You are on page 1of 13

Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología (2014) 34, 85---97

Revista de

LOGOPEDIA, FONIATRÍA y AUDIOLOGÍA


www.elsevier.es/logopedia

REVISIÓN

Desarrollo del vocabulario temprano en niños con


implante coclear escolarizados en centros con
bilingüismo oral-signado
Mar Pérez Martín a,∗ , Marian Valmaseda Balanzategui a , Begoña de la Fuente
Martín a , Ignacio Montero b y Sophie Mostaert b

a
Equipo Específico Discapacidad Auditiva, Comunidad de Madrid, Madrid, España
b
Departamento de Psicología Social y Metodología, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, España

Recibido el 18 de febrero de 2013; aceptado el 5 de julio de 2013


Disponible en Internet el 19 de diciembre de 2013

PALABRAS CLAVE Resumen Contamos con un buen número de investigaciones que estudian el desarrollo del
Desarrollo lenguaje en niños sordos con implantes cocleares educados en contextos orales, pero es redu-
vocabulario cido el corpus de trabajos que investiga el desarrollo de estos niños cuando están educados en
temprano; contextos bilingües. El presente estudio tiene como objetivo medir el desarrollo del vocabulario
Educación bilingüe; de 14 niños sordos con edades cronológicas de 17-62 meses y edades auditivas de 6-37 meses que
Implante coclear aprenden lengua castellana y lengua de signos española. Los niños sordos y sus iguales oyentes
precoz; comparten aulas en las que están presentes ambas lenguas como herramienta educativa y de
Lengua de signos; aprendizaje. Para medir las 2 lenguas, los niños fueron evaluados utilizando el Inventario de
Lengua oral; Desarrollo Comunicativo MacArthur-Bates español y un Inventario no estandarizado del vocabu-
Vocabulario lario de lengua de signos española. Los resultados de las evaluaciones indican que todos menos
compuesto 2 de los niños sordos presentan una producción del lenguaje oral dentro o por encima de los
(signos-palabras) rangos normales en comparación con la edad auditiva o el tiempo transcurrido desde la acti-
vación del implante coclear. Al comparar el vocabulario en 2 periodos de tiempo encontramos
que la producción en ambas lenguas mejoró significativamente. Los niños usan más lengua de
signos que lengua oral en la primera evaluación, pero esta tendencia se invierte en el segundo
periodo. Al hallar el vocabulario compuesto o conceptual, obtenemos que los niños tienen un
número total de términos léxicos mayor que el que presentan en cada una de las lenguas por
separado.
© 2013 Elsevier España, S.L.U. y Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología.
Todos los derechos reservados.

KEYWORDS Early vocabulary development in deaf children with cochlear implants educated in
Early vocabulary bilingual oral-sign language schools
development;
Abstract Several previous studies of language development in deaf children with coch-
lear implants educated in oral schools have been reported but there are very few such

∗ Autor para correspondencia.


Correo electrónico: mar.perezmartin@uam.es (M. Pérez Martín).

0214-4603/$ – see front matter © 2013 Elsevier España, S.L.U. y Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología. Todos los derechos reservados.
http://dx.doi.org/10.1016/j.rlfa.2013.07.008

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
86 M. Pérez Martín et al

investigations of deaf children simultaneously exposed to sign and spoken language during deve-
Bilingual education; lopment. The present study aimed to measure vocabulary development in 14 deaf children with
Early cochlear chronological ages of 17-62 months and hearing ages of 6-37 months who were learning spoken
implant; Spanish and Spanish sign language. The deaf children were included in classroom groups with
Sign language; other hearing classmates, where all children were exposed to native models of both languages.
Spoken language; To measure both languages, the children were evaluated using the Spanish MacArthur-Bates
Combined vocabulary Communicative Development Inventory and a non-standardized test of Spanish early sign lan-
across language guage vocabulary. The results of the evaluations indicated that all but two of the deaf children
(words-signs) had spoken language production within normal ranges in relation to auditory age or length of
time since cochlear implantation. When comparing vocabulary over two time periods, we found
that both Spanish sign language and Spanish spoken production significantly improved over both
periods. Children used more sign language than spoken language in the first assessment but this
trend was reversed in the second time period. When all vocabulary was combined in spoken
Spanish and Spanish sign language, the children had a larger set of semantic concepts in the
combined bilingual lexicon than in each language taken separately.
© 2013 Elsevier España, S.L.U. and Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología.
All rights reserved.

Introducción 2009; Hayes, Geers, Treiman y Moog, 2009; Nicholas y Geers,


2007, 2008) indican que aproximadamente el 50% de los
Contamos en la actualidad con numerosas investigaciones niños por ellos evaluados puntúan dentro de los rangos nor-
que señalan el impacto positivo de los implantes cocleares mativos para la población de niños oyentes (± 1 desviación
(IC) sobre el desarrollo del lenguaje en niños sordos, espe- típica), aunque otro 50% se situaría a más de 1 desviación
cialmente si el IC se realiza de manera temprana en los 2 o 3 estándar por debajo de la media, y ello a pesar de haber reci-
primeros años de vida (Connor, Craig, Raudenbush, Heavner bido una intensiva estimulación y de proceder de entornos
y Zwolan, 2006; Geers, Moog, Biedenstein, Brenner y Hayes, familiares socioculturalmente elevados y de alta implica-
2009; Manrique et al., 2006; Niparko et al., 2010), ya que ción. Como señalan Lederberg y Beal-Alvarez (2011), el 50%
la precocidad en la implantación coclear permite obtener de niños a más de una desviación típica es un porcentaje
el máximo partido posible de la flexibilidad neurológica mucho mayor que el 16% de la población oyente que se
que existe durante el periodo crítico (Sharma et al., 2004). encuentra en esa misma situación.
Los datos indican, sin embargo, que este impacto no es Por otra parte, los datos apuntan a un desarrollo un
homogéneo en todos los casos, sino que existen importantes tanto atípico respecto a la adquisición del vocabulario com-
diferencias tanto entre los niños ----variabilidad individual---- prensivo y expresivo. A diferencia de lo que ocurre en la
como entre los diferentes elementos lingüísticos evaluados, población oyente, los niños sordos con IC obtienen valores
siendo los aspectos gramaticales los que más dificultades más altos para el vocabulario expresivo que para el voca-
presentan para ser adecuadamente adquiridos (Duchesne, bulario comprensivo (Duchesne et al., 2009; Geers et al.,
Sutton y Bergeron 2009; Geers et al., 2009; Inscoe, Odell, 2009). Esta diferencia en el ritmo de adquisición de ambos
Archbold y Nikolopoulos, 2009; Juárez y Monfort, 2010; tipos de vocabulario también ha sido encontrada en investi-
Moreno-Torres, Cid, Santana y Ramos, 2011). gaciones realizadas con niños sordos sin IC (Moeller, 2000) y
Uno de los componentes lingüísticos más frecuentemente podría estar relacionada, como señalan Geers et al. (2009),
estudiados es el vocabulario. En lo que respecta a la len- con algunas de las estrategias de enseñanza que enfatizan
gua oral, las investigaciones con niños sordos sin IC indican la importancia de la denominación en los primeros años de
que, en comparación con sus iguales oyentes, los niños instrucción.
sordos tardan más tiempo en adquirir las primeras pala- Algunos estudios recientes se han centrado en anali-
bras, cuentan con un número significativamente inferior zar el vocabulario inicial, o desarrollo lexical precoz, de
de palabras y su ritmo de adquisición e incorporación al los niños con IC. Utilizando diarios paternos, Nott, Cowan,
almacenamiento lexical es más lento y no aumenta de Brown y Wigglesworth (2009), en un estudio longitudinal,
manera significativa a partir de las primeras 50 palabras compararon el vocabulario temprano de 24 niños sordos
(Lederberg y Spencer, 2001; Mayne, Yoshinaga-Itano y Sedey, implantados antes de los 29 meses con el de 16 niños oyen-
2000; Mayne, Yoshinaga-Itano, Sedey y Carey, 2000; Rinaldi tes. Encontraron que los niños implantados antes de los
y Caselli, 2009). Los resultados medios obtenidos los sitúan 12 meses producían sus primeras palabras más tardíamente
a más de 2 desviaciones típicas en comparación con los que los oyentes pero más precozmente que los que habían
datos normativos para la población de niños oyentes, incre- sido implantados después de los 12 meses. Por su parte,
mentándose las diferencias a medida que aumenta la edad Duchesne, Sutton, Bergeron y Trudeau (2010) estudiaron
(véase Lederberg y Spencer, 2001). el vocabulario de 11 niños implantados entre los 8 y los
En los últimos años, las investigaciones con niños con IC 25 meses, con edad cronológica comprendida entre los 20
arrojan resultados más positivos. Los influyentes trabajos de y los 44 meses. Llegaron a la conclusión de que la cantidad
Geers y colaboradores realizados con amplias muestras de de palabras producidas está fuertemente relacionada con la
niños implantados en Estados Unidos y Canadá (Geers et al., edad cronológica y con la edad auditiva o tiempo desde el

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Vocabulario temprano en niños sordos con IC escolarizados en centros bilingües 87

implante. Encontraron que la edad lexical equivalente obte- la lengua de signos como medio preferente de comunicación,
nida por los niños era significativamente inferior a su edad pudiéndose diferenciar al menos 4 contextos diferentes:
cronológica (con una diferencia media de 10 meses) pero a) uso de signos como apoyo a la comunicación oral; b) uso
mayor que su edad auditiva, y que a medida que la edad cro- de signos en forma de comunicación bimodal; c) uso de
nológica de los niños aumenta, la edad lexical equivalente la lengua de signos en contextos de bilingüismo sucesivo
tiende a estar más cerca de la edad auditiva y alejarse de (lengua de signos-lengua escrita), a menudo en situaciones
la edad cronológica. de educación especial, y d) uso de la lengua de signos en
Una variable que suele tomarse en consideración cuando enfoques educativos bilingües simultáneos en contextos de
se evalúa el desarrollo de la lengua oral de los niños con integración escolar. Por otra parte, no es infrecuente que
IC es el modelo de intervención educativa en el que se las familias cambien las estrategias comunicativas y el tipo
hallan inmersos. En lo que respecta al enfoque comunicativo de emplazamiento educativo de su hijo después de la rea-
empleado, existe en la actualidad una amplia diversidad de lización del IC, lo que Wheeler, Archbold, Hardie y Watson
prácticas educativas que podríamos situar en un continuo (2009) han denominado «viaje comunicativo», llevando a los
que va desde los enfoques orales audio-verbales hasta los niños desde enfoques de comunicación total a otros más ora-
enfoques educativos en los que se prima la utilización de les y viceversa, en función de las expectativas y resultados
la lengua de signos.Algunas investigaciones apuntan a que obtenidos.
el empleo temprano de signos tiene efectos positivos en el Las investigaciones que estudian el vocabulario de niños
desarrollo de la lengua oral. Connor, Hieber, Arts, Teresa y con IC no suelen analizar los procesos de adquisición del
Zwolan (2000), en una investigación con 147 niños implanta- vocabulario en la lengua de signos. En relación con esta len-
dos encontraron que los niños que habían sido implantados gua, los datos disponibles proceden de las investigaciones
antes de los 5 años y que eran educados en programas de psicolingüísticas realizadas con niños sordos hijos de padres
comunicación total obtenían mejores puntuaciones en las sordos signantes e indican que, inicialmente, estos niños
pruebas de vocabulario receptivo que los educados en pro- adquieren los signos más rápidamente que los oyentes las
gramas orales, concluyendo que en la medida en que se palabras (Anderson y Reilly, 2002; Meier y Newport, 1990).
asegura una exposición suficiente a la lengua oral, los niños Esta ventaja inicial desaparece sobre los 24 meses, edad en
mejoran sus habilidades independientemente del tipo de la que los tamaños del léxico entre sordos en lengua de sig-
entorno lingüístico en el que estén. En la misma línea se nos y oyentes en lengua oral resultan similares. Un aspecto
sitúan las investigaciones de Yoshinaga-Itano en el estado de que ha atraído el interés de los investigadores es en qué
Colorado, que cuenta con un programa de detección precoz medida se observa en los niños sordos signantes el proceso de
de la sordera y de intervención temprana tanto con los niños aceleración lexical comúnmente descrito para la población
como con sus familias, programa en el que se intensifica la de niños oyentes. En 3 investigaciones realizadas utilizando
estimulación oral proporcionando además el apoyo de sig- las escalas MacArthur-CDI, los resultados son divergentes.
nos para la comunicación temprana. Sus resultados indican Anderson y Reilly (2002) no observan aceleración y descri-
que el uso de los signos favorece el desarrollo de la len- ben un incremento bastante lineal a lo largo del tiempo,
gua oral (Yoshinaga-Itano, 2006, citada en Hyde y Punch, mientras que Hoiting (2006) y más recientemente Woolfe,
2011), y que los niños que son educados en un enfoque Herman, Roy y Woll (2010) describen aceleraciones similares
oral combinado con instrucción en signos pueden alcanzar a las observadas en los niños oyentes que adquieren lenguas
niveles de lenguaje adecuados para su edad entre los 4 y orales.
los 7 años en vocabulario expresivo y en sintaxis receptiva Son muy escasas las investigaciones que estudian el des-
(Yoshinaga-Itano, Baca y Sedey, 2010). arrollo de la lengua oral y de la lengua de signos de los niños
Otros estudios, por el contrario, señalan que los niños con IC que son educados en contextos de educación bilingüe
con IC que son educados en contextos orales, audio-orales desde edades tempranas. En un estudio longitudinal desarro-
o audio-verbales obtienen mejores resultados globales en llado en Suecia por Preisler, Ahlström y Tvingstedt (1997,
lengua oral, y por consiguiente también en vocabulario, 2005) se señala que, en un principio, la lengua de signos
que los educados en contextos educativos en los que se sueca constituía el modo preferente de comunicación de los
emplean signos (Geers y Brenner, 2004; Geers, Spehar y niños con IC. Con los años tendían a usar menos signos en
Sedey, 2002; Geers, Strube, Tobey, Pisoni y Moog, 2011). En casa, aunque los seguían manteniendo para la comunica-
una investigación desarrollada en Dinamarca, Percy-Smith, ción compleja. Observan que los niños con mejores niveles
Cayé-Thomasen, Breinegaard y Jensen (2010) no encuentran de lengua oral también habían desarrollado buenos niveles
diferencias significativas entre los resultados obtenidos por en lengua de signos.
niños educados en contextos de integración, mayoritaria- Wiefferink, Spaai, Uilenburg y Vermeij (2008) llevaron a
mente en lengua oral, o de educación especial educados cabo un estudio longitudinal a lo largo de 3 años de 18 niños
mayoritariamente en comunicación total o con lengua de con IC (12 flamencos y 6 holandeses). Encontraron que la
signos, sino en función de la lengua preferentemente uti- evolución de la lengua oral en aspectos como inteligibili-
lizada en la familia, con mejores resultados para los que dad del habla, lenguaje receptivo y vocabulario era mejor
utilizaban la lengua oral en el hogar. en contextos monolingües (flamencos) que en bilingües
Un problema presente en muchas de las investigaciones (holandeses). Respecto a la lengua de signos, no observa-
en las que se comparan diferentes contextos educativos es ron progreso en los aspectos sintácticos. Los autores señalan
que se trata de una variable que no es fácil de controlar. En como posibles factores explicativos de estos resultados la
primer lugar, porque bajo la consideración de comunicación eficacia de la detección y de la intervención tempranas en
signada se incluyen niños y contextos muy variados que van Flandes, la posible influencia de los diferentes patrones que
desde el uso de signos como apoyo a la lengua oral al uso de supone adquirir 2 lenguas a la vez, así como el hecho de que

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
88 M. Pérez Martín et al

los padres oyentes dejan de utilizar la lengua de signos una 2. ¿Qué niveles de vocabulario comprensivo y expresivo de
vez que pueden comunicarse oralmente con su hijo. la LSE tienen los niños?
En nuestro país, Jiménez, Pino y Herruzo (2009), en 3. ¿Cómo evolucionan las trayectorias del vocabulario en
un estudio con 18 niños de edades comprendidas entre 4 ambas lenguas con el paso del tiempo? ¿Hay diferencias
y 8 años y que recibieron el implante entre las edades de entre ellas?
15 meses y 5 años, encuentran que no existe ventaja clara 4. ¿El número total de producciones en ambas lenguas
para los monolingües o bilingües, sino que depende más bien (vocabulario compuesto en adelante) es superior al obte-
de los campos evaluados. nido en cada una de las lenguas por separado?
Además de ser escasa la investigación, las pocas referen-
cias que pueden encontrarse o bien no se refieren al mismo Método
tipo de bilingüismo, o bien no especifican claramente en
qué consisten los contextos bilingües en los que están los
Participantes
niños que son objeto de la investigación. La variabilidad en
los resultados obtenidos indica que se requieren más estu-
dios tanto para conocer el progreso de los niños educados Los participantes en este estudio son 14 niños con IC reali-
en estos contextos como para revisar y modificar las pro- zado antes de los 2 años en todos los casos excepto en uno de
puestas existentes. Para una reflexión reciente sobre estas ellos, implantado a los 30 meses. Nueve niños portan IC uni-
cuestiones, véase Knoors y Marschark, 2012. laterales, 4 están bi-implantados y a uno se le ha practicado
El estudio que a continuación se presenta se centra en un implante de tronco. Todos los niños están escolarizados
los contextos de bilingüismo signado (lengua de signos y en centros con bilingüismo de lengua oral y lengua de sig-
lengua castellana) existentes actualmente en la Comunidad nos de la Comunidad de Madrid en la etapa de educación
de Madrid y que presentan características diferentes a los infantil. La lengua materna de todos los niños es la lengua
existentes en otras comunidades y otros países de nuestro castellana o la LSE. Once niños sordos proceden de hogares
entorno. cuya lengua de interacción es el castellano oral (S-O en ade-
La Comunidad de Madrid cuenta con centros de inte- lante) y 3 niños sordos son hijos de padres sordos signantes
gración preferente para escolarizar alumnas y alumnos (S-S en adelante).
con discapacidad auditiva a lo largo de la educación Todos los niños S-O excepto 2 entran en contacto con sig-
infantil (0-6 años), primaria (6-12 años) y secundaria (12- nantes usuarios de la LSE antes de los 2 años, coincidiendo
16/18 años). Cuatro de estos centros pueden considerarse con su incorporación al centro bilingüe. Las edades de los
como «experiencias singulares» de educación bilingüe y niños son diferentes, como se puede observar en la tabla 1,
compartida con niños oyentes. Este bilingüismo tiene 2 dado que en el momento en el que se inicia el estudio los
características. La primera es que se trata de un bilingüismo niños están escolarizados en distintos niveles de la etapa de
bimodal, con presencia de la lengua de signos española (LSE) educación infantil. Los 3 niños S-S son los únicos que cuen-
y de la lengua castellana como vehículos de comunicación y tan con una L1, la lengua de signos, desde el nacimiento.
aprendizaje. La segunda es que se propone un bilingüismo Ninguno de los niños presenta una discapacidad añadida
simultáneo en el sentido de que los niños son expuestos a relevante.
las 2 lenguas desde el momento en el que se escolarizan En la primera evaluación, las edades cronológicas de los
en el centro. El objetivo es que el currículo en estos cen- niños estaban comprendidas entre los 23 y los 62 meses. El
tros resulte accesible para todos los alumnos, sean oyentes número de meses, el tiempo desde la implantación o la edad
o sordos. En las aulas, 5 o 6 niños con discapacidad auditiva auditiva oscilaban entre los 6 y los 37 meses, y el tiempo de
comparten las actividades con sus compañeros oyentes, pro- exposición a la LSE, entre los 12 y los 47 meses.
piciándose así oportunidades para la interacción tanto con La muestra estudiada representa el total de niños esco-
iguales sordos como con oyentes. De ahí la consideración de larizados durante los cursos 2009-2010 y 2010-2011 en la
estos centros como de educación compartida. etapa de educación infantil en centros bilingües lengua
Aunque entre los 4 centros existen diferencias respecto oral-lengua de signos que cumplen las siguientes caracte-
a las etapas educativas a las que atienden, los recursos rísticas: presentar una sordera de grado profundo (superior
personales con los que cuentan, el estatus público o concer- a 90 decibelios de pérdida en ambos oídos) diagnosticada
tado, los enfoques metodológicos etc., todos ellos tienen antes de los 18 meses, haber sido implantado antes de los
en común que planifican el currículo usando las 2 lenguas 3 años, no presentar una discapacidad añadida a la pérdida
como vehículo de comunicación y aprendizaje, estable- auditiva y tener como lengua del hogar el castellano o la
ciendo tiempos y actividades para cada una de las lenguas. LSE.
Cuentan entre sus profesionales con usuarios competentes
y/o nativos de la lengua de signos y de la lengua castellana. Materiales
El estudio que aquí presentamos pretende conocer la tra-
yectoria del desarrollo del vocabulario temprano en lengua Para evaluar el vocabulario en lengua oral hemos utilizado
oral y en lengua de signos de niños sordos con IC escolariza- la adaptación española de los Inventarios MacArthur-Bates
dos en contextos educativos de bilingüismo. CDI realizada por López-Ornat et al. (2005). Se trata de
Intentamos responder a las siguientes cuestiones: 2 inventarios dirigidos a niños con edades comprendidas
entre los 8-15 meses y los 16-30 meses.
1. ¿Qué nivel de vocabulario en lengua oral alcanzan los Estos inventarios, adaptados a un gran número de
niños? ¿Qué relación presenta con la edad auditiva y la lenguas orales, han sido muy frecuentemente emplea-
edad cronológica? dos tanto para el seguimiento como para la investigación

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Vocabulario temprano en niños sordos con IC escolarizados en centros bilingües 89

Tabla 1 Datos de los participantes


Niños Fecha de Edad de operación Edad de contacto con Contexto Tipo de dispositivo
nacimiento (meses) la LSE (meses) lingüístico
N1 08/2005 11 49 S-O IC
N2 11/2008 12 26 S-O Bi-implante
N3 11/2008 13 11 S-O Bi-implante
N4 02/2007 14 15 S-O Bi-implante
N5 05/2009 14 Nacimiento S-S IC
N6 02/2007 15 19 S-O IC-tronco
N7 12/2006 16 20 S-O IC
N8 07/2008 18 21 S-O Bi-implante
N9 06/2008 20 16 S-O IC
N10 07/2006 20 Nacimiento S-S IC
N11 01/2007 22 22 S-O IC
N12 01/2007 22 Nacimiento S-S IC
N13 04/2007 23 17 S-O IC
N14 03/2005 30 31 S-O IC

lingüística con niños sordos (Padovani y Teixeira, 2004; de estas adaptaciones, de los datos evolutivos disponibles y
Rinaldi y Caselli, 2009; Stallings, Gao y Svirsky, 2000; Thal, de la experiencia educativa con niños de educación infantil
Desjardin y Eisenberg, 2007; Yoshinaga-Itano y Sedey, 2000). se procedió a incorporar o eliminar términos que resultaran
En algunos casos han sido validados para la población de adecuados a la cultura española o a la LSE. El resultado de
niños sordos (Mayne et al., 2000a,b). este trabajo se concretó en la elaboración de un único inven-
Algunos de los niños que participan en nuestro segui- tario de la LSE que recoge el vocabulario en signos, tanto
miento sobrepasan tanto en edad cronológica como en edad comprensivo como expresivo, desde los 8 hasta los 36 meses
auditiva los 30 meses, edad máxima para la que el inventa- de edad, en 20 categorías semánticas y con un total de 532
rio fue concebido y baremado. Sin embargo, varios autores signos.
(Stallings et al., 2000; Thal et al., 2007) han mostrado que
estos inventarios constituyen un instrumento válido para
describir el lenguaje oral de los niños sordos con IC de mayor Diseño y procedimiento
edad. Stallings et al. (2000) lo aplicaron a niños de eda-
des cronológicas entre los 17 y los 72 meses mientras que Se llevó a cabo un estudio evolutivo longitudinal donde se
Thal et al. (2007), a niños cuya edad auditiva alcanzaba los analizan de modo ex post facto los procesos de desarrollo
60 meses. Por otra parte, son varias las investigaciones rea- de 2 variables, el tipo de lengua (oral, signos) y, dentro de
lizadas en distintos países y lenguas que lo han utilizado la lengua de signos, el tipo de vocabulario (comprensivo y
también con niños sordos implantados mayores de 30 meses expresivo) a lo largo del periodo de un año (véase Montero
(Duchesne et al., 2010; Moreno-Torres et al., 2011; Nicholas y León, 2007).
y Geers, 2008; Nott, Cowan, Brown y Wigglesworth, 2003). Se han recogido inventarios de vocabulario de la lengua
Para la evaluación del vocabulario de la LSE hemos uti- oral y de la lengua de signos de los niños. Dado que algunos
lizado un Inventario de Vocabulario Temprano de la LSE1 , niños eran muy pequeños al inicio del seguimiento, en algu-
elaborado por el Equipo Específico2 en colaboración con nos casos hemos podido obtener 2 inventarios en 2 cursos
un grupo de asesoras sordas especialistas en LSE con una consecutivos.
dilatada experiencia educativa en la etapa de Educación Los cuestionarios correspondientes a la lengua familiar
Infantil3 . Para su elaboración se tomaron como referencia fueron cumplimentados por los padres. Así, los padres oyen-
las adaptaciones del CDI existentes para la lengua de sig- tes rellenaron los CDI del castellano y los padres sordos
nos americana (Anderson y Reilly, 2002) y para la lengua signantes los inventarios de LSE.
de signos británica (Woolfe et al., 2010), ambas dirigidas Los cuestionarios correspondientes a la lengua no familiar
a niños signantes de edades entre 8 y 36 meses. Partiendo pero sí empleada en el centro escolar fueron cumplimenta-
dos por el profesorado de los niños. Tutores y logopedas se
hicieron cargo de los de la lengua oral-español, y co-tutores
1 Este inventario será normalizado y baremado dentro del pro-
y especialistas en lengua de signos de los de la LSE. Existen
antecedentes de acudir a los profesores como informan-
yecto «Adaptación del Inventario de Desarrollo Comunicativo (CDI)
tes para cumplimentar los inventarios CDI tanto en niños
de MacArthur-Bates a la LS Española» (Referencia: SEJ-7417). Finan-
ciado por la Junta de Andalucía (Consejería de Innovación, Ciencia
oyentes (Lima, 2012) como en niños sordos (Lederberg y
y Empresas) dentro de su convocatoria de Proyectos de Excelencia. Spencer, 2009), bien porque no se encuentran diferencias
2 Equipo Específico de Discapacidad Auditiva de la Comunidad de significativas entre las respuestas ofrecidas por padres y por
Madrid. profesores (Lima, 2012), bien porque, como en nuestro caso,
3 Ana Victoria Álvarez, Arancha Díez Abella, Mar Piriz y Mayte San los padres no son la fuente primaria del input lingüístico de
Juan. la lengua evaluada (Lederberg y Spencer, 2009).

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
90 M. Pérez Martín et al

Para la corrección de los Inventarios de lengua oral


(español) se han utilizado los baremos correspondientes a
ambos sexos. La utilización de esta tabla mixta es recomen-
dada por los autores de la adaptación española para tareas
de investigación en las que la variable sexo no vaya a ser
contemplada.

Resultados

De los 14 niños que configuran la muestra, se han anali-


zado protocolos del Inventario de Vocabulario de la LSE de
13 niños y protocolos del Inventario de lengua oral CDI de
12 niños debido a la pérdida de los 3 protocolos restantes
(un protocolo de LSE y 2 protocolos de lengua oral).
A continuación presentamos los resultados obtenidos
organizados en 2 grandes bloques. En el primero se anali- Figura 1 Evolución del vocabulario expresivo en lengua oral
zan en términos de grupo y mediante técnicas de inferencia (LO) y lengua de signos española (LSE), en porcentaje de pala-
estadística los datos relativos al desarrollo del vocabulario bras/signos producidos.
en lengua oral y en LSE y la comparación entre los mismos.
En el segundo bloque presentamos esos mismos resultados
pero desde una perspectiva más ideográfica. Dentro de este hay diferencia tras el paso de un año (45,79% vs 68,56%,
segundo bloque se introduce el análisis del vocabulario com- F(1,7) = 44,823, p < 0,001, ?2 = 0,865, 1-ß = 1,000).
puesto que ----como se argumenta más adelante---- implica una
excepción a esta estrategia. Veamos seguidamente cada uno
Comparación de las 2 lenguas: vocabulario expresivo
de estos 2 bloques.
En este apartado nos planteamos observar la trayectoria
evolutiva del vocabulario expresivo y el tamaño del mismo
Desarrollo del vocabulario: una mirada de conjunto en lengua oral y en lengua de signos.
Al comparar la evolución tanto en LSE (inventario LSE)
En lengua oral como en lengua oral (CDI) de 6 niños en 2 tiempos no hay nin-
Al hacer la comparación de los promedios de la cantidad gún efecto de interacción entre los factores tiempo y lengua
de palabras producidas por los 6 niños de los que hemos (F(1,5) = 2,915, p > 0,05), ni tampoco efecto significativo del
obtenido 2 evaluaciones en 2 años consecutivos (T1 y T2), factor lengua (F(1,5) = 0,103, p > 0,05). Sin embargo, existe
obtenemos un valor de 110,83 palabras en T1 y de 386,67 en una diferencia significativa entre los 2 tiempos de evaluación
T2. Vemos pues que se produce un incremento significativo (F(1,5) = 94,623, p < 0,001, ?2 = 0,950, 1-ß = 1,000), y al anali-
(F(1,5) = 44,835, p < 0,001, ?2 = 0,900, 1-ß = 0,999). zar las medias estimadas podemos afirmar que el vocabulario
Por lo que se refiere a la evolución entre ambos tiem- evoluciona tanto en LSE como en lengua oral (fig. 1).
pos medidos en percentiles con respecto al tiempo desde Además de constatar una clara evolución en ambas len-
el implante, se mantienen valores elevados (71,5 y 61,5 guas de un año a otro, nos parece interesante señalar el
en T1 y T2, respectivamente) por encima del percentil 50 «movimiento» que se observa entre los vocabularios de una
en los 2 tiempos, lo que indicaría un buen resultado en y otra lengua. Aunque las diferencias entre las lenguas no
los 6 niños y en los 2 momentos de evaluación. Aunque se resulten significativas, en T1 el nivel de vocabulario en len-
observa un ligero descenso entre la primera y la segunda eva- gua oral se encuentra por debajo del alcanzado en LSE,
luación, cabe señalar que este descenso no es significativo mientras que al cabo de un año la situación se invierte y
(F(1,5) = 1.424, p > 0,05).

En lengua de signos
Obtenemos resultados del Inventario de vocabulario de la
LSE de 8 niños diferentes en 2 tiempos. De los 8 niños, 7
son S-O y uno (N5) es S-S. El tiempo de exposición a la LSE
de estos 8 niños oscila de 15 a 24 meses y las edades cro-
nológicas están comprendidas entre los 23 y los 42 meses.
Los porcentajes medios obtenidos en vocabulario expresivo
en los 2 tiempos son 31,92 (T1) y 52,77 (T2). En cuanto al
vocabulario comprensivo, los porcentajes medios son 59,66
(T1) y 84,35 (T2). Constatamos en este caso que no hay
efecto de interacción entre los 2 factores (F(1,7) = 0,302,
p > 0,05), aunque se aprecia una diferencia significativa
entre el porcentaje de aciertos en vocabulario comprensivo Figura 2 Percentiles correspondientes a producción de pala-
de la LSE (72%) y el expresivo (42,34%) a favor del primero bras de 12 niños en su primera evaluación, ordenados por edad
(F(1,7) = 31,584, p < 0,001, ?2 = 0,819, 1-ß = 0,997). También auditiva o tiempo desde el implante.

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Vocabulario temprano en niños sordos con IC escolarizados en centros bilingües 91

Tabla 2 Número de palabras producidas, edad cronológica, tiempo transcurrido desde el implante y edad lexical equivalente
Niños Número de palabras Edad cronológica Tiempo desde el IC Edad lexical equivalente
producidas (meses) (meses) (meses)
N13 55 37 15 17
N2 53 30 17 17
N12 125 39 16 21
N11 9 41 19 16
N5 252 35 20 25
N7 523 41 24 Superior a 30
N8 483 46 25 Superior a 30
N9 483 46 26 Superior a 30
N4 261 39 26 26
N3 518 41 28 Superior a 30
N10 515 47 28 Superior a 30
N6 229 52 37 24

la lengua oral pasa a tener un vocabulario mayor que el de N10 Y N12)---- nos proporcionan una primera aproximación de
la LSE. la evolución del componente comprensivo y productivo de
los 532 signos que forman el Inventario.
Segunda mirada a los datos: análisis individuales La figura 3 muestra que, a pesar de la variabilidad indivi-
dual, a medida que aumenta el tiempo de exposición a la LSE
Lengua oral aumenta el número de signos comprendidos y expresados.
La figura 2 y la tabla 2 recogen los resultados obtenidos por Por otra parte, se observa que lo que sucede habitualmente
los 12 niños evaluados con el CDI de lengua castellana. En en el desarrollo de las lenguas ----esto es, que el vocabula-
la figura 2 se presentan los percentiles correspondientes a rio comprensivo supere al productivo---- resulta ser, también,
la edad auditiva o tiempo transcurrido desde el implante el patrón que se obtiene respecto al vocabulario de la LSE.
de los 12 CDI analizados. En todos los casos hemos aplicado Aunque hay algunas diferencias entre los niños en el número
el baremo correspondiente al tiempo que llevan con el IC, de signos comprendidos y/o expresados, se mantiene la dis-
excepto en el caso de N6, a quien hemos aplicado el baremo tancia entre comprensión y expresión a favor de la primera.
más alto, el de 30 meses, dado que su edad auditiva es supe- Como se puede observar en la figura 3 en el caso de los
rior a esta edad (37 meses). 2 niños S-S que tienen una edad cronológica superior a los
Como puede verse, todos los niños, a excepción de N11 36 meses de edad (N12 y N10), coinciden las líneas de com-
y N6 (niño con implante de tronco), obtienen percentiles prensión y producción. Es posible que este dato esté siendo
bastante elevados (percentil 50 o superior) al compararlos influido por un cierto efecto techo.
con el baremo correspondiente a la muestra de niños oyentes Puede llamar la atención el hecho de que N5 (S-S) com-
cuya edad se corresponde con el tiempo que los niños de la prenda y produzca menos signos que los niños S-O que llevan
muestra llevan implantados. menos tiempo expuestos a la LSE. Hay que tener en cuenta,
La tabla 2 recoge la edad equivalente al número de pala- no obstante, que estos últimos son mayores en edad crono-
bras producidas, edad que podemos comparar respecto a su lógica.
edad cronológica y a su edad auditiva o tiempo de duración A diferencia del CDI de lengua oral, en el caso del inventa-
del implante. Todos los niños (excepto los ya mencionados rio de vocabulario de LSE no contamos con datos normativos.
N6 y N11) alcanzan edades lexicales equivalentes o superio-
res a su tiempo de duración del implante. En 5 casos (N3, N7,
N8, N9 y N10) el número de palabras producidas supera el
percentil 50 de la edad máxima de los baremos (30 meses),
límite planteado por Thal et al. (2007) para poder adjudicar
edad lexical a niños sordos que superan la edad cronológica
de los baremos.
Tomados en su conjunto, los niños alcanzan una edad lin-
güística inferior a su edad cronológica pero superior a su
edad auditiva o tiempo de duración del IC.
Estos datos indican que la adquisición del vocabulario oral
temprano que estos niños realizan es rápido y acorde a su
edad auditiva.

Lengua de signos: evolución del vocabulario expresivo y


comprensivo
Los datos obtenidos a través del Inventario de vocabulario Figura 3 Resultados en lengua de signos española (LSE) de 13
de la LSE de 13 niños ----10 de ellos niños S-O y 3 niños S-S (N5, niños ordenados por el tiempo de exposición a la LSE.

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
92 M. Pérez Martín et al

De modo meramente orientativo hemos comparado los datos Los niños están ordenados respecto a su tiempo de dura-
de los 13 niños evaluados con los obtenidos en la adaptación ción del IC, que prácticamente coincide con su tiempo de
del CDI de la lengua de signos británica (Woolfe et al., 2010) exposición a la LSE en los niños S-O con una variabilidad
tomando como referencia el percentil 50 de los baremos. entre el tiempo de duración del IC y el tiempo de exposición
La tabla 3 recoge la edad equivalente al número de signos a la LSE que oscila de 0-6 meses. En los 3 niños S-S, las dife-
comprendidos y producidos, edad que podemos comparar rencias entre estos 2 tiempos de exposición lógicamente son
respecto a su edad cronológica y a su tiempo de exposición mayores en los 3 casos y están en 17,19 y 21 meses.
a la LSE. Como puede comprobarse, los niños S-S son las Haciendo una excepción a nuestro modo de presentar
únicos que alcanzan la edad lexical correspondiente a su los datos, vamos a iniciar el comentario de los resultados
edad cronológica. de la tabla 4 en términos de conjunto, señalando que hay
En el caso de los niños S-O, todos obtendrían una edad diferencias significativas entre los promedios de términos
lexical por encima de su tiempo de exposición a la LSE, léxicos que recogen las 3 columnas (número de palabras,
excepto un caso (N4) en el que ambas puntuaciones coin- número de signos y vocabulario compuesto; F(2,20) = 5,05,
ciden. Tomados en su conjunto, los niños S-O alcanzan una p < 0,05) y que la prueba a posteriori de Bonferroni señala
edad lexical en vocabulario comprensivo que como media que tales diferencias son entre el vocabulario compuesto y
sería algo más de 8 meses superior a su tiempo de exposición cada uno de los otros 2 (241,18 vs 387,45, p < 0,05; 276,72
a la LSE y unos 8 meses inferior a su edad cronológica. vs 387,45, p < 0,05), pero no entre el promedio de términos
Respecto a la producción podemos ver que todos los niños en lengua oral y en LSE (241,18 vs 276,72, p > 0,05). Por otro
S-O, excepto 2 de ellos (N4 y N11), alcanzan edades lexicales lado, abundando en lo anterior, hay una correlación alta y
superiores a su tiempo de exposición a la LSE. Tomados en significativa entre la puntuación de vocabulario compuesto
su conjunto, los niños obtendrían una edad lexical en voca- y el número de términos léxicos en cada una de las 2 len-
bulario productivo que, como media, es 16 meses inferior a guas (rpal,Vc = 0,736, p < 0,01; rsig,Vc = 0,877, p < 0,001), pero
su edad cronológica pero unos 5 meses superior a su tiempo no hay correlación significativa entre ellas 2 (rpal,sig = 0,388,
de exposición a la LSE. p > 0,05) (fig. 4).
Nos encontramos, pues, al igual que lo que sucede en el Siguiendo con los análisis individuales, en la figura 4
caso del vocabulario en lengua oral, que los niños obtienen podemos observar que en todos los casos excepto en uno
resultados que los sitúan por encima de sus iguales en tiempo (N11) el vocabulario compuesto aumenta en una u otra direc-
de estimulación. La explicación estaría una vez más en la ción, es decir, que los niños tienen un número total de
mayor madurez cognitiva y de intereses que les proporciona términos léxicos que es mayor que el número de signos y/o
su edad cronológica. de palabras. Esto ocurre tanto en los niños S-O como en los
niños S-S.
Por otro lado, podemos apreciar que los niños con menos
tiempo desde la implantación y, por tanto, con menor
Vocabulario compuesto cantidad de exposición a la lengua oral tienen un mayor
En este apartado analizamos el vocabulario total obtenido repertorio léxico en LSE, pero esta tendencia se invierte a
por los 11 niños de los que disponemos de inventarios en favor de la lengua oral en todos los casos cuando los niños lle-
ambas lenguas (todos excepto N1, N7 y N14). Como señalan van más de 24 meses implantados. Esta tendencia se observa
diversos autores (López-Ornat et al., 2005; Oller, 2005; también en N10, hija de padres sordos signantes. La única
Pearson, 1998), las habilidades lingüísticas de los niños bilin- excepción a esta tendencia la encontramos en N6 (niño con
gües pueden estar distribuidas de manera desigual en las implante de tronco cerebral).
lenguas y los procedimientos diseñados para la evaluación Del mismo modo, el vocabulario común entre ambas
de niños monolingües, como es el caso de la adaptación lenguas (tabla 4), que en un principio es reducido, se ve
española, pueden no resultar apropiados para la evalua- incrementado a medida que aumenta el tiempo de exposi-
ción de estos niños. Los niños bilingües parecen producir ción a la lengua oral, siendo más evidente este aumento en
menos palabras que los niños monolingües de su edad cuando torno a los 24 meses desde la realización del IC.
son evaluados en cada lengua por separado, mientras que
cuando se calcula una puntuación compuesta de las pala-
bras que dicen en una y otra lengua los resultados en Discusión y conclusiones
producción llegan a ser comparables con los de los monolin-
gües (Marchman y Martinez-Sussmann, 2002; Pearson, 1998). En relación con la primera cuestión que nos planteábamos
Este vocabulario compuesto es lo que Pearson denominó relativa al nivel de vocabulario que los niños alcanzan en
«vocabulario conceptual». Algunos conceptos únicos (sin- lengua oral, los resultados nos muestran que, como media,
glets) están lexicalizados en lengua de signos o en lengua todos los niños obtienen una edad lexical que es algo supe-
oral, mientras que otros lo están en ambas (doublets). rior al tiempo de duración del implante, aunque inferior a
En la tabla 4 se recogen los datos de vocabulario com- la edad cronológica.
puesto o conceptual de 11 niños (8 niños S-O y 3 niños S-S). Si analizamos las puntuaciones individuales obtenidas por
En la última columna de la tabla se recoge el vocabulario los niños encontramos, como viene siendo habitual en las
común en ambas lenguas. investigaciones de niños con IC, una amplia variabilidad indi-
En sentido estricto, ninguno de los niños de nuestra mues- vidual. En nuestro caso, esta variabilidad se refleja en que
tra puede ser considerado bilingüe, ya que los niños S-O no de los 12 niños evaluados, 8 presentan una edad lexical por
empiezan su exposición en ambas lenguas antes de los 2 años encima de su edad auditiva, 2 se sitúan en su edad auditiva
de edad y los niños S-S son nativos únicamente en LSE. y otros 2 por debajo de la misma. En el grupo de los 8 niños

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Vocabulario temprano en niños sordos con IC escolarizados en centros bilingües 93

Tabla 3 Número de signos comprendidos y producidos, edad cronológica, tiempo de exposición a la lengua de signos española
(LSE) y edades lexicales equivalentes

Niños Número de signos Número de signos Tiempo de Edad cronológica Edad lexical Edad lexical
comprendidos producidos exposición a la (meses) comprensión producción
LSE (meses) (meses) (meses)
N1 195 40 12 57 24 17
N8 285 156 15 33 27 26
N2 221 112 17 30 26 23
N9 457 129 18 34 36 24
N13 329 282 20 37 28 31
N6 401 252 21 40 32 28
N14 427 324 29 62 33 32
N3 501 429 30 41 36 36
N11 430 252 31 53 35 28
N4 511 282 36 51 36 31
N5-SS 353 266 35 35 34 30
N12-SS 532 532 39 39 Superior a 36 Superior a 36
N10-SS 483 481 47 47 Superior a 36 Superior a 36

que presentan una edad lexical superior a su edad auditiva siguiendo patrones bastante normalizados, a diferencia de
se encuentran los 3 niños S-S. lo que la investigación disponible indica respecto a la lengua
Respecto al análisis del vocabulario de la LSE, encontra- oral, con un predominio del vocabulario productivo sobre el
mos que todos los niños presentan un vocabulario que se comprensivo (Duchesne et al., 2009; Geers et al., 2009).
sitúa en o por encima de lo esperado para su tiempo de También en relación con la lengua de signos, se observan
exposición a la LSE. En cuanto a la comparación con la edad diferencias individuales entre los niños que, sin embargo,
cronológica, encontramos una clara diferencia entre lo que parecen menos acusadas que las encontradas en la lengua
sucede con los niños S-O y los niños S-S, ya que únicamente oral. Esta menor variabilidad podría estar relacionada con
estos últimos presentan resultados cercanos o correspon- que, a diferencia de lo que ocurre con la lengua oral, la len-
dientes a su edad cronológica, resultado esperable teniendo gua de signos resultaría, desde el punto de vista perceptivo,
en cuenta que se trata de niños nativos de la lengua de igualmente accesible para todos los niños estudiados, y que
signos. las diferencias podrían ser debidas al mayor o menor uso de
Un aspecto que nos parece interesante resaltar es que en la LSE en el hogar, y/o a características comunicativas de
todos los casos el vocabulario comprensivo está por encima los propios niños.
del productivo, y eso a pesar de que la mayoría de los niños Respecto a la evolución de las trayectorias del vocabu-
que componen la muestra, exceptuando los que son nati- lario en ambas lenguas, parece comprobarse que los niños
vos signantes, entran en contacto con la LSE en torno a los aumentan su competencia en las 2 lenguas de forma sig-
2 años de edad. Estos resultados son similares a los obtenidos nificativa a lo largo del tiempo. En un principio los niños
por Woolfe et al. (2010) y Anderson y Reilly (2002) en niños tienen un mayor vocabulario en LSE, mientras que a partir
sordos S-S, lo que estaría indicando que la LSE se adquiere de un momento que podríamos situar en torno a los 2 años

Tabla 4 Vocabulario total, compuesto y común ordenado por tiempo transcurrido desde el implante
Niños Tiempo desde Tiempo de Número de Número de Vocabulario Vocabulario Vocabulario
el implante exposición a la palabras signos total compuesto común
(meses) LSE (meses) producidas producidos
N5-SS 6 23 52 84 136 96 40
N13-SO 15 20 55 277 332 283 49
N2-SO 17 17 53 112 165 127 38
N12-SS 18 39 125 532 657 632 25
N11-SO 19 19 9 125 134 125 9
N8-SO 25 30 353 147 500 376 124
N9-SO 26 30 483 192 675 508 167
N4-SO 27 24 261 185 446 301 145
N10-SS 28 47 515 481 996 641 355
N3-SO 36 30 518 429 947 622 325
N6-SO 37 33 229 480 709 551 158

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
94 M. Pérez Martín et al

Figura 4 Número de palabras, signos y vocabulario compuesto (los niños están ordenados por su tiempo de exposición a la lengua
oral, siendo el tiempo de exposición a la lengua de signos española [LSE] la segunda información).

de exposición a la lengua oral, esta tendencia se invierte incrementándose con el tiempo (Oller y Eilers, 2002). En
y tiende a ser esta última la que presenta un vocabula- nuestra muestra parece también observarse esa tendencia.
rio más amplio. Esto podría explicarse teniendo en cuenta Esta distribución entre las lenguas parece estar relacionada
que, inicialmente, la lengua de signos resulta más accesible, con condiciones del input, en particular con los diferentes
mientras que para la lengua oral se precisa un tiempo mayor contenidos semánticos de comunicación que se proporcio-
para que tanto la programación del IC como la estimulación nan al niño en el contexto del hogar y en el contexto escolar
auditiva resulten efectivas. No obstante, una vez que el niño (Paradis, Genesee y Crago, 2011).
ya está conectado auditivamente con su entorno, la percep- De estos resultados pueden derivarse algunas implicacio-
ción de estímulos auditivos, aunque sea más limitada, es nes para la práctica educativa. La primera es que la lengua
también continua y no necesariamente intencional, a dife- de signos resulta accesible para todos los niños evaluados
rencia de lo que sucede en la lengua de signos, donde la que adquieren los signos de forma ágil y rápida y que así
mirada debe ser intencional, de tal manera que si el niño no pueden establecer intercambios comunicativos y lingüísticos
mira al interlocutor que signa, no accede a la información. cuando todavía sus habilidades auditivas resultan insuficien-
Los buenos resultados obtenidos respecto al vocabula- tes para la incorporación de la lengua de signos. Además, los
rio temprano en la lengua oral pueden estar relacionados datos obtenidos confirman que la presencia y el uso de la LSE
con el contexto de bilingüismo en el que se ha realizado no suponen un obstáculo para el desarrollo de la lengua oral.
este estudio al contar con una ratio de alumnos oyentes que En los entornos educativos bilingües descritos existen múl-
es 3 o 4 veces superior al número de alumnos sordos, lo tiples oportunidades para oír la lengua oral y participar en
que proporciona a estos últimos numerosas oportunidades intercambios comunicativos, ya que la mayoría de los inter-
para establecer interacciones a través de la lengua oral y de locutores son oyentes y esta es su lengua de uso, lo que
que se produzca, en consecuencia, un aprendizaje más inci- supone una presencia continua de la misma. Esta abundante
dental de esta. En cualquier caso, los resultados obtenidos exposición, junto con el desarrollo y la habilitación de las
parecen indicar que contar con la lengua de signos desde destrezas auditivas de los niños implantados, se traduce en
edades tempranas no dificultaría el desarrollo del vocabula- que, después de un tiempo de exposición a la lengua oral
rio en lengua oral. que parece situarse en torno a los 24 meses, se produce un
En cuanto al número total de producciones en ambas mayor incremento del léxico en la lengua oral que en la LSE.
lenguas, es decir, vocabulario compuesto o conceptual, el Disponer de la lengua de signos como herramienta de
estudio realizado nos ha permitido ver que al igual que comunicación y de aprendizaje permite que los niños con
ocurre en las investigaciones sobre bilingüismo de lenguas IC puedan continuar aprendiendo y manteniendo intercam-
orales (bilingüismo unimodal), en nuestro trabajo el número bios lingüísticos incluso cuando se producen fallos o averías
total de ítems lexicales diferentes que tienen los niños es en su IC. En un contexto educativo de bilingüismo signado, el
mayor al número de elementos lexicales en cada una de hecho de que un niño tenga problemas técnicos con su IC no
las lenguas. Las investigaciones con niños bilingües unimo- afecta de manera tan dramática el acceso a la interacción
dales han señalado que el porcentaje de palabras que se comunicativa o el acceso a los contenidos de aprendizaje
comparten en las lenguas, inicialmente muy pequeño, va como en un contexto exclusivamente oral ya que, aunque

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Vocabulario temprano en niños sordos con IC escolarizados en centros bilingües 95

el niño tenga peores condiciones auditivas, sigue teniendo peores resultados se corresponderían con niños que presen-
acceso a la interacción y al aprendizaje a través de la len- tan algunas peculiaridades respecto al dispositivo del IC (por
gua de signos. No obstante, esta ventaja puede volverse una ejemplo, contar con implante de tronco o haber sufrido
desventaja si el efecto que provoca en el entorno conlleva averías y roturas) y respecto a dificultades de vinculación
una cierta despreocupación por las condiciones auditivas y el afectiva.
acceso perceptivo a la lengua oral. Es imprescindible tener La variabilidad nos remite a la necesidad de realizar un
presente que para favorecer el acceso a la lengua oral es seguimiento cuidadoso de cada niño y de las condiciones en
preciso garantizar que se den las condiciones audiológicas que este se desarrolla, muy especialmente en la etapa de
favorables e idóneas que permitan una percepción de cali- educación infantil. En este sentido es importante tener en
dad del input auditivo al niño implantado. Esto supone que cuenta, como algunas investigaciones señalan (Geers et al.,
en los entornos educativos bilingües se han de tomar una 2011), que se observa un paralelismo entre los resultados
serie de medidas encaminadas a controlar las condiciones obtenidos en la lengua oral en los primeros años después
acústicas de las aulas, evitar situaciones ruidosas, crear una del IC con los obtenidos cuando esos niños finalizan la educa-
cultura de silencio y respeto de turnos de habla, emplear ción secundaria. Por tanto, es fundamental poner en marcha
ayudas técnicas como los equipos individuales de FM, etc. medidas de intervención específicas en aquellos casos en los
Respecto a la evaluación, varias son las implicaciones que que se obtengan bajos niveles, sin esperar a que puedan
podemos extraer de este trabajo. Por una parte, de cara compensarse de manera espontánea a lo largo de la educa-
a obtener una idea más precisa de la competencia léxica ción infantil y primaria. Por otra parte, los primeros años
de los niños es necesario evaluar de manera conjunta los son también determinantes para la detección de posibles
vocabularios de las distintas lenguas que los niños sordos dificultades añadidas del lenguaje, como el trastorno espe-
implantados estén adquiriendo-aprendiendo. Esta conside- cífico del lenguaje que se observa en algunos niños sordos
ración puede ser aplicable no solo al caso que nos ocupa de (Mason et al., 2010; Monfort, 2006; Villalba, 2007).
niños que adquieren castellano y LSE, sino también de niños Una respuesta educativa a esta variabilidad que los niños
que se educan en contextos escolares bilingües orales, ya y sus familias presentan requiere entornos educativos flexi-
sea de castellano-lengua de la comunidad autónoma corres- bles capaces de ajustar a cada caso la calidad y la cantidad
pondiente o los contextos cada vez más frecuentes de inglés de uso de cada una de las lenguas, y supone un reto que
y cualquiera de las lenguas orales de nuestro estado. están encarando los centros educativos
Por otra parte, resulta también conveniente baremar los El trabajo que se presenta puede considerarse innovador,
resultados obtenidos en cualquiera de las lenguas orales ya que es el primero de estas características que se desarro-
teniendo en cuenta no solo la edad cronológica del niño sino lla en nuestro país y en el que se evalúa no solo la lengua
también la edad auditiva o tiempo desde el implante. Esta oral de los niños con IC, sino también la lengua de signos,
doble comparación nos permitirá comprobar si el niño está para lo cual ha sido necesario desarrollar instrumentos de
teniendo un desarrollo acorde a lo esperado para el tiempo evaluación que, previsiblemente, serán de utilidad para la
que lleva implantado, a la vez que nos informa de la dis- práctica educativa y psicopedagógica.
tancia real a la que ese niño se encuentra respecto a sus A diferencia de la mayor parte de investigaciones sobre IC
iguales de edad en el aula y, por tanto, respecto a las deman- surgidas desde los propios equipos implantadores o desde el
das lingüísticas que requieren los aprendizajes a los que se interés académico universitario, este trabajo surge desde
enfrenta. el contexto educativo y psicopedagógico con el objetivo
Los datos obtenidos en este trabajo informan, una vez de conocer cuál es la evolución que están siguiendo los
más, de la variabilidad en el desarrollo entre los niños, niños con IC en contextos bilingües signantes y, consecuen-
variabilidad que, como señala el corpus de investigacio- temente, poner en marcha estrategias de mejora de la
nes actualmente disponible, puede deberse a una multitud práctica educativa. Es, en este sentido, una evaluación for-
de factores del propio niño, del implante, de las condi- mativa que implica a los centros y a las familias.
ciones sociofamiliares y de las condiciones educativas. En Si bien la muestra de niños estudiados constituye la mues-
este trabajo no podemos identificar qué variables explica- tra total existente en los centros en el momento de iniciarse
rían las diferencias individuales observadas, ya que, como el seguimiento y podríamos considerarla una muestra «real»
señalábamos en la descripción de la muestra, nuestro obje- en el sentido de que están representados diferentes contex-
tivo era evaluar al mayor número de niños implantados tos familiares, hospitales, equipos de programación, tipos
independientemente de su sexo, procedencia sociocultural de IC, etc., sería deseable contar con muestras más amplias
y familiar, de haber contado o no con estimulación tem- que permitieran confirmar los resultados obtenidos en este
prana, del grado de implicación familiar, de la marca o trabajo.
tipo de IC, de las características de programación de su Una limitación del presente estudio es que únicamente
IC, de las incidencias técnicas (averías, roturas, necesidad se ha utilizado un tipo de instrumento para evaluar el léxico:
de desactivación de electrodos, etc.) y de la edad cronoló- los inventarios proporcionados por padres y educadores de
gica o lingüística, tanto en lengua oral como en LSE, en el los niños. Hubiera sido interesante contrastar los datos así
momento de incorporarse al estudio. No obstante, un aná- obtenidos con los proporcionados por otros instrumentos
lisis individual y más cualitativo, realizado en los centros como los Diarios de Lenguaje Temprano (Nott et al., 2003,
escolares conjuntamente con las familias y los educado- 2009) y las muestras de lenguaje espontáneo.
res de los centros, nos permite apuntar algunas hipótesis. Por último, cabe señalar que el trabajo que aquí se
Así, los mejores resultados estarían relacionados con niños presenta únicamente aporta información de un aspecto
cuyas familias muestran una fuerte implicación educativa del lenguaje, el vocabulario, y en un periodo de tiempo
y de coordinación con el centro escolar, mientras que los pequeño. De cara a poder construir una descripción más

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
96 M. Pérez Martín et al

completa del desarrollo del lenguaje de los niños con IC & P. E. Spencer (Eds.), Advances in the Sign Language Develop-
educados en contextos bilingües bimodales, es imprescin- ment of Deaf Children. New York: Oxford University Press.
dible seguir investigando y conocer cómo se va produciendo Hyde, M. y Punch, R. (2011). The modes of communication used
la evolución posterior y si se relacionan los datos de vocabu- by children with cochlear implants and the role of sign in their
lario temprano de los niños evaluados con el desarrollo del lives. American Annals of the Deaf, 155(5), 535---549.
léxico en años posteriores. Es preciso tener en cuenta, como Inscoe, J. R., Odell, A., Archbold, S. y Nikolopoulos, T. (2009).
Expressive spoken language development in deaf children with
algunos autores señalan (Moreno-Torres et al., 2011), que los
cochlear implants who are beginning formal education. Deafness
niños con IC suelen mostrar un rápido progreso inicial en el and Education International, 11(1), 39---55.
desarrollo del lenguaje, y en particular del léxico, siendo el Jiménez, M. S., Pino, M. J. y Herruzo, J. (2009). A comparative
desarrollo posterior más lento. En esta línea cabe también study of speech development between deaf children with coch-
preguntarse otras cuestiones, como cuál será el desarrollo lear implants who have been educated with spoken or spoken +
de los aspectos gramaticales o cómo se enfrentan al aprendi- sign language. International Journal of Pediatric Otorhinolaryn-
zaje de una tercera lengua, el inglés, que cada vez está más gology, 73, 109---114.
presente en nuestras escuelas como lengua de aprendizaje. Juárez, A. y Monfort, M. (2010). Niños con implantación coclear
bilateral: variación en los resultados. Revista de Logopedia,
Foniatría y Audiología, 30(3), 130---135.
Agradecimientos Knoors, H. y Marschark, M. (2012). Language planning for the 21st
Century: Revisiting bilingual language policy for deaf children.
Agradecemos la colaboración de las familias de los niños y Journal of Deaf Studies and Deaf Education, 17, 291---305.
de los centros escolares: Escuela Infantil «Piruetas», Cole- Lederberg, A. R. y Beal-Alvarez, J. (2011). Expressing meaning:
gio Público «El Sol», Centro Concertado «Ponce de León» y From communicative intent to building vocabulary. En M. Mars-
Centro Concertado «Gaudem». chark y P. E. Spencer (Eds.), Oxford Handbook of Deaf Studies,
Language, and Education (2nd ed., pp. 258---275). New York, NY:
Oxford University Press.
Bibliografía Lederberg, A. R. y Spencer, P. E. (2001). Vocabulary Development
of Deaf and Hard of Hearing Children. En M. D. Clarck, M. Mars-
Anderson, D. y Reilly, J. (2002). The MacArthur Communicative chark, & M. Krachmer (Eds.), Context, cognition, and deafness.
Development Inventory: Normative data for American Sign Lan- (pp. 88---112). Washington, DC: Gallaudet University Press.
guage. Journal of Deaf Studies and Deaf Education, 7(2), Lederberg, A. R. y Spencer, P. E. (2009). Word-learning abilities in
83---119. deaf and hard-of-hearing preschoolers: Effect of lexicon size and
Connor, C., Hieber, S., Arts, H. A., Teresa, A. y Zwolan, T. (2000). language modality. Journal of Deaf Studies and Deaf Education,
Speech, vocabulary, and the education of children using coch- 14, 44---62.
lear implants: Oral or total communication? Journal of Speech, Lima R.M. (2012). Comparisons of parents’ and preschool teachers’
Language, and Hearing Research, 43, 1185---1204. reports of children’ linguistic abilities. Comunicación presentada
Connor, C., Craig, H. K., Raudenbush, S. W., Heavner, K. y Zwolan, en el XXVIII Congreso Internacional AELFA. Universidad Complu-
T. (2006). The age at which young deaf children receive cochlear tense de Madrid. Libro de actas.
implants and their vocabulary and speech-production growth: Is López-Ornat, S., Gallego, C., Gallo, P., Karousou, A., Mariscal, S.
there an added value for early implantation? Ear & Hearing, 27, y Martínez, M. (2005). Inventarios de Desarrollo Comunicativo
628---644. MacArthur: Manual técnico y cuadernillo. Madrid: TEA.
Duchesne, L., Sutton, A. y Bergeron, F. (2009). Language achieve- Manrique, M., Ramos, A., Morera, C., Cenjor, C., Lavilla,. M. J.,
ment in children who received cochlear implants between 1 and Boleas, M. S., et al. (2006). Evaluación del IC como técnica de
2 years of age: Group trends and individual patterns. Journal of tratamiento de la hipoacusia profunda en pacientes pre y post
Deaf Studies and Deaf Education, 14, 465---486. locutivos. Acta Otorrinolaringológica Española, 57, 2---23.
Duchesne, L., Sutton, A., Bergeron, F. y Trudeau, F. (2010). Le déve- Marchman, V. A. y Martinez-Sussmann, C. (2002). Concurrent
loppement lexical précoce des enfants porteurs d’un implant validity of caregiver/parent report measures of language for
cochléaire. Canadian Journal of Speech-Language Pathology and children who are learning both English and Spanish. Journal of
Audiology, 34, 132---145. Speech, Language and Hearing Research, 45, 983---997.
Geers, A. E. y Brenner, C. (2004). Educational intervention and out- Mason, K., Rowley, K., Marshall, C. R., Atkinson, J. R., Herman, R.,
comes of early cochlear implantation. International Congress Woll, B., et al. (2010). Identifying specific language impairment
Series, 1273, 405---408. in deaf children acquiring British Sign Language: Implications for
Geers, A. E., Spehar, B. y Sedey, A. (2002). Use of speech by chil- theory and practice. British Journal of Developmental Psycho-
dren from total communication programs who wear cochlear logy, 28, 33---49.
implants. American Journal of Speech-Language Pathology, 11, Mayne, A., Yoshinaga-Itano, C. y Sedey, A. S. (2000). Receptive
50---58. vocabulary development of of infants and toddlers who are deaf
Geers, A. E., Moog, J., Biedenstein, J., Brenner, C. y Hayes, or hard of hearing. En C. Yoshinaga-Itano y A. L. Sedey (Eds.),
H. (2009). Spoken language scores of children using cochlear Language, speech and social-emotional development of children
implants compared to hearing age-mates at school entry. Journal who are deaf and hard-of-hearing: The early years. Volta Review,
of Deaf Studies and Deaf Education, 14, 371---385. 100(5), 29---52.
Geers, A. E., Strube, M., Tobey, E., Pisoni, D. y Moog, J. (2011). Epi- Mayne, A., Yoshinaga-Itano, C., Sedey, A. S. y Carey, A. (2000).
logue: Factors contributing to long-term outcomes of cochlear Expressive vocabulary development of infants and toddlers who
implantation in early childhood. Ear and Hearing, 32(1), 84---92. are deaf or hard of hearing. En C. Yoshinaga-Itano y A. L. Sedey
Hayes, H., Geers, A. E., Treiman, R. y Moog, J. (2009). Recep- (Eds.), Language, speech and social-emotional development of
tive vocabulary development in deaf children with cochlear children who are deaf and hard-of-hearing: The early years.
implants: Achievement in an intensive auditory-oral educational Volta Review, 100(5), 1---18.
setting. Ear and Hearing, 30, 128---135. Meier, R. P. y Newport, E. L. (1990). Out of the hands of babes:
Hoiting, N. (2006). Deaf children are verb attenders: Early sign voca- On a possible sign advantage in language acquisition. Language,
bulary development in Dutch toddlers. In B. Schick, M. Spencer, 66(1), 1---23.

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Vocabulario temprano en niños sordos con IC escolarizados en centros bilingües 97

Moeller M.P. (2000). Early Intervention and Language Develop- Percy-Smith, L., Cayé-Thomasen, P., Breinegaard, N. y Jensen, J.
ment in Children Who are deaf or hard of hearing. Versión (2010). Parental mode of communication is essential for speech
on-line [consultado 23 Nov 2011]. Disponible en: http:// and language outcomes in cochlear implanted children. Acta
pediatrics.aappublications.org/content/106/3/e43.full.html Oto-Laryngologica, 130, 708---715.
Monfort, M. (2006). Dysphasie et surdité. In C. Hage, B. Charlier, Preisler, G., Ahlström, M. y Tvingstedt, A. L. (1997). The develop-
& J. Leybaert (Eds.), Compétences cognitives, linguistiques et ment of communication and language in deaf preschool with
sociales de l’enfant sourd. Pistes d’évaluation (pp. 150---164). cochlear implant. International Journal of Pediatric Otorhino-
Paris: Mardaga. laryngology, 41, 263---272.
Montero, I. y León, O. G. (2007). A guide for naming research stu- Preisler, G., Tvingstedt, A. L. y Ahlstrom, M. (2005). Interviews with
dies in psychology. International Journal of Clinical and Health deaf children about their experiences using cochlear implants.
Psychology, 7, 847---862. American Annals of the Deaf, 150(3), 260---267.
Moreno-Torres, I., Cid, M. M., Santana, R. y Ramos, A. (2011). Esti- Rinaldi, P. y Caselli, C. (2009). Lexical and grammatical abilities
mulación temprana y desarrollo lingüístico en niños sordos con in deaf Italian preschoolers: The role of duration of formal lan-
IC: el primer año de experiencia auditiva. Revista de Investiga- guage experience. Journal of Deaf Studies and Deaf Education,
ción en Logopedia, 1, 56---75. 14, 63---75.
Nicholas, J. G. y Geers, A. E. (2007). Will they catch up? The role Sharma, A., Tobey, E., Dorman, M., Bharadwaj, S., Martin, K., Gilley,
of age at cochlear implantation in the spoken language develop- P., et al. (2004). Central auditory maturation and babbling deve-
ment of children with severe to profound hearing loss. Journal lopment in infants with cochlear implants. Arch Otolaryngol
of Speech, Language, and Hearing Research, 50(4), 1048---1062. Head Neck Surg, 130(5), 511---516.
Nicholas, J. G. y Geers, A. E. (2008). Expected test scores for Stallings, L. M., Gao, S. J. y Svirsky, M. A. (2000). Assessing the
preschoolers with a cochlear implant who use spoken language. language abilities of pediatric cochlear implant users across a
American Journal of Speech-Language Pathology, 17, 121---138. broad range of ages and performance abilities. Volta Review,
Niparko, J., Tobey, E., Thal, D., Eisenberg, L., Wang, N., Quitt- 102(4), 215---235.
ner, A., et al. (2010). Spoken language development in children Thal, D., Desjardin, J. L. y Eisenberg, L. S. (2007). Validity of the
following cochlear implantation. JAMA, 303(15), 1498---1506. MacArthur-Bates Communicative Development Inventories for
Nott, P., Cowan, R., Brown, P. M. y Wigglesworth, G. (2003). Assess- measuring language abilities in children with cochlear implants.
ment of language skills in young children with profound hearing American Journal of Speech-Language Pathology, 16(1), 54---
loss under two years of age. Journal of Deaf Studies and Deaf 64.
Education, 8(4), 401---421. Villalba, A. (2007). Sordera y trastorno específico del lenguaje (dis-
Nott, P., Cowan, R., Brown, P. M. y Wigglesworth, G. (2009). Early fasia). Fiapas, Separata 116.
language development in children with profound hearing loss fit- Wheeler, A., Archbold, S. M., Hardie, T. y Watson, L. (2009). Children
ted with a device at a young age: Part I-The time period taken to with cochlear implants: The communication journey. Cochlear
acquire first words and first word combinations. Ear and Hearing, Implants International, 10, 41---62.
30(5), 526---540. Wiefferink, C. H., Spaai, G. W., Uilenburg, N. y Vermeij, B. (2008).
Oller, K. (2005). The distributed characteristic in bilingual learning. Influence of linguistic environment on children’s language deve-
En J. Cohen, K. T. McAlister, K. Rolstad, & J. MacSwan (Eds.), Pro- lopment: Flemish versus Dutch children. Deafness and Education
ceedings of the 4th International Symposium on Bilingualism. International, 10(4), 226---243.
Somerville, MA: Cascadilla Press. Woolfe, T., Herman, R., Roy, P. y Woll, B. (2010). Early voca-
Oller, D. K. y Eilers, R. E. (2002). Language and Literacy in Bilingual bulary development in deaf native signers: A British Sign
Children. Clevedon, UK: Multilingual Matters. Language adaptation of the communicative development inven-
Padovani, C. M. y Teixeira, E. R. (2004). Using the Macarthur Com- tories. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 51, 322---
municative Development Inventories (CDI’S) to assess the lexical 331.
development of cochlear implanted children. Profono, 16(2), Yoshinaga-Itano, C., Baca, R. L. y Sedey, A. L. (2010). Describing the
217---224. trajectory of language development in the presence of severe
Paradis, J., Genesee, F. y Crago, M. B. (2011). Dual Language Deve- to profound hearing loss: A closer look at children with coch-
lopment and Disorders. A Handbook on Bilingualism and Second lear implants versus hearing aids. Otol Neurotol, 31(8), 1268---
Language Learning (2nd ed.). Baltimore: Brookes. 1274.
Pearson, B. Z. (1998). Assessing lexical development in bilingual Yoshinaga-Itano, C., & Sedey, A. (Eds.). (2000). Language, speech
babies and toddlers. The International Journal of Bilingualism, and social-emotional development of children who are deaf and
2, 347---372. hard-of-hearing: The early years. Volta Review, 100(5), 29---52.

Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad de Chile de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 29, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

You might also like