You are on page 1of 12

TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA

Es un trastorno neurobiológico del desarrollo que ya se manifiesta durante los tres primeros
años de vida y que perdurará a lo largo de todo el ciclo vital.

• CARACTERÍSTICAS

2.1 Fundamentales

• Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social.

• Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.

2.2 Indicios del TEA en los niños

• En la escuela, hay falta de interés por los otros niños.

• No comparten intereses (no acostumbran a señalar con el dedo aquello que les
llama la atención para compartirlo con los demás).

• Ausencia de juego simbólico (dar de comer a muñecas, etc.).

• Se establece poco contacto visual y no observan la expresión de la cara del


interlocutor cuando juntos están viendo alguna cosa inusual. No acostumbran a
realizar la sonrisa social.

• Su lenguaje, si existe, es literal (no entienden las bromas, los chistes).

• Evitan el contacto físico o les gusta más bien poco. Acostumbran a tener
hipersensibilidad táctil, olfativa, gustativa y auditiva. Frecuentemente existe poca
sensibilidad al dolor.

• Reaccionan poco ante la voz de sus padres, lo que puede hacer sospechar de un
déficit auditivo.

• Presentan intereses inusuales. Además, son repetitivos y no compartidos.

• Pueden mostrar comportamientos extraños, repetitivos y auto estimulantes


como el balanceo, el movimiento de aleteo de manos o caminar de puntillas
entre otros.

• Los que presentan más nivel intelectual, notan que son diferentes y no entienden
qué les pasa.

• CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
A. Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en
diversos contextos, manifestado por lo siguiente, actualmente o por los antecedentes:
1. Las deficiencias en la reciprocidad socioemocional varían, por ejemplo, desde un
acercamiento social anormal y fracaso de la conversación normal en ambos sentidos,
pasando por la disminución en intereses, emociones o afectos compartidos, hasta el
fracaso en iniciar o responder a interacciones sociales.

2. Las deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la


interacción social varían, por ejemplo, desde una comunicación verbal y no verbal poco
integrada, pasando por anomalías del contacto visual y del lenguaje corporal o
deficiencias de la comprensión y el uso de gestos, hasta una falta total de expresión
facial y de comunicación no verbal.

3. Las deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones


varían, por ejemplo, desde dificultades para ajustar el comportamiento en diversos
contextos sociales, pasando por dificultades para compartir juegos imaginativos o para
hacer amigos, hasta la ausencia de interés por otras personas.

Especificar la gravedad actual:

La gravedad se basa en deterioros de la comunicación social y en patrones de


comportamiento restringidos y repetitivos.

B. Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades, que se


manifiestan en dos o más de los siguientes puntos, actualmente o por los antecedentes:

1. Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados o repetitivos (p. ej.,


estereotipias motoras simples, alineación de los juguetes o cambio de lugar de los
objetos, ecolalia, frases idiosincrásicas).

2. Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o patrones ritualizados


de comportamiento verbal o no verbal.

3. Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad o


foco de interés.

4. Híper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o interés inhabitual por aspectos


sensoriales del entorno.

Especificar la gravedad actual:

La gravedad se basa en deterioros de la comunicación social y en patrones de


comportamientos restringidos y repetitivos.

C. Los síntomas deben de estar presentes en las primeras fases del período de desarrollo
(pero pueden no manifestarse totalmente hasta que la demanda social supera las
capacidades limita-das, o pueden estar enmascarados por estrategias aprendidas en
fases posteriores de la vida).

D. Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u


otras áreas importantes del funcionamiento habitual.

E. Estas alteraciones no se explican mejor por la discapacidad intelectual (trastorno del


desarrollo intelectual) o por el retraso global del desarrollo. La discapacidad intelectual y
el trastorno del espectro autista con frecuencia coinciden; para hacer diagnósticos de
comorbilidades de un trastorno del espectro autista y discapacidad intelectual, la
comunicación social ha de estar por debajo de lo previsto para el nivel general de
desarrollo.

ESPECIFICAR SI:

• Con o sin déficit intelectual acompañante.

• Con o sin deterioro del lenguaje acompañante.

• Asociado a una afección médica o genética, o a un factor ambiental.

• Asociado a otro trastorno del neurodesarrollo, mental o del comportamiento.

• Con catatonía.

NIVELES DE GRAVEDAD:

• Grado 3: "Necesita ayuda muy notable"

• Comunicación social: Las deficiencias graves de las aptitudes de comunicación


social, verbal y no verbal, causan alteraciones graves del funcionamiento, un
inicio muy limitado de interacciones sociales y una respuesta mínima a la
apertura social de las otras personas.

• Comportamientos restringidos y repetitivos: La inflexibilidad del


comportamiento, la extrema dificultad para hacer frente a los cambios y los otros
comportamientos restringidos/repetitivos interfieren notablemente con el
funcionamiento en todos los ámbitos. Ansiedad intensa/ dificultad para cambiar
el foco de la acción.

• Grado 2: "Necesita ayuda notable"

• Comunicación social: Deficiencias notables en las aptitudes de comunicación


social, verbal y no verbal; problemas sociales obvios incluso con ayuda in
situ; inicio limitado de interacciones sociales, y respuestas reducidas o
anormales a la apertura social de otras personas.

• Comportamientos restringidos y repetitivos: La inflexibilidad del


comportamiento, la dificultad para hacer frente a los cambios y los otros
comportamientos restringidos/repetitivos resultan con frecuencia evidentes
para el observador casual e interfieren con el funcionamiento en diversos
contextos. Ansiedad y/o dificultad para cambiar el foco de la acción.

• Grado 1: "Necesita ayuda"

• Comunicación social: Sin ayuda, las deficiencias de la comunicación social


causan problemas importantes. Dificultad para iniciar interacciones sociales
y ejemplos claros de respuestas atípicas o insatisfactorias a la apertura social
de las otras personas. Puede parecer que tiene poco interés en las
interacciones sociales.

• Comportamientos restringidos y repetitivos: La inflexibilidad del


comportamiento causa una interferencia significativa con el funcionamiento
en uno o más contextos. Dificultad para alternar actividades. Los problemas
de organización y de planificación dificultan la autonomía.

• DESARROLLO Y CURSO

Los síntomas se reconocen normalmente durante el segundo año de vida (12-24 meses
de edad), pero se pueden observar antes de los 12 meses si los retrasos del desarrollo
son graves, o notar después de los 24 meses si los síntomas son más sutiles. La
descripción del patrón de inicio puede incluir información acerca de los retrasos
tempranos del desarrollo o de cualquier pérdida de capacidades sociales o de lenguaje.
En los casos en que se han perdido capacidades, los padres o cuidadores pueden
explicar la historia del deterioro gradual o relativamente rápido de los comportamientos
sociales o las capacidades del lenguaje. Normalmente, esto ocurriría entre los 12 y 24
meses de edad, y se debe plantear la distinción de los casos raros de regresión del
desarrollo que ocurren después de, por lo menos, 2 años de desarrollo normal
(previamente descrito como trastorno desintegrativo de la infancia).

Las características conductuales del trastorno del espectro autista empiezan a ser
evidentes en la primera infancia, presentando algunos casos falta de interés por la
interacción social durante el primer año de vida. Algunos niños con trastorno del
espectro autista presentan una paralización o una regresión del desarrollo con deterioro
gradual o relativamente rápido de los comportamientos socia-les o el uso del lenguaje
durante los primeros 2 años de vida. Estas pérdidas son raras en otros tras-tornos y
pueden utilizarse como "señal de alerta" para el trastorno del espectro autista.

• DIAGNÓSTICO DIFERIENCIAL

• Síndrome de Rett. Puede observarse una alteración de la interacción social durante la


fase regresiva del síndrome de Rett (típicamente entre 1 y 4 años de edad); así pues,
una proporción sustancial de las niñas pequeñas afectadas podrían debutar con una
presentación que cumpla los criterios diagnósticos del trastorno del espectro autista. Sin
embargo, después de este período, la mayoría de los individuos con síndrome de Rett
mejoran sus habilidades para la comunicación social y los rasgos autistas dejan de ser
tan problemáticos. Por tanto, se debería tener en cuenta el trastorno del espectro
autista solamente si se cumplen todos los criterios diagnósticos.

• Mutismo selectivo. En el mutismo selectivo, el desarrollo temprano no está


habitualmente alterado. El niño afectado muestra normalmente capacidades de
comunicación apropiadas en ciertos contextos y entornos. Incluso en los entornos
donde el niño está mudo, la reciprocidad social no está deteriorada y no se presentan
patrones de comportamiento restringido o repetitivo.

• Trastornos del lenguaje y trastorno de la comunicación social (pragmático). En


algunas formas del trastorno del lenguaje puede haber problemas de comunicación y
algunas dificultades sociales secundarias. Sin embargo, el trastorno del lenguaje
específico normalmente no está asociado con una comunicación no verbal anormal, ni
con la presencia de patrones de comportamiento, intereses o actividades restringidos y
repetitivos.

Si un individuo muestra deterioro de la comunicación social y las interacciones sociales,


pero no muestra comportamientos o intereses restringidos y repetitivos, se pueden
cumplir los criterios del trastorno de la comunicación social (pragmático) en vez de los
del trastorno del espectro autista. El diagnóstico de trastorno del espectro autista
sustituye al de trastorno de la comunicación social (pragmático) siempre que se
cumplan los criterios del trastorno del espectro autista. Habría que asegurarse de
investigar bien los comportamientos restringidos o repetitivos del pasado y el momento
presente.

• Discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) sin trastorno del


espectro autista. La discapacidad intelectual sin trastorno del espectro autista puede ser
difícil de diferenciar del trastorno del espectro autista en los niños muy pequeños. Los
individuos con discapacidad intelectual, que no han desarrollado capacidades del
lenguaje o simbólicas, también constituyen un reto para el diagnóstico diferencial, ya
que los comportamientos repetitivos a menudo se presentan también en estos
individuos. Un diagnóstico de trastorno de espectro autista en un individuo con
discapacidad intelectual sería correcto si la comunicación y la interacción social están
significativamente deterioradas en comparación con el nivel del desarrollo de las
capacidades no verbales del individuo (p. ej., habilidades motoras finas, resolución de
problemas no verbales). En cambio, la discapacidad intelectual sería el diagnóstico
apropiado si no hay ninguna discrepancia aparente entre el nivel de las capacidades
sociales/comunicativas y el de las demás capacidades intelectuales.

• Trastorno de movimientos estereotipados. Las estereotipias motoras se incluyen


entre las características diagnósticas del trastorno del espectro autista y, por tanto, no
se realiza un diagnóstico adicional de trastorno de movimientos estereotipados cuando
tales comportamientos repetitivos se pueden explicar mejor por la presencia del
trastorno del espectro autista. Sin embargo, cuando las estereotipias causan
autolesiones y llegan a ser uno de los objetivos del tratamiento, los dos diagnósticos
podrían ser apropiados.

• Trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Las anormalidades en la atención


(excesivamente centrado o fácilmente distraído) son frecuentes en los individuos con
trastorno del espectro autista, al igual que la hiperactividad. Se debería considerar el
diagnóstico de trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) si las dificultades
atencionales o la hiperactividad superan las que normalmente se observan en los
individuos de edad mental comparable.

• Esquizofrenia. La esquizofrenia de inicio en la infancia normalmente se desarrolla


después de un período de desarrollo normal o casi normal. Se ha descrito un estado
prodrómico en el que se produce deterioro social y aparecen intereses y creencias
atípicas, lo que podría confundirse con las deficiencias sociales observadas en el
trastorno del espectro autista. Las alucinaciones y los delirios, que son las características
definitorias de la esquizofrenia, no son rasgos del trastorno del espectro autista. Sin
embargo, los clínicos deben tener en cuenta la posibilidad de que los individuos con
trastorno del espectro autista interpreten de manera excesivamente concreta las
preguntas relacionadas con las características clave de la esquizofrenia (p. ej., "¿Oyes
voces cuando no hay nadie presente?" "Sí [en la radio]").

• COMORBILIDAD

El trastorno del espectro autista se asocia frecuentemente a deterioro intelectual y a


alteraciones estructurales del lenguaje (es decir, incapacidad para comprender y
construir frases gramaticalmente correctas) que se deberían registrar con los
correspondientes especificadores en cada caso. Muchos individuos con trastorno del
espectro autista tienen síntomas psiquiátricos que no forman parte de los criterios
diagnósticos del trastorno (aproximadamente el 70 % de los individuos con trastorno del
espectro autista puede tener un trastorno mental comórbido, y el 40 % puede tener dos
o más trastornos mentales comórbidos). Cuando se cumplen los criterios del TDAH y del
trastorno del espectro autista, se deberían realizar los dos diagnósticos. Este mismo
principio se aplica a los diagnósticos concurrentes de trastorno del espectro autista y
trastorno del desarrollo de la coordinación, trastorno de ansiedad, trastorno depresivo y
otros diagnósticos comórbidos. Entre los individuos que tienen deficiencias en el
lenguaje o no verbales, signos observables como serían las alteraciones del sueño o la
alimentación y el incremento de conductas problemáticas deberían llevar a evaluar si
existe ansiedad o depresión. Las dificultades específicas del aprendizaje (lectoescritura y
aritmética) son frecuentes, así como el trastorno del desarrollo de la coordinación. Las
afecciones médicas comúnmente asociadas al trastorno del espectro autista deberían
ser anotadas bajo el especificador "asociado con una conocida afección médica/
genética o ambiental/adquirida". Tales afecciones médicas son la epilepsia, los
problemas del sueño y el estreñimiento. El trastorno de la conducta alimentaria de la
ingesta de alimentos es una forma característica de presentación del trastorno del
espectro autista bastante frecuente. Las preferencias extremas y restringidas de
alimentos pueden persistir en el tiempo.

• CUADRO CLÍNICO

Los signos de TEA comienzan antes de los 3 años de edad y duran toda la vida de la
persona; no obstante, pueden mejorar con el tiempo. Algunos niños con TEA muestran
indicios de problemas futuros en los primeros meses de vida. En otros casos, es posible
que los síntomas no se manifiesten hasta los 24 meses o incluso después. Algunos niños
con un TEA parecen desarrollarse normalmente hasta los 18 a 24 meses de edad y
después dejan de adquirir destrezas nuevas o pierden las que tenían antes.

Para el cuadro clínico de una persona con TEA es necesario en concreto realizar un
listado de los signos que este presenta, para luego así practicarle los exámenes
respectivos y concluir con el diagnóstico.

Dentro de los signos fundamentales de un TEA están los siguientes:

• No responder a su nombre para cuando tienen 12 meses de edad.


• No señalar los objetos para demostrar su interés para cuando tienen 14 meses
de edad.
• No jugar juegos de simulación para cuando llegan a los 18 meses de edad.
• Evitar el contacto visual y querer estar solos o hasta preferir jugar solos.
• Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para
hablar de sus propios sentimientos.
• Presentar retrasos en las destrezas del habla y el lenguaje.
• Repetir palabras o frases una y otra vez (ecolalia).
• Dar respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace.
• Irritarse con los cambios pequeños.
• Tener intereses obsesivos.
• Aletear las manos, mecerse o girar en círculos.
• Tener reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto, el tacto
o el sonido de las cosas.
• No compartir intereses con los demás.
• Interactuar únicamente para llegar a una meta deseada.
• Tener expresiones faciales apáticas o inadecuadas.
• No comprender los límites del espacio personal.
• No comprender los chistes, el sarcasmo ni las bromas.
• No sentir el consuelo que le dan otras personas cuando están angustiados.
• Formar líneas con juguetes u otros objetos.
• Jugar con los juguetes de la misma forma todas las veces.
• Ser muy organizados.
• Hiperactividad (exceso de actividad)
• Impulsividad (actuar sin pensar)
• Corta capacidad de concentración
• Agresión
• Autolesionarse
• Berrinches
• Hábitos de alimentación y sueño poco habituales
• Falta de miedo o más miedo de lo esperado
El diagnóstico de TEA puede ser difícil de hacer debido a que no existen pruebas
médicas, como un análisis de sangre, para diagnosticarlo. Para hacer un diagnóstico, los
médicos observan el comportamiento y el desarrollo del niño.
A veces, los TEA pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los 2 años
de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede considerarse
muy confiable. Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son
mucho más grandes.

El diagnóstico de un TEA consta de dos pasos:

• Evaluación de desarrollo
La evaluación del desarrollo es una prueba corta que indica si los niños están
aprendiendo las destrezas básicas a su debido tiempo o si es posible que tengan
retrasos. Durante la evaluación del desarrollo, es posible que el médico les haga
algunas preguntas a los padres o que hable y juegue con el niño durante el examen
a fin de observar cómo aprende, habla, se comporta y se mueve. Un retraso en
cualquiera de estas áreas puede ser señal de que hay un problema.

Además debe evaluarse a todos los niños específicamente para detectar TEA
durante las visitas de rutina a las siguientes edades:

• 18 meses
• 24 meses
• Evaluación diagnostica integral
El segundo paso del diagnóstico es una evaluación integral. Esta revisión minuciosa
puede incluir observar el comportamiento y desarrollo del niño, y entrevistar a los
padres. Es posible que también incluya una evaluación de la audición y la vista,
pruebas genéticas, neurológicas y otras pruebas médicas.

• TRATAMIENTO

8.1 Tratamiento terapéutico

Existe un consenso internacional acerca de que la Atención Temprana puede


modificar, al menos en ciertos casos, el mal pronóstico tradicionalmente asociado a
los Trastornos Generalizados del Desarrollo.

Se evidencian mejoras en cuanto al CI, las capacidades visuoespaciales y el lenguaje,


aunque no en cuanto a las capacidades socio-adaptativas.

8.1.1 Requisitos fundamentales para el tratamiento

• Debe ser individualizado.

• Debe ser estructurado.

• Debe ser intensivo, y extensivo a todos los contextos de la persona.


• La participación de ambos progenitores se ha identificado como un factor
fundamental para el éxito.

8.1.2 Tipos de tratamiento

a. Applied Behavior Analysis (ABA) o Análisis Conductual Aplicado

Modelo terapéutico que se basa en los principios del conductismo operante,


es decir, se enfocan en moldear las habilidades de sociabilización,
imaginación y comunicación en los niños con TEA por medio de la entrega de
un refuerzo positivo, desde el refuerzo primario (alimento en ocasiones)
hasta el refuerzo social. Este tratamiento se utiliza tanto para la adquisición
de ciertas conductas, por ejemplo el contacto ocular, como también para
reducir las conductas problemáticas, como la autoagresión. Este
tratamiento es altamente recomendable debido a su efectividad. De este
enfoque conductual derivan otras intervenciones. En términos generales,
existe evidencia que valida a este método de intervención.

b. Entrenamiento en respuestas centrales (PRT)

Se basa en los principios conductuales de ABA y se utiliza para incentivar


habilidades comunicativas y reducir conductas auto estimulantes, como las
estereotipas motoras entre otras. Las modificaciones conductuales se
consiguen por medio de estrategias motivacionales a través de refuerzos
directos y naturales.

c. Conducta verbal

Otro método conductual, enfocado principalmente en desarrollar


habilidades comunicativas verbales. Con este modelo se pretende que el
niño establezca la relación entre palabra y su significado, como también que
el niño adquiera la habilidad de utilizar el lenguaje oral como medio para
satisfacer sus necesidades.

d. Early Intensive Behavioural Intervention/Programas Intensivos de


Intervención Conductual (EIBI)

Es un programa basado en los principios del ABA, es decir, en los principios


del condicionamiento operante y está centrado en promover mejoras en las
deficiencias en el lenguaje, tanto comprensivo como expresivo, la imitación,
conductas de auto-cuidado, e interacción social, de forma individual, tanto
en los entornos educacional como familiar, promoviendo el rol de la
participación familiar como fundamental para la generalización de las
conductas a abordar. Estos métodos resultan ser efectivos cuando se
extienden a 40 horas semanales y por un periodo superior a 2 años. Método
validado como efectivo para intervenir en el TEA.

e. Intervenciones basadas en el Desarrollo, las Diferencias Individuales y las


Relaciones DIR/Floortime™:

Constituye una técnica terapéutica específica, diseñada por Stanley


Greenspan, basada en el modelo de desarrollo, diferencias individuales y
relaciones, o DIR® (Developmental Individual Differences Relationship
Model). Esta técnica permite a médicos, padres y educadores la construcción
de un programa adaptado a los retos y fortalezas específicas de los niños,
ayudándolos a ampliar sus círculos de comunicación.

Este método hace énfasis en el rol de los padres como terapeutas de los
niños, ayudando al entrenamiento de estos para ejecutar la intervención.
Para esto el adulto se adapta al nivel de desarrollo del niño para impulsar
nuevas habilidades generalmente a través del juego, siguiendo y
participando en actividades que interesen a los niños.

8.2 Tratamiento farmacológico

Los tratamientos farmacológicos no son un objetivo en sí, sino que tienen como
función facilitar el uso de otras estrategias Terapéuticas.

• PREVENCIÓN

Los expertos aún no están seguros de todas las causas del autismo. Lo más seguro es
que haya causas múltiples en vez de sólo una. Parece ser que un número de
circunstancias diversas, que incluyen factores ambientales, biológicos y genéticos,
sientan las bases para el autismo y hacen que un niño/a sea más propenso a padecer
este trastorno.

Es decir, en la mayoría de casos no se conoce la causa exacta del autismo; sin embargo,
algunos están relacionados con la exposición a sustancias químicas durante el
embarazo. Por lo tanto, es esencial evitar tomar medicamentos durante el embarazo, a
menos que el médico los recete específicamente. También es esencial evitar consumir
bebidas alcohólicas de ningún tipo durante el embarazo.

Actualmente, Investigadores de la Universidad de Washington, Seattle, comenzaron


recientemente un innovador estudio con fondos del Instituto Nacional de Salud Infantil y
Desarrollo Humano (NICHD, por sus siglas en inglés), con el objetivo de descubrir si el
autismo se puede prevenir en un grupo específico de niños.

You might also like