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Paper: 2.
En el presente artículo Julio Rodríguez Vásquez: Abogado por la PUCP y con estudios en la
Maestría en Derechos Humanos en la misma universidad, analiza nuestro sistema de internamiento
penal, sustentando que se da una grave atentado a los derechos de las personas con discapacidad
psíquica (consideradas “inimputables”) al internarlas en contra de su voluntad en centros de salud
mental y que este hecho contraviene con tratados internacionales a los cuales nos encontramos
vinculados.
Dividiré este texto en dos partes: 1) Abordaré el tratamiento sobre la medida de seguridad de
internamiento, así como el concepto de inimputabilidad; y 2) Criticaré el modelo social de la
discapacidad.
En nuestro país, es el grado de peligrosidad del sujeto, el único criterio para que a través de la
individualización el juez determine la clase de medida de seguridad y la duración de la misma. Este
juicio de probabilidad futura es obtenida únicamente a partir de criterios psiquiátricos (por un perito),
en donde se verifica la deficiencia psicosocial (Rodríguez citando a Hurtado y Prado, 2016) o,
intelectual. Con esto se concluye que la peligrosidad se termina derivando de la inimputabilidad y
ésta, a su vez, de la deficiencia psicosocial o intelectual (Rodríguez citando a Freund, 2016).
Ahora bien, este internamiento tiene una doble finalidad: curativa-neutralizadora. Se piensa que por
la pérdida de la libertad interna del sujeto (psíquicamente “anómalo”), se le debería inoculizar,
considerándolo como fuente de peligro Ante ello existen 2 modelos, 1) de rehabilitación y 2) modelo
de prescindencia, ambos se fundamentan en la “anormalidad” de la persona. La primera busca
“curar esa anormalidad”, mientras que la segunda considera que estos individuos carecen de
características necesarias para vivir en sociedad, optando por su eliminación o aislamiento
(Rodríguez, 2016).
Ante ello surge el modelo social que ha sido reconocido por la Convención sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad (Convención) –la cual actualmente rigen en nuestro país--, en dónde
considera que las personas con discapacidad tienen derecho a decidir sobre sus vidas (artículo 3
de la Convención). En consecuencia, no deben ser homologados deficiencias y discapacidad al
criterio de inimputabilidad. Reconociéndoles como personas dignas, y en consecuencia receptáculo
de capacidad jurídica. (Bach, Michael. 2011)
En tal sentido, no existe una concordancia entre los fines curativos/neutralizadores del
internamiento y las normas de la Convención, toda vez que legitima un poder punitivo ilimitado
constriñendo a una persona a cambiar en contra de su voluntad. Por lo tanto, al igual que no es
legítimo curar a una persona sin deficiencias en contra de su voluntad, tampoco será legitimo hacerlo
con una persona con deficiencias psicosociales e intelectuales. (Rodríguez, 2016)
Desde la Convención y el modelo social, el fin “terapéutico” que permite la medida de seguridad de
internamiento en un centro de salud mental es inválido. Lo es también el fin neutralizador, ya que si
lo que se quiere es neutralizar, es necesario contar con un mecanismo o concepto que permita saber
quiénes requieren ser neutralizados y no tener un criterio tan amplio como la peligrosidad que
funcione como un fundamento totalizador. En consecuencia la peligrosidad, como criterio de
individualización de la medida de seguridad de internamiento, debe ser erradicado del derecho
penal, porque atenta contra la Convención, la cual adquiere rango constitucional en nuestro
ordenamiento jurídico.
Óscar Virgilio Lozada Mego COD: 20152569
Paper: 2.
ANÁLISIS DEL FILM "ONE BIRD FLEW OVER THE CUCKOO´S NEST" (FORMAN, 1975)
"ATRAPADO SIN SALIDA"
Es por ello, que un modelo social nos informa que las personas con discapacidad gozan de
dignidad, y por lo tanto, tienen derecho a decidir sobre sus vidas. En tal sentido, no existe una
concordancia entre los fines curativos/neutralizadores del internamiento toda vez que legitima un
poder punitivo ilimitado, constriñendo a una persona a cambiar en contra de su voluntad (Bach,
Michael. 2011). Por lo tanto, al igual que no es legítimo curar a una persona sin deficiencias en
contra de su voluntad, tampoco será legitimo hacerlo con una persona con deficiencias psicosociales
e intelectuales. En consecuencia, un modelo que obligue a los todos pacientes administrarse una
gran cantidad de medicación, bajo sanción de descargas eléctricas o incluso la práctica de una
lobotomía (como en el caso de la película), debería estar proscrita de todo ordenamiento
jurídico.
En esa línea, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (Convención),
considera que no deben ser homologados deficiencias y discapacidad al criterio de inimputabilidad
y las reconoce como personas dignas, y en consecuencia receptáculo de capacidad jurídica. Ergo,
dejemos de ser una sociedad opresora, y reconozcamos que las personas con discapacidad y
deficiencia son parte de nuestro mundo diverso, que de ninguna manera la solución es su
aislamiento.
Óscar Virgilio Lozada Mego COD: 20152569
Paper: 2.
BIBLIOGRAFÍA:
- Jakobs, Gunther. 2005. El Fundamento del Sistema Jurídico Penal. Lima: Ara.
Citado por Rodríguez, 2016.