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3. Martin Heidegger, Ser y tiempo, traducción de Jorge E.

Rivera, Santiago de Chile, Editorial


Universitaria, 1997, pp. 25-63; 166-177; 389-407.

Introducción

EXPOSICIÓN DE LA PREGUNTA
POR EL SENTIDO DEL SER

Capítulo primero
Ser y tiempo
NECESIDAD, ESTRUCTIJRA Y PRIMACÍA
Martín Heidegger DE LA PREGUNfA POR EL SER

Traducción, prólogo y notas de


Jorge Eduardo Rivera C. § 1. Necesidad de una repetición expUcita de la pregunta por el ser
Hoy esta pregunta ha caído en el olvido, aunque nuestro tiempo se 2
atribuya el progreso de una reafinnación de la «metafísica». Pese a ello,
nos creemos dispensados de los esfuerzos para volver a desencadenar
una yLya:vtoµaxta. rrep t "tf¡i; oóoLai;. Sin embargo, esta pregunta no es una
pregonta cualquiera. Ella man tuvo en vilo la investigación de Platón y
Aristóteles, aunque para enmudecer desde entonces �omo pregunta
temática de Una efectiva investigación. Lo que ellos alcanzaron se man­
tuvo, a través de múltiples· modificaciones y <<retoques», �ta la Lógica
de Hegel. Y lo que, en el supremo esfuetzo del pensar, le fuera antaño
arrebatado a los fenómenos, si bien fragmentaria e incipientemente, se
ha convertido desde hace tiempo en una trivialidad.
No sólo eso. Sobre la base de los comienzos griegos de la interpreta­
ción del ser, llegó a constituirse nn dogma que no sólo declara superflua
la pregunta por el sentido del ser, sino que, además, ratifica y legitima
su omisión. Se dice: el concepto de «ser» es el más universal y vaclo.
Como tal, opone resisten�ia a todo intento de definición. Este concepto
universalisimo y, por ende, indefinible, tampoco necesita ser definido.
Todo el mundo lo usa constantemente y comprende ya siempre lo que
con él quiere decir. De esta manera, lo que estando oculto incitaba y
mantenía en la inquietud al filosofar antiguo, se ha convertido en algo
obvio y claro como el sol, hasta el punto de que si alguien insiste en
preguD.tar aún por ello, es acusado de error metodológico.
Al comienzo <;le esta investigación no es posible discutir en detalle
los prejuicios que constantemente suscitan y alimentan la convicción
de que no es necesario preguntar por el ser. Ellos hunden sus raíces 3
E D I T o R A L T R o T T A en la ontología antigua misma. Ésta, por su parte, sólo podrá ser ade­
cuadamente interpretada --en lo que respecta al terreno de donde han
§ l. LA ESTRUC'rURA FORMAL O.E LA PREGUNTA POR .El SER is
24 NECESIDAD, ESTRUCTURA Y PRll"'IACIA DE LA PREGUNTA POR EL SEi\.

brotado sus conceptos ontológicos fundamentales, y a la justeza de la le­ determinar el •ser» atribuyéndole una entidad. El ser no es derivable
gitimación y del númew de las categorías--- siguiendo el hilo conductor definitoriamente desde conceptos más altos, ni puede ser explicado me­
de ]a aclai:ación y respuesta de la pregunta pqr el ser. Llevaremos, pues, dían.te conceptos inferiores. Pero, lse sigue de ello que el «ser» ya no
la discusión de estos prejuicios 'tan sólo hasta el punto en que pueda presente problemas? Ni mucho me1;1os. Lo único que puede inferirse
verse la necesidad de una repetición de la pregunta por el sentido del es que el «ser» no es algo así como un ente-. De alú que esa forma de
ser. Estos prejuicios son tres: determinación de _los entes, justi.:6.cada dentro de cienos límites, que es
l. El «ser»ª es el concepto «más universal)il,: 't"O Ov érrtL Ket96..lou la •definición,, dé la lógica tradicional -l ógica que tiene, ella misma,
µál.Lrrtoc irtXvtc,.w 1 • Illud quod primd cadit sub ap-prehensione" est ens, cuius sus fundamentos en la ontología antigua- no sea aplicable al ser. La
intellectus includitur in omnibus, quaecumque quis apprehendit. «Una indefinibilidad. del ser no dispensa de la pregunta por su sentido, sino
comprensión del ser ya está siempre implícita en todo aquello que apre­ que precisamente invita a ella.
hende como ente»2• Pero la «universalidad» del <<Ser» no es la del género. 3. El «ser» es un concepto evidente por sf mismo, En todo cono­
El «ser» no constituye la región suprema del ente en tanto que éste se cimiento, en fado enunciado, en todo comportamiento respecto de un
articula conceptualmente según género y especie: ofi'te "t'0 611 yév0c;3• La ente, en todo comportarse respecto de sí mismo, se hace uso del «ser», y
«universalidad» del ser «sobrepasa» toda universalidad genérica. El «ser» esta expresión resulta comprensible «sin más». Cualquiera comprende:
es, en la nomenclatura de la ontología medieval, un «trascendental» «el cielo es azul»; «soy feliz», y otras cosas semejantes. Sin embargo, esta
(«transcendens»). La unidad de este «universal» trascendental &epte a la comprensibilidad de término medio no hace más que demostrar una
multiplicidad de los supremos conceptos gelléricos quiditativos fue reco­ incomprensibilidad. Esta incomprensibilidad pone de manifiesto que en
nocida por Aristóteles como la unidad de la analog{a. Con este descubri­ todo comportarse y habérselas respecto del ente en cuanto ente., subya­
miento, Aristóteles, pese a su dependencia respecto del cuestiooamiento ce a priori un enigma. El hecho de que ya siempre vivamos en una com­
ontológico de Platón, puso el problema del ser sobre una base funda­ prensión del ser y que, al mismo tiempo, el sentido del ser esté envuelto
mentalmente nueva. Pero tampoco él logró disipar la oscuridad de estas en oscuridad, demuestra la principal necesidad de repetir la pregunta
conexiones categoriales. La ontología medieval discutió copiosamente el por el sentido del «ser».
problema, especialmente en las escuelas tomista y escotista, sin llegar a La apelación a lo obvio en el ámbito de los conceptos fundamenta­
una claridad de fondo. Y cuando, finalmente, Hegel determina el «ser» les, y sobre todo con respecto al concepto de «ser�, es un dudoso pro­
como lo «inmediato indeterminado», haciendo de esta definición la base cedim.iento, si es verdad que lo «obvio» y sólo lo obvio -los secretos
para todo el ulterior despliegue categorial de su Lógica, sigue mirando juicios de la razón común» {Kant)-- debe ser y continlla{ siendo el tema
en la misma dirección que la ontología anti gua, con la única. diferencia expreso de la analitica («el quehacer de los filósofos»)'.
que deja de mano el problema, ya planteado pOr Aristóteles, de la uni­ La consideración de los prejuicios nos ha hecho ver que no sólo fal­
dad del ser frente a la multiplicidad de las «categorías» quiditativas. Por ta la respu.esta a la pregunta por el ser, sino que incluso la pregunta mis­
consiguie nte, cuando se dice: el «ser» es el concepto más universal, ello ma es oscura y carece de dirección. Por consiguiente, repetir la pregunta
no puede significar que sea el más daro y que no esté necesitado de una por el ser significa.: elaborar de una vez por todas en forma suficiente el
discusión ulterior. El concepto de «ser» es, más bien, el más oscuro. planteamiento núsmo de la pregunta.
4 2. El concepto de «ser» es indefinible. Es lo que se ha concluido
de su suprema universalidad<. Y con razón -si definitio fit per genus
proximum et differentiam specificam. En efecto, d «ser» no puede ser § 2. La estructura formal de la pregunta por el ser
concebido como un ente; enti non additur aliqua natura: no se puede
L,. pregunta por el sentido del ser debe ser planteada ... Si ella es una 5
pregunta fundamental, o incluso la pregunta fundamental, entonces este
1. Aristóreles, Met. B 4, 1001 a 21.
2. Tomás de Aquino, S. Tb. I-II q. 94 a. 2.
cuestionar requiere ser hecho transparente en la forma debida.. Por esto,
3. Aristóteles, Met. B 3,998 b zz. será necesario explicar brevémente lo que pertenece a toda pregunta en
4. Cf. PascaJ.,Pensdes etOpust:ules (ed. Brunschvic:g) 6, París, 1912,. p. 169: On ne peut
entreprendrc de déti.nir J't.tre saos tombc.r dans cette absurdité: car on ne peut définir w;i
mot sans comin.e.ocer par cclui-ci, c�est� soit qu'on !'exprime ou qu'on le sous-cntendc. Done:
a.. ICicrtamente que nol, sino: acerca del Ser (Seyri) no puede dccid,jrs e nada rei:u­
pour définir l'e.tre,. il faud,:ait dirc e/ese, et alnsi employcr le J:IlOt défini da.ns sa dé.6.nition.
rricndo a este cipo de c:onc:epros..
a. el ente, la entidad.
§ l. LA ESTP.LICTUP.A FOP.HAL DE LA PP.EGUNTA POR EL SER 27
26 NECESIDAD, ESTFlUCTUP.A Y PRIHACIA DE LA PP.EGUNíA POR EL SER

general, para poder comprender desde allí el carácter particularlsimo de oscurecimiento y de obstáculo para una aclaración explrcita del sentido
la pregunta por el ser. del ser.
Todo preguntar es wia búsqueda. Todo buscar está guiado previa­ La comprensión del ser mediana y vaga puede estar, además, im­
mente por aquello que se busca. Preguntar es buscar conocer el ente en pregnada de teorías y opiniones tradicionales acerca del ser, y esto puede
lo que respecta al hecho de que es y a su ser-así. La búsqueda cognos­ ocurrir de tal manera que estas teorías queden ocultas como fuentes de
citiva puede convertirse en «investigación», es decir, en una determina­ la comprensión dominante. Lo buscado en la pregunta por el Ser no es
ción descubridora de. aquello por lo que se pregunta. Todo preguntar algo enteramente desconocido, aunque sea, por lo pronto, absoluta­
implica, en cuanto preguntar por... , algo puesto en cuestión [sein Ge­ mente inasible*.
fragtes]. Todo preguntar por ... es de a1gwia manera un interrogar a .•. Al Lo puesto en cuestión en la pregunta que tenemos que elaborar es
preguntar le pertenece, además de lo puesto en cuestión, Wl interrogado el Ser, aquello que determina al ente en cuanto ente, eso con vistas a lo
[ein Befragtes]. En la pregwita m.vestigadora, es decir, específicamente cual el ente, en cualquier forma que se lo considere, ya es comprendi­
teorética, lo puesto en cuestión debe ser determinado y llevado.a con­ do siempre. El ser del ente no «es», él mismo, un ente. El primer-paso
cepto. En lo puesto en cuesti ón tenemos entonces, como aquello a lo filosófico en la comprensión del problema del ser consiste en no µü8Óv
que propiamente se tiende, lo preguntado [das Erfragte), aquello donde nvix OLT(yE1u8cu 1 , en «no contar un mito», es decir, en no determinar el
el preguntar llega a su meta, El preguntar mismo tiene, en cuanto com­ ente en cuanto ente derivándolo de otro ente, como si el ser tuviese el
portamiento de un ente-del que pregunta-su propio carácter de ser. carácter de Wl posible ente. El ser, en cuanto constimye lo puesto en
El preguntar puede llevarse a cabo como un «simple preguntar» o como cuestión, exige, pues, un modo particular de ser mostrado, que se dis­
un cuestionamiento explícito. Lo peculiar de este último consiste en que tingue esencialmente del descubrimiento del ente. Por lo tanto, también
el preguntar se hace primeramente transparente en todos lo,s caracteres lo preguntado, esto es, el sentido del ser, reclamará conceptos propios_,
constitutivos de la pregunta misma que acaban de ser mencionados. que, una vez más, contrastan esencialmente con los conceptos en los
La pregunta por el sentido del ser debe ser planteada. Estamos así que el ente cobra su de'terminación significativa.
ante la necesidad de examinar la pregunta por el ser teniendo en vista Si el ser constituye lo puesto en cuestión, y si ser quiere decir ser del
los momentos estructurales anteriormente especificados. ente, tendremos que lo interrogado en la pregunta por el ser es el ente
· En cuanto búsqueda, el preguntar está necesitado de una previa con� mismo. El ente será interroga.do, por así decirlo, respecto de su ser. Para
ducción de parte de lo buscado. Por consiguiente, el sentido del ser ya que el ente pueda presentar, empero, sin falsificación los caracteres de
debe estar de algwia manera a nuestra <lisposición. Como se ha dicho, su ser, deberá haberse hecho .accesible previamente, tal como él es en sí
nos movemos desde siempre en llll:ª comprensión del ser. Desde ella mismo. La pregunta por el se.e exige, en relación con lo interrogado en
brota la pregunta expUcita por el sentido del ser y la tendencia a su .ella, que previamente se conquiste y asegure la forma correcta de acceso
concepto. No sabemos lo que significa «ser». Pero ya cuando pregunta­ al ente. Pero llamamos «ea.te» a muchas cosas y en diversos sentidos.
mos: «(qué es 'ser'?»,. nos movemos en wia comprensión del «es», sin Ente es todo aquello de lo que hablamos, lo que mentamos, aquello con
que podamos fijar conceptualmente lo que significa el «es». Ni· siquiera respecto a lo cual nos comportamos de esta o aquella manera; ente es 7
conocemos el horizonte desde el cual deberlamos captar y fijar ese sen­ también lo que nosotros mismos somos, y el modo como lo somos. El
tido. Esta comprensión d.el ser mediana y vaga es un factum•. ser se encuentra·en el hecho de que algo es y en su ser-así, en la realidad,
Esta comprensión del sei- puede fluctuar y desvanecerse cuanto se en el estar-alú [Vorhandenheit] "" '°", en la consistencia, en la validez, en el
quiera, puede moverse incluso en el limite de un mero conocimiento de existir [Dasein],i.·,.:o-..; en el «hay». (En cuál ente se debe leer el sentido
la palabra, pero esa indeterminación de la comprensión del ser de la que del ser•, desde cuál ente deberá arrancar la apertura del ser? iEs indife­
ya siempre disponemos es, ella misma, un fenómeno positivo, que nece- rente el punto de partida o tiene algún determinado ente una primacía
6 sita ser aclarad. e;:,. Sin embargo, una investigación sobre el sentido del ser en la elaboración de la pregunta por el ser? ¿cuál es este Cnte ejemplar•
no puede pretender dar esta explicación al comienzo. La interpretación y en qué sentido goza de una primada?
de la comprensión mediana del ser sólo alcanzará su indispensable hilo
conductor cuando se haya elaborado el concepto de ser. A la luz del l. Platón, El Sofista 242 c.
concepto y de las formas de comprensión explícita que le son propias a. Todavía el concepto corriente y no otro.
será posíble establecer lo que significa una comprensión del ser oscura b. Dos preguntas distintas puestas aquí una tras otra; se presta a malentendidos,
o todavía no aclarada, y cuáles son las especies posiblCs y necesarias de sobre todo con tespecto al papel del Dasein.
t ). LA PRIMAcfA ONTOLÓGICA DE LA PREGUNTA POR. EL SER. 29
28 NECESIDAD, ESTP..UCTURA Y PP.lHACIA DE LA PREGUNTA POR EL SER

sentido en que aquf se lo busca. La «presuposición» del ser tiene, más


Si la pregunta por el ser debe ser planteada explícitamente y llevada bien, el carácter de una previa visualización del ser, en virtud de la cual
a cabo de tal manera que sea del todo transparente para sf misma, una el ente dado .se articula provisionalmente en su ser. Esta visualización
elaboración de esta pregunta exigirá, según las aclaraciones hechas an­ del ser q ue sirve de guía a la investigación brota de la comprensión
teriormente, la explicación del modo de dirigir la vista hacia el ser, de mediana del ser en la que desde siempre nos mov:emos, y que en·defini­
comprender y captar conceptualmente su sentido, la preparación de la tiva•• pertenece a la constitución esencial del Dasein mismo. Semejante
posibilidad de la correcta elección del ente ejemplar y la elaboración de "'presuposición» no tiene nada que ver con la postulación de un prin­
la genuina form.a de acceso a este ente. Dirigir la vista hacia, compren­ cipio indemostrado del que se derivada deductivamente una serie de
der y conceptualizar, elegir, acceder a... , son comportamientos constitu­ proposiciones. En el planteamiento de la pregunta por el sentido del
tivos del preguntar y, por ende, también 'ellos, modos de ser de un ente ser no puede haber en modo alguno un «círculo en la prueba», porque
detenninado, del ente que somos en cada caso nosotros mismos, los que en la respuesta a esta pregunta no se trata de una fundamentación de­
preguntamos. Por consiguiente, elaborar la pregunta por el ser significa ductiva, sino de una puesta al descubierto del fundamento mediante su
hacer que un ente --el que pregunta- se vuelva transparente en su ser. exhibición.
El planteamiento de esta pregunta, como modo de ser de un ente, está, En la pregun ta por el sentido del s er no hay un «circulo en la prue­
él mismo, determinado esencialmente por aquello por lo que en él se ba», sino una singular «<referencia retrospectiva o anticipatival9' ..... de
pregunta -por el ser'. A este ente que somos en cada caso nosotros aquello qu e está puesto en cuestión --el ser-- al preguntar mismo en
mismos, y que, entre otras cosas, tiene esa posibilidad de ser que es cuanto modo de ser de un ente. Que el preguntar quede esencialmente
el preguntar, lo designarnos con el tér!Illl1o Dasein•. El planteamiento afectado por lo puesto en cuestión, pertenece al sentido más propio
explícito y transparente de la pregunta por el sentido del ser exige la de la pregunta por el ser. Pero esto no significa sino que el ente que
previa y adecuada exposición de un ente (del Dasein) en lo que respecta posee el carácter del Dasein tiene una relació n --quizás incluso privi­
a su ser.e. legiada- con la pregunta misma por el ser. Pero con esto, /no queda
·¿No incurre, sin embargo, semejante empresa en un evidente círcu­ ya mostrada la primada ontológica de un determinado ente, y a la vez
lo vicioso? lQué cosa es sino moverse en un círculo determinar primero presentado el ente ejemplar que debe ser primariamente interrogado en
un ente en su ser, y sobre esta base querer plantear, en seguida, la pre­ la pregunta por el ser?b. Las consideraciones hechas hasta aquf no han
gunta por el ser? CNo se «supone» previamente en la elaboración de la demostrado la primada del Dasein, ni han zanjado el problema de su
pregunta lo que sólo la respuesta nos ha de proporcionar? Objeciones posible o incluso necesaria fwición como ente que debe ser primaria­
formales, como la del «circulo en la prueba», en todo momento fácil­ mente interrogado. Pero, en cambio, se ha hecho presente algo asf como
mente aducibles en el campo de la investigación de los principios, son una primada del Dasein.
siempre estériles en la consideración de las vías concretas del investigar.
Ellas no contribuyen en nada a la comprensión de las cosas, e impiden
penetrar en el campo de la investigación. § 3. La primada ontológica de la pregunta por el ser
Pero, en realidad, no hay ningún circulo vicioso en ese modo de
plantear la pregunta. Un ente puede determinarse en su ser sin que sea Con la cara cterización de la pregun ta por el ser al hilo de la estructura
necesario disponer previamente del concepto explícitt> del sentido del formal de toda pregunta en cuanto tal, se ha aclarado el carácter pecu­
s ser. De lo contrario, no podría haber hasta ahora ningún conocimiento liar de esta pregunta, y se ha hecho ver que su elaboración y, más aún, su
ontológico; y nadie pretenderá negar que lo haya. Sin lugar a dudas, respuesta, demanda una serie de consideraciones fundamentales. Pero
el «ser,, ha sido •supuesto» hasta el d.fa de h oy en toda ontología, pero el carácter particular de la pregunta por el ser sólo saldrá plenamente a
no en cuanto concepto que esruviera a nuestra disposición �no en el luz cuando se la haya delimitado suficientemente en su función, en su
intención y en sus motivos.
a. Se presta a malentendidos. El Dasein es ejemplar porque, en virtud de su esencia
de Da-sein (el que guarda la verdad del ser), lleva al juego de la resonancia la a-lusión a. Es decir, desde el principio.
[Bei-spieIJ que el ser en cuanto tal le hace en su juego con él. b.. De nuevo, como en la p. 28, una esencial simplificación,, donde, sin embargo,
h. Da-scin! esrar sosteniéndose dentro de la nada del Ser [Seyn]; sosteniéndose en está pensado lo justo. El Dasein no es un caso de ente para la abstracción representativa
cuanto comportamiento [Verhditnis]. del ser, pero s! la morada de la comprensión del ser.
e No se trata de que,en este ente se lea el sentido del ser.
30 NECESIDAD, ESTRUCTURA Y PRIMACIA DE L'A PREGUNTA POR EL SER. § J. LA PRIMACIA ONTOLÓGICA DE LA PREGUNTA POR E� SER 31

Hasta aquí se ha motivado la necesjdad de la repetición de la pre- pia · región esencial, es decir, al probl ema de la materia. En la biolog{a
9 gunta, en parte, en lo venerable de su origen, pero, sobre todo, en la despierta la tendencia a interrogar más allá de las definiciones de orga­
falta de una respuesta determinada e, incluso, � la ausencia de un plan� nismo y de vida dadas por el mecanicismo y el vitalismo, y a redefinir el
teamiento suficiente -de la pregunta misma. Pero podría desearse tam­ modo de ser de· lo viviente en cuanto tal. En las ciencias históricas del es­
bjén saber para qué ha de servir esta pregunta. ¿se queda ella en una píritu se ha hecho más fuerte la tendencia a llegar a la reaJjdad histórica
pura especulación en el aire sobre las más wúversales generaJjdades? misma. mediante la tradición y los documentos que la transmiten: la his­
I&· tan sólo eso? 10 es, por el contrario, la pregunta mds fundamental toria de la literatura se debe convertir en historia de los problemas. La
y a la vez mds concreta? teolog{a busca una interpretación más originaria del ser del hombre en
Ser es siempre el ser de un ent�� El todo del ente; según sus dife­ relació� a Dios, esbozada a partir de! sentido de la fe misma y a�enida
rentes sectores, puede convertirse en ámbito del descubrimiento y la a ella. Poco a poco empieza a comprender nuevamente la visión de Lu­
delimitación de determinadas regiones eSenciales":. Éstas, por su parte; tero de que la sistematización dogmática de la teología rep�sa sobre un
por ejemplo, la historia, la naturaleza,· el espacio, la vida, el Dasein, «fundamento» que no viene primariamente de un cuestionar interno a
el lenguaje, etc., pueden ser tematizadas como objetos de las corres­ la fe, y cuyo aparato conceptual no sólo es insuficient� para responder
pondientes investi gaciones científicas. La investigación científica realiza a la problemática teológica, sino que, además, la encubre y desfigura.
íngenuamente y a gr�des rasgos la demarcación y primera fijación de. Conceptos fundamentales son aquellas determinaciones en que la
las regiones esenciales. La elaboración de las estructuras fundamentales región esencial a la que pertenecen todos los objetos temáticos de una
de cada región ya ha sido, en cierto modo, realizada por la experiencia ciencia logra su co1:11prensión preliminar, que servirá de guía a to9,a in­
e interpretación precientfficas del dominio de ser,. "' que define la región vestigación positiva. Estos conceptos reciben, pues, su genuina justifi­
esencial núsma. Los «conceptos fundamentales» que de esta manera cación� y _«fundamentación» únicamente a través de la .previa investi­
surgen constitllyen, por lo pronto, los hilos cop.ductores p�a la prime­ gación de la región esencial misma. Ahora bien, pµesto que. cada una
ra apertura concreta de la región. Aunque el peso de la investigaqóti de estas regiones se obtiene a 2artir de un determinado sector .del.ente
tiende siempre hacia esta positividad, s u progreso propiamente dicho mismo, esa investiga ción prefuninar.que elabora los conceptos.funda�
no se realiza tanto por la recolección de resultados y su conservación mentales no significa otra cosa que la jnterpretación de. este ente en
en «manuales», cuanto .por el cuestiona.miento de las estructuras fuñ.� función de la constitución fundamental de su ser. Semejante investiga­
damentales de la correspondiente región, impulsado generalmente- en ción debe preceder a las ciencias positivas; y lo puede. El trabajo de Pla-
forma reactiva por d conocimiento creciente d� las cosas. tón y Arisróteles es prueba de ello. &a fundamentación de las ciencias
El verdadero «movimiento» de las ciencias se produce por la revi­ se distingu e principiahnente de aquella «lógica- zaguer a que investiga
sjón más o menos radical (aunque no tr3.Ilsparente para sí misma) "' * "' de el estado mome'.ntáneo de una ciencia en función de. su «método». La
los conceptos fundamentales. El nivel de una ciencia se determina por fundamentación de las ciencias es una lógica productiva, en el sentido
su mayor o menor capacida.d .de experimentar una crisis en suS concep­ de que ella, por así decirlo, salta hacia adelante hasta upa determinada
tos fundamentales. En estas crisis inmanentes de las ciencias se tambalea región de- ser, la abre poi:: vez primera en su con_stitución ontológi<=;a y
la relación de la investigación positiva con las cosas interrogadas mis­ pone _a disposición de las ciencias positivas, como claras ind¡caciones
mas. Las diversas disciplinas. muestran hoy por doquier la tendencia a para el preguntar, las estructuras así obtenidas. Así, por ejemplo, lo fi­
establecer nuevos fundamentos para su investigación. losóficamente primario no. es la teoría de la formación de los conceptos
La propia matemática, que es aparentemente la ciencia más rigu­ � la historia, ni la teoría del conocimi_ento his�9rico, o la teorfa de la
rosa y más sólidamente construida, ha experimentado una «crisis de historia como objeto del Saber his.tórico, sino la interpretación del ente
fundamentos». La disputa entre el formalismo y el intuicionismo gira propiamente histórico en función de su histortcidad. De igual modo,
en tómo a la obtención y aseguramiento de la forma primaria de acceso el aporte positivo de la Critica de la razón .pura de Kant no consiste en
a lo que debe ser objeto de esta ciencia. La teoría de la relatividad en la haber elaborado una «teoría» del conocimiento, sino, más bien, .en su
{{sic.a nace de la tendencia a sacar a luz en su carácter propio y «en s!» la co-ntrib'll:ción a desentrañar lo que es propio de una naturaleza en gene- 11
texrura de la naruraleza misma. Como teoría de las condiciones de acce- ral. Su lógica trascendental es una lógica material a priori para la región
10 so a la naturaleza misma procura preservar la inmutabilidad de las leyes de ser llamada naturaleza.
del movimiento mediante la determinación de todas las relatividades, Pe�o semejante c,uestionamiento -que es ontolog(a, en su sentido
y de esta manera se enfrenta a la pre�ta por la estructura de su pro- más am.p�o, y con independencia de corrientes y tendencias ontol(>gi-
§ -4. LA PRIHACIA ÓNTICA DE LA PREGUNTA POR EL SER 33
.32 NECESIDAD, ESTRUCTURA Y PRIHAC(A DE LA PREGUNTA POR EL SER

ésté se encuentre abierto para él mismo. La comprensión del serrt es, ella
cas-- necesita, a su vez, de un hilo conductor. El preguntar ontológico misma, una determinación de ser del Dasein•. La peculiaridad óntica del
es ciertamente más originario que el preguntar óntico de las ciencias Dasein consiste en que �1 Dasein es ontológico.
positivas. Pero él mismo sería ingenuo y opaco si sus investigaciones Aquf ser-ontológico no significa aún desarrollar una ontologfa. Si
del ser del ente dejaran sin examinar el sentido del ser en general. Y reservamos, por consiguiente, el término ontología para el cuestiona­
precisamente la tarea ontológica de una genealogía no deductivamente mien to teorético explícito del ser del ente, tendremos que designar
constructiva de las diferentes maneras posibles de ser, necesita de un como preontológico el ser-ontológico del Dasein. Pero «preontológico»
acuerdo previo sobre lo «que propiamente queremos decir con esta ex­ no significa tan sólo un puro estar siendo óntico, sino un estar siendo en
presión 'ser'». la forma de una comprensión del ser.
La pregunta por e l ser apunta, por consiguiente, a determinar las E}b ser mismo con respecto al cualc el Dasein se puede co mportar
condiciones a priori de la posibilidad no sólo de las ciencias que inves­ de esta o aquella manera y con respecto al cual siempre se comporta de
tigan el ente en cuanto tal o cual� y que por ende se mueven y a siempre alguna determinada manera, lo llamamos existenda ot •. Y como la deter­
en una comprensión del ser, sinó que ella apunta también a determinar minación esencial·de este ente no puede realizarse mediante la indicación
la condición. de posibilidad de las ontologías mismas que anteceden a de un contenido quiclitativo, sino que su esencia consiste, más bien, en
las ciencias ónticas y las fundan. Toda onto/og(a, por rico y sólidamente que este ente tiene que ser en cada caso su ser como suyo, se ha escogido
articula<k> que sea el sistema de categorlas de que dispone, es en el fondo para designarlo el término Dasein como pura expresión de ser•••.
ciega y contraria a su finalidad mds propia si no ha aclarado primero El Dasein se comprende siempre a sí mismo desde su existencia,
suficientemente el sentido del ser y no ba .comprendido esta aclaración desde una posibilidad de sf mismo: de ser sí mismo o de no serlo. El Da­
como su tarea 'fundamental. sein, o bien ha escogido por sí mismo estas posibilidades, o bien ha ido a
La investigación ontológica misma, rectamente comprendida, le da parar en ellas, o bien ha crecido en ellas desde siempre. La existencia es
a la pregunta por el ser su primada ontológica, más allá dé la mera re­ decidida en cada caso tan sólo por el Dasein núsmo, sea tomándola en­
anudación de una tradición venerable y de la profundización en un pro­ tre manos, sea dejándola perderse. La cuestión de la existencia ha de ser
blema hasta. ahora opaco. Pero esta primacía en el orden objetivo-cien­ resuelta siempre tan sólo por medio del existir mismo. A la comp ren­
úfico no es la única. sión de sí mismo que entonces sirve de guía la llamamos comprensión
existentiva [existenzielleJ "" ""**. La cuestión de la existencia es una «in­
cumbencia» óntica del Dasein. Para· ello no se requiere la transparencia
§ 4. La primada óntica de la pregunta por el ser teorética de la estructura ontológica de la existencia. La pregunta por
esta estructura apunta a la exposición analftica de lo constitutivo de la
La ciencia en g�eral puede definirse co,mo un todo de proposiciones existencia'. A la trama de estas estructuras la llamamos existenciálidad.
verdaderas conectadas entre sí por relaciones de fundamentación. Pero Su analítica no tiene el carácter de un comprender existentivo, sino
esa· definición no es completa ni alcanza a la ciencia en su sentido. En de un comprender existencial [e.xistenzialen]. La tarea de una analítica 13
cuanto comportamientos del hombre, las ciencias tienen el modo de existencial del Dasein ya se encuentra bosquejada en su posibilidad y
ser de este ente (el hombre). A este ente lo designamos con d término necesidad en la constitución óntica de] Dasein.
Dasein. La investigación científica no es el único ni d más inmediato· de Ahora bien, puesto que la existencia de termina al Dasein, la analíti­
los posibles modos de ser de este ente. Por otra parte, el Dasein mismo ca ontológica de este ente requiere siempre una visualización de la exis­
11 se destaca frente.a los demás entes. Por lo pronto, será necesario aclarar tencialidad. Y a esta existencialidad la entendemos como la constitución
en forma provisional este carácter eminente del Dasein. Para ello, la de ser del ente que existe. Pero, ya en la idea de tal constitución de ser
discusión tendrá que anticipar análisis posteriores, que sólo entonces
ser:.in propiamente demostrativos.
El Dasein no es tan sólo un ente que se presenta entre otros entes. a. Pero, ser, aquí, no sólo en cuanto ser del hombre (existencia). Esto resultará
Lo que lo caracteriza óntica.mente es que a este ente le va en su ser este claro po:r lo que sigue. El estar-en-cl·mundo encierra en dla" relación de la existencia con
mismo ser. La constitución de ser del Dasein implica entonces que el el ser en total: comprensión del ser.
b. Aquel.
Dasein tiene en su ser una relación de ser con su ser. Y esto significa, a
c. como suyo p.ropio.
su vez, que el Dasein se comprende en su ser de alguna manera y con d Por consiguiente, no se trata de una .filosofla existencial.
algún grado de explicitud.. Es propio de este ente el que con y por su ser
§ 4. LA PR.IMACfA ÓNTICA DE LA PREGUNTA POR. El SER. 35
H NECESIDAD, ESTR.UCTUR.A Y PRJHAC!A DE LA PREGUNTA POR. EL SER.

se encuentra la idea del ser en general. Y de este modo, la posibilidad lo descubre siempre en su ser. Esta frase, que remite a la tesis ontológica
de llevar a cabo la analítica del Dasein depende también de la previa de Parménides, fue recogida por Tomás de Aquino, en una discusión
elaboración de la pregunta por el sentido del ser en general. característica. Dentro del problema de la deducción de los «trascen­
Las ciencias son maneras de ser del Dasein en las que éste se com­ dentales», es decir , de los caracteres de ser que están más allá de toda
porta también en relación a entes que pueden ser otros que él. Ahora posible determinación quiditativo-genérica de un ente, de todo modus
bien, al Dasein le pertenece esencialmente el estar en un mundo. La specialis entis, y que convienen necesariamente a todo «algo«, sea éste
comprensión del ser propia del Dasein comporta, pues, con igual ori­ el que fuere, es necesario que se demuestre también que el verum es un
ginariedad, la comprensión de algo así como un «mundo», y la com­ transcendens de este tipo. Esto acontece mediante el recurso a un ente
prensión del ser del ente que se hace accesible dentro del mundo. Las que por su modo mismo de ser tiene la propiedad de «convenir», es
ontologías cuyo tema es el ente que no tiene el carácter de ser del Da­ decir, de concordar, con cualquier clase de ente. Este ente privilegiado,
sein están, por ende, fundadas y motivad.as en la estructura ón rica del el ens, quod naturn est convenire cum omni ente, es el alma (anima) 1• La
Dasein tnismo, que lleva en sí la determinación de una comprensión primacía del «Dasein« sobre todo otro ente, que aqu( aparece pero que
preontológica del ser. no queda ontológicamente aclarada, no tiene evidenteme_nte nada en
De alú que la ontología fundamental•, que está a la base de todas las común con una mala subjetivización del todo del ente.
otras ontologías, deba ser buscad.a en la analftica existencial del Dasein. La demostración de la peculiaridad óntico-ontológica de la pre­
El D asein tiene, por consiguiente, en varios sentidos, una primacía gunta por el ser se funda en la indicación provisional de la primada
sobre todo otro ente. En primer lugar, un-a. primada óntica: el Dasein óntico-ontológica del Dasein. Pero el análisis de la estructura de la pre­
está determinado en su ser por la existencia. En segundo lugar, una gunta por el ser en cuanto tal pregunta (§ 2) nos permitió descubri r una
primacía ontológica: en virtud de su determinación por la existencia, el función privilegiada de este ente dentro del planteamiento mismo de la
Dasein es «on tológico" en sI mismo. Ahora bien, al Dasein le pertene­ pregunta. El Dasein se reveló alli como aquel ente que es necesario que
ce con jgual originariedad --como constitutivo de la comprensión d e sea primero suficientemente elaborado desde un punto de vista onto­
la existencia--- una comprensión del ser de todo ente que no tiene el lógico, si se quiere que el preguntar se vuelva transparente. Pero ahora
modo de ser del Dasein. Por consiguiente, el Dasein tiene una tercera se nos. ha mostrado que la analítica ontológica del Dasein en general
!=onstituye la ontología fundamental, de tal manera que el Dasein viene
primacía: la de ser la condición de posibilidad óntico-ontológica de
todas las ontologías. El D asein se ha r·evelado, pues, como aquello que, a ser el ente que en principio ha de ser previamente interrogado respecto
desde un punto de vista ontológico, debe ser interrogado con prioridad de su ser.
a todo otro ente. Para la tarea de la intefPretación del sentido del ser, el Dasein no es
Pero, a su vez, la analítica existencial ti.ene, en última instancia, raf­ tan sólo el ente que debe ser primariamente interrogado, sino que es,
ees existentivas, es· decir, ónticas. Únicamente cuando el cuestionar de la además, el ente que en su ser se comporta ya siempre en relación a aque­ u
llo por lo que en esta pregunta se cuestiona. Pero entonces la pregunta
investigación filosófica es asumido· existentj.vamente como posibilidad
de ser del Dasein existente, se da la posibilidad de una apertura de la por el ser no es otra cosa q ue la radicalización de una esencial.tendencia
existencialidad de la existencia, y con ello la posibilidad de abordar una de ser que pertenece al D asein mismo, vale decir, de la comprerisión
14 problemática ontológica suficientemente fundada. Pero con esto se ha preontológica del ser.
aclarado también la primada óntica de la pregunta por el ser.
La primada óntico-ontológica del Dasein fue vista tempranamente,
pero sin que el Dasein mismo fuese aprehendido en su genuina estructu­
ra ontológica o se convirtiese, al menos, en problema desde este punto
de vista. Aristóteles dice: r¡ .¡,uXTJ si< 5v«x 1rw, ia<ev 1• El alma (del hom­
bre) es en cierto modo los entes; el «alma»; que es constitutiva del ser
del hombre, descubre, en las maneras de ser de la a:'la9r¡au:; y la vór¡au;
todo ente en lo que respecta al hecho de que es y a su ser-así, es decir ,
1. Quaestiones de veritate, qu. 1 a. 1 e, cf. la <{deducción.., eo cierto modo más
rigurosa de los trascendentales, pacciahneme divergente de la aqti.[ citada. en el opGsculo
De natura generis.
l., De animar B, 431 b 21; ¡:f. ibtd. 5,430 a 14 ss.
§ 5. ANALITICA DEL DASEIN E INTERPRETACIÓN DEL SENTIDO DEL SER 37

inmediatamente se relaciona en su comportamiento, vale decir, desde el


«mundo»ª. En el Dasein mismo y, pQr consiguiente, en su propia com­
prensión de ser, hay algo que más adelante se mostrará como el refle- 16
jarse ontológico de la comprensión del mundo sobre la interpretación
Capítulo segundo del Dasein.
La primacía óntico-ontológica del Dasein es, pues, la razón de que
LA DOBLE TAREA' DE LA ELABORACIÓN al Dasein le quede oculta su .especffic.a constitución de ser -entendida
DE LA PREGUNTA POR EL SER. EL MÉTODO en el sentido de la estructura «categorial» que Je es propia. El Dasein es
DE LA INVESTIGACIÓN Y SU PLAN para s! mismo ónticamente «cercaufsirno», ontológicamente lejan!simo
y, sin embargo, preontológicamente no exttafio.
Con ello sólo se ha señalado, provisionalmente,. que una interpre­
tación de este ente se enfrenta con dificultades peculiares, que a su vez
se fundan en el modo de ser del objeto temático y del comportamiento
tematizante mismo, y no en una deficiente dotación de nuestra facultad
de -conocer, o en la falta, en apariencia fácil de remediar, de un reperto­
§ 5. La analítica ontológica del Dasein rio adecuado de conceptos.
como puesta al descubierto del horizonte para Ahora bien, como al Dasein no sólo le pertenece una comprensión
una interpretación del sentido del ser en general•-6 de su ser, sino que ésta se desarrolla o decae según el modo de ser que
tiene cada vez el Dasein mismo, puede éste disponer de una amplia
Al señalar las tareas implicadas en el «planteamiento» de la pre gunta gama de formas de interpretación. La psicología filosófica, la antropo­
por el ser, se ha mostrado no sólo que e{:i necesario precisar cuál es el logía, la ética, la «política», la poesía, la biografía y la historiografía, han
ente que ha. de hace r las veces de lo primariamente interrogado, sino indagado, por diferentes caminos y en proporciones variables, los com­
que ta.I)lbién se requiere una expltcita apropiación y aseguración de la portamientos, las facultades, las fuerzas, las posibilidades y los destinos
correcta forma de·acceso a él. Ya hemos dilucidado cuál es el ·ente que del Dasein. Queda abierta empero la pregunta de si estas interpreta­
desempeña el papel principal dentro de la pregunta por el ser. Pero, ciones fueron realizadas con una originariedad existencial comparable
,cómo llegad este ente (el Dasein) a ser accesible y a entrar, por así a la originariedad que tal vez ellas tuvieron en el plano existentivo.
decirlo, en la mira de la interpretación comprensora? Ambas cosas no van necesari amente juntas, pero tampoco· se excluyen.
La demostración de la primacía óntico-ontológica del D asein po­ La interpretación existentiva puede exigir una analítica existencial, al
dría llevamos a pensar que este ente debe ser también lo primariamente menos si se comprende el conocimiento filosófico en su posibilidad y
dado desde el punto de vista óntico-ontológico, no sólo en el sentido necesidad. Tan sólo cuando las estructuras fwidarnentales del Dasein
de una «inmediata» aprehensibilidad del enre mismo, sino también en el queden suficientemente elaboradas en una orientación explícita hacia el
sentido de un igualmente «inmediato» darse de su modo de ser. Sin lu­ problema del ser, alcanzará la interpretación del Dasein lograda hasta
gar a dudas, el Dasein está no sólo ónticamente cerca, no sólo es lo más hoy su justificación existencial.
cercano -sino que incluso lo somos en cada caso nosotros mismos. Sin Una analítica del Dasein debe constituir, pues, la primera exigen­
embargo, o precisamente por eso� el Dasein es ontológicamente lo más cia que plantea el desarrollo de la pregunta por el ser. Pero entonces
lejano. Ciertamente a su modo más propio de ser le es inherente tener el problema de la obtención y aseguramiento de la forma de acceso al
una comprensión de este ser y moverse en todo momento en un cierto Dasein se toma plenamente candente. Dicho de manera negativa: no se
estado interpretativo•*• respecto de su ser. Pero con ello no queda di­ debe aplicar a este ente de un modo dogmático y constructivo una idea
cho en modo al guno que esta inmediata interpretación preontológica cualquiera de ser y realidad, por muy «obvia» que ella sea; ni se deben
del propio ser pueda servirnos como hilo conductor adecuado, cual si imponer al Dasein, sin previo examen ontológico, «categorías» bosque�
esa comprensión brotase necesariamente de una reflexión ontológica jadas a partir de tal idea. El modo de acceso y de interpretación debe ser
temática acerca de la más propia constitución de ser. El Dasein tiene,
más bien, en virtud de un modo de ser que le es propio,. la tendencia
a comprender su ser desde aquel ente con el que esenci�, constante e a. es decir, desde le que está�ahf [aus den VorhandenenJ,
§ 5, ANALÍTICA DEL DASEIN E INTERPRETACIÓN DEL SENTIDO DEL SER 39
38 LA ELABORACIÓN De LA PREGUNTA POR EL SER

como horizonte de la comprensión del ser, a partir de la temporeidad en


escogido, por el contrario, de tal manera que este ente se pueda mostrar cuanto ser del Dasein compren.sor de_/ ser. Dentro de esta tarea global
en s{ mismo y desde sí mismo. Y esto quiere decir que el ente deberá surge también la exigencia de acotar el concepto del tiempo así obteni-
mostrarse tal como es inmediata y regularmente, en su cotidianidad me­ do, frente a la comprensión vulgar del tiempo, que se ha hecho expli- 18
17 dia*. En· esta cotidianidad no deberán sacarse a luz estructuras cuales­ cita en la interpretación que ha decantado en el concepto tradicional
quiera o accidentales, sino estructuras esenciales, que se mantengan en del tiempo, que. se mantiene vigente desde Aristóteles hasta más acá. de
todo modo de ser del Dasein fáctico como determinantes de su ser. Es, Bergson. Será necesarió aclarar entonces que y cómo este concepto del
pues,- con referencia a la constitución fundamental-de la cotidianidad tiempo y, en general, la comprensión \'Ulgar del tiempo, brotan de la
del Dasein como se pondrá de relieve, en una etapa preparatoria, el ser temporeidad. Con ello se le devolverá al concepto vulgar del tiempo su
de este ente. derecho propio --contra la tesis de Bergson de que el tiempo al que se
La analítica del Dasein así concebida está orientada por entero hacia refiere ese concepto sería el espacio.
la tarea de la elaboración de la pregunta por el ser, que Je sirve de guía. El «tiempo» sirve desde antaño como criterio ontológico, o más-bien
Con esto se determinan también sus límites. Ella no puede pretender óntico, de la distinción ingenua de las diferentes regiones del ente. Es
entregarnos una ontología completa del Dasein, como la que sin duda usual delimitar el ente «tempor al»* (los procesos de la natnraleza y los
debiera elaborarse si se quisiera algo as{ como una antropología «filosó­ acontecimientos dé la historia) frente al ente «intemporal» (las rdacio­
fica» apoyada sobre bases filosóficamente su..ficientes. En la perspectiva nes espaciales y nwnérié:as). Se suele contrastar el sentido «intemporal»
de una posible antropología o de su fundamentación ontológica, la si­ de las proposiciones con el transcurso «remporal» de las enunciaciones.
gttiente interpretación proporciona tan sólo algunos «fragmentos», que Se establece, ademá�, un «abismo» entre d ente «temporal» y lo eterno
no s on, sin embargo, inesenciales. Pero el análisis del Dasein no sólo es «supratemporal», y se intenta franquearlo. «Temporal» quiere decir en
incomplero, sino que, por lo pronto, también es provisional "lf """. En un cada uno de estos casos tanto como siendo «en el tiempo», u na deter­
primer momento se contentará con sacar a luz el ser de este ente, sin minación que, a decir verdad, es basta nte oscura. El hecho es que d
dar una interpretación de su sentido, En cambio, deberá preparar la tiempo, en el sentido del «estar en el tiempo», sirve de criterio para la
puesta al descnbierto del horizonte para la interpretación más originaria distinción de regiones del ser. Cómo llega el tiempo a esta particular
de ese ser. Una vez que haya sido alcanzado este horizonte, el análisis fu nción ontológica y, más aún, con qué derecho precisamente eso que
preparatorio del Dasein exigirá ser repetido sobre una base más alta, la llamamos el tiempo funciona como semejante criterio y, por. último,
propiamente ontológica. si en este ingenuO uso ontológico del tiempo se expresa la auténtica
La tetitporeidad se nos mostrará como el sentid.o del ser de ese ente relevancia ontológica que posiblemente-le compete;, son cosas que no
que llamamos Dasein. Esta averiguación deberá comprobarse por medio han sido cuestionadas ni investigadas hasta ahora. El «tiempo» ha caído
de la reinterpretación de las estructnras del Dasein que habían sido provi­ comó «por sí mismo», dentro dd horizonte de la comprensión vulgar, en
sionalmenté mostradas, reinterpretación que las comprenderá. como m.o­ esta «obvia» función ontológica, y en ella se ha mantenido hasta ahora.
dos de la temporeidad. Pero con esta interpretación del Dasein como En contraste con lo anterior, una vez elaborada la pregunta por
temporeidad no babrexnos dado aún la respuesta a la pregunta conduc­ el sentido del ser, deberá. mostrarse, en función de ella, que y cómo la
tora, es decir, a la pregunta por el sentido del ser en generalª . En cambio, problemática central de toda ontolog(a hunde sus rafees en el fenómeno
habrá quedado preparado el terreno para llegar a esa respuesta. del tiempo correctamente visto y explicitado•*.
Se ha insinuado ya que el Dasein tiene como constitución óntica un Si el ser debe concebirse a partir del tiempo, y si los diferentes mo-
ser preontológico. El Dasein _es de ral manera que, siendo, comprende dos y derivados del ser sólo se vuelven efectivamente coin.prensibles
algo así comO el ser. Sin perder de vista esta conexión, deberá mostrar­ en sus modificaciones y derivaciones cuando se los considera desde la
se que aquello desde donde e\ Dasein comprende e interpreta inlplí­ perspectiva del tiempo, entonces quiere decir que el ser· núsmo -y no
citamente eso que llamamos el ser, es el tiempo. El tiempo deberá. ser sólo el e nte en cuanto está -4ten el tiempo- se ha hecho vis.ible en su
sacado a luz y deberá ser concebido genuinamente como el horizonte carácter «temporal». Pero, en tal caso, «temporal» no puede ya significa r
de toda comprensión del ser y de todo modo de interpretarlo. Para ha­ solamente «lo que está en el tiempo». También lo «intemporal» "" "'"lf y lo
cer comprensible esto se requiere una explicación originaria del tiempo «supratemporal» es «temporal» en lo que respecta a su set. Y esto, a su
vez, no sólo en la forma de una privación frente a algo «temporal» en
cuanto ente «en el tiempo» sino en un sentido positivo, aunque todavía 19
a. Ka;0Ó).ou, l(IIB"a:U.ó:
f 6. LA TAREA DE UNA DESTRUCCIÓN DE LA HISTORIA DE LA DNTOLOG!A 41
40 LA ELABORACIÓN DE LA PREGUNTA POR EL SER

que llamamos la «historia universal» y para la pertenencia histórica a


por aclarar. Como la ·expresión «temporal» se ocupa en el uso lingüísti­ la historia universal. En su ser fáctico, el Dasein es siempre como y «lo
co prefilosófico y filosófico en la significación ya indicada, y como en las que» ya ha sido. Exp resa o tácitamente, él es su pasado. Y esto no sólo
investigaciones que siguen la expresión será usada en una significación en el sentido de que su pasado se deslice, por así decirlo, •detrás» de él
diferente, llamaremos a la determinación originaria del sentldo del ser y y que el Dasein posea lo pasado como una propiedad que esté tode:vía
de sus caracteres y modos, obtenida a partir del tiempo, determinación ahí y que de vez en cuando vudva a actuar sobre él. El Dasein «es» su
temporaria [temporale Bestimmtheit]*. La tarea ontológica fundamen­ pasado en la forma propia de su· ser, ser que, dicho elementalmente,
tal de la interpretación -del ser en cuanto tal incluye, pues, el desentra­ «acontece» siempre desde su futuro. En cada una de sus formas de ser
ñamiento de la temporarietúzd del ser [Temporalititt des Seins]. Sólo enla y, por ende, también en. la comprensión del ser que le es propia, el
exposición de la problemática de la temporariedad se dará la respuesta Dasein se ha ido familiarizando con y creciendo en una interpretación
concreta a la pregunta por el sentido del ser. usual del existir [Dasein]. Desde ella se comprende en forma inmediata
Puesto que el ser sólo es captable, en cada caso, desde la perspectiva y, dentro de ciertos límites, constantemente. Esta comprensión abre las
del tiempo, la respuesta a la pregunta por el ser no p uede consistir en posibilidades de su ser y las regula. Su propio pasado -y esto significa
una frase aislada y ciega. La respuesta será incomprensible. si nos limi­ siempre d pasado de su «generación»-- no va detrds del Dasein, sino
tamos a la repetición de lo que en ella se dice en forma de proposición, que ya cada vez se le anticipa.
especialmente si se ]a hace circular a la manera de un resultado que flota Esta elemental historicidad del Dasein puede quedarle oculta a este
en el vado y que sólo re quiere ser registrado como � simple «punto mismo. Pero también. puede descubrirse en cierta manera y volverse
de vista», quizás discrepante de la manera usual de abordar las cosas. objeto de un peculiar cultivo. El Dasein puede descubrir la tradición,
Si la respuesta es «nueva», es algo que carece de importancia y no pasa conservarla e investigarla explícitamente. El descubrimiento de la tra­
de ser una pura exterioridad. Lo positivo en ella debe estar, en que sea dición y la averiguación de lo que ella •transmite» y del modo como lo
lo suficientemente antigua como para aprender a hacerse cargo de las transmite, puede ser asumido como tarea autónoma. El Dasein reviste
posibilidades deparadas por los «antiguos». El sentido más propio de la entonces el modo de ser dd cuestionar e investigar históricos. Pero el
respuesta consiste en prescribir a la investigación ontológica concreta saber histórico [Historie] -o más exactamente la manera de ser del
que dé comienzo a la interrogación investigante dentro del horizonte averiguar histórico [Historizitat]- sólo es posibl e, en cuanto modo de
que habr.S. sido puesto al descubierto. La respuesta no da más que esto. ser del Dasein cuestionante, porque este último está determinado, en
Por consiguiente, si la respuesta a la pregunta por el ser debe ofre­ el fondo de su ser, por la historicidad. Si ésta se le oculta al Dasein
cernos el hilo conductor para toda futura investigación, de allí se sigue -y mientras se le oculte-- también le será rehusada la posibilidad del
que ella no podrli ser adecuada mientras no nos haga comprender el preguntar histórico y del descubrimiento de la historia. La ausencia de
modo de ser especifico de la ontología hecha hasta ahora y las vicisitu­ saber histórico no es prueba alguna contra la hlstoricidad del Dasein,
des de sus problemas, de sus hallazgos y fracasos, como algo necesaria­ sino, más bien, en cuanto modo deficiente de esta constitución de ser,
mente ligado al modo de ser del Dasein. una prueba en su favor. Una. determinada época puede carecer de senti­
do histórico [unhistorisch sein] solamente en la medida en que es «his­
tórica» [«gesahichtlich»].
§ 6. La tarea de una destrucción de la historia de la ontología Pero si, por otra parte, el Dasein ha hecho suya la posibilidad que
hay en él no sólo de hacer transparente para sf mismo su propia exis­
Toda investigación -y no en último término la que se mueve en el tencia, sino también de preguntar por el sentido de la existencialidad
ámbito de esa pregunta central q ue es la pregunta por el ser- es una misma, y esto quiere decir, de preguntar previamente por el sentido
posibilidad óntica del Dasein. El ser del Dasein tiene su sentido en la del ser en general, y si en este preguntar ha quedado abierta la mirada
temporcidad. Pero esta última es también la condición que hace posi­ pata la esencial historicidad del Dasein, entonces será imposible no ver
ble la historicidad como un modo de ser tempóreo del Dasein mismo, que el preguntar por el ser, cuya necesidad óntico-ontológica ya ha sido
prescindiendo de si éste es un ente •en el tiempo». y del modo como lo señalada, está caracterizado, también él, por la hlstoricidad. De esta ma­
20 sea. El car.S.cter de la historicidad [Geschichtlichkeit] es previo a lo que nera, la elaboración de la pregunta por el ser, en virtud del más propio
llamamos historia [Geschichte] (el acontecer de la historia universal). sentido de ser del interrogar mismo en cuanto histórico, no podrá me­ 21
La historicidad.,.. es la constitución de ser del «acontecer» dd Dasein nos de captar la intimación a preguntar por su propia historia, es decir,
en cuanto tal, .acontecer que es el único fundamento posible para eso
§ 6. LA TAII.EA DE. UNA DESTII.UCCIÓN DE LA HISTORIA DE LA ONTOLOGfA 43
42 LA ELABORACIÓN DE LA PR.."EGUNTA POR EL SER,

sisÍemática es todo lo contrario de un ensamblaje en un único edificio


a volverse historiológica, para llegar de este modo, por medio de la de piezas heredadas de la tradición. Dentro de los límites de una recep­
apropiación positiva del pasado, a la plena posesión de sus más propias ción dogmática de las concepciones fundamentales del ser, tomadas de
posibilidades de cuestionanúento. La pregunta por el sentido del ser, los griegos, hay en esta sistemática mucho trabajo creativo que aún no
por su misma forma de llevarse a cabo, es decir, por requerir una previa ha sido puesto de relieve. En su formulación escoldstica, lo esencial de
explicación del Dasein en su temporeidad e historicidad, se ve llevada la ontología griega pasa a la «metafísica» y a la :filosofía trascendental
por sí misma a entenderse como averiguación histórica.. de la Época Moderna por la vía de las Disputationes metapbysicae de
Pero la interpretación prep�toria de las estructuras fundamentales Suárez, y determina todavía los fundamentos y fines de la Lógica de
del Dasein, vistas en el modo inmediato y medio de su ser, modo en el Hegel. En el curso de esta historia, ciertos dominios particulares del
que, por lo mismo, él es también inmediatamente histórico, pondrá de ser -tales como· el ego cogito de Descartes, el sujeto, el yo, la razón,
manifiesto lo siguiente: el Dasein no sólo tiene l.!. propensi ón a caer en el espíritu y la persona- caen bajo la mirada filosófica y en lo sucesi­
su mundo, es decir:, en el nnµido en el que es, y a interpretarse por el vo orientan primariamente la problemática filosófica; sin embargo, de
modo como se refleja en él, sino ·que d Dasein qu·eda también, y a una aruerdo con la general omisión de la pregunta por el ser, ninguno de esos
con ·ello, a merced de su propia tradición,. más o menos explícitamente dominios será .interrogado en lo que respecta a su ser y a la estructura
asumida. Esta tradición le substrae la dirección de sí mismo, el pregun­ de su ser. En cambio, se extiende a este ente, con las correspondientes
tar y el elegir. Y esto vale, y no en 6.ltimo término, de aquella compren­ formalizaciones y limitaciones.puramente negativas, el repertorio ca­
sión que hunde sus raíces en el ser más propio del Dasein, es decir, de la tegorial de la ontología tradicional, o bien se apela a la dialéctica con
comprensión ontológica, y de sus posibilidades de elaboración. vistas a una interpretación ontológica de la sustancialidad del sujeto.
La tradición que de este modo llega a dominar no vuelve propia­ Si se quiere qué la pregunta misma por el ser se haga transparente
mente accesible lo «transmitido» por ella, sino que, pot el contrario, en su propia historia, será necesario alcanzar ·una fluidez de la. tradición
inmediata y regularmente lo encubre. Convierte el legado de la tradición endurecida, y deshacerse de los encubrimientos producidos por ella. Esta
en cosa obvia y obstruye el acceso a las «fuentes» originarias de donde tarea e,s lo que comprendemos como la de,truaión•, hecha al hilo de la
fueron tomados, en forma pardal:roente allténtica, las categorías y los pregunta por el ser, del contenido tradicional de la ontología antigua, en
conceptos que nos han sido transmitidos. La tradición nos hace incluso busca de las experiencias originarias en las que se alcanzaron.las primeras
olvidar semejante origen. Ella insensibiliza hasta para comprender si­ determinaciones del ser, que serían en adelante las decisivas.
quiera la necesidad de un tal retomo. La tradición ·desarraiga tan honda­ Esta demostración del origen de los conceptos ontológicos funda­
mente la historicidad del Dasein, que éste no Se moverá ya sino en fun­ mentales, en cuanto -investigación y exhibición de su -«certificado de na­
ción del interés por la variedad de posibles tipos, corrientes y puntos cimiento», no tiene nada que ver con una mala relativización de puntos
de vista del :filosofar en las más lejanas y extrafias culturas; y buscará en­ -de vista ontológicos. Asimismo, la destrucción tampoco tiene el sentido
cubrir bajo este interés la propia falta de fundamento•. La consecuencia negativo de un deshacerse de la tradición ontológica. Por el contrario,
será que el Dasein, en medio de todo ese interés histórico y pese a su celo lo que busca es circunscribirla en lo positivo de sus posibilidades, lo que
por una interpretación filológicamente «objetiva»"'"', ya no comprenderá implica siempre acotarla en sus limites, es decir, en los limites fáctica­
aqriellas elementales condiciones sin 1� cuales no es posible un retomo mente dados en el respectivo cuestionaniiento y en la delimitación del
positivo al pasado, es decir, una apropiación productiva del mismo. posible campo de investigación bosquejado desde aquél. La destrucción
Hemos mostrado al comienzo (§ 1) que la pregunta por el sentido no se comporta negativamente con respecto al pasado, sino que su crí­
del ser no sólo no ha sido resuelta, ni tampoco siquiera suficientemente tica afecta al «hoy» y al modo corriente de tratar la historia de la onto­ 23
planteada, sino que, pese a todo el interés por la «metafísica», eHa ha logía, tanto el modo doxográfico como el que se orienta por la historia
caído en el olvido. La ontología griega y su historia, que todavía hoy, a del espíritu o la historia de los problemas. La destrucción no pretende
través de diversas filiaciones y distorsiones, determinan el aparato con­ sepultar el pasado en la nada; tiene un propósito positivo; su función
22 ceptual de la filosofía, son la prueba de que el Dasein se comprende a sí negativa es sólo implícita e indirecta.
mismo y al set en general a partir del «mundo»**•, y de que la ontología En el marco del presente tratado, cuya finalidad es la elaboración
que de este modo ha nacido sucumbe a la tradición, una tradición que fundamental de la pregunta por el ser, la destrucción de la historia
la degrada a la condición de cosa obvia y de material que ha de ser me­ de la ontología --destrucción que pertenece esencialmente al plantea­
ramente reelaborado (como en Hegel). Esta ontología griega desarrai­ miento de dicha pregunta, y sólo es posible dentro de él-- no puede
gada llega a ser en la Edad Media un cuerpo doctrinal consolidado. Su
§ 6. LA TAREA DE UNA DESTRUCCIÓN DEi LA HISTORIA DE LA ONTOLOGÍA 45
44 LA ELA.80P.ACIÓN DE LA PREGUNTA POR EL SER

función propias. Por efecto de esta doble influencia de la tradición, la


llevarse a cabo sino en algunas de las etapas decisivas y fundamentales conexión decisiva entre el tiempo y el ..yo pienso» queda envuelta en
de esa historia. una total oscuridad y ni siquiera llega a ser problema para Kant.
De acuerdo con la tendencia positiva de la destrucción, será nece­ Al adoptar la posición ontológica cartesiana,. Kant incurre en una
sario preguntarse, en primer lugar, si, y hasta qué punto, en d curso omisión esencial: la omisión de una ontología· del Dasein. Esta omi­
de la historia de la ontología, la interpretación del ser ha sido puesta sión es decisiva, precisamente en la l.Inea más propia del pensamiento
temáticamente en conexión con el fenómeno del tiempo, y si la proble­ de Descartes:. Con el cogito sum, .Descartes pretende proporcionar a la
mática de la teinporariedad, que para ello es necesaria, ha sido y podla filosofía un fundamento nuevo y se guro. Pero lo que en este comienzo
ser elaborada, al menos en sus fundamentos. El primero y único que «radical» Descartes deja indeterminado es el modo de ser de la res co­
recorrió en su investigación un trecho del camino hacia 1a dimensi6n gitans, más precisamente, el sentido de ser del «sum». La elaboración
de la temporariedad, o que, más bien, se dejó arrastrar hacia ella por de los fwidamentos ontológicos implícitos del cogito sum. constituye la
la fuerza de los fenómenos mismos, es Kant. Sólo una vez que se haya segunda estación del camino que remonta destructivamente la historia
fijado la problemática de la temporariedad, resultará posible proyectar de la ontología. La inte rpretación demostrará no sólo que Descartes no
luz en la oscuridad de 1a doctrina del esquematismo. Pero por este cami­ podía menos que omitir la pregunta po r el ser, sino también poE qué lle­
no también será posible mostrat por qul tenía este dominio que quedar gó a la opinión de que con el absoluto «estar cierto» del cogito quedaba
cerrado para Kant en sus verdaderas dimensiones y en su función onto­ dispensado de la pregunta por el sentido del ser de este ente.
lógica central. Kant mismo sabía que se aventuraba en un dominio os­ Sin embargo, Descartes no se limita a esta omisión ni, por consi­
curo: «Este esquematismo de nuestro entendimiento con respecto a los guiente, a dejar en la completa indeterminación ontoló gica la res cogi­
fenómenos y a su pura forma es un arte oculto en las profundidades del tam sive mens sive animus. Descartes lleva a cabo las consideraciones
alma hmnana, cuyos verdaderos mecanismos difícilmente arrancaremos fundamentales de sus Medita:tiones mediante la aplicación de la ontolo­
nunca a la naturaleza, ni pondremos al descubierto ante nuestros ojos» 1 . gía medieval al ente puesto por él como fimdamentun inconcussum. La
Aquello ante lo que Kant retrocede en cierto modo aqu(, debe ser saca­ res cogitans es determinada ontológícamente como ens, y el sentido de
do temátic.amente a luz en sus fundamentos, si es que el término «ser» ser del ens, para la ontología medieval, queda fijado en la comprensión
ha de tener un sentido verificable. En definitiva, los fenómenos que en del ens como ens creatum. Dios, como ens infinitum, es el ens increatum.
los análisis que han de seguir serán expuestos bajo el título de «tempo­ Pero ser-creado, en el sentido más amplio del ser-producido de algo, es
rariedad» son- precisamente aquellos juicios má.s secretos de 1a «razón un momento estructural esencial del concepto de ser de la Antigüedad.
común» cuya analítica Kant define como el «quehacer de los filósofos». El aparente nuevo comienzo del filosofar se revela como el injeno de 25
En cumplimiento de la tarea de la destrucción hecha al hilo de la un prejuicio fatal en virtud del cual la época inmediatamente posterior
problemática de la temporariedad, el presente tratado hará una int<:l'" habrfa de omitir la elaboración de una anal!tica ontológica temática del
24 preración del cap!tulo del esquematismo y, desde allí, de la doctrina «ánimo», hecha al hilo de la pregunta por el ser, y entendida como una
kantiana del tiempo. Se mostrará también por qué Kant tenla que fra­ confrontación crítica con la ontología legada por la Antigüedad.
casar en su intento por penetrar en.la problem:,itica de la temporarie­ Que Descartes «depende» de la escolástica medieval y emplea su ter­
dad. Dos cosas son las que hicieron imposible esta penetración: por una minología, lo ve cualquier conocedor de la Edad Media. Pero con este
parte, la completa omisión de la pregunta por el ser y, en conexión con «descubrimiento,.,. no se ha ganado filosóficamente nada mientras quede
ello, la falta de una ontología temática del Dasein o, en términos kan­ oscuro el fundamental alcance que tiene para la época siguiente esta
tianos, de una previa analítica ontológica de la subjetividad del sujeto. influencia de la ontología medieval en la determinación o no determina­
En lugar de ello, Kant acepta dogmáticamente la·posición de Descartes, ción ontológica de la res cogitam. Este alcance sólo será ponderable una
no obstante los esenciales perfeccionamientos a que la somete. Pero, vez que se hayan mostrado el sentido y lo s límites de la ontología anti­
a demás, su análisis del tiempo, pese a haber .retrotraído ese fenómeno gua desde la pers pectiva de la pregunta por el ser. En otras palabras, la
al sujeto, queda orientado por la comprensión vulgar y tradicional del destrucción se ve enfrentada a la tarea de la inter pretación de las bases"'
tiempo , lo que, en definitiva, le impide a Kant desentrañar el fenóme­ de la ontología antigua a la luz de la problemática de la temporariedad.
no de una «determinación trascendental del tiempo» en su estructura y Pero entonces se nos hace manifiesto que la interpretación antigu a del
ser del ente está orientada por el «mundo,.,. o, si se quiere, por la «na­
turaleza» en el sentido más amplio de esta palabra, y que, de hecho, en
1- Kritik derreinen Vernunft2 , pp. 180 s.
46 LA ELABORACIÓN DE LA PREGUNTA POR EL SER. § 7. EL MÉTODO fl!;NOM.ENOLÓG!CO CE LA INVESTIGACIÓN 47

ella la comprensión del ser se alcanza a partir del «tiempo•. La prueba que puede ser tomado como vfa para discernir la base y los línútes de la
extrlnseca de ello --aunque por cierto sólo extrínseca- es la deter­ ciencia antigua del ser.
minación del sentido del ser como 1To:pouoúx. o como oOOí.o: con la signi­ El tratado aristotélico del tiempo es la primera interpretación deta­
ficación ontológico-temporaria de «presencia». El ente es aprehendido llada de este fenómeno que la tradición nos ha legado. Ha determinado
en su ser como «presencia», es decir, queda comprendido por referencia esencialmente toda posterior concepción del tiempo -incluida la de
a un determinado modo del tiempo, el «presente». Bergson. Del análisis del concepto aristotélico del tiempo resultará tam­
La problemática de la ontología griega, como la de cualquier otra bién retrospectivamente claro que la concepción kantiana del tiempo se
ontología, debe tomar su hilo conductor en el Dasein mismo. El Da­ mueve dentro de las estructuras expuestas por Aristótdes; y esto quiere
sein, es decir, el ser del hombre, queda determinado en la «definición» decir que la orientación ontológica fundamental de Kant-pese a todas
vulgar, al igual que en la filosófica, como (4lov Myov exov, como el las diferencias propias de un nuevo preguntar- sigue siendo la griega.
viviente cuyo ser está esencialme�:nte determinado por la capacidad de Tan sólo cuando se haya llevado a cabo la destrucción de la tradi­
hablar. El My<:Lv (cf. § 7, B) es el hilo conductor para alcanzar las ción ontológica,. la pregunta por el ser cobrará su verdadera concreción.
estructuras de ser del ente que comparece cuando en nuestro hablar Entonces quedará capacitad.a para probar en forma cabal el carácter
nos referimos a al go [Ansprechen] o decimos algo de ello [Besprechen]. ineludible de la pregunta por el sentido del ser, demostrando as! en qué
Por eso, la ontología antigua, que toma forma en Platón, se convierte sentido se puede hablar de una «repetición»* de esta pregunta.
en «dialéctica». Con el progreso de la elaboración del hilo conductor Toda investigación en este campo en que «la tosa misma está envuel­
ontológico mis.roo, es decir de la «hermenéutica» del M>yoc;, crece la ta en espesas tinieblasot 1, deberá precaverse de Wla sobrevaloración de
posibilidad de una comprensión más radical del problema del ser. La sus resultados. Porque semejante preguntar se obliga constantemente a sí
«dialéctica», que era una auténtica perplejidad filosófica, s_e torna su­ mismo a enfrentar la posibilidad de abrir un horizonte aún más originario
perflua. Por esto Aristóteles «no tenía ya compÍensión» para ella [es y universal, de donde pudiera venir la respuesta a la. pregunta: iqué quie- 27
decir, no la aceptaba) justamente porque, al ponerla sobre un funda- re decir «ser»? Sobre tales posibilidades sólo cabe tratar seriamente y con
ment o más radical, la había superado. El .Aéyew mismo y, correlativa- positivo fruto una vez que se haya despertado nuevamente la pregwita
mente, el vOELv --es decir, la aprehensión simple de lo que está-ah1 en por el ser y se haya alcanzado un campo de confrontaciones controlables.
?6 su puro estar-ah!, que ya habla sido tomada por Parménides como guia
para la interpretación del ser- tiene la estrnctura temporaria de la
pura «presentación» de algo*. El ente que se muestra.en y para ella, y S 7. El método fenomenológico de la investigación
es entendido como el ente propiamente dicho, recibe, por consiguien­
te, su interpretación por referencia a1= pre-sente, es decir, es concebido Con la caracterización provisional del objeto temático de la investiga­
como presencia (oUo(a.). ción (ser del ente o, correlativamente, sentido del ser en general), pare�
Sin embargo, esta interpretación griega del ser se realiza sin un sa­ ciera ya estar bosqu�jado también su método. Destacar el ser del ente
ber explrcito acerca del hilo conductor que la guía, sin conocer ni com­ y explicar el ser mismo, es la tarea de la ontología. Pero el método de
prender la función ontológica fundamental del tiempo, sin penetrar en la ontología resulta altamente cuestionable sí se quiere recurrir a on­
el fundamento que hace posible esta .función. Por el contrario: el tiempo tologías históricamente legadas o a tentativas análogas. Coro.o en esta
mismo es considerado como un ente entre otros entes, un ente cuya es­ investigación el término ontología se usa en Wl sentido formalmente
tructura de ser se intenta captar desde el horizonte de una comprensión amplio, la vfa para la aclaración de su método siguiendo el curso de su
del ser que tácita e ingenuamente se rige por el propio tiempo"" "". historia se nos cierra por sI misma.
En el marco de la siguiente elaboración fundamental de la pregunta Con el uso del término ontologfa no estamos proponiendo tampoco
por el ser, no es posible exponer detalladamente la interpretación tempo­ una determinada disciplina filosófica entre otras. No se trata de respon­
raria de los fundamentos de la ontología antigua -sobre todo en el nivel der a las exigencia., de una disciplina ya dada, sino al revés: de que a par­
científicamente más alto y puro alca,nzado por ella, en Aristóteles. En tir de las necesidades objetivas de dctemúnadas preguntas y de la forma
su lugar, se hará una interpretación del tratado aristotélico del tiempo1 , de tratamiento exigida por las «cosas mismas», podría configurarse tal
vez una disciplina.

1 Física 6 10-14 (217 b29-224 a17). l. Kant, Kr. d. r. V.2• p. 121.


48 LA ELABOP.ACIÓN-"DE LA PREGUNTA POP. EL SEP. § 1. EL M�TODO FENOMENOLÓGICO O.E LA JNVESTJGAC1ÓN ..
Con la pregunta conductora por el sentido del ser, la investigación a la luz del día, poner en la claridad. q,ac[w, pertenece a la ra[z q>tt-, lo
se encuentra ante la cuestión fundamental de toda filosofla. La forma de mismo que q,w,;, la luz, la claridad, es decir, aquello en que algo puede
tratar esta pregunta es la fenomenológica. Lo que no quiere decir que este hacerse patente, visible en sí mismo ... Como significación de la expre­
tratado se adscriba a un «punto de vista» ni a una «corriente» :6.losó:6.ca, sión ((fenómeno» debe retenerse, pues, la siguiente: l o-que-se-muestra­
ya que la fenomenología no es ninguna de estas cosas, ni podrá serlo ja­ en-sf-mismo, lo patente, Los qlawóµeva;, «fenómenos•, son entonces la
más, mientras se comprenda a sí misma La expresión «fenomenologíaw
11,. totalidad de lo que yace a la luz del día o que puede ser sacado a luz,
significa primariamente una concepción metodológica. No caracteriza el lo que alguna vez los griegos identificaron, pura y simplemente, con "tlt.
qué de los objetos.. de la investigación filosófica, sino el cómo de ésta. Ovta. (los entes). Ahora bien, el ente puede mostrarse desde sí mismo
Cuanto más genuinamente opere una concepción metodológica y cuan­ de diversas maneras, cada vez según la forma de acceso a él. Se da in�
to más ampliamente determine el cauce fundamental de una ciencia., tanto cluso la posibilidad de que el ente se muestre como lo que él no es en
más originariamente estará arrai gad.a en la confrontación con las cosas sí mismo. En este mostrarse, el ente «parece ...» :it-11- . Semejante mostrarse 19
mismas, y más se alejará de lo que llamamos una manipulación técnica, lo llamamos parecer. Y así también en griego la expresión q,,nvóµa,ov,
como las que abundan también en las disciplinas teóricas. fenómeno.> ti.ene la significación de lo que parece, lo «aparente», la «apa­
El término «fenomenología» expresa· una máxima que puede ser for­ riencia»; q>a:w6µevov á.ya.9óv quiere decir un bien que parece tal -pet'O
28 mulada así: « ia las cosas mismas!» �frente a todas las construcciones en «en realidad» no es lo que pretende ser. Para la ulterior comprensión
el aire,. a los hallazgos fortuitos, frente a la recepción de conceptos sólo del concepto de fenómeno. es de fundamental importancia ve r cómo
aparentemente legitimados, frente a las seudopteguntas que con frecuen­ lo nombrado en las dos si gnificaciones de <t>aw4tEvov («fenómeno» - lo
cia se propagan como -«problemasw a través de generaciones. Pero podría que se muestra, y «fenómeno» - apariencia) tiene, por su estructura
objetarse que esta máxima es demasiado obvia y que, por otra parte, no misma, interna coherencia. Tan sólo en la medida en que algó, confor­
hace más que expresar el principio de todo conocimiento científico. Y me a su sentido mismo, pretende mostrarse, es decir, ser fenómeno,
no se ve por qué esta trivialidad haya de incluirse explfcitamente como puede mostrarse como algo que él no es, puede .tan sólo parecer... •.
característica de una investigación.. Efectivamente, se trata de «algo ob­ En la significación q>c.avóµevov («apariencia») se encuentra ya incluida
vio», y es'ta cosa obvia la queremos ver de cerca, en la medida en que con la significación originaria {fenómeno - lo patente) como fundante de
ello podamos ilustrar el procedimiento de este tratado. Nos limitaremos, aquélla. En nuestra terminología asignamos el término «fenómeno• a la
pues, a la exposición del concepto preliminar de la fenomenología. significación positiva y originaria de q,cuv6µevov, y distinguimos fenó­
La expresi ón consta de dos partes: fenómeno y logos. Ambas se ré• meno de apariencia, como la modificación privativa de fenómeno. Pero
montan a términos griegos: cpctwóµ.evov y i..6yoi;:. Tomado externamente, lo que ambos términos expresan no tiene por lo pronto absolutamente
el ténnino «fenomenología» está formado· de un modo semejante ateo­ nada que ver con lo que en alem.án se llama <iilirscheinung», es decir,
logía, biología, sociología, nombres que se traducen por ciencia de Dios, «fenómeno• en el sentido de «manifestación» o también �blo(Ie Erschei­
de la vida, de la sociedad. La fenomenología sería, pues, la ciencia de nung», «mera manifestaciónn.
los fenómenos. El concepto preliminar de la fenomenología deberá ser Se ha bla, por ejemplo, de «fenómenos patológicos• [wankheitser­
expuesto mediante la caracterización de lo que se quiere decir con cac;la scheinungen»]. Con este término se mientan anomalfas que se muestran
uno de los componentes de aquel término -fenómeno" y «logos-y en el cuerpo y que al mostrarse y en tanto que mostrándose, son indicio
mediante la fijación del sentido del nombre compuesto por ellos. La de algo que no se muestra en sí mismo. El surgimiento de semejantes
historia de la palabra misma, surgida presumiblemente en la escuela de anomalias, su mostrarse, va a lapar con la presencia de perturbaciones
Wolff,, no tiene aquí mayor importancia. que no se muestran en sí mismas. «Fenómeno», como manifestación
«de algo» justa mente no quiere decir, por consiguiente, mostrarse a sí
mismo, sino el anunciarse de algo que no se muestra, por medio de algo
A. EL CONCEPTO DE FENÓMENO que se muestra. Manifestarse es- un no-mostrarse. Pero este «no» no
debe confundirse de ningún modo con el «no» privativo que determina
La expresión griega qunvóµevov, a la que se remonta el término «fenó­ la estructura de la apariencia. Lo que no se muestra a la manera como
meno», deriva del verbo q>a,(vro9a.t. ,. que significa mostrarse; q>a:wóµevov
quiere decir, por consiguiente: lo que se muestra, lo automostrante,
lo patente; $a.Lveo0a.L es, por su par:te, la forma media de q>a:(vw: sacar á. · en este caso.
LA ELABORAClÓN DE LA PREGUNTA POR EL SER
§ 7, EL M�TODO FENOMENOLÓGICO DE LA INVESTIGACIÓN 51
50

no se muestra lo que se manifiesta, jamás puede parecer. Todas las indi­ término «fenómeno» [«Erscheinung»-] en este acoplamiento de sentidos.
caciones, representaciones, síntomas y símbolos tienen esta estructura Fenómenos son, por una parte, según él, los «objetos de la intuición em­
formal básica del manifestarse, por diferentes que ellos sean entre sí. pí:rica1>-, lo que en ésta se muestra. Esto que se muestra (fenómeno en el
Aunque el «manifestarse-. no es jamás un mostrarse en el sentido del sentido genuino y originario) es, a la vez, «fenómeno» como irradiación
fenómeno, sin embargo, manifestarse sólo es posible sobre la base anunciadora de. algo que se oculta en aquel fenómeno.
del mostrarse de algo. Pero este mostrarse composibilitante del mani­ En la medida en que al •fenómeno» [«manifestación»] en el sentido
festarse no es el manifestarse mismo. Manifestarse es anunciar-se por del anunciarse por medio de algo que se muestra, le es constitutivo un
medio de algo que se muestra. Cuando se dice"' , entonces, que con la fenómeno [en sentido propio], y que éste puede modífu:arne privativa­
palabra «manifestación» [«Erscheinung»-] apuntamos a algo en lo que mente convirtiéndose en apariencia, también la manifestación puede
se m.amfiesta una cosa que no es ella misma «manifestación», no queda volverse mera apariencia. A una determinada luz puede parecer que 31
30 circunscrito el concepto de fenómeno, sino que ese concepto queda más alguien tiene las mejillas enrojecidas y la rojez que de este modo se nos
bien supuesto, pero en forma encubierta, porque en esta determinación muestra puede ser tomada como u n anuncio de la presencia de la fie­
de la 1<manifestaci6n», el término «manifestarse)> se eniplea en un doble bre, y esto, por su parte, sirve, una vez más, de indicio de una pertur­
sentido. Eso en lo que algo «se manifiesta» quiere decir aquello en lo bación del organismo.
que algo se anuncia, es decir, no se muestra. Y cuando se dice «que no Fenómeno --el mostrarse-en-sí-mismo-- es una forma eminente de
es ella misma 'manifestación'•, la palabra «manifestación» tiene el senti­ la comparecencia de algo. En cambio, manifestación significa un respec­
do de mostrarse. Pero este mostrarse pertenece esencialmente a «aquello to renüsivo en el ente mismo, de tal manera que lo rem.itente (lo anun­
en que» algo se anuncia. Por consiguiente, los fenómenos no son jamás ciante) sólo puede responder satisfactoriamente a su posible función si
manifestaciones, pero toca manifestación está, en cambio, necesitada de se muestra en sí mismo, es decir, si es «fenómeno» [«Phanomen»]. Mani­
fenómenos. Si se define el fenómeno acudiendo al concepto, además festación y aparie'ncia se fundan, de·diferentes maneras, en el fenómeno.
poco claro, de «manifestación»-, entonces todo queda cabeza abajo, y La confusa variedad de los «fenómenos• nombrados por los términos
una «crítica» de la fenoffien,ología sobre esta base es ciertamente ui:ta fenómeno, apariencia, manifestación, mera manifestación, sólo se deja
empresa peregrina. desembrollar cuando se ha comprendido desde el comienzo el concepto
El término alemán «Erscheinuhg»- puede, por su parte, significar, de fenómeno: lo-que-se-muestra-en-s[-mismo..
nuevamente, dos cosas: primero, el -ma.nifestarse, en el sentido del anun­ Si en esta manera de entender el concepto de fenómeno queda inde­
ciarse como un no-mostrarse, y lu ego; lo anuncian.te mismo --que en terminado cuál es el ente que se designa como fenómeno, y queda abier­
su mostrarse denuncia algo que no se muestra. Y por último, se puede ta la cuestión de si lo que se muestra es un ente o un carácter de ser del
emplear el vocablo manifestarse [Erscheinen] como término para el fe­ ente; entonces se habrá alcam:ado solamente el concepto formal de fenó­
nómeno en su sentido auténtico, es decir, como mostrarse. Si se desig1;1.a meno. Pero, si con la expresión «lo que se muestra» se entiende el ente
estos tres contenidos diferentes como «manifestación» [((Erscheinung»] que .-dicho kantianamente-- nos resulta accesible mediante intuición
la confusión es inevitable. empfrica, entonces el concepto formal de fenómeno recibe una legitima
Pero ella sube esencialmente de grado por el hecho de que el tér­ aplicación. Tomado en este sentido, fenómeno corresponde al concepto
mino «Erscheínung»-, «manifestación», puede recibir todavía otro signl­ vulgar de fenómeno. Pero este concepto vulgar no es el concepto feno­
ficado "' *. Si se concibe lo anunciante que en su mostrarse denuncia lo menológico de fenómeno. En el horizonte de la problemática kantiana
no-patente, como lo que surge en lo que por sí mismo no es patente, lo que se entiende fenomenológicamente por fenómeno puede ilustrarse
e irradia de éste, de tal suerte que se piensa lo no-patente como lo ---mutatis mutandis- en la forma siguiente:· lo que en los «fenóme­
que por esencia jamás puede ser patentizado, entonces manifestación nos», es decir, en el fenómeno entendido en sentido vulgar, ya siempre
quiere decir tanto como producción o como producto, pero como un se muestra previa y concomitantemente, aunque no en forma temática,
producto que no constituye el verdadero ser del producente: es el «fe­ puede ser llevado a una mostraci ón temática, y esto-que-así-se-mues­
nómeno» [«Erscheinung»] en el sentido de «mero fenómeno» [«blope tra-en-si-mismo (•formas de la intuición») son los f=ómenos de la feno­
Erscheinung»-]. Ciertamente lo anunciante, así producido, se muestra en
menología. Porque evidentemente espacio y tiempo tienen que poderse
sí mismo, pero lo hace de tal manera que, como irradiación de lo que mostrar as[, tienen que poder volverse fenómeno, si Kant pretende for­
él anuncia, deja a este último constantemente velado. Pero, por otra mular un enunciado trascendental fundado en las cosas mismas cuando
parte, este velante no-mostrar tampoco es apariencia. Kant emplea el dice que el espacio es el «en dónde» a priori de un orden.
§ 1. EL H�TODO FENOMENOLÓGICO DE LA INVESTlGACIÓN 53
52 LA ELABORACIÓN DE LA PREGUNTA POR EL SER

la comunicación hablante haga patente en lo dicho, y así accesible al


Ahora bien, si se ha de llegar a comprender el concepto fenomeno-· otro, aquello de lo que se habla. Esta es la estructura del Myo, en cuanto
lógico de fenómeno, cualquiera que sea el modo como se determine en dTrócpocvau;. No todo «decir» tiene este modo de patentizar que es propio
forma más precisa lo que se muestra, es indispensable comprender el del hac er-ver mostrativo. La petición (ruxt\), por ejemplo, también pa-
· sentido del concepto foi:mal de fenómeno y su legítima aplicación en la tentiza, pero de otra manera.
significación vulgar. Antes de fijar el concepto preliminar de la fenome­ En su realización concreta,. el decir (el hacer-ver) tiene el carácter
nología, es necesario delimitar la significación de la palabra ;.6yo,, con de un hablar, de una comunicación vocal en palabras. El Myo, es cj,wv,\ 33
el fin de aclarar en qué sentido la fenomenología puede ser una 11'.ciencia y más precisamente, cf>LlvT) µe"t"O: cp!Xv-coccr(w;, comunicación vocal en la que
de» los fenómenos. se deja ver algo.
Y tan sólo porque la función del Myo, en cuanto &n6cj,o;va,, consiste
en un hacer-ver mostrativo de algo, el .láyoc; puede tener la forma es­
32 B. EL CONCEPTO DE LOGOS
tructural de la aúv8EaLc;. Síntesis no significa aquí enlace o conexión de
El concepto de Myo, tiene en Platón y Aristóteles tal multiplicidad de representaciones, no significa un operar con procesos psíquicos, a cuyo
sentidos, que las significaciones tienden a separarse las unas de las otras propósito será forzoso que surja en seguida el «problema• del modo
sin la ori entación positiva de una significación fundamental. Pero, en cómo estos enlaces, siendo algo interior, concuerdan con lo físico que
realidad, esto es sólo una apariencia,, que habrá de mantenerse mien­ está fuera. El auv tiene aquí una sigrúficación puramente apofántica, y
tras la interpretación no logre captar adecuadamente el significado fun­ significa: hacer ver al go en su estar junto con algo, hacer ver al go en
cuanto algo.
damental en su contenido primario: Si afirmamos que .lóyoc; significa
fundamentalmente «decir» [Rede]•, esta traducción literal sólo cobrará Y;, una vez más, porque el Aóyoc; es un hacer ver, por eso puede ser
plena validez en virtud de la determinación de lo que significa el decir verdadero o falso. Asimismo, es de fundamental importancia liberarse
mismo. La historia ulterior de la significación de la palabra ;.6yo, y, so- de un concepto constructivo de la verdad que "la entiende como «con­
bre todo, .las múltiples y arbitrarias interpretaciones de la filosofía pos- cordancia», Esta idea no es en absoluto primaria en el conc'epto de la
terior, encubren constantemente la genuina significación del decir, que &;.,'jee,o;. El «ser verdadero• del ;.6yo,;, es decir, el &;.r¡Beúe,v, significa: en
es suficientemente palmaria. A.6yor., se {<traduce», y esto significa siempre el Aéyew como díT'0Cpoc[vea9ocL, sacar de su ocultamiento el ente del qu.e
se interpreta, como razón, juicio, concepto, definición, fundamento, re­ se habla, y hacerlo ver como desoculto (&;.r¡BÉ,), es decir, descubrirlo.
Asimismo, «ser falso», l}IEÚ6E.a8cu., significa engañar, en el sentido de en­
lación. Pero lcómo puede modificarse tanto el «decir» que ;.óyo, signifi­
cubrir: poner una cosa delante de otra (en el modo del hacer-ver), y de
que todo lo enumerado, y todavía dentro del uso científico del lengua­
je? Incluso cuando se comprende el ;.6yo, en el sentido de enunciado, este modo hacerla pasar por algo que ella no es.
Pero, justamente porque la «verdad» tiene este sentido y el }i,yrx. es un
y e l enunciado en el sentido de «juicio», esta traducción aparentemente
legítima puede muy bien no dar en el significado fundamental, sobre modo determinado de hacer ver, no debe decirse del Myo, que es el •lu­
todo si se concibe el juicio en el sentido de alguna de las «teorías del gar» primario de la verdad. Cuando se determina la verdad en la forma
juicio» hoy en uso• ... Aóyoc; no significa, y en todo caso no significa. que ha llegado a ser usual, es decir, como algo que conviene 11'.propiam.en­
primariamente, juicio, �i con esta palabra se entiende un «enlace» o UD.a te» al juicio, y además se apela a Aristóteles en favor de esta tesis, no sólo
«toma de posición» (aprobación o rechezo). esto último es injustificado, sino que, también y sobre todo, el concepto
En cuanto decir, ÁCJyoc; significa tanto como 6Tj.lo0v, hacer patente griego de verdad queda malentendido. «Verdadera», en senti do grie go,
aquello de lo que se habla en el decir. Aristóteles ha explicitado más y más originariamente que el Aóyoc;, es la oc'lcr0rjcrLc;, la simple percepción
precisamente esta función del decir cop:1.0 un &,,rocpo:(vea9«L1• El Aóyoc; hace sensible de algo. La rda91laLc; apuµta siempre a sus LOLa, es decir, al ente
ver algo (cj,o;[vea91XL), vale decir, aquello de lo que se habla, y lo hace ver propiamente accesible sólo por ella y para ella, como por ejemplo el ver
para el que lo dice (voz media) o, correlativamente, para los que hablan a los colores, y en este sentido, la percepción es siempre verdadera. Esto
entre sí. El decir «hace ver» desde, IX.,rb••• , desde aquello mismo de que se significa que el ver descubre siempre colores y el olr descubre siempre so­
habla. En el decir (&n&¡,o;va,,), en la medida en que el decir es auténtico, nidos. «Verdadero» en el sentido más puro y originario --es decir, de tal
lo dicho debe extraerse de aquello de lo que se habla, de tal suerte que manera descubridor que nnnca puede encubrir- es el puro voeiv, la mera
percepción contemplativa de las más simples determinaciones del ser del
ente en cuanto tal. Este voetv no puede encubrir jamás, jamás-puede ser
1. Cf. De interpretatione, caps. 1-6. Adcmú: Met, Z, 4 y Eth. Nic. Z.
§ 7. EL MCiTOOO FENOMENOLÓGICO DE LA INVESTIGACIÓN 55
54 LA ELABORACIÓN DE LA PREGUNTA POR EL SER

falso; podrá ser, a lo sumo, una no-percepción, un ét.y voelv, insuficiente acerca de la manera de mostrar y de tratar lo que en esta ciencia debe
para un acceso simple y adecuado. ser tratado. Ciencia «de» los fenómenos quiere decir: un modo tal de
Lo que no tiene ya la forma de realización de un puro hacer ver, captar los objetos, que todo lo que se discuta acerca de ellos debe ser
34
sinO que al mostrar algo recurre cada vez a otra cosa, y de este modo tratado en directa mostración y justificación*. El mismo sentido -tiene
hace ver algo como algo, asume, junto con esta estructura sintética, la la expresión, en el fondo tautológica, de «fenonienología descriptiva».
posibilidad del encubrimiento. Pero la averdad del juicio» es sólo la con­ Descripción no significa aquí una manera de proceder como la que tiene
trapartida de este encubrimiento --es decir, un fenómeno de verdad lugar, por ejemplo, en la morfologfa botánica -una vez más, el término
múltiplemente fundado. Realismo e idealismo desconocen con igual tiene un sentido prohibitivo: abstenerse de toda determinación inevi­
radicalidad el sentido del concepto griego de verdad, que es la base in­ dente••. El carácter de la descripción misma,-el sentido específico de
dispensable para comprender la posibilidad de algo así como una «doc­ Aóyoc;, sólo podrá fijarse a partir de la «cosa» que debe ser «descrita», es
trina de las ideas» como conocimiento .filosófico. decir, determinada- científicamente en el modo de comparecencia pro­
Y; como la función del Myo� no consiste sino en hacer que algo sea pio de los fenómenos. la significación del concepto formal y vulgar de
visto, en hacer que el ente sea percibido [Vernehmenlassen des Seien­ fenómeno autoriza a llamar formalmente fenomenología a toda mostra­
d en], ;>.6y0<; puede significar también la razón [Vernunft]". Y como, por ción del ente tal como se muestra en sí mismo.
otra parte, Aóyo<; se usa no sólo en l.a significación de AÉyELv, sino tam­ Ahora bien, ¿qué es lo que debe tomarse en consideración para des­
bién en la de J..Eyóµevov (de lo mostrado en cuanto tal) y este último formalizar el concepto formal de fenómeno y convertirlo en un concep­
no es otra cosa que el Ü1TOKElµevov, es decir,-lo que ya.está siempre ahí to fenomenológico, y cómo se distingue éste del vulgar? iQué es eso
delante como fundamento de toda posible interpelación y discusión, el que la fenomenología debe «hacer ver;,,i,? ¿A qué se debe llamar «fenóme­
lóyo<; designará, en tanto que l.eyóµevov, el fundamento o razón de ser, no»- en un sentido eminente? ¿Qué es lo que por esencia necesariamente
la ratio. Y como finalmente AÓy0<; qua J..eyóµevov puede significar tam­ debe ser .tema de; una mostración explícita? Evidentemente, aquello
bién aquello que en el hablar es considerado en cuanto algo, aquello que de un modo inmediato y regular precisamente no se muestra, aque­
que se ha hecho visible en su relación con algo, en su «relacionalidad», llo que queda oculto en lo que inmediata y regularmente se muestra,
el ;>.6y0<; ,recibe entonces el significado de relación y proporción. pero que al mismo tiempo es algo que pertenece eseó.cialmente a lo que
Esta i,nterpretación del «decir apofántico• basta para la aclaración inmediata· y regularmente se muestra, hasta el punto de constituir sll
de la función primaria del /.Óyo�. sentido y fundamento...
Ahora bien, aquello que eminentemente permanece oculto o recae
de nuevo en el encubrimiento, o sólo se muestra -«disimulado»-, no es este
C, EL CONCEPTO PRELIMINAR DE LA FENOMENOLOGfA
o aquel ente, sino, como lo han mostrado las consideraciones antetio­
res, el ser del ente. El ser puede quedar hasta tal punto encubierto que
Si nos representamos concretamente lo que se ha alcanzado en la inter­ llegue a ser olvidado, y de esta .manera enmudezca toda pregunta acerca
pretación de los términos «fenómeno». y «lagos», saltará a la vista la ínti­ de él o acerca de su sentido. Aquello, pues, que en un sentido eminente
ma relación que hay entre las cosas a las que estos términos se refieren. La y por su contenido más propio exige convertirse en fenómeno, la feno­
expresión fenomenología podría ser formulada en griego de la siguiente menología lo ha tomado temáticamente «entre manos» como objeto.
manera: A.ÉyEw 'tlX cfla:w6µeva. Pero como .lé:yew quiere decir &1rocfla:(vEo61:u, Fenomenología es el modo de acceso y de detenninación eviden­
fenomenología significará entonces: chrocfla.(vroe«L 'tlX. cfla.Lvóµeva: hacer ver ciante de lo que debe constituir el tema de la ontología. La ontología
desde sí mismo aquello que se muestra, y hacerlo ver tal como se mues­ sólo es posible como fenomenología. El concepto fenomenológico de fe­
tra desde si mismo. Éste es el sentido formal de la investigación que se nómeno entiende como aquello que se muestra el ser del ente, su senti­
autodenomina fenomenología. Pero de este modo no se expresa sino la do, sus modificaciones y derivados. Y este mostrarse no es un mostrarse
máxima formulada más arriba: -«iA las cosas mismas!». cualquiera, ni tampoco algo así como un manifestarse [Erscheinen]. El 36
Según esto, d tér:m.ina fenomenología ti�e un sentido diferente al ser del ente es lo que menos puede ser concebido como algo -«detrás� de
lo cual aún habría otra cosa que -«no aparece».
d e expresiones tales como teología y otras semejantes. Éstas nombran
los objetos de las respectivas ciencias en su contenido quiditativo pro­
pio .. •. «Fenomenología» no designa el objeto de sus investigaciones rü
a. Verdad del ser.
'5 caracteriza su contenido quiditativo. La palabra sólo da información
56 LA ELABORACJóN DE LA P�EGUNTA POR. EL SER. § 7. EL MtTOD0 FENOMENOLÓGICO DE LA INVESTIGACIÓN 57

«Detrás» de los fenómenos de la fenomenología, por esencia no hay Sobre la base del concepto preliminar de fenomenología que hemos
ninguna otra cosa; en cambio, es posible que permanezca oculto lo que delimitado, puede ahora fijarse también la significación de los términos
debe convertirse en fenómeno. Y precisamente se requiere de la feno­ «fenoménico» y «fenomenológico-. Ll:.únase «fenoménico» [«phéinome­
menología porque los fenómenos inmediata y regularmente no están nal•] lo que se da y es explicitable en el modo de comparecencia del
dados. Encubrimiento es el contraconcepto de «fenómeno-. fenómeno; en este sentido se habla de estructuras fenoménicas. «Feno­
El modo como pueden estar encubiertos los fenómenos es m11ltiple. menológico» [«phlinomenologisch•] es todo lo relativo al modo de la
En primer lugar, un fenómeno puede estar encubierto en el sentido mostración y explicación'., y todo el aparato conceptual requerido en
de que al1n no ha sido descubierto. No se lo conoce ni se lo ignora. esta investigación.
En segundo lugar, un fenómeno puede estar recubierto. Y esto quiere Puesto que fenómeno, en sentido fenomenológico, mienta siem­
decir: algu na vez estuvo descubierto, pero ha vuelto a caer en el en­ pre y solamente el ser, y ser es siempre el ser del ente, para la puesta
cubrimiento. Este encubrimiento puede llegar a ser· total, pero regu­ al descubierto dd ser se requerirá primero una adecuada presentación
larmente ocurre que lo que antes esruvo descubierto todavía resulta del ente mismo. Por su parte, el ente deberá mostrarse en el modo de
visible, aunque sólo como apariencia. Pero, cuanto hay de apariencia, acceso que corresponde a su propia condición. De esta manera, el con­
tanto hay de «ser». Este encubrimiento, en el sentido del «disimulo», es cepto vulgar de fenómeno se toma fenomenológicamente relevante. La
el más frecuente y el más peligroso, porque las posibilidades de engaño tarea preliminar de asegurarse «fenomenológicamente- del ente ejem­
y desviación son aquí particularmente tenaces. Las estructuras de ser plar como punto de partida para la analítica propiamente dicha, ya está
disponibles, pero veladas en cuanto al fundamento en que arraigan, lo siempre bosquejada por la finalidad. de ésta.
mismo que sus correspondientes c onceptos, pueden reivindicar .un cier­ Considerada en su contenido, la fenomenología es la ciencia del ser
to derecho en el interior de un «sistema-. En virtud de su arti.rulación del ente --ontología. Al hacer la aclaración de las tareas de la ontolo­
constructiva dentro del sistema, se presentan como algo «claro:,,, que no gía, surgió la necesidad de una ontología fundamental; ésta tiene como
necesita de mayor justificación y que por ende puede servir de punto de tema el ente óntico-ontológicamente privilegiado (el Dasein), y de esta
partida para una deducción progresiva. suerte se ve enfrentada al problema cardinal, esto es, a la pregunta por
Por su part;e, el encubrimiento mismo, entendido como ocultamien­ el sentido del ser en cuanto tal [von Sein überhaupt]•. De la investiga­
to, como recubrimierito o como disimulo, tiene una doble posibilidad. ción misma se desprenderá que el sentido de la descripción fenomeno­
Hay encubrimientos fortuitos y encubrimientos necesarios; estos últi­ lógica en cuanto método es el de la interpretación [Auslegung]. El ;.óyo,
mos son los que se fundan en el modo como está descubierto lo descu­ de la fenomenología del Dasein tieoe el carácter del kpµT]vEÓE,v, por el
bierto [Bestandart des Entdeckten 1•. Los conceptos y las proposic iones cual le son anunciados a la comprensión del ser que es propia del Da­
fenomenológicos originariamente extraídos, están expuestos, por d he­ sein mismo el auténtico sentido del ser y las estructuras fundamentales
cho mismo de comunicarse en forma de enunciado, a la posibilidad q.e de su propio ser. La fenomenología del Dasein es hermeniutica, en la
desvirtuarse. Se propagan en una comprensión vacía, pierden el arraigo significación originaria de la palabra, significación en la que designa
en su propio fundamento, y se convierten en una tesis que flota en el el quehacer de la interpretación. Ahora bien, en tanto que por el des-·
vacío. La posibilidad de anquilosamiento y de que se vudva inasible lo cubrimiento del sentido del ser y de las estructuras fundamentales del
que originariamente estaba al «alcance de la mano- acompa.fla al trabajo Dasein se abre el horizon te para toda ulterior investigación ontológi­
concreto de la fenomenología misma. Y lo difícil de esta investigación ca de los entes que no son el Dasein, esta hermenéutica se convierte
consiste precisamente en hacerla crítica frente a sf misma en un sentido también en una «hermenéutica» en el sentido de la elaboración de las
positivo. condiciones de posibilidad de toda investigación ontológica. Y puesto,
El modo de comparecencia del ser y de las estructuras de ser en por último, que el Dasein tiene una primada ontológica frente a todo
cuanto fenómenos debe empezar por serle arrebatado a los objetos de otro ente -<:.orno el ente que es en la posibilidad de la existencia- la 38
la fenomenología. De ahí se sigue que tanto el punto de partida del hermenéutica cobra, en cuanto interpretación del ser del Dasein, un
análisis, como el acceso al fenómeno y la penetración a través de los tercer sentido especffico, filosóficamente hablando el primario; el sen-
37 encubrimientos dominantes requieran una particular precaución meto­
dológica. La idea de una aprehensión y explicación «originaria• a la vez
que «intuitiva» de los fenómenos implica exactamente lo contrario de la a Ser -no un género, no e1 ser para e1 ente en general; el 'überhaupt• ... Ka.0ólou
ingenuidad de una «visión» fortuita, «inmediata» e impensada. - en el total de: set" t:UJI ente; sentido de la diferencia.
58 LA ELABORACIÓN DE LA PREGUNTA POR EL SER
§ 8. EL PLAN DEL TRATADO 59
tido de una analítica de la existencial.id.ad de la existencia. En cuanto
esta hermenéutica elabora ontológicatnente la historicidad del Dasein servación� una cosa es hablar en forma narrativa sobre el ente y otra,
como condición óntica de la posibilidad del saber histórico, ella sirve, captar el ente en su ser. Para este último cometido con frecuencia faltan
.en seguida, de terreno de arraigo para aquello que sólo derivadamente no sólo las palabras, sino sobre todo la «gramática». Si se me permite
puede ser llamado «hermenéutica,,,: la metodología de las ciencias his­ una referencia a anteriores investigaciones analíticas acerca. del ser, por
tóricas del espíritu. cierto de un nivel incomparablemente superior,· póngase en parangón
El ser, como tema fundamental de la filosofía, no es un género del algunos pasajes ontológicos del Parménides de Platón o el cuarto ca"
ente, pero concierne a todo ente. Su «universalidad» debe buscarse más pltulo del libro séptimo de la Metaffsica de Aristóteles con un trozo
arriba. Ser y estructura de. ser están allende todo ente y toda posible narrativo de Tuddides_, y se verá las exigencias inauditas que en sus
determinación óntica de un ente. Ser es lo transcendens por excelencia-. formulaciones hicieron a los griegos sus filósofos. Y donde las fuerzas
La trascendencia del ser del Dasein es una trascendencia privilegiada, son esencialmente menores y el dominio de ser que se intenta abrir,
puesto que en dla se da la posibilidad y la necesidad de la más radical ontológicamente mucho más arduo que el propuesto a los griegos, se
individuación. Toda apertura del ser como lo transcendens es conoci­ acrecentará también la complejidad en la formación de los conceptos y
oúento trascendental. lA verdad fenomenológica (aperturidad del ser) es la dureza en la expresión.
veritas transcendentalis.
Ontología y fenomenología no son dos disciplinas diferentes junto
a otras disciplinas de la filosofía. Los dos términos caracterizan a la fi­ § 8. El plan del tratado
losofía misma en su objeto y en su modo de tratarlo. La filosofía es una
ontología fenomenológica universal, que tiene su punto de ,partida en La pregunta por el sentido del ser es la más universal y la más vacía;
la hermenéutica del Dasein, la cual, como analítica de la existencia', ha pero también implica la posibilidad de la más radical individuación en
fijado el.término del hilo conducror de todo cuestionamiento filosófico el Dasein singulat'-. La adquisición del conce pto fundamental de •ser•
en el punto de donde éste surge y en el que, a su vez, repercute•, y el bosquejo del aparato conceptual ontológico requerido por él y de
Las siguientes investigaciones sólo han sido posibles sobre el fun­ sus necesarias modalidades, precisan de U.O. hilo conductor concreto. La
damento establecido por E. Husserl, ·en cuyas Investigaciones lógicas universalidad del concepto de ser no se opone a la «especialidad» de la
la fenomenología se ab rió pasó por prµnera vez.. Las aclaraciones que investigación --es decir, no se opone a que nos acer quemos a ese con­
hemos hecbo del concepto preliminar-de fenomenologfa indican.que cepto por la vfa de la interpretación específica de un ente deternún3.do,
lo esencial en ella no consiste en ser una «corriente» filosófica reaZC. Por el Dasein, que es donde deberá alcanz.arse el horizonte para la compren-·
encima de la realidad está la posibilidad... La comprensión de la feno­ sión y la posible interpretación del ser. Pero este ente es en sí 'mismo
menología consiste únicamente en aprehenderla como posibilidad 1 • «histórico• [«geschichtlich,], de tal manera que su aclaración ontológica
Con respecto a la pesadez y •falta de belleza» de la expresión en más propia habrá de convertirse necesariamerite en una interpr�tación
39 los análisis que habrán de seguir, permftaseme afiadir la siguiente ob- «historiológica• [«historisch»].
La elaboración de la pregunta por el ser se bifurca así en dos tareas;
a ellas responde la división del tratado en dos partes:
l.. Si la siguiente investigación logra dar algunos pasos hacia la apertura de las Primera parte: La interpretación del Dasein por la temporeidad y
occosas .mismas», el autor lo debe, en primer lugar, a E. Husserl, que, durante sus aftos la explicación del tiempo como horizonte trascendental de la pregunta
de docencia en Friburgo, con su solicita dirección penonal y líbérrima comunicación de por el ser*.
investigaciones inéditas, familiarizó al autor con los mis diversos dominios de la investi­
gación fenomenológica. Segunda parte: Rasgos fundamentales de una destrucción fenome­
a. Pero transcendens -a pesar de Toda su resonancia metafísica- no a la manera nológica de la historia de la ontología al lúlo de la problemática de la
escolhtica ni grecoplatónica del 1eo1.vóv, sino trascendencia en tanto que lo cxtático-tem­ temporariedad.
poreidad-temporarieclad; pero J'horizonte�! El Ser (Seyn] ha 'recubierto' el ente [Seye:n­ La primera parte se divide en tres secciones:
des]. Pero trascendencia desde la verdad del Ser: el Ereignis [acontecer apropiante]. l. Etapa .preparatoria del análisis fundamental del Dasein.
b. 'Existencia' en el sentido de la ontología fundamental, es decir, referida en sí
misma a la verdad del Ser, ly sólo asl'! 2. Dasein y iemporeidad.
c. Es decir, no consiste en ser una corriente de la filosofía trascendental del idealis•
mo crítico kantiano.
a Propiamente� rcaliz:.ación de la in-.stancia en el Ahí [der lnsttlndigkeit im Da].
60 LA ELABORACION OE LA PREGUNTA POR EL SE·

3. Tiempo y ser".
40 La segunda parte se articula asimismo de un modo triple:
1. La doctrina kantiana del esquematisDJ.o·y del tiempo, como e!5
tadio previo de una problemática de la temporariedad.
2. El fundamento ontológico del cogito sum de Descartes y la re
cepció n de la ontología medieval en la problemática de la res cogitan,
3. El tratado de Aristóteles acerca del tiempo, como vía para di,
cernir la base fenoménica y los !fm.ites de la ontología antigua.

a. La diferencia en la trascendencia.
la superación del hori"ionte en cuanto tal
ReveC1idn al origen.
EL estar-presente desde este origen.
§ 2,. EL DA-SEfN COMO DISPOSICIÓN AFECTIVA 153

Las dos formas constitutivas y cooriginarias de ser el Ahí son para


nosotros la disposición afectiva y el compren~r, el análisis de cada una
de ellas recibirá su necesaria confirmación fenoménica mediante la in-
terpretación de una modalidad concreta, importante para la problemá-
tica posterior. La disposición afectiva y el compre~der están coorigina-
riamente determinados por el discurso.
Bajo el epígrafe A {la constitución existencial del .Alu') se tratarán,
pues, los siguientes puntos: el Da-sein como disposición afectiva (§ 29),
el miedo como modalidad de la disposición afectiva(§ 30), el Da-sein en
cuanto comprender (§ 31), comprender e interpretación (§ 32), d enun-
ciado en cuanto modo derivado de la interpretación (§ 33), Da-sein,
discurso y lenguaje (§ 34).
El análisis de los caracteres de ser dd Da-sein es un análisis existen-
cial. Esto quiere decir que estos caracteres no son propiedades de un
ente que está-ahí, sino formas existenciales esenciales de ser. Será, pues,
necesario saou: a luz su modo cotidiano de ser.
Bajo el epígrafe B (d ser cotidiano dd Ahí y la caída del Dasein) se
analizarán, en correspondencia al fenómeno constitutivo del discurso,
a la visión que hay en el comprender, y en conformidad a la interpre- 134
tación propia de éste, las siguientes modalidades existenciales del ser
cotidiano del Ahí: la habladuría (§ 35), la curiosidad (§ 36), la ambigüe-
dad(§ 3.7). En estos fenómenos se hace visible una forma fundamental
del ser del Ahí, que nosotros interpretamos como caída, un «caer* que
ostenta una peculiar forma existencial de movilidad(§ 38).

'~ A. LA CONSTITUCIÓN EXISTENCIAL DEL AHÍ

§ 29. El Da-sein como disposición afectiva

Lo que en el orden ontológico designamos con el término de disposición


afectiva [Befi.ndlichkeít]* es ónticamente lo más conocido y cotidiano:
el estado de ánimo, el temple anímico. Antes de toda psicología de los
estados de ánimo -por lo demás aün sin hacer- será necesario ver este
fenómeno como un existencial fundamental y definirlo en su estructura.
La imperturbable serenidad, el reprimido disgusto de la ocupacíón
cotidiana, el alternarse de ambos, y la caída en el mal humor, no son
ontológicamente una nada, aunque estos fenómenos suelen pasar inad-
vertidos como lo presuntamente más indiferente y fugaz en el Dasein.
Que los estados de ánimo se estropeen y puedan cambiar sólo prueba
que el Dasein ya está siempre anímicamente templado. La indetermina-
ción afectiva, a menudo persistente, monótona y descolorida, que no
debe ser confundida con el mal humor, no sólo no es una nada, sino
que, por el contrario, precisamente en ella el Dasein se vuelve tedioso a
1 l9. EL DA•SEIN COMO D1SPOSICl0N AFECTIVA ISS
154 EL ESTAP.-EN COMO TAL

sí mismo. En semejante indeterminación afectiva*, el ser del Ahí se ha El ente que tiene el carácter de Dasein. es su Ahí de un modo tal
manifestado como carga1 • lPor qué? No se sabe. Y el Dasein no puede que, explícitamente o no, se encuentra a sí mismo en su condición de
saber tales cosas, porque las posibilidades de apertura del conocimiento arrojado. En la disposición afectiva, el Dasein ya está siempre puesto
quedan demasiado cortas frente a] originario abrir de los estados de áni­ ante sí mismo, ya siempre se ha encontrado, no en la forma de una
mo, en los cuales el Dasein queda puesto ante su ser en cuanto AhL Por auto-percepción, sino en la de un encontrarse afectivamente dispuesto.
otra parte, el estado de ánimo alto puede liberar de la carga del ser que Como ente que está entregado a su ser, el Dasein queda entregado tam­
se ha manifestado; también esta posibilidad afectiva, aunque liberadora, bién al factum. de que ya siempre ha debido encontrarse -pero en uu
revela el carácter de carga del Dasein. El estado de ánimo manifiesta el encontrarse que, más que en un directo buscar, se origina en un huir. El
modo 'ól"Como uno está y como a uno le vaw. En este «como uno está», el estado de ánimo no abre mirando hacia la condición de arrojado, sino
temple anímico pone al ser en su «Ahí». en la forma de una conversión o una aversión. De ordinario, el estado
En el temple de ánimo, el Dasein ya está siempre afectivamente de ánimo no se vuelve hacia el carácter de carga que el Dasein manifi es­
abierto como aquel ente al que la existencia [Dasein] le ha sido confiada ta en él, ·y menos aún cuando se encuentra liberado de esa carga·en e1
en su ser, un ser que él tiene que ser existiendo. Abierto no quiere decir estado de ánimo elevado. Esta a versión es siempre lo que es, en la forma
conocido como tal. Y justamente en la más indiferente y anodina coti­ de la disposición afectiva.
dianidad el ser del Dasein puede irrumpir como el nudo factum de «que Se desconocerla completa.mente el fenómeno de lo que el estado de
es y ti.ene que ser». Lo que se muestra es el puro <;l"que es»; el de-dónde ánimo abre y cómo lo hace., si ·se quisiera poner bajo un mismo denomi­
y el adónde quedan en la oscuridad. Que con pareja cotidianidad el nador con lo abierto lo que el Dasein templado «a la vez» conoce, sabe 136
135 Dasein no «ceda» a tales estados de ánimo, es decir, que no sea dócil
o cree. Incluso cuando el Dasein en la fe está «seguro» de su «adónde» o
a su abrir y que no se deje llevar ante lo abierto, no es una prueba en cuando a la luz de la razón cree saber acerca de su de-dónde, nada de
contra del dato fenoménico de la aperturidad afectiva del ser del Ahí en esto puede oponerse al dato fenoménico de que el estado de ánimo pone
su «que» [es], sino una confirmación del mismo. Por lo regular, el Da­ al Dasein ante el «que [es]» de su Ahí, que con inexorable enigmaticidad.
sein esquiva, de un modo 6ntico-existentivo, el ser que ha sido abierto fija en él su mirada. Desde un puuto de vista ontológico-existencial no
en el estado de ánimo; desde un punto de vista ontológico-existencial hay el menor derecho para rebajar la «evidencia.» de·la disposición afecri­
esto significa: en eso mismo a lo que semejante estado de ánimo no se v� midiéndola por la certeza apodíctica propia del conocimiento teoré­
vuelve, se desvela el Dasein en su estar entregado al AhL En el mismo tico de lo que simplemente está-ahí. Pero no menor es la falsificación de
esquivar, está abierto el Ahí. los fenómenos cuando éstos son desplazados al campo de lo irracional
Este carácter de ser del Dasein, oculto en su de-dónde y adónde, El irracionalistno -como contra]Jartida del racionalismo-- sólo habla
pero claramente abierto en sí mismo, es decir, en el <;l"que es», es lo que como bizco de aquello de lo que éste habla como ciego.
llamamos la condición de arrojado [Geworfenheit] .. de este ente en su Que uu Dasein pueda, deba y tenga que enseñorearse fácticamente
Ahí; de modo que, en cuanto estar-en-el-mundo, el Dasein es el Ahí. El con el saber y el querer de su estado de ánimo, puede significar, en
término «condición de arrojado• mienta la facticidad de la entrega a sf ciertas posibilidades de existir, una primacía de la voluntad y el cono­
mismo. El factum de «que es y tiene que ser», abierto en la disposición cimiento. Pero esto no debe inducir a ·negar, desde un punto de vista
afectiva del Dasein, no es aquel «que [es]» que ontológico-categorial­ ontológico, que el estado de ánimo sea un originario modo de ser del
mente expresa el carácter de hecho propio del estar-ahí. Este carácter Dasein, en el que éste queda abierto para s! mismo antes de todo co­
sólo es accesible a la constatación que se origina en la mirada contem­ nocer y querer, y mds allá del alcance de su capacidad de abertura. Y,
plativa. En cambio, el «:que [es]» abierto en la disp osición afectiva debe además, jamás seremos duefios de un estado de ánimo sin otro estado de
concebirse como determinación existencial del ente que es en la forma ánimo, sino siempre desde un estado de ánimo contrario. Alcanzamos
del estar-en-el-muudo, La facticidad no es el cardcter de hecho del fac­ así el primer carácter ontológico esencial de la disposición afectiva: la
tum brutum de algo que estd-ah{, sino un carácter de ser del Dasein, asu­ disposición afectiva abre al Dasein en su condición de arrojado, y lo hace
mido en la existencia, aunque, por lo pronto, re primido. El «que [es]» inmediata y regularniente en la fonna de la aversión esquivadora.
de la facticidad jamás puede ser hallado en uua intuición. Ya en esto se puede ver que la disposición afectiva es algo muy di­
ferente de la constatación de un estado psicológico. Tan lejos está de
poseer el carácter de una aprehensión reflexiva, que toda reflexión in­
1 'Carga': lo que hay que cargaI; el hombre está entregado, transpropiado aI ex­
sistir [Da-sein]. Cargar� tomar a su cargo la pertenencia al ser mismo. manente sólo puede constatar las «vivencia1,¡» porque el Ahí ya ha sido
f 29. EL DA-HIN COMO DISPOSICIÓN AFECTIVA 157
EL ESTAP.·EN COHO TAL
156

abierto por la disposición afectiva. El «mero estado de ánimo» abre el vamente, de la intrePidez, puede descubrir el ente a la mano del mundo
Ahí m:15 originariamente; pero también lo cierra más obstinadamente circundante como algo amenazante. El temple de la disposición afectiva
que cualquier no percepción. es el constitutivo existencial de la apertura del Dasein al mundo.
Es lo que muestra la indisposición afectiva o mal humor [Verstim­ Y sólo por pertenecer ontológicamente a un ente cuyo modo de ser
mung]. En este estado de ánimo el Dasein se torna ciego para sf mismo, es el del estar-en-el-mundo en disposición afectiva, pueden los «senti­
el mundo circundante de la ocupación se nubla, la circunspección del dos» ser «tocadOs» y «tener sentido para»7 de tal manera que lo que los
ocuparse s.e extravía. Tan poco refleja es la disposición afectiva, que so­ toca se muestre en la afección. Eso que llamamos afección no podría
breviene al Dasein precisamente cuando éste irreflexivamente se aban­ tener lugar ni siquiera como efecto de la máxima presión y resisten­
dona y entrega por entero al «mundo» de la ocupación. El estado de cia,, y la resistencia misma quedaría esencialmente sin descubrir� si el
ánimo nos sobreviene. No viene ni de «fuera» ni de «dentro», sino q�, estar-en-el-mundo en disposición afectiva no se encontrase ya cOnsig­
como forma del estar-en-el-mundo, emerge de éste mismo. Pero con nado a la posibilidad, bosquejada por los estados de ánimo, de ser afec­
esto pasarnos desde una delimitación negativa de la disposición afectiva tado por el ente intramundano. En la disposición afectiva se da existen­
cialmente un a periente estar-consignado al mundo desde el cual puede 138
137 frente a 1a aprehensión reflexiva de lo «interior» hacia una intelección
comparecer lo qu� nos concierne. En efecto, desde un -punto de vista
positiva de su carácter aperiente. El estado de ánimo ya ha abierto siem­
pre el estar-en�l-mundo en su t otalidad, y hace posible por primera vez ontológico fundamental es necesario confiar el descubrimiento primario
un dirigirse hacia..•• El temple anímico no se relaciona primeramente con del mundo al «mero estado de án.im.o». Una pura intuición, aunque pe­
lo psíquico, no es un estado interior que lnego, en fo.rma enigmática, se netrase en las fibras más íntimas del ser de lo que está-ah.(, jamás podría
exteriorizara para colorear las cosas y las personas•. D e esta manera descubrir algo así como lo amenazante.
se muestra el segundo carácter esencial de la disposición afectiva. La El hecho de que en virtud del carácter primariamente aperiente de
disposición afectiva es un modo existencial fundamental de la aperturi­ la disposición afectiva,, la circunspección cotidiana se equivoque y caiga
dad cooriginaria del mundo, la coexistencia y la existencia,, ya que esta con frecuencia en la ilusión, es, si se lo mide por la idea de un cono­
misma es esencialmente un estar•en-el-mundo. cimiento absoluto del «mundo», un µt"J 5v. Pero el carácter existencial
Junto a las dos determinaciones esenciales de la disposición afectiva positivo de la posibilidad de ilusión es absolutamente desconocido por
que acabarnos de explicitar -la apertura de la condición de arrojado y estas apreciaciones.ontológicamente infundadas. Precisamente en la vi­
la apertura del estar-en-el-mundo en su totalidad- es necesario consi­ sión inestable y afectivamente oscilante del «mundo» se muestra lo a
derar una tercera, que contribuye en forma especial a una comprensión la mano en su especlfica mundaneidad, qne es cada d!a diferente. La
más honda de la mundaneidad del mundo. Como ya dijimos antes', el mirada reorética ya ha reducido siempre el mundo a la uniformidad de
mundo ya previamente abierto deja comparecer al ente intramundano. lo puramente presente•, una uniformidad dentro de la cual, sin embar­
Esta previa aperturidad del mundo, propia del estar-en, está con-con_sti­ go, se encierra una nueva riqueza de lo que puede ser descubierto en
niida por la disposición afectiva. El dejar comparecer es primariamente la pura determinación. Pero ni siquiera la más pura 8Ewp (a. está exenta
circunspectivo, y no un puro sentir o un quedarse mirando fijamente.
de tonalidad afectiva; lo que sólo está-ahí no se lo muestra a la inirada
El dejar comparecer de la ocupación circunspectiva tiene el carácter de contemplativa en su puro aspecto sino cuando ésta lo puede dejar venir
un ser concernido [Be troffenwerden], como lo podemos ver ahora ·más hacia sí misma en el apacible demorar junto a [las cosas] en la P'i'O<W VTJ
claramente a partir de la disposición afectiva. Desde un punto de vista y la fü�ycoyrj'. No debe confundirse, claro está, la mostración del consti­
ontológico, la ínservibilidad, tesistencia y am=aza de lo a la mano sólo tuirse ontológico-existencial del conocimiento determinativo en la dis�
nos pueden concernir porque el estar-en en cuanto tal se halla de tal posición afectiva del estar-en-el-mundo con un intento de abandonar
manera determinado previaxnente en su estructura existencial que pue­ óntica.mente la ciencia al «sentimiento».
de ser afectado en esta forma por lo que comparece dentro del mundo. En el marco de la problemática de esta investigación no es posible
Esta posibilidad de ser afectado se funda en la disposición afectiva y, en interpretar los diferentes modos de la disposición afectiva ni sus co­
cuanto tal, ha abierto el mundo en su carácter, por ejea1plo, de amena­ nexiones de fundamentación. Bajo el nombre de uafectos» y «sentimien­
zante. Sólo lo que escl. en la disposición afectiva del temor o, correlati- tos»-, estos fenómenos son óntica.mente conocidos desde antaño, y han

1. Cf. Aristóteles, Met. A 2, 982. b 22 s.s.


l. Cf. S 18, pp. 104 ss.
§ JO. EL HIEDO COMO MODO DE LA DISPOSICIÓN AFECTIVA 159
IS 8 EL ESTAR-EN COMO TAL

sido tratados desde siempre por la filosofía. No es un a2.ar que la pri­ que a la vez, en virtud de su carácter aperiente, tiene una importancia
mera interpretación de los afectos sistemáticamente realizada que nos metodológica fundamental para la analítica existencial. Como toda in­
ha sido transmitida, no haya sido hecha en el marco de la «psicología». terpretación ontológica en general, la analítica existencial sólo puede
Aristóteles investiga los 1T«!/rJ en el segundo libro de su Retórica. Contra pedir cuen't¾. por así decirlo, acerca de su ser a ·un ente que ya antes
el concepto tradicional de la retórica como una especie de Q,:disciplina», ha sido abierto. Y deberá atenerse a las más destacadas y amplias po­
la Retórica de Aristóteles debe ser concebida como la priinera herme­ sibilidades de apertura del Dasein para recibir de ellas la aclaración de
néutica sis temática de la cotidianidad del convivir. La publicidad, en este ente. La interpretación fenomenológica deberá entregar al Dasein 140

cuanto modo de ser del uno (d. § 27) no sólo tiene en general su propio mismo la posibilidad de la apertura originaria y dejarlo, en cierto modo,
temple anímico, sino que necesita estadós de ánimo y los «suscita• para interpretarse a sí mismo. Ella se limita a acompañar esta apertura, con
139 s!. Apelando a ellos y desde ellos es como habla el orador. El orador ne­ el :fin de elevar existencialmente a concepto el contenido fe noménico
cesita comprender las posibilida des del estado de ánimo para suscirarlo de lo abierto.
y dirigirlo en forma adecuada . Teniendo en cuenta la interpretación que se hará más adelante de
Es conocida la manera como la interpretación de los afectos se pro­ una fundamental disposición afectiva del Dasein, de gran importancia
longa en la Stoa, como asimismo su transmisión a la Edad Moderna ontológico-existencial -la angustia (d. § 40)-, el fenómeno de la dis­
por medio de la teologla patrística y escolástica. Pero lo que no sue­ posición afectiva deberá ser ilustrado más concretamente por medio de
le advertírseles es que la interpreración ontológica fundamental de lo ese modo determinado que es el miedo.
afectivo no ha podido dar un solo paso hacia adelante digno de men­
ción después de Aristóteles. Por el contrario: los afectos y sentimientos
q uedan sistemáticamente clasificados entre los fenómenos psíquicos, § 30. El miedo como modo de la disposición afectiva•
constituyendo de ordinario la tercera clase de ellos, junto a la represen­
tación y la voluntad. Y de este modo descienden al nivel de fenómenos El fenómeno del miedo puede ser considerado desde tres puntos de vis­
concomi�ntes. ta; analizaremos el ante qué del miedo, el tener miedo y el por qué del
A la investigación fenomenológica se debe el mérito de haber al­ miedo. Estos posibles.puntos de vista, conexos entre sf, no son casuales.
canzado una visión más amplia de estos fenómenos. No sólo eso; recow En ellos sale a luz la estructura de la disposición afectiva en general.
giendo estímulos provenientes sobre todo de Agustín y Pascal', Scheler El análisis se complemenrará indicando las posibles modificaciones del
ha orientado la problemática hacia las conexiones de fundamentación miedo, relacionadas, en cada caso, con diferentes momentos estructu­
entre los actos «representativos• y los de «interés•. Sin embargo, tam­ rales del mismo.
bién aquí quedan aún en la oscuridad los fundamentos ontológico-exis­ El ante qut! del miedo [das Wovor der Furcht], lo •temible», es en
tenciales del fenómeno de acto en general. cada caso algo que comparece dentro del mundo en el modo de ser de lo
La disposición afectiva no sólo abre al Dasein en su condición de a la mano, de lo que está-ahí o de la coexistencia. No se trata de infor­
arrojado y en su estar-consignado al mundo ya abierto siempre con su mar ónticamente acerca del ente que repetida y regularmente puede ser
ser, sino que ella misma es el modo existencial de ser en el que el Dasein «temible», sino de determinar fenoménica.mente lo temible en su carácter
se entrega constantemente al «muildo» y se deja afectar de tal modo por de tal. cQué es lo propio de lo temible en cuanto tal, de lo temible que
él, que en cierta forma se esquiva a sí mismo. La constitución existencial comparece cuando tenemos miedo? El ante qué del miedo tiene el ca­
de este esquivamiento será aclarada con el fenómeno de la caída. i:ácter dé lo amenazante. Lo amenazante comprende varias cosas: 1. Lo
La disposición afectiva es un modo existencial fundamental como compareciente tiene la forma de condición respectiva de lo perjudicial.
el Dasein es su Ahí. No sólo caracteriza ontológicamente al Dasein, sino Se muestra dentro de un contexto respeccional. 2. Esta perjudicialidad
apunta hacia un determinado ámbito de cosas que pueden ser afectadas
por ella. En cuanto así determinada, ella misma viene de una zona bien
l. Cf. Pensú.s, loe. cit., p. 185: Et de la vient qu'au. lie:u qu'en parlant des c:hose$ determinada. 3. La propia zona y l o que desde ella viene son experimen­
humaines on dit qu"il faut les connaitre avant que de les aimet; ce qui a pa.ssé en proverbe, tados como «inquietantes'°'. 4, Lo perjudicial en cuanto amenazante no
les $ainu tJM c:ontratt'e disent en -parlant des ch0$8$ divines qu'il faut les aimer pour les con­
naírre, a qu'on n•entre daru la virité que par la charité, dont ils ont fait une de leurs plus
ut;iles sentl!:7lces; d. sob.re esro Agustfn, Opera. {Migne, P. L. tomo VIII}, Contra Favstum,
lib.32, cap, 18: non intratur in veritatem, nisi per chari1atem. 1 Cf. Aristóteles, Retón·ca B, 5, 13 82 a 20 1383 b 11.
160 EL ESTAR-EN COMO TAL
j JI EL DA SEIN EN CUANTO COMPRENDER
0

16 1

e stá t o davía en una cercanfa dominable, per o se acerca. En ese acercarse,


Teniemos al máximo por el otr o precisamente cuando él no ti.ene miedo
la perjudicialidad irradia y cobra su carácter am enazante. 5. Este acer­
y se precipita temerariamente hacia lo amenazante. Temer por... es un 142
camiento acontece dentro de la cercanía. Lo que puede ser dañino en
modo de la dispo sición a/ectiva solidaria con los otros [Mitbefindlichkeit
grado máximo y se acerca, además, constantemente, pero en la lejanía,
mit den Anderen], per o no e s necesariament e un tener-mie do-con, ni
no s e re vela en su te mibilidad. Pero, acercándose en la cercanía, lo per­
meno s t o davía un tener-miedo-junt o s. Se puede temer por... sin tener
141 judicial es amenazante: pu ede alcanzarno s, o quizás no . A medida que se
núedo un o mismo . Per o , en rigor, temer por... es temer también uno
acerca, se acrecienta est e «puede, pero a la postre quizás no». Es te rrible,
mismo [ein Sichfarchten]. S e teme entonces po r el coestar con el otro,
decimos. 6. Esto significa que lo perjudicial, al acercarse en la cercanía,
llev a en s! la abierta po sibilidad de no alcanzarnos y pasar de larg o, lo es e otro que p odría serle arrebatado a uno. Lo tenúble no apunta direc­
tamente al que tiene-miedo-con. El temer po r... se sabe, en cierto modo,
cual no aminora ni extingue el miedo, sino que lo constiruy"e. no c o ncernido, pero está, sin embargo, Co-afectado por estar conc ernido
El tener miedo, en cuanto tal [das Fürchten s elbst], es e l dejar-se-afec­
el Dasein co -existente por el que teme. Por es o, el tem er por... no es
tar que libera lo amenazante tal como ha sido caractC:rizado. No es que
una forma atenuada de tener mi edo. No se trata aquí de grados de ·«in­
primero se constate un mal v enide ro (malum futurum) y que luego se
lo tema, Pero tampoco empieza el miedo por constatar lo que se acerca, te nsidad emotiva», sin o de modos existenciales. Por eso, el te mer por...
no pierde tampo co su específica autenticidad cuando «propiamente ha­
sino que primeramente lo descubre e n s u temibilidad. Y teniendo mie­
blando » no experimenta e n sí mismo el miedo.
d o , el miedo puede , ens e guida, en una explícita mirada observadora,
Los momentos constitutivos del fenómeno integral del miedo pue­
aclar ar q ué es l o temible. La circu nspección ve lo temible p orq ue está en
den variar. De esta manera se dan diferentes posibilidades de ser del
la disp osición a/ectiva del miedo. El tener miedo, en cuanto po sibilidad
tener miedo. El acercamiento enla c e rcan1a f orma parte de la e sttuctura
latente del e star-en-el-mundo afectivamente dispuesto -vale d ecir, la
de comparecencia de lo amenazante. Cuando algo amenazante irrumpe
«medro sidad-, ha abierto ya de tal manera el mundo que desde él
brusca y s orpresivament e en Illf}dio de l o cupado estar-en-el-mundo con
pu ede acercarse lo temible. El pode r-ace rcarse núsmo queda liberad o
su «aunq ue todavía n o, pero posiblemente en cualquier momento», el
por medio de la esencial espacialidad existencial del estar-en-el-mundo.
miedo cobra la forma del susto. En lo amenazado r hay que distinguir,
Aqu ello por Jo que el miedo teme [das Wo rum die Furcht farchtet]
es el ente mismo que tiene miedo , el Das ein. Sólo un ente a quien en pues, el inmediato acercanúento de lo amenazant e y el m o do de com­
pare cencia del acercarse mismo: la repentinidad.. El ante•q ué del susto
s u ser le va este núsmo s er, puede tener miedo. El miedo abre a este
.es, primerame nte, algo conocido y familiar. Pero si, por el contrario,
e nte en su estar en peligro, en su estar entregado a sf mis mo . El mie do
lo amenazado r tiene el carácter d e lo absolutamente desconocido, el
reve la siempre al Dasein en el se r de su Ahí, aunque en distintos grados
miedo se convierte en· pavor. Y aún más: cuando lo amenazante compa­
de explicirud. Y si tememo s por la casa y los bienes "' , esto no contradice
rece con el carácter de l o pavoroso y ti.ene, al mismo tiempo, el modo
la definición recién dada del por-qué del miedo. Po rque el Dasein, en
de comparecencia de lo que asusta, es decir, la rep entinidad, el miedo
cuanto estar-en-el-mundo, es siempre un o cupado estar en medio d.e...
se convierte en espanto. Otras variedad es del miedo son la timidez, la
Inmediata y regularm ente el Dasein es en función de•• aquello de que
temerosidad, la ansiedad, el estupo r. Todas las modalidades del miedo,
se ocupa. El peligro para él es la amenaza de su estar-en-medio-de. El
co m o po sibilidades del encontrar-se afectivo, muestran que el Dasein,
miedo abre al Dasein de un modo predominant eme nte privativ o . Lo
e n cuant o estar-en-el-mundo, es «mi edoso». Esta «medrosida.d» no debe
c onfunde y lo hace «perder la cabeza». Pero el miedo , junto co n hacer
ver, cierra el estar-en puesto en peligro, de tal manera que cuando el ser entendida ónticamente como una predisposición fáctica «particular»,
sino como una posibilidad existencial d e la es encial disposición afectiva
miedo ya ha pasado el Dasein necesita reencontrarse.
del Dasein e n general, po sibilidad que, sin embargo, no es la única.
El tener-miedo-por, en cuant o at e morizarse ante [algo] "' *"' abre
siempre, privativa o positivamente y de un m o do c ooriginario, el ente
intramundano en su carácter am.enazant e y el estar-en en su estar ame­
§ 31. El Da-sein en cuanto cOmprender
nazado. El miedo e s un modo de la disposición afe ctiva.
Pe ro el tener-miedo-por puede estar relacionado también con otros,
La disposición afectiva es una de las estructuras existenciales en que se
y ento nces de cirnos que teme mos por ello s. Este tem er por... n o t oma
mueve el ser del «.Ahf». Este ser está co nstituido, cooriginariame nte con
sobre s! el mie do de l otro . Est o queda excluido ya po r el hecho de que
ella, por el comprender [Verstehen]•. La disposición afectiva tiene siem­
el o tro por quien teme m o s, bien puede, por su parte, no tener núedo.
pre su comprensión, aun cuando la reprima. El co IP,.prender es siempre
EL ESTAP..·El'i COMO TAL § JI+ El DA-S'EIN EN CUANTO COMPRENDER.
161 163

un compre nd er afectivamente templado. Si lo interpretamos como un .prei,aratoriamente como problem a -al igua l que la existencialidad en
143
existencial fundamentalª, con ello se muestra que este fenómeno es co m­ general. La base fenoménica para poder siquiera verla es el comprender
prendido co mo un modo fundamental del ser de l Dasein. En cambio, el en cuanto poder-ser aperiente.
«comprende» en el sentido de un posible modo de conoci:miento entre La posibilidad en cuanto existencial no e quivale a un poder-ser que
otros, diferente, por ejemplo, del «explicar», deberá ser interpretado, flota en el v acío, a la manera de la <l'indiferencia de la voluntad» (libertas
junto con éste, como un derivado existencial del comprender primario indifferentiae). El Dasein, en cuanto afectivamente dispuesto, por esen­
que es con-constitutivo del ser del Ahí en cuanto tal. cia ya ha venido a dar siempre en determinadas posibilidades; por ser
La investigación hecha hasta ahora ya ha tropezado con este com­ el poder-ser que es, ha dejado pasar algunas, renunci a constantemente
prender originario, pero sin habe rlo tematizada expHcitamente. Que el a posibilidades de su ser, las toma entte manos o las deja escapar. Pero
Dasein, existie ndo, es su Ahí, significa, por una parte, que el mundo es esto significa: el Dasein es un ser-posible entregado a sí mismo, es, de un
ti:ahí»-; su ser-ah{ es el estar-en. Y éste es, asimismo, «ahí:&, como aquello extremo al otro, posibilidad arro¡ada. El Dasein es la posibilidad de ser
por mor de lo cual el Dasein es. En el po r-mor-de está abierto el existente libre para el más propio poder-ser. El se r-posibl e es transparente pa ra sí
estar-en-el-mundo en cuanto tal; esta aperturidad ha sid o llamada com­ mismo en distintos modos y grados.
prender1. En la comprensión del por-mor-de está coabierta la signi.6.catl­ El comprender es el ser de un pode r-ser que jamás está pendiente
vidad que e n él s e funda. La aperturidad del comprender en cuanto ape.r­ como al go que todavía no está-ahí, sino que, siendo por esencia algo
turidad del por-mor-de y de la significatividad es cooriginariamente una que jamás está-ah!. •es» junto con ' e l ser del Dasein, en el sentido de la
aperturidad del integro estar-en-el-mundo·. La significatividad es aquello existenci a. El Dasein es en el n;iodo · de haber siempre comprendido o
en función de lo cual el mundo está abierto como tal. Que e l por-mor-de no comprendido que es de esta 9 aquella manera. Siendo tal compren­
y la significatividad están abiertos en el Dasein significa que el Dasein es der, «sabe» lo q,u pasa consigo mismo, es decir, con su poder-ser. Este
el ente al que en cuanto estar-en-el-mund o le va su propio ser. «saber» no proviene de una autopercepción inmanente, si.no que perte­
En el lenguaje óntico se usa a veces en alemán la expresión f'-etwas nece al ser del Abi, que es esencialmente comprende r. Y sólo porque el
verstehBfl», ti:comprender algo» [en castellano, «entender de algo»], e n Dasein, comprendiendo, es su Ahí, puede extraviarse y malentenderse.
el sentid o de «ser capaz de una cosa», de «poder hacer frente a ella�, de Y en la medid a en que el comprender está afectivament e dispuesto y, en
«saber hácer algo». L o existencialme nte �podido» en el compre nder no cuanto tal, existencialmente abandonado a su condición de arrojado,
es una co sa, sino el ser en cuant o existir. En el c omprender se da exis­ el Dasein y a se ha extraviado y m alentendido siempre. Él está, pues,
t encialmente ese modo de ser del Dasein que es el poder-ser. El Dasein entregado en su poder-ser a la posibilidad de reencontrarse en sus po-
no es algo que está-ahí y que tiene, por añadidura, la facultad de poder ·
sibilidades.
algo, sino que es primariamente un ser-posible. El Dasein es siempre El comprender es el ser existencial del propio poder-ser del Dasein
lo que pu ede s er y en el modo de su posibilidad. El esencial poder-ser mismo, de tal manera que este ser abre en s{ mismo lo que .pasa consi­
del Dasein concierne a los modos ya car acterizados del ocuparse· del go mistno;Intentaremos ahora aprehender más rigurosamente la estruc­
«mundo», de la so licitud p or lo s otro s y, en todo ello y desde siempre, al tur a de este existencial.
poder-ser en relación. consigo mismo, por-moi;-de sí. La posibilidad que La apertura del comprender concierne siempre a la constitución
el Das ein es sie mpre existencialmente se distingue tanto de la vacíá. po­ fundamental entera del estar-en-el-mundo. Como poder-ser, el estar-en
sibilidad lógica como de la co ntingencia de algo que está-ah!, en cuanto es siempre un poder-estar-en-el-mundo. El mundo no sólo está abierto
que con éste puede •pasar» esto o aq u ello. Como cat egoría modal del en cuanto tal como posible significatividad, sino que la puesta en liber­
estar-ahí, posibilidad significa lo que todavía no es real y lo qu e ¡am4s tad de lo intramundano mismo deja a este ente en libertad con vistas a
es necesario. Ella es el carácter de lo meramente posible. Es ontológica­ sus posibilidades. Lo a la mano queda descubierto, en cuanto tal, en su
mente inferio r a la realidad y a la necesidad. En cambio, la posibilidad, utilizabilidad, e mpl eabilidad, perjudicia1idad. La t otalidad respeccíonal
144 entendída como existencial, es la más originaria y última determinación se revela como d lado categorial de una posibilidad de interconexión
o ntológica positiva del Dasein; por ahora ella sólo puede ser tratada de los entes a la mano. Pero también la «unidad» de los múltiples entes
que están-alú -la naturaleza- sólo s e torna descubrible s obre la base 145
de la apertura de una posibilidad suya. ¿será casual que l a pregunta por
l. Cf_ S 18, pp. 104 ss.
a. en la perspectiva de una ontología fundamental, es decir, desde
la re-ferencia a el ser de la naturaleza apunte a las «condiciones» de su posibilidad? ¿En
la verdad del ser. qué se funda tal preguntar? Respe cto d e él n o pu ed e dejar de plantearse
EL ESTAR.MEN COMO TA\.
164 § lt,. EL DA�SEtN EN CUANTO COHPR.ENDER 16S

la pregunta: lpor qué el ente que no tiene el modo de ser del Dasein posibilidades, que quedan bosqnejadas por el ámbito de todo lo que
es compreudido en su ser cuando se lo patentiza en función de sus puede ser esencialmente abierto en él. El comprender puede estable­
condiciones de posibilidad? K:ant supone, quizás con razón, que ello es cerse primariamente en la aperturidad d el mundo, es decir, el Dasein
as!. Pero n1ás que ninguna otra cosa este supuesto mismo necesita ser puede llegar a comprenderse inmediata y regularmente a partir de su
justificado en su legitimidad. mundo. O b ien, por el contrario, el comprender se lanza primaria.mente
¿Por qué el comprender penetra siempre hasta las posibilidades, en el por-mor-de, es decir, el Dasein existe como sf JJJÍSmo', El compren­
en todas las dimensiones esenciales de Jo que en él puede ser abier­ der o bien es propio. un comprender que surge del propio sf...mismo en
to? Porque el comprender tiene en sí mismo la estructura existencial cuanto tal., o bien es impropio� El «in• del término «impropio» no hn­
que nosotros llamamos el proyecto [Entwurfj*. Con igual originarie­ plica una ruptura del Dasein respecto de s{ mismo., de tal manera qu e el
dad, el comprender proyecta el ser del Dasein hacia el por-mor-de Dasein «sólo• comprenda el mundo, El mundo pertenece a la mismidad
y hacia la signüicativlrlad en =to mundaneidad de su mundo. El del Dasein en cuanto estar-eu-el-mu.ndo. Tonto el comprender propio
carácter proyectivo del comprender constitu.ye la apenuridad del Ahí como el impropio pueden ser, a.su vez, auténticos o inauténticas�. El
del estar-en-el-mundo como el Ah( de un poder-ser, El proyecto es la comprender en cuanto poder-ser está enteramente impregnado de po­
estructnra existencial de ser del ámbito en que se mueve el poder-ser sibilidad, Pero, al transponerse en una de esras posibilidades fundamen­
fáctico. Y en cuanto arrojado, el Dasein lo está en el modo de ser del tales, el comprender no excluye la otra. Por el contrario, pttesto que
proyectar, El proyectar no tiene nada que ver con un comportamiento el comprender concierne siempre a la ,plena aperturidad del Dasein en
planificador "' * por medio del cual el Dasein organizara su ser, sino que, cuanto estar-en-el-mundo, el transponerse del comprender e, una mo,J;.
en cuanto Dasein, el Dasein ya siempre se ha proyectado, y es proyec­ ficación existencial del proyecto en su integrid,,.d. En la comprensión del
tante mientras existe. El Dasein, mientras es, ya se ha comprendido y mundo siempre está comprendido a la vez el estar-en*'*; la compren­
se sigue comprendiendo desde posibilidades. El carácter proyectivo del sión de la existencia en cuanto tal es siempre comprensi6n del mundo.
comprender implica, además, que el comprender no capta Jo que él En cuanto fáctico, el Dasein ya ha puesto siempre su pod er-ser en
proyecta -las posibilidades,- en forma temlí.tica. Ese modo de captll­ un.a de las posibilidades del comprender.
ción pri'Y'a a lo proyectado precisamente de su caráaer de posibilidad, El comprender .en su carácter proyectivo constituye existencialm en­
reduciéndolo a la condición de un dato simplemente mentado, mientras te. eso que llamamos la visión [Sicht]'*• del Dasein. La visión que tiene
que el proyecto, en el proyectar mismo, pro-yecta ante si la posibilidad lugar existeuciahnente junto c01t la aperturidad del Ahí es el Dasein mis­
en cuanto posibilidad y la hace ser tal. El comprender, en cuanto pro­ mo en sus distintas maneras fundamentales de ser ya aclara.das, y lo es
yectar, es el modo de ser del Dasein en el que éste es sus posibilidades en todas ellas con igual originariedad: como circunspección del ocupar­
corno posibilidades. se, respeto de la solicitud, visión de aquel ser por mor del cual el Das ein
En razón del modo de ser constituido por el existencial del proyec­ es siempre como es. La visión que apunta prllllariarnente a la existencia
to, el Dasein serla constantemente «más• de lo que de hecho es, si se en su integridad la llamamos transparencia [Durchsichtigkeit]. Escoge­
quisiera y pudiera examinar el contenido de su ser a la manera de un mos este término para desi� un «autoconocimiento» bi en entendido,
ente que está-ah!. Pero nunca es más de lo que fáctiounente es, porque a es decir, para indicar que no se trata de la búsqueda y contemplación
su facticidad le pertenece esencialmente el poder-ser. Pero el Dasein en aprehensora de= sC-ttúsmo puntual, sino de una toma de posesión com­
cuanto posibilidad tampoco es menos, es decir, lo que él en su poder-ser ptensora de la plena aperturidad del estar-en-el-mundo, a travts de sus
todavút no es, lo es existenciahnente. Y sólo porque el ser del Ahí recibe momentos esm1.cturales esenciales. El enre existente �se» tiene a la vista
su constitución por medio del comprender y de su carácter proyectivo, tan sólo en la medida en que se ha hecho cooriginari amente transparen­
y porque él es Jo que él llega a ser o no llega a ser, puede decirse a s! te en su estar en medio del mundo y en eJ coestar con los otros, como
mismo, comprendiendo lo que dice, «isé lo que eres!»•. momentos constitutivos de su existencia�
146 El proyecto concierne siempre a la plena aperruridad del estar• A la inversa, la falta de transparencia del Dasein no proviene pri­
en-el-mundo; en cuanto poder ser, también el comprender mismo tiene tnaria ni únicamente de a utoilusiones «e gocéntricas•, sino también del
·'
d esconocimiento del mundo.
a. Pero, lquién eres ��? Ese que tO., libriindote de ti mismo, proyectas al lama.rce
decididament.e �cia ade:Jan1e [als cún: du didJ foswirfst] -e! qtro devi,mes. a Pero no como sujeto e individuo, uo como persona.
,.. EL ESTAR-EN COMO TAL
f 31, COMPRENDER. E INTERPRETACIÓN
, .,
147 Sin emb argo, es necesario preservar el término «visión» de un posi­ anímico, el Dasein •ve» posibilidades desde las cuales él es. En la aper­
ble malentendido. Este término corresponde a la cl aridad, que es el ca­ tura proyectante de estas posibilidades él ya está siempre anúnicamente
rácter que hemos atribuido a la aperturidad del Alú. El «ver» no sólo no
templado. El proyecto del poder-ser más propio está entregado al fac­
mienta la percepción con los ojos del cuer po, sino que tampoco mienta mm de la condición de arrojado en el Ahí. ¿No se torna más enigmático
la pura aprehensión no sensi ble de un ente que está-ahí en su estar-ahí. el ser del Dasein con la explicación de la estructura existendal del ser
Para la significa ción existencial de la visión sólo se toma en cuenta aque­ del Ahí en el sentido del proyecto arrojado? Efectivamente, Es necesa­
lla car acterística del ver según la cual éste deja compar ecer al descu­
rio que dejemos salir primero a luz toda la enigmat:icidad de este ser,
bieno el ente mismo al que tiene ¡icceso. Ciertamente todo «sentido,, aunque sólo sea para fraca,sar de un modo genuino en la «solución»· y
hace lo núsmo dentro de su propio ámbito de descubrinúento. Pero la poder as! plantear de nuevo la pregunta por el ser del estar-en-el-mundo
tradición filosófica se orientó desde un principio primariamente hacia arrojado y proyectante.
el «ver» como modo de acceso, al ente y al ser. Para mantenerSe en esta Para poder poner, por lo pronto, ante la mirada en forma fenomé­
tradición, se puede formalizar la visión y el ver hasta llegar a un término nicamente suficiente el modo cotidiano de ser del comprender afectiva­
universal que caracterice en general todo acceso al ente y al ser. mente dispuesto, es decir, de la plena aperturidad del Ahí, se requiere una
Al mostrar cómo toda visión se funda primariamente en el com­ elaboración concreta de estos existenciales.
prender -la circunspección del ocupar se es la compr ensión en cuanto
com-prensión común 'III-- se le ha quitado a la pura intuición su primací�
la cual corresponde, en un plano noético, a la tradicional primada on­ § 32. Comprender e interpretación
tológica de lo que está-alú. Tanto la «intuición» como el «pensar»... son
derivados ya lejanos del comprender. También la 1Cintuición de esencias» El- Dasein en cuanto comprender proyecta su ser hacia posibilidades.
de la f enomenolog!a se funda en el comprender existencial. No es po­
Este comprensor estar vuelto haéia posibilidades, por la repercusión que
sible pronunciarse acerca de este modo del ver antes de haber obtenido tienen sobre el Dasein esas mismas posibilidades en tanto que abiertas,
los conc.eptos explícitos de ser y de estructura de ser, única forma posi­ es también un poder-ser. El proyectarse del comprender tiene su propia
ble de que pueda haber fenómenos en sentido fenomenológico.
posibilidad de desarrollo. A este desarrollo del comprend er lo llama­
La aperturidad del Alú en el comprender es también una mane­ mos interpretación [Auslegung]•. En la interpretació n el comprender se
ra del poder-ser del Dasein. En el estar proyectado de su ser hacia el
apropia comprensoramente de lb comprendido por éL En la interpreta­
por-mor-de, a una con el estar proyectado hacia la signi.6.catividad ción el comprender no. se co,nvierte en otra cos� sino que llega a ser él
(mundo), se da la aperturidad del ser en gener al'. En la proyección hacia
mis:mo. La interpretadón se funda existencialmente en el comprender,
posibilidades ya se ha anticipado la comprensión del ser. En el proyecto,
y no es éste el que llega a ser por medio de aquélla·�. La interpreta­
el ser está comprendido\ no ontológicam_ente concebido. El ente. con ción no consiste en tomar conocimiento de lo comprendido, sino en
el modo de ser del proyecto esencial del estar-en-el-mundo tiene como
la elaboración de las ·¡;osibilidades proyectadas en el comprender. De
constitutivo de su ser la comprensión del ser. Lo que antes fue afirma­
acuerdo con la tendencia de la etapa prep.ara!Qria de los análisis del
do dogmáticamente' queda ahora mostrado a partir de la constitución
Dasein cotidiano, examinaremos el fenómeno de la interpretación en
del ser en el que el Dasein es su � es decir, en el comprender� Una
el comprender del mundo, es decir, en la comprensión impropia y, más
aclaración satisfactoria del sentido existencial de esta comprensión del concretamente, en su modalidad auténtica.
ser, que corresponda a los límites de toda la presente investigación, sólo El ocupado estar en medio de lo a la mano se da a comprender des­
podrá lograr se sobre la base de la interpretación temporaria·del ser.
de la significatividad abierta en la comprensión del mundo, la condición
148 Disposición afectiva y comprender caracterizan como existenciales
respectiva que puede tener lo que comparece, Que la circunspección
la aperturidad originaria del esrar-en-el-mundo. En el modo del temple
descubre quiere decir que ella interpreta el mundo ya comprendido.
Lo a la mano accede expUcitamente a la visión comprensora. Todo
1 Cf. � 4, pp. 32 ss. prepar ar, ordenar, arreglar, mejorar, completar, se lleva a cabo en tanto 149
a. Tómese éste como 'entendimiento', 6uívouz:; pero no se entienda el 'compren­ que lo circunspectivante a la mano es explicitado en su para-qué y se
der'' ['Ventehe:n"] desde el entendimiento [aus Verstand]. hace objeto de un ocupar se que se rige por lo que se ha hecho visible
b. ¿cómo 'esd.' allf esa apctturidad y qué significa ahí Ser [Seyn:]? �n esta explicitación. Lo que la circunspección explicita en su para-qué ,
e- Lo que no signifiCa que el ser 'sea' gracias al. proyecto.
y precisamente en cuanto tal, lo explícitamente comp.rendido, tiene la
, .. EL ESTAR•EN COHO TAL § Jl. COMPRENDEll E IN'rERPR.EiACIÓN , ..
estructura de algo en cuanto algo. A la pregunta circunspectiva acerca con dición respectiva abierta en la comprensión del mundo, y esta con­
de lo que sea este deternúnado ente a la mano, la interpretación cir­ dición queda expuesta por medio de la interpretación.
cunspectiva responde diciendo: es para... La indicación del para-qué Lo a la mano es comprendido siempre desde la totalidad respeccio­
no consiste simplemente en nombrar algo, sino que lo nombrado es nal. Ésta no necesita ser aprehendida e,q,lfcitamente por medio de una
comprendido en esta forma: lo que está en cuestión debe ser consi­ interpretación temática. Incluso cuando ha pasado a través de una inter­
derado como tal. Lo abierto en el comprender, lo comprendido, ya pretación semejante, vuelve nuevamente a la comprensió n implícita. Y es
es accesible siempre de un modo tal que en él se puede destacar ex­ precisamente en esta modalidad como ella es el fundamen to esencial de
plícitamente su «en cuanto qué». EJ «en cuanto» expresa la estructura la interpretación circunspectiva cotidiana. Esta interpretación se funda
explidtante de lo coro.prendido; es lo constitutivo de la interpretación. siempre en un haber previo [Vorhabe]. La interpretación, en cuanto se
El trato circunspeccivo-interpretante con el ente a la mano del mundo apropia de una comprensión, se mueve en un comprensor estar vuel­
circundante, que lo «ve» en cuanto mesa, puerta, coche o puente, no to hacia una totalidad respeccional ya comprendida. La apropiación de
tiene necesidad de exponer también en un enunciado determinativo lo lo comprendido pero todavía velado realiza siempre el desvelamiento
circunspectivamente inte:rpretado. Toda simple visión antepredicativa guiada por un punto de vista. que fija aquello en función de lo cual lo
de lo a la mano ya es en sí núsma comprensora-interpretante. CPero no comprendido debe ser interpretado. La interpretación se funda siempre
es la carencia de este «en cuanto» lo que constituye la simplicidad de la en una manera previa de ver [Vorsicbt] que «recortv- lo dado en el haber
pura percepción? El ver que tiene lugar en esta visión es siempre com­ previo hacia una determinada interpretabilidad. Lo comprendido que se
prensor-interpretante. Encierra en sí los respectos remisionales explíci­ tiene en el haber p revio y que está puesto en la mira del modo previo de
tos (del para-qué) que son propios de la totalidad respeccional a partir ve½ se hace entendible por medio de la interpretación. La interpretación
de 1a cual queda comprendido lo simplemente compareciente. La articu­ puede extraer del ente mismo que hay que interpretar los conceptos
lación de lo comprendido en el acercamiento interpl'etante del ente correspondientes, o bien puede. forzar al ente a conceptos a los que él se
en la forma de «algo en cuanto algo» es previa al enunciado temático resiste por su propio modo de ser. Sea corno fuere, la interpretación
acerca de éL No es en éste donde surge por vez primera el «en cuanto», se ha decidido siempre, de6.nitiva o provisionalmente, por una deter­
sino que Cn él tan sólo se expresa; lo que no sería posible si no se en­ minada conceptualidad; ella se funda en una manera de entender previa
contrara allí como expresable. El que a la simple visión le pueda faltar [Vorgriff] •.
el carácter explícito de un enunciado no autoriza a negarle a esta visión La interpretación de algo en cuanto algo está esencialmente fun�
toda interpretación articuladora y, consiguientemente, la estructura del dada en el haber previo, en 1a manera previa de ver y en la mane:ra de
«en cuanto»-. La simple visión de las cosas inmediatas en el habérselas entende r previa. La interpretación no es jamás una aprehensión, sin
con ellas comporta de un modo tan originario la esttUctura de la in ter­ supuestos, de algo dado. Cuando esa particular concreción de la interM
pretación que precisament e una aprehensión de algo, por así dec:i.rlo, pretación que es 1a interpretación exacta de los textos apela a lo que
/i/;,re de «en cuanto» demanda una cierta readaptación. El nada-más-que­ «est.i allí», lo que por lo pronto está allí no es otra cosa que la obvia e
tener-ante-sí una cosa se da en el puro quedarse mirando esa cosa en indiscutida opinión previa del intérprete, que subyace necesariamente
cuanto ya-no-comprenderla. Esta percepción carente de «en cuantc;>» es en todo quehacer interpretativo como aquello que con la interpretación
una privación del simple ver comprensor, no más originaria que éste, misma ya está «puesto», es decir, previamente dado en el haber previo,
sino derivada de éL Que el «en cuanto» no esté expresado ónticamente la manera previa de ver y la manera de. entender pr evia.
no debe inducir a pasarlo por alto como estrucrura existencial a priori ¿Cómo debe entenderse el carácter de esta «prioridad1> ,.4' ? (Basta con
del comprender. que se diga, de una manera formal, que se trata de un «.apriori»? ¿por qué
Pero si ya toda percepción de un útil a la mano es comprensora-in­ pertenece esta estrucrura al compr ender, que hemos caracterizado como
150 terpretante y deja comparecer circunspectivamente algo en cuanto algo, un existencial fundamental dd Dasein? iCómo se relaciona con ella la 15]
lno quiere entonces decir esto que primero se experimen ta una cosa estructura del «en cuanto», propia de lo interpretado como tal? Evid en­
que está puramente alú, y que luego se la entiende en cuanto puerta o temente este fenómeno no puede descomponerse «en partes integran­
en cuanto casa? Esto sería malentende.r la especifica función ape.ríen­ tes» "' .... lPero excluye esto una analitica origlllaria? iDebemos conside­
te de la interpretación. La interpretación no arroja cierto «significado» rar semejantes fenómenos como «ulti.midades»? En t.al caso quedaría en
sobre el nudo ente que está-ahí, ni lo reviste con un valor, sino que lo pie la pregunta: ipor qué? 10 muestran quizás la estructura de prioridad
aue comparece dentro del mundo, ya tiene siempr� en cuanto tal, una del comprender y la estructura de en cuanto de 1a interpretación una ca-
170 EL ESTAR.�EN C01"10 TAL § ll. COMPP.ENOER. E INTEP.PR.iTACIÓN 1 71

nexión ontológico-existencial con el fenómeno del proyecto? Y éste ¿no Y cuando preguntamos por el sentido del ser, la investigación no
remite hacia atrás, hacia una originaria CSttuctura de ser del Dasein? se torna por eso profunda, ni intenta alcanzar, a costa de cavilaciones,
Antes de responder a estas pregwitas, para lo cual no estamos aún algo que estnviera detrás del ser, sino que pregunta por el ser tnismo en
suficientemente preparados, hay que investigar si aquello que se nos ha tanto que inmerso en la comprensibilidad del Dasein. El sentido del ser
mostrado como estructura de prioridad del comprender y como estruc­ no puede ser jamás contrapuesto al ente o al ser en cuanto «fundamen­
tura de en cuanto de la interpretación no representa ya en sí mismo un to» sustentador del ente, puesto que el «fundamento» sólo es accesible
fenóm eno unitario, fenómeno del que sin duda se hace abundante uso como sentido, aunque sólo fuere como el abism o del sinsentido.
en la problemática filosófica, pero sin que a lo as( universalmente usado El comprender, en cuanto aperiuridad del Ahí, atañe siempre ·a la
corresponda una explicación ontol6gica originaria. totalidad del estar-en-el-mundo. En todo comprender del mundo está
En el proyectar del comprender el ente está abierto en su posibi­ comprendida también la existencia, y viceversa.. Además, toda interpre­
lidad. El carácter de posibilidad corresponde cada vez al m odo de ser tación se mueve en la estructura de prioridad ya caracterizada. Toda
del ente comprendido. El ente intramundano en general es proyecta­ interpretación que haya de aportar comprensión debe haber compren­
do hacia un mundo, es decir, hacia un todo de significatividad a cuyos dido ya lo que en ella se ha de interpretar. Este hecho siempre ha sido
respectos re.misionales la ocupación, en ruanto estar-en-el-mundo, se advertido, aunque tan sólo en el ámbito de las formas derivadas del
ha ligado de antemano. Cuando un ente intramundano ha sido des­ comprender y la interpretación, en la interpretación filológica. La in­
cubierto por medio del ser del Dasein, es decir, cuando ha venido a terpretación filológica pertenece al ámbito del conocimiento cientffico.
comprensión, decimos que tiene sentido: Pero lo comprendido no es, Este conocimiento pide el rigor de 1a demostración evidenciante. La
en rigor, el sentido, sino el ente o, correlativamente, el ser. Sentido es demostración científica no debe presuponer lo que ella tiene que de­
aquello en lo que se mueve la comprensibilidad de algo. Sentido es lo mostrar. Pero.si la interpretación debe moverse ya siempre en lo com­
articulable en la apertura comprensora. El conc;epto de sentido abarca prendido y nutrirse de ello, (cómo podrá producir resultados científicos
la estructura formal de lo que pertenece necesariamente a lo articulable &D. moverse en un círculo, sobre todo si la comprensión presupuesta
por la interpretación comprensora. Sentido es el horizonte r. del proyecto se. basa, por otra parte, en el conocimiento ordinario del hombre y-del
estructurado por el haber-previo, la manera previa de ver y la manera mundo? Ahora bien, según las más elemenca!es reglas de la lógica, el
de entender previa, horizonte desde el cual algo se hace comprensible cfrculo es un circulus vitiosus. Pero de esta manera el quehacer de la
en cuanto algo. En la medida en que el comprender y la interpretación interpretación histórica queda excluido a priori del dominio del cono­
conforma n la constitución existencial del ser del Ahí, el sentido debe ser cimiento riguroso. Mientras no se elimine este factum del circulo en el
concebido como la estructura existencial-formal de la aperturidad que comprender, la historiografía tendrá que resi gnarse a posibilidades de
es propia del comprender. El sentido es un existencial del Dasein, y no conocimiento menos rigurosas. Ella podrá compensar, en cierta medida,
una propiedad que adhiera al ente, que esté «detrás» de él o que se cier­ esta deficiencia m ediante la.«significación espiritual» de sus «objetos».
na en alguna parte com o «región intermedia»*r.. Sólo el Dasein «tiene:& Pe:r.o ciertamente el ideal sería, incluso en opinión de los propios histo­
sentido, en la medida en que la aperturidad del estar-en-el-mundo pue­ riadores, que el circulo pudiese ser evitado y hubiese esperanza de crear
de ser «llenada» por el ente en ella descubrible. Por eso, sólo el Dasein algún día una ciencia histórica que fuese tan independiente del punto
puede estar dotado de sentido o desprovisto de él. Esto significa: su pro­ de vista del observador como presunt.amente lo es el conocimiento de
pio ser y el ente abierto con éste puede ser apropiado en la comprensión la naturaleza.
o rehusado en la incomprensi6n. Sin embargo, ver en este cfrculo un circulus viti.osus y buscar cómo 153
!52 Si se mantiene esta fundamental interpretación ontológico-existen­ l!Vitarlo, o por lo menos -ecsentirlo» como imperfección inevitable� signi­
cial del concepto de «sentido», entonces todo ente que tenga un modo fica malcomprender radicalmente el t;omprender. No se trata de ade­
de ser diferente del modo de ser del Dasein deberá ser concebido como cuar el comprender y la interpretación a un determinado ideal de co­
sin sentido, como esencial y absolutamente desprovisto de sentido. «Sin nocimiento, que no es sino una variedad del comprender. que se ha
sentido» no significa aquí una valoración, sino que expresa una deter­ orientado hacia la legitima empresa de aprehender lo que está-ahí en
minación ontológica. Y sólo lo sin-sentido puede ser un contrasentido. su esencial incomprensibilidad. Por el contrario el cumplimiento de las
Lo que está-ah!, en cuanto compareciente en el Dasein, puede, por así co1:1diciones fundamenta.les de toda interpretaci6n exige no desconocer
decirlo, ir en contra del ser del Dasein, como sucede, por ejemplo, con de partida las esenciales condiciones de su realización. Lo decisivo no
el desatarse de devastadores fenóm enos de la naturaleza. C:s salir del círculo, sino entrar en él en form a correcta. Este circulo del
172 EL ESTAR•E'N COMO TAL

comprender no es un circuito en el que gire un género cualquiera de


conocimientos, sino que es la expresión de la estructura existencial de
prioridad del Dasein mismo. No se lo debe rebajar a la condición de un
circulus vitiosus, y ni siquiera a la de un circulo vicioso tolerado. En él
se encierra una positiva posibilidad del conocimiento más originario,
posibilidad que, sin embargo, sólo será asumida de manera auténtica
cuando la interpretación haya comprendido que su primera, constante
y última tarea consiste en no dejar que el haber previo, la manera previa
de ver y la manera de entender previa le sean dados por simples ocu­
rrencias y opiniones populares, sino en asegurarse el carácter científico
del tema mediante la elaboración de esa estructura de prioridad a partir
de las cosas mismas. Dado que, en virtud de sn sentido existencial, el
comprender es el poder-ser del Dasein mismo, los supuestos ontológi­
cos del conocimiento histórico traaúenden fundamentalmente la idea
del rigor de las ciencias más exactas. La matemática no es más rigu rosa
que la historia, sino tan sólo más estrecha en cuanto al ámbito de los
fundamentos existenciales relevantes para ella.
El «circulo» en el comprender pertenece a la estructura del sentido.,
fenómeno que está enraizado en la estructura existencial del ·Dasein, en
el comprender interpretante. El ente al que en cuanto estar-en-el-mun­
do le va su ser mismo.., tiene una estructura ontológica circular. Sin
embargo, si se tiene en cuenta que el 'l!Cc!rculo» cae en el dominio de ser
del estar-ahí (consistencia), deberá evitarse en general caracterizar on­
tológica.mente por m edio de este fenómeno a un ente como el Dasein.

§ 33. El enunciado en cuanto modo derivado de la interpretación

Toda interpreta ción se funda en el comprender. El sentido es lo articu­


lado en la interpretación y lo bosquejado como articulable en el com-
154 prender. En la medida en que el enunciado (o «juicio•) se funda en
el comprender y representa una forma deñvada de llevarse a cabo .la
interpretación, él también «tiene» un_ sentido. Sin embargo, el sentido
no puede ser definido como algo que se encuentra (!{en» d juicio, junto
con el acto de juzgar, El análisis explícito del enunciado en el contexto
presente tiene una múltiple .finalidad
Por una parte, en el enunciado se puede hacer ver en forma palpa­
ble de qué manera la estructura del «en cuanto,., constitutiva del com­
prender y la interpretación, es modificable. El comprender y la inter-

a. Pero este «su set mismo .. esti determinado en sí por la comprensión del ser� es
decir, por el hecho de estar en el claro [Lichtung] de la pre-senda; donde ni el claro eu
cuanto tal ni la ptesencia en cuanto tal llegan a ser tema de una tepresentación.
396 TEMPDR.E1DAD E HISTORICIDAD § 7-4. CONSTITUCIÓN FUNDAMENTAL DE LA HISTOI\ICIDAD 397

§ 74. La constitución fundamental de la historicidad Por estar arrojado, el Dasein está entregado a sí mismo y a su po­
der-ser, pero en. cuanto estar-en-el-mundo. Por estar arrojado, está con­
El Dasein tiene fácticamente en cada caso su «historia», y puede tenerla signado a un «mundo» y existe fáctica.mente con otros. Inmediata y
porque el set de este ente se halla constituido por la historicidad. Esta regularmente, el sí-mismo está perdido en el uno. Se comprende a partir
tesis deberá ser justificada con vistas a la exposición del problema onto­ de las posibilidades de existencia «que circulan» en el estado interpre­
lógico de la historia, en cuanto problema existencial. El set del Dasein tativo público «mediano» vigente en cada caso. Ordinariamente esas
ha sido definido como cuidado. El cuidado se funda en 1a temporeidad. posibilidades se han hecho irreconocibles por su ambigüedad, pero cier­
Por consiguiente, debemos buscar dentro dd ámbito de ésta un aconte· tamente son conocidas. El comprender existentivo propio no se sustrae
cer que determine a la existencia como histórica. De esta manera, la in­ al estado interpretativo recibido, sino que, por el contrario, en el acto
terpretación de la historicidad del Dasein se revela, en última instancia, resolutorio asume siempre desde él y contra él, y, sin embargo, en pro
como una elaboración más concreta de la temporeidad. La temporei­ de él, la posibilidad escogida.
dad fue dilucidada, en primer lugar, considerando la forma propia del La resol ución, en la que el Dasein retorna a sí mismo, abre las po­
existir, que hemos caracterizado como resolución precursora. ¿En qué sibilidades fácticas del existir propio a partir del legado que ese existir
sentido constituye ésta un modo propio del acontecer del Dasein? asume en cuanto arrojado. El retomo resuelto a la condición de arro­
La resolución fue caracterizada como un callado proyectarse, en jado encierra en sí una entrega de posibilidades recibidas por tradi­
disposición de angustia, hacia el propio set-culpable'. Su propiedad la ción; aunque no necesariamente en cuanto tales. Si todo «bien» es un
alcanza la resol ución en cuanto resolución prec;ursora2• En la resolución legado y si el cará=r de la «bondad• consiste en la posibilitación de
precursora el Dasein se comprende de tal manera en lo que respecta a la existencia propi� entonces en la resolución se constituye siempre la
su poder-ser, que se presenta ante la muerte para asumir plenamente, transmisión de un patrimonio. Cuanto más auténticamente se resuelva J8.ot.
en su condición de arrojado, el ente que es él mismo. Este resuelto asu­ el Dasein, es decir, cuanto más ineqWvocamente se comprenda a sí
mir del propio «Ahí» fáctico significa, a la ve�, el acto de resolverse a la mismo desde su m ás propia y eminente posibilidad en el adelantarse
situació.n.. Por principio, el análisis existencial no puede dilucidar a qué hasta la muerte, tanto más certe.ra y menos fortuita será la dección y
383 cosa se res uelve fdcticamente d Dasein en cada caso. Pero la presente hallazgo de la posibilidad de su existencia. Sólo él adelantarse hasta la
investigación excluye también el proyecto existencial de posibilidades muerte elinlina toda posibilidad fortuita y •provisional». Sólo el ser
fácticas de existencia. En cambio, es necesario preguntar de dónde pue­ libre para la muerte le confiere al Dasein su finalidad plenaria y lanza
den ser extraídas, en general, las posibilidades en las que el Dasein se a la existencia a su finitud. La finitud, cuando es asumid a, sustrae a
proyecta fácticamente. El adelantarse que se proyecta en la posibili­ la existencia de la infinita multiplicidad de posibilidades de bienestar,
dad insuperable de la existencia, es decir, en la muerte, sólo garantiza facilidad, huida de responsabilidades, que inmediatamente se ofrecen,
la integridad y propiedad de la resolución. Pero las posibilidades de la y lleva al Dasein a la simplicidad de su destino [Scbicksal]. Con esta
existencia abiertas fácticamente no pueden ser tomadas de la muerte, palabra designamos el acontecer originario del Dasein que tiene lugar
Tanto menos, cuanto que d adelantarse hasta la posibilidad no consiste en la resolución propia, acontecer en el que el Dasein, libre para la
en una especulación acerca de ell� sino, justamente, en una vuelta al muerte, hace entrega de sí mismo a sí mismo en una posibilidad que ha
Ah( fáctico. La toma entre manos del estar arrojado del sí-mismo en su heredado, pero que también ha elegido.
propio mundo (abrirá acaso un horizonte del cual la existencia podría El Dasein sólo puede ser alcanzado por los golpes del destino por­
extraer sus posibilidades fácticas? iNo hemos dicho --además- que que en el fondo de su ser él es destino, en el sentido que acabamos de
el Dasein no retrocede nunca más allá de su condición de arrojado3 ? definir. Existiendo destinalmente en la resolución que hace entrega de
No podemos decidir precipitadamente si el Das�in extrae o no de la sí a sí misma, el Dasein, en cuanto estar-en-el-mundo, está abierto para
condición de arrojado sus posibilidades propias de existencia, antes de «acoger» las circunstancias «felices» y la crueldad de los acontecimien­
asegurarnos del concepto plenario de esta determinación fundamental tos. El destino no surge del choque de circu nstancias y acontecimientos.
del cuidado. También d irresoluto, y más aún que aquel que ha elegido, es zarandea­
do por ellos y, sin embargo, no puede «tener» un destino.
1. Cf. § 60, pp. 311 SS.
Cuando el Dasein, adelantándose [hasta la muerte], permite que la
2 Cf. § 62, pp. 321 ss. muerte se tome poderosa en él, entonces, libre ya para ell� se com­
3. Ci p. 300. prende a si mismo en la propia superioridad de poder [Übermacht] de
l 98 TEH_PORElDAD E HISTORICIDAD
1 71. CONSTITUCIÓN FUNDAMENTAL DE LA HISTORICIDAD 399

su libertad finita (libertad que sólo «es• en el haber hecho la propia op­ retorno a posibilidades del Dasein que ha existido. La repetición propia
ción), para asumir en esa libertad finita la impotencia [Ohnmacht] de su de una posibilidad de existencia que ya ha sido -que el Dasein escoja su
estar abandonado a sí mismo y poder ve:t con claridad las contingencias héroe- se funda existencialmente en la resolución precursora; porque
de la situación abierta. Pero, si el Dasein destinal existe esencialmen­ en ella se hace por primera vez la opción que libera para el seguimiento
te, en cuanto estar-en-e]-mmido, coestand o con otros, su acontecer es combatiente y para la fidelidad a lo repetible. Si la repitente entrega a s[
un co-acontecer, y queda determinado como de.stino común [Geschick], mismo de una posibilidad que ha sido abre al Dasein ya existido, esto no
Con este vocablo designamos el acontecer de la comunidad, del pueblo. ocurre, sin embargo, pam hacerlo nuevamente real [en la misma forma].
El destino común no es el resultado de la suma de los destinos indivi­ La repetición de lo posible no consiste en una restauración del «pasado»
duales, así como el convivir tampoco puede ser concebido como un es­ ni en ·una amarra del «presente»< a lo ya cr.dejado atrás». La repetición,
tar-juntos de varios sujetos1 • Conviviendo en el mismo mundo y resuel­ que brota de un proyectarse resuelto, no se deja persuadir por el pasado 386
tos a determinadas posibilidades, los destinos individuales ya han sido a procurar tan sólo que ese pasado vuelva a tener la realidad que tuvo
guiados de antemano. Sólo en el compartir y en la lucha queda libre el en otro tiempo. La repetición responde [erwidert], más bien, ·a la posi­
385 poder del destino común_ El destina! destino común [das schick.salhafte bilidad de la existencia ya existida. Pero la respuesta a la posibilidad, en
Geschick] del Dasein en y con su «generad6n» 2 es lo que constituye el
el acto .resolutorio, es, al mismo tiempo, en su condición de. ittStantdnea,
acontecer pleno y propio del Dasein. una revocación de Jo que en el hoy si gue actuando como «pasado». La
El destino, en cuanto impotente superioridad de poder, abierta a repetición ni se abandona al pasado ni aspira a un progreso. En el ins­
las contrariedades del silencioso proyectarse en disposición de angustia tante, ambas cosas son indiferentes para la existencia propia.
hacia el propio ser-culpable, exige, c:omo condición ontológica de su Definiremos la repetición como el modo de la .resolución que se en­
posibilidad, la constitución de ser del cuidado, es decir, la temporeidad. trega a s[ misma [una posibilidad heredada] y mediante el cual el Dasein
Tan sólo si en el ser de un ente, la muerte, la culpa, la c:onciencia, la li­ exist.e expJfcitamente como destino. Ahora bien, si el destino constituye
bertad y Ja :finitud conviven en una forma tan cooriginaria como sucede la historicidad originaria del Dasein, el peso esencial de la historia no
en el ctúdado, es posible que ese ente exista en el modo del destino, es recae ni en el pasado ni en el presente en su «conexión» con el pasado,
decir, que sea histórico en el fondo de su existencia. sino en el acontecer propio de la existencia, que broca del futuro del
S6lo un ente que es esencialmente venidero en su ser de tal manera Dasein. La historia, en cuanto forma de ser del Dasein, hunde sus rafees
que, siendo libre para su muerte y estrellándose contra ella pueda dejar­ tan esencialmente en el futuro, que ]a muerte, como esa posibilidad
se arrojar hacia atrás, hacia su «Ah-t» fdctico, es decir, sólo un ente que del Dasein antes descrita, rechaza a la existencia precursante hacia su
como v enidero sea co origina.riamente un ente que está siendo sido, pue­ fáctica condición de arrojada, otorgando así al haber-sido su peculiar
de, entregándose a s{ mismo la pósibilidad heredada. asumir la propia primacía dentro de lo histórico. E/modo propio de estar vuelto hacia la
condición de. arrojado y ser instantáneo para «su tiempo». Tan sólo la
muerte, es decir, la finitud de la temporeidad es el fundamento oculto de
temporeidad propia, que es a la vez finita, hace posible algo as{ como un la historicidad del Dasein. El Dasein no se hace histórico por la repeti­
datino, es de.cir, una. historicidad propia. ción, sino que, por ser histórico en cuanto tempóreo, puede asumirse
No es necesario que 1a resolución conozca explkitamente el origen repitentemente en su historia. Para esto no necesita aún de ningún saber
de las posibilidades en las que se proyecta. Pero, en cambio, se da en histórico.
la temporeidad del Dásein, y sólo en ella, la posibilidad de extraer ex­ Llamarnos destino al precursante entregarse al Ahí del instante, ínsito
pltcitamente, desde la comprensión tradicional del Dasein, el poder-ser en la resolución. En el destino se funda rambién el destino común, que
existentivo en el que el Dasein se proyecta. La resolución que retorna a entendemos como el acontecer del Da8ein en el coestar con los otros. En
sí, y que se entrega a sí misma [la posibilidad heredada] se convierte en­ la repetición el destlnal destino común puede ser abierto explícitamen­
tonces en la repetición [Wiederh olung] de una posibilidad de existencia te en lo que respecta al legado de la tradición. La repetición le revela
recibida por tradición. La repetición es la tradició.n explkita, es decir, el al Dasein por prirp.era vez su propia historia. El acontecer mismo y su
correspondiente apertoridad, o bien la apropiación de ésta, se fundan
1. Cf. S 26, pp. 137 SS. existencialmente e"n el hecho de que el Dasein está extáticamente abier­
2. Sobre el concepto de «generación• tl W. Dilthey, Über da.s Studium der Gesc.hic.h­ to en cuanto tempóreo.
te der Wissenscha"{ten vom Mensc.he� der Gesellsc.haft und dem Staat (18 75). Ges. Sc.hrif­ Lo que hasta este momento, ateniéndonos al acontecer que ti.ene
ten, tomo V (1924), pp. 36-41. lugar en la resolución precursora, hemos definido como historicidad,
400 TEHPOR.EIDAD E HISTOlllCIDAO

lo llamamos, más precisamente, el modo propio de la historicidad del


Dasein. A partir de los fenómenos de la tradición y la repetición, enrai­
J87 zados en el futuro, se ha vuelto claro por qué el acontecer de la historia
p�opia tiene su peso en el haber-sido. Tanto más enigmática resulta, en
cambio, la manera como este acontecer puede, en cuanto destina, cons­
tituir la «trama» en tera del Dasein, desde su nacimiento hasta la muerte.
lQué aclaración puede aportar la vuelta a la resolución? Porque un acto
resolutorio (no es acaso tan sólo una única 4CVi.vencia» dentro de la se­
rie entera de las vivencias? La «trama» del acontecer propio ¿consistirá
acaso en la serie ininternunpida de actos resolutorios? iA qué se debe el
hecho de que la pregunta por la constitución de la «trama de la vida» no
encuentre nna respuesta plenamente satisfactoria? t.Y si, en definitiva,
la investigación se hubiese empeñado demasiado precipitadamente en
la búsqueda de una respuesta, sin haber examinado antes la legitimi­
dad de la pregunta? A través del camino recorrido hasra ahora por la
anal!tica existencial, nadá resulta tan claro como el hecho de ·que una y
otra vez la ontología del Dasein cae bajo las seducciones de la compren­
sión. ordinaria del ser. Esto sólo puede remediarse metodológicamente
si indagamos el origen de la pregunta aparentemente tan «obvia» por la
constitución de la trama del Dasein y determinamos el horizonte onto­
lógico dentro del que ella se mueve.
Si la historicidad pertenece al ser del Dasein, también el existir im­
propio tendrá que ser histórico. iY si fuese la historicidad impropia del
Dasein la que determina la orientación que tiene la pregunta por una
«trama de la vida» y blo quea el acceso a la historicidad propia y a la
peculiar •trama• de ésta? Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que si la
exposición del problema on tológico de la historia ha de ser suficiente­
mente completa, de ningún modo sería posible soslayar la considera­
ción de la lústoricidad impropia del Dasein.

§ 75. La historicidad del Dasein y la historia del mundo

Inmediata y regularmente el Dasein se comprende a partir de lo que


comparece en el mundo circundante y de lo que es objeto de ocupación
circun.spectiva. Esta comprensión no es un mero conocimiento de sí
mismo que simplemente acompañase a todos los comportamientos del
Dasein. Comprender significa proyectarse hacia una determinada posi­
bilidad del estar-en-el-mundo, es decir, existir como tal posibilidad. De
esta manera, el comprender, en cuanto comprensión común, constituye
también la existencia impropia del uno. Lo que en el convivir público
comparece para el ocuparse cotidiano no son tan sólo el útil y la obra,
388 sino también lo que con ellos «sucede»: «quehaceres», empresas, inci­
dentes y accidentes. El «mundo». es, al mismo tiempo, suelo y escenario
NOTAS DEL TRADUCTOR

P. 19 * En la nota preliminar a la séptima edición (1953) en varias ediciones.


de Sery tiempo, incluida la primera edición del tomo II de la G� el nom­
bre del anuario fundado por Husserl aparece, por error, como Jahrbuch
für Phtinomenologie und philnomenologische Forsclnmg, cuando debe­
ría decir ]ahrbuch far Philosophie und phtinomenologische Forsc.hung.
...... «La presence reimpresión»: en volwnen aparte, hecha por la ediro­
rial Max Niemeyer, Tubinga.
,.. ... ,. Cuando en esta misma nota se h abla de la «Primera mitad» de Ser
y tiempo («Erste Halfte») es a «Primera rp.itad» no corresponde exact a­
mente á la Primer a p arte de dicha obra, ya que ést a abarca tres seccio­
nes, y en la «Primera mitad»- sólo se publican dos. En su plan inicial
Heidegger proyectó la publicación de Ser y tiempo en dos. tomos. El
segundo tomo («Segund a mitad») comprendería la Tercera sección de
la Primera parte y toda la Segunda parte.

P. 21 • Nótese que en la repetida frase: «la pre gunta por el sentido del ser»
la palabra ser v a una vez sin comillas y otra ve:z con comillas. En esce
último caso se trata del término ser y se pregunta éuál es el sentido de
la palabra «ser». En cambio en el primer caso se trata del ser mismo
y se pregunta por el sentido del ser� ind epe ndientemente de que esté
expresado en p alabras.

P. 25 "" Estas citas de Kant están tom ad as de las R.ef/.exionen zur A:nthropo­
logie (ed. de la Academia, tomo XV,: p. 180, Reflexión 436).

...... . En alemán ,. plantear una pregunta. se dice: eine Frage stellen, es


decir,. poner una pregunta o establecerla. Heidegger quiere dest acar
aqu( el carácter ejecutivo que tiene el planteamiento de una pregunta.
Una pregunta es un acto de la existencia humana,. es algo que hay que
hacer. Por eso en castellano se dice también «hacer» una pregunta.
452 SER. Y TIEMPO NOTAS DEL TRADUCTOR 453

P. 26 "' «Esta comprensión del ser mediana y vaga es un factum». La palabra ahf, explicando el «al final» (am Ende): «es decir, desde el principio)>
«mediana» corresponde al ténnino alemán durchschnittlich, que signi­ (d.h. vonAnfangan).
fica literalmente «que hace un corte a través de algo,., y podría tradu­
cirse, como lo hace Gaos, por la expresión ((de término medio». Hemos """" En alt:mán habl a de una nouble �k- oder Vorbezogenheit», es
preferido, en general, traducir por «mediano)>, «mediana" o «medio», decir, de una «r eferencia retrospectiva o anticipativa» de aquello que
«media"', aunque a veces, por razones estil!sricas, usamos tam.bién la ex­ está puesto en cuestión -el ser-- al preguntar mismo en cuanto modo
presión «de término medio». de ser de un ente. La referencia retrospectiva es lo mismo que la refe­
rencia prospectiva, -sólo que mirada desd.e distintos puntos de vista. La
P. 27 "' 'Heidegger emplea aquí la palabra Unfa(Jlit;.hes. Aquí ocinasible» sig­ referencia es retrospectiva en el sentido de que lo que está puesto en
nifica inaprehensible conceptualmente. cuestión (el ser) remite a lo que está implícitamente vivido en el pre­
guntar en cuanto modo de ser del Das ein. La referencia es p rospectiva,
*,.. o sea, mira hacia adelante, en cuanto desde el preguntar como modo
Hemos traducido Ia palabra Vorhandenheit por «estar-ah!•. Más
de ser del Dasein se apunta a lo preguntado (o lo que está puesto en
ad�lante, cuando Heidegger introduzca este término, explicaremos las
cuesti6n), es decir, hacia el ser.
razones de esta traducción.
P. 30 • En alemán dice: Sachgebiete, literalmente: regiones de cosas. He­
*** Como lo indica la nota del Hüttene.xemplar, que se puede leer m9s preferido una traducción menos literal, que en el fondo dice lo
en el texto (nota a), la palabra Dasein está tomada aquí en su sentido mismo, Por razones puramente estil!sticas.
t radicional, es deci r, como existenc:i!1 en general (existentia).
** «... do.minio de ser... ... : en alemán, Seinsb�irk, o sea, el sector de
P. 28 "' La palabra. Dasein es tr aducida por Gaos po r «ser-ah!>t, Nos parece ser que determina la existen cia de una determinada región esencial. Se
que esta traducción es er rónea. En primer lugar, en buen castellano trata de dos conceptos paralelos, uno óntico (Sachgebiet) y otro onto­
habría que decir .fllestar-ahí)>; pero «esur•ahí» significa existencia, en lógico (Sein.sbezirk).
el sentido tradicional, es decir, algo enteramente diferent e de lo que
quiere decir Heidegger con la palabra Dasein. «Ser-ahí» podría enten­ ,...... En los tex:tos anteriores a la edición de Ser y tiempo en la GA
derse también como ser en el modo de estar en el ah{. Pero enton ces decía: .flly transparente para sf misma». Heidegger agregó el «no,, al
el Dasein no sería un «ser-ahí", sino el ser del ah{. Por eso hemos margen del Hüttenexemplar. El texto debe leerse, por consiguiente, tal
preferido dejar la palabra Dasein sin traducción. Algunos traductores como se encuentra en nuestra traduc ción y en las de Max Niemeyer
consideran esto un frac aso y un error, Pero piénsese en palabras tales posteriores a la edición de la GA.
como lagos, physis, polis, que hoy son comprendid as por cual quier
lector de filosofía. Si se tradujera lagos, habría que traducirlo po r P. 31 • « ••• justi.ficación ... >t: Ausweisung.
una de las móltiples significaciones que esa palabra tiene en griego, y
con ello la palabra perdería su riqueza pOlisémica que es justamente P. 33 "' La nota del Hüttenexemplar que viene a continuación deja en claro
lo ·que la hace tener un alto valo r en el lenguaje de los griegos. La que, cuando se habla de «comprensión del serio, ese «ser» no es el ser del
palabra Dasein significa, literalmente, existencia, pero Heidegger la propio hombre, sino el ser mismo, el ser en· generaL La nota se justifica
usa en el sentido exclusiVo de existencia humana. Se la podría tradu­ por que en d contexto se escl. hablando de la comprensión que el D asein
cll', pues, por existir o existencia. Pero con e5to se pierden todas las tiene de su propio ser. No es que Heidegger niegue que haya una com­
alusiones que Heidegger hace implícitamente a la etimología de la prensión de su propio ser en el Dasein; en efecto, en la nota dice: «Pero,
palabra: Dasein significa literalmente «ser el ah{», y por consiguiente ser, aquí, no sólo en cuanto ser del hombre, .. ". Lo (lue Heidegger sostie­
se refiere al ser humano, en tanto que el ser humano está abierto a ne es que esa comprensión, que el Dasein posee de su propio ser, sería
sf mismo, al mundo y a los demás seres hum¡mos. Pero Dasein alude imposible si el Dasein no tuviera una comprensión del ser en general.
también, in directamen te, al abrirse del ser mismo, a su irrupción en
el ser humano. Por eso hemos preferido 9,ejar la pal abra en alemán, "'"' « ••• existencia":.Existenz (destacado en el texto ori ginal). Esta pa­
como lo hacen, por lo demás, hoy día, la mayoría de los traductores, labra es clave en Ser y tiempo. Como se verá más adelante, la Existenz
es el .modo propio de ser dd Dasein,- es �i se quiere-- la «esencia>t
P. 29 • En alemán dice: am Ende, «al bnal», expresión que en castellano se del Dasein. Existenz debe ser encendida como «ex-sistencia" ,. es decir,
traduce mejor por ocen definitiva». La forma alemana de decirlo expli­ como salida afuera de sf mismo. Esto se aclarará a lo largo de toda la
ca el juego que se hace en la nota del Hüttenexernplar, Heidegger dice obra Ser y tiempo.
"'IOTAS DEL TRADUCTOR 455
454 SEl'l Y TIEMPO

,u.. Lo que quiere decir aquf Heidegger es que la palabra Dasein tie­ ordinario como el Dasein se vive a sf mismo. «Cotidianidad», «media­
P. 33 riidad:o· y «modo de ser inmediata y regularmente"' expresan lo mismo.
ne� entre otras acepciones� la de existenci a ejecutada. «Pura expresión
de ser,.. debe ser entendido aquí como puro existir, como puro ser (no ,.,. c•.. provisional»: vorlii.ufig (destacado en el texto original). Quiere
como esencia en el sentido de quididad). decir que el primer análisis del Dasein, que se hará en la Primera sec­
»,.. .. ,.
ción de la Primera parre. sólo consistirá en. sacar a luz las estructuras
Hemos traducido por «existcntiva» la palabra existenzie/1, que esenciales del Dasein y la unidad total de esas estructuras, que Heideg­
Gaos traduce por existencial. Nuestra traducci6n no es original; ya ger llamará el cuidado. Ese análisis es provisional porque no muestra
había sido utilizada. pot otros traductores antes. Tiene la ventaja sobre el se.ntido tempóreo del.ser del Dasein (cosa que se hará en la Segunda
la palabra o11existencial» de que indica mejor lo 6ntico de la existen­ sección), ni menos aún pone de manifiesto el tiempo como hot izonte
cia, que es lo que quiere decir Heidegger con la palabra existenziell. de toda comprensión del ser (que habría de ser la tarea de la Tercera
En cambio, existencial indica :más una estructura, y por eso la hemos secci6n, que Heidegger no publicó).
resecvado nosotros para traducir la palabra alemana existenzial que
es la correspondiente palabra ontológi.C3., que Gaos traduce por exis­ P. 39 ,. « ••• temporal ... »: Heidegger emplea aquf la palabra «zeitlich», y, para
tenciario, término que no hemos u�ado por parecernos extraño y lo que hemos traducido «intemporal:0 1 la palabra «unzeitlich». Como se
ambiguo. trata de una división de los entes que se ha hecho tradicional, usamos
la palabra corriente con la que se traduce el término alemán correspon­
(!(, •• ontología fundamental ...»: Funda.mentalontologi.e es la ontolo­

P. 34 diente. Eil cambio, traducimos la misma palabra alemana zeitlic.h por
gía que está a la base de todas las demás ontologías, es, si se quiere, la «temp6reo:o, cuando esa palabra se refiere al sentido del ser del Das ein,
ontología por antonomasia. es decir, a la temporeidad del Dasein. En ese caso «Lem.poreidad» co­
"' La doble tarea a la que se refiere este capítulo es la que se desarrolla rresponde a la palahra alemana Zeitlic.hkeit.
P. 36
en las dos partes de Ser y tiempo: la primera tarea consiste e.n la inter­ ,..*Como Heidegger no llega a determinar el sentido del ser en el
pretaci6n del D asein con vistas a la tempdreidad y en la explicaci6n
tomo de Ser y tiempo que alcanzó a publicar, la tarea aquí propuesta
del tiempo como horizonte trascendental de la pregunta por el ser. La tampoco logra su realización.
seiunda tar ea debería habetse desarrollado en la s·egunda parte, y con­
siste _en una destrucción fenomenológica de la historia de la ontología
al hilo de la problemática de la temporeidad. A la explicación general
P. 40 * «••• temporaria... »: en alemán, temporale (destacado en el texto ori­
ginal), que es otra denominación de la condición de tiempo, difeLente
de cada una de estas tareas están dedicados los parágrafos 5 y 6, Les­ a la que corresponde al modo tempóreo de ser de la existencia. Aquf se
pectivamente. trata del tiempo del ser mismo y no del tiempo de la existencia huma­
na. El propio Heidegger emplf!a:: una palabra diferente para este tiempo
•111-
El título de este parágrafo deja en claro los tres gran des pasos que del ser: es lo que él llama la Temporalitiit des Seins.
han de desarrollarse en la primera parte de la obra.
Primero: la· etapa preparatoria del análisis fundamental del Dasein, 0
Historicidad se dice en alemán Gescbidbtlichkeit, y esta palabra
que se desarrollatá en la Primera sección de la Primera parte; segundo: deriva. de la palabra alemana Gesc.heben, que quiere decir acontecer. La
el despliegue de la temporeidad como sentido de ser del propio Da­ Gesc.hic.htlic.bkeit es, pues, el carácter «aconteciente» de la existencia
sein; y a partir de aquí -tercero-- la abe.rtu.ra del horizonte (tiempo) humana. Geschichte significa la historia, entendida como el acontecer
que hace posible la comprensión del ser en general, y, por consiguien­ humano. En alemán la historia entendida como el saber histórico se
te, la aclaración del sentido del ser, que es el objetivo de Ser y tiempo. dice con otra palabra; Historie.
.,.,.*«••• estado interj:,.retativo.... :o: Ausgelegtheit, que significa, literal­ P. 42 06
u. •• falta de fundamento111: en alemán, Bodenlosigkeit, literalm ente:
mente, la condición de interpretada que tiene una cosa cualquiera. En «carencia de suelo» o, si se quiere, «desarraigo».
este caso, el estado interpretativo se refiere al propio ser del D asein.
,.* (!(, •• objetiva...�: e.n alemán, «sachliche» literalmente: «propia de l as
P. 38 * u . cotidianida.d•.. »: Alltiiglichkeit (destacado en el texto original). cosas mismas>t.
Éste es uno de los conceptos metodol6gicos fundamentales de Ser y
tiempo: se trat a, en primer lugar, de describir al Dasein en la forma como •D* « ... mun�o... »: en alemán, «Welt». Nótese que cada vez que la
se da inmediatamente en la vida cotidiana, previa a Loda teoría y a toda palabra Welt aparece entre comillas debe entenderse los entes del mun-
filosofía. La cotidianidad m.edia es, por así decirlo, el tnodo corriente y
456 SER. Y TIEMPO
NOTAS DEL TRADUCTOR 457

do, y no el mundo como estructura. ontológica del Dasein. En el modo P. 49 • « ••• en sí niismo»-: en alemán, an ihm selbst, literalmente: «en él mis­
impropio de existir, el Dasein se comprende a sí mismo como si ruviese mó». Heidegger usa siempre la expresión en esca forma para evitar la
el mismo modo de ser que los entes del m undo, es decir, distorsiona su idea de un «sí mismo·»- o de una •cosa en sf:,,.. Hemos preferido traducir
p ropio ser y oculta para sí mismo lo que le es más originario. en castellano «en sí mismo» porque la expresión «en él mismo» suena
.. extra.tia en nuestta lengua, cosa que no sucede en alemán, donde es
P. 43 « ._ destrucción...»: en alemán, Destruktion (destacado en el texto
original) es un concepto fundam.ental en �a filosoffa de Heidegger, un sumamente frecuente.
conceptq que debe ser entendido en el sentido mis literal de la palabra, •� « ••. parece... »: en alemán «sieht so aus wie.,.», literalme nte, «tiene
esto es, como de-strucción, o sea como el trabajo de desmontar algo
que ya est:1 montado, para ir a los elementos fundamentales que lo el aspecto de•..».
constituyen. La destrucc:ión ontológica no tiene un sentido negativo, ..
sino que significa, como lo dice el �exto mismo, despojar de su rigidez P. 50 tcCuando se dice, .. »-: todo lo que viene a coi;itinuación hasta el final
del púrafo se refiere a la crfrica de Heinrich Rickert a la fenomeno­
lo que a lo largo de la tradición se ha anquilosado, y mostrar de esta
manera los elementos vivos y fecundos, las grandes intuiciones que logfa en su trabajo titulado «Die .Methode der Philosophie und da�
Ummittelbare. Eine Problemstellung», publicado en la revista Logos,
están a la base del edificio tradicional.
tomo XII (1923/1924), pp. 235-280.
P. 45 * «••• de la:; bases.•. »: des Bodens, literahn,ente del suelo, del terreno «El error que Rickert comete consiste en el hecho de que en su cdtica
de la fenomenología define el concepto de fenómeno, tal como lo usa
en que algo crece.
la fenomenología, por medio del concepto de Erscheinung y deja, adew
P. 46 • «.•• presentación ... »: en alemán, ¡Gegenwtirtigen•. Heidegger llama más, este concepto de Erscheinung en la indeterminación» (Friedrich
,cpresentación,,, al modo temporario del ser que aparece como pura von Herrmann: Hermeneutische Phlinomenologie des Daseins, I «Ein­
presencia. leitung: Die Exposition der Frage nach dem Sinn von Sein», Frankfurr
a. M., 1987, p. 301).
*• Nótese la paradoja que Heidegger le está atribuyendo a la com­
prensión del tiempo tradicional: el tiC1Ilpo es-comprendido como un •• « ••• todavía otro significado»-: éste será el cuano significado del tér­
ente; para ello, debe ser visto a la luz del ser, pero este ser es interpre­ mino Erscheinung, el que hallamos en la filosofía de Kant. Erscheinung
tado como presencia, es decir, por referencia a uno de los momentos aparece aquí en contraposición con la cosa en s!, y precisamente como
del tiClilpo, al presente. No es raro, entonces, que el tiempo sea Pro­ aquello que oculta el conocimiento de la cosa en sr.
piamente, para Ja tradición, el tieÍnpo presente, el ahora. Lo único que
queda en suspenso en esta argumentación heideggeriana es si efectiva­ P. 52 ,. « ... decir..•»: en este contexto la palabra alemana Rede debe ser tra­
mente el tiempo es el horizonte para Ja comprensión del ser, cosa que ducida por -decir». En efecto, Heidegger está pensando en que l6yoc;
hasta ahora, y en todo lo publicado de Ser y tiempo, no pasa de ser una viene de AÉyELv, que significa., fundamentalmente, ,chacer ver» mediante
tesis sin una rigurosa demostración. el lenguaje. Aóyoc; significa., por consiguiente, el decir en el sentido del
lenguaje; y así AÓyo; es un 6Ty..oüv, un mostrar o hacer ver.
P. 47 >lo
«.. repetición...io-: en alem:in, «Wtederholung». Esta palabra alemana El decir en el que Heidegger está pensando en el contexto es el que
podría traducirse también como «retoma», es decir, una vuelta a tomar se manifiesta en la forma de enunciados, En el parágrafo 34 de Ser y
Jo que ya había sido emprendido antaño. tiempo vuelve a aparecer la palabra Rede, pero ahí viene contrapuesta,
justamente, al lenguaje. Es, por asf decirlo, la rafa o la esencía del len­
P. 48 • Con estas palabras Heidegger deja en claro que su fenomenología guaje, y lleva en sf la idea de una articulación. Por eso, en ese contexto
no consiste en adscribirse a la corriente fenomenológica tal como ha la hemos traducido por discurso en el sentido del discurrir, o sea, del
sido desarrollada por Husserl. La cr{tica a la fenomenología de Husserl paso de una cosa a otra. Es frecuente en las traducciones tener que
la encontramos hoy, especialmente, en la parte preparatoria del curso verrer una misma palabra del texto originario por diferentes palabras
del semestre de Verano de 1925 publicado en el tomo 20 de GA con el en el texto de la traducción.
título de Prolegomena a;ur Geschichte des 2.eitbegriffs (((Prolegómenos
para la historia del concepto de·tiempo»). .,.
« ••• �teotfas del juicio' hoy en uso»: Heidegg er se refiere aquí a las
*"" teorías del juicio que dominaban en la lógica y en la teoría del conoci�
"·· el qué de los objetos ••. •: en alemán dice literalmente: das sa.ch­ miento en la época de la elaboración de Ser y tiempo. Ellas son de dos
haltige 'Was der Gegensttinde, es decir, el qué, arenido a las cosas mis-
clases: unas conciben el juicio como un «enlace• de representacion�
mas, de Jos objetos. y las otras lo conciben como una ,ctoma de posición .... En este último
•••
458 SER Y TIEMPO

NOTAS DEL TRADUCTOR


caso el juicio afinnativo es un reconocimienoo, o si se quiere, una acep­
tación, y el juicio negativo un rechazo. Es la posición dé Brentano y de interpreta el Dasein en sus estructuras fundamenta.les, que quedan re­
su escuela.
sumidas en la idea del «cuidado» (Sorge) (Primera sección) y el sentido
• de este ser del Dasein, es decir, del cuidad.o, que es la temporeidad
P. 54 « ..• puede significar también la ra.zón»: Heidegger pone aquí en
(Segunda sección). En la segunda part,: del título: «la explicación de]
relación la palabra Vernunft (razón) con la palabra vernehmen, que
tiempo como horizonte trascendental de la pregunta por el ser» se re­
significa aprehender. Esta relación no se da en los idiomas latinos.
fiere a lo que debiera ser tratado en la Tercera sección titulada «Tiem­
...... po y set». Aquí el tiempo apa.recerfa como el horizonte de toda com·
c.,. contenido q uidirativo ... »: en alemán, Sachha/tigkeit, que lite�
prensión del ser y, por consiguiente, como la respuesta a la pregunta
ralmente significa atenimiento a la cosa.
por el sentido del ser.
P. 55 * c..• en directa mostración y justific.aci6n:,,.: se usan aquf dos palabras
P. 61 " A la nota a. Heidegger dice aquí claramente que el tomo de Ser y
fundamentales de la fenomenología: la palabra Aufiueisung, que sig­
tiempo que fue publicado sólo aba.rea el primero de los dos temas que
nifica mostración, exhibición, y la palabra A:usweísun.g, q ue significa
tenía que abarcar la Primera parte de la obra.
justilicación, legitimación, acreditación. Los papeles de identificación
personal se llaman en· alemán, justamente por eso, der Ausweis. En """ A la nora b. En esta nota del Hü'ttenexemplar Heidegger dice cla­
ciertos conrextos conviene traducir Ausweisung por evidenciación. ramente que el curso del semestre de verano de 1927 tirulado Los pro­
"'",. blemas fundamentales de la fenomenología, y publicado en la GA en el
-o:,., deternúnación inevidente:,,.; en alemán, nichtauswsisendes Be-
tomo 24, equiuale a la Tercera sección de la Primera parte de Ser y tiem­
stimmen.
po que quedó sin publicar. Obviamente el te:,cro de este curso no es ex ac­
.. tamente lo que habría sido la sección tercera, sino nna elaboración nue­
P. 56 «.•. el modo como está descubierto lo descubierto ... »: algo puede
va y mucho más extensa dd tema que debía tratar esa Terc"era sección-
estar descubieno en la ejecución misma del acto «descubridor:,,., y en
tal caso no puede producirse un encubrimiento. En cambio si lo descu ­
,...,..,. ..Etapa preparatoria»: esta. etapa, que corresponde a la Primera
bierto está descubierto en el lenguaje, este último no deja más garantía
sección, es llamada «preparatoria»- porque en ella se sacan a luz las
de que quien lo lee y comprende re-ejecute el acto descubridor origi­
estrUctu.ras fundamentales del Dasein y se las muestra en su unidad
nario. Es perfectamente posible entender un concepto o una expresión
primaria, pero no se esclarece el sentido del ser del Dasein. Esto último
lingi.iísti.ca sin que se la vea en su surgir necesario desde las cosas mis­
queda para la Segunda sección.
mas. En este caso el encubrimiento es una poslDilidad necesaria y no
una posibilidad fo rtuita.
P. 63 ... «: •. , cada vez... »: en alemán, je, Diremos de una vez para siempre

"" que esta palabra tan repetida a lo largo de Ser y rt"empo (aparece 403
P. 58 « ... en el punto de donde éste surge y en el q ue, a su vez, reperc!4te1>:
veces, fuera de las veces en que aparece en compuestos) significa que
e] punto de donde el hilo conductor de todo cuestionar filosófico surge
una estructura formal se realiza sienipre, es decir, en cada caso o cada
es la existencia humana misma. El hilo conductor del c uestionamiento
vez, de una manera diferente. La palabra españ.ola -.vez:,,. tiene su ori­
filosófico retorna a la existencia, o más literalmente, de acuerdo al
gen en la palabra latina "uicis, donde significa alternativa,. tumo, vuelta,
texto alemán, repercute en ella (¡curückschliigt), en tanto que el ·cues­
o también situación, condición. Cuando Heidegger emplea la palabra
tionamient o filosófico ilumina a la existencia humana.
;e, quiere decir que la estructura fonnal cobra en cada situación nna
•• manera particular de ser. Hecha e sm advertencia, nos daremos la liber­
« ... la posibilidad»: Heidegger contrapone aquí ]a realidad de la
tad de traducir el je no sólo por «cada vez», sino también, a veces, por
fenomenología,. tal como se da ejemplarmente en Husserl, a la posibi­
siempre y, raramente, por ((en cada caso:,,.. Las razones de esta múltiple
lidad de ella. es decir, a lo que ella encierra como posibilidad aún no traducción española son casi siempre 'Onicamente estilísticas.
explotada. Ser y tiempo quiere ser una explotación de estas posibilida­
des inexploradas de la fenomenología. .,.,..« ••• tener-que-ser... ...: en alemán, Zu-sein, Este término expresa la
* facticidad del Dasein, la fo.rzosidad de te,Íer que ser.
P. 59 En el título de esta Primera parte aparecen los dos grandes temas
que se desarrollarán en ella. La primera parte del título: -e:La ínter• ...........
«... estar-ah{... »: en alemán, Vorhandensein o ram.bién Vorhan­
pretación del Dasein por la temporeidad. .. 1> abarca el tema de las dos
denheit (destacado en el texto original). Gaos traduce ..ser ante l os
primeras secciones de la Primera parte de Ser y tiempo. En ellas se ojos•. Esta traducción no es mala Y tiene alg6:n fundamento en los cur­
sos del joven Heidegger, pero no me parece la mejor. Por lo pronto,
NOTAS DEL TRADUCTOR. 471
470 SER. Y TIEMPO

se convirtió en la frase errónea que leemos en las ediciones: alemanas. deriva del verbo finden, que es encontrar. «Sic.h befinden-.. significa en­
Hacemos esta corrección textual con la autorización de los editore s contrarse, en el sentido de estar eri un determinado estado de :1.nimo.
de la GA. En espaflol se dice también «sentlrsei,,,, Lo importante es que el Dasein
se encuentra consigo mismo en sus estados de mimo.
P. 146 "' «El 'quién' es el impersonal, el "se, o el ·uno"... »: tenemos aquí uno
R 154 « ••• inderenninación afectiva...»: el texto alemán actual dice in sol-
de los conceptos fundamentales de Ser y tiempo: lo que Heidegger
llama das Man es el sujeto impersonal de frases tales como «se dice», cher Verstimmung, es decir, «en semejante mal humor», cosa que obvia­
-G( se cuenta», «se hace». En realidad, debiera traducirse al castdlano por mente. no puede ser lo que Heidegger queda decir, puesto que acaba
«el se», o mejor aún, por «la gente» (como se expresa Ortega). Pero esta de advertirnos de que no se debe confundir la indeterminación afectiva
traducción trae, más adelante, una serie de problemas de traducción, con el mal humor. Consultados el manuscrito y las primeras pruebas,
como, por ejemplo, cuando Heidegger habla del Man Selbst, No podría resulta claro que Heidegger está hablandO de la indeterminación afecti­
traducirse esta expresión por el «se mis mo», y sería sumamente ambi­ va y no del mal humor. El texto original completo es el siguiente: «Die
gua si se tradujera por -o:la gente mism.a1">. Por e.so nos hemos decidido oft anhalte:nde,. ebenm/i.ssige und fahle Un�stimmtheit,· die nicht mit
a conservar la traducción de Gaos 1 que tiene algun os inc.oovenienres, Verstimmung uerwechselt werden dart ist so wenig nichts, dass genz.de in
pero que evita otros más grave s. Yo no sé si siempre el uso del «uno» ibr das Dasein ihm selbst überdrüssig wird. Das Sein ist als Last offenbar
en castellano es impersonal. En el célebre verso de Migud Herná ndez: geworden», es decir: cLa indeterminación afectiva, a menudo persisten­
-G(1Tanto penar para morirse uno!», me parece que el uno tiene un sen­ re, monótona y descolorida, que no debe ser confundida con el.mal hu­
tido distinto, difícil de precisar, pero ciertamente no impersonal. Casi mor, no es una nada, sino que precisamente en ella el Dasein se vuelve
se diría que en este caso el uno es lo más íntimo y persori.al de todo. tedioso a s! mismo, El ser se ha manifestado como carga». Como se ve,
la frase es más simple que actualmente, y también más clara. En algu­
P. 151 o1-
.: ••• c.oorigi.nariedad...»: en alemán, Gleichursprünglichkeit (destaca·
na edición posterior, posiblemente a comienzos de los años cincuenta,
do en el texto original), literalmente «la igual originariedad». Heidegger hizo m:1.s extenso el texto, pero, a la vez, posiblemente por
una distracción, escribió Verstimmung en vez de Ungestímtheit.
P. 152 • «El ente que está constituido... , etc,». Esta frase es esencial. En pri­ •• «... condición de arrojado ... » en alemán, Geworfenheit (destacado
mer lugar, deja en claro de una vez para siempre q�e «Dasein» no sig­
nifica «ser-alú», sino ser su «Ahí». En segundo lugar, nos da a entender en el texto original), que literalmente significa el estar-arroja do. El tét..
que 1a aberru.ra al mundo y, por c.onsiguience, a la totalidad de lo-ente, mino se explica en el mismo texto de Heidegger.
es el constitutivo esencial del Dasein. El Dasein «es su ½hr» significa
P. 157 • -G(,•. de lo puramente presente ... »: en alemán, des puren Vorhande­
que el Dasein, al abrirse al mundo, se abre igualmente a s! mismo. Esta
abertura a sI mismo no es una «con-ciencia», sino algo más radical que nen, literalmente -ttde lo que solamente está-ahí». En este caso hemos
toda conciencia: es el estar en lo abierto del ser y -por c.onsiguien­ preferido traducir Vorhanden.e.s por «Jo presente». En otras ocasiones, a
te- un comprenderse a sI mismo e.amo «siendo». decir verdad rnuy escasas, tr��uciremos: -G(lo meramente presente». La
razón de esta variabilidad es tan sólo estilístic.a.
"'* �1 Dasein es su apertu.ridad»: la palabra «aperlurida.d» (Ersc.hlo­
P. 160 • .:• ., y los bienes ...»: en alemán, und Hof, literalmente, «y la granja»,
ssenheit, el texto está destacado en e1 original), que ya ha aparecido
un par de veces en las p:1ginas anteriores, significa el hecho de que el los canipos que pertenecCD. a uno. Hof puede significar r.ambién el co­
Dasein estd abierto, entiéndase: abierto al mundo, abierto a s! mismo, rral, el teqeno que rodea a la casa de campo.
abierto a los demás Dasein y, sobre t odo, abierto al ser. Es una de
las palabras más fundamentales de Ser y. tie,npo. En e1 par:1.grafo 161 ot-.it -G(,.. en función de... •: en alem..i.n, aus dem h er; was ... , literahnenre,
párrafo 10, Heidegger ha explicado en qué sentido debe entenderse «desde aquello que»,
esta palabra: c½brir 7 y "aperturidad' son términos técnic.os que serio »»•
usados en adeh;nte en el sentido de 'dejar abierto'-cestado de lo que «••• atemorizarse ante [algo].,,»: en alemán, Sichfürchten uor.
queda abierto7». Nosotros hemos destacado el e.se» del atemorizarse, para destacar ex­
plicita.mente que el «temer por» es siempre medial, es decir, implica
P. 153 » «••• disp.osición afectiva.:,*: en alemán, Befi.ndlichkeit, Esta expre­ siempre la propia existencia e.amo aquello por lo que se teme.
sión, que Gaos traduce por «encontrarse», designa, literalmente, la ..
P. 161 .:•.. comprender... »: en alemán, Verstehen (destacado en el texto
condición según la cual el Dasein siempre se encuentra en algún estado
afectivo. La rraducción de Gaos es c.orrecta.. porque la palabra alemana original). Esta palabra, como lo explicará Heidegger largamence en el
NOTAS DEL TRAOUCTOR 173
472 SER T TIEMPO

P. 166 • «••• comprensión común»: en alemán, Versttindigkeit (destacado en


texto que sigue a continuación, no tiene el sentido que habitual.mente
el texto original). La palabt'a. alemana significa, literalmente, la sensa­
le damos, sob.ce todo en castellano. No significa u n acto intelectu al
tez, la prudencia, el buen juicio. Como el término adquiere en Heide­
por el que captamos una significación o el sentido de una cosa com­
pleja. Ni siquiera significa el comprender e n el sentido que le da Dil­ gger un carácter ligeramente peyorativo, y se refiere a la comprensión
del uno, lo hemos traducido por comprensión común, entiéndase: la
they cuan do lo contrapone al explicar, es decir, d comprender de una
comprensión que es de rodas justamente porque no es de nadie; si se
obra humana o de un contexto vital histórico..
Comprender aquí es un acto que se identifica con el ser mismo del Da­ quiere, el sentido común.
sein. Simplificando mucho la cosas, podríamos decir: el ser del Dasein es "'
P. 167 « ... interpretación ...111-: en alemán� Auslegung (destacado en el texto
un saber de sí mismo, es un saber lo que pasa consigo mismo, es un ex­
original). Esta palabra alemana significa literalmente «ex-posición,.. Ha
perimentar el propio ser como posibilidad existencial. P ues bien, preci­
sido traducida a otros idiomas por.la palabra correspondiente en esos
samente ese saber, que el ser del Dasein lleva consigo, ese saber del pro•
idiomas a nuestra palabra -cexplicitación». La Auslegung o interpreta·
pio ser como posible es lo que Heidegger llama comprec.der, Verstehen.
ción es, efectivamente, una explicitación de lo dado en �l comprender.
• En esta i nterpretación los entes son articulados dentro de la totalidad
P. 164 « ... proyecto ... »: en alemiin, Entwurf (destacado en el texto origi­
nal). Esta palabra debe ser entendida en ru sentido literal: 'pro-yecto del compren der, y quedan, de este modo, expuestos en forma explícita.
significa lo que está lanzado hacia ad.dante. Y este -ocdelante» debe se.e Cuando la interpretación es teórica, como sucede constantemente a lo
entendido como un futuro. Comprender es esencialmente pro-yecto o largo de la analítica existencial, Heidegger emplea la palabra alemana
lnterpretation, que Gaos traduce por exégesis. Nosotros hemos prefe­
-ocproyección», como traduce Gaos , porque en él (en el comprender) el
Dasein se lanza hacia su futuro y ab're ese futuro como posibilidad. rido también en ese caso usar l a palabra interpretación, puesto que la
Interpretation no es sino una forma de Auslegung. El contexto no deja
,s."'
«••. comportamiento planific.a.dor. .. 111-: en alemán, mit einem Sich­ lugar a dudas del tipo de interpretación de que se trata en cada caso.
verhalten zu einem ausgedachten. Plan, literalmente� «no tiene nada **
que ver con un comportarse en relación a un plan excogitado». Hemos c... y no es éste el que llega a ser por medio de aquélla111-. Heidegger
traducido el sentido más que la forma del texto alemán. quiere decir que estamos en un plano radical, donde el comprender
debe ser entendido en su sentido existencial y no en u n sentido mera­
..,-oc .. au ténticos o inauténtico�: en alemffl, echt odsr unec:ht. Podría mente intelectual como es el caso, por ejemplo, de la comprensión de
P. 165
taducirse también genuino o no genuino. Se refiere a que el compren­ u n texto, que es fruro de u na interpretación.
der propio sea genuinamente propio, plena y verdaderam.ente. Y lo •
mismo vale, mutatis mutandis del comprender impropio. Ésta es una. P. 169 c .. manera de entender previa ... .,..: en alemán, Vorgriff (destacado
de las .cazones, entre otras, para no traducir e:igentlic:h por auténtico, en el texto original). El verbo vorgreifen significa anticipar, adelantarse
como lo hacen algunos tradu ctores en otras lenguas. Gaos, con mucha a alguna. cosa; pero Heidegger oye en el gre.ife.n la aprehensión con­
razón, lo traduce por propio. Correlativamente uneigentlich deb�rá ser ceptual. Vorgriff significa, por consiguiente, la anticipación de un con�
traducido por impropio y no por inauténtico. cepro, vale decir, la anticipación de un modo de entender la cosa. El
lenguaje, con su s palabras y giros idiomáticos, anticipa constantemente
,.....
« ••• el estar-en.H», Cada vez que se hable del estar-en, el lector debe para nosotras los posibles modos de comprender las cosas con las que
ente nder «el Dasein mismo». En el texto que comentamos, lo qu e Hei­ tratamos. Es importante tener claramente presente roda el proceso que
Heidegger estl describiendo aquí: el comprender ha abierto ya el mun­
degger quiere decir es qu� comprendiendo d mundo, el Dasein com­
prende ru propio estar-en-el-mundo, es decir, se comprende a sí mismo. do como posibilidades. Al hacerlo nos da de an tel'D.ano algo que luego,
en la interpretación, adquirirá un cariz particular. Lo qu e determina
11-,..,. «••• la visión ... »: en alemán, die Sicht (Sicht está destacado en el este último es esa mirada prevía que dirigimos a lo que ha sido abierto
por el comprender. Se trata siempre de un ente detenninado dentro
texto alemán). Como lo explicará el propio Heidegger, aquí la palabra
del mundo, con el· cual tratamos. Este ente es visto con una cierta
«visión» debe ser entendida en un sentido absolutamente amplio. Lo
que el término quiere retener de la visión con los ojos del cuerpo o del mirada, que puede ser muy variable, Por ejemplo, si vamos al cam­
po, podemos ver ese campo como posible objeto de una explotación
alma es la inmediatez de lo dado en visión, y nada más que esto, Algo
similar ocurre en el lenguaje coloquial cotidiano; por ejemplo, cuando agrícola o lo podemos ver poéticatDente, en 5ll belleza, o como lugar
para fundar una ciudad, etc. Cada vez la cosa con la cual nos encon­
decimos: «voy a ver a mi amigo'», o «voy a ver a un enfermo». Lo que
ttam.os queda ...recortada111- en su posib le sentido por la mirada previa,
futeresa aquí no es que se «vea» al amigo o al enfermo. Lo que interesa
e s que se está directa e inmediatamente con ellos. y entonces aparece conceptualizada de u na determinada manera. DiM
474 SER Y TIEMPO

gamos, para terminar, que esta conceptualización no es necesariamente


una conceptualización teórica; en la vida coódiana es, normalmente, una
conceptualización vital y práctica.

P. 169 ... «••• de esa. 'prioridad'»: en alemán, dieses «Vor-», literalmenre: ,¡cde
este 'pre'».
.... ,..
flC,.. en partes integrantes": en alemán, in Stacke, literalmente ...en
trozos•.

P. 170 "' ""··· horizonte .. ,.,, : en alemán, das Woraufhin (destacado en el texto
original), literalmente el «hacia-que». Gaos ha traducido «sobre el fon­
do de que», pero ha comprendido el aus dem her como dicho del pro­
yecto, lo cual es un error, porque no está dicho del proyecto, sino del
horizonte, del Woraufbin. El hori.zome sirve de fondo de proyección y
de principio de comprensión.
"'"" «... como 'región intermedia�», Heidegger está discutiendo aquí
la idea, frecuente en la filosofía has.ta Husserl, de que el sentido sería
un modo ideal de ser, distinto de la realidad y distinto de las cosas.
Heidegger dice, un poco irónicamente, que el sentido entendido en
esa fo.rma se cerniría en «alguna parte» (irgendwo) a la manera de un
"2ivischenret"ch», literalmente de un ,¡creino intermedio».

P. 179 » cE.J
fundamento ontológico-existencial del lenguaje es el discurso .•. ».
Heidegger usa aquí nuevamente la palabra Rede, que usó en el parágra­
fo 7 B, para traducir el término griego Myo,. Recuérdese que allí tra­
dujimos Rede por «decir», porque lo que a Heidegger le interesaba en
el .\óy� era su cará cter mostrativo. Ahora, en cambio, traducimos Rede
por «discurso» porque Heidegger oye, en este caso, la palabra Rede en
su ra(z latina e indoeuropea, reor, *ar-, respectiVamente, que incluye la
idea de articulación. Bl discurso es entendido aquí como articulación
de lo comprendido. La frase que estamos expfü�ando expresa cuál es
el fundamento ontológico-existencial deI- lif?nguaje. Esto ,quiere decir
que el discurso no es el lenguaje, sino, más bien, su.fundamen to onto­
lógico-existencial o, como se dirá más adelante, la ra!z del lenguaje. El
lenguaje es la manifestación óntica (en palabras, signos, gestos) de esa
estructura ontológica que es la Rede: es lo .que Heidegger expresará
más adelante ruando diga que a las significaciones ·(articulad.as por la
�de) les «brotan palabras».

«••• modo de ser mundano»: en alemán, weltliche Seinsart (weltli­


che está destacado en alemán). Aquí la palabra weltlic.he debiera llevar
comillas, como sucede en el párrafo siguiente. En efecto, esa palabra se
refiere a algo que es un ente intramundano, en este caso, al lenguaje.
Lo que quiere decir Heidegger es que la Rede demanda esencialmente
adquirir un carácter óntico intramundano, es decir, convertirse en len­
guaje.

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