EL SISTEMA MATA.

Joel Vargas.

El veracruzano de Alto Lucero, Fernando Gutiérrez Barrios, logro escalar las alturas de la
mafia del poder. Se convirtió en la esencia inmejorable de la criminalidad oficial. Era el
musculo rector del orden social del país. Estaba enterado de la cronología de los crímenes
más horrendos y poseía una especie de geografía humana para identificar los puntos más
amenazantes del crimen organizado. Dijo en cierto momento: “La información es poder”.
Fiel a su razonamiento, era reconocido por todos como la memoria viviente de la historia
negra del país. Su fuerte era husmear el crimen y a los criminales y aplicar castigos según a
su juicio procediera. Él era la ley. Era el poder. Siempre en aras de salvar a la patria y su
sistema imperante.

Recomendaba a todos los políticos jóvenes no traicionar el “Sistema”, es decir, el sistema

político en que se afianzaba el orden y la paz social del país. Y con su mirada penetrante y
escrutadora, advertía: “El Sistema Mata”. Bien debía entenderse a don Fernando, el sistema
puede dar todo lo que mereces, pero si fallas puedes pagar con creces inmoladoras las fallas
imperdonables. El sistema político mexicano lo conforman todos los partidos políticos, las
organizaciones sindicales y burocráticas. Todos los líderes en activo. Los militares, las
jerarquías católicas y empresariales, son parte importante del sistema; menos, por
supuesto, los parias, los plebeyos, la morralla empobrecida, los esclavos que tienen que
producir para el sistema. La escoria social solamente debe obedecer.

México siempre ha sufrido cacicazgos nacionales, son a la vez, los padres del sistema o la
nomenklatura como se le llama en otras partes del mundo a los mafiosos. Cuauhtémoc
Cárdenas pretendió romper el sistema y abandonar la ortodoxia ritual de su poder. Salvó la
vida con dos reuniones subrepticias con los dueños del sistema y se aplacaron sus
inquietudes democráticas. Luis Donaldo Colosio quiso cambiar la línea del neoliberalismo y
dar a los mexicanos un sistema político con rostro humano, donde la pobreza y la injusticia
fuera la mínima expresión de desigualdad. Pagó con su vida al ser ejecutado salvajemente.
El exgobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu corrió la misma suerte al ser
ejecutado en una calle céntrica de la Cd. De México por un sicario tamaulipeco. El
contratante, el Diputado Muñoz Rocha nunca apareció vivo en ninguna parte. En México
hay cientos de sicarios de élite.

El buen líder es aquel que logra que el pueblo diga nosotros lo hicimos y siendo así el mismo
pueblo se encarga de protegerlo, hasta donde es posible, en un ambiente de alta
criminalidad donde es muy fácil culpar a la delincuencia organizada. El buen líder debe
actuar con determinación, encabezar a la sociedad con energía y valor. Bien se sabe que el
buen líder está dispuesto a perder la salud, la libertad o la vida si es necesario. En estos
tiempos de la historia nacional solamente Andrés Manuel López Obrador se ha atrevido
retar el sistema que más bien parece un nido de depredadores, de necrófagos que juegan
con la muerte.

En el año de 1968 miles de jóvenes que se atrevieron a retar el sistema fueron masacrados
y muchos cremados con vida. Docenas de intelectuales fueron torturados y encarcelados,
sufrieron prisión por años pero nunca renunciaron a sus ideologías libertarias. Y México
sigue en la lucha para depurar el sistema político. Es una realidad que el sistema político
agoniza. Los partidos políticos cuando envejecen se autodestruyen. Y los políticos dejan de
ser líderes, impropios de una sociedad en evolución. Se terminó la insumisión de los
mexicanos. Se percibe una rebeldía social. Se exigen explicaciones de los destinos
financieros de la nación. Se acabaron las decisiones unilaterales y obscuras para desviar el
dinero del pueblo para beneficio de los inescrupulosos que gobiernan.

Nuestros jóvenes doctores están ciegos. No ven ni tampoco oyen. El pueblo tiene sed de
justicia. Sufre de hambre y un criminal rezago social. Hay más de cinco millones que no
saben leer ni escribir, son los que tal vez voten por el veneno numismático que le ofrecerán
los ladrones que no quieren dejar el poder. Está muy claro que López Obrador peligra. Ante
tantas estrategias fallidas, queda la estrategia que le aplicaron a Colosio. Nunca será cierto
que los gringos nos van a ayudar. Si quisieran convertirnos en una gran potencia ya lo
hubieran hecho como ayudaron a Taiwán, Corea del Sur, Vietnam, Singapur, Hong Kong,
etc.
El “Sistema” tiene que cambiarse, deben entrar los patriotas a servir a México. Los
honestos. México es un país muy rico pero atrapado en la corrupción cancerosa de los que
gobiernan. Para los epónimos todo es negocio: el nuevo aeropuerto, el tren rápido, las
carreteras concesionadas, la venta de todo tipo de energéticos. ¡Pobre México tan lejos de
Dios...!

El cometa Halley tarda 75 años en recorrer su órbita terrestre. Es un ente cósmico de larga
cauda y de enorme luminosidad, que cuando aparece la gente del universo terrenal se
espanta. Y es que los terráqueos sólo lo ven una vez en su vida. Nadie puede contemplarlo
dos veces en el firmamento por la cortedad de la existencia humana. Antes se creía que el
cometa anunciaba enfermedades pandémicas incurables, hambrunas, pobreza extrema,
guerras, movimientos sociales reclamantes, criminalidad extendida, etc. lo que pasa es que
75 años que tarda en verse, el cometa se encuentra con una descomposición social
generalizada, como está sucediendo actualmente en México y otras partes del mundo.

Los habitantes viejos deben entender que llegó la hora del relevo generacional. Los
ochentones y setentones y demás agotados emocionalmente para la creación, y la
inteligencia productiva estereotipada para nuevas conquistas, harían bien recluirse en
cualquier recinto geriátrico a esperar un final digno. Con más razón cuando estamos
comprobando la fatal desarticulación de los estamentos sociales, sufriendo un sistema
político corrupto, podrido desde los cimientos, donde las ofensas indiscriminadas son los
mensajes de la muerte.