítimos se caracterizan por permitir el desplazamiento de grandes masas de mercancías a largas
distancias y con bajas tarifas. Su importancia se pone de manifiesto si tenemos en cuenta que este tipo de transporte
facilita las tres cuartas partes de los intercambios internacionales. La actividad marítima es espacialmente intensa a
partir del siglo XIX gracias a los avances técnicos de la navegación, entre ellos la construcción de los clipers, veleros
alargados y estrechos que llegaban a alcanzar velocidades de 20km. a la hora y la introducción del vapor, barco
impulsado primero por ruedas de palas y luego por hélices. Gracias al vapor el tiempo de recorrido entre Londres y
Nueva York se redujo 4 veces con cargas entre 15 y 20 veces superiores. Todo esto dio lugar a una emigración masiva
de Europa a américa, todo ello fue acompañado por la creación de importantes compañías navieras, muy vinculadas a
bancos y empresas aseguradoras. Ya en nuestro siglo, se inició un intenso proceso de concentración de empresas
91
navieras y de creación de compañías navieras estatales. Los armadores independientes también han desempeñado un
papel fundamental en la navegación marítima, sobre todo en Escandinavia, Grecia y Hong Kong. Desde los años 20, el
tonelaje de registro bruto ha fluctuado según la coyuntura económica, las guerras y las transformaciones del sistema
productivo mundial. Después de la Segunda Guerra Mundial, el tonelaje de los barcos fue creciendo hasta los
superpetroleros con 500.000 Tn. Finalmente, el deseo de ahorrar mano de obra y acelerar las tareas de carga y
descarga ha generalizado el uso del contenedor para todo tipo de mercancías. La competencia del avión a partir de la
Segunda Guerra Mundial ha provocado la desaparición de las grandes líneas regulares para el transporte
intercontinental de pasajeros por mar y ha forzado la reconversión de las compañías marítimas dedicadas antaño a este
tráfico. Hoy en día, el transporte de pasajeros por mar tiene un carácter regional y viajes de placer como cruceros. La
distribución espacial de las grandes rutas marítimas y el volumen de sus flujos comerciales reflejan las transformaciones
más recientes de la economía mundial. De ese modo, el tráfico por el Atlántico se reduce proporcionalmente mientras
aumenta por el Índico y sobre todo, por el Pacífico. El fuerte crecimiento de Japón y ahora de China, Corea del sur o
Taiwán, potencian la intensidad creciente del tráfico transpacífico. Ese incremento del comercio marítimo del Pacífico
corresponde al constante incremento del PIB de los países emergentes asiáticos desde el años 2000, en contraste con e
declive experimentado por Europa y los EE.UU. En España, un total de 45 puertos principales, que forman la red de
puertos de Interés General del Estado, aseguran buena parte del comercio exterior con otros países. Bilbao, Algeciras o
Barcelona son buenos ejemplos.
7.5 El avión, un elemento de integración a escala mundial.
Los avances tecnológicos, aparatos cada vez más rápidos, más grandes y con mayor autonomía de vuelo, y el
abaratamiento de las tarifas aéreas explican que el avión haya desplazado por completo al barco en el transporte
intercontinental de pasajeros y en parte al ferrocarril en las distancias largas y medias. El 2003, más del 40% de la
población mundial ha utilizado el avión por necesidades de negocio o turismo. Hoy, el avión se ha convertido en un
sistema de transporte de masas que se especializa, además en el traslado de mercancías perecederas, urgentes, frágiles
y de alto valor añadido. El avión es el único modo de transporte que asegura flujos de comunicación sobre territorios
discontinuos por la naturaleza del relieve. Gracias a él se pueden integrar conjuntos espaciales diferentes, incluidas las
regiones que se encuentran desconectadas de otras redes por su escasa población o dificultades de accesibilidad. No
obstante, los flujos más intensos de circulación se polarizan fuertemente en torno a América del Norte, La Unión
Europea y Japón, las áreas más desarrolladas y con más alto nivel de renta. A escala planetaria, las principales rutas
aéreas forman una malla, cuyos nodos son las ciudades donde se localizan los aeropuertos, y los arcos, las líneas que los
unen entre sí. Se establece de ese modo un estrecho paralelismo entre las estructuras del sistema urbano mundial y la
red del transporte aéreo. En esa jerarquía del transporte aéreo mundial, los aeropuertos de Londres, Frankfurt,
Ámsterdam, New York, Tokio y Los Ángeles se sitúan entre los primeros y más importantes por su tráfico y el número
de rutas internacionales que conectan. Al igual que los restantes modos de transporte, el avión se halla sometido a un
proceso de reconversión. El aumento del precio del combustible, la necesidad de disponer de complejas
infraestructuras, grandes costes de explotación y mantenimiento, fuerzan a proseguir una auténtica carrera de
innovaciones dirigidas a mejorar sus condiciones técnicas para abaratar tarifas y aumentar su atractivo para el
desplazamiento de viajeros y mercancías. El aumento del turismo impulsa el sistema de vuelos chárter, sin ruta
prefijada. Sus bajos precios favorecen la utilización del transporte aéreo y las conexiones con países que no disponen de
líneas regulares de tipo internacional pero que se incorporan como destinos turísticos. La estrecha relación entre vuelos
chárter y turismo ha hecho que los aeropuertos españoles y de Gran Bretaña se hayan convertido en los más
especializados del mundo en este tipo de tráfico desde la década de 1990. Por otra parte los aeropuertos se han
convertido en estaciones de transbordo multimodal de viajeros para facilitar la utilización del avión; a su alrededor
surgen entornos aeroportuarios constituidos por instalaciones de industrias punta, almacenes de carga, centros
comerciales, hoteles, sedes de empresas, etc. Como consecuencia de lo anterior, la necesidad de facilitar el acceso a los
aeropuertos desde las ciudades y el deseo de mejorar la conexión obligan a construir carreteras y ferrocarriles de
enlace. En cualquier caso, el avión resulta de extraordinaria importancia para los países más desarrollados y es
indispensable para los países extensos poco equipados en otros medios de transporte, como Rusia, China, Canadá o
Brasil.
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