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Crisis musical: ¿Existe acaso alguna vía de escape?

Sebastián Teijeiro

¿Se puede ignorar que en estas últimas décadas pasadas, la importancia que se le ha dado al arte,
y más específicamente a la música occidental, ha ido disminuyendo? ¿Existe alguna solución capaz
de crear un espacio en el cual la música de siglos pasados pueda desarrollarse nuevamente? ¿Habrá
que dejar de ejecutar dichas obras y crear universos sonoros nuevos o existirá alguna forma en la
cual la sociedad pueda aceptarla? Si esto es así ¿es necesario dicho esfuerzo?
La música occidental en la actualidad ya no representa uno de los pilares fundamentales de la
cultura europea, la sociedad actual ya no se ve representada por ella ya que no posee un carácter
vivo, esta alimentada del pasado pero no así sus vivencias, por lo que hace de esta un error artístico
conceptual. Harnoncourt (director de orquesta) piensa que la música debe representar a la época y
solo puede proceder del presente (o por lo menos así es como funcionaba hasta mediados del Siglo
XIX), por lo que la sociedad se interesa, en cualquier momento de la historia en que basemos
nuestro análisis, por las cuestiones relacionadas con su actualidad. Previo a la Revolución
Francesa, la música ocupaba un gran lugar en la cultura occidental, y si el pensamiento de la
sociedad cambiaba, también lo hacia el arte. En el Siglo XX, todo el arte sufrió una revolución,
mayormente debido a las dos guerras mundiales acontecidas, concluyendo en un cambio de
paradigma extremadamente rotundo hacia lo experimental, debilitando todo un sistema que
perduro cientos de años y, en el caso específico de la música, lo que fue debilitado fue el sistema
tonal. Este quiebre tan duro no pudo ser asimilado por la sociedad y esta empezó a buscar otros
horizontes más confortables.
Primer acercamiento: El folclore y la música comercial.
Si pensamos en el folclore de cada país, particularmente me centraré en el nuestro, Argentina,
veremos que la música tiene un sentido más propio en la sociedad, como pueden ser los bailecitos,
las chacareras o hasta el mismo tango, todos ellos géneros musicales que representan a la sociedad
argentina y por esto es que continúan llamando la atención, y se les continúa dando la importancia
que merecen, sobre todo en el interior del país en el que la cultura de otros paises, mayormente
Estados Unidos, no invadió todos los hogares como en las ciudades. Peculiarmente todas estas
formas musicales tienen su base en el sistema tonal, por lo que este sistema occidental continúa
vivo, pero no así todas las composiciones realizadas con el mismo.
Siempre que hablemos en este texto, de música, nos estaremos refiriendo a aquella cuyo fin es el
evento artístico y no el comercial. De todas formas resulta interesante preguntarse la razón por la
cual la música comercial resulta tan amable y seductora para las urbes. Harnoncourt explica que
el paradigma actual se basa en la comodidad y en priorizar las necesidades que creemos básicas,
por lo que la música hoy comercial se acopla perfectamente a este tipo de pensamiento y el arte
experimental que esta ocurriendo en estos momentos molesta y no encaja. Si pensamos en T.
Adorno cuando habla sobre arte, explica que este "debe apropiarse de lo feo para denunciar en ello
a un mundo que lo crea y lo reproduce a su propia imagen, aunque sigue fomentando la posibilidad
de lo afirmativo como complicidad con en el envilecimiento." La realidad presente es
suficientemente fea como para que el arte se vea obligado a una belleza vacía, pero las sociedades
por lo general buscan ocultar ciertas cuestiones y el poder ayuda a influenciar al pueblo y mantener
a la gente este calmada, por ende el arte, en este caso, debe tener como fin poner de manifiesto la
realidad que se esta viviendo.
Segundo acercamiento: Interpretación y Pedagogía musical.
Ahora bien, en esta voragine de situaciones y acontecimientos, nos deberíamos preguntar tal vez
cual es el rol del músico y del pedagogo musical a la hora de hacer o enseñar música ¿Se debe
dejar de tocarla? ¿Cómo se debe enseñar? ¿se debe seguir con la enseñanza de conservatorio
establecida desde la Revolución Francesa o habría que modificarla? ¿El músico tiene
responsabilidades a la hora de ejecutar las obras? Todos estos interrogantes responden propiamente
a la música de conservatorio específicamente, los maestros que enseñan en estas instituciones
llegan a ser investigadores musicales, pero ¿debería ser esta la posición del docente o esta
meticulosidad a la hora de enseñar música hacen del músico una "persona de libro"?
El músico ante todo debe ser una persona muy comprometida con el evento artístico y con el fin
del mismo, pero este compromiso no debe ser un compromiso teórico y metodológico sino un
compromiso abierto a las diferentes ramas que lo componen. Principalmente dejar de tocar música
de siglos pasados en este momento no funcionaría ya que no existe un reemplazo efectivo, por lo
que el arte musical se debilitaría aún mas, pero no así el tipo de enfoque y el tipo de enseñanza,
que claramente necesitan una reestructuración, si nos adentramos e investigamos nos daremos
cuenta que la educación de conservatorio posee el mismo esquema desde hace más de ciento
cincuenta años e indudablemente no esta generando el efecto necesario. La enseñanza musical
cayó en un sin fin de estereotipos naturalizados por todos, los cuales enbrutecen la interpretación
de los alumnos que siguen al pie de la letra lo que sus "maestros" les dicen y terminan todos
tocando de la misma forma y sin un sentido verdadero. Se basan en las grabaciones de los
interpretes más famosos y repiten lo que pudo haber sido una visión totalmente subjetiva o una
visión verdadera pero que cuando se copia se torna igual de falaz que la primera. Cuando hablemos
de estereotipos hay que tener en cuenta que estos no son representaciones filosóficas de la realidad
ya que producen una falsa cercanía y familiarización que nos alejan del mundo, existiendo una
intromisión forzada en la subjetividad de un conjunto de cosas caricaturizadas. El empleo del
estereotipo es una de las constantes en la enseñanza artistica, fundamentalmente ligado al trabajo
sobre la percepción (observación, discriminación, clasificación, atribución de significado a algun
elemento del lenguaje, etc.) y cuya cualidad es la de automatizar e inmediatizar dicha percepción.
Recordemos también que el hombre es un ser imitativo por naturaleza, por ende, los estereotipos
y a su vez las imitaciones nos alejan de la realidad, del sentido verdadero, nos ocultamos en ellos.
Debido a todo lo mencionado se piensa que ya es momento de que el sistema de educación musical
cambie.
Tercer acercamiento: La belleza y la fidelidad a la obra.
En cuanto a la definición de belleza, hasta el mismo Platón se frusta en sus intenciones por
definirla, sus hipótesis de lo que es la belleza, él mismo las refuta, ya que no considera lo bello ni
como utilitario, porque la causa de lo bello no puede ser lo mismo que el efecto de lo bello (en este
caso la utilidad), ni como placentero, ya que lo que nos parece placentero esta regido por
costumbres y leyes que creemos bellas. Todos sabemos que belleza no es sinónimo de arte, y que
música entendida por todos y apreciada no refleja el fin último de la misma. Nosotros percibimos
algo bello gracias al progreso de lo que en algún momento no fue bello pero fue resuelto, por eso
es que la tonalidad en música incluyendo la música académica anterior al Siglo XX, la proyectamos
como bella ya que el problema planteado por la misma ya estaría resuelto.
En cuanto a la fidelidad de las interpretaciones, me gustaría realizar una comparativa.
Comunmente escuchamos interpretaciones más fieles o menos fieles de las obras, y ya sean unas
o las otras también percibimos que entre ellas hay diferentes maneras de serle fiel y diferentes
maneras de serle "infiel" y me interesa preguntarme como es que esto repercute en el oyente.
¿Porqué es que los músicos quieren ser fiel a la obra? ¿El oyente se ve beneficiado cuando el
músico es fiel?
Existen muchos músicos que piensan que el oyente debe ser un oyente calificado, que debe saber
acerca de lo que está escuchando, así como alguien que esta leyendo un libro en ingles debe saber
ingles para entenderlo. Bajo esta suposición, el músico debería ser fiel a la obra porque tiene el
compromiso de transmitirle al oyente eso que el oyente esta esperando, y de esta forma el oyente
se vería beneficiado. Desde otro punto de vista, el oyente promedio no está interiorizado en la
música, y vá a un concierto a "disfrutar", se sienta y oye de manera pasiva. Esta es la realidad hoy,
la mayoría de la gente que va a un concierto se dispone de esta manera, por lo tanto ¿el músico
debería caer en la frustración de interpretar la música de tal forma que le transmita algo al oyente
promedio en desmedro de la fidelidad de la obra o debería ser fiel y que la mayoría del público no
perciba todo esto y quede desentendido de lo que escuchó? Evidentemente si uno se pone a pensar
la respuesta mas sencilla sería que el músico haga lo que debe hacer y que si a el público le gusta
o no es algo totalmente subjetivo de cada uno, pero el problema que surge aquí es que es por esto
que el público esta dejando de ir a las salas de concierto y cada vez tenemos una música que se
está perdiendo. Muchas veces escuchamos a la salida de conciertos frases tales como "la obra de
Chopin me encantó, la de Bach no tanto, muy matemática" y esto es realmente un cliché pero que
se oye asiduamente. La razón de que la música del romanticismo impacte más en la sociedad es
porque responde más al sentir popular actual y no así la música de Bach o aún menos la música
por ejemplo de B. Bartok, pero de todas formas es evidente que no se puede interpretar la música
de estos últimos de manera romántica, y tampoco tendrían el impacto que tiene una composicion
del romanticismo, simplemente porque no se concibió de esa forma.
Cuarto acercamiento: El oyente promedio de hoy en día.
Otra cuestión importante a atender es la sobreestimulación a la que la sociedad actual está
acostumbrada. Si pensamos en el ejemplo más común: la tv; simultaneamente tenemos a un
conductor de programa hablando, música de fondo, el ícono del canal en la esquina de la pantalla,
constantes cambios de cámara para que las personas que lo vean no se "aburran", texto en la parte
inferior, etc. Aún con todo esto hay personas que a la vez que miran tv, están respondiendo
mensajes del celular o entrando a redes sociales. Es realmente avasallante la cantidad de estímulos
que el ser humano esta recibiendo en la actualidad, estímulos impensables en otras épocas pasadas
en las que fueron compuestas las obras que tratamos de ejecutar hoy y salir airosos. Hoy en día
esta la posibilidad de introducir, en los conciertos de música, otros estimulos, visuales por lo
general, con los que las personas pueden focalizarse más y así también concentrarse más en la
música. Así todo, si caemos en esta sutil tentación estaremos perjudicando a la música como arte
en sí mismo. Además no podemos olvidarnos de agregar que la sociedad, desde el punto de vista
político, esta totalmente cambiada, el avance en los derechos humanos por ejemplo, muestra a una
sociedad que ya no esta conforme con ciertos tipos de estructuras y normas que regían en tiempos
pasados y de esta manera avanza y dificulta aún más la recepción de la música.
Quinto acercamiento: Hipótesis de una posible solución.
De ante mano quiero aclarar que este acercamiento es de entre todos, el más subjetivo de todos, ya
que es una valoración mía de lo que creo que pueda ser una posible solución al problema. Creo
que para dar algunas otras posibles respuestas a los interrogantes planteados al comienzo, es
importante describir, aunque sea por arriba, la postura de el gran director de orquesta rumano
Sergiu Celibidache en contraposición con otros puntos de vista acerca de la música. Entre estas
dos posturas yo seré el oyente actual, influenciado por la sociedad y el momento en que vivo y las
necesidades musicales que poseo.
Celibidache busca la verdad en la música, una verdad fiel a la obra pero también respetando el
lugar físico en el que se esta escuchando y como afectan los vectores sonoros, el tempo y la unidad
de la obra para que todo resulte como una verdad completa. Personalmente, si bien no tuve la
suerte de haber escuchado un concierto en vivo de Celibidache, las grabaciones (las cuales él se
negaba a hacer por considerar que se perdía mucha información del universo sonoro real) son algo
extraoridinario por estar fuera de la norma, muy distintas notoriamente a las interpretaciones de el
resto de sus contemporaneos. En este caso, creo que llama mucho la atención este tipo de enfoque,
que él llama fenomenológico, el cual es basado en la teoría del filósofo E. Husserl, ya que me lleva
a cuestionar la razón por la cual siento particularmente, bajo esta dirección, la música de manera
viva, como si estuviese presenciando una música compuesta destinada a esta sociedad. Si
pensamos en Kant recordaremos, que el juicio de gusto es estético, y no un juicio de conocimiento
(ya que refiere a la representación por la imaginación al sujeto y al sentimiento de agrado o
desagrado experimentado por este), y además el juicio de gusto es subjetivo, porque apela a los
sentidos y al placer de cada persona, por lo que mi apreciación desde el punto de vista kantiano,
carecería de sustentación. De todas maneras, lo que no carece de importancia es el interrogante de
porqué es que se recibe así y si esta sensación de música viva es realmente como dice Harnoncourt
propio del momento en el que se vive o si simplemente (o no tan somplemente) hay que encontrar
un camino verdadero.
Concluyendo entonces, y tomando en cuenta estos cinco diferentes enfoques, vislumbramos una
posible salvación: interpretar no solo siendo fiel a la obra sino siendo verdadero, siendo realmente
conciente de lo que esta ocurriendo en la sala, de la música que estoy ejecutando, de mi relación
con ella, de lo que es y no lo que debería transmitir, inculcando una nueva forma de enseñar la
música, acoplandonos al día a día de las personas en la actualidad y no siendo ajenos a ella. Se
dice que hay una sola manera de ejecutar una obra en un momento y en un lugar adecuado, en otro
momento y/o en otro lugar las condiciones cambian y así también la ejecución, pero existe algo
que se mantiene, lo inmutable, lo que es y no puede ser otra cosa.

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